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Ilustremos preliminarmente. Una expresión como “más vale tarde que nunca”, es
un producto que sólo marginalmente ha requerido de un mecanismo de proyección
esquemática. La expresión significa que, aunque a destiempo, es mejor hacer algo
comprometido, que no hacerlo en absoluto. El significado se ha logrado sin
requerimientos semánticos otros que el sentido convencional de las palabras y su
composición (aunque hay proyección metafórica en “valer”, asunto que es
secundario para el significado proverbial que se logra.) En la expresión “las
apariencias engañan”, igualmente, se logra el significado general del caso con
apego al significado literal de las palabras en el compuesto. En cambio, en la
expresión “no todo lo que brilla es oro” se ha creado la categoría popular de
“engaño en la apariencia de las cosas” a través de una imagen concreta, los
objetos brillantes, y la sugerencia de una escena de búsqueda de oro entre éstos.
Para producir ese significado requerimos de operaciones que proyecten esa
escena original al ámbito esquemático de la categoría de “engaño en la
apariencia”. Es, grosso modo, el ámbito que comparten las infinitas variaciones del
tema, variaciones entre las que se encuentra no sólo la situación aludida en la
expresión, sino la situación de uso o aplicación de la expresión. (La expresión
ocurre en una “forma de vida”. Sin embargo, como veremos, el uso no es
dimensión que importe focalmente en estos desarrollos, sino, más bien, las
condiciones semánticas del uso de la expresión, es decir, los rasgos que
establecen su “gramática”) En forma más específica, requerimos que se proyecte
lo que interesa del dicho a la situación concreta de uso.
Tanto “más vale tarde que nunca”, como “las apariencias engañan” y “no todo lo
que brilla es oro”, son, en términos tradicionales, proverbios. El criterio es el de
“expresión concisa y acuñada que trae una enseñanza”, “fórmula concisa del
conocimiento acumulado”, etc. Pero, como vemos, sólo esta última presenta su
categoría de modo concreto e indirecto y, al hacerlo, implica un procedimiento
particular. El término “expresión idiomática” podrá concebirse, entonces, en forma
más restrictiva y apuntar a este último tipo de objetos. Eventualmente, términos
más descriptivos como “expresión idiomática conceptual” o “expresión idiomática
con proyección esquemática” podrán emplearse para evitar confusión.
Por su parte, hay dichos, es decir, productos que traen una enseñanza, una
instrucción o un consejo, que son también expresiones idiomáticas, por
manifestar, por mecanismo característico, una categoría popular (y servir, dado el
caso, para esa indicación, más que para instruir.) Por ejemplo, el dicho “No le
pidas peras al olmo” significa las categorías de futilidad, imposibilidad y estulticia.
El dicho es la expresión idiomática de una categoría popular: el intento idiota de
algo imposible (o la gestión absurda, la porfía en lo irrealizable, la obstinación
quimérica, etc.). El proverbio chino “¿Buscas pescado? No subas al árbol”
presenta, a su manera, la misma categoría popular. Figuramos de mil modos esta
categoría: “pellizcar un vidrio”, “escribir en el agua”, “morderse la nuca”, “hacer una
escalera al cielo”, “cuadrar el círculo”. Y --lo que importa advertir-- cada vez que se
aplica la expresión en un contexto de uso, una variación particular de la categoría
popular se manifiesta. La categoría es un universal concreto, en la diferencia.
(A)
(B)
(C)
Es necesario que el contexto de uso obtenga este entendimiento, por lo que cabe
proyectar el nivel genérico esquemático producido sobre dicho contexto
(llamémoslo CU). Algo así como la siguiente proyección desde el esquema (B) a
CU:
Sin entrar en detalles sobre su estructura interna y los principios y condiciones que
regulan la productividad lingüística a que da lugar, podemos decir en líneas
generales que la metáfora funciona como una licencia. En este caso, algo así
como lo siguiente: puede usted expresarse a propósito de los conflictos como si se
tratara de asuntos alimenticios, se lo garantiza la metáfora LOS ASUNTOS
CONFLICTIVOS SON ASUNTOS DE ALIMENTACIÓN.
El método aplica a toda expresión que sea realización de alguna metáfora. Por
ejemplo, una expresión como “se picó cuando le dije que no lo invitaríamos a la
fiesta” (en el sentido de “se enfadó”, “se molestó”) puede derivarse de la metáfora
OIR PALABRAS o ENTENDER LENGUAJE ES INGERIR COMIDA (e.g. “palabras
dulces”, “un discurso delicioso”, “amargas frases”, “palabras que caen pesado”,
“autor indigestivo”, “obra nutritiva”, etc.) o acaso de una metáfora como LAS
IMPRESIONES SON IMPRESIONES GUSTATIVAS (“me gusta esa música”,
“¡qué rato más desagradable”, “una experiencia exquisita”, “¡qué picante esa
persona!”, “obra jugosa”, “personalidad desabrida”, “asunto salado”, etc.). Esas
serían las operaciones centrales que producirían categorías como las de “enojo” o
“irritación psicológica” a partir de la materia prima del picante o ají culinario. Una
expresión como “María y Manuel son uña y carne” (en el sentido de “pareja
inseparable”, “pareja afín”, produce las categorías de “unión fuerte”, “relación
indisoluble”, entre otras. La expresión es realización de la metáfora LAS
RELACIONES SON ADHESIONES, apareamiento desde el que también se
producen expresiones como “se separaron” (en el sentido de término de la
relación), “es un caluga” (en el sentido de una persona que insiste y fastidia con su
presencia), “es un pegote” (en el sentido de una persona que fastidia con su
proximidad). Por medio de esa metáfora, entonces, la expresión “ser uña y carne”
logra producir las categorías de “unión fuerte”, “lazo amoroso”, “relación íntima”,
entre otras.
6. Diseño funcional general. Cerremos este esbozo con una nota de resumen.
Con respecto a los mecanismos de producción de categorías populares en las
expresiones idiomáticas nos orientamos por un diseño funcional: Hay una fábrica o
complejo de mecanismos que procesa una materia prima para producir un
producto. Los productos son las categorías populares, significados relativamente
estables y de interés común. La especificación de diseño es cumplir con la función
de producir estas categorías. La materia prima son fenómenos inmediatos:
percepciones, experiencias cotidianas, manejos instrumentales, escenas básicas,
situaciones convencionales, conocimiento convencional. Los mecanismos son
varios. Los llamamos operaciones cognitivas. Como hemos dicho, contemplan
metáforas, metonimias y otras operaciones de proyección y manipulación
esquemática.
Referencias Bibliográficas
LAKOFF, G. & Mark JOHNSON. 1980. Metaphors We Live By. Chicago: The
University of Chicago Press.
LAKOFF, G. & Mark TURNER. 1989. More than Cool Reason. Chicago: The
University of Chicago Press
LAKOFF, GEORGE. 1993. "The contemporary theory of metaphor" en Ortony,
1993. Metaphor and Thought. Cambridge University Press.