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En el silencio, ojos cerrados, su inmemorial sabiduría.
respirando pausada, acompasadamente, Nos hablan, nos orientan
descendemos por el pozo de nuestra vida. mediante signos y símbolos de toda clase:
En su silencio, en su oscuridad acontecimientos y situaciones,
vemos y oímos cosas dolores y gozos, victorias y derrotas,
normalmente invisibles e inaudibles. picos y valles, objetos y personas,
En el agua que fue turbia imágenes y sueños,
y ahora es transparente presentimientos huidizos,
vemos una bellota y otra y otra. o relámpagos de luz cegadora.
Bellotas que contienen Vemos, escuchamos, nos damos cuenta,
maravillosas posibilidades, crecemos, cambiamos, evolucionamos.
bellotas que se esfuerzan por llegar
a ser robles en plenitud: Y en la quietud interior
creaciones del cuerpo, de la mente vemos al roble desplegar sus ramas
y del espíritu. como alas gigantescas,
y, desarraigándose, cruzar el cielo
Contemplando esas bellotas hacia un horizonte nuevo
en la quietud interior de nuestro pozo conocido sólo a él.
alertamos nuestros sentidos interiores La bellota sabe a dónde se dirige.
para captar y retener En el silencio... En el silencio.
La bellota y el roble
2. En esta quietud
un espacio se crea
dentro de nosotros,
5. En la penumbra percibimos
un centro interior.
nuestra vida como una bellota,
A través de ese centro,
pequeña e insignificante
como por el vano de un pozo
y repleta de promesa.
descendemos
Vemos esta bellota
a su acogedora oscuridad,
entreabrirse lentamente.
a su silencio.
Vislumbramos en sus entrañas
3. Y en el silencio la promesa de un roble magnífico,
oímos cosas hace tiempo olvidadas el roble de nuestra vida
que ahora nos reclaman en proceso de desarrollo.
esperando respuesta.
6. En su pequeñez, la bellota
4. En la penumbra de nuestro pozo contiene el espléndido roble.
aparecen recuerdos remotos y recientes. Sus raíces nutriéndose
del terruño materno, en roble joven y robusto, y el roble
su tronco noble, como de roca, joven adquiere la sorprendente
sus ramas amplias, belleza
su follaje denso, de un roble en plenitud:
sus flores y sus frutos. generoso en frutos y lleno de
promesa de otros robles por nacer.
7. La bellota sabe a dónde va,
sabe cómo transformarse en roble: 12. El roble adulto bien nutrido
cayendo en el vientre de la tierra, y templado por tierra, sol y lluvia,
absorbiendo sus jugos vitales, y de tantas maneras modelado por el
muriendo a sí misma, viento y la brisa,
cesando de ser bellota ... diversamente coloreado por la luz y
Para luego brotar y crecer, las estrellas, y por las estaciones,
palpitando al ritmo de las estaciones, acogiendo, protegiendo,
en contacto simbiótico alimentando
con el viento y el agua pájaros y alimañas,
y el fango nutricio de la Madre Tierra. compartiendo su propia sustancia,
el roble adulto se mantiene firme,
8. Y el roble continúa creciendo espléndido, altanero bajo el cielo
alimentando y protegiendo estrellado,
a las criaturas del bosque. vinculado vitalmente con el cosmos,
Ese magnífico roble y nos habla en el silencio ...
estaba ya en la bellota.
Y la bellota sabía 13. En el silencio, ojos cerrados,
cómo llegar a ser roble. respirando pausada,
acompasadamente,
9. Tantas son las bellotas, descendemos por el pozo de nuestra
tantas las posibilidades latentes vida.
en lo profundo de nuestro ser. En su silencio, en su oscuridad
Bellotas innumerables vemos y oímos cosas
en la oscuridad de nuestro subsuelo, normalmente invisibles e inaudibles.
en el vientre de nuestra propia tierra, En el agua que fue turbia
y en contacto viviente y ahora es transparente
con el universo entero. vemos una bellota y otra y otra.
Bellotas que contienen
10. Bellotas innumerables en espera maravillosas posibilidades,
de la oportunidad de germinar, bellotas que se esfuerzan por llegar
de echar raíces y crecer a ser robles en plenitud:
como realidades tangibles. creaciones del cuerpo, de la mente
Bellotas que saben a dónde ir y del espíritu.
y que llegarán allí,
cada cual a su tiempo, y a su paso. 14. Contemplando esas bellotas
en la quietud interior de nuestro
11. Una sabiduría interior las acompaña pozo
a cada paso de su desarrollo, alertamos nuestros sentidos
a medida que la bellota se convierte en interiores
arbolillo y el arbolillo se transforma
para captar y retener crecemos, cambiamos,
su inmemorial sabiduría. evolucionamos.
Nos hablan, nos orientan
mediante signos y símbolos de toda clase: 15. Y en la quietud interior
acontecimientos y situaciones, vemos al roble desplegar sus ramas
dolores y gozos, victorias y derrotas, como alas gigantescas,
picos y valles, objetos y personas, y, desarraigándose, cruzar el cielo
imágenes y sueños, hacia un horizonte nuevo
presentimientos huidizos, conocido sólo a él.
o relámpagos de luz cegadora. La bellota sabe a dónde se dirige.
Vemos, escuchamos, nos damos cuenta, En el silencio... En el silencio.