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El doble discurso de EU
El Medio Oriente exhibe su inconformidad con la mano de hierro de EU que previene
representación democrática, ahorca libertades económicas, cultiva corrupción y premia
a tiranos...
La CIA remplazó a Mossadeq con el general Zahedi, un fascista que intentó crear un
gobierno pro-nazi. EU compensó el golpe, entregándole $73 millones al consolidar el
poder y facilitarle petróleo a EU.
Ojalá Irán fuera un caso histórico y aislado, pero es el modelo operativo vigente en el
Medio Oriente y África para EU y lo fue con Latinoamérica por varias décadas. Manuel
Noriega fue el último líder latinoamericano de la guerra fría aliado convertido en
enemigo: dictador militar traficante de drogas y empleado de la CIA desde 1967 hasta
que dejó de obedecer a Norteamérica en 1989.
EU siempre trata de llevarnos a la misma conclusión: los tiranos como Mubarak, Hussein
y Noriega, quienes ahorcan libertades, destruyen instituciones y aplastan valores
democráticos, empobrecen a sus países. Insinúa que fracasaron por no emular a EU.
Frecuentemente, estos déspotas son producto directo de la política exterior de EU; no
estarían en el poder sin su apoyo. Los líderes que hoy vilipendiamos fueron entrenados
militarmente y financiados económicamente por EU. Lo más trágico es que con el abuso
de poder, EU desacredita su modelo de economías libres, democracia y estado de
derecho. Es preocupante. Realmente es el mejor modelo socio-económico.
Los ciudadanos de Siria, Yemen y Bahrein están igual de ansiosos por ser libres, y son
asesinados por expresar su deseo. Hay más tiranos corruptos y asesinos subsidiados por
la “ayuda externa” de EU: Guinea Ecuatorial, Chad, Camerún, y Etiopia. Serán
desapercibidos por CNN, pero son ollas de presión. Libia está obligando a la política
exterior norteamericana a ser menos contradictoria. El Medio Oriente exhibe su
inconformidad con la mano de hierro de Estados Unidos que: previene representación
democrática, ahorca libertades económicas, cultiva corrupción y premia a tiranos
sumisos con ayuda externa. La era de dictadores sumisos está terminando. Difícilmente
surgirá un arco iris pro-estadounidense al otro lado del conflicto.
EU necesita aprender a no reaccionar con un impulso militar infantil impune ante una
tentación económica cortoplacista. No para santificarse, para prevenir una caída
precipitosa.