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CRÓNICAS DEL ESTADO.

Enrique S. De Aguinaga Cortés.

LA FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE XALISCO, REALIZADA POR FRAY


BERNARDO DE OLMOS EN 1539.

Mucho se habla –muy equivocadamente- de que la actual parroquia de Xalisco es


donde se fundo por vez primera el Convento de San Juan Bautista. Ese lugar fue el
segundo sitio, pues recordemos que la bella ciudad de Xalisco, Nayarit, fue cambiada de
lugar en dos ocasiones y el actual es su tercer sitio. El primer asentamiento se
encontraba mas arriba de donde actualmente existe y fue cambiado por vez primera al
punto que hoy conocemos como “Rancho de Piña”, por Don Nuño Beltrán de Guzmán
allá por los años de 1532-33, porque desde ese nuevo lugar se podía ver y tener control
del Valle de Matatipac. Este segundo sitio escogido por los conquistadores españoles se
llamaba “Atemba” y que significa en náhuatl “En la orilla del agua” (Etimológicamente:
“a” de “atl, el agua; “ten”, de “tentli”, el borde, la orilla, el labio; y “pa”, “en”).

Fray Nicolás Ornelas Mendoza y Valdivia, en las páginas 53 a 56, de su obra titulada
“Crónica de la Provincia de Santiago de Xalisco” (Guad. Méx. 1962), nos relata que –
recién fundado en este nuevo sitio- vivían ahí 3,000 indígenas y que habitaban ahí
también, consideradas como “gente de razón” 400 personas (españoles). Este poblado
de Xalisco y que etimológicamente concuerdan en su significado de “En la superficie de
arena”, los historiadores Mendoza, Dávila Garibi e Ibarra de Anda (Enrique De
Aguinaga Cortés, “Nuestras Raíces”, UAN, 1984, pág. 38), fue donde se iniciaron los
primeros pasos para la construcción y fundación del Convento de Xalisco.

Es, Fray Antonio Tello quién por vez primera nos relata el como fue esa fundación y
el porque. Así, en su magnifica obra “Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de
Xalisco”, en su Libro Segundo, Capitulo CIV, páginas 149 a 151 (Edición 1973, en el
XLVIII Aniversario del restablecimiento de la Universidad de Guadalajara), nos señala
que:

“El padre Fray Bernardo de Olmos, con parecer Christóbal de Oñate, teniente de
gobernador y capitán general por Francisco Vásquez Coronado, fundó el convento de
Xalisco, teniendo por su compañero al padre Fr. Francisco de Pastrana, religioso lego el
de mill y quinientos y cuarenta, en un pueblo llamado Atemba, al pie de un cerro muy
alto, donde estuvo fundado por espacio de cinco o seys años, y nomás; y este bendito
religioso y su compañero hicieron la iglesia, y por haber llegado el capitán Christóbal de
Oñate, día de San Juan Baptista, a petición suya le recibieron por patrón”.

“La caussa de no haber estado ni permanecido en aquel sitio, fue porque en aquel
cerro hay una cueva que tiene tres leguas por debaxo de tierra; de la cueva salía una
serpiente que tenía el cuerpo muy gruesso y con alas y la cola delgada, y por donde
passaba, con la cola hacía un surco como de un arado levantando tierra y piedras, y
luego se hacía una nube muy negra, que despedía de sí tantos rayos, que quemaba cada
año el convento y las personas que en él estaban, y haciendo unos remolinos o
huracanes, levantaba el ayre las personas que encontraba, y de esta suerte, se consumía
mucha gente, por lo qual, el padre fray Bernardo de Olmos fue a esta cueva con agua
bendita, estola y cruz, (y) el fiscal y un muchacho, conjuróla y halló la serpiente en la
cueva, de estatura disforme, acostada en medio de ella. Llegado el dicho padre, la
conjuró de parte de Dios le dixesse porqué hacía aquel mal, y respondió que porque
toda aquella gente no le sacrificaba ya, y que así se fuesen de aquel lugar como gente de
quien ya no tenía provecho, que aquel puesto era su posesión; y así el dicho padre passó
el pueblo y convento a donde agora está media legua, poco más o menos de distancia
del puesto antiguo, en el año de mill y quinientos y cuarenta y seys”.

“Tenían costumbre los yndios en su gentilidad, (de) sacrificar criaturas a aquel ídolo
o serpiente, y hoy en día permanece la cueva, aunque derrumbada por partes, y mucha
arboleda alrededor, y en nuestros tiempos han visto la serpiente algunos yndios, y
particularmente uno llamado Bartholomé, natural de el dicho pueblo de Xalisco, y desde
aquel día vivió macilento y asustado, hasta que murió”.

“El sitio de Atemba, a donde estuvo fundado Xalisco, es un rincón que está de la otra
banda de un río seco, camino de Compostela, donde hay hoy cimientos y algunas
paredes, donde tuvo presidio Nuño de Guzmán, y cassa de vivienda, la qual heredó el
yndio cacique llamado Don Cristóbal –de quien antes se ha tratado-, a quien habían
nombrado por Gobernador, y en estas cassas vivió el señor Obispo Don Pedro Gómez
Maraver un poco de tiempo, y en su compañía el padre fray Pedro de Almonte, de
donde salió sin saberse a donde fue, ni que se hico”.

“Fue guardián doce años el padre fray Bernardo de Olmos; los cinco o seys fue de el
convento de Atemba, y lo restante en Xalisco, adonde prosiguió el dicho padre en la
enseñanza y doctrina de los yndios, bautizándolos y catechizándolos, aunque eran
infinitos, porque no sólo corrían por su cuenta los de este valle, sino también los de
Aguacatlán, Xala y Compostela, Valle de Banderas, Tzenticpac, Ytzcuyntlan,
Ayotuchpan, Acaponeta y Quiviquinta con todos sus pueblos hasta Culiacán. Fue
custodio de esta Provincia, y no se sabe en que convento murió este bendito padre; pero
tiénesse noticia de sus raras virtudes y maravillosos hechos; con que tenemos por muy
cierto está gozando de Dios”. (Enrique S. De Aguinaga Cortés. Historiador-Investigador
XXXVIII Ayuntamiento de Tepic).

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