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LOPE DE AGUIRRE
El conquistador
Lope de Aguirre,
en un apunte del
pintor
Germán Suárez
Vértiz
Lope de
Aguirre
(¿1511?-1561)
fue un
conquistador
español que
arribó al Perú
después de
1539 y tras
unos oscuros
servicios bajo bandera leal durante las guerras civiles de los conquistadores, se enroló
en la expedición de Pedro de Úrsua que partió en 1560 en busca de EL DORADO. Esta
expedición hizo la segunda travesía del Amazonas y durante ella se forjó la leyenda del
“traidor Lope de Aguirre”. Tras asesinar a Úrsua, Aguirre tomó el mando de la
expedición, se proclamó rey y declaró la guerra al rey Felipe II. Planeó conquistar el
Perú. Tras una serie de espantosos crímenes que cometió contra sus propios
subordinados, los llamados “marañones”, y que culminó con el asesinato de su propia
hija, fue a la vez asesinado por uno de sus soldados.
Lope de Aguirre, nació en Oñate, Guipúzcoa, por el año 1511 y
presumía de hidalgo. Por servicios que nos son desconocidos mereció de la
Corona ser nombrado Regidor en la mejor ciudad del Perú, pero por estar
cubiertas las plazas la merced no tuvo efecto. Este título se fechó el 6 de
abril de 1536; al conocerse su imposibilidad se le trasladó el regimiento a
Chile, según otra cédula de 1º de diciembre del mismo año. A pesar de que
pasó a Indias en 1539, Lope de Aguirre no reclamó el privilegio,
ocupándose en el Perú en el oficio de domador de potros. Más tarde fue
soldado del capitán Diego de Rojas cuando iba a la jornada de los
Chunchos. En realidad parece que sirvió con Peranzúrez, pasando con este
caudillo al Cuzco cuando el asesinato del Marqués Pizarro, juntándose
todos allí con Perálvarez Holguín y marchando después en busca de Vaca
de Castro. Dicen que llegado el momento de la batalla de Chupas, Lope se
escondió en Huamanga para no combatir. Posteriormente fue Sargento de la
guardia del Virrey Núñez Vela; apresado éste, pasó a Trujillo donde se halló
con Melchor Verdugo en el alzamiento por el Rey el día de San Quintín de
1545. Como Alguacil de Verdugo viajó por mar a Nicaragua, acompañando
a este capitán en la navegación del río de San Juan, asalto al Nombre de
Dios y retirada a Cartagena de Indias, donde se esfumó Verdugo
abandonando a los suyos. Lope de Aguirre pretendió entonces pasar al
Perú, mas se lo impidió una orden del Presidente Gasca, que sabía sus
andanzas como Alguacil y Sargento que había sido de Verdugo. No
obstante se dio maña para ir a tierra perulera, mas el Presidente se negó a
recibirlo. Resentido con él, Aguirre se halló en diversas ligas y motines de
soldados descontentos, que no tuvieron efecto, primero en el Cuzco y
después en la Plata, secundando en esta última ocasión a Sebastián de Cas-
tilla. Perdonado gracias a una amnistía decretada por la Audiencia para que
todos los culpados salieran a combatir a Francisco Hernández Girón, asistió
con Alonso de Alvarado a la derrota de Chuquinga, recibiendo en ella un
tiro de arcabuz que lo dejó cojo de la pierna derecha. Lleno de despecho
marchó a Lima esperando que el Virrey Marqués de Cañete le premiara sus
servicios, pero el gobernante no lo atendió, doliéndose Lope de Aguirre al
extremo de jurar vengarse del Rey de España y sus representantes. Y para
dar comienzo a su represalia, se alistó de soldado en el campamento que en
los Motilones tenía el capitán Pedro de Ursúa, Gobernador de Omagua que
se prestaba a salir hacia la selva. Allí llegó Lope de Aguirre con una
pequeña hija mestiza y pacientemente esperó que se terminaran los
bergantines. Cuando las embarcaciones se echaron al agua en el asiento de
Topesana, Lope zarpó en ellas el 27 de setiembre de 1560.
Durante la primera parte del recorrido se portó tan bien que Ursúa lo
nombró Tenedor de los Bienes de Difuntos; sin embargo, después de arribar
a Machifaro pasaron a Mozomoco y allí dirigió la muerte del Gobernador
Ursúa la noche de Año Nuevo, siendo uno de los que lo asesinaron a
estocadas mientras reposaba en su hamaca. Este crimen convirtió a los
expedicionarios en amotinados y traidores, pero ellos empezaron a
nombrarse "marañones", iniciando así la más triste historia fluvial de su
siglo, historia que se identificó con la segunda navegación del Río Grande
de las Amazonas. A partir de entonces o muy poco después, Lope de
Aguirre se convirtió en el Fuerte Caudillo de los Marañones, matando a
Juan Alonso de la Bandera y a Lorenzo de Zalduendo, capitanes que le
hacían sombra. No contento con esto, se dio el lujo de elegir por Príncipe
de los alzados al hidalgo sevillano don Fernando de Guzmán, al que
también mató poco después, siendo su Maestre de Campo.