Su padre, James Mill[1] , le dio una rigurosa y rígida educación basada en los
principios del utilitarismo y del radicalismo filosófico de Bentham. Tan fue
cierto, que a la edad de tres años empezó a aprender griego; a los siete años John Stuart Mill había leído casi todos los diálogos de Platón. Al año siguiente empezó el estudio del latín, y para entonces ya había digerido a Herodoto, Jenofonte, Diógenes Laertius y, en parte a Luciano. Entre los ocho y los doce años llevó a cabo el estudio de Virgilio, Horacio, Livio, Salustio, Ovidio, Terencio, Lucrecio, Aristóteles, Sócrates y Aristófanes; dominaba la geometría, el álgebra y el cálculo diferencial; había escrito una historia de Roma, un epítome de historia universal antigua, una historia de Holanda, y algunas poesías. Teniendo doce años, se puso John Stuart Mill a estudiar lógica y las obras de Hobbes. A los trece estudió a fondo todo lo que había que estudiar en el campo de la economía política. Fue una educación extraordinaria, y comparada con las normas que hoy rigen, horrenda. No tuvo vacaciones (cuestión de disciplina imagino) y no tuvo amigos de adolescencia.
Al cumplir los catorce años se juzgó que el muchacho había llegado al
momento de ver algo del mundo y se le envió al extranjero durante un año. A su regreso comenzaría sus estudios fuera de casa. John Stuart Mill cursó estudios superiores, científicos en Francia y jurídicos en Inglaterra. Durante tres años (1865-68) fue miembro de la Cámara de los Comunes de Inglaterra, desde donde apoyó, entre otras cosas, la inclusión de las mujeres en el derecho al voto (el sufragismo femenino), escribiendo además un libro titulado: Sobre la esclavitud de las mujeres (1869), todo lo cual le ha hecho ganar un lugar de honor dentro del feminismo moderno.
El comercio internacional también fue objeto de su estudio y su principal
consideración es la forma en que las ganancias obtenidas del comercio internacional se repartían entre los países. concluyó que los términos del comercio dependen de la demanda que hay en ambos países por los productos importados, por otra parte introdujo el concepto de los costos de transporte y analizó la influencia de las tarifas impositivas en el comercio.
lo que hacia de él un pensador que buscaba de alguna manera mejorar la
situación de los individuos de la sociedad.
su único y más importante aporte era la diferenciación entre las leyes de la
producción y de la distribución; es decir, respecto a las primeras dijo que éstas son de carácter natural en donde la intervención humana no puede cambiar dichas leyes, sobre las leyes de la distribución Mill afirma que son producto de arreglos sociales y en sí, son las instituciones las que las construyen y realizan la distribución.