Está en la página 1de 2

EL PATRÓN DE LA RECONSTRUCCIÓN OSEA

A lo largo de los años la necesidad de reemplazar, sustituir o restaurar tejido óseo


dañado o perdido en diferentes partes del cuerpo ha sido un reto quirúrgico.
Numerosos materiales biológicos han sido estudiados en asociación con los
factores de crecimiento óseo, para lograr la elaboración de un sustituto óseo de
utilidad. Todos estos esfuerzos convergen actualmente hacia el descubrimiento
de los mejores vectores de aplicación de las sustancias osteogénicas u
osteoinductivas. Sin embargo, una larga lista de materiales se ha utilizado:
metales, polímeros, cerámicas, cristales, injertos óseos de varios tipos, los
fosfatos de calcio y en especial la Hidroxiapatita. Ademas, las características del
autoinjerto de hueso, que lo convierten en el “patrón oro” con el que han de
compararse todos los sustitutos óseos son la ostegenicidad, la osteoinducción  y la
osteoconducción.

No obstante, la obtención de hueso para injerto ya sea del propio paciente o de


cadáver o de animal, para la sustitución de hueso perdido o enfermo comporta
diferentes problemas de diferentes ordenes, médicos, técnicos y legales, por lo
que un material asequible al cirujano sin estos problemas, es de gran importancia
en la práctica médica diaria. Además el empleo de aloinjertos óseos en Cirugía
Ortopédica y Traumatología continúa siendo en la actualidad una técnica
quirúrgica habitual en el tratamiento de los diferentes tipos de defectos óseos.
Igualmente, el hueso tiene notable potencial regenerativo durante la reparación de
fracturas y defectos esqueléticos, razón por la cual, en cirugía ortopé-dica y
maxilofacial un injerto de hueso ayuda a completar la cicatrización ósea en la
reparación de las deformidades. Para tal efecto, un injerto de hueso autólogo es el
material óptimo, sin embargo su uso es problemático debido a la morbilidad del
sitio donador, cantidades insuficientes de material y la reabsorción incontrolada.
Por tal motivo, se han buscado alternativas a este tipo de injertos, que incluyen
cerámicas tipo fosfato de calcio.
Actualmente, el hecho de carecer de una técnica sencilla de extracción de la
proteína ósea hace dificultoso el análisis cuantitativo, especialmente cuando se
parte de hueso fresco.

Finalmente, los resultados a corto y largo plazo de la implantación del biomaterial,


son similares al obtenido con los injertos óseos, obteniéndose ventajas adicionales
en su uso, como son el menor tiempo quirúrgico y el menor sangrado durante la
intervención, así como no ser necesaria un área donante, disminuyendo la
posibilidad de complicaciones al paciente; por lo que consideramos es un
biomaterial de importancia en nuestra especialidad. 

-Vacarro AR, Patel TC, Fischgrund J, Anderson DG, Truumees E,


Herkowitz HN. A pilot study evaluating the safety and efficacy of
OP-1 putty (shBMxP-7) as a replacement for iliac crest autograft
in posterolateral lumbar arthrodesis for degenerative spondylolisthesis.
Spine 2004;29:1885-1892.

-Kenneth Burkus J. MD New Bone Graft Techniques and Applications in the Spine
November 7, 2002 Medscape
-Mashoof AA, Siddiqui SA, Otero M, Tucci JJ. Supplementation of autogenous
bone graft with coralline hydroxyapatite in posterior spine fusion for idiopathic
adolescent scoliosis. Orthopedics 2002 Oct;25(10):1073-6.

-Whang PG, Wang JC. Bone graft substitutes for spinal fusion. Spine

J 2003;3:155-165.

También podría gustarte