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El documento discute cómo Internet ha cambiado la naturaleza de la memoria colectiva. A diferencia de otros medios, el contenido en Internet parece tener una duración infinita y puede resurgir en cualquier momento. Esto plantea problemas para la privacidad individual y también puede perturbar la "sensibilidad estética" de la sociedad al mantener registros permanentes de expresiones sexuales que ya no se consideran transgresoras. Internet ha creado una gran memoria colectiva que es testigo indeleble del pasado individual y social.
El documento discute cómo Internet ha cambiado la naturaleza de la memoria colectiva. A diferencia de otros medios, el contenido en Internet parece tener una duración infinita y puede resurgir en cualquier momento. Esto plantea problemas para la privacidad individual y también puede perturbar la "sensibilidad estética" de la sociedad al mantener registros permanentes de expresiones sexuales que ya no se consideran transgresoras. Internet ha creado una gran memoria colectiva que es testigo indeleble del pasado individual y social.
El documento discute cómo Internet ha cambiado la naturaleza de la memoria colectiva. A diferencia de otros medios, el contenido en Internet parece tener una duración infinita y puede resurgir en cualquier momento. Esto plantea problemas para la privacidad individual y también puede perturbar la "sensibilidad estética" de la sociedad al mantener registros permanentes de expresiones sexuales que ya no se consideran transgresoras. Internet ha creado una gran memoria colectiva que es testigo indeleble del pasado individual y social.
Internet y las relaciones afectivas: el registro que remembra al infinito
Por: Mayra Cano
"En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas : ley, opinin publica y conciencia." Maugham, William Somerset
En ocasiones, la memoria suele jugarnos algunas trampas. Nuestro cerebro almacena las experiencias en fragmentos o piezas dispersas, que interconectadas de manera aleatoria, parecieran atestiguar una mezcla de premonicin y remembranza a la vez. Es como un dj vu que pareciera fluctuar en nuestra mente y que slo a travs de algn tipo de registro logra pregnarse ms all de la inmaterialidad. Pero, qu pasara si tal registro de la memoria no la capturara o volviera esttica, sino que pareciera un transcurrir infinito del momento vivido?
Internet parece dar cabida perfecta a esta vuelta de doble hlice que realiza la memoria. No slo nos encontramos ante el registro, sino ante la presencia viva de distintos acontecimientos, ya sea en medios fotogrficos, textuales, auditivos, videogrficos o experienciales (por citar la realidad aumentada, la telepresencia en tiempo real, etc). Adems, a diferencia de los soportes tradicionales de registro de la memoria, Internet pareciera no tener fecha de caducidad.
Si en algn momento queremos que la fotografa incmoda, o el video polticamente incorrecto desaparezcan de nuestras vidas, no hace falta ms que eliminar el sustrato material que provoca tal descontento. No sucede as con los contenidos vertidos en Internet. Una vez registrados en la red, y estos diseminados de algn modo, pareciera una reaccin en cadena incontrolable. El gran hermano que todo lo vigila, ya no slo se vuelve presencia constante e ineludible en nuestras vidas, sino testigo imborrable de nuestra memoria: una gran memoria colectiva.
Y si de elementos vulnerables e incluso corrosivos para la memoria colectiva de la sociedad quiere hablarse, la sexualidad siempre es ejemplo de ello. Carmen Guarini menciona en su texto Memoria social e imagen: la memoria es una construccin social en la medida en que el individuo necesita enmarcarse en un contexto social para recordar 1 . De qu forma operan estas interconexiones memoria - sociedad, cuando es parte de la realidad una hper comunicacin tecnolgica, en la que se normalizan cuestiones como las amistades virtuales o las relaciones afectivas extracorporales.
Lydia Cacho menciona en su artculo Las escisin del sexo y el amor que:
Tanto Octavio Paz como Rougemont, planteaban que el amor para vivirse en plenitud, necesita ser transgresor. En la modernidad la sexualidad genitalizada era lo que transgreda las normas; hoy en da, ni lo explcitamente sexual, ni la pornografa adulta, ni el sadomasoquismo, ni siquiera el amor homosexual, son ya infractores sociales. Sin duda, hay quienes consideran la sexualidad entre dos hombres o dos mujeres, como una perversin, pero en general, el erotismo y el romance homosexual ya no son marginales (lo es la familia homosexual con progenie, pero ese es tema de otro texto) 2 .
____________________________________ 1 Guarini, Carmen. Memoria Social e Imagen. Cuadernos de Antropologa Social No 15, pp. 113-123, 2002. 2 Cacho, Lydia. La escisin del sexo y el amor. [http://www.sinembargo.mx/opinion/14-11-2013/19048] (Visitado el 14 de Noviembre de 2013) Si no es entonces la prctica de estas manifestaciones sexuales lo que conlleva a la provocacin o al repudio, ser entonces que su remembranza como un registro perenne es lo que trastoca la sensibilidad de la esttica social 3 ? As pues, la memoria parece ser incluso un campo expandido, donde los fenmenos sociales parecen fluctuar a la velocidad con la que la misma red vive: fugaz e inalcanzable.
____________________________________ 3 La palabra Esttica en la misma direccin que lo hace Mac Dougall (1999), es decir como parte de un contexto mayor, no exclusivamente relacionada con la belleza o con el arte (como lo afirma su etimologa) sino como un concepto ms amplio que abarca experiencias culturales de reglas y patrones sensoriales.