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La anemia consiste en la disminución del nivel normal de hemoglobina, un pigmento contenido en los

glóbulos rojos y responsables de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y el
dióxido de carbono en sentido contrario. Cuando la hemoglobina no realiza esta función, tanto por
resultar insuficiente como por ser defectuosa, el organismo presenta un estado anémico.

La hemoglobina es el componente más importante de los glóbulos rojos. Su función consiste en absorber el oxígeno
de los pulmones y transportarlo por el sistema circulatorio hasta las células de los tejidos, y trasladar también el
dióxido de carbono en dirección contraria. 

Los glóbulos rojos se producen en la médula ósea, a razón de unos dos millones por segundo. Y sobreviven en la
circulación sanguínea durante unos ciento veinte días. Si la cantidad de glóbulos rojos circulantes se reduce por
debajo de lo necesario, disminuye el oxígeno que llega a los tejidos y se produce una anemia, cuyos síntomas más
característicos son la palidez, el cansancio, la debilidad, los desmayos, cierta dificultad respiratoria y palpitaciones.

CAUSAS

Hay varias razones por las que puede disminuir la hemoglobina en la corriente sanguínea. 

Una de ellas se debe a la propia producción de hemoglobina o de glóbulos rojos. Para elaborar la hemoglobina se
necesita un suministro de hierro, cuya deficiencia provoca una anemia por deficiencia de hierro o anemia
ferropénica. Esta deficiencia puede ser consecuencia de una dieta incorrecta, en la que no se ingieren cantidades
suficientes de hierro. También puede ser debida a pérdidas sanguíneas graves, ocasionadas por la menstruación el
embarazo en las mujeres, por úlceras pépticas (las que sangran lenta, pero continuamente) o por hemorroides,
entre otras. 

Para producir glóbulos rojos el organismo necesita dos vitaminas: la vitamina B12 y el ácido fólico, también llamado
vitamina B9. Estas sustancias no suelen faltar en la alimentación habitual de ninguna parte del mundo, pero algunas
personas pueden tener incapacidad para absorberlas, por lo que se produce una anemia perniciosa. 

Si los glóbulos rojos se generan a un ritmo normal pero se descomponen demasiado pronto, desciende su capacidad
en la circulación sanguínea y se produce la denominada anemia hemolítica. Este tipo de anemia tiene múltiples
causas, como la incompatibilidad del factor sanguíneo entre madre e hijo o la reacción provocada por una
transfusión de sangre. 

La anemia aplásica es la forma más grave de esta enfermedad, que se presenta cuando la médula ósea no puede
fabricar glóbulos rojos, glóbulos blancos ni plaquetas. Este tipo de anemia puede ser causado por la existencia de
células tumorales en la médula o por el contacto con sustancias químicas de carácter tóxico.

Otro tipo de anemia hereditaria es la talasemia, propia de algunas regiones mediterráneas, que consisten en una
alteración en la síntesis de una de las cadenas de la hemoglobina normal.

RIESGOS 

Es de suma importancia conseguir un diagnóstico precoz de las anemias para poder iniciar el tratamiento con la
mayor rapidez posible. En los casos de anemia crónica, que se presentan especialmente en los ancianos, la
capacidad inmunitaria de los pacientes es deficitaria y, por consiguiente, pueden declararse otra enfermedades o
empeorar las ya existentes. 

La anemia también puede resultar muy peligrosa durante el embarazo, ya que al disminuir el abastecimiento de
oxígeno al feto, éste puede verse afectado en su crecimiento y desarrollo. 

Otro caso particular es el que se presenta con las hemorragias agudas, en el cual corre peligro la vida del paciente y
puede requerirse una transfusión de sangre para garantizar un suministro de oxígeno que mejore el estado
existente o bien que al menos no lo empeore por el riesgo de contraer otro tipo de dolencias. 

ANEMIA POR DEFICIENCIA DE HIERRO

Causas

La falta de reservas de hierro se debe a una o más de las siguientes causas: 


 Insufuciencia de hierro en la dieta para satisfacer la cantidad que se consume a diario, o la que el
organismo necesita durante el crecimiento. Este problema se presenta casi siempre en los niños, las
mujeres embarazadas y los ancianos.
 Incapacidad del sistema digestivo para absorber el hiero. Sucede generalmente en casos de úlceras de
estómago y de enfermos celíacos, que no pueden ingerir los alimentos que contienen gluten o proteína de
trigo.
 Pérdida abundante de sangre, como consecuencia de una herida, una operación quirúrgica, hemorroides o
la menstruación en algunas mujeres. También por hemorragias internas en el intestino o en el estómago,
o causas de úlceras o de cáncer.
 Incapacidad para utilizar las reservas de hierro del organismo, como consecuencia de enfermedades
debilitantes muy duraderas, como la artritis reumatoide o la insuficiencia renal crónica.

Valores disminuidos:

 Alteraciones en la dieta
 Anemias de diversa índole
 Cáncer
 Enfermedades sistémicas
 Embarazo
 Fibrosis de médula ósea
 Hemorragias

Valores aumentados:

 Cardiopatías
 Enfermedades pulmonares crónicas
 Estancias en lugares de gran altitud
 Poliglobulia de diferentes causas

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