Cambiado con la DEMO VERSION de CAD-KAS PDF-Editor (http://www.cadkas.com).
20-M
HISTORIA NAVAL
El Cid viaja a América
Cambiado con la DEMO VERSION de CAD-KAS PDF-Editor (http://www.cadkas.com).
El bergantín “El Cid” cubrió, entre otras, la ruta Mallorca - Cuba
Este artículo transcribe, en parte, el interesante diario
de navegación de un bergantín mallorquín durante
su viaje desde Mallorca hasta Cuba
Ha sido un verano caluroso. El
martes 18 de septiembre de
1.838, un gentío se agolpa en el
extremo del muelle viejo de Pal-
ma, donde permanece amarrado
el bergantín redondo nombrado
“El Cid", de 108 toneladas de
porte, que va a zarpar por la tar-
de con destino a Cuba. A bordo
se encuentra su capitán, D. José
Villalonga y parte de la tripula-
ción. Entretanto, van llegando
los restantes miembros. Son en
total 17 hombres, contando al
capitán, dos oficiales y el contra-
maestre. El buque está artillado
con dos cañones en línea proa-
popa, además de 13 fusiles con
su correspondiente munición.
En cuanto al instrumental de
navegación, va provisto de dos
agujas de bitácora, una de ellas
de marcar, dos correderas con
sus correspondientes minuteros,
para conocer la velocidad. Una
Cambiado con la DEMO VERSION de CAD-KAS PDF-Editor (http://www.cadkas.com).
ILUSTRACIÓN: RAMÓN SAMPOL ISERN
sondaleza de mano, y otra de
120 brazas, con sus correspon-
dientes escandallos, para deter-
minar la profundidad y en su ca-
so la naturaleza del fondo, octan-
tes, para medir la altura de los
astros y poder calcular la situa-
ción del buque y las correspon-
dientes cartas esféricas españo-
las.
Sobre el muelle estrépito de
ruedas y caballos. Son dos ca-
rruajes que se acercan al buque.
De ellos descienden dos caballe-
ros y tres damas, acompañadas
➔
En el año 1838 no era
corriente que buques
mallorquines atravesaran el
Atlántico
NÁUTICA
por cuatro sirvientas y un criado
de color. Todos ellos suben a
bordo de "El Cid” y unos mari-
neros embarcan el equipaje.
En el manifiesto de carga del
bergantín figuran los típicos pro-
ductos de Mallorca, ollas y otros
cacharros de barro, almendras,
alcaparras, mantas de lana, acei-
te de oliva, etc. Se anotan los ca-
lados, siendo el de proa 3,2 me-
tros y 3,7 el de popa.
Sobre las seis de la tarde los
marineros largan amarras. “El
Cid" ha izado gavia y velacho y
también el foque, que el escaso
viento que sopla apenas mueve.
Se hace preciso arriar un bote,
que con ocho marineros a los re-
mos, inicia la pesada maniobra
de remolcar el buque para alejar-
lo del muelle y, si es preciso,
llevarlo hasta fuera del puerto
con la esperanza de que entonces
sople un viento lo suficiente-
mente fuerte como para mover la
embarcación.
Por fin, a la altura de Cala
Mayor, se levanta una brisa que
hincha las velas del bergantín. El
bote es izado y se larga todo el
aparejo. “El Cid", con un andar
de unos cinco nudos, inicia el
largo viaje que finalizará en el
puerto de Matanzas, en la lejana
isla de Cuba.
Después de muchas horas de
navegar, están a la altura de For-
mentera.
El puerto de Málaga será la
primera escala desde su salida de
Palma. El jueves, día 27 de Sep-
tiembre, con mar gruesa del su-
roeste, el buque pone rumbo a la
linterna del puerto de Málaga. A
las 6 horas y con práctico a bor-
Domingo, 11 de junio de 2006 / Diario de Mallorca
do, quedan fondeados con el an-
cla de babor, tendiendo la otra
por la popa. El día 30 se procede
a la salida, acabando la singladu-
ra, con Punta Europa (Gibraltar),
por la amura de estribor.
Tras cruzar el estrecho, y va-
rias singladuras sin nada que re-
saltar, el 7 de octubre, “El Cid”
queda sin gobierno por falta de
viento. En la amanecida, co-
mienza a soplar un viento fres-
quito siendo la situación del bu-
que a medio día latitud 32º 07’
Norte y longitud 7º 40,4 al Oeste
de meridiano de Cádiz.
La singladura del 10 al 11 de
octubre comienza con chubas-
➔
El Cid, buque de 108
toneladas de porte y con
una velocidad de 5 nudos
hizo escala en Tenerife
cos. A medio día el Pico de Tene-
rife por el Norte 28º al Oeste.
En Santa Cruz de Tenerife se
embarcan las vituallas y todo lo
necesario para la travesía del
Atlántico, al tiempo que se ins-
pecciona el aparejo y el casco
del buque, para asegurarse de
que están en condiciones de lle-
var a cabo la larga y no menos
peligrosa travesía, ya que en es-
tos meses son frecuentes los hu-
racanes del Caribe.
Aprovisionada y dispuesta la
nave, abandona Santa Cruz y po-
ne rumbo a las Antillas, con todo
su aparejo desplegado y viento
favorable.
Transcurridos varios días y
sin incidencias que destacar, en
la amanecida del 24 de octubre,
con las primeras luces, los tripu-
lantes de "El Cid" pueden con-
templar a milla y media de ellos,
un bergantín navegando con
rumbo paralelo. A los pocos mi-
nutos, al tiempo que iza la ban-
dera británica, dispara un caño-
nazo, que levanta espuma por la
proa de la embarcación españo-
la, clara señal para que esta se
detenga.
Puestos en facha los dos ber-
gantines y cerca el uno del otro,
➔ La travesía transoceánica
suponía, en aquellos días
un mínimo de 90 días de
nvegación
no tarda el inglés en arriar un bo-
te, que en pocos minutos llega a1
costado. Suben a bordo de "El
Cid” un oficial británico y unos
cuantos marineros. El oficial sa-
luda, en correcto español, al ca-
pitán Villalonga, y le hace saber
que su intención es inspeccionar
el buque mallorquín, para cer-
ciorase de que no transporta es-
clavos ya que este comercio fue
abolido a principios de siglo
XIX. Mientras habla, no deja de
mirar al criado de color, llamado
Jeromo que permanece, atento,
de pie en cubierta. Entonces uno
de los pasajeros, a cuyo servicio
está Jeromo, le explica que se
trata de un liberto, antiguo escla-
vo que desde hacia muchos años
desempeñaba las funciones de
lacayo.
Satisfecho el oficial inglés
por la explicación, insiste en ins-
peccionar el bergantín mallor-
quín por pura rutina, a lo que no
se le pone ningún obstáculo. Fi-
nalizada la inspección y habien-
do comprobado que no hay nada
que sea de ilícito comercio, em-
barcan de nuevo los británicos
en su bote, al tiempo que desean
feliz travesía a "El Cid" y se des-
piden regresando a su embarca-
ción.
Hay que decir que a princi-
pios del siglo XIX, solo Inglate-
rra estaba a favor de la abolición
de la esclavitud. En 1.817 y
1.835 aparecieron leyes de
prohibición del inhumano tráfi-
co negrero. Durante las Cortes
de Cádiz, varios diputados pre-
sentaron proyectos de ley contra
la esclavitud. Uno de ellos, Isi-
doro Antillón, tras pronunciar un
discurso abolicionista en 1.813,
recibió tan brutal paliza, que mu-
rió a consecuencia de la misma
unos meses más tarde. En 1.837,
se decretó la abolición de la es-
clavitud en la España metropoli-
tana, no así en las colonias.
Y volviendo a nuestro ber-
gantín y al día 24 de octubre de
1.838, obtenida la situación al
medio día, siendo esta latitud 20º
17’ Norte y longitud 39º 38’ Oes-
te del meridiano de Cádiz, "El
Cid" orienta el aparejo y, parte
en busca de vientos favorables
que le conduzcan a su destino.
MANOLO RIVES
Director Escuela Náutica Palma