Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“Los indios naturales son pocos respecto de las grandes mortandades que han tenido
y tienen, que aún los años pasados de -618 y -619 hubo una gran dolencia entre ellos
que apocó mucho la gente en este reino, sin las de atrás que redujeron a cuenta un
número que, por las relaciones y ruinas que vemos, parece debía de ser innumerable de
gente”.
“Las causas de sus enfermedades y mortandades muchos las tratan y nadie las
alcanza. Unos dijeron que les venían de la servidumbre y sujeción, y de entrar en las
minas; otros que de las hambres; otros que del vino que beben de maguey, de cañas, de
cocos, de ciruelas, de granadas de mexcale y de maíz, y de otras muchas cosas que lo
hacen. Y aunque todo pudiese ser, muchos murieron los años pasados de -18 y -19 que
ni sirvieron, ni bebieron vino, ni tuvieron hambre que los pudiese traer a tal extremo,
como lo vimos en este valle de Jalisco donde no usan estos vinos, que es una cosa rara
porque en los indios el vicio de embriaguez es muy común en todas partes. Y los
naturales de este valle salen poco de sus pueblos para minas ni otras partes y sueles
coger maíz para su sustento los más años, y en este reino los indios no tienen sujeción,
ni en estas provincias marítimas hay repartimientos ni ellos son de condición que
trabajan de manera que el trabajo les haga enfermar; antes ni para sí ni para nadie
trabajan sino es mientras se lo están mandando, ni su ociosidad la acomodan sino es a
buscar algunas frutas o cosas con que hacer vino, pero ni el no beberlo ni lo demás
dicho excusó a los de este valle de la mortandad, antes murieron muchos”.
“Y los más indios a quien dio esta enfermedad estando en casas de españoles
escaparon, o fuese por lo que les esforzaron, que es gente extremo dejativa y sin ánimo,
o porque los regalasen y curasen, que todo les aprovecharía porque ellos en sus casas
tienen mala o ninguna cura y poco o ningún regalo: pues de parte de su nación con
ponerle un poco de atole de maíz delante al enfermo le han pagado sus más allegados,
bébalo o no, que eso ha quedado a su voluntad; que de parte de la nuestra, con una
visita, y esa se les hace después de muerto a ver si han dejado algún caballo, mula o
buey, si no es ya que por no poder ir en una frecada a la iglesia (en que los suelen llevar)
les van a confesar a su casa. Y esto es lo general, no negando la caridad con que algún
particular los trata”.
“Es gente inconstante y tan varia que si la dejasen a su voluntad con la religión
cristiana sin el freno del temor, en dos años no la conocerían los cristianos por las
superticiones que la juntarían, y aún la dejarían del todo según de su modo se colige y
por lo que vemos en los nuevos que se van descubriendo, que tan presto creen como
descreen y no adoran ni aún (han) adorado a dios conocido, sino hoy a una piedra que
hallan o hacen, y mañana a otra de diferente figura y ordinariamente de animales, sin
permanecer en ninguna, aunque en algunas les habla el demonio como se averiguó en el
alzamiento de los Tepeguanes que les habló muchas veces, y no es mucho que en eso no
tengan fe, pues cuando les dijo en esta ocasión les salió falso como él es en todas. Y de
este natural inconstante le queda mucho a algunos que son cristianos, y últimamente no
se halla ley que hayan guardado ni más rastro de Dios que hayan conocido que el de
esta inquietud de andar buscando que adorar. ¡Dichosos nosotros los cristianos! Que
conociendo todas las naciones naturalmente que hay Dios a quíen se debe adorar, según
parece en cuantas hasta hoy se han descubierto y de que tenemos noticia, pues todas
andan con inquietud y cuidado buscando a quien adorar, y solo nosotros por la
misericordia de Nuestro Señor hallamos y adoramos al verdadero Dios, creador y
redentor del mundo”.
“El número de los tributarios de todo este reino es de 7.196, y desde el año de -610
hasta este de -621 han faltado 2.500 indios tributarios, y aunque parece poca la falta
para los que decimos haberse muerto, la causa es que para un tributario que se muere se
mueren cuatro que no lo son por pequeños, y por otras causas también. Por esta razón
parecen muy pocos todos los Indios que hay hoy, y es porque en los pueblos ocultan en
las cuentas algunos y se dejan otros para el servicio de las iglesias; que todo mirado más
son los muertos y más son los vivos, demás que aún hay mucha gente en este reino que
por nueva no tributa, como son los de las congregaciones de San Pedro de Analco, de
Guaximic y Guaynamota, y toda la mayor parte de estas vertientes de la sierra hasta
Acaponeta, donde hay muchos, sin el sinnúmero de indios de la provincia de Sinaloa, de
que en su lugar trataremos”.