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De este modo manifiesta Dios su clemen-
cia. Tal vez se halla el lector bajo la impresin del enojo de Dios,
y presienta una ruina rpida. Sirva este versculo para librarte
de la desesperacin. El Seor te invita ahora a examinar tus ca-
minos y a confesar tus pecados. Si fuera un hombre, hace mu-
cho tiempo que habra cortado el hilo de tu vida. Si obrara como
los hombres, despus de la amonestacin habra sobrevenido el
castigo, y puesto fin a tu vida. Mas Dios no obra as, porque
como son ms altos los cielos que la tierra, as son sus caminos
ms altos que vuestros caminos.
Sobradamente sabes que Dios est enoja-
do, mas su enojo no es para siempre: Si te conviertes a Jess,
Dios depondr su ira. Porque Dios es Dios y no hombre, aun
cuando ests hundido en el cieno del pecado, tendr misericor-
dia de ti. Date cuenta de que has de tratar con Dios, no con
hombres crueles, ni siquiera con hombres justos. Ningn ser
humano podra ser paciente contigo: a los mismos ngeles ha-
bras molestado como has afligido a tu propio padre, mas Dios
es paciente. Puedes probarlo ahora mismo. Confisale tus peca-
dos, cree y arrepintete y sers salvo.

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