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Ríos Silenciados:

Ecología y Política de las Grandes Represas

By Patrick McCully

Published by Zed Books (London), with International Rivers and The Ecologist
2001

Translated and edited by PROTEGER – Amigos de la Tierra (FoE Argentina)


2004

www.internationalrivers.org
Glosario

Acre pie: la cantidad de agua necesaria para cubrir un acre, 4.000 m2, con una
profundidad de un pie, 30,48 cm: 1.233 metros cúbicos.

Acuífero: formación geológica de alta porosidad y permeabilidad que almacena


cantidades significativas de aguas subterráneas.

Agradación: elevación del lecho del río debido al depósito de sedimento.

Agricultura por recesión de inundación: técnica de cultivo de inundación que se


realiza en planicies de inundación para aprovechar la humedad que dejan las
crecidas al retirarse.

Agroforestación: sistema agrícola en el que se integra la producción de otros


cultivos y/o la cría de animales a la plantación de árboles y arbustos.

Agua de cola, o agua de desfogue, según la CMR: el agua que se reintegra a un


curso natural inmediatamente debajo de la represa o canal de descarga.

Agua subterránea: agua contenida en subsuelos saturados y rocas.

Aliviadero: estructura que descarga el agua proveniente de un embalse.

Almacenamiento activo: volumen del embalse que se encuentra entre los niveles
máximos y mínimos de operación.

Almacenamiento muerto: almacenamiento por debajo de la salida más baja, que


no se puede descargar bajo condiciones normales.

Anegamiento: saturación del suelo con agua.

Bentónico/a: relacionado a organismos que viven en las profundidades de los


cuerpos de agua.

Canal de descarga: canal mediante el cual se descarga el agua de una turbina


en un río.

Canal de riego: riego con agua proveniente de un canal, que generalmente ha


sido desviada de un río regulado o de un embalse.

Capa de agua, plataforma: el nivel de las aguas subterráneas.

Capacidad de intercepción (de sedimentos): la proporción del total de carga de


sedimento de un río que retiene un embalse.

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Captación: ver cuenca.

Carga de sedimento: cantidad de sedimento transportado por un río.

Caudal mínimo: agua que los operadores de embalses dejan en un río aguas
abajo para la pesca, suministro, navegación y recreación.

Central eléctrica: lugar donde se encuentran las turbinas y los generadores.

Ciclo hidrológico: el continuo intercambio de agua entre la tierra, el mar y otros


cuerpos de agua y la atmósfera.

Compuerta de esclusa: conducto presurizado que envía el agua hacia las


turbinas.

Compuerta: estructura que detiene o regula el flujo de agua.

Manejo de inundación: método utilizado para reducir el riesgo de inundación, que


desalienta el desarrollo sobre las planicies aluviales, estableciendo sistemas de
prevención, protegiendo áreas urbanas y construcciones aisladas y permitiendo
que las áreas más propensas a inundarse permanezcan como humedales.

Cota (del nivel de agua): altura del agua en un embalse con respecto a un plano
arbitario propio de cada país o región, generalmente referido al nivel medio del
mar -p.e. 76 msnm (metros sobre el nivel del mar).

Cresta: para una represa, equivale a la distancia vertical entre la cota de la


superficie de un embalse y la superficie del río donde vuelve a ingresar el agua de
las turbinas aguas abajo.

Cuenca de captación (del río): ver cuenca.

Cuenca: el área total drenada por un río. Sinónimos: cuenca de captación, cuenca
fluvial, cuenca de drenaje. Una gran cuenca incluye muchas cuencas tributarias o
subcuencas de menor tamaño.

Cultivo por escurrimiento: cultivo de tierras áridas que maximiza la humedad


disponible drenando el agua de escorrentía de pendiente hacia los suelos más
bajos.

Cultivo por inundación: cultivo que depende de la humedad y los nutrientes


provenientes de las crecidas.

Cultivo por precipitación: técnica de cultivo que utiliza el agua de lluvia


recolectándola de la escurrida en la tierra, las rocas o pequeñas cuencas.

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Degradación (de un río): reducción del lecho debido a la erosión.

Delta: área plana de terreno aluvial formada en la desembocadura de algunos


ríos en los que la corriente principal se divide en varios distributarios antes de
llegar a un mar o a un lago.

Descenso de nivel: la diferencia entre dos niveles de superficie de un embalse.

Desmantelamiento: cuando se aplica a represas en EE.UU. puede referirse


desde suspender la generación de energía hasta la completa remoción de una
represa y el intento de restaurar el río al estado anterior a que fuera construida.

Desplazados: personas expulsadas por proyectos de desarrollo. Originalmente


utilizado en India, este término está siendo cada vez más usado por científicos
sociales en todo el mundo.

Dique o represa con estructura de compuerta, según la CMR: generalmente con


un muro bajo de concreto o cemento.

Distributario: brazo del río que proviene de la corriente principal de un río.

Ecosistema ribereño: zona de influencia biológica y ambiental de un río y su


planicie de inundación.

Eficiencia de riego: proporción de agua utilizada para el cultivo en relación con el


total de agua utilizada por el sistema de regadío.

Estribo: parte del valle sobre el cual se construye una represa, generalmente los
extremos.

Energía pico: electricidad suministrada cuando la demanda es la más alta.

Epilimnio: parte superficial de un lago o embalse.

Erosión en túnel: erosión interna de una represa provocada por la filtración.

Escurrimiento: agua de lluvia que drena hacia un curso de agua.

Estanque de cabecera: embalse ubicado detrás de un dique o represa de río.

Estanque: un pozo natural o artificial creado para disipar la energía del agua al pie
de un aliviadero.

Estuario: cuerpo de agua costera semicerrado, con conexión al mar abierto, en el


cual se diluye la salinidad por la afluencia del agua dulce de un río.

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Eutroficación: proceso de saturación de un cuerpo de agua con nutrientes. En
estado avanzado provoca la desoxigenación en el agua por la proliferación de
algas y microorganismos.

Evapotranspiración: emisión de agua hacia la atmósfera que incluye la


transpiración de las plantas y la evaporación del suelo.

Extracción selectiva: agua extraída de tomas en diferentes altitudes del embalse


para influir en las distintas propiedades térmicas, físicas o químicas del agua río
abajo.

Factor planta: relación entre la capacidad de generación de energía de una planta


y la cantidad real de electricidad que genera. El factor planta, FP para un año
determinado se calcula de acuerdo a la fórmula FP = (CGI x 24 x 365)/GA, siendo
CGI = capacidad de generación instalada (MW) y GA = generación anual (MWh).

Flujos de descarga: vertido intencional de un gran caudal de agua de un embalse


con el propósito de arrastrar acumulaciones de sedimentos, canto rodado y arena
río abajo.

Gigavatio (GW): unidad de potencia equivalente a 1.000 megavatios.

Gigavatio/hora (GWh): unidad de energía equivalente a 1.000 megavatios por


hora.

Gran represa: generalmente definida por ICOLD como aquella que mide 15
metros o más desde la base; la represa de 10-15 metros puede ser considerada
grande por ICOLD si tiene las siguientes características: altura superior a 500
metros o más, capacidad del embalse de al menos 1 millón de metros cúbicos,
descarga máxima de inundación de al menos 2.000 metros cúbicos por segundo;
“serios problemas en las bases, especialmente”, o “diseños inusuales”.

Hipolimnio: capa en las profundidades de un lago o embalse.

Humedal: zonas anegadas temporaria o permanentemente, en las que el agua


es el principal factor que contrala el ambiente y la vida vegetal y animal. Se
conocen como esteros, bañados, islas inundables y pantanos, entre otros.

ICOLD, International Commission on Large Dams: Comisión Internacional sobre


Grandes Represas, una asociación industrial con sede en París.

Kilovatio (kW): unidad de potencia equivalente a 1.000 vatios.

Kilovatio/hora (kWh): unidad de energía equivalente a 1.000 vatios por hora.

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Lecho blindado: lecho del río cubierto de rocas luego de la erosión del material
fácilmente transportable.

Limo: sedimento compuesto por partículas que oscilan entre 0,004 mm y 0,006
mm de diámetro.

Limpieza de sedimento por descarga: método de operación del embalse


mediante el cual se baja el nivel del mismo para que un flujo brusco de agua
permita barrer con los sedimentos acumulados en el lecho del embalse.

Mapa de inundación: mapa que delinea el área que será inundada por una
crecida en particular.

Máxima inundación probable (PMF, en inglés): la crecida máxima probable


teniendo en cuenta los factores meteorológicos e hidrológicos en base a los
registros históricos.

Megavatio (MW): unidad de potencia equivalente a 1.000 kilovatios.

Megavatio/hora (MWh): unidad de energía equivalente a 1.000 kilovatios por


hora.

Microcaptación: pequeñas cuencas utilizadas para recolectar agua de lluvia.

Microcentral hidroeléctrica: generalmente definida como una planta de energía


hidráulica con una capacidad instalada de hasta 100 kilovatios.

Micro-riego: 1) sistemas de riego que utilizan irrigadores muy eficientes o riego


por goteo, 2) el uso de riego a pequeña escala utilizado para cultivos familiares o
mercados locales.

Minicentral hidroelétrica: generalmente definida como una planta de energía


hidroeléctrica con una capacidad de hasta 1 megavatio.

Oficina de Reclamaciones de los Estados Unidos (BuRec): agencia que depende


del Departamento de Interior de EE.UU., responsable del manejo de proyectos
federales de riego en el oeste del país.

Pequeña hidroeléctrica: generalmente definida como aquella planta con una


capacidad instalada de hasta 10 megavatios.

Pequeña represa: definida por ICOLD como una represa que mide menos de 15
metros desde la base hasta la parte superior.

Pez anádromo: pez que nace en agua dulce, que transcurre la mayor parte de su
vida en el océano y migra a los ríos para desovar.

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Pico-hidro: usualmente definida como una planta hidroeléctrica con una
capacidad de hasta 20 kilovatios.

Planicie de inundación: área del valle que se inunda durante una gran crecida;
también planicie o llanura aluvial.

Planta de almacenamiento por bombeo: planta utilizada para generar energía


pico. Contiene dos embalses con diferentes altitudes, o un embalse elevado y un
río. Durante las horas de demanda pico, se libera el agua del embalse superior a
través de turbinas hacia el que está abajo. Más tarde se bombea el agua hacia
arriba aprovechando la electricidad más barata fuera de las horas pico.

Pozo tubular: pozo profundo perforado mecánicamente.

Promedio anual de inundación: promedio aritmético del nivel de caudal más


elevado en el año.

Represa bóveda: represa de concreto o de material río arriba que es curva para
transmitir la mayor parte del peso del agua hacia el estribo.

Represa de concreto: represa construida en concreto que depende de su propio


peso y fuerza interna para su estabilidad.

Represa de contención: represa de río, generalmente construida en el tramo


más bajo del río y utilizada para desviar agua para riego.

Represa de relleno: construida con materiales naturales de excavación.


Generalmente con forma triangular en corte transversal, con una amplia base que
distribuye el peso sobre una gran área y por lo tanto puede ser erigida aun en un
lecho de río inestable.

Represa de tierra (de relleno): barrera o represa en la que más de la mitad del
volumen total se forma con tierra compacta.

Represa en el curso de un río: la que eleva el nivel de agua río arriba pero crea
solamente un pequeño embalse y no puede regular eficazmente los caudales
aguas abajo.

Represa mayor: según ICOLD, es la represa que tiene al menos una de las
siguientes características: 150 metros de altura como mínimo, un volumen
mínimo de 15 millones de metros cúbicos, capacidad de almacenamiento del
embalse de 25 kilómetros cúbicos cómo mínimo, o una capacidad de generación
de al menos 1 gigavatio.

Ribereño: que se encuentra, está relacionado o localizado sobre la costa de un

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río; también costero.

Riego por bombeo: riego con agua subterránea, aunque puede referirse al que
utiliza agua que se bombea desde canales y embalses. También, riego por
elevación.

Riego por compartimentos: técnica para el regadío de tierras mediante la


retención de agua de las crecidas en terraplenes o pozos.

Riego por goteo: sistema de riego eficiente que lleva el agua directamente hacia
las raíces de las plantas, por ejemplo mediante tuberías perforadas o porosas.

Río regulado: río cuyo comportamiento natural ha sido alterado por una o más
represas.

Salinización: acumulación de sal en el suelo o en el agua a un nivel perjudicial.

Sedimento: materia mineral y orgánica transportada o depositada por el agua o


por el aire.

Sismo Máximo Creíble (SMC): el terremoto más severo que puede ocurrir en un
sitio determinado sobre la base de evidencia geológica y sismológica.

Terreno aluvial: sedimentos transportados por un río y depositados en su lecho y


en la planicie de inundación.

TVA: Tennessee Valley Authority -Autoridad del Valle del Tennessee.

Vatio (W): unidad de potencia equivalente a 1 julio/seg.

Vatio-hora (Wh): unidad de energía equivalente a 1 vatio suministrado en 1 hora.

Vertido de sedimento: operación del embalse mediante la cual se baja su nivel al


comienzo de la temporada de crecida acelerando el flujo del agua y reduciendo
así la capacidad de retener sedimento.

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SIGLAS

BuRec, US Bureau of Reclamation: Oficina de Reclamaciones de los Estados


Unidos.

CRES, Centre for Resource and Environmental Studies: Centro de Investigaciones


sobre los Recursos y el Ambiente, Australia.

CWC, Central Water Commission: Comisión Central de Agua de la India.

EDF, Environmental Defense Fund: Fondo de Defensa del Ambiente, EE.UU.

ENCOLD, Egyptian National Committee on Large Dams: Comité Nacional Egipcio


sobre Grandes Represas.

FAO, Food and Agriculture Organization of the United Nations: Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

FERC, Federal Energy Regulatory Commission: Comisión Federal Reguladora de la


Energía, EE.UU.

GWP, Global Warming Potential: Potencial de Calentamiento Global, PCG.

ICDRP, International Coalition on Dams Rivers and People: Coalición Internacional


sobre Represas, Ríos y Poblaciones.

ICID, International Commission on Irrigation and Drainage: Comisión Internacional


de Irrigación y Drenaje.

ICOLD, International Commission on Large Dams: Comisión Internacional sobre


Grandes Represas.

IHA, International Hydropower Association: Asociación Internacional de


Hidroenergía.

MAB, Movimento dos Atingidos por Barragens: Movimiento de Afectados por las
Represas, Brasil.

MAF, million acre feet: millones de acres pie.

MDNR, Michigan Department of Natural Resources: Departamento de Recursos


Naturales de Michigan.

NAWAPA, North American Water and Power Alliance: Alianza Norteamericana para
el Agua y la Energía.

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OED, Operations Evaluation Department: Departamento de Evaluación de
Operaciones (DEO), del Banco Mundial.

RIS, Reservoir Induced Seismicity: Sismo Inducido por Embalse.

SSP, Sardar Sarovar Project: Proyecto Sardar Sarovar, río Narmada, India.

TVA, Tennessee Valley Authority: Autoridad del Valle del Tennessee.

USAID, US Agency for International Development: Agencia de Desarrollo


Internacional de los EE.UU.

USCOLD, United States Committee on Large Dams: Comité de Grandes Represas


de los Estados Unidos.

2
Introducción

Un nuevo orden para los ríos y la sociedad:


más allá de la Comisión Mundial de Represas

No existe nada más complejo de llevar a cabo, de éxito más incierto,


más peligroso de conducir, que dar comienzo a un nuevo orden de
cosas. Porque el que innova se enfrenta a aquellos que se benefician
del viejo orden y sólo encuentra tibios defensores en aquellos que se
verían favorecidos por el nuevo orden; esta falta de entusiasmo se debe
en parte al temor hacia los adversarios, quienes tienen las leyes a su
favor, y en parte al escepticismo de la humanidad, que no cree en nada
nuevo hasta no haberlo experimentado.

Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, 1532

Mucha agua ha corrido por las turbinas y los aliviaderos desde que Ríos
Silenciados se publicó por primera vez en 1996. Se han construido alrededor
de mil nuevas represas en todo el mundo. Se ha derrochado mucha tinta
escribiendo sobre las represas. Es probable que especialmente por el trabajo
de la Comisión Mundial de Represas (CMR) se haya generado más
información sobre el funcionamiento, los impactos y la política de las represas y
sus alternativas en estos cinco años que en los últimos cincuenta. Además del
mega-corpus de los estudios de caso y de los informes producidos por y para la
CMR, hay una creciente cantidad de libros, informes académicos, artículos,
videos y programas radiales sobre las represas y la incesante oposición hacia
ellas.

Los temas centrales de Ríos Silenciados –que las represas han impactado
masiva y negativamente sobre la naturaleza y la sociedad, que sus beneficios
se han exagerado y que podrían haberse alcanzado por otros medios menos
destructivos y más equitativos–, se entienden ahora claramente a la luz de la
nueva información y los análisis disponibles. Sin duda los datos más recientes
y los sucesos de los últimos años demuestran que de algún modo subestimé
los problemas provocados por las represas. Los descubrimientos de la CMR
sobre la economía de estas obras, la cantidad de gente desplazada en todo el
mundo y el rendimiento de los grandes proyectos de represas y canales de
irrigación, hacen que la versión original de Ríos Silenciados parezca
conservadora en cuanto a sus críticas. Los recientes descubrimientos
científicos sobre los gases de efecto invernadero emitidos por las represas y el
alcance de los impactos ecológicos globales de las mismas, también las
opacan cada vez más.

Mientras los investigadores y los escritores han investigado y escrito, los


constructores de represas han construido y los opositores se han opuesto. La
buena noticia es que los opositores están teniendo una influencia cada vez
mayor. Gracias a sus esfuerzos, y debido al pésimo rendimiento de las
represas y al simple hecho del “agotamiento de los sitios de represa” (los
“mejores” sitios se están terminando), el índice de construcción de nuevas

1
represas cae rápidamente en todo el mundo. En Estados Unidos el número de
represas que bloquean los ríos está disminuyendo por primera vez, ya que su
desmantelamiento excede la construcción de otras nuevas. En un creciente
número de países los opositores ya no necesitan ocuparse tanto en detener
proyectos de represas y pueden concentrarse más en el legado de proyectos
existentes, ayudando a las comunidades a exigir compensaciones por las
penurias atravesadas y a luchar por la restauración de los ríos mediante un
cambio en la operación de las represas o con el desmantelamiento de las
mismas.

Aunque no existan encuestas que lo comprueben, creo que la percepción


pública sobre las represas está cambiando aceleradamente. En muchas partes
del mundo la favorable cobertura mediática de los debates y las luchas contra
las represas están debilitando la vieja creencia en ellas como resplandecientes
íconos de prosperidad y modernidad. A mediados de la década anterior se
detuvieron o suspendieron varios proyectos de grandes represas en Japón,
Argentina, Malasia, Corea del Sur, Noruega, Honduras, Pakistán, Namibia y en
muchos otros países. Aún así están en construcción numerosos proyectos muy
destructivos y muchos más están planeados (y una vez planeado, un proyecto
nunca realmente desaparece –incluso cuando se supone cancelado acechará
en el escritorio de algún planificador como un demonio esperando el momento
más propicio para resurgir). Millones de personas enfrentan la amenaza de que
sus comunidades y formas de subsistencia queden anegadas por los embalses
de las represas en los próximos años –más de un millón se verán afectadas por
un solo proyecto, la monstruosa represa de Tres Gargantas en China– e
innumerables especies ribereñas continúan empujadas hacia la extinción.

A pesar del deterioro de su imagen pública y en muchos casos de


presupuestos ajustados, el lobby pro-represa no muestra signos de
desaparecer en poco tiempo. Los organismos de agua y energía de China,
India, Japón, Irán, Turquía, Brasil, España y otros países continúan atestados
de ingenieros partidarios de las represas, decididos a continuar planificando y
construyendo. Muchos políticos se comprometen a asegurar fondos para estos
organismos y se empeñan en ganar votos consiguiendo grandes y costosos
proyectos para sus comunidades. Entidades como la Asociación Internacional
de Hidroenergía (IHA, en inglés), la Comisión Internacional de Grandes
Represas (ICOLD), la Comisión Internacional de Irrigación y Drenaje (ICID), y
el Consejo Mundial del Agua (WWC), harán lo que sea para defender la
reputación de esta industria y persuadir a los políticos y donantes de que nos
esperan el hambre, la miseria y las guerras por el agua, a menos que se
continúe con la construcción de las represas.

Los discípulos de las represas invierten mucho tiempo en conferencias


explicando lo importante que son estas obras para alimentar y abastecer de
agua y energía a una creciente población mundial y para evitar que los ríos
“fluyan y se pierdan en el mar”. Pero la autoconvicción por sí misma no
construye represas. Se necesita dinero, mucho dinero, y ya no les resulta tan
fácil obtenerlo. El Banco Mundial, que por años fue el único y mayor
patrocinador para la industria internacional de las represas, intenta alejarse de
las críticas y actualmente subsidia menos de la mitad de las represas que en el

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momento de mayor auge. El financiamiento proveniente de otros bancos de
desarrollo multilaterales y de agencias de desarrollo nacionales también está
disminuyendo. Las organismos de ayuda fueron reemplazadas por las agencias
gubernamentales de crédito a la exportación, cuya reserva y confidencialidad
son notorias, pero aún así comienza a resultarles difícil resistir la presión
pública que se opone al financiamiento de estas obras.

La privatización ha sido un golpe inesperado para la industria de las represas.


Hasta hace pocos años todavía había muchos en la industria que anhelaban el
lanzamiento de paquetes financieros alentando a los inversores privados a
ocupar el lugar de los fondos públicos. Siempre habrá inversionistas que con
mucho gusto apoyarán las represas cuando existen generosos subsidios
públicos y garantías que los favorecen. Pero cuando deben exponerse
considerablemente a mayores costos, sequías, accidentes, disputas legales y
oposición pública, los inversionistas privados han demostrado poco interés en
arriesgar las enormes sumas necesarias para construir grandes represas.

Ante esta crisis de financiación, la industria busca desesperadamente


justificativos para poder obtener subsidios públicos. El calentamiento global es
la gran esperanza -creen que la energía hidroeléctrica será reconocida como
una tecnología “amigable con el ambiente” y recibirá créditos de carbono como
parte de los mecanismos internacionales para el comercio de los derechos de
emisión contemplados bajo el Protocolo de Kyoto. Pero la ciencia no los
favorece; los estudios demuestran que las represas de los países tropicales
con más alta probabilidad de ser receptores finales de cualquier programa
comercial de emisiones norte-sur, pueden emitir gases de efecto invernadero a
niveles aún superiores a los de las plantas que utilizan combustibles fósiles.

En los últimos cinco años la industria de las represas se ha debilitado. En este


mismo lapso algunos de los nombres más populares en el ámbito de la
construcción de represas desaparecieron, se vendieron o se fusionaron con
otros grupos. ABB, que solía ser uno de los más grandes proveedores de
generadores hidroeléctricos, anunció en 2000 que detendría la producción de
grandes turbinas y generadores convencionales y se dedicaría a la producción
de sistemas de energía descentralizados renovables y de pequeña escala. En
los últimos años se han registrado importantes avances en la energía solar,
eólica y en las células de combustible, con precios mucho más bajos y con
mayor confiabilidad y eficiencia. Estas energías renovables y otras tecnologías
de energía eficientes de pequeña escala –tales como las microturbinas a gas–
se combinan con los avances en la transmisión y suministro de electricidad
para vencer a las viejas economías de escala, que sólo favorecían a las
grandes represas y a otras grandes plantas de energía.

El sector hídrico no ha sido ajeno a estos cambios. El pésimo rendimiento


técnico y económico de los canales de riego y de las grandes represas es cada
vez más obvio. Las nuevas inversiones públicas en regadío -casi no existen
fondos privados para los grandes proyectos en este tema-, se concentran cada
vez más en tratar de hacer que los sistemas existentes trabajen mejor en lugar
de construir nuevos y costosos proyectos. Existe también un creciente
reconocimiento por parte del sector agrícola mundial sobre la importancia de

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desviar las inversiones de los grandes proyectos de riego, que anteriormente
absorbían el mayor volumen de gastos agrícolas en todo el mundo, hacia un
área mucho más amplia de tierras de cultivo que dependa de las
precipitaciones y de la irrigación a pequeña escala. Esta situación se ve
acompañada por un creciente reconocimiento de las técnicas relativamente
simples, accesibles y de enorme potencial del cultivo por precipitación, que
recolectan agua de lluvia en pequeñas represas y terraplenes. La gran virtud de
estas técnicas radica en que los niveles de agua subterránea, que disminuyen
rápidamente en muchas partes del mundo, pueden recargarse. Asegurar la
sustentabilidad y la calidad del suministro de agua subterránea a largo plazo,
tal vez represente el mayor desafío que el sector agrícola deba enfrentar en las
próximas décadas.

Las posturas en cuanto al suministro de agua para las áreas urbanas también
están cambiando gradualmente: ahora se busca reducir las pérdidas y
perfeccionar los suministros existentes antes de construir nuevas represas,
tuberías y estaciones de bombeo. Tal como ocurre con la agricultura, los
métodos a pequeña escala para captar agua de lluvia se vuelven a adoptar y
promover para el suministro doméstico. Todavía existe una inmensa demanda
insatisfecha de agua potable; frecuentemente se menciona una cifra que
sobrepasa los mil millones de personas, es decir una de cada seis en todo el
mundo no tiene acceso a este recurso básico. Pero no se trata de construir
nuevas represas para suministrar agua a esta gente, las cantidades necesarias
representan sólo una pequeña porción del agua utilizada por la agricultura y la
industria, se trata más bien de voluntad política, de distribución equitativa y del
desarrollo de estrategias institucionales, económicas y de administración
adecuadas.

Debido al problema de las inundaciones el mundo también está dejando atrás


su confianza de las represas. Los constructores todavía promocionan la vieja
postura “estructural” del control de las crecidas: mantenerlas lejos de la gente
reteniendo las aguas en grandes embalses y derivándolas luego hacia el mar
entre enormes terraplenes. Pero tanto investigadores como legisladores han
comenzado a darse cuenta de que el control de las inundaciones sólo
incrementa los daños ocasionados por éstas. Mientras que las inundaciones
normales se han eliminado en muchas áreas, también es cierto que las
inundaciones que antes eran dañinas ahora son desastrosas. Los nuevos
enfoques se centran en el manejo de la inundación basándose en la reducción
de la vulnerabilidad social a las inundaciones, reconociendo que las mismas
ocurrirán y dándoles el espacio necesario para que lo hagan. Debido a la
creciente concientización del gran daño ambiental que el control de las crecidas
ha provocado sobre los ríos y las planicies de inundación, es que el manejo se
valora cada vez más. Cada vez más estudios sobre “alteraciones ambientales”
demuestran que los ríos necesitan de las crecidas de igual manera que algunos
bosques necesitan incendios naturales.

Pero el mayor acontecimiento en los cinco últimos años que impactó tanto al
público a favor de las represas como al que se opone a éstas, es el trabajo de
la Comisión Mundial de Represas (CMR). Esta Comisión, presidida por uno de
los ministros del gabinete de Sudáfrica, Kader Asmal, que cuenta con

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representantes de la industria de las represas y de los movimientos anti-
represas, presentó su Informe Final en noviembre de 2000. A pesar de que
este documento no es un reflejo exacto de la opinión de los críticos de las
represas, en conjunto es una acusación profunda a las prácticas e impactos
de la industria internacional de las represas. Y qué dice la CMR tiene tanta
importancia como quién lo dice. La CMR también recibió el apoyo del Banco
Mundial. Entre los miembros de la comisión se encontraba el director ejecutivo
de ABB y un presidente honorario de la ICOLD, el principal grupo económico
de la industria internacional de grandes represas.

Los orígenes de la Comisión Mundial de Represas

La CMR se originó a partir de las luchas anti-represas sostenidas por las


comunidades afectadas y las ONGs en todo el mundo, en particular aquellas
que han apuntado a proyectos financiados por el Banco Mundial desde
mediados de la década del ’80 en adelante y fundamentalmente debido la
campaña contra la represa Sardar Sarovar, financiada por el BM sobre el río
Narmada en India. En junio de 1994 la organización International Rivers
Network (IRN) -donde trabajo como director de campaña- con sede en
California y el movimiento Narmada Bachao Andolan (NBA), Movimiento
Salvemos el Narmada, prepararon una declaración ampliamente respaldada
coincidiendo con el 50º aniversario del Banco Mundial (ver Apéndice 2). Una de
las demandas de la “Declaración de Manibeli”, establecía que el Banco Mundial
debería llevar a cabo “una revisión independiente y amplia de todos los
proyectos de las grandes represas respaldados por esta entidad”. Los
opositores a las represas confiaban en que esta revisión confirmaría gran parte
de sus argumentos si se llevaba a cabo honesta y rigurosamente -en el prólogo
del informe final de la CMR, Kader Asmal afirma que “las grandes represas por
mucho tiempo han evadido un escrutinio intenso, claro e imparcial del proceso
por el cual emergen y se valoran… se han hecho pocos análisis, si acaso
alguno, que sean independientes y abarcativos acerca del surgimiento de las
mismas, del rendimiento en el tiempo y si se obtiene un beneficio justo para
una inversión de 2 billones de dólares”.

A fines de 1994 el Departamento de Evaluación de Operaciones (OED, en


inglés) del Banco Mundial informó a la IRN que examinaría las grandes
represas subsidiadas por el Banco. Si bien contiene algunas críticas respecto
de los documentos del Banco Mundial, la principal conclusión de la revisión,
completada dos años más tarde, es bastante tranquilizadora para al Banco
Mundial y la industria de las represas:

“El hecho de que 37 de las grandes represas contempladas para esta


revisión, es decir el 74%, son aceptables o potencialmente aceptables,
sugiere que en general la mayoría de las represas han sido
justificadas”.1

Cuando la revisión había casi llegado a su fin, la OED comenzó negociaciones


con la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) para copatrocinar un taller
donde se discutirían las conclusiones. Se invitaría a alrededor de treinta
miembros de ONGs, organizaciones de afectados por represas, agencias y

5
compañías de represas, donantes y especialistas2. Al mismo tiempo que la
OED y la UICN organizaban este taller, la IRN redactaba una crítica de una
copia trascendida de la revisión. Esta crítica sostenía que la OED había
exagerado formidablemente los beneficios de las represas analizadas,
subestimado sus impactos y demostrado una profunda ignorancia en cuanto a
las consecuencias sociales y ambientales de las represas.3

La IRN y otros colegas consideramos que este Taller de Gland podría utilizarse
para restarle mérito a la revisión de la OED y demandar que la comisión del
Banco realizara una revisión genuina e independiente de sus represas.4
Momentos antes del taller realizado en la sede de la UICN en Gland, Suiza, en
abril de 1997, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, recibió la
crítica realizada por la IRN. La carta, refrendada por 44 ONGs y movimientos,
reclamaba la anulación de la revisión del OED y la elaboración de “una revisión
comprensiva, imparcial y autorizada de los pasados otorgamientos de
préstamos del Banco Mundial para grandes represas”. Los críticos de las
represas que asistieron a Gland recibieron un importante respaldo político en el
Primer Encuentro Internacional de Pueblos Afectados por las Represas, que
tuvo lugar en la ciudad brasileña de Curitiba un mes antes del taller OED-UICN.
La Declaración de Curitiba reclama una “comisión internacional independiente
para conducir una amplia revisión” de las grandes represas (ver Anexo 4).

El acuerdo de Gland

Durante el encuentro en Gland se acordó que tanto los constructores de


represas como sus opositores “trabajarían juntos para rever la efectividad de
las grandes represas y para establecer estándares mundialmente aceptados
que mejorarían la evaluación, el planeamiento, la construcción, la operación y
el financiamiento de estos proyectos”. Los participantes de este taller
conformarían un “Grupo de Referencia” para supervisar el proceso de la
revisión.

Los opositores que asistieron al taller se sorprendieron al ver que no solamente


acordamos establecer una revisión independiente sobre las represas, sino que
también abarcaría todas las represas y no exclusivamente las financiadas por
el Banco Mundial. Nuestra interpretación de por qué ocurrió esto es que el OED
y el grupo del Banco involucrado en el taller, poco antes de que éste se llevara
a cabo habían decidido que: 1) no podían defender con convencimiento la
revisión del OED; y que 2) una revisión independiente, que se concentrara en
las represas del Banco, podría significar un gran escándalo para la institución.

Existen varias razones por las que los representantes de la industria de las
represas en el taller adhirieron a la propuesta. La más importante es que para
el año 1997 la industria de las represas estaba muy debilitada. Los opositores y
la situación económica habían frenado la construcción de represas en los
países del norte y estaban haciendo peligrar sus actividades en el hemisferio
sur. Para algunas personas dentro de la industria, en particular para aquellos
ingenieros con una vida entera en el negocio, una revisión reivindicaría la
creencia de que las grandes represas son esenciales para la sociedad y que
han cumplido ampliamente con los beneficios prometidos. Los constructores de

6
las represas emergerían con honor y los críticos serían repudiados. Otros
esperaban que al llegar a un consenso sobre los estándares internacionales
para construir represas, se conocería cuáles represas provocarían oposición y
cuáles ofrecerían oportunidades para ganar dinero sin problemas.

Los partidarios de las represas también esperaban que esta revisión ayude a
sobrellevar sus problemas financieros mediante la justificación de nuevos
subsidios públicos, especialmente para las represas hidroeléctricas. Parte de
esta justificación nacería de otros presuntos beneficios de los proyectos
hidroeléctricos, tales como el suministro de agua, el control de inundaciones y
la recreación que supuestamente posibilita el embalse, por lo que los
operadores de los proyectos deberían recibir fondos estatales para estas obras
públicas. También creyeron que esta revisión recomendaría las
hidrotecnologías como “amigables con el ambiente” y así llenarían los
requisitos para obtener una porción de los mil millones de dólares generados a
partir de créditos de carbono como parte de los mecanismos internacionales
para el comercio de los derechos de emisión.

Si bien existían explicaciones estratégicas de por qué la industria apoyaría una


revisión independiente, también existían razones extremadamente buenas
desde la óptica de los constructores para oponerse. Algunos individuos y
organizaciones del sector industrial siempre se mantuvieron escépticos e
incluso fueron abiertamente hostiles hacia la Comisión. Sin embargo estos
factores no influyeron significativamente en Gland.

Con este acuerdo se establecieron los fundamentos básicos para el proceso


que conduciría eventualmente al informe final de la CMR. Se definieron los
objetivos generales de la Comisión y los principios de transparencia, consulta e
independencia fueron señalados como fundamentales. Se fijó una agenda
progresiva que en general subrayó la necesidad de mejorar la calidad de vida
de la gente afectada, de explorar el tema de la equidad en la distribución de los
costos y beneficios de las represas, y de mejorar las condiciones ambientales y
sociales de las represas existentes. Lo que es más importante aún, se
determinó la identidad y el papel de muchos dramatis personae. Para este
proceso de legitimidad se reconoció que el rol de los opositores a las represas
era fundamental –sin ellos se perdería la credibilidad de un proceso
“participativo”. Si bien el Banco Mundial y la UICN desempeñaron un papel
importante durante el período de establecimiento de la Comisión, ésta
funcionaría en forma independiente.

La primera decisión importante del Grupo de Referencia fue acordar la


selección del ministro de Recursos Hídricos de Sudáfrica, Kader Asmal, como
presidente de la Comisión. Sin embargo, seleccionar a la persona que le
asistiría a Asmal resultó mucho más complicado. El lanzamiento de la
Comisión, programado para noviembre, tuvo que posponerse ya que la lista de
miembros propuestos no fue aceptada por los críticos de las represas,
particularmente debido a la débil representación de los movimientos de gente
afectada. Durante los meses siguientes el proceso pareció colapsar en varias
oportunidades. Sin embargo a principios de enero de 1998 Asmal propuso una
última y desesperada reunión de los representantes de los principales sectores

7
del Grupo de Referencia, a la que acudieron delegados del Gobierno de China,
de la ICOLD y del NBA. En esta ocasión, se llegó a un acuerdo sobre los
miembros de la Comisión. Los cambios principales en cuanto a la lista previa
fueron: la incorporación de Medha Patkar, la activista líder del movimiento
Narmada Bachao Andolan y la confirmación del economista y diplomático de
India L.C. Jain como vicepresidente. El lanzamiento oficial de la CMR se
produjo finalmente el 16 de febrero de 1998 (para la lista de miembros de la
CMR ver Recuadro 1).

Durante los dos años y medio siguientes la Comisión se reunió nueve veces en
diferentes ciudades del mundo, se realizaron cuatro consultas regionales y se
recibieron alrededor de 1.000 entregas de contribuciones. Sin embargo la
mayor parte de la evidencia para las conclusiones del informe final provino de
la enorme investigación que se realizó: ocho estudios exhaustivos y
participativos de proyectos concretos de represas, dos estudios de país de
construcción de represas en China e India, diecisiete “revisiones temáticas” de
temas sociales, ambientales, económicos, técnicos e institucionales, y una
revisión de las auditorías realizadas sobre el rendimiento de 125 represas. Los
diez millones de dólares necesarios para financiar la Comisión provinieron de
más de 50 gobiernos, organismos internacionales, corporaciones privadas -
incluyendo muchas de las principales industrias multinacionales de represas-,
fundaciones y ONGs.5

Comisión Mundial de Represas: nómina acordada para integrarla

1. Kader Asmal, Presidente, Ministro de Asuntos Hídricos y Desarrollo


Forestal, luego sería nombrado Ministro de Educación, Sudáfrica.
2. L.C. Jain, Vicepresidente, economista y Alto Comisionado de la India para
Sudáfrica 1997-99.
3. Donald Blackmore, Director Ejecutivo de la Comisión Interestatal de la
Cuenca Murray-Darling , Australia.
4. Joji Cariño, activista de los derechos de pueblos indígenas, Filipinas.
5. José Goldemberg, experto en energía, Universidad de San Pablo, Brasil.
6. Judy Henderson, Presidenta, Oxfam International, Australia.
7. Medha Patkar, líder activista del Narmada Bachao Andolan, India.
8. Wolfgang Pircher (Austria), ex presidente de la Comisión Internacional de
Grandes Represas, luego reemplazado por otro anterior presidente, Jan
Veltrop, ciudadano de los EE.UU., nacido en Holanda.
9. Göran Lindahl, Presidente y Director Ejecutivo de ABB Ltd., Suecia.
10. Deborah Moore, Científica, Environmental Defense Fund, EE.UU.
11. Thayer Scudder, Profesor de Antropología, California Institute of
Technology.
12. Shen Guoyi, Directora General del Departamento de Cooperación
Internacional, Ministra de Recursos Hídricos, China. Guoyi renunció en
1999, aparentemente presionada por su ministerio.
13. Achim Steiner, Secretario General de la CMR y miembro ex-officio de la
Comisión.

8
Conspiraciones y consultas

“…en muchas partes del mundo existe un fuerte lobby contra la


construcción de proyectos hídricos, se cree que están financiados por
las propias compañías que fabrican los equipamientos por temor a que
sus negocios se vean afectados”.

C.V.J. Varma, Presidente, Comisión Internacional de Grandes Represas,


Miembro de Consejo, Asociación Internacional de Hidroenergía,
septiembre, 1999

Un sólo pensamiento atormenta a la mente imperialista: cómo continuar,


cómo sobrevivir, cómo prolongar esta era.

J. M. Coetzee, Waiting for the Barbarians, 1980.

Dadas las profundas divisiones entre los grupos anti y pro-represas y las
reputaciones, las carreras y los medios de vida en juego, no es de sorprender
que la Comisión estuviera constantemente en el centro de la controversia
política. La primera consulta regional planeada en la ciudad de Bhopal, en
India, en septiembre de 1998, se vio envuelta en un remolino de pasiones
políticas desatadas por la represa Sardar Sarovar. Unos días antes de que los
miembros de la Comisión estuvieran a punto de viajar, el gobierno de India,
presionado por el gobierno del Estado de Gujarat, a cargo de la construcción
de Sardar Sarovar, retiró su invitación a la CMR, impidiéndoles entrar al país.

El Primer Ministro de Gujarat, Keshubhai Patel, acusó a la Comisión de ser


parte de un “astuto plan contra el progreso de Gujarat y la represa de
Narmada”, y los acusó de ser “gente de dudosos antecedentes” y “conocidos
cazadores de proyectos”, y amenazó con arrestarlos si realizaban un viaje de
campo al sitio de la represa. Durante una reunión de la Cámara de Comercio
de Gujarat, Patel preguntó: “¿EE.UU. permitiría el ingreso de una ONG de otro
país para probar la relación entre Bill Clinton y Monica Lewinsky?”. El ministro a
cargo de los planes en el río Narmada, Jay Narayan Vyas, refiriéndose a
anteriores revisiones independientes de la represa, pronosticó que la visita de
la CMR “ciertamente opacaría el proyecto Sardar Sarovar”. Incluso la Asamblea
de Estado de Gujarat convino una sesión especial de un día sobre la CMR y
unánimemente adoptó una resolución contra la “conspiración” por parte de los
países desarrollados que apuntaba a “frustrar las actividades de desarrollo en
los países del tercer mundo”. Uno de los miembros de la Asamblea declaró que
algunos miembros de la Comisión eran agentes de la CIA.6

La cancelación de la visita de la Comisión a la India demostró cuánto, al menos


algunos de los partidarios de las represas, temían un estudio independiente de
los proyectos. Con la “consulta regional” llevada a cabo por la Comisión en
América Latina, en San Pablo, en agosto de 1999, quedó en evidencia la fuerte
oposición civil a las represas y la incomodidad que sienten los constructores de
las represas al enfrentarse con la realidad en carne y hueso en lugar de los
resúmenes estadísticos de quienes están perjudicando. El Movimiento Nacional
de Afectados por las Represas (MAB, en portugués), reunió veinte autobuses

9
repletos para la consulta, la gran mayoría provenientes de quilombos
(comunidades tradicionales descendientes de esclavos furtivos) del Valle
Ribeira, cerca de San Pablo, amenazado por la construcción de una represa.
Los representantes de la industria de las represas, prolijamente acicalados,
envueltos en su ajustada incomodidad, se vieron rodeados por niños negros y
pobres trepados a sus abuelas mientras sus padres aplaudían las
presentaciones de los activistas civiles y vociferaban ‘Terra sim! Barragens
não!’ (¡Tierra sí! ¡Represas no!). La Comisión Brasileña de Grandes Represas
demostró su enojo en un escrito a la CMR, culpándolos por haber permitido
que la consulta fuera usurpada por intereses anti-represas.

Dado el duro comienzo de las relaciones entre la CMR y la India, no sorprendió


que se les negara el permiso para llevar a cabo uno de sus estudios detallados
sobre represas en ese país. Sin embargo, poco antes de finalizar el proceso de
la Comisión, el gobierno de India permitió que un equipo de consultores
realizara una revisión del registro de represas y el Ministro de Recursos
Hídricos accedió a formar parte del Foro de la CMR, el organismo consultor
multi-sectorial que surgió y sucedió al Grupo de Referencia. El Estudio de País
resultó ser extremadamente crítico de las represas en India –y la respuesta del
gobierno fue un “rechazo absoluto” al mismo.7

El gobierno de China mantenía una relación externa-interna similar con la


Comisión. Uno de los representantes del Ministerio de Recursos Hídricos de
China se involucró en su establecimiento y otra integrante del ministerio, Shen
Guoyi, fue seleccionada como miembro de la misma. Shen, quien deseaba
desempeñar un rol constructivo en la Comisión, se vio obligada a renunciar a
pedido de su ministerio presumiblemente debido a que notaron que era poco
probable que la Comisión beneficiara sus intereses y que la participación de
Shen allí tendría un efecto contraproducente. En un principio, la CMR estaba
muy interesada en incluir el proyecto Danjiangkou sobre un afluente del
Yangtze como una de las represas de estudio de caso; finalmente China negó
el permiso para que continuara este estudio. Turquía también impidió que la
CMR estudiara la represa Atatürk, pieza fundamental de las represas en el
sudeste kurdo de Anatolia y logró persuadir a la CMR para que en su lugar se
estudiara la poco controversial represa de Aslantas.

A pesar de las diferencias en cuanto a la formación previa y a la perspectiva


política, y del escepticismo y la hostilidad provenientes de ambos sectores, los
doce miembros de la Comisión pudieron acordar un informe final. Y aunque
Medha Patkar firmó también, discrepó con un “comentario” que se anexa al
informe.8 Nelson Mandela anunció el informe, Represas y Desarrollo: un Nuevo
Marco para la Toma de Decisiones (Dams and Development: A New
Framework for Decision-Making), durante una pomposa ceremonia en Londres
el 16 de noviembre de 2000.9

El informe de la CMR es el producto de numerosas negociaciones políticas y


compromisos. Este informe fue escrito y editado por seis miembros de la
Comisión, con varios escritores y editores contratados, y fue cuidadosamente
examinado por los doce miembros de la Comisión con una amplia gama de
perspectivas divergentes sobre represas y política. Quienes estuvieron

10
involucrados en este trabajo eran conscientes de las expectativas de aquellos
tanto a favor como en contra del ámbito de las represas. Asombrosamente y a
pesar de los numerosos autores, editores y censores políticos, Represas y
Desarrollo es un informe coherente y fuertemente redactado. Si bien está
plagado de inclusiones, omisiones y compromisos políticos que pueden ser
criticados por los opositores a las represas, en su conjunto defiende muchos de
sus argumentos y propone un marco de trabajo progresivo de toma de
decisiones para la planificación del agua y la energía a futuro que se hace eco
de muchas de las demandas anti-represas.

Hallazgos

… todavía creo que, ¡aunque la Comisión produjera un informe objetivo


favoreciendo el papel de las represas en el manejo del recurso hídrico,
estos fundamentalistas también lo rechazarían!

Theo P.C. Van Robbroeck, PrEng, PhD, Eng. hc, BSc, Bing, FICE,
FSAICE, presidente honorario de la Comisión Internacional de Grandes
Represas, septiembre, 1999

Los lineamientos para el desarrollo sugeridos por la CMR en su Informe


Final son completamente incompatibles con nuestras necesidades... las
recomendaciones y los lineamientos de la CMR son inaceptables.

Carta del Ministro de Recursos Hídricos de la India a la CMR, febrero,


2001

El informe de la CMR contiene demasiada información y análisis como para


que se puedan resumir adecuadamente en este libro. Muchos de estos
descubrimientos concuerdan con Ríos Silenciados. No obstante, Represas y
Desarrollo contiene información sobre el estado, rendimiento e impactos de las
represas, que actualiza o bien completa lo que presenté en 1996. A partir del
Registro Mundial de Represas de 1998 de ICOLD y de otras fuentes
nacionales, la CMR estima que existen más de 45.000 grandes represas, tal
vez alrededor de 48.000. El Cuadro 1 actualiza los datos del Cuadro 1.1 en la
primera versión de Ríos Silenciados. Muchas de las diferencias entre los datos
de los cuadros obedecen a una revisión más cuidadosa y no a un incremento
real en el número de represas en cada país. El Cuadro 1.2 en Ríos Silenciados
que contiene las represas más grandes del mundo todavía está vigente, sólo se
debió agregar la represa Ertan, en China, que se finalizó en 2000.

Indice de construcción de represas. No pueden obtenerse datos confiables


y actuales acerca de cómo ha cambiado el índice anual de construcción de
represas desde mediados de la década del ‘90. Sin embargo la CMR se ha
valido de los datos de la ICOLD para mostrar índices por década de los
proyectos de grandes represas a escala regional y global. Según estas cifras el
índice mundial por década sobrepasó los 5.400 en los ‘70 y desde entonces
cayó un 60 por ciento, apenas por encima de los 2.000 (ver Figura 1).10 Estos
datos no incluyen la mayoría de las grandes represas en China; incluirlas en las
estadísticas de tendencias globales significaría un gran incremento en los

11
proyectos de las décadas de los ’50 y ’60, debido a la fiebre china por construir
represas que acompañó al Gran Salto Adelante.11 La crisis regional en la
construcción de represas muestra picos en la década del ‘60 en Europa y
América del Norte, en los ‘70 en Asia y América del Sur y en los ‘80 en África.
Todas estas regiones revelan una caída abrupta después de alcanzar estos
picos, más notoriamente en América del Norte donde el índice de construcción
en los ´90 fue el más bajo del siglo XX.

Cuadro 1. Países con mayor cantidad de grandes represas

1 China 22.000
2 EEUU 6.575
3 India 4.291
4 Japón 2.675
5 España 1.196
6 Canadá 793
7 Corea del Sur 765
8 Turquía 625
9 Brasil 594
10 Francia 569
11 Sudáfrica 539
12 Méjico 537
13 Italia 524
14 RU 517
15 Australia 486
16 Noruega 335
17 Alemania 311
18 Albania 306
19 Rumania 246
20 Zimbabwe 213

Fuente: CMR, Represas y Desarrollo, Earthscan, Londres 2000.

Escala industrial. En 1996 se estimaba que la construcción de represas era


un negocio que rondaba los 20 mil millones de dólares por año en todo el
mundo. Los cálculos mucho más detallados de la CMR demuestran que la cifra
es bastante más elevada: estiman una inversión anual de 32 a 46 mil millones
de dólares durante los ‘90. La CMR calcula que durante el siglo XX se
invirtieron 2 billones de dólares en represas.

Costos excesivos. Cuando escribí Ríos Silenciados los mejores datos


disponibles que indicaban el promedio de inversiones en represas estaban
contenidos en un documento del Banco Mundial que revelaba que 70 represas
hidroeléctricas financiadas por ellos mismos eran en promedio 30% más
costosas de lo que se había proyectado -excedía los costos casi tres veces
más que construir una central termoeléctrica similar. La CMR reveló que el
enorme sobrecosto promedio de la construcción de 81 grandes represas de
propósitos múltiples de las cuales tenían datos era del 56%. El exceso de
costos era aún peor en Asia Central y en Asia del Sur, donde ascendía hasta el

12
108 % y 138 % respectivamente. A menudo se evidenciaban retrasos en los
plazos de ejecución de los proyectos -de 99 represas de las cuales la CMR
tenía los datos del plazo de ejecución, solamente 50 se culminaron dentro del
año de la fecha proyectada.

Uno de los argumentos más comunes de los opositores a la represas es que


los promotores sistemáticamente exageran los beneficios de sus proyectos. La
CMR suministra datos estadísticos que respaldan esta posición. La Comisión
descubrió que las represas frecuentemente no alcanzaban los objetivos de
rendimiento, aunque es muy probable que las conclusiones de la CMR
subestimen el pobre rendimiento de estas obras, teniendo en cuenta que la
mayor parte de la información provino de sus dueños y patrocinadores.

Índice de contrucción de grandes represas

6000
Número de represas

5000

4000

3000

2000

1000

0
<1900 1910s 1930s 1950s 1970s 1990s

Gráfico 1: Índice de represas activas por década (datos del World Register of
Dams, ICOLD, Paris, 1998).

Energía generada. La CMR comprobó que de las 63 grandes represas con un


componente hidroeléctrico que estudió el 55% generaba menos energía que la
que había sido proyectada. Siete de las 28 represas que alcanzaban o
excedían la energía prevista, lo hacían mediante el incremento de su capacidad
instalada, lo que implicaba mayores inversiones que las pronosticadas. Si se
considera el área irrigada y el volumen de agua aplicada a las tierras bajo
riego, las 52 represas de regadío analizadas estaban lejos de alcanzar las
metas. En promedio solamente el 70% del total previsto del área irrigada se
conseguía luego de cinco años de que supuestamente se concretara el
proyecto y después de 15 años sólo se alcanzaba el 75%. Según la CMR las
represas de riego más grandes tienen el peor récord; las que están por debajo
de los 30 metros de altura y cuyos embalses ocupan menos de 10 kilómetros
cuadrados son las que más se aproximan al rendimiento estipulado. El caso de
las represas que abastecen agua es aún peor que las de riego. Sólo el 30% de
29 represas con esta función entregaba agua de acuerdo a lo expuesto en los
documentos del proyecto. Solamente 7 de las 29 suministraban menos del 50%
del agua programada.

13
Control de inundaciones. La CMR no pudo hacer una evaluación cuantitativa
del rendimiento de las represas que controlan inundaciones. Aunque es común
encontrar en los proyectos para la construcción de represas pronósticos acerca
de la capacidad de las mismas para prevenir los daños causados por las
crecidas, casi no existen estadísticas confiables que los corroboren. La
enunciación de los beneficios derivados del control de las inundaciones parece
basarse más en la fe y la esperanza que en la economía o las ciencias. La
Comisión advierte que si bien las represas redujeron los daños provocados por
las inundaciones en algunos casos, en otros se incrementaron. También señaló
que donde las represas habían puesto fin a las inundaciones “normales”, los
agricultores, pescadores y la gente que dependía de los recursos de las
planicies de inundación habían pagado un costo muy alto.

Rentabilidad económica. Fue muy difícil para la CMR encontrar datos


confiables sobre la rentabilidad económica de las represas. Sin embargo
pudieron analizar los resultados de algunos informes de monitoreo de
proyectos realizados por el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Asiático
(BDAs) y el Banco de Desarrollo Africano (BDAf). Estos indicaban que en
promedio las grandes represas habían sido de dudosa viabilidad desde el
punto de vista económico, en el mejor de los casos. De 20 represas
hidroeléctricas financiadas por bancos multilaterales, 11 no pudieron alcanzar
las metas económicas, mientras que siete apenas las sobrepasaban. Nueve de
las veinte tenían una tasa interna de rendimiento económico (TIRE) inferior al
10%. Los proyectos de infraestructura de los países en desarrollo sólo se
consideran aceptables si poseen una TIRE, entendida como medida de la
contribución de un proyecto al bienestar económico de un país, que exceda el
10-12 por ciento.

La tasa interna de rendimiento económico de 14 represas para riego


financiadas por el Banco Mundial y el BDA, durante el proceso de evaluación,
promediaba el 10,5% mientras que la TIRE estipulada al momento de aprobar
los proyectos superaba el 15%. Tres de cada cuatro represas para el
suministro de agua financiadas por el Banco Mundial y el BDAs poseían una
TIRE “bien por debajo” del 10%. Los proyectos multipropósito tienden a estar
más lejos aún de alcanzar las metas económicas en relación con los proyectos
de un solo propósito.

Si bien estos monitoreos hacen que las represas no se vean atractivas en


términos económicos, es probable que la realidad sea aún peor. Los estudios
de valoración de los bancos de desarrollo se llevan a cabo al término del
proyecto o bien algunos años después, por lo tanto, incorporan los efectos del
sobrecosto y los resultados iniciales del funcionamiento de las represas y no
así el bajo rendimiento a largo plazo que sí ha podido identificar la CMR.
También es probable que reflejen cierta parcialidad inherente a las
autoevaluaciones. Además es muy raro que en las mismas se involucren los
impactos sociales y ambientales de los proyectos, que son difíciles o
imposibles de medir en términos monetarios. Uno se pregunta cuántas
represas serían viables si los costos totales y el rendimiento real fueran
incluidos en las evaluaciones económicas.

14
Contribución a la producción alimentaria mundial. Es probable que la CMR
haya producido la primera estadística mundial sobre la contribución de las
grandes represas a la producción de alimentos -la CMR estima que la mitad de
las grandes represas del mundo fueron construidas exclusiva u originariamente
para riego. Utilizando una cifra de alrededor de 270 millones de hectáreas de
tierras bajo riego en todo el mundo, se estima que entre un 30 y un 40 por
ciento de esta área recibe agua de represas y que éstas a su vez contribuyen
entre un 12 y un 16 por ciento a la producción mundial de alimentos. Esta
estadística es particularmente significativa en las publicaciones de la industria
de las represas, que una y otra vez afirman que un tercio de la producción
mundial de alimentos proviene de tierras irrigadas, insinuando que las represas
riegan todos estos cultivos.12

Uno de los datos que emerge del proceso de la CMR que más impactó a nivel
político fue hasta qué punto las grandes represas contribuyeron en India al
incremento en la producción de granos alimenticios desde 1950. La mayor
parte del gasto total en agricultura se lo ha llevado la agricultura de regadío y
los grandes proyectos de represas y canales han consumido el 65 % del gasto
en irrigación. Los promotores de las represas en India repetidamente citan que
la producción de alimentos se cuadriplicó desde 1950 como una evidencia más
de los enormes beneficios de estas obras.13

Himanshu Thakker, un investigador independiente, realizó el primer intento de


cuantificar la contribución real de las grandes represas a la producción de
alimentos en India, en una presentación de la Consulta Regional de Asia del
Sur a la CMR. Thakker estimó que solamente entre un 12 y un 13% del
incremento en la producción de alimentos era atribuible a las grandes represas.
El profesor Nirmal Sengupta, del Madras Institute of Development Studies,
reiteró este cálculo utilizando una metodología diferente para el Estudio de País
de India de la CMR y concluyendo que la contribución de las represas a la
producción de granos para alimento después de la independencia era inferior al
10%.14

Impactos sociales. Los hallazgos de la CMR sobre los impactos sociales


concuerdan en gran parte con numerosos artículos de los opositores a las
represas en cuanto a la gran pobreza provocada por éstas y el fracaso de las
políticas de reasentamiento y de los planes que pretenden restituir el sustento
de la gente desplazada. Represas y Desarrollo describe el sufrimiento
económico de la gente que vive en valles represados, la desintegración de sus
comunidades y el aumento de los problemas mentales y físicos. Este informe
subraya que las comunidades indígenas, tribales y campesinas han sido
particularmente golpeadas. En su resumen ejecutivo, la Comisión concluye
diciendo que “el continuo y sistemático fracaso al tratar de identificar la
variedad de potenciales impactos negativos junto con la implementación de
programas adecuados de mitigación, reasentamiento y desarrollo para quienes
han sido desplazados, y la permanente desconsideración hacia las
comunidades aguas abajo de las grandes represas, han conducido al
empobrecimiento y al sufrimiento de millones”. Además, agrega la Comisión,
“es probable que los grupos más pobres y vulnerables y las generaciones
futuras deban soportar de manera desproporcionada los costos sociales y

15
ambientales de los grandes proyectos, sin obtener una parte proporcional de
los beneficios económicos”.

Desplazamiento. En Ríos Silenciados se calculó entre 30 a 60 millones la


cantidad de personas desplazadas por represas en todo el mundo. Sin
embargo, la CMR estima que esta cifra oscila entre 40 a 80 millones. Este
incremento se debe, en parte, a que se ha tenido en cuenta un mayor número
de desplazados en India. En Ríos Silenciados utilicé un cálculo de más de 14
millones, mientras que la CMR estimó una cifra de entre 16 a 38 millones en su
informe final. Además la cifra mínima que sugerí de 30 millones de
desplazados en todo el mundo aceptaba como correcta la estadística oficial de
10.200.000 “relocalizados” en China. Sin embargo la CMR explica que
solamente las represas de la cuenca del Yangtze desplazaron al menos 10
millones de personas.15

Impacto sobre las mujeres. Sorprende lo poco que se ha investigado acerca


de cómo las mujeres y los hombres son impactados de manera diferente por
las represas. La CMR solicitó lo que se puede considerar la primera visión
general de los impactos de las represas sobre las mujeres y las relaciones de
género.16 Represas y Desarrollo se vale de este estudio para declarar que, si
bien las represas pueden impactar positivamente sobre la vida de las mujeres,
especialmente las que viven en áreas que tienen acceso a servicios como agua
y electricidad, el “empobrecimiento general de las comunidades, la crisis social,
el trauma y los impactos en la salud resultantes de los desplazamientos
golpean más cruelmente a las mujeres”. En la mayoría de los casos los
proyectos de represas han ignorado las relaciones de género y las estructuras
de poder de las comunidades afectadas, según la CMR, “los proyectos de
grandes represas contribuyen al desequilibrio de las relaciones de género
existentes”.

Impactos sobre los ecosistemas. Las conclusiones de la CMR sobre


represas y ecosistemas concuerdan mayormente con Ríos Silenciados en
cuanto a la gravedad y al alcance global de los impactos negativos y al fracaso
generalizado de las medidas adoptadas para mitigar estos impactos.17 Una de
las estadísticas alarmantes de los impactos de las represas a nivel mundial,
mencionada por la CMR (que no estaba disponible cuando escribí Ríos
Silenciados) es que el 60% de las cuencas de los grandes ríos del mundo se
encuentra mediana o altamente fragmentado por represas, por transferencias
entre cuencas y por extracciones de agua para el riego.18

Embalses sucios: represas emisoras de gases de invernadero

Es un disparate y a su vez una exageración... el metano se produce


sustancialmente en los bosques tropicales y a nadie se le ocurre
talarlos.

Karolyn Wolf, vocera del US National Hydropower Association,


respondiendo a un parte de prensa de International Rivers Network

16
sobre las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de las
represas, 1995

Resulta complicado para mucha gente aceptar que la superficie aparentemente


serena de un embalse pueda emitir tanto gas como una chimenea industrial.
Incluso los paneles sobre climatología de la ONU han ignorado este fenómeno.
Las mediciones de metano (CH4) y de dióxido de carbono (CO2) derivados de
la descomposición de la materia orgánica en los embalses datan de 1993 y
solamente se han estudiado las emisiones de 30 embalses, principalmente en
Brasil y Canadá.

El reducido conjunto de científicos que trabaja en las emisiones de gases de


efecto invernadero provenientes de embalses tienen diferencias muy
profundas. Un grupo, en gran parte financiado por Hydro-Quebec y por grupos
brasileños interesados en la energía hidroeléctrica, afirma que las emisiones de
los embalses están muy por debajo de las provocadas por las plantas de
combustible fósil. Otros científicos, pertenecientes a distintas universidades e
institutos de investigación, principalmente de Canadá, Brasil y Francia,
advierten que las emisiones de los embalses son mucho más elevadas de lo
que se cree habitualmente y que en la zona de los trópicos pueden ser
superiores a las emisiones provenientes de plantas de energía de combustible
fósil. Con el propósito de tratar de llegar a un acuerdo la CMR reunió a 17
investigadores líderes en el campo de las emisiones de embalses en un taller
con el auspicio de Hydro-Quebec, en Montreal. Los participantes acordaron un
documento que contiene un resumen importante sobre el estado del
conocimiento actual del tema. Los siguientes párrafos han sido extraídos de la
Declaración de Montreal:19

• Durante décadas se han emitido gases de efecto invernadero provenientes


de todos los embalses en las regiones boreales y tropicales y se han
realizado mediciones de los mismos. Las emisiones resultaron no sólo de la
vegetación y de los suelos anegados por los embalses, sino que también
provienen de la descomposición de las plantas acuáticas, de las algas y de
la materia orgánica arrastradas hacia el embalse desde río arriba. Las
emisiones del embalse deben considerarse individualmente según la
represa y, en inventarios globales, las fuentes y sumideros de los gases de
efecto invernadero.

Hasta hace pocos años los investigadores creían que las emisiones de los
embalses cesaban inmediatamente después del llenado, disminuyendo
rápidamente a niveles insignificantes a medida que la biomasa inundada se
descomponía. Sin embargo, investigaciones recientes demostraron que si bien
existe un pulso de gases inicial -principalmente en los embalses tropicales-, las
emisiones tienden a disminuir en el tiempo pero muy lentamente, si es que
ocurre. Esto se debe, en principio, a que las plantas y las algas
descompuestas que crecen en el embalse o son arrastradas desde la cuenca
no dejan de producir metano y dióxido de carbono.

El hallazgo de que los embalses pueden ser fuentes importantes de emisión de


gases de efecto invernadero tiene consecuencias de gran trascendencia para

17
los inventarios nacionales e internacionales de este tipo de emisiones y sobre
las medidas más efectivas para reducir el calentamiento global. Un informe
publicado en el año 2000 por un equipo de investigadores canadienses estima
que las emisiones de los embalses constituyen el 7% del impacto total del
calentamiento global, entre otras emisiones de metano y dióxido de carbono
relacionadas con actividades antrópicas -este informe utiliza un cálculo de área
de la superficie global de embalses grandes y pequeños de 1,5 millones km2, lo
que supera enormemente a los 400.000 km2 estimados de grandes embalses
en Ríos Silenciados:20

• El metano y el dióxido de carbono se emiten desde el agua que pasa por las
turbinas, los aliviaderos y aguas abajo de la represa. Estas emisiones
pueden ser significantes.

Hasta hace poco los investigadores sólo tenían en cuenta las emisiones del
embalse mismo, las cuales se liberan por difusión a la atmósfera desde la
superficie de la represa y las burbujas provenientes de las zonas menos
profundas del embalse. Actualmente se sabe que al descargar el agua de un
embalse también se libera una gran cantidad de gases. Se estima que las
emisiones de metano provenientes de las turbinas y de los aliviaderos de la
represa de Tucuruí, en el Amazonas brasileño, superan hasta ocho veces las
provenientes de las burbujas y de la difusión del embalse.21
• Las emisiones provenientes de la energía hidroeléctrica deberían
evaluarse sobre una base neta, atendiendo la cuenca en cuestión –lo más
relevante es la diferencia en las emisiones de la cuenca antes y después
de la construcción de una represa y no las emisiones brutas de un
embalse.

Los ecosistemas son un complejo mosaico, indebidamente comprendido; no


sólo son fuentes sino también sumideros de dióxido de carbono y de metano.
La mayoría de los bosques funcionan como sumideros de ambos gases,
mientras que los lagos naturales actúan como fuentes. Las turberas del norte
son sumideros de dióxido de carbono y a su vez son importantes fuentes de
metano. Al evaluar las emisiones netas en lugar de las brutas, se puede
incrementar o disminuir la contribución estimada de los embalses al
calentamiento global, dependiendo de las características del área inundada.22

• El coeficiente que comúnmente se usa para convertir las emisiones


de metano al “CO2 equivalente” puede subestimar significativamente el
impacto sobre el cambio climático de los embalses en las primeras
décadas. Deberían considerarse otros métodos de conversión que
tengan en cuenta el tiempo, como el que desarrolló Stuart Gaffin.

Se sabe que el metano es un gas de efecto invernadero mucho más poderoso


que el dióxido de carbono. Sin embargo, resulta harto difícil calcular con
exactitud cuánto más contribuye una molécula de metano al cambio climático,
en comparación con una de dióxido de carbono. Si bien el metano permanece
mucho menos en la atmósfera que el dióxido de carbono, cada molécula de
metano es mucho más eficiente al momento de atrapar calor. El factor de
metano comúnmente utilizado se conoce como Potencial de Calentamiento

18
Global en 100 años (PCG, o GWP en inglés) y representa el impacto luego de
100 años de una tonelada de metano liberada de una sola vez –en un solo
“pulso”- hacia la atmósfera, en comparación con una de CO2. Actualmente el
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas
considera que el PCG a 100 años del metano equivale a 21, lo que significa
que una tonelada de metano en la atmósfera provoca 21 veces más
calentamiento que una tonelada de dióxido de carbono.

Si las emisiones de metano de los embalses fueran efectivamente un evento


único resultante de la biomasa sumergida y descompuesta al momento del
llenado del embalse, esta metodología de “pulso” podría ser la apropiada. Sin
embargo, debido a que las emisiones son continuas, se requiere una
metodología diferente. El químico atmosférico Stuart Gaffin, del Fondo de
Defensa Ambiental de EE.UU. (EDF, en inglés) desarrolló un modelo para
calcular el impacto sobre el cambio climático de las emisiones continuas de
metano comparadas con las de CO2. De acuerdo al modelo de Gaffin, luego de
100 años de efecto acumulativo de calentamiento global de un emisor
constante de metano, la emisión es 39,4 veces más que una cantidad
equivalente de un emisor constante de CO2.23 Especialmente en zonas
tropicales el metano constituye una parte importante de las emisiones
provenientes de un embalse -hasta el 75% del total del impacto de los gases de
efecto invernadero en el caso de Tucuruí. Por lo tanto, el uso de un coeficiente
de metano más alto puede incrementar los cálculos estimativos del impacto
total de un embalse sobre el calentamiento global.

• Los factores que influyen sobre las emisiones de gases de efecto


invernadero son: la profundidad, la forma y el tamaño del embalse, el
clima de la región, el régimen de operación y el tiempo que permanece
con agua, el tamaño y la naturaleza de la cuenca, y el tipo de actividades
antrópicas que se realizan cerca del embalse y aguas arriba.

El factor más importante que determina las emisiones de un embalse es el


clima; se sabe que las emisiones de embalses tropicales son mucho más
elevadas que las de las zonas boreales. Además las emisiones provenientes
de embalses con poca profundidad son mucho más elevadas que aquellas de
mayor profundidad. El aporte de un embalse al cambio climático, en
comparación con otras fuentes de energía eléctrica, también dependerá de la
cantidad de energía generada. Es probable que una represa situada en la
cuenca del Amazonas con una capacidad instalada de generación baja y un
gran embalse de poca profundidad tenga emisiones cientos de veces
superiores por kilovatio/hora generada que una en Canadá con un embalse
pequeño y profundo y con una alta capacidad de generación.

Según Éric Duchemin, de la Universidad de Quebec, Montreal, las emisiones


netas promedio provenientes de embalses boreales equivalen de 20 a 60
gramos de CO2 por kilovatio/hora generado. Por otro lado las emisiones netas
provenientes de embalses tropicales, agrega Duchemin, varían entre 200 a
3.000 g/kWh.24 En comparación las plantas de gas natural de ciclo combinado,
que actualmente constituyen la tecnología predilecta para los generadores de
energía en la mayor parte del mundo, emiten entre 430-635 g CO2-

19
equivalente/kWh, incluyendo el calentamiento provocado por el metano
proveniente de pérdidas durante la extracción de gas y la transmisión.25

Estas cifras para las emisiones de los embalses se calculan utilizando un PCG
del metano de 21. En el Cuadro 2 se muestran los resultados del cálculo entre
las emisiones brutas de los embalses y una planta de gas natural de ciclo
combinado, utilizando el coeficiente de metano de Gaffin -el metano constituye
una parte muy pequeña del total de las emisiones en la mayoría de las
tecnologías de generación, por lo que el resultado hubiera variado muy
levemente al cambiar el coeficiente de metano. Estos cálculos sugieren que el
impacto de calentamiento de una planta de gas moderna es de cinco a ocho
veces más que el de un embalse boreal de alta emisión, no obstante un
embalse tropical puede tener un impacto de calentamiento 66 veces superior al
de una planta de gas.26

Cuadro 2: Impacto global de calentamiento según diferentes alternativas de


generación de energía.

Instalación hidroeléctrica Generación de Área Emisiones Ref.


electricidad inundada (gCO2eq/kWh)
2
(TWh/año)* (km )

Canadá Churchill Falls 35 6705 !90 1


Complexe La Grande 82 13000 !75 1

Tropical Balbina 1 3150 30250 2


Curuá-Una 0,1 72 5700 1
Tucuruí 15,7 2250 3280 3

Instalación no Emisiones
hidroeléctrica (gCO2eq/kVh)
Lignito (carbón blando) 1150-1270 4
Carbón (planta moderna) 790-1200 4
Combustible pesado 690-730 4
Diesel 555–880 4
Gas natural de ciclo combinado 550 MW 460-760 5
Cogeneración con gas natural 300 6
Grandes células de combustible (funcionan con gas natural) 290-520 4
Fotovoltaicos 30-210 4
Energía de biomasa 17-120 4
Energía eólica 7-40 4
Nuclear 2-60 4

Nota: Las emisiones de gas natural de ciclo combinado y las de hidroeléctricas


fueron calculadas usando un coeficiente de metano de 39,4.
* Las aproximaciones se basan en un factor de capacidad de 60%, excepto en
los casos de Balbina y Tucuruí que se basan en la generación real. Al menos
en el caso de las represas tropicales es probable que el factor de capacidad se
aproxime más al 50% que al 60%.

Fuentes
1. P. Raphals ‘Restructured Rivers: Hydropower in the Era of Competitive Markets’, Helios
Centre-International Rivers Network, Montreal-Berkeley, 2001.

20
2. Emisiones del embalse Balbina calculadas nuevamente a partir de datos de P.M.
Fearnside, ‘Hydroelectric Dams in the Brazilian Amazon as Sources of ‘Greenhouse
Gases’, Environmental Conservation 22(1) 1995.
3. Emisiones de Tucuruí calculadas nuevamente a partir de datos de los P.M. Fearnside,
‘Greenhouse gas emisions from a hydroelectric Brazil’s Tucuruí Dam and the energy
policy implications’, Water, Air and Soil Pollution (en prensa). Producción energética de
Tucuruí (promedio 1984-1998) del Estudio de Caso sobre Tucuruí realizado por la
CMR.
4. IEA Implementing Agreement For Hydropower Technologies, Hydropower And The
Environment: Present Context And Guidelines For Future Action. Main Report, mayo de
2000, p. 126. Las cifras para la energía eólica y la fotovoltaica no incluyen cálculos de
altas emisiones que no fueran comparables con otras aproximaciones disponibles.
5. Fueron calculadas nuevamente a partir de P.L. Spath y M.K. Mann, ‘Life Cycle
Assessment of a Natural Gas Combined-Cycle Power Generation System’, NREL,
Colorado, 2000.
6. M. Rizau et al., Clean Electricity Supply With Low Climate Impact and No Nuclear
Power, Greenpeace, Hamburgo, 1998.

Represas y Desarrollo advierte que todos los embalses que han sido
estudiados emiten gases de efecto invernadero y que “en algunas
circunstancias las emisiones brutas pueden ser importantes e incluso
posiblemente superiores a las alternativas térmicas”. Sin embargo el informe no
especifica, como debería, que la evidencia apunta a que el impacto climático
de las hidroeléctricas tropicales es mucho peor que el de las alternativas
térmicas. En el informe de la CMR, bajo el título “Directrices para una buena
práctica”, se recomienda la inclusión de los cálculos de las emisiones netas de
los embalses en los estudios de factibilidad y la necesidad de realizar más
estudios sobre las emisiones de los embalses, especialmente en regiones
templadas y semiáridas.

En mayo de 2000 un importante informe sobre las hidroeléctricas y el ambiente


que se conoce como International Energy Agency Hydropower Agreement fue
presentado por un grupo a favor de la hidroelectricidad en el que Hydro-
Quebec desempeña un papel fundamental. Este informe exige que los
organismos de ayuda suministren créditos subsidiados para los proyectos
hidroeléctricos “como una restitución de la comunidad internacional por la
protección de la naturaleza y el clima mundial.” Agrega también que “es
indudable que los “Mecanismos de Desarrollo Limpio” (MDL) estimularán las
hidroeléctricas”. El MDL es el mecanismo de comercio de emisiones propuesto
por el Protocolo de Kyoto. Este informe afirma que las emisiones de energía
hidroeléctrica son 2-48 g CO2/kWh, un promedio bruto subestimado que es en
varios órdenes de magnitud inferior a las emisiones de embalses tropicales. 27

Aunque Hydro-Quebec y sus colegas subestiman los impactos de las represas


boreales sobre el calentamiento global, éstos son muy inferiores a los
producidos por las plantas de combustible fósil. Pero el Mecanismo de
Desarrollo Limpio (MDL) no se aplica a proyectos en países boreales. Sí se
aplica a países tropicales, donde la industria hidroeléctrica tiene mayores
oportunidades de expandirse y en los que las emisiones de los embalses
suelen ser masivas. Sin importar cuáles sean las emisiones de los grandes
embalses, debido a sus múltiples impactos ambientales y sociales habría que
excluirlos de los subsidios, los cuales deberían ser destinados a la eficiencia
energética, fuentes de energía sustentables como la solar y la eólica, y otras

21
medidas amigables con el ambiente como la conservación y la restauración de
los bosques.

Un clima cambiante para las represas

Del mismo modo en que las represas impactan sobre el funcionamiento del
clima global, también el cambio climático global impacta sobre el
funcionamiento de las represas. El cambio climático está haciendo que se
vuelva obsoleta una de las afirmaciones claves utilizadas en el planeamiento y
en el diseño de las represas, “que el pasado hidrológico constituye una guía
confiable para el futuro hidrológico”. En la evaluación que el Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático hizo en 2001 se pronosticó que el
clima del planeta sufrirá un aumento de temperatura de entre 1,4 y 5,8 grados
centígrados hacia fines de este siglo. Es probable que por cada grado que suba
la temperatura la precipitación mundial aumente entre un 2% y un 4%. Los
cambios resultantes en los patrones del clima regional variarán enormemente
aunque existe un consenso general entre los investigadores de que la
frecuencia y gravedad de las inundaciones y las sequías se incrementarán en
muchas partes del mundo.28

La mayoría de los aliviaderos están diseñados para descargar el promedio


máximo de crecida que podría ocurrir en una cuenca. Pero estos promedios
máximos no tienen en cuenta el cambio climático. Si se excede la capacidad de
los aliviaderos es probable que el agua fluya por encima de la parte superior de
la represa -el “desbordamiento” es la principal razón por la cual las represan
pueden fallar y colapsar. La obra Represas y Desarrollo expresa preocupación
en cuanto a la adaptación de los aliviaderos existentes dada la probabilidad del
incremento de la intensidad de las crecidas y el rendimiento de la capacidad de
las represas para controlar las inundaciones.
La “seguridad del embalse” -capacidad de una represa de cumplir con los
objetivos para los cuales fue diseñada-, se verá afectada por los patrones
variables del caudal de los ríos y porque las temperaturas más elevadas
incrementarán la evaporación en el embalse. Por ejemplo la generación de
energía hidroeléctrica podría disminuir dramáticamente a causa de una mayor
cantidad de sequías y de evaporación aunque se beneficiaría con mayores
precipitaciones. En Represas y Desarrollo se recomienda que tanto el
planeamiento como la supervisión de las represas deberían considerar el
impacto de los cambios climáticos potenciales sobre la seguridad y el
rendimiento de las represas.

Los impactos del cambio climático sobre los recursos hídricos variarán
considerablemente según la región geográfica y a medida que pase el tiempo y
son extremadamente difíciles de predecir; esta situación seguirá igual en el
futuro inmediato. Sin embargo esta incertidumbre no implica que se deba
ignorar el cambio climático como lo han hecho los constructores de represas
hasta ahora. La revisión temática que la CMR hizo sobre el cambio climático y
las represas establece que la mejor manera de afrontar la incertidumbre será
disminuyendo la vulnerabilidad mediante la reducción de la demanda de agua y
no mediante el incremento en el suministro.

22
El siglo de lo pequeño: alternativas a las represas

...¿Qué proponen los opositores a las represas para suministrar el agua


necesaria para el uso industrial y urbano y para la producción de
alimentos? ¿Cuáles son los medios de producción de energía
alternativos? ¿Cómo piensan reducir las inundaciones catastróficas?
Acudí al libro de McCully Ríos Silenciados... y descubrí que la mayoría
de las respuestas eran ingenuas ¡y hasta cierto punto me parecieron
irrisorias!... Un problema de tal magnitud sólo puede revolverse con
medios de gran escala y no a través de los medios idealistas propuestos
por el autor y sus colegas.

Theo P.C. Van Robbroeck, PrEng, PhD, etc., septiembre


1999

...tal vez esto sea lo que nos depara el siglo XXI. El desmantelamiento
de todo lo grande. Grandes bombas, grandes represas, grandes
ideologías, grandes contradicciones, grandes países, grandes guerras,
grandes héroes, grandes errores. Tal vez sea el Siglo de lo Pequeño.
Quizás ahora mismo, en este preciso instante, desde el cielo una diosa
pequeña se esté preparando para nosotros.

Arundhati Roy, The Greater Common God, 1999

Una parte clave del mandato de la CMR fue evaluar las diferentes opciones
disponibles que puedan brindar servicios equivalentes a los provistos por las
grandes represas. Existen pocas cuestiones en el mundo más urgentes que las
referidas al abastecimiento de agua, a la sanidad, a los alimentos, a la energía
y a la protección contra las inundaciones. Según la ONU en el año 2000
aproximadamente 826 millones de personas sufrían de hambre crónica. Más de
mil millones no tenían acceso al agua potable y alrededor de 2,5 mil millones
no gozaban de un saneamiento adecuado. Las enfermedades prevenibles
relacionadas con el agua mataban alrededor de 10.000 a 20.000 niños por día.
Dos mil millones no tenían acceso a la electricidad. Más de la mitad de las
muertes provocadas por catástrofes naturales, excluyendo las sequías, fueron
causadas por inundaciones. Mientras que nuestras instituciones y nuestras
tecnologías no logran cubrir las necesidades básicas de tanta gente en la
actualidad, se estima que para el año 2050 entre 1,3 y 4,7 mil millones de
personas demandarán alimentos, agua y energía. Mientras tanto una gran
cantidad de ecosistemas no pueden sustentar las demandas de la población
mundial existente. El cambio climático exacerbará las presiones sobre los
ecosistemas y la vulnerabilidad de los pobres a las sequías y a las
inundaciones. 29

Si bien estas cifras son indudablemente desoladoras, existe todavía una luz de
esperanza. Se están incrementando las presiones económicas y políticas para
cambiar las prácticas del mal manejo del agua y de la energía. Se están
desarrollando nuevas y mejores tecnologías y maneras de hacer las cosas y a
la vez son cada vez más económica y socialmente viables. También es
fundamental recordar que tanta pobreza no se debe a la falta de comida, de

23
agua o de energía. El problema está relacionado con la distribución y no con la
disponibilidad.

Las conclusiones de la CMR sobre las opciones existentes para el manejo del
agua y de la energía son similares en términos generales a las expresadas en
Ríos Silenciados. Las conclusiones se citan aquí abajo:

“La capacidad de las distintas alternativas para cubrir las necesidades


actuales y las futuras o para reemplazar los suministros convencionales
depende del contexto específico, pero en general ofrecen un significativo
potencial individual y colectivamente. Las diferentes opciones para los
distintos sectores se describen a continuación en forma específica:

• El sector del riego y la agricultura prefiere mejorar el rendimiento y la


productividad de los sistemas de regadío existentes y las medidas
alternativas de suministro que incluyan sistemas de recolección de agua
de lluvia, el manejo hídrico tradicional, local y a pequeña escala y también
métodos de recarga de agua subterránea”.

• La prioridad del sector de la energía mundial sustentable y equitativa es la


misma en todas las sociedades, se deben incrementar la eficiencia en el
uso de la energía y la utilización de fuentes renovables. Las sociedades
que tienen un alto consumo también deben reducir el uso de combustibles
fósiles. En las áreas rurales las opciones descentralizadas, de pequeña
escala basadas en fuentes locales renovables ofrecen el mayor potencial
a corto plazo y posiblemente también a largo plazo”.

• En cuanto al abastecimiento del agua, es primordial cubrir las


necesidades de aquellos que actualmente no tienen acceso, tanto en las
áreas urbanas como en las rurales, mediante una serie de formas de
suministro opcionales y eficientes. También tiene un gran potencial
favorecer los intentos de revitalizar las fuentes existentes, introducir
estrategias tarifarias apropiadas, impulsar el márketing y las distribuciones
de agua justos y sustentables, reciclar y reusar el agua y promover
estrategias locales como el cultivo por precipitación”.

• En el caso de las inundaciones, puesto que el control absoluto de las


mismas no se puede alcanzar ni es lo deseable, se deben reducir los
daños y aumentar los beneficios ecológicos. El enfoque integrado del
manejo de las crecidas incluirá la reducción de la vulnerabilidad de las
comunidades a las mismas mediante alternativas tecnológicas y políticas
estructurales y no-estructurales, procurando también que la gente esté
preparada para sobrellevar las crecidas de manera efectiva”.

La recolección empieza por casa

. . .existe una idea que se destaca por su simplicidad, eficacia y


accesibilidad desde el punto de vista económico: la recolección de agua
de lluvia... Sólo hay que recolectarla, almacenarla y usarla, es así de

24
sencillo. Si se desarrollan tecnologías apropiadas en torno de este
concepto simple, se obtendrán soluciones descentralizadas a nivel local
que pueden cubrir ampliamente las necesidades de agua potable de las
poblaciones rurales y urbanas.

Atal Behari Vajpayee, primer ministro de la India, 2000

Desde que escribí Ríos Silenciados, es cada vez más evidente que las únicas
propuestas viables para satisfacer las demandas actuales y futuras de agua y
de energía de manera sustentable y equitativa son los sistemas de suministro
descentralizados y de pequeña escala y la reducción del derroche y del
consumo indiscriminado tanto de agua como de energía. En los últimos cinco
años la India ha desarrollado los sistemas de riego y de suministro de agua
más prometedores. En todo el país ha resurgido el interés por la recolección de
agua y se utilizan distintos métodos, como la construcción de pequeñas
represas en corrientes estacionales, desvío del agua hacia los pozos y la
captación del agua que cae sobre los techos.

En Ríos Silenciados se describieron sintéticamente los khadins (o johads) de


Rajastán. Desde 1986 se han construido más de 2.500 terraplenes de grava y
barro en 700 poblaciones del distrito de Alwar con resultados sorprendentes.
Los johads atrapan las precipitaciones de los monzones que luego se filtran al
agua subterránea, recargando así los pozos locales. En un distrito que antes
era propenso a las sequías ahora se puede obtener agua potable, ochocientos
pozos que antes estaban secos disponen de agua durante todo el año. Además
se duplicó la producción de trigo, cinco ríos que sólo corrían durante algunos
meses al año, ahora lo hacen continuamente y sus peces constituyen una
fuente de alimento para esas comunidades.

Junto con la construcción de estos terraplenes se han promovido medidas para


proteger y restaurar los bosques locales. En Bhavatha-Kolyala la plantación de
árboles, la protección de los bosques y el incremento del nivel freático han sido
tan exitosos que los pobladores transformaron su bosque recuperado en una
“reserva natural de la gente”. Ahora se pueden observar tigres en medio de la
exuberante selva. Los esfuerzos de la gente de Bhavatha- Kolyala fueron
reconocidos en marzo de 2000 cuando el presidente de la India, K.R.
Narayanan, visitó el pueblo para darles un premio por su labor ambiental.30

La recolección de agua tomó mayor fuerza luego de la fuerte sequía que azotó
al noroeste y al centro de la India entre 1999 y 2000. La prensa india difundió
numerosos artículos que describían cómo aquellos lugares que habían
adoptado las medidas de recolección de agua habían sido mucho menos
afectados por la sequía que las demás poblaciones cercanas. En el año 2000
la crisis del agua llevó al gobierno de Gujarat a anunciar un importante
programa de recolección que ayuda a las comunidades y a las ONGs de los
distritos de Kutch y Saurashtra que son propensos a las sequías, para que
proyecten y construyan represas de contención pequeñas de concreto y de
mampostería. Estas pequeñas represas construidas sobre corrientes
estacionales captan la escorrentía durante los meses de los monzones desde
junio a septiembre, recargando así los pozos cercanos para el resto del año.

25
Cuando se lanzó esta iniciativa, luego de que varios disturbios respecto al
desvío del agua desde las áreas rurales a las urbanas habían provocado
algunas muertes, el gobierno se propuso colaborar en la construcción de 2.500
pequeñas represas de contención. En un lapso de pocos meses se habían
recibido 25.000 propuestas y se habían construido 10.500 de estas represas.

Otro método de recarga de agua subterránea elogiado por abastecer a 300.000


pozos en Saurashtra, es el de recarga por excavación de pozos. Este método
incluye el desvío del escurrimiento directamente desde los campos y los
desagües hacia los pozos abiertos. Sin embargo, algunos investigadores
pertenecientes a la ONG VIKSAT de Gujarat, advierten que si bien la obtención
de agua mediante la recarga de los pozos es importante, es relativamente
escasa y por lo tanto no será muy útil para resolver los problemas de suministro
de agua de Gujarat, a menos que se reduzca la demanda de agua mediante la
adopción de métodos de riego eficientes y se opte por cultivos que requieran
una menor cantidad de agua. Los expertos de VIKSAT creen que el hecho de
que el método de recarga de pozos tenga un mayor impacto sobre Saurashtra
quizás dependa de si se puede transformar o no en un movimiento social más
importante para el manejo del agua en lugar de ser un mero aumento en el
suministro”.31 En toda la India a las iniciativas de manejo de agua
descentralizadas se han incorporado medidas adicionales con respecto a la
demanda. Por ejemplo, los campesinos con johads en Rajastán se
comprometieron a no cultivar caña de azúcar aunque sea rentable ya que es
una de las plantaciones que más agua demanda.

En un informe presentado por la CMR sobre las opciones de riego para la India,
Himanshu Thakker se muestra optimista respecto del potencial de la
recolección de agua y señala que el riego constituye una importante
herramienta para desterrar la pobreza de las zonas rurales. También agrega
que el riego con agua subterránea aumenta la producción y a su vez genera
más empleo que cualquier proyecto de canales o de grandes represas.
Además destaca que los fondos provenientes del gobierno para los sistemas
de regadío han sido transferidos a los proyectos de las grandes represas y los
canales concentrados en las áreas de la “Revolución Verde” en el noreste de la
India. Por lo tanto Thakker concluye que “ya que las lluvias, que son la madre
de todas las fuentes de agua, son extensas y considerando que alguna clase
de riego es posible en todas las regiones, llegamos a la evidente conclusión de
que la mejor estrategia para aliviar la pobreza es difundir los recursos para que
se realice el riego en todo el país” mediante los métodos de recolección del
agua.32

Para cubrir una gran parte de la demanda de agua cada vez mayor para el uso
doméstico tanto en el campo como en la ciudad, se puede recurrir a la
captación de agua de lluvia en los lugares donde se dan precipitaciones. En
muchas partes del mundo se promocionan los sistemas de recolección de agua
de los techos y en algunos casos como sucede en Alemania se realiza con
subsidios otorgados por el gobierno. En Chennai, ex Madras, al sur de la India
cualquier casa nueva con más de dos plantas debe poseer sistemas de
recolección de agua de lluvia.33

26
El consumo doméstico de agua es minúsculo comparado con el uso agrícola y
sólo el 12% de las grandes represas del mundo son diseñadas con el propósito
de suministrar agua. La mayor parte del agua proviene de los pozos,
directamente de los lagos y los ríos, y de represas pequeñas o medianas. La
CMR destaca que el consumo doméstico, municipal e industrial representa
menos del 20% del uso mundial de agua y solamente alrededor de un 5% en
África, Asia y América Latina. Los autores de la revisión temática de la CMR
sobre el suministro de agua calcularon que sólo el 1% de las extracciones de
agua actuales suministraría un nivel de servicio básico de 40 litros por persona
por día a todos aquellos que hoy en día carecen de una provisión adecuada y a
las 2 mil millones de personas más que se calcula que habrá en el mundo en
2025.34

En las ciudades asiáticas la pérdida de agua por goteo o por conexiones


ilegales es generalmente del 35 al 40% y en algunos casos llega a representar
un 60% del agua que entra al sistema. Otro problema es la contaminación de
los abastecimientos existentes, lo que obliga a las ciudades a construir
represas y canerías para traer agua potable desde lugares lejanos. Al igual que
con la agricultura, existen muchas alternativas para que el uso doméstico e
industrial de agua sea más eficiente. Dinamarca redujo su consumo de agua
por persona en alrededor de un 25 % en los últimos diez años haciendo
extensiva la adopción de tecnologías que consumen poca agua en los
sanitarios, duchas y lavarropas. En los EE.UU. el total de extracciones de agua
disminuyó un 20% entre 1980 y 2000 debido principalmente a una mayor
eficiencia en el uso industrial y doméstico. Los usuarios de las ciudades de los
países en vías de desarrollo que usan cañerías para transportar el agua,
podrían reducir el consumo de manera considerable mediante la instalación de
artefactos más eficientes. En Méjico se implementó un programa para la
conservación del agua que implicó el reemplazo de 350.000 sanitarios viejos
por modelos más eficientes y de este modo se ahorró una cantidad de agua
suficiente para abastecer a 250.000 usuarios más.35

El principal problema del suministro de agua en las ciudades no se debe a la


escasez de agua sino a la terrible administración. Por lo tanto es más
importante perfeccionar el manejo del agua que construir más represas o
nuevos proyectos de suministro, aunque muchas veces resulte más complejo.
Actualmente la solución elegida para establecer el desarrollo global es la
privatización, lo que en muchos casos implica la venta de la concesión del
suministro del agua a compañías extranjeras -principalmente francesas y
británicas. En la actualidad sólo aproximadamente el 5% de la población
mundial recibe agua de empresas privadas pero esta cifra está aumentando a
un ritmo acelerado. Un estudio sobre las políticas de préstamo del FMI en 40
países llevado a cabo recientemente reveló que 12 incluían condiciones
imponiendo la privatización del agua o la recuperación total del costo. La
mayoría eran países africanos pequeños, pobres y endeudados.36

Si bien los organismos del sector público en los países en vías de desarrollo
han realizado un trabajo pésimo no se puede asegurar que el sector privado lo
hará mejor, como sugiere el FMI o el Banco Mundial. Mucha gente cree que la
privatización será peor, especialmente porque la gente pobre tendrá menos

27
acceso al agua debido a que no pueden pagar las tarifas necesarias para que
las corporaciones obtengan ganancias. Esta situación es especialmente
preocupante pues se está promocionando la privatización sin ningún
mecanismo regulatorio confiable que garantice la calidad del agua y que
además proteja los derechos de los pobres. Las personas que otorgan los
subsidios han ignorado una y otra vez los intentos de mejorar la administración
del sector público o de establecer modelos de privatización alternativos tales
como las cooperativas, que tienen buenos antecedentes en América Latina, y
las asociaciones entre el sector privado, ONGs y comunidades.37

Tenemos la energía

En Ríos Silenciados escribí sobre la necesidad de una revolución en las


políticas energéticas y destaqué algunas tecnologías que podrían ayudar a que
la misma se lleve a cabo. Afortunadamente, los avances tecnológicos hacen
que esta revolución sea cada vez más factible –aunque no sucede lo mismo
con los progresos en la administración de los sistemas de energía con el fin de
aprovechar las tecnologías modernas, promover la eficiencia y expandir el
acceso a la electricidad para las poblaciones del Tercer Mundo que
actualmente carecen de ella.

Energía eólica. La energía eólica fue la fuente de energía que se desarrolló


en forma más rápida en los años ‘90 con un índice de crecimiento anual de
aproximadamente 24%. Es probable que continúe creciendo en forma
acelerada en esta década dado que los costos de la misma siguen
disminuyendo y la presión por reducir los gases del efecto invernadero es cada
vez mayor. Entre 1994 y 2000 los costos de instalación de una turbina eólica
cayeron un 25%, a 900 dólares/kWh y se estima que bajarán 17% más para
2005. En algunas zonas la energía del viento ya compite con los combustibles
fósiles en cuanto a los costos. En Ríos Silenciados se mencionó que la
capacidad instalada de energía eólica mundial en 1993 era de 4.880 MW,
mientras que para el año 2000 había alcanzado los 18.000 MW. Actualmente la
energía eólica genera 50.000 puestos de trabajo en el mundo y sus ventas
anuales son de 3,5 a 4 mil millones de dólares.

Los alcances más significativos en la industria de la energía eólica en la última


década se reflejan en los objetivos de la Asociación Europea de Energía Eólica
(AEEE): en 1991 se propuso instalar en Europa en el año 2000 turbinas de
viento de 4.000 MW; en 1997 duplicaron esta cifra a 8.000 MW. Hacia fines de
2000 la capacidad instalada alcanzaba 13.000 MW. La AEEE cree que esta
cifra puede aumentar hasta 6 veces más para 2010. La energía eólica todavía
aporta muy poco a la generación eléctrica mundial -alrededor del 0.2 %-, no
obstante la velocidad increíble a la que se desarrolla indica que pronto hará un
aporte significativo a la generación mundial. En 1999 la AEEE y Greenpeace
presentaron un programa de acción detallado indicando de qué modo la
energía eólica podía generar el 10% de la electricidad mundial en el año 2010 y
crear 1,7 millones de puestos de trabajo.

28
Dinamarca es el epicentro del estampido de la energía eólica. En el año 2000
las turbinas eólicas danesas generaron el 13% del suministro energético del
país. El gobierno de Dinamarca, que ha fomentado la industria de las turbinas
eólicas y actualmente es líder en ventas en el mundo, planea para 2030 cubrir
la mitad del consumo de electricidad del país usando el viento. Existen dos
desventajas que impiden la expansión de la energía eólica, a saber: el impacto
visual en el paisaje y el ruido de los rotores. Dinamarca pretende combatir
estos obstáculos mediante la construcción de sus nuevos parques eólicos
cerca de la costa. El primer parque eólico de gran escala en el mundo se
construyó entre noviembre y diciembre de 2000 en el estrecho de Öresund
entre Dinamarca y Suecia, a casi dos kilómetros de la zona portuaria de
Copenhague. El Reino Unido, Alemania y España también planean comenzar a
la brevedad con la construcción de grandes parques de energía eólica cerca de
la costa.

La energía eólica también está creciendo en forma acelerada en los países en


vías de desarrollo. La India, que es el quinto productor mundial de energía
eólica, instaló turbinas en línea con una capacidad de 90 MW en el año 2000 y
alcanzó una capacidad total cercana a los 1.200 MW. China proyecta aumentar
hasta siete veces más su producción actual de 265 MW en los próximos cinco
años. En diciembre de 2000 el gobierno de la Argentina aprobó un plan para el
desarrollo de su capacidad eólica de 3.000 MW en el sur del país. En
Marruecos se instalaron turbinas eólicas en línea con una capacidad de 50 MW
en el año 2000 y de 30 MW en Egipto.

El mayor obstáculo que enfrenta la energía eólica es la inestabilidad; aun en los


mejores sitios el viento puede ser fuerte, otras veces leve y hasta nulo. Cuantas
más turbinas eólicas se agreguen a una red, las variaciones de los distintos
parques eólicos serán mejor compensadas. Sin embargo para combatir estas
variaciones se requiere de una tecnología y un manejo sofisticados y las redes
con importantes componentes de energía eólica requerirán de una reserva en
caso de que el viento no sople. Según la AEEE y Greenpeace, “20% es una
cifra promedio apropiada para la inserción potencial de la energía eólica en los
sistemas de la red nacional”.38

Energía solar fotovoltaica. La segunda fuente de energía que crece con


mayor rapidez es la energía solar fotovoltaica (FV), los paneles que
transforman la luz solar directamente en electricidad. El uso de sistemas FV en
todo el mundo creció a un promedio anual de un 17% durante la década del ´90
a pesar de que la generación solar aún representa una parte minúscula dentro
del suministro eléctrico mundial. Según BP Solar, el más importante productor
de células solares, el precio para construir FV bajó de 30 dólares por vatio en
1990 a 7 dólares por vatio una década después. Sin embargo los costos siguen
siendo altos y deberán disminuir entre un 50% y un 75% para ser realmente
competitivos con los combustibles fósiles, lo que según BP llevará entre 5 y 10
años.

Mientras tanto en algunos países los subsidios estatales ayudan a que los FV
se consideren más atractivos. En Japón, Alemania y los Países Bajos tanto
como en los EE.UU. se espera la instalación de millones de paneles solares

29
arriba de los techos en la próxima década, debido a los programas de
promoción que se han lanzado. Una de las medidas más importantes y
necesarias para la conexión en red de la energía solar es que quienes posean
paneles FV puedan vender el exceso de energía que producen durante el día a
la red y que a la noche o cuando esté nublado puedan comprarle energía a la
red. Este “medidor en red” compensa los costos de instalación del panel e
implica que no se deberán comprar baterías para suministrar energía de
reserva lo cual representa una parte importante del costo del sistema FV. La
American Solar Energy Society, tal vez optimista durante la administración de
George W. Bush, cree que con el respaldo del gobierno la energía solar podría
suministrar el 10% de la energía en los EE.UU. en el año 2010 y el 20% en
2020.

Debido a la disminución de los costos y la flexibilidad, ya que los FV pueden


colocarse en los techos, en los costados de los edificios o incluso pueden ser
incorporados a las ventanas, y al bajo impacto ambiental, es probable que
durante el siglo XXI la energía solar iguale la expansión que la energía eólica
experimentó durante la década del ´90. A largo plazo seguramente tendrá una
contribución importante en la producción de electricidad en todo el mundo.39

Considerando incluso los costos actuales, los FV resultan accesibles para el


uso fuera de la red. La mayoría de las dos mil millones de personas que no
tienen acceso a la electricidad viven en cientos de miles de poblaciones
dispersas en los países en vías de desarrollo. La expansión de las redes de
electricidad puede mejorar notablemente la calidad de vida de estas personas,
pero este proceso es costoso y lamentablemente lento. Para la mayoría la
única posibilidad de tener acceso a la energía en red es trasladándose a una
ciudad. En los años ‘90 los sistemas FV domésticos, que tenían una capacidad
máxima de entre 10 y 15 vatios, se hicieron cada vez más populares en
algunas áreas rurales de los países en vías de desarrollo. Desde 1980 se han
instalado alrededor de 1,3 millones de sistemas solares domésticos en algunos
países en vías de desarrollo, principalmente en Indonesia, República
Dominicana, Zimbabwe, Méjico y Sudáfrica.

El porcentaje de gente que se ve beneficiada por la energía solar en Kenia es


mayor que en cualquier otro país. Entre el 3% y el 4% de las casas rurales de
Kenia poseen sistemas FVs mientras que sólo el 2% posee conexiones en red.
Entre 1995 y 1999 el programa de electricidad rural conectó a menos de 21.000
viviendas a la red mientras que más de 80.000 adquirieron módulos solares. La
popularidad de los FVs en Kenia comenzó con pequeños proyectos pilotos
financiados por ONGs y por organismos de ayuda bilaterales en la década de
del ´80. Empezó a tener éxito recién una década más tarde debido a la
disponibilidad de unidades muy pequeñas de FVs, que tenían una capacidad
máxima de entre 10 y 14 vatios y a la difusión por parte de empresarios
privados. Frecuentemente los FVs se fabrican con deficiencias y aún resultan
costosos (en el año 2000 sólo alrededor del 25% de los campesinos kenianos
con más dinero podía pagar 55 dólares para obtenerlos). Si se pudiera, la
mayoría preferiría tener energía en red pero muchos no tienen esa opción.40

30
Células de combustible. En los últimos cinco años los empresarios
capitalistas, las corporaciones y los gobiernos han invertido cientos de millones
de dólares en la investigación de la célula de combustible. Estas compañías,
algunas de las cuales son pequeñas y otras son gigantes como Siemens y
General Electric, aseguran que están a un paso de comercializar esta
tecnología. Es muy probable que a fines de esta década las células de
combustible desempeñen un rol fundamental en los sistemas de energía del
mundo.

Una célula de combustible combina hidrógeno con el oxígeno del aire y


mediante una reacción química produce electricidad y calor sin necesidad de la
combustión. El único subproducto es el agua. Dado que el hidrógeno sólo
puede ser producido por la electrólisis del agua, teóricamente las células de
combustible representan una fuente de energía casi completamente limpia y
renovable. Son poco ruidosas y no contienen partes móviles por lo que
requieren muy poco mantenimiento. Se pueden confeccionar en cualquier
tamaño, desde una batería de teléfono celular a una planta de energía de multi-
megavatios.

El principal impedimento de esta aparente maravilla tecnológica es que la


electrólisis del hidrógeno necesita electricidad. Los defensores de la economía
del hidrógeno consideran que a la larga la electrólisis del agua se generará con
fuentes renovables en niveles que van desde paneles solares de uso
doméstico a plantas eólicas enormes en áreas donde hay mucho viento pero
que son muy poco pobladas, como por ejemplo Dakota del norte. El hidrógeno
proveniente de estos parques eólicos se transportaría a las áreas urbanas a
través de las mismas tuberías que las utilizadas para suministrar el gas natural.
Las células de combustible y el hidrógeno resolverían de este modo la
naturaleza intermitente de la energía solar y la eólica. Es probable que a corto y
a mediano plazo la mayoría de las células de combustible no vehiculares
puedan obtener el hidrógeno del gas natural mediante un proceso denominado
“reformación” que produce un poco de dióxido de nitrógeno, un precursor de la
lluvia ácida, y dióxido de carbono. Debido a la alta eficacia del proceso de
conversión de energía química de las células de combustible, el impacto
climático de las células a gas natural sería menor que el de los métodos de
producción de energía basados en la quema de combustibles.

A comienzos del 2000 se contabilizaban alrededor de 50 megavatios de células


de combustible de demostración, en marcha o planeadas en Japón, Estados
Unidos y Europa. Distintas compañías apuestan a diversos tipos de células de
combustible, pero la mayoría espera introducir estas pilas de células de
combustible al mercado entre mediados de 2001 y 2004. A mediados del año
2000 los costos de generación de las células de combustible eran de alrededor
de 2.000 dólares por kilovatio. Siemens espera que este precio se reduzca a
1.500 dólares para 2004, año en el que planean introducir las células de
combustible al mercado y que luego baje rápidamente de manera que pueda
competir con el precio de los combustibles fósiles. Las compañías que diseñan
células de combustible más pequeñas esperaban disminuir el precio a niveles
competitivos para 2002. La National Hydrogen Association de EE.UU. posee
ciertas de metas de comercialización del hidrógeno, como por ejemplo esperan

31
que para el año 2015 las células de combustible alcancen el 10% de la nueva
capacidad total de generación mundial .41

Microturbinas. Otra tecnología que ya se considera comercialmente factible y


de la cual ni siquiera había oído hablar cuando escribí Ríos Silenciados, es la
microturbina, una versión en miniatura de las turbinas a gas basadas en los
motores a reacción, que hoy en día se usan con frecuencia para generar
electricidad. En diciembre de 1998 ingresaron al mercado microturbinas con
una capacidad de entre 30 y 200 kW y se las considera altamente confiables,
rentables, eficientes y fáciles de mantener. Una microturbina de 30 kW tiene el
tamaño de una heladera y genera suficiente energía para abastecer a una
pequeña empresa. En un futuro cercano las microturbinas funcionarán
principalmente a gas natural aunque también pueden funcionar con otros
combustibles como la biomasa que es la fuente de combustible más abundante
en las áreas rurales de los países en vías de desarrollo.42

Cogeneración. La aplicación más eficiente de las microturbinas, las células


de combustible o cualquier otro método de generación de electricidad
producida por el calor es la “cogeneración” o combinación de calor y energía.
En un sistema de cogeneración, el calor que se produce al generar electricidad
que normalmente se perdería, se utiliza para calentar agua y/o edificios. Con la
“trigeneración” también se produce refrigeración o frío para los aires
acondicionados. Las plantas de cogeneración a gas natural pueden alcanzar
rendimientos termodinámicos totales que alcanzan el 85%, lo que significa que
este porcentaje de energía en el combustible se libera de manera útil -
comparadas con las tecnologías más avanzadas de combustión de carbón, que
tienen una eficiencia del 45% y con las turbinas de gas de ciclo combinado de
última generación cuya eficiencia es de alrededor del 60%. En la actualidad la
cogeneración se limita principalmente al norte de Europa. Se estima que su uso
aumentará desde un 12,5% de la generación de electricidad total en Europa en
el año 2000 a un 14% en 2005. Con el uso de las microturbinas y las células de
combustible, los edificios de departamentos, los hoteles, las residencias para el
cuidado de personas, las pequeñas fábricas, los supermercados y las oficinas
pueden generar su propia electricidad, calefacción y refrigeración. Es probable
que en muy poco tiempo se pueda disponer de células de combustible del
tamaño de un lavaplatos para brindar electricidad y calor a los hogares43

Las tecnologías de “microenergía” como las células solares, las turbinas


eólicas, las células de combustible y las microturbinas poseen el potencial para
revolucionar el modo en que se genera, se distribuye y se consume la
electricidad. Los avances en la energía electrónica permiten que numerosos
aparatos microenergéticos estén conectados en “microrredes” administrados
por “empresas de servicios públicos virtuales”. A diferencia del modelo del
siglo XX en el que millones de consumidores recibían su electricidad generada
en enormes represas, plantas nucleares o de combustibles fósiles, es probable
que los sistemas de energía del siglo XXI estén dominados por la “generación
distribuida” -redes de pequeñas e innumerables plantas de microenergía
alimentadas por el sol, el viento, la biomasa, el hidrógeno y, al menos durante
un par de décadas más, por el gas natural. Los cambios tecnológicos han
revertido las economías de escala. Al fin lo Pequeño es Hermoso en el mundo

32
de la electricidad incluso para los planificadores de la energía y para los
economistas. 44

El rol que desempeñará el gas natural en el futuro energético es un tema


polémico y algunos ambientalistas se oponen a su uso. Como combustible fósil
y por definición, el gas natural no es sustentable. También contribuye a las
emisiones de los gases de efecto invernadero y a su vez provoca un daño
ambiental y social durante la extracción y la construcción del gasoducto. Sin
embargo los impactos del gas natural en cuanto a las emisiones atmosféricas,
a los desplazamiento de personas, a la necesidad de tierras y a los efectos
sobre la biodiversidad son menores que los de otras fuentes convencionales de
generación de energía. Si bien es cierto que las nuevas fuentes renovables
avanzan a pasos agigantados es imposible que cubran las demandas
energéticas en un futuro cercano, entre otras cosas por la naturaleza
intermitente de la energía solar y de la eólica y la dificultad para almacenar la
electricidad. Como consecuencia del alto costo que aún tiene la energía solar y
de la naturaleza experimental de las células de combustible, es probable que
la expansión de la generación en red no se produzca en los países en vías de
desarrollo por cinco o diez años.

Por lo tanto el gas natural puede servir como combustible de transición para
llenar la brecha entre los sistemas energéticos sucios y no sustentables del
presente y el surgimiento de futuros sistemas limpios y sustentables basados
en el hidrógeno. Las gasoductos que atraviesan las ciudades para abastecerlas
de gas, el cual se usa para calefaccionar y cocinar (son las dos funciones para
las que el gas natural resulta muy eficiente y efectivo), pueden servir para
abastecer las microturbinas y las células de combustible. Y una vez
desarrollada la economía del hidrógeno, las tuberías de gas podrían ser
adaptadas para transportar hidrógeno. Esto no quiere decir que se les deba dar
vía libre a las compañías de gas para abrir nuevas áreas de exploración y
extracción. Con medidas referentes al manejo de las demandas adicionales y el
incremento en la eficiencia de los usos finales del gas, es poco probable que
haya algún problema al intentar cubrir la demanda de gas natural con
yacimientos existentes o nuevos, como los que están cerca de la costa que no
tienen demasiados obstáculos ambientales y sociales. Cuando las
comunidades locales o indígenas no quieran compañías de gas, éstas deberán
mantenerse al margen. Los gasoductos deberían evitar pasar por las áreas
ambientalmente sensibles o protegidas y si esto no se puede lograr no
deberían construirse.45

Resulta mucho más sencillo descifrar cómo será el perfil tecnológico del
sistema eléctrico en 10 años que pronosticar de qué manera funcionará y a
quiénes pertenecerá. La privatización y la desregulación están sacudiendo a
los sistemas eléctricos en todo el mundo con consecuencias complejas que
nadie parece poder predecir, excepto los promotores de estos cambios. La
desregulación de la electricidad tiene el potencial de forzar a que las empresas
de servicios moribundas abran sus monopolios a generadores de microenergía,
aunque también puede destruir la capacidad del Estado de promover la
conservación de la energía, de extender redes de electricidad a las áreas
rurales, de reducir el costo del suministro de energía a los consumidores de

33
bajos ingresos y de incorporar criterios ambientales en los procesos de
planificación. Es obvio que se necesitan sistemas de regulación transparentes y
confiables ya sea que estén en manos privadas o estatales. Lo que no resulta
tan obvio es de qué manera lograr la regulación de los sistemas que resultan
altamente complejos y demasiado inestables.

Es probable que con el control sobre la fabricación de tecnologías de


microenergía suceda lo mismo que sucedió con la industria automotriz, es
decir, que las compañías pequeñas a la larga se fusionen para formar unas
pocas compañías gigantes. Parece que Algunas compañías petroleras, como
BP y Shell, se están preparando para transformarse en multinacionales de
energía renovable en las próximas décadas. Es probable que otras compañías,
como AES de los EE.UU. y la inglesa PowerGen que han estado adquiriendo y
edificando plantas de energía en todo el mundo como consecuencia de la
desregulación, se conviertan en enormes multinacionales eléctricas sólo
comparables a las gigantes petroleras. O tal vez no podrán controlar una
industria en la que cada uno puede generar su propia energía y donde la red
está tan descentralizada como sucede con Internet.

La revisión temática de la CMR sobre asuntos concernientes a la demanda y al


manejo de la energía es uno de los productos más decepcionantes del proceso
de la Comisión. La revisión carece de visión y los autores, entre quienes se
cuentan viejos partidarios de la energía hidroeléctrica, parece que se
preocuparon más por tratar de probar que la energía hidroeléctrica puede
superar los obstáculos económicos que por mostrar mejores opciones en
cuanto a la generación de energía. Aunque tenían esta tendencia bien marcada
los autores concluyeron que en las áreas donde hay gas disponible “solo puede
competir la energía hidroeléctrica excepcionalmente barata”. En la sección de
opciones energéticas del informe final, la CMR excluye de la revisión temática
el lobby por las hidroeléctricas. La CMR reconoce debidamente que todas las
sociedades necesitan optimizar la eficiencia energética y el uso de las
renovables. Además agregan que “las alternativas descentralizadas de
pequeña escala basadas en las fuentes de energía locales renovables ofrecen
el mayor potencial a corto y posiblemente a largo plazo en las áreas rurales”.
Esta afirmación subestima sin fundamento alguno a la energía descentralizada
y renovable. Las alternativas descentralizadas ofrecen el mayor potencial a
largo plazo, no sólo para las áreas rurales sino también para las grandes
ciudades del mundo.

Recomendaciones

Luego de revisar la historia de las represas y de sugerir alternativas la CMR


continúa haciendo recomendaciones para el futuro. Estas recomendaciones
establecen un marco progresivo para la toma de decisiones no sólo acerca de
las represas sino también del planeamiento del agua y de la energía en
general. Más allá de este aspecto, las recomendaciones tienen importancia
para el modo en que se planean e implementan todos los proyectos de
desarrollo. Lo que es aún más importante, el informe remarca cómo la gente
directamente afectada, que tradicionalmente había sido perjudicada por el
desarrollo, puede optar entre rechazar u obtener beneficios de los proyectos.

34
Las recomendaciones de la CMR se basan en cinco “valores esenciales”:

• equidad en la distribución de los recursos y de los beneficios;


• sustentabilidad en el uso de los recursos básicos que se están agotando;
• apertura y participación en los procesos de toma de decisiones;
• eficiencia en la administración del desarrollo de infraestructuras;
• consideración hacia las generaciones presentes y futuras.

La CMR recomienda también que los procesos de planeamiento deben tener


en cuenta los derechos de todos aquellos afectados por los proyectos hídricos
y energéticos, y considerar quiénes y hasta qué punto corren el riesgo de ser
afectados por un proyecto. La CMR cree que este “enfoque de derechos y
riesgos” “representa una manera efectiva de determinar quiénes tienen un lugar
legítimo en la mesa de negociaciones y cuáles deben ser los temas a incluir en
la agenda”. Es muy significativo que se hable de una “negociación” ya que
implica el intento de llegar a un acuerdo entre ambas partes y no de una mera
“consulta”, el término favorito para algunos responsables del desarrollo. “Sólo
aquellos procesos de toma de decisiones que se basan en la búsqueda de
resultados acordados, que son conducidos de manera abierta y transparente
en los que incluso participen los actores legítimos involucrados en el tema,
pueden resolver los complejos temas concernientes al agua, a las represas y al
desarrollo”.

Dentro de este marco conceptual la CMR desarrolló siete “prioridades


estratégicas”; cada una de ellas contiene principios políticos relacionados que
“todos los actores deberán adoptar e implementar”. Los principios y las
prioridades más significativos figuran en el Cuadro 2. La Comisión destacó
cómo estos principios y prioridades pueden implementarse para tomar
decisiones claves con respecto al proceso de planeamiento e implementación
del desarrollo del agua y de la energía. A través de una serie de 26
“Lineamientos para la buena práctica” se brinda una guía adicional sobre cómo
tomar las decisiones de acuerdo con las prioridades estratégicas. Si bien afirma
que dichos principios se aplican a represas existentes y a las que se
planifiquen y construyan en el futuro, la Comisión es partidaria de que se lleve
a cabo una revisión de las represas que actualmente se están erigiendo, a la
luz de los descubrimientos de la CMR.

Una cuestión importante a destacar son las indemnizaciones para las


comunidades que sufrieron impactos negativos a causa de las represas, bajo la
prioridad estratégica referida a las represas existentes. Las demandas de
indemnizaciones se transformaron en un tema corriente en las presentaciones
realizadas por la gente afectada por represas en el proceso de consultas
regionales de la CMR. Al reconocer la legitimidad de esta demanda y al
delinear cómo se podrían llevar a cabo estas compensaciones, la CMR debería
proporcionar un empuje importante para aquellos que luchan por obtener algún
tipo de restitución por la pérdida de sus tierras, sus medios de subsistencia y su
bienestar en las últimas décadas como consecuencia de la construcción de
represas. También debería brindar un espacio de reflexión para quienes
desarrollan proyectos de represas; si creen que en el futuro se los va a hacer

35
responsables de sus acciones deberían demostrar más preocupación por el
bienestar de la gente al diseñar un proyecto.

El informe final de la CMR termina afirmando que ha “demostrado que el futuro


del desarrollo de los recursos hídricos y energéticos está en la toma de una
decisión participativa, haciendo uso de un enfoque de derechos y riesgos que
hará que se preste más atención a las dimensiones sociales y a las
ambientales, lo que antes se reservaba para la dimensión económica”. Si bien
es cierto que existe una buena intención, no está bien suponer que la
dimensión económica de las grandes represas ha sido cuidadosamente
evaluada en los procesos de toma de decisiones anteriores. El propio trabajo
de la CMR demuestra que generalmente las represas resultan tan
desfavorables en cuanto a lo económico como en cuanto a lo social y a lo
ambiental.

Reacciones

El Informe de la Comisión Mundial de Represas reivindica en gran


medida lo que los opositores han afirmado tantas veces. Si los que
construyen y subsidian las represas siguen las recomendaciones de la
CMR, la era de las represas destructivas debería llegar a su fin.

Comité Internacional sobre Represas, Ríos y Gente, 16 de noviembre de


2000

Al imponer los criterios de la CMR... las organizaciones que financian los


proyectos sólo podrán apoyar aquellos que cumplan con estas reglas.
Esto iniciaría un proceso de subdesarrollo sustentable, y como
consecuencia, la gente se moriría...

Prof. R. Lafitte, presidente, Asociación Internacional de Energía


Hidroeléctrica, diciembre de 2000

Al momento de escribir esta introducción, a sólo tres meses de que Nelson


Mandela lanzara el informe final de la CMR el 16 de noviembre de 2000,
todavía resulta poco claro qué impacto tendrá sobre el mundo real de las
represas y de las comunidades afectadas. Sin embargo es probable que el
debilitamiento de las represas se acelere, por un lado debido al impacto que
tuvo el informe sobre la visión de la opinión pública con respecto a estas obras
y por otro lado debido a que quienes financian los proyectos y los constructores
de las represas con el paso del tiempo deberán hacer esfuerzos para cumplir
con los lineamientos recomendados. Si se aplican estos lineamientos será más
difícil construir represas y más sencillo implementar fuentes de energía
alternativas. Poco a poco se acaban aquellos tiempos en los que las represas
eran vistas como un beneficio incuestionable para la humanidad y en los que
cualquiera que las cuestionara era inmediatamente considerado comunista,
contrarrevolucionario, anti-nacionalista, agitador, romántico empedernido o
espía extranjero. Cada vez más la construcción de grandes represas se
considerará sólo en casos extremos en los que no exista ninguna otra
alternativa posible para cubrir una necesidad pública.

36
Las ONGs celebraron el lanzamiento de Represas y Desarrollo con una
declaración que instaba al Banco Mundial, a las agencias de crédito a la
exportación y a otros organismos de financiamiento internacionales a
implementar todas las conclusiones. La declaración, apoyada por 135 grupos
de decenas de países, reclamaba una moratoria para la entrega de subsidios a
las represas hasta que las agencias: 1) adoptaran por completo las
recomendaciones de la CMR en sus políticas; 2) establecieran estudios
independientes de los proyectos planeados y de los que estaban en marcha; 3)
iniciaran procedimientos para otorgar indemnizaciones a las comunidades
perjudicadas. La declaración se dirigió a estas instituciones debido al apoyo
que muchas de ellas habían brindado al proceso de la CMR y al papel
fundamental que tienen, ya que son las que promueven y financian las
represas.

La encargada de coordinar la declaración de las ONGs fue la International


Coalition on Dams Rivers and People, ICDRP (Coalición Internacional sobre
Represas, Ríos y Poblaciones), constituida por un grupo informal de ONGs de
13 países.46 La ICDRP fue fundada por las ONGs que estuvieron involucradas
en el proceso de creación de la CMR y luego se incorporaron otros grupos de
Sudáfrica, Tailandia, Suecia y Alemania.

Sin embargo, no todos los opositores de las represas se sintieron satisfechos


por el informe de la CMR. El hidrólogo Philip Williams, de San Francisco, un
viejo opositor de las represas y fundador de la International Rivers Network,
IRN (Red Internacional de Ríos), escribió un artículo para el periódico
londinense Guardian criticando a la CMR por ignorar “la verdadera
problemática en el debate de las represas”, ya que “no se trata de cómo
mejorar el planeamiento de las represas, sino cómo deshacerse de éstas”.47 La
ONG con sede en Toronto, Probe International, que propone el fin de los
subsidios otorgados por las agencias de ayuda y por el gobierno para el sector
de la energía, acusó a la CMR de haber hecho “todo lo posible por
salvaguardar la imagen de la industria de las grandes represas.”48

No obstante la mayoría de la gente involucrada en la industria de las represas


considera que el informe de la CMR más que un apoyo ortopédico es una soga
al cuello. Las tres principales asociaciones de la industria de las represas -la
Comisión Internacional de Grandes Represas, la Asociación Internacional de
Hidroenergía y la Comisión Internacional de Riego y Drenaje y muchos de sus
afiliados nacionales reaccionaron ante el informe con una mezcla de enojo,
negación y fantasía paranoica.

La gigantesca agencia constructora turca, General Directorate of State


Hydraulic Works (DSI), criticó violentamente a la CMR “por evaluar
deliberadamente los impactos negativos de las grandes represas perjudicando
así los proyectos de grandes represas en todo el mundo” y agregó que “las
agencias líderes y los inversores interesados en el sector de la energía nuclear
y térmica... deben haber influenciado la preparación del informe”. La respuesta
de la DSI también insinuó que la CMR era un complot de los países
desarrollados quienes “luego de terminar con el desarrollo de sus recursos

37
hídricos” tratan de impedir el progreso en otros lugares. Yogendra Prasad,
Presidente y Director Administrativo del National Hydroelectric Power
Corporation de la India expresó que “existen serias dudas acerca de las
referencias e idoneidad de algunos muy conocidos [miembros de la Comisión]
por ser polémicos, crueles, indiferentes e inveterados.”49

G.G. Lapin, Vicepresidente de Comisión Nacional de Grandes Represas de


Rusia, criticó duramente a la CMR por tener un “estructura agresiva y ofensiva”
y reiteró la insinuación del DSI, acusándola de ser una gran conspiración del
mundo poderoso: “los caballeros [sic] de la CMR... no están motivados por el
interés en los nativos y en la gente pobre de África o de Rusia sino por el deseo
de que los países grandes y poderosos sigan siendo colosales y prósperos
durante el mayor tiempo posible y que las tribus indígenas permanezcan en
estado primitivo”.50

Estas manifestaciones disparatadas no hacen más que indicar el grado de


presión que deben haber sentido por parte de sus colegas los dos miembros de
la Comisión que se encuentran más ligados al sector industrial –el ex
Presidente de ICOLD, Jan Veltrop, y el Gerente General de ABB (Asea Brown
Boveri Ltd), Göran Lindahl. Resulta especialmente meritorio el hecho de que
Veltrop estuviera preparado para volver a evaluar sin prejuicios los impactos de
las represas luego de haber construido tantas en todo el mundo. (Luego de la
consulta de la Comisión en Sri Lanka, los miembros visitaron un pueblo que
había sido desplazado por una represa hacía 15 años y que todavía no tenía
acceso a la electricidad ni a un suministro de agua decente. Luego de haber
estado 40 años en el negocio de la construcción de represas, era la primera
vez que Veltrop visitaba una comunidad desplazada por una represa. Según
otros miembros de la Comisión, se sintió muy conmovido por la experiencia).

Es evidente que la reacción de las industrias del norte es diferente a la de las


industrias del sur. Los comités nacionales de la ICOLD de los países
industrializados hicieron críticas mudas y un poco de autorreflexión, mientras
que el Comité Nacional de los Países Bajos elogió a la CMR sin. La compañía
constructora sueca Skanska aprobó el lanzamiento del informe de la Comisión
con un parte de prensa en el que anunciaba su intención de seguir los
lineamientos de la CMR. Desde el momento en que se presentó el informe
final, el Banco de Desarrollo Asiático, el Banco de Desarrollo Africano y el
Banco de Importación y Exportación de los Estados Unidos se comprometieron
a incorporar las conclusiones de la CMR a sus lineamientos, aunque queda por
ver de qué manera lo llevarán a cabo y lo que significa exactamente en la
práctica.

Desde el comienzo del proceso de la CMR en abril de 1997, el Banco Mundial


anunció con orgullo que esta Comisión era un ejemplo de compromiso con los
procesos consultivos y participativos que involucraban a múltiples actores. En
setiembre de 2000 durante el encuentro anual del BM en Praga el presidente
James Wolfensohn les sugirió a las ONGs que se podría formar una Comisión
similar para inspeccionar las industrias del petróleo, de la minería y del gas.51
Sin embargo, es evidente que desde que se publicó el informe de la CMR el
entusiasmo del Banco por esta comisión ha disminuido. El discurso de

38
Wolfensohn durante el lanzamiento en Londres no fue tan fervoroso como de
costumbre. En lugar de comprometer al Banco para que actuara en base a las
recomendaciones de la Comisión que él mismo había apoyado, Wolfensohn
evadió el tema diciendo que la “prueba de fuego” para el Banco era si “los
países prestatarios y los que financiaban los proyectos aceptaban estas
recomendaciones” o no. El principal compromiso contraído por Wolfensohn de
actuar a partir de las conclusiones de la CMR fue que “llevaría el informe de
vuelta a Washington” para que el personal del Banco pudiese estudiarlo.

Cambiando el mundo, represa por represa

Las grandes represas son para el “desarrollo” de una Nación lo que las
bombas nucleares para su arsenal militar. Ambas son armas de
destrucción masiva. Ambas son armas que los gobiernos utilizan para
controlar a la gente... Ambas son indicadores malignos de la civilización
contra la civilización misma. Representan la división del vínculo y del
entendimiento entre los seres humanos y el planeta en el que viven.
Trastornan la razón que conecta los huevos con la gallina, la leche con
la vaca, el alimento con los bosques, el agua con los ríos, el aire con la
vida y la tierra con la existencia humana. ¿Cómo se puede cambiar todo
esto? Poco a poco, quizá. Bomba por Bomba. Represa por represa. Tal
vez librando batallas específicas, con medios precisos. Podríamos
comenzar en el valle Narmada.

Arundhati Roy, ‘The Greater Common Good’, 1999

Mientras que la CMR negociaba, investigaba, escribía, escuchaba y se


expandía, la lucha contra las represas continuó frenéticamente en todo el
mundo. Si bien hubo retrasos y derrotas, el presente apunta contra las
represas. En los últimos cinco años los grupos anti-represas cosecharon
numerosos logros y se ven fortalecidos, mejor conectados y tienen más apoyo
público que nunca. Al ir disminuyendo la tasa de construcción de represas los
opositores han podido volcar su atención a deshacer daños pasados y a
promover alternativas a las represas.

La represa Sardar Sarovar

En India, la épica e incesante lucha del movimiento Narmada Bachao Andolan,


“una resistencia feroz, mágica, magnífica, tenaz y sobre todas las cosas
pacífica, que ha nacido en las orillas de ese hermoso río”, según lo describiera
Arundhati Roy, continúa triunfando y soportando adversidades. Cuando se
publicó Ríos Silenciados, la Corte Suprema de Nueva Delhi había suspendido
la construcción de la enorme represa Sardar Sarovar desde el 1º de enero de
1995. La sanción sobre Sardar Sarovar, como consecuencia de una extensa
causa contra el proyecto presentado por el NBA, continuó hasta febrero de
1999, cuando se levantó transitoriamente y se permitió anexar a la represa
cinco metros más de concreto, quedando así de una altura de 80 metros.

Este pequeño levantamiento del nivel de la represa provocó un incremento


importante del área inundada durante el siguiente monzón. Una vez más los

39
habitantes y los activistas reanudaron su compromiso de largos años de
permanecer en sus casas detrás de la represa y afrontar la elevación de las
aguas. El embalse alcanzó sus viviendas tres veces en 1999. Las dos primeras
comenzó a decrecer antes de que el agua llegara a la cintura de los que se
encontraban dentro de las viviendas más bajas. La tercera, Medha Patkar y
otros dos activistas permanecieron tranquilamente de pie y dejaron que el agua
llegara a sus cuellos, cuando fueron rescatados y arrestados por la policía. El
monzón del año 2000 trajo poca lluvia consigo. Los habitantes del Narmada se
salvaron de la inundación a gran escala, pero tuvieron que soportar los
infortunios de una dura sequía.

El 18 de octubre de 2000, la Corte Suprema de la India finalmente emitió el tan


esperado fallo sobre el proyecto Sardar Sarovar. El movimiento NBA y sus
seguidores no tenían demasiadas expectativas -los jueces habían demostrado
en reiteradas ocasiones que no sentían mucha simpatía por el NBA, ni tampoco
manifestaron mucha comprensión por los temas que se planteaban. Sin
embargo, el juicio final de la Corte Suprema indignó hasta al más escéptico de
los integrantes del NBA, por el descrédito hacia los opositores de las represas y
la profunda ignorancia sobre lo que éstas han provocado y provocan.

En una sentencia mayoritaria de 2 a 1 la Corte Suprema permitió la


construcción inmediata de la represa hasta los 90 metros de altura y autorizó la
eventual elevación de la misma hasta los 138 metros, la altura originalmente
planeada. La mayoría predominante argumentó que “no existen pruebas que
demuestren que la construcción de una gran represa no sea rentable o que
conduzca a la degradación ecológica o ambiental. Por el contrario, se ha
evidenciado un mejoramiento ecológico con la construcción de estas grandes
obras”. En cuanto al reasentamiento involuntario, la Justicia consideró que en
realidad era bueno para la gente y en la mayoría de los casos la calidad de vida
de estas personas había mejorado.

Hasta mediados de febrero de 2000, se habían construido los cinco metros


permitidos por la Corte pero aún no se les había autorizado continuar con la
edificación. El NBA ha recuperado su espíritu luego del duro golpe de la Corte
Suprema y se encuentra tan activo como siempre, organizándose en las
poblaciones de Narmada y demostrando a las autoridades del proyecto, los
políticos y los medios, que el reasentamiento para Sardar Sarovar sigue siendo
un trágico desastre.

En los últimos años el movimiento NBA se ha involucrado fuertemente en la


lucha contra otras represas en el Valle Narmada y ha apoyado fuentes de
energía alternativas a las represas. Justo hacia el final del planeado embalse
Sardar Sarovar, en el Estado de Madhya Pradesh, se encuentra el sitio de la
represa de Maheshwar. Se estima que entre 35.000 y 40.000 personas están a
punto de perder sus tierras y sus medios de subsistencia por este proyecto de
400 MW, que pretende ser la primera hidroeléctrica financiada con fondos
privados en India. La concesión para construir la represa Maheshwar quedó en
manos de S. Kumars, una compañía textil sin experiencia previa en la
construcción de represas aunque sí con grandes ambiciones. Los opositores
creen que existen alternativas energéticas más económicas y menos

40
destructivas, pero el deseo del gobierno estatal por mostrar que puede atraer
inversores internacionales y el de S. Kumars por exhibirse como una poderosa
constructora de represas, impiden el desarrollo de estas alternativas.

No obstante, S. Kumars tuvo que atravesar un amargo incidente en


Maheshwar. En enero de 1998, unas 25.000 personas invadieron el sitio de
construcción de la represa –fue la ocupación más grande del mundo que se
haya producido en el sitio de una represa. Miles permanecieron en el lugar
durante tres semanas hasta que el gobierno estatal aceptó suspender la
construcción y estableció una comisión especial para realizar una revisión
independiente del proyecto. Poco después, el gobierno quebraría su acuerdo
permitiendo la continuación de la construcción. Los habitantes ocuparon una
vez más la represa, pero esta vez se encontraron con la policía, que los golpeó
y les arrojó gases lacrimógenos; este proceder fue duramente condenado por
grupos de derechos humanos nacionales e internacionales. Posteriormente la
comunidad local cambió las tácticas y obstaculizó el camino, impidiendo el
acceso del equipo de construcción al sitio durante varios meses.

Un poco más tarde, durante ese mismo año, la comisión especial publicó un
informe en el que recomendaba que sólo se debería continuar con la
construcción si se cumplía con varias condiciones, incluyendo un nuevo estudio
que confirmara si el proyecto era económicamente viable y la incorporación de
un plan exhaustivo de reasentamiento. El gobierno ignoró el informe. Durante
los dos años siguientes se realizaron 7 ocupaciones más, también se
produjeron manifestaciones, palizas policiales y una protesta en la que 7
personas ayunaron durante 21 días. La construcción del proyecto continuó a
empujones entre ocupaciones y crisis financieras.

Varias empresas extranjeras, que previamente tenían acuerdos con S. Kumars


se retiraron del proyecto, acobardados por la pobre economía del mismo y las
fuertes protestas locales, acompañadas por el lobby internacional. Las
compañías norteamericanas PacifiCorp y Ogden, las empresas de servicios
públicos alemanas Bayernwerk y VEW Energie y el más importante banco
alemán, HypoVereinsbank, significaron las bajas más notables. Luego de que
un equipo de expertos internacionales convocados por el gobierno alemán
criticara duramente los aspectos de reasentamiento del proyecto, en junio de
2000, la agencia gubernamental de créditos a la exportación también se
desvinculó del mismo.

Represa Tres Gargantas, China

En los últimos cinco años la construcción de la gigantesca represa Tres


Gargantas, en China, ha progresado con rapidez. Actualmente, el proyecto se
encuentra en un estado avanzado y de acuerdo con declaraciones oficiales
comenzaría a generar electricidad en el año 2003 y alcanzaría su capacidad
máxima de generación para 2009. Sin embargo, es cada vez más evidente que
hay mucha gente en China, desde los campesinos que cultivan en las
pendientes del Yangtze, hasta los politburós en Beijing, que cuestiona la
conveniencia del proyecto. John Pomfret, corresponsal del Washington Post en
Beijing, escribió en enero de 2001 que “algunos funcionarios chinos, ingenieros

41
y activistas opinan que el proyecto se ha... convertido en un testimonio de la
corrupción, la incompetencia y la debilidad del sistema”. Pomfret, citando a un
ingeniero chino, decía que “desde cualquier ángulo este proyecto contiene
enormes problemas, pero conociendo el sistema, no parece posible corregir un
error tan masivo. Nuestros líderes creen que si lo hicieran, el régimen de China
podría caer”.52

La prensa china que critica el proyecto se ha centrado en la corrupción que lo


rodea. El nivel de corrupción es endémico en la China actual, pero las enormes
sumas de dinero involucradas en la represa Tres Gargantas sugieren que nos
encontramos ante un estilo lucrativo pocas veces visto. (Las cifras oficiales
rondan los 24,5 mil millones de dólares, de los 7,5 mil millones de dólares
iniciales desde que se aprobara el proyecto en 1992. Las cifras no oficiales se
elevan hasta los 72 mil millones de dólares). Desde febrero de 1999, cuando el
gobierno chino comenzó a preocuparse por la masiva ola de sobornos en torno
al proyecto, se revelaron por primera vez en el diario de Hong Kong South
China Morning Post un continuo aluvión de historias de malversación en China.
Se habían despedido a más de 100 funcionarios de la oficina de
reasentamientos por corrupción y se sentenció a muerte a uno de ellos. Los
medios indicaron que los funcionarios públicos de reasentamiento y de la
construcción habían malversado al menos 110 millones de dólares entre 1999 y
2000.53

En septiembre de 2000, el South China Morning Post informó que los


reasentados estaban furiosos a raíz de la corrupción entre los funcionarios, y
que esa misma furia se transformó en movilizaciones y violencia. En un caso
unos mil campesinos se movilizaron hacia una oficina del gobierno y se
violentaron cuando los líderes locales se negaron a atenderlos. Se convocó a
las tropas para restaurar el orden. Los campesinos también firmaron docenas
de peticiones solicitando a las máximas autoridades que investiguen la
corrupción y las amenazas.54

Hacia fines de 2000, según las autoridades del proyecto, 300.000 personas
habían sido desplazadas del área del embalse de Tres Gargantas. Se cree que
256.000 más iban a ser desplazadas en 2003. El total de desalojos se estima
entre 1,3 y 1,9 millones. Por esto se espera que los disturbios crezcan. En 1999
un artículo en un diario de Beijing anticipó que el desplazamiento provocado
por la represa Tres Gargantas “podría provocar un estallido social y que la
región de la represa se convertiría en un territorio caracterizado por continuos
levantamientos...”.55

China experimenta un rápido crecimiento económico, con una gran demanda


eléctrica que aparenta ser imposible de cubrir y una contaminación ambiental
horrenda debido a la quema de combustibles fósiles. Es por esto que, hasta
hace poco, la venta de las enormes cantidades de electricidad que generaría la
represa Tres Gargantas no parecía complicada -la capacidad instalada de la
represa de 18.200 MW equivale a alrededor del 16% de la capacidad total
instalada de China en el año 2000. Pero algunos cambios en el sector de
electricidad del país y una economía más amplia hicieron que el promedio de
consumo de energía en China esté disminuyendo -el consumo de carbón ha

42
caído alrededor del 20% desde 1996. Entre las razones principales se
encuentran: las clausuras de las ineficientes empresas estatales, la
construcción de plantas de gas y petróleo de ciclo combinado y las plantas de
cogeneración que suministran energía a las ciudades e industrias. Es probable
que la energía de estas plantas sea más económica que la electricidad
proveniente de la represa Tres Gargantas. Estos cambios implican que la
represa Ertan de 3.300 MW, la planta más grande en China cuando comenzó a
operar en 1999, no pueda vender alrededor del 60% de su energía.56

La empresa que desarrolla el proyecto Tres Gargantas intenta obtener del


exterior alrededor de un 25% del total de los costos del proyecto. Sin embargo,
las tentativas de vender bonos para el proyecto en Wall Street y en Japón
fracasaron debido a la preocupación de los inversores acerca de la viabilidad
del proyecto y de la oposición de los activistas. Entonces China intentó tomar
una ruta indirecta: vender los bonos a una institución gubernamental, el Banco
de Desarrollo de China, que luego se encargaría de desviar el dinero para Tres
Gargantas y para otros proyectos de enorme infraestructura. Algunas
compañías inversoras estadounidenses, entre ellas Morgan Stanley y la Credit
Suisse First Boston, aseguraron más de 830 millones de dólares en bonos
para el Banco de Desarrollo de China en 1997 y 1999. Los opositores a las
represas utilizaron una variedad de tácticas tales como acuerdos con
accionistas y el boicot a la tarjeta de crédito “Discover” de Morgan Stanley, para
que estas firmas adoptaran los lineamientos sociales y ambientales y de esta
forma impedir que respalden a Tres Gargantas y otros proyectos destructivos.
Hasta ahora solamente Bank of America aceptó retirar su apoyo a la obra.57

En los últimos cinco años las campañas contra las represas se han llevado a
cabo en muchos países. A continuación se describen algunas de las victorias
más significativas y las campañas realizadas en los últimos cinco años:

Proyecto Paraná Medio, río Paraná, Argentina

La provincia del noreste argentino, Entre Ríos, aprobó una ley anti-represas en
septiembre de 1997. La ley declara a este Estado provincial libre de cualquier
nueva represa en los ríos Paraná y Uruguay. El impulso para esta ley tuvo su
origen en la importante movilización social contra el proyecto para la gran
represa Paraná Medio, que hubiera transformado 760.000 hectáreas de
humedales, islas y bosques de la planicie aluvial del río Paraná en el segundo
embalse más grande del mundo.58

Represa Ralco, río Bío Bío, Chile

La compañía de electricidad chilena Endesa, ahora en manos de una


importante firma española con el mismo nombre, continúa tratando de llevar a
cabo la represa de Ralco, a pesar de la fuerte y creciente oposición de familias
indígenas Pehuenches que serían desplazadas y de la gente que los apoya en
el resto del país. Los promotores de la represa han hecho uso de la
intimidación, la violencia y de una política de mano dura contra la campaña
anti-represa. La oposición a Ralco ha sido tan fuerte que incluso si se finaliza

43
con la construcción de la represa, es poco probable que las autoridades
avancen con otras cuatro represas planificadas para el Bío Bío.

Represa Urrá I, río Sinú, Colombia

Esta represa de 340 MW comenzó a generar electricidad a comienzos de 2000,


aunque continúa en el centro de la controversia debido a los impactos
provocados sobre los indígenas Emberá-Katío río arriba y sobre las
comunidades de campesinos y pescadores río abajo. Los líderes de las
comunidades muchos de los cuales han sido intimidados y asesinados,
demandan la creación de planes de compensación y mitigación. 59

Río Yoshino, Japón

En enero de 2000 se llevó a cabo un plebiscito en la ciudad de Tokushima; más


del 90% de los votantes le dijo NO a una represa para controlar inundaciones
en el estuario del Yoshino. El resultado no tenía una validez legal. En agosto un
panel del partido líder Democrático Liberal recomendó que la represa se
descartara y en su lugar se consideraran medidas alternativas para el manejo
de inundaciones. El gobierno central continúa presionando para que se
construya la represa.

Represa Yongwong, río Tong, Corea del Sur

Una prolongada campaña nacional e internacional liderada por habitantes


locales y por el Korean Federation for Environmental Movement, tuvo sus frutos
en junio de 2000, cuando el presidente Kim Dae-jung anunció que la represa
multipropósito que había sido propuesta sería descartada y en su lugar se
designaría reserva natural al río Tong.

Proyecto hídrico Lesotho Highlands

Más de una docena de las compañías más importantes del mundo en la


construcción, ingeniería y equipamiento de represas, entre ellas ABB (Suiza-
Sueca), Acres International (Canadá), Impregilo (Italia), Sogreah (Francia) y
Lahmeyer (Alemania), fueron acusadas en 1999 de sobornar a los directores
ejecutivos del proyecto a cambio de decisiones contractuales favorables. El
caso está siendo tratado en la Corte de Lesotho.

Represa Epupa, Namibia-Angola

Debido a la fuerte oposición de la pastoral local de Himba, y a la campaña


internacional realizada por activistas ambientales y de derechos indígenas, es
poco probable que Namibia pueda obtener fondos para esta represa
hidroeléctrica de mil millones de dólares. Las diferencias entre Namibia y
Angola sobre el mejor sitio para la represa y el disturbio civil en Angola
agravaron las pobres pespectivas para la construcción de la represa.

Represa Kalabagh, río Indus, Pakistán

44
Esta represa multimillonaria por mucho tiempo permaneció en el centro de la
controversia política y de las disputas interprovinciales. Desde la década del
‘80, la represa se propuso tres veces, provocando en cada ocasión una amplia
oposición y su posterior postergación. En agosto de 2000 se suspendió por
última vez. Este proyecto se promueve como una necesidad para reemplazar la
acelerada pérdida de almacenamiento debido a la sedimentación de la represa
Tarbela, río arriba.

España

Las represas y los ríos constituyen un tema político candente en España, el


único país europeo que cuenta con una organización nacional de gente
afectada por represas la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y
Trasvases, COAGRET. Decenas de miles de personas en todo el país han
participado en movilizaciones contra las represas. En el año 2000 el gobierno
aprobó un borrador del Plan Hidrológico Nacional que propone la construcción
de 110 nuevas represas para el año 2008. Quienes se oponen a este plan
demandan que el gobierno reemplace el incremento de suministros de agua
por la reducción de la demanda de agua.

Represas Pak Mun y Rasi Salai, río Mun, Tailandia

En 1994 se concluyó la represa de Pak Mun, financiada por el Banco Mundial.


Desde entonces la pesca, considerada vital para la economía local, ha caído
súbitamente. Durante años los pobladores han realizado protestas para exigir
una compensación decente por las pérdidas. A comienzos de 1999 miles de
ciudadanos establecieron una carpa de protesta en la represa reclamando que
sólo al abrir las compuertas de la represa y al dejar migrar los peces, ellos
podrían recuperar su sustento. El gobierno accedió a abrir las compuertas
durante una parte del año. En la represa Rasi Salai siete años de protestas
lograron que el gobierno acordara en julio de 2000 desaguar el embalse
durante al menos dos años.

Represa Ilisu, río Tigris, Turquía

El proyecto es extremadamente controversial debido a los impactos sociales,


ecológicos y arqueológicos y al contexto geopolítico. La represa enfrenta una
fuerte oposición río abajo en los países de Siria e Irak, puesto que temen que
Turquía controle el flujo del Tigris. Lo que es aún más polémico es que casi
toda la gente que sería desplazada pertenece a la minoría kurda de Turquía,
quienes no fueron consultados sobre el proyecto y sufren reprimendas por
parte de las fuerzas de seguridad si opinan en contra del mismo. La ciudad
más grande que resultaría inundada es Hasankeyf, cuya historia data de
10.000 años y es considerada el epicentro de la cultura kurda. La campaña
internacional se focaliza en detener el apoyo proveniente del Reino Unido,
Alemania, Estados Unidos, Suiza y otras agencias de crédito a la exportación.

El movimiento para desmantelar represas

45
En los últimos cinco años el crecimiento del movimiento de desmantelamiento
de represas ha sido uno de los avances más alentadores, principalmente en los
Estados Unidos. Represas y Desarrollo asegura que desde 1998 el número de
represas en EE.UU. ha disminuido, ya que el índice de construcción es inferior
al de desmantelamiento. Aunque para muchos parece una idea innovadora y
radical, el desmantelamiento de las represas no tiene nada de nuevo. Al menos
465 represas han sido desmanteladas en ríos norteamericanos desde 1912. La
mayoría de las represas eran pequeñas, con una altura promedio de siete
metros, pero 27 eran consideradas grandes represas -de 15 metros o más de
altura. Sin embargo el índice de desmantelamiento se acelera: en la década del
‘90 se desmantelaron 177 represas y 29 sólo en el año 1998.

Las razones principales para el desmantelamiento de las represas son la


seguridad y la economía, teniendo en cuenta que resulta más barato y más
fácil desmantelar una represa vieja y sedimentada que mantenerla. Un 25% de
las represas estadounidenses sobrepasan los 50 años; para el 2020 se cree
que esta cifra alcanzará el 85%. Los argumentos ambientales se vuelven cada
vez más comunes. En 1999, la represa Edwards, en el tramo inferior del río
Kennebec, en Maine, se transformó en la primera represa desmantelada por
razones ambientales, contradiciendo la voluntad de la empresa propietaria,
principalmente debido a que instalar pasajes para los peces costaría mucho
más que la remoción de la represa. La orden provino de la Comisión Federal
Reguladora de Energía (FERC, en inglés), que es la encargada de autorizar las
miles de represas hidroeléctricas privadas en EE.UU. Un año después del
desmantelamiento, el Alosa pseudoharengus, una especie de pez migratorio,
retornó en gran cantidad al río del que había sido erradicado durante 170 años.

En Estados Unidos los resultados más notorios de las campañas para el


desmantelamiento de represas están en el río Snake, el principal tributario del
Columbia. Aquí los ambientalistas, las personas con intereses pesqueros y los
indígenas norteamericanos presionan para desmantelar cuatro grandes
represas hidroeléctricas en el Estado de Washington que podrían provocar la
extinción del salmón, que alguna vez fue abundante. Los promotores de riego
locales, las compañías de barcazas y los grandes usuarios de energía se
oponen fuertemente al desmantelamiento de las represas. Una campaña aún
más ambiciosa es la que se lleva a cabo para restaurar el hermoso Glen
Canyon en el desierto suroeste, que actualmente se encuentra inundado bajo
el embalse de la represa Glen Canyon, la cuarta más alta en los EE.UU. Sin
embargo, la mayoría de las cien o más represas que son blanco de
desmantelamiento son pequeñas, poco conocidas, privadas y otorgan muy
pocos beneficios o ninguno.

En Ríos Silenciados relaté la histórica campaña de los indígenas y


ambientalistas estadounidenses para desmantelar dos grandes represas sobre
el río Elwha, en el Estado de Washington, con la esperanza de recuperar el
salmón. Finalmente en 1999 el Congreso aprobó financiar la compra de las
represas. Una vez adquiridas, el gobierno comenzará a demoler las represas
con un costo estimado de 100 millones de dólares, gran parte de este monto se
utilizará para ocuparse del sedimento acumulado en los dos embalses.60

46
Fuera de los Estados Unidos muy pocas represas se han desmantelado, pero
gradualmente el movimiento está ganando terreno internacional. En British
Colombia, Canadá, alrededor de 24 pequeñas represas se han desmantelado y
el apoyo crece con propuestas de desmantelamiento más ambiciosas para
devolver los peces a los ríos. En Francia se demolieron dos represas ubicadas
en los tributarios del Alto Loire en 1998 para proteger al salmón que se
encontraba en disminución. Según se informó las poblaciones de arenque,
lamprea y salmón se incrementaron desde que las represas fueron demolidas.

A medida que las represas del mundo envejecen, sus embalses se llenan de
sedimento y los impactos que provocan resultan cada vez más inaceptables, el
desmantelamiento será cada vez más común. El obstáculo más importante
para el desmantelamiento de las represas será la falta de fondos. Este se
convertirá en un gran problema en pocas décadas, cuando las primeras
represas más grandes construidas en países pobres sean tan viejas que no
puedan seguir considerándose seguras ni tampoco se puedan desmantelar por
falta de fondos. El informe final de la CMR recomienda que el diseño de las
represas debe prever el desmantelamiento y que la autorización de los
proyectos debe determinar “la responsabilidad y los mecanismos para enfrentar
los costos de desmantelamiento”. También advierte que los bonos podrían
reservarse para cubrir estos costos. Estas propuestas se abordan mejor en el
Análisis Financiero, Económico y de Distribución de la revisión temática de la
CMR, donde se propone que:

“se reserven fondos para el desmantelamiento durante la puesta en


funcionamiento y/o durante el período en que el proyecto se encuentra
bajo licencia y genera ingresos. Dada la magnitud de los intereses
involucrados, esta cifra no debe ser onerosa... La práctica de reserva de
fondos para el desmantelamiento ya es común en las plantas de energía
nuclear en Estados Unidos y en otros países”.61

Pese al crecimiento del movimiento de desmantelamiento, a la disminución en


la construcción de represas y al fuerte mensaje transmitido por la CMR, todavía
es demasiado pronto para escribir el epitafio de la era de las grandes represas.
Miles de grandes represas se encuentran en construcción o en los tableros de
dibujo de los ingenieros. El Ministerio de Recursos Hídricos de China planea
construir dos grandes represas sobre el Yangtze, río arriba de la represa Tres
Gargantas, la represa Xiluodu, de 14.400 MW que sería la segunda represa
más poderosa del mundo después de Tres Gargantas, y la Xiangjiaba de 6.000
MW. El Ministerio de Recursos Hídricos argumenta que China incrementará su
capacidad instalada hidroeléctrica en alrededor de 55.000 MW, el equivalente a
3 represas como la de Tres Gargantas, entre 2000 y 2010 y lo hará a un ritmo
similar durante cada década de este siglo.62

El gobierno de la India pretende aumentar la capacidad hidroeléctrica a más del


doble mediante la construcción de dos megaproyectos en el Estado Himalayo
de Arunachal Pradesh: la represa Subansiri de 5.000 MW y la Dihang de
20.000 MW, ambas sobre el río Brahmaputra. El sector hídrico nepalés estaría
encantado de construir una serie de inmensos proyectos, entre ellos la represa
de Pancheshwar sobre la frontera occidental de Nepal con la India, que con

47
315 metros de alto se convertiría en la represa más alta del mundo. En la
actualidad Nepal tiene una cifra inferior a los 300 MW de capacidad
hidroeléctrica: el “potencial técnicamente viable” se estima en 43.000 MW.

En Brasil, los planificadores todavía sueñan con una serie de grandes represas
en el Amazonas. La más conocida es Belo Monte, una represa de 11.000 MW
sobre el río Xingú en el Estado de Pará. A esta represa se la conoció como
Kararao en la década del ´80 y se hizo tan popular que atrajo la atención
pública internacional: la oposición de los indígenas Kayapó convocó la
presencia de celebridades como Sting en la selva tropical. En la actualidad en
ese mismo sitio la empresa de servicios públicos estatal Eletronorte pretende
construir Belo Monte. La empresa manifiesta que Belo Monte es un proyecto
distinto y que el tamaño del embalse se reducirá de 1.200 a 440 kilómetros
cuadrados. Los opositores creen que Belo Monte no funcionará eficientemente
a menos que se construyan una serie de enormes embalses de
almacenamiento río arriba. Uno de estos embalses, Babaquara, anegaría 6.200
kilómetros cuadrados superando a cualquier represa existente en América del
Sur.

Sin embargo todos estos proyectos parecen modestos comparados con la


megafantasía de terminar con todas las megafantasías hidroeléctricas. El
proyecto Grand Inga, sobre el río Congo, generaría entre 40.000 MW y 120.000
MW -la capacidad total de generación instalada en África ronda actualmente los
100.000 MW. El Banco Africano de Desarrollo ha financiado un estudio de
factibilidad secreto desarrollado por Électricité de Francia y la consultora
alemana Lahmeyer International. Los gobiernos de Sudáfrica y de Egipto han
debatido sobre la posibilidad de construir el Grand Inga y una red asociada de
líneas de transmisión desde El Cairo a Ciudad del Cabo. El presidente de
Sudáfrica, Thabo Mbeki, promovió la construcción del proyeco Grand Inga en
su discurso durante la Asamblea de la Organización de la Unidad Africana en el
año 2000.

Estos proyectos gigantescos son aberraciones. No existen dudas de que el


apogeo de la construcción de represas ha llegado a su fin. Lo que no implica
que no se construyan más represas ni que todas las represas existentes deban
ser demolidas. Pero significa que se han construido demasiadas. Un nuevo
orden para los ríos y para la gente que depende de ellos está surgiendo y a
pesar de los estallidos y el aturdimiento provocados por la industria de las
represas, el viejo orden pasará a la historia.

1 “ :
La Experiencia del Banco Mundial con las Grandes Represas Una revisión preliminar
de los impactos”, Departamento de Evaluación de Operaciones del Banco Mundial, agosto
1996. La única versión disponible al público es un resumen de 4 páginas depurada de la
versión de 67 páginas.
2
Seis grupos con antecedentes de fuertes críticas contra las represas y el Banco
Mundial aceptaron la invitación al taller: Declaración de Berna (Suiza), IRN, Movimiento de
Afectados por las Represas (Brasil), Narmada Bachao Andolan, Sobrevivencia (Paraguay) y la
Fundación Sungi (Pakistán). Los representantes de Sobrevivencia y Sungi no pudieron asistir a
Gland.
3
P. McCully, 'A Critique of "The World Bank's Experience With Large Dams: A
Preliminary Review Of Impacts’, Departamento de Evaluación de Operaciones del Banco

48
Mundial, 15 agosto, 1996. International Rivers Network, Berkeley, CA, abril, 1997.
<www.irn.org/programs/finance/critique.shtml>.
4
Los más involucrados en esta estrategia de debates fueron Alex Wilks del Proyecto
Bretton Woods en Londres, Chris Chamberlain del Bank Information Center en Washington DC,
Shripad Dharmadhikary del NBA, Himanshu Thakker, entonces con el Centro para la Ciencia y
el Medio Ambiente en Nueva Delhi, Peter Bosshard de la Declaración Berne y Francesco
Martone de la Campaña por la Reforma del Banco Mundial en Roma.
5
Los estudios encargados por la WCD se encuentran disponibles en www.dams.org
6
P. McCully; ‘World Commission on Dams Forced to Quit India’, World Rivers Review,
octubre, 1998; ‘WCD team may be detained, says CM’, Indian Express, 8 septiembre, 1998;
‘CM warns dam panel members’, Times of India, 8 septiembre, 1998.
7
P. Bannerji et al.; Estudio de País de India, CMR, Ciudad del Cabo, 2000. Ver también
la carta de M. Gopalakrishnan, coordinador de la CMR, Gobierno de India en el Ministerio de
Recursos Hídricos, a Achim Steiner, Secretario General de la CMR, 9 octubre, 2000.
8
Patkar deja en claro que si bien existen muchos aspectos positivos en cuanto al
informe y el proceso, está en desacuerdo con algunas conclusiones importantes. Las más
significativas son: que el informe no aborda adecuadamente “la falla más importante del
modelo de desarrollo injusto, dominante y destructivo”; es demasiado optimista en cuanto a la
factibilidad de mejorar el pobre rendimiento de las represas y mitigar sus impactos; otorga poca
prioridad a las recomendaciones para el proceso de evaluación de opciones para satisfacer “las
necesidades básicas humanas y los recursos de todos antes de mantener los lujos adicionales
de unos pocos”; y carece de una crítica seria en cuanto a la privatización de los sectores
hídricos y de energía. “He firmado el informe para respaldar este proceso y muchos de
nuestros descubrimientos y recomendaciones,” concluye Patkar. “He solicitado anexar esta
nota para rechazar las conjeturas subyacentes de un modelo de desarrollo que evidentemente
ha fracasado y para advertir acerca del enorme abismo entre una declaración con buenas
intenciones y un cambio en la práctica debido a intereses creados”.
9
Dams and Development: A New Framework for Decision-Making, Earthscan, Londres,
2000. También disponible en www.dams.org.
10
La CMR advierte que los datos de la Comisión Internacional de Grandes Represas
(ICOLD) para la década del ‘90 son poco confiables debido al número de represas construidas
que no han sido registradas y a que otras se consideran finalizadas pero que aún están en
construcción.
11
N. del T.: “Gran Salto Adelante”, política lanzada en China por Mao en 1958. Para
impulsar la producción de acero se crearon altos hornos en el campo. Los campesinos,
pagados por el gobierno, trabajaban de 12 a 16 horas por día, incluso jóvenes y niños. Los que
no estaban de acuerdo eran confinados en campos de trabajo. Ocupados en el acero, los
campesinos abandonaron sus cultivos, la agricultura cayó brutalmente y murieron de hambre
entre 15 y 45 millones de personas.
12
Ver ICOLD, ‘Benefits and Concerns About Dams’, París, 1999.
13
Ver C.V.J. Varma, “The Rationale of Dam Projects”, informe presentado en el Taller
Antalya, Benefits and Concerns about Dams, 1999. www.genepi.louis-
jean.com/cigb/blohm.htm#asmal.
14
N. Sengupta, ‘Dams in India: A Brief Review’, en 'WCD India Country Study Final
Draft,' 2000, p. 26; ‘Additional Comments from CWC on MIDS Draft for WCD,’ WCD India,
Anexo 33, p. 428. Ver también Represas y Desarrollo, pp. 100-101.
15
El Estudio de País de India de la estima que el desplazamiento en este país se eleva a
42 millones, extrapolando el desplazamiento promedio y el área sumergida por una muestra de
las represas al total de población de la India de las grandes represas, lo que da como resultado
una cifra de 56,7 millones de desplazados; aunque admite que esto puede sobrestimar la cifra
real, si se reduce 56,7 millones en un 25% se obtienen 42,5 millones. Arundhati Roy estima
que el desplazamiento del pueblo indio es de 33 millones. N.C. Saxena, ex funcionario del
Ministerio de Desarrollo Rural, estima que esta cifra alcanza 40 millones. Ver el Informe Final
de País de India CMR, p. 225.
16
L. Mehta y B. Srinivasan, ‘Balancing Pains and Gains: A Perspective Paper on Gender
and Large Dams’, Anexo B de la Revisión Temática de la CMR “The Social Impact of Large
Dams: Equity and Distributional Issues”, CMR, 2000.

49
17
La revisión temática de la CMR sobre los impactos en el ecosistema nos brinda el
mejor panorama disponible sobre este tema. G. Bergkamp et al., ‘Dams, Ecosystem Functions
and Environmental Restoration’, WCD, 2000.
18
Esta cifra fue calculada por un equipo de la Universidad de Umea en Suecia,
conducido por Christer Nilsson, para C. Ravenga et al. “Pilot Analysis of Global Ecosystems:
Freshwater Systems”, World Resources Institute, Washington DC, 2000.
19
'Dam Reservoirs and Greenhouse Gases', informe realizado durante el Taller realiza el
24-25 febrero de 2000, en Hydro-Québec, Montreal (Minutos Finales)', CMR, Ciudad del Cabo,
2000. Mi mayor agradecimiento a Philip Raphals del Helios Centre, Montreal, por ayudarme a
entender las complejidades de este escrito.
20
V.L. St. Louis et al., ‘Reservoir Surfaces as Sources of Greenhouse Gases to the
Atmosphere: A Global Estimate’, Bioscience 50(9), septiembre 2000.
21
P.M. Fearnside, ‘Greenhouse gas emissions from a hydroelectric reservoir (Brazil’s
Tucuruí Dam) and the energy policy implications’, Water, Air and Soil Pollution (en prensa).
22
Ver St. Louis et al., ‘Reservoir Surfaces’, p. 769.
23
Ver P. Raphals, ‘Restructured Rivers: Hydropower in the Era of Competitive Markets’,
Helios Centre - International Rivers Network, Montreal-Berkeley, 2001, pp. 19-21.
24
E. Duchemin et al., ‘Hydroelectricity and greenhouse gas emissions: Emission
evaluation and identification of the biogeochemical processes responsible for their production,’
disertación de posgrado, UQAM, Montreal, 1999, citado en Raphals ‘Restructured Rivers’, p.
20.
25
P. L. Spath and M. K. Mann, ‘Life Cycle Assessment of a Natural Gas Combined-Cycle
Power Generation System’, NREL, Colorado, 2000.
26
Excluyendo el caso de Tucuruí ninguno de los cálculos de las hidroeléctricas en el
Cuadro 2 tiene en cuenta las emisiones de turbinas y aliviaderos.
27
IEA Implementing Agreement, 'Hydropower And The Environment: Present Context
And Guidelines For Future Action: Main Report', mayo, 2000, p. 41-2.
28
N. Arnell y M. Hulme, ‘Dams and global change: implications of climate change for
large dams and their management’, Revisión Temática de la CMR, 1999.
29
The State of Food Insecurity in the World 2000, FAO, Roma, 2000; P.H. Gleick,
‘Making Every Drop Count’, Scientific American, 26 enero, 2001; W.J. Cosgrove and F.R.
Rijsberman, World Water Vision, Earthscan, Londres, 2000, p.19.
30
D. D’Monte, ‘Let people look after their water needs’, Times of India, mayo 2000; A.
Kothari, ‘Where has all the water gone’, The Hindu Magazine, 14 mayo, 2000.
31
M.D. Kumar et al., ‘Dug Well Recharging in Saurashtra, Gujarat: A Local Response to
Water Scarcity’, in M. Moench et al. (eds.) Rethinking the Mosaic: Investigations Into Local
Water Management, IDS-ISET-MIDS-NWCF-VIKSAT, 1999.
32
H. Thakker, ‘Assessment of Irrigation Options: A Study of Indian Situation’, informe
anterios a la Revisión Temática de la CMR sobre Opciones de Riego, 1999.
33
Dams and Development, pag.58; H. Thakker, ‘Assessment of Water Supply Options
For Urban India’, SANDRP submission to WCD, noviembre, 1999.
34
C.R. Fenn and D.C. Sutherland, ‘Assessment of Water Supply Options’, Revisión
Temática de la CMR, pag.iv.
35
Gleick, ‘Making Every Drop Count’; Thakker, 'Water Supply Options'.
36
S. Grusky, ‘IMF Forces Water Privatisation on Poor Countries’, Globalization Challenge
Initiative, febrero 2001.
37
Fenn and Sutherland, ‘Assessment of Water Supply Options’, p.200.
38
‘Global Wind Energy Market Report’, American Wind Energy Association, 2001; P.
Marsh, ‘Wind power systems poised to triple over next five years’, Financial Times, 23 enero,
2001; www.windpower.dk; ‘Wind Energy Potential in Europe’, presentación de EWEA ante la
CMR.
39
‘An Energy Mission for the Next Century’, presentación de la American Solar Energy
Society ante la CMR; C. Flavin, ‘Energy for the 21st Century’, presentación de la International
Cogeneration Alliance ante la CMR; A. Callus, ‘Solar power seeks a place in the sun’, Reuters,
14 diciembre, 2000.
40
M. Hankins, ‘A case study on private provision of photovoltaic systems in Kenya’, en
Energy Services for the World’s Poor, ESMAP, Banco Mundial, 2000; E. Martinot y O. McDoom,
Promoting Energy Efficiency and Renewable Energy: GEF Climate Change Projects and
Impacts, GEF, Washington, DC, 2000; R.D. Duke et al., ‘Product Quality in the Kenyan Solar

50
Home Systems Market’, entregado a Energy Policy, 2000; S. Dunn y C. Flavin, ‘Sizing up
Micropower’, en L.R. Brown et al El Estado del Mundo 2000, Worldwatch Institute, Washington
DC, 2000.
41
‘The dawn of micropower’, The Economist, 5 agosto, 2000; ‘Fuel Cells Fact Sheet’,
Environmental and Energy Study Institute, Washington DC, febrero 2000; Dunn y Flavin, ‘Sizing
up Micropower’; S. Dunn, ‘Decarbonizing the Energy Economy’, en El Estado del Mundo 2001,
Worldwatch Institute, Washington DC, 2001; ‘Near-Term Hydrogen Implementation Plan 1999-
2005’, presentación de la Asociación Nacional del Hidrógeno a la CMR.
42
Dunn y Flavin, ‘Sizing up Micropower’; ‘The dawn of micropower’, The Economist, 5
agosto, 2000; www.microturbine.com.
43
W. Patterson, Transforming Electricity, Earthscan-Royal Institute for International
Affairs, Londres, 1999; A. Eberhard et al., ‘Electricity Supply and Demand Side Management
Options’, Revisión de la CMR, p.3c.
44
‘The dawn of micropower’, The Economist, 5 agosto, 2000. Ver también Patterson,
Transforming Electricity, y Dunn and Flavin, ‘Sizing up Micropower’.
45
Ver Drilling to the Ends of the Earth, Project Underground-Rainforest Action Network,
Berkeley-San Francisco, 1998.
46
Ver World Rivers Review, Vol. 15, N°6, diciembre, 2000.
47
P. Williams, ‘Poor are sold down the river, The Guardian, 7 diciembre, 2000. Williams
renunció a la presidencia de la IRN poco después de que se completara el informe de la CMR
preocupado por el hecho de que el proceso de la CMR estuviera siendo dominado por
intereses pro-represas y de que las ONGs involucradas fueran elegidas.
48
‘Commission on Dams set to release final report tomorrow’, Probe International News
Release,15 noviembre, 2000.
49
http://genepi.louis-jean.com/cigb.Inde.htm.
50
Las reacciones al informe de la CMR figuran en www.dams.org
51 “
En cuanto a las represas, solicitamos a la Comisión Internacional (e imparcial) sobre
Represas que considere el caso, en pocos meses más nos entregarán un informe en el que se
revelará si nos equivocamos o no con las represas, qué deberíamos y qué no deberíamos
hacer. Me encantaría sentarme con ustedes y sus colegas para tratar de ver si podemos volver
atrás con algunos mecanismos y considerar las realidades de esta industria extractiva... Si lo
desean podemos pedir a Jeffrey Sachs que venga y nos dé su opinión, de mi parte, esa será
.
mi mayor concesión, y eso es porque estuve bebiendo” [¡sic!] Ver:
www.worldbank.org/html/extdr/am00/ts092200a.htm
52
J. Pomfret, ‘China’s Giant Dam Faces Huge Problems’, Washington Post, 7 enero,
2001.
53
J. Becker, ‘Dam official ‘flees with HK$930m’ y ‘Three Gorges dammed’, South China
Morning Post, 3 mayo, 2000.
54
J. Becker, ‘Anger at dam corruption growing’, South China Morning Post, 29
septiembre, 2000.
55
Qi Ren, ‘Discussing Population Resettlement with Li Boning: Is Developmental
Resettlement Possible?’, en Dai Qing (J.G. Thibodeau and P.B. Williams eds.) The River
Dragon Has Come!, M.E. Sharpe, Armonk, 1988; Three Gorges Probe, 31 enero, 2001; E.
Eckholm, ‘Rare Criticism of China Plan for a Big Dam’, New York Times, 18 marzo, 1999.
56
D.G. Fridley, ‘Setting the Record Straight on China: Energy and the Environment’,
Presentación ante la National Association for Business Economics, 11 septiembre, 2000;
‘Doubts Over Chinese Dam’, Financial Times, 10 marzo, 2000; P. Adams and G. Ryder, ‘The
Three Gorges Dam: A Great Leap Backward for China’s Electricity Consumers and Economy’,
Probe International, 16 diciembre, 1999.
57
www.floodwallstreet.org.
58
N. del T.: J. Cappato, Paraná Medio, la Historia Sin Fin, Proteger Ed., Santa Fe,
Argentina, marzo 1996; www.proteger.org.ar. G. Switkes, A River Runs Private – The Paraná
Medio Project and the Coming Latin American Private Dam Craze, Multinational Monitor,
Washington DC, octubre, 1997. D. Knight; Paraná Medio Dam Project - US Dam Builders Move
Ahead in Argentina, Inter Press Service (IPS), Washington DC, 27 enero, 1998. J. Daneri y J.
Cappato, “Participación Ciudadana y Ley Anti-Represas en la Provincia de Entre Ríos,
Argentina”; Presentación INS143 a la CMR, San Pablo, agosto, 1999. J. Cappato, “Represas y
Cambio Climático: nuevos proyectos hidroeléctricos en la Cuenca del Plata, Argentina”;
Presentación ENV072 a la CMR, San Pablo, agosto, 1999, www.dams.org

51
59
N. del T.: En marzo de 2002, una Misión Internacional recorrió el río Sinú y redactó un
informe de los impactos de Urrá I sobre los pueblos indígenas, campesinos y pescadores. La
Misión estuvo integrada entre otros por Monti Aguirre, IRN; Ricardo Navarro, presidente de
Amigos de la Tierra Internacional, FoEI; Cirineu da Rocha, MAB, Brasil; Beatriz Silveiro,
Sobrevivencia, Paraguay y Coalición Ríos Vivos; Cristóbal Vargas, Confederación de
Nacionalidades Indígenas, Ecuador; y Jorge Cappato, PROTEGER-Amigos de la Tierra,
Argentina.
60
American Rivers, Friends of the Earth and Trout Unlimited, Dam Removal Success
Stories, diciembre, 1999; International Rivers Network, ‘Reviving the World’s Rivers: The Global
View of Dam Removal’, febrero, 2001.
61
J. Berkhoff et al. ‘Financial, Economic and Distributional Analysis Part 2: Valuation of
Direct Costs Version 3 – Work in Progress: 7 julio, 2000, Revisión Temática de la CMR.
62
International Journal on Hydropower and Dams, 2000 World Atlas and Industry Guide.

52
Extracto de las prioridades estratégicas y
políticas recomendadas por la CMR

1. Obtener la aceptación pública

Los procesos y mecanismos de toma de decisiones que se utilicen deben


facilitar la participación informada de todos los grupos y resultar en la
aceptación demostrable de las decisiones principales.

Los siguientes principios definen la naturaleza de los procesos de toma de


decisión abiertos y transparentes. Éstos deben:

• ser democráticos, responsables y gozar de confianza pública,


• garantizar los derechos de los grupos vulnerables, considerando los
desequilibrios del poder político,
• promover la participación de la mujer y la equidad de género,
• estar orientado por el consenso libre, previo e informado de los grupos
nativos y tribales; y
• estar basado en la participación voluntaria de todos sectores implicados
mediante acuerdos negociados de un modo abierto y transparente, en todas
las etapas, desde la evaluación de opciones, a la implementación, la operación
y el monitoreo final.

Para lograr una participación integral y activa en las negociaciones las


comunidades rurales, los grupos indígenas y tribales, las mujeres y otros
sectores vulnerables necesitan tener acceso a recursos adecuados, al apoyo
legal y profesional. Las comunidades también precisan tiempo suficiente para
examinar las diferentes propuestas y consultar entre sí.

En ciertas ocasiones para alcanzar un acuerdo negociado quizá se requiera la


asistencia de una tercera parte consensuada. La mejor forma de lograr esta
asistencia es mediante un cuerpo independiente de resolución de disputas que:

• se constituya por la participación y el consenso de los actores involucrados;


y
• posea aptitudes y las capacidades legales y administrativas necesarias.

La mejor forma de demostrar la aceptación pública y sostener las decisiones


negociadas, es a través de acuerdos vinculantes y formales, incorporando
mecanismos para la presentación y solución de los sucesivos conflictos.

La CMR reconoce que las comunidades afectadas por las represas han sido
sometidas a la coacción y la violencia. Todos los partidarios de los proyectos
–públicos y privados– deben acatar la estricta prohibición de tales actos
intimidatorios en contra de cualquiera de los actores involucrados.

2. Evaluación exhaustiva de las opciones

53
Se deben evaluar las necesidades de agua, alimento y energía, y definir
claramente los objetivos. La selección de cualquier represa, proyecto o curso
de acción debe basarse en una evaluación exhaustiva y participativa de toda la
variedad de opciones políticas, institucionales y técnicas. El proceso de
evaluación de opciones continúa en todas las etapas de planificación,
desarrollo y operaciones del proyecto.

El criterio de selección utilizado en los análisis debe reflejar explícitamente de


qué modo cada opción afecta la distribución de los costos, los beneficios y los
impactos para cada grupo afectado y cómo responde a los objetivos de
desarrollo. Los motivos de rechazo de opciones deben quedar claros para los
actores afectados.

Las futuras tomas de decisiones deben dar mayor importancia a las


consideraciones sociales y ambientales, y situarlas al frente del proceso de
investigación... Se debe cambiar el énfasis sobre la mitigación y la
compensación, y lograr que el criterio fundamental que guíe la evaluación de
opciones sea el de evitar y minimizar los impactos sociales y ambientales.

La planificación debe mejorar y lograr que los sistemas hídricos, de riego y de


energía existentes sean más sustentables, antes de decidirse por un nuevo
proyecto.

3. Tratamiento de las represas existentes

Existen oportunidades para optimizar los beneficios de muchas represas


existentes, solucionar cuestiones sociales pendientes y reforzar medidas de
mitigación y recuperación ambiental.

Los problemas sociales de mayor relevancia relacionados con las grandes


represas existentes deben ser identificados y evaluados, se deben desarrollar
procesos y mecanismos con las comunidades afectadas para revertirlos.

El gobierno tiene la responsabilidad de iniciar el proceso de compensación. Las


personas afectadas también pueden entablar un reclamo. Para tratar las
cuestiones de indemnización, el gobierno debe crear un comité independiente
en el que participen expertos legales, propietarios de represas, personas
afectadas y otras partes interesadas.

Las personas afectadas deben recibir apoyo legal, profesional y financiero,


para participar en la evaluación, la negociación y las etapas de implementación
del proceso de compensación.

Los daños ocasionados por las represas pueden requerir una evaluación que
contemple toda la cuenca, aguas arriba y abajo. La estimación de los daños
debe incluir las pérdidas que no sean monetarias. Las compensaciones deben
identificar y priorizar las necesidades comunitarias e incorporar el desarrollo de
estrategias de compensación y mecanismos para remediarlas.

54
Las funciones y responsabilidades de las partes involucradas en el
planeamiento, financiamiento, construcción y operación de la represa deben
quedar claramente establecidas en el proceso de audiencia y evaluación del
reclamo, por parte de un comité independiente constituido por el gobierno, las
personas afectadas y demás partes interesadas.

Se debe priorizar la financiación de un plan de compensación negociado, antes


de apoyar nuevos proyectos de represas en una ubicación específica o cuenca
de un país.

Las compensaciones pueden ser financiadas con fondos provenientes de


gobiernos nacionales, provinciales y/ o locales, de un porcentaje de los créditos
y de la asistencia o del ingreso generado por los proyectos de energía y
manejo hídrico. Este dinero puede destinarse a un fondo fiduciario que
beneficie a la comunidad a largo plazo. A través de la modificación de la
operación de una represa u otros medios, las compensaciones pueden ser
realizadas mediante la cesión de recursos no monetarios, incluyendo la tierra,
el agua, los peces y el acceso a sitios sagrados.

Se debe introducir un proceso exhaustivo de control y evaluación tras la


realización del proyecto y un sistema de revisión a largo plazo (con intervalos
de 5 a 10 años) respecto del desempeño, los beneficios y los impactos de
todas las grandes represas existentes.

Los operadores y los organismos involucrados deben publicar los resultados


del monitoreo anualmente y garantizar que todas las partes puedan acceder
libremente a éstos.

La efectividad de las medidas de mitigación ambiental debe ser evaluada y los


impactos imprevistos, identificados; las oportunidades para mejorar y restaurar
deben ser identificadas y aprovechadas.

El desmantelamiento puede ser una alternativa... cuando la represa haya


superado su vida útil, cuando por razones de seguridad la remoción de la
represa sea menos costosa que la rehabilitación, o cuando los costos (incluso
los ambientales) o la operación sean superiores a los beneficios. Las
experiencias de desmantelamiento son cada vez más numerosas en América
del Norte y Europa.

4. La Conservación de los ríos y los medios de subsistencia

Es esencial comprender, proteger y restaurar los ecosistemas de una cuenca...

Las decisiones deben considerar las cuestiones ambientales, sociales y de


saneamiento como parte del desarrollo de la cuenca, y dar prioridad a medidas
que eviten impactos y que contengan un enfoque de precaución.

55
Las grandes represas deben proporcionar descargas de agua con fines
ambientales que ayuden a mantener la integridad del ecosistema y los medios
de vida aguas abajo, y deben ser diseñadas, modificadas y operadas en
consecuencia.

El análisis estratégico de los impactos durante la etapa de evaluación de


opciones debe incluir un estudio independiente, exhaustivo y estratégico de las
consecuencias sobre el ecosistema, la sociedad, la salud y de cualquier
impacto acumulativo.

5. Reconocimiento de los derechos y la participación en los beneficios

Las negociaciones realizadas conjuntamente con las personas afectadas


deben conducir a medidas de desarrollo legalmente ejecutables... El Estado y
los promotores deben comprometerse y responsabilizarse a mitigar los
impactos de un modo satisfactorio, reasentar a las poblaciones afectadas, y
ocuparse de su desarrollo. Ambos tienen la responsabilidad de satisfacer a
todas las personas afectadas de manera que el traslado de su contexto y de
sus recursos actuales mejore sus medios de subsistencia. La responsabilidad
de llevar adelante las medidas de mitigación, reasentamiento y desarrollo
acordadas se garantiza con mecanismos de fuerza legal, como los contratos y
recursos jurídicos accesibles a nivel nacional e internacional.

Las personas afectadas deben expresar su consentimiento al proyecto de la


represa mediante la aceptación del proceso, de las medidas de mitigación y de
desarrollo. Estas medidas deben incluir una participación en los beneficios del
proyecto y en los mecanismos de compensación y asistencia.

En el pasado, las compensaciones monetarias han demostrado ser ineficientes


para las pérdidas de bienes y para las oportunidades en economías menos
monetizadas, y por lo tanto deben ser evitadas. Cuando las personas prefieran
la compensación con dinero, éste debe pagarse tomando las precauciones
adecuadas, fortaleciendo la sustentabilidad de las formas de vida a largo plazo.
La recuperación de los medios de subsistencia perdidos requiere un lapso y
una preparación adecuados, y por lo tanto las personas deben ser
íntegramente compensadas antes de la reubicación.

6. Garantizar el cumplimiento de lo establecido

Las instituciones patrocinadoras, contratistas y financieras deben adoptar una


serie de criterios y de directrices claros, comunes y sistemáticos para
garantizar el cumplimiento de las normas establecidas, y dicho cumplimiento
debe ser sometido a una revisión independiente y transparente.

Antes de comenzar un proyecto se debe elaborar un plan de cumplimiento que


especifique cómo se logrará cumplir con los criterios y directrices relevantes y
que detalle los acuerdos vinculantes para los compromisos técnicos,
económicos, sociales y ambientales específicos al proyecto.

56
Las prácticas de corrupción se evitan mediante la aplicación de la legislación,
los pactos voluntarios relativos a la integridad, la inhabilitación y otros
instrumentos.

Mediante la armonización del criterio empleado para el manejo social y


ambiental, los financistas multilaterales y bilaterales, incluidos los organismos
de crédito para la exportación, evitarán que los promotores se transformen en
financistas con pautas débiles para apoyar proyectos inaceptables.

7. Compartir los ríos para la paz, el desarrollo y la seguridad

Las políticas hídricas nacionales deben prever específicamente los acuerdos


de las cuencas fluviales compartidas por varios países. Los acuerdos deben
ser negociados sobre la base de la buena fe entre los Estados ribereños, y en
los principios de utilización equitativa y razonable, no ocasionar daños
significativos, la información previa y las prioridades estratégicas de la
Comisión. Las controversias insolubles entre países se resuelven a través de
diferentes medios de resolución de controversias, y en última instancia ante la
Corte Internacional de Justicia.

Para el desarrollo de proyectos en ríos compartidos dentro del ámbito nacional,


se deben realizar las previsiones legislativas necesarias para establecer las
prioridades estratégicas de “lograr aceptación pública”, “reconocer derechos” y
“sustentar ríos y formas de vida”.

Cuando un organismo gubernamental planea o facilita la construcción de una


represa sobre un río compartido por varios países, violando el principio de
negociaciones de buena fe entre los habitantes ribereños, los organismos
financieros externos deben retirar su apoyo a los proyectos y programas
promovidos por ese organismo.

57
Capítulo 1

El Poder y el Agua

Vine, vi y fui conquistado.

Presidente Franklin D. Roosevelt, en la ceremonia inaugural


de la represa Hoover, 30 de septiembre, 1935

La represa Hoover, el impactante y voluptuoso arco de hormigón que retiene al río


Colorado colmando su profundo cañón en el límite de Arizona y Nevada, desató la
era de las grandes represas. Ya había pasado una década desde su culminación
cuando en 1946 Wallace Stegner, el gran novelista y ensayista del oeste de los
EE.UU., contempló atónito la gigantesca represa de 221 metros de altura:

“Sin lugar a dudas es una de las maravillas del mundo, el majestuoso acantilado
de hormigón, los impetuosos elevadores, el laberinto de túneles, las enormes
centrales eléctricas. Todo lo relacionado con la represa tiene la marca de la
delicada y eficiente belleza que parece identificar a Norteamérica”.1

A lo largo de las seis décadas siguientes para muchos escritores, líderes,


ingenieros, burócratas, nacionalistas y revolucionarios, las grandes represas han
sido poderosos símbolos de orgullo patriótico y conquista de la naturaleza gracias al
ingenio humano. Las represas, las mayores estructuras alguna vez construidas por
la humanidad, han sido consideradas durante la mayor parte de nuestro siglo como
un símbolo de progreso al proporcionar energía eléctrica, agua y alimentos, frenar
inundaciones, enverdecer los desiertos y hasta garantizar la independencia de una
nación, ya sea que ese concepto amorfo fuese la creación del patrimonio capitalista,
la difusión de los frutos del socialismo o la gran marcha del comunismo.

En 1954, durante la inauguración del canal Nangal en el Punjab, el primer ministro


de la India, Pandit Jawaharlal Nehru, expresó el extraño “deleite y exaltación” que
experimentaba con la vista del canal y el obraje de la represa Bhakra. Nehru
enunció su asombro a través de una mezcla de nacionalismo y reverencia religiosa:

1
Grafico 1.1 Índice de construcción de represas, 1950-86

Fuente: ICOLD, World Register of Dams, Paris,1988

“¡Qué obra estupenda, magnífica, una obra que sólo puede emprender una
nación con fe y coraje!... se ha transformado en el símbolo de la voluntad de
una nación de marchar hacia delante, con fortaleza, determinación y valor...
mientras la recorría, pensaba que en la actualidad el templo, la mezquita o
gurdwara más grande es aquél donde el hombre trabaja para el bien de la
humanidad. ¿Qué otro lugar puede ser más grande que éste, esta Bhakra-
Nangal, donde miles y lakhs (cientos de miles) de hombres han trabajado,
derramado sangre y sudor, e incluso entregado sus vidas? ¿Dónde puede
haber un lugar más grande y sagrado que éste, un lugar al cual podamos
considerar superior?”2

2
Cuadro 1.1: Países con grandes y mayores represas (según definición de
ICOLD)

Grandes represas (a 1986) Represas mayores (a 1994)


1 China 18820 EE.UU. 50
2 EE.UU. 5459 CEI 34
3 CEI c. 3000* Canadá 26
4 Japón 2228 Brasil 19
5 India 1137 Japón 19
6 España 737 Turquía 11
7 Corea del Sur 690 China 10
8 Canadá 608 Alemania 9
9 Gran Bretaña 535 Italia 9
10 Brasil 516 Suiza 9
11 Méjico 503 Argentina 8
12 Francia 468 India 7
13 Sudáfrica 452 Francia 5
14 Italia 440 Méjico 5
15 Australia 409 Austria 4
16 Noruega 245 Colombia 4
17 Alemania 191 Irán 4
18 Checoslovaquia 146 España 4
19 Suiza 144 Australia 3
20 Suecia 141 Pakistán 3

*La ex URSS declaró a ICOLD solamente las 132 grandes represas hidroeléctricas bajo el control del
Ministerio de Energía. Si las represas construidas por el Ministerio de Agricultura y las autoridades
locales hubieran sido incluidas, según ICOLD, la cifra relativa a grandes represas en URSS (ahora
CEI) hubiera sido entre 2000 y 3000. Ver explicación de definiciones según ICOLD.

Fuente: ICOLD, World Register of Dams, París, 1988; International Power & Dam Construction
Handbook 1995, IWPDC, Sutton, RU, 1995.

Las grandes represas son mucho más que meras máquinas que generan
electricidad y almacenan agua. Son expresiones de hormigón, roca y tierra de la
ideología dominante en la era tecnológica: íconos del desarrollo económico y del
progreso científico, a la altura de las bombas nucleares y los automóviles. Los
constructores de la represa Hoover fueron asesorados por un arquitecto que
aconsejó despojarla de los ornamentos originalmente planeados, para así acentuar
el poder visual de su colosal faz de hormigón. Theodore Steinberg, un historiador de
la Universidad de Michigan, sostiene que la represa Hoover “procuraba simbolizar
grandeza, poder y dominio. Así fue concebida”.3

Cuadro 1.2: las represas más altas del mundo

Represa País Finalizada Tipo de Altura (m)


Represa

1 Nurek Tadzhikistán 1980 T 300


2 Grande Dixence Suiza 1961 C 285
3 Inguri Georgia 1980 B 272

3
4 Vaiont Italia 1961 B 262
Tehri India u/c T/R 261
5 Chicoasén Méjico 1980 T/R 261
6 Mauvoisin Suiza 1957 B 250
7 Guavio Colombia 1989 T/R 246
8 Sayano-Shushensk Rusia 1989 B/C 245
9 Mica Canadá 1973 T/R 242
Ertan China u/c B 240
10 Chivor Colombia 1957 T/R 237
Kishau India u/c C 236
11 El Cajón Honduras 1985 B 234
12 Chirkey Rusia 1978 B 233
13 Oroville EEUU 1968 T 230
14 Bhakra India 1963 C 226
15 Hoover EEUU 1936 B/C 221
16= Contra Suiza 1965 B 220
16= Mrantinje Yugoslavia 1976 B 220
18 Dworshak EEUU 1973 C 219
19 Glen Canyon EEUU 1966 B 216
20 Toktogul Kirgizistán 1978 C 215

Tipos de Represa: B = bóveda; T = tierra; C = concreto; R = roca


Fuente: International Water Power & Dam Construction: Handbook 1995.

40.000 grandes represas, de las cuales apenas 5.000 fueron construidas antes de
1950. Una “gran represa”, como usualmente la define ICOLD, es aquella que mide
15 metros o más desde la base hasta la cresta –más alta que un edificio de 4 pisos.
China se ha dedicado a la construcción de represas con gran fervor: el país tenía 8
grandes represas al momento de la revolución en 1949; cuarenta años más tarde
contaba con cerca de 19.000. Estados Unidos es el segundo país con mayor
cantidad de grandes represas, 5.500 aproximadamente; le siguen la ex URSS,
Japón e India (ver cuadro 1.1 y gráfico 1.1). Se calcula que sólo en los EE.UU.
existen alrededor de 96.000 pequeñas represas. Si la proporción de represas
grandes y pequeñas es similar en otros países, entonces se estima que existirían
alrededor de 800.000 pequeñas represas en todo el mundo.4

Cuadro 1.3 Embalses con Mayor Capacidad

Represa País Finalizado Volumen del


Embalse
(m3 x 106)

1 Owen Falls* Uganda 1954 2.700.000


2 Kakhovskaya Ucrania 1955 182.000
3 Kariba Zimbabwe/Zambia 1959 180.600
4 Bratsk Rusia 1964 169.270
5 Aswan High Egipto 1970 168.900
6 Akosombo Ghana 1965 153.000
7 Daniel Johnson Canadá 1968 141.852
8 Hurí Venezuela 1986 138.000

4
9 Krasnoyarsk Rusia 1967 133.000
10 W.A.C. Bennett Canadá 1967 70.309
11 Zeya Rusia 1978 68.400
12 Cabora Bassa Mozambique 1974 63.000
13 La Grande 2 Canadá 1978 61.715
14 La Grande 3 Canadá 1981 60.020
15 Ust-Ilim Rusia 1977 59.300
16 Boguchany Rusia 1989 58.200
17 Kuibyishev Rusia 1955 58.000
18 Serra da Mesa Brasil 1993 54.000
(São Felix)
19 Caniapiscau Canadá 1981 53.800
20 Bukhtarma Kazajtán 1960 49.800

*La mayor parte del volumen del lago (lago Victoria) es natural. La represa de 31 metros de altura
agregó 270 km cúbicos de almacenamiento a la capacidad original del lago
Fuente: International Water Power & Dam Construction Handbook 1995.

Junto con el número de represas, también crecieron su tamaño y distribución


geográfica. La represa Hoover fue la mayor del mundo por más de dos décadas,
hasta 1957, cuando fue superada por la represa Mauvoisin en Suiza. Cuatro años
más tarde, dos gigantes más excedieron la altura de Hoover, Grande Dixence
(también en Suiza) y la represa italiana Vaiont. En 1968, Hoover perdió la primera
posición en los EE.UU., a manos de Oroville en California. Siete represas más en
Canadá, Colombia, la URSS, Méjico y Honduras, superaron a Hoover durante 1970
y 1980. Actualmente la represa más alta del mundo es Nurek, finalizada en 1980 en
Tadzhikistán, una montaña artificial de tierra y roca de 300 metros, la misma altura
que la Torre Eiffel (ver cuadros 1.2-1.4).

Cuadro 1.4: Plantas hidroeléctricas con mayor capacidad

Represa País Inicio de Capacidad Instalada en


Operación 1995 (MW)

1 Itaipú Brasil/ Paraguay 1983 12.600


2 Guri (Raul Leoni) Venezuela 1986 10.300
3 Sayano-Shushensk Rusia 1989 6.400
4 Grand Coulee EEUU 1942 6.180
5 Krasnoyarsk Rusia 1968 6.000
6 Churchill Falls Canadá 1971 5.428
7 La Grande 2 Canadá 1979 5.328
8 Bratsk Rusia 1961 4.500
9 Ust-Ilim Rusia 1977 4.320
10 Tucuruí Brasil 1984 3.960
11 Ilha Solteira Brasil 1973 3.200
12 Tarbela Pakistán 1977 3.046
13 Gezhouba China 1981 2.715
14 Nurek Tadzhikistán 1976 2.700
15 Mica Canadá 1976 2.660
16 La Grande 4 Canadá 1984 2.650
17 Volgograd 22nd Rusia 1958 2.563
Congress

5
18 Paulo Afonso IV Brasil 1979 2.460
19 Cabora Bassa Mozambique 1975 2.425
20 W.A.C. Bennet Canadá 1968 2.416
Fuente: International Water Power & Dam Construction Handbook 1995.

De acuerdo con las estimaciones de la Comisión Internacional sobre Grandes


Represas (ICOLD), la asociación líder de la industria de represas, en la actualidad
los ríos del mundo están obstruidos por más de La definición industrial de una
“represa mayor” está basada en la altura (150 metros, mínimo), volumen (15
millones de metros cúbicos, mínimo –seis veces el de la pirámide de Keops),
embalse de almacenamiento (25 kilómetros cúbicos, mínimo –suficiente para anegar
el país de Luxemburgo bajo un metro de agua) o capacidad generadora de energía
(1.000 megavatios, mínimo –suficiente para abastecer una ciudad europea de un
millón de habitantes). En 1950, existían diez monstruos que reunían estas
características; hacia 1995 el número se había elevado a 305. El principal
constructor de represas mayores es EE.UU., seguido por la ex URSS, Canadá,
Brasil y Japón.5

La mayoría de las cuencas de los ríos más importantes están hoy cercadas por
represas; muchos grandes ríos son ahora poco más que escaleras de embalses.
Apenas 70 de los 2.000 kilómetros del río Columbia fluyen libres del agua muerta de
las 19 represas que lo detienen. En la porción continental de los EE.UU., entre los
ríos de más de 1.000 kilómetros, sólo el Yellowstone permanece sin represas. En
Francia, la única porción del Ródano que fluía libre fue represada en 1986. En otros
lugares de Europa, ni siquiera el Volga, el Weser, el Ebro o el Tajo tienen tramos de
más de un cuarto de su longitud total que se hayan escapado de convertirse en
embalses.6

En todo el mundo, los embalses tienen una capacidad global de almacenamiento del
orden de los 6.000 kilómetros cúbicos, más del triple del volumen de agua de todos
los ríos del planeta.7 El peso de los grandes embalses es tan grande que puede
desatar sismos –existen casos registrados de los llamados sismos inducidos por
embalses (RIS, en inglés). Desde la geofísica incluso se estima que la redistribución
del peso de la superficie terrestre causada por los embalses, puede tener un muy
sutil pero mesurable impacto sobre la velocidad de rotación de la Tierra, la
inclinación de su eje y la forma de su campo gravitacional.8

Más de 400.000 kilómetros cuadrados –la superficie de California- han sido


anegados por embalses en todo el mundo.9 El mayor represamiento del planeta, los

6
8.500 kilómetros cuadrados del embalse Volta a espaldas de la represa de
Akosombo, anegó alrededor del 4 por ciento del área terrestre ghanesa. En los
EE.UU. los embalses han inundado un área equivalente a New Hampshire y
Vermont juntas.10 Los tres tercios de la superficie terrestre que han sido sumergidos,
representan una pérdida mucho mayor que la expresada por la árida estadística
–las planicies inundables anegadas por los embalses brindan al mundo los suelos
de cultivo más fértiles, y sus humedales y bosques ofrecen los hábitat silvestres más
diversos.

El agua dulce, debido a la agresión humana, pero especialmente por la construcción


de represas, se ha convertido en el más afectado de los principales recursos de los
ecosistemas. Una represa desbarata todas las redes vitales interactivas de la
cuenca de un río. En 1994, un grupo de ecólogos suecos concluyó que cerca de
cuatro quintos de la descarga total de los mayores ríos de los EE.UU., Canadá,
Europa y la ex URSS se encuentran “fuerte o moderadamente afectados” por la
regulación del flujo, derivaciones y fragmentación de los canales del río mediante
represas.11 El mar Aral, en Asia Central, es la figura extrema de los impactos de las
derivaciones de aguas río abajo. Este mar, que alguna vez tuvo el mayor volumen
de agua dulce fuera de Norteamérica, ha sido reducido hasta menos de la mitad de
su superficie anterior y dividido en tres lagos hipersalinos.

Las represas son las principales culpables de que la quinta parte de los peces de
agua dulce del planeta hoy se encuentre amenazada o extinguida. El porcentaje es
aún mayor en los países cuyos ríos han sido fuertemente represados –cerca de dos
quintos en los EE.UU., y tres cuartos en Alemania. Los anfibios, moluscos, insectos,
aves acuáticas y otras formas de vida propias de ríos y humedales, sufren la misma
amenaza.12

Las consecuencias sociales de los represamientos en el mundo han sido tan


dramáticas como los impactos ecológicos. A pesar de que los constructores no se
han molestado en llevar un registro, el número de personas expulsadas de sus
tierras por el anegamiento causado por las represas se ubica sin dudas en el orden
de las decenas de millones –30 millones sería una cifra moderada; 60 millones, una
cantidad más representativa. La evidencia disponible demuestra que muy pocos de
estos individuos pudieron recuperarse alguna vez de este desastre, ya sea
económica o psicológicamente. Muchos más han perdido sus pesquerías, la
irrigación proporcionada por las crecidas estacionales, la madera, la caza y otros
beneficios de un bosque o una selva que han quedado sumergidas. Las tierras

7
bajas de los valles hoy inundadas por las represas fueron siempre las más
favorables para los asentamientos humanos, así que los embalses han anegado
innumerables sitios de importancia cultural y arqueológica; muchos conocidos, pero
muchos más sin duda que esperaban ser descubiertos al momento de su pérdida.

Las enfermedades propagadas por vectores como los mosquitos, que prosperan en
los canales de irrigación y a orillas de los embalses, han causado una pérdida
humana inestimable. Las represas también pueden ocasionar daños letales al
derrumbarse. Más de 13.500 personas fueron aniquiladas por alrededor de 200
represas, excluyendo China, que rebasaron o colapsaron durante el siglo XX. En
agosto de 1975 una funesta serie de desbordes de represas en la provincia china de
Henan, causó alrededor de 230.000 muertes. Cientos también han perecido por
negarse al desalojo y a hacer lugar a las represas. En 1982, en Guatemala, 369
indios maya, en su mayoría mujeres y niños, fueron torturados, baleados,
apuñalados, ahorcados y golpeados hasta la muerte, como castigo a la demanda de
la comunidad de ser adecuadamente compensada por la pérdida de sus hogares a
causa de la represa Chixoy.

Breve historia de los ríos

Historiar sin incluir agua en la crónica, es dejar afuera una gran parte del
relato. La experiencia humana nunca ha sido así de árida.

Donald Worster
Rivers of Empire, 1985

Todo territorio es parte de una cuenca y todo está modelado por el agua que fluye
sobre y a través de ella. Es más, los ríos están integrados a la tierra a tal punto que
en muchos sitios tienen predominio absoluto en el paisaje. Un río es mucho más
que agua fluyendo hacia el mar. Además de agua, y tan importante como ella, el río
transporta sedimentos, minerales disueltos y detritos de animales y plantas ricos en
nutrientes. El lecho y las orillas en perpetuo cambio, junto con las aguas
subterráneas, son parte integral del río. Incluso las praderas, selvas, bosques y
humedales de sus planicies inundables pueden considerarse como partes del río –y
al río como parte de ellos.

La cuenca de un río nace en la cima de una montaña o de un cerro.13 Las aguas de


deshielo y pluviales lavan y atraviesan las altas tierras en forma de arroyuelos que
desembocan en cauces montañosos de rápido flujo. A medida que el cauce
desciende, tributarios y aguas freáticas aumentan su volumen y así se forma el río.

8
Cuando abandonan las montañas, los ríos aminoran su paso, comienzan a serpear
y su marcha se hace sinuosa, en busca de la senda que menos resistencia oponga,
a través de valles que se ensanchan, sobre suelos aluviales consolidados por el
sedimento de crecientes milenarias. Al fin, el río alcanza un lago o el océano. Donde
el río se torna fangoso y el suelo llano los sedimentos fluviales pueden formar un
delta, dividiendo al río en una “pata de pájaro” de cursos de agua (distributarios) que
descargan en el mar. El estuario, donde el agua dulce se mezcla con la salada del
océano, es una de las porciones biológicamente más productivas tanto del río como
del mar. La mayor parte de la pesca mundial proviene de especies que al menos en
un momento de su ciclo vital dependen del hábitat del estuario y de su riqueza de
nutrientes.

La diversidad del río no sólo depende de los varios tipos de suelo que atraviesa sino
también de las distintas estaciones y las diferencias entre años secos y húmedos.
Las variaciones estacionales y anuales en la cantidad de agua, sedimentos y
nutrientes que escurren por las cuencas, suelen ser enormes, especialmente en
zonas áridas donde la mayor parte de la lluvia anual se descarga en unas pocas
tormentas. En promedio, el 85 por ciento de la descarga anual del Limpopo, en
Sudáfrica, fluye desde enero a marzo, y sólo el uno por ciento, desde agosto hasta
octubre. En la zona septentrional también existen ríos altamente estacionales, con
flujo mínimo durante el invierno helado, seguido por grandes inundaciones en el
deshielo estival.

Los mayores sucesos de la historia de la humanidad han tenido lugar a la vera de


los ríos. Los restos fosilizados del antepasado homínido más antiguo que se conoce
fueron hallados en las orillas del río Awash, en Etiopía. La primera evidencia del
paso fundamental que dio la humanidad al pasar de la caza nómada y la recolección
a la sedentaria labor del suelo, se encontró en los angostos valles fluviales de las
montañas del Cercano Oriente, en sitios arqueológicos de entre nueve y diez mil
años de antigüedad. Las primeras civilizaciones surgieron durante el tercer milenio
a.C., a lo largo de los ríos Éufrates, Tigris, Nilo e Indo, y un poco más tarde, en el río
Amarillo. Bastante después otro punto de inflexión en la historia humana tuvo lugar
a lo largo de los ríos y cauces del norte de Inglaterra, los cuales dieron impulso a las
primeras industrias.

Los ríos y la rica variedad de plantas y animales que éstos sustentan abastecen a
las sociedades que viven de la caza y la recolección, proporcionan agua para la
ingesta y la higiene, alimentos, drogas y medicinas, pigmentos, fibras y madera. Los

9
agricultores obtienen los mismos beneficios y además el riego para sus cultivos
donde éste es necesario. Para las sociedades rurales, que alimentan su ganado en
amplias zonas generalmente conformadas por planicies y montañas, la vegetación
perenne de las orillas de los ríos se transforma en alimento y forraje durante las
estaciones estivales y de sequía. Pueblos y ciudades usan y abusan de los ríos para
deshacerse de sus desperdicios.

Los ríos también sirven como vías comerciales, de exploración y conquista. El


historiador de la tecnología Lewis Mumford señala en sus escritos que, a excepción
de unas pocas sociedades marítimas, “todas las grandes culturas han prosperado a
través del movimiento de hombres, instituciones, inventos y mercancías a lo largo
de la ruta natural que constituye un gran río”.14

La importancia de los ríos como sustento de la vida y la fertilidad se refleja en los


mitos y creencias de una multitud de culturas. En muchos lugares del mundo a los
ríos se los llama “madres”: Narmadai, “Madre Narmada”; el Volga es Mat' Rodnaya,
“Madre de la Tierra”. La traducción literal de la palabra tailandesa que denomina al
río, mae nan, es “madre del agua”. Muchas veces los ríos han sido asociados con
divinidades, en especial femeninas. En el antiguo Egipto, las crecientes del Nilo eran
consideradas las lágrimas de la diosa Isis. El río Boyne, en Irlanda, que puede
contemplarse desde las más impresionantes sepulturas prehistóricas de la isla, era
adorado como una divinidad por las tribus celtas.

Los ríos de la India son quizá los más cargados de mitos, leyendas épicas y
significado religioso entre todas las naciones. El ambientalista Vijay Paranjpye
menciona un texto sagrado donde se sostiene que “todos los pecados son
purificados con tres baños en el Saraswati, siete en el Yamuna, uno en el Ganges,
¡pero la sola vista del Narmada basta para absolver todos los pecados!”. Otro
antiguo texto describe al río Narmada como “dador de dicha”, “exquisito”, “de
venturosa actitud” y “quien irradia alegría”.15

De las vidas que el río sustenta, quizá la más impregnada de sentido mitológico sea
la del salmón. El “salmón de la sabiduría”, cuenta la leyenda, vivía en un estanque
cercano a la fuente del Boyne, y aquel que probaba su carne adquiría el
entendimiento de todo lo terrenal, pasado, presente y futuro. Los nativos
norteamericanos del noroeste, sobre el Pacífico, creían que los salmones eran seres
superiores, que ascendían por los ríos para beneficio de las personas, morían, y
luego regresaban a la vida en una gran casa bajo el océano, donde bailaban y

10
festejaban con formas humanas. Algunas tribus le daban la bienvenida al primer
salmón de la temporada con una ceremonia digna de la visita de un jefe.

Así como los ríos brindaron vida, también trajeron muerte. Los asentamientos en las
planicies permitían a sus habitantes aprovechar las ventajas de las ricas planicies
inundables utilizando los fértiles suelos aluviales, pero los cultivos y la población
también se exponían al riesgo de catastróficas inundaciones. Gilgamesh, la leyenda
épica más antigua de la que se tiene registro, refiere a una gran inundación
desatada por Dios para castigar a los pecadores de la Mesopotamia. Los mitos y
leyendas sobre grandes inundaciones son comunes a muchas culturas de todo el
mundo, desde los judíos del Antiguo Testamento, a los paganos noruegos y los
nativos de las Américas.

Las represas del planeta han provocado profundos cambios en las cuencas
fluviales. Nada altera tanto al río como una represa. El embalse es la antítesis del
río -la esencia del río es su fluir; la del embalse, su inmovilidad. Un río libre es
dinámico, siempre cambiante -erosionando su lecho, depositando limo, buscando un
nuevo curso, desbordando sus orillas, secándose. La represa es un monumento a la
quietud, su propósito es poner el río bajo control, regular sus patrones estacionales
de crecidas y caudales bajos. La represa atrapa sedimentos y nutrientes, altera la
temperatura y química fluvial, y perturba los procesos geológicos de erosión y
acumulación a través de los cuales el río esculpe la tierra adyacente.

Represas: lo que son y lo que hacen

El embalse es el triunfo del hombre sobre la naturaleza, y la vista de esa


vasta porción de agua causa una satisfacción interior a aquellos que la
admiran.

S.H.C. de Silva
Asesor de la Secretaría de Irrigación de Sri Lanka, 1991

Las represas tienen dos funciones fundamentales. La primera es almacenar agua


para compensar las fluctuaciones del flujo del río o para satisfacer demandas de
agua y energía. La segunda es incrementar el nivel del agua río arriba, para permitir
que el flujo pueda ser derivado hacia un canal o para aumentar la “cresta hidráulica”
–la diferencia entre la altura de la superficie del embalse y la del río aguas abajo. El
almacenamiento y la cresta permiten a las represas generar electricidad (la energía
hidroeléctrica suministra un quinto de la electricidad mundial), abastecer de agua a

11
la agricultura, industrias y viviendas, mitigar las inundaciones y favorecer la
navegación fluvial mediante flujos regulares y la inundación de rápidos. Otros
argumentos para la construcción de grandes represas son la creación de embalses
para la pesca y actividades recreativas como la navegación.

La capacidad de generación hidroeléctrica está directamente relacionada con el


caudal y la cresta hidráulica. A pesar de que la cresta por lo general depende de la
altura de la represa, una represa baja puede tener una cresta alta si la central
energética con sus turbinas y generadores se encuentra a cierta distancia aguas
abajo. Los conductos conocidos como “canales de carga” llevan el agua a las
turbinas. Luego de que el agua acciona una turbina, fluye hacia el “nivel de
descarga” en la parte inferior de la represa, a través de un “canal de descarga”.

Una de las ventajas de la hidroelectricidad sobre otras formas de generación de


energía, es que los embalses pueden almacenar agua durante los períodos de baja
demanda, para inmediatamente empezar a generar electricidad en las horas pico de
uso de energía eléctrica. Las plantas de energía térmica necesitan mucho más
tiempo que las hidroeléctricas, ya que requieren alcanzar cierta temperatura para
comenzar a funcionar. En los últimos años, la eficacia de las plantas hidroeléctricas
para la generación de una provechosa “energía pico”, ha alentado el auge de las
plantas de almacenamiento por bombeo. Éstas, por lo general, están compuestas
por dos embalses relativamente pequeños, uno sobre el otro. Durante las horas
pico, el agua del embalse superior cae al inferior a través de las turbinas, generando
electricidad. Luego el agua se bombea nuevamente hacia el depósito superior
usando la electricidad barata de los períodos de baja demanda.

Las represas en el curso del río y las de contención son diferentes tipos de
“represas de río”, esto implica que aunque aumentan el nivel aguas arriba sólo
crean un pequeño embalse (“estanque de cabecera”) que no puede regular
efectivamente el flujo aguas abajo. Por lo general, una represa en el curso del río es
un muro bajo, de piedra, concreto o elementos vegetales. Una represa de
contención puede alcanzar diez o veinte metros de altura y extenderse por cientos
de metros sobre el lecho de un río caudaloso. En todos los casos la generación de
energía de la planta hidroeléctrica de una “represa de río” es proporcional al caudal
del río.

Aunque tienden a causar menos daño que las de almacenamiento, las represas de
río están lejos de ser benignas para el ambiente, y la diferencia entre ellas no

12
siempre es precisa. Los que apoyan la construcción de represas muchas veces
buscan restarle importancia al impacto que éstas causan promocionándolas como
represas de río. Los funcionarios tailandeses, por ejemplo, insisten en describir a la
represa Pak Mun como un proyecto de represa en el curso del río, a pesar de que
sus esclusas permanecen cerradas la mayor parte del tiempo y de que opera como
una represa de almacenamiento. A pesar de las promesas de los constructores y
patrocinadores de la represa acerca de los mínimos impactos que tendría sobre el
río, a Pak Mun le bastaron un par de años para acabar con una de las mayores
fuentes de pesca de agua dulce del país.16

Así como cada río y cuenca son únicos, también lo son cada represa y su
emplazamiento. Sin embargo las represas pueden clasificarse en tres tipos según
su diseño: de relleno, de gravedad u hormigón, y represa bóveda. La elección
depende principalmente de la topografía y de la geología de su emplazamiento. Las
represas de relleno, generalmente las más económicas, constituyen más del 80 por
ciento de las grandes represas. Éstas suelen construirse sobre amplios valles, cerca
de donde se pueden extraer las enormes cantidades de materiales de construcción
que requieren. Las grandes represas de relleno son las mayores estructuras alguna
vez erigidas por la humanidad. La represa más voluminosa del planeta, Tarbela, en
Pakistán, contiene 106 millones de metros cúbicos de tierra y roca, 40 veces más
que el volumen de la Gran Pirámide.

Las represas de concreto son básicamente muros de hormigón macizos, erguidos


sobre valles relativamente estrechos y de firme lecho rocoso. Las represas bóveda,
también de hormigón, se limitan sólo a cañones estrechos con sólidas paredes
rocosas, y constituyen apenas el 4 por ciento de las grandes represas. Una represa
bóveda tiene forma de un arco tensado hacia atrás, su cima enfrentada a la
corriente y sus pies anclados contra los lados del cañón. La fortaleza propia de su
diseño, permite que la delgada pared de una represa bóveda contenga el embalse
con sólo una fracción del hormigón que una represa de gravedad de similar altura
necesita.

Aparte del muro principal, las represas poseen una serie de características
estructurales que las caracterizan. Los vertederos se utilizan para la descarga de
agua cuando el nivel del embalse es demasiado alto. Las grandes represas
construidas sobre amplias planicies suelen incluir largas extensiones de represas y
diques auxiliares. Los cinco embalses de la primera fase de la planta hidroeléctrica

13
La Grande, en el norte de Quebec, por citar un ejemplo, están contenidos por once
represas y más de 200 diques adicionales dispuestos a lo largo de 14 kilómetros.

Breve historia de las represas

Entonces nada quedará de la edad del hierro


ni de toda aquella gente, apenas un hueso o algo, un poema asido al
pensamiento del mundo, astillas de vidrio en los basurales, una represa
de hormigón lejos en la montaña…

Robinson Jeffers
de Summer Holiday, 1925

Se cree que los primeros constructores de represas fueron los agricultores de los
valles de las montañas Zagros, en el extremo este de la Mesopotamia. Allí se han
descubierto canales de irrigación de ocho mil años de antigüedad, y es probable que
se hayan utilizado pequeñas represas de ramas y tierra para derivar el agua de los
ríos hacia los canales. Hace 6.500 años, los sumerios atravesaban las planicies del
bajo Tigris y Éufrates con redes de canales de irrigación. Tampoco aquí se ha
encontrado evidencia física de la existencia de represas, pero es factible que hayan
sido usadas para controlar el flujo del agua de irrigación.

Las primeras represas de las que se han encontrado vestigios fueron erigidas
alrededor del año 3.000 a.C., y eran parte de un elaborado sistema de provisión de
agua para la ciudad de Jawa, en el actual Jordán. Este sistema incluía una represa
en el curso del río, de 200 metros de ancho, que derivaba el agua a través de un
canal hacia diez pequeños embalses contenidos por diques de roca y tierra. La
mayor de las represas tenía más de 4 metros de altura y 80 metros de largo.
Alrededor de 400 años más tarde, en la época de las primeras pirámides, un grupo
de albañiles egipcios construyó la Sadd el-Kafra o “Represa de los Paganos”, a
través de un cauce estacional cerca de El Cairo. Esta pequeña masa de arena,
grava y roca tenía 14 metros de altura y 113 metros de longitud, y estaba
sustentada por 17.000 bloques de roca. Sin embargo, antes de ser finalizada, luego
de quizá una década de trabajo de obra, una creciente arrasó con parte de la
represa, y nunca fue reparada. Se cree que la inconclusa represa iba a suministrar
agua a las excavaciones locales. Gracias al Nilo, que cada año inundaba el suelo
antes de la temporada de siembra, los agricultores del Antiguo Egipto no
necesitaban represas para la irrigación.

14
Hacia el final del primer milenio a.C. se construyeron represas de roca y tierra en los
alrededores del Mediterráneo, en Medio Oriente, China y Centroamérica. Quizá la
mayor evidencia de la creatividad de los ingenieros romanos sean sus represas y
acueductos. Las represas romanas más notables que aún perduran se encuentran
en España. Éstas conservaron su superioridad en el campo de la ingeniería
hidráulica a través del período moro y ya entrada la Edad Moderna. Una represa de
piedra de 46 metros de altura cerca de Alicante, comenzada en 1580 y completada
14 años después, fue la mayor en el mundo durante gran parte de los tres siglos
siguientes.

El sur de Asia también posee una larga historia de construcción de represas. Desde
el siglo IV a.C. ya se erigían grandes represas de tierra para abastecer de agua a
las ciudades de Sri Lanka. Una de estas tempranas estructuras fue construida en el
año 460 d.C., alcanzó los 34 metros de altura y fue la mayor del planeta durante
más de un milenio. El rey Parakrama Babu, un gobernante cingalés del siglo XII
conocido por su tiranía y delirios de grandeza, presumía de haber construido y
restaurado más de 4.000 represas. Éste llegó a transformar a un viejo dique en una
estructura de 15 metros de altura y de una increíble longitud de casi 14 kilómetros.
Ninguna represa igualó su volumen hasta principios del siglo XX.17 Según el
antropólogo Edward Leach, las grandes represas de Parakrama Babu eran poco
utilizadas por los habitantes de Sri Lanka, que acudían a pequeños estanques
artificiales, conocidos como “tanques”, para la irrigación. Las grandes represas,
expresa Leach, “son monumentos, y no estructuras útiles”.

Las tecnologías para convertir el flujo del agua en energía mecánica tienen una
historia casi tan extensa como la de la irrigación. En el Antiguo Egipto y en Sumeria
ya se usaba el tipo de rueda hidráulica conocida como noria, que posee recipientes
en todo su contorno y se utiliza para extraer agua desde un río o canal. En Roma,
hacia el primer siglo a.C., se usaban molinos de agua para la molienda de maíz. El
catastro de 1806 registra 5.624 molinos de agua en Inglaterra, cerca de uno cada
250 personas.

Sin embargo, las ruedas hidráulicas no fueron construidas sólo para extraer agua y
moler maíz. Durante la tardía Edad Media éstas cumplieron numerosas tareas en
los grandes centros industriales de Alemania e Italia del norte, tales como machacar
pulpa para papel, martillar hierro, sobar pieles en las curtiembres, hilar seda, triturar
minerales y bombear agua de las minas. Las extracciones de la famosa “montaña
de plata” en Potosí –Bolivia- eran desmenuzadas a través de cientos de ruedas

15
hidráulicas. A principios del siglo XVII colapsó la represa de uno de los 32 embalses
más importantes que suministraban agua a los molinos y arrasó con la mayoría de
ellos y con 4.000 personas. En los inicios de la revolución industrial cerca de medio
millón de molinos de agua impulsaban las minas y fábricas europeas.

En el siglo XIX, durante la arrolladora industrialización de Gran Bretaña, se


construyeron cerca de 200 represas con una altura mayor a 15 metros,
principalmente para abastecer de agua a las crecientes ciudades. En 1900, Gran
Bretaña tenía tantas represas grandes como todo el resto del mundo. Las represas
del siglo XIX eran principalmente de relleno, en su mayoría diseñadas sobre la base
de la prueba y el error –hasta la década del 30 hubo escaso conocimiento científico
acerca del comportamiento del suelo y la roca sometidos a presión. Los
constructores del siglo XIX (y aún hoy en muchas partes del mundo) tampoco
poseían demasiados datos acerca del caudal de los ríos o de las precipitaciones y
disponían de pocas herramientas estadísticas para analizar los datos hidrológicos
recogidos. Como consecuencia, estas estructuras se desplomaban con alarmante
frecuencia. En 1864, doscientas cincuenta personas perdieron la vida tras el
estallido de una represa que abastecía de agua a Yorkshire. Los EE.UU. en
particular tenían malos antecedentes de seguridad: cerca de uno de cada 10 diques
construidos antes de 1930 colapsó. Más de 2.200 personas fueron aniquiladas
cuando una represa al norte de la ciudad de Johnstown, Pennsylvania, colapsó en
1889. Esta represa de relleno contenía al embalse más grande de los EE.UU.
En 1832, el ingeniero francés Benoit Fourneyron perfeccionó la primera turbina
hidráulica, hecho que fortaleció notablemente la eficiencia de los molinos de agua
(turbinas que convierten la energía potencial de la caída de agua en energía
mecánica y que son mucho más eficientes que una rueda hidráulica impulsada por
la energía cinética del flujo acuático). La real importancia de la turbina apareció en
toda su dimensión hacia fines del siglo XIX con los avances en la ingeniería
eléctrica, que llevaron a la construcción de estaciones energéticas y líneas de
transmisión. La primera planta hidroeléctrica del planeta fue una represa de río en
Appleton, Wisconsin, que comenzó a producir energía en 1882. Al año siguiente se
construyeron represas hidroeléctricas en Italia y Noruega.

En las próximas décadas proliferaron pequeñas represas hidroeléctricas en rápidos


y otros cauces de Europa, principalmente en Escandinavia y los Alpes. Con el nuevo
siglo, el tamaño de las represas y estaciones energéticas experimentó un rápido
aumento. Los progresos en el diseño de las turbinas aumentaron la capacidad de
operación con la cresta, desde 30 metros en 1900 a más de 200 en 1930; y el

16
perfeccionamiento de la ingeniería de las represas permitió la construcción de los
represamientos con la altura necesaria para crear esta cresta.18

Esparciendo agua en la tierra: grandes represas en los EE.UU.

Ahora lo que necesitamos es una represa grande y alta,


Para arrojar mucha agua a través de esas tierras,
La gente podría trabajar y todo crecería,
Y podríamos despedirnos de ese viejo barrio bajo.

Woody Guthrie
Washington Talkin' Blues, 1941

La conquista y población del árido oeste de los EE.UU., a fines del siglo XIX,
pudieron concretarse gracias a las represas más que a los vaqueros. Los primeros
colonizadores consideraban que la construcción de represas y la derivación de los
cursos de agua del desierto hacia sus tierras era una necesidad económica y un
deber espiritual, la prosecución del trabajo divino mediante la transformación del
desierto en un vergel. Hacia fines del siglo XIX la mayor parte de los sitios más
adecuados para pequeñas represas y sistemas de irrigación financiados por
agricultores o compañías privadas ya habían sido explotados y además muchas
compañías de irrigación estaban en quiebra.

En 1902, el Congreso aprobó la “National Reclamation” o “Newlands' Act”, descripta


por el historiador ambientalista Donald Worster como “la ley más importante de la
historia del oeste de EE.UU.”. La ley establecía la formación del Servicio de
Irrigación (Reclamation Service) –que más tarde se transformaría en la Oficina de
Irrigación del Ministerio del Interior (Bureau of Reclamation o BuRec) –cuyo objetivo
sería la elaboración de proyectos de riego financiados mediante la venta de tierras
fiscales y luego con la venta de agua y electricidad (“reclamation” es un término
semánticamente curioso que en los EE.UU. por lo general significa llevar irrigación a
suelo árido).

La “Newlands’ Act” fue aprobada en medio de una retórica que expresaba que la
irrigación del oeste sería un imán para aquellos sin hogar ni tierra en el este y que al
mismo tiempo serviría como válvula de escape para el descontento y como refuerzo
de la democracia. La irrigación también permitiría la colonización de la despoblada
mitad oeste de los EE.UU. Sin embargo, pocos años más tarde, se hizo evidente
que las grandes y empobrecidas legiones del este ansiosas por practicar la
agricultura en el desierto no existían, y que la irrigación estatal no era más

17
económica que la privada. Según las palabras de Donald Worster, el programa
federal de irrigación era “irremediablemente utópico, caro, complicado e ingenuo”.
Hacia 1930, expresa Worster, “era un fracaso tan evidente que de no haber sido por
el respaldo de poderosos grupos e imperativos culturales, la irrigación federal
hubiera sufrido una muerte ignominiosa”.19

Para controlar la concentración de propiedades de tierras fiscales irrigadas, a nadie


se le permitía poseer más de 65 hectáreas en un proyecto de irrigación. Sin
embargo, tal requisito fue sistemáticamente ignorado o reinterpretado, y así fue
como especuladores, grandes terratenientes y compañías constructoras resultaron
los grandes beneficiarios del desarrollo acuífero en el oeste de los EE.UU. Pero los
que más perdieron fueron los contribuyentes, que debieron subvencionar estos
esquemas, y los americanos nativos, que fueron privados no sólo de innumerables
sitios sagrados y tierras de reservas anegados por las represas sino también del
agua sobre la que, según los tratados, tenían derechos. También sufrieron la
pérdida de la mayor parte de la prodigiosa pesca de salmón en el noroeste, sobre el
Pacífico.

Los años dorados de la BuRec comenzaron en 1931, con la primera detonación en


las obras de la represa Hoover. El organismo ya había diseñado 50 represas de
hormigón, pero Hoover iba más allá –las 60 millones de toneladas de hormigón que
la constituían superaban el total de todas sus antecesoras. La represa Hoover era
85 metros más alta que cualquier otra sobre el planeta. Sin embargo, incluso antes
de que Hoover estuviese concluida, la BuRec estaba contemplando la construcción
de la represa Shasta, sobre el río Sacramento, en California, cuyo volumen de
hormigón duplicaba al de Hoover y a la aún más gigantesca represa Grand Coulee,
en el estado de Washington, un monstruo de 1.500 metros de largo y 168 de altura,
descripta por un ampuloso senador del oeste de los EE.UU. como la “cosa más
grande sobre la Tierra”.20

La electricidad de las grandes represas del oeste de los EE.UU. sirvió de ayuda
para ganar la II Guerra Mundial. En junio de 1942, casi toda la energía proveniente
de Grand Coulee y Bonneville, construida por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército
en Baja Columbia, era destinada a la producción bélica, la mayor parte para la
elaboración de aluminio para aviones. Más tarde, la hidroelectricidad del noroeste
fue destinada para otro uso: la producción de plutonio para hacer bombas
nucleares, con un alto consumo de energía. En 1945, las mayores fuentes de

18
electricidad sobre el planeta eran Grand Coulee y Hoover, con capacidades de
generación de 2.138 y 1.250 megavatios, respectivamente.

Si bien la actividad de la BuRec está circunscripta al oeste de los EE.UU., el Cuerpo


de Ingenieros del Ejército norteamericano se ha encargado de construir cientos de
represas en todo el país. En el siglo XIX, la misión del Cuerpo era el diseño del
tráfico fluvial y el control de las inundaciones. Sin embargo, al igual que la BuRec,
expandió sus funciones y se encargó de la producción de energía hidroeléctrica, la
“reconstrucción de embalses” y el riego. Las cuatro grandes represas construidas en
Missouri por el Cuerpo —Garrison, Oahe, Fort Peck y Fort Randall– ocupan
respectivamente el tercer, cuarto, quinto y séptimo lugar entre los embalses con
mayor capacidad de los EE.UU. Los siete lugares siguientes están ocupados por los
embalses de las represas Hoover, Glen Canyon y Grand Coulee, de la BuRec.

A pesar de que la constructora Tennessee Valley Authority (TVA) ha erigido


represas sólo sobre una cuenca fluvial, quizá haya sido el ente constructor
norteamericano con mayor influencia en todo el mundo. La TVA fue establecida por
el gobierno federal en 1933 como una agencia con una importante autonomía y
amplios poderes sobre las vidas de los residentes del valle, incluyendo el derecho a
expropiar tierras. La TVA ha inspirado a numerosos entes dedicados al desarrollo de
programas de cuencas fluviales en todo el mundo. A pesar de ser sinónimo de
construcción de represas, la TVA erigió la mayor parte de sus 38 grandes represas
antes de 1945 y luego se volcó a las plantas carboníferas y nucleares. No obstante
las decenas de miles de millones de dólares gastadas por la TVA, los habitantes de
la cuenca del Tennessee son en muchos aspectos más pobres que otros que viven
en zonas aledañas y que no resultaron “beneficiados” por el programa de esta
agencia.21

La cura de ríos desequilibrados en la URSS

Existe información de mayor importancia acerca de la historia de la


construcción de plantas hidroeléctricas en el Archipiélago Gulag, de
Alexander Solzhenitsyn, que en toda la bibliografía existente sobre ingeniería
hidráulica.
Zeyev Volfson
The Destruction of Nature in the Soviet Union, 1970

Al igual que en los EE.UU., la historia de la construcción de grandes represas en la


Unión Soviética involucra a poderosos organismos colmados de miles de ingenieros
ansiosos por llevar a cabo proyectos de prestigio, sustentados por una ideología de
progreso basada en el control total de la naturaleza. Los constructores de represas

19
soviéticos buscaban “curar a los ríos desequilibrados”, según las propias palabras
del escritor Máximo Gorky. La época dorada de las represas en la URSS comenzó
con la construcción de grandes represas de relleno que atravesaban amplios valles,
y por lo tanto se inundaron vastas áreas de rico suelo agrícola y miles de
poblaciones. En los años ´70, los embalses del país cubrían alrededor de 120.000
kilómetros cuadrados –dos veces y media más que el área anegada en los EE.UU.
Hasta el momento de su transferencia al Ministerio de Energía, en 1960, el Instituto
de Proyectos Hidroeléctricos, principal organismo soviético de construcción de
represas, formaba parte de la KGB.
La policía secreta y las represas estaban relacionadas por el hecho de que sólo los
campos de concentración podían brindar la gran cantidad de mano de obra
necesaria para la construcción de las gigantescas represas soviéticas. La primera
represa mayor de la URSS, Dneprostroi, que consistía en un dique de 60 metros de
altura que se extendía a lo largo de tres cuartos de kilómetro sobre el río Dnieper,
fue la planta hidroeléctrica más poderosa del planeta luego de su finalización en
1932. Ésta anegó tanta tierra agrícola de excelencia en Ucrania que los hidrólogos
soviéticos aseveraron que la quema del forraje que se hubiese obtenido del área
sumergida, habría producido tanta energía anual como la generada por la planta
hidroeléctrica.22

Luego de la II Guerra Mundial, bajo el “Gran Plan de Stalin para la Transformación


de la Naturaleza” se construyó una serie de represas en el oeste de Rusia y en
Ucrania. Se estima que 100.000 prisioneros trabajaron en la represa Kuibyishev
sobre el Volga.23 Las seis represas mayores del Volga han transformado al río más
extenso de Europa en una sucesión de embalses de poca profundidad, estancos y
contaminados. A los otros grandes ríos de la región, el Don y el Dnieper, les ha
sucedido algo similar. Como consecuencia directa, las pesquerías comerciales de
estos ríos y sus estuarios, que antes eran tan productivas, fueron destruidas casi en
su totalidad. Una vez que todos los principales ríos en el oeste de la URSS fueron
obstruidos con cadenas de represas el Instituto de Proyectos Hidroeléctricos centró
su atención en el este y en el sur, y repitió el proceso destructivo en Siberia, Asia
Central, el Cáucaso y en países en vías de desarrollo.

La expansión de las represas grandes hacia el sur

Algún día hasta la última gota de agua de todo el valle del Nilo... será dividida
equitativa y amistosamente entre la gente del río... y el propio Nilo se
extinguirá gloriosamente sin jamás alcanzar el mar.

20
Winston Churchill, 1908
[CK con Postel]

A fines del siglo XIX y principios del XX, la Gran Bretaña colonialista era la más
febril constructora de represas fuera de Europa y Norteamérica y su impronta más
perdurable quedó en las cuencas del Indo, Ganges y Nilo. En sus colonias
impulsaban transformar las tierras que el campesinado cultivaba para el consumo
local en tramos irrigados, donde los granjeros con capital invirtiesen en represas y
canales, y cultivasen productos de alto valor como el algodón, la caña de azúcar y el
opio. La mayor parte de los cultivos se exportaba a Gran Bretaña y a otros lugares
del Imperio.

En 1902 los ingleses construyeron la Baja Represa de Assuán, con el objetivo de


regular el Nilo e irrigar el algodón para las hilanderías de Lancashire. La represa,
que tenía una coronación de casi dos kilómetros de longitud, fue erigida dos veces y
alcanzó una altura de 36 metros en 1933. A diferencia de la más reciente, la Gran
Represa de Assuán, que almacena la creciente anual y retiene casi la totalidad del
sedimento del Nilo, Baja Assuán fue concebida con compuertas de esclusas que se
abrían para permitir el paso de la mayor parte de la creciente estacional y el
sedimento. Los ingleses también erigieron otra represa en el Nilo aún más arriba, en
Sennar, Sudán. La represa Sennar, finalizada en 1925, abastecía de agua al
sistema Gezira, una de las mayores plantaciones de algodón del planeta.

Durante las décadas posteriores a la II Guerra Mundial, cuando los vientos de


cambio llevaron al mundo colonial hacia la independencia, los políticos y tecnócratas
de las flamantes naciones continuaron la obra de los constructores de represas de
la colonia. Los nuevos dirigentes admiraban las gigantescas represas de los EE.UU.
y la URSS y las consideraban deslumbrantes monumentos a la prosperidad y al
progreso. Hasta 1980, cerca del 15 por ciento del total del presupuesto nacional de
la India independiente se había destinado a la construcción de más de un millar de
grandes represas e infraestructura asociada.24

La construcción de represas en países en vías de desarrollo ha sido fervientemente


apoyada tanto por grupos de inversores extranjeros, “expertos en recursos
acuíferos” e industriales, como por políticos, militares y corporaciones de elite de
estas mismas naciones. John L. Savage, el principal diseñador de Hoover y otras
grandes represas de la BuRec, ayudó en la concepción del primer plan del Proyecto
Tres Gargantas en China y también en los sistemas de represas mayores de
propósitos múltiples para el Indo y el Mekong. En 1955 el comisionado de la BuRec,

21
Michael Straus, sostuvo que “el concepto estadounidense de desarrollo integral de
una cuenca fluvial... ha cautivado la imaginación mundial”. 25

La neutralidad de las expresiones “desarrollo de la cuenca” o “planificación de la


cuenca”, “abarcativo” o “integral” oculta el verdadero significado de los términos.
Durante mucho tiempo la planificación de las cuencas ha funcionado como un
eufemismo para el establecimiento de organismos poderosos y altamente
autónomos, colmados de ingenieros del riego y las represas, que desintegran las
cuencas fluviales mediante embalses y luego esperan que las industrias asociadas
con la producción intensiva de energía y los programas de irrigación sigan sus
huellas.

La Unión Soviética brindó asistencia técnica y financiera para las represas en los
países donde la política de la Guerra Fría hizo que los EE.UU. y sus aliados no
fueran bien recibidos. En este sentido, el proyecto más notable que recibió la ayuda
de la URSS es la Gran Represa de Assuán. En China, luego de la revolución de
1949, los asesores de represas de la BuRec fueron reemplazados por los ingenieros
de la Agencia de Programas Hidrológicos. Los diseñadores de represas soviéticos
fueron a su vez expulsados luego de la ruptura chino-soviética de los años ’60.

En las tres décadas posteriores a la revolución, la construcción de represas en


China se aceleró vertiginosamente –en promedio, se construyeron más de 600
grandes represas por año. Quizá el auge más intenso fue el desatado por el
proyecto Gran Salto Adelante, hacia fines de la década del ’50. Los funcionarios
interpretaron el mandato de Mao Zedong de apuntar a objetivos económicos “cada
vez mayores”, como la construcción de una mayor cantidad de represas más
grandes. El equipo de planeamiento económico rechazó el consejo de los hidrólogos
y se construyeron miles de represas para contener las inundaciones, mediante
medidas de control tradicionales como diques y canales de derivación. El desenlace
fue el desastre de Henan y muchos otros millares de anegamientos ocasionados por
el derrumbe de represas. Otro ejemplo de esta insensatez fue la premura por
empezar las obras de la represa Gezhouba, sobre el Yang-Tze, a fin de que
estuviera lista para el cumpleaños 77 de Mao en 1970. El diseño fue tan apresurado
que poco después de iniciarse la construcción el proyecto debió ser detenido y
rediseñado. Los cinco años que originalmente se estimaban para la construcción de
Gezhouba, se transformaron en dieciocho.26

22
En la actualidad, el Banco Mundial (BM) es el mayor inversor extranjero de las
grandes represas chinas, como también lo ha sido históricamente en el mundo
entero. El primer préstamo del BM a un país en vías de desarrollo ayudó a pagar
tres represas. Desde entonces ha prestado cerca de 58.000 millones de dólares
(según cotización de 1993) para más de 600 represas en 93 países, incluyendo
muchos de los mayores y más controversiales proyectos sobre el planeta. Distintos
bancos multilaterales de desarrollo, como el Interamericano y otros asiáticos, y
varias agencias especializadas de las Naciones Unidas –en especial la
Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de
Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) – han tenido un importante
protagonismo en el avance de las grandes represas y los programas de irrigación en
países en vías de desarrollo. Además los organismos bilaterales de “ayuda”, tales
como la Agencia de Desarrollo Internacional de los EE.UU. (USAID) y la
Administración Británica para el Desarrollo Extranjero (ODA), son otros importantes
financistas y planificadores de represas, a menudo en sociedad con el Banco
Mundial y diferentes organismos de la ONU.

Desde la década del ´70 esta asistencia ha sido una enorme ayuda financiera para
el sustento de las compañías constructoras y proyectistas de represas de los países
del norte, donde debieron enfrentar una mengua en la demanda. Las represas más
grandes se encuentran entre los proyectos de infraestructura más costosos. Itaipú,
que fue erigida en el límite brasileño-paraguayo y costó 20.000 millones de dólares,
es actualmente la represa hidroeléctrica más poderosa del planeta, con una
capacidad generadora de 12.600 megavatios. En abril de 1996, según los cálculos
oficiales, la represa Tres Gargantas, en China, de 18.200 megavatios, oscilaba entre
los 30.000 y 50.000 millones.27 En todo el mundo se gastan cerca de 20.000
millones de dólares anuales en la construcción y reforma de represas.

Los beneficiarios corporativos de la construcción de represas -incluyendo asesores


de medio ambiente y las industrias con demanda intensiva de electricidad, como la
del aluminio- no son sólo receptores pasivos de los favores estatales sino que
ejercen una activa persuasión sobre políticos y burócratas de la construcción de
represas. Por lo general, estos cabildeos implican corrupción: los costos
astronómicos de las grandes represas constituyen un canal inmejorable para las
comisiones, lo que las hace más atractivas para algunos ejecutivos privados,
burócratas de las agencias de ayuda y políticos. En los últimos años las represas
han sido el centro de grandes escándalos por corrupción en Gran Bretaña, Malasia,
Kenia, Japón, Italia, Brasil, Paraguay y Argentina.

23
El mal del gigantismo

Es probable que la construcción de represas y demás intentos por controlar ríos


hayan sido fuente de conflictos desde siempre. En este sentido, la palabra “rival”
proviene del latín rivalis, “que utilizan el mismo cauce”. El historiador especializado
en represas Norman Smith, habla de disputas en la Inglaterra medieval semejantes
a los problemas que enfrentan los actuales ejecutores de represas de propósitos
múltiples. Ya sea que las represas fueran utilizadas para mover un molino (lo que
requería una alta cresta) o para la navegación (lo que exigía que las compuertas
estuvieran abiertas para permitir el paso de embarcaciones) “siempre estuvieron en
el centro de discusión y litigio, y era usual que esto generase peleas espontáneas”.
Smith también menciona el intento de un grupo de pescadores escoceses por
destruir una represa que había sido recientemente finalizada, en el siglo XVII.28

Con el progreso de su carrera política, el primer ministro de la India Jawaharlal


Nehru, a menudo considerado el padre del programa de represas gigantes de
propósitos múltiples, pareció cambiar de opinión acerca de estos modernos
“templos”. “He comenzado a pensar que estamos padeciendo lo que puede llamarse
'el mal del gigantismo'”, expresó Nehru en la reunión anual del Comité Central de
Irrigación y Energía de 1958. “Queremos demostrar nuestra capacidad para
construir grandes represas y hacer cosas enormes... pero la idea de tener grandes
obras e iniciativas por el solo hecho de demostrar que podemos hacerlo no es de
ningún modo una buena perspectiva”.29

El mismo año, el primer ministro Nikita Krushchev se declaró en contra de las


grandes represas de la URSS. Durante un agasajo con motivo de la inauguración de
la represa Kuibyishev, Krushchev expresó “el alto costo de las centrales
hidroeléctricas, las irrecuperables pérdidas de las mejores planicies de inundación y
suelos del Volga medio, y las ventajas económicas de las plantas termoeléctricas”.
Según Igor A. Nikulin, un ingeniero que trabajó en el proyecto Kuibyishev, el
discurso “reflejaba la entonces generalizada discusión acerca de la energía
hidroeléctrica”. Tanto los argumentos de Krushchev como los de Nehru fueron
ampliamente ignorados y, como expresa Nikulin, “En cuanto al tema de las
construcciones hidrotecnológicas, prevalecieron las poderosas fuerzas
administrativas consolidadas en la era de los campos de concentración”.30

Durante la última década, las protestas ciudadanas contra las represas se


incrementaron, tuvieron mejor organización y capacidad de oposición contra

24
proyectos en el ámbito local, nacional e internacional. En el transcurso de los ´80 el
movimiento anti-represas se enfrentó a la denigración y a la intimidación, y forzó la
postergación indefinida o la cancelación de varios grandes y prestigiosos proyectos:
la represa Franklin en Australia, Nam Choan en Tailandia, Nagymaros en Hungría,
“Silent Valley” en India, Babaquara en Brasil, Katun en Rusia, y Serre de la Farre en
Francia, entre los casos más importantes. A fines de los ´80 y ´90 la épica lucha del
Movimiento Salvemos al Narmada, o Narmada Bachao Andolan, que enfrentaba los
poderosos patrocinadores de la gigante represa india Sardar Sarovar, inspiró a los
ambientalistas del mundo entero y humilló al omnipotente Banco Mundial,
forzándolo al abandono del proyecto en 1993. Dos años más tarde el Banco Mundial
tuvo que ceder a la presión y renunciar a la polémica represa Arun III, en Nepal,
aceptando los argumentos de sus detractores. En la actualidad el Banco Mundial
parece dispuesto a financiar grandes represas sólo en países con regímenes
represivos que puedan asegurar la supresión de la resistencia popular.

A pesar de que en la actualidad el Banco Mundial apoya una serie de grandes


represas en China, el gigantesco proyecto Tres Gargantas –que si alguna vez se
culmina, desplazaría cerca de 1,3 millones de personas– es demasiado polémico
para el Banco y la mayoría de las financieras extranjeras. En septiembre de 1993 la
BuRec rescindió su contrato de asesoramiento técnico para Tres Gargantas. El
comisionado, Daniel Beard, justificó la decisión expresando que la represa resultaba
“obsoleta y demasiado costosa” y que “las prioridades actuales de la BuRec son el
manejo de los recursos de agua y la recuperación medioambiental y no los
proyectos de grandes represas”.31

Sin embargo, aún es demasiado pronto para escribir el epitafio de las grandes
represas. A pesar de la notable disminución de la construcción –desde la década de
los ´50 hasta mediados de los ´70 cerca de 1.000 grandes represas comenzaban a
operar cada año-, a principios de los ´90 todavía se finalizaban anualmente 260
grandes represas. De acuerdo con ICOLD, a principios de 1994 se construían cerca
de 1.200 represas de una altura mínima de 15 metros. Además existe una tendencia
a construir represas aún más altas.32 En China, Brasil, Laos, Vietnam, Turquía,
España, India, Méjico, Burma, Argentina y Malasia, existen obras o diseños de
numerosos proyectos que causarían un impacto masivo en la sociedad y en los
ecosistemas fluviales.

Si las circunstancias económicas y políticas cambiaran propiciando la construcción


de represas, la industria dispone de proyectos que convertirían al “Gran Plan de

25
Transformación de la Naturaleza” de Stalin en un propósito ambientalmente
amigable. Durante los ´60 se imaginó un proyecto de represa en el Amazonas. El
embalse de 190.000 kilómetros cuadrados, superficie mayor que la República
Oriental del Uruguay, estaría contenido por una represa de 64 kilómetros de longitud
con una potencia aproximada de 80.000 megavatios.32

Entre las represas diseñadas por el Instituto de Proyectos Hidroeléctricos soviético


figura una gigante de 20.000 MW en Turukhansk, sobre un tributario oriental del
gran río Yenisei, en Siberia. En 1994 el Instituto de Proyectos Hidroeléctricos fue
elogiado en el editorial del Hydro Review Worldwide por su “audaz pensamiento” en
un informe titulado “El Ferrocarril Transcontinental del Estrecho de Bering y el
Futuro del Desarrollo de la Energía Hidroeléctrica”. Según este proyecto la energía
hidroeléctrica podría proveer decenas de miles de megavatios a un ferrocarril que
uniría Siberia y Alaska, y a otras industrias como la maderera y la minera dispuestas
a lo largo de la ruta. 33

Hace tiempo ya que la industria hidroeléctrica también está deseando construir una
gran represa en el río Congo –segundo luego del Amazonas en términos de
volumen de descarga. Cerca del centro de la costa oeste de África se encuentran
los saltos Inga, una de las concentraciones con mayor potencial hidroeléctrico en el
mundo. Hasta el momento existen dos grandes proyectos hídricos en el lugar.
Ninguno de ellos supone la construcción de una represa en el río; en lugar de esto
deriva una pequeña proporción del caudal hacia los lados de la cascada, a través de
las turbinas. Los proyectistas anhelan hacer una represa sobre el Zaire, en los
saltos del Inga, para aprovechar a pleno el potencial del sitio, de más de 40.000
megavatios –cifra que duplica la capacidad hidroeléctrica de toda África a mediados
de los ´90. La electricidad proveniente de Inga podría utilizarse en todo el continente
e incluso en Oriente Medio, Turquía y Europa. En 1995 un grupo de funcionarios del
sector de la energía -sudafricanos y egipcios-, inició conversaciones sobre la
construcción de un enlace de alto voltaje entre Ciudad del Cabo y El Cairo, cuya
piedra angular sería el proyecto “Grand Inga”. 34

Las prolongadas sequías en zonas áridas, la creciente demanda de agua y el


incremento del precio de los alimentos, son todos factores que vuelven más
atractivos a los proyectos de irrigación y derivación entre cuencas. En 1995 el
ministro de aguas ruso, Nikolai Mikheev, anunció que su gobierno estaba
considerando una vez más la construcción de un gigantesco sistema para revertir el
curso de muchos de los mayores ríos de Siberia y hacerlos correr hacia el sur de

26
Asia Central o del mar Aral.35 En la India, los tecnócratas del agua propugnan la
construcción de una cadena de embalses y canales para unir los ríos Brahmaputra,
Ganges, Mahanadi, Godavari, Krishna, Pennar, Cauvery, Tapi, Narmada, Ken y
Yamuna, con el objetivo de acarrear el “exceso” de agua desde el este y norte hacia
el oeste y sur. 36

“Una cadena visible desde Marte”, fue la descripción que Wallace Stegner hizo de
NAWAPA –la Alianza Norteamericana para el Agua y la Energía. 37 NAWAPA,
concebida en los ´50, utilizaría represas de hasta 520 metros de alto (dos veces la
talla de Chicoasén en Méjico, en la actualidad la más alta en América) para decantar
el caudal de al menos 19 ríos de Alaska y de Columbia Británica en un gigantesco
embalse de 800 kilómetros de longitud en las Rocosas Canadienses. Una parte del
agua sería canalizada hacia el este hasta los Grandes Lagos y eventualmente hacia
los ríos San Lorenzo, Illinois y Mississippi. Sin embargo, el principal motivo del
sistema sería la derivación de agua hacia el sur a través de una inmensa maraña de
bombas, túneles, embalses y ríos convertidos en grandes canales. California,
Arizona y Tejas recibirían nuevas y masivas cantidades de agua de irrigación. A
Méjico le llegaría lo suficiente para triplicar el área bajo riego. Incluso después de
haber bombeado el agua, aún quedaría una capacidad energética remanente de
50.000 a 80.000 megavatios.

“NAWAPA es la clase de cosas que se te cruzan por la cabeza cuando fumas


marihuana”, le expresó un hidrólogo norteamericano al escritor Marc Reisner. A
pesar de esto, hay quienes creen que aunque es probable que el plan maestro
nunca se lleve a cabo quizá se intente construir de todas maneras una derivación de
aguas desde Columbia Británica hacia el sudoeste de los EE.UU. 38

Para no quedarse atrás en el delirio de la derivación de agua, el este de Canadá


tiene su propia versión de NAWAPA -el Gran Reabastecimiento y Canal de
Desarrollo del Norte, o Gran Canal. De acuerdo con este proyecto se construirían
160 kilómetros de diques a través del extremo norte de la bahía James, separándola
de la bahía Hudson y del océano. Los ríos que fluyen hacia la bahía James luego la
convertirán en un embalse de aguas dulces del tamaño del Lago Superior. Distintos
acueductos transportarían el agua hacia el sur hasta los Grandes Lagos y luego
hacia las llanuras canadienses y del centro oeste y sudoeste de los EE.UU. El costo
estimado es de $100.000 millones de dólares. 39 Un proyecto aún más alucinógeno
que el del Gran Canal y el NAWAPA, es el de Atlantropa. Este pasmoso proyecto
supondría la construcción de represas en el estrecho de Gibraltar y la conversión del

27
lecho del Mediterráneo en tierras cultivables irrigadas con agua dulce trasladada
desde el río Zaire.40

¿El fin de la era de las grandes represas?

Espero que las futuras generaciones no vuelvan la mirada hacia sus


ancestros con rencor y desprecio, mientras preguntan, "¿Por qué, en el
nombre de todos los peces que habitan los mares, permitieron que los
ingenieros destrozaran por completo nuestros ríos?".
Ed Averill,
presidente de la "Oregon Wild Life Federation", 1937

El colosal impulso provisto por las estructuras burocráticas, las profesiones,


ideologías y el beneficio recogido durante las últimas seis décadas, han permitido
que la maquinaria de las grandes represas siga funcionado, apenas con unos pocos
cuestionamientos internos acerca del daño ocasionado o del cumplimiento de las
promesas de agua, energía, alimento y prosperidad generalizados. La industria
jamás ha emprendido una evaluación integral y retrospectiva de los efectos
ecológicos, económicos y sociales, que involucre una porción representativa de las
grandes represas o incluso acerca de un solo proyecto.

Sin embargo, un creciente número de investigadores académicos y activistas ha


construido un impresionante corpus de datos que demuestra el extenso daño que
las represas y los sistemas de irrigación asociados causan a las cuencas fluviales,
culturas y economías nacionales. Además, se sigue acumulando evidencia del
incumplimiento de los beneficios prometidos a través de las represas. Las represas
cuestan mucho más de lo declarado, dinero que podría invertirse en fines más
benéficos. Los embalses tienden a colmarse de limo mucho antes de lo previsto.
Las represas generan mucho menos energía que la que anuncian. Los sistemas de
riego son mal manejados, destruyen suelos, arruinan a los pequeños granjeros y
transforman la tierra que alimenta a la gente local en productora agrícola
exportadora. Las represas ayudan al poderoso y acaudalado a cercar las tierras,
aguas y bosques de uso común de los políticamente más débiles. Mediante el
engaño, haciendo creer que pueden controlar las grandes inundaciones, las
represas fomentan el emplazamiento poblacional en las planicies de inundación, lo
que convierte a una inundación dañina en devastadora.

28
Una creciente conciencia de que las necesidades genuinas, supuestamente
satisfechas por las represas pueden ser satisfechas de otras maneras, le brinda a
los opositores un apoyo aún mayor. Se puede suministrar agua a las zonas áridas
mucho más rápida, económica y equitativamente mediante proyectos de pequeña
escala, algunos con técnicas tradicionales, otros con métodos novedosos y a veces
combinando ambos. Una mayor eficiencia en el suministro y consumo de agua
puede aumentar notablemente la disponibilidad del recurso sin necesidad de más
represas. De igual manera todos los países tienen un gran potencial para reducir el
consumo de energía mediante la conservación y eficiencia. En la actualidad los
costos de las fuentes de generación de energía renovable, en especial la eólica y la
solar, se abaratan rápidamente, y para muchas áreas y usos ya son más
económicos que la energía hidroeléctrica.

Quienes se oponen a los grandes proyectos a menudo citan a las pequeñas


represas como alternativa. Sin embargo la cuestión de las grandes represas versus
las pequeñas está plagada de controversias. Uno es el interrogante entre lo que
significa “pequeña” y “grande”: la diferencia se centra principalmente en la altura,
pero también se puede evaluar el área de embalse, la capacidad generadora o la
zona irrigada y es así como la definición de lo que es una represa “pequeña” o una
“grande” varía mucho entre países y organismos. A menudo la altura no es un
parámetro confiable para evaluar el impacto de una represa: un gigante de 100
metros en un profundo valle de montaña suele anegar menos tierra, desalojar
menos personas y tener menor impacto sobre la ecología del río, comparado con
una represa de 15 metros sobre una planicie inundable densamente poblada.
Además del emplazamiento, el funcionamiento y el régimen de operación de una
represa también pueden ser más significativos que su altura. La represa india
Farakka, por ejemplo, que ha causado un catastrófico impacto sobre la economía y
la ecología aguas abajo de Bangladesh, al derivar el flujo del Ganges, tiene menos
de 15 metros de altura. Sin embargo y por lo general una vez que se ha escogido el
sitio y el modo de operación, cuanto mayor es la altura de la estructura de la represa
(o más correctamente, cuanto mayor sea el nivel de operación del embalse), más
severo será el impacto.

El principal argumento utilizado contra los que respaldan a las pequeñas represas
como alternativa a los grandes proyectos, es que si el propósito de éstas es la
creación del mismo monto de almacenamiento y capacidad de generación que una

29
gran represa, se deberían erigir tantas pequeñas estructuras que sus efectos serían
aún peores que los de la gran represa que reemplazarían. Usualmente los
pequeños embalses anegan un área de terreno mayor por unidad de agua
almacenada que los embalses más grandes. Sin embargo, ningún promotor de
pequeñas represas con los pies sobre la tierra creería poder alcanzar el mismo nivel
de rendimiento que las represas grandes: obstruir el río Paraná en Sudamérica con
15.700 represas de 1 megavatio, no puede competir nunca con la capacidad
combinada de 15.700 MW de las represas de Itaipú y Yacyretá. De manera similar
ninguna cantidad de pequeñas represas sobre el Colorado podría haber igualado los
68.000 millones de metros cúbicos de almacenamiento de Hoover y Glen Canyon.

Algunas alternativas más sensatas a la construcción de estos monstruos sobre el


Paraná, no hubieran sido la edificación de pequeñas represas sino la
implementación de medidas para reducir la creciente demanda de electricidad en
Brasil y Argentina, y la generación de energías alternativas a la hidroeléctrica. Una
alternativa al almacenamiento y provisión de agua desde el Colorado a las ciudades
del desierto y granjas en el sur de California, Arizona y Nevada, hubiera sido la
implementación de políticas de desarrollo que respetasen los límites de la tierra
árida, desanimando así la instalación de canchas de golf en el desierto y evitando el
subsidio del agua para cultivos propios de áreas con mayores precipitaciones.

Sin embargo, cuando se las compara con sus hermanas mayores, las pequeñas
represas tienen sus ventajas: son más económicas y menos arriesgadas para los
inversores públicos o privados ya que no podrían arrastrar a una nación o compañía
a la bancarrota si experimentasen problemas de construcción o no funcionaran
como se había esperado. Cuanto más pequeña sea la represa mayor es la
probabilidad de que los beneficios de la construcción y operación de la misma
puedan ser captados por las comunidades locales antes que por manos foráneas.
Las pequeñas represas pueden proveer energía a poblaciones remotas, adonde
nunca llegaría la red pública nacional. Pueden llevar agua a los agricultores locales,
en vez de derivarla a ciudades y agricultores de otros lugares. Es más sencillo
compensar a las personas desplazadas, encontrarles tierras sustitutas y conservar
sus vínculos sociales, cuando sólo una parte menor de la comunidad resulta
afectada y la porción de suelo anegado representa un pequeño porcentaje. En los
pequeños embalses el limo puede ser extraído y diseminado en las tierras aledañas,
manteniendo así la capacidad de almacenamiento del embalse y la fertilidad de los
campos. Y lo que no es menos importante, a pesar de que las pequeñas represas

30
están tan sujetas a roturas como las mayores, comprometen mucho menos vidas si
llegaran a colapsar.

En 1987 un asesor del Banco Mundial escribió que “la mayoría de los pronósticos
sobre la evolución de los recursos hídricos concuerdan en que a mediados del siglo
XXI” la totalidad de los afluentes de los mayores ríos del planeta “estará
almacenada mediante embalses u otros métodos”. 41 En la actualidad sólo los
hidrócratas más fundamentalistas apoyarían esta idea. En varios países la oposición
–combinada con la mala situación económica de las empresas constructoras de
represas y la falta de sitios apropiados- parece estar deteniendo la marcha de la
industria de las represas. En la actualidad la mayor parte de los ríos que
permanecen libres en Suecia y Noruega están legalmente protegidos de la
construcción de represas. Gracias a las leyes del National Wild and Scenic Rivers
Act de 1968, alrededor de 16.000 kilómetros de sectores “sobresalientes” de ríos y
otros cauces de los EE.UU. hoy se encuentran preservados en “condiciones de libre
flujo”. Decenas de miles de kilómetros están protegidas por leyes estatales de
conservación de ríos. 42 En EE.UU. el ritmo de construcción de grandes represas es
hoy menor que en cualquier otra época del siglo XX.

La era de las grandes represas tuvo su cuna en EE.UU. Con fortuna el futuro a largo
plazo de las represas y de la resistencia internacional contra los proyectos también
seguirá el rumbo de los EE.UU. Habiendo hecho lo imposible en contra de los
constructores de grandes proyectos los partidarios de los ríos en los EE.UU. ahora
están dedicados a mitigar los impactos de las represas existentes, en especial
forzando a los operadores de las mismas a liberar agua en patrones que se
aproximen al flujo natural y así tratar de recrear los hábitat originales aguas abajo.

Sin embargo y a pesar de poder reducir el daño causado por las represas, los
operadores no pueden imitar a un río libre. Es por esta razón que los partidarios de
la restauración de los ríos van más allá de la mitigación y realizan campañas a favor
de demoler las represas y dejar que los ríos corran sin obstáculos nuevamente.
Apenas se ha logrado la remoción de unas pocas represas de distintos tamaños y
nadie sabe cómo podría lograrse esto en los grandes proyectos o cuánto costaría.
Sin embargo el creciente movimiento para derribar las represas en los EE.UU.
ofrece a largo plazo una esperanza de que los ríos del planeta puedan ser
rescatados del abismo.

31
Notas
1
Citado en Martin, R., A Story that Stands Like a Dam. Henry Holt, Nueva York, p. 42. A pesar
de que la ceremonia inaugural de Hoover se celebró en 1935, la represa no fue culminada hasta
1936.
2
Nehru, J., Speeches, Vol. III. March 1953-August 1957. División de Publicaciones, Gobierno
de la India, Calcuta, 1958, pp. 2-3.
3
Steinberg, T., '"That World's Fair Feeling": Control of Water in 20th-Century America',
Technology and Culture, Vol. 34, No. 2, abril, 1993, p. 402.
4
Según los registros de ICOLD de 1988, en 1986 existían 36.200 grandes represas. Esta cifra
excluye entre 2.000 y 3.000 grandes represas de la URSS. De acuerdo con las instrucciones de
ICOLD, las comisiones nacionales de represas pueden informar acerca de la existencia de represas
de 10-15 metros y considerarlas como grandes si reúnen los siguientes requisitos: longitud de cresta,
500 m; capacidad de almacenamiento, 1 millón de m3; descarga máx., 2.000 m3/s; 'problemas
fundacionales especialmente complicados; o 'diseño anormal' (ICOLD World Register of Dams. Paris,
1988, pp. 9, 21, 62, 109). Desde 1986 se han construido un promedio de 260 grandes represas por
año. USCOLD, 'US and World Dam, Hydropower and Reservoir Statistics', Denver, CO, 1995.
5
Mermel, T.W., 'The World's Major Dams and Hydro Plants', International Water Power and
Dam Construction Handbook 1995. Surrey, Reino Unido, 1995. La lista de Mermel de 1995 incluye
más de 350 represas mayores, pero los datos de 40 como mínimo parecen no seguir este criterio.
6
Bates, S.F. et al., Searching out the Headwaters. Island Press, Washington, DC, 1993, p. 19;
Gore, J.A. and Petts, G.E., 'Preface', en Gore, J.A. & Petts, G.E. (eds.) Alternatives in Regulated
River Management. CRC Press, Boca Raton; Dynesius, M. y Nilsson, C., 'Fragmentation and Flow
Regulation of River Systems in the Northern Third of the World', Science, Vol. 266, 4 noviembre,
1994.
7
B.F. Chao, “Anthropological Impact on Global Geodymanics due to Reservoir Water
Impoundment”, Geophysical Research Letters, Vol. 22, No. 24, 1995 .
8
Ibídem.
9
I.A. Shiklomanov, “World Freshwater Resources”, en P.H. Gleick (Ed), Water in Crisis: A
Guide to the World’s Freshwater Resources, Oxford University Press, Oxford 1993, p. 14.
10
Devine, R.S., 'The Trouble With Dams', Atlantic Monthly, agosto, 1995.
11
Dynesius and Nilsson, op. cit.
12
World Resources Institute, World Resources 1994-95. Oxford University Press, Oxford, 1994,
p.184.
13
En el Reino Unido, 'watershed' significa la línea que separa dos cuencas fluviales, término
conocido como 'divide' en los EE.UU. En el inglés de los EE.UU. y en la mayor parte de la bibliografía
hidrológica, 'watershed' implica la totalidad del área de una cuenca fluvial. En la presente obra se
utiliza en este último sentido.
14
Mumford, L., Technics and Civilization. Harcourt, Brace and World, Nueva York, 1963 (orig.
1934),p. 61.
15
Paranjpye, V., High Dams on the Narmada. INTACH, Nueva Delhi, 1990, p. 3; Deegan, C.,
'The Narmada in Myth and History', en Fisher, W.F. (ed.) Towards Sustainable Development?
Struggling Over India's Narmada River. M.E. Sharpe, Armonk, NY, 1995, p. 65.
16
Ver Roberts, T.R., 'Just Another Dammed River? Negative Impacts of Pak Mun Dam on
Fishes of the Mekong Basin', Natural History Bulletin of the Siam Society, Vol. 41, 1993.
17
Guilaine, J., (ed.) La Préhistoire, d'un Continent à l'Autre. Larousse, París, 1986, pp. 96-97;
Smith, N., A History of Dams. Peter Davies, Londres, 1971, pp. 1, 8, 48, 123-5, 138, 164, 213-217;
Schnitter, N.J., A History of Dams: The Useful Pyramids. Balkema, Rotterdam, 1-4; Leach citado en
SEELD 1, 293; Debeir, J.-C., et al., In the Servitude of Power: Energy and Civilization through the
Ages. Zed Books, Londres, pp. 75, 91; Mumford, op. cit., p. 112; Moreira, J.R. y Poole, A.D.,
'Hydropower and its Constraints', en Johansson, T.B. et al. (eds.) Renewable Energy: Sources for
Fuels and Electricity. Island Press, Washington, DC, 1993, pp. 78-79.
18
Worster, D., Rivers of Empire: Water, Aridity and the Growth of the American West. Oxford
University Press, Oxford, 1985, p. 130.
19
Ibídem, p. 270.
20
Chandler, W., The Myth of TVA. Ballinger, Cambridge, MA, 1984.
21
Komarov, B., The Destruction of Nature in the Soviet Union. Pluto Press, Londres, 1980, p.
57. Boris Komarov es el seudónimo de Zeyev Volfson. El Instituto de Proyectos Hidroeléctricos fue
originalmente llamado Agencia de Planeamiento Hidrológico.

32
22
Nikulin, I.A., 'The Virus of Giganticism', Novy Mir 5. Traducido por Michelle Kellman, Baikal
Watch.
23
Thukral, E.G., 'Introduction', en Thukral, E.G. (ed.) Big Dams, Displaced People: Rivers of
Sorrow, Rivers of Change. Sage Publications, Nueva Delhi, 1992, p. 9.
24
Citado en Worster, D., 'The Hoover Dam: A Study in Domination', en E.Goldsmith y N.
Hildyard (eds.), The Social and Environmental Impacts of Large Dams. Vol.2: Case Studies,
Wadebridge Ecological Centre, Cornwall, 1986, p. 21.
25
Human Rights Watch/Asia, 'The Three Gorges Dam in China: Forced Resettlement,
Suppression of Dissent and Labor Rights Concerns', Human Rights Watch, Nueva York, 1995, p. 41;
Dai, Q., 'An Interview With Li Rui', en Dai, Q. (editado por Adams, P. y Thibodeau, J.) Yangtze!
Yangtze! Probe International, Toronto y Earthscan, Londres, 1994, p. 126.
26
Walker, T., 'Building China: big promise but tough terms', Financial Times, 19 marzo, 1996.
27
Smith, A History of Dams, p.165.
28
Irrigation and Power, Vol. XVI, No. 1, enero, 1959, p. 172.
29
Nikulin, “The Virus of Gigantism”.
30
'Statement of Bureau of Reclamation Commissioner Dan Beard Regarding Bureau
Involvement in Three Gorges Dam Project', comunicado de prensa del Ministerio del Interior, 16
septiembre, 1993.
31
ICOLD, World Register of Dams, op. cit. 11; ICOLD, 'Annual Report', París, 1994.
32
J.G. Mitchell, “The Man Who Would Dam the Amazon & Other Accounts from Afield”,
University of Nebraska, Lincoln 1999, p.12.
33
Vansant C. 'Consider the Possibilities!', Hydro Review Worldwide, invierno, 1994.
34
Pearce, F 'The International Greed' New Scientists, 8 julio, 1995 ; M.M. Abaza, 'Africa-
Europe Electrical Interconnection and Prospects of Worldwide Interconnections', Global Energy
Network International, First Quarter, 1995 ; 'High Voltage Link from Cape to Cairo', Africa Analysis, 7
abril, 1995.
35
'River Diversion Project Resurrected?', OMRI, 28 de septiembre de 1995.
36
Murthy, Y.K.,'Urgent Need for National Plan for Inter-Basin Transfer of Water in India.', sin
datos.
37
Citado en Worster, op. cit., p. 316.
38
Reisner, M., Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker y
Warburg, Londres, 1986, pp. 505-513.
39
Ibídem, p. 513 ; S. McCutcheon, Electric Rivers : The Story of the James Bay Project, Black
Rose Books, Montreal 1991, p. 136.
40
Cathcart, R.B., 'Mediterranean Basin - Sahara Reclamation', Speculations in Science and
Technology, Vol. 6, No.2, 1983.
41
Mahmood, K., Reservoir Sedimentation: Impact, Extent and Mitigation. Banco Mundial,
Informe Técnico 71, 1987, p. 6.
42
Gleick (ed.), op. cit., Cuadro F.21; Palmer, T., Endangered Rivers and the Conservation
Movement. University of California Press, Berkeley, 1986; Lövgren, L. 'The Dams Debate in Sweden'
in Usher, A.D. (ed.) Nordic Dam-building in the South: Proceedings of an International Conference in
Stockholm' 3-4 August, 1994, SSNC, Estocolmo, 1994.

33
Capítulo 2

No más ríos:
los efectos ambientales de las represas

Después de años mil, vuelve el río a su cubil.


Proverbio español

En 1922 el filósofo conservacionista Aldo Leopold vivió una “aventura brillante”


viajando en canoa por el delta del río Colorado, “tierra silvestre de leche y miel”.
Leopold líricamente describió el delta como “cien millas de adorable desolación”,
un inmenso oasis de lagunas verdes, algarrobos y sauces en medio del desierto
espinoso del noroeste mejicano. Se maravilló con la codorniz, los aludes de
airones, las flotas de cormoranes, los salmonetes, los barbos de mar, mujoles,
saltarinas, las avocetas, los zarapitos, las zarcetas, el gato montés, el pato
calvo, los coyotes, los ciervos y, agazapado entre los árboles y los pastizales, el
yaguar, el “Tirano del Delta”.

Leopold nunca volvió al delta por temor a encontrarlo devastado. Pero resulta
imposible que aun en sus pensamientos más tristes hubiera sido capaz de
imaginar el grado de destrucción que eventualmente alcanzaría. Desde aquella
expedición en canoa de Leopold, el Colorado ha sido represado y desviado
tantas veces que el delta ya no es un delta.

Desde 1960 el Colorado ha llegado al mar sólo durante algunos pocos y raros
períodos de inundación. Con más frecuencia desemboca en algún lugar al sur
de la frontera con Estados Unidos en unos piletones de pesticidas y vertidos
agrícolas estancados. La pérdida del agua dulce y de los nutrientes que se
encontraban en el estuario del Colorado provocó no sólo la muerte de las aves y
los mamíferos acuáticos del delta, sino también el inmediato colapso de una
pesquería que fue en alguna oportunidad altamente productiva y la virtual
extinción de la vaquita, la marsopa más pequeña del mundo.

Los pobladores del delta se encuentran tan agotados como el mismo ecosistema
que alguna vez supo sustentarlos. Las comunidades de pescadores sufren una
profunda depresión económica. Los indígenas Cucapá, o “pueblo del río”, que

1
antes pescaba, cultivaba y cazaba del delta, se ha reducido de una población de
1.200 habitantes un siglo atrás a sólo 40 ó 50 familias que apenas subsisten con
una dieta basada en frijoles y comida basura.1

Los principales impactos de las represas

A. Impactos provocados por la existencia de represas y embalses

1- Cambio corriente arriba desde el valle del río hasta el embalse.


2- Alteraciones en la morfología del lecho, la ribera, el delta, el estuario y la
costa río abajo debido a la carga alterada del sedimento.
3- Modificaciones en la calidad del agua corriente abajo, impactos sobre la
temperatura del río, la carga de nutrientes, la turbidez, los gases disueltos, la
concentración de los metales pesados y los minerales.
4- Reducción de la biodiversidad debido al bloqueo del movimiento de
organismos y a los cambios mencionados en los puntos 1, 2 y 3.

A los impactos mencionados se le pueden agregar:

B. Impactos provocados por el patrón de operación de la represa

1- Alteraciones en la hidrología corriente abajo:

(a) modificación del caudal


(b) cambio en el ritmo estacional del caudal
(c) fluctuaciones a corto plazo de los caudales
(d) alteración en los extremos de los caudales mínimos y máximos

2- Cambios en la morfología del río provocados por los patrones alterados del
caudal.
3- Fluctuaciones en la calidad del agua río abajo provocadas por los patrones
alterados del caudal.
4- Reducción de la diversidad ribereña, costera y de la llanura aluvial,
principalmente debido a la eliminación de las crecidas.

Experimentos ambientales

Mientras que la muerte del delta del Colorado era completamente predecible —si
se represa y desvía todo el flujo de un río es bastante obvio que se secará—, en
la mayoría de los casos es muy difícil y en muchos casi imposible predecir con
certeza cuáles serán los impactos de la ingeniería hídrica. Las teorías existentes
sobre la dinámica ecológica de los ríos se basan principalmente en estudios de

2
corto plazo de cuencas de baja temperatura, por lo que se cuenta con un
conocimiento limitado sobre el comportamiento de los grandes ríos en regiones
templadas –o de ríos de cualquier tamaño en los trópicos. La mayoría de los
grandes ríos de Europa y de los Estados Unidos se han endicado, enderezado,
dragado y represado antes de estudiar con seriedad la ecología o la hidrología
de los mismos. En los trópicos, donde escasean los fondos destinados a la
investigación, por lo general sólo se realizan estudios científicos sobre los
sistemas hídricos con el objeto de represarlos.2

Así como cada río es único en cuanto a la conducta fluvial, los paisajes que
recorre y las especies que sustenta, también lo son el diseño y el modo de
funcionamiento de cada represa y los efectos de ésta sobre el río y el
ecosistema que lo rodea. Si bien muchas de las grandes represas del mundo y
todas las represas mayores se han finalizado en las últimas seis décadas,
algunos de los efectos ambientales de una represa tal vez no se noten sino
hasta cientos de años después de su construcción.3 En consecuencia, una
represa puede considerarse como un experimento enorme, a largo plazo y
mayormente irreversible y sin control.

En el cuadro de la página 2 se bosquejan las dos principales categorías de


impactos ambientales de las represas, las relativas a la construcción y las
derivadas del modo específico de operación de cada represa. La consecuencia
más significativa de este sinnúmero de complejos e interconectados trastornos
ambientales es que tienden a fragmentar el ecosistema costero, aislando
colonias de organismos que viven río arriba y abajo de la represa,
interrumpiendo migraciones y otros movimientos propios de las especies. Debido
a que la mayoría de las represas reducen las inundaciones normales, a su vez
fragmentan los ecosistemas al aislar al río de su planicie inundable,
transformando lo que los biólogos denominan la “planicie inundable del río” en
un “embalse del río”.4 Es probable que la privación de los beneficios aportados
por las inundaciones naturales represente el impacto ecológico más dañino de
una represa. Sin duda alguna la fragmentación de los ecosistemas hídricos ha
conducido a la masiva reducción del número de especies en las cuencas del
mundo.

3
Algunos efectos ambientales producidos por las represas pueden beneficiar a
ciertas especies. Por ejemplo, el estancamiento de un embalse creará el hábitat
para peces de lago, mientras que el agua templada expulsada puede
incrementar la abundancia de especies ictícolas que no sobreviven en ríos de
agua fría. Sin embargo, como consecuencia de la alteración de las condiciones a
las cuales se han adaptado los ecosistemas locales, el impacto total de una
represa será en casi todos los casos la reducción de la diversidad de especies.

Nadie aún ha podido evaluar con precisión el alcance global de la fragmentación


de los ecosistemas hídricos por represas y desvíos de agua. No obstante dos
ecólogos suecos han estimado el grado de destrucción en los sistemas hídricos
de Estados Unidos, Canadá, Europa y la ex URSS. Mats Dynesius y Christer
Nilsson, de la Universidad de Umea, señalaron que el 77% del total de la
descarga de agua de los 139 sistemas hídricos más importantes de estos países
se encuentra “fuerte o moderadamente afectado por la fragmentación de los
canales de los ríos debido a las represas y por la regulación del agua como
resultado de la operación del embalse, del desvío entre cuencas y del riego”.
“Como resultado de la destrucción del hábitat y de la obstrucción de la
dispersión de organismos”, agregan Dynesius y Nilsson, “muchas especies de
ribera pueden haberse extinguido en enormes áreas, mientras que otras
colonias de organismos han sido fragmentadas y se enfrentan al peligro de
extinción en el futuro.”5

Inundar para la posteridad

Protegeremos todo esto para la posterioridad. Lo cubriremos con agua para que
nadie lo pueda perturbar.

Comentario de un ingeniero en represas brasileño contemplando un


pintoresco tramo del río que se inundaría por la represa Cachoeira
Porteira, 1984.

La inundación permanente de bosques, humedales y vida silvestre constituye


probablemente el impacto ecológico más evidente de una represa. Los embalses
han inundado enormes áreas –al menos 400.000 kilómetros cuadrados se han
perdido en todo el mundo. Sin embargo, no sólo es importante la cantidad de

4
tierra perdida, sino también la calidad: el río y los hábitat de las planicies de
inundación son algunos de los ecosistemas más diversos del mundo. Es
probable que tanto las plantas como los animales que están muy adaptados a
los hábitat del valle no logren sobrevivir al borde de un embalse. Existe la
tendencia a construir represas en áreas remotas que son el último refugio para
especies que han sido desplazadas por el desarrollo en otras regiones. Se
ignora cuántas especies de plantas y animales se han extinguido a partir de que
su último hábitat fuera inundado por una represa, pero esta cifra está lejos de
ser insignificante. Además de destruir el hábitat, los embalses también pueden
destruir rutas migratorias a lo largo del valle y del río. Debido a que aísla
colonias de organismos, esta fragmentación del ecosistema también conduce al
riesgo de endogamia de una población más pequeña.

El mega-proyecto Mahaweli de cinco represas en Sri Lanka, cuyo propósito


principal es expandir el riego en áreas previamente forestadas, ha inundado y
transformado en suelo agrícola el hábitat de siete especies animales en peligro y
dos amenazadas: el langur de cara roja y el toque macaque, los cuales habitan
solamente en esa isla. Una de las especies en peligro es el elefante, 800 de los
cuales vivían en el área del proyecto. Los embalses y los canales han
obstaculizado las rutas migratorias de los elefantes, convirtiendo a estos
animales en una peligrosa amenaza para los agricultores que se han agrupado
en el área y reduciendo las posibilidades de sobrevivir de los animales
restantes.6

Por lo general cuando se construye una represa en un área forestada no sólo se


pierden los bosques dentro del área del embalse, los próximos a la represa y a
las líneas de transmisión y los que se encuentran en las áreas destinadas a ser
convertidas a la agricultura. A menudo los campesinos desplazados por el
embalse han debido desmontar el bosque a los costados de los valles para
cultivar y construir nuevos hogares. La deforestación también se ve acelerada
por nuevos caminos y embalses: cada una de las grandes represas construidas
en un área de bosques en Tailandia atrajo a empresas forestales y a agentes
inmobiliarios de gran escala, que han construido canchas de golf y sitios de
recreación en la costa de los embalses.7

5
El número de especies de peces que subsisten en los hábitat relativamente
uniformes creados por los embalses sólo representa una pequeña fracción del
número que se ha desarrollado en la diversidad de nichos naturales de los ríos.
Debido a que son pocas las áreas con peces de valor comercial que se han
adaptado a las aguas quietas de los lagos artificiales, los departamentos de
pesca en todo el mundo introdujeron algunas especies (principalmente algunos
tipos de tilapia y de carpa en los trópicos, y trucha, lubina y pez gato en regiones
templadas) que pueden reproducirse en cautiverio y sustentar pesquerías de
embalse. Además de competir con las especies nativas que aún subsisten en el
embalse, estas nuevas especies que proliferan río arriba y río abajo de las
represas han magnificado los impactos de las mismas al acelerar la disminución
y la extinción de especies de peces en todo el mundo.8

Los embalses no sólo han inundado y fragmentado algunos de los mejores


hábitat de vida silvestre del mundo, sino que también anegaron algunos de los
más hermosos y espectaculares escenarios fluviales. Es probable que una de
las mayores pérdidas para el legado del planeta provocada por un embalse haya
sido la inundación de las espectaculares cataratas de Sete Quedas en Guairá,
en la frontera de Brasil y Paraguay, actualmente sólo una formación de rocas
sepultada en el fondo del embalse de Itaipú. En Guairá, el majestuoso río
Paraná se volvía más angosto repentinamente hasta alcanzar tan sólo 60 metros
—menos de un décimo del ancho de los saltos del Horseshoe, en las cataratas
del Niágara —y luego tronaba en 18 cataratas separadas, cada una de ellas de
más de 30 metros de altura. Entre las rocas y los vórtices de las cataratas de
Sete Quedas surgía y bullía más agua que en cualquier otra catarata del mundo
—un poco más de la mitad del total de agua que cae en las cataratas del
Niágara combinadas. “Es difícil imaginar un espectáculo más imponente”,
escribió un viajero francés del siglo XIX acerca de las Sete Quedas.9

Represas y geología: efectos morfológicos

Descubro que el agua que cae al pie de las represas de los ríos. . .
transporta desde allí todo el material sobre el que golpea cuando cae.
Leonardo da Vinci
Cuaderno de notas, ca. 1510

6
Todos los ríos transportan sedimentos erosionados de los suelos y las rocas
sobre los cuales fluyen. Todas las represas y embalses atrapan un poco de este
sedimento, especialmente la grava y el canto rodado, quitándole al río aguas
abajo su carga normal de sedimento. Las grandes represas y embalses que no
tengan un desagüe de bajo nivel atrapan por lo general más del 90% y a veces
casi el 100% del sedimento que ingresa. Se dice que el agua bajo una represa
está “hambrienta” y tratará de volver a capturar el sedimento erosionando el
lecho y las orillas del río. Es probable que el sedimento recogido por el río
hambriento sea depositado corriente abajo y la erosión (degradación) del lecho
debajo de la represa se reemplace por la elevación del mismo(agradación)
corriente abajo.

Con el transcurso del tiempo todo el material fácilmente erosionable sobre el


lecho debajo de la represa será eventualmente removido y se “blindará” con las
rocas. Un lecho blindado carece de las gravas necesarias para el desove de
peces tales como el salmón, ni brinda el hábitat necesario para los invertebrados
bénticos (del fondo del río) como insectos, moluscos y crustáceos. Estas
criaturas bénticas representan una fuente de alimentos importante para los
peces y las aves acuáticas. Mientras tanto, la agradación del canal también
puede disminuir el área de gravas al reducirlas en limo.10

Generalmente, durante la primera década posterior al cierre de una represa el


lecho del río se erosiona varios metros. A los nueve años de haber cerrado la
represa Hoover el agua hambrienta se llevó más de 110 millones de metros
cúbicos de material de los primeros 145 kilómetros del lecho del río, debajo de la
represa, reduciéndolo más de cuatro metros en ciertos puntos. El ahondamiento
del Colorado socavó los cimientos de puentes e inutilizó numerosas tomas de
agua municipales y de riego. El ahondamiento del lecho del río también
disminuirá la capa de agua subterránea en todo el río, provocando una caída del
nivel de agua en los pozos de la planicie aluvial y amenazando con secar la
vegetación local. La erosión de las orillas del río –las riberas del Colorado debajo
de la represa Hoover han sido excavadas en algunos lugares hasta 15 metros
en un año- puede socavar propiedades costeras y estructuras tales como
terraplenes de caminos o diques para controlar inundaciones.11

7
A largo plazo, el impacto principal sobre el canal de un río aguas abajo será su
transformación en un canal más profundo y angosto, convirtiendo a los ríos
anchos, trenzados y laberínticos con barras de grava, playas y canales múltiples,
en canales relativamente rectos y simples. El represamiento del río Platte, en
Nebraska, por ejemplo, produjo una reducción de tres cuartos en un tramo del
canal, de un ancho de un kilómetro a fines del último siglo a 265 metros durante
la década de 1960. La reducción de la capacidad de un canal es especialmente
probable en lugares donde los tributarios sin represas llevan los sedimentos a un
río represado, el cual ya no tiene los flujos regulares de inundación que
antiguamente le hubiera permitido descargarlos.12 Al transformar un río trenzado
en un canal simple habrá una tremenda disminución la diversidad de las plantas
y de los animales que éste puede sustentar.

Planicies hambrientas

...en especial en el tramo denominado Delta, creo que si... el Nilo ya no lo


cubre, en los tiempos venideros, los egipcios sufrirán.
Heródoto
Historia, ca. 442 a.C.

Antes de la construcción de la represa Alta Assuán, el Nilo transportaba por año


un promedio de 124 millones de toneladas de sedimento hacia el mar y
depositaba alrededor de 9,5 millones de toneladas en la angosta planicie
inundable y en el delta donde viven la mayoría de los egipcios. En la antigüedad
el limo del Nilo se admiraba con temor: el geólogo Daniel J. Hillel escribe que “se
lo consideraba el prototipo y madre de todas las sustancias materiales”. 13 En la
actualidad más del 98% del sedimento del Nilo cae al fondo del inmenso
embalse Nasser. Muchos creen que la pérdida de limo –que es bajo en
nitrógeno pero rico en sílice, aluminio, hierro y otros oligoelementos vitales–
produce serios impactos sobre la agricultura egipcia, llevando a una necesidad
cada vez mayor de fertilizantes y a la disminución a largo plazo en los niveles de
oligoelementos de los suelos. El limo también solía agregar un milímetro al nivel
del suelo cada año.14

La pérdida de sedimento es particularmente significativa en el delta, un área que


equivale en tamaño a Irlanda del Norte y que constituye dos tercios de la tierra

8
de cultivo de Egipto. Los deltas se forman mediante la acumulación de depósitos
de sedimentos del río en decenas de miles de años, contrarrestada en parte por
su establecimiento y compactación y por la erosión del mar. Al remover el
sedimento que ingresa la tierra se hunde y se reduce. El lento acrecentamiento
del delta del Nilo se revirtió con la construcción de la represa Delta Barrage, en
1868. Durante el siglo XX, con la construcción de otras represas en el Nilo, se
redujo aún más la llegada de sedimento al delta, pero fue con la construcción de
la represa Alta Assuán que el Nilo dejó de llevar sedimentos al Mediterráneo.
Actualmente el Nilo no tiene un verdadero delta.

En el último milenio el Nilo ha llegado al Mediterráneo mediante dos


distributarios —los promontorios de Rosetta y Damietta— que han construido
sus propios “sub-deltas”. La erosión más severa se produjo en el lado oeste del
Rosetta, que retrocedió alrededor de seis kilómetros entre 1900 y 1991, alejando
hacia el mar un faro y un campo de recreación e inundando a su vez
comunidades costeras. Aquel faro construido en 1970 a un kilómetro de la costa
se encuentra actualmente “a una distancia mucho mayor de la costa”. Antes del
cierre de la represa Alta, en 1966, el índice de retroceso era de unos 20 metros
por año; en 1991 se había acrecentado a 240 metros anuales.

La mayoría del resto de la costa del delta está retrocediendo a un promedio


anual de 5 a 8 metros. El aumento cada vez mayor del agotamiento y de la
salinidad del suelo (ambos factores relacionados con la pérdida de limo y la
expansión de la irrigación permanente luego de que el Nilo fuera regulado por la
represa Alta Assuán), la elevación a largo plazo del nivel del Mediterráneo
debido al calentamiento global y el hundimiento de la costa egipcia provocada
por causas geológicas son tres factores que tiene que enfrentar el delta.15

La descarga de sedimentos en el delta del Mississippi cayó a más de la mitad


desde 1953, principalmente debido a la construcción de gigantescas represas
sobre el Missouri (el principal tributario y proveedor de sedimentos del
Mississippi). Los sedimentos del río, que anteriormente se obtenían de la ribera,
también disminuyeron debido a un programa masivo para estabilizar el canal del
Mississippi con canto rodado y concreto con el propósito de posibilitar la
navegación y el control de inundaciones. La pérdida de sedimento, sumada al
hundimiento del suelo por la extracción de petróleo y gas, provoca la

9
desaparición de 10.000 hectáreas en Luisiana cada año. John McPhee describe
a una de las iglesias del delta del Mississippi “haciéndose hilachas como la ropa
vieja y percudida.”16

Planicies hambrientas

Las consecuencias de quitarle a los ríos sus sedimentos afectan también a


largos tramos de la línea costera, que enfrentan la erosión de las olas sin los
sedimentos provenientes de la tierra que alguna vez supieron cubrirlos. Los
sedimentos se desplazan por la costa, las olas y las mareas los depositan y los
retiran de la playa, dentro de unidades geográficas denominadas “células
litorales”. Éstas encierran las fuentes de sedimento principalmente de la erosión
de los ríos y de los acantilados, la línea costera a lo largo de la cual migran los
sedimentos y los sumideros finales, especialmente las corrientes que se dirigen
a aguas profundas o gargantas submarinas.

Desde la década del ’20 las represas redujeron cuatro quintas partes del
sedimento que llegaba a la costa sur de California. Este proceso tuvo efectos
dramáticos sobre las playas de la región, que actualmente se mantienen a un
alto costo con arena que se drena de mar adentro. En 1922 las playas en la
célula litoral de 90 km de largo al norte de San Diego medían más de 300 metros
de ancho; en la actualidad algunas de ellas han desaparecido por completo.
Estas playas solían proteger a los acantilados de la erosión provocada por las
olas; el hecho de que no existan más provocó el colapso de los acantilados, lo
que a su vez ocasionó la pérdida de millones de dólares por daños a
propiedades y caminos durante la década del ’80.17

Uno de los ejemplos más dramáticos de erosión costera provocada por una
represa es el caso de la costa Bight de Benin, al este de la desembocadura del
río Volta, en Ghana. La represa de Akosombo prácticamente detuvo el aporte de
sedimentos al estuario del Volta y por lo tanto a la corriente costera que se
desplaza hacia el este. La línea costera que bordea al Togo y al Benin está
siendo socavada a razón de 10 a 15 metros por año. En 1984 el mar avanzó
alrededor de 20 metros en algunas zonas debido a una tormenta, llevándose
consigo una porción considerable de la autopista principal Ghana-Togo-Benin.
Un proyecto para el fortalecimiento de la costa del Togo con espigones y canto

1
0
rodado demandó un costo de $3,5 millones de dólares por cada kilómetro
protegido, aun cuando los mismos supervisores del proyecto admitieron que al
impedir el barrido de sedimento en un tramo de la costa se reduciría la cantidad
de material disponible para la construcción más adelante sobre la misma costa,
acelerando de esta forma la erosión en Benin.18

Represas sucias: efectos sobre la calidad del agua

En un mundo imperfecto la energía hidroeléctrica es la menos imperfecta.


Prácticamente no contamina.

Robert Bourassa
Power from the North, 1983

Los cambios químicos, termales y físicos por los que atraviesa el agua cuando
se estanca pueden contaminar seriamente el embalse y la corriente del río
aguas abajo. El grado de deterioro de la calidad del agua se encuentra
generalmente relacionado con el lapso de retención del embalse —la capacidad
de almacenamiento en relación a la cantidad de agua que fluye en el reservorio.
El agua almacenada en un pequeño embalse de una represa en el curso del río
sufrirá muy poco o ningún deterioro; pero la que esté almacenada en una gran
represa por varios meses o incluso años podría ser letal para la mayoría de los
seres vivos del embalse y para los que viven en el río decenas de kilómetros o
más debajo de la represa.

La descarga de agua desde las profundidades de un embalse de una gran


represa es generalmente más fría en verano y más cálida en invierno que el
agua del río, mientras que el agua de desagüe cerca del tope de un embalse
será más cálida que el agua del río todo el año. El calentamiento o el
enfriamiento de un río altera la cantidad de oxígeno disuelto y los sólidos
suspendidos que contiene, e influye en las reacciones químicas.19 La alteración
de las temperaturas en los cambios naturales estacionales también distorsiona
los ciclos de vida de las criaturas acuáticas —por ejemplo la reproducción, el
nacimiento y la metamorfosis de las larvas generalmente dependen de factores
térmicos.20

1
1
En el Glen Canyon las temperaturas anteriores a la represa variaban según las
estaciones desde máximas de 27 grados centígrados a mínimas bajo cero. Sin
embargo, la temperatura del agua que se filtra por las tomas de la represa del
Glen Canyon 70 metros debajo del nivel de llenado del embalse varía sólo un
par de grados en todo año, con un promedio inferior a 8 grados centígrados. En
la actualidad, el Colorado es demasiado frío como para que las especies de
peces nativos se puedan reproducir hasta 400 kilómetros aguas abajo de la
represa —aunque se hayan introducido truchas.21

Las descargas relativamente templadas de los embalses en invierno en climas


fríos impedirán la formación de hielo aguas abajo. La reducción de la capa de
hielo torna peligroso o imposible el uso de ríos congelados como rutas de
invierno. Por ejemplo, al norte de Escandinavia las represas provocaron que el
pueblo Sami no pueda utilizar las rutas tradicionales para guiar a los grupos de
renos por los ríos congelados.22 El frío aire invernal que pasa por sobre los
embalses relativamente templados en Rusia y Canadá puede provocar largos
períodos de niebla helada.23

Así como los embalses retienen el sedimento del río, también atrapan los
nutrientes que transporta. Durante el clima templado, las algas proliferan cerca
de la superficie de un embalse con altas cantidades de nutrientes –embalse
eutrófico. Mediante la fotosíntesis las algas consumen los nutrientes y producen
grandes cantidades de oxígeno. Como consecuencia, las descargas estivales de
la capa superficial o el epilimnio de un embalse serán más bien cálidas, bajas en
nutrientes, elevadas en oxígeno disuelto y probablemente estarán repletas de
algas. Los peces pueden alimentarse de la gran cantidad de algas, pero a su
vez el agua tendrá olor y gusto poco agradable. Las algas obstaculizarán la
toma de suministro de agua, cubrirán los lechos de grava y limitarán la
recreación.24 La excesiva cantidad de algas en los embalses de poca
profundidad y de aguas estancadas en la ex URSS inutilizaron el agua para el
uso doméstico e industrial.25

Cuando las algas del embalse mueren, se depositan en la capa del fondo, o
hipolimnio, donde se descomponen. Durante este proceso consumen el oxígeno
del hipolimnio, que es muy limitado (generalmente no hay suficiente luz para
producir fotosíntesis al fondo de un embalse). La acidez del agua con bajo nivel

1
2
de oxígeno con frecuencia puede disolver sustancias como el hierro o el
manganeso del lecho del lago. Las descargas en clima cálido de una represa
con bajos niveles de desagüe serán en consecuencia pobres en oxígeno, ricas
en nutrientes y ácidos, y es probable que contengan altas y nocivas
concentraciones de minerales. La presencia de un nivel adecuado de oxígeno
disuelto en un río es uno de los principales indicadores de la buena calidad de
agua. El agua pobre en oxígeno puede “asfixiar” organismos acuáticos y hacer
que no sea apta para beber. Además el oxígeno disuelto es vital para permitir
que las bacterias descompongan detritos orgánicos y se impida la
contaminación.

Jóvenes embalses

Durante los primeros años luego de que un embalse se llena, la descomposición


de la vegetación y de los suelos anegados suelen disminuir dramáticamente el
nivel de oxígeno del agua. La materia orgánica en descomposición también
conduce a descargas de grandes cantidades de gases de efecto invernadero,
como el metano y el dióxido de carbono (para ampliar este tema ver capítulo 5).
Los embalses generalmente “maduran” en un período de aproximadamente una
década, si bien en la zona de los trópicos puede llevar muchas décadas o
incluso siglos descomponer la materia orgánica.26 Este inconveniente se puede
minimizar limpiando la vegetación de la zona anegada antes de que se llene el
embalse, sin embargo esto resulta difícil y prohibitivamente costoso, en especial
cuando se trata de grandes embalses y, en el mejor de los casos, se realiza sólo
parcialmente.

En América del Sur están los ejemplos más notorios de inundación de bosques a
gran escala. La represa de Brokopondo, en Surinam, inundó 1.500 kilómetros
cuadrados de selva tropical. La descomposición de la materia orgánica en el
embalse de poca profundidad dejó sin oxígeno al agua y provocó emisiones
masivas de sulfuro de hidrógeno, un gas corrosivo y nauseabundo. Los
trabajadores de la represa debieron utilizar máscaras durante dos años después
de que se comenzara con el llenado del embalse en 1964. El costo de las
reparaciones de las turbinas de Brokopondo, que fueron dañadas por el agua
ácida y por la falta de oxígeno, se estimó en 4 millones de dólares en 1977, lo
que representa más del 7% del costo total del proyecto.27 En 1967 se realizó

1
3
una serie de estudios que demostraron que los niveles de oxígeno en el río sólo
comenzaron a recuperarse 110 km aguas abajo de la represa, impidiendo que
muchas comunidades ribereñas tuvieran acceso al agua potable y a la pesca. 28

A pesar de las disposiciones legales que ordenaban quitar la vegetación de las


áreas que serían inundadas, la empresa brasileña de servicios públicos
Eletronorte despejó menos de un quinto de los 2.250 kilómetros cuadrados de la
selva tropical inundada por la represa Tucuruí y un símbólico 2% de los 3.150
kilómetros cuadrados de bosques inundados por la represa Balbina.29 La
limpieza total del embalse de Tucuruí hubiera elevado el costo del proyecto un
nueve por ciento, es decir se hubiera pagado $440 millones de dólares más.30
Debido a que las turbinas de toma de Balbina se encuentran bien al fondo de
esta represa de 50 metros de altura, el río Uatumã, un tributario de la costa norte
del Amazonas, recibe el agua del embalse casi completamente sin oxígeno.31
Se cree que el consumo de oxígeno por la vegetación en descomposición en el
embalse recientemente llenado de la represa Yacyretá, en el límite entre
Argentina y Paraguay, causó la mortandad de más de 120.000 peces que fueron
encontrados aguas abajo luego de la primera prueba de las turbinas, en agosto
de 1994.32

Los embalses tropicales ricos en nutrientes son particularmente propensos a ser


colonizados por plantas acuáticas. Las matas de plantas acuáticas muchas
veces impiden el acceso de embarcaciones y la pesca, bloquean la luz para
otros organismos, traban las turbinas y son un hábitat excelente para vectores
de enfermedades, como los mosquitos y los caracoles, que alojan el parásito de
la esquistosomiasis. Debido a la transpiración, las plantas acuáticas también
pueden reducir los niveles del embalse: las pérdidas de agua por evaporación y
transpiración en embalses cubiertos de plantas acuáticas pueden ser seis veces
superiores que la evaporación en aguas abiertas.33

La planta más temida por los operadores del embalse es el jacinto acuático
(Eichornia crassipes), originaria de Sudamérica y que ahora se puede encontrar
a lo largo de los trópicos. El jacinto acuático puede proliferar a un ritmo
extraordinario en embalses eutróficos a pesar de los innumerables esfuerzos por
erradicarlo mediante la remoción física de las plantas o la utilización de
herbicidas (que trae consigo problemas inevitables). Dos años después de haber

1
4
comenzado con su llenado, el embalse de Brokopondo se encontraba cubierto
hasta un poco más de la mitad por el jacinto acuático. La planta se pudo
controlar en parte mediante un programa a largo plazo que incluía el rociamiento
con herbicida carcinogénico 2,4-D, que a su vez envenenó muchas otras plantas
y animales.34 Los embalses africanos vienen soportando plagas de jacintos
acuáticos y también de otras plantas. En una oportunidad un quinto de la
superficie del embalse de Kariba —de más de 1.000 kilómetros cuadrados— se
encontraba sofocado de plantas acuáticas.35

Recientemente los científicos parecen haber tomado conciencia de lo que ahora


se presenta como un problema recurrente de la contaminación de los embalses:
la acumulación de altos niveles de mercurio en los peces. El mercurio
naturalmente se presenta en forma inorgánica e inofensiva en muchos suelos.
No obstante, las bacterias que se alimentan de la materia en descomposición del
embalse, transforman este mercurio inorgánico en metilmercurio, una potente
neurotoxina. El metilmercurio es absorbido por el plancton y otras criaturas que
se encuentran en la base de la cadena trófica acuática. A medida que el
metilmercurio pasa de un organismo a otro en la cadena alimentaria, se
concentra cada vez más en los animales que consumen las presas
contaminadas. A través de este proceso de bioacumulación, los niveles de
metilmercurio en los tejidos de los grandes peces predadores al final de la
cadena trófica en el embalse, se multiplican y son superiores a los niveles del
contaminante en los pequeños organismos de la base de la cadena.

Hacia fines de la década del ’70, niveles altos de mercurio se hallaron por
primera vez en los peces de un embalse de Carolina del Sur. Desde entonces
se han reportado casos en Illinois, al norte de Canadá, Finlandia y Tailandia. De
hecho es probable que este problema se haya extendido aún más de lo que
sugieren los pocos estudios realizados: científicos canadienses del
Departamento de Pesquerías y Océanos afirman que las concentraciones de
mercurio en los peces “han aumentado en todos los embalses donde se han
recolectado datos antes y después de la construcción de una represa.”36

El caso mejor estudiado de metilmercurio en un embalse es el del complejo


hidroeléctrico La Grande, en Quebec, que forma parte del gran proyecto James
Bay. Diez años después de que se represara por primera vez el embalse La

1
5
Grande 2, los niveles de mercurio en el lucio y en otro pez predatorio llamado
pez de ojos saltones se habían elevado a seis veces desde su nivel previo a la
construcción del embalse y no demostraban signos de disminución. El pescado
ocupa un lugar importante en la dieta tradicional de los indios Cree, es por esto
que los niveles de mercurio en sus cuerpos se ha incrementado peligrosamente.
En 1984, seis años después de que se terminara La Grande 2, el 64% de los
Cree que vivían en el estuario de La Grande presentaba altos niveles de
mercurio en la sangre, que excedían ampliamente el límite de tolerancia indicado
por la Organización Mundial de la Salud.37

Transformando el agua dulce en salada

Las represas multiplican enormemente la superficie del área de agua expuesta a


los rayos solares en climas cálidos, esto puede provocar la evaporación de
grandes masas de agua que se pierde para el río aguas abajo. Los 170
kilómetros cúbicos de agua que se evapora año tras año de los embalses del
mundo equivalen a más del siete por ciento del total de agua dulce consumida
por todas las actividades humanas. El promedio anual de 11,2 kilómetros
cúbicos de agua evaporada del Embalse Nasser, detrás de la represa Alta
Assuán, equivale al diez por ciento del agua almacenada en el embalse y
aproximadamente al total de consumo de agua para el uso comercial y
residencial en toda África.38

La masiva evaporación de agua de los embalses detrás de la represa Hoover y


de algunas otras ubicadas en el Colorado (un tercio del flujo del río se evapora
desde los embalses) es una de las razones que explican el aumento en la
salinidad del río a niveles nocivos y costosos.39 Las altas concentraciones de sal
son venenosas para los organismos acuáticos y además corroen las tuberías y
las maquinarias: el incremento en la salinidad del río Colorado provoca una
pérdida de millones de dólares para los usuarios de agua cada año.40

Los suelos de las zonas áridas son salinos por naturaleza, como ocurre al oeste
de EE.UU., y se vuelven aún más salinos al irrigarlos. El agua de riego se filtra
en los suelos, recogiendo las sales, y luego vuelve al río. En ríos como el
Colorado se puede reutilizar el agua para irrigación hasta 18 veces. La
evaporación del embalse concentra aún más el nivel de sal en el río. La

1
6
salinidad del agua en la represa Imperial, al norte de la frontera mejicana, se
incrementó de un promedio de 785 partes por millón (ppm) entre 1941 y 1969, a
más de 900 ppm en 1990. Se prevé que esta cifra excederá 1.200 ppm después
del año 2000.41 En EE.UU. el promedio para el agua bebible es de 500 ppm.

A comienzos de la década del ‘60 el aumento en los niveles de sal provocó un


declive dramático en los índices de producción de los suelos irrigados con agua
del río Colorado en Mexicali, una de las regiones agrícolas mejicanas más
productivas. La ciudad de Méjico realizó una queja formal ante Washington y
finalmente en 1974 los dos países firmaron un acuerdo por medio del cual la
salinidad del río Colorado en la frontera mejicana no debía exceder los 1.024
ppm. En 1993 los contribuyentes debieron aportar US$ 660 millones de dólares
para “El programa de control de salinidad” de la Oficina de Reclamaciones, que
se originó a partir del tratado con Méjico. La pieza central del programa es una
de las plantas tecnológicas desalinizadoras más grande y costosa del mundo.
Esta planta construida en Yuma, Arizona, costó 256 millones de dólares.
Comenzó a utilizarse en mayo de 1992, pero fue clausurada en enero de 1993
luego de que las inundaciones destruyeran algunos de los canales que
transportaban agua salobre. Debido a los recortes en el presupuesto federal es
probable que la planta no vuelva a ponerse en marcha nunca más. “En una
región plagada de proyectos hídricos de altísimos costos y dudosa utilidad,”
escribió Martin Van Der Werf en el Arizona Republic, “la planta Yuma supera
cualquier payasada.”42

No pasarán: represas y peces migratorios

Ustedes que son tan habilidosos a la hora de enlatar los peces. ¿No
pueden tener esa misma habilidad a la hora de hacer pasar a estos peces
por la represa?

Comentario en una audiencia pública sobre la primera represa en la cuenca


principal del río Columbia, 1924.

Se calcula que en el siglo XIX, antes de que arribaran los primeros habitantes no
nativos, el promedio anual de ingreso del salmón adulto y de la trucha arco iris
en la gigantesca cuenca del Columbia —que abarca un área superior a la de

1
7
Francia—, era de entre 10 y 16 millones de peces. En la actualidad, luego de
décadas de disminución como consecuencia de unas 130 represas construidas
en la cuenca, sólo 1,5 millones de salmones y truchas arco iris ingresan al
Columbia cada año y aproximadamente tres cuartos son de criadero y no peces
silvestres que se han reproducido en el río. El Servicio Nacional de Pesquerías
Marítimas estimó que el costo de las pérdidas relacionadas con el salmón como
consecuencia de las represas en la cuenca del Columbia, era de 6,5 billones de
dólares en el período comprendido entre 1960 y 1980.43

El salmón y la trucha arco iris son peces anádromos, lo que significa que nacen
en agua dulce, migran hacia el océano para madurar y luego retornan a los ríos
para desovar, y los salmones en su mayoría mueren. Los salmones siempre
retornan al mismo tramo del río o lecho poco profundo del lago donde nacieron.
Los peces que retornan a diferentes ríos y en distintas épocas del año se
conocen como "stocks”. Estos stocks difieren genéticamente, y generalmente
sólo hay reproducción entre peces del mismo stock. De los aproximadamente
400 stocks de salmones y truchas arco iris en la costa estadounidense del
Pacífico sólo quedan 214, de los cuales 169 se encuentran en alto o moderado
riesgo de extinción.44

La forma más sencilla de aniquilar grandes stocks de salmones es construir


represas sin elevadores para peces u otros métodos que les permitan
sobrepasarlas y llegar a los sitios de desove aguas arriba. La gran represa
Grand Coulee fue construida sin ningún pasaje para peces, y a su vez aisló
áreas de desove de salmón de casi 200 kilómetros en la parte alta del Columbia,
eliminando una pesquería que generaba un cuarto de millón de dólares cada
año. Entre un 30% y 50% del hábitat de desove original en la cuenca del
Columbia se encuentra cubierta por embalses o bloqueada por represas sin
medios adecuados de transferencia para peces.45

Si bien la mayoría de los salmones adultos que nadan aguas arriba pueden
traspasar los elevadores, el agua muerta de los embalses representa una
barrera mucho más importante para sus crías. El tiempo que los salmones
juveniles, o esguines, necesitan para ir con la corriente y nadar por los múltiples
embalses puede retrasar la migración río abajo con consecuencias fatales (si
éstos no llegan al mar aproximadamente 15 días después del desove es

1
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probable que pierdan su comportamiento de nado río abajo y la capacidad de
cambiar de un ambiente de agua dulce a otro de agua salada). Durante los años
de corrientes relativamente bajas, los esguines del alto Snake, principal afluente
del Columbia, actualmente pueden tardar hasta 39 días para llegar al mar,
mientras que antes de las represas tardaban menos de tres días.46

Además de las consecuencias que un retraso en el traslado al mar ocasiona, los


esguines también deben enfrentar la amenaza de ser devorados por muchos
peces predadores en los embalses o por aves que encuentran abundantes
residuos al pie de la represa, lugar donde los peces generalmente emergen. 47
La capa superficial de un embalse puede calentarse tanto que resulta letal para
el salmón pequeño y, a su vez, las aguas profundas y más frías pueden ser
fatales debido a la disminución del oxígeno. La concentración de contaminantes
en los embalses también puede agregar a estos esguines migratorios más
presión e incrementar su susceptibilidad a las enfermedades. Otro obstáculo
fatal tanto para los adultos como para los juveniles es la “embolia gaseosa”,
similar a la “aeroembolia” que sufren los buzos con escafandras, provocada por
la sobresaturación del agua con gases atmosféricos en el fondo de los
vertederos durante años de altas corrientes. Todos estos peligros generan un
impacto acumulativo; el 95% de las crías de salmón del alto Snake quizás muera
antes de llegar al océano.48

El patrón de destrucción del Columbia y de otros ríos de la costa estadounidense


del Pacífico se repite en distintos puntos. La población de salmones atlánticos en
los Estados Unidos disminuyó de medio millón a principios del siglo XVIII a unos
pocos miles, en su mayoría de criadero, en la década del ´90.49 A fines del siglo
XIX las represas habían eliminado al salmón atlántico de los ríos de Dordogne,
Meuse y Moselle, en Francia, y durante el siglo XX éste desapareció del
Garonne y del Sena. El Loire y su tributario Allier son los únicos ríos franceses
largos que pueden mantener al salmón silvestre.50

Otras especies anádromas, tales como la lamprea anguila y el esturión, también


han sufrido declives calamitosos debido a la pérdida de hábitat causada por las
represas. El número de lampreas en el Columbia cayó por debajo del 1% de los
400.000 estimados cuando se construyeron las represas en la cuenca inferior.
Las represas y la contaminación han reducido la cantidad de esturiones pálidos

1
9
del Mississippi-Missouri a niveles tan bajos que no se sabe con certeza si se
están reproduciendo naturalmente.51

Los impactos de las represas sobre los peces migratorios aparte del salmón y de
otras especies son altamente desconocidos, aunque es probable que hayan sido
tan severos como en el caso de los salmónidos. El sábalo de la India, un pez
migratorio de gran importancia comercial en Sudáfrica, perdió el 60% de las
áreas de desove que tenía en el Indo debido a la construcción de la represa
pakistaní Gulam Mohammed; a su vez la represa Stanley lo hizo desaparecer
del río Cauvery, que se encuentra en el sur de la India.52

Probablemente, la represa Sardar Sarovar aniquilará la pesquería del sábalo de


la India del río Narmada, que es quizá la más productiva de las que quedan en la
India. Si bien se cree que este pez no migra hasta llegar a la represa, la
reducción drástica en el flujo del río como resultado de los desvíos para riego
imposibilitaría la migración para el desove. Es probable que el camarón gigante
de agua dulce, otra especie de importante valor comercial que se encuentra en
el Narmada, sufra un destino similar. La otra pesquería importante de sábalo de
la India, que se encuentra en el estuario del río Topi, al sur del Narmada, en la
India Occidental, ya se ha visto afectada por la represa de Ukai.53

La supervivencia de los delfines de río, que se encuentran en América del Sur y


Asia, se ve seriamente amenazada por las represas que forman barreras
impenetrables y fragmentan las pequeñas comunidades de delfines en grupos
genéticamente aislados. El anegamiento del hábitat, los cambios en la calidad
del agua y la disminución de sus presas conspiran en su contra. La población del
delfín del Indo, el bhulan, se encuentra actualmente dividida por las represas y
los terraplenes en cinco o menos grupos aislados, de los cuales sólo dos tal vez
sean genéticamente viables. La represa Tres Gargantas le dio el golpe final a
una de las especies más amenazadas del mundo, el baiji, delfín del río Yangtze,
del que sólo quedan entre 150 y 300 individuos. El manatí, otro mamífero
acuático, también sufre la fragmentación del hábitat y otros impactos negativos
cuando se construyen represas.54

Frustrados vagabundos: efectos hidrológicos

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0
Mas el majestuoso Río fluyó,
Desde la oscuridad y el murmullo de esa tierra baja...
Oxus, olvidando su ligereza deslumbrante
Desde su alta cuna montañosa en Pamere,
Un peregrino envuelto en curvas. . .

Matthew Arnold
Sohrab and Rustum, 1853

Los ecosistemas de ribera y las sociedades han evolucionado con los cambios
estacionales en el flujo del río y generalmente dependen de ellos. Todas las
represas de almacenamiento alteran hasta cierto punto estos comportamientos
estacionales y en muchos casos mitigan extremos hidrológicos mediante el
almacenamiento de crecidas y el aumento del caudal en períodos de sequía. No
obstante, el grado exacto de los impactos dependerá del diseño, propósito y
régimen de operación de la represa y del tamaño del embalse.

Las represas y las barreras de contención que se utilizan para desviar agua
especialmente para el riego, reducen a veces en forma adversa el flujo del río
aguas abajo. El mayor desastre ecológico provocado por el desvío de un río fue
indudablemente la disminución del mar Aral, en Asia Central. La evaporación del
mar solía coincidir con la afluencia de agua de los ríos Amu Darya y Syr Darya
(el Oxus y el Jaxartes de la época clásica). Sin embargo, desde la década del
´60 la construcción de una extensiva red de represas y canales para el riego del
algodón eliminó prácticamente el flujo del agua hacia el Aral. En 1995 el área
del mar Aral sólo abarcaba 30.000 kilómetros cuadrados, mientras que en 1960
ocupaba 64.500 kilómetros cuadrados. El volumen ha disminuido más de tres
cuartos. La pesquería comercial del Aral, que en un momento sustentó 60.000
trabajadores, colapsó en 1982 debido a que el lago que era de agua dulce es
ahora más salado que los océanos. A comienzos de la década pasada, 20 de las
24 especies que se pescaban en el mar desaparecieron; el número de especies
de aves que se encontraban en el delta de Amu Darya disminuyó de 319 a 168,
los bosques del delta ya no existen y sólo subsisten 30 de las 70 especies de
mamíferos.55

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1
El lecho del lago, que está seco y con una costra de sal, se conoce hoy como el
desierto de Akum. En Alaska se detectó un polvo que se desprende y vuela
desde este nuevo desierto, cargado de metales pesados y otros contaminantes
provenientes de fertilizantes y pesticidas utilizados río arriba que, junto con el
suministro de agua altamente contaminada, han producido un efecto catastrófico
en la salud de 3,5 millones de personas que viven cerca del mar. La república de
Karakalpakia, que rodea el límite sur del mar, tiene los índices más altos de
mortalidad infantil y materna en la ex Unión Soviética. La incidencia de la fiebre
tifoidea, la hepatitis, las enfermedades renales y la gastritis crónica es 60 veces
mayor. Según lo afirmado por el centro de estudios médicos de la ciudad de
Muynak, en 1994 cerca del 70% de los 2.000 habitantes que quedaban se
encontraban en “condiciones pre-cancerígenas”. La expectativa de vida en
Muynak era de 64 años en 1987 y se redujo a 57 años en 1991. Más del 80 por
ciento de las mujeres de la zona padecen anemia y se hallaron doce clases
distintas de pesticidas en la leche materna.56

El Ministro de Asuntos Hídricos de la URSS pretendía incrementar el área


destinada al algodón en Asia Central para poder justificar la construcción de más
canales y así poder asegurar su participación en el gasto del gobierno. La
inevitable decadencia en el mar Aral no sólo fue anticipada sino además
justificada por los planificadores. Un mapa publicado por la Academia de
Ciencias de la URRS en 1981 mostraba el área que se pretendía secar del lecho
del Aral en el 2000, la que se utilizaría para el cultivo de arroz. En 1987 los
planificadores hídricos del gobierno proclamaron en una revista: “Que el mar
Aral muera con magnificencia porque no sirve para nada.” 57

Impactos sobre los estuarios

El 80 por ciento de la pesca del mundo proviene de plataformas continentales. 58


Muchas de estas pesquerías dependen del volumen y del ritmo de descarga de
los nutrientes y del agua dulce sobre los hábitat de los estuarios. La mayoría de
los peces y de los moluscos capturados en la costa estadounidense del Golfo de
Méjico, por ejemplo, viven en estuarios al menos una parte de su vida. 59 La
productividad de las grandes costas de Newfoundland, que es uno de los sitios
pesqueros más importantes del mundo, está directamente ligada a la cantidad y
a las variaciones estacionales de agua dulce y de los nutrientes que fluyen de la

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2
desembocadura del St. Lawrence. 60 La alteración de las corrientes estuarinas
provocada por las represas, los desvíos y la sobrepesca constituyen las causas
principales del declive abrupto sufrido por muchas pesquerías marítimas.

Las represas y los canales han causado casi tanto daño en las pesquerías
comerciales de agua salina de los mares Negro, Azov y Caspio como el que
provocaron a las pesquerías del mar Aral de agua dulce. El volumen del Volga
en el mar Caspio se redujo alrededor del 70 por ciento, mientras que esta
disminución fue de aproximadamente 50% en el caso del Dniester, del Dnieper y
del Don, que descargan en los mares Negro y Azov. La salinidad en los
estuarios de estos ríos aumentó hasta cuatro veces, y en el caso de los deltas
es diez veces mayor. Las pesquerías comerciales más valiosas en estos mares
disminuyeron entre el 90 y el 98 por ciento. En el mar Caspio la captura de
esturiones se encuentra entre el 1 y 2 por ciento de los niveles históricos, y ha
sido totalmente erradicada al noroeste del mar Negro y del mar Azov -el cual es
un apéndice del mar Negro, al noreste del mismo. Michael Rozengurt,
oceanógrafo ruso que actualmente vive en los EE.UU., considera que las
pérdidas económicas para las industrias pesqueras de los mares Negro, Azov y
Caspio entre 1977 y 1987 alcanzaron los 35 mil millones de dólares. 61

En una ocasión los nutrientes transportados al mar durante la temporada de


inundación provocaron una enorme extensión de plancton en la desembocadura
del río Nilo. Los grandes cardúmenes de sardinas consumieron este plancton, lo
que representó entre el 30 y 40 por ciento de la captura anual en el mar egipcio.
Sin embargo, luego del cierre de la represa Alta Assuán y la supresión de la
inundación anual, la pesca de sardinas bajó de 18.000 toneladas a menos de
1.000 a fines de la década del ´60. Desde entonces la pesca aumentó a algunos
miles de toneladas, pero se atribuye a los avances en la tecnología pesquera y a
una mayor cantidad de embarcaciones. La pesca del langostino en la
desembocadura del Nilo disminuyó alrededor de dos tercios luego de que se
interrumpiera el suministro de nutrientes. En 1970 la llegada de otros peces
estuvo por debajo del 77% de los niveles anteriores a la represa. 62

Los bosques de manglares estuarinos son valiosos criaderos para los


langostinos y los peces, ya que sirven de protección y de fuente de alimentos
mediante flores, frutos y ramas. En varias zonas tropicales la pesca en la costa

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3
es proporcional a la cantidad de manglares que cubren la costa adyacente.
Además la gente utiliza estos manglares para la provisión de combustible, de
forraje para los animales y de fibra. El 80% de la disminución en la descarga de
agua en el delta del Indo provocada por las represas y los terraplenes en
Pakistán e India destruyó casi por completo los bosques de manglares del delta,
que alguna vez cubrieron un cuarto de millón de hectáreas (si bien los
manglares pueden soportar la salinidad mucho más que otras especies de
plantas, necesitan cierta cantidad de agua dulce para subsistir). 63

Las tuberías del río

El río Colorado sin regulación era terrible. Nunca estaba bien, se


inundaba o era un hilo de agua.
Floyd Dominy

Miembro de la Oficina de Reclamación de los EE.UU., 1969.

El mayor impacto hidrológico de las represas hidroeléctricas es imponerle al río


un patrón artificial de fluctuaciones. Como lo expresó Wallace Stegner, “un río
represado no sólo está contenido como una bañera, sino que también también
se cierra y se abre como una canilla.” 64 En Quebec el consumo pico de
electricidad se da durante el invierno, cuando el flujo del río se encuentra,
naturalmente, en su nivel más bajo debido a que la nieve y el hielo bloquean el
agua. Para cubrir la demanda de electricidad mientras hace frío las represas y
los desvíos hicieron que el caudal del río La Grande fuera 8 veces mayor
durante el invierno (aumentó de 500 a 4.000 metros cúbicos por segundo), y con
el propósito de almacenar agua para el próximo invierno se suprimió la
inundación durante la primavera (el flujo se redujo de 5.000 a 1.500 metros
cúbicos por segundo). Los trasvases de cuencas incrementan los impactos del
funcionamiento de las represas sobre los ríos. Al redirigir el curso del agua
desde el río Eastmain hacia La Grande para incrementar la generación, se
duplicó el promedio total anual de descarga de La Grande hacia la bahía de
James y a su vez se redujo en un 90 por ciento el caudal hacia el estuario
Eastmain. 65

2
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A los patrones estacionales del río posteriores a la construcción de la represa se
suman las fluctuaciones en los niveles diarios e incluso horarios, que a veces
son de varios metros, a fin de cubrir las demandas pico de energía. Debido a la
relación entre las descargas de agua y la demanda de energía, los niveles de los
ríos aguas abajo no cambian de acuerdo a las precipitaciones en la cuenca del
Colorado sino por ciertos factores como la disminución en el consumo de
energía los días domingo y feriados. Las descargas de la represa Glen Canyon
provocan fluctuaciones diarias de un metro y medio, en comparación con los
cambios diarios naturales de unas pocas decenas de centímetros. El aumento
en la demanda de electricidad de la represa Kariba, en el río Zambezi, puede
hacer que el nivel del río aguas abajo aumente cinco metros en sólo media hora.
66

Las alteraciones del caudal a esta escala provocan múltiples impactos


ecológicos. Las rápidas fluctuaciones en el nivel del río aceleran la erosión
aguas abajo y pueden arrastrar los árboles, los arbustos y la hierba de la costa.
La costa se erosiona mucho más rápido sin la vegetación ribereña que sirve de
contención. Además la vegetación ribereña sirve de alimento y de refugio para
las especies costeras, incluidos pájaros como el martín pescador, que espera a
su presa en las ramas de los árboles ribereños. Además la sombra de estos
bosques impide que el río llegue a temperaturas excesivamente altas. Otra de
las ventajas que ofrece la vegetación ribereña es que los frutos, las hojas y las
ramas pequeñas que caen al río constituyen una fuente importante de alimento
para los insectos y para los animales acuáticos.

La variación de las descargas de las represas también afecta los niveles del
embalse. Las fluctuaciones aceleradas pueden impedir el desove de los peces al
exponer y anegar alternadamente las áreas preferidas de reproducción en aguas
poco profundas. Es probable que los nidos de las aves acuáticas se vean
afectados en forma similar. Las fluctuaciones también impiden que la vegetación
ribereña y de los humedales crezcan a lo largo de la costa del embalse, lo que
hace que estas zonas de aguas poco profundas cerca de la costa estén muertas
–siendo que normalmente son las áreas biológicamente más prolíficas de los
lagos y lagunas naturales. 67 Los seis embalses hidroeléctricos del río La
Grande anegaron 83.000 kilómetros de costa natural con sus bosques y

2
5
arbustos. Ahora, en lugar de esta costa, se pueden encontrar grandes e
inanimadas concentraciones de barro, roca y vegetación muerta. 68

La extinción de las planicies inundables

Desde mi punto de vista la naturaleza es horrible, lo que nosotros


hacemos es curarla.

Camille Dagenais, ex presidente de la firma canadiense de ingeniería en


represas SNC, 1985.

Aun cuando en un proyecto no se planifica el control de las crecidas, una


represa de almacenamiento casi siempre retardará las inundaciones río abajo y
reducirá en un 25% la magnitud del pico promedio de inundación. Sin embargo,
es posible que una represa que controla crecidas no pueda hacer nada frente a
crecidas extremadamente grandes e inusuales. Por lo tanto el “control de
inundaciones” prometido por las represas puede decepcionar a la gente que se
va a vivir a las planicies inundables aguas abajo. La represa Warragamba, en
Australia, por ejemplo, redujo la “inundación promedio anual” (que ocurre en
promedio cada dos o tres años) a más de la mitad, mientras que la magnitud de
la gran inundación que ocurre cada 50 años cambió muy poco. 69

Los ecosistemas del río y de la llanura aluvial se adaptan al ciclo anual de


inundación y de sequía. Muchas especies dependen de las sequías temporales
y de la cantidad de nutrientes o del agua para comenzar con la reproducción, la
incubación, la migración u otras etapas importantes en el ciclo de la vida. Las
crecidas anuales saturan los humedales no sólo con agua sino también con
nutrientes; además el estiércol anegado de los animales domésticos y silvestres
enriquece el río. Las inundaciones se llevan consigo a huevos de peces y a
peces pequeños hacia los remansos y lagos de las llanuras inundables, donde
nacen y se crían antes de volver al río después de las próximas crecidas
anuales. Los peces adultos y otros animales acuáticos, tales como las tortugas,
también se benefician de la inundación, ya que pueden obtener nuevas fuentes
de alimentos de las ramas y los arbustos que quedaron sumergidos.

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6
Las planicies de inundación forman parte de los grandes ríos que las atraviesan
al igual que el mismo canal principal. En la cuenca del Amazonas, por ejemplo,
los peces pasan una gran parte de su vida en una zona que se encuentra a lo
largo de los ríos y que abarca decenas de miles de kilómetros cuadrados de
bosques y tierras que se inundan estacionalmente, llamada várzea. Algunos
bosques de la várzea permanecen inundados durante diez meses o más por
año, por lo que es probable que algunos peces u otras especies acuáticas nunca
hagan uso directo del canal principal. Muchos peces amazónicos consumen
frutas de las plantas inundadas y desempeñan un papel importante en la
diseminación de las semillas. La tan conocida biodiversidad de la selva
amazónica se encuentra principalmente en la várzea —mientras que la zona
mucho más extensa de bosque seco es relativamente menos productiva y pobre
en especies. 70

La razón principal de la sorprendente biodiversidad y productividad de los ríos y


las planicies de inundación es lo que el ecologista Peter Bayley llama “ventaja
del pulso de inundación” —la diversidad de la fauna en los ríos es 65 veces
mayor que en los mares, por unidad de área. Se estima que las crecidas anuales
de los ríos tropicales producen cien veces más peces que los ríos que no tienen
llanura aluvial y, por hectárea, casi cuatro veces más que los lagos o embalses
tropicales. La mayoría de los peces de agua dulce se encuentran en ríos o
planicies de inundación: pocos se adaptan a vivir solamente en los lagos. 71

Los biólogos generalmente admiten que las represas y otros proyectos que
pretenden controlar las inundaciones son los más destructivos de los muchos
abusos que están provocando la rápida desaparición de las especies ribereñas.
Cerca del 20 por ciento de las 9.000 especies de peces de agua dulce conocidas
están recientemente extinguidas, amenazadas o en peligro de extinción. 72 De
las 170 especies de peces comunes en el oeste de los Estados Unidos, donde
existen muchas represas, 105 se encuentran en las listas oficiales de especies
amenazadas o en peligro, o bien se está considerando incluirlas en ellas. A lo
largo del siglo XX se han extinguido otras 17 especies de peces en el oeste. 73

La situación para otras especies de agua dulce es aún peor: cerca de dos tercios
de los varios cientos de cangrejos de río y mejillones de agua dulce en América
del Norte se encuentran en peligro. 74 En los poco estudiados ríos tropicales

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seguramente se han extinguido o están por extinguirse muchas especies
desconocidas por la ciencia, debido a la construcción de represas. Hay tres
veces más especies conocidas en el Mekong que en el Mississippi, sin embargo
se han publicado 10.000 veces más artículos científicos sobre la fauna de este
último. 75

La flora y la fauna costeras y de las planicies inundables también sufren cuando


la llanura no se inunda más o cuando el río crece en el momento menos
indicado. En el río Savannah, en Georgia, las grandes descargas de las
represas fuera de estación provocaron la muerte de casi todas las plántulas de
ciprés. Los estudios realizados en las planicies de inundación del río Missouri y
del río Pongolo, en Sudáfrica, revelaron una disminución en la diversidad de
especies forestales luego de la construcción de una represa aguas arriba.
Aparentemente los bosques de la planicie aluvial del río Tana, en Kenia,
desaparecen lentamente al perder la capacidad de regeneración a causa de la
disminución de las grandes inundaciones debido a las represas río arriba. 76

La planicie de inundación del río Kafue, en Zambia, que tiene 6.000 kilómetros
cuadrados, conocida como los Llanos del Kafue, fue en su momento uno de los
hábitat silvestres más ricos del mundo. En la década del ´70 se construyó la
represa George en el río Kafue, uno de los principales afluentes del Zambezi.
Esta represa, y luego la Itezhitezi, construida río arriba, anegaron
permanentemente parte de estos llanos y eliminaron las inundaciones
estacionales en el área restante de la planicie. El biólogo Walter A. Sheppe visitó
estos llanos antes y después de la construcción de las represas. Durante su
primera visita, en mayo de 1967, dijo, “las extensas inundaciones anuales se
esconden en gran parte en los densos pastizales emergentes que alcanzan el
horizonte”. Grandes manadas de antílopes pastaban al borde del área inundada,
las cebras y los ñues se alimentaban en las tierras más altas. El agua y la costa
estaban repletas de pájaros. Dieciséis años después Sheppe volvió al mismo
lugar, pero esta vez encontró que la parte más baja de la planicie estaba
cubierta por el embalse Gorge y el resto estaba seco. Además, los pastizales
productivos que dependían de las crecidas estacionales habían sido
reemplazados por plantas acuáticas en aguas abiertas, mientras que la llanura
aluvial estaba cubierta de pastizales y montes bajos. También había una escasa
cantidad de aves, relativamente pocos antílopes y no se vieron cebras ni ñues. 77

2
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El juego de la mitigación

Con el correr de los años los constructores de represas y los operadores se


vieron forzados a tomar ciertas medidas para mitigar el impacto de sus
proyectos. Algunas de estas medidas pueden reducir ciertos impactos negativos
provocados por las represas, pero otras pueden ser totalmente inútiles. Las
medidas de mitigación son especialmente peligrosas cuando le hacen creer a la
gente que los constructores de represas pueden recrear las características
naturales de los ríos y las pesquerías, y que por lo tanto pueden seguir
construyéndose.

La medida más común adoptada en los EE.UU. es verter más agua del embalse
de lo que se descargaría si la represa operara sólo para maximizar la energía o
almacenar el agua. Estos “caudales mínimos” se vierten para asegurar que el
flujo que se deja en el río pueda mantener la pesca, la navegación y la calidad
del agua. Pero algunas veces se liberan potentes “flujos de descarga” para lavar
las acumulaciones indeseables de cantos rodados y gravas. Actualmente, la
Comisión Federal de Regulación de la Energía de los EE.UU. solicita a los
operadores de las represas hidroeléctricas privadas en los EE.UU., que
descarguen caudales fluviales como condición para que se les renueven las
licencias federales. Las pérdidas promedio en la generación de energía que
enfrentan las represas a las que se les ha vuelto a otorgar la licencia siempre
que garanticen un caudal mínimo son alrededor del 8%, y en un caso de un
tercio. La disminución de las ganancias provocada por la reducción en la
producción de energía obligó a algunos operadores a cerrar sus plantas
hidroeléctricas y a abandonar planes para nuevos proyectos. 78

Si bien se considera que los caudales mínimos pueden ser beneficiosos, son
sólo un paliativo. En la mayoría de los países estos caudales se definen según
criterios arbitrarios sin tener en cuenta ningún concepto ecológico. En España,

2
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por ejemplo, se supone que las represas deben descargar un “caudal ecológico”
que representa el 10 por ciento del promedio del caudal anual –cifra que en la
mayoría de los casos sería completamente insuficiente para mantener las
características ecológicas de los ríos represados.79
Generalmente las exigencias de caudales mínimos, ecológicos o ambientales no
tienen mucho en cuenta la importancia de las variaciones naturales del caudal
producidas en cada estación: las descargas desde las represas que elevan los
niveles durante temporadas normalmente secas pueden causar más daños que
beneficios. Además, las exigencias mencionadas anteriormente rara vez
permiten las descargas ocasionales de flujos de inundación excepcionalmente
grandes, que son esenciales para la mayoría de los ecosistemas fluviales. Los
caudales “ecológicos” pueden aliviar los impactos causados por las represas
pero no pueden recrear la variabilidad y el dinamismo esencial de un río natural.

Una de las ventajas de descargar más agua de la habitual es que tenderán a


incrementarse los niveles de oxígeno disuelto aguas abajo. Se pueden tomar
también otras medidas para aumentar la oxigenación, como por ejemplo airear
artificialmente el agua que pasa por las turbinas. Esta medida es generalmente
económica y parece ser efectiva aunque, al igual que con los caudales mínimos,
existen problemas para decidir cuál es el nivel exacto de oxígeno disuelto más
beneficioso y cómo transformar los costos en beneficios.80

Otra manera de mitigar impactos causados por una represa en la calidad del
agua río abajo es regular la temperatura de las descargas equipando la represa
con tomas de agua que pueden extraer agua de diferentes niveles del embalse.
Alrededor de cien represas federales en los Estados Unidos pueden realizar lo
que se denomina “extracciones selectivas”. En 1995, la BuRec comenzó a
trabajar en una torre de extracción selectiva de acero de 35 pisos en el embalse
de la gran represa Shasta, en California, con un costo proyectado de U$S 80
millones. Shasta fue construida en la década del ´40 con un desagüe que,
cuando el embalse está bajo, descarga agua tan cálida que es mortal para los
pocos salmones que subsisten río abajo. Si bien las extracciones selectivas
pueden mejorar las condiciones termales debajo de una represa, muy pocas
veces pueden replicar las variaciones estacionales originales en las
temperaturas de los ríos, ya que habrá momentos en los que el embalse no
tendrá suficiente agua a la temperatura ideal. 81

3
0
La debacle de los criaderos

Probablemente la forma más controversial de “mitigación” ambiental sea el uso


de criaderos para reproducir artificialmente a los peces cuyos hábitat naturales
fueron destruidos por las represas. Desde fines de la década de del ´40 el
gobierno estadounidense ha invertido cientos de millones de dólares en
criaderos para mitigar los impactos de las represas sobre el salmón del Pacífico.
La Bonneville Power Authority, que maneja la mayoría de las grandes represas
en el Columbia, destina alrededor de 50 millones de dólares por año en
“inversiones relacionadas con los peces y la vida silvestre” —principalmente
criaderos. Sin embargo, no sólo ha disminuido abruptamente la cantidad de
salmones sino que también los peces de los criaderos están degradando la
diversidad genética de los restantes salmones silvestres y los están poniendo en
peligro de extinción.

El programa de criaderos fracasó en parte debido a que las represas continúan


destruyendo el hábitat del salmón y también por las limitaciones propias de los
criaderos. El pez de criadero genéticamente homogéneo se aparea con sus
pares silvestres, lo que provoca la reducción de la aptitud genética. Los impactos
causados sobre el stock natural incluyen: disminución en la supervivencia y
cantidad, debilitamiento y poca resistencia a las enfermedades, comportamiento
territorial y de ocultación inapropiados, y otros rendimientos insuficientes. 82
Estos peces de criaderos superpoblados son altamente propensos a
enfermedades que luego transmiten a las comunidades silvestres. En 1995 un
informe presentado por el prestigioso Consejo de Investigación Nacional de los
EE.UU. (NRC, en inglés) advirtió que las políticas actuales sobre los criaderos
en el noroeste del Pacífico se “basan en una profunda ignorancia”. “No basta
con centrarse en la abundancia de salmón”, concluyó el NRC. “La subsistencia a
largo plazo del salmón depende esencial y decisivamente del almacenamiento
abundante y diverso de variación genética”. 83 En la actualidad algunos biólogos
pesqueros de la región del noroeste opinan que deberían cerrarse todos los
criaderos. 84

A pesar del enorme fracaso de los criaderos en el noroeste del Pacífico y en


otras partes de América del Norte, los departamentos de pesca

3
1
gubernamentales y los consultores ambientales de otros países generalmente
los promueven como una forma de mitigar la destrucción de las pesquerías
naturales causada por las represas. En la represa Pak Mun, en Tailandia, como
forma de mitigación se crían alrededor de dos docenas de especies de peces
autóctonos –aproximadamente el diez por ciento de las especies encontradas en
el río no represado. Walter Rainboth, de la Universidad de California,
especialista en pesquerías del Mekong, opina que los criaderos de la represa
Pak Mun representan una mera “artimaña de relaciones públicas”. 85

Los partidarios de la represa Sardar Sarovar aseguran que “mitigarán” la pérdida


de la pesquería del sábalo de la India poblando el embalse y los estanques del
estuario con peces de criadero. Pero los especialistas en pesquerías no han
podido aún procrear ni criar artificialmente al sábalo de la India. De hecho la cría
de esta especie en la actualidad depende de la obtención de huevos de los
peces adultos silvestres que, muy probablemente, serán eliminados debido a la
desecación del río. 86

Bajo el río...

Ayudar a los salmones jóvenes en su peligroso viaje hacia al mar representa una
piedra angular en el plan de las autoridades, tan costoso como inútil hasta el
momento para recuperar el salmón del río Columbia. Parte de este plan es la
instalación y mejoramiento de sistemas de monitoreo y tubos de paso que evitan
que los juveniles de salmón sean succionados por las turbinas. El Cuerpo de
Ingenieros del Ejército invertirá US$ 345 millones para mejorar las instalaciones
para los peces en sus ocho represas en el Columbia y en la parte baja del
Snake. 87

Sin embargo, los sistemas de transferencia no pueden hacer que los juveniles
de los salmones sobrevivan en los embalses cálidos y llenos de predadores. La
solución técnica es que los salmones jóvenes son atrapados, amontonados en
barcas y transportados por los embalses y las represas, lo que constituye un
claro y sorprendente ejemplo de cómo el Columbia ha pasado de ser un río
natural a uno manipulado. Si bien la tasa de supervivencia de los salmones
transportados es más elevada que la de aquellos que son abandonados y deben

3
2
valerse por sí mismos en el embalse, la mortalidad provocada por el estrés y la
exposición a enfermedades en los barcos es aún alta.

Los defensores del salmón en el Columbia creen que la clave para ayudar a los
stocks de peces a recuperarse es bajar los embalses durante el tiempo de
migración en primavera y verano. Sin embargo los intereses de la energía
hidráulica y la navegación se resisten a la descarga del agua. Por cierto estas
operaciones no implicarían poco dinero: el Cuerpo de Ingenieros estima que el
costo de las modificaciones estructurales necesarias en las ocho represas
importantes sobre los ríos Columbia y Snake sería de casi 5 mil millones de
dólares —y esta cifra no incluye los altos costos que los operadores de las
represas tienen debido a las pérdidas de ganancias causadas por la producción
de energía anterior y el pago de las barcazas para transportar los peces. 88

...Y nuevamente arriba

Si bien el salmón es por lejos el pez migratorio más conocido, existen muchos
cientos de otras especies con diferentes patrones de migración, particularmente
en la planicie aluvial de los ríos en los trópicos. Los peces “catádromos”
permanecen la mayor parte de su vida en los ríos pero desovan en los estuarios
o en el mar, contrariamente al salmón; las especies “anfídromas” desovan y
maduran tanto en agua salada como en agua dulce; y los peces
“potamódromos” migran completamente en las aguas dulces. Debido a que
estos peces no siguen el clásico comportamiento migratorio de los anádromos y
han sido poco estudiados, a veces ni siquiera se los considera como peces
migratorios, y por lo tanto los constructores de represas presumen que no
necesitan preocuparse por construir medios de trasvases para peces en ríos
donde no hay salmones. 89
Sin embargo hay lugares donde se han construido pasajes para peces, pero se
basaron únicamente en los modelos adecuados para el salmón y por lo tanto
muchas especies nativas no han podido pasar. Al sureste de Australia, donde la
mayoría de las represas fueron equipadas con escalas para peces basados en
modelos de los ríos europeos y norteamericanos, la cantidad de percas
plateadas (potamódromas) nativas disminuyó más de un 90% desde la década
del ´40 y ahora forma parte de la lista de especies amenazadas. Las represas

3
3
erradicaron por completo el tímalo y la perca migratorios de algunos ríos
costeros de la región. 90

En los trópicos existen muy pocos casos de elevadores para peces que hayan
sido usados exitosamente por las especies nativas. 91 El biólogo, G.M.
Bernacsek, especialista en peces de la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO), explicó que “en África la utilización
de los elevadores para peces fue escasa y con resultados poco satisfactorios”.92
En la represa Yacyretá, en América del Sur, se instalaron elevadores para peces
que costaron 30 millones de dólares, los cuales, según el Banco Mundial, fueron
diseñados “en base al conocimiento y la experiencia que los consultores tenían
sobre las migraciones de peces en el río Columbia”. Entretanto en el Paraná,
donde hay más de 250 especies de peces de las cuales sólo se han estudiado
bien unas pocas, se sabe que algunas de ellas migran aguas arriba y aguas
abajo varias veces a lo largo de su vida. Una evaluación interna del Banco
Mundial sobre los préstamos a Yacyretá reconoció que “esta cuestión no se tuvo
en cuenta”. Es por eso que los elevadores de Yacyretá, basados en los modelos
de migraciones del salmón, solamente transportan los peces río arriba. 93

Durante años, los funcionarios del Banco Mundial y del gobierno de Tailandia se
opusieron a los expertos independientes en pesquerías y a las comunidades
pesqueras locales del Mekong, quienes aseguraban que el elevador para peces
proyectado en la represa Pak Mun, fuertemente cuestionada, no serviría de nada
y que la obra tendría un impacto devastador sobre la pesquería altamente
variada y productiva del río Mun. La empresa tailandesa de energía EGAT,
incluso, realizó un video para la televisión nacional promocionando el elevador
experimental como una herramienta para “la conservación de la biodiversidad”.
Sin embargo, mucho antes de que se finalizara la represa en 1994, la pesca en
el Mun, principal afluente del Mekong, había descendido estrepitosamente. En
1995 el Departamento de Pesca de Tailandia admitió que este elevador para
peces no estaba funcionando y EGAT acordó que los pescadores locales
deberían ser compensados por las pérdidas (aunque el Banco Mundial todavía
afirmaba que “no existe evidencia que sugiriera que la represa afectará en forma
desfavorable a los stocks de peces”). En marzo de 1996 un periodista del Wall
Street Journal durante su visita a Pak Mun expresó: “Dos pequeños peces
muertos [eran] el único signo de vida” en el elevador. 94

3
4
En esta represa, que se encuentra río arriba cerca de la desembocadura del
Mun, además no existen sistemas de paso para permitir que las especies de
peces migratorios desciendan del embalse al río sin correr peligro de muerte
especialmente debido a las turbinas. Plodprasop Suraswadi, director del
Departamento de Pesca de Tailandia, admitió en 1995 ante el diario Bangkok
Nation que de hecho existía un problema para los peces que migraban aguas
abajo del Mun, pero aseguró que en realidad sería algo bueno. “No acarreará
consecuencias graves,” afirmó Plodprasop, “ya que sería beneficioso para
Tailandia no perder este grupo de peces en manos de los otros países río
abajo.” 95

Mitigar para las cámaras

Para apaciguar la conmoción pública respecto del número masivo de animales


que se ahogan cuando se llena un embalse, las autoridades de las represas
frecuentemente arman un plan de operaciones de rescate ampliamente
promocionado. A pesar de los años y años de experiencia que indican que estos
rescates son extremadamente poco beneficiosos y de la crítica reiterada de los
ambientalistas, los constructores de represas continúan llevándolos a cabo
principalmente porque brindan “buena prensa”, según lo expresó cínicamente
William Partridge, un alto funcionario del área de medio ambiente del Banco
Mundial, en relación con las operaciones de rescate de fauna en Yacyretá. 96

Los planes de rescate sólo logran capturar una pequeña proporción de los
animales afectados, la mayoría es sepultada por las aguas o muere de hambre
después de quedar varada en pequeñas islas o en la cima de árboles
parcialmente inundados. La operación de rescate en la represa Chiew Larn, en
Tailandia, por ejemplo, capturó sólo el cinco por ciento de los animales de la
zona anegada. 97 Por otra parte una vez que se liberan los animales rescatados,
con frecuencia sufren un estrés letal, lesiones y generalmente no poseen un
hábitat de reemplazo donde vivir. En caso de que encuentren un hábitat
apropiado, ya estará ocupado por especies rivales. Rogério Gribel, del Instituto
de Investigación Amazónico (INPA), afirma que “todos los animales, los que se
salvan y los que no, del área inundada deberían considerarse muertos”98

3
5
La industria de los EIA

Nuestra experiencia con los estudios de impacto ambiental nos indica que
al predecir importantes impactos ambientales es probable que acontezcan
importantes impactos ambientales. El único problema es que los impactos
nunca ocurren tal como los esperábamos...
Profesor Frank Grad
Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia, 1992

Desde fines de la década del ’60, cada vez más países y agencias
internacionales de desarrollo han seguido el camino de EE.UU., que insiste en la
realización de un estudio de impacto ambiental (EIA) previo a la construcción de
cualquier obra de infraestructura importante. En realidad, se debería exigir una
evaluación completa de los posibles impactos que podría tener una represa
sobre el ambiente antes de llevar a cabo algún proyecto. Desafortunada e
invariablemente, los gobiernos y los constructores de represas han transformado
el proceso de EIA en una formalidad burocrática, que representa un mero
obstáculo a ser superado antes de que se apruebe el proyecto. Los gobiernos y
las entidades financieras raramente los consideran estudios objetivos que
pueden ser utilizados en un debate abierto acerca de la viabilidad o no de un
proyecto, sino que lo ven más bien como el sello que habilita la construcción de
un proyecto que de antemano se había decidido realizar.

Las consultoras ambientales internacionales se han transformado en un negocio


muy grande y rentable. Según el British Consultants Bureau, la ganancia de los
consultores del Reino Unido por contratos en el exterior en 1994 fue de US$ 2,5
mil millones -después de la dirección de proyectos el sector más redituable era
el que realiza los EIAs. 99 Los estudios ambientales realizados para los grandes
proyectos de represas financiados internacionalmente son invariablemente
redactados por consultores de un puñado de compañías, algunas de las cuales
también se encuentran directamente involucradas en la construcción de la
represa, como es el caso de los consultores alemanes Lahmeyer International.
Otras, como ocurre en el caso de la firma noruega Norconsult, son compañías
filiales de las empresas constructoras de la represa. Existe un obvio conflicto de
intereses cuando la compañía que evalúa la viabilidad ambiental de un proyecto
es también la que probablemente obtenga el contrato para construirla. 100

3
6
Incluso cuando las consultoras ambientales son aparentemente independientes
de los constructores de la represa, también existe un fuerte interés personal por
subestimar los impactos ambientales de los proyectos y exacerbar los
beneficios. Si las conclusiones no son favorables para aquellos que financian o
construyen la represa, entonces estos consultores tendrán menor probabilidad
de conseguir contratos con esas agencias o compañías en el futuro. Los
lineamientos del Banco Mundial sobre evaluación ambiental especifican que los
consultores deben ser “aceptados por el Banco Mundial y por las agencias
locales contratistas”. Los consultores, los inversores y los constructores con
frecuencia mantienen lazos cálidos y mutuamente beneficiosos. Por ejemplo, la
consultora británica Environmental Resources Limited obtuvo once contratos de
proyectos de desarrollo del Banco Mundial y ocho subsidiados por la
Administración de Desarrollo Exterior del Reino Unido, entre 1985 y 1992, sólo
en Asia del Sur. 101

Por otro lado, no existen controles de calidad de los informes que realizan los
consultores. Generalmente nadie supervisa estos informes, como se haría si
fueran a ser publicados en una revista científica y, lo que es peor, se los trata
como secreto comercial o de Estado y se los niega al examen del público. La
parcialidad de los consultores que escriben EIA, donde se dice lo que sus
clientes quieren escuchar, posibilita anticipar las conclusiones del EIA para una
gran represa antes de leer el informe. Es decir, los impactos ambientales pueden
predecirse a la perfección: serán relativamente menores, económicos y fáciles
de mitigar. De una forma u otra, éstas parecen ser las conclusiones de casi
todos los EIA para cualquier proyecto de represa. 102

Aún cuando alguna sección de un EIA sea crítica o despierte inquietudes en


cuanto a los impactos que no pueden predecirse, estos puntos son
invariablemente suavizados en las conclusiones finales de la evaluación y las
críticas que figuraban en los borradores con frecuencia desaparecen en los
informes finales. En 1994 un estudio de factibilidad para una serie de represas
sobre el Mekong escrita por consultores ambientales y de ingeniería de Acres
International y por la agencia francesa Compagnie International de Rhône,
establece que “no se conoce lo suficiente” acerca de la ecología íctica del río
“para anticipar los efectos” de las obras. No obstante, los consultores predicen

3
7
que “se espera que los impactos ambientales del proyecto en cuestión... no sean
graves”. 103

Uno de los ejemplos más claros de relación corrupta entre una agencia
constructora de represas y una consultora ambiental, se da entre la empresa de
servicios tailandesa EGAT y la Compañía Consultora en Ingeniería TEAM, un
vínculo que se estableció hace tres décadas. En 1978, EGAT encomendó a la
consultora TEAM un EIA sobre la represa Nam Choan. El informe final jamás se
dio a conocer públicamente, aunque EGAT lo utilizó para afirmar que el proyecto
no tendría impactos graves sobre las dos reservas de vida silvestre que serían
parcialmente inundadas. No obstante, Belinda Stewart Cox, una bióloga inglesa
que investigaba la vida de los pájaros en las reservas, obtuvo la sección de
ecología de la vida silvestre del EIA preparado por TEAM.

Como los consultores de TEAM no habían podido entrar en la zona afectada,


que estaba ocupada por rebeldes comunistas, decidieron investigar un área
aguas abajo, ya que supusieron que tenía hábitat similares, y la extrapolaron a la
zona del embalse. Aunque el estudio no contenía mapas o descripción del sitio
Stewart Cox dedujo, a partir de las especies relevadas y omitidas, que el TEAM
probablemente nunca había estudiado el bosque costero. El informe de TEAM
no menciona la naturaleza ecológicamente valiosa de las áreas de reserva que
serían inundadas, el impacto del embalse sobre las poblaciones animales
fragmentadas, ni el impacto sobre las especies acuáticas al convertir al río en un
embalse. TEAM afirmó que sólo seis de los mamíferos en la lista clasificaban
como raros; Stewart Cox agregó que 35 estaban protegidos por la ley tailandesa.

TEAM también dijo que el embalse “crearía condiciones favorables para la


mayoría de las especies de aves”, ya que “a las aves acuáticas les resulta más
fácil atrapar peces”. Sin embargo, de acuerdo con Stewart Cox, solamente dos
de las 113 especies de aves registradas en la lista podrían capturar peces en el
embalse. De igual modo, TEAM afirmó que las nutrias —que prefieren los ríos
poco profundos y sombríos— se verían beneficiadas por el embalse. Stewart
Cox concluyó que el informe de TEAM era en general “inadecuado, impreciso,
descuidado, engañoso y, en algunos aspectos, presumiblemente fraudulento. En
todo sentido es un documento inadmisible y poco profesional.” 104

3
8
El estallido de protestas que Nam Choan provocó entre los ambientalistas y la
gente local obligó a EGAT a suspender el proyecto. Sin embargo, EGAT no
culpó a TEAM por haberlos engañado en cuanto a los posibles impactos de Nam
Choan. En lugar de eso los recompensaron con otro contrato de EIA, esta vez
para la represa Chiew Larn, financiada por el Banco Mundial. En este caso los
“expertos” de TEAM encontraron 122 especies silvestres en el área del embalse
—mientras que la operación de rescate animal del Departamento de Silvicultura
Real, la cual fue en gran parte inútil, halló 338 especies. 105 Sorprendidos por la
ineptitud de TEAM, EGAT luego los contrató para que hicieran una evaluación
ambiental para Pak Mun. TEAM afirmó que existían 80 especies de peces en el
Mun, mientras que los estudios realizados posteriormente encontraron más de
230 especies. 106 El especialista en pesquerías del Mekong, Walter Rainboth,
revisó un trascendido de una copia del EIA de Pak Mun y concluyó: “Debido a la
importancia del proyecto y el potencial de daño irreversible, el informe es
criminal”. “Si algo por el estilo fuera presentado ante el Congreso para solicitar
fondos, merecería una acusación criminal por la naturaleza fraudulenta del
mismo.” 107

El proyecto Sardar Sarovar es un claro ejemplo de la forma en que se han


trastocado los objetivos iniciales de los estudios ambientales. En este caso el
Banco mundial y las autoridades de la India acordaron que los estudios
ambientales para la represa y el proyecto de irrigación más grandes del mundo,
deberían llevarse a cabo en forma simultánea y no antes del trabajo en la
represa. Las críticas reiteradas hacia este enfoque fueron defendidas mediante
la afirmación de que cualquier impacto ambiental sería necesariamente menor a
los beneficios del proyecto (aunque las autoridades ignoraban cuáles eran las
condiciones ambientales previas a la construcción, cuál sería la escala de los
impactos y cuántos de los beneficios del proyecto podrían reducirse debido a
factores ambientales, como por ejemplo los suelos inapropiados en las áreas
destinadas para el riego). La Comisión Independiente constituida por el Banco
Mundial para la revisión de Sardar Sarovar concluyó que este enfoque “arruina
cualquier noción aceptable de planeamiento ecológico”. 108

Los promotores de Sardar Sarovar también sostuvieron que el monitoreo


continuo hará posible la identificación y posterior mitigación de cualquier
problema ambiental grave. Pero este argumento se desploma por completo ya

3
9
que muchos de los impactos ambientales no pueden ser mitigados luego de la
construcción del proyecto (y otros sólo pueden mitigarse si se rediseña
sustancialmente el proyecto). De hecho es común y a su vez vergonzoso hallar
en los EIAs la premisa de que “monitoreo” es lo mismo que mitigación, y que con
los registros sobre el daño ambiental detendrán de algún modo el problema.

Los consultores redactan los EIAs como si los proyectos se construyeran en un


mundo sin presiones para maximizar las ganancias y reducir los costos de
mitigación ambiental. Los EIAs en muy pocas ocasiones expresan si las medidas
de mitigación que recomiendan han sido implementadas y, en el caso de que lo
hayan sido, si han sido efectivas en los proyectos anteriores. Tampoco
mencionan cuáles han sido los impactos ambientales de otros proyectos y si han
podido anticiparlos con precisión. Aun si los consultores estuvieran dispuestos a
debatir el éxito o el fracaso de la mitigación ambiental, se les haría difícil hacerlo
debido a que los estudios ambientales generalmente terminan antes de que se
concluya la construcción. Más del 60 por ciento de las 31 agencias nacionales
de represas encuestadas por el boletín industrial “Water Power & Dam
Construction” en 1991, manifestaron que no tenían un sistema formal destinado
al monitoreo de los impactos de las represas en funcionamiento —a pesar de
que en todos los EIAs se afirma que el monitoreo ambiental será clave en el
proceso de mitigación. 109

El misterio que rodea a los EIAs es la parte más injustificable de esta industria.
Los impactos ambientales de las represas son extremadamente complejos y
difíciles de anticipar. Ponerle precio a los posibles costos ambientales para luego
compararlos con los supuestos beneficios económicos es un proceso que
presenta muchísimas dificultades, conjeturas y arbitrariedades. Decidir si los
daños ambientales provocados por una represa serán compensados o no por los
beneficios, es eventualmente una decisión política y subjetiva que se deberá
tomar luego de un debate informado entre la gente afectada y el público general.
Decidir si el costo de la extinción de una especie o el desecamiento de un
estuario es más o menos importante que los beneficios suministrados por el
aumento de generación de electricidad, no debería ser responsabilidad exclusiva
de una empresa de consultores con un claro interés de que se planeen y se
construyan más represas.

4
0
Un argumento utilizado con frecuencia por los constructores y los partidarios de
represas en los países en desarrollo para defender los estudios ambientales
incompletos o subjetivos es que la preocupación por el ambiente representa un
“lujo del primer mundo” que ellos no se pueden permitir. En realidad, es todo lo
contrario. La mayoría de los habitantes de los países en desarrollo depende
directamente del ambiente y sus recursos para seguir viviendo. La destrucción
ambiental provocada por las represas en estos países (y en cualquier parte del
mundo, aunque en menor grado) acarrea un costo social muy importante, que
recae con más fuerza sobre los sectores más pobres de la sociedad. De hecho,
la gente de los países en desarrollo es la menos capacitada para afrontar los
impactos ambientales de las grandes represas.

Notas
1
Leopold, A. A Sand County Almanac With Essays on Conservation from Round River.
Ballentine Books, Nueva York, 1989, pp. 150-158. El ensayo Leopold's Colorado Delta se publicó
por primera vez en 1953. Carrier, J., 'The Colorado: A River Drained Dry', National Geographic,
Junio, 1991; Postel, S. 'Where Have All the Rivers Gone', World Watch, mayo/junio 1995;
Fradkin, P.L., 'The River Revisited', Los Angeles Times, 29 Octubre, 1995.
2
Ver Covich, A.P. 'Water and Ecosystems', en Gleick, P.H. (ed.) Water in Crisis: A Guide to the
World's Fresh Water Resources. OUP, 1993, p. 41; Johnson, B.L. et al., 'Past, Present and
Future Concepts in Large River Ecology', BioScience, Vol. 45, No. 3, Marzo, 1995, p. 134.
3
Ver Petts, G.E., Impounded Rivers: Perspectives for Ecological Management. John Wiley,
Chichester, 1984, p. 119.
4
Ver e.g. Wellcome, R.L., Fisheries Ecology of Floodplain Rivers. Longman, Londres, 1979.
5
Dynesius, M. and Nilsson, C. 'Fragmentation and Flow Regulation of River Systems in the
Northern Third of the World', Science, Vol. 266, noviembre, 1994, p. 759.
6
Alexis, L., 'Sri Lanka's Mahaweli Ganga Project: The Damnation of Paradise', en E. Goldsmith y
N. Hildyard (eds.), The Social and Environmental Impacts of Large Dams. Vol. 2: Case Studies,
Wadebridge Ecological Centre, Cornwall, 1986 (ver SEELD 2). Las especies en peligro se
encuentran en riesgo inmediato de extinción si no se toman medidas de conservación; las
especies amenazadas son las que se encuentran en peligro en un futuro cercano.
7
Thiraprasart, V., 'Why the Nam Theun 2 dam won't save wildlife . . . ', Watershed, Vol. 1, Nro. 3,
Bangkok, marzo-junio, 1996.
8
Ver Bayley, P.B. y Li, H.W., 'Riverine Fishes', en Calow, P. and Petts, G.E. (eds.) The Rivers
Handbook: Hydrological and Ecological Principles. Blackwell, Oxford, 1992, p. 251.
9
Bradley, C. et al., Rand McNally Encyclopedia of World Rivers. Rand McNally, Nueva York,
1980, p. 342; Cunninghame Graham, R.B., A Vanished Arcadia. Century, Londres, 1988, pp. 74-
77.
10
Reiser, D.W. et al., 'Flushing Flows' in Gore, J.A. and Petts, G.E. (eds.) Alternatives in
Regulated River Management. CRC Press, Boca Raton, Florida, 1989.
11
Petts, op. cit., p. 141; Dunne, T. 'Geomorphic Contributions to Flood Control Planning', in
Baker, V.R. et al. (eds.) Flood Geomorphology. Wiley, Nueva York, 1988, p. 426; Stamm, G. and
Lundberg, E.A. 'Colorado River Front World and Levee System Arizona-California', Oficina de
Reclamaciones, diciembre, 1993, p. 9.
12
Reiser et al. 'Flushing Flows', op. cit., p. 101.
13
Hillel, D.J., Out of the Earth: Civilization and the Life of the Soil. Free Press, Nueva York, 1991,
p. 89.

4
1
14
Ver Lavergne, M. 'The Seven Deadly Sins of Egypt's Aswan High Dam', en SEELD 2 y Halim,
Y. 'Manipulations of Hydrological Cycles', in UNEP Regional Seas Reports and Studies, Nro.
114/1, Annex VI, 1991, p. 251. Algunos científicos afirman que la pérdida de nutrientes de los
sedimentos del Nilo es “insignificante” (ver Abu Zeid, M. 'Environmental Impacts of the High
Aswan Dam: A Case Study', en Thanh, N.C. and Biswas, A.K. (eds.) Environmentally-Sound
Water Management. OUP, Delhi, 1990).
15
Khafagy, A.A. y Fanos, A.M., 'Impacts of Irrigation Control Works on the Nile Delta Coast', and
Abdel Megeed, A. and Aly Makky, E. (1993) 'Shore Protection of the Nile Delta After the
Construction of High Aswan Dam', ambos en el Comité Nacional Egipcio sobre Grandes
Represas (ENCOLD, en inglés) (ed.) High Aswan Dam Vital Achievement Fully Controlled.
ENCOLD, Cairo, pp. 303, 314, 320; Stanley, D.J. and Warne, G.A. 'Nile Delta: Recent Geological
Evolution and Human Impact', Science, Vol. 260, 30 abril, 1993.
16
Meade, R.H. et al., 'Movement and storage of sediment in rivers of the US and Canada', en
Wolman, M.G. y Riggs, H.C. (eds.) Surface Water Hydrology. Geological Society of America,
Boulder, CO, 1990, p. 367; McPhee, J., The Control of Nature. Pimlico, Londres, 1991, p.150.
17
Jenkins, S.A., Inman, D.L. and Skelly, D.W. 'The Impact of Dam Building on the California
Coastal Zone', California Waterfront Age, septiembre 1988.
18
Bourke, G.,'Subduing the Sea's Onslaught', South, Julio 1988.
19
Walling, D.E. and Webb, B.W. 'Water Quality: I. Physical Characteristics' en Calow and Petts
(eds) op. cit., p. 58.
20
Petts, op. cit., pp. 175-177, 197, 220, 223.
21
Oficina de Reclamaciones, Operation of Glen Canyon Dam: Draft EIS. Salt Lake City, UT,
1994, pp. 12, 36; Petts, G.E.'Perspectives for Ecological Management of Regulated Rivers', en
Gore y Petts (eds.) op. cit., p. 7.
22
Lövgren, L. 'Moratorium in Sweden: A History of the Dams Debate' in Usher, A.D. (ed.) Dams
as Aid: A Political Anatomy of Nordic Development Thinking. Routledge, Londres, próximo a
editarse.
23
Nikulin, I.A.,'The Virus of Giganticism', Novy Mir 5, 1991. Traducido por Michelle Kellman,
Baikal Watch; ICOLD 'Dams and Environment: Water Quality and Climate', Bulletin 96, Paris,
1994, p. 75.
24
Petts, op. cit., pp. 54, 79, 159.
25
Lemeshev, M. Bureaucrats in Power: Ecological Collapse. Progress Publishers, Moscú, 1990,
p. 61.
26
Ploskey, G.R.,'Impacts of Terrestrial Vegetation and Preimpoundment Clearing on Reservoir
Clearing on Reservoir Ecology and Fisheries in the US and Canada'. FAO, Roma, 1985, p. 2.
Petts, op. cit., p. 63; Fearnside, P.M. 'Hydroelectric Dams in the Brazilian Amazon as Sources of
'Greenhouse' Gases', Environmental Conservation, Vol. 22, No. 1, 1995.
27
Caulfield, C.'Brazil, Energy and the Amazon', New Scientist, 28 octubre, 1982.
28
Van der Heide,'Hidrobiology of the Man-made Brokopondo Lake', Brokopondo Research
Report, Suriname – Part II, Natuurwetenschappelijke Studiekring Voor Suriname en de
Nederlandse Antillen (NSVSNA), Utrecht 1976.
29
Fearnside, P.M., 'Brazil’s Balbina Dam: Environment versus the Legacy of the Pharaohs in
Amazonia', Environmental Management, Vol. 13, No. 4, p. 408; Fearnside, op. cit, 1995.
30
Moreira, J.R. and Poole, A.D.,'Hydropower and its Constraints', in Johansson, T.B. et al. (eds.)
Renewable Energy: Sources for Fuels and Electricity. Island Press, Washington DC., 1993, p.
100.
31
Fearnside op. cit.
32
'Yacyretá Killing Fish', World Rivers Review, Second/Third Quarter, 1994.
33
Kassas, M., 'Environmental Aspects of Water Resource Development', en Biswas, A.K. et al.
(eds.) Water Management for Arid Lands in Developing Countries. Pergamon, Oxford, 1980.
34
Van Donselaar, J., The Vegetation in the Brokopondo Lake Basin (Surinam) Before, During,
and After the Inundation, 1964-1972. Brokopondo Research Report, Suriname. Part III. NSVSNA,
Utrecht, 1989, p. 26; Gregoire, A. and Sissakian, C., 'The Environmental Impact of the Petit Saut
Reservoir in French Guiana', Water Power and Dam Construction, septiembre-octubre 1993.

4
2
35
Bernacsek, G.M., Dam design and operation to optimize fish production in impounded river
basins. FAO, Roma, 1984, p. 35.
36
Rosenberg, D.M. et al.,'Environmental and social impacts of large scale hydroelectric
development: who is listening?', Global Environmental Change, Vol. 5, No. 2, 1995.
37
Harper, P.H. 'La Grand Rivière: A Subarctic River and a Hydroelectric Megaproject', in Calow
and Petts (eds.) op. cit., p.442.
38
Shiklomanov, 'World fresh water resources', en Gleick (ed.) op. cit., 19, 20. Afifi, A.K. and
Osman, H.,'Water Losses from Aswan High Dam' and Ezzat, M.N., 'Nile Water Flow, Demand
and Water Development', ambas en ENCOLD (ed.) op. cit. Tanto Afifi como Osman estiman que
el promedio de evaporación anual era del 9,6 Km3 hasta 1990, aunque se calculó desde 1964
cuando se comenzó con el llenado del embalse. Mis cifras se basan en las cifras anuales entre
1970, cuando se llenó el embalse, y 1991.
39
Dynesius and Nilsson, op. cit.
40
Ver Reisner, M. and Bates, S., Overtapped Oasis: Reform or Revolution for Western Water.
Island Press, Washington, DC, 1990, p.128.
41
Reisner, M., Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker y
Warburg, Londres, 1986, p. 477.
42
Reisner op. cit., pp. 481-2; Van der Werf, M.'Desalting Plants: White Elephant of Desert',
Arizona Republic, 14 noviembre, 1993.
43
Bates, S.F. et al., Searching out the Headwaters. Island Press, Washington, D.C., 98; Netboy,
A. 'The Damming of the Columbia River: The Failure of Bio-Engineering', en SEELD 2, p. 46. Pez
promedio de 1,5m desde 1975-1994, calculado de 'Status Report: Columbia River Fish Runs and
Fisheries 1938-94', Oregon and Washington Departments of Fish And Wildlife, agosto, 1995.
44
Nehlsen, W. et al. 'Pacific salmon at the crossroads: stocks at risk from California, Oregon,
Idaho and Washington', Fisheries, Vol 16, No. 2, 1991.
45
Dick, W.A., 'Dammed Salmon: Economy, Equity, Ecology, and Columbia River Dams in the
1930s', conferencia presentada en 'Power and Place in the North American West', Seattle, WA,
3-5 Noviembre, 1994.
46
White, R.I. (1992) 'Why Wild Fish Matter: Balancing Ecological and Aquacultural Fishery
Management', Trout, Atoño 1992.
47
Ciertos peces predadores tales como el pez de ojos saltones, la perca, el pez gato, el pomosio
han sido introducidas en los embalses en la cuenca del Columbia para la pesca deportiva.
48
White op. cit.
49
Carle, D.N. 'Restore the Endangered Wild Atlantic Salmon', RESTORE: The North Woods,
enero 1994.
50
Billen, G. et al. 'Atlantic River Systems of Europe', in Cushing, C.E. et al. (eds.) River and
Stream Ecosytems. Elsevier, Amsterdam, 1995, p. 409.
51
Harrison, H. 'The Forgotten Fish', Northwest Energy News, verano, 1995; Boyle, R.H. 'The
Cost of Caviar', Amicus Journal, primavera 1994, p. 23.
52
Wellcome, op. cit., p. 249.
53
Morse, Bradford, et al. Sardar Sarovar: The Report of the Independent Review, RFI, Ottawa,
280 and 289; 'Environmental Changes Downstream of Sardar Sarovar Dam', HR Wallingford y
Banco Mundial, Marzo 1993, p. 49.
54
Carpino, E.A., 'River Dolphins: Can They Be Saved?', International Rivers Network, Informe
nro. 4, Mayo 1994; Afum, E., 'Renewed Hope to Conserve Manatee', IPS Feature Service, 16
Mayo, 1994.
55
Kotlyakov, V.M. 'The Aral Sea Basin: A Critical Environmental Zone', Environment, enero-
febrero 1991; Davoren, W.T. 'How the Silk Road Turned into a Cotton Highway', Surviving
Together, otoño-invierno, 1992; Hinrichsen, D. 'Requiem for a dying sea', People & the Planet,
Vol. 4, No. 2, 1995.
56
F. Wilkie, 'Disaster-Struck Sea Has a Chance of Returning', Financial Times, 28 octubre, 1993;
Hinrichsen, 'Requiem for a Dying Sea'.
57
Zelikin, M.I. and Demidov, A.S. (sin fecha) 'The Aral Crisis and Departmental Interests', mimeo.

4
3
58
Rozengurt, M.A., 'Alteration of Freshwater Inflows', en Stroud, R.H. (ed.) Stemming the Tide of
Coastal Fish Habitat Loss. Simposio sobre Conservación de Hábitat de Peces Costeros,
Baltimore, MD, 7-9 marzo, 1991. National Coalition for Marine Conservation, Savannah, p.73.
59
Fritchey, R. 'Healthy estuaries need a delicate balance of fresh and salt water', National
Fisherman, agosto 1993.
60
Neu, H.J.A. 'Man-Made Storage of Water Resources — A Liability to the Ocean Environment?
Part I', Marine Pollution Bulletin, Vol. 13, No. 1, p. 7, 1982.
61
Rozengurt, op. cit.; Rozengurt, M.A., 'Strategy and Ecological and Societal Results of
Extensive Resources Development in the South of the USSR', in Soviet Union in the Year 2000.
Simposio en la Universidad de Georgetown, 26-27 de junio, 1990, US Army Intelligence Agency,
1991, p.132.
62
White, G., 'The Environmental Effects of the High Dam at Aswan', Environment, Vol. 30, No. 7,
1988, p.34; Halim op. cit.
63
Snedaker, S.C.,'Mangroves: A Summary of Knowledge with Emphasis on Pakistan'; y Wells,
J.T. y Coleman, J.M., 'Deltaic Morphology and Sedimentology, with special reference to the Indus
River Delta', ambos en Haq, B.U. and Milliman, J.D. (eds.) Marine Geology and Oceanography of
Arabian Sea and Coastal Pakistan. Van Nostrand Reinhold, Nueva York, 1984, p. 99.
64
Stegner, W., Where the Bluebird Sings to the Lemonade Springs: Living and Writing in the
West. Penguin, Nueva York, p. 90.
65
Harper, op. cit., p. 420.
66
Petos, op. cit. p.51.
67
Ver Moyle, P.B. y Cech, J.J. Jr., Fishes: An Introduction to Ichthyology. Segunda Edición.
Prentice Hall, Nueva Jersey, 1988, p. 377.
68
McCutcheon, S., Electric Rivers: The Story of the James Bay Project. Black Rose Books,
Montreal, 1991, p. 98.
69
Petos, op. cit., p. 37.
70
Goulding, M., Forest Fishes of the Amazon. Pergamon, Oxford, 1985, p. 270; O'Reilly
Sternberg, H., 'Waters and wetlands of Brazilian Amazonia: An uncertain future' en Nishizawa, T.
y Uitto, J.I. (eds.) The Fragile Tropics of Latin America: Sustainable Management of Changing
Environments. UN University Press, Tokio, 1995; Lewis, W.M. et al., p. 249. 'Rivers and Streams
of Northern South America', in Cushing et al., op. cit., p. 249.
71
Bayley, P.B., 'The Flood Pulse Advantage and the Restoration of River-Floodplain Systems',
Regulated Rivers: Research and Management, Vol. 6; 1991, p. 57; Covich, op. cit., p.41; Moyle
and Cech, op. cit., p. 374 .
72
Abramovitz, 'Aquatic Species Disappearing' en L. Starke (ed.), Vital Signs, 1996: The Trends
that are Shapping Our Future., W.W. Norton, Nueva York, 1996, p. 124.
73
Minckley, W.L. and Douglas, M.E. 'Discovery and Extinction of Western Fishes', en Minckley,
W.L. and Deacon, J.E. (eds.) Battle Against Extinction: Native Fish Management in the American
West. University of Arizona Press, Tucson, 1991, pp. 12-15.
74
Abramovitz, 'Aquatic Species Disappearing'.
75
Rainboth, W.'Information About the Mekong Fish Fauna', Apéndice I hasta 'Comments on
IBRD Pak Mun Dam Mid-Term Review Fisheries Section', presentación para el Banco Mundial,
19 noviembre, 1993.
76
Hughes, F.M.R.,'The Influence of Flooding Regimes on Forest Distribution and Composition in
the Tana River Floodplain, Kenya', Journal of Applied Ecology, Vol. 27, 1990.
77
Sheppe, W.A., 'Effects of Human Activities on Zambia's Kafue Flats Ecosystems',
Environmental Conservation, Vol. 12, No. 1, Primavera 1985. La escasez de vida silvestre en
1983 pudo haber sido aumentada por la aguda sequía que afectó a Sudáfrica en ese momento.
78
Hunt, R.H., 'How Does Hydropower Compare?', Independent Energy, noviembre, 1993;
'Tacoma pulls out of Elkhorn hydro project', International Water Power and Dam Construction,
junio 1995.
79
Petos, op. cit., p.14.
80
Sale, M.J. et al., Environmental Mitigation at Hydroelectric Projects. Vol. 1. Current Practices
for Instream Flow Needs, Dissolved Oxygen, and Fish Passage. Idaho Field Office, Departameno
de Energía de EE.UU, 1991.

4
4
81
Cassidy, R.A., 'Water Temperature, Dissolved Oxygen, and Turbidity Control in Reservoir
Releases', en Petts and Gore (eds.) op. cit., pp. 30-38; McHugh, P. (1995) 'Plumbing the Depths',
San Francisco Chronicle, 4 junio, 1995.
82
White, op. cit., p. 22.
83
Barnum, A., 'Hatcheries Catch Blame on Salmon', San Francisco Chronicle, 9 noviembre,
1995.
84
Gillis, A.M., 'What's at stake in the Pacific Northwest salmon debate?', BioScience, Vol. 45, No.
3, marzo 1995, p. 127.
85
Roberts, T.R., 'Just Another Dammed River? Negative Impacts of Pak Mun Dam on Fishes of
the Mekong Basin', Natural History Bulletin of the Siam Society, Vol. 41, 1993, p. 123; Rainboth,
W. 'Information About the Mekong Fish Fauna', p.86.
86
Morse, op. cit. p. 280; HR Wallingford, op. cit. p.48.
87
Northwest Energy News, Noviembre-Diciembre 1993.
88
'Fish Pose a Costly Problem', Engineering News Record, 21 diciembre, 1992.
89
Ver Roberts, op. cit., p.126.
90
Mallen-Cooper, M. 'How high can a fish jump?', New Scientist, 16 abril, 1994.
91
Wellcome, op. cit., p. 250.
92
Bernacsek, op. cit., p.62.
93
Treakle, K. 'Briefing Paper No. 1: Yacyreta Hydroelectric Project II', Bank Information Centre,
Washington DC, agosto 1992. Banco Mundial 'Project Completion Report: Argentina Yacyretá
Hydroelectric Project and Electric Power Sector Project', 14 marzo 1995, pp. 25, 35. N. del T.:
Oldani N., Baigún C., Delfino R. y Rodríguez R., “Evaluación de los sistemas de transferencia
para peces de la represa de Yacyretá”, Natura Neotropicalis, 32(2), pp. 87-101, Santa Fe, 2001.
“Incidencia de factores ambientales en la abundancia y distribución de peces del río Paraná y su
relación con los sistemas de transferencia de la represa Yacyretá”, Oldani N., Minotti P.,
Rodríguez R., Delfino R. y Baigún C., Natura Neotropicalis, Vol. 32(1), pp. 40-48, 2001. Oldani N.
y Baigún C., “Performance of a fishway system in a major south american dam on the Paraná
River (Argentina-Paraguay)”, River Research and Applications, Vol. 18(2), pp. 171-183, 2002.
Según Oldani, “En Yacyretá los peces no pueden encontrar las rutas de aproximación a los
elevadores que los transportarían desde el río hacia el embalse para continuar las migraciones
ascendentes y completar el ciclo reproductivo. La eficiencia de los elevadores es bajísima,
solamente logran llegar al embalse el 1,88% de los peces -menos de 2 de cada 100 peces que
migran aguas arriba-. Pero si consideramos solamente los de mayor valor ecológico, deportivo y
comercial, el porcentaje cae abruptamente: solamente llegan al embalse el 0,62% es decir 62
peces de cada diez mil. (www.proteger.org.ar).
94
Ryder, G.,'Case Study: Pak Mun Dam in Thailand', paper presented at symposium 'Both Sides
of the Dam', Delft University of Technology, Holanda, 22 febrero, 1995; Sherer, P.M. 'Thai
Villagers Wish This Dam Was Never Built', Wall Street Journal, 12 marzo, 1996.
95
Traisawasdichai, M., 'Dam poses uphill battle for fish species', The Nation, Bangkok, 27 enero,
1995.
96
Comentario realizado durante la entrevista para 'The Dammed', un programa producido por la
Canadian Broadcasting Corporation, 17 febrero, 1995.
97
Traisawasdichai, M.,'Lessons of Chiew Larn Dam go unheeded in Laos', The Nation, Bangkok,
15 agosto, 1995.
98
Gribel, R., 'The Balbina Disaster: The Need to Ask Why?', The Ecologist, Vol. 20, No. 4, julio-
agosto, 1990.
99
Taylor, A.,'Consultants win more income overseas', Financial Times, 9 noviembre, 1995.
100
Para una crítica de un EIA en la que estuvo involucrado Lahmeyer ver 'Reappraisal of the
Adquacy of the EIA Report for the Nam Leuk Hydropower Development Project, Conclusions of a
Consultancy Report to the Protected Areas and Watershed Management Division of the Ministry
of Forestry, Lao PDR', mimeo, Vientiane, 16 noviembre, 1994. Para una crítica de un EIA
Norconsult ver Usher, A.D. y Ryder, G. (próximamente) 'Vattenfall Abroad: Damming the Theun
River', en Usher (ed.) op. cit.
101
Ver 'ERL Statement of Experience: Sri Lanka and South Asia', ERL, London, sin fecha.
Algunos contratos fueron entre los proyectos de ODA/Banco Mundial. ERL también obtuvo un
contrato ODA/Banco Mundial para Sardar Sarovar, no se incluye en esta lista.

4
5
102
Ver 1993 informes sobre Sardar Sarovar por ERL y HR Wallingford; 'Privatisation of the
Bakun Hydroelectric Project: EIA. Interim Report', Ekran Berhad, 7 noviembre, 1994; Williams, B.
et al. 'A Review of the EIA (Informe interno) of the Bakun Hydroelectric Project', IRN, Berkeley;
Barber, M and Ryder, G., Damming the Three Gorges: What Dam Builders Don't Want You to
Know. Earthscan, Londres, 1993.
103
'Mekong Mainstream Run-of-River Hydropower: Main Report', CNR, Lyon/Acres International,
Calgary/Mekong Secretariat, Bangkok, diciembre de 1994, p. 18.
104
Stewart Cox, B., Thailand's Nam Choan Dam: A Disaster in the Making', The Ecologist, Vol.
17, No. 6, 1987, p. 215.
105
Traisawasdichai, M., op. cit.
106
Traisawasdichai, M., op. cit.
107
Citado en Rich, B., Mortgaging the Earth: The World Bank, Environmental Impoverishment,
and the Crisis of Development. Beacon Press, Boston, 1994, pp. 11-12. El énfasis es de
Rainboth.
108
Morse et al., op. cit., p. 230.
109
'World Survey on Environmental Management Practice', Water Power & Dam Construction,
Mayo 1991.

4
6
Capítulo 3

Templos de la muerte:
los impactos sociales de las represas

El gobierno quería nuestras tierras para construir la represa Sardar


Sarovar y algunos de nuestros hombres acordaron trasladarse a la
localidad de Parveta en Gujarat. Desde entonces, sólo conocimos el
pesar y la desgracia al intentar reconstruir nuestras vidas en un lugar
extraño.

Esta localidad, Parveta, es diferente a Manibeli. Allá vivíamos cerca del


río y del bosque. Nuestros hijos llevaban el ganado a pastar y a tomar
el agua del río. Podíamos ir al monte y conseguir leña. Pescábamos en
el río y de la selva podíamos obtener tantas cosas: el bambú que
utilizábamos para construir, la fibra para hacer las cuerdas, la comida,
todo tipo de hierbas y también cazábamos animales. Ahora nada de
eso existe y además somos pobres...

Tenemos que bombear agua para nuestras vacas y cabras. ¿Cómo


puede esto reemplazar a nuestro río salvaje, libre, donde podíamos
bañarnos, lavar y beber?...

El suelo de Parveta es distinto al de Manibeli. Aquí la tierra clama por


agua, fertilizantes y pesticidas que nunca antes utilizamos. Para eso
necesitamos dinero, pero al no tener títulos de propiedad, es muy difícil
conseguir préstamos... cuarenta familias se trasladaron a Parveta.
Durante el primer año aquí vimos cómo morían 38 niños... Ahora
vivimos lejos y aunque Parveta está al lado del camino no podemos ir
a casa, porque eso implicaría gastar dinero en ómnibus. Por esta
razón sólo los hombres viajan; nosotras no podemos. Debemos
permanecer en Parveta, donde nuestra presencia molesta a quienes
siempre vivieron aquí. En Manibeli vivíamos en las montañas, Parveta
está sobre una planicie y se ve todo alrededor. Allá podíamos defecar
cuando queríamos y las lomas nos ocultaban. Esta es una de las
tantas libertades que hemos dejado atrás. Aquí debemos esperar
hasta que oscurezca o levantarnos antes del amanecer.

1
Ahora tenemos que vivir aquí, en esta tierra, donde nosotros y
nuestros hijos pasamos hambre, aunque estamos continuamente
trabajando. La promesa de nuevos bienes cegó a nuestros hombres.
Ojalá nunca hubiéramos dejado Manibeli, a la gente y a la tierra que
llamamos nuestra.

De la traducción de una carta escrita a la “Independent Review”


del Proyecto Sardar Sarovar, 1992.

En las últimas seis décadas los constructores de represas han expulsado a muchas
decenas de millones de personas de sus hogares y tierras, la mayoría de ellos
pobres y sin poder político, muchos pertenecientes a minorías indígenas o étnicas.
Estas legiones de “desplazados” por las represas, como se los llama en India, han
sido en la mayoría de los casos económica, cultural y emocionalmente devastadas.
En muchas ocasiones la gente tuvo que abandonar sus hogares debido a la
inundación provocada por la represa a cambio de una compensación mínima o sin
recibir nada, y aquellas que alguna vez habían sido familias campesinas
independientes ahora a duras penas subsisten como trabajadores extranjeros o
habitan en barrios marginales.

Los desplazados por las represas son sólo las víctimas más visibles de quienes
diseñan, financian y construyen grandes represas. Millones más perdieron tierras y
hogares debido a los canales, los planes de riego, las rutas, las líneas de energía y
el desarrollo industrial, obras que continúan desde las represas hasta los valles.
Otros no han sido físicamente desplazados de sus hogares pero han perdido el
acceso al agua potable, a la pesca, la recreación, las tierras de pastoreo, la madera,
la leña y los frutos del bosque. Aguas abajo, hay quienes se han quedado sin la
inundación anual que irrigaba y fertilizaba los suelos y recargaba los pozos. Millones
de personas también han sufrido enfermedades que casi inevitablemente provocan
las represas y los grandes proyectos de irrigación en los trópicos.

Mentiras y estadísticas estancadas

Es asombrosa la cantidad de personas que son forzadas a abandonar sus hogares


debido a la construcción de represas. Sin embargo es difícil dar una cifra
razonablemente exacta del total de personas desplazadas, ya que en pocas
ocasiones los gobiernos y la industria que las promueven se han tomado la molestia
de realizar estadísticas confiables del número de desplazados. No sorprende que

2
sea en India y en China precisamente, considerando el tamaño, la densidad de
población y el número de represas, donde se haya desalojado y se continúe
desplazando a más personas que en ningún otro país. Los investigadores del
Instituto Social Indio en Nueva Delhi estiman “prudentemente” que después de la
independencia de la India más de 14 millones de personas han sido desplazadas
por embalses y proyectos de irrigación asociados.
i

El Banco Mundial, utilizando las cifras del gobierno chino, estima que 10,2 millones
de personas fueron desplazadas por embalses en China entre 1950 y 1989.ii Esta
cifra incluye los totales de desplazamientos registrados como consecuencia de la
construcción de las cuatro represas más grandes: Sanmenxia con 410.000
desplazados; Danjiangkou con 383.000 (hay planes para elevar la altura de la
represa y con esto se afectaría a 225.000 personas más, muchas de las cuales ya
fueron desplazadas por el embalse original); Xinanjiang con 306.000; y Dongpinghu
con 278.000.iii Resulta muy complicado verificar las estadísticas de reasentamiento
del gobierno chino. Sin embargo, teniendo en cuenta la alta densidad demográfica
de China y el gran número de represas que han sido construidas, es probable que la
cifra real sea más alta que la oficial. El chino Dai Qing, un crítico de las represas,
cree que la cifra real en cuanto a los desplazados se encuentra entre 40 y 60
millones.iv

Los datos reunidos para este libro sumaron 2,2 millones de desplazados por 134
represas terminadas en países para los cuales hay información disponible, sin
contar China e India (ver Apéndice 3). Esta cifra es inferior al 1% de las grandes
represas construidas fuera de China e India, pero incluye la mayoría de aquellas
que han desalojado más gente. Un cálculo muy conservador de los desplazados por
las represas en todo el mundo (tomando la cifra del gobierno chino a valor nominal)
se acercaría a 30 millones. Una cifra más real (utilizando el número más bajo de la
escala de Dai Qing) se acercaría a 60 millones, lo que supera la población entera
del Reino Unido.v

La mayoría de las estadísticas incluyen sólo a aquellas personas desplazadas por


los embalses, aunque generalmente sean más aquellas que han sido privadas de
sus tierras y de su forma de vida a causa de otras etapas en la construcción de las
represas o como consecuencia de los efectos ecológicos a largo plazo de las
mismas. Es raro que estas personas sean consideradas “afectadas por el proyecto”,
y en consecuencia no se las tiene en cuenta en el caso de las indemnizaciones (ni
tampoco se las incluye en las estadísticas de reasentamientos). De igual modo a las

3
familias que pierden parte o la totalidad de sus tierras, pero no sus casas, no se las
considera “desplazadas”, sin importar que para una familia humilde la pérdida de
una pequeña porción de tierra puede significar la diferencia entre subsistencia y
muerte por hambre. La gente que cría y alimenta su ganado en los valles de los ríos
sin derechos legales formales, como en el caso de indígenas y campesinos en
muchas partes del mundo, rara vez recibe compensación por la pérdida de la tierra.
Aquellos que tradicionalmente utilizan el valle para cazar, recolectar frutos silvestres
y vegetales, y obtener forraje, madera y leña tienen aún menos chances de ser
considerados afectados. Es probable que estas familias terminen varadas en islas
recientemente formadas o penínsulas, con los accesos hacia los vecinos, las
escuelas o los mercados inundados por los embalses.

Los numerosos y frecuentemente no reconocidos modos en que la gente puede


perder su sustento debido a un proyecto de gran represa están bien ilustrados en la
India por el Proyecto Sardar Sarovar (SSP):

• 800 familias perdieron sus tierras por la nueva ciudad construida para los
trabajadores involucrados en la construcción del SSP. Aunque la adquisición de
tierras comenzó en 1961, después de 35 años las familias continuaban luchando
por una compensación adecuada.

• decenas de miles de adivasis (indígenas de la India) podrían ser desplazados de


sus tierras tradicionales para dar lugar a una reserva natural que supuestamente
“mitigaría” la pérdida de vida silvestre a raíz del embalse del SSP.

• a otros miles se les ha impedido el acceso a tierras de cultivo ya que el gobierno


las transforma en plantaciones de árboles para “mitigar” el deterioro producido
por la cantidad de bosques anegados.

• a decenas de miles que se dedican al cultivo de la tierra, a la recolección de leña


y forraje o al trabajo en el bosque se les quita la tierra para reubicar a quienes
fueron desalojados por el embalse, y en consecuencia sufren de lo que se
denomina “desplazamiento secundario”.

• alrededor de 140.000 propietarios perderían al menos una parte de su tierra


debido a la red de canales de riego del SSP; 25.000 terminarían con menos de
dos hectáreas, lo que se considera la mínima posesión viable.

• una gran área de tierra de cultivo, muchas comunidades e incluso ciudades


enteras podrían eventualmente quedar bajo agua por el efecto denominado

4
“remanso”, provocado por el aumento gradual de los niveles de agua como
consecuencia de la sedimentación en los tramos superiores del embalse.

• aguas abajo, el SSP planea eliminar el flujo del Narmada entre la represa y el
mar durante la mayor parte del año, destruyendo el sustento vital de miles de
familias de pescadores y afectando el suministro de agua de hasta un millón de
personas.

Cuando el Banco Mundial acordó el préstamo de 450 millones de dólares para el


SSP en 1985, el total de familias que necesitarían ser indemnizadas era de 6.603
según el cálculo oficial. El número de familias “afectadas” que serían desplazadas
solamente por la construcción del embalse era de 41.500 según el último cálculo del
gobierno en 1996. Si a esta cifra le agregamos las familias que han sido afectadas
por otros aspectos del proyecto, entonces el número se eleva a cientos de miles.vi

Río abajo

Quienes permanecen en sus localidades, a pesar de su arduo trabajo,


cultivan muy poco y a veces nada. El pez desapareció. Nuestro ganado
muere. Los árboles mueren. La tierra se está agotando... El desarrollo nos
condena a vivir desesperanzados.

Declaración de Asociaciones de Campesinos del Valle del río Senegal, abril de


1992.

Las comunidades que viven río abajo sufren algunos de los efectos más serios a
largo plazo provocados por las represas. En África, la pérdida de la inundación
anual aguas abajo de las represas ha devastado los cultivos tradicionales de la
llanura aluvial, la pesca y las pasturas. La represa de Kainji en Nigeria, por ejemplo,
desplazó directamente a 50.000 personas, pero a su vez afectó cientos de miles
más quienes previamente alimentaban a su ganado y cultivaban la tierra irrigada por
la inundación anual. La producción de batata en la planicie inundable bajó alrededor
de 100.000 toneladas luego de que la represa fuera completada en 1968, aguas
abajo la captura de peces cayó drásticamente entre el 60 y 70 por ciento.vii
Asombrosamente, uno de los objetivos principales que perseguía la represa de
Kainji, según dijo Salah El-Din El-Zarka de los proyectos PNUD/FAO de
investigación de Kainji, era “controlar las inundaciones del río Níger para disminuir...
la inundaciones estacionales... y permitir de ese modo la expansión de la
agricultura”.viii

5
Bakolori, otra represa nigeriana sobre el Sokoto, un tributario del Níger, redujo el
área de cultivo de arroz aguas abajo a 7.000 hectáreas y a 5.000 hectáreas en el
caso de los cultivos de temporadas secas. William Adams, quien trabajó como
consultor en los proyectos de irrigación en Nigeria en la década del ‘70, afirma que
la represa alteró tanto las épocas de inundación como su intensidad; en
consecuencia, los agricultores “ya no sabían qué esperar de la inundación y no
pudieron predecir más la relación entre crecida, suelo y cultivo”. Durante la
temporada seca el descenso en el nivel de las aguas subterráneas indicaba que se
debían cavar los pozos más profundos, lo que significaba incrementar el tiempo y el
dinero invertido en el riego de los cultivos. En la década del ‘80 una encuesta reveló
que tres cuartos de los campesinos habían abandonado el cultivo de temporada
seca. En general, sólo los agricultores más ricos sobrevivieron.ix

Los diseñadores del Banco Mundial de Brasil financiaron la represa Sobradinho, que
directamente dejó a 70.000 personas sin hogar debido a la inundación a mediados
de la década de 1970. Además los proyectistas se sorprendieron cuando los altos
niveles del río provocados por la represa en temporada seca amenazaron con
inundar miles de hectáreas de plantaciones de arroz, 800 kilómetros aguas abajo
del río São Francisco. Las autoridades lanzaron un plan de emergencia para
proteger la planicie de inundación mediante la construcción de una serie de diques y
estaciones de bombeo, convirtiendo 25.000 hectáreas de suelo anegado
estacionalmente en un terreno con irrigación durante todo el año. Los proyectos
“ejecutados bajo una presión considerable de tiempo y de tensión social”, según el
Departamento de Evaluación de Operaciones del Banco Mundial, desplazaron a
más de 50.000 aparceros y a otra gente humilde de las zonas rurales. Si bien
muchas de estas familias probablemente se encontraban entre las 20.000 a las que
se le otorgó tierra en los nuevos polders irrigados, no hubo ningún intento de
reasentamiento para aquellos que fueron excluidos del programa y no se sabe qué
ocurrió con esta gente. Los campesinos reubicados en las nuevas tierras irrigadas
tuvieron que enfrentar el poco drenaje, el aumento en la salinidad del suelo y la falta
de asesoramiento en cuanto al manejo de técnicas de cultivo de riego. Como
consecuencia de la pobre producción, los ingresos inferiores y el endeudamiento,
muchas familias se vieron obligadas a abandonar estas nuevas tierras.x

Seis años después de que la represa de Sobradinho se terminara, se cerraron las


compuertas de otra gran represa brasileña, la Tucuruí, sobre el Tocantins, un
tributario importante del Amazonas. Mientras la represa Tucuruí expulsaba a
alrededor de 24.000 personas por la inundación ocasionada, 40.000 más que
habitaban en cientos de islas aguas abajo tuvieron que soportar el agua sucia que
descargaba el embalse y la pérdida de las inundaciones regulares. Luego de que la
represa se puso en funcionamiento, el Tocantins, que normalmente tenía aguas
6
claras, fue cubierto por una espesa capa de algas. Mucha gente experimentó
severos problemas estomacales luego de beber el agua y algunos niños murieron.
Todos los habitantes de la isla sufrieron erupciones cutáneas y las mujeres
contrajeron infecciones vaginales tan severas que muchas de ellas pensaron que
padecían de alguna enfermedad venérea. Los peces y moluscos que eran una
fuente de proteínas e ingresos, prácticamente desaparecieron. La producción de
cultivos también disminuyó dramáticamente.xi

Pueblos indígenas: el golpe final

Las represas no se planifican con la intención de inundar áreas altamente


desarrolladas. En general la calidad de vida de la población indígena
desplazada era baja, entonces existía la posibilidad de mejorar su estándar
de vida; la construcción de grandes represas puede brindar esta oportunidad.
Sin embargo, si la gente prefiere continuar viviendo del mismo modo en que
lo hacían en el pasado, lo puede hacer trasladándose río arriba en el valle.
E. Razvan, Profesor Asociado,
Instituto Internacional de Ingeniería Hidroeléctrica y Ambiental.
Países Bajos, 1992

Los indígenas, las tribus y otras minorías étnicas marginales conforman una gran
parte del porcentaje de quienes pierden su trabajo debido a la construcción de
represas. Las áreas en donde vive la gente bien vinculada y de buena posición
económica no se consideran buenas para la construcción de un embalse. En India,
según los cálculos gubernamentales, el 40% de las personas que han sido
desplazadas por las represas son adivasis, quienes representan menos del seis por
ciento de la población de este país. Casi todas las grandes represas construidas y
propuestas en las Filipinas se ubican en las tierras de los 4,7 millones de habitantes
indígenas.xii La mayoría de las 58.000 personas que fueron desplazadas para la
construcción de Hoa Binh, la represa más grande de Vietnam, provenían de grupos
étnicos minoritarios y sucedería lo mismo al construirse la represa Ta Bu, aún más
grande que Hoa Binh, proyectada río abajo, ya que se desalojarían 112.000
indígenas.xiii

El impacto de las represas sobre los pueblos indígenas resulta doblemente grave,
ya que la mayoría de las comunidades ya sufrieron siglos de explotación y
desplazamiento, y sus reservas en los valles, en la selva o en el desierto
generalmente son los lugares donde se refugian antes del arrasamiento cultural. Las
comunidades indígenas sufren en forma exacerbada el drama del reasentamiento
por el fuerte lazo espiritual que los une a sus tierras, y porque además muchas de
las prácticas culturales y comunales que definen a sus sociedades son destruidas
7
por el desalojo y por la pérdida de los recursos comunes en los que basan sus
economías.

La desintegración social causada por la construcción de represas y la inevitable


afluencia de trabajadores y gente relacionada con las mismas en Brasil, han sido
uno de los golpes recientes más devastadores para los pueblos indígenas que
habían logrado sobrevivir a la colonización europea. La triste historia de la tribu
Waimiri-Atroari, asentada en las orillas del Uatumã, afluente del Amazonas, se
asemeja a la de otros indígenas afectados por la construcción de represas en Brasil.
En 1905 se estimaba que esta tribu estaba compuesta por 6.000 personas, y
ochenta años después había sólo 374 Waimiri-Atroari como consecuencia de las
masacres y las enfermedades. En 1987 se cerraron las compuertas de la represa
Balbina, causando el anegamiento de dos pueblos donde vivían 107 de los indios
restantes, y a su vez se bloqueó la migración anual río arriba de las tortugas, cuyos
huevos representan la base alimentaria de su dieta.

Los Waimiri-Atroari se encuentran nuevamente en peligro, como consecuencia de


un proyecto que pretende desviar el río Alalaú para incrementar el caudal del
embalse de la represa Balbina. “Si esto sucede”, dice Rogério Gribel, del Instituto de
Investigación Amazónico INPA, “impactará dramáticamente sobre los indígenas,
quienes dependen del Alalaú tanto física como culturalmente (especialmente desde
que el Uatumã fue represado). Ellos sufrirán el golpe final cuando miles de obreros,
decenas de maquinarias pesadas, el alcohol, las prostitutas y la violencia, que
siempre van de la mano con este tipo de obras, invadan sus tierras”.xiv

Aunque los que planifican las represas en una ciudad crean que estas áreas
indígenas son lejanas y poco pobladas, las franjas de cultivo costeras y los bosques
ribereños inundados por las represas son por lo general las mejores tierras de la
región y son mucho más importantes, económica y culturalmente, de lo que parecen
por el tamaño. Para la construcción de la represa hidroeléctrica Kaptai, financiada
por los EE.UU., que se encuentra al sudeste de Bangladesh, en la región
montañosa de Chittagong, se desplazó a más de 100.000 personas pertenecientes
a la minoría étnica Chakma, cifra que representa un sexto del total de esta
población, y se inundaron dos quintos de su tierra cultivable. La consecuente falta
de tierras y el enojo del gobierno desataron un conflicto sangriento entre los
Chakma budistas y los habitantes bengalíes musulmanes, que ha devastado la
región desde que Kaptai se completó en 1962.xv

Una de las consecuencias menos conocidas del desarrollo hídrico en los EE.UU., es
el impacto producido sobre los nativos norteamericanos. Un cuarto de la reserva de
Dakota del norte de las Tres Tribus Agrupadas (los Mandans, los Hidatsas y los
8
Arikas) y casi todas sus tierras productivas se inundaron con la represa Garrison, y
el ochenta por ciento de la población de la reserva fue desplazada. Las tres tribus
exigieron al gobierno una compensación, incluyendo un permiso para que su
ganado pastara en la parte periférica de la reserva y se reconociera su elemental
derecho de recolectar madera de la zona anegada. Sin embargo, estas demandas
modestas fueron rechazadas. Marc Reisner describe la escena en la oficina del
Secretario de Interior Cap Krug, en Washington DC, mientras se firmaba el acuerdo
mediante el cual se autorizaba la expropiación de las tierras de las tres tribus en
mayo de 1948:

“Parado detrás de Krug... estaba George Gillette, líder del consejo tribal de
negocios, elegantemente vestido con un traje a rayas finas. ‘Los miembros
del consejo tribal firmamos este acuerdo con mucho dolor en el alma’, Gillette
alcanzó a decir. ‘En este momento no vemos un buen futuro para nosotros’.
Entonces, mientras Krug alcanzaba un montón de lapiceras conmemorativas
para firmar el acuerdo y los políticos y los burócratas reunidos miraban
avergonzados o pasmados, George Gillette cubrió su rostro con su mano y
comenzó a llorar”.xvi

C. Patrick Morris, del Centro de Estudios de Americanos Nativos de la Universidad


Estatal de Montana, considera que Garrison y las otras represas en el Missouri “son
los causantes del alto porcentaje actual (70-90%) de desocupación en la región de
las reservas indígenas”.xvii

En la cuenca del Columbia el mayor daño causado a los nativos americanos por los
constructores de las represas no fue el robo de sus tierras y del agua, sino la
destrucción de las pesquerías de salmón en las que basaban tanto su economía
como la mayor parte de su cultura. El 17 de junio de 1940 varias tribus se reunieron
en el sitio de pesca de las cataratas de Kettle, que pronto sería inundado por la
represa Grand Coulee, para llevar a cabo la “ceremonia de las lágrimas” en lugar de
la celebración tradicional de la pesca primaveral del salmón, que representaba la
renovación de vida. El gobierno federal acordó pagar sólo por medio siglo una
indemnización a las Tribus Confederadas de Colville, que perdieron pueblos, tierras,
salmones y cementerios a causa de la construcción de la Grand Coulee. Ninguno de
los miembros del consejo que presentaron una demanda de indemnización en 1951
estaba vivo cuando el Congreso aprobó uno de los pagos más grandes hechos a
una tribu norteamericana, una suma de dinero que alcanzaba los U$S 54 millones y
además pagos anuales de U$S 15,25 millones mientras la Grand Coulee produzca
energía.xviii

9
Esperando la represa

Les pediremos que abandonen sus casas cuando se instale la represa. Si se


van, mejor para ustedes, si no tendremos que largar el agua y ahogarlos a
todos.

Ministro de Finanzas de la India Moraji Desai, en un encuentro público en la


zona anegada por la represa Pong, 1961

El dolor por el desplazamiento es generalmente la culminación de años o décadas


de esperar, escuchar rumores y recibir amenazas. Ni bien se propone una represa,
la gente del área del embalse comienza a sufrir la retirada del gobierno y las
inversiones privadas. El valor de la propiedad cae, los bancos se niegan a otorgar
préstamos y no se construyen más escuelas ni hospitales. Es probable que los
servicios existentes desaparezcan mucho antes de que se desaloje a la gente del
área. En el momento en que comienza el reasentamiento, los desplazados por lo
general se encuentran en peores condiciones que la gente del área cercana. Este
conflicto es peor en el caso de las represas que en otro tipo de proyectos, dado el
largo período de gestación, ya que habitualmente transcurren varias décadas desde
la concepción del proyecto hasta su finalización. El proyecto Tres Gargantas, en
China, se concibió por primera vez en 1919; la primera propuesta se hizo en 1944,
el diseño detallado en 1955, la construcción preliminar se inició en 1993 y se espera
que el reasentamiento se complete para el año 2008.xix

Aparte de la supresión progresiva de los servicios e inversiones, está la


incertidumbre de no saber si la represa será o no construida, cuántas casas,
campos y lugares de trabajo quedarán bajo agua, quiénes serán indemnizados y
cuánto dinero recibirán en compensación. Es probable que estas incertidumbres
persistan incluso después del comienzo de la construcción: las reglas de
indemnización pueden cambiar varias veces durante el período de la construcción y
el área afectada ser mayor o menor de acuerdo al diseño o los cambios funcionales
realizados por razones técnicas, económicas o políticas. A veces las autoridades no
saben la cantidad de tierra que se anegará porque los estudios que se realizan son
inadecuados.

Una vez que la represa se acerca a su término, se acelera el proceso de trasladar a


la gente del área que será anegada, proceso que se realiza con violencia e
intimidación. En parte esto se debe a que la gente se niega a abandonar sus
hogares y también a la mala planificación, que no asegura que el proceso de
construcción y reasentamiento sea igual de rápido. Mientras se ponía en
funcionamiento el “programa de urgencia, mal ideado y causante de trauma” para
10
desocupar las tierras que se convertirían en el embalse Kariba, la policía de Rodesia
del Norte, que en ese momento era colonia británica, asesinó a balazos a ocho
habitantes e hirió a otros 30 en una confrontación.xx La antropóloga Elizabeth
Colson describe el desplazamiento de algunos de los 57.000 indígenas Gwembe
Tonga expulsados por la construcción de Kariba hacia el área de reasentamiento,
en 1958:

“Recorrieron cientos de kilómetros en esos camiones descubiertos que se


balanceaban por rutas difíciles, bajo el sol ardiente del período más caluroso
del año... para llegar a esa tierra desconocida tan temida... Las náuseas se
sumaron a la tristeza y angustia del viaje... Terminaron cansados y enfermos,
para encontrarse con lo que para ellos era un desierto...” xxi

En la Unión Soviética, a veces antes de llenar los embalses se obligaba a los


desalojados a quemar y destruir sus propias viviendas, iglesias, huertos y a
exhumar los ataúdes de sus familiares.xxii A fines de la década de 1950, cuando la
represa Miguel Aleman, en Méjico, fue construida, 21.000 indios mazatec se
negaron a abandonar el lugar, entonces los empleados de la Comisión del Río
Papaloapan incendiaron sus hogares. El ejército tuvo que interceder en varias
ocasiones para detener el caos resultante en las comunidades indígenas.xxiii

Recientemente se han dado a conocer historias desgarradoras en inglés acerca de


los desalojos de cientos de miles de personas para llevar a cabo la represa
Xinanjiang, en China. Aunque se suponía que el programa de reubicación debería
realizarse paulatinamente durante varios años, la política cambió raudamente en el
momento más crítico del “Great Leap Forward”, en 1958, y se obligó a los
habitantes a salir en masa. Los funcionarios del partido local ordenaron que el
reasentamiento se lleve a cabo “como una acción de batalla” y sugirieron a la gente
que llevara consigo “más ideología buena y menos muebles viejos”. Los
funcionarios enviaron a obreros a destruir las viviendas y ordenaron que las
compuertas de la represa se cerraran anticipadamente para inundar las viviendas
que estaban en las partes más bajas. Las fuentes chinas relatan que “a esto, le
siguieron protestas generalizadas. Algunos destruyeron sus propiedades y se
negaron a irse, otros totalmente conmocionados enloquecieron, otros incendiaron
sus propias casas y los ancianos se aferraron a sus tierras y se negaron a moverse.
Pero finalmente se los forzó a todos a dejar el lugar”. Se obligó a la gente
desplazada, que estaba traumatizada, a caminar varios días hasta llegar a las áreas
de reasentamiento. En el camino muchos fueron víctimas del frío y del hambre y las
mujeres embarazadas daban a luz al costado del camino. Se decía que estos
campesinos se asemejaban a las columnas de refugiados en tiempos de guerra.xxiv

11
Una represa hecha con sangre: las masacres de Chixoy

La represa de Chixoy se construyó con la sangre de los habitantes de


Río Negro.

Miembros del Grupo de Derechos Humanos de Guatemala, 1993.

Una de las más terribles atrocidades relacionada con los desalojos a causa de las
represas fue ciertamente la matanza de 369 indios maya achí del pequeño pueblo
de Río Negro, en la zona anegada de la represa Chixoy, en Guatemala. La pesadilla
de Río Negro comenzó en 1976, cuando un helicóptero lleno de funcionarios de la
empresa de energía guatemalteca INDE descendió en el pueblo para transmitirles a
los habitantes que pronto quedarían sepultados bajo una enorme represa. Durante
Los cuatro años siguientes, el INDE y un comité conformado por los habitantes del
pueblo negociaron los términos del reasentamiento. Sin embargo, cuando la gente
de Río Negro vio las casas pequeñas y la tierra pobre a las que iban a ser
trasladados, se sintieron engañados y se negaron a moverse.

Llegado este punto, las autoridades comenzaron una campaña de terror contra los
habitantes tercos. En marzo de 1980 tres policías militares con base en el sitio de la
represa fueron a Río Negro supuestamente para arrestar a algunos de los
habitantes acusados de robar en los depósitos del proyecto. Cuando la comunidad
se negó a entregarlos, la policía abrió fuego y mató a siete personas. Entonces los
pobladores persiguieron a la policía hasta que se fueron y uno de ellos, según la
gente de Río Negro, se ahogó en el río. No obstante el INDE y el ejército acusaron a
los pobladores de asesinar al policía y quedarse con su arma y de ser promotores
del movimiento guerrillero del país. En julio de 1980 dos representantes de Río
Negro accedieron al pedido del INDE y fueron al sitio de la represa para presentar
los documentos de reasentamiento que habían firmado con la empresa. Una
semana después fueron encontrados los cuerpos mutilados de los dos hombres y
los documentos nunca aparecieron.

Dos años más tarde, en febrero de 1982, el comandante militar local obligó a 73
hombres y mujeres de Río Negro a presentarse en Xococ, una localidad río arriba
de la zona del embalse, que tenía un pasado de conflictos de tierras y hostilidad.
Solamente una mujer de los 73 volvió a Río Negro, el resto fue raptado, torturado y
luego asesinado por la Patrulla de Autodefensa Civil de Xococ o la PAC, una de las
notorias unidades paramilitares utilizadas por el Estado como escuadrones de la
muerte. Luego de que la mujer que logró escapar le contó a la gente de Río Negro
acerca de las masacres, los hombres del pueblo se escondieron en las montañas y

12
las mujeres se quedaron en la casa pensando que las patrullas sólo buscarían a los
hombres.

El 13 de marzo de 1982 diez soldados y 25 patrulleros llegaron a Río Negro


buscando a los “guerrilleros”. Enfurecidos al no encontrar ningún hombre, rodearon
a las mujeres y a los niños que quedaban y los hicieron marchar hacia un cerro
cerca del pueblo. Allí comenzaron a violar a las mujeres y luego las mataron.
Algunas murieron a garrotazos, otras fueron golpeadas hasta la muerte con palos y
culatas de rifles y otras fueron decapitadas o degolladas. A los niños los ataron de
los tobillos y golpearon sus cabezas contra las rocas y los árboles. Setenta mujeres
y 107 niños fueron asesinados sin piedad, solamente dos mujeres pudieron
escapar y dieciocho niños fueron transportados a Xococ y tomados como esclavos
de las patrullas. Durante los dos meses siguientes 82 habitantes de Río Negro
fueron masacrados y en septiembre 35 niños huérfanos se encontraban entre los 92
ametrallados y carbonizados en otra localidad cercana a la represa. El llenado del
embalse Chixoy comenzó poco después de esta masacre final.

Las masacres de Río Negro deben ser consideradas en el contexto de la brutal


campaña de anti-insurrección del gobierno, que dejó un saldo de 78.000
guatemaltecos muertos o desaparecidos en todo el país entre 1980 y 1984. Sin
embargo, los trabajadores de la iglesia local, los periodistas, los defensores de los
derechos humanos de otros países y los mismos sobrevivientes, en una palabra
todos, relacionaron directamente las masacres con las intenciones del INDE de
desocupar el área del embalse. Además, todos negaron la existencia de una
actividad guerrillera organizada en Río Negro. El grupo norteamericano defensor de
los derechos humanos Witness for Peace, que está trabajando con los
sobrevivientes de las masacres, afirma que “las víctimas de Río Negro murieron
porque bloqueaban el 'desarrollo' del proyecto Chixoy”. Muchos creen que el INDE
impulsó la violencia para que los encargados pudieran quedarse con los pagos
compensatorios que correspondían a los pobladores. “Les contaré la verdadera
causa de la violencia”, confesó un sobreviviente a Witness for Peace, “querían
nuestras tierras para esa maldita represa y su embalse y nosotros estábamos en el
medio”.

Las compañías extranjeras y los donantes también son culpables de estas


masacres, ya que estaban felices con el diseño, la construcción y el financiamiento
de una gran represa en un país controlado por una terrible dictadura militar, donde
abundaba la brutalidad contra sus propias comunidades indígenas. El diseño de la
represa estuvo en manos del Consorcio LAMI, un grupo de consultores en
ingeniería integrado por Lahmeyer International de Alemania, Motor Columbus de
Suiza y la compañía International Engineering de los EE.UU.xxv El estudio de
13
factibilidad de LAMI insensiblemente eligió a los 1.500 indios que serían
desplazados: “En el tramo de las tierras del estudio... casi no hay habitantes”,
escribieron los consultores.

Los préstamos para Chixoy provenían de distintas fuentes, incluyendo el Banco


Mundial, el Banco de Desarrollo Interamericano (BID) y el gobierno italiano. Todos
ellos fingieron no saber nada en cuanto a las masacres y negaron tener
conocimiento de las mismas mediante los documentos del proyecto: no se hace
referencia a las masacres en ninguno de los informes internos de los financistas
sobre Chixoy, a los que pudieron acceder investigadores externos. Personal del
Banco Mundial supervisó el trabajo en el sitio por un lapso de hasta tres meses
cada año entre 1979 y 1991. Según los pobladores toda la gente de la región
conocía las masacres, por lo que resulta difícil creer que el Banco Mundial y otros
financistas lo ignoraran. Aun así el Banco Mundial y el BID acordaron otorgar más
préstamos de seguimiento al INDE en 1985 para hacer frente a la cantidad
extraordinaria de costos excesivos ocasionados por la represa.

El “Informe Confidencial de Consumación del Proyecto” que el Banco Mundial


elaboró sobre Chixoy en 1991, no menciona en ningún momento que más de un
cuarto de las 1.500 personas que serían reubicadas habían sido víctimas de
masacres antes de que se llenara el embalse. Lo más cercano a asesinatos en
masa que el informe menciona es cuando, haciendo referencia a los planes de
reasentamiento, se dice que tuvieron “conceptualmente... serias fallas” y se
menciona que “hubo retrasos en cuanto a la implementación del programa debido a
la intensa actividad de insurrección en el área del proyecto durante 1980 y 1983
—dos encargados del reasentamiento fueron asesinados mientras llevaban a cabo
sus tareas— y a las dificultades con respecto a la compra de tierras”.

Witness for Peace en el informe sobre Chixoy de 1996 concluye que:

“Si el Banco (Mundial) sabía acerca de las masacres, entonces, otorgarles más
préstamos para el proyecto era, en el mejor de los casos, una coartada premeditada
y en el peor, un acto de complicidad en la violencia. Si el Banco desconocía la
matanza, entonces era culpable por total negligencia. En cualquiera de los casos el
Banco está involucrado en los horrores perpetrados contra el pueblo de Río Negro
en 1982”.xxvi

Después de la inundación

...cada persona desarraigada de su suelo... cambiará su pala por una casa


digna, la oscuridad por la luz y el fanatismo por la fe...
14
N.V. Gadgil, Ministro a cargo del proyecto multi-represas de Damodar Valley
Corporation, India, 1948

La gran mayoría de quienes fueron desplazados por las represas han desaparecido
de las estadísticas, absorbidos por barrios pobres o por los campos de trabajadores
extranjeros. En India, alrededor de tres cuartos de los millones de desplazados no
recibieron tierras o viviendas; en el mejor de los casos obtuvieron una pequeña
indemnización, pero generalmente no recibieron nada.xxvii Numerosos estudios
demuestran que incluso aquellos indios desplazados que fueron “reubicados”
invariablemente terminaban empobrecidos, desmoralizados y deprimidos. En las
áreas de reasentamiento la gente desalojada por la represa Rengali, en el estado de
Orissa, se conoce como “inundados destituidos”, según sus propios nuevos
vecinos.xxviii En China, según las estadísticas oficiales, solamente un tercio de los
desplazados han podido “restablecer sus vidas con estándares satisfactorios”. Otro
tercio “logró subsistir” y el resto “se atascó en la pobreza”.xxix

En el resto del mundo, los constructores de represas continúan originando nuevos


“inundados destituidos”. De casi todos los planes de reasentamiento de los cuales
se cuenta con información confiable, la mayoría de los desalojados terminó con
ingresos inferiores, menos tierras, menores oportunidades de trabajo, viviendas más
pobres, menor acceso a los recursos básicos como madera y forraje, y una peor
nutrición física y salud mental.

Cuando los campesinos desplazados reciben compensaciones en efectivo por la


pérdida de tierra, invariablemente esta indemnización es muy inferior al costo de la
tierra. En ocasiones se debe a que el valor de la tierra se estima de acuerdo a
tasaciones viejas, otras veces se debe a la diferencia causada por la inflación entre
el momento en que se tasaron las tierras que serían anegadas y el momento en que
se efectuaron los pagos. En Vietnam, la hiperinflación de los años ‘80 redujo el valor
de la indemnización otorgada a los campesinos desplazados por la represa Hoa
Binh a un valor de cinco centavos de dólar.xxx Este problema se agrava por la
inevitable suba en los precios de las tierras cercanas a un nuevo embalse como
consecuencia de la mayor demanda de tierra cultivable. El pago de la indemnización
por las tierras también puede ser insuficiente, simplemente porque las autoridades
no poseen el dinero o la voluntad de pagar una suma adecuada.xxxi

La compensación recibida también suele ser escasa porque los funcionarios


corruptos u otros intermediarios se quedan con una parte. Cuando las autoridades
colombianas anunciaron el paquete de indemnizaciones para los afectados por la
represa Guavio en 1981, “abogados-buitres y otros intermediarios familiarizados con
15
el sistema de adquisición de tierras en Colombia” llegaron al área y ofrecieron a los
campesinos pagos efectivos inmediatos que alcanzaban alrededor del el 50% del
valor de mercado de la tierra adquirida. Aproximadamente el 60% de los
campesinos, en su mayoría analfabetos con muy poca experiencia en el manejo de
contratos, entregaron sus títulos de propiedad a estos estafadores, quienes luego
reclamaron a las autoridades el valor de mercado que tenía la tierra.xxxii

Siendo la mayoría de los desplazados familias campesinas, el hecho de disminuir


enormemente el tamaño de sus tierras puede provocar una caída desastrosa en sus
ingresos. En 1981, 100.000 personas que habitaban en el área anegada de la
represa Srisailam, en el estado indio de Andhra Pradesh, fueron cruelmente
expulsadas en lo que las autoridades denominaron “Operación Demolición”. Tres
años después un equipo de investigación social con sede en Nueva Delhi, de la
ONG Lokayan, entrevistó a 258 desplazados por la represa Srisailam. Concluyeron
que desde el desalojo el ingreso de las familias había disminuido más del 80%,
principalmente debido a la pérdida de tierras cultivables. La indemnización por las
tierras inundadas alcanzaba sólo un quinto del valor real. Quienes poseían ganado o
equipamiento agrícola habían sufrido una caída dramática y las deudas promedio
por familia habían aumentado por encima del 150%.xxxiii

Los especialistas en reasentamientos coinciden en que otorgar tierra por tierra es


mucho mejor que la indemnización con dinero. Sin embargo, aún cuando se
otorgaron tierras, éstas fueron inadecuadas por razones similares a las que se
plantearon en el caso de las indemnizaciones con dinero —la falta de títulos de
propiedad legales de todas las tierras que se trabajan, por ejemplo, o la ausencia de
compromiso gubernamental o de recursos públicos para comprar tierras de tamaño
y calidad semejantes. Esta última cuestión es clave, ya que invariablemente quienes
son desplazados pierden tierra fértil, por lo que deberían recibir más cantidad de
tierra si es menos productiva.

A cada familia adivasi desplazada por la represa Bargi en Madhya Pradesh (la
primera represa construida sobre el Narmada), se le prometió dos hectáreas de
tierra cuando sus campos fueron anegados a fines de la década del ‘80, a pesar de
que la superficie de muchas de sus antiguas propiedades fuera superior. Esta
promesa no se cumplió y a la mayoría de los 114.000 desplazados sólo se les
otorgó parcelas para viviendas y lastimosas indemnizaciones en efectivo. Debido a
los estudios incompetentes, muchas de las áreas de reasentamiento se encontraban
en zonas propensas a ser anegadas por lo que, sin ninguna advertencia previa, los
desplazados fueron desalojados nuevamente por un segundo anegamiento cuando
el embalse se llenó completamente en 1990. El gobierno de Madhya Pradesh

16
estimaba que Bargi inundaría 26.729 hectáreas pero el área real sumergida triplica
esta cifra.

Algunas de las familias desplazadas por segunda vez (quienes ya habían invertido
el dinero de la indemnización en la construcción de viviendas que vieron
desaparecer un tiempo más tarde) fueron trasladadas a lo que el gobierno denominó
la “ciudad ideal” de Gorakhpur. Se construyeron allí casas, una escuela y un
dispensario con medicamentos. Sin embargo, no había maestros ni personal médico
en Gorakhpur, ni había tierra disponible ni zona de pastura para el ganado. Privados
de casi todos sus medios de subsistencia, cinco personas murieron de hambre en la
“ciudad ideal” entre 1990 y 1992.xxxiv Hacia 1993 la mayoría de los desplazados de
Bargi se había mudado a poblaciones vecinas en búsqueda de trabajo. Shailendra
Yashwant, una periodista india, describe la crisis de esta comunidad:

“En Jabalpur existe un asentamiento muy pobre cerca de las aguas


contaminadas del lago Ranital donde se descargan los líquidos cloacales...
quienes viven allí eran campesinos prósperos de los pueblos de Gumti, Bargi
y Meli de la zona inundada por la represa de Bargi. Los hombres trabajan
como obreros de la construcción o con jinrikishaxxxv y las mujeres se las
arreglan trabajando como empleadas domésticas o en el arreglo de los
caminos y rutas. ‘Destruyeron nuestro orgullo, acá vivimos como animales.
Nuestros hijos nunca creerán que alguna vez fuimos campesinos prósperos.
Lo único que vieron es esta forma de vida asquerosa’, dice Omkarnath en
tono enfurecido -su padre poseía 12 acres en Gumti”.xxxvi

En el caso de la gente que no tenía tierras, la pérdida de sus trabajos o comercios a


raíz de la reubicación significó también la pérdida de su fuente de ingresos. Es
probable que se generen nuevos trabajos en la zona de la represa, pero esta gente
no conoce el oficio, por lo cual invariablemente recibirán menos dinero y el trabajo
más peligroso. De todos modos, cuando el proyecto finaliza todos estos puestos se
pierden. La presión en el mercado local por trabajo se incrementa debido a la gran
cantidad de propietarios de tierras que eran autosuficientes y que han perdido todo
a raíz de la represa. Este repentino ingreso de desplazados a un área de
reasentamiento también puede provocar la disminución de salarios y de
oportunidades de trabajo para la gente oriunda del lugar.

La pérdida de lo público

Nuestra leña, la pastura, las hierbas y las medicinas provienen del bosque,
las flores mahua que recolectamos para el vino de mahua también provienen
del mismo lugar y nuestros peces del río aguas abajo... ¿Qué programa de
17
reasentamiento va a tener en cuenta que todas estas cosas forman parte de
nuestros ingresos a la hora de indemnizarnos?

Luaria, un adivasi que sería desplazado por Sardar Sarovar, 1994

Para muchos campesinos, y en especial para los más pobres, el anegamiento de lo


público constituye la pérdida más grande provocada por las represas. En las áreas
semiáridas de la India, por ejemplo, la gente humilde recolecta la leña y cubre cuatro
quintos de las necesidades de pastura en estas tierras públicas. Sin embargo, en
muy raras ocasiones se compensan estas pérdidas. En un informe interno del
Banco Mundial, en 1994, que abarcaba 192 proyectos con reasentamientos
financiados por ellos mismos, solamente encontró un solo caso en el que se habían
hecho provisiones explícitas para compensar las pérdidas de propiedades de uso
común.xxxvii

Si bien los encargados de planificar el programa de reasentamiento de la represa


Manantali, sobre el río Bafing, en Mali, advirtieron la necesidad de compensar a los
10.000 desplazados por la pérdida de tierra de cultivo, éstos obviaron reconocer que
la sustentabilidad de la agricultura de los pobladores de Mali requiere una reserva
de tierra sin cultivar que debe ser al menos igual a la tierra cultivada en cualquier
año. La importancia de las tierras públicas en cuanto al suministro de pastura para
el ganado también fue ignorada, puesto que para los planificadores la comunidad
era “agrícola” más que “ganadera” y asumieron que el ganado era periférico a la
economía local. Tampoco se tuvo en cuenta la importancia de las huertas y de los
productos alimenticios silvestres que las mujeres utilizaban.xxxviii

La reducción radical del tamaño de la propiedad y del acceso de la gente a las


tierras de uso común trae consigo el riesgo del hambre después del desalojo —lo
que es un hecho irónico, pues muchas represas se construyen con la promesa de
incrementar la producción de alimentos mediante el riego. El Instituto de Ciencias
Sociales de Tata, con sede en Bombay, afirma que el pescado y la carne han
desaparecido de las dietas de miles de desplazados por la represa Sardar Sarovar
que se trasladaron a áreas de reasentamiento entre 1986 y 1993, y que “era
evidente la reducción en el consumo de legumbres y vegetales en algunas
comunidades reasentadas”. En general, agrega el Instituto, el reasentamiento
“equivale a una disminución de la variedad, calidad y cantidad de los alimentos
consumidos” por los desplazados.xxxix

Un estudio del año 1992 de un pueblo en el que se reubicaron a algunas de las


personas que habían sido desalojadas por la represa Hoa Binh, reveló que antes del
desplazamiento la mayoría de los campesinos podía cultivar arroz suficiente para el
18
consumo familiar de todo un año; luego de concluida la obra obtenían arroz sólo
para tres meses. Las familias podían cultivar maíz y mandioca en las pequeñas
parcelas de tierra infértil de las laderas donde se los había forzado a vivir, aunque
durante varios meses del año tenían que ingerir comidas poco nutritivas y batatas
silvestres amargas. Los niños de esta población tenían barrigas prominentes, brazos
largos y piernas de desnutridos.xl

Reasentamientos mortíferos

La evidencia existente sobre numerosas represas demuestra que el reasentamiento


es sinónimo de muerte: las tasas de enfermedad y mortalidad se incrementan
notoriamente luego del desplazamiento de los afectados, especialmente entre los
más jóvenes y los ancianos. Las enfermedades son provocadas por distintas
causas, entre ellas la desnutrición y la falta de higiene y de salubridad en las áreas
de reasentamiento, además de las enfermedades provocadas por los parásitos del
agua, que siempre aparecen después de cualquier gran proyecto de desarrollo
hídrico en los trópicos (ver más abajo). Al mismo tiempo, quienes son trasladados a
áreas ecológicamente distintas frecuentemente se encuentran con diferentes tipos y
cepas de enfermedades para las cuales tienen baja inmunidad, o bien desconocen
cómo prevenirlas o curarlas. El estrés psicológico causado por el desplazamiento
también incrementa la susceptibilidad a enfermarse.

Después del reasentamiento y durante los dos meses siguientes, más de las 121
personas desplazadas por la construcción de Kariba, en su mayoría niños, fueron
víctimas de brotes de la enfermedad del sueño (encefalitis letárgica), disentería,
sarampión y varicela. Casi un año más tarde, en septiembre de 1959, se manifestó
una enfermedad inexplicable que al año siguiente se llevó la vida de 56 mujeres y
niños.xli El Instituto Tata observó altos e inusuales índices de mortalidad entre las 60
familias que vivían en el área de reasentamiento de Parveta; durante los primeros
años desde que empezaron a trasladarse allí en 1984, murieron 17 personas, 11 de
las cuales eran niños menores de cuatro años. xlii

Otra de las causas de muerte entre la gente afectada por la construcción de


represas es que a menudo se ahogan debido a que sus pequeñas canoas son poco
seguras en las aguas peligrosas de los embalses. xliii Otro de los riesgos es que la
gente que permanece a orillas de un embalse recibe poca o ninguna advertencia
sobre las fluctuaciones del nivel del agua debido al funcionamiento de la represa. En
Indonesia, 106 personas se ahogaron en el embalse de Saguling en los 14 meses
posteriores a la finalización de la represa en 1984; tres años más tarde se ahogaron
10 personas en diez meses luego del llenado del embalse de Cirata, y seis meses

19
después del cerramiento de la represa Kedung Ombo, en enero de 1989, se
ahogaron seis personas.xliv

El fin de la alegría

Las penurias del desalojo y la reubicación no se comparten equitativamente. A las


mujeres les toca la peor parte porque, como explica la Revisión de reasentamiento
de 1994 del Banco Mundial, “el pago de la indemnización es solamente otorgado a
los jefes de familia, convirtiendo así las propiedades de la familia en dinero en
efectivo, que queda en manos de los hombres y a su vez exponiendo a las mujeres
y niños a un riesgo más alto de pérdida.”xlv También es probable que las mujeres
sean afectadas en forma desproporcionada debido a que son más dependientes de
la propiedad de uso común: en muchas culturas las mujeres son responsables de
conseguir agua y recolectar leña, forraje, vegetales silvestres y otros productos de
tierras públicas. En África las mujeres tienen huertas en tierras no registradas, por
las que probablemente no recibirán indemnización. Enakshi Ganguly Thukral afirma
que:

“Debido a que la mujer en India es más sedentaria que el hombre, la


destrucción del poblado y de las unidades sociales (provocadas por el
desplazamiento) la afecta mucho más. El simple hecho de dejar sus parientes
y amigos o de no ver nunca más a su hija que está casada y vive en un
pueblo que no será desplazado causa una profunda angustia a la mujer...”.xlvi

Cuando hay desalojos generalmente se margina a los ancianos y a los líderes


tradicionales de las comunidades que quedaron impotentes a la hora de proteger al
grupo. A veces son reemplazados por miembros más jóvenes de la comunidad,
quienes poseen una educación formal y pueden negociar mejor con los funcionarios
del gobierno. También los líderes religiosos y los protectores de sitios sagrados que
han sido anegados pueden perder su estatus social cuando no se puede continuar
con las ceremonias religiosas.

Uno de los problemas más graves y a largo plazo que enfrentan los desplazados es
el endeudamiento. Los afectados pasan de vivir de las economías de subsistencia y
de las tierras públicas a depender del dinero en efectivo y los mercados, lo que
incrementa la vulnerabilidad al endeudamiento y reduce su capacidad de sobrevivir
en los años de escasez. Si bien en el pequeño pueblo costero de Manibeli casi no
se tenía conocimiento sobre deudas, se obligó a cuatro quintos de los grupos
familiares del área de reasentamiento de la represa Sardar Sarovar, en Parveta, a
sacar créditos durante los ocho años subsiguientes al inicio del desalojo.xlvii Las
familias que no puedan pagar los créditos no tendrán otra alternativa más que
20
vender los pocos bienes que les quedan y, como último recurso, el más importante,
su tierra.

Aunque parezca obvio que el desplazamiento siempre produce pobreza y trae


consecuencias graves que afectan al bienestar social y cultural de una comunidad,
rara vez se reconoce este aspecto en las publicaciones o en los planes de
reasentamiento, los que normalmente sólo se ocupan de los temas estrictamente
económicos del desplazamiento. Una de las secuelas más comunes del
reasentamiento es la desintegración física de los pueblos, las aldeas e incluso las
familias: las 19 poblaciones desplazadas por Sardar Sarovar, en el estado de
Gujarat, han sido reasentadas en más de 175 sitios.xlviii

En un estudio llevado a cabo por los antropólogos N.K. Behura y P.K. Nayak acerca
de los desplazados por la represa Rengali, en Orissa, se destacaron una serie de
síntomas de la crisis social y cultural. Al empobrecerse, los desplazados no pudieron
cumplir con sus obligaciones tradicionales de ayudar a los miembros de sus familias
y de sus castas, y a la vez sus responsabilidades eran mayores, ya que dependían
de sus familiares que no habían sido desplazados para que los ayudaran a enfrentar
la pesadilla del desalojo. Las disputas relacionadas con la división del dinero de la
indemnización familiar “alimentaron la desconfianza y el sufrimiento en el ámbito
familiar”. Debido a que el prestigio social de las familias desplazadas disminuyó,
luego del desalojo sólo podían casarse entre miembros de otras familias
desplazadas. Los grandes grupos familiares tradicionales se disgregaron y se
transformaron en pequeños grupos para poder recibir la indemnización que sólo se
pagaba a las familias-núcleo. En cuanto a la organización comunal, afirman Behura
y Nayak, “los grupos que coordinaban los temas políticos, económicos y rituales
comenzaron a disolverse”. El entusiasmo, la abundancia y el esplendor que había
en las ocasiones festivas se perdió casi por completo: las fiestas tradicionales “se
caracterizan más por la melancolía que por la alegría”.xlix

El fracaso de las políticas de reasentamiento

La resistencia y toda esa rebeldía,


Frustra el éxito más glorioso,
Hasta que al fin, con gran disgusto,
Uno pronto se harta de ser justo.
Johann Wolfgang von Goethe
Fausto, 1833

Por primera vez, en 1980, el Banco Mundial publicó su política sobre


“reasentamiento involuntario”. Desde entonces este documento ha sido actualizado
21
y mejorado, y muchas agencias internacionales lo utilizaron como modelo. Según
afirmó el mismo Banco Mundial, el “objetivo fundamental de la política del Banco es
restaurar la calidad de vida y el poder adquisitivo de la gente desplazada y
mejorarlos cuando sea posible.”l Sin embargo, para la gran mayoría de represas que
ha financiado, el Banco Mundial carece de información sobre “la calidad de vida y el
poder adquisitivo de la gente desplazada”, ya sea antes o después del
reasentamiento. Al mismo tiempo una “revisión abarcativa de los proyectos del
Banco que involucraban los reasentamientos involuntarios de 1986 a 1993”, afirma
que la evidencia disponible:

“...señala con más frecuencia una insatisfactoria recuperación de los ingresos


que la obtención de algún resultado satisfactorio... La disminución de los
ingresos en las poblaciones afectadas es significativa, en algunos casos
alcanza el 40% entre las comunidades que eran pobres aun antes del
desplazamiento...”.li

De los 192 proyectos financiados por el Banco Mundial que fueron examinados en
esta Revisión de 1994, el 50% carecía de planes de reasentamiento al momento de
ser aprobados por la junta de directores ejecutivos del Banco, lo que representó una
violación directa a la propia política de la institución. Además el 70 por ciento de los
planes que se habían preparado disponían que sólo se efectivizarían
indemnizaciones en efectivo y no en tierra u otro bien productivo, hecho que
también infringía las normas del Banco.lii En conclusión, solamente el 15% obedecía
dos de las políticas básicas de reasentamiento.

Un hecho recurrente en la revisión de los planes de reasentamiento es que la cifra


de personas desplazadas a menudo se subestima (ver cuadro 3.1). Los documentos
de planificación de los proyectos examinados por la Revisión indicaban un total de
1,34 millón de personas desalojadas por los 192 proyectos en total. Cuando se
analizó la marcha actual de estos proyectos, se supo que al menos 1.965.000
personas habían sido desalojadas (el 63% por represas). El personal del Banco y
los funcionarios de los países que recibieron los préstamos obviaron la expulsión de
625.000 individuos.liii

Seguramente la principal razón para subvalorar estas cifras es que a los


responsables de estos proyectos y a las agencias de crédito les conviene
distorsionar los números para que los proyectos parezcan más viables. En el año
1986 un informe interno escrito por el sociólogo del Banco, Michael Cernea (coautor
de la Revisión de 1994), advirtió que “en ocasiones las agencias de crédito
deliberadamente disminuyen el grado de reasentamiento frente a las misiones del

22
Banco”.liv Sin embargo, aunque este comportamiento constituya una norma y no la
excepción, las misiones del Banco rara vez cuestionan las cifras recibidas.

En 1984 la evaluación del Banco Mundial previa al proyecto de la planta


hidroeléctrica Ruzizi II, en el límite de Ruanda y Zaire, que también fue financiada
por el Fondo Europeo de Desarrollo, aseguraba que “la represa y la estación de
generación tendrían muy poco impacto sobre la vida cotidiana de los habitantes del
sitio propuesto” y que solamente se necesitaría desplazar a 135 personas. Sin
embargo, la Revisión de 1994 reveló que 15.000 personas habían sido desalojadas
—111 veces más de lo que el Banco originalmente estimaba. En 1989 un memo del
Banco narra el fiasco del reasentamiento producido por otro proyecto hídrico
financiado por esta entidad, llamado Kiambere, sobre el río Tana, en Kenia, al este
de África. Según el documento, que trascendió a pesar del secretismo, la estimación
del proyecto original pronosticaba “una cifra de 1.000 personas que vivían en ambas
costas del río, de las cuales se debería relocalizar a un número no especificado”.
Más tarde algunos exámenes revelaron que el total de desplazados era siete veces
superior.lv La constante subvaloración del número de desalojos va mucho más lejos
que un interés puramente estadístico. Así sea hecho con las mejores intenciones,
cuando se hace un presupuesto basado en la compensación y el reasentamiento de
135 personas y en realidad son 15.000, el plan se cae a pedazos.

La Revisión de 1994 reveló que sólo en el caso de la represa Khao Laem, en


Tailandia, se había respetado el “objetivo principal” de la política del Banco, y que
los “ingresos familiares se elevaron después del reasentamiento”.lvi Sin embargo,
cuando se mira más a fondo el estudio sobre el reasentamiento en Khao Laem,
realizado por el Departamento de Evaluación de Operaciones (DEO), del Banco
Mundial, en el que se basan las conclusiones de la Revisión, se encuentra un
resultado menos feliz. El estudio del DEO afirma que los ingresos promedio se
habían incrementado sólo en una muestra de 200 familias que vivían en los sitios de
reasentamiento. No obstante, una de cada cinco familias desplazadas, muchas de
ellas provenientes de la minoría étnica Karen, no poseía documentos legales de
residencia y sus integrantes no resultaban aptos para recibir tierra o parcelas en los
barrios de reasentamiento.lvii El Banco Mundial ha ignorado el destino de estas
familias, algunas de las cuales se vieron obligadas a cultivar ilegalmente en una
cercana reserva natural de importancia internacional.lviii De las 1.949 familias que sí
pudieron reubicarse en las villas de reasentamiento, más del 20 por ciento había
abandonado el área para 1989, cuatro años después de que la represa fuera
completada, el tiempo que DEO utilizó para la encuesta. El destino de estas familias
también se desconoce.lix

23
Cuadro 3.1: Subestimación de número de desplazados

Represa (Proyecto) País Cálculo Original Cálculo Corregido Ref.


(Año) (Año)

Itá Brasil 13.800 (1987) 19.200 (1993) 2


Guavio Colombia 1.000 (1981) 5.500 (1994) 1
Akosombo Ghana 62.500 (1956) 82.000 (1965) 7
(Andhra Pradesh Irrigación India 63.000 (1986) 150.000 (1994) 1
II)
(Gujarat Medio Irrigación II) India 63.600 (19??) 140.370 (1994) 3
(Karnataka Irrigación/ India 20.000 (1978) 240.000 (1994) 1,5
Krishna Superior)
(Madhya Pradesh Medio India 8.000 (1981) 19.000 (1994) 1
Irrigación)
Sardar Sarovar India 33.000 (1985) 320.000 (1993) 4
Indravati Superior India 8.531 (19??) 16.080 (1994) 3
Kiambere Kenya 1.000 (1983) 7.000 (1995) 5
Bakun Malasia 4.300 (1988) 9.430 (1995) 7
Funtua Nigeria 100 (19??) 4.000 (1994) 5
Tarbela Pakistán 85.000 (19??) 96.000 (19??) 6
Ruzizi II Zaire/ Rwanda/ 135 (1984) 15.000 (1994) 1
Burundi

Fuentes:
1. Banco Mundial (1994). 'Resettlement and Development: The Bankwide Review of Projects
Involving Resettlement 1986-1993'.
2. Cernea, M.M. y Guggenheim, S.E. (eds.) (1993) Anthropological Approaches To
Resettlement: Policy, Practice and Theory, Westview Press, Boulder, CO.
3. Banco Mundial(1994) 'Resettlement and Rehabilitation in India: A Status Update of Projects
Involving Involuntary Resettlement'.
4. Narmada Bachao Andolan (1994) 'Supreme Court of India Writ Petition'.
5. Cook, C.C. (1994). Involuntary Resettlement In Africa: Selected Papers from a Conference on
Environment and Settlement. Informe Técnico del Banco Mundial Número 227.
6. Peter Ames, Harza Engineering, com. pers.
7. 'Bakun Hydroelectric Project: Energy Security Via Hydropower', GTZ, Eschborn, 1988;
'Bakun: Green Energy for the Future', Despacho del Primer Ministro, Kuala Lumpur, 1996.
8. National Electric Power Authority, 'Lokoja Hydroelectric Project: Feasibility Study, Appendix
C2. International Resettlement Experience', Lagos, marzo, 1979.

Según el DEO los ingresos promedio, ajustados por la inflación, de las 200 familias
entrevistadas se elevan de US$ 118-235 per cápita en 1979 a US$ 260 en 1989. Sin
embargo, es probable que las cifras de ingreso anteriores a la represa sean falsas.
Las familias desplazadas eran campesinos arroceros y la cifra estimativa de sus
ingresos previos se basa en lo que el DEO considera información inconsistente y
poco creíble acerca del precio del arroz.lx Además, si se basa el ingreso de una
familia solamente en su producción agrícola, no se incluye el valioso aporte que
tienen en su economía los recursos obtenidos del uso de la propiedad pública.

La percepción de que las conclusiones del DEO, en cuanto a una mejoría en los
ingresos, constituye un artefacto estadístico conveniente se encuentra respaldada
por los desplazados mismos. Las cifras que se esconden en los apéndices del
informe del DEO demuestran que cuatro de cada cinco reasentados encuestados en
1989 se veían a sí mismos en peores condiciones que antes de la reubicación.

24
Solamente el 14% consideraba que sus ganancias se habían incrementado
después de la represa. El DEO admite que las comunidades se quejaban de que les
resultaba más caro vivir en los barrios de reasentamiento que en sus pueblos
anteriores y que, cinco años después del desplazamiento, los desalojados
continuaban protestando y organizando manifestaciones pidiendo mejores
indemnizaciones. A pesar de la obvia desilusión de los desplazados de Khao Laem,
el DEO concluye que “sus ingresos se han incrementado”, por lo tanto sus
“estándares de vida han mejorado” y que el “resultado del reasentamiento fue
satisfactorio”.lxi

El hecho de aferrarse a Khao Laem como la única historia exitosa de


reasentamiento indica la gravedad de la situación en cuanto al funcionamiento de
los programas de relocalización del Banco Mundial en el resto del mundo. En su
defensa, el Banco Mundial afirma que si bien los registros acerca de su programa de
reasentamiento son pobres, los de los proyectos en los que no se cuenta con este
programa son mucho peores. Aunque no existen evidencias estadísticas que
respalden esta afirmación, es ciertamente poco probable que el nivel de
recuperación de los estándares de vida y de dignidad sean mejores en los proyectos
que no son financiados por el Banco Mundial.

Las represas y sus enfermedades

Si existieran ríos que drenaran el agua estancada y el agua de lluvia


del suelo, la gente sería saludable y feliz. Pero si los ríos no existieran
y se bebiera agua estancada y fangosa, la gente luciría prominentes
barrigas y viviría de mal humor.

Hipócrates, tratado “Aire, agua y lugares”, 400 a.C.

Las personas desalojadas no son las únicas que se enferman y se mueren como
consecuencia de la construcción de las represas. Éstas alteran radicalmente las
condiciones ecológicas, provocan grandes movimientos de población y son
poderosos agentes en la propagación de enfermedades, en especial en las áreas
tropicales y subtropicales, y particularmente cuando están acompañadas de planes
de riego. Si bien las medidas de salud pública con fondos implementados de
manera correcta pueden reducir aunque no erradicar las enfermedades
relacionadas con las represas, en la mayoría de los casos esta situación representa
una excepción más que la regla.

El riesgo de contraer enfermedades comienza con la llegada al lugar de


construcción de la represa de una gran cantidad de obreros, la mayoría de los
25
cuales son pobres sin capacitación alguna y que, especialmente en los países
tropicales, comúnmente son portadores de una serie de enfermedades infecciosas
como tuberculosis, sarampión, gripe, leishmaniasis, sífilis y sida. En muchos casos
es probable que algunas de estas enfermedades, o las cepas, sean nuevas para la
región, y por lo tanto la población local es poco inmune a las mismas.

Para la construcción de la represa Itaipú, en el límite entre Brasil y Paraguay, se


emplearon aproximadamente 38.000 trabajadores, y a fines de 1978 se registró una
fluctuación diaria de dos mil obreros se iban o llegaban a trabajar a la represa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):

“Los trabajadores que llegaban junto con sus familias hicieron que la
población de los pueblos cercanos aumentara entre 3 y 7 veces.
Generalmente se asentaban en barrios humildes superpoblados, donde no
tenían atención sanitaria y de la salud adecuados, y además estaban
expuestos a enfermedades infecciosas, particularmente infecciones
respiratorias y diarreicas, a la desnutrición y al poli-parasitismo, lo que fue
perjudicial para el desarrollo de los niños. Las condiciones de vida también
llevaron a la prostitución y a la promiscuidad y, consecuentemente, las
enfermedades de transmisión sexual eran muy comunes”. lxii

Se cree que los obreros que trabajaron en el proyecto de represa y desvío Lesotho
Highlands Water, que costó U$S 8 mil millones, introdujeron el virus HIV en el reino
de Lesotho, que se encuentra en el sur de África. Actualmente el virus del sida está
avanzando en las comunidades locales. En 1992 algunos estudios demostraron que
1 de cada 20 obreros que trabajaban en la construcción de la represa y
aproximadamente 1 de cada 120 personas del mismo grupo de edad de las
localidades vecinas, estaban infectados. “Ahora hay una gran preocupación debido
al rápido aumento en la propagación del sida”, expresó un artículo del Boletín de la
Asociación de Médicos norteamericana en 1995. “Es imprescindible aumentar los
controles, brindar oportunidades para que todos tengan acceso a la educación para
la salud y llevar a cabo actividades preventivas agresivas en el sitio de la
construcción de la represa Katse para detener la transmisión del sida de los obreros
hacia los habitantes de las localidades cercanas”.lxiii

Los obreros que trabajan en la construcción de represas también corren riesgo de


muerte y de lesiones debido a las peligrosas condiciones de trabajo inherentes a la
mayoría de estos proyectos. El Departamento de Industria y Energía del Banco
Mundial admite que, “desafortunadamente la muerte de trabajadores es algo común
en los túneles, en la construcción de las represas y en cualquier actividad que
implique movimiento de tierra”.lxiv Más de 100 trabajadores murieron en Kariba, al
26
menos 154 perecieron mientras construían la Represa Nagarjunasagar en la India y
en 1983 se perdieron más de 200 vidas al producirse un desprendimiento de tierra
durante la construcción de la represa Guavio, en Colombia.lxv François L.
Lempérière, miembro Senior del Comité Francés de Grandes Represas, calcula que
en total murieron alrededor de 100.000 trabajadores que estaban construyendo
represas y que muchos cientos de miles resultaron seriamente heridos. lxvi

Esquistosomiasis: represas y caracoles

Sin embargo, la razón principal por la que las represas y los sistemas de irrigación
son centros de propagación de enfermedades es que éstas crean hábitat propicios
para el desarrollo de insectos, caracoles y otros animales que actúan como
portadores de los parásitos de enfermedades de origen hídrico. La magnitud de la
incidencia global de la esquistosomiasis (bilharzia), enfermedad hídrica que debilita
a la gente, está directamente vinculada con la construcción de represas y proyectos
de riego. Consecuentemente, la enfermedad no sólo se ha propagado en las áreas
en las que ya se la conocía, sino que también se ha agravado donde ya era un
problema. Una conferencia sobre los problemas ambientales ocasionados por los
programas de irrigación auspiciada por las Naciones Unidas en 1977 concluyó que
“la invasión de esquistosomiasis causada por los planes de riego en las tierras
áridas es tan común que no hay necesidad de dar ejemplos. Son excepcionales las
regiones que cuentan con este tipo de planes y no padecen la enfermedad”.lxvii

En 1947 alrededor de 114 millones de personas en todo el mundo estaban


infectadas con esquistosomiasis. Desde entonces, está cifra aumentó a 200
millones a pesar del desarrollo en los ’80 de una “droga curativa milagrosa”, el
prazinquantel, cuya efectividad parece estar disminuyendo en la actualidad y de
numerosos esfuerzos por tratar de controlar la enfermedad. La esquistosomiasis es
endémica en más de 70 países, pero es particularmente grave en África y también
representa un problema en algunas partes de Medio Oriente, las Filipinas, China, el
Caribe, y en Brasil cada vez más.lxviii

Las dos especies más comunes de platelmintos, conocidos como esquistosomas,


que infectan a la gente, son el Schistosoma haematobium (que se encuentra en
África y en Medio Oriente) y el S. mansoni (en África y América del Sur). Los
huevos de estos parásitos llegan al agua mediante el excremento humano y son
recogidos por los caracoles de las especies Bulinus y Biomphalaria. Una vez dentro
de los caracoles, los huevos de los esquistosomas se abren y los caracoles
excretan las larvas en el agua las cuales permanecen en los tallos y en las hojas de
las plantas acuáticas. Cuando la gente toca esas plantas las larvas penetran
rápidamente a través de la piel y luego se introducen en la sangre.
27
Dentro del cuerpo de una persona las larvas se transforman en parásitos adultos.
Los parásitos S. haematobium se ubican en la vejiga para reproducirse; un sólo par
produce hasta 3.000 huevos por día durante unas ocho semanas. Los huevos
provocan reacciones alérgicas en el sistema urinario. Por otra parte, los parásitos S.
mansoni, que pueden vivir hasta 35 años, se reproducen en el intestino. Algunos de
los huevos se despiden con el excremento o con la orina y así el ciclo comienza
nuevamente. Los que quedan se diseminan por todo el cuerpo, provocando irritación
en varios órganos. La esquistosomiasis intestinal es la más grave de las formas de
esta enfermedad.

Los parásitos y sus huevos producen una enorme variedad de enfermedades. El


síntoma más común es una fatiga moderada general y apatía; los demás van desde
infecciones dermatológicas locales leves hasta enfermedades mortales del corazón,
epilepsia, insuficiencia renal y cáncer. En todos los casos la persona infectada es
más susceptible a otras enfermedades. Los índices de infección de la población
pueden llegar al 100 por ciento en las regiones donde la esquistosomiasis es
endémica.

Las aguas de las orillas de los embalses y de los canales de riego tropicales tienden
a ser calmas, poco profundas, cálidas, cubiertas de plantas y con buena luz, lo que
constituye un excelente hábitat para los caracoles Bulinus y Biomphalaria. Además,
los embalses y los planes de irrigación incrementan notoriamente el contacto de las
personas con las aguas infectadas por los caracoles y las plantas, ya que los
campesinos y los pescadores trabajan en los canales y los embalses y en sus
alrededores, sus familias lavan la ropa y los niños juegan allí mismo. La gran
cantidad de tiempo que los niños de las zonas cálidas pasan jugando cerca del agua
hace que sean muy propensos a contagiarse. Desde que se desarrollaron planes de
riego permanente la gente está expuesta a la esquistosomiasis durante todo el año,
mientras que anteriormente, cuando la agricultura dependía de las precipitaciones
estacionales o de las crecidas anuales, el único período de contacto entre la gente y
los caracoles era la breve estación lluviosa.lxix

Los egipcios padecieron la esquistosomiasis desde los tiempos faraónicos, pero


recién en el siglo XX se convirtió en un problema serio. La construcción y las
posteriores elevaciones de la represa Baja Assuán, a comienzos del siglo pasado, y
la consecuente transformación de los campos de riego tradicional por inundaciones
estacionales en canales y acequias con riego permanente, incrementaron la
incidencia de la esquistosomiasis urinaria en cuatro poblaciones estudiadas del Alto
Egipto, de un máximo de 11% en 1934 a un 75% tres años más tarde.

28
Posteriormente, desde la década del ´30 se han reducido gradualmente los índices
de esquistosomiasis urinaria como resultado de mejoras en la salud pública.

No obstante, desde la construcción de la gran represa Alta Assuán ha habido,


especialmente en el delta del Nilo, un aumento en la cantidad de casos de
infectados con esquistosomiasis intestinal, que es mucho más peligrosa que la
urinaria. Es posible que esto haya sucedido debido a que el aumento en la salinidad
del agua en esta zona es más favorable para los caracoles Biomphalaria, que llevan
el S. mansoni, que para las especies Bulinus que transportan el S. haematobium. La
supresión de las crecidas que arrastraban a los caracoles hacia el mar y el aumento
de la vegetación de agua dulce en los nuevos canales de riego también favorecieron
a los caracoles Biomphalaria.lxx

En Ghana, los caracoles Bulinus han proliferado en todas las represas -grandes y
pequeñas. En la región donde se encuentra la gran represa Volta, los índices de
esquistosomiasis urinaria aumentaron desde una cifra menor a un 10 por ciento en
las poblaciones costeras en 1966 a alrededor del 90% en los niños que vivían cerca
de la nueva represa en 1969. En algunos pueblos muy cercanos a la represa todas
las personas estaban infectadas. No se detectaron casos de esquistosomiasis
intestinal cerca del embalse, sin embargo en poblaciones río abajo, en el Akosombo,
próximas a una represa más pequeña en Kpong, más de un tercio de los pobladores
estaban infectados con el S. mansoni. lxxi

En 1982, un estudio realizado por una consultora y financiado por la Agencia


Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés), concluyó que la
represa Diama, planificada sobre el estuario del río Senegal, y la expansión del
arroz irrigado podrían causar un leve aumento en los índices locales de
esquistosomiasis -en ese entonces sólo se manifestaba la esquistosomiasis urinaria
en la cuenca del bajo Senegal.lxxii Resulta difícil entender de qué manera se llegó a
esta conclusión, ya que desde la construcción de represas y la expansión de la
irrigación en casi todas partes de África occidental, la propagación de la
esquistosomiasis aumentó considerablemente. A comienzos de 1988, dieciocho
meses después de que se culminaran las obras de la represa Diama, se
manifestaron los primeros casos de un tipo de esquistosomiasis intestinal que era
inusualmente grave y difícil de tratar. En 1994 los índices de infección con este tipo
de esquistosomiasis en las comunidades cercanas a los planes de riego del bajo
Senegal oscilaban entre un 25% y un 82%.lxxiii

En Asia, el tipo de esquistosomiasis dominante es la intestinal, y es causada por el


S. Japonicum, que tiene un comportamiento similar al S. mansoni, aunque los
efectos que causa en la salud de la gente son mucho más graves. En Filipinas,
29
donde el S. japonicum es el mayor problema de la salud pública en las áreas en
donde se encuentran los sistemas de riego, se estima que la gente que padece
esquistosomiasis se ve imposibilitada de trabajar hasta 42 días por año. lxxiv Las
condiciones en la India no parecen ser favorables para la propagación de la
esquistosomiasis, cuya transmisión sólo se ha verificado en una pequeña población
del estado de Maharashtra. Sin embargo, se teme que la gran cantidad de indios
nativos que trabajan en las áreas endémicas, especialmente en Oriente Medio,
puedan traer consigo la enfermedad a la India.lxxv Si la enfermedad llegara a la India
el resultado sería catastrófico para la salud pública por varias razones: hay una
inmensa área que se encuentra bajo riego por canales, el país posee una alta
densidad de población y la infraestructura para el cuidado de la salud es escasa.lxxvi

Los intentos en todo el mundo por controlar la esquistosomiasis han tenido poco
éxito; en general han podido contener pero no erradicar la enfermedad. El
programa patrocinado por la OMS y por el Programa de Desarrollo de las Naciones
Unidas (PNUD) llevado a cabo en el embalse de Volta, que consistió en la
fumigación de moluscos y el tratamiento de gente infectada, redujo a la mitad la
incidencia de esquistosomiasis entre 1975 y 1981, año en que concluyó el
programa. Sin embargo dos quintos de la población que vivía en el área continuó
infectada -y sólo se cubrió un tramo de 60 kilómetros de los 5.000 de la costa del
embalse. Egipto invierte una suma de dinero importante en su programa de control
de la esquistosomiasis -el 8% del presupuesto total del país destinado a la salud en
1984-, y aun así la enfermedad es epidemia.lxxvii En los años ’70, en China se creyó
que se había reducido la cantidad de infectados con esquistosomiasis, ya que se
mejoró la higiene y además se habían destruido los hábitat de los caracoles, a tal
punto que “ya no era de importancia para la salud pública”.lxxviii Sin embargo, en
1994 el Economic Daily de Beijing publicó que

“... desde de la década del ´70 se han descubierto cada vez más casos de
gente que padece la enfermedad... y hasta ahora se han encontrado
1.500.000 de personas infectadas... a lo largo del río Yangtze... el país
enfrenta una situación seria en relación con la prevención de la recurrencia
de la esquistosomiasis”.lxxix

Malaria: un desastre ecológico

A pesar del enorme esfuerzo mundial realizado para erradicar la malaria, también
conocida como paludismo, sigue siendo una de las enfermedades letales mortales
más difundidas, y es cada vez más grave. En 1990 más de 300 millones de
personas se enfermaron de malaria y probablemente murieron más de un millón. En
África la gran mayoría de los que murieron de malaria eran niños. El Dr. Hiroshi
30
Nakajima, director general de la OMS, advirtió en 1992 que “la situación del
paludismo es preocupante a nivel mundial y se está tornando cada vez más
grave”.lxxx

El paludismo en los seres humanos es causado por 4 especies de protozoos, de los


cuales el Plasmodium vivax y el Plasmodium falciparum son los más comunes. Los
parásitos Plasmodium deben pasar parte de su ciclo de vida dentro de los
mosquitos hembra de varias especies diferentes del género anófeles y el resto
dentro de huéspedes de sangre cálida como los humanos. Los principales factores
que determinan la incidencia del paludismo en un área determinada son: el clima y
la humedad (los veranos cálidos son necesarios para que los parásitos Plasmodium
sobrevivan y los veranos húmedos para que los mosquitos vivan lo suficiente hasta
que los parásitos lleguen a la etapa en la que pueden infectar); la presencia y
cantidad de mosquitos anófeles; el contacto entre los mosquitos y los seres
humanos; y la presencia de personas infectadas para transmitir los parásitos a los
mosquitos. Los cambios ecológicos provocados por las represas y el riego
permanente en áreas áridas y semiáridas, tales como la existencia de una mayor
cantidad de agua estancada en la que los anófeles se alimentan y la extensión del
período en el cual se encuentran áreas anegadas, tienden a aumentar las
poblaciones de este mosquito.lxxxi

Un estudio sobre las especies de mosquitos encontrados en las áreas irrigadas y no


irrigadas en las planicies de Kano, al sudoeste de Kenia, en los años 70’, demostró
que el riego no sólo hizo que la población de mosquitos aumentara cuatro veces
sino que también favoreció en gran medida la proliferación de anófeles a expensas
de otras especies de mosquitos. Se descubrió que el Anopheles gambiae, principal
portador del paludismo en África semiárida, se reproduce en las aguas playas de las
plantaciones de arroz en las planicies de Kano, mientras que el A. funestus, el
segundo portador más común en África, se reproduce en gran parte en los canales
de irrigación y en el alcantarillado. En 1988 aproximadamente 1 de cada 5
habitantes de las planicies padecía paludismo. La incidencia del paludismo en 1990
fue entre un 26% y un 54% mayor en otras dos áreas bajo riego en Kenia que en las
áreas cercanas que no habían sido irrigadas.lxxxii

El mosquito Anófeles gambiae, uno de los portadores más peligrosos del paludismo,
se reproduce prolíficamente en charcos de agua cálida poco profundos y tan
pequeños como la huella de una pezuña llena de agua, tiene un alto índice de
infección con el parásito Plasmodium falciparum y puede causar el paludismo
cerebral, que es la forma más mortal de esta enfermedad. El A. gambiae es atraído
por la luz solar y su densidad de población tiende a aumentar con la degradación
ambiental, especialmente con la deforestación y el anegamiento de bosques o áreas
31
de llanura. Luego de una invasión de A. gambiae proveniente de Sudán, una
epidemia de paludismo azotó el Alto Egipto entre 1942 y 1943 y dejó un saldo de
130.000 víctimas. Según la OMS, la epidemia debe verse como “una consecuencia
del desarrollo hídrico”.lxxxiii

Los grandes proyectos hidráulicos también impulsan a la gente a trabajar y a vivir


cerca de las áreas de reproducción de anófeles. La gente usa la tierra para realizar
diferentes actividades, como la ganadería y la agricultura, yendo del bosque al
poblado, y como consecuencia los mosquitos pican tanto a los animales como a los
seres humanos. En las praderas de Kano, en Kenia, el 70% de los A. gambiae se
alimenta del ganado y el resto de seres humanos, mientras que en los campos
irrigados cercanos pasa lo contrario. lxxxiv En el área del Proyecto Mahaweli de cinco
represas en Sri Lanka, al sur de Asia, la deforestación redujo considerablemente la
cantidad de animales silvestres de los cuales se alimentaban los Anófeles
culicifacies, principales portadores del paludismo en el sur de Asia, por lo tanto
éstos comenzaron a buscar su alimento, la sangre, en los habitantes que llegaban a
raudales al área. La cantidad de hábitat ideales para la proliferación de los A.
culicifacies aumentó debido a que los escasos niveles de agua de las corrientes río
abajo de la represa mayor de Mahaweli hacía que quedaran charcos de agua
estancada en el lecho del río. Entre 1986 y 1987 se registraron por primera vez
brotes de paludismo en el área de Mahaweli causados por el P. falciparum.lxxxv

En ciertos lugares se encuentran los mosquitos anófeles pero no los parásitos


Plasmodium. El paludismo puede ser introducido en estas áreas por emigrantes
provenientes de zonas infectadas, que vienen a trabajar en los sitios de las represas
o que se establecen en las áreas irrigadas. Una epidemia de paludismo en la región
cercana a la represa de Itaipú, en 1989, fue causada por la combinación del
incremento de la densidad local de los A. darlingi, el portador más importante del
paludismo en Brasil y de la gran afluencia de trabajadores provenientes de la región
del Amazonas infectados con parásitos Plasmodium. Se creía que antes de 1986 el
paludismo había sido erradicado en el sur de Brasil y que además había sido
reducido a niveles muy bajos a lo largo del río Paraná, en Paraguay.lxxxvi

Es común que los diseñadores de represas minimicen el riesgo de que sus


proyectos aumenten el índice de paludismo, afirmando que el uso de pesticidas para
combatir los mosquitos y la instalación de servicios de asistencia sanitaria
adecuados en las áreas afectadas pueden controlar la enfermedad. Sin embargo,
estas dos afirmaciones se tornan rápidamente insostenibles al evidenciarse una
gran resistencia generalizada no sólo de los mosquitos hacia los pesticidas sino
también de los parásitos hacia los tratamientos químicos. En realidad, ahora parece
que los métodos convencionales modernos para el control del paludismo no han
32
hecho más que crear condiciones ecológicas que hacen aún más letal a la
enfermedad.

La campaña mundial para erradicar al paludismo apadrinada por la OMS comenzó


en 1958. Las armas elegidas fueron principalmente el DDT y la quinina, droga anti-
paludismo. En un principio la campaña pareció alcanzar su propósito, ya que en Sri
Lanka se redujeron los casos de un millón en 1955 a sólo 18 en 1963, año en que la
campaña de erradicación estaba en su apogeo.
El alto costo y éxito aparente del programa de erradicación se debió a que cuando la
enfermedad disminuía ostensiblemente en una región, los fondos se destinaban a
otro lugar y se reducían los esfuerzos por controlarla. Desafortunadamente, la baja
en la cantidad de infectados iba acompañada de un incremento en la vulnerabilidad
al paludismo de la población de las áreas endémicas de anófeles -la inmunidad al
paludismo desaparece rápidamente al no estar expuestos regularmente a los
parásitos. Por lo tanto cuando la fumigación se interrumpió y los mosquitos
volvieron, la enfermedad reapareció con mayor intensidad. En 1975 el número de
casos de paludismo en Sri Lanka volvió a subir a más de 400.000, mientras que en
el mundo entero el número de casos superaba dos veces y media la cantidad que
había en 1961.lxxxvii

Mientras que los casos de paludismo se elevaban en todo el mundo, en los años ´60
dos tragedias destruyeron las esperanzas de vencer para siempre la enfermedad:
los mosquitos comenzaron a desarrollar una resistencia genética al DDT y los
parásitos Plasmodium a la quinina. La resistencia del mosquito al DDT implicó que
los programas de fumigación tenían que adoptar alternativas y productos mucho
más costosos. Pero con el correr del tiempo los mosquitos desarrollaron resistencia
a las nuevas sustancias con las que se los pretendía combatir.

Lo que es aún peor, las cepas de Plasmodium resistentes a la quinina que


aparecieron primeramente en focos aislados en Asia en la década del ´50, se
difundieron por Asia y América Latina durante los años ´60 y ´70. En 1990 la
resistencia a la quinina se había extendido por África y las nuevas cepas resistentes
de P. falciparum parecían ser más fuertes que los anteriores. En Asia, con el correr
de las décadas, se aceleró el desarrollo de una resistencia múltiple a las drogas
anti-malaria, cada vez más costosas, desarrolladas para reemplazar a la quinina.
Aunque la resistencia múltiple todavía no es algo común en África, en 1993 se halló
en Mali una cepa que era resistente a todas las drogas anti-malaria paludismo.

Actualmente más gente muere de paludismo que hace tres décadas. En Brasil, en
los años ´60 el paludismo fue prácticamente erradicado; sin embargo, en 1990 se

33
registraron 560.000 casos. En 1993 el índice de muertes en África a causa del
paludismo fue el más elevado de la historia.lxxxviii

Mosquitos y más enfermedades

En 1977 surgió una misteriosa enfermedad hemorrágica en Egipto, cerca de


Assuán. Se registraron alrededor de 18.000 casos y unas 600 personas murieron.
Posteriormente se conoció esta dolencia como la fiebre del Valle del Rift. Era una
enfermedad viral con síntomas similares a los de la fiebre amarilla. La fiebre del
Valle del Rift había sido una enfermedad que atacaba al ganado al este del sub-
Sahara africano: la pérdida de los animales durante la epidemia de Assuán fue tan
grande que Egipto sufrió una seria escasez de carne.

Los científicos creen que la epidemia de Assuán comenzó atacando al ganado en el


norte de Sudán y que luego se propagó a Egipto mediante la migración humana o
de los mosquitos acarreados por el viento. Cuando el virus llegó a Egipto se difundió
rápidamente por los mosquitos que proliferaban cerca de las márgenes del embalse
Nasser. En la década del ´90 otro gran brote de la fiebre del Valle del Rift azotó al
área de Assuán.lxxxix En octubre de 1987 la enfermedad se manifestó por primera
vez en el oeste de África y casi 300 personas murieron en Rosso, Mauritania. La
causa del brote fue la cantidad inusual de mosquitos como consecuencia del
reciente llenado de la represa de Diama y el posterior incremento de los mismos en
los campos de arroz bajo riego.xc

Se cree que 75 millones de personas en todo el mundo sufren de filiariosis linfática,


causada por un parásito difundido por varias especies de mosquitos. La forma más
conocida de la filariosis linfática es la elefantiasis, que se manifiesta después de
años de tener la infección repetidamente y que puede hacer que los brazos, las
piernas, los genitales y el torso de la víctima se hinchen hasta alcanzar
proporciones monstruosas. A mediados de los años ´70 el cuarenta por ciento de la
población de las áreas irrigadas en el sudoeste de Burkina Faso eran portadores de
la filiariosis linfática. Los mosquitos que transmiten la filiariosis linfática proliferan en
las represas plagadas de algas en Asia. xci

Otra enfermedad muy grave relacionada con los proyectos de desarrollo hídrico en
Asia es la encefalitis japonesa, que es transmitida por el mosquito Culex
tritaeniorhynchus. Actualmente el virus está disminuyendo en China, Japón y en
Corea del Sur pero se está propagando por Bangladesh, India, Burma, Nepal,
Tailandia y Vietnam, lo que se atribuye a la transformación que hubo en el cultivo
del arroz; antes se regaba con las lluvias y ahora es irrigado continuamente.xcii

34
Los mosquitos transmiten muchas otras enfermedades, entre ellas la fiebre amarilla
y el dengue. Los insectos también pueden causar muchas molestias en la vida de
una persona aun cuando no transmitan ninguna dolencia. El agua estancada y la
vegetación podrida en la represa Tucuruí, en Brasil, provocaron una plaga de
moscas y de una clase de mosquito particularmente agresiva cuya picadura era
dolorosa. Los insectos perturbaron la vida de las 8.000 personas que vivían cerca
de la represa, algunas de las cuales afirmaron que llegaron a sufrir no menos de
700 picaduras en una hora. Una ola de enfermedades, incluyendo paludismo y
leishmaniasis, azotaron al área y como consecuencia mucha gente se vio forzada a
abandonar sus hogares y sus campos. La leishmaniasis, también conocida como
kala-azar o fiebre dumdum, es causada por un protozoo que se transmite por medio
de picaduras de jejenes y puede provocar infecciones localizadas en la piel, fiebre,
anemia, disentería y neumonía y que además es fatal en casos extremos.xciii

Moscas y gusanos

Los gusanos entran, los gusanos salen,


Los que entran son largos y luengos,
Los que salen son gruesos y obesos,
Sean felices, mis amigos, sigan contentos.

Rima tradicional inglesa

La oncocercosis, o ceguera del río, es causada por un gusano transmitido por la


picadura del jején que se reproduce en aguas de curso rápido. La ceguera del río
afecta a 25 millones de personas en 26 países africanos, en Yemen y en áreas
reducidas de América Central y del norte de América del Sur. La enfermedad
empeora la visión de al menos 1 millón de individuos, de los cuales más de 350.000
han quedado ciegos. En el caso de esta enfermedad, las grandes represas otorgan
ventajas y desventajas: tanto la represa Akosombo, en Ghana, como la Kossou, en
Costa de Marfil, inundaron grandes áreas que eran sitios de reproducción del jején,
pero han empeorado la enfermedad aguas abajo, ya que los vertederos crearon
áreas favorables para la reproducción de este insecto y alteraron los patrones de la
corriente del río.xciv Sin embargo la represa Manantali no sólo erradicó la
enfermedad en las zonas aledañas al embalse sino que también ayudó a reducir su
incidencia río abajo.xcv

Pero las represas pequeñas generalmente incrementan los índices de ceguera del
río: sus aliviaderos proveen un hábitat excelente para la larva del jején en
temporada húmeda y es probable que no inunden ningún sitio de reproducción. Un
programa de riego para el cultivo de arroz en el valle de Tiao, en Burkinna Faso,
35
condujo a la infección de prácticamente todas las personas en el área para 1972,
siete años después de que comenzara la irrigación. El 50% de las personas
mayores a los 40 años de edad quedaron ciegas. Hasta entonces la ceguera del río
era poco conocida en el valle.xcvi

El Programa de Control de la Oncocercosis del Oeste de África, que comenzó en


1975 respaldado por el Banco Mundial y por varias agencias de las Naciones
Unidas es, de acuerdo a sus auspiciantes patrocinadores, un “éxito rotundo” y
“prácticamente ha erradicado del área de la salud pública el problema de la ceguera
del río” en siete de los países más afectados. Se aseguró que los treinta millones de
individuos que antes estaban en peligro se encuentran a salvo. El programa de
control consistió en la fumigación aérea de las zonas de reproducción de la larva del
jején con insecticidas y el tratamiento farmacéutico de las víctimas en las etapas
iniciales de la enfermedad.xcvii

Los constructores de represas aseguran que si bien existen muchos riesgos para la
salud causados por sus proyectos en los países en vías de desarrollo, éstos pueden
ser reducidos a niveles “aceptables” mediante el “control” adecuado y tomando las
precauciones sanitarias necesarias. La mejora en la atención primaria de la salud,
especialmente una asistencia sanitaria adecuada, pueden hacer que la enfermedad
sea menos común y menos letal, pero muy pocas veces se podrá prevenir el
aumento de las enfermedades hídricas, ya que las condiciones ecológicas están
creadas para que éstas se propaguen. La historia de la “erradicación” del paludismo
nos brinda un ejemplo claro de que confiar en la capacidad humana para burlar a un
microbio ecológico puede ser un error fatal. Además, aunque el cuidado de la salud
se incluya en las propuestas de proyectos, no se garantiza que estas medidas sean
efectivamente financiadas a largo plazo. El “control”, la respuesta casi inevitable de
los consultores del desarrollo a cualquier pregunta, por sí mismo no detendrá un
solo caso de estas enfermedades.

Otro argumento de quienes están a favor de las represas es que estos proyectos
incluyen mejores suministros de agua y que por lo tanto reducirán los índices totales
de enfermedad. Sin embargo es muy raro que las grandes represas se construyan
para el suministro doméstico de agua y, cuando éste es el objetivo, se trata sólo de
una parte menor del proyecto, que podría cubrirse fácilmente con una represa más
pequeña u otras alternativas. Además, los proyectos de suministro de agua sin otras
medidas sanitarias generalmente son insuficientes para reducir la incidencia de las
enfermedades.xcviii

Las represas y los programas de riego también pueden disminuir la disponibilidad de


agua pura: cuando el agua para el uso doméstico proviene de canales de irrigación,
ésta puede estar contaminada por el escurrimiento de pesticidas y otros residuos
36
provenientes de la actividad agrícola cargados de sustancias salinas y
contaminados. Michael Goldman, de la Universidad de California, informó que la
mayoría de las familias que visitó durante el proyecto de investigación en el gran
Canal Indira Gandhi, en el desierto de Rajasthan, “expresó preocupación por los
malestares estomacales de sus niños” debido al suministro de agua contaminada.xcix
El Banco Mundial y otros partidarios del proyecto Sardar Sarovar aseguraron que un
mejor suministro de agua reducirá la incidencia de las enfermedades de la piel. Sin
embargo, Goldman afirma que se produjo una epidemia de enfermedades de la piel
como consecuencia del canal Indira Gandhi -un proyecto muy parecido al PSS.c
Cuando los constructores de represas se enfrentan con las consecuencias sociales
negativas de sus proyectos, generalmente afirman que son los efectos colaterales
lamentables de obras que, en su totalidad, son extraordinariamente beneficiosas.
Este argumento supone que las represas cumplen con las promesas que realizan
sus partidarios. Como se describe en los siguientes capítulos, este supuesto es con
frecuencia erróneo.
i
Panjiar, P. 'Refugees of Progress', India Today, Septiembre 30, 1993.
ii
Banco Mundial China: Involuntary Resettlement. 8 Junio, 1993. p.72.
iii
Banco Mundial op. cit.; Cheung, X. 'Unleashing Hydroelectric Potential In a Challenging
Environment', Hydro Review Worldwide, Winter; Tyler, P.E.'China Proposes Huge Aqueduct to Beijing
Area', New York Times, 19 Julio, 1993.
iv
Dai, Qing, comunicación personal, 24 Octubre, 1994.
v
En 1994 los investigadores del Banco Mundial estimaron que de 4 a 4,5 millones de
personas son desplazadas por las represas cada año, un promedio de 14.000 personas por obra. Si
se multiplica esta media por 40.000 (la cantidad de grandes represas) ¡se obtienen 560 millones!
Probablemente esta estimación anual sea demasiado alta. Una de las respuestas más recurrentes
del Banco a las críticas en cuanto al registro de reasentamientos que ellos realizan es que sus
proyectos solamente se responsabilizan por una muy pequeña proporción del total de desplazados
en cada proyecto. Por lo tanto, el Banco Mundial tiene interés en exagerar el número total de gente
desalojada. Banco Mundial Resettlement and Development: The Bankwide Review of Projects
Involving Involuntary Resettlement. 8 de abril, 1994, pp. 1-3).
vi
Morse, B. et al. 'Sardar Sarovar: The Report of the Independent Review'. RFI, Ottawa, pp.
89-94, 204, 274, 339-345, 340; 'Supreme Court of India Writ Petition', NBA, Baroda, 1994, pp.8-10;
'Forest Preservation: Which Way to Go? Sanctuary or Forest-Based Tribal Development', ARCH-
VAHINI, Rajpipla, Gujarat, enero 1994; HR Wallingford (1993a) 'Sediment and Backwater Aspects of
Sardar Sarovar Project', HR Wallingford, UK and World Bank, marzo, 1993, pp. 12-15.
vii
Scudder, T. (próximo a publicarse) 'Social Impacts', en Biswas, A.K. (ed.) Handbook of Water
Resources and Environment. McGraw Hill.
viii
El-Din El-Zarka, S., Kainji Lake, Nigeria', en Ackermann, W.C., White, G. and Worthington,
E.B. (eds.) Man-Made Lakes: Their Problems and Environmental Effects. American Geophysical
Union, Washington, DC, 1973, p.197.
ix
Adams, W.M. Wasting the Rain: Rivers, People and Planning in Africa. Earthscan, Londres
1992, p.145.
x
Redwood III, J. World Bank Approaches to the Environment in Brazil: A Review of Selected
Projects. Banco Mundial OED (en inglés), 1993, pp. 48-50.
xi
Magee, P. 'Peasant Political Identity and the Tucuruí Dam: A Case Study of the Island
Dwellers of Pará, Brazil', Latinamericanist, Vol. 24, No. 1, Diciembre, 1989.
xii
Gobierno de India Report of the Committee on Rehabilitation of Displaced Tribals due to
Development Projects. Nueva Delhi, Ministro de Asuntos Internos, citado en, E.G. 1992 'Introduction',
en Thukral, E.G., 1985 (ed.) Big Dams, Displaced People: Rivers of Sorrow, Rivers of Change. Sage
Publications, Nueva Delhi, 1992, p. 8. Los indios de habla inglesa en India se refieren a los indígenas
como “tribales”. Se los denomina y se refiere a ellos como adivasis, palabra Hindi que literalmente
significa “habitantes originales”. Sociedad Anti-esclavitud The Philippines: Authoritarian Government,
Multinationals and Ancestral Land. Anti-Slavery Society, Londres, 1983.
xiii
Hirsch, P. 'Social and Environmental Implications of Resource Development in Vietnam: The
Case of Hoa Binh Reservoir', RIAP Occasional Paper, Universidad de Sydney, 1992
37
xiv
Fearnside, P.M. 'Brazil’s Balbina Dam: Environment versus the Legacy of the Pharaohs in
Amazonia', Environmental Management, Vol. 13, No. 4, 403; Gribel, R. 'The Balbina Disaster: The
Need to Ask Why?', The Ecologist, Vol. 20, No.4, julio-agosto, 1989.
xv
Oliver-Smith, A. 'Involuntary Resettlement, Resistance and Political Empowerment', Journal
of Refugee Studies, Vol. 4, No. 2, p. 143, 1993. Kaptai es también conocida como Karnafuli, el
nombre del río que represa.
xvi
Reisner, M. Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker and
Warburg, Londres, 1986, pp. 191, 198.
xvii
Morris, C.P. 'Hydroelectric Development and the Human Rights of Indigenous People', in
Olson, P.A. (ed.) The Struggle for the Land: Indigenous Insight and Industrial Empire in the Semiarid
World. Universidad de Nebraska Press, Lincoln, 1990, pp. 195, 197.
xviii
'After 43 years, Colvilles settle Grand Coulee Dam claims', Seattle Post-Intelligencer, 11
octubre, 1994.
xix
Chen, K. 'The Limited Benefits of Flood Control: An Interview With Lu Qinkan', y Sun, Y. et al.
'Views and Suggestions on the Assessment Report of the Three Gorges Project', both in Dai, Q.
(edited by Adams, P. and Thibodeau, J.) Yangtze! Yangtze! Probe International, Toronto y Earthscan,
Londres, 1994, pp. 182 y 57.
xx
Scudder, T. 'Development-Induced Relocation and Refugee Studies: 37 Years of Change
and Continuity Among Zambia's Gwembe Tonga', Journal of Refugee Studies, Vol. 6, No. 2, 1993,
p.141.
xxi
Citado en Scudder op. cit., 1993, p. 141.
xxii
Mnatsakanian, R.A. Environmental Legacy of the Former Soviet Republics. Centre for
Human Ecology, Universidad de Edimburgo, 1992, p.179.
xxiii
Morris op. cit., p. 203; Guggenheim, S.E. (1993) 'Peasants, Planners, and Participation:
Resettlement in Mexico', en Cernea, M.M. and Guggenheim, S.E. (eds.) Anthropological Approaches
To Resettlement: Policy, Practice and Theory, Westview Press, Boulder, Colorado, 1993, p. 205.
xxiv
'The Three Gorges Dam in China: Forced Resettlement, Suppression of Dissent and Labor
Rights Concerns', Human Rights Watch/Asia, Vol. 7, No. 2, 1995, pp. 11-12.
xxv
En ese momento la compañía International Engineering fue absorbida por la corporación
Morrison-Knudsen de San Francisco.
xxvi
Witness for Peace, A People Dammed: The Impact of the World Bank Chixoy Hydroelectric
Project in Guatemala. Washington, DC, 1996, pp. 15-20; Alecio, R. 'Uncovering the Truth: Political
Violence and Indigenous Organizations', en Sinclair, M. (ed.) The New Politics of Survival: Grassroots
Movements in Central America. Monthly Review Press, Nueva York, 1995; Cernea, M. 'Socio-
Economic and Cultural Approaches to Involuntary Population Resettlement', Guidelines on Lake
Management, Vol. 2; Banco Mundial 'Project Completion Report on Guatemala Chixoy Power
Project', 31 de diciembre, 1991, pp. 30, 40.
xxvii
Maloney, C. 'Environmental and Project Displacement of Population in India. Part 1:
Development and Deracination', UFSI Field Staff Reports, No. 14, 1990.
xxviii
Behura, N.K. and Nayak, P.K. 'Involuntary Displacement and Changing Frontiers of Kinship:
A Study of Resettlement in Orissa', en Cernea and Guggenheim (eds.), op. cit., p. 303, 1993.
xxix
Banco Mundial op. cit., China, p. 6.
xxx
Wallace, C.P. 'Is Asia Robbing Rural Poor to Power the Rich', Los Angeles Times, 18
febrero, 1992.
xxxi
Ver Cernea, M.M. 'Involuntary Resettlement in Bank-Assisted Projects: A Review of the
Applications of Bank Policies and Procedures in FY79-85 Projects', Banco Mundial, 1986, p. 33.
xxxii
Guggenheim, S. 'Resettlement in Colombia: The Case of El Guavio', Practising
Anthropology, Vol. 12, No. 3. 1990.
xxxiii
Lokayan 'Srisailam: The Shadow Grows Longer. Lokayan's Second Report', 1985 Lokayan
Bulletin; The Fact-Finding Committee on the Srisailam Project 'The Srisailam Resettlement
Experience: The Untold Story', en SEELD 2, p. 259, 1986.
xxxiv
Daud, Justice S.M. The Indian People's Tribunal on Environment and Human Rights. First
Report. Bombay; Yashwant, S. 'Bijasen, and Beyond: Driven Away by Dams', Frontline, 30 julio, 1993.
xxxv
N. del T.: pequeño carruaje de dos ruedas tirado por un hombre, usado originalmente en
Japón.
xxxvi
Yashwant op. cit., 1993.
xxxvii
Banco Mundial op. cit., pp. 2-9. Ver también The Ecologist: Whose Common Future?
Earthscan, Londres, 1992.
xxxviii
Horowitz, M.M., Koenig, D., Grimm, C., y Konate, Y. 'Resettlement at Manantali, Mali: Short-
Term Success, Long-Term Problems', en Cernea y Guggenheim (eds.), op. cit. 1993.
xxxix
Parasuram, S. 'SSP: Summary of the Findings on the Status of R&R of Reservoir Displaced
People in Maharashtra', Tata Institute of Social Sciences, Bombay, julio, 1994, mimeo, p. 17.
xl
Hirsch op. cit., 1992. p. 16.

38
xli
Scudder op. cit., 1993. p. 140.
xlii
Morse et al. Sardar Sarovar, p. 156.
xliii
N. del T.: la altura de las olas es más grande cuanto mayor es la superficie de un embalse;
éste es un riesgo no siempre bien conocido.
xliv
Banco Mundial op. cit., pp. 4-13; 'Kedung Ombo', Down to Earth, Jakarta, agosto, 1989.
xlv
Banco Mundial op. cit., pp. 2-9.
xlvi
Thukral op. cit., p. 23.
xlvii
Tata Institute of Social Sciences op. cit., p. 19; ver también Daud, Justice S.M. 'The Fate of
the Gujarat Oustees, Narmada Valley: Dispossessed, Hunted, Humiliated and Cast into Oblivion!',
The Indian People's Tribunal on Environment and Human Rights. Sixth Report. Bombay, 1994.
xlviii
Tata Institute of Social Sciences op. cit., p.19.
xlix
Behura y Nayak, 'Involuntary Displacement', pp. 297-304.
l
Cernea, M. 'Anthropological and Sociological Research for Policy Development on
Population Resettlement', en Cernea y Guggenheim (eds.) op. cit., p. 297; Banco Mundial, op. cit., pp.
1-7.
li
Banco Mundial op. cit., pp. 4-1, 4-2.
lii
Banco Mundial op. cit., pp. 5/13, 5/16.
liii
Banco Mundial op. cit., p. 2/2.
liv
Cernea op. cit. 'Involuntary Resettlement'
lv
Banco Mundial, 'Resettlement in the Kiambere Project', Office Memorandum, 14 abril 1989.
lvi
Banco Mundial, op. cit., pp. 4-3.
lvii
Banco Mundial, 'Early Experience with Involuntary Resettlement: Impact Evaluation on
Thailand Khao Laem Hydroelectric', Operations Evaluation Department, 29 junio, 1993, pp. 8 y 15.
lviii
Hubbel, D., Project for Ecological Recovery, Bangkok, com. pers., 31 Mayo, 1994.
lix
Ver Pongsapich, A., Phutharaporn, K. and Lapthananon, P. 'Social-Environmental Impact
Assessment and Ethnic Minorities: State vs. Local Interest in the Construction of Khao Laem Dam',
Journal of Social Research, Vol. 15, No. 1, Chulalongkorn University. Pongsapich et al. son los
investigadores nombrados por el DEO para realizar la evaluación posterior al reasentamiento de la
represa Khao Laem. Las conclusiones de Pongsapich et al. difieren enormemente de lo que el DEO
definió como un reasentamiento “exitoso”.
lx
Banco Mundial, 'Early Experience', p.v.
lxi
Banco Mundial, pp. iii, iv.
lxii
Hunter, J.M. et al. Parasitic Diseases in Water Resources Development: The Need for
Intersectoral Negotiation. OMS, Ginebra, 1993, p. 10.
lxiii
Kravitz, J.D. et al., 'Human Immunodifficiency Virus Seroprevalence in an Occupational
Cohort in a South African Community', Archives of Internal Medicine, 7 agosto, 1995. Vol. 155, No.
15.
lxiv
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Bank Supported Hydroelectric Projects. Departamento de Industria y Energía del Banco Mundial,
Washington, D.C., Julio, 1990, p. 35.
lxv
Morrell, D. Indictment: Power and Politics in the Construction Industry. Faber & Faber,
Londres, 1987, p.157; Banco Mundial 'Colombia: The Power Sector and the World Bank, 1970-1987.
Volumen II: Technical Report', Operations Evaluation Department, 28 junio, 1990, p. 21.
lxvi
F. Lempérière, 'Cost Effective Improvements in Fill Dam Safety', The International Journal of
Hydropower & Dams, enero, 1995.
lxvii
G. White (ed), 'The Main Effects and Problems of Irrigation', en E.B.Worthington (ed.), Arid
Land Irrigation in Developing Countries: Environmental Problems and Effects, Pergamon, Oxford,
1977, p. 48.
lxviii
Ver Pearce, E.J. 'Schistosomiasis: Proselytizing with Immunity', Nature, Vol. 363, 6 Mayo,
1993; Hunter et al. op. cit., p. 200; OMS, The Work of WHO in the Western Pacific Region 1 July
1985 - 30 June 1987. OMS, Manila, junio 1987.
lxix
Biswas, A.K. 'Health, Environment and Water Development: An Understanding of the
Interrelationships', The Environmental Professional, Vol. 7, 1985.
lxx
White, G. 'The Environmental Effects of the High Dam at Aswan', Environment, Vol. 30, No.
7, 1988, p. 37; Hunter et al. op. cit., pp. 29, 43; 'Egypt's High Aswan Dam: A Bad Reputation
Reexamined', Hydropower and Dams, enero 1994; Sobhy, M. 'Effect of the High Dam on Malaria', en
Comité Nacional de Grandes Represas, Egipto (ed.) High Aswan Dam Vital Achievement Fully
Controlled. (ENCOLD, en inglés) , El Cairo, 1993, pp. 221-2.
lxxi
Hunter et al. op. cit., p. 35; Graham, R. 'Ghana's Volta Resettlement Scheme', en SEELD 2,
1986, p. 137.
lxxii
Hunter et al. op. cit., p. 40.
lxxiii
Environmental Health Project 'Senegal River Basin Health Master Plan Study', Arlington, VA,
Diciembre 1994, p. 38.

39
lxxiv
Hunter et al. op. cit., pp. 50-116.
lxxv
HR Wallingford 'Sardar Sarovar Projects: Command Area Environmental Impact
Assessment. Progress Report', HR Wallingford, Reino Unido y Banco Mundial, Marzo, 1993, pp. 11,
E5.
lxxvi
Un informe preparado por una consultora para el Banco Mundial en 1988 establecía que el
potencial de desarrollo de la esquistosomiasis en el área del SSP “debe considerarse seriamente” y
que si se llegara a desarrollar, entonces las millones de personas en peligro “deberían evitar la
exposición al embalse y al agua de riego permanentemente, hecho que resulta prácticamente
imposible de llevar a cabo, o la mayoría de la gente en estas áreas estaría sujeta a la enfermedad
desde su niñez en adelante”. Morse et al. Sardar Sarovar, op. cit., p. 325.
lxxvii
Hunter et al. op. cit., pp. 69-70, p. 73.
lxxviii
Obeng, L. 'Schistosomiasis — The Environmental Approach' en Worthington (ed.) op. cit., p.
405.
lxxix
Xue, H. 'Effort Must Be Made to Prevent Schistosomiasis in Three Gorges Project', Economic
Daily, Beijing, marzo 13, 1994.
lxxx
Las estadísticas mundiales sobre infecciones y mortalidad asociadas con la malaria deben
ser tratadas con precaución, ya que los datos de muchos países se reportan ante la OMS con poca
frecuencia o casi nunca; ver Gleick, P (ed.) Water in Crisis: A Guide to the World's Fresh Water
Resources. OUP, Cuadro C.20. La mayoría de los cálculos citados se aproximan a “un millón de
muertes”, aunque los índices de mortalidad se elevan a 3,5 millones (Garrett, L. (1994) The Coming
Plague: Newly Emerging Diseases in a World Out of Balance. Farrar, Straus and Giroux, Nueva York,
pp. 441, 447); OMS, 'Malaria Threat Growing Around the World', WHO Features, 1992.
lxxxi
Ver Farid op. cit., pp. 416-7.
lxxxii
Hill, M.N., et al. 'A Comparison of Mosquito Populations in Irrigated and Non-Irrigated Areas
of the Kano Plains, Nyanza Province, Kenya', en Worthington (ed.), op. cit., p. 314; Hunter et al. op.
cit., pp. 36, 37.
lxxxiii
Hunter et al. op. cit., pp. 29, 43.
lxxxiv
Kassas, M. (compilador) 'Discussion and Conclusions' en Worthington (ed.), op. cit., p. 338.
lxxxv
Hunter et al. op. cit., pp. 30, 50.
lxxxvi
Hunter et al. op. cit., p. 47.
lxxxvii
Garrett op. cit., p. 47; Gleick (ed.) op. cit., Cuadro C.20. Se destinaron 1,9 mil millones de
dólares (dólar en 1991) en todo el mundo para la erradicación de la malaria entre 1958 y 1963
solamente.
lxxxviii
Garrett op. cit., pp. 441-443, pp. 451-5. Una consecuencia de la resistencia del P. falciparum
a la droga es que la proporción de falciparum respecto a su familiar menos peligroso, el P. vivax,
está cambiando, incrementando la incidencia de la malaria cerebral fatal. En India, “donde el 90% de
toda la malaria se debía a la especie P. vivax en 1976, hacia 1989 solamente el 65% eran vivax, los
restantes falciparum. En Sri Lanka, donde el falciparum prácticamente no existía, hacia 1990 casi la
mitad de toda la enfermedad era transmitida por el parásito más peligroso.” Garrett The Coming
Plague, p. 450.
lxxxix
Garrett op. cit., pp. 204-5.
xc
Jobin, W.R. 'Rift Valley Fever: a Problem for Dam Builders in Africa', Water Power and Dam
Construction, Agosto; Environmental Health Project, op. cit., pp. 87-92.
xci
Hunter et al., op. cit., pp. 26, 30, 31.
xcii
Hunter et al., op. cit., pp. 4-5.
xciii
Hunter et al., op. cit., p. 48; Comissão Pró-Indio de São Paulo 'Tucuruí Hydroelectric Power
Plant: The Disaster Continues', mimeo, 1991; 'Violência e Conflitos no Projeto de Assentamento Rio
Gelado', Informativo do MAB, San Pablo, enero 1995; Garrett op. cit., p. 254
xciv
Hunter et al., op. cit., pp. 26, 33-34; Wigg, D. And Then Forgot to Tell Us Why . . . A Look at
the Campaign Against River Blindness in West Africa. Banco Mundial, Washington, DC. 1993.
xcv
Environmental Health Project, 'Senegal River Basin' op. cit., p. 91.
xcvi
Hunter et al., op. cit., p.31.
xcvii
Wigg , op. cit., p. 7.
xcviii
Ver Churchill, A. et al. 'Rural Water Supply and Sanitation: Time for a Change', Informe 18,
Debate del Banco Mundial, 1987.
xcix
Goldman, M. '"There's A Snake On Our Chests": State and Development Crisis in India's
Desert'. Ph.D. Thesis, Universidad de California, Santa Cruz, diciembre, 1994 p. 131.
c
Blinkhorn, T.A. & Smith, W.T. 'India's Narmada: River of Hope. A World Bank Perspective',
en Fisher, W.F. (ed.) Towards Sustainable Development? Struggling Over India's Narmada River.
M.E. Sharpe, Armonk, NY, 1995; HR Wallingford op. cit., p.E1; Goldman op. cit., p. 131.

40
Capítulo 4

Cuando las ideas caen:


las fallas técnicas de las grandes represas

... el río...
Conservando sus estaciones y su furia, destructor, memorioso
De lo que el hombre elige olvidar. Deshonrado, menospreciado
Por los cultores de la máquina, pero esperando, observando y esperando.
T.S. Eliot
de Four Quartets, 1941

Las represas están plagadas de problemas técnicos, algunos propios de la


tecnología, otros por la falta de una perspectiva independiente en el proceso
de construcción. Estas dificultades ocasionan prolongados retrasos en la
construcción y pobres rendimientos, economías y seguridad.
La falta de cumplimiento en las utilidades prometidas por las represas se
debe generalmente a las premisas exageradamente optimistas que se
manejan en el planeamiento del proyecto. Las afirmaciones de ingenieros y
políticos acerca de la viabilidad de una represa a menudo carecen de datos
elementales respecto de la geología del sitio, la cantidad de agua o el
sedimento transportados por el río. Otras veces se reúne información pero se
deja de lado cualquier conclusión desfavorable o se la interpreta con el
enfoque más optimista posible.

Al referirse al poco tiempo y dinero invertidos en la reubicación de las


personas desplazadas por las represas, Michael Cernea, un sociólogo del
Banco Mundial, culpa al “favoritismo por la ingeniería” que existe entre los
constructores de represas. 1 Una descripción más precisa del ímpetu que
moviliza a estas obras sería “favoritismo por la construcción”: la industria de
las represas gana dinero construyendo represas (y por lo general no se hace
cargo de de los costos por el bajo rendimiento), y el análisis acerca de si los
proyectos tienen sensatez técnica y económica o no es inevitablemente
secundario al ansia constructora.

1
Sin base sólida: represas y geología

Para un geólogo preparado resulta tan obvio que el sitio era pésimo,
que uno se pregunta qué le sucede a la sensatez humana dentro de la
burocracia.

Robert Curry, Universidad de Montana


acerca de la represa Teton, 1976

El sitio de cada represa posee características geológicas únicas. La


adquisición de un conocimiento completo de estas particularidades lleva
tiempo y mucho dinero: se pueden llegar a gastar muchos millones de
dólares en un estudio geológico antes de concluir que el sitio es inapropiado
para una represa. Por esto es usual que las represas sean diseñadas con
apenas un conocimiento parcial de las condiciones del terreno –a los
constructores sólo les queda rogar no encontrarse con formaciones
inestables, incapaces de sostener los cimientos o que ocasionen el derrumbe
de túneles. Un estudio de costos de construcciones hidroeléctricas del Banco
Mundial de 1990, arrojó que más de la tercera parte de los 49 proyectos
evaluados había experimentado alguna clase de imprevisto geológico. La
investigación estableció que en lo referente a las represas hidroeléctricas “la
inexistencia de problemas geológicos debe considerarse una excepción antes
que la regla”.2

La Oficina de Reclamación (BuRec) sabía que podían surgir inconvenientes


con la represa que pretendían construir en un cañón sobre el río Teton, en el
sur de Idaho. En 1970 distintas perforaciones en la pared norte del cañón
detectaron fisuras que, según los geólogos de la BuRec, causarían
filtraciones de agua por el flanco de la represa. Esta pérdida haría que el muro
de la represa e incluso parte del relleno de tierra se transformara en un
“lodazal”, según advirtieron los geólogos del propio organismo. A pesar de
todo, la BuRec comenzó la construcción de la represa.

Poco después de que los contratistas comenzaron la excavación de los


cimientos de la represa Teton, descubrieron que el muro norte estaba plagado
de gigantes fisuras, aún peores que las reveladas por las perforaciones. Sin

2
embargo los ingenieros de la BuRec, que ya estaban atrasados, decidieron
ignorar las advertencias.

En octubre de 1975 fue completada la represa Teton, con 90 metros. El


deshielo de la primavera siguiente hizo que el río creciera rápidamente.
Aunque se suponía que iba a llenarse al ritmo de un metro diario, el embalse
creció hasta casi 4 metros por día. A principios de junio de 1976 los
operadores advirtieron una pérdida de agua en la pared norte del cañón, río
abajo cerca de la represa. A primera hora de la mañana del 5 de junio
observaron un derrame barroso que brotaba a través del muro norte de la
represa. Apenas unas horas más tarde apareció una enorme mancha de
humedad en un gran sector de la fachada río abajo de la represa. La mancha
se transformó en un manantial, luego en una cascada, y entonces un torrente
de 20 pisos de altura estalló a través del tercio norte de la represa. El
consecuente aluvión dañó o destrozó 4.000 hogares y 350 comercios a lo
largo de tres pequeños poblados corriente abajo y arrasó con la superficie
fértil de miles de hectáreas de tierras de cultivo. Las víctimas mortales
sumaron entre 11 y 14 personas, dependiendo qué dato se crea, y los daños a
la propiedad más 1.000 millones. De no haber mediado la oportuna
evacuación de 12.000 personas la mañana antes del derrumbe de la represa,
el número de víctimas habría sido mucho mayor.3

La sociedad alemana-suiza-estadounidense LAMI Consortium sabía que la


cavidad rellena de piedra caliza, la roca volcánica fuertemente fisurada y las
activas fallas sísmicas a lo largo del río Chixoy conformaban un cimiento
altamente inestable para la construcción de cualquier gran proyecto. Sin
embargo, el estudio de factibilidad realizado por LAMI en 1974 recomendó que
la compañía nacional de energía eléctrica guatemalteca, INDE, construyera
una represa hidroeléctrica de 130 metros de alto sobre el Chixoy, en un lugar
llamado Pueblo Viejo. En febrero de 1976, cuando el préstamo del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) por 105 millones ya era un hecho y la
construcción de la represa estaba a punto de comenzar, Guatemala sufrió un
devastador terremoto. El sismo suscitó un estudio más detallado de la
geología del lugar –el que detectó muchas nuevas fallas- y de la resistencia
sísmica de la represa planeada. El posterior rediseño, que le daba a la
represa mayor resistencia a los terremotos, retrasó 15 meses la construcción

3
e incrementó el costo del proyecto en un diez por ciento aproximadamente. En
mayo de 1977, nuevos créditos internacionales mediante, un grupo de
contratistas de ocho países comenzó a erigir la represa Chixoy.
Previsiblemente, LAMI firmó otro lucrativo contrato para brindar asesoría en
ingeniería y supervisar la construcción de la represa por ellos diseñada, y cuya
construcción habían recomendado.

Tan pronto comenzó la construcción se hizo obvio que no sólo los estudios
sismológicos de LAMI eran inapropiados: durante la preparación de los
cimientos de la represa se descubrió que las rocas subyacentes estaban tan
saturadas de fallas y cavidades que se hizo necesario otro gran rediseño de la
obra. Esto hizo que el gasto en el muro de la represa resultase 350 por ciento
superior al proyectado en 1977. Más tarde, el hallazgo de otra falla que había
pasado inadvertida forzó a cambiar el diseño de la central eléctrica de Chixoy,
duplicando el costo. Por último, la excavación del túnel de presión de 26
kilómetros de longitud a cargo de la contratista alemana Hochtief, y que
acarrearía agua desde el embalse hasta la central eléctrica, se derrumbó en
dos ocasiones, lo que retardó 14 meses la finalización de la obra.

Finalmente, en julio de 1983, la represa Chixoy comenzó a producir energía,


pero apenas cinco meses más tarde los severos daños adicionales sufridos
por el túnel de presión llevaron a que INDE clausurase la planta. Las
sucesivas reparaciones tomaron dos años y costaron cerca de 57 millones de
dólares más, la mayor parte proveniente de un segundo préstamo del Banco
Mundial. La operación comercial de las cinco turbinas de 60 MW de Chixoy
recién prosiguió en abril de 1986. En 1974, LAMI calculaba que Chixoy costaría
270 millones, hacia 1988 totalizaba 944 millones.4

Los inconvenientes con la represa hidroeléctrica Aguacapa, de 90 MW, en el


sur de Guatemala, comenzaron casi al mismo tiempo que los de Chixoy, y
eran similares. No se halló una roca adecuada para asentar los cimientos de
la represa en el nivel que indicaba el diseño y los contratistas debieron cavar
mucho más que lo previsto. El revestimiento del túnel de presión se fracturó
luego de ser llenado y debió ser reemplazado. La falla en el túnel ocasionó el
anegamiento de la central eléctrica durante la construcción y luego, recién
terminada, en 1981. La construcción de la represa insumió más del doble del

4
tiempo estimado y costó un 83 por ciento más del valor inicial de 100 millones.
Un segundo desastre destruyó una de las tres turbinas de Aguacapa, por lo
que a lo sumo puede operar a dos tercios de la capacidad planeada.5

Hidrología política

La represa funciona bien. El único contratiempo es el


agua.

Paul Back, Director Técnico en Jefe, Sir Alexander Gibb & Partners,
sobre la escasa producción de energía de la represa Victoria, Sri Lanka,
1994

Así como los constructores de represas a menudo ahorran en los estudios


geológicos, también se han mostrado dispuestos a construir a pesar de datos
hidrológicos notablemente inadecuados. Cada vez que el agua no alcanza
para activar las turbinas de una represa o para colmar sus canales, o cuando
es tanta que amenaza con hacer pedazos la represa, la culpable de la
escasez de electricidad o del anegamiento siempre es la “Voluntad de Dios”,
la sequía o la inundación. Sin embargo, sería más acertado culpar a la
voluntad de los constructores: erigir sin los datos suficientes para prever la
cantidad de agua disponible o ignorar deliberadamente los datos
desfavorables.

La hidrología no puede prever con exactitud el caudal de agua en un embalse.


Para hacer la “mejor aproximación” de lo que será el flujo de un río durante la
vida de una represa, se proyectan hacia el futuro los registros anteriores del
caudal. Para confeccionar un pronóstico razonablemente confiable, que
considere las variaciones de precipitación en ciclos anuales, se necesitan
como mínimo varias décadas de registros del caudal fluvial –incluso así no
existe garantía de que los patrones de precipitación de los últimos 50 años
sean iguales a los de los próximos 50, aún más si se toma en cuenta la
incógnita hidrológica que representa el cambio climático global. En este
sentido, para poder calcular la máxima inundación probable que la represa
deberá descargar y para planear el patrón de liberación, no sólo es necesario

5
conocer las variaciones anuales del caudal sino también los máximos y
mínimos estacionales, mensuales e incluso diarios.

Una recopilación de datos de caudal confiable es relativamente costosa y


complicada, y existen muy pocos datos acerca de la mayoría de los ríos del
mundo. Si éstos no están, entonces el constructor tal vez deba esperar
muchos años hasta obtener series de tiempo lo suficientemente
representativas. Debido a la carencia de datos de caudales, los hidrólogos a
menudo proyectan estas cifras a partir de los datos de las precipitaciones, por
lo general de mejor calidad y más abundantes. Sin embargo, esto suma
incertidumbre a los cálculos hidrológicos, ya que es necesario hacer ciertas
suposiciones acerca de la relación entre la precipitación y el escurrimiento, lo
que incluye factores tales como la intensidad de las precipitaciones, la
evaporación y la cubierta del suelo.

Las precipitaciones y los caudales del río, especialmente en zonas


semiáridas, pueden variar de tal forma con el paso del tiempo que, incluso
aquellos “promedios” basados en muchas décadas de datos confiables,
pueden tener poquísima relevancia en la predicción del flujo futuro. El
geógrafo William Adams expresa:

“Para alguien que observe al África semiárida a través de los


estándares normales de un ambiente templado, la variabilidad del
clima será extraña e incomprensible. Los conceptos de precipitación
'normal', basados en condiciones de precipitación 'media', pueden
resultar apropiados en ambientes templados, pero la práctica los ha
puesto como prueba de la pobre base del planeamiento en África... El
uso de simuladores informáticos y el análisis estadístico le dan más
seguridad al proceso moderno de planeamiento de un sistema, pero no
siempre logran interpretar la variabilidad del ambiente africano...”.6

A pesar de todo, la carencia de datos hidrológicos confiables no detiene a los


constructores de represas, que se han mostrado dispuestos a seguir
adelante, con datos de caudales de apenas un par de años.7 Los
constructores a menudo erigen y ruegan por la hidrología óptima: así es que

6
existe la tendencia a sobrestimar los caudales anuales y a subestimar las
inundaciones pico.8

La sobrestimación del flujo promedio significa que muchas represas no


logran producir tanta energía y agua como se preveía. El enorme embalse
Buendía-Entrepeñas, en el centro de España, está constituido por dos
represas sobre los ríos Guadiela y Tagus, erigidas a finales de los ´50,
durante la festiva década y media de construcción de represas del general
Franco. Nunca ha abastecido más del cincuenta por ciento de la capacidad del
acueducto que llega a la costa mediterránea. A principios de 1994 el embalse
contenía apenas un 17 por ciento de su capacidad. 9

Menores precipitaciones que las esperadas y filtraciones mayores que las


previstas a través de su lecho de piedra caliza han hecho que el embalse con
mayor capacidad en Tailandia, Srinakharin, finalizado en 1977, nunca fuera
llenado. Las 25 mayores represas de Tailandia albergaban en 1991 un total
menor que la mitad de su capacidad útil combinada; al año siguiente esta cifra
cayó hasta apenas superar un tercio. En marzo de 1994 las represas
Bhumibhol y Sirikit, financiadas por el Banco Mundial y que tienen dos de los
mayores embalses de Tailandia, mantenían conjuntamente sólo el siete por
ciento de su volumen útil total.10 En una obra acerca de la historia del Banco
Mundial publicada en 1973, la calificada palabra de Edward Mason y Robert
Asher, de la Brookings Institution, sostiene:

“La capacidad generadora de energía del río Ping, sobre el que se


construyó la represa Bhumibhol, fue sustanciosamente sobrestimada...
Teniendo en cuenta el déficit de la capacidad generadora de la represa
Bhumibhol... y el decepcionante aporte del proyecto a la producción
agrícola, si se volviera a evaluar el esfuerzo para tamaño desarrollo
probablemente cuestionaría la justificación desde el punto de vista
económico”.11

El Acuerdo del Río Colorado de 1922 dividió los derechos al agua entre los
Estados de la cuenca superior e inferior y México, y esto estableció la base
legal para el desarrollo de Hoover y muchas otras represas sobre el río.
Tomando en cuenta los datos de 18 años de caudal fluvial, los creadores del

7
Acuerdo estimaron que el caudal anual del río tenía un promedio de 17,5
millones de acres-pies (un acre-pie equivale al monto de agua necesario para
anegar 1 acre bajo un pie – 21,6 km3). Sin embargo hacia los años 50, se hizo
obvio que las dos primeras décadas del siglo habían sido excepcionalmente
húmedas en el sudoeste de Estados Unidos. Desde 1930 a 1952 los
caudales medios del río Colorado solamente fueron de 11,7 millones acre pie
(MAF, en inglés).

Si hubiese aceptado estas bajas cifras, la BuRec habría tenido que detener
sus grandiosos planes. A principios de 1953, la BuRec presionaba al
Congreso para obtener fondos para la represa de fines múltiples Proyecto de
Almacenamiento Río Colorado, que calculaba 17,5 MAF como mínimo. A pesar
de esto, y en lugar de reducir sus ambiciones, la BuRec lisa y llanamente
ignoró los nuevos datos. La BuRec recién admitió el “déficit” del Colorado en
1965, cuando comunicó que era probable que el caudal fuese de 15 millones
de acres-pies.12

La incapacidad de la BuRec para admitir la adversidad de los datos de caudal


es comparable con el rechazo que las autoridades encargadas de la
construcción de Sardar Sarovar experimentan ante la abrumadora evidencia
que indica una disponibilidad de agua mucho menor que la que se calculaba
en el planeamiento del proyecto. El Proyecto Sardar Sarovar fue diseñado en
los ´70 sobre el supuesto de que en tres de cada cuatro años corrían más de
27 MAF a lo largo del Narmada. Sin embargo, hacia 1990, los 42 años de
datos de caudal disponibles reflejaban una descarga de apenas 22,7 MAF en
tres de cada cuatro años. Datos más recientes indican que el flujo sería aun
menor.

La Comisión Central de Agua de la India (CWC, en inglés) admite que las


mediciones actuales del Narmada arrojan una menor cantidad de agua que la
estimada previamente. A pesar de esto, la CWC insiste con la construcción del
Proyecto Sardar Sarovar, cuya altura desalojaría a muchas decenas de miles
de personas, en lugar de una represa más pequeña diseñada según los
datos de caudal actuales.13 La CWC justifica así su indefendible posición:

8
“Debido a que la actividad de desarrollo de los recursos hídricos no
puede postergarse por la necesidad de datos de calidad y cantidad
adecuados, se debe recurrir a los datos disponibles. En el ámbito de la
hidrología se deben concebir métodos que se ajusten a los datos
disponibles y que proporcionen soluciones. A su vez la aceptación de
una solución requiere un juicio que contemple las situaciones
sociológicas, económicas y políticas”.14

En otras palabras, la presión política para construir más alta la represa obliga
a las autoridades de la India a hacer como que el caudal del Narmada es
mayor que el demostrado por las mediciones.

Lodo versus represas: sedimentación

Construimos embalses de almacenamiento o represas energéticas


para acopiar agua, e hipotecamos nuestros valles irrigados y nuestras
industrias para poder pagarlos, pero cada año que pasa almacenan un
poco menos de agua y un poco más de lodo. Y así la recuperación, que
debería ser perpetua, se convierte
en mera fuente de prosperidad pasajera.

Aldo Leopold
The Virgin Southwest, 1933

Todos los ríos contienen sedimentos: de hecho, un río puede ser considerado
un cuerpo de sedimentos o de agua que fluyen. Cuando un río es encerrado
detrás de una represa, los sedimentos que éste contiene se depositan en el
lecho del embalse. En muchos proyectos, la proporción de la carga total de
sedimento atrapada por la represa –capacidad de intercepción- se aproxima
al 100 por ciento, en especial aquéllos con grandes embalses. La
acumulación de sedimentos en el embalse reduce gradualmente la
capacidad de la represa para almacenar agua y cumplir con el propósito de su
construcción. Todos los embalses pierden capacidad de almacenamiento a
causa de la sedimentación, pero el ritmo en que esto sucede varía
notablemente. A pesar de más de seis décadas de investigación, la

9
sedimentación quizá aún sea el inconveniente técnico más serio para la
industria de las represas.

El profesor K. Mahmood, de la Universidad George Washington, en


Washington DC, en un estudio de 1987 para el Banco Mundial estima que,
anualmente, cerca de 50 kilómetros cúbicos –alrededor del uno por ciento de
la capacidad global de almacenamiento de los embalses- quedan atrapados
detrás de las represas del planeta. En total, deduce Mahmood, hacia 1986 los
embalses del mundo habían acumulado cerca de 1.100 kilómetros cúbicos de
sedimento, lo que representa casi una quinta parte de la capacidad de
almacenamiento total.15

El ritmo de sedimentación de un embalse depende fundamentalmente del


tamaño y cantidad de sedimentos que fluyen hasta él. Un embalse pequeño
sobre un río extremadamente fangoso perderá capacidad de almacenamiento
con rapidez; a un embalse grande sobre un río muy cristalino le puede llevar
siglos perder notablemente su capacidad de almacenamiento. En promedio,
los grandes embalses de Estados Unidos pierden un 0,2 por ciento de su
capacidad de almacenamiento por año, con variables regionales que oscilan
entre 0,5 por ciento en los Estados del Pacífico y 0,1 en los embalses del
noreste, anualmente. Los mayores embalses de la China pierden una
capacidad anual de 2,3 por ciento.16

Además de la rapidez con que colman los embalses, los ríos con cargas
importantes de sedimentos también representan un trastorno para los
operadores de represas, a causa del desgaste de las turbinas y otros
componentes de la represa. Del mismo modo que un avión depende de las
propiedades aerodinámicas de sus alas, la eficiencia de una turbina se basa
fundamentalmente en las propiedades hidráulicas de sus aspas. La erosión y
la rotura del extremo de las aspas de una turbina causadas por la arena y el
limo del agua reducen considerablemente la eficiencia generadora y exigen
costosas reparaciones.17

Sin lugar a dudas, el río más fangoso del planeta es el Amarillo, que fluye
sobre el fácilmente erosionable y ligero suelo denominado “loess” del centro
de China. La concentración media de sedimento del Amarillo es nueve veces

10
mayor que la de cualquier otro gran río –el edafólogo Daniel J. Hillel lo
describe como una “agitada marea de fango líquido, parecida a una sopa de
lentejas espesa”.18 Los antecedentes de los embalses sobre el Amarillo son,
obviamente, nefastos.

La represa Sanmenxia (Three Gates Gorge), sobre el Amarillo inferior, fue


construida con la asistencia técnica de la Unión Soviética y su principal
objetivo era el control de inundaciones. Las obras comenzaron en 1957. Los
hidrólogos chinos que argumentaron que el embalse no iba a tardar en
llenarse de lodo fueron acusados de ser de militantes de “derecha” y luego
silenciados. En 1960, pasados apenas tres años de confinamiento, el río
había depositado más de 50 mil millones de toneladas de sedimento en el
extremo superior del embalse, lo que elevó en varios metros el lecho del río y
amenazaba con inundar severamente a distintas áreas corriente arriba,
incluyendo la antigua capital Xian. Cuando Mao Tse-Tung se enteró de que
Xian estaba en peligro se dice que exclamó: “¡Si no hay remedio, hagan volar
la represa!”. Las medidas adoptadas no fueron tan drásticas, pero entre 1962
y 1973 la represa debió ser rediseñada en dos ocasiones para incrementar su
capacidad de descarga de sedimentos.

Originalmente diseñada como una represa de almacenamiento de 1.200 MW,


Sanmenxia finalmente comenzó a producir energía en 1973 como una represa
de río de 250 MW. El nuevo régimen operativo establece que se deje fluir tanta
agua como sea posible a través de los escapes modernizados del nivel
inferior durante la temporada de crecientes de julio a octubre, cuando el río se
encuentra en su punto más fangoso, lo que contradice su función original de
control de inundaciones. Según algunos informes, la acumulación de
sedimento en el embalse se ha estabilizado, colmando el 40 por ciento de su
capacidad. A cambio de su rendimiento de 250 MW, Sanmenxia anegó 66.000
hectáreas de una de las tierras agrícolas más fértiles y desplazó a 410.000
personas, más que cualquier otro embalse del planeta.19

El fracaso de Sanmenxia fue repetido con otros embalses sobre el Amarillo


superior iniciados a finales de los ´50. La represa Yangouxia, de 57 metros de
altura, perdió casi un tercio de su capacidad de almacenamiento incluso antes
de ser autorizada. Hacia 1966 tres cuartas partes del embalse Yangouxia

11
habían sido colmadas por el sedimento. Desde 1967 la sedimentación del
embalse se ha estabilizado, debido principalmente a que los sedimentos que
deberían acumularse en él ahora están colmando dos embalses nuevos río
arriba.20

Viaje sedimentario

Para elaborar un pronóstico económicamente significativo acerca de una


represa proyectada, es necesario poder prever las cifras de sedimentación
con una certeza razonable. En este sentido, resulta muy difícil calcular cuánto
sedimento quedará atrapado en un embalse. La obtención de datos respecto
de la descarga de sedimentos es aún más costosa y complicada que la del
caudal fluvial, y por esto casi no existe información confiable acerca del
sedimento acarreado por los ríos del planeta. Con el paso del tiempo, los
caudales de sedimento anuales y estacionales varían mucho –aún más que
el caudal fluvial-, y por esto para calcular una media anual se necesitan datos
de largo plazo. Según Mahmood, lo ideal sería que los diseñadores de
represas dispusiesen de estadísticas de sedimentos que se remonten, como
mínimo, hasta un período igual a la mitad de la vida proyectada para la
represa. Sin embargo, estos datos sólo se consiguen en casos
excepcionales. Igual que para los caudales fluviales, la variabilidad en la
producción de sedimentos es mayor en climas áridos y semiáridos, donde los
datos suelen ser más escasos.21

La mayor cantidad de sedimento acarreado hasta un embalse se da durante


las inundaciones: en Estados Unidos, por ejemplo, es normal que la mitad de
la carga de sedimento anual de un río sea transportada por el caudal de 5 a
10 días. Durante y luego de una tormenta particularmente violenta, un río
puede acarrear tanto sedimento como a lo largo de varios años “normales”.
Los desplazamientos de lodo causados por terremotos y volcanes también
pueden tener un efecto adverso e impredecible sobre la sedimentación del
embalse. El cambio climático global, que se prevé desatará tormentas más
intensas, podría aumentar los índices y la dificultad de pronóstico acerca de la
sedimentación de un embalse.22

12
La capacidad de almacenamiento de la represa hidroeléctrica Kulekhani, en
Nepal, mermó cerca de la décima parte a causa del sedimento que se
desprendió de las laderas de las montañas río arriba, durante una tormenta
de 30 horas en julio de 1993. También se pronosticó un gran aumento de la
sedimentación del Kulekhani para los años siguientes, ya que la tormenta
había depositado grandes montos de sedimento al pie de las laderas aguas
arriba, los que serían barridos hacia la represa por futuras inundaciones.
Hacia finales de siglo, la sedimentación dejaría fuera de funcionamiento a
esta represa de 114 metros de altura. Al momento de su finalización, en 1981,
se sostuvo que Kulekhani estaba diseñada para una vida útil de 75 a 100
años.23

A pesar de la incertidumbre que suscita la sedimentación en un embalse, es


extremadamente raro que un proyecto sea detenido por la carencia de datos
de sedimentación adecuados. De hecho, una y otra vez los diseñadores de
represas han hecho pronósticos altamente optimistas, sosteniendo que los
embalses se colmarán mucho más lentamente que lo que indica la realidad.
Chixoy es una de las tantas represas hidroeléctricas de alto costo construidas
en América Central durante los ´70 y ´80, con créditos del Banco Mundial y el
Banco Interamericano de Desarrollo, a pesar de las crecientes cifras de
erosión en sus cuencas. En la actualidad, estas represas se están llenando
rápidamente de sedimentos, lo que deja a naciones pequeñas ya
empobrecidas, como Guatemala, Honduras y Costa Rica, con inmensas
deudas y la necesidad imperiosa de construir nuevas plantas energéticas
para reducir la dependencia de sus grandes e inútiles represas. En 1993, un
equipo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos concluyó que
la sedimentación reduciría a 30 años la vida útil de la represa Cerrón Grande,
de 135 MW, en El Salvador –la estimación previa a la construcción era de 350
años.24

En la India, las estadísticas oficiales respecto de 11 represas cuyas


capacidades superan el kilómetro cúbico, indican que todas están
acumulando sedimentos a un ritmo mayor que el esperado, con cifras que
oscilan entre el 130 (Bhakra) y 1.650 por ciento (Nizamsagar, en Andhra
Pradesh) sobre los números originales.25 Un artículo del Banco Mundial de
1990 referido al desarrollo de cuencas concluyó que en la India “la erosión y la

13
sedimentación no sólo resultan severas y costosas, sino que aceleran su
ritmo. En la actualidad se hace obvio que los cálculos originales de
sedimentación eran incorrectos y que estaban basados en datos poco
confiables, sobre un lapso de tiempo demasiado breve”.26

La mayoría de las represas modernas están concebidas para perder cierta


capacidad de almacenamiento sin que esto perjudique su funcionamiento. El
sector del embalse que se destina a esto es conocido como “almacenamiento
muerto”, y se encuentra por debajo de la altura del desagüe inferior de la
represa. Sin embargo, el sedimento no se acumula regularmente en forma
horizontal, por lo que a menudo se pierde cierto monto de “almacenamiento
activo” incluso antes de que el almacenamiento muerto esté colmado. Hacia
1992, luego de 18 años de operación, el embalse Tarbela, en Pakistán, por
citar un ejemplo, había perdido el 12 por ciento de su almacenamiento a pesar
de que el almacenamiento muerto estaba vacío en un 55 por ciento.

El proceso real de deposición de sedimentos es único para cada embalse e


imposible de predecir con certeza. Por lo general los sedimentos más
pesados y gruesos, grava y arena, tienden a acumularse en el extremo
superior del embalse, lo que conforma un delta de remansos que
paulatinamente se aproxima a la represa. Los sedimentos más livianos, limo
y arcilla, tienden a ser depositados más cerca de la represa. En 1983 la cresta
del delta del agua estancada del Tarbela había avanzado hasta situarse a 19
kilómetros de la represa; de acuerdo con los cálculos anteriores a la
construcción, en ese momento el delta debía encontrarse a 48 kilómetros
detrás de la represa. Hacia 1991 la cresta del delta se encontraba a sólo 14
kilómetros de la represa.27

Mitigando la geología

Los métodos económicamente viables para prevenir la sedimentación y


restaurar la capacidad de un embalse representan la quimera de la industria
de las represas. Las técnicas utilizadas para prolongar la vida de un embalse
se dividen en tres categorías: reducción del sedimento que fluye hasta él;
descarga del sedimento acumulado a través de la represa; o draga del
sedimento. Todas estas prácticas padecen notables limitaciones: ya sea

14
porque sencillamente no funcionan, porque su costo es prohibitivo, o bien
porque entran en conflicto con la capacidad de la represa para abastecer agua
y energía.

El “manejo de la cuenca” –incluyendo la forestación y el apoyo a prácticas


agrícolas que reducen la erosión-, suele ser invocado como la mejor manera
de detener la deposición de sedimentos en los embalses. Si bien estos
esquemas son recomendados en la etapa de diseño, es muy raro que sean
llevados a la práctica: los organismos constructores de represas suelen tener
más interés en erigir represas que en plantar árboles y cavar terraplenes. La
implementación de esquemas de conservación de suelo sobre las amplias
cuencas tropicales y subtropicales, las más proclives a la erosión, por lo
general no goza de apoyo económico y es además resistida por los
agricultores locales, que luego de haber perdido valiosas tierras ribereñas a
causa del embalse se niegan a ceder más suelo para la plantación de
árboles. Difícilmente se encuentre algún ejemplo de ejecución exitosa de
medidas contra la erosión en una cuenca tropical o subtropical. Khalid
Mahmood sostiene que en la mayoría de las cuencas de los grandes ríos,

“...tras períodos de obras y movimiento económico, la producción de


sedimento no es controlada por el manejo de la cuenca. Las fuentes de
sedimento dentro de la cuenca, incluyendo laderas, suelos de valles y
canales fluviales compensarán ampliamente cualquier reducción de la
erosión lograda mediante el manejo de la cuenca”.28

Por lo general, lo más probable es que la construcción de una represa en un


valle incremente la erosión, en lugar de reducirla: las represas facilitan el
acceso a áreas remotas para los constructores de caminos, leñadores,
agricultores y mineros, lo que acelera la deforestación y la pérdida de suelo.
Cuando se dispone de tierra insuficiente para la relocalización, las familias
desalojadas pueden no tener más alternativa que despejar tierras valle
adentro o en las laderas. En todo caso, tanto la deforestación como la erosión
están creciendo rápidamente en todo el mundo y cuando se construye una
represa se debe prever que el deterioro del suelo de la cuenca aumentará a lo
largo de la vida económica proyectada.

15
Verter, descargar, acaso drenar

La descarga de sedimento es un tipo de operación mediante la cual se reduce


el contenido del embalse al comenzar la temporada de crecidas y que permite
el paso de la mayor cantidad posible de agua de inundación, colmada de
sedimentos antes de que puedan depositarse. Este método puede reducir
notablemente el ritmo de sedimentación de un embalse, pero apenas ha sido
útil para unos pocos proyectos; el caso más notorio es el de la represa Baja
Assuán. Esta técnica fue la que finalmente estabilizó la acumulación de
sedimentos en Sanmenxia. El vertido de sedimento sólo es apropiado para
embalses pequeños y estrechos en relación con el caudal fluvial y además
reduce notablemente o anula la capacidad de la represa para generar energía
o abastecer agua durante el prolongado lapso en que el embalse permanece
bajo. La técnica también se opone al almacenamiento de agua de las
crecidas, que es el propósito de muchos proyectos.29

La limpieza de sedimento por descarga permite arrastrar depósitos ya


acumulados en el embalse. Este método también depende de la reducción
del contenido del embalse y el objetivo es que el flujo repentino erosione los
sedimentos del lecho y los expulse a través de la represa. La aplicación de
este sistema en un gran embalse requiere muchos meses de reducción de
contenido, hasta alcanzar un nivel de caudal similar al original del río. La
limpieza de sedimento por descarga suele ser efectiva para la remoción de
depósitos de limo ligero, acumulados cerca de los desagües, pero raramente
actúa sobre los depósitos más severos corriente arriba o sedimentos más
compactos, como la arcilla. Por lo general el método no funciona en los
embalses con alta sedimentación.30

Una técnica obvia para restaurar la capacidad de un embalse es el dragado.


Sin embargo, esto es extremadamente costoso y sólo viable en pequeños
embalses que abastecen de agua urbana, donde los consumidores puedan
afrontar el costo y existan vertederos para depositar el sedimento dragado.
Mahmood expresa que en 1987 el costo del drenaje era de 2 a 3 dólares por
metro cúbico, cerca de 20 veces más caro que brindar almacenamiento
adicional en una nueva represa. La restauración de la capacidad original de
un embalse mayor requiere la remoción –y transporte y vertido- de miles de

16
millones de metros cúbicos de sedimento. De acuerdo con los cálculos de
Mahmood, el costo del dragado del volumen anual de sedimento depositado
en el embalse Tarbela, estaría entre 400 y 600 millones de dólares; el
dragado anual de los sedimentos acumulados en los embalses de todo el
planeta sumaría de 100.000 a 150.000 millones de dólares.31

Sismos inducidos por embalses:


represas que estremecen la tierra

Aunque no está difundido en la opinión general, se ha comprobado que las


grandes represas pueden desencadenar terremotos. El primer registro de un
probable sismo inducido (RIS, en inglés) por embalse data de 1940, en la
represa Quedd Fodda, en Argelia. El primer estudio extensivo acerca de la
correlación entre el incremento de la actividad sísmica y las variaciones de la
profundidad de un embalse se realizó en 1940 en la represa Hoover. En la
actualidad hay evidencias que establecen una relación entre terremotos y
operación de embalses en más de 70 represas.32 Se cree que cinco de los
nueve sismos que sufrió la península india en los ´80, lo suficientemente
poderosos como para causar daños, fueron inducidos por embalses.33

Al igual que la mayoría de los aspectos de la sismología, los mecanismos


reales de los RIS no se alcanzan a comprender y resulta imposible predecir
con certeza qué represas inducirán sismos o cómo impactarán. La mayor
parte de los RIS más fuertes se han registrado en represas con más de 100
metros de altura. Sin embargo, se cree que represas con la mitad de esta
altura también han inducido sismos (ver cuadro 4.1). Los embalses pueden
incrementar la frecuencia de los temblores en áreas de gran actividad sísmica
e incluso causar terremotos en áreas antes consideradas sísmicamente
inactivas. Este último efecto es el más peligroso, ya que las construcciones de
las zonas geológicamente estables no están concebidas para soportar
siquiera un terremoto mínimo. Entorpeciendo aún más el panorama, existen
cinco embalses, incluido Tarbela, donde se registró una reducción de la
actividad sísmica local luego del llenado.34

La explicación más aceptada acerca de por qué las represas producen


terremotos está relacionada con la presión extra del agua sobre las

17
microfracturas y fisuras del fondo de un embalse y sus alrededores. El
aumento de la presión del agua sobre la roca actúa como lubricante de las
fallas que están bajo la tensión tectónica, sin embargo el rozamiento de la
superficie de las rocas impide que resbalen.35

En la mayoría de los casos de RIS estudiados en detalle, durante el llenado


del embalse se observó un incremento en la intensidad de la actividad
sísmica en 25 kilómetros a la redonda. Los mayores temblores por lo general
ocurrieron luego de un lapso relativamente corto –a menudo luego de días o
transcurridos algunos años -después de que el embalse alcanzó su mayor
profundidad. Luego del llenado inicial del embalse los RIS continuaron con
normalidad mientras el nivel de agua subía y bajaba, pero a menudo con
menor frecuencia y fuerza que antes. Sin embargo, el patrón de los RIS es
propio de cada embalse.

El terremoto de mayor intensidad que se cree fue inducido por un embalse


ocurrió el 11 de diciembre de 1967, en el oeste de la India. Con una magnitud
de 6,3, el sismo arrasó el poblado de Koynanagar, en Maharashtra, dejó cerca
de 180 muertos y 1.500 heridos, y a muchos sin vivienda. La represa sufrió
graves daños y la central eléctrica dejó de funcionar, esto interrumpió el
suministro de energía en Bombay y causó pánico en la población, que a 230
kilómetros del epicentro pudo sentir el sismo. El epicentro del terremoto y los
numerosos temblores que lo precedieron y sucedieron fueron todos situados
cerca o debajo del embalse de la represa Koyna, de 103 metros de altura.36

Se sospecha que los sismos inducidos por embalses han contribuido con
uno de los desastres más funestos que involucran a una represa: el desborde
de la represa Vaiont, en el norte de los Alpes, en 1963. El coloso de 261
metros de altura –la cuarta más alta del planeta-, se terminó en 1960 en una
garganta de piedra caliza a los pies del monte Toc. Tan pronto como comenzó
a llenarse, se registraron temblores sísmicos y una masa de rocas se
desprendió de la ladera y cayó hacia el embalse. Luego de haber alcanzado
una profundidad máxima de 130 metros a finales de 1960, el embalse fue
vaciado parcialmente y la actividad sísmica y el movimiento de las laderas
cesaron casi por completo. El embalse volvió al llenarse y en abril de 1962,
cuando alcanzó una profundidad de 155 metros, hubo un nuevo incremento en

18
los temblores. A pesar de todo y según informes posteriores, un grupo de
ingenieros y geólogos decidió que “la masa... seguiría moviéndose tan
lentamente que no habría problemas”.37

Cuadro 4.1: Casos registrados de sismos inducidos por embalses con


magnitud mayor de 4.0 (escala Richter)

Volumen del Inicio de


Altura de la Embalse Mayor Magnitud
País Almacena
Represa Represa(m) Sismo
(m3 x 106 ) miento

Koyna India 103 2.780 1962 1967 6,3


Kariba Zambia/ 128 175.000 1958 1963 6,2
Zimbabwe
Kremasta Grecia 160 4.750 1965 1966 6,2
Xinfengjiang China 105 14.000 1959 1962 6,1
Srinakharin1 Tailandia 140 17.745 1977 1983 5,9
Marathon Grecia 67 41 1929 1938 5,7
Oroville EEUU 236 4.400 1967 1975 5,7
Aswan Egipto 111 164.000 1964 1981 5,6
Benmore Nueva 110 2.040 1964 1966 5,0
Zelanda
Eucumbene Australia 116 4.761 1957 1959 5,0
Hoover EEUU 221 36.703 1935 1939 5,0
Bajina-Basta Yugoslavia 90 340 1966 1967 4,5-5,0
Bhatsa India 88 947 1981 1983 4,9
Kerr EEUU 60 1.505 1958 1971 4,9
Kurobe Japón 186 149 1960 1961 4,9
Monteynard Francia 155 275 1962 1963 4,9
Shenwo China 50 540 1972 1974 4,8
Akosombo2 Ghana 134 148.000 1964 1964 4,7
Canelles España 150 678 1960 1962 4,7
Danjiangkou China 97 16.000 1967 1973 4,7
Grandval2 Francia 88 292 1959 1963 4,7
Kastraki Grecia 96 1.000 1968 1969 4,6
Lago Pukaki Nueva 106 9.000 1976 1978 4,6
Zelanda
Nurek Tadzhikistán 317 10.500 1972 1972 4,6
Fuziling China 74 470 1954 1973 4,5
Khao Laem3 Tailandia 130 8.860 1984 1985 4,5
Piastra Italia 93 13 1965 1966 4,4
Vouglans Francia 130 605 1968 1971 4,4
Clark Hill EEUU 60 3.517 1952 1974 4,3
P. Colombia/ Brasil 40-56 1.500- 1973- 1974 4,2
Volta Grande* 2.300 1974
Camarillas España 49 37 1960 1964 4,1
Manicouagan 3 Canadá 108 10.423 1975 1975 4,1
• Epicentro cerca de las represas Porto Colombia y Volta Grande.
Fuentes:

19
1. Klaipongpan, S. 'Geological and Seismicity Evaluation of Srinagarind Dam', en
Prakash, S. (ed.) Proceedings of Second International Conference on Recent
Advances in Geotechnical Earthquake Engineering and Soil Dynamics, Universidad
de Missouri-Rolla, 1991.
2. Vladut, T., 'Environmental aspects of reservoir induced seismicity', Water Power &
Dam Construction, mayo, 1993.
3. Hetrakul, N.,'Post Evaluation on Reservoir Triggered Seismicity of Khao Laem Dam',
en Prakash (ed.) op. cit.

Todas las demás: Gupta, H.K., Reservoir-Induced Earthquakes. Elsevier, Ámsterdam, 1992.

Los expertos estaban fatalmente equivocados. En 1963 las grandes


precipitaciones de fines de verano dieron al embalse una profundidad de 180
metros. Durante la primera quincena de setiembre se registraron 60
temblores y el desplazamiento sobre el monte Toc comenzó a incrementarse.
En la noche del 9 de octubre, 350.000 millones de metros cúbicos de roca se
desprendieron del Toc y cayeron dentro del embalse. La monstruosa ola
causada por el impacto rebasó en 110 metros la represa -la altura de un
edificio de 28 pisos. Alrededor de dos minutos más tarde la ciudad de
Longarone, distante un kilómetro corriente abajo, fue arrasada y casi todos
sus habitantes muertos. En Longarone y otros tres poblados perecieron 2.600
personas en total.

La relación real entre la actividad sísmica y los derrumbes no es precisa. Parte


del monte Toc era obviamente inestable y podría haberse desprendido sin los
temblores; sin embargo es probable que las numerosas sacudidas, cada vez
más frecuentes hasta justo antes de la catástrofe, al menos aceleraran el
colapso de la ladera.38

Leonardo Seeber, sismólogo del Lamont-Doherty Earth Observatory en la


Universidad de Columbia, Nueva York, sostiene que los mapas oficiales que
marcan las áreas con más riegos de terremotos también deberían indicar el
incremento del riesgo en las cercanías de muchos embalses.39 Si esto
sucediese, lo más probable sería que las comunidades próximas a los
embalses demandaran compensaciones para edificar a “prueba de
terremotos”, lo que aumentaría profusamente el costo de las represas. La
industria de las represas seguramente se opondría con fuerza a cualquier
medida de este tipo, que crease conciencia acerca de los RIS. 40 El sismólogo
Harsh Gupta, vicerrector de la Universidad de Cochin, en la India, y profesor de

20
la Universidad de Texas, percibe un “rechazo generalizado de la comunidad de
ingenieros de todo el mundo para aceptar la importancia o al menos la
existencia del fenómeno de sismos inducidos por embalses”. La acción legal
podría forzar a la industria de las represas a aceptar la importancia de los RIS:
en 1994 un artículo del Journal of Environmental Law and Litigation llegó a la
conclusión de que las personas que sufrían las consecuencias de sismos
inducidos tendrían bases para demandar a los operadores bajo la ley de
Estados Unidos.41

Represas de hierro y muertos: la seguridad

Con excepción de las plantas de energía nuclear, ninguna estructura


construida por el hombre tiene mayor potencial para matar a más
personas que una represa.

Joseph Ellam
Director de Seguridad de Represas de Pennsylvania, 1987

El peor desastre mundial que involucra a las represas ocurrió en agosto de


1975, en la provincia de Henan, en el centro de China. Se cree que las
muertes causadas por la tragedia alcanzaron las 230.000. Sin embargo, el
hecho fue borrado de la historia por los funcionarios chinos. Si las autoridades
no hubiesen interferido en la difusión de las noticias de la catástrofe, la
imagen de Henan sería para la industria de las represas lo que para la
nuclear y química representan Chernobyl y Bhopal.42

La primera información detallada del desastre de Henan fue publicada en


inglés en febrero de 1995 por el grupo de origen norteamericano Human
Rights Watch, y se trataba de un informe acerca de violaciones a los derechos
humanos en la represa Tres Gargantas. El escrito estaba basado en unos
pocos artículos de especialistas chinos en recursos acuáticos, publicados en
diarios y libros de circulación limitada durante la relativa apertura de finales de
los ´80 y en una crónica de investigación inédita, escrita por un conocido
periodista de la China continental bajo su seudónimo.

21
Las represas Banqiao y Shimantan fueron erigidas sobre la cuenca del río
Huai, un tributario del Yangtze inferior, a principios de los ´50. De acuerdo con
Human Rights Watch, Banqiao era considerada “una 'represa de hierro' que
nunca se desplomaría”. Estas represas fueron concebidas para soportar
incluso una crecida milenaria.43 Sin embargo el excepcional tifón que golpeó a
Henan entre el 5 y 7 de agosto de 1975, se calcula que fue un suceso que
ocurre cada 2.000 años.

El 5 de agosto el embalse Banqiao se colmó casi hasta su capacidad


máxima. Cuando se intentó abrir las compuertas, éstas se encontraban
parcialmente bloqueadas por el sedimento. Al día siguiente el embalse había
superado en dos metros la capacidad de funcionamiento concebida como
segura. El 7 de agosto por la mañana, la represa Banqiao estalló y los 500
millones de metros cúbicos de agua del embalse se precipitaron sobre los
valles y planicies a una velocidad aproximada de 50 kilómetros por hora.
“Poblaciones enteras y pequeñas ciudades”, sostiene Human Rights Watch,
“desaparecieron en un instante”. La represa Shimantan, que era más
pequeña, se derrumbó poco después. Se cree que durante el tifón cayeron en
total cerca de 62 represas.

El agua de las inundaciones proveniente de los embalses y ríos de la cuenca


del Huai formaron un lago que cubrió miles de kilómetros cuadrados y anegó
parcial o totalmente innumerables poblaciones y pequeñas ciudades. La
confianza en la capacidad de las represas para controlar las inundaciones
implicó décadas de negligencia en el mantenimiento del dique, drenaje del río
y sistemas de desvíos de inundación en la cuenca, y existían muy pocos
desagües para el lago recién creado. Luego de una semana de formado el
lago, muchas de las represas que aún sobrevivían en Henan –incluso
algunas concebidas especialmente para el control de las crecidas-, fueron
dinamitadas porque se decidió que era el único modo de dejar escapar el
agua.

El vasto lago interrumpió el transporte y las comunicaciones de toda la región


e impidió que accedieran los equipos de asistencia y trabajadores de la salud.
Bajo su seudónimo, el periodista chino describe las consecuencias del
derrumbe de las represas:

22
“13 de agosto: dos millones de personas a lo largo de la región están
atrapadas por el agua... En Runan, 100.000 individuos que fueron
anegados pero lograron sobrevivir, todavía están flotando en el agua. En
Shangcai, otros 600.000 se encuentran rodeados por la inundación;
4.000 miembros de la brigada Liudayu en la comunidad Huabo, dejaron
desnudos los árboles y comieron todas las hojas...

17 de agosto: 1,1 millones de personas permanecen atrapadas por el


agua... el índice de morbosidad se ha abultado. De acuerdo con
estadísticas parciales 1,13 millones de personas han enfermado...

18 de agosto: En total 880.000 individuos están rodeados por agua en


Shangcai y Xincai. De 500.000 personas en Runan, 320.000 han caído
enfermas, incluyendo 33.000 casos de disentería...

A dos semanas del desastre, cuando el agua de la inundación al fin


comenzó a retirarse en ciertas áreas de la prefectura de Zhumadian, las
pilas de cadáveres surgían por todos lados, en descomposición y
pudriéndose bajo el sol caliente”.

Human Rights Watch sostiene que la interpretación más sensata de las pocas
y contradictorias estadísticas disponibles del número de muertos en el
desastre, es que 85.000 perecieron inmediatamente bajo la ola de inundación
proveniente de las represas colapsadas y 145.000 más fallecieron a causa de
las epidemias y la hambruna, que azotaron el área en las semanas
posteriores.44

Sopa de estadísticas

Se tienen datos de que durante el siglo pasado, fuera de China, más de


13.500 personas murieron a causa de los estallidos de represas (ver Cuadro
4.2). Sin embargo, las estadísticas referentes a las fallas de represas en todo
el mundo son confusas y están colmadas de inconsistencias. Robert Jansen,
experto en seguridad de represas de la BuRec, estima que ocurrieron 2.000
fallas de represas, incluyendo derrumbes parciales, desde el siglo 12 d.C. y

23
“aproximadamente 200 fallas de embalses de importancia” entre 1900 y 1980.
El profesor H. Blind, de la Universidad Técnica de Munich, sostiene que
existen registros de 166 fallas de grandes represas (represas de 15 metros
de altura o más). De acuerdo con las cifras de Blind, el ritmo de falla de
represas pequeñas y grandes tuvo su apogeo en las dos primeras décadas
del siglo pasado, con cerca de 30 fallas probadas en cada década. Desde
entonces, los números han oscilado entre 8 y 25 cada diez años. Los datos
recogidos para este libro indican que al menos 17 represas fallaron entre
1990 y 1995.

De acuerdo con datos del Comité Internacional de Grandes Represas (ICOLD


- International Commission on Large Dams), cerca del 2,2 por ciento de las
represas del mundo construidas antes de 1950 han fallado, y el 0,5 por ciento
de las erigidas desde entonces. La mayoría de las fallas involucran a
pequeñas represas, las que a su vez constituyen la gran mayoría. Según Blind,
entre 1900 y 1969, el promedio de fallas fue de 2,4 por ciento para las
pequeñas represas, y 1,7 para las grandes. Estos datos dejan explícitamente
de lado a China, y es probable que resulten incompletos para otros países. En
China, cerca de 3.200 represas han fallado desde 1950, el cuatro por ciento
de las 80.000 represas registradas en el país. El riesgo de accidente
promedio anual en todo el mundo se calcula en el orden de 1 en 10.000.45

Una represa puede experimentar un sinnúmero de dificultades. Los dos


principales motivos de fallas de represas son el “rebasamiento” (responsable
de cerca del 40 por ciento de las fallas) y los problemas de cimientos (cerca
del 30 por ciento). Las represas de relleno, que constituyen el 80 por ciento de
las represas del planeta, son las más vulnerables a ser arrasadas cuando el
agua fluye por encima de su cresta. No obstante, generalmente existe un
número de razones interrelacionadas que explica el colapso de una represa.
Por ejemplo, una represa puede ser rebasada a causa de la inadecuada
capacidad de sus aliviaderos para descargar el agua de crecida, debido a un
aliviadero bloqueado por los desperdicios de la inundación, o a causa de
problemas mecánicos o eléctricos que impidan abrir las compuertas de los
aliviaderos a tiempo. La apertura de las compuertas también puede resultar
tardía debido al desatino del operador o por un pronóstico incorrecto del
tamaño de la crecida que ingresa al embalse. La erosión interna (conocida

24
como “socavamiento”) ocasionada por filtraciones a través de la estructura,
también puede derrumbar y rebasar las represas.

La construcción de una represa completamente segura es simplemente


imposible. Robert Jansen sostiene que las represas “demandan una
ingeniería defensiva, lo que implica tener en cuenta cualquier fuerza que
pueda actuar, el estudio de todo conjunto de circunstancias y la incorporación
de elementos de protección que permitan estar a la altura de cualquier
situación”. Obviamente éste es un objetivo inalcanzable. En el mundo real, el
grado de “ingeniería defensiva” aplicado a una represa será decidido por las
finanzas. Cuanto más segura sea una represa –mayor capacidad de
aliviaderos, mejor calidad del material de construcción, un examen de la
geología local más detallado-, mayor será el costo. El mismo ICOLD, en su
guía sobre seguridad de represas de 1987, reconoce la existencia del
conflicto: “Cada proyecto de represa, necesita encontrar equilibrio entre
seguridad y finanzas”.46

Los constructores de represas siempre tendrán presiones para recortar la


inversión en la seguridad, así como retacean los estudios hidrológicos o de
sedimentación. Un informe confidencial del Banco Mundial de 1991 expresa
que debido a “factores financieros, o a la presión local para tomar el camino
más corto o ignorar la baja calidad del trabajo”, la construcción en la India es
“deficiente en varias represas, lo que representa un serio riesgo para las
poblaciones aguas abajo”. El informe también detalla cómo se logran
“grandes ganancias ilícitas utilizando materiales de baja calidad durante la
construcción”.47

A pesar de que muchas grandes represas han resultado seriamente dañadas


por terremotos, no se sabe de ninguna que haya colapsado a causa de un
movimiento sísmico. Según el Comité de Grandes Represas de Estados
Unidos (USCOLD), la aparente elasticidad de las grandes represas se debe
en parte a que la mayoría ha sido recientemente construida bajo normas
sísmicas y a que pocas “han sufrido terremotos de duración e intensidad
locales suficientes para hacer peligrar la integridad estructural”. El USCOLD
también remarca que “algunas represas han sufrido daño considerable a
causa de temblores menos severos que los que preveía o debía haber

25
previsto el diseño”. El hecho de que aún no hayan sido muchas las represas
puestas a prueba por un sismo de magnitud, es obra al menos de la
casualidad y sólo el azar ha impedido que el impacto de un terremoto sobre
una represa se haya convertido en una catástrofe.

26
Cuadro 4.2: Registro de fallas de represas que desde 1860 han
cobrado más de 10 vidas

Represa País Tipo Altura Año de Año de Causa Personas Costo


(m) Finalización Falla de Falla muertas del Daño

Dale Dyke Inglaterra T 29 1858 1864 FE 2501 £0.5m


(Bradfield)
Iruhaike Japón T 28 1633 1868 Re >1.0002
Mill River MA, EE.UU. T 13 1865 1874 FE 143 >$1m
El Habra† Argelia R 36 1881 Re 209
Valparaíso Chile T 17 1888 FE >100
South Fork PA, EE.UU. T 22 1853 1889 OT 2.209
(Johnstown)
Walnut AZ, EE.UU. R 34 1888 1890 OT 150
Grove
Bouzey Francia C 15 1881 1895 FE 1501
Austin PA, EE.UU. C 15 1909 1911 FE 80
Lower Otay CA, EE.UU. R 40 1897 1916 Re 30
Bila Desna Checoslovaq T 17 1915 1916 FE 65
uia
Tigra India C 24 1917 1917 Re >1.0002
Gleno Italia M/C 44 1923 1923 FE 600
Eigiau Gales C 11 1908 1925 So 16
Coedty§ T 1924 Re
St Francis CA, EE.UU. B 62 1926 1928 FE 450
Alla Sella Italia C 12 1923 1935 Re >100
Zerbino
Vega de España E 34 1957 1959 FE 145
Terra
(Ribadelago)
Malpasset Francia B 61 1954 1959 D 421
(Fréjus)
Orós Brasil T 54 const 1960 Re c.1.000
Babii Yar Ucrania T 1961 Re 145
Panshet India T 54 const 1961 FE/Re >1.0002
Khadakwasla R 42 1879 Re
§
Hyokiri Corea del 1961 250
Sur
Kuala Malasia 1961 600
Lumpur
Vaiont Italia B 261 1960 1963 Re 2.600
Quebrada la Colombia 1963 250
Chapa
Swift MT, EE.UU. 1964 193
Zgorigrad Bulgaria De 12 1966 Re >96
(Vratza)
Nanaksagar India T 16 1962 1967 FE/Re c.100
Sempor Indonesia R 54 const 1967 FE/Re c.200
Frías Argentina R 15 1940 1970 Re >42
Buffalo WV, EE.UU. De 32 const 1972 Re 125 $30-50ma
Creek
Canyon Lake SD, EE.UU. T 6 1938 1972 Re 237* $60m

27
Banqiao China T late 1950s 1975 Re !230.0004
Shimantan
otras 60
Teton ID, EE.UU. T 90 1976 1976 FE 11-14 $400m-
$1bn
Laurel Run PA, EE.UU. 1977 39 $20-45ma
3
Kelly Barnes GA, EE.UU. T 13 1899 1977 FE 393
(Toccoa
Falls)
Machhu II India T 26 1972 1979 Re >2000 $15m
crops
Gopinatham India 1980 1981 Re 475
Tous España R 77 1980 1982 Re >206
Stava Italia De 1960s 1985 2697
Kantalai Sri Lanka R 15 1952 1986 So !828
Sargazon Tadzhikistán 23 1980 1987 >199
Belci Rumania T 18 1962 1991 Re c.4810
Gouhou China R 71 1987 1993 So 34211 $18m
Tirlyan Rusia T 10 <1917 1994 Re 19-3712 Rbls40bn
Virginia No. Sudáfrica De 47 1994 3913 $15m
15
Proyecto GA, EE.UU. T <15 1994 Re 1514
Lago T <15 Re
Blackshear
Represa
Río Flint
N/A Filipinas N/A N/A N/A 1995 N/A c.3015

Tipos de represa: T = tierra, R = roca, C = Concreto, M = multi bóveda, E = estribo, B =


bóveda, De = descarga.

Causa de falla: Re = rebasamiento, So = socavamiento, FE = falla estructural, D = debilidad


geológica/ cimientos.

* = Imposible distinguir las víctimas del derrumbe de la represa de las causadas por la
inundación 'natural'.

† El Habra falló por primera vez en 1872 sin causar muertes. Luego fue reconstruida y falló
nuevamente en 1881; fue reconstruida por segunda vez y falló nuevamente en 1927 (sin
víctimas), y entonces fue abandonada.

§ La inundación causada por el rompimiento de la primera represa arrasó con la segunda


represa corriente abajo.

£ = Libras Esterlinas
$ = Dólares norteamericanos

Fuentes:

Donde no se indican referencias, la fuente es Jansen, R.B. (1980) Dams and Public Safety.
Ministerio del Interior EE.UU., Washington, DC.

1. Smith, N., A History of Dams. Peter Davies, Londres, 1971.


2. Lempérière, F., 'Dams that have failed by flooding: an analysis of 70 failures', Water
Power and Dam Construction, octubre, 1993.

28
3. Costa, J.E., 'Floods from Dam Failures', en Baker, V.R. et al. (eds.) Flood
Geomorphology. Wiley, Nueva Cork, 1988.
4. Human Rights Watch/Asia, The Three Gorges Dam in China: Forced Resettlement,
Suppression of Dissent and Labor Rights Concerns. Nueva York, febrero, 1995.
5. Centre for Science and Environment, The State of India's Environment --1982: A
Citizen's Report. CSE, Nueva Delhi, 1982.
6. 'Overtopped Spanish dam collapses as spillway gates stay shut', World Water,
noviembre, 1982.
7. 'South African dam breach followed warnings', Construction Today, marzo, 1994.
8. 'Kantalai failure leaves 18,000 homeless', Water Power and Dam Construction, mayo,
1986.
9. 'Burst raises doubts about Soviet hydroelectricity dam', Nature, 26 marzo, 1987.
10. 'Flooding and landslides cause three major failures in Romania', Water Power and
Dam Construction, octubre, 1991.
11. 'China Disciplines 15 for Dam Break', Tibetan Environment & Development News,
Número 16, 1994.
12. 'The Tirlyan breakthrough', Moscow News, 19 de agosto, 1944.
13. 'When the bough breaks... ', Higher Values (Minewatch Bulletin), abril, 1994.
14. 'Georgia flood deaths', International Water Power and Dam Construction, agosto,
1994.
15. Tangbawan, R., 'Angela's toll in Philippines nearing 500', San Francisco Chronicle, 5
de noviembre, 1995.
16. Ellingwood, B. et al., 'Assessing Costs of Dam Failure', Journal of Water Resources
Planning and Management, Vol. 119, No. 1, enero/febrero, 1993.
Todas las demás: R.B. Cansen, Dams and Public Safety, Departamento de Interior de
EE.UU., Washington DC, 1980

Las represas Van Norman, Alta y Baja, en el Valle San Fernando, al sur de
California, culminadas entre 1918 y 1921, eran parte de los embalses más
importantes del sistema de abastecimiento de agua de Los Ángeles. El 9 de
febrero de 1971 un temblor de magnitud 6,5 azotó el Valle San Fernando, con
epicentro a 11 kilómetros de las represas. La cara aguas arriba de la Baja Van
Norman con sus 43 metros de altura, vaciló y cayó dentro del embalse. A
causa del seco invierno anterior, el embalse sólo estaba lleno a medias, 11
metros por debajo de la cresta de la represa de relleno. Pasado el terremoto,
apenas 1,5 metros separaban la superficie del embalse del mutilado borde de
lo que quedaba del cierre frontal.48

La represa superior, que es más pequeña, también sufrió desprendimientos


aunque no tan serios como los de su vecina aguas abajo. Si la represa
superior hubiese fallado el torrente resultante habría rebasado y arrasado los
restos de la inferior. El temor a que los temblores sucesivos derrumbaran una
o ambas represas llevó a la evacuación de 70.000 residentes del valle hasta
completar el drenaje de la represa inferior. “No caben dudas de que si las
circunstancias hubiesen sido apenas más adversas”, expresa Robert Jansen,

29
de la BuRec, “este suceso habría quedado registrado como una de las peores
catástrofes de la historia”.49

Sin importar los ingentes riesgos que las represas representan para la vida
humana y la propiedad, pocos países cuentan con una legislación de
seguridad que cubra aspectos como: normas para las nuevas represas,
inspección y reparación regular de viejas represas y elaboración de planes de
evacuación de emergencia para las personas que viven aguas abajo. Los
aliviadores de muchas viejas represas no fueron construidos con capacidad
suficiente para evacuar lo que en la actualidad los hidrólogos consideran
como la mayor inundación probable en una cuenca (comúnmente
denominada “Máxima Inundación Probable” o PMF, en inglés), o con la
suficiente fortaleza para resistir el mayor sismo probable (comúnmente
denominado “Sismo Máximo Creíble” o MCE, en inglés). A pesar de esto, la
mayoría de los países no obliga a los propietarios de las represas a mejorar
sus estructuras, ni tienen suficientes datos para calcular la PMF o el MCE -ni
siquiera existe consenso entre los diferentes organismos de la construcción
de represas acerca de si la PMF y el MCE son normas de seguridad
confiables.50

Distintos estudios realizados en los Estados Unidos han demostrado que, en


promedio, los sistemas de alerta temprana y los planes de evacuación
reducen el número de víctimas de estallidos de represas por un divisor mayor
que cien. Sin embargo, apenas un puñado de la represas en el mundo
poseen tales planes, la mayoría en Estados Unidos, Canadá y Australia. El
primer paso de un plan de emergencia es delimitar y hacer público un
detallado “mapa de inundación” de las áreas en riesgo en caso del estallido
de una represa. A pesar de esto, según David Ingle Smith, de la Universidad
Nacional de Australia en Canberra, entre los pocos países que tienen mapas
de inundación algunos los consideran tan secretos que no permiten verlos
siquiera a los servicios de emergencia. Esta reserva obsesiva suele deberse
al temor de que los mapas sean usados por el enemigo en tiempos de
guerra; otras veces, sostiene Smith, las autoridades simplemente no quieren
admitir que todas las represas representan una amenaza para las personas
que viven aguas abajo.51

30
Desastres que esperan

Cuando un gran proyecto tiene problemas, lo más probable es que


sean grandes problemas.

John Lowe III y Wilson V. Binger, socios de New York consulting


engineers TAMS, sobre su participación en la represa Tarbela, 1982

El progreso de la hidrología y de la tecnología de la construcción de represas


respecto de la comprensión del comportamiento de la roca, la tierra y el agua
bajo presión, lleva a que progresivamente las nuevas represas sean
generalmente menos propensas al colapso. A pesar de esto, el riesgo de que
ocurra otro severo desastre es cada vez mayor mientras se construyan más
represas; mientras la altura promedio crezca; mientras los mejores sitios se
agoten y los constructores acudan a lugares cada vez más problemáticos; y
mientras las represas más grandes, casi todas construidas desde los ´50,
sigan envejeciendo y deteriorándose. De las 300 represas “mayores”, según
la definición de la industria, sólo Vaiont ha causado un desastre de grandes
proporciones. Sin embargo, algunas conocidas fallas que casi terminan en
una catástrofe indican que estas represas, algunas con el potencial de matar
a cientos de miles y aun millones, son tan irrompibles como era de inhundible
el Titanic.

Tarbela, en Pakistán, una colosal represa de tierra y roca de aproximadamente


tres kilómetros de longitud y 143 metros de altura en su sector más elevado,
es quizá la represa más perseguida por las dificultades. Lo único que ha
evitado que el embalse arrase con la represa y el densamente poblado valle
de Peshawar a su paso es un costoso programa de reparaciones de
emergencia, y control y mantenimiento continuos. La verdadera historia que
revela lo cerca que la colosal represa estuvo de colapsar nunca fue
íntegramente difundida. En su mayor parte, la siguiente crónica está basada
en un informe para el Banco Mundial de los asesores del proyecto, la firma de
ingeniería Sir Alexander Gibb & Partners.52

“El historial de sucesos en Tarbela comenzó con el primer llenado del


embalse, durante la temporada de inundaciones de 1974, cuando dos de los

31
cuatro túneles utilizados para controlar el llenado tuvieron que ser clausurados
debido a los importantes daños sufridos por el revestimiento y los desagües.
Una semana después del cierre uno de los túneles que aún operaba se
derrumbó, arrastrando con él medio millón de metros cúbicos de la estructura
de la represa y el lecho rocoso circundante. Este imprevisto exigió aplicar un
‘inmediato descenso de emergencia’ en el nivel del embalse, a través del
único túnel que permanecía sin desperfectos y de las compuertas menos
dañadas de los túneles antes clausurados.

Luego del descenso de emergencia los ingenieros se encontraron con que la


cubierta de limo y grava que cubría el lecho del embalse cerca de la represa
para evitar la filtración por debajo del embalse, se había partido y hundido
formando cerca de 70 ‘sumideros’ de hasta un metro de profundidad y 5 de
ancho. Al año siguiente centenares de sumideros plagaron la cubierta y en
1976 aparecieron grandes depresiones en la fachada aguas arriba de la
represa principal y en una de las dos auxiliares. Entre 1975 y 1978 los
sumideros del embalse fueron rellenados con tierra arrojada desde
lanchones. En 1991 todavía causaba preocupación un gran pozo aparecido en
1984, que amenazaba con afectar la impermeabilidad de la represa”.53

Los diseñadores de Tarbela calculaban que la fuerza del agua de inundación,


a través de los conductos de hormigón, barrería los restos de roca suelta en la
base de los aliviaderos, pero asumieron que esto ocurriría en forma gradual y
segura. El aliviadero principal comenzó a operar plenamente durante la
temporada de inundación de 1976. Al cabo de tres semanas el agua vertida
había cavado un cráter de 50 metros de profundidad y 300 metros de ancho
que ocasionó la caída de los bordes del estanque original. Durante la
siguiente temporada de inundación la base de rocas del aliviadero comenzó a
desgastarse, amenazando la estabilidad del inmenso vertedero de concreto,
que en un punto llegó a desplazarse.54

El aliviadero auxiliar de Tarbela, concebido para ser utilizado sólo en caso de


inundaciones excepcionales, desde 1975 en adelante debió usarse
regularmente para aliviar parte de la presión del aliviadero principal. En 1979
la erosión en el estanque auxiliar se reveló mucho más profunda que lo
esperado, y esto hacía peligrar las dos represas auxiliares que contenían el

32
embalse en el sector de los aliviaderos. Fue entonces cuando se emprendió
una operación para estabilizar la roca alrededor de los estanques, lo que
insumió tres años y una inmensa inversión.

El programa para detener las fisuras y evitar el desastre en Tarbela duplicó el


costo del proyecto. En 1968 el costo estimado para Tarbela era de 800
millones de dólares; hacia 1986 Pakistán había gastado 1,5 mil millones
(según costos promedio de 1989).55

Otra falla cercana al desastre se dio en la represa Glen Canyon, de 216


metros de altura, sobre el Colorado, durante las grandes inundaciones de
junio de 1983. Uno de los dos aliviaderos de la represa (que son túneles a
través de la roca en el flanco del cierre frontal, a diferencia de los conductos al
aire libre de Tarbela), se derrumbó parcialmente. Esta amenaza a la
estabilidad de los estribos de la represa obligó a clausurar ambos aliviaderos.
De todos modos el embalse de la represa, conocido como Lago Powell,
siguió subiendo y habría superado las compuertas de los aliviaderos en
peligro de no haber sido por las planchas de madera proporcionadas por un
aserradero local, que fueron sujetadas al extremo de las compuertas, lo que
contuvo el agua durante algunos tensos días más.

Según una circular interna, los ingenieros de la BuRec pensaban que habría
un “escape descontrolado” si el embalse alcanzaba 1.127,35 metros por
encima del nivel del mar. El embalse finalmente alcanzó su pico a los
1.127,33 metros. Menos de dos centímetros evitaron que el Colorado inferior
sufriera quizá la mayor inundación masiva de la historia de la humanidad.56
Banqiao y Shimantan combinadas liberaban 600 millones de metros cúbicos
de agua: en 1983 el embalse Powell soportó más de 33.000 millones de
metros cúbicos.

Envejecimiento y desmantelamiento

Vamos a acabar con su maldita represa. Tenemos planes secretos. Le


apuntaremos con un rayo láser y haremos un pequeño agujero en la
base. Tenemos oculto un equipo de químicos que trabaja en la fórmula
de un nuevo tipo de ácido que disuelve el hormigón bajo el agua.

33
Contamos con lunáticos de Estocolmo y Tokio que quieren ser torpedos
humanos... Hemos contratado a un destacado grupo de respetables
cristianos que todo el tiempo ruegan por un Acto Divino... Mucho antes
de que se llene de barro, esa represa Glen Canyon ya no existirá.

Edward Abbey
The Hidden Canyon, 1977

Una vez comprobado que una represa ha sido construida lo suficientemente


bien como para contener un embalse (muchas fallas de represa se producen
durante la construcción o inmediatamente después del llenado), su estructura
y componentes comienzan a envejecer. Las características únicas de cada
represa hacen que cada estructura envejezca a distinto ritmo, de manera
diferente. Algunas represas pueden subsistir sin representar peligro por miles
de años, otras pueden comenzar a quebrarse y a tener pérdidas aun antes de
una década. En todo el mundo existen alrededor de 5.000 grandes represas
de más de 50 años, y esta cifra y el tamaño de las represas que alcanzan el
medio siglo aumentan con rapidez. La edad promedio de las represas de
Estados Unidos es de unos 40 años. De acuerdo con un panel sobre el
envejecimiento de las represas en el Congreso del ICOLD de 1991, “en el
futuro, la atención y la actividad estarán cada vez más alejadas del diseño y
construcción de nuevas represas, y se enfocarán hacia la restauración de la
seguridad estructural y operativa de las represas existentes”.57

El derrumbe de represas en la ex Unión Soviética representa el mismo riesgo


para la vida humana, un riesgo similar al de sus decrépitas plantas de energía
nuclear. En 1994 cuando tres ingenieros de Hydro-Quebec inspeccionaron la
represa Inguri, en la república de Georgia, se encontraron con que la tercer
mayor represa sobre el planeta mostraba “un extraordinario estado de
abandono”. Sólo dos de los cinco grupos de turbinas funcionaban
correctamente, las galerías de las turbinas estaban inundadas por agua que
se filtraba a través de la represa de hormigón y se concluyó que el aliviadero
era “insuficiente”. No sólo que Georgia no dispone del dinero necesario para
las urgentes reparaciones, sino que al momento de la visita de Hydro-Quebec
se cumplían seis meses desde que el personal de la represa había cobrado

34
su último salario. Inguri fue finalizada en los ´80, lo que implica que la
condición de muchas de las represas más viejas de la ex URSS es aún peor.

En febrero de 1996 la International Water Power & Dam Construction reveló


que los niveles de agua detrás de la represa Kakhovskaya, en Ucrania, habían
bajado recientemente, luego de alcanzar cifras “excesivamente altas”.
Kakhovskaya tiene el embalse de mayor capacidad sobre el planeta. Según se
informó, los ingenieros advirtieron al gobierno ucraniano que la falla de la
represa de relleno “crearía un muro de agua de 20 a 30 metros de altura con
una velocidad aproximada de 130 kilómetros por hora”, y amenazaría la vida
de medio millón de habitantes de muchas ciudades y cientos de poblaciones
a lo largo del río Dnieper.58

Sin embargo, el peligro de las represas no es un fenómeno exclusivo de las


repúblicas de la ex URSS. Entre 1977 y 1982 el Cuerpo de Ingenieros
inspeccionó 8.800 represas fuera del ámbito federal estadounidense, la
mayoría en manos privadas, a las que clasificó de “alto riesgo”, donde una
falla causaría una importante pérdida de vidas. La tercera parte de éstas
fueron declaradas “inseguras”, principalmente por la insuficiente capacidad de
sus aliviaderos. Un relevamiento de 1994 arrojó que al menos 1.800 represas
continuaban siendo “inseguras”. La situación de las represas federales es
similar: en 1987 la quinta parte de las 275 represas de la BuRec fueron
calificadas como inseguras, contra la tercera parte de las 554 represas
operadas por el Cuerpo de Ingenieros.59

Un estudio hidrológico de Notario, basado en datos de varios centenares de


represas de Estados Unidos, demuestra que en promedio los costos
operativos de las hidroeléctricas se incrementan notablemente luego de entre
25 y 35 años de operación, debido a la creciente necesidad de reparaciones.
Cuando los costos de mantenimiento de una vieja represa exceden los
ingresos de la venta de energía, sus propietarios deben decidir entre invertir
para su rehabilitación o, cuando el gasto de las reparaciones resulta
prohibitivo, desconectarla de la red y cesar la producción de energía.60

Muchas viejas represas en Estados Unidos han sido simplemente


abandonadas por sus propietarios. De acuerdo con el Departamento de

35
Recursos Naturales de Michigan (MDNR), en los últimos años muchas
pequeñas represas abandonadas han sido barridas por tormentas. Según
sostiene el MDNR, “estas fallas han ocasionado erosión extrema, excesivo
depósito de sedimento, destrucción del hábitat acuático y pérdida de las
pesquerías”. Los contribuyentes de Michigan, a través del MDNR, han tenido
que pagar por la remoción de numerosos proyectos hidroeléctricos “retirados”,
mientras que sus ex propietarios no han sufrido ninguna responsabilidad
económica.61

El desmantelamiento de represas, cuya definición abarca desde la simple


interrupción de la generación de energía hasta la costosa y complicada
operación de desmantelar la represa por completo y restaurar el estado
original del río, ha sido recientemente incluido en la agenda de la reticente
industria de las represas de Estados Unidos. Más de quinientas de las
licencias por 50 años extendidas por la Comisión Federal Reguladora de la
Energía de Estados Unidos (FERC, en inglés) a operadores privados de
represas hidroeléctricas, caducarán entre 1989 y 2004. Una coalición de
grupos de conservación de los ríos ha aprovechado esta afluencia de
licencias que expiran para instar a la FERC a adoptar una amplia política de
desmantelamiento de represas. La Hydropower Reform Coalition sostiene
que las licencias nuevas sólo deberían extenderse bajo la condición de que
los propietarios aporten a fondos de desmantelamiento durante la vida de sus
proyectos, tal como los operadores de plantas nucleares deben aportar dinero
para afrontar el costo de este inevitable proceso. A fines de 1994, en contra de
la fuerte oposición del lobby de la energía hidroeléctrica, la FERC anunció que
tiene autoridad para ordenar a los propietarios de las más de 1.800 represas
bajo su jurisdicción a desmantelar las represas que no hayan obtenido
nuevas licencias, aunque aún no hizo lugar al pedido de la coalición para
exigir pagos a fondos de desmantelamiento.62

Si bien en Estados Unidos las represas que han sido intencionalmente


demolidas suman centenas, la gran mayoría era de unos pocos metros de
altura; la mayor probablemente haya sido la represa Grangeville, de 19 metros
de altura, sobre el río Clearwater, en Idaho, dinamitada en 1963 para
restablecer el paso del salmón. Cómo desmantelar una gran represa, qué
hacer con los sedimentos que bloquean el embalse y cuánto podrá costar tal

36
operación, son cuestiones mayormente desconocidas. La Hydropower Reform
Coalition sostiene que el desmantelamiento de una represa hidroeléctrica
puede ser más costoso que su construcción. Lo que es más, el costo se
dispararía en embalses cuyos sedimentos contengan metales pesados y
otros contaminantes.63

El caso de desmantelamiento más difundido y polémico involucra a un par de


represas sobre el río Elwha, en el estado de Washington: Elwha, de 30
metros, y Glines Canyon, de 70. Construidas en las décadas del ´10 y ´20, con
una capacidad instalada conjunta de 19 megavatios, las represas eliminaron
las entonces ricas pesquerías de la trucha arco iris y del salmón del Elwha,
sobre las que la tribu Klallam tenía garantizados derechos “a perpetuidad”
según el notable tratado de Point No Point de 1855. Desde que se solicitó la
renovación de la licencia de la FERC para la represa Glines Canyon a finales
de los ´70, los Klallam del Elwha inferior y un grupo de ambientalistas han
tratado de lograr el desmantelamiento de las represas. En 1922 la larga
campaña empezó a dar sus frutos cuando el Congreso ordenó al Ministerio
del Interior confeccionar el mejor plan para “la restauración plena del
ecosistema del río Elwha y los peces anádromos nativos”. El Ministerio del
Interior llegó a la conclusión de que sólo el desmantelamiento de las represas
podría restaurar el ecosistema en su plenitud.64

El desmantelamiento de ambas represas y el manejo de los 11,5 millones de


metros cúbicos de sedimento acumulados detrás de éstas, se estima costará
entre 67 y 80 millones de dólares. Esto sin contar el costo de la restauración
del río, incluyendo una compensación a los propietarios de las represas y a
las papeleras que utilizan energía proveniente de ellas, lo que sumaría entre
148 y 203 millones de dólares en un período de 20 años. Las represas serían
desmanteladas luego de desviar el río por sus flancos. La remoción del
sedimento sería el mayor problema y se realizaría mediante una combinación
de dragado con el renovado flujo del río para barrer los sedimentos corriente
abajo, estabilizando los sedimentos depositados en las márgenes con
vegetación.65

Nadie se imagina cómo hacer para desmantelar las represas mayores


construidas durante la última mitad del siglo, o de dónde provendrá el dinero

37
para financiar la operación. Los estudios de factibilidad rara vez, o nunca,
mencionan qué sucederá cuando el embalse esté colmado de sedimentos o
cuando la compañía ya no encuentre rentable el mantenimiento de una
represa. La industria internacional siempre ha mantenido una gran distancia
del tema. “Sólo una vez he visto un informe acerca del desmantelamiento de
represas”, expuso en 1992 el entonces presidente del ICOLD, Wolfgang
Pircher, en una conferencia en la Sociedad Británica de Represas.66 Sin
embargo es un tema que, mejor temprano que tarde, deberá ser tratado.

Notas
1
Ver como ej. Cernea, M., 'Poverty Risks from Population Displacement in Water
Resources Development', Harvard Institute for International Development, agosto 1990, 10.
2
Morrow, E.W. y Shangraw, Jr., R.F. Understanding the Costs and Schedules of
World Bank Supported Hydroelectric Projects. Banco Mundial, Departamento de Industria y
Energía, julio 1990, pp. 35, 19.
3
Reisner, M. Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker
y Warburg, Londres 1986, pp. 398-425.
4
Gysel, M. y Lommatzsch, M. 'Guatemala's Chixoy Hydroelectricity Scheme', Water
Power & Dam Construction, junio, 1986; Banco Mundial, 'Project Completion Report on
Guatemala Chixoy Power Project', 31 diciembre, 1991; Banco Mundial 'Project Performance
Audit Report on Guatemala — Aguacapa Power Project and Chixoy Power Project', OED,
junio 1992, p. 2; Witness for Peace A People Dammed: The Impact of the World Bank Chixoy
Hydroelectric Project in Guatemala, 1996. Washington, DC. Chixoy fue identificada por
primera vez en un relevamiento conjunto del Banco Mundial y el Fondo Especial de la ONU
(luego PNUMA).
5
Ver Banco Mundial, 'Project Performance Audit Report' op. cit.; Davidson, M.'Hydro
Frustration in Guatemala', resumen inédito de publicaciones periodísticas de Guatemala y
entrevistas a funcionarios guatemaltecos, 1987; y Yearly, R., 'The Lights Go Out in
Guatemala', Report on Guatemala, Oakland, California, 1992.
6
Adams, W.M. Wasting the Rain: Rivers, People and Planning in Africa. Earthscan,
Londres, 1992, p. 61.
7
A mediados de los ´90, en Laos, las represas hidroeléctricas se planificaban sobre la
base de 2-3 años de datos de flujo fluvial ('Potential and planning priorities in the Lower
Mekong Basin', Hydropower & Dams, marzo, 1995). De acuerdo con informes de la prensa
guatemalteca, INDE sólo tenía dos años de datos hidrológicos, al momento de comenzar las
obras de Chixoy (Davidson, 'Hydro Frustration').
8
Un informe financiado por el Banco Mundial acerca de la seguridad de las represas
en la India calculó que 'más de dos tercios de éstas tienen deficiencias con respecto a su
capacidad de manejo de inundación' (Nota de las oficinas del Banco Mundial de William A.
Price para Shawki Barghouti, febrero, 1995).
9
Burns, T. 'Water gets political in a very dry Spain', Financial Times, 27 julio, 1994;
Alonso Franco, M. y Yagüe Cordova, J. 'The development of dam construction in Spain',
Water Power & Dam Construction, setiembre, 1992.
10
Tuntawiroon, N. y Samootsakorn, P.'Thailand's Dam Building Programme: Past,
Present and Future', en SEELD 2, p. 296; 'Major dams in Thailand and the capacity of their
reservoirs', Thai Development Newsletter 25, 1994; 'Water Supplies to be Cut Again', The
Nation, Bangkok, 14 marzo, 1994.
11
Mason, E.S., y Asher, R.E. The World Bank Since Bretton Woods. Brookings
Institution, Washington, DC, 1973, p. 687. La respuesta de las autoridades tailandesas 'ante
la crisis de las represas es proponer más represas, canales y túneles para desviar aguas

38
desde los ríos Mekong y Salween en el límite norte de Tailandia hacia Bhumibhol y Sirikit (ver
como ej. Hubbel 'Dams and Drought', World Rivers Review, primer cuatrimestre, 1994).
12
Reisner, Cadillac Desert, p. 272.
13
Patil, J. et al.'Report of the Five Member Group Set Up by the Ministry of Water
Resources to Discuss Various Issues Relating to the Sardar Sarovar Project', Nueva Delhi, 21
abril, 1994; ver también Ram, R.N. 'Muddy Waters: A Critical Assessment of the Benefits of
the Sardar Sarovar Project', Kalpavriksh, Nueva Delhi, agosto 1993; Thaker, H.,
comunicación personal, 28 diciembre, 1994.
14
Citado en Patil et al., 'Report of the Five Member Group', p.21.
15
Mahmood, K. Reservoir Sedimentation: Impact, Extent and Mitigation. Banco
Mundial Publicación Técnica 71, 1987, pp. 8-9.
16
Gleick, P.H. (ed.) Water in Crisis: A Guide to the World's Fresh Water Resources.
Prensa de la Universidad de Oxford, 1993, p. 367; Chunhong, H. 'Controlling reservoir
sedimentation in China', Hydropower & Dams, marzo 1995.
17
Según un equipo de ingenieros de la India “la mayor parte de las turbinas de la
zona norte de la India están acosadas por este problema, lo que obliga a apagar las
máquinas con frecuencia para trabajos de reparación... Los costos anuales por la merma de
eficiencia y reparación de daños por desgaste son inmensas” (Swaroop, A. et al. 'A new
design philosophy for the turbine blades at the Chilla hydro project', Water Power & dam
Construction, noviembre, 1993, p. 37).
18
Hillel, D.J. Out of the Earth: Civilization and the Life of the Soil. Free Press, Nueva
York 1991, p. 170.
19
Wu, X. 'Environmental Impact of the Sanmen Gorge Project', Water Power & Dam
Construction, noviembre 1986; Banco Mundial China: Involuntary Resettlement. 8 de junio
1993, p.3; Dai, Q. 'An Interview With Li Rui', en Dai, Q. (editado por Adams, P. y Thibodeau,
J.) Yangtze! Yangtze! Earthscan, Londres, 1994, p. 119; Cheung, X. 'Unleashing
Hydroelectric Potential In a Challenging Environment', Hydro Review Worldwide, invierno
1993; Dai, Q. (por publicar) Yangtze! Yangtze! Vol. II.
20
Cheung, X. 'Reservoir Sedimentation at Chinese Hydro Schemes', Water Power &
Dam Construction, octubre 1992. Es importante remarcar que la utilidad de un embalse se
reduce notablemente mucho antes de estar completamente colmado de sedimentos. Pitt,
J.D. y Thompson, G. 'The impact of sediment on reservoir life', Challenges in African
Hydrology and Water Resources, actas del Simposio de Harare, IAHS Pub. No. 144, 1984,
establece el concepto de 'vida media' de un embalse. Según la clasificación de Pitt y
Thompson, un embalse con una vida media de 20-100 años será afectado por la pérdida de
almacenamiento; para un embalse con una vida media menor que 20 años “la sedimentación
representará un problema grave”.
21
Mahmood Reservoir Sedimentation, pp. 36-37; Bondurant, D.C. y Livesey, R.H.
'Reservoir Sedimentation Studies', en Ackermann, W.C. et al. (eds.) Man-Made Lakes: Their
Problems and Environmental Effects. American Geophysical Union, Washington DC, 1973, p.
364.
22
Mahmood op. cit., pp. 32-7; Williams, P.B. 'Adapting Water Resources Management
to Global Climate Change', Conferencia de Villach acerca de Desarrollo de Políticas para el
Manejo de los Efectos de los Cambios Climáticos, edición especial de Climate Change, 1989.
23
'Flood damage repaired at Kulekhani, but sedimentation shortens its life',
Hydropower & Dams, setiembre, 1994; 'Disastrous Sedimentation', Himal, mayo-junio 1994.
24
Mahmood op. cit., p. 36; 'Study links development, reservoir silting', Hydro Review
Worldwide, Invierno, 1993; 'IDB & Central America: Deforestation Threatens Big Hydro', World
Rivers Review, enero-abril 1988; Gollin, J.D. 'Trees Down, Lights Out in Honduras', Christian
Science Monitor, 15 noviembre, 1994.
25
Singh, S. et al., 'Evaluating Major Irrigation Projects in India', en Thukral, E.G. (ed.)
Big Dams, Displaced People: Rivers of Sorrow, Rivers of Change. Sage Publications, Nueva
Delhi, 1992, p. 9.
26
Citado en Morse, B. et al. Sardar Sarovar: The Report of the Independent Review.
RFI, Ottawa, 1992.

39
27
Mahmood op. cit., pp. 55, 73; Lowe, J. y Fox, I., 'Sediment Management Schemes
for Tarbela Reservoir', publicación presentada en la reunión anual del USCOLD, San
Francisco, 16 mayo, 1995.
28
Mahmood op. cit., p. 78.
29
Mahmood op. cit., p. 105.
30
Otra desventaja de la descarga es que la acción erosiva del paso del agua colmada
de sedimentos puede dañar los desagües y también puede bloquearlos. Aguas abajo, el
repentino torrente de agua cargada de sedimentos puede tener un efecto desastroso sobre
la calidad del agua y puede causar inundación por el bloqueo del canal del río (ibídem, pp.
89-100).
31
Mahmood, Reservoir Sedimentation, p. 107; Lowe y Fox 'Sediment Management
Schemes'.
32
Gupta, H.K. Reservoir-Induced Earthquakes. Elsevier, Amsterdam. En 1986,
USCOLD recopiló más de 2.000 publicaciones técnicas con relación a RIS.
33
Seeber, L., Lamont-Doherty Earth Observatory, pers. com., 18 enero, 1995.
34
Gupta, Reservoir-Induced Earthquakes.
35
Las condiciones geológicas que favorecen a la RIS entorno de los embalses, son
aquellas que facilitan la circulación de agua bajo presión, tales como rocas altamente
fracturadas y fisuradas, o la existencia de rocas de distintos tipos, donde el agua puede
pasar con facilidad de un estrato a otro.
36
Gupta op. cit., p. 33; 'Memories of Koyna Disaster', Indian Express (edición del Reino
Unido), Nueva Delhi, 2 de octubre, 1993.
37
Clark, C. Flood. Time-Life Books, Alexandria, VA, 1982, p. 135.
38
Rothé, 'Summary: Geophysics Report', en Ackermann et al. (eds.) op. cit., p. 445. El
terremoto de magnitud 6,4 que azotó a Killari, Maharashtra, en setiembre de 1993 y causó
10.000 muertos, pudo haber sido provocado por el embalse Tirna, que había comenzado a
llenarse tres años antes. A pesar de ser una represa pequeña –al momento del temblor el
embalse sólo tenía 15 metros de agua- y de que ningún sismógrafo local estaba operando
para mostrar la correlación entre la profundidad del embalse y los temblores, se halló una
grieta aguas abajo de la represa, 'exactamente donde suponíamos encontraríamos un
corrimiento sísmico ocasionado por el embalse' (Seeber, L., 'Killari: The Quake that Shook
the World', New Scientist, 2 de abril, 1994). Sin embargo para el común de la opinión
sismológica, el terremoto fue un evento natural.
39
Seeber, L., Lamont-Doherty Earth Observatory, com. pers., 18 enero, 1995.
40
Gupta Reservoir-Induced Earthquakes, p. 4.
41
Cypser, D.A. and Davis, S.D. 'Liability for Induced Earthquakes', Journal of
Environmental Law and Litigation , Vol. 9, No. 2, 1994.
42
La represa Banqiao tuvo alguna breve alusión en las publicaciones de la industria
de la represa, antes de que se dispusiera de información acerca de la catástrofe en inglés
(ver Lempérière, F. 'Cost effective improvements in fill dam safety', Hydropower & Dams,
enero, 1995; Ding, Z. 'Forest Cover', World Water and Environmental Engineer, octubre,
1992). Se desconoce si algún sector de la industria de la represa internacional, sabía de la
magnitud de la catástrofe antes de febrero de 1995, aunque resulta difícil de creer que los
ingenieros extranjeros que trabajaban en China y tenían contacto con colegas chinos, no
supieran que tamaña calamidad había ocurrido. Si alguno lo sabía, no publicó la
información.
43
N. del T.: en la jerga hidrológica crecida milenaria es una crecida extraordinaria que
se prevé ocurre en promedio cada mil años. Para ciertos cálculos se considera otra mayor, la
crecida decamilenaria cuya probabilidad es de diez mil años; ésta por lo general se considera
la crecida de diseño de las grandes represas.
44
'The Three Gorges Dam in China: Forced Resettlement, Suppression of Dissent and
Labor Rights Concerns', Human Rights Watch/Asia, Vol. 7, No. 2, 1995.
45
Jansen, R.B. Dams and Public Safety. Ministerio del Interior de Estados Unidos,
Washington, DC, 1983, p. 94; Blind, H. 'The safety of dams', Water Power & Dam
Construction, mayo 1983; 'ICOLD reports on dam failures', International Water Power & Dam
Construction, mayo, 1995; Dai, Q. (por publicar) Yangtze! Yangtze! Vol. II; Costa, J.E.
'Floods from Dam Failures', en Baker, V.R. et al. (eds.) Flood Geomorphology. Wiley, Nueva

40
Cork, 1988. Los datos de las fallas de las represas suelen incluir represas de descarga
construidas para contener desechos mineros, cuyo diseño y función son significativamente
diferentes de las represas de río (las represas de descarga tienen pésimos antecedentes de
seguridad y suelen filtrar los tóxicos metales pesados en ríos aledaños).
46
Jansen op. cit., p. 91; 'Dam Safety Recommendations', ICOLD Boletín 59, 1987,
París, p.17.
47
Banco Mundial 'India: Irrigation Sector Review. Volume 1 - Main Report',
Departamento de la India, 1991, p. 38.
48
“Si el embalse hubiese tenido el nivel normal de agua al momento del terremoto, las
70.000 personas que vivían inmediatamente aguas abajo... no habrían sido evacuadas a
tiempo” (Comité de Grandes Represas de los Estados Unidos, 1992, op. cit., p. 62).
49
Jansen, R.B. Dams and Public Safety. p. 222.
50
Las represas están construidas para tolerar la “crecida de diseño”, lo que la mayoría
de las agencias reguladoras definen como Máxima Inundación Probable, o aquella que
estadísticamente es probable ocurra una vez cada cierto número de años (normalmente
entre 1.000 y 10.000) (ver Cassidy, J.J. 'Choice and computation of design floods and the
influence on dam safety', Hydropower & Dams, enero, 1994). Los métodos estadísticos
utilizados por los hidrólogos para calcular inundaciones de baja probabilidad, como las que
ocurren una vez cada 1.000 años están sujetos a suposiciones que suscitan polémicas.
51
Smith, D.I. 'A dam disaster waiting to break', New Scientist, 11 noviembre, 1989;
Nielson, N.M. 'BC Hydro's approach to dam safety', Water Power & Dam Construction, marzo,
1993). En Gran Bretaña las personas que viven aguas abajo de las represas nunca son
advertidas del riesgo, no existen mapas de inundación, no existen planes de emergencia
para una eventual falla de represa y no hay consenso acerca de quién sería responsable de
advertir o evacuar a la población si ocurre una rotura. Connolly, J. 'Fears over Britain's dams',
Sunday Times, Londres, 28 julio, 1985; 'The case of one hundred disappearing reservoirs',
New Scientist, 31 julio, 1993.
52
Sir Alexander Gibb & Partners The Tarbela Experience. A Report to the World Bank.
Presentación, Inglaterra, junio 1980, pp. 26-27.
53
'Report of the 17th ICOLD Congress: Q65: Ageing of dams and remedial measures',
Water Power & Dam Construction, octubre, 1991.
54
La Villa, G. and Golser, J. 'Slopes of the Tarbela Dam Project', Rock Mechanics,
Supl. 12; 1982. Lowe III et al., 'Tarbela Service Spillway Plunge Pool Development', Water
Power & Dam Construction, noviembre 1979.
55
Dixon, J.A., et al. Dams and the Environment: Considerations in World Bank Projects.
Publicación Técnica 110 del Banco Mundial, 1989, p. 35.
56
Ver Martin, R. A Story that Stands Like a Dam. Henry Holt, Nueva York, 1989, pp.
315-317; Fradkin, P.L. 'The Year the Dam (Almost) Broke', Los Angeles Times, 29 octubre,
1995.
57
'Report of the 17th ICOLD Congress', p. 65: Ageing of dams and remedial
measures', Water Power & Dam Construction, octubre, 1991; Shuman, J.R. 'The Importance
of Environmental Assessments for Proposed Dam Removals', River Voices, invierno, 1995.
58
'Alerte sur l'Ingouri', L'actualité, Montreal, agosto 1995; 'Threat of Ukrainian dam
burst recedes' International Water Power & Dam Construction, febrero, 1996. La represa de
las cataratas Owens en Uganda técnicamente posee una mayor capacidad de embalse,
pero no creó un cuerpo de agua totalmente nuevo, en lugar de esto aumentó el volumen de
un lago natural (Lago Victoria).
59
Wiseman, R. 'Many US Dams "Still Unsafe"', World Water, setiembre, 1987; Ingersoll,
B. 'Dams' Safety Worries Officials Who Believe Repairs are Lagging', Wall Street Journal, 19
marzo, 1987; '1994 Update Report on Review of State Non-Federal Dam Safety Programs',
Association of Dam Safety Officials, Washington DC, 1995.
60
Wong, T. 'Determining O&M Costs Over the Life of a Hydro Station', en Hydro in the
'90s. Hydro Review Worldwide, Ciudad de Kansas, 1994. Para las represas multipropósito o
no hidroeléctricas, la pérdida de almacenamiento por sedimento y el costo de mantenimiento
comparados con el ingreso por abastecimiento de agua, navegación o recreación, serán
factores determinantes de la vida económica de la represa.

41
61
Citado en Hydropower Reform Coalition 'Comments by Hydropower Reform Coalition
on Notice of Inquiry Regarding Project Decommissioning at Relicensing', Washington DC,
enero, 1994, p. 14.
62
Bowers, R. y Bowman, M. 'Hydroelectric Relicensing: How relicensing can affect dam
removals', River Voices, Invierno, 1995.
63
Ver Shuman op. cit.; Winter, D. 'A Brief Review of Dam Removal Efforts in
Washington, Oregon, Idaho and California', NOAA Circular Técnica NMFS F/NWR-28, Seattle,
WA, 1990.
64
Sklar, L. 'The Dams Are Coming Down', World Rivers Review, primer cuatrimestre,
1993.
65
Ministerio del Interior The Elwha Report: Restoration of the Elwha River Ecosystem
and the Native Anadromous Fisheries. Department of Interior, Washington, D.C., enero,
1994, p. xviii. Si se retirasen los sedimentos el costo alcanzaría 307 millones de dólares.
Dejar que el sedimento sea simplemente barrido aguas abajo luego de desmanteladas las
represas tiene un grave efecto sobre la calidad del agua y el hábitat de los peces corriente
abajo.
66
Pircher, W. '36,000 Large Dams and Still More Needed', publicación presentada en
la VII Conferencia Bienal de la Sociedad Británica de Represas, Universidad de Stirling, 25
junio, 1992.

42
Capítulo 5

Promesas vacías:
los escurridizos beneficios de las grandes represas

Ante cada una de las virtudes esgrimidas por los partidarios de las
grandes represas, existe una refutación clara, real y fácil de probar.

Elmer T. Peterson
Estupideces de las Grandes Represas, 1954

Los grupos que procuran la aprobación de los proyectos de construcción de


represas por lo general minimizan sistemáticamente las desventajas de estas
obras y exageran sus beneficios. Una tergiversación constante es restarle
importancia al conflicto inherente a los distintos usos de una represa. Para
maximizar la producción energética, por ejemplo, se necesita mantener un
embalse alto; para controlar las inundaciones se requiere un embalse bajo
capaz de alojar la afluencia de agua; para minimizar el índice de sedimentación
del embalse en un río altamente estacional se debe descargar la mayor
cantidad posible de agua con sedimentos durante la temporada de crecidas; y
para el almacenamiento de agua para la estación seca se necesita el acopio
del caudal de la estación de crecidas. Más allá de esto, las manifestaciones
hechas respecto de los beneficios de cada propósito de una represa suelen
querer demostrar que esa finalidad en particular era la única función de la
represa.

Los partidarios de una represa también cambian su discurso acerca del


principal motivo para su construcción, según la conveniencia política. Por
ejemplo, cuando las inundaciones azotan el Yangtze, se promociona a Tres
Gargantas como un proyecto para el control de las crecidas, en cambio cuando
la gran demanda de electricidad en China es uno de los puntos principales en
las discusiones, se la promociona como una represa hidroeléctrica
i

Sin importar las promesas realizadas antes de concluirse una represa, la


prioridad dada a sus diversas funciones siempre dependerá del poder político y
económico. Si los grupos que representan a los agricultores gozan de un gran
poder político, se le puede dar preferencia al desvío de agua para la irrigación

1
antes que a la energía hidroeléctrica. La facilidad para recaudar ingresos
provenientes de la producción de energía y poder político de los consumidores
llevará cada vez más a los operadores de represas a maximizar el monto del
caudal a través de las turbinas. Como expresa un documento interno del Banco
Mundial, “la operación de una represa y su embalse no está controlada por
reglas de eficiencia sino por las pugnas de los grupos de interés”.ii

Generando riesgo y deuda: hidroelectricidad

Si Dios hubiese dicho: “Hágase la luz” en Colombia, Él hubiera


agotado su dinero para el resto de la creación.

Revista Semana, Bogotá


4 de abril, 1989

Colosos hidroeléctricos como Itaipú (12.600 MW de capacidad instalada), Guri


en Venezuela (10.300 MW), Sayano-Shushensk en Siberia (6.400 MW) y
Grand Coulee (6.180 MW) constituyen las mayores fuentes de electricidad
sobre el planeta. Comparativamente, una gran central de carbón o una central
nuclear tienen una capacidad promedio menor a 1.000 MW. Casi la totalidad de
las aproximadamente 300 represas mayores del mundo, según la definición de
ICOLD, generan electricidad, sin embargo sólo una pequeña parte de las
grandes represas tiene turbinas instaladas.iii

A principios de los ´90 cerca del 18% de la electricidad mundial y el 6% del


suministro de energía primaria -que incluye, por ejemplo, madera y
combustibles fósiles utilizados para la calefacción o el transporte-, eran
provistos por la energía hidroeléctrica. La cantidad de energía generada por
hidroeléctricas en cada continente oscila entre un bajo porcentaje de 15% en
Asia hasta casi un 60% en América Central y del Sur. En la actualidad más del
90% del suministro eléctrico de 24 países, entre los cuales están Ghana,
Zambia, Brasil, Guatemala, Honduras, Nepal, Laos, Sri Lanka, Albania, Islandia
y Noruega, depende de la energía hidroeléctrica; el Congo, Paraguay y Bután
reciben la totalidad de su electricidad de las represas. La generación global de
energía hidroeléctrica aumentó un 20% en los ´80, y donde más aumentó fue
en Asia y América Latina.iv

2
Japón, los EE.UU. y Canadá han explotado en forma individual cerca del 70%
de su potencial hidroeléctrico "económicamente viable"; Europa
aproximadamente la mitad, mientras que África, China y América Latina apenas
han desarrollado alrededor del diez por ciento del suyo. Sin embargo las cifras
del potencial sin explotar deben tomarse con precaución, aún más si
consideramos que la mayoría de los ríos del planeta tiene escasos datos
hidrológicos confiables. La información sobre el potencial hidroeléctrico
tampoco considera las restricciones geológicas, ni los impactos sociales y
ambientales de las represas, que se provocarían al aprovechar el potencial aún
no explotado. Además, los criterios para definir la "viabilidad económica" son
imprecisos y varían según el país.v

La lejanía de muchos sitios para represas potenciales respecto de las ciudades


y las industrias que demandan más electricidad representa un grave obstáculo
para los anhelos expansivos de la industria hidroeléctrica. Según John Besant-
Jones, del Banco Mundial, cerca del 60 por ciento del potencial "económico" de
la hidroelectricidad se encuentra en países donde el desarrollo hidroeléctrico
está "de moderada a seriamente restringido" por una demanda eléctrica
insuficiente. vi

La inflexibilidad que las represas hidroeléctricas tienen respecto de su


emplazamiento es comparable a su falta de elasticidad para hacer frente a los
cambios en el índice de crecimiento de demanda energética a lo largo de
tantos años que llevan el planeamiento y la construcción de las grandes
represas. Los pronósticos de demanda energética –por lo general redactados
por la industria abastecedora de electricidad, que no considera los datos
oficiales- sistemáticamente exageran las demandas de electricidad en el futuro.
En más de 100 pronósticos de demanda nacional de energía utilizados por el
Banco Mundial, la demanda real era en promedio un 20% menor a lo que había
sido proyectada (una represa mayor lleva al menos siete años de planeamiento
y construcción). La divergencia entre la demanda proyectada y la real aumentó
con la cantidad de años que pasaron desde el momento en que se hizo el
pronóstico.vii

Para justificar desde el punto de vista económico la construcción de la represa


Yacyretá, de 3.100 MW de capacidad, se partió del supuesto de que la
demanda de electricidad en la Argentina aumentaría a un ritmo anual de entre
8 y 10 por ciento durante la década del ´80. De hecho, el crecimiento anual de

3
la demanda apenas superó el 2 por ciento y por lo tanto, en 1994, cuando con
ocho años de retraso se conectaron las primeras turbinas del colosal proyecto
que costó 11,5 mil millones de dólares, el país ya tenía un notable excedente
de capacidad generadora.viii

Entre 1970 y mediados de los ´80, el Banco Mundial y el Banco Interamericano


de Desarrollo conjuntamente le otorgaron a Colombia un préstamo de 3,8 mil
millones de dólares para la construcción de 12 grandes represas hidroeléctricas
y la infraestructura necesaria. Sin embargo en 1986, cuando estas represas,
que llevaron mucho tiempo y más dinero del esperado, estaban en gran parte
terminadas, la demanda eléctrica colombiana era un tercio menor de lo que se
había pronosticado en el momento del planeamiento; se estimó que la
capacidad generadora excedente le costó a Colombia más de 400 millones de
dólares. En un informe confidencial, el Departamento de Evaluación Operativa
del Banco Mundial (DEO) concluyó que este alto costo de la capacidad
excedente enfatiza “la importancia fundamental de poseer programas de
inversión más flexibles” con proyectos más pequeños “para tener mejores
soluciones ante los imprevistos causados por la incertidumbre en la
demanda”.ix

Este derroche hidroeléctrico en Colombia tuvo un fuerte impacto en la


economía nacional. A mediados de los ´80, el sector energético devoraba un
tercio del total de la inversión pública y el 60% de este dinero abandonaba el
país para pagar insumos y servicios importados. En 1987 los pagos de los
intereses de la deuda externa del sector energético representaban casi el 20%
del total de los reembolsos de la deuda externa colombiana. El programa de
inversión hidroeléctrica, concluye el DEO, junto con los bajos ingresos del
servicio público de energía y los grandes préstamos otorgados por otros
países, “sin duda causaron un efecto negativo en el crecimiento económico y la
situación macro financiera colombiana en la década del '80”.x

La necesidad de asesoramiento y equipamiento extranjeros por lo general


reduce el beneficio de los proyectos hidroeléctricos en los países en vías de
desarrollo y a su vez fomenta el afán de los países ricos por subsidiar represas
en otros países mediante préstamos de ayuda. Alrededor de 784 millones de
dólares de los 800 millones gastados en las represas Diama y Manantali, sobre
la cuenca del río Senegal, fueron destinados a firmas extranjeras. Los
préstamos para las represas provenían principalmente de los Estados del Golfo

4
Árabe, que querían extender su influencia en los Estados africanos
musulmanes y de Francia y Alemania, ya que se otorgaron los contratos de
construcción a firmas de estas nacionalidades. “Se trata de una táctica de los
franceses y alemanes occidentales para revitalizar su industria de la
construcción con dinero árabe”, según expresó un funcionario de los EE.UU. al
New York Times en 1981. Manantali debería tener una capacidad instalada de
200 MW; a pesar de esto la represa, que fue culminada en 1988, ocho años
más tarde aún no tenía turbinas.xi

La excesiva confianza depositada en una cantidad limitada de enormes


represas hidroeléctricas no sólo hace que un país arriesgue enormes sumas en
proyectos innecesarios sino que también genera problemas en caso de que
haya una escasez energética en tiempos de sequía, una rápida e inesperada
sedimentación, caudales de ríos mal calculados, o una falla en las represas. En
Ghana, dos represas hidroeléctricas sobre el río Volta –Akosombo y la más
pequeña, Kpong, aguas abajo- representan casi 88 MW de la capacidad total
de generación de Ghana, de 1.160 MW. Cuando las represas sufrieron las
graves sequías de 1982 y 1983 los suministros de energía ghaneses debieron
ser racionados durante los siguientes tres años. Luego de esta experiencia
Akosombo fue rediseñada con un nivel de operación mínimo varios metros
menor que el originalmente planeado. Sin embargo, a mediados de 1994, luego
de dos años más de sequía, el nivel del embalse Volta cayó por debajo del
nuevo nivel mínimo de operación. Los usuarios de electricidad ghaneses
–apenas uno de cada cuatro hogares tiene electricidad en este país- debieron
tolerar interrupciones energéticas de 20 horas semanales. Otras naciones
africanas muy dependientes de la energía hidroeléctrica también han sufrido
una grave escasez energética durante épocas de sequía recientes.xii

Más de la mitad de la electricidad de todas las naciones centroamericanas


depende de la energía hidroeléctrica. El 65% de la energía guatemalteca
proviene de la represa Chixoy. En 1990 esta nación sufrió una serie de
apagones por la falta de agua en esta represa. Dos años más tarde otra
escasez energética ocasionada por el bajo nivel del embalse de Chixoy llevó a
un racionamiento de electricidad que duró más de un mes y le costó al país 2
millones de dólares diarios por las pérdidas en la producción industrial. Las
turbinas de 300 MW de la represa El Cajón representan el 70 por ciento de la
capacidad instalada de Honduras. Las bajas precipitaciones a principios de los
años ´90 se han visto reflejadas en una constante caída del nivel del embalse

5
de El Cajón. A mediados de 1994 la represa era capaz de generar a lo sumo la
mitad de su capacidad y los usuarios de electricidad hondureños sufrieron
cortes de hasta 14 horas diarias.xiii

Exagerando la energía

Existe una diferencia fundamental entre la capacidad de generación de una


central hidroeléctrica (definida como el índice del flujo energético) y su
producción real. La unidad estándar de energía es el vatio; un megavatio
equivale a un millón de vatios. La unidad estándar de energía eléctrica es el
kilovatio-hora (KWh), lo que representa el suministro de mil vatios de energía
durante una hora. Un kilovatio-hora de energía eléctrica puede hacer funcionar
un foco de 100 vatios durante 10 horas.

Cuadro 5.1: Factor planta de proyectos hidroeléctricos (seleccionados


según datos disponibles)
Represa País Capacidad Producción Anual (GWh/año) Factor Ref.
Instalada (año) [promedio] *proyectada* Planta (%)
(MW)

Balbina Brasil 250 970 (1993) 44 1


Bayano Panamá 150 523,5 (1993) 40 2
Bhumibol Tailandia 535 1.414 [?] 30 3
Cirata Indonesia 500 1.438 (1990) 33 4
Gezhouba China 2.715 16.000 [1989-1993] 67 5
Guri Venezuela 9.588 42.403 (1993) 50 2
Kariba Sur Zimbabwe 666 2.094 (1993) 36 2
Kompienga & Burkina Faso 30 47 (1993) 18 2
Bagré
Kotmale Sri Lanka 200 404 [?] 23 2
Kulekhani I & II Nepal 92 100 (1993) 12 2
La Fortuna Panamá 300 1.233.5 (1993) 47 2
Macagua I Venezuela 360 2.599 (1993) 82 2
Nurek Tadzhikistán 3.000 11.195 (1990) 43 6
Saguling Indonesia 700 2.156 [1986-89] 35 4
Samanalawewa Sri Lanka 120 280 [promedio máximo a largo 27 2
plazo]
Sardar Sarovar India 1.450 *3.600 cayendo a 400 con *28->3* 7
creciente desvío para irrigación *
Tucuruí Brasil 4.000 18.030 (1991) 51 1
Victoria Sri Lanka 210 588 [?] 32 2

Central 75-81 8
Carbonífera
Típica
Central Nuclear 68 8
Típica

* Proyectado:

1. Fearnside, P. 'Hydroelectric Dams in the Brazilian Amazon as Sources of 'Greenhouse'


Gases', Environmental Conservation, Vol. 22, No. 2.
2. 'World Atlas of Hydropower & Dams', Hydropower & Dams, Enero, 1995.

6
3. Tuntawiroon, N. y Samootsakorn, P. (1986) 'Thailand's Dam Building Programme: Past,
Present and Future', en SEELD 2, 295
4. Soemarwoto, O. (1990) 'Introduction', in B.A. Costa-Pierce and O Soemarwoto (eds.)
Reservoir Fisheries and Aquaculture Development for Resettlement in Indonesia.
ICLARM, Manila.
5. Liu, Y. (1994) 'The Gezhouba project in operation', International Water Power and Dam
Construction, agosto.
6. Burkhana (1991) 'Ecological-Economic Problems of Constructing Large Mountain
Reservoirs', sin publicar.
7. Paranjape, S. y Joy, K.J. (1994) 'The Alternative Restructuring of the Sardar Sarovar
Project: Not destructive development but sustainable prosperity. A Note for Discussion',
mimeo.
8. Flavin, C. y Lenssen, N. (1994) Power Surge: Guide to the Coming Energy Revolution.
W.W. Norton, Nueva York, 126.

La producción energética de las grandes represas suele expresarse en


kilovatios-hora por año (KWh/año) o gigavatios-hora por año (GWh/año), un
gigavatio equivale a mil megavatios.

Si una central hidroeléctrica generara energía continuamente y todo el año a la


capacidad total de sus turbinas, tendría un “factor planta” de 100 por ciento.
Obviamente, ninguna central energética puede tener este rendimiento y las
represas construidas para abastecer electricidad sólo durante la demanda de
energía pico no están concebidas para operar todo el tiempo. Entre los distintos
problemas que afectan el suministro energético de una represa, se encuentran
las interrupciones por reparación o mantenimiento y especialmente por las
variaciones estacionales y anuales del caudal.

Según la industria, el factor planta promedio anual de energía hidroeléctrica en


los EE.UU. es del 46 por ciento. De acuerdo con el Banco Mundial, en los ´80
el factor planta promedio en los países en vías de desarrollo era alrededor del
49%. Comparativamente las centrales eléctricas de combustibles fósiles de los
EE.UU. tienen un factor planta promedio de alrededor del 65 por ciento.xiv

Es complicado establecer qué parte del bajo factor planta se debe a que la
operación de los proyectos está deliberadamente enfocada a la energía pico y
qué parte se debe a las limitaciones inherentes a las represas. Es difícil
encontrar las cifras correspondientes a la producción real de energía a largo
plazo de cada represa; la mayor parte de las que se pudieron averiguar durante
la investigación para este libro se encuentran en el (Cuadro 5.1). Encontrar
comparaciones entre la producción proyectada y la real es aún más
complicado. A pesar de todo, las estadísticas disponibles sugieren que ciertos
asesores y políticos suelen exagerar la producción energética de las represas

7
proyectadas -esta conclusión puede confirmarse con los cortes energéticos
antes mencionados.

Los funcionarios egipcios aseguraron que la gran represa de Assuán, de 2.100


MW, generaría 10.000 GWh/año, lo que representa un factor planta del 54 por
ciento. Según las estadísticas oficiales, la producción promedio real en los ´80
fue de sólo 7.200 GWh/año, un factor planta del 40%. Los avisos comerciales
publicados en distintos diarios por encargo del ente binacional que construyó
Itaipú sostenían que esta represa generaría 79.000 GWh/año, un factor planta
del 72%. El factor planta promedio real de Itaipú en 1993 y 1994 fue del 58%.
Se suponía que Akosombo tendría un factor planta del 70% pero el factor
planta real entre 1968 y 1984 fue de apenas 46% (ver Cuadro 5.2).xv

Cuadro 5.2: Factores planta Proyectados y Reales (seleccionados según


datos disponibles)

Represa País Capacidad Producción Factor Producción Factor


Instalada Proyectada Planta Real PlantaR
(MV) (GVh/año) Proyectado (GVh/año) eal (%)
(%) [Promedio]
Aswan1 Egipto 2.100 10.000 54 7.1611 40
Brasil/
Itaipú2 Paraguay
12.600 79.000 72 63.8392 58

Akosombo3 Ghana 882 5.400 70 3.5973 46

1. Cifra proyectada de Rycroft, R. y Szyliowicz, J., 'The Technological Dimension of


Decision Making: The Case of the Aswan High Dam', World Politics: A Quarterly
Journal of International Relations, Vol. 33, No. 1, octubre, 1980. Calculada de El Safty,
M.T. y Younes, H.A. (1993) 'Hydro Power Generation in Egypt', en Comité Nacional
Egipcio sobre Grandes Represas (ed.) High Aswan Dam Vital Achievement Fully
Controlled. ENCOLD, Cairo, 1993, p. 126.
2. Cifra proyectada de 'Itaipu Binacional: The Biggest Hydroelectricity Undertaking of the
XXth Century' (advertisement) New York Times, 30 de octubre, 1992. Cifra real de
International Water Power and Dam Construction, marzo 1995, p. 2.

3. Ambas cifras de Tsikata, F.S. (ed.) Essays from the Ghana-Valco Renogotiations,
1982-85, Ghana Publishing Corporation, Accra, 1986.

En 1983, en un estudio de viabilidad, un consorcio liderado por asesores de


ingeniería alemanes de Lahmeyer International, aseguró que la represa Bakun,
de 2.400 MW, en el Estado de Sarawak, en Malasia, tendría un “promedio
anual de producción energética” de 18.000 GWh/año, equivalente a un factor
planta del 86%. Luego de que la veracidad de esta aseveración fuera
cuestionada por los opositores al proyecto, los asesores redujeron sus
proyecciones a 16.785 GWh/año, un factor planta del 80% que aún suena

8
irreal.xvi Los ingresos económicos calculados para la represa Nam Theun II, en
Laos, dependen de que la represa, de 681 MW, produzca un promedio de
4.864 GWh/año, un factor planta del 81%. El acceso a documentos reservados
del proyecto permitió establecer que este pronóstico notablemente optimista
está basado en apenas siete años de registros de precipitaciones de la mayor
parte de la cuenca del Nam Theun.xvii Incluso si se tuviese una extensa y
confiable serie de registros del caudal mínimo, se dudaría del pronóstico de un
factor planta tan alto.

Los partidarios de Sardar Sarovar han proclamado con orgullo en avisos


comerciales en diarios y en numerosas declaraciones públicas una capacidad
instalada de la represa de 1.250 MW. Sin embargo, no mencionaron que la
generación promedio proyectada durante la fase inicial del proyecto es de
apenas 439 MW a causa de la baja producción energética durante la extensa
temporada de sequías. A medida que los 80.000 kilómetros de canales de
irrigación del proyecto vayan terminándose, cada vez más agua será desviada
del embalse antes de que llegue a las turbinas principales. Finalmente, la
producción energética promedio disminuirá a 50 MW. Considerando la gran
cantidad de energía necesaria para bombear agua a través de los canales,
Sardar Sarovar, al igual que otros proyectos de transferencia de agua a gran
escala, tarde o temprano se transformará en un neto consumidor de
energía.xviii

Insustentable y potencialmente renovable

La hidroelectricidad ha resultado ser una fuente de energía segura,


limpia, eficiente y renovable...

Evaluación Preliminar sobre el Impacto


Ambiental de la
represa Bakun, 1994

A través de los años los partidarios de las represas han repetido


insistentemente que la hidroelectricidad es limpia, renovable y económica. Sin
embargo esto no es totalmente cierto. Una central hidroeléctrica no puede
considerarse una fuente de energía “limpia” ya que la contaminación causada
por las represas puede ser menos obvia que las espesas nubes de humo
despedidas por las usinas que queman carbón, pero es contaminación al fin.

9
Las centrales hidroeléctricas pueden contaminar gravemente las aguas de un
río y emiten gases invernadero como consecuencia de la descomposición del
suelo y la vegetación sumergidos. La fragmentación y supresión de los
ecosistemas fluviales también constituyen una forma de contaminación: una de
las definiciones de “contaminar”, según Chambers 20th Century Dictionary, es
“hacer que cualquier característica del ambiente sea ofensiva o dañina para la
vida humana, animal o vegetal”.

Jan A. Veltrop, ex presidente de la Comisión Internacional de Grandes


Represas (ICOLD) escribe, “La energía hidroeléctrica es renovable porque es
generada por el ciclo hidrológico”.xix Esto es confundir un recurso renovable
–el caudal del río- con la tecnología utilizada para explotarlo, que es
definitivamente no renovable. Debido a que hay una limitada cantidad de sitios
adecuados para construir represas, a que las represas se deterioran con el
paso del tiempo y a que los embalses se colman de sedimentos, la
hidroelectricidad sólo podría considerarse renovable si se desmantelaran las
represas obsoletas, se eliminaran los sedimentos acumulados detrás de las
mismas y luego se construyeran nuevas represas en su lugar, lo cual tendría
un costo exorbitante. Si bien el desmantelamiento y la reconstrucción pueden
ser económica y técnicamente viables en los proyectos más pequeños, aún no
existe evidencia de que esto pueda realizarse en el caso de las grandes
represas construidas en los últimos 60 años.

No caben dudas de que la energía hidroeléctrica no es “sustentable”, según la


definición de desarrollo sustentable difundida por la Comisión Mundial sobre
Medio Ambiente y Desarrollo (WCED, en inglés) en 1987, presidida por la
primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland. De acuerdo con lo expresado
por la WCED, el desarrollo sustentable es aquel que “satisface las necesidades
presentes sin comprometer la posibilidad de las generaciones futuras para
satisfacer las propias”. Mediante la destrucción de ríos y estuarios y la extinción
de especies, las represas afectan las posibilidades de las generaciones futuras
para satisfacer sus necesidades. Por lo tanto la descripción acertada para una
gran central hidroeléctrica sería: “no sustentable potencialmente renovable”.xx

Las plantas hidroeléctricas han sido promocionadas como “económicas”


principalmente porque, a diferencia de las centrales alimentadas con
combustibles fósiles, las represas obtienen su “combustible”, el agua, en forma
gratuita. Esta ilusión de que la hidroelectricidad es económica comienza a

10
disiparse cuando se empiezan a tener en cuenta los costos económicos de la
construcción y termina esfumándose por completo cuando dentro de este
cálculo también se incluyen la frecuentemente deficitaria producción operativa y
apenas una pequeña parte de los costos ambientales y sociales. Cada vez más
en los últimos años se ha logrado que se revelaran estos costos de las
represas que antes no se daban a conocer, razón por la cual los grupos
defensores de las represas se han visto obligados a cambiar su discurso para
justificar la hidroelectricidad. La alguna vez popular afirmación que “la
hidroelectricidad era económica”, hoy en día está siendo sustituida por
argumentos que presentan a las centrales hidroeléctricas como la respuesta al
calentamiento global, o según lo expresó Ted Haws, presidente de Comité
Ambiental de la ICOLD, “las centrales hidroeléctricas son un gran beneficio
para el ambiente global”.xxi

¿Represas al rescate? Hidroeléctricas y calentamiento global

Las centrales hidroeléctricas no producen dióxido de carbono...


absolutamente ningún tipo de emisiones gaseosas.

Folleto del Departamento de Energía de los EE.UU. preparado


con la asistencia técnica de la
Asociación Nacional de Hidroelectricidad y otros, 1994

El supuesto potencial de la hidroelectricidad para mitigar el calentamiento


global –debido a que no se utilizan combustibles fósiles- hoy es percibido por la
industria como uno de sus puntos más fuertes. Cinco de 14 disertantes en una
conferencia internacional sobre el financiamiento de proyectos de represas en
1994 se refirieron a la importancia de la hidroelectricidad como una tecnología
que no emitía gases invernadero y ninguno de ellos la calificó como
“económica”. También en 1994, el ente estatal Hydro-Québec publicó distintos
avisos en periódicos del sector de la energía industrial que decían que las
empresas de energía de Canadá y los EE.UU. podrían ayudar “a reducir la
amenaza del calentamiento global para todos nosotros” mediante la
importación de hidroelectricidad desde Quebec. Un grupo de partidarios de las
represas propone que los países industrializados deberían cumplir con sus
obligaciones de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero dentro
del marco de la Convención sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas,

11
mediante una ayuda económica para poder construir centrales hidroeléctricas
en los países en vías de desarrollo.xxii

Sin lugar a dudas el calentamiento global representa una amenaza muy real y a
gran escala para la sociedad y para el ambiente, y esto exige comenzar a
utilizar con urgencia tecnologías y modos de organización social y política que
logren minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero de modo
que esto no profundice otros problemas ambientales y sociales. Sin embargo,
la energía hidroeléctrica no sólo es social y ecológicamente nociva, sino que
además está lejos de ser “inocua para el clima”, como sostienen sus adeptos. A
pesar de que aún no se han llevado a cabo muchas investigaciones acerca de
las emisiones de gases invernadero de los embalses, los estudios realizados
indican que los reservorios de las centrales hidroeléctricas, en especial
aquéllas ubicadas en áreas de selva tropical, pueden contribuir notablemente al
calentamiento global y en ciertos casos tanto o aún más que las centrales que
utilizan combustibles fósiles y producen una cantidad equivalente de
electricidad.

A través de los procesos de crecimiento y descomposición, el suelo, las selvas


y los humedales continuamente consumen y emiten grandes cantidades de
dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4), los dos gases de efecto invernadero
no sintéticos más importantes. En las selvas maduras y las praderas, el
consumo y la emisión de CO2 suelen estar equilibrados y los ecosistemas
actúan como grandes depósitos de carbono sin ningún efecto neto sobre la
concentración de gases invernadero en la atmósfera, siempre y cuando
permanezcan inalterados. Por otra parte, existen también muchos suelos que
consumen más metano del que emiten y por lo tanto actúan como sumideros
de este gas. Los humedales templados son sumideros de CO2 y CH4. Por otro
lado, los humedales tropicales son grandes fuentes de metano. Los lagos
naturales suelen ser fuentes de metano pero a menudo actúan como
sumideros de dióxido de carbono. Así como el flujo de estos gases
provenientes de diferentes ecosistemas hacia la atmósfera cambia
notablemente, el monto de carbono acumulado en la biomasa y en los suelos
también es variable: las selvas naturales, por ejemplo, pueden almacenar entre
20 y 100 veces más carbono por unidad de área que las tierras dedicadas a la
actividad agrícola. La biomasa de las selvas tropicales suele concentrar mucho
más carbono que las selvas templadas; por otro lado, los suelos de las

12
praderas templadas pueden contener más carbono que la vegetación y el suelo
de las selvas tropicales en conjunto.xxiii

Cuando estos ecosistemas son anegados, el patrón de intercambio de CO2 y


CH4 con la atmósfera se ve totalmente alterado. La turbera, que por ser un
ecosistema viviente captó los gases, al inundarse entra en descomposición y
se convierte en una fuente neta de éstos. Los vegetales y el suelo también
entran en descomposición cuando se anegan y con el tiempo liberan la mayor
parte del carbono almacenado. La inundación permanente de los humedales
tropicales aumenta las emisiones de metano y los convierte en fuentes netas
de CO2. Los gases producidos por los embalses pueden emitirse desde la
superficie del agua a través de la difusión continua hacia la atmósfera; por
emanaciones repentinas, cuando el agua profunda de los embalses asciende
hasta la superficie en climas fríos, el agua de la superficie la vuelve más densa
y la hace descender; y mediante la descarga del agua profunda a través de las
turbinas.

El estudio más completo acerca de las emisiones de gases invernadero desde


los embalses ha sido realizado por Philip Fearnside, del Instituto Nacional de
Investigaciones de Amazonia (INPA), en Brasil. Fearnside calculó la incidencia
sobre el calentamiento global de las represas Balbina y Tucuruí durante sus
primeros 50 años de vida, considerando la cantidad de selva que inundaron y el
ritmo de descomposición vegetal en las diferentes profundidades del embalse.
El investigador concluyó que posterior al llenado del embalse se produce una
enorme afluencia de emisiones de CO2 que luego disminuye progresivamente
con los años. Aproximadamente la mitad de las emisiones totales de CO2 de
Balbina ocurrieron durante los primeros 7 años de llenado del embalse, la
mayor parte del gas fue emitida por los restos de los árboles en
descomposición que quedaron en la superficie.

El agua tibia, rica en nutrientes y con escasísimo oxígeno, en el lecho de estos


embalses poco profundos, constituye un medio ideal para las bacterias
productoras de metano que se alimentan de la vegetación en descomposición.
El ritmo de putrefacción en el lecho de un embalse tropical sin oxígeno es
increíblemente lento: incluso las hojas pueden tardar siglos en descomponerse
por completo. Sin embargo, sólo una parte de la producción de metano está
relacionada con la cantidad de biomasa originalmente anegada, ya que la
descomposición de las plantas acuáticas y de la materia orgánica que el río
lleva hasta el embalse también emite el gas. Por esta razón las emisiones de

13
metano son bastante constantes y no disminuyen demasiado con el
envejecimiento del embalse.

Cuadro 5.3: Emisiones de gases de efecto invernadero de embalses en


Brasil y Canadá, en comparación con emisiones de combustibles fósiles

Área del Generación Emisiones anuales Emisiones Emisiones


Proyecto embalse a promedio de dióxido de de metano por
nivel de anual carbono por por Gigawatio-
operación (Gwh/año) kilómetro cuadrado kilómetro hora
(km2) (t/km2/año) cuadrado (106t CO2-
(t/km2/año) equivalente/G
Wh)a
Represa Balbina 3147 970 7550 45 26200*
(Brasil)
Represa Tucuruí 2247 18030 4210 40 580*
(Brasil)
Hidroeléctrica 1400 16000 190-200 4-8 40-60†
Churchill/Nelson
(Canadá)
Represa Grand 1200 1700 190-200 4-8 300-500†
Rapids (Canadá)
Generación 1000†
promedio a carbón
Generación de gas 400†
natural de ciclo
combinado

a. Contribución de dióxido de carbono y metano combinados en unidades equivalentes de C02


* Potencial de calentamiento global para metano = 11
† Potencial de calentamiento globla para metano = 60

Fuentes: Fearnside, P.M., 'Hydroelectric Dams in the Brazilian Amazon as Sources of


'Greenhouse Gases', Environmental Conservation, Vol. 22, No. 1, 1995; Rudd, J.W.M. et al.
'Are Hydroelectric Reservoirs Significant Sources of Greenhouse Gases?', Ambio, Vol. 22, No.
4, Junio, 1993.

Fearnside estima que en 1990, seis años después de que Tucuruí comenzó a
llenarse y tres años luego de que las compuertas de Balbina se cerraron, el
embalse Tucuruí emitió 9.450.000 toneladas métricas de dióxido de carbono y
90.000 toneladas de metano; Balbina despidió 23.750.000 toneladas de CO2, y
140.000 de CH4. Teniendo en cuenta el efecto de ambos gases, Fearnside
calculó que el impacto de Tucuruí sobre el calentamiento global alcanzó el 60%
del efecto que tiene una central térmica a carbón con igual generación de
energía, pero superó en 50% al impacto que produce una central eléctrica a
gas. El embalse Balbina, por su parte, tuvo un impacto sobre el calentamiento
global 26 veces mayor al de las emisiones de una central energética

14
alimentada con carbón con la misma generación de energía (ver Cuadro 5.3).
Si bien las emisiones de los embalses disminuirán lentamente con el paso de
los años y la descomposición de la biomasa anegada, el impacto de Balbina
sobre el calentamiento global siempre será mucho mayor que si se hubiese
generado la misma cantidad de energía a partir de combustible fósil. xxiv

La publicación de Fearnside sigue los pasos de un estudio realizado por un


grupo de investigadores bajo la dirección de John Rudd, del Instituto del Agua
Dulce del gobierno canadiense, que también sostenía la existencia de
importantes emisiones de dióxido de carbono y metano en embalses al norte
de Canadá. Rudd y sus colaboradores midieron las emisiones gaseosas por
hectárea de bosques y turberas anegados y aplicaron los resultados obtenidos
para calcular las emisiones anuales promedio a lo largo de 50 años de dos
grandes embalses hidroeléctricos al norte de Manitoba. Los investigadores
concluyeron que la incidencia de la represa Grand Rapids sobre el
calentamiento global por cada KWh generado era similar al de una central a
gas, mientras que el enorme proyecto hidroeléctrico Churchill-Nelson tenía un
impacto de sólo la octava parte de una central a gas.xxv

Existen muchas imprecisiones al tratar de medir las consecuencias de las


diferentes actividades humanas para el calentamiento global. Un gran
obstáculo que se presenta es la distinción entre el impacto de las emisiones de
metano (CH4) y las de dióxido de carbono (CO2). Esto es un punto importante
para determinar la contribución de los embalses y de los combustibles fósiles al
cambio climático global, ya que el metano es un componente fundamental de
las emisiones de los embalses mientras que la quema de combustibles fósiles
genera mayoritariamente dióxido de carbono. Como gas de efecto invernadero
y considerando molécula por molécula, el metano es más poderoso que el
dióxido de carbono, pero tiene una vida más corta en la atmósfera. No existe
un acuerdo universal sobre el factor, llamado Potencial de Calentamiento
Global (GWP, en inglés) para multiplicar el metano y obtener las unidades
equivalentes de CO2. Rudd y sus colegas utilizan un factor de 60 que, según el
panel de expertos sobre cambio climático de la ONU, es el valor aproximado
del mayor impacto sobre el calentamiento global que tiene una molécula de
CH4 con respecto a la de CO2 en un período de 20 años. Fearnside, por otro
lado, utiliza un GWP de apenas 11, una cifra moderada que sólo incluye los
efectos directos del gas en un lapso de 100 años. Si se toman en cuenta los
efectos indirectos del metano (las reacciones con otros gases atmosféricos), el

15
GWP resulta de 21. Si Fearnside hubiese utilizado un GWP de 21 para el
metano, el impacto de los embalses de la Amazonia para el calentamiento
global hubiese resultado sustancialmente mayor; si Rudd y sus colegas
hubieran usado 21, la incidencia de los embalses canadienses hubiera sido
mucho menor.xxvi

Estos hallazgos no pueden extrapolarse con facilidad a otros embalses, ya que


las emisiones de gases invernadero por kilovatio-hora de hidroelectricidad no
sólo dependen de la relación entre el área inundada y la energía producida
(que puede variar según un factor de al menos 80.000), sino también de la
vegetación y el clima locales.xxvii Un cálculo integral del impacto de una represa
en el calentamiento global debería considerar también las emisiones de los
combustibles fósiles utilizados para la construcción de la represa y la
producción del concreto, acero y demás materiales empleados en ella; y quizás
lo más importante, las alteraciones en el flujo de los gases invernadero a causa
del uso de la tierra, y de otros cambios propiciados por la represa tales como la
deforestación, la conversión de los humedales de las planicies inundables a la
agricultura intensiva, la adopción del riego en suelos antes abastecidos por las
precipitaciones y el aumento del uso de fertilizantes artificiales en base a
combustibles fósiles.xxviii

Represas estáticas, clima cambiante

Los diseñadores de represas trabajan sobre el supuesto de que las variables


hidrológicas históricas, tales como el caudal anual promedio, la variabilidad
anual del caudal, y la distribución estacional del flujo, constituyen guías
confiables para el futuro. Sin embargo, es factible que el incremento del
calentamiento global produzca notables cambios sobre los patrones de
precipitación anual y estacional y demás factores que influyen en el flujo de los
cauces, tales como ritmo y tiempo de deshielo, y la naturaleza de la
composición vegetal de una cuenca. La evidencia histórica y geológica
respecto de las inundaciones del milenio pasado indica que aun los mínimos
cambios climáticos son capaces de causar grandes cambios en el volumen de
las inundaciones. La sedimentación de los embalses también es susceptible de
sufrir importantes alteraciones: en zonas áridas, un incremento de las
precipitaciones anuales de apenas 10 por ciento puede duplicar el volumen de
los sedimentos barridos hacia los ríos.xxix

16
El calentamiento global y los inexorables cambios climáticos que se producen
año a año, década tras década, tornarán cada vez más inciertos los cálculos
acerca de la cantidad de agua disponible para accionar las turbinas, la crecida
máxima que los aliviaderos deberán descargar y el ritmo de sedimentación en
los embalses. Las compañías aseguradoras están cada vez más convencidas
de que el cambio climático global es responsable por la creciente frecuencia e
intensidad de los violentos y costosos temporales, inundaciones y sequías
desde finales de los ´80, fenómenos que ya han causado colapso de represas,
incremento de sedimentación y reducción del rendimiento de la energía
hidroeléctrica. Un informe de 1991 del Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático de la ONU (IPCC en inglés), subrayó que “el incremento del
escurrimiento de agua a causa del cambio climático podría constituir una grave
amenaza a la seguridad de las represas existentes con fallas de diseño. Quizá
sea necesaria una revisión de los criterios para el diseño de represas teniendo
en cuenta los efectos del cambio climático”. Es por esta razón que el
calentamiento global no puede considerarse el enviado divino que salvará a
una industria alicaída, como desearían muchos partidarios de la
hidroelectricidad. El cambio climático global sólo puede afectar a las represas
de forma tal que se vuelvan menos seguras y con un rendimiento mucho menor
al que sostienen sus constructores.xxx

La gran ilusión: control de inundaciones

Le dice el Tweed al Till -


“¿Por qué es tan lento tu fluir?”
Le dice el Till al Tweed -
“A pesar de que tu correr es febril
Y mi andar no es veloz,
Por cada hombre que tú ahogas
Yo ya ahogué dos”.
Anónimo,
Dos Ríos, rima escocesa

El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. ha gastado más de 25.000


millones de dólares en 500 represas y en 16.000 kilómetros de terraplenes en
su guerra contra las inundaciones. El BuRec, la TVA y otros organismos
federales, estatales y locales han gastado miles de millones más. A pesar de
esto, desde 1937, año en el que se aprobó la primera Ley Federal de Control

17
de las Inundaciones, el costo anual de los daños por inundaciones en los
EE.UU., ajustado según el índice inflacionario, se ha más que duplicado. El
número de personas que muere cada año como consecuencia de las
inundaciones sigue siendo medianamente el mismo. En los EE.UU., los daños
a la propiedad causados por inundaciones durante la primera mitad de los ´90
promediaba los 3.000 millones de dólares anuales. Este patrón de gastos en
aumento para el control de las inundaciones, acompañado por cada vez
mayores daños causados por las crecidas de los ríos, se manifiesta en todo el
planeta. La India gastó cerca de 1.000 millones de dólares en terraplenes y
canalización de ríos ente 1953 y 1980 y muchos miles de millones más en
represas y, a pesar de este esfuerzo, tanto el área de cultivos afectados como
el costo de los daños por las inundaciones crecieron marcadamente en este
lapso.xxxi

Existe una variedad de causas que explican el incremento de los daños


provocados por las inundaciones. La deforestación y la degradación y
urbanización de las cuencas fluviales aumentan la velocidad con que el agua
corre desde los suelos hacia los ríos; el cambio climático puede estar
incrementando la variabilidad, intensidad y frecuencia de los temporales. Sin
embargo, el principal motivo detrás de los crecientes costos de las
inundaciones en todo el mundo quizá sea que las represas y los terraplenes
inspiran una falsa sensación de seguridad. Deliberadamente o no, se fomenta
el establecimiento de personas en las planicies inundables, lo que hace que
una futura inundación se torne mucho más grave que si no se hubiesen
construido mecanismos de control o si no se hubiese edificado sobre las
planicies. Además, la progresiva pérdida de capacidad de almacenamiento a
causa de la sedimentación reduce la capacidad de las represas para retener el
agua de las crecidas, lo que resulta en un mayor riesgo para los nuevos
habitantes de las planicies inundables año tras año.

Los controles estructurales como las represas y terraplenes, si bien pueden


eliminar las inundaciones anuales “normales”, también pueden empeorar la
intensidad de las inundaciones extremas. Además de confinar al río y encauzar
sus aguas, los terraplenes aumentan el caudal y la velocidad de un río y
consecuentemente su capacidad para causar daño aguas abajo. La contención
de la carga de sedimento dentro de las márgenes de un río eleva su lecho, lo
que a su vez, para compensar, obliga a elevar más los terraplenes. Esta
constante reconstrucción de terraplenes no sólo es extremadamente costosa,

18
sino que se llega a un punto en el que el nivel del río supera la altura de las
planicies que lo rodean, lo que genera la posibilidad de desastrosas
inundaciones repentinas ante el colapso de los grandes terraplenes.xxxii

Un embalse con capacidad suficiente puede ayudar a mitigar las inundaciones


aguas abajo al almacenar una parte o la totalidad del caudal excedente de
grandes precipitaciones. Sin embargo, las represas de mayor dimensión
capaces de atenuar la crecida de un gran río suelen ser proyectos de
propósitos múltiples, y las presiones económicas y políticas los orientan a
conservar el embalse alto para potenciar la generación de electricidad y el
suministro de agua, en lugar de mantenerlo bajo para poder dar cabida al agua
de una crecida. El riesgo para las personas que habitan aguas abajo de una
represa está constituido también por la siempre presente posibilidad de una
falla: la inundación ocasionada por el colapso de una represa es casi con
certeza la más destructiva que alguna vez pueda sufrir el valle de un río.xxxiii

Las grandes descargas resultantes del régimen de operación de algunas


centrales hidroeléctricas mayores, pueden aumentar el daño causado durante
la temporada de crecidas estacionales normales y causar inundaciones fuera
de temporada nunca antes registradas. Según un equipo del Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina (Conicet), las
descargas de Itaipú han ocasionado “inundaciones recurrentes y a menudo
catastróficas”.xxxiv Se suponía que Salto Grande, la represa de 1.890 MW sobre
el río Uruguay entre Argentina y la
República Oriental del Uruguay, reduciría las inundaciones; sin embargo, desde
su finalización éstas se han incrementado, lo que ocasionó entre otras cosas el
abandono forzoso de algunas de las tantas islas habitadas de la cuenca inferior
del Uruguay.xxxv
Se tiene registro de numerosas inundaciones que se agravaron porque los
operadores de una represa primero retenían el agua para llenar el embalse y
luego, ante la prolongación de las lluvias, debían abrir los aliviaderos al máximo
para evitar el rebasamiento de la represa. La construcción de la represa
Hirakud, en la India, fue en principio justificada porque permitiría el control de
las crecidas, sin embargo entre 1960 y 1980, en el delta del Mahanadi, se
triplicó la frecuencia de las inundaciones extremas respecto de la etapa anterior
a la construcción de la represa. En setiembre de 1980, cientos de personas
murieron cuando las descargas de Hirakud arrasaron con los terraplenes río
abajo. El primer ministro de Orissa admitió que las impresionantes descargas

19
de agua de Hirakud habían sido las responsables de gran parte de la
devastación, pero argumentó que si no se hubiese descargado el agua con la
mayor celeridad posible la represa podría haber colapsado.xxxvi

Muchas otras inundaciones mortales en la India han sido atribuidas a las


descargas de emergencia de represas. En 1978 alrededor de 65.000 personas
del Punjab perdieron sus hogares a causa de inundaciones agravadas por
descargas forzosas desde la represa Bhakra. Un miembro del comité que fue
creado para investigar las inundaciones admitió que Bhakra había estado cerca
del rebasamiento y sostuvo que “si le hubiese sucedido algo a la represa,
entonces la mitad de Punjab hubiera sido anegada”. Una inundación similar
ocurrió once años más tarde. En esta ocasión, un funcionario de la agencia
encargada de la administración de Bhakra sostuvo que de no haberse
descargado el agua, “hubiese ocurrido una de las peores catástrofes de las que
se tenga memoria”.xxxvii

En Sacramento, la capital del Estado de California, medio millón de personas


apenas lograron escapar del desastre en 1986, cuando las descargas de la
represa Folsom casi sobrepasaron los terraplenes que protegen a la ciudad del
río. Los datos de descarga de Folsom revelaron que los operadores de la
represa habían descuidado los procedimientos operativos de los cuales eran
responsables, dejando que las aguas de crecida se acumulasen en el embalse
durante 36 horas, con lo que la seguridad de la represa se vio amenazada y
aumentando luego repentinamente las descargas más allá del máximo
concebido.xxxviii

Inundando para frenar inundaciones

En muchos casos las afirmaciones de que una represa ayudará a reducir las
inundaciones son sólo tácticas para tergiversar los análisis de costo-beneficio.
Por ejemplo, un informe sobre la represa Columbia de la Autoridad del Valle de
Tennessee (TVA, en inglés), divulgado por un subcomité del Congreso en
1980, reveló que 11.130 hectáreas aguas arriba de la represa, en su mayor
parte tierra agrícola de excelencia, serían anegadas o afectadas por el proyecto
para brindar protección de inundaciones a menos de un tercio de esa superficie
corriente abajo. Los documentos del proyecto original discurrían acerca del
beneficio del control de las inundaciones, pero nunca mencionaban la pérdida
multimillonaria de dólares en producción agrícola y negocios relacionados a

20
causa de la inundación permanente que ocasionaría el embalse. Cuando el
subcomité intentó identificar las 43 edificaciones que la TVA aseguraba
estarían protegidas por la represa, hallaron “numerosas estructuras
comerciales tipo chozas precarias y abandonadas”. De los 11 comercios que la
TVA dijo existían a lo largo de una sección del río, sólo cinco figuraban en la
guía telefónica local.xxxix

Las proyecciones acerca del alcance de la protección contra las inundaciones


de la represa mayor Tres Gargantas, en China, son variadas, pero las más
frecuentes hablan de 10 millones de personas que ya no sufrirán esta
amenaza. A pesar de esto, la represa sólo podría controlar las crecidas
causadas por las precipitaciones en la cuenca superior aguas arriba, mientras
que muchas de las inundaciones más severas sobre el Yangtze medio e
inferior son ocasionadas por tormentas locales.xl Para brindar este supuesto
control de inundaciones, cerca de 1,3 millones de personas resultarán
expulsadas de sus hogares a causa de la inundación permanente del área del
embalse y medio millón más de pobladores que viven en la zona designada
como almacenamiento de agua de emergencia serán desalojados por la
inundación en caso de flujos excepcionalmente altos. Sin embargo, aun
utilizando la capacidad total del almacenamiento de emergencia, la mitigación
de una gran crecida sería incierta, ya que la represa apenas puede almacenar
menos de la décima parte del agua de una crecida de las que se producen con
una probabilidad de 200 años.xli

Demasiado para beber: represas y agua pública

Cuando bebas agua, piensa en su fuente.

Proverbio chino

Sólo una ínfima proporción del agua almacenada por las grandes represas es
suministrada para el consumo en viviendas o comercios. De las 3.602 represas
por encima de los 30 metros de altura, listadas por ICOLD según nombre y
función en un registro de 1984 de los cuatro países con más represas –China,
EE.UU., Japón e India-, sólo alrededor del veinte por ciento incluye la provisión
de agua pública como uno de los propósitos del proyecto (ver Cuadro 5.4). Si
una gran represa tiene el suministro de agua entre sus objetivos, por lo general
se trata de uno de los propósitos de menor importancia del proyecto. Si las

21
grandes represas sólo suministraran agua municipal, serían mucho menores
que las colosales edificaciones construidas para proveer electricidad e
irrigación.

En 1990 apenas alrededor del siete por ciento de las extracciones de agua de
todas las fuentes en el mundo estaba destinado a las viviendas y demás
usuarios urbanos. Cerca de un cuarto de las extracciones iba a las industrias.
Del resto, el 65% era para la agricultura y el cuatro por ciento se evaporaba de
los embalses.xlii A pesar de que no se puedan conseguir datos globales que
establezcan las diferentes fuentes de agua urbana, es probable que la mayor
parte del suministro de agua municipal provenga de aguas subterráneas. Por
ejemplo, aun con la sobreabundancia de represas en los EE.UU., más de la
mitad de la población se abastece de aguas subterráneas; en toda Europa, el
65% de los habitantes también dependen del agua subterránea.xliii Gran parte
del suministro urbano proveniente de agua superficial se toma de lagos y ríos
sin regular -el agua puede obtenerse a través de conductos ubicados
directamente en el río o de pozos cavados en su lecho- y de embalses y
estanques detrás de pequeños diques.

De las 1.000 millones de personas que no tienen acceso a una fuente de agua
digna, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 855 millones viven
en áreas rurales. Los altos costos, la sofisticación y exigencia energética que
demandan las redes de caños, acueductos, bombas y plantas de tratamiento
necesarios para llevar agua potable desde los grandes embalses hasta los
dispersos asentamientos rurales significa que las grandes represas, por lo
general, no son una opción que al menos valga la pena considerar para el
suministro de agua rural en los países en vías de desarrollo. La única manera
de proveer agua a bajo costo para estas poblaciones dispersas es mediante
pequeños programas administrados por la comunidad, que dependan de
pozos, manantiales, cauces y ríos locales, embalses muy pequeños y otras
tecnologías a pequeña escala, económicas y fáciles de mantener.xliv

Irónicamente, debido el debilitamiento del río aguas abajo de los embalses y la


disminución del nivel de las aguas subterráneas por la desecación de las
planicies inundables, las grandes represas suelen reducir la disponibilidad de
agua, o bien expropian el agua utilizada por personas que habitan a lo largo de
un río para brindarla a aquellas conectadas a los sistemas de suministro
urbanos. El peor caso que se puede citar como ejemplo quizá sea la represa de

22
contención Farakka, en la India, que desvía agua del Ganges hacia el puerto
de Calcuta y ha reducido la disponibilidad de agua potable para 40 millones de
personas aguas abajo en Bangladesh.xlv

El deterioro de la calidad del agua y la propagación de algas en los embalses


pueden contaminar gravemente los suministros de agua. La mezcla de algas y
vegetales en descomposición resultante del cierre de la represa Itaparica,
sobre el río San Francisco, en Brasil, ocasionó la muerte por envenenamiento y
gastroenteritis de 130 personas, principalmente niños, que bebieron agua
proveniente del nuevo embalse.xlvi

La creciente transparencia del Nilo debido a la eliminación casi completa de


sus sedimentos por la Gran Represa de Assuán, ha originado la proliferación
de algas y fitoplancton en el río. Esto ha contaminado el suministro de agua en
El Cairo y en otras ciudades ribereñas, que luego necesitaron incrementar el
uso del cloro, lo que a su vez llevó a una mayor presencia en el agua corriente
de sustancias químicas cancerígenas formadas a partir de la reacción del cloro
con la materia orgánica.xlvii

Cuadro 5.4 Propósitos de represas mayores a 30 metros (% de represas)


China * India Japón EE.UU.
Riego 84 45 43 29
Electricidad 44 22 45 31
Control de 29 4 43 36
inundaciones
Abastecimiento de 1 9 25 40
agua
Recreación 0 0 0 44
Navegación 1 0 0 4
Nº de represas (1.336) (324) (800) (1.142)

China, India, Japón y EE.UU. son los países con mayor cantidad de grandes represas
(excluyendo CEI, para la que ICOLD no ha publicado toda la información). La suma de los
porcentajes es >100 debido a las represas con multipropósitos.

*ICOLD solamente incluye información de casi el 50% de las represas de más de 30 metros de
altura en China.

Fuente: propósitos de grandes represas según el listado de World Register of Dams, edición
completa, ICOLD, París, 1984.

La provisión de agua al Estado de Gujarat, asolado por las sequías, ha sido


unas de las principales justificaciones morales y políticas del proyecto Sardar
Sarovar (SSP, en inglés). En 1983 los documentos del SSP sostenían que un
total de 28 millones de personas recibirían agua gracias a esta obra; luego en

23
1989, sin ninguna explicación, las autoridades anunciaron que suministraría
agua a 32,5 millones; en 1992, el número creció a 40 millones; y más tarde, al
año siguiente, la cifra cayó a 25 millones. Las estadísticas oficiales acerca del
número de poblaciones que se beneficiarían saltó de 4.719 a principios de los
´80 a 8.215 en 1991. En 1992 se reveló que 236 de estos poblados se
encuentran deshabitados, sin embargo las autoridades siguieron afirmando que
recibirían agua de todos modos.

Si bien estos discursos inconsistentes pueden ser ridiculizados, es difícil


cuestionar seriamente su veracidad, ya que en 1996, luego de cuatro décadas
de diseño de lo que los funcionarios llamaban el “proyecto más estudiado de la
India”, aún no existían planes detallados para el suministro de agua. Lo
máximo que los funcionarios llegaron a revelar es que el costo de instalar los
caños, bombear, tratar el agua y establecer una infraestructura administrativa
para un área de más de 100.000 kilómetros cuadrados, “alcanzaría varias”
decenas de miles de millones de rupias (10 mil millones de rupias equivalen a
cerca de 330 millones de dólares). A pesar de que el agua potable es
proclamada como uno de los principales beneficios de Sardar Sarovar, el costo
del suministro –posiblemente por encima de los mil millones de dólares- ha sido
excluido del análisis de costo-beneficio del proyecto.xlviii

Los opositores al PSS sostienen que las zonas de Gujarat más pobres y
proclives a la sequía nunca verán el agua del río Narmada, ya que cualquier
suministro de agua potable proveniente del proyecto será absorbido por las
ciudades más grandes del Estado, poderosas políticamente y relativamente
pudientes, donde el problema no es tanto la provisión insuficiente sino la
decrepitud de la infraestructura. Estos temores fueron parcialmente
confirmados en 1995 por un informe del Banco Mundial que sugería que la
crisis financiera del proyecto justificaría el desvío del suministro de agua desde
las dispersas y pobres áreas rurales hacia los consumidores urbanos,
industriales y domésticos.xlix

Obstáculos en los ríos: represas y transporte fluvial

... Creo que el río


Es un fuerte dios pardo – arisco, salvaje e indomable...
Útil, poco confiable, como un transportador comercial.
T.S. Eliot,

24
Four Quartets, 1941

Las propuestas de proyectos de represas de “propósitos múltiples” suelen


incluir a la navegación en la lista de beneficios que prometen. Sin embargo, a
nivel mundial, en lugar de una ventaja las represas constituyen un alto costo
para el transporte fluvial de bienes y personas. Las represas pueden facilitar el
tránsito por el río mediante la inundación de rápidos peligrosos, la regulación
de la profundidad y la reducción de la velocidad de las corrientes. Sin embargo,
las represas también bloquean el río, lo cual crea la necesidad de construir
esclusas que hacen lento el pasaje y son proclives a colapsar. Muchas
represas se han erigido sin esclusas, bloqueando totalmente el tráfico del río, y
cuando las esclusas existen sólo pueden utilizarlas las grandes barcazas u
otras embarcaciones comerciales. Es probable que los pequeños botes y
canoas de los pescadores locales u otros usuarios tengan el acceso al río
totalmente bloqueado o sólo disponible mediante el pago de un peaje. Los
tradicionales beneficiarios del río también pueden verse perjudicados cuando
sus embarcaciones no resultan adecuadas para navegar en las extensas
aguas del embalse agitadas por el viento, las que se vuelven aún más
peligrosas a causa de troncos de árboles sumergidos y otros obstáculos.

La sedimentación en los remansos de los embalses también puede entorpecer


la navegación en los tramos superiores y exigir costosos dragados. Corriente
abajo, el debilitamiento de los ríos represados tiene un impacto obvio sobre
aquellos que dependen de sus embarcaciones para subsistir: el ejemplo más
impactante son las fotografías de los cascos oxidados de botes pesqueros y
balsas abandonados sobre el desierto de arena que alguna vez fue el lecho del
mar Aral. Cada temporada de sequía, la represa de contención Farakka deseca
miles de kilómetros de vías fluviales intensamente usadas al suroeste de
Bangladesh. En China, según el Banco Mundial, la extensión de las vías
fluviales navegables cayó de 170.000 kilómetros en 1960 a 109.000 en 1984,
“debido en parte a la construcción de represas”.l

En algunos ríos, especialmente en Norteamérica y Europa, numerosas


represas han sido construidas casi con el único propósito de mejorar las
condiciones de navegación. Entre 1914 y 1950, el Cuerpo de Ingenieros del
Ejército de los EE.UU. construyó 29 proyectos de “esclusas y represas” sobre
el Mississippi superior, lo que convirtió a 800 kilómetros de río en una serie de
estanques de navegación. La transformación del Mississippi superior en una

25
colosal autopista de transportes fluviales le costó al gobierno federal cerca de
12.000 millones, según la cotización del dólar de 1990. Este impresionante
subsidio benefició principalmente a las 20 grandes compañías que poseen el
80 por ciento del total de las barcazas en los EE.UU. y a algunas
multinacionales del petróleo, del carbón y de los granos, cuyos productos
constituyen la mayoría de los bienes transportados por el río. En la actualidad,
las esclusas y represas están comenzando a deteriorarse y necesitarán
costosos mantenimientos que saldrán del bolsillo de los contribuyentes: a
principios de los ´80, las Esclusas y Represa 26 en Illinois fueron reemplazadas
con un costo cercano a los 1.000 millones de dólares.li

Muchas de las propuestas para la construcción de represas mayores de


“propósitos múltiples” en África incluyeron a la navegación entre sus beneficios
sin analizar seriamente si alguna vez algún barco necesitará usarlas. La
represa Kainji, a la cual el primer mandatario del Estado se refería en los ’60
como “el pilar del desarrollo económico y social de Nigeria”, fue dotada de una
enorme esclusa provista por un canal de acceso de seis kilómetros de longitud.
La esclusa de elevación de 49 metros, una de las más altas del mundo, tiene
capacidad para cuatro barcazas de 5.000 toneladas simultáneamente. Hasta
1994, casi tres décadas después de instalada la esclusa, jamás ninguna
barcaza la había utilizado.lii Uno de los propósitos atribuidos a la construcción
de la represa Manantali era la regulación del río Senegal para permitir que las
barcazas transportasen las extracciones de hierro y bauxita a lo largo de los
900 kilómetros que separan a Kayes, en Mali, del mar. Sin embargo el dragado
y las obras de construcción necesarias para tornar navegable al río, aun con
Manantali en su lugar, costarían más de 400 millones de dólares y es poco
probable que esto se realice alguna vez.liii

La mejora de la navegación sobre el Yangtze, la “Hidrovía Dorada” de la China,


es promocionada como uno de los principales objetivos de la represa Tres
Gargantas. Se afirma que mediante la inundación de los rápidos la represa
permitirá a embarcaciones de 10.000 toneladas alcanzar el puerto interior de
Chongjing; en la actualidad sólo las de 3.000 toneladas pueden recorrer este
trayecto. Por su parte, los opositores al proyecto argumentan que la
sedimentación en los remansos y los períodos de descenso en los embalses
seguirán dejando a Chongjing fuera del alcance de los grandes barcos y que la
navegación resultaría más beneficiada mediante el dragado. Para lograr que
embarcaciones de 10.000 toneladas circulen por la represa se requerirá la

26
instalación de las cinco esclusas con mayor capacidad en el mundo, que
deberán subir barcos a lo largo de 113 metros, más del doble de la altura de
cualquier serie de esclusas existente. A los expertos chinos les preocupa la
espera que deberán sufrir las embarcaciones para pasar a través de las
esclusas, demoras que empeorarían si este prodigio sin precedentes de la
ingeniería experimentase dificultades técnicas. Los navíos también deberán
enfrentar inevitables y largas demoras al atravesar las obras de construcción,
durante las dos décadas que se estima tomará como mínimo la finalización de
la represa. A causa de todas estas inquietudes, aparentemente existe una
fuerte oposición al proyecto por parte de la industria naviera del interior, que se
supone será una de las principales beneficiarias de la represa.liv

Los que se escapan: pesquerías de los embalses

Nuestra madre [el río Mun] nos brindaba alimento y vida. Con la
construcción de la represa, maridos y mujeres pelean y los peces
abandonan el río. No nos oponemos a la represa. Nos oponemos a la
desintegración de nuestras comunidades.

Anciano de un pueblo tailandés del río Mun en una


reunión con los directores ejecutivos del Banco
Mundial.
Bangkok, 11 de octubre de 1991

En la mayoría de los proyectos propuestos, el principal beneficio de los


embalses de pesca se reduce a meras relaciones públicas sin fundamento. Los
constructores de represas por lo general poseen escasa información confiable
sobre las pesquerías del río y estuario o sobre el impacto que la nueva represa
tendrá sobre ellas, y además no tienen demasiada idea de qué producción de
peces podrá sustentar el nuevo embalse.

Es muy difícil predecir la producción de peces a largo plazo en los embalses.


Los datos acerca de los embalses africanos y asiáticos recogidos por el biólogo
de pesquerías Robin Wellcome revelan que la pesca por unidad de superficie
de agua puede variar según un factor de casi 200 entre distintos embalses.lv
Algunos embalses pueden incrementar la producción total de peces de un río y
muchos otros, especialmente aquellos que se deshacen de las inundaciones
estacionales regulares aguas abajo y degradan los ecosistemas de los

27
estuarios, reducirán su producción. En casi todos los casos la diversidad de
especies ícticas disminuirá. Además la gente de la zona tendrá menor acceso a
los peces que antes, ya que la pesca de embalse demanda equipos y
habilidades diferentes, y por otro lado es más costosa que la pesca de río. En
muchas regiones tropicales las pesquerías ribereñas constituyen una de las
principales fuentes de proteína animal para la gente rural, por lo tanto cualquier
alteración que afecte el acceso que estas personas tienen a los peces puede
producir un impacto profundo en sus vidas.

El experto en pesquerías Peter Bayley calcula que en promedio la producción


de peces por unidad área de un río tropical de planicies inundables (calculada
a partir del área máxima inundada) es de 2,5 a 4 veces mayor que la de un
embalse. Sin embargo, Bayley afirma que esta comparación probablemente
subestima la productividad de este tipo de ríos, ya que se tiende a subvalorar la
producción de los ríos y sus humedales por la dificultad de contabilizar las
capturas que se realizan en las actividades pesqueras dispersas en las
grandes extensiones del río, y que por lo general no están reguladas.lvi

Cuando el suelo y su vegetación son inundados por un embalse, éstos liberan


enormes cantidades de nutrientes que alimentan a la población de peces, la
cual es capaz de expandirse repentinamente a un hábitat mucho mayor. Así los
pescadores pueden obtener muy buenos beneficios de los nuevos embalses.
No obstante, pasados algunos años, cuando la abundancia de nutrientes
provenientes de la biomasa en descomposición disminuye y las especies que
dependen de las características específicas de un hábitat fluvial comienzan a
desaparecer, la pesca se reduce rápidamente. En el peor de los casos se
reduce el oxígeno del agua de los embalses y estos se saturan con plantas
acuáticas, lo que hace no sólo que disminuya la población ictícola a causa de
asfixia, sino que también imposibilita la captura de los peces que logran
sobrevivir. Los pronósticos hablaban de que la represa Kainji mantendría una
captura de 10.000 toneladas de pescado. El auge inicial de productividad arrojó
un máximo de 28.600 toneladas en 1970, dos años después de que se llenara
el embalse, pero a mediados de los años ´70 la captura se redujo a 4.500
toneladas y se cree que se estabilizó en este nivel. Esta cifra es apenas mayor
que la estimada en el tramo del río que fue inundado por el embalse.lvii

Aun cuando un embalse genere una pesquería provechosa, no hay garantía de


que los pescadores locales y demás personas cuyas vidas resultaron afectadas

28
por la represa puedan aprovechar sus beneficios. Generalmente sólo los
empresarios independientes y aquellos que tienen experiencia en pesca en
aguas abiertas –la que por lo general exige botes mayores y equipos más
costosos que la pesca de río- son los que poseen el capital y la experiencia
para explotar la pesquería recientemente creada por el embalse y colocar el
pescado en el mercado. En tal caso la gente de la zona pierde su acceso
gratuito a los peces del río y comienza a pagar para consumir pescado –mucho
menos variado- del embalse. Los pescadores que viven muchos kilómetros
aguas abajo de la represa y sufren la reducción de la pesca pueden llegar a no
tener acceso a los beneficios del embalse dada la distancia que los separa de
éste. En muchos Estados indios la población local es deliberadamente
apartada de las ventajas plenas que ofrece la pesquería de un embalse, ya que
los derechos comerciales pesqueros se licitan entre los contratistas, a quienes
la gente de la zona debe vender su pesca, generalmente a muy bajos
precios.lviii

La captura de peces en el embalse Volta –el de mayor superficie sobre el


planeta- excedió sobradamente cualquier pronóstico anterior al represamiento.
A finales de los años ´60, cuando el embalse fue llenado por primera vez,
produjo más de 60.000 toneladas de pescado y en algunos de los años
siguientes, los ingresos provenientes de la venta de pescado sobrepasaron los
ingresos por la electricidad generada por la represa Akosombo. En 1979 veinte
mil pescadores capturaron más de 40.000 toneladas de pescado. Por otro lado,
los 80.000 agricultores desplazados por el embalse, quienes debieron soportar
el programa de reasentamiento de la represa, que causó muchos problemas, le
han sacado poco provecho a la pesquería. La mayor parte de las capturas la
hacen los pescadores que antes migraban y ahora se han instalado sobre las
costas del embalse.lix

A raíz de la represa de Salto Grande, una las principales fuentes de empleo


que la dictadura uruguaya prometió que se instalarían en la zona fronteriza -
que estaba atravesando una crisis económica-, se encontraba una moderna
zona de pesca acompañada con la infraestructura de procesamiento y
comercialización necesaria. Si bien la represa fue terminada en 1980, recién en
1988 se construyó la planta de procesamiento y congelado y se otorgó un
equipamiento moderno para los pescadores locales con la ayuda de fondos
alemanes. No obstante, seis meses después de la apertura de la planta de

29
procesamiento, la pesca en el embalse disminuyó abruptamente y muchos
pescadores quedaron sin trabajo. Apenas después de un año de que la planta
empezó a funcionar, debió cerrarse. El colapso de la pesca fue atribuido a
diversas causas, entre ellas la contaminación agroquímica, el mal
funcionamiento del elevador de peces y las irregulares fluctuaciones del nivel
del embalse. Aguas abajo también colapsaron las capturas, con un impacto
económico y social para los pescadores.lx

El Banco Mundial sostiene que la “piscicultura y demás empleos relacionados a


la pesquería son la mejor forma para ayudar a que las personas desplazadas
por las represas recuperen sus ingresos”.lxi La cría intensiva de peces en jaulas
practicada en dos embalses del río Citarum, en Java occidental, Indonesia, ha
sido promocionada por el Banco Mundial por el éxito que tuvieron. En 1992,
según un informe del Banco Mundial, aproximadamente la tercera parte de las
familias desplazadas por los embalses estaban empleadas en la producción de
10.000 toneladas de carpa común. Así y todo será difícil que se repita este
éxito en la mayoría de las otras áreas. En el occidente de Java, al igual que en
ciertas zonas de China pero a diferencia de la mayoría de las regiones del
planeta, existe una larga tradición de piscicultura de agua dulce en jaulas y un
enorme mercado para la carpa. Los dos embalses, Cirata y Saguling, poseen
agua de calidad adecuada para la cría de peces y la operación de los embalses
-sin contar un gran descenso que mató a muchos de los peces enjaulados-
resulta favorable para los productores de peces. La piscicultura también exige
capital para comprar las jaulas, peces, alimentos y para pagar salarios. La
mayoría de los productores de peces del Citarum lo toman como una actividad
extra y tienen otras fuentes de trabajo más importantes como el comercio, la
agricultura y la enseñanza.lxii

Todo el placer de los embalses: represas y recreación

... el placentero, suave, claro, inmóvil embalse del Lago Powell. Más
conocido como Lago Turbio o Cloaca Oficial o Laguna Gangrena, o
Basural Nacional de Recreación Glen Canyon...

Edward Abbey
Down the River, 1982

30
La recreación es el último de los principales beneficios “adicionales” que se les
atribuye a las represas. En especial en los EE.UU los grandes embalses suelen
ser promocionados como refugios para los que practican la pesca deportiva, la
navegación y para otro tipo de turistas. La represa Hoover, que se encuentra
cerca de la tierra de la fantasía y los neones de Las Vegas –un oasis de
derroche en el desierto que existe gracias al agua y la energía de la represa-,
es de hecho una de las atracciones turísticas más populares de los EE.UU.
Para millones de turistas los embalses Mead y Powell, que están detrás de las
represas Hoover y Glen Canyon respectivamente, son lugares para la práctica
de deportes acuáticos creados en un territorio desértico.

Sin embargo, los beneficios recreativos de muchas represas están


contaminados por los intereses personales de sus promotores. En 1982, el
autor Fred Powledge dijo que “la recreación ha encontrado un eco favorable
entre los constructores [de represas en los EE.UU] que la ven como un medio
para aumentar las ventajas de su relación costo-beneficio”:

“Además de ignorar el valor recreativo de las corrientes rápidas de un


cauce... los constructores han utilizado una metodología cuestionable
para calcular el poder de atracción de sus nuevos proyectos. Lo usual
para estimar el 'beneficio' recreativo de un embalse es calcular el
número de visitas recreativas por día o por año. Pero la aritmética por lo
general no toma en cuenta que los embalses suelen ser construidos en
lugares (como el valle Tennessee) donde se justificó la construcción de
otros embalses en parte por el número estimado de visitas recreativas, y
que una visita recreativa al Nuevo Embalse A representa una visita
recreativa menos al Viejo Embalse B o C”.lxiii

Los proyectos de una represa tampoco toman en cuenta el hecho de que los
niveles de agua del embalse –en especial aquellos detrás de una
hidroeléctrica-, pueden tener grandes fluctuaciones, lo que hace que
embarcaderos y rampas para botes queden altos y fuera del agua, y que
además haya grandes extensiones de lodo y vegetación muerta entre el
embalse y los turistas. Las actividades recreativas en un embalse también
pueden perjudicar la recreación aguas abajo, en particular cuando el embalse
es utilizado para desviar agua. Existen numerosos casos en los que el poder
erosivo de una represa ha arrasado con playas muy concurridas aguas abajo y

31
donde las repentinas descargas de un embalse han tomado desprevenidos a
los remeros y demás personas que usan el río.

El interrogante sobre si una represa que inunda y regula artificialmente un río


constituye un costo o un beneficio recreativo generalmente está más
relacionado con valores filosóficos que económicos. Muchas personas aman a
los ríos naturales por su paisaje, su vida silvestre y los sentimientos que éstos
provocan, o por la emoción de navegar los rápidos (los ambientalistas y los que
practican “rafting” se oponen totalmente a la represa Glen Canyon por haber
anegado uno de los más bellos ríos de cañón de los EE.UU.). Otros opinan que
los embalses y las grandes represas constituyen una mejora para el río natural.
Los ingenieros hidráulicos Venkat K. Rao y Edward M. Gosschalk escribieron
en el diario Hydropower and Dams,

“La resistencia al cambio y la doctrina de preservar la naturaleza tal


como está, se oponen bastante a la capacitación profesional y a los
propósitos de los ingenieros que continuamente buscan mejorar lo que
ya ha sido logrado. Alcanzar una estética que sea tan funcional como
cualquier estructura, realzar la belleza de una vista y mejorar la calidad
del agua disponible para el hombre han sido y son objetivos
fundamentales”.lxiv

Los ingenieros pueden tener todo el derecho a creer que las represas y los
embalses realzan la belleza del paisaje, pero eso no les da un derecho
automático a imponer su estética doctrinaria al resto de la sociedad, ya que
privan para siempre a otros de aquello que consideran bello y valioso. El tema
de si una represa “mejorará” la belleza de un río debe ser tratado en un debate
informado y abierto, y no ser dejado en manos de quienes se benefician con la
construcción de represas.

En los últimos años, las autoridades de las represas en países en vías de


desarrollo han comenzado a promocionar el “ecoturismo” en sus brillosos
folletos. Para muchas de estas represas el tema va más allá del conflicto entre
la estética y los valores: se trata del derecho de las comunidades locales y las
culturas a sobrevivir, lo cual se opone al de la gente adinerada a vacacionar
donde les plazca. En Colombia, los indígenas Embera-Chami sufrieron graves
daños a causa de la represa Colima I; primero fueron desalojados y perdieron
sus tierras, luego recibieron una afluencia de turistas y gente adinerada de las

32
ciudades, quienes se apoderaron de grandes extensiones de tierras en las
márgenes del embalse para construir casas de vacaciones y demás
infraestructura turística.lxv

Antes de que se otorgase el permiso oficial para comenzar las obras de la


represa Bacón, el promotor del proyecto, el magnate malayo de la construcción
Ekran Berhad, había comenzado a construir un hotel cerca del sitio de la
represa. En septiembre de 1994, el Dr. Mahathir Mamad, primer ministro
malayo, anunció en un acto muy importante, “Con esta estructura de recreación
los esfuerzos gubernamentales para promover el ecoturismo en Sarawak serán
exitosos”.lxvi Los potenciales ecoturistas andarían en sus motos de agua en un
embalse del tamaño de Singapur que habría inundado decenas de miles
hectáreas de selva tropical al igual que hogares, tierras y tumbas ancestrales
pertenecientes a cerca de 10.000 indígenas.

Es cierto que la gran mayoría de las represas brindan algunos beneficios, en


especial a aquellos que las planifican y las construyen y a los que poseen el
dinero y el peso político suficientes para sacar provecho de los servicios que
ofrecen. Pero los beneficios potenciales muchas veces son incompatibles entre
sí y generalmente se los exagera para lograr la aprobación del proyecto. Los
beneficios reales de las grandes represas resultan ser en su gran mayoría
mucho menos que los pronosticados y prometidos antes de la construcción. El
riego, principal función de las grandes represas, no ha sido aquí mencionado
pero se lo tratará en el próximo capítulo. Como se verá, el rendimiento de los
programas de regadío de las grandes represas le da más peso a la evidencia
de que estas obras han sido justificadas con falsas premisas.

Notas

i
Ver Williams, P.B. 'Sedimentation Analysis', en Barber, M y Ryder, G. Damming the
Three Gorges: What Dam Builders Don't Want You to Know. Earthscan, Londres, 1993, p. 142;
Nordin, C.F., Jr. 'J.C. Stevens and the Silt Problem', International Journal of Sediment
Research, Vol. 6, No. 3, diciembre 1991.
ii
Banco Mundial The World Bank and Irrigation. OED 1995, p. 94.
iii
Menos del 3% de las represas en los EE.UU. tiene como propósito principal la energía
hidroeléctrica. Bowes, D.E. 'Dam and hydropower activities in the US', Water Power & Dam
Construction, agosto 1993. Cerca del 40% de la capacidad energética instalada pertenece a las
represas mayores. Besant-Jones, J. The Future Role of Hydropower in Developing Countries,
Banco Mundial, abril 1989, p. 16.
iv
Water Power & Dam Construction Handbook 1993. WPDC, Sutton, RU, pp. 55-56;
International Water Power & Dam Construction Handbook 1994. IWPDC, Sutton, RU, p. A-57;
Gleick, P.H. 'Water and Energy', en Gleick, P.H. (ed.) Water in Crisis: A Guide to the World's
Fresh Water Resources. Oxford University Press, p.73. Los países cuya energía depende en

33
más del 90% de la hidroelectricidad y no aparecen en el texto son Burundi, Camerún, Malawi,
Namibia, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zaire, Costa Rica y Fiji.
v
Ver J.R. Moreira y A.D. Poole, Hydropower and its Constraints, en T.B. Johansson et
al. (eds), Renewable Energy: Sources for Fuels and Electricity, Island Press, Washington DC,
1993, pp. 76-78.
vi
J. Besant-Jones, 'A View of Multilateral Financing from a Financing Agency', en
Financing Hydro Power Projects ’94, avances de la conferencia patrocinada por International
Water Power & Dam Construction, Frankfurt, 22-23 setiembre, 1994.
vii
Besant-Jones op. cit.
viii
Banco Mundial 'PCR: Argentina Yacyretá Hydroelectric Project and Electric Power
Sector Project', 14 marzo, 1995, p. 4; Reynolds, P. 'Powering up privately', International Water
Power & Dam Construction, noviembre, 1994.
ix
Banco Mundial 'Colombia: The Power Sector and the World Bank, 1970-1987. Vol. I:
Overview', OED, 28 junio, 1990, p. 16; Banco Mundial 'Colombia: The Power Sector and the
World Bank, 1970-1987. Vol. II: Technical Report', 28 junio, 1990 p. 71.
x
Banco Mundial, 'Colombia: Vol. I', p. 5.
xi
'Ambitious Senegal River Project to Start Soon', New York Times, 11 octubre, 1981;
Scudder, T. 'River Basin Projects in Africa', Environment, Vol. 31, No. 2, marzo 1989; Gopsill, T.
'Will Senegal Farmers Reap Barrage Benefits?', World Water, abril 1988.
xii
Annan, C.K. 'Was Ghana's Akosombo Dam the Best Option?', World Water, setiembre,
1989; 'Ghana to Power Up With IDA Funding', World Bank News, 23 febrero, 1995; Graham,
Y.'Volta power grows dim', African Agenda, Vol. 1, No. 1, 1995; Barnes, M.J. y Beggs, S.
'Developing Hydro in Africa: Turning the Potential to Reality', Hydro Review Worldwide, otoño,
1994.
xiii
Yearly, R. 'The Lights Go Out in Guatemala', Report on Guatemala, Oakland,
California, 1992; Barry, T. Inside Guatemala. IHERC, Albuquerque 1992, p. 115; Gollin, J.D.
'Trees Down, Lights Out in Honduras', Christian Science Monitor, 15 noviembre, 1994; 'Aún no
se llena El Cajón', Tiempo, Tegucigalpa, 30 setiembre, 1994.
xiv
Besant-Jones op. cit., p. 14; Hunt, R. y Hunt J.M. 'How Does Hydropower Compare?’
Independent Energy, noviembre, 1993.
xv
Rycroft, R. y Szyliowicz, J. 'The Technological Dimension of Decision Making: The
Case of the Aswan High Dam', World Politics: A Quarterly Journal of International Relations,
Vol. 33, No. 1, octubre 1980; El Safty, M.T. y Younes, H.A. 'Hydro Power Generation in Egypt',
en ENCOLD (ed.) High Aswan Dam Vital Achievement Fully Controlled. Cairo, 1993, p. 126;
'Itaipú Binacional: The Biggest Hydroelectricity Undertaking of the XXth Century' (aviso) New
York Times, 30 octubre, 1992; International Water Power & Dam Construction, marzo, 1995, p.
2; Tsikata, F.S. (ed.), Essays from the Ghana-Valco Renegotiations, 1982-85. Ghana
Publishing Corporation, Accra 1986.
xvi
'Bakun Hydroelectric Feasibility Study', SESCO/GTZ/SAMA Consortium, 1983; 'Bakun
Hydroelectric Project: Green Energy for the Future', Gabinete del Primer Ministro, Kuala
Lumpur, febrero, 1986.
xvii
Gobierno de Laos PDR 'Nam Theun 2 Hydroelectric Project: Environmental
Assessment and Management Plan. Report E2. Main Report', Vientiane, abril, 1995.
xviii
Dharmadhikary, S. 'Hydropower at Sardar Sarovar is it Necessary, Justified and
Affordable?', en Fisher, W.F. (ed.) Towards Sustainable Development? Struggling Over India's
Narmada River. M.E. Sharpe, Armonk, N.Y., 1995, p. 141. Las bombas del Proyecto de Agua
Estatal de California son las mayores consumidoras de electricidad del Estado. Si el proyecto
se completa, incluirá 148 centrales de bombeo, 40 centrales hidroeléctricas, 22 embalses y
represas, y 1.000 km de acueductos. Las centrales hidroeléctricas producirían 7.000 GWh/año,
pero las centrales de bombeo consumirían más de 12.400 GWh/año (Gleick op. cit., p. 68).
xix
Veltrop, J.A. 'Water, Dams and Hydropower in the Coming Decades', Water Power &
Dam Construction, junio 1991.
xx
WCED Our Common Future. Oxford University Press, Oxford 1987. Ver también
Russo, T. 'Making hydropower sustainable', Hydropower & Dams, noviembre, 1994.

34
xxi
Ver 'Report of the 17th ICOLD Congress. Q64: Environmental issues in dam projects',
Water Power & Dam Construction, setiembre 1991; Haws, 'How will environmental obligations
affect financing?', en Financing Hydro Power Projects '94, op. cit.
xxii
'A Ten-Year Plan for Southeast Asia', Asahi Shimbun, 7 de setiembre, 1993 traducido
por Japan Tropical Forest Action Network. Ver También Oud, E. 'Global warming: a changing
climate for hydro', Water Power & Dam Construction, mayo, 1993; Jackson, T. 'Joint
Implementation and the Climate Convention', Renewable Energy for Development, Estocolmo,
noviembre 1994, Vol. 7, No. 3.
xxiii
Houghton, J.T., et al. (eds.) Climate Change: The IPCC Scientific Assessment. Prensa
de la Universidad de Cambridge, pp. 20, 300; Kelly, C.A. y Rudd, J.W.M. 'Fluxes of CH4 and
CO2 to the Atmosphere from Hydroelectric Reservoirs', CO2 Climate Report, invierno, 1993;
Kelly, A.C. et al. 'Turning Attention to Reservoir Surfaces, a Neglected Area in Greenhouse
Studies', EOS, Vol. 75, No. 29, 1994.
xxiv
P.M. Fearnside, 'Hydroelectric Dams in the Brazilian Amazon as Sources of
Greenhouse Gases' Rudd, J.W.M. et al. 'Are Hydroelectric Reservoirs Significant Sources of
Greenhouse Gases?’, Ambio, Vol. 22, No. 4, junio, 1993.
xxv
Rudd, J.W.M. et al. 'Are Hydroelectric Reservoirs Significant Sources of Greenhouse
Gases?’, Ambio, Vol. 22, No. 4, junio, 1993.
xxvi
Houghton et al.,op. cit., p. xxi.
xxvii
Para un cuadro de represas según la producción de energía hidroeléctrica generada
por hectárea, ver Goodland, R. Ethical Priorities in Environmentally Sustainable Energy
Systems: The Case of Tropical Hydropower. Departamento Medioambiental del Banco Mundial,
mayo, 1994.
xxviii
Las represas pueden estar afectando el papel que tienen los océanos de absorber el
CO2 atmosférico. De las 26.000 millones de toneladas de CO2 emitidas anualmente durante
los ´80 cerca de 7.000 millones fueron extraídos de la atmósfera y disueltos por los estratos
superficiales del océano debido a cambios en el consumo de combustibles fósiles y en la
utilización del suelo. Watson, R.T., et al. 'Greenhouse Gases and Aerosols', en Houghton et al.
(eds.) op. cit., p.13. El ritmo en que ocurre este fenómeno puede depender principalmente de la
productividad del plancton, que consume carbono durante la fotosíntesis. Se cree que la
productividad del plancton depende a su vez de los nutrientes del agua marina, una de cuyas
principales fuentes son los sedimentos descargados por los ríos. Los sedimentos también
pueden tener una participación en la aceleración del ritmo con que el carbono precipita al fondo
de los océanos, lo que permite a la superficie marina captar más CO2 atmosférico. Las
pequeñas partículas del desecho y esqueleto del plancton ricos en carbono, se adhieren a los
sedimentos que actúan como lastre y esto acelera el descenso de las partículas hacia el lecho
del océano. Cerca del 80% del carbono enterrado en el fondo de los océanos cada año, se
origina en las orillas de los mares en áreas altamente afectadas por la descarga de ríos. Las
represas, mediante la retención de sedimentos y la reducción de la descarga de agua dulce,
pueden por lo tanto afectar la captación oceánica de CO2 atmosférico. (Ver Ramaswamy, V. y
Nair, R. 'Measuring the Monsoon', New Scientist, 20 junio, 1992; Ittekkot, V. y Haake, B. 'The
Terrestrial Link in the Removal of Organic Carbon in the Sea', en Ittekkot, V. et al. (eds.) Facets
of Modern Biogeochemistry. Springer Verlag, Nueva Cork, p. 323). E. Oud de Lahmeyer
International estimó que la construcción de una represa de hormigón de 1.600 MW en
Sudáfrica, ocasionaría emisiones de 650.000 toneladas de CO2. Según Oud esto equivaldría a
menos del 8% del CO2 emitido en sólo un año por una central alimentada con carbón, con una
producción de energía similar. Oud, 1993, op. cit. Los cálculos de Oud no incluyen las
emisiones de unas 250.000 toneladas de CO2 generadas durante la elaboración del cemento
utilizado en la represa. El proceso de fabricación del cemento emite cerca de 0,5 toneladas de
CO2 por cada tonelada de cemento producida. En todo el mundo, la fabricación de cemento es
responsable del 3% del CO2 antropogénico. World Resources Institute, World Resources 1994-
95. Prensa de la Universidad de Oxford, 1994, Cuadro 23.1. Por emisiones de gases
invernadero y cambios en el uso del suelo, ver Ehrlich, A. 'Agricultural Contributions to Global
Warming', en Leggett, J. (ed.) Global Warming: The Greenpeace Report. Oxford University
Press, Oxford, 1990.
xxix
Williams, P. 'Adapting Water Resources Management to Global Climate Change',
Conferencia sobre Desarrollo de Políticas para el Manejo de los Efectos del Cambio Climático

35
en Villach, número especial de Climate Change, 1989; Knox, C. 'Large increase in flood
magnitude in response to modest changes in climate', y, Baker, V. 'Learning from the past',
ambos en Nature, Vol. 361, 4 febrero, 1993.
xxx
Leggett, J. 'Insurance Industry at UN Climate Conference', Greenpeace International,
27 marzo, 1995; Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, Climate Change: The
IPCC Response Strategies. Island Press, Washington DC, 1991, p. 181.
xxxi
Ayres, B.D. 'Flood Revives Debate on $25 Billion in Controls', International Herald
Tribune, 13 julio, 1993; Denning, J. 'When the Levee Breaks', Civil Engineering, enero, 1994, p.
3; Devine, R.S. 'The Trouble With Dams', Atlantic Monthly, agosto, 1995, p. 67; Centre for
Science and Environment The State of India's Environment —1982: A Citizen's Report. CSE,
Nueva Delhi, 1982, p. 62.
xxxii
Ver Interagency Floodplain Management Review Committee, A Blueprint for Change.
Sharing the Challenge: Floodplain Management into the 21st Century. Informe de la IFMRC a la
Administration Floodplain Management Task Force, Washington DC, junio, 1994; Denning op.
cit.; Kusler, J. y Larson, L. 'Beyond the Ark: A New Approach to US Floodplain Management',
River Voices, Vol. 4, No. 4, invierno, 1994; Williams, P.B. 'Flood Control vs. Flood
Management', Civil Engineering, mayo, 1994.
xxxiii
Ver Costa, J.E. 'Floods from Dam Failures', en Baker, V.R. et al. (eds.) Flood
Geomorphology. Wiley, Nueva York, 1988, p. 439.
xxxiv
Bonetto, A.A., et al., 'The Increased Damming of the Paraná Basin and its Effects on
the Lower Reaches', Regulated Rivers: Research & Management, Vol. 4, 1989, p. 341.
xxxv
'Salto Grande no tiene quién le escriba', Tierra Amiga, Montevideo, noviembre, 1993,
p. 35.
xxxvi
Abbasi, S.A. Environmental Impact of Water Resources Projects. Discovery Publishing
House, Nueva Delhi, 1991, pp. 108-9; Dogra, B. 'The Indian Experience with Large Dams', en
SEELD 2; Dogra, B. 'Dams and Floods', Indian Express, 21 octubre, 1988; '"Panic" release
might have worsened Indian flood', Water Power and Dam Construction, noviembre 1980.
xxxvii
Dogra, B. The Debate on Large Dams. Nueva Delhi, 1992, p. 38; Centro para la
Ciencia y el Medioambiente op. cit., p. 63.
xxxviii
'Mismanagement Endangers California Capital', International Dams Newsletter, Vol. 1,
No. 3, junio 1986; Williams, P. 'Flood Control vs. Flood Management: The Battle over Auburn
Dam', World Rivers Review, Vol. 7, No. 1, enero-febrero, 1992.
xxxix
Powledge, F. Water: The Nature, Uses, and Future of Our Most Precious and Abused
Resource. Farrar, Straus, Giroux, Nueva York, 1982, p. 292; Chandler, W. The Myth of TVA:
Conservation and Development in the Tennessee Valley 1933-1983. Ballinger, Cambridge, MA,
1984. Un folleto de 1994 de la TVA dice que la represa Columbia 'está inconclusa pero que no
ha sido cancelada'.
xl
Las inundaciones del Yangtze a mediados de 1995, por ejemplo, que mataron a 1.200
personas y produjeron un gasto de 4.400 millones de dólares por daños fueron originadas
principalmente por lluvias debajo de Tres Gargantas. O'Donnell, L. 'China to Pass Law to Stem
Flood Havoc', Reuter European Business Report, 11 julio, 1995; Farley, M. 'In China's Floods,
Blame Mankind', San Francisco Chronicle, 19 julio, 1995.
xli
Ver Williams, P.B. 'Flood Control Analysis', en Barber, M y Ryder, G. Damming the
Three Gorges: What Dam Builders Don't Want You to Know. Segunda Edición, Earthscan,
Londres, 1993; Fang, Z. 'The Flood Protection Function of the Three Gorges
Project—Disadvantages Outweigh Advantages', en Shiu-Hung, L. y Whitney, J. (eds.)
Megaproject: A Case Study of China's Three Gorges Project. M.E. Sharpe, Armonk, New York,
1993; Chen, K. 'The Limited Benefit of Flood Control. An Interview with Lu Qinkan', en Dai, Q.,
editado por Adams, P. y Thibodeau, J.; Yangtze! Yangtze! Probe International, Toronto y
Earthscan, Londres, 1994.
xlii
La evaporación de los embalses equivale al 7 por ciento del consumo de agua a nivel
mundial, pero el 4 por ciento del agua extraída –en gran parte para otros usos, en especial
municipal e industrial-, retorna a los cuerpos de agua (ver Shiklomanov 'World fresh water
resources', en Gleick (ed.) op. cit., pp. 19, 20).
xliii
'Estimated use of water in the United States in 1990. Domestic Water Use',
Relevamiento Geológico de los EE.UU., World Wide Web 1995 Southey, C. 'European cities
"wasting" water', Financial Times, 13 setiembre, 1995; Gleick (ed.) op. cit., p. 382, Cuadro H.5.
xliv
Ver Kalbermatten, J.M. et al., Appropriate Technology for Water Supply and Sanitation.
Banco Mundial, 1980; Okun, D.A. y Ernst, W.R. Community Piped Water Supply Systems in

36
Developing Countries. Publicación Técnica del Banco Mundial No. 60, 1987; Briscoe, J. y de
Ferranti, D. Water for Rural Communities. Banco Mundial, 1980.
xlv
Rahman, M.G., 'Reducing the flow of the Ganges: The Consequences for Agriculture in
Bangladesh' en SEELD 2, 1986.
xlvi
'Lethal Dam for the Saõ Francisco River', World Rivers Review, julio-agosto, 1988.
xlvii
White, G. 'The Environmental Effects of the High Dam at Aswan', Environment, Vol. 30,
No. 7, 1988, p. 34.
xlviii
Ram, R.N. Muddy Waters: A Critical Assessment of the Benefits of the Sardar Sarovar
Project. Segunda Edición. Kalpavriksh, Nueva Delhi, octubre, 1993.
xlix
Banco Mundial, 'Project Completion Report: India: Narmada River Development —
Gujarat Sardar Sarovar Dam and Power Project ', 29 marzo, 1995, p. 52.
l
Khurshida Begum, Tension over the Farakka Barrage: A Techno-Political Tangle in
South Asia. Prensa de la Universidad, Dakar, 1987, pp. 145-147; Frederiksen, H.D., et al.
Water Resources Management in Asia. Volume I. Main Report. Informe Técnico del Banco
Mundial 212, Washington, D.C., 1993, p. 105.
li
Interagency Floodplain Management Review Committee, op. cit., p. 39; Marlin, J.C.
Locks and Dam 26., Coalition on American Rivers, Champaign, IL, 1977. Según Marlin: 'Es un
error muy frecuente pensar que las barcazas usan menos combustible que el ferrocarril...
distintos estudios que comparan el traslado de cargas similares sobre rutas similares, donde
existe una competencia real entre las barcazas y los trenes, demuestran que el ferrocarril usa
menos combustible'.
lii
Scudder op. cit., 8; Ayeni, J.S.O., et al. 'The Kainji Lake Experience in Africa', en Cook,
C.C. (ed.) Involuntary Resettlement in Africa. Informe Técnico del Banco Mundial 227, p. 119.
liii
Gopsill op. cit., p. 21; Mounier, F. 'The Senegal River Scheme: Development for
Whom?', en SEELD 2.
liv
Ver ensayos en Dai, op. cit., especialmente Fang, X. y Li, W. 'Once the Golden
Waterway is Severed, Can Another Yangtze River Be Dug? A Conversation with Peng De'; Sun,
Y. et al.'Views and Suggestions on the Assessment Report of the Three Gorges Project' y Dai,
Q. 'An Interview with Huang Shunxing'. También Sullivan, L., Universidad Adelphi, com. Pers,
1994.
lv
Wellcome, R.L., Fisheries Ecology of Floodplain Rivers. Longman, Londres, 1979, p.
251.
lvi
Bayley, P.B., 'The Flood Pulse Advantage and the Restoration of River-Floodplain
Systems', Regulated Rivers: Research & Management, Vol. 6, 1991; Bayley, P.B.,
'Understanding Large River-Floodplain Ecosystems', Bioscience, marzo 1995, p. 156.
lvii
Ayeni et al., op. cit., p. 118.
lviii
Ver Vivekanandan, V. 'A damn fine effort', SAMUDRA, Madras, abril, 1995.
lix
Lowe-McConnell op. cit., 1973, p. 646; Scudder op. cit., p. 28; Graham op. cit., p. 138;
Tamakloe, M.A. 'Long-Term Impacts of Resettlement: The Akosombo Dam Experience', en
Cook (ed.) op. cit., p. 105.
lx
'Salto Grande: del festejo a la realidad', Tierra Amiga, Montevideo, julio, 1993, p. 16;
'Salto Grande no tiene quién le escriba', Tierra Amiga, noviembre, 1993, p. 35.
lxi
Banco Mundial, 'Resettlement and Development: The Bankwide Review of Projects
Involving Involuntary Resettlement 1986-1993', 8 abril, pp. 4-3.
lxii
Banco Mundial, op. cit., pp. 4-5; B.A. Costa-Pierce y O Soemarwoto (eds.) op. cit.
También existen otros problemas ambientales causados por la piscicultura a gran escala. Ver
Stickney, R.R. Principles of Aquaculture. John Wiley & Sons, Nueva York, 1994, pp. 31-38.
lxiii
Powledge, op. cit., p. 293.
lxiv
Rao, K.V. y Gosschalk, E.M. 'The case for impounding rivers: an engineer's viewpoint',
Hydropower and Dams, noviembre, 1994, p.122.
lxv
Fau, J.-P. et al. 'Accommodating Environmental, Social Issues in Project Planning',
Hydro Review Worldwide, primavera, 1995.
lxvi
Tickell, O. 'Sarawak set up for the Deluge', BBC Wildlife, junio, 1995.

37
Capítulo 6

El paraíso perdido: represas e irrigación

Él inunda el desierto con el cauce de la montaña,


¡Y he aquí! éste se levanta transformado en el paraíso.

Himno mormón del siglo XIX

La mayoría de las represas se construyen para suministrar agua para riego más
que con otro propósito y la agricultura utiliza mucho más agua que cualquier otro
sector: alrededor de dos tercios de las extracciones globales. En las zonas secas
la proporción es mucho mayor: para la irrigación se utiliza más del 80% del agua
que se consume en California y más del 90% por ciento en la India.1 De acuerdo
con las cifras más aceptadas, aproximadamente un tercio del total de las cosechas
del mundo proviene de la sexta parte de la tierra de cultivo bajo riego del planeta.
Sin embargo las estadísticas sobre el alcance del riego y la producción necesitan
tomarse con sano escepticismo. Los datos mundiales, nacionales, regionales e
incluso de proyectos particulares son a menudo contradictorios y difíciles de
interpretar. Quizá el mayor inconveniente sea la inexistencia de una definición
clara y exacta de riego, lo que hace que muchos tipos de regadío tradicional
queden fuera de las estadísticas.2

A comienzos del siglo XIX empezó a aumentar vertiginosamente la superficie


irrigada con métodos modernos y técnicas tradicionales más complejas. Entre
1800 y 1900 el alcance del riego se quintuplicó y alcanzó aproximadamente 40
millones de hectáreas, principalmente en las cuencas del Indo y del Ganges,
Egipto, el oeste de los EE.UU. y Australia. En los 50 años siguientes esta
superficie se duplicó nuevamente. Después de 1950, el índice de crecimiento se
aceleró a causa de la expansión de la tecnología de las grandes represas en el
mundo desarrollado, la disponibilidad de energía económica y nuevas tecnologías
para el bombeo de agua subterránea. Durante la década del ´60 el desarrollo de
nuevas variedades de arroz y de trigo que se dio con la “revolución verde”, las
cuales necesitaban grandes y constantes cantidades de agua, le dio mayor
impulso a la difusión del riego, especialmente en las partes más fértiles de Asia.

1
Sin embargo, desde fines de los ´70, la expansión de la agricultura bajo riego ha
disminuido considerablemente. Según las proyecciones realizadas en 1981 para la
Comisión Internacional de Irrigación y Drenaje, la superficie mundial de regadío
alcanzaría los 310 millones de hectáreas en 1985 y los 420 millones en el año
2000. No obstante, en 1987 la superficie irrigada cubría sólo 227 millones de
hectáreas (equivalente a un cuarto del territorio de los EE.UU.) y es probable que
haya disminuido desde entonces.3

La expansión del riego se ha detenido debido a que la mayor parte de las tierras
más fértiles, de las fuentes de agua más accesibles y de los mejores sitios para la
construcción de represas ya han sido explotados, lo que incrementa notablemente
el costo por hectárea de los nuevos proyectos de irrigación. Los gobiernos ya no
pueden -o no quieren- pagar los grandes subsidios que en el pasado se
destinaron al riego a gran escala ya que, en términos reales, los precios agrícolas
han caído desde principios de los ´70 y muchos de las obras existentes se están
deteriorando y necesitan reparaciones que son costosas.

Además la revolución verde y sus tecnologías asociadas han demostrado por sí


mismas ser insustentables. Luego de sólo unas décadas de moderno riego
permanente, suelos que habían soportado la agricultura tradicional por cientos e
incluso miles de años se han degradado a tal punto que ahora resultan inservibles
para los cultivos. En la actualidad grandes superficies de tierra irrigada se
encuentran anegadas y colmadas de sal. Las estadísticas mundiales indican que
quizás sea mayor la cantidad de tierra bajo riego que se abandona cada año a
causa de la salinización que aquella que se está incorporando a la producción en
nuevos proyectos.4 La extensión de suelo antes irrigado que en la actualidad se
pavimenta para dar lugar a la expansión urbana, en especial en China y el sudeste
asiático, tal vez sea mayor que la que se pierde debido a la salinización.5 La
combinación de acumulación de sal y trazado de ciudades implica que la
superficie irrigada total del mundo está probablemente disminuyendo a una
velocidad notable.

Fuentes y tipos de riego

El riego es una tecnología muy antigua que permite el cultivo en áreas con
precipitaciones escasas o nulas y además asegura que en las zonas donde la

2
lluvia es poco confiable haya agua en momentos de sequía. Donde la temporada
lluviosa es corta, mediante el riego se puede extender el período de cultivo.
Existen varias formas de irrigación, pero la diferencia entre la definición del cultivo
bajo riego y el sustentado por la lluvia no es clara. Si bien los agrónomos definen
convencionalmente al riego como “la aplicación controlada de agua a los cultivos
en el momento oportuno” -la mayoría de las estadísticas y ejemplos usados en
este capítulo están basados en esta definición-, esta palabra puede usarse en un
sentido más amplio e incluir adaptación a las crecidas naturales y a los patrones
de precipitación. Estos métodos incluyen la agricultura en áreas de recesión de
inundación –el cultivo se realiza en las planicies aluviales al final de la temporada
húmeda para aprovechar la humedad que dejan las crecidas al retirarse-, y el
“cultivo por precipitación” –, técnica que utiliza el agua de lluvia recolectándola de
la escurrida en la tierra, las rocas o pequeñas cuencas.6

Los métodos modernos de riego por lo general se dividen en dos tipos: de canal y
por bombeo. Las categorías se superponen, ya que el riego por bombeo, que se
refiere principalmente a la irrigación con agua subterránea, puede incluir agua
bombeada desde canales y embalses, mientras que el agua elevada desde pozos
puede obtenerse mediante filtraciones desde canales o desaguaderos.7 Las
represas construidas para almacenar agua para el riego que se obtiene durante la
estación lluviosa y se utiliza para el resto del año, desvían el agua hacia los
canales y regulan las subidas y bajantes del río corriente abajo para favorecer a
los sistemas de bombeo.

A pesar de que los grupos defensores de las represas vinculados a la Comisión


Internacional de Grandes Represas (ICOLD) sostienen que el riego es sumamente
dependiente de las grandes represas, la mayoría de la tierra irrigada recibe agua
de una amplia variedad de técnicas tradicionales, de sistemas modernos que
utilizan el bombeo de agua subterránea y de ríos no regulados.8 Cuando en 1986
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) decidió hacer un registro de los métodos de riego tradicionales en África, la
superficie de regadío en el África subsahariana aumentó en un 37%. Los
investigadores de la FAO concluyeron que cerca de la mitad de las 5 millones de
hectáreas africanas que ellos consideraban irrigadas recibían agua de “sistemas
tradicionales y de pequeña escala”.9 De acuerdo con las cifras oficiales, más del
60% de la superficie irrigada en la India recibe agua de pozos y pequeños

3
embalses conocidos como “tanques”. En Indonesia, una proporción similar de
tierra irrigada es abastecida mediante sistemas pequeños o tradicionales. Dos
tercios de las 18 millones de hectáreas bajo riego en los EE.UU. reciben agua de
pozos o pequeños estanques y embalses dentro de los establecimientos
agrícolas.10

Los sistemas pequeños y tradicionales no sólo riegan más tierra que las grandes
represas y los sistemas de canales, sino que también suelen ser más productivos
y sustentables. En la India, la tierra irrigada con agua de pozos privados es en
promedio dos veces más productiva que aquella regada con el agua proveniente
de los proyectos de canal.11

Las estadísticas acerca de hasta qué punto el riego depende de las grandes
represas generalmente ocultan cuánta tierra ya tenía irrigación antes de las
represas. En algunos casos, el regadío moderno puede aumentar la producción en
comparación con los sistemas tradicionales, ya que permite una estación de
cultivo extra –aunque casi siempre a costa de la fertilidad del suelo a largo plazo-.
En otros casos, el mal manejo y mantenimiento de los proyectos modernos a gran
escala pueden ocasionar una producción menor que la de los sistemas
tradicionales, incluso a corto plazo.

Los embalses y canales suelen ocupar grandes extensiones de suelo agrícola de


primera calidad. En algunos casos, la cantidad de tierra de cultivo inundada no es
mucho menor que el nuevo suelo irrigado y pocas veces es notablemente mayor.
La represa Bakolori puede irrigar un máximo de 44.000 hectáreas, pero para su
construcción se anegaron 12.000 hectáreas de campos y se destruyeron otras
11.000 hectáreas aguas abajo debido a la supresión de la crecida anual.12 Otra
represa en el norte de Nigeria, Dadin Kowa, sumergió 35.000 hectáreas para
irrigar 25.000. El embalse Assad, detrás de la represa siria Tabqua, que se
encuentra sobre el Éufrates, anegó 31.000 hectáreas de suelo irrigado y otro tanto
de tierras de cultivo y pasturas sustentados por las precipitaciones. En 1990, luego
de 17 años de finalizarse la represa diseñada y financiada por la ex URSS, el
embalse Assad podía suministrar agua a menos de 83.000 hectáreas y alrededor
del 60% de esta tierra ya tenía riego mediante sistemas de bombeo privados antes
de que la represa fuese construida. Decenas de miles de hectáreas de tierras del
valle del Éufrates también fueron utilizadas para la instalación de la infraestructura

4
de riego de la represa Tabqua y arruinadas por los infructuosos intentos de irrigar
suelos estériles.13

De acuerdo con las cifras que el Banco Mundial maneja sobre la India,
aproximadamente se pierde una superficie de entre el 5 y el 13 por ciento de las
nuevas tierras bajo riego a causa de los embalses, canales e infraestructura de
drenaje.14 Sin embargo, considerando que el área que realmente recibe un riego
adecuado es generalmente mucho menor que la estimada y que grandes
extensiones de suelo a menudo deben ser apartadas de la producción debido a la
degradación que sufren, es obvio que estas cifras han sido subestimadas. Uno de
los mayores fracasos del regadío en la India es la represa Bargi, sobre el
Narmada, que anegó cerca de 81.000 hectáreas de tierras de cultivo y bosques
para irrigar una superficie estimada de 440.000 hectáreas. A pesar de que la
represa fue finalizada en 1986, sólo 12.000 hectáreas (tres por ciento de la
superficie planeada) recibían agua de riego siete años más tarde.15

Actualmente casi toda la agricultura egipcia depende de la regulación del Nilo


causada por la gran represa de Assuán, cuyo principal objetivo era incrementar la
superficie irrigada en Egipto. En 1993, fuentes oficiales sostuvieron que se habían
“ganado” al desierto 680.000 hectáreas desde la construcción de la gran represa.
16
Sin embargo, y de acuerdo con las estadísticas de la FAO, en 1989 la superficie
real de tierras bajo riego en Egipto –2,6 millones de hectáreas- era prácticamente
la misma que la irrigada en 1961, cuando comenzó la construcción de la represa.
Existen numerosas razones para esta discrepancia estadística. Una es la
tendencia del gobierno egipcio a no decir toda la verdad sobre cada uno de los
aspectos de la gran represa. Otras son la utilización de más de 100.000 hectáreas
de suelo fértil para la elaboración de ladrillos de barro (la pérdida del depósito
anual de limo que provenía de las inundaciones obligó a las fábricas de ladrillos a
lo largo del Nilo a comprar tierras de cultivo para obtener la materia prima) y la
urbanización de más de 125.000 hectáreas de tierras anteriormente irrigadas. La
degradación del suelo que antes se cultivaba, a causa del anegamiento y los
efectos secundarios del riego continuo -tierras que habían sido irrigadas durante
siglos con el sistema tradicional de crecidas- y los antecedentes pésimos que
tenían los planes para llevar agua a las tierras desérticas incultivables, también
explican el fracaso egipcio para extender el área de regadío. A pesar de que el
gobierno de Egipto afirmó que en 1982 más de 400.000 hectáreas del desierto

5
habían sido provistas de canales, caminos, líneas de transmisión energética y
bombas, el geógrafo Gilbert White estima que en 1986 sólo se cultivaba alrededor
del 15% de esta superficie, ya que los suelos eran inadecuados y el planeamiento
y el manejo eran deficientes.17

Destruyendo la tierra: riego y degradación

Por un lado emprendemos obras de riego y aportamos más y más agua


para que un área sea fecunda, pero por el otro el anegamiento no permite
cultivar la tierra. Éste es un asunto curioso, y sería mucho mejor detener
toda obra de irrigación antes que permitir el anegamiento. Parece el colmo
de la insensatez avanzar por un lado y retroceder por otro.

Primer Ministro Indio Jawaharlal Nehru, 1958

Toda agua para riego, sea de río o subterránea, contiene sales disueltas
provenientes de la roca y el suelo. La evaporación de los embalses, canales y
campos, incrementa la concentración de sales en el agua de irrigación. Cuando el
agua llega al cultivo, las raíces la absorben, pero dejan en el suelo la mayor parte
de las sales tóxicas. A este problema de la sal en la agricultura bajo riego se suma
la naturaleza altamente salina de los suelos en zonas áridas y semiáridas.

Para evitar que la salinidad de los suelos irrigados impida el crecimiento del
cultivo, los productores descargan más agua para lavar las sales de la zona de la
raíz. Pero este lavado por descarga aumenta la salinidad del agua subterránea y
la carencia de un buen drenaje hace incrementar el nivel freático. Finalmente,
cuando el nivel freático llega a un metro o dos de la superficie del suelo, la acción
capilar produce el ascenso del agua subterránea salina. Tras alcanzar la
superficie, el agua se evapora y abandona su contenido salino, formando una
costra mortal de cristales blancos. Así, al tratar de lavar las sales mediante
descargas, el productor acelera no sólo la salinización sino también el
anegamiento en la zona de la raíz.

Otro problema relacionado con la salinización y la saturación del suelo con agua
es la alcalinidad, también conocida como “sodicidad”, que ocurre en suelos o
aguas de riego con alto contenido de sodio. Las sales de sodio son absorbidas por

6
las partículas arcillosas del suelo que, al dilatarse, lo vuelven impermeable al agua
y al oxígeno y finalmente lo esterilizan. Los suelos altamente alcalinos también
impiden al vegetal consumir los micronutrientes esenciales, como el calcio.18

La degradación del suelo provocada por el riego no es un fenómeno reciente. El


ocaso de muchas sociedades milenarias, desde las orillas del Indo hasta la costa
peruana, ha sido atribuido con distintos grados de seguridad a la caída de la
producción agrícola a causa de la salinización de los campos bajo riego. A fines
del siglo XIX, el gobierno británico encomendó a un químico agrónomo la
investigación de la degradación del suelo relacionada con el desarrollo del sistema
de canales en la India; su conclusión fue que miles de kilómetros cuadrados
habían sido afectados y que las pequeñas parcelas cultivadas eran “como oasis
en el desierto de sal que las rodeaba”.19

En las últimas décadas, el aumento a gran escala de represas y sistemas de


canales de riego mal administrados ha ocasionado salinización y anegamiento en
cifras sin precedentes. Un estudio reciente elaborado por el Centro de
Investigaciones sobre los Recursos y el Ambiente (CRES, en inglés) de la
Universidad Nacional de Australia, indica que cerca de 45,4 millones de hectáreas,
la quinta parte del suelo irrigado sobre el planeta, se encuentran “afectadas por la
salinización”. Según una investigación de 1990 citada por el Banco Mundial, entre
2 y 3 millones de hectáreas por año resultan perjudicadas por la salinidad de
forma tal que deben ser abandonadas. Esto se condice con la construcción de
planes de irrigación a un ritmo de unas dos millones de hectáreas por año
aproximadamente. El CRES estima que a nivel mundial la merma de la producción
a causa de la salinización de las tierras de regadío ocasiona pérdidas del orden de
los 11.400 millones de dólares anuales. Asimismo, el CRES sostiene que la
salinización asociada de los recursos hídricos cuesta un par de miles de millones
más, por daños a los usuarios industriales de agua y a los sistemas de
distribución.20

Uno de los pocos estudios exhaustivos sobre los efectos de la salinidad producida
por el riego en el ámbito agrícola se realizó con el proyecto del canal de irrigación
Sarda Sahayak, financiado por el Banco Mundial, en Uttar Pradesh, al norte de
India. El estudio reveló que la producción de trigo y arroz en suelos salinos y
alcalinos se vio reducida a la mitad y que el ingreso de los agricultores de las

7
áreas afectadas era apenas el 3% respecto de los que cultivaban en suelos sanos.
Distintos estudios del gobierno mejicano sobre 450.000 hectáreas afectadas de
algún modo por la acumulación de sales demuestran que la producción agrícola
de estas tierras cayó entre un 30 y un 50 por ciento durante los ´80.21

La salinización y el anegamiento de las tierras irrigadas no sólo perjudican a


aquéllos cuyo suelo resulta directamente afectado. El agua salina desechada que
se descarga en el río va reduciendo progresivamente la calidad del agua corriente
abajo para otros productores, usuarios y para la vida silvestre. Los problemas que
jaquean a la agricultura sobre el valle del Éufrates en Siria, donde la mitad de las
tierras de regadío ya se encuentran afectadas por la salinización y el
anegamiento, se verán notablemente agravados por el aumento de la salinidad y
la reducción en el volumen del agua que afectarán al país debido al inmenso
programa de construcción de embalses y expansión del riego que se está llevando
a cabo aguas arriba, en Turquía. De acuerdo con los geógrafos estadounidenses
John Kolars y William Mitchell, la agricultura en Irak, aguas abajo de Turquía y
Siria, sobre el Éufrates, y aguas abajo de Turquía, sobre el Tigris, enfrenta un
“cuadro general de crisis permanente”.22

Hacia el desagüe

Si los biólogos del gobierno tergiversaran deliberadamente los


hechos de tal forma... serían debidamente acusados de fraude
a la opinión pública y podría aplicárseles multas o ser
enviados a prisión, o ambas cosas.

Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. acerca del


estudio de la industria agropecuaria sobre el drenaje de riego
en el Valle Central de California, 1993

La clave para prevenir, o al menos retardar, los embates de la salinización es


disponer de un buen drenaje. A pesar de que parece algo que los ingenieros del
riego pueden lograr con facilidad, existen muchas razones que a menudo impiden
la construcción de drenajes adecuados. En primer lugar, el afán por exagerar los
beneficios de un proyecto lleva a que muchas veces los documentos omitan
reconocer la presencia de suelos vulnerables a la salinización.23 La segunda razón

8
es que los drenajes carecen de la alta tecnología y la resplandeciente
exhuberancia de las represas y los grandes nuevos canales, que resultan tan
atractivos para los políticos y los burócratas del desarrollo. “Nunca nadie erigió un
monumento para sí instalando drenajes embaldosados”, resume John Waterbury
en Hydropolitics of the Nile Valley.24 Los distintos gobiernos, agencias de irrigación
y donantes prefieren emprender nuevos proyectos antes que invertir en la
sustentabilidad de los más viejos. A esto se debe que los drenajes existentes
suelen estar mal construidos y deficientemente mantenidos, por lo que se colman
de sedimentos y se deterioran con rapidez. La tercera razón es el costo
exorbitante de la instalación de drenajes, en especial en áreas que ya padecen la
salinización.25 El gigantesco “Canal de Drenaje Noroeste”, propuesto por el Banco
Mundial para mitigar las dificultades de drenaje planteadas por los planes de
canales de riego en el noroeste indio, costaría la impactante suma de 9.000
millones de dólares, de acuerdo con un cálculo de 1991. Más aún, todavía no se
ha resuelto qué hacer con los miles de millones de metros cúbicos de agua de
desecho colmada de sal y agroquímicos que fluiría hasta el gigantesco drenaje.26

El suelo del Valle de San Joaquín, en el sector sur del gran Valle Central de
California, es por naturaleza altamente salino y rico en selenio, elemento que es
biológicamente necesario en pequeñas cantidades, pero que resulta letal en
concentraciones mayores. El agua subterránea y de los canales que se acumuló
tras décadas de riego logró extraer al selenio del suelo y concentrarlo en el agua
subterránea salina en ascenso. A finales de los ´60, la BuRec comenzó la
construcción de un drenaje de hormigón de 250 kilómetros, que descargaría el
agua de desecho de los agricultores de San Joaquín en la bahía de San
Francisco. Sin embargo, la oposición pública a este proyecto detuvo el drenaje
San Luis en Kesterson, a menos de la mitad del camino propuesto en los planes.
Fue entonces cuando la BuRec convenció al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de
los EE.UU. de que el agua de desecho salina supliría el agua dulce de Kesterson,
que antes había sustentado un importante hábitat de aves, pero que ahora se
utilizaba para regadío.

En 1978 el agua de drenaje llegó al área recientemente designada como Refugio


Nacional de Vida Silvestre de Kesterson. Cinco años más tarde, un grupo de
biólogos del gobierno –provocando la ira de sus superiores- reveló ante los medios
de comunicación que la aves que aún podían procrear en el “refugio” engendraban

9
embriones y polluelos con malformaciones espantosas: “Picos deformes,
estómagos externos, cerebros expuestos, alas torcidas, ojos protuberantes y patas
faltantes”.27 A mediados de los ´80 quince mil aves adultas perecían por año en
Kesterson. A principios de 1985, la Junta Estatal de Control de los Recursos
Hídricos calificó al drenaje que fluía hasta Kesterson como un “desecho peligroso”
y ordenó a la BuRec que lo rellenase. Diez años después, la BuRec estimó en
ochenta millones de dólares el costo total de limpieza de Kesterson.28

En la actualidad, el agua de desecho que hubiese corrido por el drenaje San Luis
es descargada en pequeños estanques de evaporación. Los niveles de selenio en
algunos de estos depósitos han superado 18 veces a los peores registrados en
Kesterson. Cuando los sucesos de Kesterson alcanzaron los medios de
comunicación, la BuRec sostuvo que el selenio era un problema local; años más
tarde, cuando se encontraron aves deformes en los estanques de evaporación a
150 kilómetros de distancia, el organismo insistió con que el problema estaba
limitado al Valle Central. Hoy en día se han detectado crecientes niveles de
selenio en distintos proyectos de riego en 17 Estados del oeste de los EE.UU. Si
se investigase, probablemente se hallarían altos niveles de selenio en los drenajes
de riego de muchos otros lugares, dado que los suelos ricos en selenio están
diseminados por todo el mundo. Es más, este problema afecta no sólo a las
especies silvestres: los altos niveles de selenio son tan nocivos para los humanos
como para las aves.29

El estancamiento de la Revolución Verde

Es necesaria una revisión integral del modelo de la Revolución Verde... Si


debemos producir más, necesitamos un nuevo paradigma tecnológico.

Obaidullah Khan, Director General Asistente,


Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), 1993

Los canales de riego han desempeñado un papel fundamental en la “Revolución


Verde” en Asia, especialmente al norte de la India y en Pakistán. La “revolución”
comenzó a principio de los años ´60 y se basó en el desarrollo de nuevas

10
variedades de arroz y trigo “de alto rendimiento”. Sin embargo, estos híbridos sólo
tienen un buen rendimiento cuando reciben grandes cantidades de fertilizantes y
pesticidas y se los riega regularmente. Por esto los críticos de la estrategia de la
alta tecnología de la revolución verde prefieren llamar a estas semillas “variedades
de alta respuesta”. Éstos sostienen que la política agrícola en lugar de promover
una producción intensiva con grandes aportes de capital y tecnología orientada al
mercado internacional, debería haberse centrado en la reforma agraria, la mejora
de las tecnologías agrícolas tradicionales y sustentables, y en la producción de
alimento para el consumo local antes que para la exportación.30

Aunque las necesidades alimentarias del creciente número de habitantes de Asia


en las últimas décadas hubieran podido satisfacerse o no sin las variedades de
alto rendimiento, en la actualidad cientos de millones de asiáticos son
dependientes del cultivo de estas variedades de alto rendimiento, mientras el
paquete tecnológico de la revolución verde enfrenta dificultades. Los especialistas
agrícolas más destacados del mundo están sumamente preocupados por la caída
que, desde los años ´80, ha venido sufriendo la producción del arroz de las tierras
analizadas cuidadosamente en el Instituto Internacional de Investigaciones sobre
el Arroz de las Filipinas (IRRI, en inglés), lugar donde estas variedades de alto
rendimiento fueron desarrolladas. Las variedades que en 1966 producían diez
toneladas por hectárea en la actualidad no llegan a las 7 toneladas por hectárea.
En Luzón Central, Filipinas, el rendimiento promedio del arroz en la estación
lluviosa aumentó de 2,5 toneladas por hectárea en 1966 a 4,2 toneladas a
comienzos de los años ´80. Sin embargo, en 1990 la producción había caído
nuevamente a 3,7 toneladas por hectárea. En otros lugares de Asia la producción
arrocera se mantuvo en los últimos diez años o más, pero sólo gracias al gran
incremento en el uso de fertilizantes. Es muy probable que el fenómeno observado
en los cultivos analizadas por el IRRI -donde las prácticas de la revolución verde
han sido aplicadas durante más tiempo que en cualquier otro lado-, muy pronto
comience a generalizarse. “Los productos arroceros de la revolución verde”,
advierte el diario International Agricultural Development, “están demostrando ser
no sustentables”.31

Los científicos del IRRI aún no conocen con certeza la razón de la disminución en
la producción de arroz, pero creen que el principal motivo es la degradación del
suelo de los arrozales debido al cambio en la forma de cultivo, al pasar de un

11
cultivo de inundación a otro con riego permanente que llega a tener dos o tres
cosechas anuales. Según el IRRI, “es cada vez más evidente que probablemente
el suelo de los arrozales que está continuamente anegado no resiste las
exigencias del cultivo intensivo que hoy en día la producción arrocera requiere”.

Se cree que el anegamiento continuo está eliminando los microorganismos vitales


para la fertilidad del suelo, lo que reduce su habilidad para proporcionar nutrientes
al cultivo. También es probable que el reemplazo del abono tradicional con los
fertilizantes modernos puede estar reduciendo los microelementos esenciales del
suelo, tales como el zinc y el azufre.32

Los efectos sociales del riego a gran escala

La irrigación contribuirá más que cualquier otra cosa para revivir y


regenerar la cuenca del mar Aral, enterrar el pasado y asegurar la
transición al socialismo.
V.I. Lenin

Los estudios antropológicos acerca de los sistemas de riego tradicionales


demuestran claramente un estrecho vínculo entre la vida económica, cultural y
religiosa de una comunidad y el manejo que ésta tiene de la tecnología de la
irrigación que utiliza. En la isla indonesa de Bali, por ejemplo, los subaks -
organizaciones comunitarias encargadas de la construcción y el manejo de los
sistemas extensivos tradicionales de irrigación del arroz (ver Capítulo 7)- son
descriptos por los investigadores como “comunidades socio-religiosas”.33

Los grandes sistemas de regadío modernos provocan un efecto notable sobre las
poblaciones afectadas por ellos. Del mismo modo en que los sistemas
dependientes de las grandes represas necesitan -por costo, dimensión y
sofisticación tecnológica- estar manejados por la burocracia estatal, la llegada del
riego de canal suele implicar una creciente intrusión del gobierno en la vida de los
poblados agrícolas y el consecuente deterioro de la capacidad de los individuos y
las comunidades para tomar decisiones. Esto ocasiona habitualmente la pérdida
de instituciones con poder de decisión tales como los subaks y la consiguiente
desaparición de los servicios comunitarios, culturales y religiosos que brindan las
organizaciones de este tipo.

12
En los grandes proyectos que tienen un control central, los burócratas del riego
son los que pueden decidir no sólo qué agricultor recibe agua, cuánta y cuándo,
sino también qué se puede cultivar (incluso la variedad), cuándo sembrar y
cosechar, qué pesticidas y fertilizantes utilizar y a quién vender la cosecha.
Muneera Salem-Murdock, del Instituto de Antropología del Desarrollo, revela cómo
la compañía estatal sudanesa que administra el inmenso proyecto de irrigación
New Halfa obliga a los arrendatarios a cultivar algodón a pesar de que los costos
de la producción casi siempre son mayores que las ganancias y por lo tanto se
endeudan. “La compañía toma todas las principales decisiones agrícolas con
respecto al algodón y además provee todos los insumos, excepto la mano de
obra”, expresa Salem-Murdock, “el arrendatario se convierte en un mero prestador
de energía humana”.34

Las directivas dadas por un gobierno central para la operación de los proyectos de
riego quizás tuvieron su mayor expresión en la URSS. A fines de los años ´30, dos
oficiales veteranos del Partido en Uzbekistán se atrevieron a cuestionar la
sensatez de convertir el desierto del Asia Central en una enorme zona de cultivo
algodonero (destruyendo el mar Aral y la agricultura local irrigada mientras se
llevaba a cabo esta transformación) y fueron ejecutados por su “nacionalismo
burgués”.35

Irrigación y acumulación

El riego como sistema agrícola tiende a promover la concentración


de vastas extensiones de tierra en manos de pocos dueños y por
consiguiente a desalojar a los pequeños propietarios.

George Perkins Marsh,


conservacionista y diplomático de los EE.UU., 1874

Se suponía que la represa iraní más alta, Dez, irrigaría 80.000 hectáreas, lo que
beneficiaría a los pequeños agricultores. No obstante, a principios de los ´60, poco
tiempo antes de culminar la represa, el Sha y sus asesores decidieron que el agua
de riego sería mejor utilizada por las compañías agropecuarias extranjeras que
producen para exportar. Entre los “agricultores” beneficiados con las 16.000

13
hectáreas que finalmente recibieron irrigación se encuentran Mitsui, Chase
Manhattan, Bank of America, Shell, John Deere & Co. y la Transworld Agricultural
Development Corporation. Cerca de 17.000 campesinos fueron expulsados de sus
tierras para dar lugar a la represa y a las corporaciones.36

La historia no es nueva, y se repite desde Rajastán hasta California. Los proyectos


de irrigación se promueven con la promesa de que se le dará tierra al agricultor,
pero terminan entregándola a propietarios que viven en otra parte. El riego
aumenta el valor de los campos y de la producción; es por eso que, aunque todos
los agricultores pueden beneficiarse al ser abastecidos de agua subsidiada,
aquellos con mayor cantidad de tierras ganan más. Los grandes terratenientes, en
especial las compañías, pueden invertir mucho más en maquinarias, productos
químicos y mano de obra necesarios para aprovechar el nuevo abastecimiento de
agua y además tienen más posibilidades, no sólo de acceder a conexiones y a
sistemas para comercializar los nuevos cultivos, sino también de sobornar e
influenciar a funcionarios para asegurarse la provisión de abundante agua en el
momento preciso. Por el contrario, los pequeños agricultores, en especial los que
viven de sus cultivos en países en vías de desarrollo, que casi nunca tienen capital
o acceso al crédito barato, son propensos a que su parte de agua sea desviada
hacia las tierras de los más pudientes y aparte enfrentan el riesgo de contraer
deudas ante la caída de los precios del cultivo, la pérdida de los subsidios
estatales para el cultivo o los insumos o los problemas para vender la cosecha.
Así, la tierra de los campesinos endeudados o que enfrentan otras dificultades son
compradas o directamente tomadas a la fuerza.
En los años ´60 y comienzos de los ´70, cuando el enorme canal Indira Ghandi, en
el desierto de Rajastán, se encontraba en su primera fase, se entregaron parcelas
agrícolas a cientos de miles de campesinos pobres o sin tierra. Pero los
pobladores necesitaban más que sólo tierra del desierto y agua para convertirse
en agricultores exitosos: también se les debía proporcionar créditos con bajos
intereses, asesoramiento de agrónomos del Estado, las comodidades de cualquier
población, clínicas y escuelas. En la actualidad, sólo una minoría de los
agricultores tiene acceso a estos servicios. Muy pocos pudieron obtener
préstamos estatales baratos y por lo tanto muchos de ellos tuvieron que pedir
créditos con intereses de hasta un 50%. Como consecuencia, la mayoría de los
productores contrajeron deudas muy altas y se convirtieron en “trabajadores
cautivos”, es decir arrendatarios de la que una vez fue su tierra, ahora propiedad

14
de prestamistas a quienes les deben montos que no podrán pagar ni trabajando
toda su vida. Según un grupo de asesores del gobierno, en 1989
aproximadamente el 40% de los pobladores del Indira Gandhi había perdido sus
tierras.37

En el proyecto del canal de riego Sarda Sahayak en Uttar Pradesh;

“... la regla general es que los fuertes, los poderosos, los que tienen buenas
conexiones y los matones locales controlen el uso del agua de riego.
Primero consiguen el agua y generalmente usan la cantidad que les plazca.
Una vez satisfechos le permiten a la masa de campesinos vulgares,
innecesarios e insignificantes, tener acceso al agua”.38

Tales “irregularidades”, expresa el economista agrícola Robert Repetto, “se


registran en la mayor parte de los países que tienen importantes sistemas públicos
de riego”.39 Las mujeres que se dedican a la agricultura pueden verse
perjudicadas cuando su producción depende de una decisión masculina. En un
estudio sobre la represa Tungabhadra y el programa de riego en el sur de la India,
Priti Ramamurthy, de la Universidad de Siracusa en Nueva York, explica que sólo
los productores hombres y ricos “tienen el estatus social, las características de
clase, transporte y manejo político para tratar con los ingenieros del riego y demás
funcionarios del gobierno... las mujeres se encuentran totalmente excluidas de
este ámbito público”.40

Los beneficiarios de los programas de regadío de la BuRec en los EE.UU.,


financiados por el gobierno, originalmente serían las familias agricultoras con un
límite de 160 acres (65 hectáreas) de tierra para poder recibir agua subsidiada. Sin
embargo, con el paso de las décadas, la confabulación entre las compañías
agropecuarias, la BuRec y los políticos hizo que ese límite fuese sistemáticamente
subvertido, alterado e incluso ignorado. Con la reforma de la ley de riego de 1982,
el límite de hectáreas fue sextuplicado, el requisito de que la “familia” (en realidad
generalmente era una compañía) viviese en la tierra que recibía regadío fue
eliminado y se les permitió a los agricultores arrendar una cantidad ilimitada de
tierra irrigada por el gobierno, aparte del nuevo límite de propiedad de 390
hectáreas. Un congresista denunció que la reforma era “un descarado paquete de

15
subsidios destinados a los intereses más ricos de la industria agropecuaria de los
EE.UU. en contra de la familia agricultora”.41

Incluso los límites de superficie generosamente interpretados para recibir el agua


de riego del gobierno federal resultaban demasiado estrictos para las compañías
agrícolas del sur del Valle Central de California. Por lo tanto éstas presionaron al
Estado para que subsidiase su propio Proyecto de Agua Estatal (SWP, en inglés)
de miles de millones de dólares, que incluye el acueducto California de 770
kilómetros de longitud y dos de las mayores represas de los EE.UU.: San Luis y
Oroville. Los principales beneficiarios del proyecto que reciben agua del SWP con
propiedades de entre 6.700 y 15.300 hectáreas son, según la cáustica expresión
de Donald Worster, “unos pocos labradores de manos callosas”: Chevron USA,
Tejon Ranch (uno de los socios de Los Angeles Times, con 80 años de ferviente
apoyo al desarrollo de los recursos hídricos en California), Getty Oil, Shell Oil,
McCarthy Joint Venture A (sociedad que incluye a la Prudential Insurance),
Blackwell Land Company (propiedad de un consorcio de inversores extranjeros
que incluye a Mitsubishi), Tenneco (un conglomerado estadounidense de la
industria química y de alimentos) y Southern Pacific Railroad, el mayor
terrateniente privado en California.42

Sin dudas el riego ha enriquecido a estas corporaciones pero las comunidades


rurales del Valle Central, donde viven los agricultores, se encuentran entre las más
deprimidas de California. Distintos estudios realizados por el Macrosocial
Accounting Project de la Universidad de California revelan que los ingresos reales
han caído, en especial los de los agricultores, en las áreas que actualmente
reciben agua de los enormes acueductos de riego del Estado. “La correlación
entre la estructura de cada establecimiento agrícola y el incremento en la provisión
de agua –es decir el aumento en el uso de agroquímicos, la dependencia cada
vez mayor de nuevas tecnologías y el manejo a distancia, etc-, se asocia con el
deterioro de las condiciones de las comunidades rurales”, expresa Dean
MacCannell, director de finanzas del proyecto.43

Riego y cercamiento

Las planicies inundables del río Senegal brindan el suelo de cultivo más rico de la
desértica Mauritania, así como también algunas de las mejores tierras en Senegal

16
e importantes sitios de desove para los peces. Cada año, excepto los más secos,
el Senegal crecía al final de la estación de lluvias, y así recargaba los acuíferos del
valle, revitalizaba el suelo mediante el depósito de limo y fortalecía el crecimiento
de la vegetación ribereña. Luego, cuando la inundación retrocedía, cientos de
miles de agricultores aprovechaban la humedad residual de este suelo para
cultivar. Una vez realizada la cosecha, los pastores nómadas conducían su
ganado hasta el valle para alimentarlo con los rastrojos remanentes, y el abono de
los animales se transformaba en fertilizante gratuito para el suelo de los
agricultores. Las mujeres del valle extraían agua de los pozos recargados para
producir verduras en sus huertas, lo que les daba una relativa independencia
económica de sus cónyuges.44

Sin embargo, la culminación de la represa Manantali en 1987 ha trastornado


gravemente la economía tradicional de esta planicie inundable. Uno de los
principales objetivos de Manantali era apoyar la expansión de grandes sistemas
de riego con agua bombeada desde el río regulado, para el cultivo de arroz y caña
de azúcar destinados al consumo urbano.45 En Senegal y Mauritania, este proceso
se vio acelerado por las nuevas leyes de propiedad de tierras –fuertemente
respaldadas por organismos como el Banco Mundial, el FMI y el Fondo Francés
para la Asistencia y la Cooperación-, que les permitieron a las pudientes
compañías nacionales y extranjeras “privatizar” las tierras del valle sobre las que
los labradores, sus tradicionales propietarios, no poseían derechos formales.46

Sobre la margen norte del río, en Mauritania, la elite árabe-parlante, conocidos


como moros o bidans (“blancos”, literalmente), ha expropiado grandes terrenos. El
consecuente aumento de la tensión en las planicies inundables que permanecen
fuera del control comercial ha agudizado el enfrentamiento étnico entre los
labradores negros, considerados senegaleses, y los pastores mauritanos. En abril
de 1989, un enfrentamiento entre labradores y pastores en la frontera llevó a
ambos países al borde de la guerra. El saqueo de tiendas y comercios mauritanos
en Senegal, y las revueltas anti-senegalesas en Mauritania, provocaron cerca de
250 muertes. Al menos 60.000 moros huyeron o fueron deportados de Senegal y
decenas de miles de negros fueron expulsados de Mauritania a la fuerza.

Los labradores negros que protestaron contra la despiadada expropiación de


tierras en Mauritania han sido parte de los miles de prisioneros políticos sometidos

17
a brutales abusos físicos. Cerca de 600 fueron ejecutados o torturados hasta la
muerte. En 1994, Human Rights Watch-África informó que el sector mauritano del
valle del Senegal se encontraba en un estado de emergencia sin declarar,
“caracterizado por un crónico y cruel patrón de violaciones contra los negros, que
incluye matanzas indiscriminadas, detenciones, violaciones y golpizas por parte de
las fuerzas de seguridad”.47

La expropiación de las tierras a lo largo del valle del Senegal fue inusual debido a
la espantosa violencia con la que se realizó pero, por otra parte, el cercamiento de
las tierras comunitarias es una práctica usual una vez que se introduce el riego. La
privatización de la tierra de labranza comunitaria no es lo único que perjudica a las
comunidades rurales. A menudo se cree que la tierra que ahora se utiliza para el
regadío antes era un “erial” que nunca había sido cultivado, aunque en realidad
era generalmente tierra que brindaba pastura, frutas, combustible y otros
beneficios, y que era especialmente valiosa para los pastores y los nativos pobres
y sin hogar.48

Irrigación y desnutrición

Las actuales políticas de desarrollo agrícola, en especial aquéllas


implementadas bajo la revolución verde, han fracasado notablemente en el
abordaje de las principales causas del hambre. Por el contrario, han
fortalecido y extendido su alcance.

De la Declaración del Movimiento Internacional para la Agricultura


Ecológica, 1990

Los partidarios de las grandes represas por lo general asumen que existe un
vínculo directo y proporcional entre el aumento de la producción agrícola y la
reducción de los índices de desnutrición. Pero el tema del hambre es más
complicado de lo que los constructores de represas creen. Lo que permite que la
gente pueda comer es su capacidad adquisitiva, y no sólo la disponibilidad del
alimento. Aun en el pudiente Estado de California, el mayor productor de cultivos
bajo riego en los EE.UU., cinco millones de personas –uno de cada seis
residentes- sufren de “hambre crónica”, según los investigadores de la Universidad
de California.49

18
Cientos de millones pasan hambre diariamente en la India, Pakistán y Sri Lanka, a
pesar de que durante muchos años estos países han sido autosuficientes o han
tenido excedentes de cereales alimenticios. A mediados de 1995, los graneros del
gobierno indio estaban colmados con más de 30 millones de toneladas de granos
sin vender.50 Como dice Robert Chamber, en la actualidad, el hambre en el sur de
Asia no es un problema de producción de alimento, sino “un problema de quién
produce el alimento y de quién tiene el poder para obtenerlo”.51 Cuando los
esquemas de irrigación se utilizan para marginar aún más al pobre, y con el fin de
producir cultivos costosos para venderlos a los más pudientes en ciudades o en el
extranjero, pueden terminar aumentando tanto la producción de cultivos como el
hambre.

Entre 1960 y 1983, dos tercios del área recientemente irrigada en la India se
dedicaban al cultivo de trigo y arroz, y una quinta parte a las oleaginosas, algodón
y caña de azúcar. Mientras tanto, durante estos años, se registró una reducción de
la superficie total dedicada a los cultivos de subsistencia: legumbres, y cereales
como mijo y sorgo.52 A pesar de que los nutricionistas sostienen que la dieta
tradicional en base a legumbres, granos y productos lácteos es superior a una
dieta basada en el trigo; el apoyo oficial al cultivo tradicional de subsistencia en la
India ha sido escaso, si se lo compara con los cientos de miles de millones de
rupias destinadas a la infraestructura para la irrigación y a la promoción del cultivo
de trigo y arroz.

Antes de la construcción del canal Indira Gandhi, 135.000 hectáreas del desierto
Thar eran cultivadas con granos incluyendo el tradicional bajra, utilizado para la
elaboración de pan, y 27.000 con lentejas. Gran parte de esta tierra era manejada
con ancestrales técnicas comunitarias de cultivo bajo riego. Sin embargo, hacia
1990 el cultivo de bajra había desaparecido casi por completo y el desierto, bajo la
perenne irrigación del canal, albergaba 132.000 hectáreas de algodón, 123.000 de
trigo y cientos de miles de mostaza y cacahuetes (maní) para la elaboración de
aceite comestible, garbanzo, caña de azúcar y arroz.

El 70 por ciento de las personas que habitan cerca del canal Indira Gandhi no
tiene los ingresos suficientes para pagar los préstamos agrícolas y satisfacer sus
necesidades alimentarias básicas. De acuerdo con una encuesta sanitaria del

19
gobierno, el consumo diario de calorías y proteínas per cápita de estas personas
es menor que el de los indios que viven en la línea de la pobreza. Los datos
revelan también que la desnutrición es más frecuente entre los niños que habitan
en el canal que entre los niños de los pastores en los distritos más pobres de
Rajastán, que no están afectados por el canal y que se alimentan con una dieta a
base de productos lácteos y bajra.53

Aproximadamente dos tercios de la irrigación moderna a gran escala del África


subsahariana se encuentran en Sudán. El enorme esquema Gezira cubre cerca
de 840.000 hectáreas, lo que constituye la mitad del área sudanesa irrigada.
Gezira, provisto de agua por las represas Sennar y Roseires, sobre el Nilo Azul,
fue originalmente desarrollado por los británicos en los años ´20 y reemplazó al
cultivo local tradicional de sorgo y al pastoreo nómada de ganado por el cultivo del
algodón, que luego era hilado en establecimientos ingleses. Actualmente, el
algodón de exportación continúa siendo el mayor cultivo en Gezira y en los demás
grandes proyectos de Sudán. A pesar de las enormes áreas bajo riego en el país,
un tercio de los niños sudaneses sufren desnutrición crónica.54

Supuestamente el propósito de las represas Manantali, Diama y Foum El-Gleita


era mejorar la dieta de los habitantes del valle del Senegal, mediante la expansión
del área arrocera con irrigación perenne. Sin embargo, en 1994, un estudio de la
Agencia para el Desarrollo Internacional de los EE.UU. reveló que el estado
nutricional de las personas del valle se encuentra peor que antes. Mientras que en
una de las poblaciones estudiadas el consumo de arroz se había duplicado luego
de ocho años desde que comenzó a llenarse la represa, la ingesta de varios
alimentos tradicionales y nutritivos –mijo, sorgo, maíz, caupí- había caído entre 30
y 90 por ciento. El consumo de pescado, carne y productos lácteos también
reflejaba una caída entre los residentes del valle. Aunque no existan datos cabales
acerca de la alimentación anterior y posterior a la construcción de las represas de
las personas que habitan la mayor parte del valle, los residentes entrevistados por
el estudio de la USAID en Mauritania y Senegal,

“... dejan en claro que su salud se ha visto empeorada en los últimos años,
debido al deterioro de su dieta. Están convencidos de que antes de la
construcción de las represas, con el cultivo tradicional luego del retroceso
de la inundación del río... su alimentación era más variada y por lo tanto

20
más saludable. Ellos sostienen que debido a su actual alimentación, basada
principalmente en arroz, se encuentran más débiles y tienen más
problemas de salud que antes”.55

La irrigación junto con los insumos, tales como las variedades modernas de
semillas y los agroquímicos, pueden incrementar notablemente el rendimiento de
los cultivos. Las estadísticas oficiales indican que el rendimiento promedio por
hectárea de arroz en el suelo irrigado de los mayores Estados de la India entre
1980 y 1983, era entre 27 y 369 por ciento mayor que en las áreas sustentadas
por las precipitaciones; y los rendimientos de trigo eran entre 7 y 391 por ciento
mayores.56 No obstante, los opositores de la revolución verde argumentan que
estas cifras son engañosas, ya que ocultan el impacto del riego intensivo. Muchas
de las áreas irrigadas se encuentran sobre planicies fértiles, que ya con
anterioridad eran más productivas que otras. Los suelos con irrigación moderna
sólo producen un cultivo, por lo que las estadísticas oficiales sólo miden la
producción de este cultivo. Con la agricultura tradicional, sin embargo, se obtiene
una notable variedad de alimentos de los suelos, incluyendo frutas de los árboles
y peces de los arrozales inundados. Los tradicionales sistemas agroforestales
–que combinan cultivos anuales con plantaciones de árboles- suelen incluir más
de 100 variedades vegetales. Además de brindar una alimentación variada y
nutritiva, los agroecosistemas tradicionales también proveen materiales para
construcción, medicinas, combustible, forraje, abono verde y pesticidas naturales.
El menor rendimiento y la degradación del suelo en áreas que promueven la
revolución verde demuestran que se prefiere la mayor producción de un
monocultivo a expensas de la sustentabilidad a largo plazo.57

El fracaso técnico y económico del riego a gran escala

... desde 1951 se han iniciado 246 grandes proyectos de riego de


superficie. Sólo 65 han sido concluidos, 181 aún están en construcción...
Con respecto a los proyectos comenzados luego de 1970, quizá podamos
afirmar sin temor a equivocarnos que hemos derrochado dinero durante 16
años. La gente no ha obtenido nada a cambio, ni riego, ni agua, ni
crecimiento de la producción, ni asistencia en su vida diaria.

Primer Ministro Indio Rajiv Gandhi, 1986

21
La moderna irrigación mediante canales tiene antecedentes lamentables de
diseño y de construcción deficientes, mal manejo y corrupción. El abastecimiento
de agua a los agricultores suele ser incierto y poco confiable; es por eso que el
rendimiento de los cultivos es mucho mayor si reciben riego con aguas
subterráneas que con aguas de canales. En el proyecto Bakolori, en Nigeria, la
producción de maní alcanzó apenas el 69% de lo estimado por los economistas
agrícolas, el arroz el 56% y el algodón el 17%.58

En 1983, el Comité de Informes Públicos de la India reveló que desde la


Independencia ningún gran proyecto de riego del país había sido concluido en el
tiempo estipulado ni había tenido los costos estimados.59 Aun cuando se declara
que un proyecto está concluido, es probable que irrigue una superficie mucho
menor que la originalmente planeada: más de la mitad de la superficie de tierra de
que se pretendía irrigar mediante muchos proyectos en el sur de Asia nunca ha
recibido agua. En la India Chambers expresa, “puede ser una experiencia
universal el hecho de que la superficie irrigada es menor que la estimada en las
propuestas y diseños del proyecto”.60 En 1971, el Ministerio de Agricultura
nigeriano calculaba que para 1982 habría 320.000 hectáreas cubiertas por
proyectos de irrigación a gran escala en el país, sin embargo hacia fines de 1980
menos de 31.000 hectáreas recibían riego mediante los modernos proyectos.61

En las áreas donde sí se recibe agua de los canales la distribución siempre es


desproporcionada: los que se encuentran cerca de la cabecera del canal suelen
recibir más agua de la necesaria –lo que a menudo causa anegamiento- y a
aquellos que viven en el extremo final o cola del canal no les llega suficiente
cantidad. Chambers sostiene que “entre el 20 y 25 por ciento del potencial
declarado útil en la India, aproximadamente entre 6 y 10 millones de hectáreas
padecen una notable y perjudicial carencia por estar situadas en la cola del
canal”.62 Algunos estudios acerca del proyecto Gal Oya realizados en Sri Lanka
demostraron que la producción de arroz en la cola del canal apenas superaba la
mitad de la de los productores mejor situados y que las familias que vivían al final
canal ganarían más como asalariados que trabajando su propia tierra.63

Cuando el agua de riego comienza a fluir a través del canal, los propietarios de
tierras situadas en la cabecera del canal comienzan a sembrar especies de alta

22
exigencia de agua –y rentables-, como la caña de azúcar y el arroz, y por lo tanto
establecen derechos preferenciales sobre el agua. Los que cultivan el azúcar en
Maharashtra, en la India, apenas ocupan la décima parte de la tierra estatal
irrigada, pero utilizan la mitad del agua de irrigación.64 Las áreas más propensas a
la sequía que, tal como se anunció, recibirán agua de Sardar Sarovar –Saurashtra
y Kutch- se ubican en la cola de la enorme red de canales planificada. Entonces,
aunque el crónico déficit hídrico en estas áreas es uno de los principales motivos
para la construcción de la represa, un cúmulo de evidencia indica que no recibirán
el agua prometida. Una evidencia de esto es que, a pesar de que el gobierno
afirmó que a los agricultores que reciban agua del proyecto no se les permitirá
cultivar azúcar, se están construyendo diez grandes ingenios azucareros cerca de
la cabecera del principal canal de Sardar Sarovar.65

Otra razón por la cual los productores que tienen sus tierras al final del canal no
reciben agua suficiente es que los diseñadores por lo general exageran el caudal
disponible para el sistema y subestiman las pérdidas a causa de filtraciones,
evaporación y exceso de riego. La sedimentación del embalse, al igual que la
construcción de represas y otros proyectos de irrigación río arriba, también reduce
progresivamente el suministro de agua a los canales de riego.66

La eficiencia del riego (medida como la proporción de agua utilizada por el cultivo
en relación con el total proporcionado por el sistema de regadío) apenas alcanza
un promedio de 40% en todo el mundo.67 En la India, observa el Banco Mundial,
los documentos de un proyecto generalmente dan por sentado que la eficiencia
del riego será de un 60%, aunque en realidad la mayor parte de los programas de
la India probablemente tengan una eficiencia de un 20 o un 35%. Como
consecuencia se puede suministrar agua sólo a la mitad o menos de la superficie
que, según los planes, podría ser irrigada.68

En una revisión interna acerca del regadío en la India realizada por el Banco
Mundial en 1991 se expresó una dura crítica al planeamiento, la construcción y el
mantenimiento de los canales de riego (en gran parte financiados por el Banco):

“... la infraestructura de riego y de los desagües es deficiente y se está


deteriorando. Las principales causas son las imperfecciones del diseño
inicial, la mala calidad de la construcción y el mantenimiento inadecuado...

23
Se requiere mayor conciencia acerca de la disponibilidad de agua y una
eficiencia viable del uso del agua. La preocupación por asegurar una
relación costo-beneficio favorable, acentuada por los intereses políticos de
extender la superficie bajo riego planificada, aumenta la presión para
ampliar las áreas de control propuestas y para usar premisas irreales en los
diseños... A pesar de que existen construcciones de buena calidad... son
más comunes las malas obras... Fundamentalmente los factores financieros
y la presión local para acortar el proceso... son los que influyen
negativamente en la construcción... se pueden obtener altas ganancias
ilícitas mediante el uso de materiales de baja calidad, la reducción del
grosor de los revestimientos y un menor tiempo de trabajo para el fraguado
del cemento”.69

Se calcula que hacia fines de los ´80 se habían gastado 250.000 millones (en
dólares de 1986) de fondos públicos en riego, casi la totalidad en proyectos de
superficie, sólo en los países en vías de desarrollo. En las últimas décadas Méjico
ha invertido el 80% del presupuesto destinado a la agricultura en irrigación.
Pakistán invierte el diez por ciento del presupuesto total en regadío. Entre 1950 y
1993 el Banco Mundial otorgó préstamos por una suma cercana a los 20.000
millones de dólares para el riego, lo que constituye el 7% del total de sus
préstamos.70

Considerando la cantidad de problemas ambientales y técnicos que enfrenta el


riego de superficie, no es sorprendente que los ingresos obtenidos de la irrigación
no logren amortizar las enormes inversiones. Las 16.000 familias de Sri Lanka que
recibieron tierras irrigadas por el proyecto Third Mahaweli, para el cual se otorgó
un préstamo del Banco Mundial en 1981, al comienzo pagaron el costo del agua,
lo que alcanzó para cubrir la mitad de los costos de operación y mantenimiento del
programa (nunca se esperó que los productores pagasen los US$ 200 millones
que se habían gastado en la construcción, incluidos los canales desde la represa
Victoria). Los pagos anuales del agua se redujeron principalmente debido a que
los ingresos de los pobladores apenas alcanzaban un tercio de lo que se
esperaba, y en 1990 la recaudación apenas sumaba el 5 por ciento de lo
adeudado. La mayor parte del presupuesto destinado al mantenimiento del
proyecto debió gastarse en los sueldos del personal, lo que, según una evaluación
interna del Banco Mundial, está causando un rápido deterioro de las nuevas

24
instalaciones para el riego.71 Distintos estudios realizados por el Instituto
Internacional de Manejo de la Irrigación en Indonesia, Corea, Nepal, Tailandia y
las Filipinas demostraron que en 1984, sólo en uno de estos países, las Filipinas,
los pagos de los agricultores por el regadío público fueron mayores que los costos
de manejo y operación de los sistemas.72

En Méjico, los pagos de los agricultores apenas cubren aproximadamente el 11


por ciento de los costos de operación y mantenimiento de la irrigación pública. Al
norte del río Grande, los proyectos de la BuRec recuperan un promedio de 17 por
ciento de los costos totales. 73 Richard Wahl y Benjamin Simon, de la Universidad
de Colorado, calculan que entre 1902 y 1986 los proyectos de riego costaron
cerca de 20 mil millones de dólares a los contribuyentes, al dólar de 1986. Wahl y
Simon estiman que en 1989 los subsidios federales otorgados para el riego
sumaron US$ 2,2 mil millones. 74 En 18 de proyectos del BuRec estudiados en
1981, el cinco por ciento de los productores se guardaba la mitad del total del
subsidio. El 6% de los agricultores de los EE.UU. que se benefician con el agua
barata de la BuRec tienen mayores propiedades y ganancias mucho más altas
que los agricultores que no reciben riego y ayudan a subsidiarlos. 75 Además, a
mediados de los años ´80, el 45% del agua de regadío en el oeste de los EE.UU. y
el 59% en California, se utilizaba para cultivos que, según organismos oficiales, se
sembraban en exceso y estaban sujetos a costosos programas federales para
reducir su producción.76

En África, los difíciles suelos, terrenos e hidrología, sumados a la deficiente


comunicación, a la corrupción y a la falta de experiencia adecuada, hacen que el
riego de superficie sea aún más difícil y costoso que en otras áreas. El proyecto
Bura, en Kenia, que depende del río Tana, regulado por la represa Masinga, tuvo
el exorbitante costo de 55.000 dólares por familia, en un país donde el ingreso per
cápita anual apenas alcanza los 350 dólares. “En un momento dado”, expresa el
antropólogo Thayer Scudder, “el 50% de los fondos para el desarrollo [rural] del
gobierno de Kenia se derrocharon en Bura”. 77 En 1994, Korinha Horta, del Fondo
de Defensa del Ambiente (EDF, en inglés) de los EE.UU., visitó la zona del Bura y
halló un área “que semejaba a un pueblo fantasma”, con torres de agua
abandonadas, canales desbordados y 20.000 pobladores hambrientos y
desesperados.78

25
Debido a que ya se han ocupado los mejores sitios para el riego de superficie, el
costo de los nuevos proyectos para el desarrollo del regadío está subiendo
vertiginosamente. En la India, entre 1950 y 1980, los costos reales de los
programas de grandes canales fueron más del doble que lo previsto. Los costos
del desarrollo de nuevos planes de riego de superficie por hectárea oscilan hoy
entre 3.000 y 5.000 dólares en el este y sur de Asia, cerca de 6.000 en Brasil y
10.000 en Méjico. Los costos en África van desde 10.000 a 20.000 dólares por
hectárea.79 Estas cifras ni siquiera contemplan la mayor parte de los costos de
construcción de la represa, reestablecimiento, ni drenaje, como tampoco tienen en
cuenta los inevitables excesos. Con estas cifras, y considerando el bajo precio
histórico del grano, incluso para los economistas del riego más optimistas son
pocas las inversiones justificables en nuevos planes de riego de superficie.

En casi todos los casos, las únicas inversiones en grandes proyectos de regadío
actualmente sensatas en términos económicos, ambientales y de justicia social,
son aquellas que intentan mejorar los sistemas existentes y evitar que se arruine
más tierra a causa de malos drenajes o saturación.

Notas
1
Van der Leeden, F. et al., The Water Encyclopedia. Second Edition. Lewis Publishers, Chelsea,
MI, 1990, Cuadros 5-3, 5-4, 5-9.
2
Robert Chambers expresa: 'En un borrador de este libro reservé un capítulo para la clasificación
de las definiciones de riego y las estadísticas. Como es obvio, hubiese necesitado una paciencia
heroica y muchas vidas... Si yo no hubiera desistido este libro no se hubiera escrito. A lo largo de la
obra utilizaré distintas estadísticas pero se le pide al lector que las tome con sensata y moderada
reserva'. Chambers, R. Managing Canal Irrigation: Practical Analysis from South Asia. Cambridge
University Press, Cambridge, 1988, p. 17.
3
Ghassemi, F., et al., Salinisation of Land and Water Resources: Human causes, extent,
management and case studies. CAB International, Wallingford, RU, 1995, pp. 12-13. China, India,
la ex URSS, los EE.UU. y Pakistán juntos acumulan el 62% de la tierra bajo riego en el mundo.
4
Umali, D.L. Irrigation-Induced Salinity: A Growing Problem for Development and the Environment.
Informe técnico 215 del Banco Mundial, 3 agosto, 1993, p.3.
5
Svendsen, M. and Rosegrant, M.W. 'Irrigation Development in Southeast Asia Beyond 2000: Will
the Future Be Like the Past?', Water International, Vol. 19, No. 1, 1994, p. 28.
6
Ver Adams, W.M., Wasting the Rain: Rivers, People and Planning in Africa. Earthscan, Londres,
1992, p. 70.
7
Chambers comenta que “dada la mayor conveniencia y control que ofrece el agua subterránea,
muchos productores [de zonas irrigadas por canales] hacen pozos o instalan pozos tubulares. A
menudo resultan beneficiados por el aumento del nivel freático causado por las filtraciones del
canal y otras que brindan un excelente acuífero recargado con regularidad, cercano a la superficie
de sus tierras”. op. cit., p. 215. La recarga de las aguas subterráneas podría lograrse con planes
mucho más económicos y menos destructivos que los proyectos de almacenamiento de grandes
superficies (ver Shah, A. Water for Gujarat: An Alternative. Technical Overview of the Flawed

26
Sardar Sarovar Project and a Proposal for a Sustainable Alternative. Jan Vikas Andolan et al.,
Vishakhapatnam, setiembre, 1993
8
Por ej.: “Las grandes poblaciones de las ciudades...serán completamente dependientes de la
producción de energía y alimento a gran escala y ésta sólo puede provenir de los grandes
proyectos, incluyendo la hidroelectricidad e irrigación de las grandes represas”, Haws, E.T. 'Large
Dams' Part in Flood Control', carta en The Times, Londres, 15 setiembre, 1988. Ver también
Pircher, W. '36,000 Dams and Still More Needed', Water Power and Dam Construction, mayo 1993.
9
Postel, S. Last Oasis: Facing Water Scarcity. Norton, Nueva Cork, 1992, p. 121; Adams op. cit., p.
74. Las cifras de la FAO aún excluyen ciertos tipos de riego tradicional.
10
Banco Mundial 'India: Irrigation Sector Review. Volume 1 - Main Report', Washington DC, 1991,
p. 2; Sutawan, N. et al., 'Community-Based Irrigation System in Bali, Indonesia', en Gooneratne, W.
y Hirashima, S. (eds.) Irrigation and Water Management in Asia. Sterling Publishers, Nueva Delhi,
1990, p. 82; van der Leeden et al. op. cit., cuadros 5-73.
11
Banco Mundial, op. cit., p. 7.
12
Adams, op. cit., p. 132. Este cálculo también considera el hecho de que el riego debe permitir
dos cultivos anuales, a través de la duplicación del área irrigada actualmente.
13
Kolars, J.F. y Mitchell, W.A., The Euphrates River and the Southeast Anatolia Development
Project. Imprenta de la Universidad del Sur de Illinois, 1991, pp. 144-166-275; Scheumann, W.,
'New Irrigation Schemes in Southeast Anatolia and in Northern Syria: More Competition and
Conflict over the Euphrates?', Quarterly Journal of International Agriculture, julio-setiembre, 1993.
Se creía que Tabqua (también conocida como represa Thawra) irrigaría 640.000 hectáreas.
14
Banco Mundial op. cit., Vol. I, p.41.
15
Raman, S. 'Bargi oustees plough lonely furrow', Economic Times, Ahmedabad, 6 marzo, 1993.
16
Shalaby, A.M. 'The Role of High Aswan Dam in Horizontal and Vertical Land Expansion and Yield
Promotion', en ENCOLD (ed.), High Aswan Dam Vital Achievement Fully Controlled, ENCOLD,
Cairo, 1993, p. 153.
17
White, G., 'The Environmental Effects of the High Dam at Aswan', Environment, Vol. 30, No. 7,
1988, pp. 11, 34; 'Irrigated area by region and country', en Gleick, P.H. (ed.) Water in Crisis: A
Guide to the World's Fresh Water Resources. Prensa de la Universidad de Oxford, Cuadro E.4;
Ramez, M.R.H. 'HAD and Substitutes of Nile-Silt in Building Brick Industry', en ENCOLD (ed.) op.
cit., p. 352.
18
Umali, op. cit., p. 8. La alcalinización es un problema grave en distintos lugares del norte de
India, Pakistán, Afganistán, Irán y la región del Sahel al oeste de África; E. Goldsmith and N.
Hildyard, The Social and Environmental Impacts of Large Dams, Vol. 1, Wadebridge Ecological
Centre, Cornwall, 1984, p. 136; J. Madeley, J. 'Will rice turn the Sahel to salt', New Scientist, 9
octubre, 1993.
19
Citado en Whitcombe, E., Agrarian Conditions in Northern India. Volume 1: The United Provinces
under British Rule, 1860-1900. Prensa de la Universidad de California, Berkeley, 1972, p. 72.
20
Ghassemi et al., op. cit., pp. 13, 48; HR Wallingford; 'ODU Studies: Soil Salinization, Land
Reclamation and Drainage', Proyecto Sheet, Wallingford, RU, 1990, p. 1. Según un informe de la
FAO de 1990, 'Entre 20 y 30 millones hectáreas están severamente afectadas por la salinidad y
otras 60 u 80 están afectadas en algún grado'; FAO, An International Action Programme on Water
and Sustainable Agricultural Development. Roma, 1990, p. 15.
21
Umali, op. cit., pp. 13-14.
22
Nahal, I. 'Environmental and Socio-Economic Effects of Irrigation Schemes in the Arab Near
East', Desertification Bulletin, No. 24; Kolars y Mitchell, 1991, op. cit., pp. 258.
23
Ver Repetto, R. Skimming the Water: Rent-seeking and the Performance of Public Irrigation
Systems. WRI, Washington DC, diciembre, 1986, pp. 21-22; Morse, B. et al. Sardar Sarovar: The
Report of the Independent Review. RFI, Ottawa, 1992, pp. 305-317; Umali, op. cit., p.15, 1992.
24
Waterbury, J. Hydropolitics of the Nile Valley. Syracuse University Press, Nueva York, 1979, p.
153.
25
Umali op. cit., p. 43, 1993.
26
Goldman op. cit., p. 213. El drenaje para descargar en el mar las aguas salinas de la cuenca del
Murria, Australia, costaría entre 1,6 y 4,8 mil millones de dólares, según los precios de 1990.
Ghassemi et al., op. cit., p. xv, 1995.

27
27
Williams, T. 'Death in a Black Desert', Audobon, enero-febrero, 1994.
28
Harris, T. Death in the Marsh. Island Press, Washington DC, 1991, p. 33, 194-196; 'Farmers may
be left holding Kesterson bag', US Water News, julio, 1995.
29
Harris op. cit., p. 210.
30
Ver Shiva, V. 'The Green Revolution in the Punjab', The Ecologist, Vol. 21, No. 2, marzo-abril
1991.
31
'Green Revolution Blues', International Agricultural Development, mayo-junio, 1994; Instituto de
Recursos Mundiales, World Resources 1994-95. OUP, Oxford, 1994, p. 108.
32
'Green Revolution Blues', International Agricultural Development, mayo-junio, 1994; Khor, M.
(1993) 'FAO Asian Chief Calls for Move Away from Green Revolution', Third World Network
Biodiversity Convention Briefings, No. 2, Penang, Malasia; Shiva, op. cit., pp. 59-60, 1991; Wilken,
E. 'Assault on the Earth', WorldWatch, marzo-abril, 1955.
33
Ver Sutawan et al., op. cit.
34
Salem-Murdock, M. Arabs and Nubians in New Halfa: A Study of Settlement and Irrigation.
Imprenta de la Universidad de Utah, Salt Lake City, 1989, pp. 31, 47. Dentro de los arrendatarios
del nuevo Programa de Producción Agrícola Halfa hay 50.000 sudaneses nubienses desalojados
por la Gran Represa de Assuán. El programa está amenazado por la rápida sedimentación de la
represa Khashm el-Girba, construida a fines de los años ´50 para suministrar agua de riego al
proyecto.
35
Pearce, F., The Dammed: Rivers, Dams and the Coming World Water Crisis. Bodley Head,
Londres, 1992, p. 109; Micklin, P.P. 'Desiccation of the Aral Sea: A Water Management Disaster in
the Soviet Union', Science, Vol. 241, 2 setiembre, 1988. En los lugares donde la tierra que recibe el
agua del canal es propiedad privada, los burócratas del riego no tienen el mismo grado de control
sobre la vida de los agricultores que sobre los grandes proyectos de arrendamiento. Sin embargo,
con la aparición del agua de canal los agricultores se vuelven más dependientes de las agencias y
los ingenieros cuyo trabajo es distribuir el agua y construir, mantener y operar los sistemas de los
canales. Ver Goldman, M. "There's A Snake", p. 145; Chambers, op. cit., pp. 87ff.
36
Lappé, F.M. y Collins, J., Food First. Abacus, Londres, 1982, pp. 217-218.
37
Goldman, op. cit., pp. 116-129, 148, 173.
38
Thorner, D. y A., 'The Weak and the Strong on the Sarda Canal', in Land and Labour in India.
Asia Publishing House, Bombay, 1962, citado en Repetto, op. cit., p. 24.
39
Repetto, op. cit., p. 24. El Banco Mundial eufemísticamente se refiere a estas prácticas como
'presiones políticas con fines lucrativos y generalmente perjudiciales', 1991, op. cit., Vol. I, p. iv.
40
Ramamurthy, P., 'Rural Women and Irrigation: Patriarchy, Class and the Modernizing State in
South India', Society and Natural Resources, Vol. 4, No. 4, 1991.
41
Worster, D., Rivers of Empire: Water, Aridity and the Growth of the American West. OUP, Oxford,
1985, pp. 299-302.
42
Worster, op. cit., pp. 291-2; Reisner, M., Cadillac Desert: The American West and its
Disappearing Water. Secker y Warburg, Londres, 1986, p. 385.
43
Citado en Gottlieb, R., A Life of its Own: The Politics and Power of Water. HBJ, San Diego, 1988,
p. 89.
44
Institute for Development Anthropology, Large Dams and Small People: Management of an
African River. Binghampton, NY, 1992, video.
45
El rendimiento de la irrigación moderna en el valle del Senegal ha sido extremadamente
deficiente. Ver Adams op. cit., p. 203; Niasse, M. 'Village Irrigated Perimeters at Doumga Rindiaw,
Senegal', Development Anthropology Network, Vol. 8, No. 1, Primavera, 1990.
46
Horowitz, M., 'Victims of Development', Development Anthropology Network, Vol. 7, No. 2, Otoño,
1989; Human Rights Watch - Africa Mauritania's Campaign of Terror: State-Sponsored Repression
of Black Africans. Human Rights Watch, Nueva York, 1994. Ver también Mounier, F. 'The Senegal
River Scheme: Development for Whom?’, en SEELD 2; Ba, B. 'Uneven Development in Mauritania',
en Bennett, O. (ed.) Greenwar: Environment and Conflict. Panos Institute, Londres, 1991.
47
Human Rights Watch-África op. cit., P.5.
48
Ver Goldman op. cit., p. 200; Darkoh, M.B.K.'The Deterioration of the Environment in Africa's
Drylands and River Basins', Deforestation Bulletin, No. 24, 1994; Adams op. cit.

28
49
Estadísticas mundiales de la FAO citadas por el Instituto de Recursos Mundiales, p. 108; Wilson,
Y. 'One in Six Californians Goes Hungry, Report Says', San Francisco Chronicle, 7 abril, 1995.
50
'How to sit on a useless pile', The Economist, 3 junio, 1995.
51
Chambersm, op. cit., p. 7.
52
Banco Mundial, 'India: Irrigation Sector Review. Volume II - Supplementary Analysis, 1991, p. 10.
La tendencia establecida por el riego con canales de favorecer la producción de granos para la
comercialización y la exportación a expensas del cultivo de alimentos, se hizo evidente con el
enorme programa de construcción de canales en la India, llevado a cabo por los colonizadores
ingleses; ver Whitcombe op. cit., p. 75. Ian Stone, Canal Irrigation in British India: Perspectives on
Technological Change in a Peasant Economy. Cambridge University University, Cambridge, 1984,
polemiza con la tesis de Whitcombe de que el riego de canal no alivió la hambruna en la India.
Para una discusión de los argumentos, ver Goldman op. cit., p. 86.
53
Goldman, op. cit., pp. 50-54, 66, 159-160, 193, 197.
54
Adams, op. cit., pp. 74, 108; World Resources Institute, WRI op. cit., p. 272. Barnett, T. The
Gezira Scheme: An Illusion of Development. Frank Cass, Londres, 1977; Pollard, N. 'The Sudan's
Gezira Scheme: A Study in Failure', en SEELD 2.
55
Environmental Health Project 'Senegal River Basin Health Master Plan Study', Arlington, VA,
diciembre, 1994, pp. 78-79.
56
Banco Mundial, op. cit., Vol. II, p. 6. La notable variación del incremento se debe principalmente
a las diferentes condiciones climáticas, topográficas y del suelo de los distintos Estados, así como
a la eficiencia del manejo de los distintos planes de riego. Por estadísticas que demuestren la alta
producción en la agricultura tradicional de la India, y una encendida crítica a la agricultura
'científica'; ver Pereira, W., Tending the Earth: Traditional, Sustainable Agriculture in India.
Earthcare Books, Bombay, 1993, p. 109.
57
Altieri, M.A., 'Traditional Farming in Latin America', The Ecologist, Vol. 21, No. 2, marzo-abril;
número especial sobre la FAO, ver también Pereira, 1993, op. cit., pp. 146-154.
58
Adams op. cit., p. 170.
59
Ver Singh et al., op. cit., pp. 173-174.
60
Chambers, op. cit., p. 20.
61
Adams, op. cit., p. 164.
62
Chambers, op. cit., p. 24.
63
Chambers, p., op. cit., p. 23. Ver también Banco Mundial, op. cit. Vol. II, p. 15.
64
Banco Mundial, op. cit., Vol. I, p. 16.
65
Ram, R., 'Benefits of the Sardar Sarovar Project: Are the Claims Reliable?', en Fisher, W.F. (ed.)
Towards Sustainable Development? Struggling Over India's Narmada River. M.E. Sharpe, Armonk,
NY, pp. 124, 128. Ver también Thakker, H., carta al director general, Banco Mundial OED et al., 13
junio, 1995.
66
Chambers, op. cit., p. 112.
67
Postel, S., 'Water and Agriculture' en Gleick (ed.) op. cit., p. 60.
68
Banco Mundial, op. cit., Vol. I, p. 16; Repetto op. cit., p. 17. Los diseñadores de Sardar Sarovar
han asumido, con el sello de aprobación del Banco Mundial, una eficiencia del 60%; ver Ram, op.
cit., p. 122.
69
Banco Mundial, op. cit., Vol. I, 37.
70
Repetto, op. cit., 3; Banco Mundial, 'Lending for Irrigation', OED Précis 85, 1985.
71
Banco Mundial, 'Sri Lanka: Mahaweli Ganga Development', OED Précis 86.
72
Repetto, op. cit., 4. En las Filipinas, los ingresos de US$ 17/ha eran mayores que los costos de
manejo y operación de US$ 14/ha, pero aún mucho menores que los costos anuales de la
devolución del capital invertido en la construcción del proyecto de US$ 75/ha.
73
Ibid.
74
R.S. Devine, 'The Trouble With Dams', Atlantic Monthly, agosto 1995, p. 68.
75
Repetto, 'Skimming the Water', p. 18.
76
Ibid. En 1981 más de un tercio del área irrigada estaba dedicado al heno, la alfalfa y otras
pasturas.
77
Horta, K. 'Troubled Waters: World Bank Disasters Along Kenya's Tana River', Multinational
Monitor, julio-agosto, 1994, p. 15.

29
78
Horta, K. 'Troubled Waters: World Bank Disasters Along Kenya's Tana River', Multinational
Monitor, p. 14. Ver también Adams, Wasting the Rain, pp. 168-178; 'Doubts Remain about Bura
Economics', World Water, junio 1992 .
79
Postel, op. cit.; Frederiksen, H.D. et al. Water Resources Management in Asia. Volume I. Main
Report. Informe técnico 212 Banco Mundial, Washington DC, 1993.

30
Capítulo 7

El uso racional de las cuencas

No entiendo cuál es el reparo


De usar lo que tienen a mano
Antes de intentar represar
nuestras tierras en vano...

Las tuberías claman por un cambio.


Los tanques de depósito se han corroído
y filtrado
Las válvulas están flojas, las arandelas
se han debilitado.

Vi como el agua se ha derramado


de cada embalse y caño.
Repararlos costará mucho menos
que dejarnos al descampado.

Pero éste es sólo un tema entre otros tantos


Planten árboles, revivan sus pozos y
En los manantiales llenen sus cántaros

Junten la lluvia desde los techos


vuelvan a usarla, sin desechos

Reduzcan sus desperdicios


y no destruyan la belleza con sus vicios
ya que una vez que se ha esquilmado
nada en el mundo podrá ser admirado.

Vikram Seth
de The Elephant and the Tragopan, 1991

Quienes se oponen a las represas con frecuencia son indagados acerca de


cuáles serían sus alternativas para la construcción de estas grandes obras. La

1
pregunta exige una respuesta sencilla, como por ejemplo las pequeñas
represas, pero esto no haría justicia a las objeciones de los opositores a las
represas. Muchos críticos rechazan tanto a los medios como a los fines que
persiguen los constructores de represas y, por lo tanto, tampoco están
interesados en los métodos alternativos para abastecer de agua a los grandes
planes de irrigación que desplazan a los pequeños campesinos en beneficio de
las empresas agrícolas, ni en fuentes de energía alternativa para abastecer el
gasto excesivo de las grandes ciudades o industrias, u otros medios para
terminar con las inundaciones -que son tan importantes para los campesinos y
para los ecosistemas.

Si la pregunta “¿Cuáles son las alternativas a las represas?” se cambia por


“¿Cómo podemos lograr que la gente obtenga ahora y a largo plazo
suministros adecuados y equitativos de agua y energía, que se reduzca el
efecto destructivo de las inundaciones y que se protejan nuestras cuencas de
la degradación?”, entonces sí se puede responder apropiadamente. Este
capítulo describe algunas de las innumerables tecnologías, prácticas de
manejo del suelo y del agua y formas de organización social que pueden
ayudar a cubrir las necesidades y anhelos humanos por alimentos, forrajes,
fibras, agua y seguridad en caso de crecidas peligrosas, pero que al mismo
tiempo sostienen la salud de los ríos. Las tecnologías y las prácticas de
energía sustentable se abordan en el capítulo ocho.

Una característica común a todas las tecnologías abajo descriptas es que son
a pequeña escala. Sin embargo, el solo hecho de que una tecnología sea de
menor escala no garantiza la ausencia de consecuencias sociales y
ambientales indeseables, ni el funcionamiento. Ian Smillie, ex director de la
agencia de asistencia voluntaria canadiense CUSO, explica que en la década
del ’70, la tendencia de los donantes a proveer tecnología apropiada “dejó al
Tercer Mundo con molinos de viento que no giraban, calentadores de agua
solares que no calentaban y experimentos de biogás que rebosaban de aire
caliente antes de comenzar a funcionar.”1

La experiencia nos demuestra que el contexto socioeconómico y político en el


que se aplican las tecnologías y las estrategias constituye la clave de su éxito o
fracaso y determina qué sectores terminarán beneficiándose. También nos
enseña que lo que funciona bien en una comunidad o en un país no lo hará
necesariamente en cualquier otro lugar. Si se desea que las tecnologías

2
“apropiadas” logren su potencial de cubrir las necesidades humanas de manera
equitativa e inocua, lo ideal es que sean promovidas por quienes se
beneficiarán de ellas. Donde esto no ocurre, los supuestos beneficiarios deben
comprender cuál es la tecnología, cómo funciona y quién pierde y gana con la
misma. Pero, lo que es aún más importante, la gente para quien se instala la
tecnología debería aceptarla voluntariamente y participar en su
implementación.

Manejar el suelo para manejar el agua

...la creencia de que los dilemas sociales creados por una máquina
pueden resolverse inventando más máquinas es hoy el símbolo de un
pensamiento absurdo que se aproxima a la curandería.

Lewis Mumford,
Technics and Civilization, 1934

Cualquier estrategia razonable de manejo del agua dulce debe tener como
objetivo un río saludable que esté lo menos contaminado posible, que sustente
una amplia diversidad de formas de vida y que pueda inundar de acuerdo a su
comportamiento natural. Pero para que un río sea saludable necesita una
cuenca saludable: son conceptos inseparables. Cuando las cuencas se
degradan como consecuencia de la deforestación, las prácticas de cultivo no
sustentables y la urbanización, lo mismo ocurrirá con los ríos. El mantenimiento
o la restauración de cuencas con bosques, humedales y suelos sanos no sólo
reducen la cantidad de inundaciones repentinas perjudiciales y el riesgo de
sequías, sino también la erosión del suelo. Por lo tanto disminuye además el
barrido de sedimentos al lecho del río, y aumenta la capacidad del sistema
hídrico de filtrar los contaminantes y proporcionar hábitat para distintas
especies.

Cuando se propone la construcción de una gran represa para controlar las


inundaciones o almacenar el agua, la mejor alternativa generalmente no es una
pequeña represa u otro tipo de tecnología sino la regeneración de los bosques
de la cuenca. En sentido hidrológico, los bosques y sus suelos actúan como
una esponja, absorben el agua de lluvia y de las crecidas y luego la liberan
gradualmente al río o dejan que la misma de infiltre en los acuíferos. Cuando
se destruyen los bosques aumenta notablemente la velocidad con que el agua

3
de lluvia que cae en una cuenca corre hacia los ríos. En las regiones
semiáridas, donde la totalidad de las precipitaciones anuales puede darse en
unas pocas tormentas fuertes, la deforestación de las cuencas puede aumentar
enormemente la estacionalidad de los ríos, lo que provoca crecidas
desastrosas en la temporada húmeda y largas sequías en la temporada seca.
El ejemplo más notable es el de Cheerapunji, al noreste de India, uno de los
lugares más húmedos del mundo, cuya precipitación promedio supera los
nueve metros. La tala ilegal y la expansión de las tierras de cultivo despojaron
a las laderas de la vegetación exuberante que tenían y actualmente se
soportan crecidas que se prolongan de tres a cuatro meses y una severa
escasez de agua durante el resto del año.2

El efecto hidrológico a largo plazo de la deforestación depende del uso


posterior que reciba el suelo. Algunos sistemas agroforestales pueden en cierta
forma reproducir el rol hidrológico del bosque original. Por otro lado, el pastoreo
en abundancia que impide la regeneración de la vegetación y compacta el
suelo con las pisadas del ganado hará que continúen los altos índices de
escurrimiento. La urbanización, que cubre el suelo con una capa impermeable
de caminos y techos y encauza el agua de lluvia a través de cloacas y
desagües, puede acelerar drásticamente la velocidad a la que escurre hacia el
río el agua de las tormentas -llevando hidrocarburos, aceite, plomo y otros
contaminantes que se vuelcan en las calles.3

Se cree que la pérdida de bosques no sólo provoca un mayor escurrimiento


durante las tormentas sino que también reduce las precipitaciones locales o
regionales. La información que se tiene acerca de la vegetación y las
precipitaciones en la India durante cien años mostró una tendencia a tener
menos días lluviosos y menos precipitaciones en total a medida que la
deforestación local aumenta.4 No obstante, existe poca evidencia científica
concluyente que relacione la pérdida de la vegetación con la disminución de las
lluvias, aunque es probable que esto se deba principalmente a la dificultad para
distinguir entre los tantos factores que afectan a las precipitaciones. Un estudio
de la cuenca de la represa de Madden, que suministra agua al canal de
Panamá, reveló que casi no existían diferencias entre el escurrimiento anual de
las áreas forestadas y el de aquellas que habían sido despejadas para el
cultivo. Sin embargo hubo un cambio evidente en la distribución de los
escurrimientos provenientes de las áreas deforestadas, con picos de crecidas
más altos y caudales reducidos en temporadas secas. Estos cambios

4
hidrológicos han provocado la escasez de agua en el canal durante la
temporada seca.5

Además de empeorar las inundaciones y las sequías, la degradación de la


vegetación de las cuencas también incrementa la erosión del suelo. El cultivo y
el pastoreo aumentaron la carga anual de sedimento de los ríos del mundo de
aproximadamente 9 mil millones de toneladas a alrededor de 45 mil millones.
Aparte de las consecuencias que el incremento de los sedimentos volcados al
río causa en la capacidad de los embalses y de los canales de riego, puede
empeorar las crecidas, ya que hace que el nivel del lecho del río se eleve;
también puede dañar las especies ribereñas de distintas maneras. La erosión
intensa del suelo además reduce dramáticamente la productividad agrícola.6

El drenaje y el arado de las planicies de inundación y de los humedales


ribereños han tenido el mismo efecto, en términos hidrológicos, que la pérdida
de bosques en las tierras altas. Un estudio llevado a cabo por el “Illinois State
Water Survey” demostró que por cada uno por ciento de incremento del área
de la cuenca fluvial cubierta por humedales se reducía alrededor de cuatro por
ciento en los niveles de los picos de crecida.7 Los pantanos y otras clases de
humedales ayudan a mantener la salud de los ríos de otras maneras, por
ejemplo, filtran naturalmente los contaminantes y el exceso de nutrientes
provenientes de las cloacas y de los escurrimientos agrícolas, y además
atrapan sedimentos y proporcionan hábitat para los peces y otros organismos
ribereños. Se calcula que desde la época colonial se han destruido en los
EE.UU. alrededor de 87 millones de hectáreas de humedales, en su mayoría
de agua dulce. Actualmente quedan menos de 100 millones de hectáreas de
humedales en los Estados Unidos. A lo largo del Mississippi inferior se han
perdido casi un 80% de los bosques de madera dura de la planicie aluvial por
el avance de la agricultura. En Europa, los pantanos y los bosques de las
llanuras de inundación han sufrido aun más los estragos causados por la
regulación de los ríos y su encauzamiento, la agricultura intensiva y la
urbanización caótica. En Alemania el 90% de la antigua llanura de inundación
del Rin fue drenada y ocupada.8

Proteger y restaurar

Considerando los efectos de los abusos cometidos sobre los ecosistemas de


las cuencas, parte de la solución para los problemas hídricos experimentados
en muchas partes del mundo radica en proteger los bosques y los humedales

5
en los lugares donde todavía existen y restaurar las cuencas fluviales que han
sido degradadas. Si no se hace, no habrá represas ni tecnologías que puedan
prevenir las sequías y las inundaciones y el rendimiento de las represas
existentes seguirá empeorando.

La deforestación es causada por una serie de factores entrelazados, entre las


cuales podemos mencionar particularmente la tala comercial excesiva, la
ganadería y otras formas de expansión agrícola y los proyectos de desarrollo
tales como minas, represas, plantaciones y caminos. Restringir estas
actividades implica tomar una serie de medidas tales como estrictos controles
de las talas, reformulación de leyes sobre la posesión de tierras fuera de las
áreas de bosques para que el acceso a la tierra esté distribuido más
equitativamente y disminuya la cantidad de gente pobre sin tierra que es
obligada a desmontar los bosques, y también la quita de subsidios y apoyo
públicos para el desmonte y para proyectos de desarrollo destructivos. Además
de la reforma concerniente a las tierras que no pertenecen al bosque, es
primordial otorgar tierras seguras a la gente nativa de las zonas boscosas y a
los campesinos que viven de los productos forestales no madereros, como los
seringueiros9 en Brasil. Las personas que dependen directamente de los
bosques y selvas han demostraron históricamente ser sus mejores protectores:
las comunidades de la minoría étnica de Karen, en Tailandia, por ejemplo,
conservan rigurosamente los bosques, ya que los consideran la fuente de agua
para sus arrozales.10

Se han desarrollado muchos métodos de agricultura tradicional que ayudan a


reducir las consecuencias hídricas negativas del cultivo en las cuencas
fluviales, entre los cuales se incluyen las terrazas en laderas con una fuerte
pendiente, los sistemas agroforestales y otras formas de cultivo múltiple que
reducen la cantidad de suelo expuesto en forma directa a las precipitaciones.
Los expertos en agricultura moderna también están descubriendo métodos de
cultivo de granos, muchos de ellos tomados de las técnicas tradicionales, que
disminuyen el escurrimiento y la erosión. Una de las técnicas clave de la
agricultura orgánica –la recuperación de la materia orgánica del suelo
agregando abono y estiércol- incrementa notablemente la capacidad de la
tierra para retener la humedad y además de reduce proporcionalmente la
cantidad de agua que se escurre.11

6
La protección de los humedales de las planicies de inundación será posible si
se detiene la construcción de represas y otros proyectos de ingeniería hídrica y
se revierten las políticas agrícolas y de desarrollo urbano que impulsan el
drenaje y la pavimentación de las zonas húmedas. Donde se protejan los
derechos de los campesinos, pescadores, cazadores, recolectores, pastores y
ganaderos tradicionales de los humedales, también se protegerán estos sitios.
Un conocimiento más profundo de la importancia de los humedales y el
reconocimiento del valor que éstos tienen para la recreación, también ayudarán
a que se detenga su destrucción.12

El control de las inundaciones

Los ríos [dijo el ingeniero taoísta Chia Jang, siglo VI a.C.] eran como las
bocas de los niños, si uno intentaba contenerlas sólo daban más
alaridos o se sofocaban.
Joseph Needham,
Science and Civilization in China, 1971

Bangladesh está compuesta en su mayor parte por una serie de inmensas


planicies de inundación donde tres de los ríos más grandes del mundo, el
Meghna, el Brahmaputra y el Ganges, se encuentran y se dirigen al mar. El
lenguaje de los habitantes del lugar refleja una historia de vida y muerte
vinculada a las inundaciones. Los bengalíes distinguen las crecidas
inusualmente severas, denominadas bonna, de aquellas de las estaciones
lluviosas que se dan con más frecuencia, o barsha, a las que no consideran
como una amenaza sino más bien como “una necesidad para sobrevivir”. 13 En
todo el mundo la falta de medidas efectivas de control de las inundaciones está
generando un espacio político para aquellos que creen que el daño provocado
por las crecidas puede reducirse mediante el manejo de las mismas y no
intentando detenerlas a todas en vano -es decir, adaptándose a barsha y
reduciendo la probabilidad y el daño causado por bonna.

La discusión entre los que “controlan” y los que “manejan” las crecidas es
antigua; se remonta a las discusiones entre los “contraccionistas” de Confucio y
los “expansionistas” taoístas acerca de que si los ríos indisciplinados de China
deberían estar encerrados entre altos terraplenes o si se les debería permitir
que fluyan por sus planicies de inundación naturales. 14 En los Estados Unidos
la discusión se remonta cuanto menos a la década de 1850, cuando se le

7
aconsejó al Congreso que las grandes áreas de las planicies de inundación del
Mississippi se usaran para almacenar crecidas y como áreas de desborde. Sin
embargo se dejó de lado la visión expansionista y se apoyó lo propuesto por el
Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU., que recomendó el
represamiento del Mississippi en un solo canal aislado de su planicie de
inundación. Este enfoque “estructural” fue el que dominó en los Estados Unidos
por más de un siglo, aunque en las últimas décadas ha perdido credibilidad
científica y pública.

Actualmente se está usando cada vez más el manejo de las llanuras de


inundación que incluye métodos no estructurales. En 1993, las grandes
crecidas del Missouri y del alto Misissippi (dos de los ríos con más represas y
terraplenes del mundo) se llevaron al menos 38 vidas y provocaron pérdidas
que rondan entre los 12 y los 16 mil millones de dólares. En 1994, James
Durkay, asistente de dirección de trabajos civiles del Cuerpo de Ingenieros,
expresó en el diario Civil Engineering de enero de 1994 que, luego de “la gran
inundación de 1993”, “es poco probable que se construyan más embalses o
15
diques” sobre el sistema fluvial más grande de los EE.UU.”.

El principio del manejo de las planicies aluviales es permitir que se inunde un


poco de tierra para que la otra parte permanezca seca -dejando que los
humedales de las llanuras de inundación almacenen naturalmente las crecidas,
lo que a su vez fortalece la protección de construcciones amenazadas por las
crecidas excepcionales. El manejo de las crecidas requiere que se ponga en
vigencia una serie de regulaciones que se opongan a los nuevos proyectos de
desarrollo sobre las planicies de inundación, se incentive económicamente a la
gente que vive en las áreas más peligrosas para que se mude a tierras más
altas, se mejoren los sistemas de advertencia de las crecidas, se construyan
defensas más fuertes alrededor de las áreas urbanas y viviendas rurales y
otras estructuras aisladas que estén preparadas para las inundaciones, por
ejemplo mediante la elevación de las mismas o la construcción de diques en
forma de anillo que las rodeen, y, por último, que se permita que las tierras de
cultivo sobre las planicies de inundación más amenazadas se conviertan en
humedales. Pueblos enteros de la cuenca del Mississippi decidieron mudarse a
terrenos más altos luego de la crecida de 1993 y cientos más están pensando
en trasladar al menos algunos de sus edificios. Los conservacionistas y las
agencias gubernamentales están adquiriendo en la cuenca miles de hectáreas

8
de las tierras de cultivo más propensas a inundarse con el propósito de
convertirlas en
reservas de humedales como refugio para la vida silvestre.16

En la actualidad en Europa se puede observar un cambio similar de actitud


hacia los ríos y las crecidas. “Hemos pavimentado demasiadas praderas y
represado demasiados ríos”, admitió Josef Leinen, ministro del Ambiente del
Estado alemán de Saarland, ante periodistas después de la gran inundación
del Rin a principios de 1994. Una década antes se había firmado un acuerdo
franco-alemán para renovar los humedales del Rin y de esa forma reducir los
daños que las crecidas causan río abajo y restaurar algunos ecosistemas de
las planicies aluviales. El plan avanzó lentamente debido en gran medida al
costo que implica comprar la parte de los terratenientes, pero para 1995 ya se
habían creado dos áreas de desborde sobre el lado alemán del Rin.17

El principal argumento para la planificación de la represa Serre de la Fare, de


75 m de altura, en el alto Loire, Francia, fue que la obra prevendría
inundaciones recurrentes que se llevaron la vida de ocho personas en una
población cercana a la ciudad de Le Puy, en 1980. Como parte integral de la
campaña contra la construcción de la Serre de la Fare, el grupo de
ambientalistas SOS Loire Vivante, con base en Le Puy, trabajó con hidrólogos
e ingenieros para desarrollar una estrategia alternativa de control de las
crecidas que no implique la destrucción de parte de uno de los tramos de río
más hermosos de Europa. Esta estrategia se basa en cinco pilares: la mejora
del sistema de alerta de las crecidas, la exigencia del cumplimiento de
regulaciones que prohíban la construcción en las áreas de mayor riesgo, una
mayor protección para aquellos edificios que se encuentran en peligro, trabajos
menores para despejar los obstáculos del lecho del río y de las márgenes para
que el agua pueda fluir libremente y la creación de un comité de residentes
locales, funcionarios electos, ONGs y empresarios para supervisar la
implementación de este plan. En enero de 1994 el gobierno confirmó que no se
llevaría a cabo la construcción de la Serre de Fare y que las autoridades
locales adoptarían la estrategia de manejo propuesta por SOS Loire Vivante.18

Cultivar tierras secas sin recurrir a grandes represas

El desierto se regocijará y florecerá como la rosa.


La Biblia,

9
Isaías 35:1,7

Cerca de dos quintos de la superficie de la tierra del planeta es definida como


hiperárida, árida, semiárida o seca subhúmeda. Alrededor del 70% de estas
tierras secas se encuentran en los países en desarrollo.19 Las áreas secas no
sólo se caracterizan por la poca cantidad de lluvia, sino también por la
tremenda impredecibilidad y las diferencias extremas entre las estaciones. En
una zona hiperárida, ni siquiera varios años de lluvia serían suficientes para
desarrollar cultivos sin la ayuda externa del agua de riego. En zonas áridas, el
cultivo con agua de lluvia es marginal, funciona bien algunos años pero durante
otros años o períodos de años se ve afectado frecuentemente por sequías que
pueden provocar incluso la pérdida total de la cosecha. En las regiones
semiáridas, las precipitaciones son generalmente suficientes para el cultivo,
pero las sequías ocurren con frecuencia y constituyen una amenaza siempre
presente.

Muchas sociedades han sido capaces de adaptarse satisfactoriamente al


ambiente duro y poco predecible que caracteriza a este tipo de tierras secas.
Entonces tendría mucho más sentido apoyar estas economías tradicionales
que tratar de convertirlas en programas de riego modernos que son ambiental y
económicamente destructivos. Grupos nómadas tradicionales como los tuareg
del Sahara y del Sahel, los masai del África Oriental y los mongoles de Asia
Central, sobreviven trasladándose con sus rebaños a los lugares en donde
llueve. De acuerdo con el Institute for Development Anthropology, los sistemas
de producción pastoriles de estos nómadas:

“No solamente son sustentables ambientalmente, sino que además son


rentables al permitir el aprovechamiento de tierras, que no podrían ser
utilizadas de otro modo para actividades agrícolas, en la obtención de
leche, estiércol (para combustible y fertilizantes), cueros y pieles,
tracción y carnes. Estos sistemas además son el sustento para este
pueblo, que encuentra sentido y dignidad en su forma de vida”.20

Las estrategias para aumentar la producción de las tierras secas deben


entonces desmantelar las fuerzas que destruyen estas economías pastoriles,
especialmente la expropiación de la tierra y del agua. Los gobiernos y las
agencias de desarrollo coloniales y post-coloniales, con ese sentimiento
antiguo de hostilidad de la gente establecida hacia los nómadas, han

10
considerado al sistema de producción pastoril como una tecnología primitiva e
ineficiente, que conduce al sobrepastoreo, a la desertificación y a la baja
producción ganadera. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por “desarrollar”
la economía pastoril, especialmente mediante la excavación de pozos, el
cercamiento y la privatización de las tierras comunes, han logrado lo opuesto a
lo que pretenden: las tierras se encuentran más degradadas que nunca.21

Recolectando la lluvia…

En áreas muy secas, los campesinos desarrollaron -y siguen haciéndolo- varios


sistemas para la conservación del suelo y del agua, lo que les permite sacar el
máximo provecho a la lluvia limitada y poco predecible de estas regiones. Estos
sistemas por lo general son muy eficientes, se adaptan muy bien a las
condiciones sociales y ecológicas locales y pueden mejorar el rendimiento de
los métodos basados en los conocimientos de la agronomía moderna. Sin
embargo, los “expertos” consideran que las técnicas agrícolas tradicionales
aplicadas a regiones secas son poco científicas y obsoletas, y es por esta
razón que la mayoría de ellas ha sido ignorada.22

Para reducir el riesgo de cultivar en zonas áridas, se han desarrollado


numerosas técnicas tradicionales dentro de lo que se denomina “cultivo por
precipitación”. Una de estas técnicas, conocida como “agricultura por
escurrimiento”, que funciona recolectando el agua de las laderas de las
montañas y encaminándola hacia los campos que se encuentran abajo,
permite desarrollar los cultivos en todos los tipos de tierra excepto las que
están demasiado secas. Los nabateos, una tribu que creó un reino muy rico en
el desierto del Néguev, al sur de Israel, a fines del primer milenio a.C.,
utilizaban esta técnica para sustentar decenas de miles de personas en una
región donde la precipitación promedio invernal alcanza solamente 100
milímetros. Aún en la actualidad, 1.300 años después de que sus constructores
originales pasaran a la historia, los beduinos del Néguev todavía utilizan los
suelos de los nabateos para la pastura de sus cabras.23

Se cree que los nabateos comenzaron con la técnica del cultivo por
precipitación construyendo terraplenes en el lecho de pequeños arroyos
estacionales. Las paredes del terraplén disminuían la velocidad del arroyo
cuando llovía, de esta manera el agua se extendía sobre los pequeños campos
y cubría los suelos erosionados. A medida que el sistema se desarrollaba, se
fueron construyendo lomos de piedra y tierra cruzando en diagonal las laderas

11
sobre los arroyos, canalizando así el agua a parcelas individuales. Para
aumentar la probabilidad de recibir la cantidad de agua adecuada, los nabateos
limpiaban las pendientes en donde se recolectaba el agua, quitando las
piedras, grava y cualquier vegetación que pudiera crecer. Investigaciones
recientes demostraron que al despejar el suelo de esta manera se puede
aumentar alrededor de un cincuenta por ciento la escorrentía de las
captaciones de agua en el Néguev.24

Hace dos mil años, al sudoeste de lo que es hoy EE.UU., los anasazi -los
antiguos en el idioma del pueblo navajo-, desarrollaron una serie de
tecnologías de cultivo por precipitación semejantes a las de los nabateos. Los
anasazi recolectaban agua de lluvia de las cimas rasas y planas de
gigantescas acumulaciones rocosas conocidas como mesetas. El agua que se
escurría de las mesetas en arroyos estacionales era atrapada por pequeñas
represas de tierra y luego canalizada hacia los campos y las huertas mediante
zanjas y esclusas de piedra.25

Actualmente el cultivo por precipitación se utiliza en los desiertos de Nueva


Méjico y Arizona, suministrando agua para los cultivos y los ganados. Los
métodos de captación incluyen también la limpieza del terreno al estilo
nabateo, la “modificación del suelo” con sustancias hidrófugas y las capas
impermeables de concreto o cobertura plástica. Gary Frazier, investigador del
Southwest Rangeland Watershed Research Center del Departamento de
Agricultura de Estados Unidos, cree que los diferentes sistemas de agricultura
por escurrimiento son “métodos técnicamente confiables de provisión de agua
para la mayor parte del mundo.”26

En áreas donde la lluvia es un poco mayor, el cultivo por precipitación tiene el


propósito de reducir la escorrentía en vez de inducirla y la lluvia se utiliza lo
más cerca posible de donde cae. Los miembros de la tribu dogon, al sur de
Mali, tienen métodos que les permiten cultivar en el suelo delgado y propenso a
las sequías de la meseta rocosa en la que viven. El más común es la
acumulación de malezas y tierra en pequeños montículos entre los cultivos.
Estos montículos ayudan a reducir la escorrentía y forman un mini-compost que
contribuye a la fertilidad del suelo. Si hay piedras sueltas disponibles, los dogon
las utilizan para construir trazos a través de sus campos. Si el suelo tiene la
profundidad necesaria, excavan redes de pequeños cuencos cuadrados,
“microcaptaciones” que retienen el agua de lluvia. Otra técnica de los dogon es

12
cavar pozos para cultivos individuales que colectan agua y hojas del terreno.
Éstas últimas se utilizan también como abono y formando una cubierta húmeda
con estiércol y paja, que conserva el suelo.27

… y recolectando la creciente

Las técnicas tradicionales de “cultivo por inundación” son comunes en las


áreas secas en las que corren grandes ríos. En algunos ríos se preparan los
cultivos antes de que llegue la crecida y se cosecha desde canoas o después
de que se retira la crecida. Es probable que en África el arroz se haya cultivado
de esta manera durante 3.000 años. Las variedades del conocido “arroz
flotante” pueden crecer a la velocidad de la crecida: algunos tipos asiáticos de
arroz pueden soportar crecidas de hasta cuatro o cinco metros. Los cultivos por
recesión de inundación usan la humedad, los sedimentos y los nutrientes que
dejan las crecidas estacionales. Este tipo de cultivo es común en las
extensiones de tierra firme de los grandes ríos de África, tales como el Níger y
el Senegal, y en otras áreas secas, como el noreste semiárido de Brasil.28

Al retirarse la inundación principal, ésta generalmente deja agua en los


humedales y en los estanques. Además se puede atrapar intencionalmente
más agua detrás de los terraplenes, los diques y los pozos. La irrigación en
Egipto, que alimentó al país durante al menos los 50 siglos anteriores a la
regulación del Nilo -ya que el cultivo del algodón comenzó en el siglo XIX-, era
una clase de agricultura por recesión en la que la crecida y su limo se retenían
en sitios terraplenados. Una técnica similar se desarrolló en los deltas del
Damodar y el Ganges, en Bengala, hace aproximadamente 2.000 años.29

India tiene una gran variedad de sistemas de captación de agua. En el desierto


del Estado de Rajastán se utilizan los khadins, que son terraplenes de tierra
largos y bajos que represan los escurrimientos monzónicos para que luego
sean absorbidos por la tierra. El sistema khadin consta de dos partes, una
pendiente rocosa de captación y el área cultivada detrás del terraplén, que con
el tiempo genera un suelo fértil y profundo. Todos los años los pobladores
utilizan un poco de este limo para usarlo en sus campos como fertilizante.
Generalmente los terraplenes son de 300 a 500 metros de largo y desde uno
hasta tres metros de alto. Las organizaciones comunales se encargan del
mantenimiento de los terraplenes, del cultivo del lecho del khadin y del control
de las arboledas y de los pastizales que rodean los khadins. Aunque no se lo

13
incluya dentro de las estadísticas oficiales sobre el riego en la India, los
expertos creen que aproximadamente 300.000 hectáreas son regadas por los
khadins y otros métodos primitivos similares usados para incrementar la
humedad del suelo y atrapar el limo30

Sin embargo, el uso de los khadins ha disminuido. Las organizaciones


comunitarias se han ido debilitando y en la mayoría de los casos han sido
reemplazadas por oficiales nombrados por el Estado. Las represas y los
canales construidos por el gobierno, particularmente el inmenso canal Indira
Gandhi, se han convertido en los métodos favoritos para irrigar el desierto. No
obstante, en los últimos años en este Estado se ha evidenciado un
resurgimiento del interés por las estructuras tradicionales de recolección de
agua. Un ashram31 establecido por un grupo de trabajadores sociales cerca de
Jaipur en 1985 instó a los campesinos locales a comenzar con la construcción
de khadins nuevamente. Para 1994, se habían construido 200 y en cuarenta
localidades de establecieron nuevos gram sabhas (comités autónomos) para
administrar los khadins junto con los demás asuntos de la comunidad. En
algunas áreas la producción de granos se duplicó e incluso se triplicó. No
obstante, las autoridades locales declararon ilegales a los nuevos khadins,
fundamentando que el agua y los cursos hídricos eran propiedad del Estado.
Según el gobierno, los khadins competían con una represa estatal y además
eran poco seguros. Pero cuando una intensa lluvia barrió con la represa y los
terraplenes de los campesinos permanecieron en pie, los khadins fueron
declarados legales.32

El sistema de riego autóctono más común en India y en Sri Lanka es un tanque


o estanque, un pequeño embalse contenido por un terraplén que cruza una
depresión o un barranco inundado estacionalmente. A diferencia de los
khadins, los tanques del sur de la India poseen desagües que los campesinos
utilizan para controlar el flujo de agua en los canales que conducen hacia los
campos vecinos. Cada uno de estos estanques puede irrigar desde unas pocas
hectáreas hasta varios cientos. Los tanques se han utilizado durante miles de
años, construyéndose en grandes cantidades —se calcula que India posee
más de 500.000 tanques irrigando más de tres millones de hectáreas.33 Ciertas
regiones al sur de India poseen tanta cantidad de estanques que se las ha
descripto como “superficies cubiertas de escamas de peces superpuestas”.34
Hacia fines de los ‘70 se creía que los tanques bañaban más de un cuarto del
total del área bajo riego de Sri Lanka.35

14
Aunque siglos de experiencia demostraron que los estanques son una técnica
social, económica y ecológicamente apropiadas para el control del agua y de la
tierra, en las últimas décadas se evidenció una declinación en su uso y muchos
se encuentran hoy abandonados. La principal razón parece ser la promoción
gubernamental de los manantiales tubulares (profundos pozos perforados) que
se encuentran en manos privadas, lo que a su vez incrementa el control de
este sector sobre el agua, que anteriormente era un recurso público. El
resultado, opina un trabajador de la ONG K.A.S. Mani, al sur de India, es que
los campos con sus propios manantiales son “pequeñas áreas de prosperidad
en medio de la degradación ecológica y de la pobreza generalizada”.36

La represa del pueblo

Todos, independientemente de que sean hombres o mujeres, ricos o


pobres, tienen el mismo derecho sobre el agua que nos brinda la
naturaleza y que es almacenada gracias al esfuerzo del trabajo
mancomunado de los que han participado activamente. Nadie debería
tener beneficios especiales en ningún sentido, ésa es nuestra firme
creencia y convicción.

Proclama de la cooperativa de usuarios del agua de la represa de


Baliraja Smriti

Si bien revivir las tecnologías tradicionales y construir estructuras modernas


basándose en los principios de lo pequeño y de la posesión y el mantenimiento
comunal ayudaría enormemente a resolver los problemas de las sequías
crónicas en India, también es fundamental brindar a las comunidades el
derecho a sus fuentes de agua locales y permitirles encontrar soluciones
basadas en sus propias percepciones sobre sus necesidades. La represa de
Baliraja, en el Estado indio de Maharashtra, constituye un excelente ejemplo de
lo que pueden hacer las comunidades cuando tienen el control de su agua.

En la década de 1970, la deforestación, la sequía, los desvíos de agua para los


cultivos hídrico-intensivos como la caña de azúcar y la extracción de arena del
lecho provocaron la desecación del pequeño río Yerala excepto durante
algunas pocas semanas durante el monzón. El nivel del agua freática local
disminuyó y los pozos se secaron. Las represas construidas por el gobierno y

15
los planes de riego empeoraron la difícil situación de los campesinos, ya que
promovieron más aún el cultivo de la caña de azúcar entre los grandes
terratenientes.

Como respuesta a la crisis hídrica y a la falta de capacidad del gobierno para


resolverla, los habitantes de dos poblaciones ubicadas en las márgenes del
Yerala decidieron construir pequeñas represas propias. El trabajo comenzó en
1986, con la ayuda voluntaria de los pobladores y los estudiantes y el
asesoramiento técnico de un ingeniero. Sin embargo, pocos meses más tarde
la represa fue declarada ilegal por el gobierno estatal. “Lo que molestó a las
autoridades”, afirmaba un artículo en Times of India, “es que sintieron que
estaban de más durante todo el proceso”. Después de más de un año de
negociaciones, el gobierno finalmente aprobó la represa y acordó la
suspensión de la extracción de arena del lecho del río por parte de contratistas
independientes y en su lugar se les cedió un permiso de extracción limitada a
los pobladores. Con las ganancias obtenidas de la venta de arena y con los
préstamos sin intereses otorgados por gente de ciudades cercanas que
apoyaba la obra se pudo pagar la represa, que costó 300.000 rupias,
equivalentes a 10.000 dólares, la cual fue inaugurada en marzo de 1989.

La represa de Baliraja Smriti es administrada por una cooperativa de usuarios


de agua constituida por todas las familias de los dos pueblos. El agua
almacenada tras la represa, de 4,5 metros de altura y 120 metros de largo,
puede irrigar 380 hectáreas. Ninguna familia fue desplazada por este embalse
de 600.000 metros cúbicos. La cantidad de agua que se reparte depende del
tamaño de las familias y no del tamaño de las tierras que se poseen, de
manera que las familias que no tienen tierras obtienen su parte de agua que
puede venderse para obtener dinero o utilizarse en tierras arrendadas. El agua
sólo puede ser utilizada para cultivos resistentes a las sequías, como el mijo y
el maní, y en ciertas épocas del año se reserva para beber. El plan del cultivo
de estación para las áreas a ser irrigadas se diseña mediante una consulta con
todos los habitantes. También se deja agua para la producción de árboles con
el objetivo de restaurar la vegetación de la cuenca local.

Los especialistas Enakshi Ganguly Thukral y Machhindras sostienen que:

“La importancia de la represa radica no tanto en sí misma sino en los


conceptos subyacentes de que el agua pertenece a todos los miembros

16
de la sociedad sin importar su casta, sexo o creencia, y que un sistema
eficiente y factible es posible si la comunidad se compromete en la
realización del mismo... Lo que no quiere decir que las pequeñas
represas como la de Baliraja siempre sean la solución. Las respuestas
deben ajustarse a cada localidad y situación. Lo importante es que la
solución se base en las necesidades de la gente y cuente con su
participación”.37

Yendo bajo tierra

El beneficio más importante de la captación de agua -y de la restauración de


las cuencas en general— es que promueve la recarga de las aguas
subterráneas. Un reservorio de agua bajo la tierra tiene varias ventajas en
relación con el almacenamiento en los embalses superficiales: no se evapora,
está protegida de la contaminación antrópica y de los desperdicios animales y
además los agentes patógenos se filtran a medida que el agua es absorbida
por el suelo. En India el agua potable no se saca directamente de los
estanques ni de los khadins, sino de pozos cercanos que captan el agua que
se escurre del embalse.

La extracción de agua subterránea a un ritmo mayor que los niveles de recarga


constituye un problema extremadamente serio en muchas partes del mundo.
Por ejemplo, entre 1946 y 1986 la proliferación de pozos tubulares de riego
hizo que el nivel superior del agua subterránea en áreas del Estado indio de
Karnataka disminuyera de 8 metros debajo de la superficie, a 48 metros. El
nivel freático de Ahmadabad, la ciudad más grande de Gujarat, ha descendido
de 10 metros que tenía en los años ´40 a 100 metros en los ´90.38 Los pozos
tradicionales no perjudican demasiado a los acuíferos, ya que están limitados
no sólo por la profundidad a la que pueden ser cavados sino también por la
capacidad muscular del hombre y de los animales para bombear el agua.

También existen métodos tradicionales más sofisticados para usar el agua


subterránea; los más conocidos son los qanats de Irán, que son túneles
cavados en las zonas altas de los acuíferos, los cuales, por la fuerza de la
gravedad, suministran agua a las planicies que se encuentran más abajo. En el
Cercano y Medio Oriente, en España y al norte de Chile se pueden encontrar
túneles semejantes para transportar agua subterránea. Se estima que unos
40.000 ganats fueron excavados en Irán en los últimos 3.000 años;

17
aproximadamente la mitad de esta cifra se encontraba aún en funcionamiento a
comienzos de 1970. Una década antes, tres cuartos del total del
abastecimiento de agua en Irán provenían de los qanats. Más recientemente
resulta más accesible la extracción por bombeo que el mantenimiento de los
túneles para la gente de campo y de las ciudades. A diferencia de los qanats,
que solamente sacan agua de los acuíferos al mismo ritmo en que son
llenados, el bombeo ha conducido al agotamiento de los acuíferos, y como
consecuencia los niveles de agua están disminuyendo en los qanats que aún
subsisten.

En todo el mundo el nivel del agua subterránea disminuye, los pozos deben ser
más profundos y se requiere mayor cantidad de energía humana, animal o
eléctrica para traer el agua hacia la superficie. Resulta costoso perforar pozos y
bombear, es por esto que cuando el agua subterránea desciende, el agua se
aleja cada vez más del alcance de los pobres. Jayanta Bandyopadhyay, de la
Academia Internacional del Medio Ambiente en Ginebra, afirma que la
creciente escasez de agua en la zona rural de India se debe en gran parte al
“desecamiento artificial del agua subterránea” y no tanto a la reducción de las
precipitaciones.39 Solamente en el Estado de Gujarat la merma de agua
subterránea implica que 12.000 comunidades no tengan ahora una fuente de
agua “permanente y segura” —hecho que es uno de los principales
argumentos para justificar el Proyecto Sardar Sarovar.40

Al reducir el nivel del agua freática en la zona costera, el agua salina puede
filtrarse en los acuíferos y eventualmente éstos no servirán para el riego ni
tendrán utilidad como agua potable. En 1986 se informó que casi el 50% de las
bombas manuales de la zona costera de Gujarat producía agua salina. El agua
potable suministrada por reservas subterráneas bajo algunas ciudades y
pueblos en las costas del este y sur de EE.UU. se encuentra contaminada por
entradas salinas. El agotamiento y descenso de los acuíferos también puede
provocar que el suelo se hunda, con serias consecuencias para la estabilidad
de los edificios: Beijing se hunde a un índice promedio anual de 10 centímetros
y el nivel del agua freática cae hasta 2 metros por año; algunos barrios de la
ciudad de Méjico se hunden hasta 30 centímetros por año. El suelo de
Houston, Texas, sucumbió más de dos metros en las cuatro últimas décadas.41
En áreas rurales de la India en donde la mayor parte del agua de consumo
proviene del bombeo manual del agua subterránea, es probable que la

18
reducción y la salinización de los acuíferos conduzca al abandono forzoso de
poblaciones enteras.

Revertir la extracción del agua subterránea es una tarea muy difícil. Los
proyectos de desarrollo y los subsidios que promueven la rápida extracción del
agua del subsuelo tienen poderosos beneficiarios agrícolas e industriales. La
naturaleza misma del agua subterránea -está oculta, es muy difícil de medir y
no puede separarse del flujo de agua superficial, por el contrario se encuentra
relacionada al mismo-, hace muy difícil saber qué nivel de bombeo es
sustentable. Además, al estar la extracción del agua subterránea generalmente
en manos privadas, es también difícil de controlar. No obstante, es imperativo
limitar el bombeo de agua subterránea si el mundo quiere avanzar hacia el uso
equitativo y sustentable del agua dulce. En 1980, el Estado de Arizona,
EE.UU., inició los controles legales sobre la extracción de aguas subterráneas
mediante una ley que exige un balance para el año 2025 entre el bombeo y la
recarga de las reservas de aguas subterráneas que están siendo explotadas.
Ambientalistas estadounidenses exigieron la implementación de un “impuesto a
la explotación de agua subterránea” sobre cualquier extracción que exceda la
recarga natural. Una ley similar se encuentra vigente desde 1991 en el área
cercana a la ciudad de Phoenix, en Arizona.42

Además de la necesidad de detener el bombeo de agua subterránea en exceso


hay que recargar en forma urgente los acuíferos agotados. La recarga del agua
subterráneas se da naturalmente a través de los lechos de los ríos, de las
gravas de las planicies aluviales y de los humedales. Si se protegen las
cuencas fluviales de la urbanización y otros tipos de desarrollo inadecuado -y
del control de las crecidas-, se podrá mantener el nivel de recarga. En Rajastán
y otros lugares, los “tanques de filtración” se construyen tradicionalmente con el
único fin de recargar artificialmente las aguas subterráneas. En Rajastán, las
estructuras de conocidas como rapats son pequeños tanques de material de
mampostería construidos sobre suelos arenosos muy permeables. Los
métodos modernos de recarga artificial de agua subterránea, tales como la
inyección de agua en los pozos o el desvío de los ríos sobre la grava aluvial, se
encuentran en uso en distintas regiones, especialmente en California, los
Países Bajos y Alemania.43

En Gujarat algunos proyectos de ONGs recargan agua subterránea mediante


la construcción de estructuras de captación tales como pequeñas represas

19
colectoras y diques, y mediante la restauración de la vegetación de la cuenca
fluvial.44 Ashvin Shah, que es de origen Gujarati y que trabaja para la Sociedad
Americana de Ingenieros Civiles, estima que si se implementaran esquemas de
captación de agua a pequeña escala en forma masiva en Gujarat podría
recogerse fácilmente un quinto de las precipitaciones del Estado, cifra que
supera en un 50% a la cantidad de agua que supuestamente enviarán los
canales del Proyecto Sardar Sarovar. Shah cree que la recarga del agua
subterránea, su captación y el uso de agua de los embalses existentes podrían
ayudar a resolver la crisis hídrica de Gujarat en un período relativamente corto
y, a diferencia del SSP, podría revertir la creciente brecha existente en el
Estado entre los campesinos ricos y los pobres. El plan de Shah, al igual que
otras alternativas sugeridas para el SSP, hace hincapié en la necesidad de
reducir la demanda de agua, principalmente mediante el reemplazo de cultivos
como la caña de azúcar por otros que no necesiten tanta agua y aumentando
la eficiencia en el riego.45

Sistemas tradicionales

Respeten el sistema antiguo


Y no lo modifiquen en lo más mínimo.

Inscripción en un templo sobre el regadío de hace 2.200


años en Kuanhsien, China

Aunque no existe una clara distinción entre las diferentes categorías del riego
primitivo, se evidencia una tendencia generalizada hacia una mayor
complejidad en el diseño y el manejo de los sistemas en las áreas más
húmedas, donde es necesario desviar y descargar la cantidad necesaria de
agua en los campos correctos y en el momento indicado, y donde el control del
agua excedente puede ser tan importante como el abastecimiento. Existen
características comunes a la mayoría de los métodos de riego tradicionales:
una es el pequeño tamaño de los sistemas y de sus componentes individuales
tales como diques y canales; la segunda es que son los mismos usuarios
quienes los construyen y los administran y no los funcionarios estatales; y
además han demostrado que son eficientes, que promueven la distribución
equitativa del agua y que a la larga son ecológicamente sustentables.

20
Generalmente estos sistemas abastecen a localidades individuales, aunque en
ocasiones se cubren varios pueblos con un solo esquema. En Asia, donde se
concentra la mayor parte del riego mundial, los primitivos planes de regadío por
lo general cubren entre 10 y 100 hectáreas, si bien algunos pueden suministrar
agua a varios miles de hectáreas. Usualmente los sistemas más grandes
suelen ser divididos en sub-unidades pequeñas por cuestiones de manejo.
Aunque la mayoría de los sistemas individuales son pequeños, en conjunto
cubren una superficie inmensa. A pesar de la falta casi total de apoyo oficial,
este tipo de emprendimientos todavía aportan tres cuartos de la tierra bajo
riego en Nepal y cerca de la mitad en las Filipinas.46

En algunos sistemas convencionales se desvía el agua directamente al canal


sin ninguna construcción que obstruya el río. Generalmente el agua se extrae
de atrás de un pequeño dique de tierra, roca o madera. Por ejemplo, el Sonjo,
que riega las laderas del monte Kilimanjaro, en Tanzania, desvía el agua con
represas construidas con ramas secas que alcanzan los tres metros de altura.47
Este tipo de represas es destruido fácilmente por las crecidas, y esta
característica puede aumentar la sustentabilidad de todo el sistema, ya que la
mayoría de los sedimentos que se encuentran detrás de la represa serán
barridos junto con ésta. Debido a que para la construcción de estas estructuras
se emplean materiales y mano de obra locales, reconstruirlas no implica un
gasto importante. La sedimentación detrás de las pequeñas represas que se
construyen como parte de los sistemas de muang faai, en Tailandia, se ve
reducida ya que el limo y la arena pueden filtrarse a través de las estructuras
de bambú y de troncos pequeños.48

Uno de los pocos planes de irrigación que ha resistido el paso del tiempo es el
extraordinario sistema de Kuanhsien, construido sobre el río Min, al sudoeste
de China, aproximadamente en el año 230 a.C. Cientos de miles de hectáreas
cerca de la ciudad de Chengdu todavía se riegan con el agua desviada en
Kuanhsien -que significa “Ciudad del riego”. Si bien el sistema en conjunto es
enorme, las partes individuales son relativamente pequeñas, simples y
económicas para reparar. El desvío se logra con una estructura de piedras
apiladas en el medio del lecho del río, conocida como “Trompa de Pez”, que
vuelca el agua en una ensenada de rocas de 40 metros de profundidad,
conocida como el “Canal de Cornucopia”, y luego finalmente en miles de
canales distributarios. Todos los años se realizan reparaciones en la Trompa

21
de Pez durante la temporada de sequía y se sacan los sedimentos del fondo de
los canales.49

Una de las claves del éxito de estos sistemas autóctonos es que están
manejados por los mismos campesinos o funcionarios designados por ellos
mismos, los cuales son directamente responsables ante ellos.50 La descripción
del manejo del muang faai realizada por Larry Lohmann y Chatchewan
Tongdeelert es apropiada para los sistemas de regadío tradicionales del Asia
húmeda:

“Para que el sistema de muang faai continúe funcionando se necesita la


cooperación y el manejo colectivo a veces en una sola población y en
otras oportunidades en muchos pueblos. En la reunión anual se
establecieron las reglas o los acuerdos mutuos, entre ellos sobre cómo
se distribuiría el agua, cómo se controlará el caudal de acuerdo a los
esquemas planes estacionales, de qué forma se mantendrán las
barreras y se dragarán los canales, de qué manera se solucionarán los
conflictos sobre el agua y cómo se preservará el bosque que rodea al
embalse para garantizar un permanente abastecimiento de agua y una
fuente de materiales para reparar el sistema. A pesar de la variedad de
tareas que se realizan, los métodos de control generalmente son
simples, no burocráticos e independientes del gobierno -aunque en
ocasiones resulte desafiante”. 51

Estos sistemas de regadío primitivos se caracterizan por garantizar que el agua


disponible se distribuya en forma equitativa; se distinguen de los esquemas de
canales dirigidos por el gobierno, cuya distribución de agua es extremadamente
desigual. En las zanjeras al norte de las Filipinas cada miembro recibe una
porción de tierra semejante y se la divide en varias parcelas ubicadas en
distintas partes de la zona irrigada. De este modo se puede evitar la
desigualdad en la disponibilidad de agua inevitable entre los que viven en las
zonas donde comienza y donde termina el sistema, ya que todos los
campesinos poseen tierras en ambos extremos.52 Según Lohmann y
Tongdeelert, el “principio fundamental de los derechos hídricos en el sistema
muang faai es que todos deben recibir lo necesario para sobrevivir y, si bien
existen muchos patrones de distribución, nadie puede violar este principio
básico”. Un estudio del regadío nepalés descubrió que sólo uno de cada siete
sistemas manejados por el gobierno suministraban agua a “quienes habitaban

22
al extremo final” del sistema durante la temporada seca, mientras que esta cifra
descendía a uno cada cuatro en los sistemas administrados por los propios
campesinos. La productividad agrícola total fue más alta en muchos de los
sistemas administrados por los propios pobladores.53

Frecuentemente las asociaciones de riego tradicional regulan el uso de los


recursos públicos (además del agua) como por ejemplo, los bosques de la
comunidad, las pasturas y la tierra utilizada para la agricultura por precipitación.
Las normas de zanjera sólo permiten a los usuarios del agua atrapar peces y
camarones en sus ríos y canales en ciertas épocas del año con el fin de
asegurar la sustentabilidad de una importante fuente alimenticia
suplementaria.54 La efectividad de estas normas se plasma en el hecho de que
las áreas donde aún subsiste el regadío primitivo en general coinciden con
aquellas en las que mejor se preservan los ecosistemas naturales.55 La salud
ecológica de las áreas que rodean las zonas de riego primitivo no sólo se
encuentran protegidas por normas sino también por rituales y creencias que
conectan el bienestar espiritual y material de la comunidad y el sereno
funcionamiento del riego con la integridad de ciertos lugares naturales, como
por ejemplo los bosques sagrados, los manantiales o las montañas. El estrecho
lazo existente entre los aspectos rituales y espirituales del riego con los
funcionales, se refleja en el hecho de que las instituciones balineses de regadío
conocidas como subaks invierten más de la mitad de su presupuesto en fiestas,
ceremonias y ofrendas rituales.56

La sofisticación ecológica del manejo de los subak es realmente impresionante.


Los antropólogos J. Stephen Lansing y James N. Kremer, de la Universidad del
Sur de California, explican cómo mediante la regulación de la cantidad y la
velocidad del flujo de agua vertido en los arrozales en las terrazas, los subaks
crearon un ciclo de fases secas y húmedas que “alteran el pH del suelo...
determinan la actividad de los micro-organismos, hacen circular los nutrientes
minerales, promueven el crecimiento de cianobacterias que fijan el nitrógeno,
excluyen las malezas, estabilizan la temperatura del suelo y... evitan que los
nutrientes se filtren en el subsuelo”.57

Es muy difícil que los integrantes de los sistemas tradicionales no cumplan con
las normas por varias razones; primero, porque toda la comunidad está muy
involucrada en el manejo y control del riego, además porque para ellos el
regadío tiene una importancia ritual (por su poder purificador) y porque en el
último caso se aplican multas y castigos. En este sentido existe un gran

23
contraste con los planes de riego estatales, donde la corrupción y el
incumplimiento de las normas son habituales. Si las normas no se cumplen se
reduce la eficiencia del sistema en su conjunto y entonces aquellos
campesinos que no están preparados para sobornar o robar agua tendrán
menos probabilidades de conseguir la provisión necesaria, creando un círculo
vicioso en el que la corrupción genera ineficiencia y ésta a su vez genera
corrupción. En los sistemas primitivos ocurre lo opuesto: un método eficiente y
justo motiva a sus miembros a cumplir con las normas y esto es lo que hace
que el sistema siga siendo justo y eficiente.

Aunque los estudios realizados demuestran reiteradamente la sofisticación de


la irrigación tradicional, los gobiernos y las agencias de ayuda los han ignorado
frecuentemente y no han comprendido la complejidad y la productividad de
estas técnicas, por lo tanto buscaron “mejorarlos” con materiales modernos,
insumos agrícolas y manejo profesional. Generalmente estas intervenciones
provocan la reducción de la producción a largo plazo, a veces porque usan
tecnologías inapropiadas, pero en la mayoría de los casos probablemente
porque destruyen las asociaciones locales de usuarios de agua al dejar en
manos del gobierno la responsabilidad del mantenimiento del sistema.
Consecuentemente, el bienestar económico y cultural de la comunidad puede
verse terriblemente afectado. David Groenfeldt, ex miembro del International
Irrigation Management Institute con sede en Sri Lanka, brinda un acertado
consejo para los especialistas que pretenden “perfeccionar” los sistemas
primitivos: “Si no está roto, no lo reparen.”58

Irrigación moderna: volver al futuro

La agricultura sustentable es la que acepta y trabaja cuidadosamente


dentro de los límites rigurosos del ciclo del agua. Es la que respeta las
demandas que le hace al ciclo. Se trata de la agricultura que está lo más
cerca posible de la naturaleza del agua, fluyendo con la corriente y no
obstruyéndola...
Donald Worster,
'Thinking Like A River', 1984

Las proyecciones más recientes de organismos académicos e internacionales


que se ocupan de la agricultura mundial concuerdan en que el aumento de los
costos del desarrollo del riego y la creciente competencia por el agua en las

24
ciudades y las industrias, indican que la producción agrícola deberá provenir de
sistemas de cultivo con agua de lluvia, del riego a pequeña escala y del
mejoramiento en la administración y en la infraestructura de los grandes
programas existentes.59 En 1995, una evaluación interna del Banco Mundial
acerca de los 50 años de apoyo que este organismo le brindó al regadío, reveló
que: “Considerando la disminución de los recursos hídricos y los decadentes
resultados de los nuevos sistemas de riego, el Banco debería reconsiderar sus
prioridades y en vez de financiar nuevos sistemas se deberían mejorar los que
ya existen”. Finalmente concluyó que era necesario que los entes
administradores del riego sean más responsables económica y ecológicamente
ante los usuarios; que los grandes proyectos deben ser subdivididos en
pequeñas unidades manejadas por grupos de usuarios del agua; que estos
grupos deben estar libres de la interferencia del gobierno y que se les debería
permitir crear sus propias sanciones para quienes rompan las reglas; y que
además el Banco debería “promover la participación de la comunidad en todos
los aspectos relacionados al riego”.60 Las medidas recomendadas en la
evaluación son básicamente aquellas desarrolladas por técnicas indígenas
hace muchos siglos.

Aunque es prematuro presagiar la caída de las grandes represas y de los


grandes planes de irrigación, sí podemos afirmar que se encuentran en
descenso. La experiencia nos demuestra que existe una gran diferencia entre
los grupos del Banco Mundial que elaboran las políticas a seguir y que dan a
conocer las recomendaciones anteriormente mencionadas, y los grupos de
esta misma entidad que otorgan préstamos junto con los grupos
gubernamentales que los reciben y que son los que eventualmente
implementan las políticas sugeridas. Además, existe también una gran
diferencia entre el significado aparente de las palabras de los planificadores del
desarrollo y lo que en realidad significan al momento de llevarse a cabo los
proyectos. Un elemento vital que respalda el éxito de los sistemas tradicionales
es que se basan en la posesión de la propiedad común —un concepto que es
diametralmente opuesto a la ideología de la privatización dominante dentro del
Banco Mundial y de muchas otras instituciones y gobiernos.

Con los sistemas indígenas tradicionales, el agua (como otros recursos) es


propiedad común y se administra para el bien mayor de la comunidad y no para
los particulares que la componen. La privatización y el cercamiento de los
recursos públicos es una fuerza importante que influye en la degradación

25
ambiental de todo el mundo. Si la “nueva tendencia” sobre riego promueve la
privatización de los sistemas tradicionales, eventualmente conducirá a su
destrucción, de la misma forma en que estos sistemas pueden verse
arruinados al continuar reemplazándolos por proyectos conducidos por el
gobierno.61

Dado que el riego utiliza una gran proporción del total del agua extraída, con
sólo una pequeña reducción del porcentaje utilizado para la agricultura podría
disponerse de una mayor cantidad de agua para beber y para otros usos -como
también para los ríos y los humedales. Según Sandra Postel, del Worldwatch
Institute, de Washington DC, al disminuir las necesidades de riego alrededor de
un décimo, se podrá disponer de aproximadamente el doble de agua para uso
doméstico en todo el mundo.62 Mediante un mejor manejo de los canales de
riego se podrían lograr enormes incrementos en la productividad de los cultivos
por unidad de agua: Robert Chambers estima que al incrementar la
confiabilidad en los abastecimientos de agua entre los campesinos se podría
triplicar la producción de granos de los sistemas de canales en India. En
Pakistán, un mejor manejo y perfeccionamiento de las modestas
infraestructuras, agrega Chambers, podrían liberar una cantidad de agua
equivalente a la suministrada por tres represas Tarbela.63

La disminución de los acuíferos, los altos costos y el traspaso de agua de uso


agrícola para abastecimiento municipal ya han provocado grandes reducciones
del agua utilizada en los campos de EE.UU., donde el total del área bajo riego
disminuyó alrededor del 1% entre 1980 y 1990, y el promedio de agua
empleada por hectárea descendió cerca del 7 %. El uso total del agua utilizada
para irrigación disminuyó un décimo — 21 mil millones de metros cúbicos.64 En
ciertas regiones los recortes en el uso del agua fueron aún más dramáticos.
Los lugareños de las altas planicies del noroeste de Texas, quienes durante
décadas avanzaron súbitamente con la extracción de agua del acuífero
Ogallala, han reducido el uso del agua a más de 40% del pico alcanzado en
1974. En las cercanías de Kansas, los agricultores que viven sobre el
extenuado Ogallala adoptaron el cultivo orgánico, reduciendo así el consumo
de agua casi a la mitad. Debido a que este tipo de cultivo es más valioso que el
convencional, el producto orgánico brinda el mismo valor de la cosecha pero
empleando menos tierra y agua.65

26
El método más eficiente de distribuir agua a los cultivos es el “riego por goteo”,
por el cual el agua se vierte lo más cerca posible de la raíz de cada planta
mediante el uso de tuberías perforadas o porosas. Con esta técnica, las
pérdidas por evaporación y filtración son extremadamente bajas. Aunque
fueron agrónomos israelíes quienes por primera vez comercializaron este tipo
de riego en la década del ‘60, se han utilizado técnicas ancestrales por goteo
durante siglos. Al noreste de India, los campesinos utilizan tuberías de bambú
para el goteo de agua de manantial en sus campos. Otro método indígena
altamente eficiente, descripto en los tratados agrícolas chinos de 2.000 años de
antigüedad y utilizado en varios países, incluyendo Brasil e India, es el riego
con vasijas de barro porosas, que utiliza el agua que se filtra lentamente del
recipiente enterrado al lado de cada planta.66

El “micro-riego” comercial, que consiste en el uso de irrigadores muy eficientes


como el riego por goteo y el riego por aspersión, se ha expandido rápidamente
desde la década de ‘60. En 1991, cerca de 1,6 millones de hectáreas fueron
irrigadas con estos métodos, incluyendo el 70% de la tierra bajo riego de
Chipre, y el 50% de Israel. En EE.UU. se encontraba la mayor superficie micro-
irrigada, 606.000 hectáreas, lo que representa el tres por ciento del suelo
irrigado del país.67 La principal desventaja del micro-riego moderno es que la
instalación y el mantenimiento resultan demasiado costosos, por lo que sólo
resulta apropiado para aquellos agricultores con cierto capital y para los
mercados de frutas y vegetales de gran valor. Por lo tanto, aunque el riego por
goteo es eficiente, resulta una tecnología inapropiada para muchas partes del
mundo, en las que las políticas agrícolas deberían priorizar la producción de
alimentos accesibles.

La promoción del riego por goteo encaja adecuadamente con la estrategia de


desarrollo agrícola en los países pobres, favorecida por el Banco Mundial y
quienes promueven las operaciones fuertemente capitalizables, que consiste
en la producción de frutas, vegetales y flores fuera de temporada para exportar.
En Kenia, por ejemplo, los campos irrigados que producen para el mercado
europeo se han expandido rápidamente en la última década. Aún así, cuando
los agricultores y las corporaciones más pudientes se apoderan de la tierra con
el propósito de producir para un mercado extranjero bien alimentado (sin
importar lo eficiente que sea el uso del agua), es muy probable que lo único
que se logre sea empeorar las condiciones de la empobrecida mayoría de los
kenianos.68

27
Creando ciertas confusiones, el término “micro-riego” también se aplica al uso
del riego a muy pequeña escala por parte de los granjeros que cultivan para
sus propias familias o para los mercados locales. Esta técnica tiene un gran
potencial para garantizar la provisión de alimentos en regiones pobres. Un
ejemplo notable son las huertas que se encuentran en los pequeños valles de
Zimbawe, conocidas como dambos. Por lo general se las riega utilizando
baldes con agua que se cargan en los pozos cercanos. Las huertas
individuales no ocupan más de la mitad de una hectárea, pero colectivamente
cubren alrededor de 20.000 ha en Zimbawe, alrededor del 10% del área
“oficial” irrigada. Durante la sequía de 1986-87, los dambos fueron las únicas
tierras en ciertas zonas que produjeron maíz. Los dambos pueden proporcionar
una amplia variedad de productos -una investigación de una sola parcela de
dambo reveló la existencia de 23 clases diferentes de granos y 26 especies de
árboles, como así también abejas, peces, cañas y forraje.69

Otra fuente de agua para riego y recarga de agua subterránea que en general
se encuentra sin explotar es el agua cloacal municipal. La reutilización de los
líquidos cloacales para el riego es doblemente beneficiosa, ya que los
nutrientes del mismo se utilizan para sustentar el cultivo en lugar de contaminar
las cuencas. En muchos países industrializados era común utilizar las aguas
cloacales de las ciudades para las tierras del campo, hasta la primera parte del
siglo pasado, cuando cayeron en desuso, en parte debido al temor de la
transmisión de enfermedades. En Israel, la técnica de reutilización del agua se
encuentra más avanzada que en el resto del mundo: allí se trata el 70% de los
líquidos cloacales para luego utilizarlo en 19.000 hectáreas de tierras de
cultivo. Los especialistas israelíes pronostican que para el año 2010, esta
técnica suministrará una quinta parte del total del abastecimiento de agua en el
país y una tercera parte para el riego.70

Si se arreglan las cañerías

Cada vez que se hace correr el agua del sanitario en una casa de la
zona urbana de India, todo el consumo diario de un habitante de la zona
árida se va por la alcantarilla.
Ravi Chopra y Debashish Sen,
People's Science Institute, Nueva Delhi, 1991

28
Abastecer de agua potable a más de mil millones de personas que actualmente
no tienen acceso a la misma y satisfacer la demanda de agua de las
poblaciones, las ciudades y las industrias en expansión es una tarea
desalentadora. Sin embargo, esta situación se puede solucionar con voluntad
política y abandonando la creencia de que la única respuesta a los problemas
hídricos es construir proyectos más grandes para la provisión de agua. La
construcción de sistemas de abastecimiento a menor escala acompañados por
un mejor funcionamiento de los sistemas actuales, la reducción del desperdicio
de agua y el aprovechamiento del agua de otros usos, especialmente el riego,
constituyen una alternativa mucho más sustentable, equitativa y siempre más
económica. Además es fundamental revertir el agotamiento de las aguas
subterráneas y proteger todas las fuentes de agua dulce de la contaminación.

Construir nuevos proyectos para suministrar agua es cada vez más costoso, ya
que a medida que las ciudades se expanden se debe traer agua cada vez
desde más lejos: según el Banco Mundial, el costo de los nuevos proyectos
superará dos o tres veces el de los suministros actuales.71 Considerando estos
cálculos, e incluso sin tener en cuenta los costos sociales y ambientales de las
nuevas represas, probablemente será más conveniente reducir la demanda de
agua que incrementar los suministros. El uso de una menor cantidad de agua
significa también usar menos energía para bombearla, tratarla y calentarla. Por
ejemplo, en los EE.UU. se ahorrarían 3.000 millones de litros diarios de agua si
se instalaran cabezales de duchas eficientes en el 80 por ciento de los baños y
se ahorraría una cantidad de electricidad equivalente a la producción de tres
grandes centrales eléctricas.72 Al aumentar la eficiencia en el uso del agua
también se reduce la cantidad de agua contaminada que se descarga en los
ríos y en otros cuerpos de agua.

Si se mejora la infraestructura de la distribución del agua se puede aumentar el


reparto. Cerca de un tercio del suministro de agua de Europa se pierde debido
a las cañerías rotas o que gotean. El 60% del agua que ingresa a las cañerías
de Manila se desperdicia por las pérdidas en las cañerías y por las conexiones
ilegales. El Banco Mundial estima que es económica y técnicamente factible
bajar las pérdidas de agua a un porcentaje de entre un 10% y un 20% del agua
suministrada. La empresa de servicios hídricos de Singapur envía a los grifos
de sus clientes el 90% del agua que suministra.73

29
Los sistemas rurales tienen problemas similares a los de las ciudades. Los
gobiernos y las agencias de ayuda en las últimas décadas han invertido más
de 10 mil millones de dólares para el abastecimiento de agua en las áreas
rurales de los países en vías de desarrollo, aunque casi todo ese dinero se
utilizó para construir nuevos proyectos y se destinó muy poco al mantenimiento
de los mismos una vez construidos. Anthony A. Churchill, del Banco Mundial,
opina que el resultado de estas prioridades equivocadas es que “cada vez en
más países estos sistemas dejan de funcionar a medida que se los va
construyendo.”74 Los cientos de proyectos de abastecimiento de agua que se
construyeron en Nepal durante la década del ´80 supuestamente abastecen un
tercio de la población rural del país. Sin embargo, la mayoría ha caído en
desuso antes de llegar a la mitad de su vida útil de 20 años.75

Se debe reducir la demanda de agua mediante el incremento de la eficiencia


en el uso además de hacer que las provisiones vayan más lejos con los nuevos
sistemas de distribución. Las legislaciones ambientales, los avances
tecnológicos y el incremento en los precios del agua se combinan para
acicatear grandes ganancias en la eficiencia del uso hídrico industrial en
muchos países. Debido a que en realidad en muy pocas ocasiones las
industrias consumen toda el agua que utilizan –sino que la usan para calentar,
enfriar o procesar-, pueden reciclarla muchas veces. Mientras que a mediados
de los años ´50 las industrias de los EE.UU. utilizaban cada litro de agua que
se les suministraba menos de dos veces, para fines de los años ´90 cada litro
se reciclaba unas 17 veces. El uso total de agua en las industrias
estadounidenses disminuyó aproximadamente un 40% entre 1950 y 1990, y el
total de la producción industrial casi se cuadriplicó en gran parte debido al
incremento del reciclaje de agua.76

En las últimas dos décadas se logró reducir considerablemente el consumo


doméstico de agua en varias ciudades norteamericanas. Entre las medidas
tomadas para disminuir el consumo están: la reparación de las pérdidas en las
cañerías, el subsidio de la distribución mediante tecnologías que mejoran la
eficiencia del agua, como por ejemplo regaderas rotativas de jardín e inodoros
de bajo consumo, que sólo utilizan seis litros cada vez que se tira el depósito y
no 16 como utilizaban los convencionales, las campañas de publicidad sobre
conservación, la promoción de diseños de jardines que sean resistentes a las
sequías, la instalación de medidores para que los usuarios de las casas de
familia paguen por el agua que utilizan y el aumento de los precios. Este

30
paquete de medidas ayudó a reducir el consumo per cápita de agua en
Tucson, Arizona, de 760 litros por persona por día a mediados de la década del
´70 a 590 litros en 1992.77 La ONG Pacific Institute de California, que se dedica
a la investigación del agua, estima que usando sólo la tecnología existente se
podría reducir a la mitad el uso de agua en el Estado entre el año 1995 y el
2020.78

Una de las razones más importantes por las que los ambientalistas ganaron la
batalla de una década de duración para detener la construcción de la represa
Two Forks, proyectada para suministrar agua a Denver, Colorado, fue que
pudieron demostrar que con la instalación de medidores y el uso de
dispositivos para economizar agua en las viviendas de Denver se podía ahorrar
más agua de la que la represa suministraría, y con tan sólo una quinta parte del
billón de dólares que costaría la represa. Luego de que la Agencia de
Protección Ambiental de EE.UU. vetara Two Forks en 1990, el Departamento
de Asuntos Hídricos de esa localidad promovió activamente la eficiencia en el
uso del agua, lo que ayudó a disminuir el promedio de consumo doméstico a
alrededor del 9% en sólo dos años.79

En las regiones más secas de los países en desarrollo, aún los inodoros más
eficientes pueden resultar una tecnología altamente inapropiada. Los inodoros
usan el agua dulce de las regiones cercanas para descargar los excrementos y
la orina en los arroyos y ríos que proveen de agua potable a habitantes pobres
locales. Contrariamente a la opinión convencional, tecnologías más baratas y
eficientes, como las letrinas, sanitarios que se limpian arrojando agua
manualmente, o sanitarios ecológicos, representan alternativas más viables y
saludables. “Podría decirse que defecar en cinco galones (casi 19 litros) de
agua potable por vez, como se promociona en todo el mundo, es el mayor
impedimento para la sustentabilidad urbana actual”, opina el asesor ambiental
del Banco Mundial, Robert Goodland. Los desagües cloacales que utilizan
agua también resultan altamente costosos. Los costos de inversión para este
sistema van desde 150 a 600 dólares por persona, y son inaccesibles en
regiones donde los ingresos promedio sólo alcanzan algunos cientos de
dólares anuales.80

Este tipo de sanitario no representa la única tecnología que empuja a los


poderosos a sobrepasar la porción que les corresponde de agua disponible -y
de otros recursos como la tierra, los bosques y las pesquerías que se pierden

31
por las represas. Los hoteles, las piscinas y las canchas de golf incrementan
rápidamente la escasez de agua para las poblaciones locales con actividad
turística, como ocurre en Tailandia, Kenia y Goa, y justifican la construcción de
nuevas represas.81 Los estilos de vida de alto consumo requieren una
abundante cantidad de agua. La fabricación de un automotor promedio en
EE.UU. utiliza 140.000 litros de agua, lo que cubriría las necesidades
domésticas de un ciudadano tipo de un país en desarrollo durante dos años.82

Otras tecnologías para el abastecimiento de agua

Así como las personas que viven en las regiones áridas desarrollaron métodos
ingeniosos de provisión de agua para sus cultivos, también inventaron
tecnologías para captarla y almacenarla para su propio consumo y el de sus
animales. Estas tecnologías proporcionan maneras apropiadas de
abastecimiento de agua que pueden ser manejadas y mantenidas por la gente
local y no dependen de expertos o piezas costosas e importadas. Los nabateos
y sus antepasados en el desierto de Néguev recolectaban agua para ellos y su
ganado, desviando el agua de escurrimiento de las laderas de los montes a
cisternas excavadas en la roca y selladas con yeso. En la actualidad todavía se
pueden ver cientos de estas cisternas en el desierto del Néguev y los pastores
beduinos continúan limpiándolas y utilizándolas.83

En India existen muchos métodos tradicionales de captación y almacenamiento


de agua potable. En regiones en las que llueve una cantidad moderada pero
por razones geológicas el agua subterránea es inadecuada, a veces se utilizan
los techos para recolectar agua. En regiones más secas, se usa un área
circular y pequeña de recolección, conocida como paytan, en donde se quita la
vegetación y se sella con cemento o un material local similar al sedimento de la
laguna o a las cenizas de la madera. El agua de lluvia que cae en estas áreas
se escurre hacia canales que las drenan en tanques cubiertos.84

Un método de alta tecnología que puede suministrar abastecimiento


prácticamente ilimitado de agua potable es la desalinización del mar o del agua
salina. Por cientos de años los marinos supieron que el agua dulce puede
producirse recolectando el vapor del agua salobre hervida. No obstante, los
altos costos energéticos de la desalinización junto con la necesidad imperiosa
de estar cerca de una fuente abundante de agua salobre ha limitado su uso a
aplicaciones especializadas, como bases militares en pequeñas islas y para

32
áreas costeras ricas en energía y pobres en agua dulce, como los Estados del
Golfo Árabe. En 1994 la capacidad mundial de desalinización promediaba los
19 millones de metros cúbicos por día, alrededor del 60% en el Oriente Medio.
Las necesidades sustanciales de energía demandadas por la desalinización
significan un impacto ambiental muy duro. Sin embargo, los avances en la
energía renovable y la tecnología de la desalinización abrieron la posibilidad de
que en las próximas décadas las plantas solares o eólicas desalinizadoras
puedan ser económica y ambientalmente sustentables para algunas regiones
áridas.85

Notas

1
Smillie, I. Mastering the Machine: Poverty, Aid and Technology. Intermediate Technology,
Londres, 1991, p. 133. Ver también Burch, D. 'Appropriate Technology for the Third World: Why
the Will is Lacking', The Ecologist, Vol. 12, 1982, No. 2 y Adams, W.M., Wasting the Rain:
Rivers, People and Planning in Africa. Earthscan, Londres, pp. 192, 194.
2
Rao, R., 'Water Scarcity Haunts World's Wettest Place', Ambio, Vol 18, No. 5, 1989, p. 300;
'Deforestation creates drought in wettest spot of the world', US Water News, enero, 1995.
3
Goudie, A., The Human Impact on the Natural Environment. Second Edition. MIT Press,
Cambridge, MA, 1987, pp.158-162.
4
Bandyopadhyay, J., 'Riskful Confusion of Drought and Man-Induced Water Scarcity', Ambio,
Vol. 18, No. 5., 1989, p. 285.
5
Simons, P., 'Nobody loves a canal with no water', New Scientist, 7 octubre, 1989. Para una
discusión breve acerca de la relción entre las precipitaciones y los bosques ver Goudie, op. cit.,
pp. 259-260. Ver también Molion, L.C.B., 'The Amazonian Forests and Climatic Stability', The
Ecologist, 1989, Vol. 19, No. 6.
6
National Research Council, Soil and Water Quality: An Agenda for Agriculture. National
Academy Press, Washington DC, 1993, p. 337. A nivel mundial la erosión hace que la
producción agrícola se torne imposible o no redituable a un ritmo de unos 20 millones ha/año.
7
Faber, S. 'Acquisition and Restoration of Flooded Agricultural Land', River Voices, invierno,
1994.
8
Maltby, E., Waterlogged Wealth: Why Waste the World's Wet Places? Earthscan, Londres,
1986; Gore, J.A. and Shields, F.D., Jr., 'Can Large Rivers Be Restored?, Bioscience, Vol. 45,
No. 3, 1995; Dugan, P.J. Wetland Conservation: A Review of Current Issues and Required
Action. UICN, Gland, Suiza, 1990, p. 33.
9
N. del T: en Brasil, cauchero, trabajador del caucho elaborado a partir del látex de los árboles
llamados heveas.
10
Boonkrob, P., 'Community Protection of a Watershed', Watershed, Bangkok, Vol. 1, No. 1,
julio, 1995. También ver artículos en 'Save the Forests: Save the Planet. A Plan for Action',
edición especial de The Ecologist, Vol. 17, No. 4/5, 1987; and 'Amazonia: The Future in the
Balance', edición especial de The Ecologist, Vol. 19, No. 6, 1989; también ver Colchester, M.
and Lohmann, L. The Struggle for Land and the Fate of the Forests. Zed Books, Londres, 1992.
11
Ver Laflen, J.M., et al. 'Soil Erosion and a Sustainable Agriculture', en Edwards, C.A. et al.
(eds.) Sustainable Agricultural Systems. SWCS, Ankeny, Iowa, 1990, p. 353; National Research
Council; op. cit., p. 355.
12
Se estima que el valor de la recreación en los humedales canadienses, incluyendo pesca,
caza, observación de aves, turismo, navegación, natación, etc., excedió los 3,9 mil millones de
dólares en 1981; op. cit. Dugan, 1990, p. 20. N. del T.: El valor del patrimonio cultural e
histórico de los humedales, vinculado también a estos aspectos, fue reconocido oficialmente
por la Convención de Ramsar sobre los Humedales, en su COP8, Valencia, España, noviembre
2002. Ver "Declaración de San José de Costa Rica sobre Represas y Humedales", de las

33
ONGs en la COP7 de la Convención de Ramsar, mayo 1999.
(www.global500.org/feature_1.html).
13
Paul, B.K. 'Perception of and Agricultural Adjustment to Floods in Jamuna Floodplain',
Human Ecology, Vol. 12, No. 1, 1984. p. 10, citado en J.K. Boyce, 'Birth of a Megaproject:
Political Economy of Flood Control in Bangladesh', Environmental Management, Vol. 14, No. 4,
1990, pp. 419-20.
14
Needham, J., Science and Civilization in China. Vol. 4. Part III. Cambridge University Press,
Cambridge, 1971, p. 235.
15
Interagency Floodplain Management Review Committee, A Blueprint for Change. Sharing the
Challenge: Floodplain Management into the 21st Century. Informe del IFMRC a la
Administración de la Agrupación Especial para el manejo de las planicies de inundación,
Washington DC, junio, 1994; Denning, J. 'When the Levee Breaks', Civil Engineering, enero,
1994.
16
Williams, P.B., 'Flood Control vs. Flood Management', Civil Engineering, Mayo, 1994; Faber,
op. cit.
17
'Germans rethink river management after recent floods', US Water News, marzo 1994;
Simonian, H., 'Floods of tears on the Rhine', Financial Times, 8 febrero, 1995.
18
'SOS Loire Vivante: Actions and Strategies', SOS Loire Vivante, Le Puy, mayo, 1995; SOS
Loire Vivante Infos, No. 24, marzo, 1995.
19
Ghassemi, F. et al., Salinisation of Land and Water Resources: Human causes, extent,
management and case studies. CAB Internacional, Wallingford, Reino Unido, 1995, p. 11.
20
Brokensha, D. et al. 'Antipastoralism, Ethnic Cleansing and Wearing the Green: An Editorial',
Development Anthropology Network, Vol. 10, No. 2, 1992, p.2.
21
Ver Franke, R. and Chasin, B. 'Peasants, Peanuts, Profits and Pastoralists', The Ecologist,
Vol. 11, No. 4, 1981; Adams, op. cit., pp. 42-46; Monbiot, G. No Man's Land: An Investigative
Journey through Kenya and Tanzania. Macmillan, Londres, 1994; Pearce, F. 'Shepherds and
wise men', New Scientist, pp. 23-30, diciembre, 1995.
22
Ver IFAD, Soil and Water Conservation in Sub-Saharan Africa: Towards sustainable
production by the rural poor. Un studio preparado para IFAD por CDCS, Free University,
Amsterdam, 1992, p. 23.
23
Pearce, F., The Dammed: Rivers, Dams and the Coming World Water Crisis. Bodley Head,
Londres, 1992, pp. 52-55.
24
Hillel, D.J., Out of the Earth: Civilization and the Life of the Soil. Free Press, Nueva York,
1991, pp. 111-116; Clarke, R., Water: The International Crisis. Earthscan, Londres, 1991, pp.
132-134.
25
Hillel, op. cit., pp. 117-119. Ver también Pearce op. cit., pp. 50-52.
26
Frazier, G., 'Technical, Economic and Social Considerations of Water Harvesting and Runoff
Farming', en Whitehead, E.E. et al. (eds.) Arid Lands: Today and Tomorrow. Documentos de la
Conferencia sobre Investigación y Desarrollo Internacional, Tucson, Arizona, Westview Press,
Boulder, CO, 1985.
27
IFAD, op. cit., pp. 81-82.
28
Adams, op. cit., pp. 76-89; Porto, E.R. and Silva, A.S., 'Small-Scale Water Management in
Farming Systems in the Brazilian Arid Zones', en Whitehead et al. (eds.) op. cit., pp. 951-952.
29
Shankari, U. and Shah, E., Water Management Traditions in India. PPST Foundation,
Madras, 1993, p. 107.
30
Goldman, M., '"There's A Snake On Our Chests": State and Development Crisis in India's
Desert'. Ph.D. Thesis, Universidad de California, Santa Cruz, Diciembre, 1994, pp. 51-52;
Rosin, R.T. 'The Tradition of Groundwater Irrigation in Northwestern India', Human Ecology, Vol.
21, No. 1, 1993; Shankari and Shah, op. cit., pp. 14, 47.
31
N. del T.: en India, lugar sagrado en donde vive una comunidad.
32
Nicholson-Lord, D., 'Water-Harvesters of Rajasthan', Independent on Sunday, Londres, 27
marzo, 1994.
33
Pereira, W., Tending the Earth: Traditional Sustainable Agriculture in India. Earthcare,
Bombay, 1993, p. 174.
34
O.H.K. Incremento citado en Goudie, The Human Impact, p. 150.

34
35
Gooneratne, W. y Madduma Bandara, C.M., 'Management of Village Irrigation in the Dry
Zone of Sri Lanka',en Gooneratne, W. e Hirashima, S. (eds.) Irrigation and Water Management
in Asia. Sterling Publishers, Nueva Delhi, 1990, pp. 152, 153; Banco Mundial, 'India: Irrigation
Sector Review. Volume 1 - Main Report', Washington DC, 1991, p.2.
36
Reddy, D.N., et al., 'Decline in Traditional Water Harvesting Systems in Drought Prone Areas
of Andhra Pradesh' and Mani, K.A.S. 'Traditional Water Harvesting — Tanks Effective Drought
Proofing Mechanism', ambos trabajos presentados en el Seminario “Sistemas Tradicionales de
Captación de Agua en India”, CSE, Centro Internacional de India, Nueva Delhi, 9-11 octubre,
1990.
37
Thukral, E.G., and Sakate, M.D., 'Baliraja: A People's Alternative', en Thukral, E.G. (ed.) Big
Dams, Displaced People: Rivers of Sorrow, Rivers of Change. Sage Publications, Nueva Delhi,
1992, pp. 152-4.
38
Shah, A. Water for Gujarat: An Alternative. Technical Overview of the Flawed Sardar Sarovar
Project and a Proposal for a Sustainable Alternative. Jan Vikas Andolan et al., Vishakhapatnam,
24 septiembre, 1993, p. 24.
39
Bandyopadhyay, op. cit., p. 287.
40
Shah, Water for Gujarat, p. 23. El agotamiento de los acuíferos por el riego, se ha utilizado
para justificar la construcción de represas y canales, para que el agua superficial pueda
compensar la falta de agua subterránea. Lo que sucede en la práctica es que el agua
superficial se usa para incrementar el área bajo riego y la cantidad de agua para los cultivos,
por lo que el desvío de agua culmina complementando en vez de reemplazando el agua
subterránea, y eventualmente el nivel del agua freática comienza a caer nuevamente.
41
Postel, S., Last Oasis: Facing Water Scarcity. Norton, Nueva York, 1992, pp. 31-37; Hillel,
op. cit., pp. 233-34; Nusser, N., 'As Water Crisis Worsens, Mexico City Becomes a Sinkhole',
San Francisco Chronicle, 27 enero, 1996.
42
Postel, op. cit., p. 176.
43
Shankari and Shah, op. cit., p. 99; 'Artificial Recharge' en van der Leeden, F. et al., The
Water Encyclopedia. Segunda Edición. Lewis Publishers, Chelsea, MI, 1990, p. 294.
44
Ver Moench, M. and Kumar, M.D., Local Water Management Initiatives: NGO Activities in
Gujarat. VIKSAT-Pacific Institute, Collaborative Groundwater Project, Ahmedabad, 1993.
45
Shah, op. cit. Ver también Paranjape, S. and Joy, K.J. 'The Alternative Restructuring of the
Sardar Sarovar Project: Not destructive development but sustainable prosperity. A Note for
Discussion'; 'Restructuring of Sardar Sarovar Project', resolución tomada en una reunión
organizada por All India People's Science Network y Nehru Memorial Museum, Delhi, 19 y 20
agosto, 1994.
46
Groenfeldt, D. (1991) 'Building on Tradition: Indigenous Irrigation Knowledge and Sustainable
Development in Asia', Agriculture and Human Values, Vol. 7, Nos. 1&2. En la práctica no existe
una línea divisoria clara entre los sistemas indígenas y los modernos ya que los tradicionales
han sido ampliados o modificados con materiales modernos y actualmente se encuentran bajo
el control de los departamentos de riego estatales.
47
Adams, op. cit., p. 190.
48
'Water management by local communities', Thai Development Newsletter, No. 23, 1994;
Lohmann and Tongdeelert, op. cit.
49
Needham, op. cit., pp. 288-295.
50
Ver e.g.Coward, Jr., E.W. 'Irrigation Management Alternatives: Themes from Indigenous
Irrigation Systems', documento para el taller sobre Alternativas en el Manejo de la irrigación,
ODI, Canterbury, RU, 1976.
51
R.Y. Siy, Jr., 'Local Resource Mobilisation and Management: A Study of Indigenous Irrigation
in Northern Philippines', en Gooneratne y Hirashima (eds), Irrigation and Water Management in
Asia, pp. 28-30.
52
Siy Jr., R.Y. 'Local Resource Mobilisation and Management: A Study of Indigenous Irrigation
in Northern Philippines', en Gooneratne and Hirashima (eds.) op. cit., pp. 28-30.
53
“Las propiedades comunes manejadas por los usuarios son más sustentables y productivas,
dice Ostrom en un informe del Instituto Internacional de Investigación sobre la política
Alimentaria”, IFPRI, en inglés, junio 1994.
54
Siy Jr., op. cit., p. 35.

35
55
Groenfeldt, op. cit.
56
Sutawan, N. et al., 'Community-Based Irrigation System in Bali, Indonesia', en Gooneratne
and Hirashima (eds.) op. cit., p. 135.
57
Lansing, J.S. and Kremer, J.N. 'Emergent Properties of Balinese Water Temple Networks:
Coadaptation on a Rugged Fitness Landscape', American Anthropologist, Vol. 95, No 1, 1993,
p. 100. Los subaks manejan el agua y la tierra para maximizar la estabilidad y productividad del
sistema en lugar de buscar la productividad de un sólo campesino o de un subak. Las
intervenciones modernas que buscan aumentar la productividad de campesinos individuales
tienden a reducir la productividad total de la agricultura Balinesa.
58
Groenfeldt, op. cit., p. 116. Ver también Adams, op. cit., pp. 190-196.
59
Ver Svendsen, M. y Rosegrant, M.W., 'Irrigation Development in Southeast Asia Beyond
2000: Will the Future Be Like the Past?', Water International, Vol. 19, No. 1, 1994, p. 28;
Serageldin, I. 'Water Resources Management: A New Policy for a Sustainable Future', Water
International, Vol. 20, No. 1; Barghouti, S. and Le Moigne, G. 'Irrigation and the Environmental
Challenge', Finance and Development, junio 1991; 'Water Management in the Next Century',
Hydropower and Dams, enero 1994.
60
Banco Mundial, 'Lending for Irrigation', Operations Evaluation Department Précis 85, 1995.
61
Ver The Ecologist, Whose Common Future?, Earthscan, Londres, 1992.
62
Postel, S., op. cit., p. 99.
63
Chambers, R., Managing Canal Irrigation: Practical Analysis from South Asia. CUP,
Cambridge, 1988, p. 1.
64
US Geological Survey, Estimated Use of Water in the US in 1990. World Wide Web site,
1995.
65
'While preserving groundwater supply High Plains irrigators profit from switch to organic
farming', US Water News, abril, 1994.
66
Needham, op. cit., p. 246; Porto and Silva, op. cit.; Shankari y Shah, op. cit., p. 102.
67
Postel S., op. cit., p. 105.
68
Ver Adams, op. cit., pp. 184-8; Thrupp, L.A. 'New Harvests, Old Problems: Feeding the
Global Supermarket', Global Pesticide Campaigner, septiembre, 1995.
69
Postel, op. cit., 122-3.
70
Postel, op. cit.; Watzman, H. 'Sewage slakes Israel's thirst for water', New Scientist, 23-30
diciembre, 1995. Las aguas cloacales son muy utilizadas en los cultivos de los países en
desarrollo, generalmente porque la alternativa sería utilizar el agua de ríos y drenajes
contaminados. El uso de estos líquidos sobre cultivos que serán consumidos crudos implica un
alto riesgo para la salud. Los líquidos cloacales contaminados con metales pesados y otros
contaminantes son inapropiados para la reutilización. Al oeste de EE.UU. la reutilización del
agua es cada vez más común, en particular para la recarga de aguas subterráneas, el riego de
cultivos, las canchas de golf y para el paisaje urbanístico; Asano, T. 'Reusing Urban
Wastewater — An Alternative and a Reliable Water Resource', Water International, Vol. 19, No.
1; 1994, Gleick, P.H. 'Water and Energy', en Gleick, P.H. (ed.) Water in Crisis: A Guide to the
World's Fresh Water Resources. OUP, Oxford, 1993, p. 69.
71
Serageldin, I., Toward Sustainable Management of Water Resources. Banco Mundial, 1995,
p.12.
72
Jones, A. and Dyer, J. 'The Water Efficiency Revolution', River Voices, primavera, 1993.
73
Banco Mundial, 'Managing Urban Water Supply and Sanitation', Operations Evaluation
Department, 1995; Southey, C. 'European cities "wasting" water', Financial Times, 13
septiembre, 1995; Luce, E., 'Ramos approves plan to sell off water utility', Financial Times, 31
agosto, 1995. Es probable que el “agua perdida” debido a las conexiones ilegales o los
medidores rotos pueda ser utilizada por el sector pobre de la ciudad. Que la gente pague por
esta agua no aumentará la cantidad de agua disponible y puede causar penurias económicas.
74
Churchill, A.A., Rural Water Supply and Sanitation: Time for a Change. Banco Mundial
Discussion Paper 18, 1987, p. 3.
75
Dixit, A. and Crippen, J.N., 'Issues in Maintenance Management of Community Water Supply
Schemes in Nepal', Water Nepal, Vol. 3, No. 2-3, 1993.

36
76
Postel, op. cit., p. 137; Bhatia, R., et al. 'Policies for Water Conservation and Reallocation
"Good Practice" Cases in Improving Efficiency and Equity', un estudio conjunto del Banco
Mundial y ODI, 1992.
77
Bhatia et al., op. cit., p. 5. El potencial impacto negativo sobre las viviendas más humildes
derivado de la instalación de medidores y del incremento en el precio, puede ser mitigado
mediante una tarifa progresiva equivalente a la estructura bajo la cual, quienes consumieran
más deberían pagar a un índice superior y además las viviendas pobres recibirían apoyo.
78
Gleick, P.H., et al., California Water 2020: A Sustainable Vision. Pacific Institute, Oakland,
CA, 1995 .
79
Haberman, R., 'Water Efficiency: An Alternative to Water Supply Dams', River Voices,
primavera 1993.
80
Goodland, R. and Tillmann, G. 'Strategic Environmental Assessment', 1995 Group
Environmental Assessment, Shell International, The Hague, 1995. See also e.g. Kalbermatten,
J.M. Appropriate Technology for Water Supply and Sanitation: A Summary of Technical and
Economic Options. Banco Mundial, 1980.
81
Ver 'Public water sources siphoned off by golf courses', Thai Development Newsletter, No.
24, 1994; Monbiot, op. cit.; Alvares, C. (ed.) Fish Curry and Rice: A Citizens' Report on the
State of the Goan Environment. ECOFORUM, Mapusa, Goa, 1994.
82
Las estadísticas de automotores son de van der Leeden et al. The Water Encyclopedia, p.
357; las necesidades domésticas de Bhatia et al. Policies for Water Conservation
83
Hillel, op. cit., p. 114; Pearce, op. cit., p. 54.
84
Shankari y Shah, op. cit., pp. 89-95.
85
Postel, op. cit., pp. 45-47; 'Is the Cost too High? Seawater to Freshwater' Aqueduct 2000,
mayo-junio 1995; Gleick, op. cit., pp.69-70. Actualmente las plantas más eficientes de
desalinización consumen alrededor de 84.000 julios para extraer la sal de cada litro de agua de
mar.

37
Capítulo 8

Energía: ¿revolución o catástrofe?

A la naturaleza no le importa la lógica, nuestra lógica humana: ella


tiene una propia, una que no reconocemos ni admitimos hasta que
su rueda nos aplasta.
Ivan Turgenev,
Humo, 1867

Pocas sociedades o ecosistemas, y tal vez ninguno, han escapado a la enorme


explosión de consumo energético desencadenada por la Revolución Industrial.
Esta obra ha descripto los impactos negativos de gran alcance de la
hidroelectricidad sobre las personas y la naturaleza. En la actualidad se conocen
muy bien los inigualables problemas ambientales, de seguridad y de proliferación
de armamentos que acarrea la energía nuclear. La utilización de combustibles
fósiles tiene costos abrumadores: su extracción, transporte y combustión han
ensuciado márgenes costeras con derrames de petróleo, han arrasado con selvas
y tierras agrícolas para dar lugar a las minas a cielo abierto, han matado árboles y
lagos con lluvia ácida, han ahogado ciudades con smog, han provocado guerras
entre aquellos que quieren controlar el suministro. Lo más significativo es la alta
certidumbre de que la quema de combustibles fósiles está matando personas y
extinguiendo especies a través del calentamiento del planeta y ocasionando
inundaciones desastrosas, tormentas, sequías e incendios con una frecuencia y
gravedad inusitadas.

A pesar de la necesidad obvia de una revolución en las políticas energéticas


globales, la industria y los organismos gubernamentales insisten con la
elaboración de pronósticos sobre el uso energético que indican que todo el
planeta cavará minas, construirá represas, perforará, quemará y contaminará, lo
que nos conducirá a una catástrofe ecológica durante el siglo XXI. Las
proyecciones quizá más influyentes son las realizadas por la asociación industrial-
gubernamental conocida como Consejo Mundial de la Energía (WEC, en inglés).
Un estudio del WEC de 1993 acerca de las futuras tendencias energéticas plantea
tres posibles escenarios para el año 2020: uno de “alto crecimiento económico”,
otro de “negocios normales” y un tercero con “orientación ecológica”. Este último
supone un crecimiento económico moderado con “trascendentales” medidas
gubernamentales en/a favor de la promoción de la eficiencia energética. Según el
escenario de alto crecimiento económico, en el año 2020 se quemará 65% más
petróleo que en 1990, y al menos se duplicará la utilización de grandes centrales
hidroeléctricas, nucleares y de carbón.

Incluso en el escenario con “orientación ecológica”, que el WEC considera


“improbable de alcanzar”, tanto el consumo de petróleo como de energía
proveniente de grandes plantas hidroeléctricas y nucleares crecerían -en un 3, 40
y 75 por ciento respectivamente-, y la utilización de carbón caería a menos del
10%. Según estas predicciones, habría un aumento de las emisiones de dióxido
de carbono a partir de la energía -sin contar las emisiones de los embalses-, que
oscilaría entre el 95% en el escenario de alto crecimiento económico y el 7% en el
de orientación ecológica.

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CMNUCC


(UNFCC, en inglés), rubricada por los líderes mundiales en 1992 durante la
Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, tiene como “objetivo prioritario” alcanzar la
“estabilidad de las concentraciones de los gases de efecto invernadero en la
atmósfera, en un nivel que evite una interferencia antropogénica peligrosa con el
sistema climático”. De acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático de la ONU (IPCC, en inglés), sólo para estabilizar la concentración
atmosférica de dióxido de carbono en los niveles de 1990, se requeriría una
reducción de CO2 de más del 60% en todas las fuentes que emiten este gas, y
aun así no existen demasiadas garantías de que la estabilidad en este nivel ya
alto de por sí “evite una interferencia antropogénica peligrosa” en el clima.1

Incluso dentro del escenario con “orientación ecológica” del WEC, un aumento del
7% de las emisiones de carbono llevaría al desastre climático. En el escenario de
“negocios normales”, la concentración atmosférica de Co2 aumentaría de 355
partes por millón en 1990, a una pavorosa cifra de 600 ppm hacia el año 2100.
Según diferentes pronósticos científicos actuales, este incremento a su vez
aumentaría las temperaturas del planeta en tres o cuatro grados centígrados, una
media de calentamiento muchas veces mayor que cualquier otra que haya
experimentado antes la humanidad.2
Afortunadamente, la única certeza respecto de estas proyecciones del WEC es
que serán erróneas. Como Christopher Flavin y Nicholas Lenssen, analistas del
Worldwatch Institute, escribieron en 1994: “Los antecedentes de las dos últimas
décadas indican que los pronosticadores de la energía se han equivocado casi sin
excepción. A principios de los ´70, distintos informes de organismos líderes
sobrestimaron la utilización actual de energía nuclear en el mundo por un factor de
6; de igual manera, varios estudios de 1980 indicaban que a principios de los ´90
el barril de petróleo costaría 100 dólares”, pero a mediados de esa década el
costo de un barril de petróleo era menos de 20 dólares.

Flavin y Lenssen afirman convincentemente que el sector energético mundial se


encuentra al borde de un cambio revolucionario, cuyo alcance es comparable al
de principios del siglo XX, cuando la electricidad destituyó al gas y a las velas de
las calles y hogares europeos y estadounidenses. Flavin y Lenssen sostienen que
esta transformación estará motivada por un conjunto de inquietudes ambientales,
por la economía, por cambios de regulación y avances tecnológicos, y conducirá
“a un rumbo energético caracterizado por altos niveles de eficiencia, uso extensivo
de tecnologías descentralizadas, amplia utilización del gas natural y del hidrógeno
como medio energético y un cambio gradual hacia las fuentes de energía
renovables”.3

Si bien admiten la imposibilidad de prever el desenlace de esta “inminente


revolución energética”, Flavin y Lenssen plantean un escenario que muestra un
futuro energético radicalmente diferente al pronosticado por el WEC. Dentro del
“escenario de energía sustentable” del Worldwatch, la reducción en el uso mundial
de carbón y petróleo permitiría que las concentraciones de CO2 se estabilicen
hasta cerca de 450 ppm para mediados de este siglo y luego comiencen a
disminuir lentamente.4 Un estudio de 1993 realizado para Greenpeace por el
Instituto Medioambiental de Estocolmo demuestra cómo la metamorfosis de la
economía energética global, de acuerdo con las proyecciones de Flavin y
Lenssen, haría posible reducir a la mitad el uso de combustibles fósiles hacia 2050
y eliminarlo por completo a finales del siglo, conjeturando incluso sobre la
finalización absoluta de la generación de energía nuclear para 2010.5

Los escenarios descriptos por Worldwatch y Greenpeace no pretenden ser


considerados como pronósticos o recomendaciones, sino más bien como prueba
de que si existiese la voluntad política, el impacto ecológico del consumo de
energía podría definitivamente reducirse, incluso dentro de las restricciones de la
perspectiva económica mundial actual. Ambos escenarios presuponen que no
habrá mayores progresos tecnológicos y que las nuevas tecnologías sólo serán
adoptadas cuando resulten económicamente viables. También suponen que el
crecimiento económico mundial puede continuar indefinidamente, sin otros
obstáculos ambientales, de disponibilidad de recursos o restricciones sociales. El
escenario de Energía sin Fósiles de Greenpeace proyecta para 2100 un
crecimiento del doble de la población global y una actividad económica 14 veces
mayor. Los aspectos negativos de semejante futuro, subraya Greenpeace,
incluirían un enorme crecimiento de la presión y de los conflictos respecto de los
recursos naturales. En un futuro más sustentable, con menor población y
consumo, la conversión a las fuentes de energía renovables sería mucho más
sencilla.6

Más luz, menos energía

Estos dos escenarios se basan en una eficiencia cada vez mayor en la


generación, distribución y uso de la energía, especialmente la electricidad.
Worldwatch anunció que para el 2100 los avances en la eficiencia podrían reducir
las necesidades energéticas hasta aproximadamente un tercio de lo estimado en
base a “negocios como de costumbre” del WEC. En el marco hipotético de una
energía sin fósiles, la producción energética en 2100 sería de alrededor del 70%
de lo estimado en “negocios como de costumbre” del WEC. La eficiencia de los
artefactos eléctricos y los procesos industriales ya han mejorado
considerablemente desde la crisis del petróleo en 1973. La “productividad
energética” de los EE.UU., cantidad de bienes y servicios producidos por unidad
de energía utilizada, aumentó en un 40% en las dos décadas posteriores a 1973 y
la del Japón el 46%. El aumento de la demanda de electricidad en los países
industrializados disminuyó de un ocho por ciento anual en los años ´60 a un
promedio de un tres por ciento desde los ´70. El WEC estima que el crecimiento
de la electricidad en Norteamérica y en Europa occidental será de apenas el uno
por ciento anual entre 1990 y 2020.7

Una de las maneras más efectivas de hacer realidad el potencial de la eficiencia


energética es cambiar la forma en que los servicios eléctricos están regulados
para que resulte más beneficioso para ellos satisfacer la demanda adicional con
“negavatios” –electricidad que se ahorra-, en lugar de más megavatios. Los
programas de “control de la demanda adicional” de electricidad (DSM, en inglés)
son similares a los servicios de suministro de agua que satisfacen la demanda
adicional a través de duchas e inodoros de bajo consumo, salvo que en este caso
los usuarios obtienen focos y artefactos lumínicos de bajo consumo a bajo costo.
En 1993 los proveedores de energía estadounidenses, que se encontraban bajo la
presión de las regulaciones ambientales y una competencia mucho mayor,
decidieron invertir 2.800 millones de dólares en medidas para mejorar la eficiencia
energética, lo que les permitió suministrar “negavatios” a un costo promedio de 2,1
centavos por kilovatio/hora. Esto implica la mitad del costo de los megavatios
generados por las nuevas centrales de energía más económicas. El DSM y otros
programas permitieron que la generación de electricidad per cápita en California
en 1992 sea la misma que en 1979, mientras que en el resto de los EE.UU.
aumentó aproximadamente un veinte por ciento.8

Cuadro 8.1: Costo de diferentes fuentes de generación eléctrica por kW


instalado

Tecnología Costo por kW (dólares)

Hidroeléctricas modernizadas 70-700


Turbinas agregadas a represas 600-2500
existentes
Gas natural 700
Carbón 1200
Eólica 1200
Pequeñas hidroeléctricas 1000-5000
Grandes hidroeléctricas 2000-5000
Células de combustible 3000
Células fotovoltaicas 4000

Fuente: Flavin, C. y Lenssen, N. (1994) Power Surge: Guide to the Coming Energy Revolution.
Norton, Nueva York. Cifras de hidroelectricidad provenientes de datos recogidos por el autor.

En los países en vías de desarrollo, los beneficios potenciales de los programas


de conservación de la energía son extraordinarios desde el punto de vista del
dinero que se ahorra y el daño ambiental que se evita. De acuerdo con una
evaluación realizada, una mayor eficiencia podría reducir el aumento de la
electricidad en estas naciones en alrededor de un 25% en las tres próximas
décadas, lo cual representaría un ahorro de cientos de miles de millones de
dólares. La empresa de energía tailandesa lanzó un programa DSM de 189
millones de dólares, con el cual se calcula que se ahorrarán 238 megavatios de
energía pico. Esto es sólo una parte de lo que se puede ahorrar con el programa
DSM en Tailandia: el Instituto Internacional para la Conservación de la Energía
estima que se podrían ahorrar 2.000 MW invirtiendo menos de la mitad de lo que
costaría construir las centrales hidroeléctricas necesarias para producir esta
cantidad de electricidad. En comparación, la tan controvertida represa Pak Mun
provee a Tailandia una capacidad adicional de apenas 136 MW. Un estudio
realizado acerca de la industria eléctrica brasileña reveló que si se implementan
las medidas del programa DSM hasta el año 2010 se podría evitar un gasto de
52.000 mil millones de dólares en centrales eléctricas de 26.000 MW. Esto
equivale a la cantidad de energía producida por más de dos Itaipús, o más de cien
Balbinas.9

Cuadro 8.2 Costo de la generación de energía eléctrica en EE.UU. (1993


centavos por kilovatio hora)

Tecnología 1985 1994 2000

Gas Natural 10-13 4-5 3-4


Carbón 8-10 5-6 4-5
Eólica 10-13 5-7 4-5
Solar Térmico* 13-26 8-10 5-6
Nuclear 10-21 10-21 -**
DSM productor de negavatios *** 2
Células Fotovoltaicas 150 25-40 4-6

*Con gas natural como combustible auxiliar


**Sin pedidos de plantas desde 1978; todos los pedidos desde 1973 han sido cancelados.
***Los negavatios son energía ahorrada a través de programas de eficiencia de gestión por
demanda. (DSM, en inglés)

Fuentes: PV Cells in 2000: Johansson, T.B. et al. (eds.) Renewable Energy: Sources for Fuels and
Electricity. Island Press, Washington, DC, 1993. Los demás: Flavin, C. y Lenssen, N., Power
Surge: Guide to the Coming Energy Revolution. Norton, Nueva Cork, 1994.

Por ahora gas

Si se quieren reducir progresivamente las destructivas tecnologías hidroeléctricas,


nucleares y de combustibles fósiles, obviamente se deberán introducir nuevos
métodos de generación eléctrica on-line. Las energías renovables, en especial la
eólica y la solar, tienen un enorme potencial tecnológico y económico. Mientras en
las próximas décadas se sigan desarrollando estas tecnologías y se construya la
infraestructura necesaria para ponerlas en funcionamiento, el gas natural
constituye un combustible de transición económico, seguro y relativamente
benigno para el medio ambiente.

En comparación con otros combustibles fósiles, la extracción y el transporte del


gas natural son relativamente sencillos y limpios. Además las emisiones
provenientes de las plantas a gas comparativamente son mejores a las centrales
de petróleo, diesel o carbón: las emisiones de CO2 de las modernas turbinas a
gas pueden ser menos del 50% en relación a las modernas centrales a carbón, las
emisiones de óxidos de nitrógeno son 90% inferiores y las emisiones de dióxido de
azufre 99% menores. 10 La construcción de una central a gas cuesta actualmente
unos 700 dólares por kilovatio instalado –la mitad del costo de una central a
carbón promedio (ver Cuadro 8.1). La caída del precio del gas y los avances en la
eficiencia de las turbinas redujeron un 50% el costo de la electricidad generada
por gas en los EE.UU. entre 1985 y 1994 (Ver Cuadro 8.2). Las centrales a gas
pueden construirse a una velocidad sorprendente; por ejemplo, en 1992 se
concluyó una central de gas de ciclo combinado con 1.875 MW de capacidad al
noreste de Inglaterra a sólo dos años y medio de haberse comenzado.11 La
construcción de una represa con una capacidad generadora similar llevaría una
década o quizás más. Debido a la necesidad de las represas de un sitio en
particular, los costos de la capacidad instalada de las represas varían
notablemente: el costo de las centrales hidroeléctricas modernas generalmente
oscila entre los 1.500 y los 5.000 dólares por kW. Si bien los gastos de
funcionamiento de una represa son muy bajos, los costos totales de generación de
energía pueden ser altos, especialmente en los períodos en los que las tasas de
interés son elevadas, debido a la cantidad de dinero invertida en la construcción
de la represa (Ver Capítulo 9, pág. 270 ?).12

El alto rendimiento que tradicionalmente ha favorecido a las grandes centrales


energéticas está cambiando con la comercialización de turbinas a gas eficientes
de un megavatio de capacidad. Esto permite la descentralización de la generación
de electricidad, la disminución de las pérdidas en la distribución y la posibilidad de
las industrias y las comunidades de generar su propia energía. Los enormes
costos adicionales que siempre surgen en la construcción de los grandes
proyectos, especialmente en las represas, se evitan con el incremento gradual de
capacidad a través de pequeñas centrales de gas. Esta práctica también reduce
notablemente el riesgo de derrochar dinero en capacidad excedente.13

Actualmente se está expandiendo el uso de la electricidad alimentada por gas


debido a los beneficios económicos y ambientales que ésta tiene. La producción
de gas global fuera de la Comunidad de Estados Independientes14 está
aumentando aproximadamente un 4% anual, cerca del doble del crecimiento en la
producción de petróleo.15 Las reservas del planeta parecen ser suficientes para
soportar un auge mundial en el uso de gas natural. Sin embargo es probable que,
al igual que los demás combustibles fósiles, la restricción fundamental de la
utilización de gas no sea la escasez de suministro sino el interés por proteger el
ambiente: cuando las tecnologías renovables que no emiten carbono estén lo
suficientemente desarrolladas, se debería ir eliminando gradualmente el uso del
gas.

Llegan las renovables

Hasta hace poco tiempo los principales economistas y analistas de la energía


consideraban que los sistemas de generación eléctrica renovables eran en gran
medida una pasión de los eco-fanáticos, pero esto está cambiando rápidamente.
Un estudio acerca del “futuro de la energía” llevado a cabo en 1995 por la revista
The Economist –que no está precisamente en la vanguardia de la revolución
ecológica-, afirma que:

“Aunque no se note mucho, los precios de muchas energías alternativas


han comenzado a disminuir recientemente. Los combustibles sólidos
todavía son casi siempre más económicos. Pero en el perímetro de la
poderosa industria de combustibles fósiles de un trillón de dólares anuales
se ha desatado una batalla que podría obligarla a retirarse a comienzos del
siglo XXI”.16

En el escenario de Energía sin Fósiles de Greenpeace, las energías solar y eólica


suministrarían la mayor parte de la electricidad a fines de este siglo.
La energía eólica es por lejos la que más promete a corto plazo entre las energías
alternativas. En la década pasada los avances tecnológicos causaron una
reducción de más del 50% en el precio de la electricidad eólica en sitios
favorables. El costo de instalación de una turbina eólica disminuyó a 1.200 dólares
por kilovatio en 1993 y los pronósticos indican que podría llegar a los 800 dólares
por KW alrededor de 2000. En 1995 la capacidad de generación eólica instalada
en el mundo aumentó en un 33% respecto del año anterior y llegó a más de 4.880
megavatios. 17 En la actualidad más de 25.000 turbinas eólicas producen energía
eléctrica. La mayoría de las turbinas se encuentran en el norte de Europa y en el
oeste de los EE.UU., pero la industria se está expandiendo rápidamente hacia
nuevas áreas. En 1994 Hydro-Quebec, una de las principales constructoras de
represas del mundo, anunció sus planes de instalar 100 MW de energía eólica. El
mismo año, en India, los incentivos fiscales y los cambios de regulación
condujeron a la instalación en línea 115 MW provenientes de nuevas turbinas
eólicas, casi el doble de la capacidad instalada que tenía el país. La energía eólica
también se está haciendo popular en el sur de Europa, Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile, China, Egipto, Indonesia, Méjico y Marruecos.18

Aun sin considerar los paisajes ambientalmente sensibles, el potencial eólico


global es aproximadamente cinco veces mayor que la producción eléctrica total
actual. Según distintos pronósticos, la energía eólica podrá producir entre el 10 y
el 20 por ciento de la electricidad mundial a mediados de siglo, incluso sin
demasiados avances en cuanto al rendimiento y al almacenamiento de la energía.
El principal obstáculo de la energía eólica es que, aun en los mejores sitios, la
generación es discontinua, por lo cual sin métodos eficaces de almacenamiento de
electricidad (ver más adelante) los servicios de suministro necesitarán alguna
forma de generación auxiliar para los días sin viento. Otra dificultad es que
muchos de los lugares más ventosos, como las Grandes Llanuras de los EE.UU.,
se encuentran alejados de las principales zonas de demanda de electricidad.19

Si la energía eólica ha de transformarse en uno de los principales productores de


electricidad, los parques eólicos deberán desarrollarse de tal modo que beneficien
a la comunidad donde se instalen. De no ser así, lo más probable es que la gente
se oponga a la instalación de las mismas del mismo modo en que lo hacen en la
actualidad con las centrales nucleares y las represas cercanas a sus hogares. Las
diferentes reacciones originadas por el auge de parques eólicos en Dinamarca y
en el Reino Unido son un buen ejemplo. En 1994 se instalaron en Dinamarca
cerca de 3.500 turbinas eólicas que producen alrededor del tres por ciento de la
energía de ese país. Estas turbinas pertenecen a cooperativas cuyas acciones
son exclusividad de la gente de la región. Por el contrario, en el Reino Unido,
donde apenas se han establecido 400 turbinas, los principales beneficiarios de los
parques eólicos en términos económicos han sido grandes terratenientes y
corporaciones. Muchas personas ven a estos parques eólicos como una
imposición del gobierno central. Este conflicto ha dado origen a una llamativa
agrupación de conservacionistas del paisaje y defensores de los combustibles
fósiles y nucleares que se oponen a los parques eólicos, lo que ha logrado reducir
el desarrollo de la energía del viento. “Si los nuevos molinos eólicos, a diferencia
de los de siglos anteriores, se imponen sobre el paisaje”, expresa el ambientalista
inglés Simon Fairlie, “es porque se imponen sobre la comunidad, en lugar de
surgir de ella”.20

Aquí viene el sol

Existen dos técnicas principales para aprovechar la energía solar a fin de generar
electricidad: los sistemas “solares térmicos”, que utilizan espejos para concentrar
la luz solar hasta alcanzar una temperatura capaz de convertir el agua en vapor,
que luego se utiliza para generar electricidad; y las células fotovoltaicas, que
directamente convierten la luz solar en electricidad. Los principales tipos de
colectores para las centrales de energía solar térmica son tres: un disco parabólico
que concentra la luz en un punto; canales parabólicos que irradian un caño que
contiene un líquido; y una superficie cubierta de espejos planos que reflejan la luz
hacia una alta “torre energética” central. En el sur de California y otros lugares se
han construido muchas estaciones solares térmicas, pero hasta ahora han
resultado ser relativamente costosas y poco confiables. A pesar de esto, la
tecnología avanza con rapidez y los defensores de la energía solar térmica
aseguran que el costo de la misma competirá con la generación a gas. Dos de las
principales corporaciones de la energía en los EE.UU., Nerón y Amoco, pensaban
poner en funcionamiento una planta de energía solar térmica de 100 MW en el
desierto de Nevada hacia fines de los ´90. Las desventajas inherentes a la energía
solar térmica son que sólo es apta para climas muy soleados, que los días
nublados requieren otra forma de generación auxiliar y que no tiene la
adaptabilidad ni el tamaño de los molinos de viento y las células fotovoltaicas.21
Las células fotovoltaicas fueron desarrolladas por primera vez en los ´50, pero su
utilización fue restringida a causa de las bajas eficiencias. Sin embargo, los
avances recientes les permiten generar electricidad aun en los días nublados y
han reducido notablemente su precio. El costo de las células fotovoltaicas de un
kilovatio de capacidad ha caído de 3 millones de dólares en los ´50 a 4.000
dólares en 1994 (según el dólar de 1993). Un grupo de investigadores de la
Universidad de Nueva Gales del Sur sostiene que sus trabajos para mejorar el
rendimiento de las células fotovoltaicas podrían hacer bajar los precios otro 80%
dentro de una década, lo que haría a la electricidad solar más económica que la
energía proveniente de los combustibles fósiles.22 Las ventas de fotovoltaicas
subieron más del 17% en 1995, lo que llevó a la capacidad global instalada a más
de 600 MW. 23 Christopher Flavin y Nicholas Lenssen sostienen que las células
fotovoltaicas “podrían convertirse en una de las mayores industrias mundiales y en
una de las fuentes de energía más difundidas”.24

En la actualidad, el mercado más importante para la energía fotovoltaica está en


las zonas rurales de países en vías de desarrollo, donde cerca de 250.000
viviendas utilizan la energía solar para iluminación, televisión y radio, y para
bombas de agua. En Kenia, 20.000 viviendas contaban con energía solar hacia
1993 y el promedio de instalación de paneles solares en residencias rurales era
mayor que el de conexiones a la red pública. Además, las fotovoltaicas no sólo
son aptas para los cielos soleados de los trópicos: Suiza tiene un programa para
instalar al menos un sistema fotovoltaico en cada una de las localidades del país;
los Países Bajos planean instalar 250 MW de energía fotovoltaica para 2010.25

Una gran ventaja de las fotovoltaicas es su adaptabilidad: son fáciles de instalar,


vienen en una gran variedad de tamaños que pueden adaptarse fácilmente al
montarlas sobre techos o cualquier otra superficie expuesta al sol. Incluso las
ventanas pueden hoy recubrirse con células solares transparentes. Se calcula que
el potencial de vidriado con células solares total del Reino Unido es de 68.000
MW, que equivale a la mitad del suministro energético del país en 1993. Los
edificios con células solares suelen tener “medidores inversos”, que les permiten
usar energía de la red pública los días nublados y suministrar energía a la red
cuando está soleado.26
La más antigua de las renovables: la biomasa

La combustión de madera y residuos agrícolas continúa siendo la fuente principal


de energía utilizada para la cocina y la calefacción de unas 2,5 miles de millones
de personas. A pesar de ser teóricamente una energía renovable, en la práctica la
biomasa está siendo utilizada a un ritmo poco sustentable en muchas zonas. Para
lograr que el consumo de energía de la biomasa sea renovable se deberá
aumentar la eficiencia; por ejemplo, mejorando las cocinas, restringiendo el
crecimiento poblacional y revirtiendo las fuerzas socioeconómicas que ejercen una
presión cada vez mayor sobre los abastecimientos de leña. La principal entre
estas fuerzas es la expropiación de tierras públicas y otras fuentes tradicionales de
obtención de combustible, para favorecer la expansión urbana y el desarrollo de
proyectos. Las medidas para restaurar la vegetación de las cuencas ayudarían
enormemente a incrementar la disponibilidad de combustible a partir de la
biomasa para las comunidades locales.

Además de utilizarse directamente por su contenido energético, los árboles,


cultivos y residuos agrícolas pueden convertirse en combustibles comerciales
como etanol, y en electricidad. Algunos analistas pronostican que gran parte de la
energía comercial mundial de este siglo provendrá de enormes plantaciones. Un
estudio realizado para la Cumbre de la Tierra de 1992 calculó que con alrededor
de cuatro millones de kilómetros cuadrados de plantaciones destinadas a energía
de la biomasa para el segundo cuarto del siglo XXI -lo que equivale a la superficie
mundial de selvas y bosques de 1990- se podría proveer una energía equivalente
a cerca del 65% del total del consumo mundial actual.27

Si bien el uso de la biomasa para obtener energía comercial es factible en una


escala reducida, resulta inconcebible que alguna vez existan tamañas
plantaciones, principalmente porque podrían ocasionar hambruna, arrebato de
tierras y explosiones de descontento social en gran escala. Los cálculos del
potencial de la energía de la biomasa suelen basarse en las estadísticas acerca
de las millones de hectáreas de “tierras improductivas” y “degradadas” que
podrían utilizarse para cultivos destinados a energía comercial. Sin embargo, las
tierras definidas como “improductivas” por las estadísticas oficiales no son
consideradas de la misma manera por los lugareños que utilizan estas mismas
tierras para cultivar, pastorear, obtener combustibles, materiales de construcción,
alimentos silvestres y hierbas medicinales. En Tailandia, el resentimiento
generado por la expropiación de tierra selvática “degradada” para plantaciones de
árboles ha llevado a los habitantes de distintas comunidades a destrozar plantines
e incendiar viveros en señal de protesta. Estas colosales plantaciones también
exigirían usar altos volúmenes de agua y obtener el caudal necesario causaría
conflictos incluso mayores que hallar las tierras para llevarlas a cabo.28

Resolviendo el problema del almacenamiento

La principal desventaja de la mayoría de los sistemas de energía renovable es que


el rendimiento varía según la temporada y a veces según el día. Por lo tanto, si se
encontrase un método económico para almacenar grandes cantidades de
electricidad, la contribución potencial de las energías renovables al suministro
eléctrico aumentaría notablemente. En la actualidad el método más utilizado es el
almacenamiento de hidroelectricidad por bombeo, que exige bombear agua hacia
un embalse que está más arriba en los momentos de baja demanda y la posterior
liberación a través de las turbinas en las horas pico. A pesar de que permite
generar electricidad en los momentos más necesarios, el almacenamiento por
bombeo es un consumidor neto de electricidad, ya que utiliza más electricidad
para bombear el agua hacia arriba que la que se puede obtener cuando ésta cae.
A pesar de que los embalses de almacenamiento por bombeo son relativamente
pequeños en comparación con los embalses de las centrales hidroeléctricas
corrientes, algunos han originado una fuerte oposición. Los ambientalistas y
líderes religiosos tibetanos se oponen fuertemente a la construcción de un
proyecto de almacenamiento por bombeo que los chinos están construyendo en el
Tíbet, porque se utiliza un lago sagrado, conocido como Yamdrok Tso, como
embalse de almacenamiento, y además porque consideran que causaría enormes
fluctuaciones a su nivel y el agua perdería su claridad a causa del bombeo de
agua barrosa proveniente de un río que está más abajo.29

Actualmente las técnicas potencialmente viables para el almacenamiento de


electricidad que están en desarrollo incluyen volantes mecánicos, sistemas de aire
comprimido y rocas calientes. La técnica más factible es la obtención de hidrógeno
mediante electricidad. El hidrógeno puede almacenarse y transportarse por
tuberías de forma similar al gas natural y con un precio más bajo que el de la
transmisión de electricidad hoy en día. Christopher Flavin y Nicholas Lenssen
pronostican la emergencia de una “economía del hidrógeno” para el próximo siglo,
en la que el gas será utilizado no sólo para el almacenamiento y la transmisión de
energía eléctrica sino también como reemplazo del petróleo y el gas natural para
usos tales como el transporte, la calefacción y la cocina.

Un dispositivo conocido como pilas de células de combustible utiliza la corriente


eléctrica para producir hidrógeno a partir del agua salada o dulce en forma limpia y
prácticamente silenciosa a través de la electrólisis. La célula de combustible
también puede operar a la inversa y producir calor o electricidad a partir del
hidrógeno con el agua como el principal derivado. Estas pilas son relativamente
costosas en la actualidad, pero se espera que su precio baje considerablemente
con la producción en masa. También son extremadamente versátiles, pueden
tener el tamaño de una central energética convencional o ser lo suficientemente
pequeñas como para impulsar un automóvil. En 1996 se puso en marcha una flota
de colectivos públicos que funcionan con pilas de combustible en Chicago.30 Las
pilas ya suministran calor y energía a grandes edificios en California y Japón con
un costo que ronda los 3.000 dólares por kilovatio instalado.31

Reduciendo el tamaño de las hidroeléctricas

Las pequeñas centrales hidroeléctricas no pueden ser consideradas una


“alternativa” directa a la energía proveniente de las grandes centrales del mundo,
sin embargo existen casos donde un grupo de pequeñas centrales hidroeléctricas
puede ser una opción apropiada ante una gran represa única. Por definición, las
pequeñas centrales hidroeléctricas tienen una producción energética
relativamente baja y, ni en conjunto, pueden brindar más que una pequeña parte
del suministro global de electricidad. A pesar de esto, las pequeñas centrales
hidroeléctricas resultan adecuadas para las zonas rurales de países pobres y para
asentamientos alejados en los países industrializados, donde la demanda eléctrica
es relativamente baja y los costos de conexión a la red de suministro público son
altos. Además, son por supuesto adecuadas en lugares donde los ríos y cauces
tienen corrientes rápidas y perennes.

La generación de electricidad proveniente de pequeñas centrales hidroeléctricas


se remonta a la década de 1880. Durante los siguientes cincuenta años se
instalaron muchos miles de pequeñas turbinas hidroeléctricas en Europa y
América del Norte. Sin embargo, hacia 1930 muchas de estas plantas comenzaron
a ser abandonadas, principalmente a causa de subsidios que favorecieron el
crecimiento de las redes de distribución eléctrica, abastecidas por grandes
centrales hidroeléctricas o de combustibles fósiles, que suministraban electricidad
de mejor calidad, menos sujetas a fluctuaciones de voltaje y frecuencia. El
prolongado derrumbe de las pequeñas centrales hidroeléctricas comenzó a
revertirse durante los ´70 gracias a los avances tecnológicos, que en gran medida
solucionaron los problemas de la producción irregular y a varios tipos de subsidios
gubernamentales. Además muchos países han favorecido a las pequeñas
centrales hidroeléctricas mediante cambios en la regulación que alientan a los
productores de energía independientes a vender electricidad a grandes
compañías generadoras y distribuidoras.32

No existe una definición única sobre lo que se conoce como “pequeña”


hidroeléctrica. La mayoría de las publicaciones y organizaciones de la industria
describen a la pequeña hidroeléctrica como una planta de hasta 10 megavatios de
capacidad instalada, y detallan algunas subcategorías, como la minicentral
hidroeléctrica de menos de un megavatio, la microcentral hidroeléctrica de menos
de 100 kilovatios, y a veces incluyen también la pico-hidro de menos de 20
kilovatios. Sin embargo, las definiciones varían notablemente de un país a otro: en
China, una minicentral llega hasta 500 kW y una pequeña hasta 25 MW; en Japón
las pequeñas centrales alcanzan los 50 MW; en Suecia el máximo para una
pequeña central es de apenas 1,5 MW.33 Las microcentrales hidroeléctricas no
necesariamente deben producir electricidad: en muchas áreas rurales aún se
utilizan para generar energía mecánica para el procesamiento de alimentos
–molienda de granos, descascarado de arroz, extracción de aceite comestible-, o
para pequeñas maquinarias industriales como aserraderos o desmotadoras de
algodón.

Las pequeñas hidroeléctricas tienen una diversidad de formas. Las que orillan el
límite máximo de la definición suelen ser versiones a menor escala de las grandes
centrales hidroeléctricas, que acumulan agua detrás de una represa de concreto,
de relleno o de roca. Las microcentrales, por su parte, rara vez necesitan una
represa: en su lugar desvían parte del río atrás de un pequeño dique que
mantiene el agua de la toma a una profundidad constante. Las microcentrales
aprovechan la alta “cresta” -longitud de caída vertical de agua- de los cauces de
montaña y desvían el agua hacia un canal que sigue el contorno de la elevación,
luego el agua baja por una compuerta empinada tipo esclusa hasta llegar a la
central eléctrica y finalmente pasa a través de un canal de descarga corto para
volver al río, por lo general a una distancia considerable del dique. En áreas más
llanas, donde el mayor caudal compensa la carencia de una cresta, el agua
desviada fluye casi directamente desde el dique hasta la central y luego retorna al
río.

Un grupo de investigadores del gobierno canadiense calcula que en 1992 la


capacidad instalada de pequeñas represas en todo el mundo (mientras no se
explicite de otra forma, el término aquí refiere a centrales con menos de 10 MW)
era de 19.500 MW: el tres por ciento de la capacidad hidroeléctrica total instalada.
Alrededor del 40% de la capacidad instalada de las pequeñas represas se
encuentra en el oeste de Europa y un poco más del 20% en América del Norte
(ver Cuadro 8.3). A través de una proyección “optimista”, los científicos
canadienses sostienen que con un apoyo gubernamental moderado a las
pequeñas centrales hidroeléctricas, la capacidad instalada en todo el mundo casi
se cuadriplicaría para el año 2020.34 A pesar de esto, la realidad indica que las
objeciones a las pequeñas centrales más grandes desde un enfoque ambiental y
social apuntan a que el crecimiento mundial de las pequeñas centrales
probablemente sea mucho menor.

Una de las principales ventajas de las micro y mini centrales para los países
menos industrializados es que la mayor parte, si no la totalidad, de sus
componentes puede construirse utilizando técnicos, materiales y capital locales o
regionales. En Nepal, Perú, India, Costa Rica, Chile, Brasil, y particularmente en
China, existen numerosas empresas de indígenas dedicadas a la producción de
turbinas para minicentrales. El bajo costo y la naturaleza descentralizada de las
minicentrales hidroeléctricas permiten que sean de propiedad comunitaria, incluso
en regiones paupérrimas, y que cualquier beneficio sea dividido entre los
pobladores locales, en lugar de ir a organismos o compañías extranjeras.35

Desafortunadamente, los potenciales beneficios de erigir pequeñas centrales


hidroeléctricas utilizando materiales y métodos locales son desaprovechados en
muchas ocasiones cuando se contratan costosos ingenieros extranjeros, que
construyen versiones más pequeñas de las grandes centrales hidroeléctricas, con
diseños y materiales innecesariamente complicados y costosos. En las pequeñas
represas y diques, los muros de grava y madera pueden resultar inaceptables para
los ingenieros acostumbrados a construir con concreto y acero, pero la naturaleza
temporaria de éstas puede constituir un beneficio: cuando son barridas por el
curso de agua, también lo es el sedimento acumulado. Las pequeñas centrales
hidroeléctricas con represas temporarias, diques de desvío o con embalses lo
suficientemente pequeños para poder quitar el sedimento acumulado son, a
diferencia de las grandes hidroeléctricas, tecnologías verdaderamente
renovables.36

8. Cálculo de Potencial de Pequeñas Centrales Hidroeléctricas Realizables


para los años 1990 a 2020 - Capacidad en Megavatios (MV)

Región y Factor Planta 1 99 0 2 00 0 2 02 0


A B A B A B

América del Norte (52%) 4300 4300 4860 6830 6150 12,900
América Latina (47%) 1110 1110 2000 2125 5750 6560
Europa Occidental (48%) 7230 7230 8825 11480 12590 21700
Europa del Este y CEI (47%) 2300 2300 2800 3645 4000 6900
Medio Oriente y Norte de África (30%) 45 45 80 85 230 270
África Sub-Sahariana (30%) 180 180 325 345 930 1070
Pacífico (46%) 100 100 125 160 180 300
China (45%) 3890 3890 6970 7430 20100 22900
Asia (45%) 345 345 615 655 1770 2000

Total (48%) 19500 19500 26600 32755 51700 74600

A representa el crecimiento de la capacidad de las pequeñas centrales hidroeléctricas bajo las


restricciones económicas y legales actuales.
B representa el crecimiento bajo cambios económicos, regulatorios y tecnológicos favorables a las
pequeñas centrales hidroeléctricas.

Nota: La generación media anual en megavatios-horas (MWh) puede calcularse multiplicando la


capacidad en megavatios por el factor de capacidad y las horas de un año (8760).

China posee cerca del 20% de la capacidad mundial de pequeñas centrales


hidroeléctricas, más que cualquier otra nación. Desde la revolución comunista, las
pequeñas plantas se han promovido como un medio económico de suministro
eléctrico para la industria, la agricultura y los hogares de la China rural. La mayoría
de las centrales fueron construidas por las comunas locales, con escasa
asistencia exterior. En 1980 había 88.500 centrales con una capacidad inferior a
los 25 MW, lo que representaba alrededor del 40% de la capacidad hidroeléctrica
total en China. Desde entonces, a pesar de que la capacidad de las pequeñas
centrales es más del doble, el número real de plantas ha caído en más de 37.000.
El crecimiento de la capacidad instalada se debe a que las centrales pequeñas
modernas tienden a ser más grandes que las anteriores. La enorme caída en la
cantidad de plantas responde a que las centrales más viejas fueron construidas
deficientemente -la mayoría se instalaron en la etapa de agitación durante la
industrialización rural que acompañó al Gran Salto Adelante y la Revolución
Cultural y han sido barridas o abandonadas. Las pequeñas represas aún son
fundamentales para los planes chinos de dar electricidad a las zonas rurales
remotas. Las poblaciones que obtienen energía de las modernas centrales
hidroeléctricas pequeñas gozan de un suministro energético más confiable que el
de las áreas abastecidas por la red pública estatal, que suelen sufrir cortes a
causa de la escasez energética nacional.37

La exitosa campaña en contra de la represa Arun III (201 MW), de mil millones de
dólares, en Nepal, a principios de los ´90, fue iniciada por un grupo de ingenieros
nepaleses de pequeñas centrales hidroeléctricas preocupados porque Arun III
arrasase con la creciente industria nacional de las pequeñas centrales. Arun III
hubiera sido construida casi exclusivamente por contratistas extranjeros, e
insumido la totalidad de la inversión nepalesa en el sector de la energía para la
próxima década, y aún más. Los opositores al proyecto argumentaban que
pequeñas y medianas represas podían proveer una nueva capacidad de
generación equivalente, en forma más económica y rápida que Arun III: los
esquemas de mini y micro centrales nepaleses suelen valer entre 1.200 y 2.000
dólares por kilovatio instalado, mucho menos que el costo proyectado para Arun
III, de 5.000 dólares por kW. Las pequeñas centrales hidroeléctricas pueden
concluirse en dos o tres años, la construcción de Arun III hubiera tomado más de
una década. En agosto de 1995, el anuncio del Banco Mundial de que no
financiaría el proyecto y que ayudaría a buscar fuentes energéticas alternativas
constituyó una gran victoria para los defensores de las pequeñas centrales en
Nepal y en otras partes del mundo.38
Si bien un proyecto de una pequeña hidroeléctrica tendrá menos impactos
ambientales y sociales que uno grande construido en el mismo sitio, esto no
significa que estas centrales no causen daños. Las pequeñas represas pueden
tener el mismo impacto negativo sobre los patrones del caudal, la química y la
temperatura de los arroyos y los ríos pequeños que el que tienen las grandes
represas sobre los ríos más grandes. Las pequeñas represas pueden reducir
considerablemente la cantidad de peces migratorios, especialmente cuando se
construyen varias sobre el mismo río. La construcción de diques y microcentrales
hidroeléctricas también pueden perjudicar a las especies acuáticas mediante el
secado del río entre los canales de carga y de descarga.39

Una gran cantidad de pequeñas centrales hidroeléctricas también puede causar el


desplazamiento y reasentamiento de un gran número de personas: de acuerdo
con las estadísticas oficiales chinas, el 70% de los 10 millones de personas
desalojadas por embalses perdió sus tierras a causa de los “pequeños proyectos”.
Estas estadísticas no dan una definición de “pequeño proyecto”. Se estima que
incluyen muchos embalses que no fueron construidos con propósitos
hidroeléctricos. A pesar de que estos datos son difíciles de interpretar, son útiles
para tener una idea de la magnitud del problema.40

Sin embargo, hay varias formas de aumentar la capacidad de las pequeñas


represas que evitan la mayoría de los problemas ambientales y de
reasentamiento. Una posibilidad es instalar turbinas en los canales de irrigación y
en los sistemas municipales de suministro y desecho de agua. En algunos casos,
la instalación de turbinas en pequeñas represas que no tenían fines hidroeléctricos
y la rehabilitación y modernización de viejas hidroeléctricas pequeñas pueden
aumentar la capacidad generadora con pequeños costos económicos o
ambientales adicionales. Gran parte del desarrollo actual de las pequeñas
hidroeléctricas en Europa y en América del Norte se debe a la rehabilitación,
modernización y sustitución de los viejos generadores y turbinas por equipos más
modernos y eficientes. En los EE.UU. se estima que el costo de la capacidad
adicional mediante la modernización oscila entre los 200 y los 700 dólares por kW
y la instalación de turbinas en una represa sin fines hidroeléctricos ya existente
entre los 600 y los 2.500 dólares por kW.41 En la próxima década se podría
comercializar una variante de pequeña central hidroeléctrica, la turbina de “chorro
libre”, que es igual que una turbina eólica pero se instala bajo el agua. Estas
turbinas estarían fijas en el lecho de los ríos o colgarían desde barcazas y no
necesitarían represas ni desvíos.42

La modernización y la adaptación de las grandes represas también podrían


aumentar considerablemente la producción de energía hidroeléctrica. Durante los
años ´80 y principios de los ´90 la BuRec agregó 1.600 MW de capacidad a sus
represas principalmente mediante la instalación de nuevas turbinas y la
renovación de las viejas. Según el organismo, la nueva capacidad adicional costó
apenas 69 dólares por kW.43 En la década del ´80 se aumentó la capacidad de la
represa Grand Coulee, la más poderosa de los EE.UU., incluso antes de la
reforma de 4.500 MW a 6.500 MW, mediante la instalación de tres turbinas nuevas
y la renovación de las ya existentes.44 Gran parte de la modernización de las
centrales hidroeléctricas puede realizarse sin causar demasiado o ningún impacto
ambiental adicional. Sin embargo algunas reformas, tales como el aumento de la
cota de una represa, la ampliación de un embalse o aquellas que causan cambios
significativos en los patrones del caudal aguas abajo, pueden provocar grandes
daños. 45

El Ministerio de Energía de los EE.UU. calcula que en el país existen alrededor de


2.600 represas hidroeléctricas, de control de inundaciones, de suministro de agua
y de navegación que están en desuso y que podrían ser provistas de nuevos
equipos de generación. Estas represas podrían aportar una nueva capacidad de
más de 10.000 MW.46 No obstante, la generación de energía en estas represas
también ocasiona problemas ambientales debido a la alteración de los patrones
del caudal y afecta a las pesquerías, por lo tanto la capacidad real que
probablemente se permita sería mucho menor que el potencial teórico.47

Si bien las cifras anteriores indican que la producción de hidroelectricidad en los


EE.UU. y en otros países podría aumentar considerablemente incluso sin construir
nuevas represas, también existen motivos para pensar que ésta disminuirá a largo
plazo. La sedimentación está reduciendo la capacidad de almacenamiento de la
mayoría de las represas, y por lo tanto es previsible que los grupos ambientalistas
obliguen a los operadores de los embalses a liberar más agua para beneficiar a
las pesquerías y a los ecosistemas ribereños. Además es posible que no se
rehabiliten, sino que por el contrario se derrumben muchas de las viejas represas
que llegarán al fin de su vida económica en las próximas décadas, para contribuir
a la restauración de los ríos. La otra razón por la que se puede pensar que la
producción de hidroelectricidad disminuirá es que el calentamiento global puede
llegar a reducir los caudales de los ríos en muchas regiones.48

Hay quienes creen que la energía de las mareas es una forma de tecnología
hidroeléctrica que tiene un gran porvenir como fuente de energía amigable con el
ambiente. Las centrales mareomotrices están compuestas de líneas de turbinas
montadas en represas de contención construidas en la desembocadura de las
bahías o los estuarios, y pueden generar electricidad con el flujo y reflujo. La
planta mareomotriz de 240 MW construida en los años ´60 en La Rance, al norte
de Francia, aún hoy produce energía. Algunos sitios tienen el potencial de generar
grandes cantidades de electricidad: existen planes para la construcción de una
represa de contención de 8.640 MW en el estuario de Severn, en Gran Bretaña, y
de una central de 20.000 MW sobre la bahía Penzhina, en el lejano este de
Siberia. Sin embargo, las economías en crisis y las preocupaciones ecológicas
hacen casi imposible la construcción de éstos y otros inmensos proyectos
mareomotrices en un futuro cercano.
El anegamiento permanente de extensas áreas antes sólo inundadas por la marea
alta –principal hábitat de muchas aves marinas- es seguramente lo que suscitará
mayor oposición a las grandes centrales mareomotrices. Una forma menos
destructiva de obtener energía de las mareas es la utilización de turbinas de
“chorro libre”, pero esto aún no resulta económicamente viable.49

Revuelo en las puertas del palacio

A pesar de la hostilidad de la industria de los combustibles fósiles y el apoyo en el


mejor de los casos poco entusiasta de los gobiernos, las energías renovables
están ganando terreno con rapidez. Sin embargo, si no se tiene un mayor respaldo
y se siguen utilizando las tecnologías energéticas actuales se causará un daño
masivo y potencialmente irreversible. Una de las medidas más importantes que los
gobiernos podrían adoptar sería redirigir los grandes subsidios que en la
actualidad se dilapidan en las industrias de los combustibles fósiles, la energía
nuclear y la hidroeléctrica a la investigación y al desarrollo de la eficiencia
energética y de las energías renovables alternativas. Según el Banco Mundial, los
subsidios directos para la industria de los combustibles fósiles suman
aproximadamente 220.000 millones de dólares por año. El Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) sostiene que “la eliminación
gradual de los subsidios para los combustibles posibilitaría la reducción de las
emisiones globales entre un 4 y un 18 por ciento junto a un aumento de los
ingresos reales”.50

Se deberían aplicar impuestos al carbono y a otros contaminantes y utilizar el


dinero recaudado para financiar fuentes de energía limpias y para compensar a los
sectores más empobrecidos de la sociedad por el aumento del costo de los
combustibles. Los gobiernos también pueden colaborar mediante iniciativas para
aumentar la eficiencia energética, como ser préstamos o fondos subsidiados para
el aislamiento térmico de las viviendas o para adquirir artefactos de bajo consumo.
Mucho dependerá de los nuevos sistemas de regulación de la industria de la
electricidad, que alienten a los proveedores de energía a invertir en la eficiencia
energética y ayuden a los proveedores descentralizados a vender su electricidad a
la red pública.

El mismo Banco Mundial otorga enormes subsidios a las industrias de los


combustibles fósiles y a las grandes centrales hidroeléctricas mediante préstamos
baratos y asesoramiento técnico. La mayor parte de los 3 a 4 mil millones de
dólares que el Banco presta al sector energético anualmente se gasta en represas
y en la extracción y quema de combustibles fósiles. Durante los años ´80 se
invirtió menos del uno por ciento de los 67.000 millones de dólares otorgados por
los bancos de desarrollo en la mejora de la eficiencia de uso. Desde entonces los
bancos aparentemente han promulgado políticas energéticas más progresistas y
enfatizan la importancia de la eficiencia energética y la necesidad de reducir los
daños ambientales a causa de la generación de energía. Sin embargo, no existe
demasiada evidencia concreta de un cambio en lo que a préstamos se refiere.51

Los pronósticos de los analistas de las energías convencionales y de las


ambientalmente amigables pueden resultar erróneos con el paso del tiempo. Tal
vez se desarrollen nuevas tecnologías renovables que ni siquiera imaginamos o
quizá algunas tecnologías que hoy resultan promisorias causen impactos sociales
o ecológicos inesperados. Sin embargo, lo cierto es que si continúa la expansión
del uso del carbón, del petróleo y de las grandes hidroeléctricas en las próximas
décadas, la causa no será una demanda continua de hidroelectricidad o de
energía de los combustibles fósiles sino el interés de una pequeña cantidad de
gobiernos y corporaciones que quiere evitar que haya un cambio.

Notas
1
Houghton, J.T., et al. (eds.) Climate Change: The IPCC Scientific Assessment, CUP,
Cambridge, 1990.
2
Ver Ager-Hanssen, H., 'The Energy Situation in Developing Countries, Constraints and
Solutions', en Proceedings of Conference on Hydropower and Environment: Differences in Policies
and Priorities. Norad, Oslo, 1994; Durante al menos 160.000 años antes de la Revolución
Industrial, la concentración atmosférica de Co2 nunca excedió las 300 ppm.
3
Flavin, C. y Lenssen, N., Power Surge: Guide to the Coming Energy Revolution. Norton,
Nueva York, 1994, p. 279.
4
Flavin y Lenssen, op. cit., p. 278.
5
Lazarus, M. et al. Towards a Fossil Free Energy Future: The Next Energy Transition,
Stockholm Environment Institute, Boston 1993. Los escenarios descriptos por Worldwatch y
Greenpeace no consideran impactos de las represas para el calentamiento global y prevén un
crecimiento del 50% en la producción de las grandes centrales hidroeléctricas hacia 2020-2030.
6
Greenpeace International, Fossil Fuels in a Changing Climate: How to Protect the World's
Climate by ending the use of coal, oil and gas. Amsterdam, 1993, p. 21.
7
Flavin y Lenssen, op. cit., p. 77; 'Asia delivers an electric shock', The Economist, 28
octubre, 1995.
8
Flavin y Lenssen, op. cit., p. 255.
9
Ver EDF y NRDC, Power Failure: A Review of the World Bank's Implementation of its New
Energy Policy. Washington DC, 1994. Los servicios de electricidad en los países en vías de
desarrollo podrían aumentar notablemente el suministro disponible mediante la reducción de las
pérdidas en la distribución. Si bien el promedio de las pérdidas de electricidad en la transmisión y
la distribución en los EE.UU. es de sólo un 8%, en Tailandia es de un 14%; en India un 29% y en
Bangladesh un 39%; Burr, M.T. 'Institutional Restructuring', Independent Energy, julio-agosto, 1995.
10
Flavio C., 'Natural Gas Production Edges Up', en L. Starke (ed.), Vital Signs 1996: The
Trends That Are Shaping Our Future, W.W. Norton, Nueva York, 1996, p. 50.
11
En una central de ciclo combinado, el calor excedente de las turbinas a gas (una
adaptación del motor de un avión) acciona una turbina de vapor. Las centrales comerciales de ciclo
combinado alcanzaron rendimientos de 50% en 1993 en comparación con el 30-35% de las
centrales a carbón y petróleo. Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 99, 243. Las turbinas en desarrollo
pueden alcanzar un 60% de rendimiento. 'Breaking the Barrier', Independent Energy, julio-agosto,
1995, p. 8.
12
Las cifras de la capacidad instalada de las centrales hidroeléctricas están basadas en una
revisión de datos de represas de reciente construcción y planeamiento. La comparación de los
costos de las diferentes tecnologías de generación es complicada ya que tienen factores planta
muy diferentes y distintas combinaciones de gastos iniciales y de funcionamiento. Las centrales de
combustibles fósiles, por ejemplo, tienen un costo de capital relativamente bajo, pero altos, y
difíciles de predecir, costos de combustible y las centrales hidroeléctricas, solares y eólicas tienen
cero costo de combustible pero costos de capital relativamente altos.
13
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 91-114; Lloyd Williams, P. 'The Small Turbine Revolution',
Independent Energy, julio-agosto, 1995.
14
N. del T.: Comunidad de Estados Independientes (CIS en inglés), creada en 1991, está
integrada por doce de las quince repúblicas que formaban parte de la antigua Unión Soviética.
15
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 99, 243.
16
Flavin and Lenssen, Power Surge, pp. 99, 243.
17
Flavin C., “Wind Power Growth Accelerates”, en Starke (ed.), Vital Signs 1996, p. 56.
18
Flavin y Lenssen, Power Surge, p. 123; Collette, C. 'Wind Thrift', Northwest Energy News,
verano, 1994; Hoagland, W. 'Solar Energy', Scientific American, setiembre, 1995.
19
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 115-131.
20
Fairlie, S. 'White Satanic Mills?', The Ecologist, Vol. 24, No. 3, 1994, p. 86.
21
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 132-151; 'A New Chance for Solar Energy', Scientific
American, setiembre, 1995.
22
Houlder, V. 'A place in the sun', Financial Times, 10 julio, 1995.
23
Tunali O., Solar Cell Shipments Jump, en Starke (ed.), Vital Signs 1996, p. 58.
24
Flavin y Lenssen, op. cit., p. 173.
25
Van der Plas, R.,'Solar energy answer to rural power in Africa', FDP Note 6, Banco
Mundial, abril, 1994; Webb, J. 'By the light of the sun', New Scientist, 7 octubre, 1995.
26
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 152-173.
27
Johansson, T.B. et al., 'Renewable Fuels and Electricity for a Growing World Economy' en
Johansson, T.B. et al. (eds.) op. cit.
28
Ver Lohmann, L., 'Commercial Tree Plantations in Thailand: Deforestation by Any Other
Name', The Ecologist, Vol. 20, No. 1, 1990; y numerosos artículos en The Ecologist, Vol. 17, No. 4-
5, 1987.
29
Tibet Support Group UK, 'Death of a Sacred Lake: The Yamdrok Tso Hydro-Electric
Generation Project of Tibet', Londres, marzo, 1996.
30
Cookson, C., 'Fuel cells in power clean-up', Financial Times, 4-5 de noviembre, 1995.
31
Flavin y Lenssen, op. cit., pp. 287-296.
32
Fraenkel, P. et al., Micro-Hydro Power: A Guide for Development Workers. Intermediate
Technology Publications, Londres, 1991.
33
Ver 'World Atlas of Hydropower & Dams', Hydropower & Dams, enero, 1995.
34
Tung, T.P. et al. 'Small Hydro Development: Opportunities, Constraints and Technology
Outlook', artículo presentado en la Conferencia Internacional sobre Hidroelectricidad, Energía y
Medioambiente, Estocolmo, 14-16 junio, 1993.
35
Ver 'Introducing a new forum for the mini hydro debate' Hydropower & Dams, marzo 1994;
Pandey, B., 'Micro hydro development in Nepal based on local manufacture', Hydropower & Dams,
marzo, 1994. Para un debate acerca del impacto socioeconómico local de las microcentrales ver
East Consult 'Socio-Economic Evaluation of the Impact of Micro-Hydro Schemes on Rural
Communities of Nepal'. Kathmandu; Gore, J.S., 'When is Small Beautiful? Approaches to
Decentralized Hydropower Projects in Nepal'. Proyecto de Maestría, UC Berkeley, mayo, 1994.
36
Inversin, A.R. 'Micro-Hydropower in Developing Countries', Alternative Sources of Energy,
junio-julio, 1986. Los muros inflables de goma son una respuesta de alta tecnología a la
sedimentación: cuando los flujos son altos el dique puede desinflarse y quitarse, lo que permite el
barrido de los sedimentos; ver p.e. Tung et al., op. cit., p. 10.
37
Taylor, R.P. Rural Energy Development in China. Recursos para el Futuro, Washington,
DC, 1981; Cheng, X. 'Recent trends in small hydro power in China', International Water Power and
Dam Construction, setiembre, 1994.
38
Ver Bell, J., 'Hydrodollars in the Himalaya', The Ecologist, Vol. 24, No. 3, 1994; 'Victory!
Arun III Cancelled: Alternatives to be Considered', World Rivers Review, agosto, 1995. El proyecto
de 5 MW Andhi Kola fue completado en 1991 con un costo de apenas 700 dólares por kilovatio;
Pandey, 1994, op. cit. Hacia 1993 los constructores nepaleses habían instalado 924 turbinas
construidas localmente en pequeñas centrales; Byers, W., 'Small Hydro: What Will Trigger the
Development Explosion?', Hydro Review, febrero, 1995.
39
Ver Olson, F.W., et al. (eds.) Proceedings of the Symposium on Small Hydropower and
Fisheries. Sociedad Americana de Pesquerías, Bethesda, MD, 1985; Brower, M. Cool Energy:
Renewable Solutions to Environmental Problems. MIT Press, Cambridge, MA, 1993, p. 116.
40
'Resettlement associated with hydro projects in China', Water Power and Dam
Construction, febrero, 1993.
41
Tung et al., op. cit., p. 11.
42
Las turbinas de chorro libre podrían ser económicamente viables dentro de poco tiempo
para sitios remotos sin red pública; Francfort, J.E.; 'Free-Flow Hydroelectric River Turbines:
Preliminary Market Analysis', Idaho National Engineering Laboratory, Idaho Falls, enero, 1995.
43
'Reclamation Updating Program Nears Completion; Adds 1.600 MW of Capacity to
System', Hydro Review, agosto, 1994.
44
Broker, op. cit., p. 113.
45
N. del T.: E. Díaz Peña y E. Stancich, “No Más Daños en Yacyretá – Historia, proceso y
documentos relevantes del seguimiento de la sociedad civil a la represa hidroeléctrica Yacyretá”,
Paraguay y Argentina, octubre, 2000, www.taller.org.ar; “Yacyretá: protesta en la OEA”,
Buenos Aires, noviembre 2000, nota de prensa, www.taller.org.ar; E. Stancich, “Cuando los
Ríos se Modifican, pierden los pueblos y la biodiversidad”, Grain y Ríos Vivos, Argentina, enero
2003,
www.biodiversidadla.org.
46
Los partidarios de la hidroelectricidad fundamentan el gran potencial para la nueva
capacidad generadora en las represas sin propósitos hidroeléctricos citando el hecho de que sólo
el 5% de las 76.000 represas de los EE.UU. están equipadas con turbinas. Sin embargo la gran
mayoría de las represas son demasiado pequeñas o están lejos de ser viables para la generación y
muchas otras tienen poco agua para liberar a través de las turbinas. Railsback, S.F. et al.;
Environmental Impacts of Increased Hydroelectric Development at Existing Dams, Laboratorio
Nacional de Oak Ridge, Oak Ridge, TN, 1991, p. 4.
47
Ver Broker, op. cit., p. 114. El factor planta de las represas renovadas suele ser
relativamente bajo ya que la utilización de agua para la producción de energía no figura entre las
prioridades de las represas construidas con otros propósitos; ver Railsback et al; 1991, op. cit.
48
Ver Brower, op. cit., pp. 117-118.
49
Cavanagh, J.E. et al.; 'Ocean Energy Systems', en Johansson et al. (eds.) op. cit., 1993.
50
'Removal of Subsidies', ECO, Ginebra, 30 octubre, 1995.
51
Ver p.e. EDF and NRDC, Power Failure.
Capítulo 9

La industria impone, la humanidad se conforma:


la economía política de las represas

La ciencia descubre,
La industria impone,
El hombre se conforma.

Lema de la Feria Mundial de


Chicago, 1933

A pesar de los terribles antecedentes a nivel social, ambiental y económico de


las grandes represas, y de la existencia de otras formas de proveer energía y
de manejar el suelo y el agua, todavía se proponen y se construyen estos
enormes proyectos. El monstruo destructivo de la industria de las represas se
mantiene vigente porque la construcción de las mismas beneficia a
poderosos intereses políticos y económicos y, además, porque el proceso de
planeamiento, promoción y construcción de las represas generalmente se
realiza en forma secreta y sin un consentimiento democrático. La gente que
padece las represas, ya sea directamente por la pérdida de sus formas de
subsistencia o indirectamente por los subsidios que los gobiernos destinan a
proyectos no rentables, en muy pocas ocasiones pueden responsabilizar a los
burócratas y a los asesores técnicos de la construcción de las represas por
sus acciones. Es obvio que la falta de responsabilidad empeora bajo
regímenes autoritarios y cuando la democracia y las estructuras de la
sociedad civil son débiles. Pero aun en las democracias supuestamente
avanzadas, las agencias constructoras de represas durante años se han
apartado del control público y han eludido las investigaciones independientes
de las premisas utilizadas para justificar sus proyectos.

La gran mayoría de esta clase de represas ha sido construida por agencias


estatales y sus escasos beneficios económicos siempre se han ocultado bajo
el velo de los subsidios públicos. Aunque se destinan alrededor de 20 mil
millones de dólares anuales para estas obras, nunca se han realizado
estudios exhaustivos del rendimiento de las grandes represas comparando el

1
registro de datos reales con lo que se había proyectado. A veces las agencias
de ayuda realizan evaluaciones internas de las represas terminadas, aunque
normalmente éstas son confidenciales y sólo evalúan la construcción del
proyecto y no el funcionamiento.1 Esta falta de evaluaciones independientes
del rendimiento de las represas reduce considerablemente las posibilidades
de que los constructores aprendan o se vean forzados a aprender de sus
errores. No obstante, a comienzos de los años ´90, el velo de los subsidios ha
comenzado a levantarse a medida que los gobiernos intentan atraer
inversores privados para pagar sus represas. Los inversionistas privados
necesitan tener la convicción de que las grandes represas son negocios
seguros y beneficiosos -y la industria de las represas se ve forzada a revelar
que las mismas carecen en gran medida de estas características.

La ideología de las represas

El agua que entra al mar se pierde.


José Stalin, 1929

Quebec es una gran planta hidroeléctrica en desarrollo... y


cada día se van millones de potenciales kilovatios-hora río
abajo y hacia al mar. ¡Qué desperdicio!
Robert Bourassa,
Power from the North, 1983

Se hace difícil concebir un escenario en el que la India


pueda darse el lujo de que las aguas de un río tan
importante como el Narmada se desperdicien en el mar.
Banco Mundial, 1987

La enorme escala de estas construcciones y su poder aparente de poner las


poderosas y caprichosas fuerzas naturales bajo el control humano hacen que
ocupen un lugar único en la imaginación humana. Estas obras, tal vez más
que cualquier otra tecnología, simbolizan el progreso de la humanidad desde
una vida dominada por la naturaleza a una donde la naturaleza es dominada
por la ciencia y la superstición es vencida por la racionalidad. Además son un
símbolo del poder del Estado que las construye y se convierten en las favoritas

2
de los constructores nacionales y de los déspotas. Cuando una represa
desempeña un papel tan poderoso y simbólico, los fundamentos económicos
y técnicos y los impactos negativos que pueden causar se vuelven
insignificantes al momento de tomar decisiones.

Existen ciertos temas ideológicos recurrentes en los escritos y en los


discursos de los que proponen las grandes represas. Uno es el
“amansamiento” de ríos “salvajes” o “turbulentos”, que se basa en la
exhortación bíblica que promueve el sometimiento de la naturaleza, y el otro es
la comparación entre las represas y los templos u otros lugares donde se
practican cultos. Es probable que repitan siempre que los ríos sin represar
son “desperdiciados”. Durante la mayor parte del siglo XX los políticos y los
partidarios del desarrollo difundieron la idea de que un río no tiene valor a
menos que sea controlado de algún modo -y no meramente utilizado- por los
hombres. Esta creencia niega el valor intrínseco de los ríos, que son las venas
del ciclo hidrológico, que dan forma al paisaje, que proporcionan vida a
muchas especies, y también niega la importancia cultural, estética y espiritual
y el valor económico de los ríos no regulados para millones de personas que
dependen de ellos para obtener agua potable, alimento, transporte y
recreación, y que además le dan otros usos. Los ideólogos que hablan de un
río desperdiciado no admiten el uso de los ríos por parte de la gente sino la
expropiación de los ríos de un grupo de usuarios a otros.

Medianoche al mediodía: la represa Alta Assuán

“Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:


Contemplen mis inmensas obras y ¡desesperen!”

Percy Bysshe Shelley,


Ozymandias, 1819

En julio de 1952, un grupo de oficiales del Ejército encabezado por el coronel


Gamal Abdel Nasser derrocó al rey de Egipto Farouk. Poco después de tomar
el poder, la Junta de Comando Revolucionario se obsesionó por una
propuesta que circulaba en los ministerios de Egipto que trataba de una gran
represa que atravesaría el Nilo en Assuán. El presunto propósito de la represa

3
era regular el gran ciclo de inundaciones y sequías anuales, expandir el riego
y producir electricidad. Sin embargo, lo que parecía aún más relevante era el
significado político que tendría para el joven gobierno revolucionario llevar a
cabo tan gigantesco emprendimiento. El historiador John Waterbury opina
que:

“Desde un enfoque político, poner a Egipto a la vanguardia de la


ingeniería hidráulica moderna tenía la ventaja de ser un hecho gigante y
audaz. Además, durante su construcción y luego de ser terminada, la
represa sería sumamente visible y ciertamente monumental”.

La determinación de esta Junta de construir la represa y concebirla como


monumento de orgullo nacional se transmitió al resto del gobierno y al pueblo
egipcio. Los funcionarios que alguna vez habían cuestionado la viabilidad del
proyecto cambiaron de opinión o no dijeron nada. Un empleado del Ministerio
de Obras Públicas describía la atmósfera de aquel momento, citando el
Rubaiyat de Omar Khayam: “Cuando el Rey afirma que es medianoche al
mediodía, el hombre inteligente dice: contemplen la luna”.2

La superioridad de las motivaciones políticas para construir la gran represa en


Assuán se evidencia en la escasez de estudios sobre los probables
beneficios y costos de la misma. De acuerdo con los politólogos
estadounidenses Robert Rycroft y Joseph Szyliowicz, la justificación
económica de la represa se basó en conjeturas “evidentemente, de dudosa
validez”, que “se fundamentaban en estimaciones reunidas durante el primer
brote de entusiasmo por el proyecto y que nunca fueron mejoradas”. El
análisis económico “ignoraba los medios admitidos para evaluar los
proyectos, en particular en el ámbito de los recursos hídricos, para el cual
existía mucha bibliografía disponible”. Por ejemplo, los beneficios agrícolas se
calculaban sin analizar a fondo la calidad de la tierra que se inundaría y sin
considerar el costo de la provisión de canales necesarios y de otras
infraestructuras de riego. En ese mismo sentido, agregaron Rycroft y
Szyliowicz, “ningún estudio evaluó nunca el costo que implicaría la generación
de energía de esta represa ni fue comparada con la construcción de
estaciones de energía termal”. Si bien muchos de los costos ambientales

4
aguas abajo fueron anticipados, ninguno fue incluido en el análisis
económico.3

A fines de 1955, estimulados por los informes de que la Unión Soviética


también estaba interesada en ayudar a Nasser a construir la represa para
fortalecer de este modo su influencia en África, el Banco Mundial y los
gobiernos estadounidense y británico presentaron un paquete de fondos para
el proyecto. La propuesta occidental fue acompañada por un número de
condiciones, incluyendo una que exigía al gobierno egipcio abstenerse de
tomar decisiones financieras “imprudentes” —en parte, en relación con la
compra de armas al bloque soviético. Furioso ante las condiciones, Nasser
rechazó la oferta. Transcurrieron siete meses de negociaciones inútiles y
finalmente los poderes occidentales retiraron su propuesta. Poco después
Nasser utilizó lo que consideraba un comportamiento occidental impertinente
y colonialista como la justificación para confiscar el Canal de Suez, desatando
una breve guerra con Israel, Gran Bretaña y Francia en 1956.

La crisis de Suez y la disputa sobre el financiamiento de Assuán situó a Egipto


del lado soviético y, finalmente, la represa se construyó con la ayuda técnica y
con fondos de la URSS. Esta obra fue venerada como un icono nacionalista.
Según Waterbury, “Nasser y sus seguidores ya no pudieron considerar la
represa simplemente como un gran proyecto de ingeniería, sino que se
convirtió en el símbolo de la voluntad egipcia para resistir los esfuerzos
imperialistas por destruir la revolución”. El fervor pro represa era tal que las
multitudes se reunían fuera del Parlamento egipcio y cantaban: “Nasser,
Nasser, venimos a saludarte; después de la represa nuestra tierra será un
paraíso”.4

Una represa para todas las ideologías

Una mezcla similar de rivalidades propias de la Guerra Fría y de sueños


poscoloniales se combinaron para alentar la construcción de la represa
Akosombo. En 1955, sólo dos años antes de que la colonia británica Costa de
Oro se convirtiera en Ghana, el primer Estado del África sub-sahariana en
obtener la independencia, un funcionario público británico desarrolló un plan
para la construcción de la gigantesca represa Akosombo. La represa

5
suministraría electricidad para convertir la bauxita local en aluminio, y de ese
modo proveería al Imperio con su propia fuente principal de metal, que
resultaba estratégicamente importante. También le daría energía a las
fábricas que encabezarían la industrialización de la colonia y permitirían la
conversión de cientos de miles de hectáreas de tierras secas de cultivo a una
agricultura moderna basada en el riego intensivo. La represa también
catalizaría la creciente industria naviera interna en un embalse del tamaño del
Líbano.

Algunos líderes del movimiento por la independencia de Ghana sospechaban


de estas visiones tan ambiciosas y se inclinaban por las represas más
pequeñas. No obstante, Kwame Nkrumah, el carismático primer presidente
del país, se vio influenciado por las grandes represas que visitó durante su
viaje a la URSS y la importancia que las mismas tuvieron para el programa de
energía e industrialización rural intensiva de Stalin. Nkrumah imaginó que
Akosombo suministraría la energía necesaria para convertir a Ghana en un
estado nacional “moderno”, y además se convertiría en un símbolo de
determinación de su país y de su persona, para desempeñar un rol importante
en el rápido proceso de industrialización en el África poscolonial. Cuando
Nkrumah comenzó a predicarle a la gente de Ghana acerca de cómo un país
joven construiría una maravilla de la ingeniería, que a su vez crearía el lago
artificial más grande del mundo y a incitarlos hacia el desarrollo industrial,
cualquier tipo de oposición a Akosombo resultó inútil.

A pesar de su simpatía pro soviética, la compulsión de Nkrumah por construir


Akosombo lo llevó a buscar fondos del Banco Mundial y de los gobiernos
estadounidense y británico. Los estadounidenses también tenían un interés
comercial muy fuerte en el proyecto: como parte del acuerdo de financiación se
establecía que la multinacional estadounidense Kaiser Corporation se
adueñaría de la fundición de aluminio que consumiría la mayor parte de la
energía de la represa. A medida que las negociaciones avanzaban era
evidente que Ghana se beneficiaría cada vez menos del proyecto, pero
Nkrumah no estaba preparado para perder la represa. Kaiser insistió en un
contrato a 30 años asegurándose de que la electricidad para la fundición
tenga un valor inferior al costo para los demás usuarios; demandaba el
derecho a utilizar mineral importado en lugar de la bauxita que se explotaba en

6
Ghana y exigía también que la represa se construyera y funcionase para
maximizar la generación de energía y se abandonasen los planes de riego. De
esta manera, el fundamento original para la construcción de la represa se
desintegró. Lejos de atraer riqueza y prestigio, Akosombo dejó al país
profundamente empeñado, arrasado por una ola de corrupción atraída y
alimentada por el dinero para construir la represa. Nkrumah inauguró la
represa en enero de 1966 y fue derrocado por un golpe de Estado sólo un
mes más tarde.5

Obviamente, África no es el único lugar donde las represas se han convertido


en un icono ideológico y nacionalista. En 1932, durante la ceremonia de
inauguración de Dnieprostroi -la primera gran represa del mundo-, el
delegado principal de ingenieros expresó ante una multitud de 60.000
trabajadores y funcionarios que la represa era:

“...la base sólida de la construcción socialista. Solamente la Revolución


de Octubre hizo posible la edificación de semejante gigante. ¡Con la
represa Dnieprostroi el proletariado de la URSS ha demostrado lo que
los bolcheviques pueden hacer!”6

En la actualidad, las grandes represas continúan ejerciendo una atracción


poderosa como símbolos políticos. En febrero de 1995, durante la ceremonia
dedicada a la gigantesca represa Tres Gargantas, el primer ministro de China
Li Peng (un ingeniero hidráulico con formación soviética) afirmaba que
“ninguna dificultad nos detendrá... En 2009 el magnífico proyecto Tres
Gargantas se erguirá sólido en el gran territorio de China”.7 De acuerdo con un
informe realizado por el grupo estadounidense Human Rights Watch, “Li Peng
parece resuelto... a introducir [Tres Gargantas] como una forma de simbolizar
el prestigio rápidamente emergente de la “superpoderosa” China y como un
medio de glorificación personal”.8
Represas y dominación

Lo que se denomina poder del Hombre sobre la


Naturaleza, resulta ser un poder ejercido por algunos
hombres sobre otros usando la Naturaleza como
instrumento.

7
C.S. Lewis
The Abolition of Man, 1943

Algunos escritores, entre los que se destacan Karl Wittfogel y Max Horkheimer,
filósofos de la conocida Escuela de Frankfurt, sostuvieron que “la dominación
de la naturaleza lleva inexorablemente a la dominación de unos sobre otros”,
como lo resume elegantemente el historiador ambiental Donald Worster.9 El
dominio de los ríos es uno de los ejemplos más claros de la relación entre el
control de la naturaleza y el control de la gente. Las grandes represas no son
construidas ni administradas por toda la sociedad, sino por una elite con
poder burocrático, político y económico. Las represas brindan a esta elite la
capacidad de controlar el agua para su propio beneficio, privando a los
anteriores usuarios del acceso parcial o total a los recursos del río.

Thayer Scudder, del Instituto de Tecnología de California, asesor en varios


proyectos de represas en todo el mundo, escribió en 1990 que:

“...desgraciadamente es cada vez más evidente el modo sistemático en


que las elites gubernamentales pueden utilizar las cuencas hídricas
para diseñar proyectos de desarrollo no sólo con el propósito de
obtener recursos para ellos mismos y quienes los respaldan, sino
también para conseguir objetivos políticos propios, a expensas de las
comunidades ribereñas, de las minorías étnicas y religiosas y de los
grupos de oposición a nivel regional y nacional”.10

Uno de los ejemplos más claros de este tipo de proceso que hoy se
encuentra en vigencia es el programa Mahaweli, de Sri Lanka. Durante la
década del ’70, las propuestas afirmaban que las 60.000 hectáreas a ser
irrigadas en la cuenca del río Mahaweli se distribuirían entre los habitantes
pertenecientes a los tres grupos étnicos principales de Sri Lanka —los
budistas cingaleses, los hindúes tamiles11 y los musulmanes—, de acuerdo
con su proporción en la población nacional. Quienes pertenecían a la
población local y aquellos desplazados por las cinco represas y demás
infraestructura del proyecto serían priorizados al recibir la tierra.

8
El modelo real de distribución de la tierra ha sido muy diferente. En 1983, una
camarilla de altos funcionarios a cargo del proyecto comenzó a ejecutar
exitosamente un plan para establecer tantos campesinos cingaleses como
fuera posible en el área del proyecto. Llevaron una “cuña” de cingaleses a la
zona dominada por los tamiles. Unos de los funcionarios de Mahaweli
escribió en ese momento que la localización del área del proyecto, “le brinda
al gobierno una forma clara y extremadamente efectiva para destruir la base
misma” del Estado independiente buscado por la minoría tamil.12 El gobierno
también buscaba minimizar la influencia de los tamiles en el área de
Mahaweli, y por eso los forzó a abandonarla. Cientos de jóvenes tamiles
fueron rodeados por las fuerzas de seguridad en 1985 y encarcelados por dos
años. Los militantes tamiles respondieron masacrando cientos de
cingaleses.13 Mientras todas estas atrocidades y maniobras políticas se
llevaban a cabo, los donantes extranjeros —particularmente el Banco Mundial
y los gobiernos de EE.UU., Gran Bretaña, Suecia y Alemania Occidental— se
hicieron los desentendidos y continuaron girando fondos para el proyecto
Mahaweli.

El proyecto Anatolia (GAP, en turco), al sudeste de Turquía, preveía la


instalación de 22 represas a un valor de 32 mil millones de dólares, con
propósitos políticos nacionales e internacionales. Internamente, el riego y el
gran proyecto hidroeléctrico están fortaleciendo la presencia del Estado turco
en un área remota y azotada por la pobreza con una superficie de 75.000
kilómetros cuadrados -cerca de un décimo del área de tierra del país-,
poblada por kurdos principalmente, y que constituye un baluarte de militantes
separatistas del Partido Obrero del Kurdistan (PKK). Sesenta mil kurdos
fueron desplazados por la represa Atatürk, la pieza central del proyecto, sobre
la cual se estamparon las palabras del fundador de la Turquía moderna, “Ne
Mutlu Turkum Diyene” (“Afortunado quien es turco”). Internacionalmente, el
GAP le otorga a Turquía la capacidad de regular las cabeceras del Éufrates y
del Tigris, y de este modo controlar la mayor parte del abastecimiento de agua
para Siria e Irak, que se encuentran aguas abajo, países que ya sufren
escasez crónica de agua. “Podemos detener el flujo de agua a Siria e Irak por
hasta ocho meses sin que se rebasen nuestras represas y de este modo
controlar su comportamiento político”, comentaba el administrador de la
represa de Atatürk a un periodista estadounidense en 1993.14

9
Represas y corrupción

Entre los miembros del Congreso de EE.UU. la práctica de forcejear para


asegurarse la obtención de fondos federales para proyectos millonarios en
sus distritos se conoce como la política del “pork-barrel”. La frase “pork barrel”
(barril de cerdo) deriva del frenesí que se provocaba entre los esclavos
hambrientos de las plantaciones del sur, cuando sus dueños celebraban una
ocasión especial abriendo un barril de cerdo con sal. Durante décadas los
proyectos hídricos eran y, hasta cierto punto siguen siendo, el “pork” par
excellence de los políticos estadounidenses: son fáciles de justificar (control
de inundaciones, riego, energía hidroeléctrica, recreación, navegación); son
diseñados por poderosas agencias federales que pueden proteger de la
opinión pública la información sobre el proyecto y vencer cualquier oposición, y
son enormemente costosos. “Los proyectos hídricos”, opina el autor Marc
Reisner, “eran la lata de aceite que lubricaba la maquinaria legislativa del
país. Se retenían muchas leyes importantes: un proyecto de educación, otro de
ayuda al exterior, otro de conservación, hasta que el presidente accedía a
conceder a un poderoso jefe de comité agregar un anexo que autorizara la
construcción de su represa favorita”.15

Desde fines de la década del ‘70 en adelante, fue cada vez más difícil para los
políticos de EE.UU. conseguir un buen proyecto “pork” de represa debido a las
restricciones presupuestarias, la oposición ambiental y la creciente
concienciación pública acerca de que la mayoría de los proyectos hídricos
eran un desperdicio económico. Cuando Bill Clinton nombró a Daniel Beard
—un firme opositor a la construcción de grandes represas— como miembro
de la Comisión de la Oficina de Reclamaciones (BuRec), el sistema corrupto
parecía haber acabado por completo. Sin embargo en 1995 reapareció como
traído de la tumba, cuando John Doolittle, un poderoso congresista
republicano de Sacramento, California -descripto por el San Francisco
Chronicle como un “legislador 'títere' dominado por un pequeño grupo con
poderosos intereses agrícolas”- introdujo una propuesta en el Congreso para
construir una represa multipropósito de 2 mil millones de dólares cerca de
Sacramento, que ya había sido rechazada en varias oportunidades durante las
dos últimas décadas. En octubre de 1995 un editorial del San Francisco

10
Chronicle describía irónicamente la represa de Auburn, de 233 metros de
altura, propuesta por Doolittle, como una “monstruosidad de concreto que
gruñe como un cerdo”.16

La política del “pork barrel” adopta diferentes formas en todo el mundo. Philip
Fearnside, del Instituto Nacional de Investigación en Amazonia, cree que la
represa Balbina fue básicamente un soborno electoral del presidente de
Brasil para el Estado de Amazonas. Antes de las elecciones de 1982, el
partido político-militar tenía el poder tanto en Amazonas como a nivel nacional.
Balbina fue presentada a la gente de Amazonas, agrega Fearnside, “como un
ejemplo de la capacidad del gobernador estatal de obtener beneficios de
Brasilia”. La factibilidad técnica de la represa fue irrelevante. Fearnside
comenta que esta clase de proyectos se conocen en Brasil como “obras
faraónicas”.

“Como las pirámides del Antiguo Egipto, estas inmensas obras


públicas demandan el esfuerzo de toda la sociedad para concluirlas,
pero prácticamente no brindan ningún tipo de ganancia económica. Aún
cuando las estructuras sean construidas y abandonadas, éstas sirven a
los intereses cortoplacistas de todos los interesados —desde las
empresas que reciben los contratos de construcción hasta los políticos
que desean el empleo y el comercio que estos proyectos garantizan
para sus propios distritos durante la etapa de construcción”.17

En 1995, una comisión del Senado de Brasil descubrió que casi 4.000
proyectos de infraestructura, entre los cuales muchos de los más importantes
eran represas, habían sido abandonados por falta de fondos.18

Tecnócratas sin una causa: la burocracia


de la construcción de represas

Una vez instaurada, la burocracia es una de las


estructuras sociales más difíciles de destruir.

Max Weber, Bureaucracy

11
Ésta es la dependencia más autocrática e irresponsable de
nuestro gobierno... aquí nadie debe rendir cuentas a nadie.

Senador Francis Tracy, de Nueva Méjico, en la


Oficina de Reclamaciones, 1912

No existe grupo Federal más desobediente o irresponsable que haya


intentado desempeñarse en los Estados Unidos que el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército, ya sea conforme a la ley o fuera de la misma.

Harold Ickes, ex secretario del Interior de los EE.UU., 1951

Existen dos clases principales de burocracias en el ámbito de las represas:


las agencias nacionales, como el Hydroproject Institute de Moscú o el Water
and Power Development Authority de Pakistán, que en la mayoría de los casos
se establecen para construir represas con propósitos específicos, tales como
el riego o la producción de energía hidroeléctrica; y los organismos de
desarrollo de las cuencas hídricas, como la James Bay Development
Corporation y la Organization for the Development of the Senegal River Valley
(OMVS, en inglés), cuyo mandato es más localizado pero mucho más
abarcativo y generalmente su poder se extiende a todos los sectores de la
economía local o regional.

A medida que las agencias de construcción de represas crecen en tamaño y


adquieren más poder, pierden de vista los propósitos originales y confunden
los medios con las metas, lo cual es un proceso típico de las burocracias,
según los sociólogos Max Weber e Ivan Illich. Sin nuevos proyectos, las
agencias sufrirían una reducción radical de sus presupuestos y además
perderían su prestigio. Por lo tanto, su objetivo principal por lo general es
asegurarse los fondos para construir más represas, frecuentemente con el
apoyo de políticos que están desesperados por obtener beneficios
personales con los mismos a fin de consolidar su continuidad más que para
mejorar el bienestar social.

12
La necesidad imperiosa de encontrar nuevos proyectos de construcción
impulsa al uso de tácticas cada vez más desesperadas y deshonestas. En
1974, el entonces gobernador de Georgia, Jimmy Carter, explicó públicamente
en Los Ángeles los métodos de corrupción utilizados por el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército para ganar la aprobación de sus proyectos:

“En muchos de los proyectos de construcción de represas del Cuerpo


de Ingenieros del Ejército, en todo el país las relaciones de costo-
beneficio se han distorsionado enormemente. La información y las
premisas en base a las cuales se busca la aprobación de un proyecto
son erróneas y obsoletas. Se buscan justificaciones falsas...

“Un reciente estudio del proyecto de represa Sprewell Bluff, sobre el río
Flint, en Georgia, llevado a cabo por la Oficina General de Contaduría,
demostró las mentiras existentes en la forma de los análisis realizados
por el Cuerpo de Ingenieros. Se rebajaron los valores de la
construcción, se calcularon tasas de interés extremadamente bajas, se
ignoraron los lagos cercanos, se exageraron las proyecciones
demográficas, se ocultaron los daños ambientales, se basaron los
cálculos de la producción de energía en índices de generación
exagerados, no se incluyeron las pérdidas arqueológicas y se afirmó la
existencia de grandes beneficios recreativos a pesar de la oposición
oficial de las agencias de recreación federales y estatales”.19

La gran rivalidad que se creó entre las dos principales agencias constructoras
de represas en los EE.UU. (el Cuerpo de Ingenieros y la Oficina de
Reclamaciones) demuestra hasta qué punto los objetivos originales de
ambas se perdieron por el instinto burocrático de autoperpetuación. Marc
Reisner explica cómo, a medida que se hizo más difícil encontrar sitios
propicios para las represas, las agencias persuadían al Congreso a
desembolsar fondos para construir represas que sabían que eran
innecesarias porque temían que si una no construía la otra lo hiciera
primero.20

El modelo original de la segunda clase de burocracia asociada con este tipo


de obras es la Autoridad del Valle del Tennessee (TVA en inglés), que fue

13
creada durante la Gran Depresión por el presidente Franklin D. Roosevelt. Las
áreas principalmente agrícolas a lo largo del río Tennessee, afluente del
Mississippi, eran las más pobres de los Estados Unidos. La producción
agrícola era baja, mientras que la erosión del suelo y la deforestación eran
altas. Se suponía que la TVA cambiaría esta situación haciendo que el control
del valle no estuviera más en manos de los corruptos funcionarios electos de
la zona y que en su lugar la conducción estuviera a cargo de un grupo de
burócratas subsidiado por el Estado, conformado por tecnócratas sumamente
cultos supervisados por tres directores designados por el presidente de los
EE.UU.

En 1933, el proyecto de ley que creó la TVA le encomendó “la amplia tarea del
planeamiento para el uso apropiado, la conservación y el desarrollo de los
recursos naturales de la cuenca de captación del Río Tennessee...”. Esta
visión del desarrollo de la planificación central consideró que las represas que
suministran energía, controlan inundaciones y mejoran la navegación tenían
una importancia clave. Pocos meses después de su creación, la TVA comenzó
a trabajar en la represa Norris. Para 1939, año en que las últimas represas de
la TVA se completaron, 38 grandes represas formaban parte del sistema.21

El peso internacional de la TVA era muy fuerte. Miles de planificadores


extranjeros, ingenieros y políticos visitaron el valle de Tennessee invitados por
el gobierno de los EE.UU., y al regresar a sus países difundieron la doctrina
de que una o más represas de propósitos múltiples construidas por una
autoridad centralizada pueden transformar rápidamente cualquier economía
regional de agricultura de subsistencia en una economía basada en la
industria agropecuaria. “Durante varios años luego de la II Guerra Mundial”,
escribió el economista Albert Hirschman en 1967, “cualquier esquema de
desarrollo del valle de un río, ya sea del río San Francisco en Brasil, el
Papaloapan en Méjico, el Cauca en Columbia, el Dez en Irán o el Damodar en
India oriental, se presentaba ante un público satisfecho como una copia fiel...
de la Autoridad del Valle del Tennessee”. 22

La TVA asumió este rol totémico sin que nadie supiera demasiado sobre lo
que realmente había logrado ni tampoco considerara si un modelo que se
puede aplicar al sur de los EE.UU. podría implantarse con idénticos

14
resultados en cualquier otra parte del mundo. Se suponía que la TVA era el
mejor ejemplo de “planeamiento de desarrollo integrado”, pero en realidad se
convirtió rápidamente en una empresa de servicios de electricidad que invertía
únicamente un pequeño porcentaje de su presupuesto en otros programas
como la capacitación agrícola y la reforestación. La TVA era vista como
sinómino de represas, pero después de 1945 construyó muy pocas de estas
grandes obras: en 1955 la quema de carbón por parte de la TVA sobrepasó su
capacidad de generación hidroeléctrica y en 1967 comenzó a trabajar en la
planta de energía nuclear más grande del mundo. En 1993 solamente cerca
de un 15 % de la energía generada por la TVA era producida en sus represas.

Hasta los ´80 muy pocos estudios sobre los impactos de la TVA habían sido
realizados por entes independientes de la Autoridad. Las investigaciones
llevadas a cabo desde entonces no han sido muy útiles para probar la
reputación internacional brillante de la Autoridad, ya que demuestran que la
TVA brindó una asistencia a largo plazo mínima a las más de 50.000
personas que perdieron sus tierras y sus medios de vida a causa de sus
represas. La descripción que la socióloga Nancy Grant hace de los impactos
de los desalojos causados por la TVA refleja el fracaso de los modernos
planes de reasentamiento en los países en vías de desarrollo:

“...el desalojo a gran escala y la posterior reubicación de las familias


provocó serios problemas económicos a esta gente y a las áreas
superpobladas en las que se los obligó a reasentarse. Tanto los
arrendatarios como los propietarios pobres vivieron el peso de la
readaptación... el 69% de los campesinos del área de la represa de
Wheeler fueron reubicados en tierras de inferior calidad... la TVA
indemnizó solamente a aquellos individuos que podían probar una
pérdida directa y considerable. Además se ignoró a aquellos que no
tenían el título de la propiedad o algún tipo de acceso formal a las
tierras y no se reconoció la costumbre local del uso informal de tierras
sin título como una forma de aumentar sus ingresos. El Valle de
Tennessee fue invadido por especuladores inmobiliarios y estafadores
que involucraron a las familias en inversiones falsas o infructuosas...”.

15
Una cantidad desmedida de las familias desplazadas más pobres era negra
y, según Grant, el prejuicio racial de la gente local y de los planificadores hizo
que su reubicación fuera particularmente difícil.23

Un estudio de todos los informes económicos de los primeros 50 años de la


TVA, preparado para el Instituto de Política Ambiental, con sede en Washington
DC, concluyó que, a pesar de haber invertido miles de millones de dólares del
Estado, “la evidencia no apoya la creencia general de que la TVA contribuyó
sustancialmente al crecimiento económico de la región del Valle del
Tennessee”.24

Durante la década de 1950, la Autoridad se vio obligada a reducir el ritmo de la


construcción, ya que era cada vez más difícil conseguir sitios propicios, pero a
pesar de esto la agencia estaba decidida a continuar con estas obras. William
Wheeler y Michael McDonald, historiadores de la TVA, escribieron que,

“La TVA llegó a creer que los proyectos significaban progreso y que las
represas, incluso sobre los afluentes, traerían prosperidad. Si la
participación ciudadana era necesaria, TVA la crearía y si se exigían
justificaciones detalladas, es decir un análisis de la relación costo-
beneficio, la TVA también las crearía”.25

En 1979, luego de cuarenta años de planeamiento, de presión a favor de la


construcción y de contabilidad creativa, se completó la represa Tellico, de 39
metros de altura, que se encuentra sobre un afluente menor del Tennessee.
La TVA hizo aprobar el proyecto de construcción de la represa a la fuerza, a
pesar de las protestas de los propietarios de las tierras, los políticos locales,
los ambientalistas y los indígenas norteamericanos, quienes estaban furiosos
por el anegamiento de sus cementerios y de la capital sagrada de Cherokee,
Chota. En enero de 1979, un comité del Congreso concluyó unánimemente
que, aunque el 95% de la construcción de la obra ya se había llevado a cabo,
sus beneficios serían inferiores al costo que tenía la finalización de la misma.
Sin embargo, dos congresistas que estaban a favor de la construcción de
Tellico introdujeron en secreto una enmienda a un proyecto de ley sobre
grandes obras públicas ordenando la finalización del proyecto. Este episodio

16
fue denominado por Wheeler y McDonald como una “muestra evidente de
engaño político”.

Wheeler y McDonald creen que Tellico fue una gran victoria pírrica para la TVA.
Sus tácticas engañosas ganaron tantos enemigos que nunca más se le
permitiría construir otra represa y existiría muy poco apoyo político para tomar
medidas que eximan a la agencia de las deudas agobiantes contraídas con el
gobierno federal (26 mil millones de dólares en 1995) principalmente para
llevar a cabo el desastroso programa de energía nuclear.26

La experiencia de la TVA, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y la Oficina de


Reclamaciones nos demuestra que aunque estas agencias harán lo
imposible por continuar construyendo grandes obras con el único objetivo de
mantener su poder y su prestigio, a la larga irán demasiado lejos, perderán el
apoyo público y, suponiendo que existe algún grado de control democrático, se
verán obligadas a reducir proporcionalmente sus actividades y dedicarse a
controlar la infraestructura que ya construyeron. La Oficina de Reclamaciones
ha reducido ininterrumpidamente el número de trabajadores de 17.000 en sus
momentos de esplendor a comienzos de la década del ´60 a una cifra que no
superaba los 6.500 trabajadores en 1995. Daniel Beard, miembro de la
Comisión, explicaba a los ingenieros reunidos en el Congreso de la Comisión
Internacional de Grandes Represas, llevada a cabo en Sudáfrica en 1994, que,

“Nuestro modo tradicional de resolver los problemas mediante la


construcción de represas y servicios relacionados ya no es aceptado
por la gente. Deberemos mantenernos al margen de la industria de la
construcción de represas. Nuestro futuro está en el desarrollo del
manejo de los recursos hídricos y de las acciones para restaurar el
ambiente y no en la construcción de proyectos hidráulicos”.27

Las compañías constructoras de represas


¿Un cuerpo vigoroso?

Pretendemos ser un activo cuerpo de ingenieros de represas que


ayude a mejorar la vida de la gente y a liberarla de la esclavitud
de la pobreza.

17
Theo P. C. Van Robbroek, presidente de
ICOLD, 1994

En la actualidad, el negocio de las represas mueve alrededor de 20 mil


millones de dólares anuales. 28 Una gran parte de este dinero se destina a
una cantidad relativamente limitada de corporaciones multinacionales que se
dedican a la ingeniería, a la fabricación de equipamiento y a la construcción
(ver Cuadro 9.1). La gran suma de dinero en juego ha impulsado a estas
compañías y a los grupos industriales nacionales e internacionales, tales
como ICOLD y la Asociación Nacional de Hidroenergía de los EE.UU., a
constituir un grupo de presión activo a favor de las represas. Las relaciones
públicas son una parte importante de su trabajo, publican artículos que
promueven la construcción de represas en boletines de ingeniería, cartas a
los editores de los diarios, folletos, material “educativo” y construyen elegantes
centros para los visitantes en varias grandes represas. La industria también
ejerce su habitual presión política: a fines de 1995, por ejemplo, un grupo de
firmas estadounidenses, incluyendo a la empresa constructora de turbinas
Voith Hydro y a los consultores en ingeniería de Harza, organizaron una sesión
informativa cerrada para tres subcomités del Congreso en la que instaron al
gobierno de los EE.UU. a que les garantizara contratos para el proyecto Tres
Gargantas.

Existe una tercera forma de presionar en favor de las represas, que se hace
de manera indirecta y que resulta mucho más difícil de descubrir. Se realiza en
partidos de golf y en fiestas nocturnas, convocando a contratistas, burócratas
de organismos de ayuda, funcionarios vinculados con las represas y políticos,
o directamente se presiona mediante sobornos. La industria de la
construcción fue el centro de los escándalos que estallaron a comienzos de
los ´90 debido a los pagos ilícitos a políticos a cambio de contratos,
principalmente en Japón, Tailandia, Brasil, Italia, España, Francia y Portugal.
29
Esta industria no es la única que es corrupta, pero es inusualmente
susceptible de serlo, simplemente porque la suma de dinero que se maneja
es mayor que en cualquier otro proyecto de construcción.

18
Muchos sostienen que la represa construida en el estuario del río Nagara, en
Japón, que se terminó en 1994 con un costo de 6 mil millones de dólares, no
tenía ningún propósito útil. Esta represa se ha convertido hoy en un símbolo
de lo que se denomina el “triángulo de hierro”, constituido por los burócratas
del Ministerio de Obras, los políticos y las compañías constructoras. Los
burócratas brindan información interna a las compañías acerca de las ofertas
y en recompensa se les otorga trabajos rentables en el sector privado cuando
se retiran del servicio público (práctica conocida como amakudari, o
“descenso del cielo”). Las compañías también ofrecen grandes sobornos a
aquellos políticos que promueven los proyectos de obras públicas. Los
periodistas japoneses estiman que el pago promedio es aproximadamente el
10% del costo total de los proyectos.30

Cuadro 9.1: Mayores Corporaciones de la Industria Internacional de la


Represa

Compañía País Principales Proyectos de Represa con Participación


de la Compañía
Acres Consulting Services, Ltd./ Canadá Warsak, Akosombo, Karnali (Chisapani), Kpong, Lesotho
Acres International Ltd. (a) Highlands, Mahaweli, Mekong Represas de 'Flujo Libre', Nam
Theun 2, Owen Falls, Tarbela, Three Gorges, Warsak,
Xiaolangdi
Asea Brown Boveri (ABB) (c/eq) Suiza/ Atatürk, Bakun, Batang Ai, Cabora Bassa, Chicoasén, Guavio,
Suecia Itaipú, Kemano, Karakaya, Macagua II, Magat, Muela (Lesotho
Highlands), Nam Theun-Hinboun, Pangani, Pangue, Rantembe
(Mahaweli), Sardar Sarovar, Tarbela, Tucuruí, Uri, Xeset,
Xingó, Zimapán
Balfour Beatty & Co. (a/c) Reino Kainji, Kindaruma, Muela (Lesotho Highlands), Pergau,
Unido Samanalawewa, Victoria (Mahaweli)
Bechtel Corporation (a/c) EEUU Bekhme, Churchill Falls, Hoover, James Bay, Karnali
(Chisapani), Kemano, Nam Ngum 2, Xiaolangdi
Coyne et Bellier (a) Francia Berke, Cabora Bassa, Diama, Kariba, Katse (Lesotho
Highlands), Kedung Ombo, M'bali (Boali 3), Roseires, Sir,
Tarbela, Xiaolangdi
Doka (c) Austria Akosombo, Balbina, Guri, Itaipú, Karakaya, Três Irmãos
Dumez (c) Francia Ertan, Itaipú, Saguling, Xiaolangdi, Yacyretá, Zimapán
ECI/ATC Engineering Consultants, EEUU Acaray, Bhumibol, Kremasta, Magat, Pantabangan, Sirikit
Inc. (a)
Electrowatt Engineering Services Suiza Aguacapa (Agua Caliente), Atatürk, Batoka, Karakaya, Khao
Ltd. (a) Laem, Nam Theun 1, Nangbeto, Rantembe (Mahaweli),
Samanalawewa
Elin Energieversorgung (eq) Austria Agus, Bhumibol, Caruachi, Chiew Larn, Cirata, Mosul, Pak Mun,
Yamdrok Tso
Energoproject (c/a) Yugoslavia Bayano, Djerdap (Iron Gates), Kafue Gorge, Kiambere, Sir
General Electric Canada (eq) Canadá Akosombo, Brisay (James Bay), Caruachi, Churchill Falls,
Ertan, Geheyan, Grand Coulee, Guavio, Guri, Itumbiara,
Laforge 2 (James Bay), La Grande 1 (James Bay), Pangue,
Tarbela, Tucuruí

19
GEC Alsthom [Neyrpic] (eq) Francia/ Balbina, Berke, Cabora Bassa, Churchill Falls, Diama, Eastmain
Reino 1 (James Bay), Guatape, Itaipú, Laforge 1 (James Bay), La
Unido Grande 1 & 2 (James Bay), Pergau, Petit Saut, Rio Grande,
Samanalawewa, Sir, Três Irmãos, Tucuruí, Turkwell
Sir Alexander Gibb & Partners (a) Reino Aswan, Kariba, Katse and Mohale (Lesotho Highlands), Kiri,
Unido Victoria (Mahaweli), Owen Falls, Pergau, Roseires,
Samanalawewa
Harza Engineering Company (a) EE.UU. Ambuklao, Bakun, Brokopondo, Caruachi, Cerron Grande
(Silencio), Corpus Christi, Ertan, Ghazi Barotha, Guri,
Kalabagh, Mohale (Lesotho Highlands), Macagua II, Mangla,
Tarbela, Three Gorges, Yacyretá
Hitachi (eq) Japón Akosombo, Guri, Macagua II, Shuikou, Sir, Srinakharin,
Tarbela, Temengor
Hochtief AG (c) Alemania Aswan, Cabora Bassa, Chixoy, Ertan, Ghazi Barotha, Katse
(Lesotho Highlands), Nangbeto, Rantembe (Mahaweli), Tarbela,
Xiaolangdi
Impregilo/Cogefar/Impresit/ Italia Akosombo, Bakolori, Chivor, Chixoy, Daniel Palacios
Girola/Lodigiani (c)* (Amaluza/Paute), Dez, El Cajón, Ertan, Fortuna, Ghazi
Barotha, Itezhitezhi, Kainji, Kariba, Katse (Lesotho Highlands),
Keban, Koussou, Kpong, Piedra del Águila, Roseires, Tarbela,
Xiaolangdi, Yacyretá, Zimapán
Knight Piésold & Partners Reino Batoka, Corpus Christi, Katse and Mohale (Lesotho Highlands),
[Watermeyer Piésold Legge Unido Kiambere, Masinga, Nam Theun 2, Pergau, Turkwell
Uhlmann (WPLU)] (a)
Kvaerner (eq) Noruega Aswan, Bhumibol, Caruachi, Curua-Una, Damodar Valley
(Panchet Hill), Furnas, Idukki, Kafue Gorge, Kaptai (Karnafuli),
Kariba, Kotmale (Mahaweli), Kpong, Lubuge, Muela (Lesotho
Highlands), Nagarjunasagar, Owen Falls, Pangue, Pergau,
Roseires, Uri, Victoria (Mahaweli), Xeset, Zimapán
Lahmeyer International GmbH (a) Alemania Agus, Arun III, Bakun, Batoka, Chico River, Corpus Christi,
Chixoy, Lang Suan, Lesotho Highlands, Mohale y Muela
(Lesotho Highlands), Nam Leuk, Selingué, Yacyretá
Lösinger (c/a) Suiza Manantali, El Cajón, Khao Laem, Victoria (Mahaweli)
Mitsubishi (eq) Japón Chicoasén, Chixoy, Guri, Macagua II, Magat, Mangla, Piedra
del Águila, Saguling, Samanalawewa, Srinakharin, Temengor,
Yacyretá
Mitsui Construction Co. (c/eq) Japón Guavio, Nam Ngum, Samanalawewa, Temengor, Xeset
Morrison-Knudsen Corporation EE.UU. Hoover [Chixoy, Daniel Palacios (Amaluza/Paute), Itaipú,
[International Engineering Kaptai (Karnafuli), Shuikou]
Company (IECO)] (a)
Motor Colombus Consulting Suiza Bakun, Chixoy, El Cajón, Mahaweli, Nam Theun 2
Engineers Inc. (a)
Nippon Koei (a) Japón Asahan, Kulekhani, Mohale (Lesotho Highlands), Nam Ngum,
Samanalawewa
Norconsult/ Noruega Epupa, Ertan, Karnali (Chisapani), Lubuge, Paulo Afonso,
Norpower (a) Theun-Hinboun, Turkwell, Yantan, Xeset
Siemens (eq) Alemania Cabora Bassa, Daniel Palacios (Amaluza/Paute), Gabcikovo,
Guavio, Guri, Itaipú, Itaparica, Macagua II, Nam Ngum 2, Nova
Ponte, Tarbela, Xingó
Skanska (c) Suecia Gitaru, Kotmale (Mahaweli), Pergau, Serra da Mesa, Uri,
Urrá I
SNC-Lavalin Inc. (a) Canadá Dai Ninh, Idukki, Brisay (James Bay), Karnali (Chisapani),
Kpong, Laforge 1 (James Bay), La Grande 1 y 2 (James Bay),
Magat, Manantali, Temengor, Three Gorges, Xiaolangdi
Snowy Mountains Engineering Australia Batang Ai, Kedung Ombo, Khao Laem, Lubuge, Mohale
Company (SMEC) (a) (Lesotho Highlands), Nam Theun 2, Pergau, Sardar Sarovar,
Southern Okavango Project (2 represas)
Sogreah (a) Francia Cabora Bassa, Dai Ninh, Diama, Katse (Lesotho Highlands),
Khashm El Girba, Madura Oya (Mahaweli), Nam Leuk,
Nangbeto, Pak Mun, Selingué, Turkwell
Spie Batignolles (c) Francia Muela (Lesotho Highlands), Saguling, Tarbela, Turkwell

20
Sulzer Hydro Ltd./Sulzer-Escher Suiza Atatürk, Chixoy, Guavio, Karakaya, Kemano, Macagua II,
Wyss (eq) Nangbeto, Rantembe (Mahaweli), Sir, Tarbela
Sumitomo (eq) Japón Guavio, Piedra del Águila, Samanalawewa, Sardar Sarovar, Sir
Toshiba (eq) Japón Guavio, Guri, Macagua II, Saguling, Sir, Yacyretá
Vianini (c) Italia Guavio, Nam Theun-Hinboun, Pak Mun, Sirikit, Srinakharin,
Xeset
Vöest Alpine (eq) Austria Agus, Atatürk, Cerron Grande (Silencio), Chixoy, Dadin Kowa,
Daniel Palacios (Amaluza/Paute), Guavio, Jari, Kainji, Kariba,
Magat, Mangla, Mosul, Piedra del Águila, Playas, Rihand,
Roseires, Salvajina, Tarbela, Yamdrok Tso, Yantan
Voith (eq) Alemania Awash, Cabora Bassa, Itaipú, Itaparica, Itumbiara, Kompienga,
Mosul, Paulo Afonso IV, Xingó, Yacyretá
Ed. Züblin AG (c) Alemania Clyde, El Cajón, Ghazi Barotha, Kamburu, Manantali, Muela
(Lesotho Highlands), Rantembe (Mahaweli), Tarbela, Xiaolangdi

Notas
Los corchetes indican una compañía que ha sido adquirida o se ha fusionado con la citada
anteriormente, o el nombre anterior de la compañía..
a = asesor de ingeniería/ medioambiental
eq = provisión de equipos
c = compañía constructora
* Cogefar-Impresit SpA e Impresit-Lodigiani-Girola (Impregilo) SpA se fusionaron en 1994 y
formaron Impregilo SpA.
Fuentes: Lista compilada de varias fuentes. La lista no es exhaustiva: las compañías y
represas son seleccionadas según datos disponibles. 'Participación ' significa intervenir en
las asesorías de preconstrucción y/ o obras de construcción y/ o provisión de equipos para
las represas y/ o infraestructura directamente asociada. No se incluyen trabajos de
reparación ni rehabilitación posconstrucción.

Es probable que las grandes represas construidas sobre el río Paraná


constituyan los casos más infames de corrupción. El periodista brasileño
Paulo Schilling y el ex legislador paraguayo Ricardo Canese se refirieron a la
construcción de Itaipú como “el fraude más grande de la historia del
capitalismo”. En un principio se previó que Itaipú costaría 3,4 mil millones de
dólares, pero la cantidad de dinero que los dictadores militares de Paraguay y
Brasil y sus secuaces retiraron para ellos hizo que la suma se elevara a 20 mil
millones de dólares. 31 La represa binacional Yacyretá, construida río abajo de
Itaipú, cuyo costo proyectado era de 2,7 mil millones de dólares y terminó
saliendo U$D 11,5 mil millones, fue descripta por el ex presidente argentino
Carlos Menem como “el monumento a la corrupción”.32

Tan corrupto como el pago de sobornos, y posiblemente aún más importante,


ya que se impulsan proyectos destructivos y antieconómicos, es el proceso
mediante el cual se seleccionan los proyectos. Los asesores elegidos para
aconsejar a un gobierno o a quien financia los proyectos acerca de la
“posibilidad” de una represa inevitablemente se inclinan por el sí. Esta
tendencia es en cierto modo producto de la ideología y de la capacitación

21
profesional de los individuos que realizan estos estudios, quienes por lo
general son ingenieros a los que se les enseña que las represas son
necesarias y no se les brinda un conocimiento profundo acerca de los temas
ecológicos, sociales y económicos. A esto se agrega el gran interés propio de
las compañías consultoras para que se construyan represas: los contratos
ligados a su construcción son generalmente adjudicados a la misma
compañía, a la casa matriz o a una firma asociada, que realizó los estudios
iniciales del proyecto. Aunque la compañía que realiza el estudio de
factibilidad no se ofrezca para futuros contratos dentro del mismo proyecto, los
consultores saben que si criticaran los proyectos de sus clientes
normalmente se quedarían sin fuente de trabajo en poco tiempo.

Además, los consultores tienen muy poco incentivo para recomendar el cese
de una represa. Si ésta resulta ser costosa y sin ninguna utilidad y además
causa desastres ambientales, es la gente de la zona la que se perjudica. Para
cuando esto ocurra, los expertos que aconsejaron la construcción ya habrán
recibido su cheque y estarán trabajando en otro proyecto. Los secretos que los
estudios de factibilidad encierran y la falta de evaluaciones posteriores a la
construcción también implican que nadie va a comparar lo que pronosticaron
los consultores con lo que en realidad sucedió.

En diciembre de 1985, la Snowy Mountains Engineering Corporation de


Australia (SMEC en inglés) fue contratada por el gobierno de Botswana para
realizar un estudio técnico de factibilidad y una evaluación de impacto
ambiental para el Proyecto de Desarrollo Hídrico Integrado al sur de
Okavango. El estudio, que fue finalizado en noviembre de 1987, concluyó que
estas dos represas podían cumplir sus objetivos de aumentar la
disponibilidad de agua, la producción de alimentos y la oferta de empleos
para los residentes de la zona y también suministrar agua a una gran mina de
diamantes ubicada en las cercanías. Cinco meses después, la SMEC recibió
otro contrato para realizar estudios de diseño detallados para el proyecto.

Cuando la construcción del Proyecto Okavango estaba por comenzar, a fines


de los ´90, la gente de la zona y algunos grupos internacionales que apoyan la
conservación comenzaron a preocuparse por el impacto que producirían las
obras sobre la productividad de las tierras cercanas y sobre la vida silvestre.

22
En un acto sin precedentes, el gobierno de Botswana aceptó suspender el
proyecto e invitó a la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) a realizar una
revisión en forma independiente. La UICN reunió a un equipo interdisciplinario
de 13 miembros conformado por científicos sociales, hidrólogos,
economistas, biólogos e ingenieros.

Después de nueve meses de estudios de campo, el equipo de la UICN


concluyó en forma unánime que el estudio realizado por la SMEC sobre los
beneficios del proyecto era “excesivamente optimista y estaba plagado de
errores conceptuales”, y que existía una “asimetría abrumadora al momento
de justificar los costos y los beneficios del proyecto”, ya que “todos los
beneficios que podían ser cuantificados fueron incluidos y por otro lado
muchos de los costos que pudieron ser cuantificados no lo fueron”. Luego de
darse a conocer el informe de la UICN, el proyecto se suspendió.33 Si el
estudio independiente no se hubiera realizado, es muy probable que el
proyecto estuviese hoy en día bastante avanzado.

Se supone que la mayoría de los ingenieros siguen códigos de ética


delineados por sociedades nacionales o estatales. Si estos códigos fueran
verdaderamente respetados, gran parte de las prácticas de corrupción que
rodean la construcción de represas podría desaparecer. Sin embargo, en la
práctica es extremadamente difícil que la opinión pública pueda exigir a los
ingenieros atenerse a estas normas éticas, debido al misterio que rodea el
trabajo de las consultorías y por la estrecha relación que las compañías de
ingeniería y los consultores mantienen con los entes que deben regularlos.34

En 1990, el grupo canadiense de ambiente y derechos humanos Probe


International entabló una demanda ante algunas entidades provinciales
reguladoras de ingeniería contra cinco consultorías hidráulicas canadienses
que habían trabajado en el estudio de factibilidad del proyecto Tres Gargantas.
Probe International acusó a las compañías —BC Hydro International, Hydro-
Quebec International, SNC, Lavalin International y Acres International— de
“negligencia, incompetencia y conducta profesional poco ética”. Previamente,
Probe había coordinado un grupo de especialistas que redactó una fuerte
revisión crítica del estudio financiado por el gobierno canadiense sobre la
factibilidad del proyecto Tres Gargantas. Uno de los miembros del grupo,

23
Vaclav Smil, profesor de geografía de la Universidad de Manitoba y autor de
varios libros sobre energía y ambiente en China, describió al estudio como
“poco técnico y científico, más bien una especie de prostitución profesional
pagada por los contribuyentes canadienses”.

Cada uno de los tres entes establecidos para regular la práctica de la


ingeniería -que son sus propias asociaciones profesionales- rechazó la
demanda de Probe. La sociedad de ingenieros de Quebec manifestó que
Probe sólo tenía autoridad para ejercer acciones disciplinarias contra los
particulares y no contra las compañías; la Asociación de Ingenieros
Profesionales de British Columbia le respondió a Probe asegurando que sus
demandas “tendían a ser opiniones... y que el proceso disciplinario de la
Asociación no se estructura en base a impresiones arbitrarias y diversas”. La
Asociación de Ingenieros de Ontario rechazó la demanda argumentando que
los consultores obedecían “estándares generales aceptados
internacionalmente”, pero obviaron mencionar cuáles son estos estándares o
quién los establece y los hace cumplir.35

El lazo que las une: industrias dependientes

Los intereses comerciales que lucran a partir de los servicios provistos por
las represas también colaboran con el lobby a favor de la construcción de las
mismas. La industria agropecuaria -con sus intereses particulares-, las
empresas de servicios hídricos, los propietarios de barcazas y las ciudades
que desean lograr el control de las inundaciones se han asociado con las
compañías de construcción para formar un lado del “triángulo de hierro” de los
EE.UU., los otros dos lados están constituidos por los políticos y los
burócratas del sector hídrico. Es probable que el primer grupo lobista de
desarrollo hídrico en los Estados Unidos se haya establecido en 1901 para
impulsar los proyectos del Cuerpo de Ingenieros. De este Congreso Nacional
sobre Puertos y Ríos participaron “figuras empresariales locales y políticas,
contratistas, entidades comerciales e industriales, miembros clave del
Congreso -quienes eran socios honorarios del grupo- y funcionarios del
Cuerpo que eran miembros ex oficio”.36

24
Las industrias que usan intensivamente la electricidad, en particular la
industria del aluminio, han tenido un rol destacado en la promoción de la
construcción de represas. A diferencia de otras clases de fundición que
dependen del calor, la producción de aluminio requiere del paso de una
poderosa corriente eléctrica por la alúmina -extraída del mineral, la bauxita. La
electricidad constituye el segundo factor más costoso en la producción de
aluminio después de la materia prima. Cuando el pequeño número de
multinacionales que controlan la mayor parte de la industria del aluminio
deciden adónde construir las fundiciones, una de las principales
consideraciones es el suministro ininterrumpido de energía a precios
competitivos. Los constructores de grandes represas, especialmente
aquellos en áreas remotas, tienen interés en atraer a las plantas de aluminio,
ya que éstas representan un consumidor de electricidad garantizado y a largo
plazo.

Las industrias hidroeléctricas y del aluminio han estado ligadas de modo


indisociable desde que emergieron. Como explica el historiador de represas
Norman Smith:

“La primera generación de energía hidroeléctrica alrededor de 1900


significó un estímulo temprano para la producción masiva de aluminio
y, a su vez, el incremento en la demanda por las propiedades únicas
del aluminio incentivó significativamente el desarrollo de más proyectos
hídroeléctricos. El hecho de que Noruega, Canadá y los Estados
Unidos se convirtieran en los productores de aluminio más grandes del
mundo se debió en gran parte a que estos países podían generar
grandes cantidades de energía hidroeléctrica a muy bajo costo”.37

Las fundiciones de aluminio son los clientes más grandes de muchas de las
represas más poderosas del mundo: un 20% del total de la electricidad
producida por Guri -la segunda represa más poderosa del mundo-, se utiliza
para producir aluminio; como sucede con alrededor de un 35% de la
producción de Grand Coulee, la cuarta más poderosa; y el 75% de Tucuruí, la
décima. El 15% de la electricidad producida por la represa Alta Assuán se
destina a una fundición de aluminio.38

25
Las corporaciones del aluminio consideran que la energía hidroeléctrica es
una fuente “barata” de energía, sólo porque pueden beneficiarse de subsidios
considerables, accediendo a la electricidad a un precio muy inferior en
comparación con el que pagan otros usuarios. En la Unión Soviética, el
segundo productor de aluminio más importante del mundo, y en Egipto, tanto
las represas como las fundiciones de aluminio son estatales. El precio que
pagan estas últimas por la energía es establecido por el gobierno para que su
aluminio tenga precios competitivos y no refleja el valor real de la producción
eléctrica. Si las fundiciones se encuentran en manos privadas, los gobiernos
se encargan de garantizarles hidroelectricidad fuertemente subsidiada por
varias razones: en primer lugar, porque el gobierno desea construir la represa
por razones políticas y considera que es mejor que una fundición compre la
energía a bajo precio a no venderla; en segundo lugar, por la creencia de que
un complejo de represa-fundición favorecerá una rápida industrialización de la
región -una presunción con muy pocos fundamentos empíricos- y finalmente
debido a la importancia estratégica y militar del aluminio, que resulta vital para
las industrias aeronáuticas y electrónicas. 39

El ejemplo más conocido del modo en que se presentan los factores


antes mencionados puede citarse en Ghana, donde la Compañía de
Aluminio Volta (Valco) consume más de la mitad de la producción de
Akosombo. El presidente Nkrumah acordó concederle a Valco rebajas
masivas de impuestos y abastecerla de electricidad a un precio ínfimo que
representaba la cuarta parte de lo que pagaban los otros usuarios y que
supuestamente debía permanecer invariable durante tres décadas. En
realidad, el precio fue renegociado dos veces pero todavía permanece por
debajo de la tasa del mercado. 40

Los que pagan las consecuencias: represas y “asistencia”

Recordemos que el principal propósito de la asistencia no


radica en ayudar a otras naciones sino a nosotros mismos.

Presidente Richard M. Nixon, 1968

26
El pilar final que sostiene a la moderna industria de las represas está
constituido por las agencias internacionales de ayuda. En los países del norte
la mayoría de las grandes represas han sido construidas con dinero del
Estado nacional. En los países del sur, los fondos generados internamente
para la construcción de las represas han sido complementados con miles de
millones de dólares de préstamos a bajo interés de bancos de desarrollo y
agencias de ayuda. Las grandes represas constituyen un destino
particularmente atractivo para los fondos de ayuda. Durante la Guerra Fría,
éstas atrajeron fondos, en parte porque las grandes potencias querían signos
visibles de la dependencia de sus Estados clientes y publicidad de las
maravillas tecnológicas que se lograron como consecuencia del capitalismo y
del comunismo. La macroeconomía también era importante: las represas
ofrecían la posibilidad de una rápida inserción de áreas remotas
“subdesarrollas” en la economía internacional. Actualmente, las razones
comerciales son con seguridad las principales para que las agencias de
ayuda apoyen la industria de las represas: debido a que la construcción de
grandes represas en los países del norte se ha detenido casi por completo,
los gobiernos que alguna vez pagaron a las compañías de construcción y de
ingeniería para construir represas en sus propios países, ahora ayudan a
mantener estas compañías funcionando mediante la financiación de
proyectos en otros países.

El Banco Mundial (BM) es la institución pública más importante en la industria


contemporánea de las represas. Durante los primeros 50 años luego de su
creación, en 1944, realizó 527 préstamos que financiaron la construcción,
expansión o rehabilitación de más de 600 represas en 93 países, incluyendo
muchos de los proyectos más grandes y polémicos del mundo (ver Cuadro
9.2). Entre 1944 y 1994 los préstamos destinados a las represas totalizaban
alrededor de 58 mil millones de dólares (según la cotización del dólar en
1993). El primer préstamo del Banco a un país en desarrollo se aprobó en
1948 y contribuyó a la construcción de tres represas hidroeléctricas en Chile.
Los préstamos iniciales para otros 16 países se realizaron específicamente
para represas. Para una gran cantidad de países, los préstamos más
grandes, o los únicos, que han recibido del Banco Mundial fueron para una
represa.41

27
Cuadro 9.2 Principales Organismos Financieros de Industria Internacional
de la Represa

Bancos de Desarrollo Principales Proyectos de Represas


Multilaterales
Banco Mundial, (International Aguacapa (Agua Caliente), Aji III, Akosombo, Al Massira (Sidi Cheho),
Bank for Reconstruction and Almatti (Upper Krishna), Amili (Ver II), Arenal (Corobici), Arun III, Awash,
Development (IBRD), Bang Lang (Pattani), Bayano, Berke, Bhumibol, Cerron Grande (Silencio),
International Development Chandil, Chandoli (Warna), Chico River, Chicoasén (Manuel Moreno Torres),
Association (IDA), International Chiew Larn, Chivor, Chixoy (Pueblo Viejo), Cirata, Daguangba, Dai Ninh,
Finance Corporation (IFC)) Dez, Dhom, El Cajón, Ertan, Estreito, Fortuna, Foum El Gleita, Furnas,
Ghazi Barotha, Gitaru, Guavio, Guri, Icha, Itaparica, Itezhitezhi, Jhuj,
Kadana, Kainji, Kalabagh, Kamburu, Karakaya, Kariba, Karnali (Chisapani),
Katse (Lesotho Highlands), Kedung Ombo, Khao Laem, Kiambere, Kihansi,
Koyna, Kpong, Kulekhani, Lam Pao, Lang Suan, Lubuge, Lupohlo, Maduru
Oya (Mahaweli), Magat, Mahaweli, Maithon (Damodar), Mangla, Marsyangdi,
M'bali (Boali 3), Monasavu-Wailoa, Muela (Lesotho Highlands), Nam Choan,
Nam Ngum, Nam Theun 2, Nangbeto, Narayanpur (Upper Krishna), Pak Mun,
Pancheswar, Panchet Hill (Damodar) Pangue, Pantabangan, Paulo Afonso I
& IV, Paute (Daniel Palacio/Amaluza), Playas, Pong (Beas), Presidente
Miguel Aleman (Temaxcal), Pujal-Coy, Ravishankar, Rio Grande, Roseires,
Ruzizi II, Saguling, Salvajina, San Carlos I (Punchina), Santa Rita (Guatape
II), São Simão, Sardar Sarovar, Sennar, Shuikou, Sidi Salem, Sipu, Sir,
Sukhbhadar, Sukhi, Sobradinho, Srinakharin (Ban Chao), Sri Rama Sagar
(Pochampad), Srisailam, Tabqua (Thawra), Tarbela, Temengor, Uben, Und,
Venu II, Victoria (Mahaweli), Watrak, Weija, Yacyretá, Yantan, Xiaolangdi,
Zankhari, Zimapán
Banco Interamericano de Acaray, Arenal, Bayano, Caruachi, Chixoy, El Cajón, El Cuchillo, Fortuna,
Desarrollo (BID) Guavio, Itaipú, Moxotó, Paulo Afonso IV, Paute (Daniel Palacio/Amaluza),
Piedro del Águila, Playas, Porce II, Salto Grande, Salto Santiago, San
Carlos I (Punchina), Sobradinho, Yacyretá
Asian Development Bank (ADB) Agus, Batang Ai, Chiew Larn, Ghazi Barotha, Kedung Ombo, Lang Suan,
Magat, Mahaweli, Nam Leuk, Nam Theun-Hinboun, Tarbela, Xeset
African Development Bank Batoka, Diama, Garafiri, Kiambere, Lesotho Highlands, Manantali, M'bali
(AfDB) (Boali 3), Nangbeto, Selingué
Unión Europea (European Diama, Karakaya, Keban, Kpong, Lesotho Highlands, Mahaweli, Manantali,
Development Fund (EDF), Masinga, Monasavu-Wailoa, Ruzizi II
European Investment Bank
(EIB))
Arab Bank for Economic Diama, El Cajón, Kpong, Manantali, M'bali (Boali 3), Nangbeto
Development in Africa/OPEC
Special Fund

Agencias de la ONU
UN Development Programme Bakalori, [Chixoy], Diama, [Estreito], Ghazi Barotha, [Kainji], Kalabagh,
(UNDP) [anteriormente UN Kulekhani, Lesotho Highlands, Lubuge, Mahaweli, Manantali, Mekong
Special Fund] Represas de 'Flujo Libre', Nam Theun 2, Nangbeto, Paute (Daniel
Palacio/Amaluza), Sardar Sarovar, Upper Mazaruni, Xeset
Organización de las NU para la Bakalori, Kadana, Mahaweli
Agricultura y la Alimentación
(FAO)

Agencias Bilaterales de
Asistencia y Crédito para la
Exportación
Australia (ADAB/AusAid) Batang Ai, Lubuge, Mangla, Monasavu-Wailoa, Tarbela
Canadá (CIDA, EDC) Caruachi, Dai Ninh, Diama, El Cajón, Guavio, Guri, Idikki, Itaipú, Kainji,
Kiambere, Koussou, Kpong, Lubuge, Mahaweli, Mangla, Nangbeto, Pangue,
Salto Santiago, Selingué, Tarbela, Temengor, Three Gorges, Urrá I, Warsak,
Yacyretá
Francia (CCCE, FAC) Balbina, Diama, Keban, Kompienga, Lesotho Highlands, Manantali, M'bali
(Boali 3), Nangbeto, Ruzizi II, Tarbela, Turkwell

28
Alemania (GTZ, Hermès, KfW) Arun III, Bakun, Ghazi Barotha, Keban, Kompienga, Lesotho Highlands,
Mahaweli, Manantali, Mangla, Marsyangdi, Nam Pong, Nangbeto,
Pancheswar, Sidi Salem, Tarbela, Ubolratana
Italia (SACE) Chixoy, Dai Ninh, Kainji, Karakaya, Keban, Lesotho Highlands, Ruzizi II,
Tarbela, Three Gorges
Japón (Jexim, JICA, OECF) Akosombo, Arun III, Asahan, Batang Ai, Chiew Larn, El Cajón, Ghazi
Barotha, Itaipú, Kaptai (Karnafuli), Kedung Ombo, Kulekhani, Lang Suan,
Mahaweli, Mosul, Nam Choan, Nam Ngum, Samanalawewa, Saguling,
Salvajina, Sardar Sarovar, Srinagarind, Srisailam, Tarbela, Temengor
Kuwait (KFD) Chiew Larn, Diama, Kpong, Kulekhani, Lang Suan, Manantali, M'bali (Boali
3), Nangbeto
Noruega (NORAD) Caruachi, Epupa, Ertan, Kihansi, Lubuge, Nam Theun-Hinboun, Pangani,
Pangue, Xeset, Yantan
Arabia Saudita (SFD) Diama, Kompienga, Kpong, Kiambere, Mahaweli, Manantali
Suecia (BITS, SIDA) Arun III, Caruachi, Epupa, Kamburu, Kihansi, Kotmale (Mahaweli), Lesotho
Highlands, Pangani, Pangue, Uri, Urrá I, Xeset
Suiza (BAWI, ERG) Atatürk, Cabora Bassa, Chixoy, El Cajón, Guavio, Guri, Itaipú, Karakaya,
Manantali, Mosul, Nangbeto, Sobradinho, Tarbela, Yacyretá
Reino Unido (CDC, ECGD, ODA) Akosombo, Cirata, El Cajón, Kainji, Kariba, Lesotho Highlands, Mangla,
Monasavu-Wailoa, Pergau, Samanalawewa, Sardar Sarovar, Tarbela,
Temengor, Victoria (Mahaweli)
EE.UU. (USAID, Exim) Agus, Akosombo, Ambuklao, Bhakra, Chico River, Ertan, Itaipú, Itumbiara,
Kainji, Kaptai (Karnafuli), Keban, Kossou, Magat, Mahaweli, Manantali,
Mangla, Marimbondo, Pong, Rihand, Salto Santiago, São Simão, Tarbela,
Three Gorges
EE.UU. Aswan, Hoa Binh, Kapanda, Thawra (Thaqra)

Lista compilada de varias fuentes. La lista no es exhaustiva: las compañías y represas son
seleccionadas según datos disponibles. Proyectos listados en que los organismos
financieros han sustentado asesorías de preconstrucción y/ o obras de construcción y/ o
provisión de equipos para las represas y/ o infraestructura directamente asociada. No se
incluyen trabajos de reparación ni rehabilitación posconstrucción.

Hacia fines de los años ‘70 y comienzos de los ‘80, se registraron los niveles
más altos de créditos del BM para represas, con un promedio que superó los
dos mil millones de dólares al año (cotización de 1993). Desde entonces, los
créditos del BM disminuyeron a un nivel anual que representa la mitad de esta
cifra debido a la fuerte oposición que provocaron las represas financiadas por
esta institución. Sin embargo, los créditos de esta entidad continúan
estableciendo récords: en abril de 1994 el financiamiento de 670 millones de
dólares para la represa china Xiaolangdi se convirtió en el paquete crediticio
más elevado que se haya aprobado para un solo proyecto. Sólo un año
después se superó este récord con el segundo préstamo del Banco, de 400
millones de dólares, para Ertan, otra represa en China, y comenzó el proceso
de evaluación para otros 430 millones de dólares para Xiaolangdi. No es
casual que el Banco concentre actualmente su financiamiento para represas
en un país donde la oposición abierta a proyectos gubernamentales implica el
riesgo de prisión o algo peor.42

29
El Banco Mundial está regido por una junta de 24 directores ejecutivos que
representan a los gobiernos de los países miembro, en la actualidad la
mayoría de las naciones. Los directores ejecutivos de los países del norte
(que tienen la mayoría del poder de voto) están muy interesados en aprobar
subsidios para esta clase de obras, ya que representan contratos importantes
para sus propias compañías; mientras que los del sur están muy interesados
en recibirlos, ya que representan grandes préstamos obtenidos a bajo interés
y que están dirigidos a ellos. Una razón importante que explica el interés del
personal del BM en las represas es que el ascenso dentro de la institución se
ha basado históricamente en el volumen de dinero que el empleado pueda
colocar fuera del Banco, y las represas permiten mover mucho dinero.43

A diferencia de los banqueros privados, el grupo del BM encuentra muy poco


incentivo para asegurar que sus proyectos realmente funcionen. Un crítico del
Banco, Bruce Rich, explica que

“Los préstamos y créditos están respaldados por los aportes y


garantías directas de los contribuyentes del mundo industrializado, y
quienes piden los créditos son gobiernos que devuelven el dinero al
Banco con rentas públicas provenientes de sus contribuyentes. Además
los gobiernos que reciben estos préstamos tratan ante todo de
devolverlos al Banco Mundial, ya que el acceso a créditos privados
internacionales depende de la rapidez con que se cumpla con las
obligaciones hacia el Banco. Con esta estructura, no importa si el
proyecto que el Banco financia está bien administrado o no, o si parte o
la totalidad del dinero desaparece”.44

La crítica más completa y concluyente en cuanto al manejo y evaluación de


proyectos del Banco Mundial apareció en el informe de la “Revisión
Independiente”, establecida en 1991 para evaluar el rol del BM en el
financiamiento de Sardar Sarovar. Esta revisión sin precedentes fue presidida
por Bradford Morse, ex congresista republicano que también se había
desempeñado como administrador del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), y que era amigo del entonces presidente del
Banco, Barber Conable. El BM nombró al equipo de revisión luego de años de
presión por parte de grupos ambientalistas y de derechos humanos. Los

30
grupos protestaban porque los informes acerca del progreso de Sardar
Sarovar que los directores ejecutivos de Washington DC recibían del grupo del
Departamento de Operaciones de India, perteneciente al Banco, eran
altamente positivos y no reflejaban lo que ocurría en el Valle del Narmada.45

El informe de la Revisión Independiente se lanzó en junio de 1992, en un libro


de 392 páginas. La crítica rotunda impactó por igual a quienes respaldaban el
proyecto como a quienes se oponían. “Hemos descubierto fallas
importantísimas en la implementación del proyecto Sardar Sarovar”, manifestó
el equipo de revisión en una carta dirigida al sucesor de Conable, Lewis
Preston, que sirve de introducción al informe. La misiva continua así:

“Consideramos que los proyectos de Sardar Sarovar en su estado


actual son defectuosos, que el reasentamiento y la rehabilitación de
quienes han sido desplazados por los proyectos resulta imposible bajo
las circunstancias imperantes y que los impactos ambientales
provocados por los proyectos no han sido propiamente considerados o
adecuadamente tratados. Además creemos que el Banco es en parte
responsable, junto con el prestatario, por la situación que se ha
desencadenado...

“De acuerdo con la política del Banco [en el momento de la aprobación


del préstamo, que data de 1985], el reasentamiento, la rehabilitación y
el impacto ambiental de un proyecto debían ser evaluados a comienzos
del mismo. Sin embargo, no existió una evaluación apropiada de los
proyectos de Sardar Sarovar; no se realizó ningún tipo de evaluación
acerca del reasentamiento, la rehabilitación o el impacto ambiental
previo a la autorización de los mismos. Sardar Sarovar procedió sobre
la base de un entendimiento extremadamente limitado del impacto
humano y ambiental, con planes inadecuados en vigencia y medidas de
mitigación inapropiadas en marcha...

“Hallamos discrepancias en la información hidrológica básica con


relación a estas obras... Creemos que existe una buena razón para
pensar que los proyectos no se llevarán a cabo de la forma en que
fueron planeados...

31
“Importantes supuestos sobre los cuales se basan los proyectos
resultan cuestionables o no tienen fundamentos en la actualidad... se
tiende a exagerar los beneficios, mientras que con frecuencia se
subestiman los costos sociales y ambientales. Ahora las afirmaciones
han sido sustituidas por el análisis...”46.

La respuesta del Banco a la revisión de Morse vindicó las observaciones del


equipo sobre “la tendencia [de esta institución] a avanzar de un modo que evita
el compromiso con la realidad”. En vez de aceptar la recomendación de
“retirarse de los proyectos y considerarlos nuevamente”, la administración del
Banco intentó avanzar a pesar de todo, afirmando ante los directores
ejecutivos que los problemas identificados por Morse podrían resolverse
aplicando más del mismo procedimiento que había fracasado tan
miserablemente en el pasado. Morse y su asistente, el jurista canadiense
Thomas Berger, redactaron una carta a Lewis Preston que reflejaba fastidio,
diciendo que la respuesta del Banco “ignora o tergiversa los principales
hallazgos de nuestra revisión”.

Esta carta, junto con una presión insistente de las ONGs, obligó al Banco a
imponer una serie de “parámetros” relativamente estrictos sobre los estudios
ambientales y el reasentamiento que las autoridades del proyecto debían
cumplir para el 31 de marzo de 1993. A medida que marzo se acercaba a su
fin, era evidente para todos los involucrados que estas condiciones no se
cumplirían. El día anterior a la fecha límite, en lo que suele interpretarse como
un movimiento negociado con anterioridad y realizado para guardar las
apariencias, el gobierno de India formalmente solicitó al Banco cancelar la
suma pendiente de U$D 170 millones de los préstamos que sumaban U$D
450 millones para Sardar Sarovar.47

Una de las lecciones más preocupantes que pueden obtenerse de Sardar


Sarovar es que las evaluaciones inadecuadas y las políticas quebrantadas se
llevaron a cabo a pesar de que el proyecto era, según las propias palabras de
dos de los miembros del Banco Mundial más allegados al proyecto, Thomas
Blinkhorn y William Smith, “el proyecto más `supervisado´ que cualquier otro
en la historia de la institución”.48 Evidentemente estos problemas no son de

32
ninguna manera los únicos entre los proyectos financiados por el Banco. La
Revisión Independiente concluyó que “las dificultades que rodean a Sardar
Sarovar constituyen la regla más que la excepción entre los operativos de
reasentamiento apoyados por el Banco en India”.

El barril de cerdo internacional

Estamos ante una regla empírica que se puede aplicar con


seguridad en todo el Tercer Mundo: si un proyecto es financiado
por extranjeros también será diseñado e implementado por
extranjeros utilizando equipos foráneos procurados en mercados
extranjeros.
Graham Hancock,
Lords of Poverty, 1989

Conseguir trabajo para las consultorías y las compañías constructoras


nacionales es la razón más importante por la cual muchas agencias de ayuda
bilateral se interesan en financiar represas en los países en desarrollo. Se
cree que alrededor de un 25% de los 60 mil millones de dólares que se
destinan a préstamos y concesiones otorgados por las mayores naciones
donantes cada año, está directamente comprometido a la compra de bienes y
servicios en los países donantes.49 La denominada “ayuda condicionada”
impide que los países prestatarios adquieran expertos y equipamiento a
mejor valor, y a su vez distorsiona las prioridades de asistencia. Como lo
subraya The Economist, “resulta más fácil ligar la asistencia a una gran obra
con un alto gasto de capital, como puede ser una represa, un camino o un
hospital, que a un pequeño proyecto rural, que puede ser más útil”. 50 La
totalidad de “asistencia” que regresa a los países donantes es mucho más de
lo que sugieren las estadísticas: alrededor del 85% de los préstamos “no
condicionados” que Japón destina a los países más pobres se invierte en
Japón. 51

Una de las formas en las que los gobiernos obtienen beneficios para sus
compañías de la asistencia no condicionada es otorgando préstamos para los
sectores en los que estas compañías son más fuertes: países como Suecia,
Noruega y Austria, que tienen algunas de las empresas constructoras de

33
represas y proveedoras de equipos líderes en el mundo, son más propensos
a otorgar préstamos para proyectos hidroeléctricos que países como Bélgica
o Dinamarca, que tienen muy poca experiencia en el rubro de la construcción
de represas. La Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (SIDA, en inglés) —que a comienzos de los ‘90 subsidiaba
represas en Chile, Colombia, Nicaragua, India, Lesoto, Tanzania y Laos—
estima que hasta un 75% del dinero que presta para proyectos hidroeléctricos
regresa a las compañías suecas.

Los sectores de las compañías suecas que se dedican a la construcción de


represas, como la gigante constructora Skanska, dependen altamente de la
asistencia financiera. Cerca del 50% de las exportaciones relacionadas con el
agua de ABB Generation (que es parte de la multinacional sueco-suiza Asea
Brown Boveri) está ligada a la ayuda monetaria. Las agencias consultoras
ambientales y de ingeniería escandinavas que trabajan en proyectos de este
tipo dependen casi por completo de la ayuda monetaria. Lennart Lundberg,
director del sector de energía hidroeléctrica para la empresa consultora
Swedpower, estima que las agencias bilaterales suecas SIDA y BITS pagan la
mitad del monto estipulado en los contratos relacionados con represas, el
resto proviene del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo Asiático.52

La importancia de la ayuda financiera para la industria de las represas junto


con las estrechas relaciones entre las consultorías, las compañías
constructoras y las agencias de ayuda, inevitablemente exponen al sistema a
la corrupción en el momento de decidir sobre la viabilidad o no de una
represa, si los impactos sociales y ambientales van a ser “aceptables” y si
debe o no recibir apoyo financiero. Las estrechas relaciones entre las
compañías de represas nórdicas y las agencias de ayuda han sido
estudiadas por Ann Danaiya Usher, una periodista de la Sociedad Sueca para
la Conservación de la Naturaleza (SSNC, en inglés). Usher explica que en
1994 el más importante funcionario público del Ministerio Sueco de
Cooperación para el Desarrollo era un ex presidente de la División de

34
Finanzas de la empresa sueca constructora de represas Vattenfall, que a su
vez es una importante accionista de la agencia consultora Swedpower.
Además el director general y el vicedirector general de la Agencia Noruega de
Cooperación para el Desarrollo (NORAD, en inglés), trabajaban con
anterioridad en Norconsult, un grupo noruego de consultoras que recibe
fondos de NORAD para evaluar la viabilidad de represas en el exterior.53

Si es necesario, los gobiernos donantes con gusto se corromperán para


ganar contratos. El proyecto de desarrollo más costoso en Kenia hasta la
fecha, la represa de 106 megavatios Turkwell Gorge, alcanzó notoriedad en
marzo de 1986 cuando la prensa tuvo acceso a un memorándum de la
Comunidad Europea (CE) que acusaba al gobierno francés de firmar un
acuerdo con Kenia para financiar la represa a un precio que superaba el doble
de lo que debería haber costado. Según este memorándum, los funcionarios
kenianos involucrados eran “absolutamente conscientes de las desventajas
del arreglo con Francia... sin embargo aceptaron por las grandes ventajas
personales que podían obtener”. Los kenianos y otros conocedores del trato
creen que estas “ventajas personales” involucraban varios millones de
dólares para quienes en aquel momento eran el presidente de Kenia, Daniel
arap Moi, y el ministro de energía, Nicholas Biwott.54

Francia accedió al contrato de Turkwell mientras la delegación de la CE en


Nairobi, que estaba interesada en financiar la represa, trataba de involucrar
consultores para los estudios hidrológicos, de sedimentación y ambientales
del proyecto. El contrato de 280 millones de dólares para edificar la represa se
le otorgó a la firma constructora francesa Spie Batignolles y a los consultores
en ingeniería Sogreah, sin esta información básica del proyecto, sin
evaluación alguna de sus impactos sociales y sin haber establecido el diseño
final de la represa. Uno de los resultados es que Turkwell, calificada por la
prensa keniana como “el más blanco de todos los elefantes blancos” y como
un “escándalo apestoso”, resultó un fiasco técnico: las turbinas no pudieron
producir ni siquiera el 50% de su capacidad de generación durante, por lo
menos, dos años y medio luego de que comenzara a funcionar en febrero de
1991. Cuando la represa fue oficialmente puesta en marcha por el presidente
Moi durante una ceremonia en octubre de 1993, el embalse no se había
llenado ni el 25% de su capacidad.55

35
A fines de 1993 una historia similar sobre valores excesivos, asistencia y
corrupción explotó en la prensa británica, luego de un informe de la Oficina de
Auditoría de la Nación (NAO, en inglés), el ente que controla los gastos del
gobierno sobre los fondos destinados a la represa Pergau, en Malasia. El
informe de la NAO reveló que Gran Bretaña apoyaba al proyecto hidroeléctrico
Pergau con 234 millones de libras esterlinas en préstamos subsidiados, a
pesar de las conclusiones de la Administración de Desarrollo Exterior (ODA,
en inglés) del gobierno, que aseguraban que la represa sería una “mala
inversión” para Malasia, ya que después de 35 años le costaría a los
consumidores 100 millones de libras esterlinas más que si la electricidad
hubiese provenido de generación a gas. Tres años después de que en 1991
se aprobara el préstamo, el ex presidente de la ODA manifestó ante el Comité
Parlamentario que Pergau era un “abuso del sistema de asistencia”, pero
habia sido desautorizado por el gabinete de Thatcher.56

Los préstamos para Pergau significaron la suma más grande de dinero para
un sólo proyecto bajo el programa denominado Aid and Trade Provision (ATP),
parte del presupuesto de asistencia británica que The Economist describe
como “un subsidio de exportación ligeramente disfrazado para las firmas de
armas y compañías constructoras más grandes de Gran Bretaña”. Tanto
Cementation como Balfour Beatty, las compañías británicas a las cuales se
les otorgó los dos contratos más grandes en Pergau -sin pasar por el proceso
normal de licitación-, apoyan fuertemente al Partido Conservador. Acusaciones
de irregularidades también rodearon al proyecto de Malasia, cuando en el
Parlamento un miembro de la oposición denunció “lucros ilegales colosales” y
“corrupción al máximo nivel” en la adjudicación de los contratos. La
escandalosa corrupción que rondaba a Pergau empeoró cuando se supo que
se le había ofrecido a Malasia el paquete ATP para alentar la firma de un
protocolo que estipulaba la venta de armas británicas por un valor de 1,3 mil
millones de libras esterlinas.57

Incomprensión e intimidación:
la respuesta de los constructores

36
Existe un fervor desconcertante en torno de los constructores de
represas, especialmente cuando se reúnen en masa en los encuentros
de la Comisión Internacional de Grandes Represas... Sugerir que sus
obras... hacen tanto mal como bien es inducirlos a rever sus motivos.
Cuestionar sus propios motivos es invitarlos a una incomprensión ciega.
Fred Pearce,
The Dammed, 1992

El grupo de presión que apoya la construcción de represas no ha podido


evadir la tormenta de críticas provocada por su accionar. En 1972 se creó un
“Comité sobre Represas y Ambiente” dentro de la ICOLD, conformado por
voluntarios que se reunían sólo una vez al año y no tenían capacitación sobre
la ciencia ambiental.58 El vocero de la industria de las represas admite que
algunas de ellas han tenido impactos negativos y que deberían ser
planificadas más cuidadosamente en el futuro. “No podemos negar que se
han cometido errores, y algunos de ellos han sido graves”, admitió el
entonces presidente de la ICOLD, Wolfgang Pircher, ante la Sociedad de
Británica de Represas en 1992, en una conferencia llamada “36.000 Grandes
Represas y Todavía se Necesitan Más”. “Es probable que los ambientalistas
hayan reconocido algunos desarrollos negativos antes que los ingenieros
inexpertos en este campo”, agregó Pircher, “y que en un momento nadie
prestó atención a sus advertencias”. Sin embargo Pircher no acepta que esta
clase de “desarrollo negativo” sea generalizado o inherente a la tecnología y a
la economía política de las grandes represas.59

Los funcionarios veteranos de la ICOLD se oponen rotundamente al


argumento de que existen problemas éticos en el proceso de construcción de
las represas. Durante el Congreso de la ICOLD en Viena, en 1991, Ernest
Razvan, del Instituto Internacional de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de los
Países Bajos, sugirió que ICOLD debería implementar un código de conducta
ambiental. “Los ingenieros de las represas no pueden hablar de ese modo”,
dijo el periodista Fred Pearce, quien describe la reacción de Ted Haws,
presidente del comité ambiental de la ICOLD, ante la propuesta modesta de
Razvan:

37
“Desde el estrado Haws planteaba con enojo, ‘No creo que sea
necesario objetar la ética de las consultoras’. Haws se negó a
presentar en la conferencia una ponencia realizada por Razvan...”.60

Esta cultura de la negación llevó a la ICOLD a creer que la clave para mejorar
la mala imagen pública, especialmente en relación con los temas
ambientales, radica en mejorar las relaciones públicas y no en cambiar
substancialmente la forma de llevar a cabo sus negocios. De hecho, en
ciertas declaraciones hechas por la Comisión, relaciones públicas y ambiente
son utilizados casi como si fueran sinónimos. El saliente Secretario General
de la ICOLD, J. M. Cotillion, dijo ante Hydro Review en 1994, “En la actualidad
los ingenieros de las represas deben interesarse tanto por el ambiente y las
relaciones públicas como por los asuntos técnicos.”61 Un año más tarde, en
The International Journal of Hydropower and Dams, afirmó que, “Durante la
presidencia de J. Veltrop, a la luz de la atención cada vez mayor sobre los
temas ambientales, se formó un Comité de Relaciones Públicas para trabajar
en esta área”.62

La ICOLD desea ser vista como una organización profesional que trabaja para
mejorar la práctica de la ingeniería en represas y, tal como lo expresó en 1991
Jan Veltrop, ex presidente de ICOLD y ex vicepresidente de Harza Engineering,
“no se se dedica a la promoción de las represas”. 63 Sin embargo, en ese
mismo año se creó el Comité de Relaciones Públicas de ICOLD para brindar
“información objetiva en un lenguaje que le permita al público en general
apreciar la realidad estableciendo un equilibrio entre los beneficios de las
represas por un lado y las desventajas y los peligros por el otro”. 64 No es difícil
imaginar de qué lado de la balanza el Comité de Relaciones Públicas de
ICOLD cree que se encuentra la “realidad”, y tampoco es necesario ser un
teórico en conspiración para deducir que el papel principal de este comité es
el de promocionar las represas.

La creencia de que los problemas actuales de la industria de las represas


provienen principalmente de las malas relaciones públicas va acompañada
de una serie de afirmaciones que sostienen que quienes critican a las
represas o se resisten a ser desalojados de sus hogares para permitir la
construcción de las mismas son “parciales”, “irracionales” y “emocionales”, en

38
contraposición a los hombres “equilibrados”, “racionales” y objetivos -casi
todos son hombres- que se ganan la vida construyéndolas.65 Los intentos de
denigrar a quienes se oponen a las represas son relativamente inofensivos,
pero esta actitud arrogante y despectiva también puede ser más siniestra
cuando quienes proponen las represas intentan intimidar a quienes se
oponen a las mismas calificándolos de agentes “anti-desarrollo”,
“antipatrióticos” o con “intereses extranjeros”.

En Indonesia, según Human Rights Watch-Asia, “la calificación ‘obstructor del


desarrollo’ ha reemplazado a la de ‘comunista’, usada como acusación para
nombrar a la supuesta actividad subversiva”.66 John Waterbury afirma que así
como el apoyo a la gran represa Alta Assuán se convirtió en sinónimo de
patriotismo, “cualquier crítica a ese proyecto era considerada subversiva o
incluso traidora... Al menos en público, la crítica técnica se convirtió en el
equivalente a ayudar e impulsar al enemigo”.67 En 1995, el gobernador Tasso
Jereissati, del Estado de Ceará, al noreste de Brasil, acusó a los opositores al
proyecto de la represa Castanhao de hacer “insinuaciones malvadas y críticas
antipatrióticas y sin fundamentos”.68

Se han dado a conocer una serie de casos en los que aquellos que proponen
las represas han intentado silenciar a los que se oponen poniendo en juego
su reputación profesional y los fondos que reciben. Los profesores de la
prestigiosa Universidad de Baroda, en Gujarat, India, que intentaron investigar
algunos de los impactos negativos de las represas en ese Estado, donde
Sardar Sarovar ha sido el centro del debate político durante varias décadas,
fueron advertidos por los miembros con más antigüedad de la facultad de que
si continuaban con su investigación el gobierno suspendería los fondos
destinados a mantener sus puestos.69 Cuando el Dr. Weiluo Wang, diseñador
regional de la Universidad de Dortmund, en Alemania, comenzó a escribir
informes criticando las estimaciones propuestas en el estudio de factibilidad
para la represa Bakun en Malasia, Lahmeyer International, la firma alemana
que realizó el estudio, se negó a participar en un debate abierto para defender
el proyecto. En lugar de eso, dos directores de Lahmeyer escribieron al jefe
del departamento de Wang acusándolo de hacer declaraciones “falsas y sin
fundamentos”, “incorrectas e incompetentes” y agregaron que, “no sólo

39
empañan la reputación de nuestra compañía sino que también le han hecho
mala fama a la ingeniería alemana y a su Universidad”.70

Cuando los opositores se vuelven demasiado escandalosos, y efectivos la


industria de las represas generalmente ha consentido en el uso de la
represión por parte del Estado para silenciar a los críticos. En muchos países
aquellas personas que manifestaban pacíficamente en contra de estas obras
han sido arrestadas con acusaciones inventadas y en casos extremos han
sido golpeadas, torturadas e incluso asesinadas. En un informe del año 1992,
Human Rights Watch-Asia llegó a la conclusión de que miles de opositores
del proyecto Sardar Sarovar habían sido víctimas de “arrestos arbitrarios e
ilegales, de golpes y de otras formas de abuso físico”, y que estos excesos
“parecen ser parte de una campaña cada vez más represiva llevada a cabo por
los gobiernos estatales implicados para evitar que los grupos [anti-represas]
busquen apoyo... y difundan información acerca de las consecuencias
ambientales y sociales del proyecto”.71

Cuadro 9.3: Costo y Tiempo Adicionales de Proyectos de Represa


(seleccionados según los datos disponibles)

Proyecto País Costo Costo real Costo Finalización Finalizaci Tiempo Ref.
estimado (último adicional estimada ón real Adicional
[año del cálculo) ajustado original (último
cálculo] [año del según la [años cálculo)
(año de la último inflación estimados [años
unidad cálculo] [sin para reales
monetaria) ajustar] finalizar] para
finalizar]
Aguacapa Guatemala $100m $183m 55% [1,15] [2,4] 107% 1
[1977] [1981]
Balbina Brasil $383m $750m [96%] 2
[1976] [1989]
Bargi India Rs.640m Rs.5.7bn [784%] 3
[1968] [1991]
Chixoy Guatemala $400m $944m 136% [6] [9] 50% 4
(1987$)
Clyde Nueva $325m $900m [177%] 5
Zelanda [1981] [1992]
El Cajón Honduras $350m $850m [143%] 6
[1987]
Estreito Brasil [5] [11] 120% 4
Fortuna Panamá $255m $424m 66% [5,4] [6,8] 26% 4
(1987$)
Gezhouba China Y1.35bn Y5bn 270% [5] [19] 280% 7
(1970)
Guavio Colombia $1bn >$2bn [>100%] 8

40
Itaipú Brasil/ $3.4bn $20bn [480%] [15] [18] 20% 9
Paraguay [1973] [1991]
Karakaya Turquía $1.1bn $1.5bn 38% [10,4] [11,9] 14% 4
(1987$)
Kariba Zambia $124m $366m 195% 4
North (1987$)
Kulekhani Nepal $128m $198m 55% 4
(1987$)
Lupohlo Swazilandia $50m c.$100m 100% [3,75] [4,75] 27% 4
(1987$)
Mahaweli Sri Lanka UK£700m (UK£2bn) [186%] 1
(5-represas) [1984] 0
Manasavu- Fiji $63m $114m 81% [3,9] [4,6] 18% 4
Wailoa (1987$)
Nagarjuna- India Rs.910m Rs.6.8bn [652%] 1
Sagar [1954] [1989] 1
Pieman Australia A$135m (A$530) 200% 1985 (1986-7) 1
River [early [1983] 2
1970s]
Ruzizi II Zaire/ $73m $95m 30% [4,25] [5,25] 23% 4
Ruanda (1987$)
Sardar India Rs.42bn (Rs.342b [714%] 1
Sarovar [1983] n) 3
[1994]
Selaulim India Rs.96m Rs.730m [660%] 1
[1972] [1985] 4
Srirama- India Rs.640m Rs.5bn [694%] 1
sagar [1964] [1987] 5
Srisailam India Rs.385m (Rs.2.6bn [575%] 1
) 6
[1979]
Tarbela Pakistán $800m $1.5bn 87% 1
(1989$) 7
Tawa India Rs.139m (Rs.914m [557%] 1968 1975 1
[1956] ) [1972] 8
Tehri India Rs.2bn (Rs.60bn) [2,900%] 1
[1969] [1994] 9
Three China $10.7bn $30bn- [180- 2
Gorges [1990] 50bn 370%] 0
[1996]
Xeset Laos $40 $50.3 26% 1991 2
1
Xingó Brasil $1.6bn $3.2bn [100%] 2
[1995] 2
Yacyretá Argentina/ $2.3bn ($11.5bn) 17% 12 (21) 75% 2
Paraguay [1977] [1995] 3

1. Banco Mundial 'Project Performance Audit Report on Guatemala — Aguacapa Power


Project and Chixoy Power Project', OED, 2 junio, 1992.
2. Fearnside, P.M., 'Brazil’s Balbina Dam: Environment versus the Legacy of the
Pharaohs in Amazonia', Environmental Management, Vol. 13, No. 4, 1989, p. 412.
3. Daud, Justice S.M., The Indian People's Tribunal on Environment and Human Rights.
First Report, 1993.
4. Morrow, E.W. y Shangraw, Jr., R.F., Understanding the Costs and Schedules of World
Bank Supported Hydroelectric Projects. Banco Mundial, julio, 1990.
5. Jessup, P., 'Clyde: Damnation or Salvation?', NZ Herald, 6 junio, 1992.

41
6. 'Inauguration of El Cajón hydroelectric', Central America Report, 6 julio, 1984;
Hudson, S.J., 'Natural Resource Issues and IDB Hydroelectric Projects in Central
America'. Artículo de trabajo, National Wildlife Federation, Washington, D.C., 23 abril,
1987.
7. Dai, Q., 'An Interview With Li Rui', en Qing, D. (Adams, P. y Thibodeau, J. (ed.))
Yangtze! Yangtze! Probe International, Toronto y Earthscan, Londres, 1994, p. 127.
8. Adams, P., Odious Debts. Earthscan, Londres, 1991.
9. Schilling, P.R y Canese, R., Itaipú: Geopolítica e Corrupção. CEDI, São Paulo; Banco
Mundial, Paraguay: Country Economic Memorandum. Agosto, 1992.
10. Madeley, J., 'Dam Costly Place to be Poor', The Guardian, Londres, 5 abril, 1984.
11. Singh, M. y Samantray, R.K., 'Whatever Happened to Muddavat Chenna? The Tale
of Nagarjunasagar', en Thukral, E.G. (ed.) Big Dams, Displaced People: Rivers of
Sorrow, Rivers of Change. Sage Publications, Nueva Delhi, p. 57.
12. Crabb, P. 'Hydroelectric Power in Newfoundland, Tasmania and the South Island of
New Zealand', en SEELD 2, 1986, p. 61.
13. McCully, P. 'Saradar Sarovar Project: An Overview', IRN, Berkeley, CA, 1994. Cálculo
de costos de las autoridades de la represa y el Banco Mundial.
14. Billorey, R., 'Selaulim Dam', in Alvares, C. (ed.) Fish Curry and Rice: A Citizens' Report
on the State of the Goan Environment. ECOFORUM, Mapusa, 1993.
15. Abbasi, S.A., Environmental Impact of Water Resources Projects. Discovery
Publishing House, Nueva Delhi, 1991.
16. Fact-Finding Committee acerca del Proyecto Srisailam, 'The Srisailam Resettlement
Experience: The Untold Story', en SEELD 2, 1986, p. 259.
17. Dixon, J.A. et al. Dams and the Environment: Considerations in World Bank Projects.
Banco Mundial, 1989, p. 35.
18. Mishra, A.,'The Tawa Dam: An Irrigation Project that has Reduced Farm Production',
en SEELD 2, 1986, p. 214.
19. The Ecologist, 'Indian Cabinet Approves Tehri Dam', Action Alert, The Ecologist,
Sturminster Newton, Inglaterra, 17 marzo, 1994.
20. Barber, M y Ryder, G., Damming the Three Gorges: What Dam Builders Don't Want
You to Know. Segunda Edición, Earthscan, Londres, 1993 p. 33; Walker, T. 'Building
China: big promise but tough terms', Financial Times, Londres, 19 marzo, 1996.
21. 'Xeset nears completion in Laos', International Water Power and Dam Construction,
marzo 1991.
22. 'Brazil's Xingo power scheme is inaugurated', International Water Power and Dam
Construction, febrero 1995.
23. Banco Mundial, 'Project Completion Report: Argentina Yacyretá Hydroelectric Project
and Electric Power Sector Project', 14 marzo, 1995.

El periodista y profesor chino Dai Qing pasó diez meses solo en una prisión
por haber cometido el “crimen” de editar el libro “Yangtze! Yangtze!”, que
contenía artículos criticando a la represa Tres Gargantas. El libro fue publicado
en febrero de 1989, en un período de relativa apertura política en China. No
obstante, cuatro meses más tarde los tanques irrumpieron en la plaza
Tiananmen y Dai Qing fue arrestado poco tiempo después. En septiembre dos
miembros del principal grupo de planeamiento de Tres Gargantas acusaron a
“Yangtze! Yangtze!” de incitar a la “liberación burguesa” y de dar opiniones
que causaban “caos y disturbios”. Un mes más tarde, el libro fue prohibido
formalmente y se le ordenó al editor que recuperara y destruyera todas las
copias que no habían sido vendidas.72

42
Las protestas de aquellos que se verían directamente afectados por Tres
Gargantas provocaron una respuesta aún más dura. Según un informe
confidencial de la policía, al que accedió Human Rights Watch-Asia, 179
miembros del “Partido Juventud Democrática”, que eran una “pandilla
contrarrevolucionaria” con base en uno de los condados que iba a ser
anegado, fueron arrestados en 1992 acusados de “interrumpir el progreso
normal del Proyecto Tres Gargantas”. A pesar de la extensa búsqueda, Human
Rights Watch-Asia no pudo encontrar otros informes acerca de los arrestos o
sobre el destino del grupo, pero creen que probablemente este “Partido
Juventud Democrática” era “solamente un grupo de presión local no oficial
conformado por habitantes de la zona preocupados por su inminente
reasentamiento a la fuerza. Si el grupo hubiera estado involucrado en
cualquier actividad violenta, el informe policial confidencial seguramente lo
hubiese mencionado”.73 Los empresarios y los ingenieros estadounidenses
que presionaron al Congreso con el objetivo de conseguir el apoyo de los
EE.UU. para el proyecto Tres Gargantas a fines de 1995 no hicieron mención
alguna de la represión que sufrieron los opositores de la represa; en su lugar
alabaron a los chinos por el empeño puesto en hacer que el reasentamiento
fuese un “éxito”. John A. Scoville, presidente de Harza, incluso afirmó que el
pueblo chino estaba “invitando al mundo a ver sus esfuerzos puestos en el
reasentamiento para que luego hicieran una crítica constructiva”.74

Némesis: la economía de las grandes represas

Ahora nos damos cuenta de que los costos de construcción


y de funcionamiento de los proyectos de desarrollo hídrico
a gran escala no pueden ser devueltos.
Daniel P. Beard,
Comisionado de la Oficina de Reclamaciones de los
EE.UU., 1994

La cantidad infinita de problemas que surgen de la construcción y el


funcionamiento de las represas, las exigencias cada vez mayores de medidas
para mitigar los impactos sociales y ambientales, las demoras causadas por
la oposición pública y el hecho de que la mayoría de los mejores sitios ya han

43
sido ocupados por estas obras se combinan y tienen un efecto devastador en
la economía de las grandes represas. Aunque nunca se ha hecho una
evaluación exhaustiva de la relación costo-beneficio después de la
construcción de una gran represa, es obvio que muchas de ellas no se
hubieran construido si se hubiesen evaluado los costos reales y se hubieran
dado a conocer antes de comenzar con la construcción. Ahora que los
gobiernos de todo el mundo están recortando los gastos públicos y la
financiación de los proyectos de infraestructura por parte del sector privado
está en boga, las agencias constructoras se ven obligadas a revelar sus
balances a los inversores privados, a quienes por lo general no les gusta lo
que ven, especialmente cuando otros promotores de construcciones buscan
fondos para centrales eléctricas a gas, que son mucho más económicas y
menos riesgosas. Los grandes proyectos de desarrollo hídrico, que son muy
riegosos y tienen elevadísimos costos de construcción y largos períodos para
recibir los reintegros, sólo se construirán en el futuro si siguen recibiendo
grandes subsidios públicos.

Las represas siempre son más costosas y llevan más tiempo de construcción
que lo planeado (ver cuadro 9.3). Una investigación llevada a cabo por el
Banco Mundial en 1994 reveló que los costos excesivos de construcción
actualizados según la inflación en 70 represas hidroeléctricas financiadas por
esta entidad desde la década del ´60 fueron de aproximadamente un 30%,
casi tres veces más que los valores promedio en una cantidad similar de
centrales de energía térmica también financiadas por el Banco. El estudio
descubrió que en general cuanto más grande es el proyecto hídrico más altos
son los sobrecostos en términos de porcentaje.75 En el oeste de los Estados
Unidos, tal como lo expresó Dan Beard, el jefe de la BuRec, en el Congreso de
ICOLD en 1994, “los costos totales reales de un proyecto (hídrico) finalizado
sobrepasan los estimados originalmente en un 50 por ciento, incluyendo la
inflación”. Además, agregó Beard, “generalmente, los beneficios del proyecto
nunca se logran”.76

Los excesos en los costos afectan especialmente a la economía de las


represas ya que, a pesar de que los costos de funcionamiento son muy bajos,
los de la construcción son extremadamente altos. Según John Besant-Jones,
economista principal en energía del Banco Mundial, los costos de capital

44
representan aproximadamente el 80% del valor total de vida útil de las
represas hidroeléctricas, sin incluir los costos de desmantelamiento, como
habitualmente ocurre en todos los cálculos de los proyectos. En comparación,
los costos de capital representan cerca de la mitad de los costos de la vida útil
de las centrales a carbón.77 Un treinta por ciento de los costos excesivos de la
construcción de una represa es, por lo tanto, mucho más elevado que un
porcentaje equivalente de los costos excesivos de una central a carbón. Los
altos costos de capital y la necesidad frecuente de préstamos extranjeros
también hacen que la viabilidad económica de las represas sea
extremadamente vulnerable a los incrementos en las tasas de interés y a las
devaluaciones monetarias.

Los analistas de la energía José Roberto Moreira y Alan Douglas Poole


describen la susceptibilidad de la economía de las represas a los cambios en
las tasas de interés o de descuento:

“Consideremos por ejemplo una central con una inversión directa de


1.200 dólares por kilovatio, excluyendo los costos financieros durante la
construcción, un período de construcción de seis años, una vida útil de
50 años y un factor de capacidad del cincuenta por ciento. Con una tasa
de descuento del 6%, los costos de capital anuales de la central
rondarían entre los 2,0 y los 2,2 centavos de dólar por kWh, al 12% los
costos se elevarían de 4,6 a 4,8 centavos de dólar por kWh. Si
comparamos, los costos de funcionamiento de las centrales
hidroeléctricas medianas y grandes rondarían en el órden de sólo 0,2 a
0,4 centavos de dólar por kWh”.78

El exceso de tiempo también puede provocar efectos adversos en la economía


del proyecto al demorar el momento en que las ganancias derivadas de la
venta de electricidad y del suministro de agua pueden comenzar a pagar los
enormes costos del servicio de la deuda ocasionada por las grandes
represas. El Banco Mundial destaca que un año de retraso en las ganancias
reducirá la diferencia entre los beneficios proyectados y los costos de algunos
proyectos en un tercio aproximadamente y un retraso de dos años la
disminuirá en más de un 50%.79 En 1990, el Departamento de Industria y
Energía del BM estudió cuarenta y nueve proyectos hidroeléctricos, los cuales

45
fueron construidos en un promedio de cinco años y ocho meses, lo que
equivale a un promedio de 14 meses más de lo estimado antes de la
construcción.80

A mediados de 1995, el Banco Mundial esperaba que la represa de Yacyretá


se terminara en 1998, nueve años después de lo estimado. Este retraso,
sumado a los enormes costos excesivos del proyecto, hizo que la electricidad
generada por la represa cueste alrededor de 9,5 centavos de dólar por
kilovatio/hora, mientras que en la actualidad en la Argentina se paga 4
centavos de dólar por kWh. Según el BM, pagar la electricidad de Yacyretá de
acuerdo con la tasa del mercado arrojaría una tasa de ganancia para el
proyecto de sólo 5,5% comparado con una oportunidad de costo de capital de
aproximadamente un 10% -es decir, si el dinero destinado a Yacyretá se
hubiera depositado en un banco se hubiese ganado el doble en intereses por
año de lo que se obtendrá con la represa.81

Los grandes proyectos de riego parecen ser aún más propensos a sufrir
largos retrasos que las centrales hidroeléctricas. En 1984, el Departamento
de Agricultura de los EE.UU. analizó nueve proyectos de irrigación en Asia,
África y América Latina que se habían demorado aproximadamente cinco
años, y los costos superaron cuatro veces por hectárea lo que se había
anticipado. Otros nueve proyectos de riego financiados por el Banco de
Desarrollo Asiático y finalizados en 1980 llevaron en promedio un 72% más
del tiempo estimado y sufrieron un exceso de costo promedio del 66%.82 De
hecho existen muchos grandes proyectos de regadío que nunca se terminan:
se construye la represa, se progresa en cuanto a la construcción de la red de
canales y los sistemas necesarios para enviar agua a los campesinos y
desechar el exceso, pero luego el interés político en el proyecto decae, el
dinero se termina y los consultores y los ingenieros pasan a su próximo
trabajo.

Represas y deudas

Los costos totales de los proyectos de represas mayores pueden resultar


asombrosamente altos y producir efectos que repercuten en todas las
economías. El costo final de Chixoy, 944 millones de dólares, fue de casi el 40

46
por ciento del total de la deuda externa de Guatemala en el año 1988.83 La
Entidad Binacional Itaipú (EBI), organismo brasileño-paraguayo que construyó
y maneja actualmente la represa de Itaipú, sobre el Paraná, sacó créditos de
bancos privados extranjeros para pagar prácticamente todo el proyecto, y el
garante fue el gobierno de Brasil. En 1990 la deuda de la EBI alcanzó los 16,6
mil millones de dólares y el servicio de la deuda se llevaba el 80% de las
ganancias obtenidas de las ventas de electricidad. En comparación, el total de
la deuda externa de Brasil era de 121 mil millones de dólares en 1992,
mientras que el total de la de Paraguay era de 1,7 millones. El enorme ingreso
de capital para el proyecto no sólo llevó la corrupción a una escala sin
precedentes sino que también alimentó la hiperinflación, que ha azotado a
Brasil desde mediados de los ´80. Entre las consecuencias de la represa en
la economía de Paraguay, que es mucho más pequeña, se puede mencionar
una explosión inflacionaria que condujo a una recesión después de concluida
la mayor parte del proyecto y a un marcado aumento en la concentración de
las propiedades de tierras y bienes, especialmente en la zona del país más
cercana a la represa.84

Si China logra terminar la represa Tres Gargantas, el costo final va a


empequeñecer incluso el de Itaipú. “El proyecto Tres Gargantas se asemeja al
programa nuclear estadounidense”, afirmó un ejecutivo norteamericano que
trabajaba para una compañía que manejaba plantas de energía en China a la
revista Institutional Investor en 1995. “Será interminable, costará todo el dinero
de la China y no generará energía por 30 años”. El ejecutivo estima que el
costo final de la represa llegará a más de 36 mil millones de dólares, lo que la
hace “poco competitiva si se le agregan los costos de capital de la energía”.
Institutional Investor destacó que este precio se “asemeja a las estimaciones
superiores del gobierno chino, pero está muy por debajo de los números
mencionados por los opositores del proyecto”. Según el crítico de la represa
Dai Qing, los cálculos internos del gobierno respecto del costo de Tres
Gargantas se elevaron a fines de 1995 a unos 75 mil millones de dólares.85

¿Optimistas inocentes?

Según el Banco Mundial, la razón principal de los costos y tiempos excesivos


son las malas condiciones geológicas secundadas por los problemas de

47
reasentamiento. Los costos de los reasentamientos a causa de los proyectos
de energía hidroeléctrica del Banco Mundial han sido un 54% más altos de lo
que originalmente se estimó. Estos grandes incrementos pueden tener un
efecto importante sobre los costos totales del proyecto: el reasentamiento
usualmente representa la décima parte de los importes totales (sin considerar
el exceso de costo) y puede superar un tercio del total de lo que sale la
construcción de las represas que desplazan una enorme cantidad de
personas o que implica el pago de indemnizaciones relativamente altas. 86

El Departamento de Industria y Energía del Banco afirma que “los principales


problemas [del exceso de costo] parecen estar ligados al optimismo”. 87 Sin
embargo, las estimaciones usualmente demasiado bajas en realidad no se
deben tanto al optimismo inocente del personal del Banco y de los
consultores sino a la falta de honestidad generalizada que envuelve a todos
los proyectos de grandes represas considerando los sobornos, el dinero que
se saca y el corrupto proceso de planeamiento de los proyectos. La revisión
de los proyectos de riego de India llevada a cabo por el Banco Mundial en
1991 asegura que el hecho de que los burócratas “exageren los beneficios y
subestimen los costos para asegurar la aceptación de los proyectos hídricos
es una práctica corriente”.88 De hecho, los costos excesivos y el retraso de los
tiempos previstos son beneficiosos para muchos de los partidarios de las
represas, ya que los políticos corruptos tienen más fondos para sus bolsillos y
más contratos para darles a sus compinches, los contratistas tienen más
trabajo y los burócratas que prestan ayuda más préstamos para tramitar.

El papel que la deshonestidad juega en el “optimismo” de los costos de las


represas se ve reflejado en el modo en que los estudios de factibilidad con
frecuencia subestiman e incluso ignoran por completo la cantidad de gente
que será desplazada y los costos considerables que este proceso puede
demandar. El estudio sobre reasentamientos realizado por del Banco Mundial
en 1994 reveló que sólo la mitad de sus proyectos activos en ese entonces,
que desalojarían a más de 200 personas, contemplaban un presupuesto para
el reasentamiento.89 Michael Cernea, sociólogo del Banco, explica cómo en un
proyecto en el que estaba involucrado, “la agencia nacional encargada le pidió
a la empresa consultora extranjera responsable del estudio de factibilidad que
redujera los cálculos de los desalojados a un tercio de la cifra inicial o bien

48
que eliminara la cifra por completo. La agencia temía que si se conociese la
escala real del desalojo no tendrían garantizados el apoyo político interno y/o
la financiación externa del proyecto”.90

Cernea cuenta también cómo un equipo de consultoras internacionales


contratadas por el Banco Mundial “pasó por alto el desalojo de 80.000
personas” en el estudio de factibilidad de nueve tomos (91 centímetros)
realizado para la represa Kalabagh, en Pakistán.91 Si se da una opinión sobre
la viabilidad económica de un proyecto excluyendo el costo del reasentamiento
de 80.000 desplazados, únicamente puede decirse que es un fraude y no
“optimismo”.

El análisis de la relación costo-beneficio (ACB) para las represas


generalmente se presenta como un documento objetivo que incluye y compara
todas las ventajas y las desventajas del proyecto. En realidad, los ACB están
colmados de estimaciones que reflejan las inclinaciones y los intereses de
los consultores o de los burócratas que realizan el análisis. Las revisiones de
los ACB constantemente demuestran que éstos exageran los beneficios y a
su vez estiman costos muy bajos.92 Aun si los ACB se realizaran con total
honestidad e idoneidad, existen muchos otros problemas vinculados con la
metodología. Por ejemplo, no se contempla ningún tipo de subsidio por los
costos que tienden a ser soportados por diferentes sectores de la sociedad
sin obtener beneficios. Invariablemente, los más pobres y débiles son
siempre quienes más pierden, mientras que los acaudalados y con mayor
poder político son quienes más ganan. Paralelamente los cálculos del costo
del daño ambiental o cultural son muy polémicos.93 Un factor importante que
no se tiene en cuenta en los ACB es el costo potencial de una falla de la
represa. En un artículo publicado por el boletín Science, R.K. Mark y D.E.
Stuart-Alexander, del US Geological Survey, explicaron que “al no incluir los
costos de riesgos residuales o de fallas que las represas pueden tener, en
los ACB hay claramente una tendencia ascendente que puede resultar en
proyectos que no son económicamente justificables”.94

La oportunidad llama

49
Un aspecto importante a tener en cuenta cuando se toman decisiones acerca
de inversiones tan grandes y riesgosas como las represas es el costo de la
oportunidad de las inversiones, que es el costo de no utilizar el dinero para
otras inversiones que pueden ser más eficientes y más útiles para la
sociedad. Dan Beard, de la Oficina de Reclamaciones, explicó en el Congreso
de la ICOLD de 1994 que “el aporte real de los proyectos hídricos a gran
escala a la economía de los EE.UU. es escaso si se lo compara con los usos
alternativos que se le podía haber dado a los fondos públicos”. La supresión
de los recursos públicos para otros sectores de la economía es
especialmente grave en los países pobres. Martin Karcher, ex directivo de la
división del Banco Mundial encargada de Nepal, renunció a mediados de 1994
debido a las discrepancias con el manejo del Banco en cuanto a la
preparación del proyecto Arun III y en particular por los fundamentos
económicos que daban para que se construyera la represa. En una carta
dirigida al presidente del Banco, Lewis Preston, Karcher señaló que los
propios estudios de la entidad demostraban que “las inversiones en sectores
tales como la educación, la salud, la capacitación, el transporte y las
comunicaciones generan un crecimiento económico más alto que las
inversiones correspondientes en energía”.95

El proyecto de Mahaweli en su momento de mayor demanda absorbía el 6%


del producto bruto interno (PBI) de Sri Lanka, el 17% del total del gasto público
y el 44% de los gastos en inversiones públicas. “A corto plazo”, afirma un
informe oficial del Banco Mundial, Mahaweli “tuvo efectos muy positivos en el
crecimiento creando condiciones de prosperidad repentina. Sin embargo
también se vio que el éxito o el fracaso se debió a la supresión de otras
inversiones públicas prioritarias y a la reducción de la capacidad estatal de
ajustar los gastos de acuerdo a los desarrollos externos”. Además, agrega el
informe, “una vez que el aumento repentino inicial de las inversiones se
redujo, el país tuvo que enfrentarse con pagos prorrogados y con problemas
de la deuda sin haber creado las condiciones necesarias para un crecimiento
sostenido”.96

A la trágica economía de la industria de las represas se agrega una clara


tendencia al aumento de los costos reales debido a que la mayoría de los
sitios más económicos para la construcción de estas obras generalmente ya

50
están ocupados. A medida que los costos de la energía hidroeléctrica
aumentan constantemente, los de sus competidores, como la energía solar, a
gas y la eólica, están bajando. Entre 1965 y 1990, según un estudio del Banco
Mundial, el valor promedio de la construcción de una represa aumentó en un
índice ajustado a la inflación del casi 4% anual.97 Si bien alrededor del 75%
del incremento de estos precios se debió a que los costos de la construcción
aumentaron más rápido que la inflación, se estimó que el resto del aumento
fue causado por el problema que tienen las centrales hidroeléctricas para
conseguir sitios adecuados.98

Los proyectos de regadío han sufrido una tendencia similar. En India, los
valores por hectárea de los nuevos proyectos de riego se elevaron en
alrededor de un 60% en términos reales entre 1979 y 1985. El Banco Mundial
piensa que esto se debe, en parte, a que las áreas más apropiadas ya han
sido provistas de una infraestructura de riego.99 El US Geological Survey
(USGS) ha notado otro indicio de los efectos causados por la falta de sitios.
Según el autor Robert S. Devine, el USGS descubrió que “la capacidad del
embalse por cada pie cúbico de la represa disminuyó de 10,4 acre pie en las
represas construidas antes de 1930 a 2,1 acre pie en las que fueron erigidas
durante la década del ´30 y a 0,29 acre pie en aquellas que se hicieron
durante los años ´60”.100

Pesimistas privados

En septiembre de 1994, alrededor de 150 hombres y dos mujeres de la


industria de la construcción de las represas se reunieron en Frankfurt para la
primera Conferencia Internacional de Construcción de Represas y Energía
Hidroeléctrica, a fin de tratar los proyectos financiados por el sector privado. El
encuentro se cargó de un aire de resignación melancólica. Varios expositores
pertenecientes al sector de financiación de la industria enfatizaron que los
inversores privados ya no desean respaldar a las represas hidroeléctricas
debido a los altos costos iniciales de construcción, a los largos períodos de
reintegro del capital, al promedio terrorífico de los tiempos de construcción y
de los excesos en los costos y a los grandes riesgos relativos al
funcionamiento, especialmente por lo vulnerables que son a las sequías. Los
disertantes también dejaron en claro que los factores que desaniman a los

51
que financian las represas son los “riesgos ambientales”, los retrasos
causados por la oposición al reasentamiento, por las campañas en contra de
las represas y la nueva legislación ambiental, que regula el modo en que se
construyen y deben operar.

Diversos oradores coincidieron en que, a excepción de algunos casos


puntuales, las únicas represas que se podrían construir sólo con el apoyo del
sector privado en un futuro cercano, son las pequeñas o medianas en el curso
de un río, si bien es probable que la mayoría se construyan con el apoyo
conjunto de los sectores públicos y privados, con la garantía de que el
gobierno respalde a los inversores en el caso de que la economía del
proyecto se venga abajo. En una revisión de los proyectos de energía
financiados por el sector privado en los países en vías de desarrollo, John
Besant-Jones, del BM, halló 30 proyectos en varias etapas de preparación e
implementación. La mayoría de ellos eran represas de río relativamente
pequeñas.101 Un disertante comentó que la cantidad máxima que un inversor
privado arriesgaría para un proyecto hídrico en un “país en vías desarrollo
típico”, aunque el sitio sea muy favorable, es de 120 a 150 millones de
dólares, suficiente para una planta de sólo 75-100 MW.102 Los grandes
proyectos de propósitos múltiples, tales como Sardar Sarovar o Assuán, que
fueron el orgullo de esta industria, son aún menos atractivos para los
inversores que aquellos construidos sólo para la generación de energía
hidroeléctrica, debido a los problemas que causa reunir las ganancias
provenientes de las funciones no relacionadas con la energía y al hecho de
que estas funciones pueden utilizar el agua destinada a la generación de
energía para otros propósitos.

Aquellos que promueven las represas se han vanagloriado por mucho tiempo
de los beneficios de la “energía hidroeléctrica económica”. Esta frase parece
haberse caído del discurso de los constructores de represas en el encuentro
realizado en Frankfurt en setiembre de 1994. La expresión “energía
hidroeléctrica económica” pasará a formar parte de la afirmación pública de
los defensores de la energía nuclear, que sostienen que este tipo de energía
podría producir electricidad “demasiado barata para ser medida”, expresión
irónica y bastante singular de la fantasía tecnológica de la década del´50.

52
Notas
1
En 1995 el Banco Mundial finalmente comenzó una evaluación del rendimiento de
49 grandes represas que habían sido financiadas por la entidad. En 1996 el informe todavía
no había sido completado.
2
Waterbury, J. Hydropolitics of the Nile Valley. Syracuse University Press, Nueva York,
1979.
3
Rycroft, R. and Szyliowicz, J. 'The Technological Dimension of Decision Making: The
Case of the Aswan High Dam', World Politics, Vol. 33, No. 1, October; White, G., 'The
Environmental Effects of the High Dam at Aswan', Environment, Vol. 30, No. 7, 1988.
4
Waterbury op. Cit, p. 116.
5
Ver Pearce, F., The Dammed: Rivers, Dams and the Coming World Water Crisis.
Bodley Head, Londres, 1992, pp. 123-128; Gyan-Apenteng, K.. 'Happenings on the Dam',
West Africa, julio 1983, pp. 20-26; Graham, R. 'Ghana's Volta Resettlement Scheme', in
SEELD 2; Barnes, L., Africa in Eclipse. Gollancz, Londres, 1971, pp. 76-87.
6
Rassweiler, A.D. The Generation of Power: The History of Dneprostroi. OUP, Oxford,
1988, p. 3.
7
Tempest, R., 'Deng's Failing Health Gives Boost to Huge Dam Project', Los Angeles
Times, 6 febrero, 1995.
8
Human Rights Watch/Asia, 'The Three Gorges Dam in China: Forced Resettlement,
Suppression of Dissent and Labor Rights Concerns', Human Rights Watch, Nueva York,
1995, p. 3.
9
Worster, D., 'Water and the Flow of Power', The Ecologist, Vol. 13, No. 5, 1983, p.
169.
10
Scudder, T., 'Victims of Development Revisited: The Political Costs of River Basin
Development', Development Anthropology Network, Vol. 8, No. 1, 1990, p. 1.
11
N. del T.: etnia originaria del sur de la India, descendiente de los drávidas.
12
Gunaratne, M.H., For a Sovereign State. Sarvodaya Publishing, Ratmalana, 1988, p.
32.
13
Scudder, op. cit.; Meyer, E. 'Renoveau démocratique au Sri Lanka', Le Monde
Diplomatique, marzo, 1995.
14
Kaplan, R., 'The Coming Anarchy', Atlantic Monthly, febrero; Braun, A. 'The
Megaproject of Mesopotamia', Ceres, marzo-abril; Barham, J., 'Demirel raises stakes in tense
regional game', Financial Times, 10 noviembre. Uno de los primeros patrocinadores del GAP
desde la década del ‘60 ha sido el presidente de Turquía, Süleyman Demirel, ingeniero
hidráulico conocido como el “rey de las represas”, quien frecuentemente se refirió al proyecto
como la reafirmación del orgullo nacional.
15
Reisner, M., Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker
and Warburg, Londres, 1986, p. 174.
16
'Unravelling the Peace in State Water Wars', San Francisco Chronicle, 21 July, 1995;
'Doolittle's Dam: A Monument to Pork', San Francisco Chronicle, 17 octubre, 1995.
17
Fearnside, P.M., 'Brazil's Balbina Dam: Environment versus the Legacy of the
Pharaohs in Amazonia', Environmental Management, Vol. 13, No. 4.
18
Osava, M. 'Sigue el desorden, pese al control de la inflación', Inter-Press Service, 21
octubre, 1995.
19
Citado en Palmer, T. Stanislaus: The Struggle for a River. UC Press, Berkeley, 1982,
p. 102.
20
Reisner, op. cit., p. 178.
21
A History of the Tennessee Valley Authority. Oficina de Información de la TVA, 1986;
'Dams and Power Plants', Folleto de la TVA, setiembre, 1994.
22
Hirschman, A.O., Development Projects Observed. Brookings Institution, Washington
DC, 1967, p. 21.
23
Grant, N.L., TVA and Black Americans: Planning for the Status Quo. Temple
University Press, Philadelphia, 1990, pp. 75-83; McDonald, M.J. and Muldowney, J., TVA and
the Dispossessed. University of Tennessee Press, Knoxville, 1982.
24
Chandler, W., The Myth of TVA. Ballinger, Cambridge, MA, 1984, p. 7.
25
Wheeler, W.B. and McDonald, M.J., TVA and the Tellico Dam, 1936-1979: A
Bureaucratic Crisis in Post-Industrial America. University of Tennessee Press, Knoxville, 1982.

53
26
Droitsch, D. and Daigle, D. 'FDR's baby becomes a problem child', Amicus Journal,
Summer; Graham, G. 'Work to stop on last nuclear power plants', Financial Times, 13
diciembre, 1994.
27
Beard, D. 'Remarks before the International Commission on Large Dams', Durban,
Sudáfrica, 9 noviembre, 1994.
28
Los cálculos se sacan de los datos de los contratos en las publicaciones de la
industria de las represas; investigación realizada por Davor Orsic. Esta estimación concuerda
con la cifra de la Asociación Nacional de Energía Hidroeléctrica de los EE.UU. de 1995: un
mercado de 500 mil millones de dólares para esta industria dentro de los próximos 20 años.
'US Hydropower Export Initiative', NHA, Washington DC. El PNUD estima que el total de la
inversión mundial en energía es alrededor de 200 mil millones de dólares; Silveira, S.; 'The
Climate Convention and Renewable Energy', Renewable Energy for Development, Stockholm
Environment Institute, agosto 1995.
29
Ver Nakamoto, M., 'Japanese builders fined for collusion', Financial Times, 18 abril ;
'"Irregularities found in dam bidding', The Nation, Bangkok, abril 20, 1995; 'Brazil's
Odebrecht: Pimp or Prince?', The Economist, 29 enero, 1994; 'New police raids in Italian aid
scandal', Africa Analysis, 12 noviembre, 1993; Hooper, J., 'The drain on Spain', Guardian,
Londres, 24 junio, 1995; Ridding, J., 'French utility halts political payments in ethics
campaign', Financial Times, 11 noviembre, 1995; Wise, P. 'Portugal tackles corruption',
Financial Times, 13 junio, 1995.
30
Wilkinson, J.'Lords of Corruption: The Construction Industry Scandal', AMPO Japan-
Asia Quarterly Review, Vol. 24, No. 4, 1993; 'The Nagara Estuary Dam and Kanemaru Shin',
Japan Environment Monitor, septiembre, 1993; Suzuki, M. 'Yoshino River Symposium', Japan
Environment Monitor, julio-agosto 1994.
31
Schilling, P.R y Canese, R. Itaipú: Geopolítica e Corrupção. CEDI, São Paulo, 1991,
p. 8; 'Aquí están las pruebas de la estafa del presidente del Paraguay', La República,
Montevideo, 13 febrero, 1996.
32
Christian, S. 'Billions Flow to Dam (and Billions Down Drain?)', New York Times, 4
mayo, 1990.
33
Scudder, T. et al., The IUCN Review of the Southern Okavango Integrated Water
Development Project. UICN, Gland, Suiza, 1993, p. 12 ; Scudder, T. 'Environmental Politics:
Botswana's Southern Okavango Integrated Water Development Project', Development
Anthropology Network, Vol. 10, No. 2, Fall; Scudder, T. 'Social Impacts', en Biswas, A.K. (ed.)
Handbook of Water Resources and Environment. McGraw Hill, Nueva York, próximo a
publicarse.
34
Ver Sklar, L.,'Professional Ethics: The Dam Dilemma', World Rivers Review; mayo-
junio, 1991; Sklar, L., 'The Ethical Responsibilities of Engineers and Other Professionals
Involved in Large Dam Projects', en Usher, A.D. (ed.) Nordic Dam-building in the South:
Proceedings of an International Conference in Stockholm 3-4 agosto, 1994. SSNC,
Estocolmo.
35
Ryder, G. and Barber, M., Damming the Three Gorges: What Dam Builders Don't
Want You to Know. Earthscan, Londres, 1993, Apéndice B.
36
Gottlieb, R., A Life Of Its Own: The Politics and Power of Water. Harcourt Brace
Jovanovich, San Diego, 1988, p. 7.
37
Smith, N., A History of Dams. Peter Davies, Londres, 1971, p. 230.
38
Gitlitz, J., 'The Relationship Between Primary Aluminium Production and the
Damming of World Rivers', IRN Working Paper 2, Berkeley, CA, 1993. Las eficientes
fundidoras modernas consumen alrededor de 13.500 kWh/t de aluminio producido.
39
Ver Gitlitz, op. cit.
40
Gitlitz op. cit.; Banco Mundial; 'Early Experience with Involuntary Resettlement:
Impact Evaluation on Ghana — Kpong Hydroelectric Project', OED, 30 junio, 1993.
41
Sklar, L. y McCully; 'Damming the Rivers: The World Bank's Lending for Large Dams',
Working Paper 5, IRN, Berkeley, CA, noviembre, 1994.
42
Op. cit. Sklar and McCully, 1994.
43
Ver Wapenhans, W.A. et. al. 'Report of the Portfolio Management Task Force',
Banco Mundial, 1 julio, 1992.

54
44
Rich, B. Mortgaging the Earth: The World Bank, Environmental Impoverishment, and
the Crisis of Development. Beacon Press, Boston, p. 256, 1994.
45
Ver Udall, L.;'The International Narmada Campaign: A Case Study of Sustained
Advocacy', en Fisher, W.F. (ed.) Towards Sustainable Development? Struggling Over India's
Narmada River. M.E. Sharpe, Armonk, N.Y., 1995.
46
Morse, B. et al., Sardar Sarovar: The Report of the Independent Review. RFI,
Ottawa, 1992. Los proyectos Sardar Sarovar en plural se refiere a la represa y los canales de
irrigación asociados.
47
Ver Udall, op. cit.; McCully, P.; 'Cracks in the Dam: The World Bank in India',
Multinational Monitor, diciembre, 1992.
48
Blinkhorn, T.A. and Smith, W.T.; 'India's Narmada: River of Hope. A World Bank
Perspective', en Fisher (ed.) op. cit., 1995.
49
Randel, J. and German, T. (eds.) The Reality of Aid 94: An Independent Review of
International Aid. ICVA/EUROSTEP/ACTIONAID, Londres, 1994.
50
'The kindness of strangers', The Economist, 7 mayo, 1994.
51
Forrest, R., Japanese Aid and the Environment, The Ecologist, Vol. 21, No. 1, 1991.
52
Usher, A. 'Dam Building in the South: The Nordic Connection', Sveriges Natur, junio,
1994. Ver también 'Aid-financed hydropower projects in the developing world — a huge
market for Swedish companies', Development Today, Vol. 14, 1994.
53
Usher, 'Dam Building in the South'.
54
'Confidential note' de A. Kaatz, Delegación de la CE en Kenia a J.F. Boddens-
Hosang, Embajador de los Países Bajos, Nairobi, 5 febrero, 1986; Ozanne, J., 'How Moi's
right-hand man made his wealth', Financial Times, Londres, 27 noviembre, 1991; 'A Story of
Wealth and Power', Weekly Review, Nairobi, 22 noviembre, 1991.
55
Ver McCully, P., 'The Dam Builders' Web: A Story of Corruption, Contracts and
Corruption', World Rivers Review, Fourth Quarter. Agradezco a George Monbiot por conseguir
los documentos sobre los cuales se basa esta estimación de la Embajada de Francia en
Nairobi y por facilitárselos a IRN. Un funcionario público del Ministerio del Exterior de Francia
le comentó al autor Pierre Péan que Spie-Batignolles es “uno de los grandes administradores
de las ‘comisiones’ ”; Kleemeier, E., 1990. 'La France et l'argent noir au Kenya', Politique
Africaine, No. 40, diciembre 1990.
56
National Audit Office, Pergau Hydro-Electric Project. HMSO, Londres, 1993; Randel
and German, op. cit., p. 120.
57
'The curse of Pergau', The Economist, 5 marzo, 1994; Vidal, J. y Cumming-Bruce, N.
'Dam price jumped £81m days after deal', The Guardian, Londres, 19 enero, 1994; 'Whitehall
must not escape Scott-free', The Guardian, Londres, 12 febrero, 1994.
58
Pircher, W. '36,000 Large Dams and Still More Needed', informe presentado durante
la Séptima Conferencia Bienal de la Asociación Británica de Represas, Universidad de
Stirling, 25 junio, 1992.
59
Pircher op. cit.
60
Pearce, F., op. cit., p. 141.
61
'ICOLD: Meeting New Challenges in Building, Maintaining Dams', Hydro Review,
otoño, 1994, p. 17.
62
'ICOLD's achievements in an era of progress and change', Hydropower & Dams,
septiembre, 1995, p. 39 .
63
Veltrop J., 'A Response to IRN’s Letter to ICOLD', World Rivers Review, setiembre-
octubre, 1991, p. 11.
64
'ICOLD’s New President Looks to the Future, International Water Power and Dam
Construction', Agosto, 1991, p. 12.
65
Ver Razvan, op. cit.; Pircher op. cit.; 'A breath of fresh air', International Water Power
and Dam Construction, octubre 1992; Vansant, C., 'Our Friends: The Facts', Hydro Review,
julio, 1995, p. 39.
66
Human Rights Watch – Asia, op. cit.
67
Waterbury, op. cit.
68
Switkes, G.'Governor of Ceará Accuses NGOs For Delay In Northeastern Brazil River
Diversion Project', presentado en una conferencia por Internet env.dams@igc.apc.org, 30
octubre, 1995.

55
69
Com. pers. con un profesor de la Universidad de Baroda.
70
Carta del Dr. J. Zimmerman y R. Wigand al profesor Schoof, Facultad de
Planeamiento Espacial, Departamento de Planeamiento Urbano y Regional, Universidad de
Dortmund, 21 agosto, 1995. Traducido al inglés por Petra Yee.
71
Asia Watch, 'Before the Deluge: Human Rights Abuses at India's Narmada Dam',
Asia Watch, Washington DC, 1992, p. 1.
72
Human Rights Watch/Asia, 'The Three Gorges Dam in China', p. 7.
73
Human Rights Watch/Asia, op. cit.
74
“Declaraciones de John A. Scoville de la compañía Harza Engineering ante una
sesión informativa del Subcommittee on Procurement, Exports, and Business Opportunities
del House Small Business Committee, The Subcommittee on International Economic Policy,
el Trade of the House International Relations Committee, y el Subcommittee on Asia and the
Pacific of the House International Relations Committee”, 30 noviembre, 1995.
75
. Besant-Jones, J., ‘A View of Multilateral Financing from a Funding Agency’, in
Financing Hydro Power Projects '94. La conferencia fue auspiciada por International Water
Power and Dam Construction, Frankfurt, 22 y 23 septiembre, 1994; John Besant-Jones,
entrevista con el autor, 23 septiembre, 1994.
76
Beard, op. cit.
77
Op. cit. Besant-Jones. La mayor parte del 50 por ciento restante de los costos en la
vida útil de una central a carbón es para el combustible.
78
Moreira, J.R. and Poole, A.D. 'Hydropower and its Constraints', in Johansson, T.B. et
al. (eds.) Renewable Energy: Sources for Fuels and Electricity. Island Press, Washington DC,
1993, p. 112. Se han considerado tasas de descuento increíblemente bajas en los análisis
de la relación costo-beneficio de los proyectos hídricos de los EE.UU.; ver Parry, B.T. and
Norgaard, R.B. 'Wasting a River', Environment, Vol. 17, No. 1, 1978.
79
Banco Mundial, Resettlement and Development: The Bankwide Review of Projects
Involving Involuntary Resettlement. 8 abril, 1994, p. 5-22. Las consecuencias económicas de
los beneficios demorados normalmente no son consideradas en los cálculos de costos
excesivos.
80
Morrow, E.W. y Shangraw, R.F. Understanding the Costs and Schedules of World
Bank Supported Hydroelectric Projects. Departamento de Industria y Energía del Banco
Mundial, 1990, pp. 11, 41.
81
Banco Mundial. 'PCR: Argentina: Yacyreta Hydroelectric Project and Electric Power
Sector Project', 1995.
82
Repetto, R., Skimming the Water: Rent-Seeking and the Performance of Public
Irrigation Systems. WRI, Washington DC, 1986, p. 4.
83
Morrow and Shangraw, op.cit; Banco Mundial, 1990.
84
Banco Mundial, Paraguay: Country Economic Memorandum, agosto, 1992; Schilling
and Canese, op. cit., p. 9; Miranda, A., Paraguay y las Obras Hidroeléctricas Binacionales. El
Lector, Asunción, 1988; Altvater, E. 'Brazil: The Giant's Debts', en Altvater, E. et al. (eds.)
The Poverty of Nations: A Guide to the Debt Crisis from Argentina to Zaire. Zed Books,
Londres, 1991; Banco Mundial, World Development Indicators. La primera turbina comenzó a
generar electricidad en 1985. El 98% de la electricidad generada por Itaipú es vendida a
Brasil. Los intereses representan el 40% del costo total del proyecto. Las principales
agencias constructoras de represas en América del Norte también contrajeron deudas
importantes. Hacia fines de 1994 la deuda total de Hydro-Quebec era de US$ 26,25 mil
millones. 'Hydro-Quebec on long-term debt credit watch', International Water Power and Dam
Construction, diciembre, 1994.
85
Rademan, C. 'Three Gorges befuddles financiers', Institutional Investor, junio, 1995;
Carta de Lawrence R. Sullivan, Profesor Adjunto, Universidad de Adelphi a Kenneth Brody,
Presidente y Jefe del Banco Export-Import, 6 diciembre, 1995.
86
Op .cit. Banco Mundial, pp. 5-16, 5-19, 1994.
87
Op. cit., Morrow and Shangraw, p. 21, 1990.
88
Banco Mundial 'India Irrigation Sector Review', p. 22. Sorprendentemente, cada vez
que el grupo del Banco hace mal sus cálculos se lo atribuye al “optimismo”, sin embargo
cuando los funcionarios de la India cometen los mismos errores el BM afirma que se debe
culpar a la deshonestidad.

56
89
Banco Mundial, Op. cit., p. 5-16.
90
Cernea, M.M., 'Involuntary Resettlement in Bank-Assisted Projects: A Review of the
Applications of Bank Policies and Procedures in FY79-85 Projects', Banco Mundial, 1986, p.
14.
91
Cernea, M., 'Poverty Risks from Population Displacement in Water Resources
Development', Instituto de Harvard para el Desarrollo Internacional, 1990, p. 4. Gazdar
estima que Kalabagh desalojaría 124.000 personas. Gazdar, M.N. As Assessment of the
Kalabagh Dam Project on the River Indus Pakistan. EMS, Karachi, 1990.
92
Para ACB erróneos en los EE.UU., ver Goldsmith and N. Hildyard, The Social and
Environmental Impacts of Large Dams, Vol I, Wadebridge Ecological Centre, Cornwall 1984,
pp. 257-276; Berkman, R.L. and Viscusi, W.K. Damming the West: Ralph Nader's Study
Group Report on the Bureau of Reclamation. Grossman, Nueva York, 1973.
93
Ver Adams, J. 'Cost-Benefit Analysis: The Problem, Not the Solution', The Ecologist,
Vol. 26, No. 1, 1996.
94
Mark, R.K. y Stuart-Alexander, D.E. 'Disasters as a Necessary Part of Benefit-Cost
Analyses: Water-project costs should include the possibility of events such as dam failures',
Science, Vol. 197, 16 septiembre, 1977.
95
Carta de Martin Karcher dirigida a Lewis Preston, 12 diciembre, 1994.
96
Athukorala, P. y Jayasuriya, S. 'Macroeconomic Policies, Crises, and Growth in Sri
Lanka 1960 to 1990', mimeo, 1991, citado en Frederiksen, H.D., et al. Water Resources
Management in Asia. Volume I. Main Report. Informe técnico del Banco Mundial 212,
Washington DC, 1993, p. 53.
97
Morrow and Shangraw, op. cit., pp. 10, 22. Los 56 proyectos costaron alrededor de
US$ 317 millones, según el dólar en 1987 y tenían un promedio de capacidad instalada de
388 MW.
98
Op. cit., p. 22, C-1.
99
Banco Mundial, 'India', Vol. I, p. 24.
100
Devine, R.S. 'The Trouble With Dams', Atlantic Monthly, agosto, 1995.
101
Besant-Jones, 'A View of Multilateral Financing'.
102
Warnock, J.G. 'A developers point of view: Not for the faint hearted!', in Financing
Hydro Power Projects '94, p. 142.

57
Capítulo 10

No nos moveremos:
el movimiento internacional contra las represas

Koi nahi hatega, bandh nahi banega


Doobenge par hatenge nahin.
Nadie se moverá, la represa no será construida
Nos ahogaremos pero no nos moveremos.

Lemas del movimiento Narmada Bachao Andolan

Desde mediados de los años ´80 y durante la década posterior se ha


presenciado el nacimiento de un movimiento internacional contra las actuales
prácticas de construcción de represas. El movimiento está conformado por
miles de grupos ambientalistas, defensores de los derechos humanos y
activistas sociales, de todos los continentes excepto la Antártida. Surgió de la
unión de numerosas campañas locales, regionales y nacionales en contra de
las represas, y algunos grupos de apoyo que trabajaban a nivel internacional.
Los constructores de represas reconocen y lamentan su efectividad. En 1992,
el presidente de la ICOLD, Wolfgang Pircher, advirtió a la Sociedad Británica de
Represas (BDS, en inglés) que la industria enfrenta “un movimiento opositor,
serio y generalizado, que ya ha logrado reducir el prestigio de la ingeniería de
represas ante la opinión pública y que comienza a dificultar el trabajo para
nuestra profesión”.1

Las primeras campañas contra represas que tuvieron éxito fueron dirigidas en
su mayoría por conservacionistas que intentaban preservar áreas silvestres.
Hasta hace poco, la resistencia de los que resultaban directamente afectados
por las represas solía ser frustrada. No obstante, desde la década de los ´70, la
capacidad de las personas directamente perjudicadas para detener las
represas se ha visto fortalecida, principalmente gracias a la formación de
alianzas que apelan a la inquietud de terceros: ecologistas, grupos de derechos
humanos y por la democracia, organizaciones de campesinos e indígenas,
pescadores y amantes de la naturaleza. El desarrollo del ambientalismo ha sido
de gran ayuda para los opositores a las represas, y a su vez en muchos países
las campañas en contra de las represas han desempeñado una labor
preponderante en el desarrollo de movimientos ambientalistas nacionales.

1
Otros factores que contribuyeron al surgimiento del movimiento internacional
han sido la caída de regímenes autoritarios y la difusión de la tecnología de las
comunicaciones modernas.

Los opositores a las represas no están sólo “en contra”, ellos luchan a favor de
tecnologías y prácticas de administración que creen son más sustentables,
justas y eficientes. Los cambios políticos más convenientes para la
preservación o adopción de estas tecnologías y prácticas han constituido el
centro de las demandas de muchas campañas en contra de las represas. Las
disputas con el propósito de mejorar los términos de los reasentamientos o
para detener una represa en particular han dado lugar a movimientos que
reclaman un modelo de desarrollo político y económico totalmente diferente. En
la actualidad, los opositores a las represas sostienen que la toma de decisiones
en forma transparente y democrática es tan importante como las decisiones
mismas. El ejemplo más claro de la importancia política de los movimientos en
contra de las represas es el protagonismo que éstos tuvieron dentro de los
grupos que luchaban por la democracia en la década del ´80, en el este de
Europa y en Sudamérica.

Las siguientes crónicas abordan la historia de las principales luchas anti-


represas y explican las tendencias de mayor importancia que se unieron para
conformar el movimiento internacional contra las represas. Sin embargo este
informe está lejos de abarcar todas las formas de resistencia organizada contra
las represas, muchas de las cuales han sido apenas documentadas o
directamente no se encuentran registradas. Otras luchas contra las represas,
que lamentablemente no pudieron ser incluidas aquí, incluyen la finalmente
infructuosa pero bravía campaña de los ecologistas californianos en oposición
a la represa New Melones, de 191 metros, en la década del ´70; la lucha de los
nativos cree contra el gigantesco proyecto de la bahía James en Quebec -la
resistencia de los cree forzó en 1994 la suspensión de las dos últimas etapas
del proyecto que constaba de tres partes-; la oposición a la represa Alta, en
Noruega, entre 1970 y 1981 -la represa fue construida, pero se conquistaron
importantes concesiones, como la mejora de las leyes ambientales y la primera
legislatura para la minoría étnica samim-; las numerosas y exitosas campañas
en las décadas del ´70 y del ´80 de la Sweden's River Savers' Association
(asociación sueca en defensa de los ríos); la fructífera campaña de fines de los

2
´80 y principios de los ´90 de SOS Loire Vivante, en Francia; la incesante
campaña en contra de las represas planificadas para el espectacular río chileno
Bío-Bío; la campaña en contra de la represa Katun, en Rusia, que ha forzado
su suspensión; las fuertes protestas de la minoría étnica igorot, en las Filipinas,
que detuvieron la construcción de las represas sobre el río Chico; y las luchas
de pobladores locales y sus aliados en contra de las represas en Indonesia y
Malasia.2

Estética e impuestos: lucha anti-represas en EE.UU.

... nunca se sabe si una palanca no será útil contra esa


represa Billerica.

Henry David Thoreau


A Week on the Concord and Merrimack Rivers, 1849

“¿También deberíamos inundar la Capilla Sixtina para que los turistas puedan
estar más cerca de la bóveda?”, preguntaba el aviso de una página entera
colocado por los conservacionistas en los principales diarios de los EE.UU. en
agosto de 1966. La pregunta, cargada de indignación, en realidad respondía a
un comentario del ministro del Interior Stewart Udall respecto de que los dos
embalses hidroeléctricos planeados para el Gran Cañón ayudarían a que los
turistas a bordo de las lanchas contemplaran el panorama. La campaña en
oposición a las represas Grand Canyon marcó el final de más de una década
de luchas en contra de la Oficina de Reclamaciones (BuRec) sobre la cuenca
del Colorado, que terminaron con los años dorados de los constructores de
represas en los EE.UU. y constituyeron una fuerza vital para la organización del
movimiento ambientalista moderno en el país.

La represa Echo Park, planificada sobre el mayor tributario del Colorado, el río
Green, fue la primera en provocar una dura oposición en la cuenca. Los
conservacionistas se indignaron ante el proyecto de la represa de 175 metros,
no tanto por el impacto que tendría sobre el río, o incluso por el valor
paisajístico de las tierras que inundaría, sino por una cuestión de principios. La
Echo Park hubiera inundado muchos de los cañones del Dinosaur National
Monument; un monumento nacional goza de la misma protección que un
parque nacional, la única diferencia es que mientras los parques son

3
designados por el Congreso, la designación de un monumento es facultad
presidencial. Los conservacionistas creían que si se permitía la construcción de
la represa, esto causaría una avalancha de proyectos de desarrollo en otras
áreas protegidas.

Echo Park alcanzó por primera vez notoriedad pública en 1950, cuando la
popular revista nacional Saturday Evening Post publicó un furioso ataque
contra la represa realizado por el reconocido escritor del oeste de los EE.UU.,
Bernard DeVoto. El artículo fue reimpreso en la revista conservadora y de
circulación masiva Readers' Digest. “Poco después”, expresa el escritor Russell
Martin, “millones de estadounidenses supieron de la existencia de un pequeño
monumento del que nunca antes habían oído y se sentían indignados con lo
que este grupo conocido como la BuRec planeaba construir allí”. Mientras
tanto, Howard Zahniser, secretario ejecutivo de la Wilderness Society,
conformaba rápidamente una coalición de grupos conservacionistas y de
actividades al aire libre que ayudarían a encender la inquietud pública y a
presionar al Congreso en contra de la represa.

A fines de la década del ´40, el Sierra Club era un grupo formado


mayoritariamente por escaladores y excursionistas conservadores californianos
que había decidido que no valía la pena intentar salvar el Dinosaur National
Monument. A fines de 1952, sin embargo, David Brower asumió la dirección
ejecutiva del club. David Brower era un incansable y pertinaz militante de la
conservación que probablemente se tornaría en la segunda figura más
influyente del movimiento ambientalista estadounidense del siglo XX; el de
mayor gravitación, el fundador del Sierra Club, John Muir, falleció en 1914, un
año después de perder la lucha por detener una represa en el parque nacional
Yosemite, en California.

Poco después de hacerse cargo del Sierra Club, Brower comenzó a dirigir
excursiones en bote a través del Dinosaur National Monument para mostrar a
los miembros del club la belleza silvestre de los cañones que la represa
inundaría. Un documental rodado durante estos paseos fue difundido a nivel
nacional en apoyo a la causa de los conservacionistas. En 1954, en ocasión de
prestar testimonio ante el Congreso y realizando simples cálculos en una
pizarra, Brower demostró que los ingenieros de la BuRec habían subestimado
groseramente la cantidad de agua que se evaporaría del embalse Echo Park y
sobreestimado la evaporación de los embalses alternativos. El Congreso

4
“cometería un gran error si confiase en las cifras presentadas por la BuRec ya
que éstos no saben sumar, restar, multiplicar ni dividir”, advirtió Brower
sardónicamente. El siguiente golpe para apelar a la opinión pública llegó en
forma de un libro de ensayos editado por Wallace Stegner e ilustrado con
impactantes fotografías del Dinosaur National Monument. Los libros se
enviaron a todos los miembros del Congreso, a todos los empleados
jerárquicos del Ministerio del Interior y a los editores de cada uno de los diarios
que podían interesarse en la represa.

Los políticos y diarios del oeste se horrorizaron por la fuerte oposición a lo que
ellos durante mucho tiempo habían percibido como su derecho inmutable a
utilizar los recursos federales para la construcción de represas y ridiculizaron a
los conservacionistas tratándolos de “bandidos de cabello largo” y
“abominables amantes de la naturaleza”, que declamaban “sinsentidos
románticos”. A pesar de esto, los argumentos técnicos de Brower eran difíciles
de rebatir y aún más embarazosos eran los argumentos económicos, que
explotaban el resentimiento de los legisladores del este por el uso de su dinero
para construir represas en el oeste. En el oeste comenzaron a darse cuenta de
que si continuaban luchando por Echo Park terminarían por perder no sólo ésta
represa sino muchas otras también. Hacia 1956 se había logrado influenciar a
suficientes legisladores del oeste y el Congreso votó en contra de la represa.
Echo Park, sostiene el historiador Roderick Nash, “fue el mejor momento vivido
por el movimiento ambientalista estadounidense hasta entonces”.3

Sin embargo, Echo Park distaba de ser una victoria total. Los conservacionistas
no querían ser percibidos como detractores radicales de cualquier clase de
desarrollo hídrico; su objetivo no era detener la construcción de represas en la
cuenca superior del Colorado, sino mantener las represas fuera de las áreas
protegidas. Como resultado de la estrechez de este objetivo, la alternativa a
Echo Park causó mucho más daño en términos de destrucción de la belleza
natural.

El mayor de los pecados

La represa Glen Canyon... En todas las Montañas Rocosas, en el oeste


intermontañoso, ninguna obra del hombre ha sido tan odiada por tantos,
durante tanto tiempo, como las 700.000 toneladas del bloque de
concreto gris que obstruye nuestro río.

5
Edward Abbey,
Down the River, 1982

La autorización de las partidas presupuestarias de 1956, de las que Echo Park


había sido borrada, dio luz verde a la represa Glen Canyon sobre el Colorado y
ese mismo año se comenzó su construcción. Hasta fines de la década del '50
sólo unos pocos estadounidenses, excepto los indígenas, habían visto el
Cañón Glen. Esta formación no estaba oficialmente protegida y los
conservacionistas asumieron que no tenía gran importancia como panorama.
Pero luego de que comenzaron las obras de la represa, turistas, fotógrafos,
artistas, escritores y conservacionistas visitaron el cañón antes de que
desapareciera para siempre, y quedaron atónitos por la maravilla que
presenciaron. Wallace Stegner escribió que el Cañón Glen era “casi la
serenidad absoluta... la fantástica erosión en las laderas sedimentarias de sus
cañones, recintos, grutas verdes con ciclamores y culantrillos, y vertientes de
agua dulce”. Brower visitó el lugar en 1963, poco antes de que las compuertas
de la represa se cerrasen, y quedó embargado por la pena de haber permitido
la destrucción de semejante maravilla. Más tarde describió su error al no tratar
de salvar al Cañón Glen como el “mayor pecado que jamás haya cometido”.

El mismo año en que el embalse Powell lentamente comenzó a inundar el


Cañón Glen, la BuRec anunció que proyectaba construir dos represas más en
el cañón con el objetivo de generar electricidad para la extracción de agua del
Colorado y de esta forma poder satisfacer la rápida expansión de las ciudades
del desierto en el centro de Arizona. A pesar de que sólo una pequeña parte de
uno de los embalses influiría directamente sobre el Parque Nacional Gran
Cañón, los conservacionistas ya no querían saber nada con la construcción de
represas sobre los cañones del Colorado, dentro o fuera de las áreas
oficialmente protegidas. En esta ocasión, las fuerzas opositoras a las represas
como nunca antes estaban mejor preparadas y con mayor determinación. Echo
Park les había enseñado que tenían el poder necesario para ganar, y la
motivación era impedir que la tragedia del Cañón Glen se repitiese.

Los conservacionistas usaron muchas de las tácticas anteriores: folletos, libros


cuidadosamente editados, películas, artículos de revistas, cartas de protesta -
cientos de miles fueron enviadas al gobierno instándolo a no modificar el Gran
Cañón- y testimonios ante el Congreso. Los avisos del diario del Sierra Club

6
constituían una nueva táctica que llenaba sacos y sacos de cartas para el
Congreso y ayudó a duplicar la cantidad de miembros de la organización. Los
opositores a la represa también esgrimieron argumentos económicos y
desafiaron las cifras hidrológicas y de sedimentación de los ingenieros. Como
con Echo Park, los conservacionistas tomaron partido por ciertas alternativas -
de lo que más tarde muchos se arrepentirían- y adujeron que la energía que
generarían las represas podría ser producida más económicamente por
centrales nucleares o de carbón.

La inquietud pública despertada por el Sierra Club y otros opositores persuadió


al ministro del Interior, Stewart Udall, a detener los proyectos de construcción
de las represas en 1967. El activista y autor Tim Palmer sostiene que “la batalla
contra las represas del Gran Cañón fue un evento central y simbólico, que tuvo
un rol fundamental en el despertar de la conciencia por el cuidado ambiental en
los EE.UU.”.4

Para los constructores de represas estadounidenses y en particular para la


BuRec, la derrota del Gran Cañón fue un golpe fortísimo. El Cuerpo de
Ingenieros también aprendió que debería aminorar su ambición por construir
represas o enfrentar numerosas derrotas cuando Stewart Udall, en el mismo
año que había dado por tierra con las represas Grand Canyon, hizo uso de
motivos económicos y de conservación para exhortar en contra de la
construcción de la enorme represa Rampart, en Alaska.

El fin de la insensatez de las grandes represas

La gente se está hartando de la insensatez de


las grandes represas.

Título de un artículo en Public Service


Magazine, 1953

En su mayoría, las numerosas luchas de los años ’70 en contra de las represas
se disputaban en el ámbito local o regional, sin ideas que lograsen captar la
atención nacional como lo lograron las represas del Colorado en los ´50 y ´60.
En 1973, en apoyo a los diferentes grupos opositores a las represas a lo ancho
y largo del país y para volcar al Congreso a su favor, un grupo de navegadores
de rápidos y conservacionistas crearon el American Rivers Conservation

7
Council (ARCC), con sede en Washington DC. El año anterior, un doctor en
filosofía llamado Brent Blackwelder había colaborado en la fundación del
Environmental Policy Center (EPC) -más tarde rebautizado Environmental
Policy Institute- y se había transformado en el primer opositor de tiempo
completo en contra de los proyectos hidráulicos. Entre 1972 y 1983,
Blackwelder ayudó a detener más de 140 represas, canales y proyectos de
canalización. En 1976 el ARCC y el EPC patrocinaron la primera Dam
Fighters'Conference –la conferencia de opositores a las represas-, reunión que
se convertiría en un evento anual muy difundido entre los activistas de los ríos.5

Blackwelder y sus colegas recibieron con entusiasmo la asunción a la


presidencia de Jimmy Carter en 1977. Carter era un entusiasta navegante y
quería detener las represas no sólo por motivos económicos sino también para
salvar a los ríos. Uno de los primeros actos importantes de su gestión fue la
emisión de una lista de 19 proyectos hidráulicos federales que él recomendó
desestimar por razones económicas, ambientales o de seguridad. Entre las
propuestas descartadas se encontraban las represas más controversiales del
país. Pero Carter había subestimado el poder del clientelismo y las prebendas
políticas, y finalmente los grupos de presión lo obligaron a aprobar los fondos
para la mayoría de los proyectos de esa lista. A pesar de que terminó cediendo,
Carter al menos ayudó a crear conciencia pública acerca de los oscuros
movimientos y arreglos detrás de la construcción de represas en los EE.UU.6

Resulta irónico que el presidente que más hizo para desmantelar la corruptela
que rodea a los proyectos hidráulicos no fuera el amante de los ríos Jimmy
Carter, sino el objeto de burla y de temor ambientalista, Ronald Reagan. Su
administración comenzó en 1981 con la promesa de más proyectos hidráulicos
y menos gastos públicos, dos objetivos claramente contradictorios. Pero
Reagan no cumplió con su promesa sobre las represas. En 1981 firmó el
primer proyecto de ley que invalidó un grupo de proyectos hidráulicos y canceló
la financiación de siete represas que hubieran costado más de 2 mil millones
de dólares. Las reformas legislativas de la presidencia de Reagan exigían que
los Estados y las comunidades pagasen una mayor proporción del costo de los
proyectos hidráulicos con el objetivo de achicar el gasto gubernamental. Estos
cambios disminuyeron enormemente el atractivo de estos oscuros proyectos y
selló el destino de muchas represas.

8
Cuando Bill Clinton llegó a la presidencia en 1991, el recorte presupuestario y
mejores leyes ambientales se habían combinado para acabar con la
construcción de represas en los EE.UU. En lugar de dedicarse a pelear contra
las propuestas de proyectos, los opositores a las represas podían concentrar la
mayor parte de su energía y tiempo en las campañas para desmantelar las
represas más pequeñas y rediseñar el régimen operativo de las grandes
represas con el fin de minimizar el daño ecológico. “La era de la construcción
de represas en los EE.UU. ha terminado”, sostuvo el comisionado de la BuRec,
Dan Beard, en 1994. “La posibilidad de cualquier proyecto futuro es
extremadamente remota, si no inexistente”.7

Arrestos y restauración en la selva de Tasmania

MÁRCHENSE VERDES Y LLEVEN SUS


ENFERMEDADES CONSIGO.

Pancarta en una demostración pro represas en


Tasmania, 1983

Los orígenes del movimiento ambientalista australiano moderno se remontan a


la campaña por salvar un lago relativamente pequeño, ubicado en un parque
nacional en el montañoso sudoeste de la isla de Tasmania. Lo que hacía
especial al lago Pedder era el deslumbrante cuarzo rosado sobre la fascinante
playa de un kilómetro de ancho y el reflejo sobre sus aguas cristalinas de los
picos irregulares de los alrededores. En 1967, la Comisión de Hidroelectricidad
de Tasmania (HEC, en inglés) anunció que planificaba construir una represa
sobre el río, drenar el Pedder y crear un embalse 34 veces mayor que el
tamaño original del lago de siete kilómetros cuadrados. Los conservacionistas
presentaron una dura batalla para detener la represa, pero incluso con el apoyo
tácito del gobierno federal en Camberra, no lograron derrotar a la HEC, una
poderosa y cerrada empresa estatal.

El periodista australiano Peter Thompson escribe que a pesar de la derrota de


la campaña del Pedder, “había nacido un fuerte movimiento conservacionista”.
A partir de la lucha por salvar al Pedder, los conservacionistas habían
aprendido “a hacer campañas, publicidad y encuestas, a postularse en
candidaturas, a utilizar la radio y la televisión y a desarrollar técnicas que serían
fundamentales para ganar la batalla siguiente”.

9
Esa batalla se libró contra una propuesta de represa sobre la misma cuenca,
aguas abajo. La represa de 180 MW Gordon-under-Franklin, así denominada
por su ubicación sobre el río Gordon, debajo de su confluencia con el Franklin,
hubiera anegado una de las últimas grandes selvas templadas del hemisferio
sur. Hubiera inundado una exótica selva, una de las gargantas más
espectaculares de Australia y cuevas de enorme valor arqueológico con signos
de haber sido habitadas hace 20.000 años.

La HEC difundió sus planes para la represa en 1979. El gobernante Partido


Laborista de Tasmania tenía un ala proclive a la conservación con base en el
este de la isla, que era más urbanizado; pero también contaba con una facción
a favor de las represas, constituida por sindicatos y partidarios de las obras en
el sudoeste. La HEC había convencido a los habitantes de las localidades
económicamente abatidas del sudoeste de Tasmania de que si no se construía
la represa se producirían despidos masivos. La oposición constituida por el
Partido Liberal y la poderosa comunidad comercial del Estado respaldaban por
completo a la HEC. Bob Brown, doctor en medicina convertido en activista y
líder de la Tasmanian Wilderness Society, TWS (Sociedad de Vida Silvestre de
Tasmania), coordinaba la campaña en contra de la represa. La TWS, expresa
Peter Thompson, constituyó “el movimiento por el bienestar público más
brillante de la historia australiana”.

Considerando que el lobby a favor de la represa era tan poderoso en


Tasmania, los conservacionistas entendieron que para derrotar a la represa
Gordon–under-Franklin deberían contar con el apoyo del continente. En julio de
1982, y luego de intensos cabildeos, se logró persuadir al Partido Laboral
federal, que hasta entonces era la oposición en Canberra, de adoptar una
política de “no a las represas". Poco después, la campaña recibió otro gran
apoyo cuando la UNESCO aceptó una petición del gobierno de Australia de
designar al sudoeste de Tasmania como Patrimonio de la Humanidad.

En 1982, a mediados de diciembre, cuando la HEC se preparaba para movilizar


sus motoniveladoras hacia la selva tropical, la TWS tomó posición para
detenerlos. Miles de “verdes” de toda Australia se unieron para bloquear el sitio
de la represa, en forma pacífica y meticulosamente planificada. Durante los tres
meses de acción, 1.300 manifestantes fueron arrestados y cientos terminaron
en prisión. Bob Brown fue detenido el 16 de diciembre y quedó demorado por

10
tres semanas. Mientras permanecía bajo arresto, un diario nacional lo nombró
el “Australiano del Año”. El día después de su liberación resultó electo para el
parlamento de Tasmania. El mayor efecto publicitario se logró a mediados de
enero, cuando el botánico inglés y celebridad televisiva Dr. David Bellamy se
unió al bloqueo. Las imágenes de su llegada y posterior arresto recorrieron 32
países.

El bloqueo inspiró a decenas de miles a unirse a las manifestaciones contra las


represas en ciudades a lo largo y ancho de Australia. A pesar de que los
funcionarios tasmanios calificaron a los “verdes” como “buscapleitos
profesionales” importados por la TWS, 20.000 personas –uno de cada cinco
habitantes de la isla- marcharon en la capital estatal, Hobart, en apoyo al
bloqueo.

El 3 de marzo, dos días antes de la elección general que decidiría el destino de


la campaña, el bloqueo fue levantado. Los conservacionistas instaron a sus
seguidores a “votar por el Franklin”, respaldando al Partido Laborista, y así le
otorgaron una victoria arrolladora. En el lapso de un mes, el nuevo gobierno
prohibió las actividades de la HEC en el área del Patrimonio de la Humanidad.
Así y todo, el gobierno tasmanio, cuyo primer mandatario alguna vez había
descripto al Franklin como una “zanja infestada de sanguijuelas”, ignoró la
decisión de Camberra tildándola de inconstitucional. El escenario se preparaba
para la escena final y decisiva ante la Corte Suprema. El 1° de julio de 1983, en
lo que se reconoce como uno de los casos constitucionales más importantes de
Australia, la Corte falló a favor del gobierno federal. El proyecto Gordon-under-
Franklin había fracasado.8

En 1994, Bob Brown y David Bellamy se reencontraron nuevamente en


Tasmania para lanzar Pedder 2000, una campaña para restaurar el lago
Pedder mediante el drenaje del embalse que lo había inundado. Los activistas
confiaban en que esta restauración sin precedentes llevaría “esperanza a una
nueva generación en la última parte de un milenio destructivo” y actuaría como
“un catalizador de reparaciones ambientales en todo el planeta”. De acuerdo
con los estudios encargados por la campaña, la singular playa de cuarzo y
otras características sobresalientes del lago habían sido cubiertas sólo por
unos pocos milímetros de sedimentos y rápidamente podrían ser restauradas a
su condición original.

11
La actitud en Tasmania es muy diferente a la de dos décadas atrás. El gobierno
y la HEC se oponen a drenar al Pedder, pero con mucho menos vehemencia
que cuando impulsaban la construcción de la represa. En lo que respecta al
futuro próximo, la HEC reconoce que sus días de constructora de represas han
finalizado, al menos en Tasmania –en 1994 una subsidiaria comenzó estudios
de factibilidad para la construcción de represas en Laos. La desconexión de
Pedder sólo reduciría en 60 MW la capacidad del sistema energético tasmanio,
mientras que el Estado ya tiene una capacidad excedente de 130 MW. Como
los “verdes” habían señalado en aquel momento, la energía del río Franklin
aparentaba ser necesaria sólo porque la HEC y otros intereses comerciales
decidieron que así fuera.9

Europa del este: oposición a las represas, oposición al


sistema

Para nosotros, los grupos de presión por el agua y la


energía representan la estructura estalinista. Los proyectos
hídricos son paramilitares, centralizados, antidemocráticos
y monolíticos.

Janos Vargha, ambientalista húngaro, 1989

En la primera manifestación pública desde la revuelta brutalmente aplastada de


la generación anterior, 15.000 húngaros tomaron las calles de Budapest el 30
de octubre de 1988. Esta vez los manifestantes no exigían el fin del régimen
comunista, sino el de la represa sobre el Danubio en un paraje llamado
Nagymaros. Aún así, uno de los resultados de la campaña en contra de la
represa Nagymaros fue que el pueblo húngaro tomó confianza para expresarse
en contra y finalmente deponer a sus mandatarios comunistas. La caída de
muchos regímenes autoritarios de Europa central y del este comparten una
historia similar: con protestas ambientalistas, especialmente en oposición a las
represas, que actuaron como descarga de la manifestación pública contra los
regímenes altamente impopulares.

Las obras de Nagymaros y de otra represa asociada, 200 kilómetros río arriba
en Gabcikovo, comenzaron en 1978. Si bien a la altura de Nagymaros ambas
márgenes del río se encuentran sobre territorio húngaro, en Gabcikovo la costa
norte pertenecía a lo que por entonces era territorio eslovaco de la república de

12
Checoslovaquia. Durante los primeros años ´80, los checoslovacos tomaron la
delantera con su parte del proyecto Gabcikovo. Por su parte, la crisis
económica húngara de 1981 forzó la suspensión de las obras en Nagymaros y
sobre la orilla sur, en Gabcikovo.

Mientras la maquinaria húngara yacía en desuso, río arriba, en Austria,


comenzaba la lucha en contra de los planes de construcción de otra represa.
En las afueras de la ciudad de Hainburg se encuentra uno de los mayores
bosques ribereños y con más diversidad ecológica que quedan en Europa.
Cuando en diciembre de 1984 el gobierno austríaco autorizó comenzar a
despejar el bosque para abrirle paso a la represa Hainburg, 40.000
manifestantes marcharon cerca de Viena en señal de protesta. Los
ambientalistas ocuparon el bosque e iniciaron una dura confrontación con la
policía. Poco después la Suprema Corte determinó que la autorización
gubernamental para la tala era ilegal.

Cuando vio frustrado su plan para la construcción de una central hidroeléctrica,


el gobierno austríaco volvió la atención hacia sus vecinos más represivos y les
ofreció capital para construir las represas Gabcikovo-Nagymaros si le
garantizaban una gran proporción de la energía obtenida de las mismas. En
1985 la propuesta austríaca alentó al Politburó húngaro a volver a presentarse
públicamente para Nagymaros.

Sin embargo, el apoyo a las represas sobre el Danubio distaba de tener


unanimidad en el establishment húngaro. Las represas eran fuertemente
respaldadas por la burocracia del manejo hídrico en el país y por la Unión
Soviética, a la que el proyecto le permitía aumentar la capacidad de sus navíos
de guerra para remontar el Danubio. Por otro lado, el grupo de presión a favor
de los combustibles fósiles en Hungría se opuso al proyecto, al igual que
distintos miembros gubernamentales que percibían que las represas otorgarían
más beneficios a Checoslovaquia y Austria que a la misma Hungría. A
principios de los ´80, esta ambivalencia oficial había generado el espacio
político propicio para que los hidrólogos y biólogos plantearan los potenciales
impactos ambientales de las represas. Estos inusitados cuestionamientos a la
sabiduría del Partido tuvieron eventualmente su represalia, y en mayo de 1984
las autoridades húngaras prohibieron toda expresión pública respecto de temas
ambientales y toda cobertura mediática relacionada con el tema de las
represas.

13
A pesar de las intimidaciones, un pequeño grupo de opositores a las represas,
encabezado por el biólogo y periodista Janos Vargha, no guardó silencio. Tres
meses después de la supresión, ilegalmente constituyeron el Duna Kor -Círculo
del Danubio- uno de los pocos grupos de ciudadanos independientes en el
bloque del este. Los ambientalistas tenían la certeza de que las represas
secarían la hermosa región de Szigetkoz –literalmente “región isleña”-, lugar en
donde el Danubio se encuentra con las planicies húngaras y se ramifica
creando un vergel silvestre con innumerables cauces, pantanos, lagunas e islas
boscosas. También temían que el agua del mayor acuífero de Europa central,
que yace bajo Szigetkoz, resultara contaminada por los desechos de las
ciudades aledañas si se perdía el filtro purificador constituido por los
humedales.

El objetivo inicial del Duna Kor era romper el manto de misterio que envolvía a
Gabcikovo-Nagymaros. La primera actividad de campaña fue hacer circular una
petición para que el Parlamento húngaro debatiese el proyecto. Los petitorios
debían ser pasados en secreto entre conocidos; muchos fueron confiscados
por la policía secreta y la gente sentía una comprensible renuencia a declarar
su oposición por escrito. A pesar de las dificultades, se recolectaron más de
6.000 firmas.

No obstante las amenazas oficiales, la censura y la invalidación de sus


pasaportes, los activistas del Duna Kor continuaron con su trabajo: mantenían
reuniones secretas, recolectaban más firmas, publicaban samizdat (boletines
clandestinos) y se contactaban con ambientalistas extranjeros. En 1985
publicaron el primer estudio de impacto ambiental de Nagymaros. Al año
siguiente sostuvieron una conferencia de prensa sin precedentes en Budapest,
conducida por “verdes” de Hungría, Austria y Alemania Federal. A pocas
semanas de la conferencia de prensa, Vargha y otros fueron arrestados e
interrogados luego de que habían anunciado que planeaban una marcha. A
pesar de todo la protesta siguió su curso y los manifestantes, que eran
alrededor de 200, se encontraron con gases lacrimógenos y cachiporras.
Además, en 1986 las actividades políticas de Vargha le hicieron perder su
trabajo, pero continuó con la campaña.

La pertinacia y el valor de los miembros del Duna Kor atrajeron a otros


disidentes. Andras Biro, un periodista que había escapado de Hungría después

14
del levantamiento de 1956, regresó al país en 1987. “Volví a mi tierra porque vi
que las cosas estaban cambiando”, le expresó al periodista británico Fred
Pearce en 1989. Duna Kor era el signo visible de ese cambio. “Lo que Janos
[Vargha] hizo fue extraordinario. [Duna Kor] desafió al gobierno. Atenuaron el
temor del pueblo”.

Poco antes de la multitudinaria protesta en Budapest, el 30 de octubre de 1988


el Parlamento húngaro debatió Gabcikovo-Nagymaros por primera vez. Una
nueva petición para un referéndum respecto de Nagymaros circuló
abiertamente y captó 150.000 firmas. En noviembre Miklos Nemeth, un
reformista prominente, se transformó en primer ministro. Para lograr el apoyo
popular en su lucha contra los conservadores del Partido Comunista, los
reformistas expresaron su apoyo a los objetivos del Duna Kor, y los
ambientalistas utilizaron a los reformistas como aliados para acabar con el
monolítico poder estatal.

En mayo de 1989 el gobierno suspendió las obras de Nagymaros. Dos meses


más tarde se detuvieron las del sector húngaro de Gabcikovo. A finales de
octubre se aprobó una resolución parlamentaria para el abandono de
Nagymaros. Hungría celebró sus primeras elecciones libres a principios de la
primavera siguiente. “El momento decisivo para un cambio político se produjo
cuando el gobierno suspendió las obras en las represa”, sostiene Andras
Biro.10

Cuando el conejo vence al oso

Donde domina el oso, el conejo se ahoga.

De una carta en un diario latvio sobre los planes


soviéticos para la represa Daugavpils, 1986

En octubre de 1989, un grupo de activistas del grupo de ciudadanos búlgaros


Ecoglasnost se encontraba recolectando firmas en el exterior de una
conferencia internacional en Sofía, cuando, en presencia de los delegados del
evento y de la prensa internacional, fueron agredidos a golpes de puño y
patadas por agentes de seguridad y forzados a subir a sus vehículos. Varios
días después, Ecoglasnost organizó una marcha de 5.000 personas para
protestar por los arrestos y entregar un petitorio a la Legislatura Nacional en

15
contra de los proyectos hidroeléctricos sobre los ríos Stuma y Mesta. La
marcha fue la mayor manifestación no oficial en Bulgaria desde la Segunda
Guerra Mundial. Un disidente le expresó a un periodista: “En Bulgaria ya no
será posible mantener las opiniones alternativas en silencio. Hemos cruzado la
línea divisoria de aguas”. En cuestión de días, Todor Zhivkov, presidente de
Bulgaria por casi dos décadas, fue expulsado del poder. La nueva
administración acordó suspender los proyectos hidroeléctricos.11

En Latvia, el comienzo de la oposición organizada al régimen soviético estuvo


marcada por una campaña en contra de una represa hidroeléctrica sobre el río
Daugava. En 1986, dos jóvenes periodistas latvios, Dainis Ivans y Arturs Snips,
escribieron un artículo en un diario literario que criticaba duramente la represa
Daugavpils. Denunciaron que inundaría un valle que era “uno de los lugares
naturales más bellos y aún intactos de Latvia”, colmado de restos de
antiquísimas sepulturas y fuertes. De manera notoria y provocativa, Ivans y
Snips apelaron al nacionalismo latvio, haciendo énfasis en el “significado
simbólico que el Daugava tenía para la historia y la vida espiritual de la nación”.

El artículo desató un debate sin precedentes en las columnas del diario. A los
lectores se los instaba a escribir a los funcionarios y hacer circular petitorios en
favor de un debate abierto respecto de la represa, según el espíritu de la nueva
política de glasnost. En respuesta a la inquietud pública, las autoridades
soviéticas iniciaron una revisión del proyecto, que concluyó que éste no era
“viable desde el punto de vista económico” y “que causaría pérdidas ecológicas
irrecuperables”. En noviembre de 1987, y luego de recibir 30.000 cartas de
protesta según los informes, el Consejo Soviético de Ministros descartó el
proyecto. De acuerdo con el Club de Protección Ambiental de Latvia, “este
triunfo del pueblo sobre las fuerzas del centralismo burocrático encendió el
movimiento democrático de independencia latvio e impulsó al novel periodista
Ivans a la presidencia de los 200.000 miembros del Frente Popular, y luego a la
vicepresidencia del nuevo Parlamento de Latvia”. El mismo Ivans alguna vez
denominó a la campaña contra la Daugavpils como “el ensayo final para el
Frente Popular”.12

La campaña en contra de la represa Khudoni, de 200 metros, en la ex república


soviética de Georgia, constituyó “uno de los mayores sucesos del movimiento
de liberación”, según Londa Khasaya, un líder del activismo “verde” en Georgia.
En 1989 cinco multitudinarias protestas, los cortes de caminos y los ocho días

16
de huelga de hambre de los activistas forzaron a las autoridades soviéticas a
detener la construcción de la represa muy cerca de su finalización.13

Los guerreros y trabajadores contraatacan: Brasil

¡Quien esté en contra de Balbina está contra ti!

Aviso televisivo a favor de la represa Balbina, 1987

La mujer pintada para ir a la guerra bajó su machete dibujando velozmente un


arco. La hoja curva se detuvo a milímetros del hombro de José Antonio Muniz
Lopes, jefe de los ingenieros de la empresa de servicios eléctricos brasileña
Eletronorte. Muniz permaneció inmutable mientras Tuira, la mujer kayapó,
como parte de su ritual le presionaba la mejilla con el lado plano de la hoja.
“Eres un mentiroso”, le dijo la mujer despectivamente, “no necesitamos
electricidad. La electricidad no nos dará de comer. Nosotros necesitamos que
nuestro río corra libremente, nuestro futuro depende de eso. Necesitamos
nuestras selvas para cazar y recolectar nuestros alimentos. Nosotros no
queremos su represa”.

El dramático gesto de Tuira en el salón comunal de la pujante ciudad de


Altamira, en el noreste de la Amazonia, fue difundido en todo el mundo. En el
salón, cientos de indios con atuendos de guerra, periodistas, activistas de los
derechos ambientales e indígenas y una variedad de estrellas internacionales
del rock, personalidades de los medios de comunicación y políticos se
encontraban observándola. Cerca de 1.000 líderes de 20 tribus distintas
asistieron a la reunión, que duró cinco días y se realizó en febrero de 1989.
Esta asamblea de indios amazónicos fue casi seguramente la más grande de
estos tiempos modernos. Para los organizadores, dirigidos por el antropólogo
estadounidense Darrel Posey y el jefe kayapó Paulino Paiakan, fue un éxito
total.

Según los planes, el enorme proyecto hidroeléctrico de seis represas para la


cuenca del río Xingú anegaría miles de kilómetros cuadrados de tierra
indígena, en gran parte perteneciente a los kayapó. Las experiencias de los
indios amazónicos que habían perdido sus tierras debido a otras represas les
daban más fuerzas a los kayapó en su lucha por detener el proyecto. El jefe de
los gaviãos fue a Altamira a relatar la historia del sufrimiento de su gente a

17
causa de la represa Tucuruí. “Ellos dijeron que nos recompensarían”, recordó
el jefe ante los kayapó, “pero Eletronorte nos impidió seguir con nuestro
reclamo en la Justicia. No se puede confiar en ellos, dicen que están sólo
realizando estudios y eso nos dijeron a nosotros. Pero con cada estudio
decidían nuestro destino. Poco a poco se fueron instalando y luego se
construyó la represa”.

Un año antes, durante una visita a los EE.UU., Posey, Paiakan y otro jefe
kayapó Kube-i habían captado la atención de la comunidad ambiental
internacional. Con la colaboración de ambientalistas de Washington DC, los
tres se habían entrevistado con funcionarios del gobierno estadounidense y del
Banco Mundial, que estaban analizando si prestarían su colaboración para
financiar las represas. Enfurecidos por el accionar de la delegación, el gobierno
brasileño los acusó de violar una ley que está en contra de la intromisión de los
extranjeros en las políticas nacionales. Pero estas acusaciones en contra de
los indios tuvieron efectos inesperados y provocaron el reclamo de todo el país.
Un conductor televisivo preguntó sarcásticamente: “Si ellos son extranjeros,
¿qué somos nosotros?”. Fuera de Brasil, las acusaciones sirvieron para
provocar oposición al proyecto Xingú y a la probable participación del Banco
Mundial. En Europa, los ecologistas y los grupos defensores de los derechos
indígenas manifestaron ante bancos y embajadas brasileñas, escribieron cartas
al Banco Mundial e invitaron a Paiakan a realizar giras para conseguir apoyo.

La reacción de Eletronorte ante las fuertes protestas fue anunciar que estaba
“reconsiderando” la construcción de Babaquara, que era la mayor represa del
proyecto, un monstruo de 11.000 MW que, junto con el segundo mayor
embalse del mundo, anegaría alrededor de 7.200 kilómetros cuadrados de
selva tropical. A pesar de esta declaración, los kayapó y sus seguidores
dudaron de que Babaquara fuera realmente postergada indefinidamente y
siguieron con la presión sobre el Banco Mundial y el gobierno brasileño. A
principios de 1989 las autoridades brasileñas levantaron las acusaciones en
contra de Paiakan, Kube-i y Posey. En marzo, sólo un mes después de la
reunión en Altamira, el Banco Mundial confirmó que había retirado la propuesta
de prestar 500 mil millones de dólares para la construcción de las represas
sobre el Xingú.14

Atingidos versus barrageiros

18
Tierra Sí, Represas No

Título de la publicación de la “Primera


Reunión Nacional de Afectados por
Represas”, 1989

Cuando Brasil emprendió su enorme programa de desarrollo hidroeléctrico a


fines de los años ´60, el régimen militar impidió que las decenas de miles de
personas desplazadas por las represas se organizaran de manera efectiva para
mejorar los reasentamientos o detener las obras. A pesar de haber luchado por
una mejor indemnización mediante marchas, ocupación de represas y otras
formas de resistencia pasiva, los afectados por los proyectos mayores como
Sobradinho, Itaipú, Itaparica y Tucuruí no lograron importantes concesiones.

Sin embargo, a fines de los ´70 la abertura política –versión brasileña de la


glasnot- favoreció la organización de los afectados por las represas, la
obtención de información sobre los proyectos y la formación de alianzas con
otros grupos defensores de la democracia y la justicia social. Maria Stela
Moraes, investigadora del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos
(IBASE), sostiene que el movimiento contra las represas en Brasil “desempeñó
un papel destacado en la lucha social de los años ´80”. Moraes cree que las
protestas contra las represas le dieron empuje a otros movimientos frente a la
explotación en las zonas rurales de Brasil y frenaron la implementación del
objetivo fundamental de la política energética del gobierno -la rápida expansión
de la generación de electricidad y de las industrias de consumo intensivo
mediante la construcción de enormes proyectos hidroeléctricos.15

En Brasil los primeros opositores efectivos a las represas surgieron en el sur,


luego de que en 1977 la empresa pública Eletrosul revelara sus planes de
construir 22 represas sobre el río Uruguay y sus afluentes. En los años
siguientes, religiosos, sindicalistas, activistas de la reforma agraria y pequeños
agricultores comenzaron a organizar la resistencia a la construcción de las dos
primeras represas que estaban planeadas: Machadinho e Itá. En 1981 los
organizadores crearon la Comissão Regional de Atingidos por Barragens
(CRAB), Comisión Regional de Afectados por Represas. 16

Los objetivos iniciales de la CRAB eran obligar a Eletrosul a que revelara la


cantidad de personas que perderían sus tierras o medios de subsistencia y

19
luego luchar por una indemnización justa. Gracias a la perspicacia política de
sus líderes y a las alianzas con otros movimientos sociales, la CRAB obligó a
Electrosul a abrir una mesa de negociaciones. Las exigencias del grupo fueron
apoyadas por manifestaciones callejeras y por otras acciones pacíficas
directas: los topógrafos y otros representantes de la compañía fueron
expulsados de las tierras de propiedad privada, los mojones de medición fueron
arrancados, los sitios destinados a las obras fueron bloqueados y las oficinas
fueron tomadas.

La CRAB rechazó la política de Eletrosul de indemnizar con dinero en efectivo


sólo a aquellos que tuvieran títulos formales de las tierras. En su lugar
demandó que la empresa comprara tierras a los grandes productores, instalara
la infraestructura necesaria para los nuevos establecimientos y que otorgara
terrenos a los agricultores desplazados y a los trabajadores que anteriormente
no tenían. Eletrosul también se vio forzada a establecer comités para la compra
de tierras que incluían a representantes de los desplazados y a eliminar la
práctica de otorgar a los agricultores expulsados tierras de proyectos de
colonización de la selva amazónica, como se hizo cuando se construyó Itaipú.
Una vez desmontada la selva, las tierras adjudicadas mediante estos proyectos
generalmente eran productivas durantes unas pocas épocas de cultivo, por lo
tanto grandes áreas ya habían sido abandonadas. La CRAB insistió hasta
conseguir que la compañía no negociase el reasentamiento con cada agricultor
en particular, sino que se acordara colectivamente con comités formados por
representantes de la comunidad; además logró que los cronogramas de
construcción dependan de la resolución de los asuntos sociales.

Las conquistas de la CRAB con respecto a las indemnizaciones hicieron que


Electrosul tuviera que pagar mucho dinero, por lo que en 1988 tuvo que
posponer el proyecto Machadinho, de 1.200 MW, indefinidamente. La represa
Itá, de 1.620 MW, fue originalmente proyectada para que comenzara a producir
electricidad en 1992, pero en 1995 sólo se había hecho el trabajo de
construcción preliminar y apenas unos pocos centenares de las 4.000 familias
habían sido reubicadas.17

Los triunfos obtenidos por la CRAB en el río Uruguay impulsaron al grupo a


organizarse en el ámbito nacional. Con la colaboración del sindicato nacional
de trabajadores y de los grupos defensores de los derechos indígenas y de la
reforma agraria, la CRAB ayudó a que los afectados por las represas en todo

20
Brasil organizaran sus propios comités. En 1989 los grupos realizaron el
“Primer Encuentro Nacional de Afectados por las Represas”, que culminó con
un llamado a detener la construcción de cualquier represa nueva hasta
encontrar soluciones a los problemas causados por los proyectos
hidroeléctricos ya existentes.

Al año siguiente se formó el Comité de Afectados por las Represas en el


Amazonas (CABA), cuyo objetivo era coordinar a los trabajadores rurales y a
los grupos indígenas que luchaban en contra de las represas propuestas, tales
como la del Xingú, y a aquellos que necesitaban ser indemnizados debido a los
daños ocasionados por los proyectos de Balbina y de Tucuruí. Estas represas
no sólo habían desplazado a personas sino que también habían generado un
sinnúmero de otros problemas alrededor de los nuevos embalses y río abajo,
entre ellos, invasiones de mosquitos, agua con un alto grado de contaminación
y disminuciones en la pesca y en la producción de los cultivos. Estos
antecedentes llevaron a la CABA a adoptar una firme postura contra las nuevas
represas sobre el Amazonas. A principios de 1991, en un encuentro nacional
en Brasilia, se creó el Movimiento Nacional de Afectados por Represas (MAB,
en portugués). Entre los objetivos del MAB figuraban asegurar que se hiciera
justicia para las personas afectadas y “cambiar profundamente las políticas
energéticas y de riego actuales”.18

El movimiento brasileño en contra de las represas y la depresión económica del


país han reducido notablemente los ambiciosos planes de construcción de
represas en Brasil. Desde fines de los ´80 se han cancelado o postergado
muchos grandes proyectos; sin embargo los constructores de las represas -los
barrageiros- todavía tienen en carpeta numerosos planes para construir
represas mayores y sólo están esperando que la situación económica mejore
para llevarlos a cabo. Por su parte, el MAB está decidido a garantizar una
oposición organizada y enérgica a la construcción estos proyectos.

Lucha sobre el río Kwai: Tailandia

¿Qué derecho tienen a no querer [la represa Pa Mong]? Mientras


el gobierno quiera, no importa lo que ellos digan... Si
escuchásemos a la gente, reinaría el caos.

Funcionario del Departamento Real de Riego Tailandés, 1990

21
El vertiginoso crecimiento económico tailandés de las últimas décadas ha
llevado prosperidad a muchos de sus ciudadanos. Pero este desarrollo se
consiguió a expensas de la riqueza natural del país y de sus habitantes más
humildes, en especial los campesinos y los pescadores, cuya subsistencia
depende directamente de la integridad de las selvas, las tierras de cultivo y los
ríos.

Esta estrategia de industrialización vertiginosa y extracción de los recursos ha


sufrido oposición. El movimiento ambientalista está al frente de esta lucha; el
suceso que evidenció su fortaleza fue la suspensión indefinida de la represa
Nam Choan, en 1988, el equivalente en Tailandia a las victorias sobre los
proyectos del Gran Canón y de Franklin. “La campaña Nam Choan”, expresa el
geógrafo Philip Hirsch, experto en el sureste de Asia de la Universidad de
Sydney, “marcó la presencia de una nueva relación de fuerzas en las políticas
ambientales tailandesas”.

El estudio de factibilidad realizado para la represa Nam Choan, de 187 metros


de altura, sobre el alto Khwae, el famoso río Kwai que se ve en las películas,
fue financiado por los japoneses y se terminó en 1982. El Banco Mundial y el
gobierno japonés prometieron colaborar con los fondos para construir lo que
sería la represa de mayor altura del país. La empresa de electricidad
tailandesa, EGAT, sostuvo que la represa tendría una capacidad suficiente
para producir 580 MW de electricidad y que también almacenaría agua para el
riego y para atraer a los turistas. EGAT también subrayó que, a pesar de que el
embalse de 75 kilómetros de longitud se construiría en una parte de la reserva
natural Thung Yai, sólo un pequeño porcentaje del área total de la reserva sería
anegada, y agregó que de todos modos la selva afectada ya se encontraba
degradada y que pronto sería destruida por la agricultura y la tala ilegales.
Según EGAT, las 2.000 personas de la minoría étnica karen que serían
desplazadas estaban destruyendo la selva y no debían haber estado viviendo
en la reserva.

Había una red ad hoc conformada por ambientalistas urbanos y grupos de


estudiantes junto a algunos profesores y un reducido número de funcionarios
del Estado que estaba en contra de la construcción de la represa. Ellos aducían
que Thung Yai constituía el centro de la mayor extensión de selva natural
continua que quedaba en el sureste de Asia. El embalse dividiría la reserva en
tres y bloquearía las rutas migratorias de grandes mamíferos, como el elefante

22
y el buey salvaje. El bosque ribereño que se anegaría constituye el hábitat más
diverso y raro de la reserva. Además los caminos construidos para llegar a la
represa atraerían a leñadores, cazadores y habitantes ilegales. Según los
opositores a la represa, los agricultores karen habían vivido en esa zona
durante siglos y no habían destruido una gran cantidad del bosque. Sin
embargo, tras ser desplazados, los karen se verían forzados a desmontar
nuevos bosques para establecer sus nuevas granjas. El grupo opositor también
sostuvo que el embalse podría desencadenar terremotos en dos fallas
geológicas activas cercanas.

Los opositores acusaron a EGAT de haber exagerado premeditadamente las


precipitaciones locales y así la producción de energía. También argumentaron
que con la misma inversión se podrían modernizar las centrales existentes y
generar una cantidad de energía semejante. Al igual que las otras represas de
“propósitos múltiples” administradas por EGAT, Nam Choan probablemente
funcionaría con el propósito de aumentar la producción energética, por lo que el
agua sería retenida durante la estación seca, justo en el momento en que los
agricultores más la necesitan. Por último afirmaron que de esta manera Nam
Choan produciría poco o ningún beneficio para el riego.

Las protestas contra el proyecto, que se dieron a conocer íntegramente en la


prensa tailandesa, obligaron al gobierno a suspender la construcción de Nam
Choan hasta que fuera reconsiderada por un comité examinador. Nunca se
supo nada de este comité, pero el escándalo se calmó.

No obstante, en 1986 el debate por Nam Choan estalló nuevamente cuando se


corrió la noticia de que se habían destinado fondos para un nuevo estudio de
factibilidad. Durante los cuatro años transcurridos los costos ambientales de las
políticas de desarrollo tailandesas habían causado una gran preocupación y el
grupo de opositores era más numeroso y estaba mejor organizado. Una de las
principales diferencias con la campaña anterior era que en 1986 había una
fuerte oposición local debido al temor a que Nam Choan ocasionara los mismos
problemas que las represas cercanas, como Srinakharin y Khao Laem, el
desmonte acelerado de la selva y la disminución de los caudales de los ríos,
entre otros.

Un elemento fundamental para que la campaña lograra la victoria definitiva fue


el hecho de que los grupos de opositores a la represa no sólo trabajaron en el

23
ámbito local y nacional, sino que también formaron fuertes vínculos con el
movimiento ambientalista internacional. La conciencia a nivel internacional
ayudó a que el Banco Mundial y otros organismos extranjeros desistieran de
otorgar fondos para la represa. Hasta la nobleza extranjera tomó partido en el
debate; el príncipe Philip de Gran Bretaña, como presidente del World Wildlife
Fund, WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), su hijo, el príncipe Charles y
el príncipe Berhardt de Holanda hicieron declaraciones enfatizando la
necesidad de preservar la reserva de Thung Yai.

Nam Choan también tenía partidarios poderosos. Junto a los tecnócratas de la


EGAT, industriales, políticos veteranos y funcionarios del Estado, estaban los
poderosos militares tailandeses, que apoyaron tenazmente la construcción de
la represa con el propósito de reforzar el control sobre el área de Thung Yai,
que en los años ´70 había servido de refugio de las guerrillas comunistas. Las
tácticas usadas para apoyar a la represa incluían panfletos anónimos y
transmisiones radiales que atacaban a los opositores de diversos modos,
acusándolos de contrabandistas de armas, de comunistas y de cazadores que
querían el control de la reserva para beneficio propio.

A pesar de las artimañas del gobierno, el movimiento de opositores a la represa


se fortaleció a lo largo de 1987. En toda la provincia de Kanchanaburi, donde
se construiría Nam Choan, se llevaron a cabo una serie de manifestaciones,
marchas y conciertos de protesta. Líderes religiosos, animadores famosos y
una cantidad cada vez mayor de políticos se unieron a la oposición. En marzo
de 1988 las presiones políticas indujeron al nuevo comité examinador creado
por el gobierno a votar unánimemente en contra del proyecto y luego se lo
archivó. Poco después Thung Yai y las otras reservas naturales cercanas Huai
Kha Khaeng fueron declarados Patrimonio de la Humanidad.19

La experiencia adquirida y las alianzas formadas durante la campaña Nam


Choan impulsaron a los ambientalistas tailandeses a luchar para lograr otros
triunfos: el más importante de ellos es la prohibición a nivel nacional de la tala
de árboles impuesta en 1989. En los 3 años posteriores a la decisión tomada
sobre Nam Choan, grupos estudiantiles y algunas ONGs, como por ejemplo el
Project for Ecological Recovery, PER (Proyecto para la Recuperación
Ecológica) de Bangkok apoyaron a los habitantes locales para que impongan la
cancelación o la postergación de tres grandes represas.20

24
La represa Pak Mun, que causó la lucha más triste desde Nam Choan, fue
construida. Pero los seis años de altercados provocados por la gente afectada
que peleaba por obtener lo que consideraban una compensación adecuada y la
propaganda negativa que se le hizo a EGAT a nivel nacional e internacional
hicieron que la empresa no construyera más represas.21 A principios de 1995,
desde el despacho del primer ministro se declaró que Tailandia no construiría
más “represas para la producción de energía, con el fin de proteger el
ambiente”.22 No obstante en la actualidad aún se llevan adelante muchos
proyectos de control de las inundaciones y de desvío de aguas.

Una consecuencia involuntaria del movimiento tailandés contra las represas es


que en la actualidad la empresa EGAT intenta comprar energía hidroeléctrica
en otros países, con lo cual exportaría los problemas ambientales y sociales
causados por la construcción de estas obras e importaría la electricidad. Los
vecinos Laos, Burma, Camboya y la provincia china de Yunnan son los
candidatos ideales para el intercambio, ya que poseen potenciales
hidroeléctricos sin explotar y sistemas políticos autoritarios.23 Aquellos que se
opusieron a las represas dentro de Tailandia también están centrando su
atención más allá de las fronteras. El PER ha ayudado a conformar el grupo
Hacia la Recuperación Ecológica y la Alianza Regional (TERRA, en inglés) que
está fortaleciendo vínculos entre activistas, políticos y funcionarios del Estado
defensores del ambiente en Tailandia, Burma, Laos, Camboya y Vietnam. A
medida que los países cercanos a Tailandia sean más democráticos y que los
grupos no gubernamentales comiencen a arraigarse y a consolidarse en esos
países, sus gobiernos enfrentarán una oposición cada vez mayor a los
proyectos de grandes represas.

El apego a la tierra: la resistencia en India

Muy pocas veces hemos visto [en India] el proceso democrático


funcionando en forma tan clara y efectiva como en la movilización cada
vez mayor de la gente contra las represas.

Priya Kurian
Land and Water Review, 1988

25
“Nos aferraremos a la tierra, como un bebé se aferra a su madre”, aseguró
Medha Patkar, del Narmada Bachao Andolan, al London Guardian en abril de
1993. “Cuando las aguas [del embalse] se eleven, las enfrentaremos como
siempre hemos prometido hacerlo. No es suicida y no queremos morir, pero el
compromiso de enfrentar las aguas ha sido la base de nuestro movimiento”24.
El movimiento Narmada Bachao Andolan (Movimiento Salvemos al Narmada)
ha ganado respeto a nivel internacional y también popularidad en el ámbito de
las represas por el valor y la determinación que mostraron en su campaña en
contra de la represa Sardar Sarovar. Según las palabras de The Washington
Post, Sardar Sarovar se ha transformado en un “símbolo mundial de la
catástrofe ambiental, política y cultural”.25 Sin embargo la lucha por el Narmada
sólo constituye una parte en la larga lista de ejemplos de resistencia a las
grandes represas en India.

Hirakud, la primera gran represa de propósitos múltiples concluida en la India


independiente, generó la oposición de políticos, burócratas locales y de las
personas que serían desplazadas. Treinta mil manifestantes marcharon en
contra de Hirakud en 1946. Los manifestantes fueron dispersados tras el
ataque policial con lathi (palos largos) y los organizadores fueron arrestados.
Luego hubo enfrentamientos violentos entre las personas que serían
desalojadas y quienes trabajaban en la construcción de la represa.26 En 1970
cerca de 4.000 manifestantes ocuparon el sitio donde se estaba construyendo
la represa Pong en demanda de tierra para el reasentamiento. Como resultado
las obras se detuvieron por más de dos semanas, pero la represa fue
culminada poco después de que se retomaron las tareas. Cincuenta años
después la mayoría de los desalojados aún deben ser reubicados.27

En marzo de 1978 unos 100.000 manifestantes marcharon hacia el sitio de la


represa Candil, sobre el río Subarnarekha, en el Estado de Bihar. Un mes más
tarde la policía abrió fuego contra una multitud de 8.000 hombres, mujeres y
niños que estaban reunidos cerca del sitio de la represa. Tres resultaron
muertos por los disparos y otros fueron asesinados con machetes. Una
crueldad de similares características se llevó a cabo contra los que
demandaban mejores compensaciones a causa del desalojo ocasionado por
Icha, una represa asociada sobre el Subarnarekha. En 1982 la policía saqueó y
destrozó las casas de los líderes del grupo de activistas que estaban en contra
de Icha. Un líder del pueblo fue secuestrado, torturado y asesinado. Desde

26
entonces la resistencia al proyecto ha recrudecido en forma discontinua y ha
logrado que la implementación del proyecto fuera retrasada por mucho tiempo.
Sin embargo no se ha podido detenerlo o mejorar considerablemente las
condiciones del reasentamiento.28

Otra campaña que comenzó a mediados de los ´70 y que aún continuaba
veinte años después es la que se opone a la represa Tehri, en los Himalayas
occidentales. En un principio la demanda del Comité de Lucha contra la
Represa Tehri para que el proyecto fuera cancelado contó con el apoyo de
todos los partidos políticos locales. Sin embargo, a medida que pasaba el
tiempo y la construcción de la represa progresaba lentamente, la oposición se
disolvió. El cese de las inversiones gubernamentales y comerciales en la vieja
localidad de Tehri a causa de su inminente anegamiento y los años de
incertidumbre finalmente llevaron a muchos residentes de la zona a abandonar
su oposición activa.

Sin embargo otros, inspirados por Shri Sunderlal Bahuguna, un anciano


activista seguidor de Gandhi, han continuado la lucha. Bahuguna realizó
huelgas de hambre en contra de la represa en 1989, 1992 y 1995. En cada
ocasión el gobierno acordó revisar el proyecto y todas las veces faltó a su
palabra. En mayo y junio de 1995 este hombre de setenta años de edad pasó
49 días sin ingerir alimentos. Después de una promesa que el primer ministro
Narasimha Rao le hizo de que se haría una revisión “imparcial” del proyecto,
Bahuguna acordó terminar con el ayuno. A principios de 1996 la revisión aún
no había sido encargada.29

El primer triunfo importante del movimiento contra las represas en India fue la
campaña en oposición al proyecto hídrico de 120 metros en el Valle Silencioso,
al sudoeste del país, en el Estado de Kerala. A diferencia de la mayoría de las
represas indias, pocas personas serían desplazadas por este proyecto. La
oposición surgió principalmente debido a la indignación de los ambientalistas
por la posible destrucción de una de las pocas áreas de selva tropical
relativamente intactas del país. En un principio los residentes de la zona
apoyaron a la represa del Valle Silencioso creyendo que ésta generaría
empleo, pero luego muchos fueron alertados por los activistas de que la
represa y la posterior deforestación dañarían su forma de subsistencia y de
vida. La participación de los miembros nacionales de la World Wildlife Fund,
WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) y de la Unión Mundial para la

27
Naturaleza (UICN) concitaron la atención internacional y la presión sobre el
gobierno indio. La primera ministra Indira Gandhi ordenó la suspensión del
proyecto en 1983.30

La victoria de Valle Silencioso levantó la moral de los opositores a las represas


en toda India. El ímpetu obtenido se utilizó en la campaña en contra de una
serie de represas hidroeléctricas planeadas sobre los ríos Godavari e Indravati,
en India central. Las represas Bhopalpatnam, Inchampalli y Bodhghat habrían
desplazado en total a más de 110.000 adivasis y anegado muchas decenas de
miles de hectáreas selváticas, incluyendo una parte de una importante reserva
de tigres. Los ambientalistas, los adivasis y los activistas defensores de los
derechos indígenas trabajaron juntos para lograr la suspensión de los
proyectos.31

La larga lucha

¿De quién son las selvas y las tierras?


Nuestras, son nuestras.
¿De quién son la madera y la leña?
Nuestras, son nuestras.
¿De quién son las flores y el pasto?
Nuestros, son nuestros.
¿De quién son las vacas y el ganado?
Nuestros, son nuestros.
¿De quién son las cañas de bambú?
Nuestras, son nuestras.

Canción del Narmada Bachao Andolan.

En 1985, la activista social e investigadora Medha Patkar, de 30 años de edad,


llegó al valle Narmada para estudiar las poblaciones que serían inundadas por
la represa Sardar Sarovar. A medida que su trabajo avanzaba, Patkar estaba
cada vez más horrorizada por el maltrato de los pobladores por parte de las
autoridades del proyecto. Poco tiempo después abandonó su investigación y se
unió a la tarea de los activistas para garantizar una compensación justa a los
“desplazados” por la represa. Durante los años siguientes Patkar recorrió a pie,
en ómnibus y en bote los 200 kilómetros de la zona que sería anegada,
convivió con la gente que sería desplazada, escuchó sus temores con respecto

28
al futuro y los indujo a que se organizaran para obligar al gobierno a respetar
sus derechos.

Patkar pasó la mayor parte del tiempo entre los adivasis, en los remotos y
escarpados cerros de Maharashtra. Con el correr de los años su capacidad de
persuasión y de organización hicieron que se ganara la confianza de muchos
habitantes de la zona y también que un grupo de jóvenes comprometidos
viniera al valle. Este grupo, conformado por ingenieros, asistentes sociales y
periodistas, desempeñaría una función fundamental en el movimiento
Narmada.32 A principios de 1986 los activistas y los habitantes de Maharashtra
crearon el Narmada Dharangrast Samiti, NDS -Comité para las Personas
Afectadas por la Represa Narmada. Los habitantes pertenecientes al NDS se
rehusaron a moverse de sus viviendas, como así también a cooperar de
cualquier forma con los funcionarios de la represa hasta que sus demandas
con respecto al reasentamiento fueran satisfechas.

En Gujarat, donde está situada la represa y en el Estado río arriba de Madhya


Pradesh, donde estaría emplazada la mayor parte del embalse, se crearon
organizaciones similares con el propósito de mejorar las políticas de
reasentamiento. Varios de estos grupos comenzaron a investigar las
declaraciones oficiales respecto de los beneficios del proyecto. Se descubrió,
entre otros hallazgos, que no se habían realizado los estudios ambientales que
son de suma importancia, que se desconocía la cantidad de personas que
serían desplazadas, que los cálculos sobre de las tierras que recibirían agua de
riego eran absurdamente optimistas y que si bien el suministro de agua potable
para aproximadamente 40 millones de personas en Gujarat figuraba entre los
principales beneficios del proyecto, las importantes sumas de dinero que se
necesitaban para instalar las cañerías y las bombas para transportar esta agua
no habían sido incluidas en los cálculos del costo del proyecto. Estas
revelaciones llevaron a los grupos de desplazados a concluir que las
declaraciones acerca de los beneficios del proyecto eran falsas y que era
imposible disponer de un reasentamiento justo. Consecuentemente, el 18 de
agosto de 1988 se realizaron seis reuniones en forma simultánea en los tres
Estados afectados en las que el NDS y sus aliados anunciaron su oposición
total pero estrictamente pacífica a la represa.

La cobertura de la prensa nacional y el conocimiento acerca de la campaña en


contra de Sardar Sarovar se incrementaron a fines de los ´80, y también los

29
activistas tuvieron más apoyo de las organizaciones ambientales, defensoras
de de los derechos humanos, religiosas, de la gente sin tierra y de los adivasis
en todo el país. Dentro del valle los activistas formaron alianzas sin distinción
de clases ni castas, e incluso entre las áreas de adivasi y de “castas hindúes”.
Los habitantes que fueron desplazados en los años ´60 con el fin de construir
una ciudad para los obreros de la represa y los agricultores que perdían sus
tierras por la extensa red de canales también se unieron a los grupos
opositores. En 1989 este movimiento cada vez más grande se fusionó en una
alianza entre los habitantes directamente afectados y sus adeptos locales y
nacionales y conformaron el Narmada Bachao Andolan (NBA).

El frente internacional

El interés de la comunidad ambiental internacional en la polémica cada vez


mayor por Narmada fue aún mayor luego de los dos viajes que Medha Patkar
hizo a Washington en 1987 y 1989. Patkar convenció a Lori Udall, del Fondo de
Defensa Ambiental (EDF en inglés), para encabezar los esfuerzos a fin de que
el Banco Mundial tome conciencia de las preocupaciones del NBA. Udall
también ayudó a formar una red de activistas comprometidos e informados en
Norteamérica, Europa, Japón y Australia, el Narmada Action Committee. 33

Durante su visita en 1989, Medha Patkar se entrevistó con algunos directores


ejecutivos del Banco Mundial. “Cuando escucho lo que dicen las ONGs y luego
lo que dicen los administradores acerca del proyecto, parece como si hablaran
de dos proyectos distintos”, señaló posteriormente un director del Banco.
Patkar también hizo declaraciones ante un subcomité del Congreso que quería
saber acerca de la participación del Banco en el proyecto Sardar Sarovar. Los
miembros del Congreso, los periodistas y los ambientalistas la aplaudieron en
forma espontánea luego su exposición apasionada, que duró una hora. Más
tarde un grupo de diputados le escribió al presidente del Banco Mundial, Barber
Conable, solicitándole la suspensión del proyecto.

El siguiente triunfo del NBA en el extranjero fue en un simposio llevado a cabo


en Tokio en abril de 1990. Para la campaña de Narmada era fundamental influir
a la opinión pública japonesa, ya que el gobierno del Japón prestaba 200
millones de dólares para las turbinas de Sardar Sarovar. Los miembros del
NBA y los activistas internacionales se unieron a ONGs japonesas, académicos
y políticos en el simposio de Tokio, lo que recibió una importante cobertura por

30
parte de la prensa nacional. Luego los activistas se reunieron con funcionarios
del gobierno japonés. Un mes después del simposio los japoneses retiraron
toda la financiación adicional para la represa. Ésta fue la primera vez que
Japón canceló un préstamo de ayuda por razones ambientales y humanitarias.

El largo camino de la revisión en India

En marzo de 1990, el NBA, que había mantenido una cerrada posición de “no a
la represa”, buscó romper el estancamiento entre las fuerzas pro y anti-represa
proponiendo la suspensión del proyecto hasta que no se realizara una revisión
abierta y exhaustiva. En su intento por hacer que el gobierno aceptara llevar a
cabo la revisión, el NBA organizó el evento más espectacular de su campaña.
El día de Navidad de 1990 unas 3.000 personas desplazadas y partidarios del
NBA marcharon rumbo al sitio de la represa desde la ciudad de Rajghat, en
Madhya Pradesh, en lo que se denominaría la Larga Marcha. Ocho días más
tarde los manifestantes llegaron a la población de Ferkuwa, en el límite con
Gujarat, y se encontraron con que el camino estaba bloqueado por la policía y
por una contramanifestación organizada por el gobierno de Gujarat, por lo que
continuó un largo e improductivo mes de encono.

En un principio el NBA intentó seguir su camino enviando al frente a grupos de


voluntarios con las manos atadas adelante como símbolo de su intenciones
pacíficas, pero la policía los hizo retroceder en repetidas ocasiones. Algunos
fueron golpeados y cerca de 140 fueron arrestados. Entonces Patkar y otros
seis miembros comenzaron una huelga de hambre al costado del camino. Los
días pasaban pero el gobierno seguía sin responder. El 29 de enero, luego de
veintidós días de huelga de hambre, el Banco Mundial anunciaba desde
Washington que ordenaría una revisión del proyecto. Al día siguiente la huelga
y la marcha fueron suspendidas. La Larga Marcha obtuvo una masiva
cobertura de la prensa en India, incrementó el apoyo en todo el país y convirtió
a Medha Patkar en una celebridad nacional.

Para 1991, la construcción de la represa ya llevaba cuatro años de plena labor


y era muy probable que se llenara de agua a causa del próximo monzón que
golpea al valle Narmada entre junio y setiembre de cada año. En un acto
realizado en Manibeli, el poblado de Maharashtra más cercano a la represa, un
grupo de desplazados y algunos activistas juraron ser los primeros en enfrentar
las aguas que vinieran creciendo. El NBA instaló un campamento en uno de los
puntos más bajos de Manibeli con una casa donde el Samarpit Dal, grupo cuyo

31
fin era salvarse o perecer bajo las aguas, se sentaría a esperar la inundación.
La respuesta del gobierno fue prohibir la entrada de Patkar y de otros activistas
a estas poblaciones durante el monzón y las protestas en contra de la represa
por parte de los habitantes.

El NBA desafió las prohibiciones del gobierno y cientos de sus seguidores


fueron arrestados durante los meses del monzón. Los miembros del Samarpit
Dal se ocultaron para evitar que se los arrestara y así poder cumplir con su
promesa. Pero el monzón de 1991 fue débil y el agua permaneció muchos
metros por debajo de Manibeli.

Al año siguiente, durante una tormenta monzónica, el agua llegó a un metro de


la vivienda más baja detrás de la represa. En esa casa se encontraban Patkar y
11 personas más. También en 1992 la policía abatió a una mujer adivasi
mientras desalojaba a una comunidad de la selva cuyas tierras iban a ser
entregadas a los reasentados. El informe de la Revisión Independiente se dio a
conocer en junio de 1992. El NBA y sus seguidores internacionales estaban
satisfechos porque apoyaba muchos de sus reclamos y lo utilizaron entonces
para aumentar la presión sobre el Banco Mundial. Los ambientalistas
escribieron una carta abierta al presidente del Banco Mundial, Lewis Preston, y
la publicaron como un aviso de página completa en el Financial Times de
Londres. En ésta se advertía que si el Banco se negaba a retirar su apoyo
económico a Sardar Sarovar, las ONGs lanzarían una campaña para cortar el
fondo gubernamental del Banco. La carta fue apoyada por 250 ONGs y
coaliciones de 37 países. Los grupos de ambientalistas estadounidenses
demandaron cosas similares en avisos de página completa en los diarios The
Washington Post y The New York Times.

Después del Banco

Finalmente, en marzo de 1993 el Banco anunció el retiro de su apoyo. La


respuesta inicial de las autoridades fue aumentar el uso de la violencia y la
intimidación. En noviembre la policía mató a tiros a un niño adivasi y las
manifestaciones en repudio a esta muerte enfrentaron ataques con lathi y aún
más arrestos.

Sin los fondos del Banco Mundial las obras del sistema de canales pronto se
detendrían. Los recursos financieros disponibles se destinaron a levantar la

32
pared de la represa, el símbolo más visible del proyecto y el más intimidante
para las personas que se resistían al reasentamiento. La inundación a gran
escala comenzó durante el monzón de 1993; en ese momento la pared de la
represa tenía 44 metros de altura. Las tierras de cientos de pobladores se
inundaron y las casas y las pertenencias de 40 familias fueron arrastradas por
el agua. La policía arrestó a los ocupantes de las casas que estaban en la parte
más baja y los arrastraron tierra arriba para evitar que cumplieran su promesa
de ahogarse. Durante los monzones de 1994 y 1995 se repitieron escenas
similares. En 1995 algunos pobladores desafiaron a las aguas, que les llegaron
al pecho.

Al no estar más involucrado el Banco Mundial, el NBA aumentó la presión


sobre el gobierno indio para que encargara una revisión exhaustiva que
considerara todos los aspectos de Sardar Sarovar, ya que la Comisión Morse
sólo había tratado los temas del reasentamiento y del ambiente. En junio de
1993 Medha Patkar y Devran Kanera, una agricultora de Madhya Pradesh,
comenzaron un ayuno en el centro de Bombay. Luego de 14 días el gobierno
acordó comenzar el proceso de revisión, pero una vez suspendida la huelga el
gobierno no cumplió con su promesa.

Cada vez más frustrados con la falsedad del gobierno, los arrestos y las
golpizas incesantes a los activistas y la inundación de las casas en el valle, el
NBA decidió utilizar nuevamente su arma más poderosa: sus propias vidas. En
julio de 1993 el NBA anunció que si el proceso de revisión no comenzaba el 6
de agosto, siete activistas se arrojarían en el Narmada, entonces desbordado a
causa del monzón. Unas horas antes de que venciera el plazo impuesto por el
NBA el gobierno central le dijo a una delegación del movimiento que formaría
un grupo constituido por cinco personas para “examinar todos los aspectos del
Proyecto Sardar Sarovar”. El jal samarpan, “autosacrificio por ahogo”, fue
suspendido.

El comité de revisión escuchó las presentaciones del NBA, de las personas


afectadas, de los ministerios del gobierno central y de los gobiernos principales
del Estado, excepto al de Gujarat, que boicoteó el proceso de revisión. Los
científicos e ingenieros presentes sugirieron detalladamente métodos
alternativos para suministrar agua y energía.

33
En mayo de 1994 el NBA abrió otro frente en su campaña cuando presentó
argumentos fuertes en contra del proyecto ante la Suprema Corte en Nueva
Delhi. El caso siguió adelante, pero lamentablemente con mucha lentitud y
numerosas postergaciones, retrasos y cancelaciones.

La campaña tuvo nuevas esperanzas cuando a fines de 1994 el gobierno de


Madhya Pradesh anunció que no disponía de tierras ni de dinero suficientes
para reubicar a la enorme cantidad de desplazados del Estado y que quería
reducir la altura planeada de la represa. Con el fin de presionar al gobierno río
arriba para que exigiera a Gujarat que detenga la represa, el NBA decidió
concentrar sus fuerzas en otra ronda de huelgas de hambre, pero esta vez se
realizaría en Bhopal, capital de Madhya Pradesh. El 21 de noviembre de 1994
Patkar y tres hombres del valle dejaron de comer y 26 días más tarde el
gobierno de Madhya Pradesh acordó que pediría detener la construcción hasta
que hubiese avances en cuanto a los reasentamientos. Entonces el NBA
suspendió los ayunos.

Tres días antes de finalizar las medidas de fuerza la Suprema Corte ordenó
que se hiciese pública la revisión a cargo del comité gubernamental. El informe
cuestionó los datos fundamentales utilizados para el diseño del proyecto y
criticó las tentativas de reasentamiento. La Corte encargó al equipo de revisión
una investigación adicional respecto de la factibilidad del proyecto.

En enero de 1995 el NBA recibió un estímulo importante por parte del gobierno
de Nueva Delhi que obligó a Gujarat a no levantar el muro de la represa más
allá de su punto inferior -a 63 metros por encima del lecho del río-, es decir
poco menos de la mitad de la altura final planeada. La orden de suspensión se
dio porque el proyecto estaba violando un fallo de la Corte que disponía que los
desplazados debían ser reubicados seis meses antes de que sus tierras fueran
anegadas.34

En agosto de 1996 el resultado del exhaustivo estudio de factibilidad del


proyecto ordenado por la Corte Suprema aún no se había hecho público. La
Corte tampoco había tomado una decisión definitiva respecto del futuro de la
obra. La construcción del muro de la represa quedó suspendida.

Cualquiera sea el desenlace la prolongada lucha de la gente del valle y sus


seguidores dentro de India y en todo el mundo, han dejado heridas profundas

34
en el Banco Mundial y en la industria india e internacional de las represas. Es
muy difícil que el Banco financie algún otro proyecto de desarrollo hídrico de
semejante escala en un país democrático. Tampoco será sencillo que en un
futuro cercano los grupos defensores de las represas indios logren concluir
algún proyecto que implique el desplazamiento de tantas personas. “Ya no nos
interesan las grandes represas”, dijo el ministro de la energía indio N.K.P.
Salve al International Water Power and Dam Construction a fines de 1993. ”De
ser necesario, preferimos proyectos en el cauce de un río y represas más
pequeñas que no ocasionen ningún trastorno a las cuestiones ambientales”.35

El NBA siente que su función va más allá del desafío a una represa en
particular o incluso a la construcción de las represas en general. Patkar y otros
líderes del NBA han recorrido toda India apoyando otras luchas en contra de
proyectos de desarrollo estatales y privados destructivos que dejan a los
humildes sin su derecho a la subsistencia. Junto a otros grupos/destacados
defensores del ambiente, de mujeres, de castas inferiores y también
agrupaciones seguidoras de Gandhi, el NBA ha ayudado a formar la National
Alliance of People's Movements, NAPM -Alianza Nacional de Movimientos
Populares. En marzo de 1996, luego de una gira nacional de seis semanas, los
representantes pertenecientes a aproximadamente cien organizaciones
emitieron la “Resolución Popular”, una plataforma ideológica común para la
NAPM a la cual adhirieron numerosas organizaciones de India con la idea de
lograr una “poderosa fuerza social y política”. 36

La lucha mundial contra las represas

Persuadir a los gobiernos del Tercer Mundo de que abandonen sus


planes de construir proyectos de desarrollo hídrico... resulta muy
complicado. No obstante los grupos ambientalistas locales deben hacer
todo el esfuerzo que esté a su alcance para lograrlo. Si es necesario
deben recurrir a la acción directa pacífica en el sitio de la represa. En el
oeste podemos evitar la construcción de más represas presionando
constantemente sobre los gobiernos, los bancos de desarrollo y las
agencias internacionales que las financian, ya que sin sus aportes
resultaría imposible construir semejantes proyectos.

Edward Goldsmith y Nicholas Hildyard,


The Social and Environmental Effects of Large Dams, Vol.
1, 1984

35
El libro de Edward Goldsmith y Nicholas Hildyard, The Social and
Environmental Effects of Large Dams (Los impactos sociales y ambientales de
las grandes represas), publicado en 1984, ayudó a extender el conocimiento
acerca del movimiento internacional contra las represas. Fue la primera obra
que reunió los principales argumentos contra las grandes represas y que
insistió en que los problemas ocasionados por las mismas no eran exclusividad
de un proyecto o de regiones específicos, sino que eran en gran parte
inherentes a esta tecnología. Mientras Goldsmith y Hildyard, editores del diario
inglés The Ecologist, estaban investigando y escribiendo su obra Philip
Williams, hidrólogo inglés residente en San Francisco que trabajaba en forma
independiente, llegó a muchas de las mismas conclusiones. Williams llevaba
años colaborando con los ambientalistas para tratar de detener los proyectos
hídricos en California. Su investigación lo condujo al estudio de los
antecedentes acerca de la seguridad de las represas en todo el mundo, lo que
a su vez lo llevó a observar detenidamente las actividades de la industria
internacional de las represas.

Williams generalmente concurría a la “Dam Fighters' Conference”, que se


realizaba todos los años en Washington DC. En 1982 le sugirió a Brent
Blackwelder, del Environmental Policy Institute, que organizaran un seminario
en la conferencia sobre represas internacionales. Entre los asistentes al
seminario estuvo Bruce Rich, abogado del Consejo de Defensa de los
Recursos Naturales que estaba investigando los impactos ambientales de los
grandes proyectos financiados por el Banco Mundial y otros bancos de
desarrollo multilaterales (BDM). En junio de 1983 Blackwelder, Rich y Barbara
Bramble, de la National Wildlife Federation, hicieron las primeras declaraciones
ante el Congreso de los EE.UU. acerca de la destrucción ambiental ocasionada
por los proyectos financiados por los BMD; entre los más perjudiciales
figuraban las grandes represas.

Mientras los grupos que estaban en Washington presionaban cada vez más al
Banco Mundial, a fines de 1985 Philip Williams convenció a un equipo de
ambientalistas californianos para que comenzaran a publicar bimestralmente el
boletín International Dams Newsletter. El primer número incluyó críticas a los
proyectos Tres Gargantas, Bakun y Narmada, los cuales aún después de una
década siguen siendo el foco de atención de las campañas internacionales. A
mediados de 1987 el grupo adquirió el nombre oficial de International Rivers

36
Network, IRN (Red Internacional de los Ríos) y al boletín se le cambió el
nombre y se lo llamó World Rivers Review.

La publicación resultó ser un foro valioso para los activistas contra las represas,
que eran cada vez más en todo el mundo. Sesenta de estos activistas se
encontraron en junio de 1988 en una conferencia organizada por la IRN en San
Francisco. Los asistentes aprobaron la Declaración de San Francisco, que
demandó una moratoria de todos los nuevos proyectos de grandes represas
que no cumplieran con una lista de requisitos con respecto a la participación de
las personas afectadas en el proceso de planeamiento, al acceso a la
información sobre el proyecto, al impacto ambiental, al reasentamiento, a la
seguridad, a los impactos sobre la salud y a la economía. También aprobaron
una Declaración sobre el Manejo de las Cuencas, que recomendaba algunas
alternativas para evitar las grandes represas. Los puntos establecidos en
ambas declaraciones sintetizaron mejor aún las demandas fundamentales del
movimiento internacional. (ver Apéndice 1).

Con el correr de los años el grupo de activistas internacionales que apoya a la


gente que lucha contra las grandes represas ha crecido, logrando establecer
mejores conexiones, y se ha vuelto más sofisticado. Los grupos como Probe
International, en Canadá, la Asociación para Estudios Internacionales del Agua
y del Bosque, en Noruega, Amigos de la Tierra-Japón, Both ENDS en Holanda,
la Declaración Berne en Suiza, Urgewald en Alemania, AidWatch en Australia,
y la IRN y el EDF en los EE.UU. han colaborado exitosamente con colegas de
países en vías de desarrollo para lograr la supresión de la financiación
internacional para las grandes represas.

Las campañas en contra de las represas financiadas por el Banco Mundial, en


especial las represas Xingú en Brasil, Nam Choan y Kedung Ombo en
Indonesia, Pak Mun y Arun en Nepal y Sardar Sarovar en India, han sido la
fuerza no gubernamental más efectiva a la hora de lograr cambios dentro del
Banco. El Panel de Inspección Independiente del Banco Mundial, creado en
1993 para evaluar las violaciones de las políticas de la entidad, fue el resultado
directo de la humillante experiencia que tuvo la institución con Sardar Sarovar.
Las campañas contra las represas también desempeñaron un papel
fundamental en exigir al Banco Mundial la adopción de una serie de políticas
nuevas, en especial las referentes al reasentamiento, a la evaluación del medio
ambiente, a los indígenas y al acceso a la información.

37
El apoyo a la Declaración de Manibeli es la mejor demostración del alcance de
la oposición internacional a las grandes represas a mediados de los años ´90
(ver Apéndice 2). El documento, preparado por la IRN junto con colegas de
India y otros lugares, fue entregado al presidente del Banco Mundial, Lewis
Preston, en setiembre de 1994 durante los actos del 50º aniversario de la
institución. La declaración demanda una moratoria del apoyo económico del
Banco Mundial a las grandes represas hasta que se cumpla con ciertos
requisitos, entre los cuales figuran la concesión de fondos para compensar a la
gente que fue desplazada a la fuerza y no recibió indemnizaciones adecuadas,
el perfeccionamiento de las prácticas de acceso a la información y de
evaluación de los proyectos y una revisión independiente del rendimiento de
todas las represas construidas con el apoyo del Banco Mundial. La Declaración
de Manibeli fue aprobada por 326 grupos y coaliciones de 44 países. Si se
cuentan los grupos miembro de las coaliciones y de las redes en forma
individual, las adhesiones superan las 2.000. A pesar de que el Banco nunca
respondió formalmente a la Declaración de Manibeli, cuatro meses después de
recibirla el Departamento de Evaluación de Operaciones del Banco comenzó a
estudiar por primera vez a un grupo de represas financiadas por la institución.

Los activistas locales, nacionales e internacionales juntos han logrado empañar


el encanto de las grandes represas como símbolos de progreso y abundancia.
Para mucha gente las represas se han transformado en símbolos de
destrucción de la naturaleza y de la corrupción y la arrogancia de las
corporaciones, las burocracias y los gobiernos cerrados y autoritarios. A pesar
de que aún existen cientos de grandes represas en construcción y muchas más
sobre los tableros de los ingenieros, los fondos de ayuda y otras fuentes de
financiamiento del sector público están agotándose. Además, en casi todos los
países democráticos la simple propuesta de una gran represa origina protestas
públicas. La industria internacional de las represas parece estar entrando en
una recesión de la que quizás nunca logre escapar.

Notas

1
Pircher, W. '36.000 Large Dams and Still More Needed', trabajo presentado en la Séptima
Conferencia Bienal de la British Dam Society (BDS), Universidad de Stirling, 25 junio, 1992.
2
Ver Palmer, T., Stanislaus: The Struggle for a River. Prensa de la UC, Berkeley, 1982:
McCutcheon, S., Electric Rivers: The Story of the James Bay Project. Black Rose Books,
Montreal, 1991: Dalland, Ø. (próximo a editarse) 'The Last Dam in Norway: Whose Victory' en
Usher, A.D. (ed.) Dams as Aid: A Political Anatomy of Nordic Development Thinking. Routledge,

38
Londres: Lövgren, L. (próximo a editarse) 'Moratorium in Sweden: A History of the Dams
Debate' en Usher (ed.) op. cit.: Wallace, A., 'A river runs through her', Amicus Journal, invierno,
1994; 'SOS Loire Vivante: Actions and Strategies', SOS Loire Vivante, Le Puy, mayo, 1995:
Orrego, J.P. (próximo a editarse) 'In Defense of the Biobío River', en Usher (ed.) op. cit.:
'International Opposition to Katun Dam', World Rivers Review, marzo-abril, 1990; Caufield, C.,
'"Ban the Dam" Protests Stall Siberian Project', Emerging Markets, 12 abril, 1992: Drucker, C.,
'Dam the Chico: Hydro Development and Tribal Resistance in the Philippines', en SEELD 2:
Aditjondro, G. y Kowaleski, D. 'Damning the Dams in Indonesia: A Test of Competing
Perspectives', Asian Survey, Vol. XXXIV, No. 4, abril, 1994.
3
Por relatos acerca 'Dinosaur Battle' ver Palmer, T. Endangered Rivers and the Conservation
Movement. Prensa de la Universidad de California Press, Berkeley, 1986, pp. 68-74 ; Reisner,
M. Cadillac Desert: The American West and its Disappearing Water. Secker y Warburg,
Londres, 1986, pp. 294-5; Martin, R. A Story that Stands Like a Dam. Henry Holt, Nueva York,
1989, p. 53; y Gottlieb, R. Forcing the Spring: The Transformation of the American
Environmental Movement. Island Press, Washington DC, 1993, pp. 41-46.
4
Palmer, Endangered Rivers, pp. 78-86.
5
Palmer, op. cit., p. 132.
6
Ver Palmer, op. cit; Reisner, op. cit., pp. 324-43; Powledge, Water: The Nature, Uses, and
Future of Our Most Precious and Abused Resource. Farrar, Straus, Giroux, Nueva York, 1986,
pp. 306-10.
7
Beard, Daniel; 'Remarks before the International Commission on Irrigation and Drainage',
Varna, Bulgaria, 18 de mayo, 1994.
8
Thompson, P., 'Saving Tasmania's Franklin and Gordon Wild Rivers', en SEELD 2, pp. 69-77;
The Blockaders, Franklin Blockade. The Wilderness Society, Hobart, 1983; Steffen, W., 'Furor
Over the Franklin', Sierra, setiembre/octubre, 1984; Lambert, G. y Colem, G. 'The face of things
to come', Wilderness News; mayo, junio, julio, 1993.
9
'Pedder Unplugged', Wilderness News, mayo, junio, julio, 1994; Montgomery, B. 'Voices in the
wilderness get their say on Pedder', The Australian, 22 febrero, 1995. La HEC sostuvo que la
demanda de electricidad en Tasmania crecería más de la mitad entre 1983 y 1995. La
demanda real de 1995 era sólo 12% mayor que la de 1983, cercana a la proyección de los
ambientalistas; Gee, H. 'Pulling the Plug on Pedder', Habitat Australia, mayo, 1994.
10
Principales fuentes para la sección del Danubio: Caufield, C., 'The Last Tale of the Vienna
Woods', Not Man Apart, enero, 1985; Thorpe, N.F., 'The Danube Dam and the Hungarian
Greens', en SEELD 2, pp. 78-81; Pearce, F. (1991) Green Warriors: The People and the Politics
Behind the Environmental Revolution. Bodley Head, Londres, 1991, pp. 107-116; Pearce, F.,
The Dammed: Rivers, Dams and the Coming World Water Crisis. Bodley Head, Londres, 1992,
pp. 256-262; Sibl, J. (ed.) Damming the Danube: What Dam Builders Don't Want You to Know.
A Critique of the Gabcikovo Dam Project. SZOPK/SRN, Bratislava, 1993; entrevista con Janos
Vargha, 26 octubre, 1994.
11
Pearce, op. cit., pp. 117-118; Searle, P. y Power, M., 'Sofia cracks down on demonstrators',
The Guardian, Londres, 27 octubre, 1994; 'Bulgaria puts hydro schemes on ice', New Scientist,
2 diciembre, 1989.
12
'The Daugavpils HES: Environmentalism Sparks Revolution', en 'Latvia: Environmental
Crisis/Environmental Activism', resumen elaborado por la filial estadounidense del
Environmental Protection Club de Latvia, 1990.
13
Entrevista con el autor, 22 septiembre 1995. A principios de 1996 la autoridad eléctrica de
Georgia aún pedía la finalización de Khudoni. 'World Atlas of Hydropower & Dams', Hydropower
& Dams, enero, 1996, p. 129.
14
Para leer un relato de la historia de la represa Xingú ver: Hildyard, N. '¿Adiós Amazonia? A
Report from the Altamira Gathering', The Ecologist, Vol. 19, No. 2, 1989; Pearce, op. cit., pp.
132-139; Cummings, B.J., Dam the Rivers, Damn the People. Earthscan, Londres, 1990, pp.
63-88; y también artículos en las publicaciones de 1988 y 1989 de World Rivers Review.
15
Morais, M.S. 'Energy and Development: Victims of Hydroelectric Dams Say No!', en Acselrad,
H. (ed.) Environment and Democracy. IBASE, Rio de Janeiro, 1992.
16
'Atingidos por Barragens', en portugués significa literalmente 'golpeados' por las represas. Se
lo ha traducido al inglés como 'víctimas', 'perjudicados', 'impactados', o 'refugiados de las
represas'. Los activistas brasileños prefieren la traducción 'afectados por las represas'.

39
17
Bermann, C. 'Self-Managed Resettlement — A Case Study: The Itá Dam in Southern Brazil',
artículo presentado en la conferencia 'Hydropower Into the Next Century', Barcelona, junio,
1995; Oliver-Smith, A., 'Fighting for a Place: The Policy Implications of Resistance to
Development-Induced Resettlement', presentado en la conferencia 'Development Induced
Displacement and Impoverishment', Oxford, enero, 1995; Morais op. cit.
18
CUT-CRAB, 'Terra Sim, Barragens Não', 1989; CABA, MS sin título, Altimira, 1991; Serra,
M.T.F., 'Resettlement Planning in the Brazilian Power Sector: Recent Changes in Approach' en
Cernea, M.M. y Guggenheim, S.E. (eds.) Anthropological Approaches To Resettlement: Policy,
Practice and Theory, Prensa de Westview, Boulder, CO, 1993.
19
Hirsch, P., Political Economy of Environment in Thailand. Diario de Editores Contemporáneos
Asiáticos, Manila, 1993; Tuntawiroon, N. y Samootsakorn, P., 'Thailand's Dam Building
Programme: Past, Present and Future', en SEELD 2; Rigg, J., 'Thailand's Nam Choan Dam
project: a case study in the 'greening' of South-East Asia', Global Ecology and Biogeography
Letters, Vol. 1, 1991; The Ecologist, Vol. 17, No. 6, 1987.
20
Usher, A.D., 'Villagers still stranded from first WB hydro dam', The Nation, Bangkok, 9
octubre, 1991.
21
Ver 'Ongoing protests over Pak Moon', Thai Development Newsletter, Bangkok, No. 24,
1994; Ryder, G., 'Case Study: Pak Mun Dam in Thailand', trabajo presentado en el simposio
'Both Sides of the Dam', Delft University of Technology, 22 febrero, 1995; Hubbel, D. 'Thailand's
Pak Mun Dam: A Case Study', World Rivers Review, Cuarto Trimestre; 'EGAT set to pay up on
Pak Mool Dam', The Nation, Bangkok, 24 marzo, 1995.
22
'Savit: Dams will not be built for power production', Bangkok Post, 24 febrero, 1995. A pesar
de que la protección ambiental es la razón para detener la construcción de la represa, es de
esperar que lo económico tenga al menos igual importancia.
23
Ver 'Special Mekong Issue', World Rivers Review, Cuarto Trimestre, 1994.
24
McCully, P., 'Why I Will Drown', The Guardian, Londres, 16 abril, 1993.
25
Moore, M., 'India's Lifeline or Man-Made Disaster?', The Washington Post, 24 agosto, 1993.
26
Pattanak, S.K. et al., 'Hirakud Dam Project: Expectations and Realities', en Chaudhary A. y
Singh, K., compiladores; People and Dams, PRIA, Nueva Delhi, 1990, pp. 52-53; Viegas,
P.,'The Hirakud Dam Oustees: Thirty Years After', en Thukral, E.G. (ed.) Big Dams, Displaced
People: Rivers of Sorrow, Rivers of Change. Sage Publications, Nueva Delhi, 1992, pp. 45-47.
27
Bhanot, R. y Singh, M., 'The Oustees of Pong Dam: Their Search for a Home', en Thukral
(ed.) op. cit., p. 101.
28
Areeparampil, M., 'The Impact of Subarnarekha Multipurpose Project on the Indigenous
People of Singhbhum', en Chaudhary y Singh, compiladores; op. cit., p. 101. La construcción
del proyecto Subarnarekha continuó lentamente con fondos del Banco Mundial durante los
años ´80. En 1988, cuando se cerraron las compuertas de la represa Candil, el Banco Mundial
suspendió sus préstamos a causa de la terrible situación de los reasentamientos, pero dos
años después comenzaron los desembolsos nuevamente. En 1993 el Banco Mundial decidió
retirar su propuesta de otorgar nuevos préstamos para completar el proyecto. Rich, B.
Mortgaging the Earth: The World Bank, Environmental Impoverishment, and the Crisis of
Development. Beacon Press, Boston, 43-46, 1994.
29
Pearce op. cit., pp. 144-158; Tehri Action Group, 'Prime Minister Betrays Bahuguna Again on
Tehri Dam Review', Nueva Delhi, 29 agosto, 1995; A. Brown, 'Tehri Stalled by Powerful Fast',
World Rivers Review, Vol. 11, Nº 3, julio, 1996.
30
Centre for Science and Environment, The State of India's Environment — 1982: A Citizen's
Report. CSE, Nueva Delhi, 1982, p. 64; Palat, R.K. (1985) 'A Tropical Rainforest: Development
or Conservation', Land Use Policy, julio, 1996.
31
La represa Bodhghat fue suspendida cuando el Banco Mundial retiró su oferta de
financiación en 1988. Finalmente fue cancelada por el gobierno de Madhya Pradesh en 1995;
'Bank Halts Bodhghat Funding', World Rivers Review, setiembre-octubre, 1988; 'India province
cancels project', Hydro Review Worldwide, verano, 1995.
32
Entre los numerosos activistas externos que trabajaron en la campaña Narmada, Alok
Agarwal, Shripad Dharmadhikary, Arundhati Dhuru, Nandini Oza, Sanjay Sangvay y Himanshu
Thakker han desempeñado un papel de especial importancia.

40
33
Bruce Rich del EDF y Marcus Colchester de Survival International del Reino Unido visitaron
el Narmada antes del primer viaje de Patkar a los EE.UU. y fueron los primeros en enfrentarse
activamente al Banco Mundial.
34
Para esta crónica se utilizaron numerosos diarios y otras fuentes. En especial las
publicaciones de World Rivers Review; Asia Watch 'Before the Deluge: Human Rights Abuses
at India's Narmada Dam', Asia Watch, Vol. 4, Número 15, 1992; Lawyers Committee for Human
Rights 'Unacceptable Means: India's Sardar Sarovar Project and Violations of Human Rights.
October 1992 through February 1993', LCHR, Nueva York, 1993; Patkar, M., en diálogo con
Smitu Kothari. 'The Struggle for Participation and Justice: An Historical Narrative', Fisher, W.F.
'Development and Resistance in the Narmada Valley', Udall, L. 'The International Narmada
Campaign: A Case of Sustained Advocacy', todo en Fisher, W.F. (ed.) Towards Sustainable
Development? Struggling Over India's Narmada River. M.E. Sharpe, Armonk, N.Y., 1995;
Caulfield, C. The Illusion of Plenty: The World Bank and the Poverty of Nations. Henry Holt,
Nueva Cork, 1997. Ver también A Valley Rises, un film de Ali Kazimi, 1994; y Narmada Diary,
video de Anand Padwardhan, 1995. También comunicación personal con Medha Patkar,
Shripad Dharmadhikary y Himanshu Thakker.
35
O'Neil, P., 'India: Eternal snows versus finite fuels', International Water Power and Dam
Construction, enero, 1995.
36
'National Allience of People’s Movements', NAPM, Bombay, 1996, p. 2.

41
Epílogo

De la represa a la cuenca

Cuando el control democrático se imponga sobre la industria de las represas, se


superará una de las mayores amenazas sobre la integridad de los ecosistemas
ribereños y las comunidades humanas. Esto también allanará el camino para la
implementación de tecnologías y manejos del agua dulce más sustentables y
equitativos. Sin embargo, esto por sí solo no garantizará la supervivencia de los ríos
sanos, ya que existen muchas otras actividades humanas que les infligen daños.

La clave para proteger y restaurar los ríos radica en tratar a las cuencas en su
integridad, con cuidado y respeto. Pensar a nivel de cuenca significa concebir a los
ríos como parte integral de un complejo y dinámico sistema de tierra, agua y
biodiversidad. La alteración de una parte del sistema finalmente afectará a todas las
demás. En consecuencia, cuidar a los ríos significa cuidar el agua, el suelo, el
ecosistema y el aire: gran parte de la contaminación que ingresa a los sistemas
acuáticos es arrojada a la atmósfera y luego llega a la tierra.

Pensar en la cuenca significa dejar de lado las expresiones y conceptos como


'controlar' y 'dominar' ríos 'salvajes', 'descontrolados' y 'degradados': nadie puede
'controlar' una cuenca. Para esto se requiere reconocer y respetar la complejidad de
las interacciones de la tierra, el agua y la atmósfera. Significa adaptarse a esta
complejidad en lugar de realizar esfuerzos contraproducentes para intentar
controlarla y simplificarla. También significa respetar la diversidad de las diferentes
cuencas y de las comunidades humanas y naturales que las habitan.

Se deben alentar aquellos modos de vida que permitan satisfacer las necesidades
económicas, culturales y espirituales, y mantener sanas a las cuencas; y las fuerzas
que las destruyen, que destruyen el mundo natural en general, deben ser detenidas.
En el largo plazo no pueden existir sociedades sanas sin cuencas sanas.

1
APÉNDICE 1

La Declaración de San Francisco de International


Rivers Network
La visión de las organizaciones civiles sobre las megarepresas y el manejo
del recurso hídrico

En junio de 1988 1988 IRN auspició una conferencia internacional en San


Francisco para organizaciones civiles involucradas en la protección de los ríos
y los recursos hídricos de la amenaza más inmediata — la construcción de las
mega represas. Sesenta personas de 26 países asistieron e iniciaron un
programa de acción que conforma el fundamento de la campaña internacional
de IRN para proteger los ríos del mundo. El siguiente documento, adoptado
por la conferencia y difundido entre nuestras organizaciones de la red (los
últimos seis puntos se incluyen en este texto) es la base de nuestra campaña:

• Los objetivos específicos del proyecto de la represa se deben


establecer claramente, junto con una base evidente para medir el futuro
éxito o fracaso del proyecto.

• Durante el planeamiento del proyecto, se deben analizar con claridad


todas las alternativas a los objetivos del mismo, tanto en sentido
estructural como no estructural.

• Cualquier gobierno o agencia internacional que subsidie proyectos de


este tipo debe permitir el libre acceso de los ciudadanos a la
información tanto de los países prestadores como de los receptores.

• Se debe llevar a cabo una evaluación completa de los efectos


ambientales, sociales y económicos a largo y a corto plazo, y los
especialistas independientes deben tener la posibilidad de revisión y
crítica.

• Todas las personas afectadas por la represa, tanto en el área del


embalse como río abajo, deben ser notificadas del probable efecto
sobre sus formas de vida, deben ser consultadas en el proceso de
planeamiento y deben poseer medios políticos efectivos que les
permitan vetar el esquema.

• Todas las personas que pierdan sus hogares, tierras o formas de vida
deben ser plenamente indemnizadas por las agencias contables.

1
• Se debe investigar el riesgo de la seguridad pública debido al potencial
colapso de la represa y el análisis deberá libre disponibilidad para
cualquier persona que habite el área potencial de inundación.

• Cualquier proyecto de irrigación asociado a una megarepresa deberá


garantizar principalmente la producción de granos de alimento para el
consumo local, en lugar de cultivos para la exportación.

• Cualquier esquema de irrigación asociado con una megarepresa


deberá incluir un programa completamente integrado para prevenir la
saturación y la salinización para permitir el uso sustentable del suelo
irrigado.

• El proyecto no deberá poseer impactos adversos importantes (por


ejemplo, aquellos que provocan la pérdida de nutrientes y la
salinización del suelo) sobre el suministro de alimentos o la
subsistencia de la gente que depende de la agricultura de la planicie
aluvial aguas abajo.

• Deberá demostrarse que el proyecto no alterará la calidad y el


suministro de agua de quienes viven río abajo.

• El proyecto debe mejorar la salud pública y no debe representar una


amenaza en el aumento de la incidencia de las enfermedades
relacionadas con el agua.

• El proyecto deberá contemplar los impactos ambientales derivados del


uso industrial que depende de la electricidad generada por la represa.

• El proyecto deberá demostrar que no afectará adversamente las


pesquerías fluviales, estuarinas o costeras.

• El proyecto no deberá impactar adversamente ningún parque nacional,


área patrimonial, ninguna área designada de importancia científica o
educacional habitada por especies amenazadas o en peligro.

• El diseño del proyecto deberá contemplar un programa adecuado de


reforestación o control de erosión en la cuenca del embalse.

• El planeamiento del proyecto debe identificar si el proyecto es o no


sustentable. Deberá considerar especialmente la sedimentación del
embalse, la salinización del suelo y los cambios en el caudal del
embalse derivado de la degradación de la cuenca. Si el proyecto no
fuera sustentable deberá incluirse un programa de restablecimiento
como parte del diseño del esquema.

2
• Los valores económicos proyectados deben contemplar todos los
costos económicos del daño ambiental, y todos los costos asociados
con la construcción, la preparación, el mantenimiento y el
desmantelamiento.

• El análisis económico deberá precisar el índice de fluctuación en las


estimaciones de costos y beneficios.

• Los beneficios y los costos económicos proyectados deberán basarse


en beneficios y costos demostrados en proyectos previos.

• Los planes para las hidroeléctricas deben presentar un estudio de los


costos y beneficios relativos de medios alternativos de generación de
electricidad y de conservación de energía.

• Debe existir un medio efectivo que asegure el funcionamiento y


mantenimiento de la represas, y que garantice que los servicios
asociados serán llevados a cabo como beneficios prometidos.

3
APÉNDICE 2

DECLARACIÓN DE MANIBELI*
Llamado a una Moratoria del Financiamiento del Banco
Mundial a las Grandes Represas

Junio, 1994

CONSIDERANDO QUE:

1 El Banco Mundial es la principal fuente de financiación para la


construcción de grandes represas: ha otorgado más de 50 mil
millones (dólares de 1992) para la construcción de más de 500
grandes represas en 92 países. A pesar de esta enorme inversión,
no existe un solo análisis independiente ni evidencia que demuestre
que los costos financieros, sociales y medioambientales estaban
justificados por los beneficios alcanzados;

2 Los proyectos de grandes represas financiados desde 1948 por el


Banco Mundial han forzado a alrededor de 10 millones de personas
a abandonar sus hogares y tierras. El propio Banco, en su informe
respecto de “Reasentamiento y Desarrollo”, admite que la gran
mayoría de mujeres, hombres y niños desalojados por los proyectos
por él financiados, nunca han recuperado sus ingresos anteriores,
ni recibido beneficios directos de las represas por las que se vieron
forzados a sacrificar sus hogares y tierras. El Banco ha fracasado
una y otra vez en la implementación y aplicación de su propia política
sobre reasentamiento forzado adoptada en 1980; y a pesar de las
numerosas revisiones de sus políticas, el Banco no tiene planes
serios de cambiar su perspectiva sobre el reasentamiento forzado;

3 Para los próximos tres años, el Banco Mundial proyecta financiar 18


grandes represas, lo que forzará el desplazamiento de 450.000
personas, sin garantías creíbles de que el organismo aplique su
política sobre reasentamiento. Mientras tanto el Banco Mundial no
tiene planes de compensar ni rehabilitar apropiadamente a los
millones desplazados por los proyectos que ha financiado en el
pasado, ni siquiera a las poblaciones desalojadas desde 1980, en
violación a la política del Banco;

4 Las grandes represas financiadas por el Banco Mundial han tenido


enormes impactos negativos sobre el medioambiente, destrozando
selvas, humedales, zonas de pesca, y el hábitat de especies

1
amenazadas y en peligro de extinción, y aumentando la propagación
de enfermedades originadas o transmitidas por el agua;

5 Los costos sociales y medioambientales de las grandes represas


financiadas por el Banco Mundial, en cuanto a personas forzadas a
abandonar sus hogares, selvas y zonas de pesca arrasadas, y la
propagación de enfermedades ocasionadas por el agua, han
recaído en forma desproporcionada sobre mujeres, comunidades
indígenas, tribus, y los sectores poblacionales más pobres y
marginales. Esto contradice directamente el “objetivo global de
aliviar la pobreza”, muchas veces expresado por el Banco Mundial;

6 El Banco Mundial ha dado prioridad a los préstamos para grandes


represas que proveen electricidad a la industria transnacional y
elites urbanas, e irrigación a la agricultura orientada a la exportación,
obviando las necesidades más apremiantes de grupos rurales
empobrecidos y en desventaja. El Banco ha otorgado 8.300 millones
(dólares de 1992) para grandes represas a través de la Asociación
Internacional para el Desarrollo (IDA), la ventanilla de créditos
“blandos” para la supuesta asistencia a los sectores más pobres de
los países en vías de desarrollo;

7 El Banco Mundial ha tolerado y en consecuencia contribuido a


graves violaciones a los derechos humanos por parte de distintos
gobiernos, en el proceso de implementación de las represas
financiadas por el organismo: arrestos arbitrarios, golpizas,
violaciones, y uso de armas de fuego contra manifestantes pacíficos.
Muchas grandes represas financiadas por el Banco Mundial no
pueden ser realizadas sin graves violaciones a los derechos
humano, ya que las comunidades afectadas, sin excepción, se
resisten a la imposición de proyectos tan dañinos de sus intereses;

8 El Banco Mundial planifica, diseña, financia y controla la construcción


de las grandes represas de manera furtiva e incierta: impone
proyectos sin mediar consulta o participación seria de las
comunidades afectadas, y a menudo incluso le niega acceso a la
información a los gobiernos locales de las áreas afectadas;

9 El Banco Mundial nunca ha tomado en cuenta las alternativas a las


grandes represas, de bajo costo y ambiental y socialmente
saludables: las fuentes de energía eólica, solar y de biomasa, el
manejo de la demanda energética, la recuperación de la irrigación,
la mejora de la eficiencia, la recolección de agua pluvial, y el manejo
de la inundación sin estructuras. Además el Banco ha persuadido a
distintos gobiernos de aceptar préstamos para grandes represas,

2
aun cuando existían alternativas menos costosas y destructivas,
como en Nepal, donde el caso puede repetirse con Arun III;

10 Los análisis económicos del Banco Mundial para decidir el


financiamiento de las grandes represas no logran aplicar las
lecciones recibidas a partir de los pésimos antecedentes de las
represas financiadas anteriormente, y subestiman el potencial
exceso de costos y plazos. Las evaluaciones de los distintos
proyectos suelen basarse en supuestos ilógicamente optimistas
respecto del desempeño, y fracasan a la hora de tener en cuenta los
costos directos e indirectos de los impactos medioambientales y
sociales. En 1992, la propia cartera del Banco admitió que las
evaluaciones de los proyectos se tratan como “herramientas de
comercialización”, que no logran reconocer que los proyectos son
para el bienestar general;

11 Los mayores beneficiarios de los contratos de las grandes represas


financiadas por Banco Mundial han sido consultoras, constructores y
contratistas radicados en los países donantes; éstos son quienes
obtienen el beneficio, mientras los ciudadanos de los países que
toman el dinero se quedan con el acoso de la deuda, y de los
destructivos impactos que las propias grandes represas ocasionan
sobre la economía, el medioambiente, y la sociedad. El banco nunca
ha logrado generar capacidad y experiencia locales, en su lugar ha
propiciado la dependencia;

12 Las grandes represas financiadas por el Banco Mundial han


sumergido monumentos culturales, sitios religiosos y sagrados,
parques nacionales y otros santuarios de vida silvestre;

13 En sus programas de préstamos para grandes represas, el Banco


Mundial ha tolerado y condonado el robo de fondos por él otorgados,
a menudo perpetrado por corruptos regímenes militares o
antidemocráticos. El Banco a menudo ha otorgado préstamos
adicionales para cubrir los excedentes de costo, originados en lo
que el organismo denomina “actividad en procura de rédito”. Entre
distintos ejemplos, la represa Yacyretá en Argentina, y Chixoy en
Guatemala;

14 El Banco Mundial ha violado permanentemente su propia política de


evaluación medioambiental, y además ha permitido que estas
evaluaciones medioambientales sean realizadas por los propios
promotores del proyecto, y utilizadas para justificar las decisiones
previas de proceder con los grandes y destructivos proyectos de
represas;

3
15 El Banco Mundial jamás ha mencionado en sus políticas,
investigaciones o diseños de represas, el desmantelamiento de las
grandes represas, una vez cumplida su vida útil a causa de la
sedimentación en los embalses y el deterioro físico;

16 El Banco Mundial nunca ha emprendido una evaluación seria de sus


propios antecedentes de financiación de grandes represas, y carece
de mecanismos para calcular los costos y beneficios a largo plazo
de las grandes represas que financia;

17 A través de su intervención en la represa Sardar Sarovar en el valle


Narmada, símbolo mundial de desarrollo destructivo, el Banco
Mundial invariablemente ha ignorado sus propios lineamientos
políticos en lo que respecta a la reubicación y evaluación
medioambiental, y ha intentado encubrir las críticas y severas
conclusiones de la revisión oficial e independiente del informe
Morse. A través de los constantes desalojos forzosos y la inundación
de las tierras tribales, el Banco tiene responsabilidad directa legal y
moral sobre los abusos a los derechos humanos que se perpetran
en el valle Narmada.

POR LO TANTO, las organizaciones abajo firmantes:

• CONCLUIMOS que el Banco Mundial hasta la fecha no ha tenido la


voluntad ni la capacidad de reformar sus políticas de financiamiento de
las grandes represas; y

• LLAMAMOS a una inmediata moratoria de todo financiamiento por parte


del Banco Mundial de grandes represas, incluso todos los proyectos
actualmente bajo consideración, hasta que:

1 El Banco Mundial cree un fondo para reparar a aquellas personas


desalojadas por la fuerza de sus hogares y tierras sin
compensación ni resarcimiento adecuados, a causa de las grande
represas financiadas por el Banco. El fondo deberá ser
administrado por una institución transparente y responsable,
completamente independiente del Banco, y deberá otorgar fondos a
las comunidades afectadas por las grandes represas financiadas
por el Banco para elaborar demandas de resarcimiento;

2 El Banco Mundial fortalezca sus políticas y prácticas operativas para


garantizar que no se financiarán proyectos de grandes represas que
exijan la reubicación forzosa, en países sin políticas ni marcos
legales que aseguren a las personas desplazadas la recuperación
de su nivel de vida. Además, las comunidades a ser desplazadas

4
deberán tener participación en la identificación, diseño,
implementación y control de los proyectos, y dar su consentimiento
antes de que el proyecto pueda ser implementado;

3 El Banco Mundial encargue, revea e implemente, las


recomendaciones de una revisión vasta e independiente de todas
las grandes represas financiadas por el Banco, con el fin de
establecer los costos reales, incluso los costos económicos,
medioambientales y sociales, directos e indirectos, y los verdaderos
beneficios alcanzados en cada proyecto. La revisión deberá evaluar
el grado de error de las estimaciones de los proyectos en los que
respecta a costos y beneficios, identificar las violaciones específicas
de las políticas del Banco y los responsables, y señalar los costos
resultantes de no haber apoyado las alternativas al proyecto. La
revisión deberá ser conducida por individuos completamente
independientes del Banco, sin intereses en el resultado;

4 El Banco Mundial cancele la deuda originada por grandes represas


cuyos costos económicos, medioambientales y sociales se revelen
mayores que los beneficios alcanzados;

5 El Banco Mundial desarrolle nuevos métodos de evaluación de


proyectos que aseguren que el cálculo de los costos y beneficios, y
riesgos e impactos, de las grandes represas bajo consideración
esté rigurosamente basado en la experiencia real de las represas
financiadas por el Banco en el pasado;

6 El Banco Mundial requiera que toda gran represa en consideración


forme parte de un plan de manejo de cuenca integral y aprobado por
la localidad, y que el proyecto sea el último recurso, luego de
agotadas todas las alternativas menos dañinas y costosas para el
control de inundación, transporte, suministro de agua, irrigación y
provisión de energía;

7 El Banco Mundial permita el acceso libre y público a toda la


información relativa a los proyectos de grandes represas, incluso
proyectos pasados, presentes y bajo consideración;

8 El Banco Mundial requiera controles y evaluaciones independientes


de la elaboración de los proyectos de grandes represas, y también
controles y auditorías sistemáticos de la implementación de los
proyectos, a través de personas ajenas al Banco, sin intereses
sobre el resultado de los proyectos;

9 El Banco tome la decisión formal de detener toda financiación de


grandes represas a través de la Asociación Internacional de

5
Desarrollo (IDA), financiamiento se opone al acuerdo de los 10
donantes de IDA.

Firmado por 326 grupos y coaliciones de 44 países.

6
Represas que involucran reasentamiento forzado
Represa/Proyecto Río Estado/Provincia País Desplazados Área del embalse (ha Altura de la represa (mt) Capacidad Instalada (MV) Año de finalización Propósito Ref.
El Chocón Limay Neuquén Argentina 700 83000 86 1200 1973 P 1
Piedra del Aguila Limay Neuquén/Rio Negro Argentina 400 29200 173 1400 1991 P 2
Salto Grande Uruguay Argentina/Uruguay 20000 78300 65 1890 1979 P 2
Yacyretá Paraná Argentina/Paraguay 68000 172000 43 3100 1998 P 2
Mingechaur Kura Azerbaijan 4600 63500 80 360 1955 P 3
Kaptai (Karnafuli) Karnafuli Chittagong Hill Tracts Bangladesh 100000 65600 46 230 1962 P 4
Avila Avila Rondônia Brasil 100 38 28 1990 P 5
Balbina Uatumã Amazonas Brasil 1100 314700 33 250 1989 P 6
Cana Brava Cana Brava Minas Gerais Brasil 500 25 480 1983 P 5
Furnas Grande Minas Gerais Brasil 8500 144000 127 1216 1963 P 7
Itá Uruguay Rio Grande do Sul/Santa Catarina Brasil 12000 10300 125 1620 1999 P 8
Itaparica São Francisco Bahia/Pernambuco Brasil 40100 83400 105 2500 1988 P 9
Itumbiara Paranaiba Goiás/Minas Gerais Brasil 3700 76000 106 960 1982 P 1
Moxotó São Francisco Alagõas/Bahia/Pernambuco Brasil 1000 8800 34 2440 1977 P 10
Nova Ponte Araguari Minas Gerais Brasil 5000 44300 142 510 1994 P 11
Pedra do Cavalo Paruaguaçu Bahia Brasil 4400 142 600 1985 P 5
Porto Primavera (Eugenheiro Sergio Motta) Paraná Mato Grosso do Sul/ São Paulo Brasil 10500 225000 38 1815 1998 P 12
Salto Caxias Iguaçu Paraná Brasil 5000 13200 67 1240 1999 P
Salto Santiago Iguaçu Paraná Brasil 1500 22500 39 2000 1980 P 7
Samuel Jamari Rondonia Brasil 1800 57900 60 216 1989 P 5
São Simão Paranáiba Minas Gerais/Goiás Brasil 14000 67400 128 1635 1978 P 1
Segredo Iguaçu Paraná Brasil 2700 8200 140 1260 1993 P 7
Serra da Mesa Tocantins Goiás Brasil 6800 144 1200 1998 P 5
Sobradinho São Francisco Bahia/Pernambuco Brasil 70000 4124000 33 1050 1982 P 1
Taquaruçu Paranapanema Paraná Brasil 200 58 500 1985 P 5
Três Irmãos Tietê São Paulo/Mato Grosso do Sul Brasil 1600 82000 62 1292 1990 P 5
Tucuruí (Raul G. Lhano) Tocantins Pará Brasil 30000 243000 93 4200 1984 P 13
Xingó São Francisco Alagõas/Sergipe Brasil 150 6000 140 3000 1996 P 5
Itaipú Paraná Paraná Brasil/Paraguay 42400 135000 196 12600 1982 P 14
Proyecto La Grande (4 represas) La Grande Quebec Canadá 1900 1590000 15719 1996 P 7
M'bali (Boali 3) M'bali Rep.de África Central 700 30 1991 M 15
Bapanxia Yellow Gansu China 2250 1975 P 16
Daguangba Changhua Hainan China 23800 9900 56 240 1995 P 7
Danjiangkou Hanjiang Hubei China 383000 97 900 1974 M 17
Dongjiang Laishui Hunan China 53000 16000 157 500 1989 P 7
Dongpinghu Yellow Shandong China 278000 1958 F 17
Ertan Yalong Sichuan China 42000 10100 245 3300 1999 P 86
Geheyan Qingjiang Hubei China 26700 7200 151 1200 1995 P 18
Gezhouba Yangtze Hubei China 26000 47 2715 1988 P 19
Jiangya Lishui Hunan China 12000 3580 128 300 1999 M 20
Jinzhai/Tuanshan Jianghe Anhui China 100000 41 16
Lubuge I Huangni Yunnan China 2320 400 100 600 1984 P 1
Liujiaxia/Yanguoxia Yellow Gansu China 41600 P 21
Sanmenxia Yellow Henan China 410000 106 250 1960 21
Shuikou Minjiang Fujian China 84000 9300 101 1400 1996 P 20
Tianshengqiao 1 Nanpanjiang Guangxi China 48800 178 1200 1999 18
Wuqiangxi Yuanshui Hunan China 84800 17000 87 1200 1995 P 7
Xijin Yu Jiang Guangxi China 89300 41 234 1964 18
Xinanjiang Xinanjiang Zhejiang China 280000 105 663 1960 M 21
Xinfeng Xinfeng Guangdong China 293000 105 292 1961 I 16
Yantan Hongshui Guangxi China 62400 10800 110 1210 1995 P 1
Zhaxi (Zhexi) Zishui Hunan China 141000 104 447 1962 M 17
Chivor (La Esmeralda) Batá Boyaca Colombia 1500 1200 237 1008 1982 P 1
Guavio Guavio Cundinamarca Colombia 5500 1440 243 1600 1990 P 7
Playas Guatape Boyaca Colombia 1000 1100 65 204 1986 P 1
Rio Grande Rio Grande Boyaca Colombia 1200 1000 324 1993 M 7
Salvajina Cauca Cauca Colombia 10000 2200 160 1985 P 22
San Carlos Antioquia Colombia 520 300 77 1145 1987 P 1
Santa Rita (Guatape II) Nare Antioquia Colombia 3000 60 1978 23
Urrá I Sinú Córdoba Colombia 7300 7000 74 340 2000 P 24
Arenal San Carlos Costa Rica 2500 8300 70 157 1980 M 7
Kossou Bandama Côte d'Ivoire 85000 178000 58 174 1972 P 7
Alta Assuán Nile Assuán Egypt/Sudan 113000 400000 111 2100 1970 M 25
Cerron Grande (Silencio) Lempa El Salvador 10000 13500 80 135 1978 P 26
Proyecto Awash (3 represas) Awash Ethiopia 20000 1960s M 27
Inguri Inguri Georgia 200 2100 272 1980 M 3
Akosombo Volta Ghana 80000 848200 134 793 1965 P 1
Kpong Volta Ghana 7000 3500 20 160 1982 P 7
Weija Densu Ghana 2000 16 1978 26
Chixoy (Pueblo Viejo) Chixoy Guatemala 3400 1400 108 300 1985 P 1
El Cajón (Francisco Morazan) Humuya Honduras 3600 9400 238 300 1985 P 1

1
Aamaya Karnataka India 4500 600 I 28
Aji III Aji Gujarat India 3500 1440 25 1980s I 26
Amarja Amarja Karnataka India 1560 600 640 I 29
Amli (Ver II) Ver Gujarat India 2300 600 29 1984 I 26
Anjunem Gululeli Goa India 1800 300 45 I 28
Arunavati Maharashtra India 12900 3900 I 28
ASI-3 Gujarat India 6600 2000 I 28
Bagh (Sirpur) Bagh Maharashtra India 1400 3900 29
Balimela Sileru Orissa India 60000 16900 70 360 1977 M 29
Bargi Narmada Madhya Pradesh India 113600 80900 69 105 1990 M 30
Bariarpur Ken Madhya Pradesh India 3000 3100 I 29
Barna Barna Madhya Pradesh India 15300 7700 48 1976 I 28
Belpara Maharashtra India 3000 28
Bennithora Bennithora Karnataka India 3000 2100 31 I 29
Bhakra Sutlej Punjab India 36000 16600 226 1204 1963 M 22
Bhima (Ujjani) Bhima Maharashtra India 35100 33700 56 12 1980 I 29
Chakra Chakra Karnataka India 1400 1150 84 1985 I 28
Chandil Subarnarekha Bihar India 48500 17400 56 1995 I 29
Chandoli (Warna) Warna Maharastra India 49000 91 1990s I 26
Damanganga Damanganga Gujarat India 11800 4368 59 1989 I 29
Deorajan Maharashtra India 1100 400 28
Dham Wardha Maharashtra India 19700 2400 32 I 28
Dhom (Dhon) Krishna Maharashtra India 39000 2500 51 1978 I 31
Dimbhe Ghod Maharashtra India 18000 2300 70 M 29
Dudhganga Dudhganga Maharashtra India 7800 4500 74 28
Gandhi Sagar Chambal Madhya Pradesh India 51500 72300 64 115 1960 M 29
Gohira Brahmani Orissa India 42000 35300 69 60 M 28
Gosl Khurd Wainganga Maharashtra India 65200 28
Guhai Guhai Gujarat India 6200 1500 36 I 28
Halali Halali Madhya Pradesh India 5300 6200 30 1976 I 28
Hemavathy Hemavathy Karnataka India 11600 8500 59 1983 I 29
Hidkal Ghataprabha Karnataka India 31100 7100 62 28 1979 I 29
Hirakud Mahanadi Orissa/Madhya Pradesh India 110000 72700 59 270 1957 M 28
Ibadoh/Itiadoh Gargi Maharashtra India 2300 6000 34 1977 I 29
Isapur (Upper Penganga) Penganga Maharashtra India 16900 9800 57 I 29
Jamrani Gola Uttar Pradesh India 1500 500 140 1990 M 29
Jhuj Kaveri Gujarat India 1100 272 97 1980s R 26
Kabini Kabini Karnataka India 11300 6100 58 32 1974 M 29
Kadana Mahi Gujarat India 45200 16600 65 240 1978 M 26
Kalinadi I Kalinadi Karnataka India 8500 15500 1997 P 28
Kamthi Kheri Pench Maharashtra India 28500 2300 44 1977 R 28
Kangsabati-Kumari Kangsabati West Bengal India 125000 13500 41 1965 R 28
Kanher (Krishna Irrigation Scheme) Venna Maharashtra India 12900 2400 49 R 28
Karanjwan (Proyecto Upper Godavari) Kadwa Maharashtra India 1600 1800 43 1975 R 29
Karjan (Lower) Karjan Gujarat India 11600 4000 100 R 28
Kayadhu India 8900 7500 29
Kelo Madhya Pradesh India 7300 3100 R 29
Kodar Madhya Pradesh India 1400 3800 28
Konar (Proyecto Damodar Valley) Konar Bihar India 5700 2800 58 1955 M 29
Koyna Koyna Maharashtra India 30000 11500 103 540 1964 P 29
Krishnaraja Sagar Cauvery Karnataka India 15000 12900 43 1932 M 29
Lower Bhavani Bhavani Tamil Nadu India 5300 7900 62 1955 R 28
Lower Manair (Proyecto Pochampad) Manair Andhra Pradesh India 78000 8100 42 1980s R 32
Lower Mullamari Mullamari Karnataka India 5700 900 28
Lower Pus Pus Maharashtra India 4800 1600 43 1972 R 28
Lower Terna Terna Maharashtra India 8500 3200 28
Lower Wunna Wunna Maharashtra India 12700 6300 30 1968 R 29
Machhanala Machhan Gujarat India 2100 800 32 1982 R 26
Machkunda Duduma Orissa India 16200 6500 28,33
Mahi Mahi Madhya Pradesh India 3300 2900 S 28
Mahi Bajaj Sagar Mahi Rajasthan India 34900 13300 68 M 29
Maithon (Proyecto Damodar Valley) Barakar Bihar India 28000 10700 56 60 1957 M 29
Majalgaon (Jayakwadi Stage II) Sidhphona Maharashtra India 65300 8100 32 R 29
Majam Gujarat India 2900 1300 28
Malaprabha Malaprabha Karnataka India 41000 13600 56 1973 R 28
Manas Bihar India 3700 33
Manchanabele Arkavati Karnataka India 1400 400 34 R 28
Manimuthar Manimuthar Tamil Nadu India 4300 900 R 28
Masan Masan Bihar India 20000 29
Matatila Betwa Uttar Pradesh India 7500 14200 46 30 1958 M 29
Middle Vaitarna Vaitarna Maharashtra India 72000 700 82 1955 S 29
Nagarjunasagar Krishna Andhra Pradesh India 24400 28500 125 810 1974 M 29
Narayanpur (Proyecto Upper Krishna) Krishna Karnataka India 80000 13200 30 1982 R 15
Nizamsagar Manjira Andhra Pradesh India 67400 13000 48 1931 M 29

2
Ozarkhed (Proyecto Upper Godavari) Unanda Maharashtra India 1400 700 36 R 29
Palkhed Maharashtra India 1700 600 29
Panam Panam Gujarat India 16600 9200 56 1977 R 28
Panchet Hill (Proyecto Damodar Valley) Damodar Bihar India 41500 15300 49 40 1959 M 29
Parapar (Kallada Irrigation Scheme) Kallada Kerala India 2000 2300 85 M 28
Pong Beas HP/Rajasthan/Punjab/Harayana India 150000 29000 133 360 1974 M 34
Rajghat Betwa Madhya Pradesh/Uttar Pradesh India 19000 22400 44 1980s R 35
Rana Pratap Sagar Chambal Rajasthan India 12500 19800 58 1967 M 29
Rengali Brahmani Orissa India 80000 41400 69 60 1985 M 36
Rihand (Singrauli) Rihand Uttar Pradesh India 55000 46600 93 300 1962 M 29
Salandi Salandi Orissa India 2900 1200 52 1976 R 28
Samal Brahmani Orissa India 4100 2900 28
Saravathi (Sharavathy) Talakalale Karnataka India 12500 5900 62 510 1964 M 37
Shetrunji Shetrunji Gujarat India 8200 6700 36 1964 R 29
Sindhani Gujarat India 2700 500 R 28
Sipu Sipu Gujarat India 10400 2900 40 1968 R 26
Sohira India 42000 42000 29
Somasila Pennar Andhra Pradesh India 100000 22500 54 R 28
Sondur Sondur Madhya Pradesh India 1500 2400 38 1989 R 29
Sri Rama Sagar (Proyecto Pochampad) Godavari Andhra Pradesh India 75100 56000 43 36 1985 M 29
Srisailam Krishna Andhra Pradesh India 100000 60600 143 440 1984 M 7
Sukhbhadar Sukhbhadar India 24000 20 1980s R 26,28
Sukhi (Suki) Sukhi Gujarat India 11200 2900 38 1980s R 26
Tawa Tawa Madhya Pradesh India 3100 20200 58 1975 R 29
Tilaiya (Proyecto Damodar Valley) Barakar Bihar India 13500 7500 4 1953 M 29
Tuttuli Maharashtra India 13600 29
Tungabhadra Tungabhadra Karnataka India 54500 37800 126 1953 M 29
Uben Uben Gujarat India 1400 500 19 1982 R 26
Ukai Tapi Gujarat India 80000 60100 81 300 1972 M 29
Und Und Gujarat India 6500 2500 25 1990s R 26,28
Upper Indravati Indravati Orissa India 26500 12865 65 600 2000 M 28
Upper Jonk Jonk Orissa India 15500 1100 28
Upper Kolab Kolab Orissa India 15000 12400 95 1986 M 38
Upper Mullamari Mullamari Karnataka India 80000 60100 33 R 28
Upper Tapi Tapi Maharashtra India 30500 4800 28
Upper Wainganga Wainganga Madhya Pradesh India 6400 5600 43 1990 R 29
Upper Wardha Wardha Maharashtra India 11800 11400 52 R 29
Uri Jhelum Jammu & Kashmir India 1000 300 480 1998 P 29
Vartu II Gujarat India 3100 700 R 28
Venu II Venu Gujarat India 3300 625 13 1990s R 26
Vir Nira Maharashtra India 6000 400 36 1965 M 29
Waghur Kolwan Maharashtra India 1200 3100 29
Warna Warna Maharashtra India 29300 2900 89 1994 M 28
Watrak Watrak Gujarat India 16000 43 1990s R 26
Yelleru Andhra Pradesh India 10100 6000 28
Zankhari Zankhari Gujarat India 2900 30 1980s R 26
Cirata Citarum Western Java Indonesia 34800 6100 125 500 1991 P 1
Kedung Ombo Serang Java Indonesia 27000 4600 66 30 1993 M 1
Saguling Citarum Western Java Indonesia 16700 5600 99 700 1986 P 1
Dez Dez Irán 17000 6500 203 520 1978 M 1,39
Miyagase Sagami Kanagawa Japón 1140 156 26 1999 M 89
Bukhtarma Irtysh Kazakhstan 27000 549000 90 675 1960 P 3
Chardarin Syr Darya Kazakhstan 2000 90000 1970 P 3
Iriklin Ural Kazakhstan 3000 26000 35 1960 P 3
Kiambere Tana Kenia 7500 2500 112 150 1988 P 1
Thika Thika Kenia 500 500 2 1990s M 7
Toktogul Naryn Kyrghyzstan 4000 28400 215 1975 M 3
Houay Ho Houay Ho Champassak Laos 4000 80 150 1998 P 40
Nam Ngum Nam Ngum Laos 3200 37000 75 150 1972 P 1
Katse (Proyecto Hídrico Lesotho Highlands 1A) Malibamatso Lesotho 21.700* 3600 185 1996 W 41
Muela (Proyecto Hídrico Lesotho Highlands 1A) Ngoe Lesotho 2.700* 55 72 2003 P 41
Batang Ai Batang Ai Sarawak Malasia 3000 8500 85 92 1985 P 7
Temengor Perak Perak Malasia 1500 15000 115 348 1977 P 42
Manantali Bafing Mali 11000 48000 70 200x 1988 M 15
Selingué Sankarani Mali 12500 40900 35 44 1980 M 43
Foum-Gleita Gorgol Mauritania 3000 1980s R 15
Aguamilpa Santiago Nayarit Méjico 1000 13000 187 960 1995 P 44
La Angostura (Belisario Domínguez) Grijalva Chiapas Méjico 15500 64400 146 900 1973 P 44
Bajo Candelaria Méjico 5800 1982 44
Caracol (Carlos Ramirez Ulloa) Balsas Guerrero Méjico 7000 126 600 1986 P 44
Cerro de Oro Santo Domingo Oaxaca Méjico 18000 17000 56 1989 M 44
Chicoasén (Manuel M. Torres) Grijalva Chiapas Méjico 300 2700 261 1500 1980 P 45
Chilatan (Apatzingán) Apatzingán Méjico 400 3000 106 0 1995 M 1
Colorado (El Tapiro) Cerro Colorado Méjico 13300 300 38 1982 R 44

3
Culiacán Sinaloa Méjico 25200 1967 44
Bacurato ( Pdte. Gustavo Diaz Ordaz) Sinaloa Sinaloa Méjico 2900 7600 116 0 1982 R 1
Falcon Bravo Tamaulipas/Texas Méjico/EE.UU. 4000 31200 50 1953 M 45
Huites (Luis Donaldo Colosio) Fuerte Sinaloa Méjico 325 10300 152 1994 P 45
Netzahualcoyotl Grijalva Chiapas Méjico 1500 29200 138 1080 1964 P 46
El Novillo (Plutarco Elías Calles) El Yaqui Sonora Méjico 10000 10000 133 135 1961 P 45
Peñitas Grijalva Chiapas Méjico 1700 46 420 1986 P 45
Pujal-Coy I Méjico 23400 1982 44
Pujal-Coy II Méjico 10800 1982 44
Solis Lerma Guanajuato Méjico 5000 84800 57 1949 R 45
Temascal (Pdte Miguel Aleman) Tonto Oaxaca Méjico 22000 31500 76 354 1957 M 45
Zimapán Tula/Moctezuma Hidalgo Méjico 2500 2300 207 292 1994 P 44
Al Massira (Sidi Cheho) Oum Er R'bia Settat Morocco 5500 13700 83 1979 M 26
Cahora Bassa (Cabora Bassa) Zambesi Mozambique 25000 380000 171 2250 1974 P 7
Kulekhani Kulekhani Nepal 2500 200 114 60 1982 P 1
Marsayangdi Marsayangdi Nepal 3000 60 24 69 1989 P 7
Clyde Clutha Otago Nueva Zelandia 280 20000 75 430 1979 P 7
Bakolori Sokoto Sokoto Nigeria 13000 8000 48 1978 R 47
Dadin Kowa Gongola Bauchi Nigeria 26000 53000 1980s R 15
Kainji Niger Kwara/Niger Nigeria 44000 140000 68 760 1964 P 1
Kiri Gongola Gongola Nigeria 19000 13000 20 1982 R 15
Mangla Jhelum Punjab Pakistan 82000 25900 138 1000 1967 M 1
Tarbela Indus NWFP Pakistan 96000 26000 143 3478 1976 M 1
Bayano Bayano Panama 4100 35000 75 150 1976 P 1
Fortuna Chiriqui Chiriqui Panama 600 1000 110 300 1982 P 1
Ambuklao Agno Benguet Filipinas 1000 68600 129 75 1956 P 48
Binga Agno Benguet Filipinas 500 79000 107 100 1960 P 48
Magat Magat Luzon Filipinas 1500 4500 105 360 1986 M 1
Pantabangan Papanga Nueva Ecjia Filipinas 13000 8900 107 1977 M 1
Portile de Fier I (Puerta de Hierro) Danube Rumania/Serbia 23000 5200 60 2100 1972 P 7
Boguchany Angara Krasnoyarsk Rusia 12200 232600 79 4000 1989 M 3
Bratsk Angara Irkutsk Rusia 67400 547000 125 1965 M 3
Cheboksary Volga Chuvashiya Rusia 42000 105500 42 815 1980 M 3
Gorky Volga Novgorod Rusia 48000 157000 17 1955 M 3
Irkutsk Angara Irkutsk Rusia 18000 146600 44 1960 P 3
Ivan'kov Volga Rusia 30000 32700 28 1940 P 3
Kamaskaya Kama Perm Rusia 48000 191500 37 1955 M 3
Kolymaskaya Kolyma Magadan Rusia 300 44100 130 1990 P 3
Krasnoyarskaya Enisei Krasnoyarsk Rusia 56100 200000 124 1970 M 3
Kuibyshev Volga Samara Rusia 150000 644800 45 1960 M 3
Kuma Kuma Rusia 1000 191000 33 1965 P 3
Nizhne-kamskaya Kama Tatarstan Rusia 44000 155000 36 1980 M 3
Novosibrisk Ob Rusia 37000 107000 20 1960 P 3
Onezhsk Svir Rusia 6200 99300 17 1955 P 3
Pavlovskaya Ufa Bashkirtostan Rusia 2800 12000 53 1960 M 3
Rybinsk Volga Yaroslavi Rusia 117000 455000 30 1950 M 3
Saratovskaya Volga Saratov Rusia 25000 183100 40 1360 1970 M 3
Sayano-Shushenskaya Enisei Khakassiya Rusia 9700 62100 245 1980 M 3
Serebrianka - 1 Voroniya Murmansk Rusia 200 55600 65 1970 P 3
Sheksna Sheksna Yaroslavl Rusia 16300 167000 15 1965 M 3
Uglich Volga Rusia 25000 24900 1940 3
Ust'Ilim Angara Irkutsk Rusia 14200 187300 102 1975 M 3
Verkhne Tulomskaya Tuloma Murmansk Rusia 500 74500 63 1965 P 3
Vilyui Vilyui Sakha-Yakutia Rusia 400 217000 64 1970 P 3
Volzhkaya Volga Rusia 111000 311700 47 2541 1965 P 3
Votkinsk Kama Udmurtia Rusia 61000 112000 44 1965 M 3
Zeya Zeia Amur Rusia 4500 241900 115 1975 M 3
Diama Senegal Senegal/Mauritania 3400 18 1986 R 49
Gariep Orange Free State Sudáfrica 1150 35965 88 360 1971 R 50
Vanderkloof Orange Free State Sudáfrica 230 13340 108 240 1977 R 50
Chung Ju Namhan Corea del Sur 38700 9500 98 412 1984 M 1
Riaño Esla León España 3100 2000 98 1987 R 51
Kotmale Kotmale Oya Sri Lanka 13000 950 87 200 1988 M 7
Victoria Mahaweli Sri Lanka 45000 2300 122 210 1984 P 7
Roseires Blue Nile Sudan 19000 60 130 1965 M 1
Brokopondo Surinam Surinam 5000 150000 66 130 1965 P 22
Lupohlo Lusutshwana Swazilandia 300 120 45 20 1984 P 7
Tabqua (Thawra/Assad) Éufrates Siria 60000 60000 60 800 1976 M 15
Nurek Vakhsh Tadjikistan 1800 9800 300 2700 1975 M 3
Techi Tachia Taiwan 200 400 180 234 1975 P 1
Mtera Great Ruaha Tanzania 3000 65000 45 280 1988 P 7
Bang Lang (Pattani) Pattani Tailandia 3300 5100 85 1981 M 26
Bhumibol Ping Tailandia 20000 30000 154 710 1964 M 52
Chiew Larn Khlong Saeng Tailandia 2110 18500 94 240 1987 P 1

4
Khao Laem Kwae Tailandia 7700 38800 92 300 1985 M 1
Lam Pao Lam Pao Tailandia 30000 40000 33 1970 M 53
Lam Takhong Lam Takhong Nakhon Ratchasima Tailandia 225 4500 250 2000 M 7
Lang Suan Tailandia 9800 91 135 1980s P 54
Nam Pong Nam Pong Tailandia 30000 2000 40 1965 M 55
Pak Mun Mun Ratchathani Tailandia 8500 6000 17 136 1994 P 56
Rasi Salai Mun Sri Sa Ket Tailandia 3000 10000 9 1994 R 57
Sirikit Nan Uttaradit Tailandia 1650 26000 114 500 1972 M 1
Srinakharin (Srinagarind/Ban Chao Nen) Kwae Yai Kanchanaburi Tailandia 5300 41900 140 720 1980 M 1
Ubolratana Nam Pong Tailandia 30000 41000 32 25 1965 M 58
Nangbeto Mono Togo/Benin 12000 18000 44 63 1987 P 15
Sidi Salem Medjerda Tunisia 1400 4300 70 36 1984 M 1
Aslantas Ceyhan Turquía 5000 4900 78 138 1984 M 1
Atatürk Éufrates Turquía 60000 81700 184 2400 1992 M 59
Karakaya Éufrates Turquía 45000 29800 178 1800 1989 P 1
Keban Éufrates Turquía 30000 67500 207 1330 1974 M 7
Sir Ceyhan Turquía 4950 4100 120 315 1991 P 1
Dneprodzerzhyns'k Dnepr Ucrania 45000 56700 34 1965 P 3
Kahov Dnepr Ucrania 45000 225500 37 1955 P 3
Kievsk Dnepr Ucrania 40000 92200 68 1965 P 3
Kremenchug Dnepr Ucrania 132000 225200 33 1960 P 3
Big Bend Missouri S. Dakota EE.UU. 445 5900 29 1950s M 60
Conemaugh Conemaugh Pennsylvania EE.UU. 2500 12140 52 1952 M 61
Fort Randall Missouri S. Dakota EE.UU. 680 38500 50 1952 M 60
Garrison Missouri N. Dakota EE.UU. 1800 149000 64 1953 M 62
Grand Coulee Columbia Washington EE.UU. 5700 33300 168 6809 1942 P 63
Kinzua Allegheny Pensilvania EE.UU. 700 4900 70 1996 F 93
Navajo San Juan Nueva Méjico EE.UU. 1250 3000 123 1963 M 64
Norris Clinch/Powell Tennessee EE.UU. 17500 55400 81 1937 M 65
Oahe Missouri S. Dakota EE.UU. 900 145300 75 1958 M 60
Tuttle Creek Big Blue Kansas EE.UU. 4000 6400 41 1962 M 61
Youghiogheny Youghiogheny Pennsylvania EE.UU. 300 1150 57 1948 M 61
Charvak Chirchik Uzbekistan 2000 4000 168 1970 M 3
Guri Caroní Bolivar Venezuela 3600 425000 162 8935 1986 P 1
Dau Tieng Saigon Vietnam 500 27 1980s 26
Hoa Binh Song Da Vietnam 58000 517000 128 1192 1993 P 7
Thac Mo Song Be Vietnam 1600 42 150 1995 P 66
Yali Falls Se San Vietnam 7400 65 720 P 66
Gazivode Ibar Serbia/Kosovo 230 1000 108 34 1984 M 1
Ruzizi II Ruzizi Zaire/Rwanda/Burundi 15000 40 1980s P 15
Kariba Zambesi Zambia/Zimbabwe 57000 558000 128 1266 1959 P 1

En construcción

Machadinho Uruguay Rio Grande do Sul/Santa Catarina Brasil 15700 25200 1200 P 14
Ralco Biobio Chile 700 3400 155 570 P 67
Tres Gargantas Yangtze Hubei China 1300000 110000 175 18200 2009 M 68
Xiaolangdi Yellow Henan China 181600 27200 154 1800 2001 M 7
Garafiri Konkowe Guinea 1500 8800 75 P 7
Almatti (Proyecto Upper Krishna) Krishna Karnataka India 200000 79000 48 150 R 29
Bansagar Sone Madhya Pradesh India 142000 51600 63 M 28,33
Bisalpur Banas Rajasthan India 66000 21800 S 29
Chulkinala Karnataka India 2900 700 28
Ghataprabha (III) Ghataprabha Karnataka India 18500 7900 R 28
Hippargi (Proyecto Upper Krishna) Krishna Karnataka India 62500 3000 26 R 28
Hasdeo-Bango Hasdeo Madhya Pradesh India 13600 21300 88 1992 R 29
Icha (Proyecto Subarnarekha) Kharkai Bihar/Orissa India 30000 12700 M 69
Karanja Godavari Karnataka India 7200 5700 R 28
Kishau Tons Uttar Pradesh India 4000 3000 236 M 28
Maheshwar Narmada Madhya Pradesh India 40000 5510 23 400 2002 P 70
Narmada Sagar (Indira Sagar) Narmada Madhya Pradesh India 200000 90800 84 M 28
North Koel North Koel Bihar India 3400 7100 68 M 28
Priyadarshini Jurala Krishna Andhra Pradesh India 8600 4700 221 M 28
Sardar Sarovar Narmada Gujarat India 320.000# 37600 163 1450 M 71
Selaulim Selaulim Goa India 3200 42 R 72
Teesta Sikkim India 1000 70 P 29
Tehri Bhagirathi Uttar Pradesh India 105000 4200 261 2000 M 28
Thoubal Thoubal Manipur India 1300 66 2003 M 28
Tillari Tillari Maharashtra/Goa India 50000 1700 71 2002 R 28,72
Pasak Pasak Lop Buri Tailandia 23000 R 73
Berke Ceyhan Turquía 140 780 200 510 P 7
Kayraktepe Goksu Turquía 10000 13300 199 420 P 74

5
Caruachi Caroní Bolivar Venezuela 1000 23800 55 2076 2003 P 75

SUSPENDIDAS/DETENIDAS

Bedthi Tathihalla Karnataka India 3700 H 28


Bhopalpatnam Indravati Maharashtra India 8800 20000 P 28
Bodhghat Indravati Madhya Pradesh India 12700 P 29
Heran/Lalpur Heran Gujarat India 21200 17700 45 R 29
Ichampalli Godavari Andhra Pradesh/Maharashtra India 38100 71000 M 28,29
Koel Karo Koel/Karo Jharkhand India 66000 17800 710 P 28,29
Polavaram Godavari Andhra Pradesh/Madhya Pradesh India 154500 63700 M 29
Bakun Balui Sarawak Malasia 10000 70000 205 2400 P 91
Epupa Kunene Kaokoveld Namibia 1000 38000 163 360 P 76
Rogun Vakhsh Tadjikistan 28200 335 3600 M 3
Nam Choan Khwae Kanchanaburi/Tak Tailandia 2000 14700 187 580 M 77

PLANIFICADAS

Itatí-Itacorá Paraná Argentina 3000 1000 P 46


Cachoeira Porteira Trombetas Pará Brasil 8000 91100 1400 P 9
Castanhão Jaguaribe Ceará Brasil 12000 22900 75 M 9
Ji-Paraná Ji-Paraná Rondônia Brasil 2700 612 2002 P 9
Garabi Uruguay Brasil/Argentina 15000 81000 85 1800 P 78
Sambor Mekong Cambodia 5100 88000 63 3300 P 7
Stung Treng Mekong Cambodia 9200 64000 31 980 P 7
Baise You Guangxi China 23100 7300 130 540 M 88
Jiangya Yangtze China 12000 79
Jingpin 1 Pusiloguo Sichuan China 5800 9500 305 3200 P 7
Longtan Hongshui Guangxi China 73000 37000 192 4200 2005 P 7
Xiluodu Jinsha Sichuan China 32000 13700 273 12000 M 87
Poyamkutty Idamalayar Kerala India 1100 5000 148 240 P 28
Bui Volta Ghana 2300 44000 110 400 P 90
Nam Ngiep 1 Laos 1400 16000 440 P 7
Nam Ngum 2 Laos 4000 11000 320 P 7
Nam Ngum 3 Laos 4400 5870 400 P 7
Nam Tha 1 Laos 5700 26500 230 P 7
Nam Theun 2 Nam Theun Laos 4500 45000 50 681 P 7
San Juan Tetelecingo Balsas Guerrero Méjico 22000 14000 620 P 80
Karnali (Chisapani) Karnali Nepal 60000 34100 270 3000 P 81
Pancheswar Mahakali Nepal 60000 12100 315 7200 P 7
Kalabagh Indus Pakistan 124000 55000 93 2400 M 82
Ilisu Tigris Batman Turquía 78000 31300 135 1200 P 83
Kayraktepe Goksu Turquía 10000 13300 199 420 P 84
Bujagali Falls Nile Uganda 820 390 22 290 P 85
An Khe Ba Vietnam 10800 116 P 66
Ban Mai Ca Vietnam 15000 450 P 66
Buon Kuop Sre Pok Vietnam 3600 81 P 66
Dai Ninh Dong Nai Vietnam 14100 300 P 66
Dai Thi Lo Gam Vietnam 20600 P 66
Son La (Ta Bu) Song Da Vietnam 112400 181 3600 P 66

Notas

Clave : M = Multipropósito E = Energía R = riego S = Suministro de agua


† Turbinas a ser instaladas
* Esta cifra incluye gente “afectada” que ha perdido su tierra y medio de vida pero no ha sido desplazada.
# Esta cifra incluye a quienes fueron desplazados por los canales.

Nota: 2,5 millones de personas fueron desplazadas por 193 represas finalizadas, existen datos disponibles de los países, excluyendo a India y China (6,2 millones de desplazados por 334 represas incluyendo India y China)

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82. A. Kudat, 'Ilisu Dam's Resettlement Action Plan (RAP): Achieving International Best Practice,' comisionado por ERG (Agencia de crédito a las exportaciones de Suiza –Exportrisikogarantie) Agosto 2000.
83. Y. Biro, 'Economic Valuation of the Environmental Impacts of the Kayraktepe Dam/Hydroelectric Power Plant in Turkey', MSc thesis, ERG, UC Berkeley, 1995.
84. WS Atkins, 'Draft Final Environmental Impact Assessment for the Bujagali Hydro Project,' 1999.

7
DECLARACIÓN DE CURITIBA
AFIRMANDO EL DERECHO A LA VIDA Y A LA CULTURA DE LAS POBLACIONES
AFECTADAS POR LAS REPRESAS1

Aprobada en el "Primer Encuentro Internacional de Pueblos Afectados por


Represas"

Curitiba, Brasil, 14 de marzo 1997

Nosotros, la gente de veinte países reunida en Curitiba, Brasil, representando


organizaciones de poblaciones afectadas por represas y de movimientos de
oposición a las represas destructivas, hemos compartido nuestras experiencias por
las pérdidas que sufrimos y por las amenazas que enfrentamos debido a estas
obras. Aunque nuestras experiencias reflejan la diversidad de realidades culturales,
sociales, políticas y ambientales, nuestra lucha es la misma.

Nuestra lucha es la misma porque en todas partes las represas expulsan a la gente
de sus hogares, inundan tierras fértiles, bosques y lugares sagrados, destruyen la
pesca y el abastecimiento de agua limpia y provocan la desintegración cultural y el
empobrecimiento económico de nuestras comunidades.

Nuestra lucha es una y la misma porque en todas partes existe un enorme abismo
entre los beneficios económicos y sociales prometidos por los constructores de
represas y lo que muestra la realidad una vez terminada la construcción. Las
represas siempre han costado más de lo que originalmente se proyectó, aun sin
considerar los costos sociales y ambientales. Las represas produjeron menos
electricidad e irrigaron menos tierra de lo que se prometió. Provocaron que las
inundaciones se vuelvan todavía más destructivas. Las represas beneficiaron a los
grandes propietarios, a las corporaciones y a los especuladores del negocio
agrícola. Desalojaron a los pequeños campesinos, a los trabajadores rurales, a los
pescadores, a las tribus, a las comunidades indígenas y tradicionales.

Nuestra lucha es la misma porque estamos enfrentados a poderosos intereses


similares, a los mismos financiadores internacionales, a las mismas agencias
bilaterales y multilaterales de crédito y ayuda, a las mismas compañías
constructoras de represas y de equipamiento, a las mismas consultoras en
ingeniería y medio ambiente, y a las mismas corporaciones involucradas en
industrias electrointensivas altamente subsidiadas.

Nuestra lucha es la misma porque en todas partes se excluye de la toma de


decisiones a la gente que más sufre por las represas. Las decisiones las toman los
tecnócratas, los políticos y las elites empresariales que aumentan su propio poder y
sus bienes a través de la construcción de las represas.

1
N. del T.: Traducción, Orrego J.P., Grupo de Acción por el BIO-BIO, Chile y Cappato J.,
PROTEGER, Argentina. La Declaración de Curitiba lleva la firma de representantes de poblaciones
afectadas por represas provenientes de 20 países, entre ellos Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia,
Chile, México, Estados Unidos, India, China, Taiwán, Tailandia, Lesotho, Rusia, Suiza, Francia y
España.

1
Nuestras luchas en común nos convencen de que es posible y necesario poner fin a
la era de las represas destructivas. También es posible y necesario implementar
formas alternativas de producción de energía y de manejar los recursos del agua de
manera equitativa y sustentable.

Para que esto ocurra exigimos democracia genuina, que implica participación
pública y transparencia en el desarrollo y la implementación de las políticas
energéticas y de recursos hídricos, junto con la descentralización del poder político y
el fortalecimiento de las comunidades locales.

Debemos reducir las desigualdades a través de medidas que aseguren un acceso


equitativo a la tierra. También hacemos hincapié en los derechos inalienables de las
comunidades para controlar y manejar el agua, la tierra, los bosques y otros
recursos, y el derecho de todas las personas a vivir en un ambiente saludable.

Debemos avanzar hacia una sociedad en la que los seres humanos y la naturaleza
no se reduzcan a la lógica del mercado, en la que el único valor es el de las
conveniencias y el único objetivo es la ganancia.

Debemos avanzar hacia una sociedad que respete la diversidad, y que se base en
relaciones equitativas y justas entre la gente, las regiones y las naciones.

Nuestra experiencia compartida nos lleva a acordar lo siguiente:

1. Reconocemos y apoyamos los principios de la "Declaración de las ONGs y de los


Movimientos Sociales de Río de Janeiro" de 1992 y la "Declaración de Manibeli
sobre el Financiamiento del Banco Mundial a las Grandes Represas".

2. Nos opondremos a la construcción de cualquier represa que no haya sido


aprobada por la gente afectada luego de un proceso de toma de decisión
participativo y con la debida información.

3. Exigimos que los gobiernos, las agencias internacionales y los inversionistas


implementen una moratoria inmediata con respecto a la construcción de grandes
represas hasta que:

a) Se detengan todas las formas de violencia e intimidación contra las poblaciones


afectadas por las represas y las organizaciones que se oponen a éstas.
b) Se garanticen las indemnizaciones, incluyendo la provisión de tierra adecuada, de
viviendas e infraestructura social, para los millones de personas cuyos modos de
vida ya han sufrido a causa de las represas.
c) Se actúe para restaurar los ecosistemas dañados por las represas, aun cuando
esto requiera la remoción de las represas.
d) Se respeten totalmente los derechos territoriales de las poblaciones indígenas y
tradicionales afectadas por las represas, mediante la provisión de territorios que les
permita recomponer las condiciones culturales y económicas previas -aunque
también sea necesario el desmantelamiento de las represas.
e) Se establezca una comisión internacional independiente para conducir
una amplia revisión de todas las grandes represas financiadas o respaldadas por las

2
agencias internacionales de ayuda y crédito, y que las políticas derivadas de sus
conclusiones se implementen. Los procedimientos de la revisión deben estar sujetos
a la aprobación y el control de los representantes del movimiento internacional de
las poblaciones afectadas por las represas.
f) Sea encomendada una revisión independiente y amplia de todos los proyectos de
las agencias nacionales y regionales que financiaron o respaldaron la construcción
de las represas de grandes impactos, y que se implementen las políticas derivadas
de las conclusiones de este trabajo. Estas revisiones deben llevarse a cabo con la
participación de los representantes de las organizaciones de las poblaciones y
personas afectadas.
g) Se implementen políticas energéticas y de recursos hídricos que promuevan el
uso de tecnologías y prácticas de manejo sustentable y apropiado, utilizando la
contribución de la ciencia moderna y del conocimiento tradicional. Es necesario
también que estas políticas desalienten el derroche y el consumo excesivo, y que
garanticen la satisfacción equitativa de las necesidades básicas.

4. El proceso de privatización actualmente impuesto en muchos países del mundo


por las instituciones multilaterales está aumentando la exclusión social, económica y
política, y la injusticia. No aceptamos la justificación de que este proceso sea una
solución para la corrupción, la ineficiencia y otros problemas en los sectores
energéticos y de recursos hídricos en donde están bajo el control del Estado.
Nuestra prioridad es el control democrático y público efectivo, y la regulación de las
entidades que suministran electricidad y agua, de manera que se garantice la
satisfacción de las necesidades y los deseos de la gente.

5. A través de los años hemos demostrado nuestro creciente poder. Hemos


ocupado los lugares de las represas y las oficinas, marchamos en nuestros pueblos
y ciudades, nos hemos negado a abandonar nuestras tierras, aunque enfrentamos
intimidaciones, violencia y anegamientos. Hemos desenmascarado la corrupción,
las mentiras y las falsas promesas de la industria de las represas. Nacional e
internacionalmente, hemos trabajado en solidaridad con quienes luchan contra
proyectos de desarrollo destructivo y junto a aquellos que luchan por los derechos
humanos, la justicia social y para terminar con la destrucción ambiental.

Somos fuertes, diversos, estamos unidos y nuestra causa es justa. Hemos detenido
represas de grandes impactos y obligamos a los constructores a respetar nuestros
derechos. Hemos detenido represas en el pasado, y detendremos más en el futuro.
Nos comprometemos a intensificar la lucha contra las represas destructivas. Desde
los pueblos de India, Brasil y Lesotho hasta las oficinas en Washington, Tokio y
Londres, haremos que los constructores de represas acepten nuestras demandas.

Para reforzar nuestro movimiento construiremos y fortaleceremos redes de trabajo


regionales e internacionales. Para simbolizar nuestra creciente unidad declaramos
que el 14 de Marzo, "Día Brasileño de Lucha contra las Represas", será desde
ahora el "Día Internacional de Acción contra las Represas y por los Ríos, el Agua y
la Vida".

¡Aguas para la vida, no para la muerte!


Aguas para a vida, nao para a morte!
Water for life, not for death!

3
Apéndice 5

Doce razones para excluir a las


grandes hidroeléctricas
de las iniciativas renovables
Erradicar la pobreza y reducir el calentamiento global son dos de los retos más
grandes que enfrenta el mundo en el siglos XXI. La urgente necesidad de resolver
estos desafíos ha llevado a varias iniciativas internacionales a estimular el uso de
energías renovables. A pesar de que el objetivo general de estas iniciativas
merece ser apoyado fuertemente, éstas pueden ser contraproducentes si son
convertidas en un instrumento para impulsar megaproyectos de hidroenergía, tal
como trata de promover la industria constructora de grandes hidroeléctricas.

Las iniciativas recientes para la promoción de energía renovable tienen tres


objetivos:

• Apoyar el desarrollo sostenible en los países en vías de desarrollo, en


particular para ayudar a que se cumplan los Objetivos de Desarrollo de la
ONU para el Milenio.1
• Reducir el impacto ambiental de la producción y consumo energéticos.
• Aumentar la seguridad energética.

Como explica este artículo, los grandes proyectos hidroenergéticos fallan al no


cumplir estos tres criterios. Los proyectos de grandes represas hidroeléctricas
también representan una amenaza al captar una gran parte de los fondos
especiales designados para la promoción de energías renovables, impidiendo así
la expansión de tecnologías limpias y sustentables. Es imperativo entonces que
los proyectos de grandes hidroeléctricas sean excluidos de cualquier iniciativa
para la promoción de energía renovable, en particular de la Coalición de Energía
Renovable de Johannesburgo, la conferencia “Renovables 2004” en Bonn y los
proyectos de comercio de carbón del Protocolo de Kyoto.

Doce razones para excluir a las grandes represas hidroeléctricas de las


iniciativas renovables:

El aumento de grandes represas hidroeléctricas perjudicará el desarrollo


sostenible.
1. Las grandes hidroeléctricas no producen el beneficio de la reducción de la
pobreza que sí producen los proyectos renovables descentralizados.
2. Las grandes hidroeléctricas al ser incluidas en las iniciativas renovables
agotarán los fondos para los nuevos proyectos de energías renovables.
3. Los promotores de grandes hidroeléctricas normalmente subestiman los
costos y exageran los beneficios.
4. Las grandes hidroeléctricas aumentarán la vulnerabilidad al cambio climático.
5. Las grandes hidroeléctricas no producen el beneficio de la transferencia de
tecnología.
El aumento de grandes hidroeléctricas perjudicará a las personas y a los
ecosistemas.
6. Los grandes proyectos hidroeléctricos causan grandes impactos sociales y
ambientales negativos.
7. Los esfuerzos para mitigar los impactos de las represas habitualmente fallan.
8. La mayoría de los promotores y financiadores de las grandes represas
hidroeléctricas se oponen a adoptar medidas para prevenir la construcción de
proyectos destructivos.
9. Los grandes embalses pueden emitir cantidades significativas de gases de
efecto invernadero.
El aumento de grandes hidroeléctricas perjudicará la seguridad energética.
10. La construcción de las grandes hidroeléctricas es lenta, complicada, inflexible
y cada vez más costosa.
11. Muchos países ya son demasiado dependientes de la hidroenergía.
12. Las grandes hidroeléctricas resultan ser no renovables debido a la
sedimentación.

Antecedentes

La presión global para las renovables

Las iniciativas globales sobresalientes para la promoción de energías renovables


son la Coalición de Energía Renovable de Johannesburgo, CERJ (JREC por su
sigla en inglés) y la conferencia intergubernamental que tendrá lugar en Bonn,
Alemania, en junio del 2004. La CERJ fue lanzada por la Unión Europea en la
Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible (CMDS), en Johannesburgo en
septiembre de 2002. En junio del 2003, alrededor de 80 países ya formaban parte
de la coalición.

El Canciller Gerhard Schröder anunció en la CMDS en Johannesburgo que


Alemania auspiciaría una gran conferencia en 2004 para revisar el avance
internacional en torno del cumplimiento de los objetivos para el desarrollo de las
energías renovables. La conferencia de Bonn “Renovables 2004” se anuncia como
“el primer hito importante para revisar los avances de la Coalición”. Los
encuentros regionales preparatorios se planearon para realizarse en Brasil, India,
Kenia y Berlín.

El desarrollo y los beneficios ambientales de las energías renovables


descentralizadas

2
Cerca de dos billones de personas en los países en vías de desarrollo,
mayormente en áreas rurales, no tienen acceso a los servicios de energía
modernos. El ochenta por ciento de los africanos sub-saharianos no tienen
electricidad. El acceso a los servicios de energía básicos y limpios – incluyendo a
las tecnologías no eléctricas, tales como biogás, estufas y cocinas mejoradas y
pequeñas plantas hidroeléctricas destinadas al uso de fuerza mecánica-, es
esencial para la erradicación de la pobreza. Estos servicios también pueden traer
grandes beneficios en las áreas de salud y educación. Al mismo tiempo el mundo
se enfrentará con una catástrofe climática si la tendencia de consumo actual de
combustibles fósiles continúa como hasta hoy.

Afortunadamente existen muchas tecnologías renovables nuevas (ver cuadro) que


pueden proveer energía limpia, apropiada y eficiente para los más
desposeídos mundialmente, ayudando así a erradicar la pobreza sin
ocasionar costos para el ambiente. La comprensión del potencial de estas
tecnologías renovables es vital si vamos a cumplir con los Objetivos de Desarrollo
de la ONU del Milenio de erradicar la extrema pobreza y hambruna para el año
2015 y revertir la degradación ambiental.

Nuevas Renovables

Los Ciudadanos Unidos por la Energía Renovable y la Sustentabilidad (CURES en


inglés), una coalición internacional de ONGs creada en octubre de 2003 como
parte de la preparación para la conferencia Renovables 2004, define a las nuevas
energías renovables incluyendo: “Biomasa moderna, hidroeléctricas pequeñas
según la CMR (máximo 10 MW, mecánicas o eléctricas), geotérmica, eólica,
toda la solar, mareas, olas y otras energías marinas. La biomasa moderna incluye
el uso mejorado de la biomasa tradicional, tal como estufas eficientes que no
producen humo, así como la generación de electricidad, producción de calefacción
y combustibles líquidos del carbón neutral y de bajo insumo, y fuentes sostenibles
de biomasa”. Fuente: www.ee-netz.de/cures.html

El lobby por las grandes hidroeléctricas

En la CMDS, los gobiernos con grandes planes de desarrollo hidroenergético


presionaron fuertemente para que se reconociera a las grandes hidroeléctricas
como renovables. Tuvieron éxito al insertar la frase “tecnologías energéticas
renovables, incluyendo a las hidroeléctricas” en una oración sobre la
diversificación de energía en el Plan de Implementación2 de la Cumbre. La
industria de las grandes represas recalca a menudo que la expresión de la CMDS
no establece diferencia entre hidroeléctricas grandes y pequeñas – a pesar de que
esta diferenciación es usual en las discusiones de energías renovables. La
Asociación Internacional de Hidroenergía, el Banco Mundial y otros promotores de

3
grandes hidroeléctricas están usando ahora esta frase con el fin de presionar para
que las grandes hidroeléctricas se beneficien de las iniciativas renovables.3

Hidroeléctricas pequeñas vs. grandes hidroeléctricas

Cada planta hidroeléctrica es única en su diseño, ubicación e impactos. Aunque


no existe una relación directamente proporcional entre la capacidad instalada de
una planta hidroeléctrica y sus efectos, en general se pueden esperar mayores
impactos a medida que el tamaño del proyecto aumenta.

Las pequeñas represas implementadas responsablemente pueden producir bajo


impacto ambiental y social, y proveer muchos de los beneficios de las nuevas
alternativas energéticas renovables, en particular proporcionar energía y
beneficios de desarrollo para comunidades rurales dispersas.

Sin embargo, si estas pequeñas hidroeléctricas son mal implementadas al no


respetar las necesidades de la comunidad y al causar impactos en los ríos y
corrientes, pueden repetir muchas de las consecuencias negativas de los grandes
proyectos. Los impactos acumulados de los proyectos múltiples de pequeñas
hidroeléctricas sobre pequeñas cuencas causan preocupación. Es por esto
imperioso que las propuestas de pequeñas represas sean cuidadosamente
evaluadas caso por caso.

La naturaleza de la ubicación específica de las hidroeléctricas quiere decir que ha


sido difícil llegar a un acuerdo internacional sobre el límite del tamaño de una
pequeña hidroeléctrica. De acuerdo con la Asociación Internacional de Pequeñas
Hidroeléctricas, un límite de hasta 10 MW de capacidad “por lo general se está
aceptando”. La Asociación Europea de Pequeñas Hidroeléctricas y el Grupo de
Trabajo de Energía Renovable de la Agencia Internacional de Energía también
definen a las pequeñas hidroeléctricas como de menos de 10 MW. Es entonces
lógico usar este límite máximo de 10 MW en la tarea de promover la energía
renovable.

Para asegurarse de que los proyectos de pequeñas hidroeléctricas produzcan


bajos impactos y cumplan con las prioridades de la comunidad, se impone que
todos los proyectos de pequeñas hidroeléctricas se planeen, construyan y operen
siguiendo las recomendaciones de la Comisión Mundial de Represas (CMR),
organismo patrocinado por el Banco Mundial (BM) y la Unión Mundial para la
Naturaleza (UICN).

4
Nota sobre las estadísticas globales de represas

No se han hecho estimaciones sobre los impactos acumulativos de los proyectos


hidroeléctricos más grandes del mundo, aunque están disponibles las
estimaciones de los impactos globales causados por las grandes represas.
Aunque las grandes y pequeñas hidroeléctricas se definen teniendo en cuenta su
capacidad de generación energética, las represas grandes y pequeñas también se
definen de acuerdo con su tamaño físico. El criterio clave para la definición de una
represa grande es que tiene que tener por lo menos 15 metros de altura. La gran
mayoría de las plantas hidroeléctricas tienen una gran represa – pero la gran
mayoría de las grandes represas fueron construidas con propósitos diferentes a la
generación de energía, o sea que no son proyectos hidroeléctricos.

Según las estadísticas de la industria de represas utilizadas por la Comisión


Mundial de Represas, alrededor de 5.300 (11%) de las 48.000 grandes represas
del mundo fueron construidas solamente para la producción de energía
hidroeléctrica. Unas 13.300 (28%) fueron construidas para cumplir más de una
función. Muchas de estas represas de usos múltiples, especialmente las más
grandes, tienen una función hidroeléctrica, aunque el porcentaje exacto no ha sido
calculado. La producción de hidroenergía es casi siempre un componente de las
grandes represas, las cuales han desplazado a un gran número de personas y
causado enormes impactos ambientales.

DOCE RAZONES

El aumento de las grandes represas hidroeléctricas perjudicará el desarrollo


sostenible.

1) Las grandes hidroeléctricas no producen el beneficio de reducción de


pobreza que sí producen los proyectos renovables descentralizados.

La Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas ha identificado el


acceso a los servicios energéticos sostenibles como un elemento esencial del
desarrollo sostenible. La Comisión establece que para implementar los Objetivos
de Desarrollo de la ONU para el Milenio, en el 2015 la proporción de personas
que viven con menos de un dólar al día tengan “acceso a servicios de energía con
un costo asequible como prerrequisito”.

Entre los beneficios más importantes que producen las energías renovables, como
la eólica, solar, biogás y las plantas hidroeléctricas pequeñas, está el hecho de
que pueden ser construidas como ”energía eléctrica descentralizada” –unidades
pequeñas geográficamente dispersas construidas cerca del usuario. Esto minimiza
los costos de transmisión y la dependencia de la red de distribución, y despliega
los beneficios del desarrollo económico en el ámbito local por la construcción del

5
proyecto y el acceso a la energía. La energía eléctrica descentralizada permite
incrementar nueva capacidad de acuerdo a la demanda, consta de requisitos más
bajos para la inversión de capital y su construcción es mucho más rápida que en
el caso de los proyectos centralizados.

Los beneficios distribuidos de estos proyectos, así como el poder usar los
recursos locales, significa que a menudo estas iniciativas son la mejor opción para
abastecer de energía a las poblaciones de bajos ingresos, dispersas en áreas
rurales en los países en vías de desarrollo. Cuatro quintos de los dos billones de
personas sin acceso a electricidad y otros servicios modernos de energía eléctrica
viven en esas áreas.

La naturaleza de las grandes hidroeléctricas –capital intensivo, construcción


demorada, centralizada, dependiente de los grandes centros de demanda y
grandes, caras y a menudo ineficientes redes de transmisión-, significa que ésta
es particularmente inapropiada para suplir las necesidades de las áreas
desabastecidas y rurales.

En muchos países de bajos ingresos, especialmente en África, los ministerios de


Energía, con el apoyo de agencias extranjeras, han destinado grandes cantidades
de los presupuestos estatales, fondos de ayuda y recursos institucionales para la
construcción y manejo de grandes proyectos hidroeléctricos. Sin embargo, las
redes de distribución han carecido de inversión. Cerca del cuatro por ciento del
territorio de Ghana está inundado bajo el embalse más grande del mundo – y sin
embargo el 70% de los ghaneses no tienen acceso a la electricidad. El segundo
embalse más grande del mundo en volumen es el de Kariba, compartido por
Zambia y Zimbawe. Pero sólo un quinto de los zambianos y un cuarto de los
zimbawenses tienen electricidad. El Paraguay es dueño de la mitad de Itaipú, la
planta hidroeléctrica más poderosa del mundo, sin embargo la mitad de los
paraguayos no tienen electricidad.

Los altos costos de los grandes proyectos de hidroeléctricas han propiciado en


muchos casos la corrupción entre las elites de los países dependientes de
hidroelectricidad y especialmente en América Latina donde son responsables de
una importante proporción de la deuda externa. En todos los países, excepto
los grandes desarrollados, el planeamiento e implementación de los
proyectos de grandes hidroeléctricas está dominada por consultores y
contratistas extranjeros. La mayoría de los sectores de bajo ingreso
económico de estos países reciben poco o nada de los beneficios de los
proyectos de grandes hidroeléctricas.

2) Las grandes hidroeléctricas, al ser incluidas en las iniciativas


renovables, agotarán los fondos para los nuevos proyectos de
energías renovables.

6
Las grandes plantas hidroeléctricas se encuentran entre las obras de
infraestructura más caras del planeta; los proyectos más grandes llegan a costar
mil millones y hasta decenas de mil millones de dólares. Incluir subsidios para
grandes proyectos de hidroeléctricas en las iniciativas renovables, podría agotar
los fondos disponibles para promover las energías renovables.

Los proyectos identificados para ser considerados dentro del Mecanismo de


Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto (MDL, CDM en inglés) ilustran cómo las
grandes represas pueden captar una gran parte de los fondos disponibles para
promover las energías renovables.4 Un sólo proyecto hidroeléctrico en
Mozambique, la represa de Mphanda Nkuwa, de 1.300 MW, está proponiendo
vender siete millones de toneladas de créditos de carbono por año bajo el MDL.
Durante 21 años, el período máximo durante el cual se puede supuestamente
reclamar la reducción de emisiones, Mphanda Nkuwa generaría créditos por 147
millones.

Mphanda Nkuwa, al precio actual del carbono (3-5 dólares/tonelada) absorbería


de 441 a 735 millones de dólares durante 21 años de los fondos disponibles para
comprar créditos de reducción de emisiones. Como comparación, el Fondo
Prototipo de Carbono del Banco Mundial, el mayor comprador institucional de
créditos de carbono, tiene un máximo de 180 millones de dólares para financiar
adquisiciones de carbono.

Los 24 nuevos proyectos de energías renovables que actualmente están en el


proceso de solicitar créditos por el Mecanismo de Desarrollo Limpio, generarán
todos juntos 17 millones de créditos en 21 años. Haciendo una extrapolación del
tamaño de los proyectos de renovables en el portafolio del MDL, da como
resultado que la represa de Mphanda Nkuwa generaría créditos que podrían haber
servido para apoyar 206 proyectos de energías renovables.

3) Los promotores de grandes hidroeléctricas normalmente subestiman


los costos y exageran los beneficios.

El subestimar constantemente los costos y exagerar los beneficios de los grandes


proyectos hidroeléctricos hace que propuestas económicamente inviables
aparezcan como viables y da ventajas injustas a los proyectos de grandes
hidroeléctricas cuando se está evaluando su viabilidad en comparación con otras
opciones de generación.

Una investigación del Banco Mundial publicada en 1996 reveló que el sobrecosto
ajustado a la inflación de 66 hidroproyectos financiados por el Banco desde los
años sesenta en promedio es el 27%. El sobrecosto promedio de los proyectos de
energía térmica resultó un 6%; y de una muestra de más de 2.000 proyectos de
desarrollo de todo tipo, el 11%.5

7
Los proyectos multipropósito, muchos de los cuales incluyen componentes
hidroeléctricos, parecen acarrear aun más sobrecostos que los proyectos
hidroeléctricos con un propósito único: la CMR obtuvo como resultado de un
estudio de 45 grandes represas multipropósito un promedio de 63% de
sobrecostos. Nada indica que la industria esté mejorando su habilidad de estimar
los costos –la represa estudiada más recientemente en detalle por la CMR, el gran
proyecto hidroeléctrico de Pak Mun terminado en 1994, tenía un 68% de
sobrecostos.

El número de personas que requieren de reasentamiento o compensación por la


pérdida de tierras, hogares, trabajo y fuentes de subsistencia también ha sido
normalmente subestimado. Una revisión interna del Banco Mundial publicada en
1994 estudió proyectos que, de acuerdo con los documentos de planeamiento,
causarían el desplazamiento de 1,34 millones de personas (el 63% de ellas
serían desplazadas por represas). De acuerdo con los resultados de la revisión,
aproximadamente dos millones de personas fueron desplazadas.6

Una revisión sobre los reasentamientos realizada por el Banco Mundial en 1994 y
los hallazgos de la Comisión Mundial de Represas demuestran la existencia de un
patrón consistente de exclusión de grupos importantes de personas en los costos
sociales estimados de los proyectos. Los números de estos grupos afectados y no
compensados pueden llegar a ser mayores de los que oficialmente se denomina
“afectados”. La CMR concluye que muchos de los complejos impactos sociales
negativos de las represas “son frecuentemente –aun hoy en día– no reconocidos o
considerados en el proceso de planeamiento y algunos permanecen ignorados
durante la operación del proyecto”.

Aunque los costos de todo tipo son usualmente mucho más altos de lo que se
predice, los beneficios demuestran haber sido bajos. De las 63 represas grandes
con un componente de hidroenergía revisadas por la CMR, 35 generaron menos
energía de lo que habían anunciado. De las represas que cumplieron sus objetivos
de generación, un cuarto pudo cumplir este propósito al costo de aumentar la
capacidad instalada originalmente planeada. Los números de la CMR
posiblemente dan resultados conservadores sobre el bajo nivel de operación de
las represas, puesto que la mayoría de los datos usados en este análisis
provienen de los operadores de represas y no fueron verificados
independientemente.

La CMR analizó los informes de evaluación de proyectos desarrollados por los


bancos multilaterales de desarrollo. De las 20 grandes represas hidroeléctricas
evaluadas, 11 fracasaron al no cumplir con sus objetivos económicos. Nueve de
las 20 obtuvieron una tasa interna de retorno económico (TIRE, EIRR en inglés)
menor al 10%. Los proyectos de infraestructura de los países en vías de desarrollo
se juzgan como aceptables usualmente si cumplen con una TIRE de más de 10-
12%. La CMR encontró que los proyectos multipropósito cumplen sus objetivos en
menor proporción que los proyectos de propósito único.

8
Las evaluaciones de los bancos de desarrollo se hacen después de finalizar la
construcción del proyecto o sólo unos años después. Así, incorporan los efectos
de los sobrecostos y los resultados iniciales de la operación, pero no incluyen el
funcionamiento a largo plazo; algo que ha sido señalado por la CMR. También es
posible que estos estudios reflejen su predisposición a conducir sus propias
evaluaciones. Aun más, las argumentaciones ignoran muchos de los impactos
sociales y ambientales negativos de los proyectos.

Los promotores de las grandes hidroeléctricas afirman que los proyectos que ellos
realizan lucirían más atractivos para los accionistas y la sociedad en general si las
funciones de los embalses que no tienen que ver con la hidroeléctrica fuesen
incluidas en las evaluaciones de los proyectos. Sin embargo, como lo ha hecho
ver la CMR, los proyectos multipropósito demuestran aun peor rendimiento que los
proyectos construidos únicamente para hidroenergía. Una de las razones es el
conflicto entre los diversos propósitos del proyecto, por ejemplo entre la necesidad
de almacenar agua para el riego y la necesidad de soltar agua para la generación
de energía. Otra razón es el rendimiento extremadamente pobre en términos
técnicos y económicos de los proyectos de grandes represas para el regadío y el
abastecimiento de agua.7

Los operadores de los proyectos multipropósito raramente obtienen beneficios del


control de inundaciones que podrían proveer a las comunidades aguas abajo de la
represa. Sin embargo, tampoco están exentos de pagar los costos de los daños
causados por las inundaciones que regularmente provocan las represas, por
razones que incluyen mal manejo operacional e incapacidad de retener las
crecidas extremas.

El rápido desarrollo de las nuevas energías renovables indica que son


frecuentemente una mejor opción para la generación de energía que las
grandes represas. De forma similar, los cambios en las tecnologías y
actitudes indican que las alternativas a las grandes represas son ahora
frecuentemente la mejor opción para el riego, almacenamiento y provisión
de agua, y control de inundaciones.

4) Las grandes hidroeléctricas aumentarán la vulnerabilidad al cambio


climático.

La urgente necesidad de disminuir la vulnerabilidad de las sociedades al cambio


climático está recibiendo cada vez más atención de parte de los gobiernos y las
agencias internacionales. Parece ser que la consecuencia más grave del
calentamiento global para los humanos no será un clima más cálido, sino los
cambios en el patrón de comportamiento de la lluvia y la nieve, que será producto
del calentamiento del planeta. Ya estamos sufriendo un gran número de
reacciones sin precedentes y de gran intensidad, como inundaciones extremas,

9
sequías y las dificultades que éstas traen consigo, y se espera que esta situación
empeore aún más en el futuro.

Las grandes plantas hidroeléctricas se construyen suponiendo que los


comportamientos hidrológicos del pasado pueden ser usados para predecir con
precisión la futura producción de energía y la magnitud de las crecidas que
pudieran amenazar la seguridad de las represas. Ésta ha sido siempre una
premisa engañosa –el principal motivo por el que las plantas hidroeléctricas fallan
es porque sus promotores han cometido errores al calcular incorrectamente las
sequías en sus pronósticos de energía–, que ahora resultan claramente no ser
válidos. El futuro traerá inundaciones y sequías extremas, y sumamente difíciles
de predecir, que batirán los récord históricos, empeorando continuamente a
medida que el planeta se caliente.

Los promotores de las grandes hidroeléctricas actualmente no toman en cuenta el


cambio climático en sus planes. Si lo hicieran, las represas tendrían que tener
mayor capacidad para soportar inundaciones de una manera segura y los diseños
para la producción de energía tendrían que tener en cuenta la posibilidad de
sequías extremas. Estos factores aumentarían los costos y reducirían los
beneficios, y por lo tanto se reduciría la viabilidad económica de estos gigantescos
proyectos.

Las sequías traen muchas dificultades económicas y sociales, especialmente en


los países pobres, con gran dependencia de la agricultura. La dependencia de las
hidroeléctricas implica que la sequía también puede ocasionar escasez de energía
en momentos en que la economía ya se ve afectada por la baja producción de
alimentos y la menor ganancia por exportaciones. El construir más
hidroeléctricas grandes sólo hará más difícil la tarea de adaptarse al cambio
climático.

5) Las grandes hidroeléctricas no producen el beneficio de la


transferencia de tecnología.

Un argumento muy importante de los fondos mundiales para las energías


renovables y los mecanismos del comercio de carbono es que éstos pueden
promover la transferencia de tecnologías nuevas y mejoradas del norte al sur.
Este argumento no es aplicable para las grandes hidroeléctricas, ya que la
tecnología está bien establecida en los países del sur y no se han observado
avances tecnológicos significativos en las décadas recientes, ni se esperan en el
futuro.

Los promotores de las energías renovables también argumentan que se necesita


apoyo del gobierno para ayudar a aumentar la producción y abaratar el costo por
unidad de las nuevas tecnologías. Esto no se aplica a las grandes hidroeléctricas
porque ésta era ya una tecnología antigua a principios del siglo veinte.

10
El aumento de grandes hidroeléctricas perjudicará a las personas y a los
ecosistemas.

6. Los grandes proyectos hidroeléctricos causan grandes impactos


sociales y ambientales negativos.

De acuerdo con la Comisión Mundial de Represas (CMR), los beneficios derivados


de las represas “han sido considerables”. Sin embargo, “en muchos casos la gente
desplazada, las comunidades aguas abajo, los contribuyentes y el ambiente han
pagado un precio inaceptable y a menudo hasta innecesario para asegurar estos
beneficios”. La CMR calculó que este precio “inaceptable” incluye:

• Cuarenta a ochenta millones de personas desalojadas forzosamente de sus


hogares para construir las 48.000 grandes represas.

• Muchos de los desplazados nunca recibieron ninguna forma de


compensación y “cuando ésta se brindó, la misma fue a menudo
inadecuada”, de modo que “aquellos que fueron reubicados raramente
recuperaron sus modos de vida”.

• No se sabe el número de personas que perdieron sus tierras, formas de


vida y acceso a los recursos naturales, ni aquellos que se enfermaron
debido a los impactos causados río abajo y a otros impactos indirectos de
las represas, pero han sido ciertamente millones de personas.

• “Los pueblos indígenas, las tribus y las minorías étnicas vulnerables han
sufrido niveles desproporcionados de desplazamientos e impactos
negativos en sus modos de vida, cultura y existencia espiritual”, destaca la
CMR. Las mujeres han “soportado frecuentemente de forma
desproporcionada los costos sociales y han sido a menudo discriminadas a
la hora de compartir los beneficios”.

• El sesenta por ciento de la longitud de los sistemas hídricos más grandes


del mundo está alta o moderadamente fragmentada por represas, trasvases
entre cuencas y desviaciones para el riego. Esta alteración masiva del
hábitat ribereño es una de las razones más importantes que ha conducido a
la rápida pérdida de la biodiversidad de agua dulce. Se estima que hasta un
35% de los peces de agua dulce están extinguidos, en peligro o son
vulnerables. También se piensa que corren riesgo un número desconocido
de mariscos, anfibios, plantas y pájaros que dependen de los hábitat de
agua dulce.

• Los embalses inundan los bosques y otros ecosistemas terrestres y


ribereños, incluyendo hábitats irrecuperables para las especies en peligro
de extinción. Las represas “alteran la distribución natural y la corriente del
agua”, comprometiendo de esta forma “los aspectos dinámicos de los ríos

11
que son fundamentales para mantener el carácter de los ecosistemas
acuáticos; bloquean la migración de las especies y reducen la producción
en las áreas ribereñas río abajo, planicies de inundación y delta de los ríos”.

7) Los esfuerzos para mitigar los impactos de las represas habitualmente


fallan.

De acuerdo con la CMR, aun cuando los promotores de represas reconocen los
impactos y éstos se consideran en los planes de mitigación, estos planes
“habitualmente no pueden resolver los problemas causados por la decisión de
construir una gran represa”. La CMR señala que incluso cuando se otorga
compensación, ésta es a menudo inadecuada y que aun cuando se reconoce que
la gente necesita ser reasentada, muy raras veces estas personas consiguen que
sus modos de vida sean restaurados. La CMR también encontró que:

“Hay una relación clara entre la magnitud de los desplazamientos y la capacidad


de recuperar y rehabilitar los modos de vida de una forma adecuada. Cuanto más
grande sea el número de desplazados es menos probable que las formas de vida
pueda ser restablecidas.”

La CMR encontró información similar en la mitigación de los impactos


ecosistémicos causados por las grandes represas; muchos impactos pasan
inadvertidos y subestimados, y las medidas que se recomiendan para
prevenir o reducir los impactos frecuentemente fracasan.

8) La mayoría de los promotores y financiadores de las grandes


hidroeléctricas se oponen a adoptar medidas para prevenir la
construcción de proyectos destructivos.

La CMR ha desarrollado criterios para los procesos del planeamiento hídrico y


energético que pueden ayudar a prevenir la construcción de proyectos de
hidroenergía destructivos, promover la implementación de mejores alternativas y
reducir el impacto de proyectos existentes. Puesto que la implementación de las
recomendaciones de la CMR significaría la construcción de pocas represas,
muchos promotores de hidroeléctricas han atacado fuertemente la credibilidad de
la CMR y han hecho lobby para evitar la aplicación de las recomendaciones.

La respuesta del Banco Mundial a la CMR ha sido especialmente controversial.


Algunos oficiales del Banco han adherido ampliamente el informe, mientras que
otros han alentado activamente a los gobiernos y otros financiadores a oponerse
al mismo. La última estrategia sobre recursos hídricos del Banco Mundial, dada a
conocer en febrero de 2003, anuncia que el Banco revisará la disminución de
financiación para los proyectos de grandes represas, aun cuando había prometido
incorporar las recomendaciones de la CMR en sus políticas.

12
Hasta que la CMR hizo público su informe en noviembre del 2000, las únicas
normas internacionales existentes en lo que se refiere a los aspectos sociales y
ambientales de la construcción de represas fueron aquellas contenidas en las
“políticas preventivas” del Banco Mundial. Los esfuerzos para presionar al BM de
modo que implemente esas normas han reducido el número de grandes proyectos
hidroeléctricos financiados por esa entidad en años recientes. Aun así, las
políticas preventivas, como lo advierte la CMR, son insuficientes en su contenido y
aplicación para prevenir los principales problemas de los proyectos del Banco
Mundial. Sin embargo, el Banco no sólo se está rehusando a usar las
recomendaciones de la CMR de reforzar las políticas preventivas, sino que está
buscando debilitar el contenido y la aplicación de estas políticas.

El deseo del Banco de diluir sus propias políticas está siendo promovido por la
industria de grandes hidroeléctricas. Recientemente el Consejo de Energía
Hidroeléctrica para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos ha intentado
debilitar las políticas preventivas a fin de que los constructores de hidroeléctricas
no necesiten emprender “largos y caros estudios ecosistémicos y de mitigación”.8

A menos que las recomendaciones de la CMR sean adoptadas por el Banco


Mundial y otros financiadores y constructores de represas, no existe
ninguna razón para esperar que las grandes hidroeléctricas en el futuro sean
menos dañinas y con mejor rendimiento que aquellas del pasado.

9) Los grandes embalses pueden emitir cantidades significativas de


gases de efecto invernadero.

Los científicos han estudiado más de 30 embalses y en todos han encontrado


emisiones. En países tropicales, varias de las plantas hidroeléctricas estudiadas
parecen causar mucho más impacto para el calentamiento global que plantas de
gas natural que generan iguales cantidades de electricidad. La incidencia sobre el
calentamiento global debido a las grandes hidroeléctricas fuera de los trópicos
parece ser significativamente menor que la electricidad generada por combustibles
fósiles, aunque no tan insignificante como se suponía.

Los embalses emiten gases de efecto invernadero debido a la descomposición de


la materia orgánica: la vegetación y tierra inundadas cuando se crea el embalse,
las plantas que crecen en el embalse y el detritus que llega desde la cuenca alta
del río. Los gases son emitidos desde el embalse y cuando se suelta el agua a
través de las turbinas y vertederos.

Las emisiones brutas de las hidroeléctricas son las que surgen directamente de la
superficie del embalse y de la represa. Pero el impacto real de una represa sobre
el clima global depende de las emisiones netas. Éstas son calculadas
considerando las fuentes preexistentes y los sumideros de gases de invernadero
en la cuenca.

13
La ciencia que cuantifica las emisiones en los embalses es aún joven y tema de
mucho debate. Las controversias incluyen discusiones sobre cuáles son los
mejores métodos para medir las emisiones del embalse, cómo calcular el impacto
de las represas en las fuentes de carbón y los sumideros en toda la cuenca, y
cómo comparar las emisiones de las hidroeléctricas con las de los combustibles
fósiles.9

El aumento de grandes hidroeléctricas perjudicará la seguridad energética.

10) La construcción de las grandes hidroeléctricas en lenta, complicada,


inflexible y cada vez más costosa.

Los grandes proyectos hidroeléctricos toman mucho más tiempo para su


construcción que otro tipo de plantas energéticas. Entre otras razones, por su gran
escala, por el hecho de que cada sitio de ubicación es único y requiere diseños
específicos, y por la oposición que invariablemente provocan. La construcción de
las grandes hidroeléctricas usualmente también toma mucho más tiempo que lo
estimado en los estudios de factibilidad. Cuarenta y nueve proyectos de
hidroeléctricas revisados por un estudio del Banco Mundial publicado en
1990, demostró que para terminar la construcción se demoró un promedio
de cinco años y ocho meses –14 meses más que el promedio estimado
antes de iniciarse las obras. Las turbinas eólicas y los paneles solares,
comparativamente, pueden empezar a funcionar y devolver los préstamos a
los pocos meses de entrar en construcción.

Al igual que la fase de construcción de los proyectos hidroeléctricos, la fase de


planeamiento es también mucho más larga en comparación con la de los
proyectos renovables. El gobierno de Uganda tomó la decisión de construir la
represa de Bujagali en 1994, y después de una década de plantearse el proyecto
y de gastar decenas de millones de dólares aun no ha entrado en la fase de
construcción. La represa de Nam Theun 2 ha sido promovida por el Banco
Mundial desde 1989 y también, después de voluminosos estudios y a un gran
costo en recursos humanos y financieros, el proyecto no ha podido concretarse.
Ambos proyectos han sido promovidos por el Banco Mundial como modelos de
buena implementación de hidroenergía.

Las grandes hidroeléctricas también contrastan marcadamente con las nuevas


energías renovables en términos de lo que los planificadores llaman “disparidad”.
Las grandes plantas hidroeléctricas por definición incrementan la capacidad de las
redes cuando están completas, un problema especialmente para las redes con
capacidad relativamente pequeña que es común en muchos países en vías de
desarrollo. Si existe una demanda para aumentar súbitamente la nueva
capacidad, por lo general esto quiere decir que ha habido escasez de energía
antes de que termine de construirse la hidroeléctrica –si la escasez no se produce,
lo más probable es que la generación total de la represa no se necesita cuando
entra en la red, habiéndose captado así inversiones para una planta no productiva.

14
Los estudios del Banco Mundial muestran que el aumento de la demanda es
habitualmente sobreestimado por los planificadores de energía, especialmente
debido a los grandes períodos de tiempo que toma construir un gran proyecto
hidroeléctrico. De este modo, las grandes hidroeléctricas han producido
frecuentemente excesos de capacidad en las redes. Es preferible, en términos
económicos y de planeamiento energético, aumentar la capacidad con
pequeños incrementos para compensar la demanda creciente.

Otro contraste con los beneficios de las nuevas energías renovables es la


inflexibilidad de la ubicación de las grandes plantas hidroeléctricas. Muchos de los
sitios técnicamente factibles están en áreas remotas fuera de los sitios de
demanda energética, lo que significa grandes costos para las largas líneas de
transmisión –lo que también resulta en una pérdida considerable de energía.

Las grandes hidroeléctricas también padecen del problema de “falta de sitios” –los
mejores sitios para represas por lo general ya han sido ocupados en el siglo
pasado, cuando hubo un gran auge de la construcción hidroeléctrica. En contraste
con las nuevas renovables, cuyos costos por unidad están bajando, las grandes
hidroeléctricas parecen aumentar en costo. Un estudio del Banco Mundial
realizado en 1990 sobre la economía de la hidroenergía encontró que el costo
constante en dólares de las edificaciones de hidroeléctricas está aumentando en
un 3,5 a 4 % al año.10 El estudio concluye que la escasez de sitios fue la principal
razón para causar esta tendencia inflacionaria.

11) Muchos países ya son demasiado dependientes de la hidroenergía.

A lo ancho del mundo las grandes hidroeléctricas proporcionan el 10% o más de la


generación total en 113 países. Lo que representa por lo menos el 20% de
generación en 91 países y más de la mitad del abastecimiento total energético en
63 países. Casi todos estos países están en el hemisferio sur o en la ex Unión
Soviética.

Incluso con nuestro clima actual, muchos de los países dependientes de la


hidroelectricidad están ya experimentando escasez cuando llega la sequía. Sin
embargo, es en estos países que dependen altamente de la hidroenergía en
donde ya se ha planificado la construcción de un elevado número de nuevas
grandes represas.

Los países que han sufrido apagones provocados por las sequías y racionamiento
de energía en años recientes incluyen a Albania, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
Ghana, Guatemala, India, Kenia, Perú, Sri Lanka, Tayikistán, Vietnam, Zambia y
Zimbawe. Noruega y parte de los EE.UU. también han experimentado problemas
en el suministro de energía debido a los bajos niveles de agua en las represas.

15
El llamado que se hizo en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible en
Johannesburgo a las naciones del mundo para que se aumentara la diversificación
y seguridad energética, podría cumplirse mejor a través del manejo de la demanda
y aumentando rápidamente el uso de las nuevas energías renovables.

12) Las grandes represas resultan ser no renovables debido a la


sedimentación.

El Consejo Mundial de Energía define a las renovables como “formas de energía


que no se agotan con el uso”. Los embalses usados por grandes plantas
hidroeléctricas frecuentemente están “agotados por el uso” debido a la pérdida de
la capacidad de almacenamiento por los sedimentos. El Banco Mundial ha
calculado que, cada año, un 0,5-1% de la capacidad de embalse a nivel global se
pierde por la sedimentación. Esto significa que deberían construirse cada año
entre 240 y 480 nuevas grandes represas sólo para mantener la capacidad global
de reserva. El creciente volumen de sedimentos en un embalse podrá
eventualmente perjudicar seriamente el funcionamiento de la planta hidroeléctrica
o impedirlo completamente.

La mayor parte de la carga anual de sedimento es transportada normalmente


durante los períodos de crecidas. La mayor intensidad y frecuencia de las
inundaciones debido al calentamiento global incrementa por lo tanto los índices de
la sedimentación y la dificultad de predecirlas. También las modificaciones en la
vegetación de la cuenca debido al cambio climático podrían complicar los
esfuerzos para pronosticar los futuros niveles de sedimentación.

Hay tecnologías capaces de reducir el nivel de sedimentación en los embalses y


dragar los sedimentos ya depositados en ellos. Estas técnicas, de todas maneras,
tienen serias limitaciones por distintas razones, incluyendo que sólo sirven para
tipos específicos de represas, son prohibitivamente caras y reducen la capacidad
de la represa para generar energía.

Las grandes hidroeléctricas tampoco deberían ser consideradas sustentables


debido a los irreversibles impactos que causan, en particular la extinción de
especies, y la destrucción de los ecosistemas y las culturas humanas. Algunos de
los impactos de las grandes hidroeléctricas, por ejemplo el bloqueo de la
migración de peces y la retención de sedimentos, pueden ser considerados
reversibles sólo si las represas son desmanteladas.

Fuentes: “Renewables 2004" Conference: www.renewables2004.de; JREC:


forum.europa.eu.int/Public/irc/env/ctf/home; International Association for Small
Hydro: www.iash.info; European Small Hydro Association: www.esha.be; UN
Dams and Development Project: www.unep-dams.org y Comisión Mundial de
Represas: www.dams.org; United Nations Environment Programme Dams and
Development Project:www.unep-dams.org;Citizens United for Renewable Energy
and Sustainability:www.ee-netz.de/cures.html

16
Copublicado por: International Rivers Network (IRN), Amigos de la Tierra
Internacional (FoEI), Coalición Ríos Vivos, Grupo de Trabajo Energía del Foro
Brasileño de ONGs, CDM Watch, CEE Bankwatch Network, Rivers Watch East
and Southeast Asia (RWESA) y South Asia Network on Dams, Rivers and People
(SANDRP).

1
Ver www.developmentgoals.org.
2
Para 19 (e): “Diversify energy supply by developing advanced, cleaner, more efficient, affordable
and cost-effective energy technologies, including fossil fuel technologies and renewable energy
technologies, hydro included . . .”
3
Ver Banco Mundial, Water Resources Sector Strategy, 2003, pp. 4, 17, 22.
4
Ver CDM Investment Newsletter, No. 1-2, 2003, p. 9.
5
Bacon, R.W., et al. ,“Estimating Construction Costs and Schedules,”
World Bank Technical Paper No. 325, 1996, p. 29. Average overruns would have exceeded 27% if
four “outlier” dam projects with exceptionally large overruns had been included. Ver tambien, Dams
and Development: A New
Framework for Decision-Making, 2000, p. 41.
6
Banco Mundial, Resettlement and Development: The Bankwide Review of
Projects Involving Involuntary Resettlement 1986-1993, 1994, p. 2.
7
Ver CMR, 2000, pp. 42-49, 56-58
8
Stone, D. “Untapped Resources,” Electric Perspectives., 2002
9
Investigadores canadienses estiman que las emisiones brutas de las hidroeléctricas (sin
considerar las turbinas y los aliviaderos) promedian 10-200 g de CO2-equivalente por
kilovatio/hora generado en Canadá; y 200-3,000 gCO2-eq/kWh en los trópicos. En comparación
una planta moderna a carbón emite aproximadamente 1.000 gCO2-eq/kWh. Ver Duchemin, E. et
al. (2002) “Hydroelectric Reservoirs as an Anthropogenic Source of Greenhouse Gases,”
WorldResource Review, Vol. 14, No. 3, p. 334. Ver también CMR, “Dam
Reservoirs and Greenhouse Gases: Report on the Workshop held on February
24 & 25. Hydro-Quebec, Montreal. Final Minutes”, 2000.
10
Morrow, E.W. and Shangraw, Jr., R.F. , Understanding the Costs and
Schedules of World Bank Supported Hydroelectric Projects. World Bank
Industry and Energy Department, 1990, p. 22, ver CMR, pp. 42-49, 56-58, 2000.

17
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