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“TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CUCUTA SALA

CIVIL FAMILIA
Magistrada ponente: Dra. CONSTANZA FORERO DE RAAD
Ref.: Rad. 5401-3110-005-2008-0413-
00
Rad. Interno: 2008-00225-01
Cúcuta, veinticinco de noviembre de dos mil ocho.
Esta Sala de decisión procede a resolver la impugnación concedida
a la accionante, respecto del fallo proferido el día ocho de septiembre
del presente año por el Juzgado Quinto de Familia de esta ciudad,
dentro de la acción de tutela instaurada por María Belén Contreras
Martínez contra el Instituto Departamental de Salud.
ANTECEDENTES
La peticionaria mediante escrito inicial, solicita la protección del
derecho fundamental constitucional de Petición, asi como el debido
proceso, dignidad, igualdad, equidad, el reconocimiento y pago de lo
debido, el derecho a desempeñarse laboralmente de acuerdo al perfil
y las competencias, y el ejercicio de las funciones de acuerdo al
estatus profesional, que considera le están siendo vulnerados por el
extremo pasivo, al no darle respuesta oportuna y en los términos
requeridos a la solicitud elevada el día 29 de julio del presente año,
comunicación que fuera recibida por la entidad demandada en la
última fecha, según se constata a folio 2 del cuaderno principal de la
instancia.
Los hechos base de lo pretendido, se sintetizan así:
1º Que elevó una petición el día 29 de julio del presente año ante
la entidad pública accionada, solicitando información y expedición de
las copias que da cuenta dicha reclamación, para con ello entrar a
demostrar los tratos indebidos, inhumanos y degradantes que
psicológicamente y laboralmente ha y está afectando su salud, sin
que a la fecha de presentación de la acción le haya recibido respuesta
alguna, evadiendo la accionada, su obligación en aportar todas las
pruebas que necesita para impetrar las acciones respectivas por
acoso laboral y otras.
2º Que por lo anterior, debe ordenarse a la entidad demandada que
conteste y resuelva en forma íntegra la reclamación elevada por
haber transcurrido más de diez días hábiles para ello, aún cuando
alegue haber dado respuesta ya que la misma fue extemporánea, no
exonerándola de responsabilidad, por cuanto se encuentra de todas
manaras(sic) violentando el derecho fundamental y constitución(sic)
de dar información y expedir copias.
3º Que con relación al Debido Proceso que emerge del acoso
laboral, es evidente, por cuanto no se ha constituido debidamente el
comité de convivencia laboral y si este(sic) se conformó, se hizo con
violación a dicho derecho; así como tampoco se le ha dado trámite y
respuesta a la denuncia formulada mediante escrito dirigido a la Dra.
Nelly Patricia Santafe(sic) Andrade en su condición de Directora del
Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander, en vista de
las sistemáticas conductas en su contra tipificadas en la Ley 1010 del
26 de enero de 2006, aunándose el hecho de haber sido desplazada a
otra dependencia y con funciones que nada tienen que ver con sus
conocimientos, título profesional de contador público,
especializaciones, diplomados y otros estudios adicionales realizados,
unido a la experiencia que ostenta real y ciertamente, con el
ingrediente que en varias ocasiones y por años en forma
interrumpida, se le han asignado, quitado y agregado funciones que
debe ejercer, así como trabajos de apoyo, lo cual le ha generado
sobre carga en sus labores y responsabilidades.
4º Que no le han sido reconocidos ni pagado los estudios de
especialización adquiridos, en cambio el diplomado en el 70%,
existiendo desigualdad frente a otros servidores de la institución que
se les pagó el 100%, configurándose con ello la violación a tal
derecho y de paso el de equidad y dignidad, unido a que se canceló a
otros funcionarios los incrementos salariales, teniendo en cuenta que
éstos tenían o no el mismo grado y asignación mensual.
El operador judicial de instancia mediante auto del 27 de agosto del
presente año, admite la acción por encontrarla ajustada a derecho,
ordenando su notificación al Representante Legal de la entidad
demandada, para que se pronunciara sobre los hechos puestos a su
consideración por el reclamante.
Enterada de la iniciación de la presente Acción Constitucional, la
Directora de la Institución demandada se pronunció diciendo
resumidamente, que la acción debe declararse improcedente por
cuanto el requerimiento elevado por la accionante se satisfizo durante
el presente trámite al darle respuesta a su reclamación, toda vez que
a pesar de que las copias solicitadas desborda cualquier concepto de
racionalidad y pese a la limitación de recursos, el 2 de septiembre del
presente año se hizo entrega física y efectiva de unos documentos,
pues de los restantes, se le manifestó que ellos se encuentran
disponibles para la reproducción a su costa por cuanto el volumen
solicitado fácilmente supera las 1000 unidades, decisión que se
fundamenta en los artículos 24 del C.C.A, en concordancia con la
Resolución número 0317 del 20 de febrero de 2006, mediante la cual
se reglamenta internamente el procedimiento del trámite de los
derechos de petición en el Instituto, en su artículo 1º, capitulo II,
numeral 7º, así como con lo dispuesto en la Ley 57 de 1985, artículo
18.
Expresó así mismo, que frente al punto de la ocurrencia del acoso
laboral denunciado por la tutelante, el Instituto evidencia la
inexistencia de mecanismos preventivos como lo es el Comité de
Convivencia Laboral, tal y como lo dispone la Ley 1010 de 2006, no
obstante ello, la Dirección del Instituto adoptó mecanismos de
prevención del acoso laboral definiendo a su vez procedimientos
internos para su desarrollo, adoptados mediante la Resolución 00195
del 28 de julio de 2008.
Indicó igualmente, que respecto de los derechos a la dignidad,
igualdad y equidad, no es clara la accionante en el sentido del no
reconocimiento y pago de lo debido, por cuanto no allega prueba
idónea y ni siquiera sumaria de las sumas que le adeuda la entidad
en donde se especifiquen los conceptos de dichas deudas, ya que
contrario a ello, durante todo el tiempo que ha estado vinculada con
el Instituto se le han cancelado tanto el salario como la prima técnica
a que tiene derecho, en virtud del cargo que está ocupando y
conforme a las asignaciones salariales autorizadas por la Junta
Directiva, lo cual ocurre con el desempeño laboral acorde con su perfil
y competencias, pues en todos y cada uno de los actos
administrativos con los cuales se le asignan funciones, está
perfectamente claro que le respeta el perfil profesional que tiene la
funcionaria y acorde con el manual de funciones de la entidad,
anexando para el efecto la Resolución número 0320 del 27 de febrero
de 2008 con la cual se reasignaron las áreas de desempeño laboral
de la funcionaria.
El Juez Constitucional finiquitó la instancia mediante el
pronunciamiento objeto de impugnación, por el cual no concedió la
tutela invocada, por considerar que el hecho que dio origen a la
acción se encuentra superado, ante la afirmación efectuada por la
entidad demandada en el sentido de haber hecho entrega de algunas
copias a la peticionaria y otras que quedaron a su disposición para ser
cancelada su reproducción por la solicitante, tornándose por ello
inoficiosa por sustracción de materia, como quiera que los motivos
que la originaron desaparecieron, razón por la cual, para no
desnaturalizar el sentido y filosofía de la presente acción y así de(sic)
evitar fallos inocuos, por lo que con base en ello decretó la cesación
del procedimiento, no sin antes, conminar a la accionada para que en
lo sucesivo no se repita(sic) estas conductas so pena de ser
sancionada de conformidad con lo establecido en la Ley.
Inconforme con dicho pronunciamiento, la demandante
oportunamente, exponiendo prácticamente los mismos argumentos
que adujera en el escrito demandatorio de esta acción, por lo que
arribados a esta Superioridad Jerárquica los autos, se procede a
emitir la decisión que ponga fin a la instancia, previa las
siguientes,(sic)
Tramitada la instancia en debida forma y no observando la Sala
causal de anulación alguna capaz de invalidad lo actuado, procede a
resolver lo que en derecho corresponda, previas las siguientes,
CONSIDERACIONES
La Constitución Política de 1991, consagró en su artículo 86, la
figura de la Acción de Tutela como una herramienta adicional a las ya
establecidas por nuestra legislación, para brindar solución a los
conflictos originados en las distintas actividades de la persona en
sociedad y para las cuales no existan procedimientos legales
preestablecidos.
El fin primordial de la mencionada figura constitucional, es el de
ofrecer a las personas una protección inmediata de los derechos
constitucionales, cuando estos(sic) resulten vulnerados o amenazados
por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública, o de
particulares en los casos expresamente señalados en la Ley, cuando
no exista otro medio de defensa judicial, o también como medio
transitorio de inmediata aplicación a efecto de evitar un perjuicio
irremediable, cuando aquellos(sic) hayan sido previstos.
El artículo 23 de la Carta Política, reconoce el derecho de petición
como un derecho fundamental, como quiera que éste es el que
permite un contacto directo entre el gobernado y el gobernante,
manifestándose como una forma de participación en los asuntos
públicos, sirviendo además como instrumento para lograr la
protección de los demás derechos de la persona.
“En virtud el derecho de petición, los particulares se encuentran en
la posibilidad de dirigirse a las autoridades publicas, en interés
particular o general, para obtener dentro del término legalmente
establecido, una respuesta, pues cuando la autoridad pública omite
resolver sobre la petición o produce una decisión tardía sobre el
asunto a su consideración por esa vía, conculca el derecho, cuyo
núcleo esencial comprende una “pronta solución.” (Sentencia T-572
de 1.995, M.P., Dr. Fabio Morón Diaz(sic).
Infiérese de lo anterior, que el derecho de petición no se realiza de
manera plena, si la administración retarda su respuesta,
independientemente que esta sea favorable o no al peticionario,
puesto que tal presupuesto se encuentra contenido en el artículo 209
de la Ley fundamental cuando dispone, que la función pública está al
servicio de los intereses generales y se desarrolla bajo los principios
de eficacia y celeridad, entre otros. “La comunicación debe ser
oportuna. El factor tiempo es un elemento esencial para la efectividad
de los derechos fundamentales; de nada sirve una respuesta
adecuada y certera cuando ella es tardía”. (Sentencia T-220. 1994.
M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.)
En atención a las anteriores consideraciones y requisitos señalados,
la Sala estima que el Instituto Departamental de Salud de Norte de
Santander, vulneró el derecho de petición y de paso el del debido
proceso, al no haber dado respuesta de manera oportuna a la
reclamación elevada por la accionante el día 29 de julio del presente
año, pues de la ofrecida por dicha entidad se produjo el 1º de
septiembre del año citado, es decir, esto es, con posterioridad a la
iniciación de la tutela.
No obstante lo dicho, la entidad accionada en su escrito de
descargos visto a folios 107-115 del cuaderno principal, hizo saber de
la respuesta dada a la solicitante, allegando la respectiva
comunicación como soporte de su dicho, como se advierte a(sic) folio
105 y 106 del mismo cuaderno, cumplimiento que en la actualidad
hace desaparecer la omisión enroscada, al haberse removido el
obstáculo generador del agravio.
Si bien es cierto la situación que ahora se presenta se acompasa
con lo que la jurisprudencia constitucional ha señalado como
“carencia actual del objeto”, entendida esta(sic) como la inexistencia
del agravio al momento de proferirse la decisión correspondiente, no
por ello puede decirse que la solicitud de amparo era infundada,
puesto que para el momento de intentarse la tutela la entidad
accionada le estaba vulnerando el derecho invocado, ya que como
consta en el expediente, solo(sic) hasta hace pocos días se dio
respuesta a la petición invocada.
En este orden de ideas, ante la carencia actual de objeto, procede
aplicar el artículo 24 del Decreto 2591 de 1991, reglamentario del
artículo 86 de la Constitución Nacional, pues resultaría inoficioso
conceder la Tutela cuando el hecho que lo generó ya fue subsanado.
No obstante, es pertinente prevenir a la entidad accionada, para que
en lo sucesivo se actúe con mayor agilidad al momento de tramitar
las peticiones que le sean elevadas, para evitar situaciones como la
aquí puesta de presente.
Al tratar el tema de la desaparición de los motivos que dan lugar a
la acción de tutela, la H. Corte Constitucional, en sentencia T-259/01,
Expediente T-383269, con ponencia del Dr. Marco Gerardo Monroy
Cabrera, dijo:
“En reiteradas oportunidades la Corte ha señalado enfáticamente
que la acción de tutela pierde su razón de ser y carece de objeto
cuando han desaparecido los motivos que en su momento
justificaron la iniciación del proceso. En estos eventos, las
pretensiones deben ser negadas por sustracción de
materia e inexistencia de un objeto jurídico susceptible de
protección…”. (destaca la Sala).
La tutela cuando ya no existen los hechos vulneratorios de los
derechos fundamentales, carece de objeto, porque como lo dijera la
corporación citada en la sentencia T-511 de 2002, con ponencia del
Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra,
“La acción de tutela tiene por objeto la protección cierta y
efectiva de los derechos constitucionales fundamentales
presuntamente amenazados o vulnerados, lo cual explica la
necesidad del pronunciamiento del juez en sentido favorable o
desfavorable, lo cual constituye la razón de ser de la solicitud
que ante la autoridad judicial dirige la persona que se considera
afectada. De tal forma que si la situación de hecho por la cual la
persona se queja ya ha sido superada en términos tales que la
aspiración primordial en que consiste el derecho alegado está
siendo satisfecha o lo ha sido totalmente, ha desaparecido la
vulneración o amenaza y, en consecuencia, la posible orden que
llegase a impartir el juez caería en el vacío. Esto implica la
desaparición del supuesto básico del cual parte el artículo 86 de
la Carta y hace improcedente la tutela. Cuando la perturbación,
vulneración o amenaza ya no es actual ni inminente y el
peticionario carece de interés jurídico, desaparece el sentido y el
objeto de la acción de tutela, por lo cual habrá de declararse la
cesación de la actuación impugnada.”
Ahora bien. Con relación al presunto acoso laboral que dice la
accionante es violatorio de su derecho al debido proceso, se
desprende de la demanda de tutela que, precisamente las copias
requeridas tienen por objeto iniciar las acciones que se encuentren a
su alcance, ya que en el numeral tercero se dice que se necesitan
para “impetrar las respectivas demandas por Acoso Laboral y otras”,
en otras palabras, advierte que tiene a su alcance otros mecanismos
para salvaguardar su derecho, el que por obvias razones en dicha
materia no le ha sido conculcado por cuanto dicha acción aún no se
ha iniciado.
No obstante lo anterior, es importante resaltar y como da cuenta la
comunicación dirigida a la tutelante por el Coordinador de Recursos
Humanos de la Institución accionada, fechada 22 de agosto del
presente año, así como de la respuesta de descargos emitida por la
Directora del Instituto demandado, que en aplicación a la Ley 1010
de 2007(sic) y Resolución número 001935 del 28 de julio de 2008, el
Comité de Convivencia Laboral asumió el estudio de la situación
laboral por ella planteada, con lo cual se reafirma que su caso
además de encontrarse en curso, se está ciñendo a las directrices
establecidas en la(sic) normatividades referidas, por lo que sería
prematuro afirmar una vulneración al debido proceso sin que el
trámite se encuentre definido.
Con relación a los pagos que indica la tutelante le adeuda la
entidad demandada, así como de las demás situaciones
administrativas de orden salarial que se le han venido presentando,
son reclamaciones que no están llamadas a prosperar a través de
este mecanismo constitucional, por cuanto tiene a su alcance otros
medios idóneos para ello, como sería el de acudir a la justicia
ordinaria laboral en donde a través del procedimiento establecido
para ello, puede hacer valer lo que aquí predica, no resultando
entonces este medio el más eficaz para ello, como quedara
consignado anteriormente.
Ahora bien, si tomamos como base de la tutela el derecho a la
igualdad, es preciso seguir los derroteros de la jurisprudencia
plasmada en la sentencia T-338 del 30 de abril de 2003, MP. Dr.
Álfaro Tafur Galvis, de la cual se colige la no vulneración de este
fundamental derecho en un caso similar, al decir:
“Las reclamaciones hechas por el actor corresponden a
prestaciones laborales de carácter netamente legal que pueden ser
efectivamente reclamadas por otra vía judicial… De igual forma, el no
percibir dicha prestación laboral no está atentando contra el mínimo
vital del accionante o contra otros derechos fundamentales, que
pueda justificar que se ordene su pago por medio de esta vía judicial
excepcional…”
En tal sentido es preciso indicar, que una de las características
fundamentales de la acción constitucional de tutela es precisamente
su carácter subsidiario, esto es, que sólo procede cuando el
ciudadano no tenga a su alcance otro medio de defensa efectivo para
la protección de sus derechos fundamentales, circunstancia que en el
asunto sometido a estudio se da, como quedara expuesto
anteriormente.
Unido a todo lo anterior, se tiene el hecho de que la demandante
recibe su remuneración acorde con la labor que desempeña, con lo
cual se puede concluir la inexistencia de un posible agravio al mínimo
vital, por cuanto ni de los hechos de la demanda ni de las pruebas
aportadas a la acción, se desprende esa afectación.
Sin necesidad de más consideraciones, y habiendo llegado la Sala a
la misma conclusión a la que llegó el Juez Constitucional de instancia,
su fallo deberá confirmarse por tener suficiente respaldo legal y
probatorio.
En mérito de lo expuesto, la SALA CIVIL FAMILIA DEL TRIBUNAL
SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE CUCUTA, ADMINISTRANDO
JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA Y POR
AUTORIDAD DE LA LEY,
RESUELVE:
Primero: Confirmar el fallo impugnado de origen, fecha y contenido
puntualizados en la parte motiva de esta providencia.
Segundo: Notificar la presente decisión a las partes por el medio
más idóneo.
Tercero: Remitir el expediente a la Honorable Corte Constitucional
para su eventual revisión.
CONSTANCIA: Aprobada según acta de la fecha.
COPIESE, NOTIFIQUESE Y CUMPLASE
Firma ilegible.
CONSTANZA FORERO DE RAAD
Firma ilegible.
EVELIO MORA GUTIERREZ
Firma ilegible.
GUILLERMO RAMÍREZ DUEÑAS”.

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