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Traduccién de RICHARD J. BERNSTEI sey yOPIADO Tel 42-9285 Epuanoo L. Suknez LA RESTRUCTURACION DE LA TEORIA SOCIAL Y POLITICA e FONDO DE CULTURA ECONOMICA ‘MEXICO Fa INTRODUCCION relorma social ilustradas. Pero por otra parte se ha puesto en tela ce duda 1 posibilidad misma det discurso racional acerca de bo que sea ilustrade y lo que sea mejor. Se nos dice que tal diseurso no séln se encuentra fuera det dominio de la ciencia, sino fuera también de cualuirr forms de argumento racional. Presumiblemente, en sltimo andlisk, todas las_posicio- nies de valor son subjetivas, arbitrarias, ¢ igualmente in-usificables. No hav procedimientos de decisién racional que sean suficientet para juzgar entre rientaciones de valor opuestas Los problemas y' las tensiones resultantes no son meramente intclectisles Afectan as formas en que pensamos acerca de nosetros mismns en el mundo y conducimos nuestras vidas. Durante log aiios sesenta, esta expr riencia fundamental de autoalienacién y crisis fue compartida por muchos Algo estaba completamente errado en las formas prevalecientes de la realidad social y politica, v en las formas establecidas del pensamiento a ese respect Se wolvié critica la disparidad existente entre lo que so nos habia ensefiado 9 aceptar como las formas mas refinadas del conocimiento humane ¥ la que sentiamos en nuestra “fuero interno”. Hubo muchos excesos durante este periodo. y muchas vacilaciones, Pero no podemos olvidar grave. Muchos legaron a sentir la necesidad de un entendimiento mas pene- trante de To que habia salido mal. © de Ia forma en ave In camisa de fuerza del pensamiento establecido habia legado a dominar Ia vida humana. No bastan Ia protests superfirial y Ia polémien, Lo que se requ critica que trate de llegar a Ins raices; una revisién de lo que signifies vivir una vida racional; y una relaci6n de la teoria cen Ia prietica. Bs } historia de esta rebelién lo que quiero narrar en este trabajo. una historia cava conclusién no se ha decidide ain. 2 Philorophy I. LA TEORIA EMPIRICA Uno de los supuestos de la vida intelectual de nuestro pais es que debe haber entre nosotros algunos hombres a quienes conside- remos filésofos. politicos. Filésofos_ profes rales, sensibles al cambio filséfico, debersn ‘ocuparse de las relaciones politicas y soriay les en el nivel de generalidad més amplio posible ... Durante trescientos afios de nues- tra historia ha habido tales hombres que es: criben en inglés, desde principios del si: glo xvi hasta el sigho xx. desde Hoblyes hasta Bosanguet. Pareceria que ahora no los tene- mos ya. La tradicién se ha roto y nuestro = puesto ya no es vilido, a menos que pen: femos que a tradicién esti a punto de revivir. Por ahora, de todos mods, Ia fi- losofia politica, esti muerta Prrre Lastert, 1956! Todo el conocimiento cientifico madurn e teérico, Evidentemente, esto no significa que los hechos no importen ... Los hechos deben ordenarse en alguna forma para que pods- mos advertir sus conexiones. Cuanto mavor sea el nivel de generalidad del ordenamiento de tales hechos, mayor seri el aleance de la explicacién y el entendimiento, Es claro que sila politologia pudiera llegar a tal teoria general, nos daria un entendi- miento profundo y extenso de Ia vida pol tica, En consecuencia, no hay necesidad de indicar que tal teorfa seria eonveniente a causa de st utilidad. Lo tinico que no es evi- dente es que la formulacién de tal teoria ‘es un pasa posible y necesario en ef camino Politi and Society (primera serie). comp Peter Laslett, po si 2 26 LA TEORIA EMPIRIC ‘que conduce al conocimiento. confiable y perceptive acerca de la politica En los horizontes de la investigacién po- litica que ahora se realiza en los Estados Unidos, no puede verse tal teoria Davio Easton, 1953* Entre los numerosos motives que impulsa- ron la llamada “revolucién conduetista” en Ia politologia, dos preacupaciones grandes y potentes han desempeiado un papel impor- tante, Ambas han pertuadido a los politslo gos a alejarse de la enserianza tradicional de la politologia, y ambas han persuadido a los practicantes de la nueva. politologia dde que su nueva ciencia habria de ser una mas de las ciencias naturales ... La prime ra preocupacién fue el temor de lo que Iamé David Easton, en The Political System, el “hiperfactismo”, Los politélogos se har Dian vuelto muy a menudo meros compi- ladores de hechos referentes a los sistemas politicos, sobre todo hechios referentes a las ‘mimucias de las constitucioncs. Nadie ne- sgaba la importancia de los hechos; en efect se admitia ampliamente que una politologia esarvollada demandaria mucha mas infor macién ffctica de la que ahora poseemos. Pero se reconocia que las cienciae fisicas desarrolladas.y_prestigiosas distaban mucho de ser compilaciones de hechos; y se advir- 116 que, en si mismo, el apego les hechos resullaba enteramente inadecuade para ge- nnerar algo que pudiera aspirar al nombre de ciencia politica. La cura del “hiperfac- tismo” habria de ser la ereacién de un cuerpo teérico organizado, porque sélo la teoria nos permite clasifiear y evaluar la im- portancia de los datos ficticos adquiridos por el experimento y la observacién. Pero * David Ratton, The Political Sytem, 4 LA TEORIA EMPIRIGA ” tal teoriaatenuaria también Ia segunda preocupacién: el temor de que se tomara a los politélogos por idedlogos politicos. Por- que tal teoria habria de ser enteramente di ferente de la teoria politica “tradicional” hhabria de ser empirica y descriptiva, no ‘moral y prescriptiva. La meta era la crea- cién de un cuerpo de teoria cientifica de- bidamente validada, no la produccién de ideol Auaw Ryan, 1972 Estas paginas reflejan la opinién prevaleciente durante los afios cincuenta acerca del estado de la filosofia politica y la politologia. También proven luna perspectiva para I exploracién de la naturalera y la importancia de Ja teoria empirica en las ciencias sociales. Aunque se refieren a la filosofia politica y la politologia, podriamos citar pasajes similares que reflejan las ‘mismnas actitudes intelectuales en todo el campo de las ciencias sociales. Ha sido diferente el ritmo del desarrollo, pero todas las ciencias sociales han experimentado durante el siglo xx una declinacién de la reflexién especu- lativa y filosdfica, yun aumento del optimismo acerca de los resultados (que podrlan esperarse en cuanto se lograra un firme fundamento cientifico vy empirico, La declaracién de Laslett en el sentido de que “Por ahora, de todos ‘modos, la filosofia politica esti muerta”, resultaba provocativa pero pa recia ser la pura verdad, No podrlamos citar un solo filésofo contemporaneo ‘cuyo pensamiento politico y social mostrara la amplitud de Hobbes, Locke, Bentham, o los Mills, Ningiin contempordneo desplegaba el poder, el alcance y Ia profundidad de Montesquieu, Rousseau, Hegel 0 Marx. Laslett tenia ravén: la gran tradiciin se habia roto, aunque sugiriera débilmente que podria revivir. Pero esto no ocurria por razones superficiales ni por falta de genio crea- tivo. El rompimiento de la tradicién parecia ser la consecucncia inevitable de actitudes intelectuales profundamente arraigadas y prevalecientes en Ia vvida cultural anglosajona. Pocos pensadores anglosajones han sido postivstas * Alan Ryan, “Normal? Science or Patiical Udeology?", Philosophy, Politics and Sueiety {caarta serie), p. 86. LA TEORIA EMPIRICA rm fl sentida estricto de Comte o del Cireulo de Viena. pero all tempers mento. positivista ha ejercida na influencia profunda sobre ellos. Rasica mente. el temperament positivsta sélo reconoce dot modelos del conn: Cimiento legitimo: las ciencias empiricas o naturales y Ins diveiplinas formales tales como la légicn y las mateméticas. Toda lo que no pueda reducirse a sto, © que no pueda satisfacer los criterios severos establecides por estas disciplinas, debe verse con suspicacia. Existe la tarea del anillsis, el trabajo de aclarar las caracteristicas distintivar de estos modelos. pero el antiisi mismo es una disciplina de segundo orden, wn parisite que vive del primer frden, el de las ciencias empfricas y formales, Pocos cientificos sociales estén dispuestor a sugerir que cl estudie de lo Filosofia politica y social no tiene ningin valor. Tal estudio hitérica podria ampliar nuestia perspectiva, sugerir hipotesis empiricas para su verificacién ¥y ocasionalmente revelar observaciones agudas que puedan rescatarse. Pero Pl problema de estos grandes si fundir el hecho con el valor. los juicios descriptives con loc preseriptivos Cualquiera que pueda ser el valor de tal estudio, estos sistemas tradicionales 3 una fornmulacién sistemitica, rigurost. que permita. st temas filoséfices es st tendlencia acon sno se prest wrifieacién empirica Los cientificos sociales artodoxos Hlegaron a cantemplar la. historia de ‘cut propias disciplinas con las Tentes del positivisme, Algunos optaron por la teoria de la “separacién”. en cusos términos podia compararse lo que estaba ‘ciurrienda en el siglo xx con Jo que habia ocurrido en los siglos xv1 y sunt, cuando se eepararon las ciencias naturales y fisicas de In antigua tra- dlicién de Ia filosofia natural, Las eonsccuencias potenciales de esta nueva cera cionttfiea de Ins ciencias humanas no serian menos importantes. que Jas ocurridas ya en las ciencias fisieas. Otros se inclinaron por la. teori de Ia “continuidad”. que consideraba el nueva enfoque cientifice coma ia iracién de la promesa Iatente de In tradicién iniciada por Platén y Aris- tételes, Ambas versiones consideran que In historia dela vida intelectual pasa por la edad oscura de Ia especuilacién teoligiea, metafisica ¢ filoséfien y emerge en cl triunfo de las cieneias positivas los cientificos sociales de sus propias dis- El entendimiento que tenia ciplinas se reforraha por lo que estaba ocurriendo en ls filosofia. Una vez afianzado el trio de los primeros. positivistas 16 Jo analiticn, Io sintético. 0 lo carente de sentido. no habia un lugar tegitime para ta filo- sofia social y politica, Mahia necesidad de desmantelar exe grandiose edi ficio: separarlo en sus componentes empiricas.(sintéticos) y dofinitorios {analiticos) adecuadas. Las actitudes acerea de los aspectos normatives dle tales disciplinas variahan desde x postura més extrema y agresiva, de que todo ese denne earece de sentide « e¢ a In sumo emotive, hasta la EA CTRORIA EMPIRICN ” concepeién menos extrema de que el anilisis filostico puede aclarar por Jo menos los usos de los términos y discursos normativos. La ética debis sex desplarada por la metaética. El fildsofo debe elucidar el discurso Gtico, no hacer pronunciamientos normativos. Lo mismo ocursitia, rest miblemente, con el discurso normative apropiado para la vida social y politica. Digo “presumiblemente” porque, si bien es cierto que xe dedicé gran energia intelectual al estudio de la metaética, casi no habia ningun interés scrio en las cuestiones sociales y politicas entre los fildsofos influidos por el positivismo légico y el empirismo légico. Compartian estos [ilésofor Ja ereencia prevaleciente a la sazén en el sentido de que. una vez aclarades los problemas realmente dificiles de Ia epistemologia y a ética, podrian aplicarse estos resullados a otros problemas. La situacién no cambié al principio ni siquiera con la revolucién del “lenguaje ordinario” ocurrida dentro de la filosofia anaitica. En la pri mera oleada del movimiento del lenguaje ordinario hubo ataques severos contra ef cientificisamo excesive del postivismo ortodoxo y una sensibilidad reciente ante la complejidad, diversidad © inconvertibitidad de diferentes formas del lenguaje, asi como un entendimiento nuevo del anilisis filo fico, Ahora podsiamos afirmar que el discuro moral 0 el discurso not nativo, en términos més generales~- no era defectuow porque dejara de satisfacer los cnones del discurso cientifice, El diseurso moral exhibe st propia estructura, su propia gramatica y sus propias reglas. El filésole debe elucidar y explorar este discurso y aclarar los matices sutiles de los términos morales. Pero los filésofos del fenguaje ordinario conupartian con sus oponentes mis inctinados hacia el positivismo la consiccién de que la tarea filoséfiea adecuada es la clucidacion del discurso moral, no la formu: lacién de aseveraciones normativas disfrazadas ni la justificacién especiosa También aqui se consideraba la filosofia como una disciplina de segunds ‘orden, aunque extremadamente importante. En suma, se habla roto la tradicién de la filosofia politiea y social porque los desarrollos mis refinados y rigurosos de la filosofia anglosajona hhabjan demostrado supuestamente que no hay, ni podria haber. ninguna diseiplina racional de esa clase que genere un conocimiento genuino, Por supuesto, los cientficos. sociales ortodoxos no lamentaron ta desaparicin 6 separacién de esta tradicién, Por el contrario, la falta de desirollo cien- tifieo de sus propios campos se atribuy6 con frecuencia al influjo inhibitorio de esta tradicién y a las confusiones conceptuales que alimentaba acerca de In distinci6n categérica existente entre la teoria empirica y"la tcoria normativa En su Critica de la resin pura, Kant habia deserito con perspicacia la forma en que las mateméticas y las ciencias naturales habian experi mentado revoluciones conceptuales que las transformaron en ciencias. ge 00 LA TRORIA EMPIRICA fnuinas. Una ver ocurrida esta revolucion, las ciencias las caracter co ature exibiron ics dev diptna que madara progesvarente iver iran et erecinemo del conoiieno,humano, Low cine sales teres ca uc ha vesidoccursendo, dante cl sigo 2 una Fe0- Id andog eel ex stic dein ivi 60 toe a tp areas Gk a gre 8 oe tine Saket del que cae oeurendo, y ete opinion acer del der To" faun es etnias soles condi hhay ravoues para esperar que en los préximos cien aiios se observe lun desarrollo sin precedentes en este campo. Una razén para el optimismno ‘este respecto se encuentra en la tendencia reciente, por lo inenos entre los norteamericanos, a considerar las ciencias “Sociales” 0 conductistas ciencias naturales genuinas y no como Geisteswissenscha/t. Estrecha- ‘eta tendencia se encuentra la prictica creciente de excluit las comideraciones logicas, folkléricas y antropomérficas de la lista de factores explicativos «jue presumniblemente son ante todo conductista. En- teamente congruent con eas tend eo ercinte reconocimient ie seni cn ey oma ‘xplicin'y evar, com verfiai6n empica en cada punto, Stet tet ‘cfr Sen smentndn come pce prt, hay aes res fm spear ue lenis de la conducts experimenter pronto un Ucrell comparable sl'manifetado por ls cic Tica et epoct de Coperive. Kepler, Cali yNewton® A medida que los cientificos sociales cont oan cada ver mis en Is pone i de m1 prop ding, senian ts mcd de scat tape gies epemoligin, mre todo eae sntdon en Ue Mien conparane sgifeavamente cn la clon natuaer bin ot ict, Hyena reflte a tomer el hipracnno pero otter iflaee Cio tmabon ambi a na ccidacin dein pokion cienica de (cova ‘epitin, Lavcenticos saci paccaten se” peocyparon por te senfndn nena etente cn 38 propo campon Ya media ques for dea cna entendan ear Iv craters prods de carry el papel procs qin dtempefn en els tera Sjowian unt infucla peetom sobre ln cinco soies de metodo tog efi + Clark L. Hull, Principles of Behavior, p. 400 LA TRORIA EMPIRICA a La rasicié onropoxa: Ronnies Muon Una de las inejores proeutacionns conemporineas breves dela pesicién entifiea ‘de law dsciplinas sociales aparece en el libro de Robert Merton Social Theory and Social Structure (hay ed, esp. del FCE, 1980), En virtud de que Merton es un tedico social que ha coutibuido consderablemente a in Investigacion sociolégica y revela un conocimiento detallado del aleance lie Ins cieneing sociales una conciencia histérica de su desarrollo, su preten- theige de ln teoria constituye un excelente punto de partida para una inves: rin empitiea, Merton ha sido siempre un inteleetwal mo su concepeién de las “teorias de aleance 1 podin adoptar tranquilamente muchos tigacién, de la derado, y durante los afios cincuen intermedia” sirvié como un credo cientificos sociales diversos. Merton afronta el desafio de Is explicaciGn del desarrollo inmaduro de las cioncias sociales por comparacién con as ciencias naturales. Sostiene Gque Ta comparacién del estado. actual de Tas ciencias sociales, en particular sede In sociologia, con el de la fisica contempordnea, no es slo um Giron sino que tiende a ser un “masoquismo errado”. EI entendimiento de lt wa de la viencia puede infundir la vez humildad y una sensacién lle Mberacién, sobre todo para los optimistas que piensan que la teoria social puede lograr grandes resultados de una plumada. Este optimismo Jpgenur ignora x forma en que varios sighs de_investigacién allanaron el fenreno. para. fos grandes avances de la ciencia fisica, Es un error suponer fque todos los productos cullurales exstentes en an momento dado de |e Tstoria deben tener el misma grado de madurez intelectual” (p. 6). “Es posible que ki sciologia no esté Tata an para su Binstein porque no he ‘Aun el incomparable Newton reconocié en st fencontrado avin su Kepler 4 Social ‘Theory and Social Stoweture Wa. aparecido en tres ediciones y numeroms smpresonss ‘Se publieb por primera ver en 1949, se revis6 en, 1987, y apareié sarees evinade y ampliada en 1968. Muchos de los passes citados en mi texto te aes? ados de Ia Tntroduccién a Ts. primera ediién, donde Merton propuse ree ee gad de vorian de aleance intermedio". Esta Tntroduecién aparece tambiés eee ba de 1057. Sin embargo, cn la edicién sumenaada de 1968, Merton Seats eases au itroduecion original en. dos capitulo completo, En. exer anos huevos Merton defiende: su concepcién de toe wrorias de aleance intermedi va inches de lan erticas que se habian fortulado durante los veinte aos tran seovidony también presenta une deicripeiba més completa. de Jn posicin cientfice ere loiorts que iowa en cuenta el trabajo aparccido recientemente sobre 1a i ‘ria y te Fonfia de la ciencia, A menos que s© diga otra cox, todas Las eeferenciag wre Nations de Merton corresponden a la primera edicin de Social Theory and Social Structure 2 TA TRORIA EMPIRICA, momento la contribuciéy indispensable de la investigacion acumulads, afir- mando: ‘Si he visto mas allé, es porque me he parado sobre los hombros dle gigantes'" (p. 7) La moraleja que debe extracrse ex que si hemes de comparar Ia sociolo- ‘gia con las ciencias fisicas, resultari mds ilustradora la comparacién de! estado actual de In socilogia con el estado de las ciencias fsea en su nat rmiento. “Entre a fisica del siglo 20 y la sociologia del siglo xx se fnterponen tiles de millones de horas-hombre de investigacién sostenida, disciplinada y acumulada” (pp. 6-7). ‘Aunque subraya Merton la disparidad del desarrollo de las ciencias so- cialas y las ciencias fisicas, no duda de la posibilidad de levar a las ciencias sociales al mismo tipo de madurez cientifica. Como Hull, esti seguro de ‘que puede haber un Kepler, un Newton o un Einstein de las ciencias sociales. Su defensa de las teorias de alcance intermedio trata de ser una estrategia sensata para cl presente a fin de aproximarse a esa meta. Merton es plenamente consciente de que gran parte de la investigacién de la ciencia Social ha fluctuado entre los extremos violentos del “empirisio abstracto” y la “gran teoria”: los extremos que C. Wright Mills caricaturizara en forma brillante y criticara en forma devastadora.* Pero para poder clasificar adecuadamente las teorias de alcance intermedi debemot entender con mayor claridad la orientacién eérica de las ciencias sociales. La descripeién de actividades que hace Merton, que con frecuencia se confunde con la troria propiamente dicha, no sélo resulta muy «itil como medio de prevencién, sino también para [a localizacién de Ins funciones especificas de In teotia. No debe entenderse lt teoria como un conjunto de “orientaciones generale: hacia tos datox, sugerentes de los tipor de variables que de algiin modo deben tomarse en cuenta, y no de pronunciamientos verificables de relax iones existentes entre variables especificadas”, aunque esto corstituye “una fgran parte de lo que ahora se llama In teoria sociolégica” (p. 9). Segiin Merton, esto es poco satifactorio porque resulta demasiado amorfo. La tcorla no consiste en “puntos de vista” 0 “enfoques” La teoria que produce teoremas claros debe consistir por Jo menos en “clarog pronunciamientos verificables de las relaciones existentes entre variables especificadas”. + Bn la edicién de 1968 de Social Theory and Social Stricture, Merton extende tu lista de cientificos naturales para quienes no hay todavia equivalentes en la cien ay sociales, “Es pouble que Ix torilogia 0 est lista ain para su Einstein porque todavia no encuentra au Kepler, y= m0 digamos su Newton, Laplace, Gibbs, Maxwell fo Planck" (p. 47) ©. Wright Mill, Tho Sociological Imagination [hay ed. esp. del FCE, 1974) ceopecatmente lot capitan ? y 3 LA TRORIA EMPIRICA ‘ No debe confundirse la teoria con Ia nietodologia. Por supucso, lor cien- tios sociales deben poseer un refinamiento metodolégico. Deben saber tliat Jas téenieas estadisticas otras tSenieas cuantitativas, y diseiar experiments deben entender la naturalcea de las inferencias y los requerimientos de un Sistema teério. “Pero tal conocimiento no continent implica el contenido particular de la tcoria sociolgica” (p. 84). Una de las curiosidades de las Ciencias sqcales —al reves de Io que ocurte en [as ciencias naturaes— es el hecho de que Ia metodologia se ha convertio en un subeampo que cuenta on sus propios especialistas profesionales. La preocupacién excesiva por la Imetodologia se ha convertide a menudo en una desviacién de la tarea de Ja construecign de sistemas teorcos sustantivos. Merton comparte la opinin dde-michos cientificos pracicantes en el sentido de que las dscusiones meto- dolégicas tienen con frecuencia mejores frutos cuando surgen en rclacién con problemas de invetigarn sustantiva expecticon?™ “Tampoco debe confundise la teoria con el “andlvs de los conceptos s0- cioligicos” tales como la poscién, el papel, In Genieintchaft I interaccion social, la distancia social, Ia anomie, etedtera, La teorizacién sociologica no puede reaizare 5 ss de conceptos centrales que pueden intervenir tn up sistema teétice. Pero un anstss miscelineo de tales conceptos, que hha preocupado a tantos teérics sociales, no genera un sistema te6rico ni equivale a tal sistema, integrado por proposiciones logicamente integradas te tienen consecvencias empircas. ‘Nos aproximamos a una de Ins principales confusiones acerca de la teora cuando tomamos eradamente las “interprotaciones toiolgicas pot factum’™ {(p. 90) por Ih teoria propiamente dicha, Con frecuencia se ofrecen tales interpretaciones para explcar las observaciones, Un teérico sori divers datos, ve que este material “tiene senda o “enenja™ con una interpretacion dada, Pero Ia falacia lgica que se encuentra detris de las in- texpretaciones post fectum es la existencia de diversas hipéess rime tarias que en alguna medidas ven confirmadas o verficadas por los “hecho pero que tratan de explicar cstados de cosas opucstos y contradictorios. Lax interpretaciones y explicaciones post fectum son con frecuencia tan flexible wagat 0 abiertas, que pueden “explicar” casi cualesquier datos. Merton eft alerta a-una observacin subrayada por Peirce y reiterada en nuestra propia época por Karl Popper: las teorias cienificas deben cer refutables ¢ inva dables. no simplemente verifendae 0 confirmadas. confronts "Kal Popper subraya este punto en The Poverty of Historciam: “Los debates mis fructiferos sobre el método estan inepitados siempre por certor problemas préeticot fue encara el investigador; y cri todor lor debates sobre cl método que po denen {SI inspiracién se caracterizsm por esa atmésfera de sutilera inGtl que ha despres- fiado a Is mefodologia entre lor invesigadores prdetices” (p- 57). * LA TRORIA EMPIRICA Alguiws cientficos wacials han penside que la funcign propia de ba teoria s la formulacién de generalizaciones empiricas bien fundadas. Las genera- laaciones empiricas constituyen una condiciéa necesaria para el estableci- niento de sistemas te6ricos, pero no son suficientes. Aq. san laridad lo que entiende Ryan por la ansiedad del “hiperfactimmo”, © lo que C. Wright Mills Uamé “empirismo absteaido”. Un mito primitivo, que ha afectado profundamente la investigacién de las ciencias sociales, es 4a creencia de que lt verdadera funcién de la ciencia ex la recoleccién de datos y ta fonnulacién de generalizaciones empiricas basadas en ellos. E Siglo Xx s¢ than vuelto considerablemente més refinadss nvestras téenieas para ta recoleceién de datos. Ahora tenemos bancos ¢ insttutos de datos principal es la relinacién de las téenieas de rvcoleccién de da- nae cree con frecuencia que, si recolectamios sulicientes datos y descubrinwos cortelariones entre ells, podremos legar a esas generalizaci empiticas superiors que constituyen la ciencia genuina. Aun quienes son vagumente conscientes de que la ciencia es algo mis que la recoleci6n de datos y la formulacién de generalizaciones empiricas basadas en tales datos, eatin convencidos de que éte es el procedimiento adecuado para allanar fl terreno a las teorias nis avanzadas, Estee un “mito pri completamente falaz, a pesar de que se comparte aamplaineute y se afirma con frecuencia que Bacon y Mil lo aceptaron y propalaron. Seria dificil non bar un solo flésofo que alguna vex haya mantenido una concepeién tan sm pista de la naturalera de la ciencia, y° por supuesto no se puede alinnar fal cosa de Bacon 0 Mill, Ademés, a'pesar del desacuerdo amplio y a veces profundo que existe entre los filsofos conternporineos acerca de la natura- leea y el papel de Ia teoréa en las vieneias hay un consenso racional acerca de que la teria no consse simplemente eu generliaciones enpireas basa en Ia recolecién o la observacién de los hechos, Eta observacién seri extremadamente importante cuaudy cumideremos algunos de los desafios a la concepeién de las ciencias sociales como ciencias taturales genuinas. Muchos cientties sociales partidatios del empirsmo ine {emo estin convencidas de que estos desafios son especiotos o “earecen de fundamento”. Estos cientifcos se snuestran incrédulos cuando sus oponentes Afinman que es imposble o errada la eoleccién de datos, In bisqueda de correlaciones y la formulacién de generalizaciones empiricas verficables suge- ridas por los datos. Estin convencidos de que esto no silo puede hacerse sino que se eatd haciendo en la mejor investgacién empirica. En virtud de que sonsideran tal actividad como la quintaesencia de la exploraci6n cientiies, tuo pueden entender lo que sus oponentes encuentran tan objetable. Y pre- guntan: cémo podemos cuestionar siquiera Ia posblidad o Ja importancia de una cieneia social que ermplea técnicas de investigacién metodologicamente LA TEORIA EMPIRICA, 8 orrectas? Pero unis adelante veremos que la cuestién primordial no es la psbiidad de recoletar ¢ interpretar datos, sino la signifieacién de esta fmpresa y las inferencis que podamos obtener de ella. segura que la literatura socioldgica abunda en generalizaciones “proposciones alstadas que resunien uniformidades observadas en Tas relaciones exstentes entre dos o més variables” (p. 92). Pero “una mise celinea de tales propotciones s6lo provee Ia materia prima de la dis plina sociologica. La trea teriea y la orientacin de la invetigacién empiriea hacia la tora, se inicia cuando se establece tentativamente la influencia de tale, uniformidades sobre un conjunto de proposiciones interelacionadas” (. 92) Habiendo distinguide diversis actividades que se confunden con la teoria, Merton se dispone a explicar lo que ex Ia totia stemética, no s6lo para la seciologia sino para las ciencias sociales en general, Primero subraya que Ins geveraliziiones apropiadss para la tcoria sistemdtica differen signficaiva- mente de las yenerafizacionts emplricas miscelaneas, basadas en ba obser- vation de variables especficss, “El segundo tipo de generalizacion socio- logica, la Hamada ‘ley cientifica’, difere de Jo anterior por cuanto es una aseveracion de la invariacién derivable de una teoria” (p. $2). Como la aayoria de los cieuificos sociales, Merton ett dipuesto a conceder que no han abundade sta bora los buenos ejemplos de tales lees, aunque cree dqve “no faltan por entero” las aproximaciones de este segundo tipo de gene- ralizacion sociologica (p. 92). “Es probable que la escasez de tales leyes cu ef campo sucildgico relleje la bifurcacion prevalciente entre bx teoria ¥ 1a investigucién empirica. A pesar de los numctovos volimenes que fcupan de la historia de li teoria socioldgica, y « pear de la abundancia de investigiciones enpiricas, los soiblogus (incluyendo al autor de este libro) cde discutir los eriterios logics de lis eyes sociulgicas sin citar un tolo ejemplo que satiafaga plenainente tales erterios” (p, 92). Esta admision parece isi uni retrada de los defensores de la calidad cientfica de las disciplinas sociales, especialmente de quienes estan convencidos de que el papel de ke teoria’y a explicacin cientifia es esencialmente el mismo en tas ciencias naturales y en las ci ‘Sin embargo, Merton ofrece tn ejemplo de lo que quiere decir. Conviene consderar su ejemplo en detale, porgue suchas de las olservaciones que Merton quiere subrayar acerca de la teoriasistemitica, la explicacin cientfica y et papel de las lees cientifcas, pueden entender claramente por referencia a tal ejemplo, o sea una “reformu Incién” de la explicaciéa que da Durkheim a a diferencia de las tasas de suicidio existentes entre catélicos y protestantes.* * Una dificult que aparcee com frecuencia en la IMeratura de las clencias sociales c+ la disparidad existente entre los enunciados generale acerca de la naturslera de 36 TA TRORIA FMPIRICA, “Se ha establecide desde hace largo tiempo, como una uniformidad este ca, que en diversas poblaciones tienen los catélicos una tara de suicidio menor que los protestantes” (p. 92). En la medida en que se formule eu Gadosamente tal afirmaciin, anienteas perimanecen constantes otto Factores, élo tendremos una generalizacién empirica, que no pretendle ewunciay una invariacién, E] problema consiste en ofrecer una explicacién teérica de esta regularidad, Reiterando los supuestos teéricos de Durkheim de manera for- nal, Merton ofrece In descripeién siguiente del anilisis de Durkheim: 1, La cohesién social provee apoyo psicolégica para el agrupamiento de lov miembros sujetos a agudas tensiones y ansiedades, 2. Tae tacas de auividio dependen de las ansiedades y tensiones no mitigadar fa Tas que se encuentran sujetas las personas. 3, Los catdlicos tienen una cohesién social mayor que los protestaates 4, Por lo tanto, son de esperarse tasas de suicidio menores enue los catdicos que entre los protestantes (p- 93) En el comtexto de su discusién, Merton no se prencupa por justificar ave Teta sen una reconstruccién adecuada de Durkheim. Tampoco defiende ls Serdad de las premisas pertinentes, ni analiza conceptos tan cruciales y clusives Tome el “apoyo pricolégica” o las “ansiedades y tersiones no miigadas”. S6lo Gaiere comentar algunas de as caracteistieas formales de este paradigms del andlisistedric. Primero, observa, Mevton, ef alcance: del hallazgo empirieo ov considerablemente ampliado por tal anilisis, porque In generaliracion s: com eptia en atraciones de un orden ms alto: “Cntolicimocohesiin Fatansiedades mitigadas-tasn de suicidio” (p. 93). Ta ventaja de este paso sae mavor abstrceidn ex que ya no vers Ia uniferidad como algo sislado, aaaves una relacion “entre grupos poseedores de cierton atributoy comerp= funder. (In cohesiGn social) y ef comportaaniente™ Cy. 98) inal ae ve tan scot, tx explicncsin centien, by Heyes, eeftera, y lon fern iden pare ron, Merton no ex menos culpable de ato que muchos de sus cle le Ta postora ate pads Brn vitud Je que ea ete contexto re interes cl en ane: ta matraern y la funcién de In tovia en Tas cencon scile, Pane 2 Mite muchas de Tn ineroganes que podrian plantearsc accra, dee deus per a clomnuincion" de Durkheim 2 manor de Merton. Tas inves ween tavtla de_jicio Ia correc histric y rmpltien de 1k reconsta Free ee dane 9 Steven Lakes, Emile Durkheim: His Life and Work, a Conners Seprs, Foile Durkheim: Sociofogt and Piiosepher, capitulo 4: Jack Pam Ae Seetcogical Analyic of Social Meanings of Suicke"y Archives eureht vanes de sacatogie, 7 (1966): y Hannan C. Selvin, "Do eT gmpitcal ecarih", Americon Journal of Sociology, 62 (1958) LA TEORIA EMPIRICA 7 Segundo, este tipo de analisis exph teériea de Ia uniformidad al derivarla de un conjuntn de proposiciones inter- relacionadas” (p. 93). En consecuencia, prover una acumulacién de ta teoria {los hallargos de In investigacién, “Las uniformidades de fas diferencias exiv tentes en la tasa de suicidia afiaden confirmacién al conjunto de proposi- cones del que han sido derivadas junto con otras uniformidades, Fsta es ana de las funciones principales de la tcoria sistemética” (p. 939 “Terceto, la formulacién anterior nos permite extraer diversas consecuencias, serificar Ia adecuacién del anlisis teérico y explicar otras reqularidades apa- rentemente no relacionadas, Por ejemplo. la premisa inicial acerea de ta cohesién social nos permite investigar otros fenGmenos, distintos del suicidio, yy establece a In ver “In pertinencia fluyen en el detrumbe de Ia “cohesign social": fe tales como el comportamienta obsesivo o la preacupacién morbos Cuarto, la tooria introduce un campo para el pronéstico. Por ejemplo. si las medidas independientes revelan una disminucién de Ia cohesién social intro Ins eatéliens, el tefrica poda pronosticar (si se manticnen constantes ftras variables) una tendencia nein el ineremento. de tas tasas ee suicidio de este grupo. Quinto, las de las teorias que, segiin Merton, “no se aplica totalmente a ta formula Durkheim” (p, 94). Para que una teorin sen product temente precita ¥ determinada, “La precis criterio de I verificabilided” (p. 94). Merton nos previene sensatamente de que, en este ctapa de ht sociologia, ef grado de precisiin v determina. cin de una tooria et una cucstiin de buen juicie. Va presin hacia ta precisién excesiva en las eiencias sociales puede gon ductiva, Por otra pa por lo menos cietto grado de precisién, para que Ins teorins pucdan veificarse vy refutarse en forma emp La reformulacién que hier Merton del anisis 1 variay observaciones que subraya, alo pretenden ser ilustraciones, En esta Ctapa de mi investigacién, seria poco generow si acusara a Merton de na dfrontar lor numeresas problemas que surgen cuande strata de obtener tentendimiento determinado y preciso de la teoria propianente dlicha. Pero fereo que Merton se ocupa de los temas mis fundainentales que han preceupado a los cientificos sociales y Ios filésofos de las ciencias sociales ‘cuando ehucidan In naturalera de In teorta sistemitiea y In explicacién cien- tifica, El modelo de explicacion cientifiea tedrica bosquejaclo por Merton x lo que st ha llamado el modelo “hipotétice-deductivo”. Ex “deductivo”™ porque Ia explicaciin ~-en este caso, In explicacién de la reularidad empi- Gen de hae tasne de suicidio. se hace mediante wis elevivacidin 9 trivial como factores que neiones anteriores de Ia teoria. sugieren otra earacteristca nde 1, debe ser sficien- ines un elemento integral del av mn actividad impr 1 sin embargo, un teérico debe esforzarse por aleanzar ew de Durkheim, ¥ ne s LA TEORIA EMPIRICA eee ees eee ee Seep ee tcvcen ye conicone nies adcenine, Fool tears dee eorveae Se ee ee LA TEORIA EMPIRICA 39 yy las especulaciones inchusivas que abarcan un esquema conceptual maestro de donde se espera obtener un nimero muy grande de uniformidades empi- ricamente observadas en el comportamiento social" (p. 3)— podremos in- crementar la tradicién acumulada de la investigacién cientifiea. A medida ‘que se verifican nuestras teorias més modestas y se examinan sus conse- ‘cuencias —a medida que aprendemos del progreso de las ciencias fisicas—. cscubriremos esquemas tebricos mas comprensivos en los que puedan inte- grarse las teorias de aleance intermedio. Aunque Merton es uno de los pocos cientificos sociales contemporineot interesados en la historia y la sociologia de las ciencias sociales, distingwe Ia historia de la teoria frente a la “sistemética de la teoria”. Con frecuencia “como se observa en los programas universitarios de Ins ciencias sociales— lo que s¢ llama “teoria” es poco més que una reseiia de Ia historia de los iurandes sistemas del pasado. Hay una “‘confusién atractiva pero fatal de utilizable con la historia de la teorfa socioliiea” (p. 4) fa teoria sociolégica ‘Aunque Ia historia y la sistemética de la teoria sociotégiea deben incluirse en dl adiestramiento. de los sociélogos, no hay razén para fundirlas y confundirlas. Ta. teoria sociolégica sistemética ... representa la acumula~ iim muy selectiva de las pequefias partes de ln teotia anterior que han tobrevivido hasta ahora a las pruebas de la investigacién empfrica, Pero Ta historia de la teoria incluye también la masa mucho mayor de concep- ‘Giones que cayrron en pedavos cuando se enfremtaron a las pruebas empi- Beas. Ineluye también las salidas en falso, las doctrinas arcaicas y los errores infructuosos del pasado, La familiaridad con todo esto puede ser un auxiliar I para el adiestramiento del sociélogo, pero no sustituye el adiestramiento cn cl uso efective de la teoria en la investigacién. Podemos estudiar con provecho gran parte de lo que escribieron los padres de Ia sociologia como bjercicios tle realizacién de: Ta investigactén intelectual, pero eso es otra cosa anny distinta (pp. 45) Lo que esta diciendo aqui Merton parece tan atendible y sensato que podemos pasar por alto sus implicaciones radieales. Desde luego, refleja una orto doxia prevaleciente entre los cientificos sociales. La plausbilidad de Ta afir- macién de Merton acerca de la confusién atractiva pero fatal entre la historia dle la teoria y la sistemética de la teoria supone la aceptacién de la analog’ existente entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. En su concepcién hay muchas razones para leer los textos originales de Newton y para estudiar su época. ‘Tendriamos un interés histérico en descubrir lo que dijo ¢ hizo Newton, por oposicién a las versiones que de sus hazafias aparecen en los libros de texto; 0 podriamos examinar la obra de Newton como un modelo para el entendimiento det proceso de la investigacién cientifica, Pero et 0 LA TEORIA EMPIRICA estudio del Newton histérico no es evencial ni importante para el fsioo que quiere investigar en su disciplina y obtener un entendimiento teério del mun do fisico. ‘Ademds, el pasaje anterior indica los criterias con los que ga cl térien sistemtico contemporsnco estos intentos “nobles” del pasado. Su interés prin cipal es, y debe ser, “las pequefias partes de la teoria anterior que han sobrevivido hasta ahora a las prucbas de Ia investigacién empiriea” (p. 4) ‘A lo sumo, la familiaridad con la historia de nuestra disciplina es un auxiliar Gti] para la educacién del sociélogo, pero no es un sustituto en el adiestramiento del uso fective de la teoria en la investigacién. Esta actitud bésica de Merton, tan ampliamente compartida, considera también que los tedricos anteriores percibieron vagamente lo que ahora vemos eon claridad mucho mayor. La teoria actwal —en Ia medida en que se formule rigurosa- mente y se verifique en el terreno empirico— es la medida del éxito 0 cl fracaso de la teorfa del pasado. La concepeién de Merton tiene consecuencias importantes para Ia educa cin y el adiestenmiento de los cientiicos sociales. En este momento quiero Mamar la atencién del lector sobre uno de sus efectos colaterales. Dada la estructura plural de ta universidad norteamericana moderna, donde han solid tolerarse los enforques diferentes, casi todos los departamentos respetables de ciencia social tienen lugar para un “teérico”, por lo menos, Pero ello sucle referirse a una pertona que tiene un curioso interés de anticuario 0 histor riador, cuya funcién primordial es la cnsefianza de los clisicos del campo. El estudio de estos autores clésicos puede ser cdificante, y titi para amy adiestramiento de los cientficos sociales, pero no se considera comparable con la actividad seria del adelanto de Ia teoria sistemitica. En esta forma, una tolerancia manifesta del estudio de la “teoria” —los grandes esauemas tedricos del pasado— se combina con un sesgo latente en su contra Las reflexiones de Merton sobre la naturalera de la teoria sistemitica, y su esfuerzo por distinguirlas dle otras clases de actividades comiinmente Ia madas tebricas, tratan de allanar el camino para su propia obra de avance de la teoria empirica sustantiva, Afirma Merton que “cl andlisis funcional ces a Ia ver el més prometedor y quizé el menos codifieado de los enfoques contemporineos de los problemas de Ia interpretacién sociolégica (p. 21) Merton considera que su propio trabajo teérico se dirige hacia ta reformu- lacién y codificacién del aniliss funcional, para que satisfaga 0 se aproxime 4 los criterios establecidos para la teorfa propiamente dicha. Pero antes de realizar un breve examen de Ia versién del funcionalismo de Merton, deseo mostrar cuén generalizada y profundamente arraigada se encontraba la idea de In teoria.empirica -a entre lor cientificos sociales ortodoxos. [EI promunciamiento de Merton sirvi6 virtualmente como una declaracién LA TRORIA EMPIRICA ” de principios adoptada por muchos sociélogos durante los aos euiarenta ineuenta, pero uno de los objetives de su critica era 1a gran tearizacién de Taleott Parsons que dominaba a la sazin Ia sociologin norteamericana. Fl cesfuerzo de Merton por distinguie Ia teoria propiamente dicha de las orien: taciones sociolégicas generales, el andlsis de los coneeptos sociobigicos yas interpretaciones fist factum, puede interpretarse come wna critica impli al pensamiento de Parsons. La propuesta de las teorias de aleance intermedi por parte de Merton constituia un desaffo directo al esfuerzo de Parsons por Construir una teoria sistemética comprensiva. Bra de esperar que Parson ‘aceptara este desafio y contestara las eriticas explicitas ¢ implicitas de Met~ ton. En su discurso presidencial ante la Sociedad Sociolégica Norteamericana. pronunciado luego de Ia formulacién de la posicién de Merton, Parsons se focupé de esta cuestién. A su ver. Merton contestéi a Parsons ey In edicién Smpiada de 1968 te Social Theory and Social Stewrture I aspecto. més importante de este enfrentamienta no son Io pntes de Aiferenein sino los puntos de acucrdo, Queda claro qur no hay desacued seencial en Jo referente a os puntos sustantivs de To que. es In teoia initia en i sorologin y las cencias sociales. Fl desacuerda —on medida tn que To haya ae refiere a In curation extratégice del provedimiento que dleban.eguir los soeidlogos interesados en el avance de tron, Parens fio menos que Merton, espera que una teorin general arenads lege 3 txplcar lox fendmenos y las regulridades mostrando emo purden deviearr fie loe mpueston téricos; que tal teria scr suficentemente pci y deter tninada para presiarse a pruchas y refutaciones empiricas: que revel lees cCcioégicas que ameriten:adecuadas condiciones de neeacién ex los heehee i como hipstess auxilares apicables; y que, por To menos cn principio. nos Femmitick formular pronéticos acerca, dene sistemas sociales y el cambio focal Para mostae el gran acuerdo cxstente entre Merton y Parsons comvends citar In exten nota de pie de pigina que esriid Merion sober este debate Considero importantes las observaciones formuladas por ‘Taleott Parsons fen su discurso presidencial ante la Sociedad Socinlgica Norteamericana Tego de mi fomulacién de esta posicién. Por cjemplo: “AL final de este camino de creciente frecuencia v especificidad de Ins islatrs de cone Cimiento tedrico se encuentra el estado ideal. en términes cienificns, donde a mayoria de las hipétesis operativas efectivas dela investigacién empf- rica derivan directamente deun sistema general de teoria. Fn un frente famplio.-..s6lo la fisica ha aleanzado este estado entre todas las cien Gas, No podemes esperar que nos aproximemos en alguna medida a este Gdeai. Pero no se sigue de_aqui-que sean inthtiles los pasos que se den fen ret direceién, por lejos que nos encontremos de In neta Por ef con- 2 LA TEORIA EMPIRICA Finale funden ts tes en tt ma. de Hers conten ne sionar y-proveer una gran cantidad del conocimiento empitica. existente, sige mars cent yet ray cee ‘col gneratiacones ci ory au canes asda ans een a aia Toth “he Pre of Sg Tao terrela cuanto ve recone Sogn comprometidn a desea de Ta tata genera no vamente, er prncipio, de quienes ven aor le meer Promesa de la sociologia en cl desarrollo de teorias de alcat ‘i prone cha els de ord ane incre presentacién clara, se ticbat 7 moderadla, que hace Merton del estado de la sociologia moana ‘ciencia joven pero creciente, asi como st aptinisme aceie de actividad cient st desarelle futuro. come, \ consolida sus cimientos 106 ica que lentamente construe La ronmutacion oe Net. Swessen Nei Smelerpublicb en 1958 una colecen d na calecin de ensyon, By in Sociological Fsplanatin, con el subitulo de “Preentacin térca dela nilogn come tuna clencia social yaw apicacin a ln roceos del ea saa A como «1 stuio orginal! de Merton represen en su mejor expreién cl enende Rober K. Mesinn Social Theory and Social Structure (eliciin ampli at s (cdiién spline LA TEORIA EMPIRICA * rmiento que tenian los cientifieas sociales ortodoxos de su propia disciplina durante los aiios cincuenta, los ensayos de Smelser desempefaron una fun- cién similar durante los sesenta. En los veinte afios transcurridos entre los censayos originales de Merton y los de Smelser, habia aumentado enorme mente el niimero y la diversidad de los estudios, no sélo en Ia sociologia sino fen todas las ciencias sociales. Se habia hecho un avance importante en los “niles de millones de horaschombre de investigacién sostenida, disciplinada y acumulada” que existian en opinién de Merton entre la fisica del siglo xx la sociologia del siglo xx. Pero seria ingenuo pensar que durante este period se haba observado sélo el progreso sostenido de Ia sociologia como tuna disciplina cientifica. Fue durante este mismo periodo que una gran diver- sidad de enfoques nuevos —que van desde In obra de Erving Goffman hasta Harold Garfinkel y la nueva escuela de etnometodélogos-~ empezaron a influir sobre la sociologia, Estos enfoques nucvos no encajan fécilmente en ‘cl marco de las teorias de aleance intermedio proyectado por Merton. Fur también en este periodo cuando amigos y ene Togros y los fundamentos de las ciencias sociales ‘Smelser, profesor de sociologia en la Universidad de California en Berkeley, se encontraba en el centro mismo de esta tormenta intelectual. Esteeehamen- te asociado a Talcott Parsons (con quien publicé conjuntamente Kconomy ‘and Society), Smelser habfa publicado ya dos obras socioldgicas sustanciales f influyentes, Social Change in the Industrial Revolution (1959) y Theory of Collective Behavior (1963). Tos titulos indican dos de las preocupsciones fundamentales de Smelser: el cambio social y la t Smielser se ha mostrado sensible siempre a dos acus frecuencia contra un marco parsoniano: que la teoria era tan grandiosa y abstract «jue no explicaba 0 guiaba In inves ica_conereta, V que Ia estructura teérica de Parsons no podia explicar o iluminar los pro- cesne niuy importantes del cambio social. Las propias contribuciones de Smeber 4 la sociologia, y st conocimiento amplio e intimo del conjunto de las ciencias sociales —ineluidas la economia, ta psicologia y aun la historia, Jo convierten en un vocero ideal para Ia reformulacién interpretacién naturalista de las ciencias sociales: una interpretaci sociales como ciencias naturales “inmaduras” que con- en las semillas de un desarrollo refinado y maduro. Smelser es consciente de las criticas que se hacen a la sociologia como disciplina cientifica, y de los desarrollos recientes de la filosofia de ls encia, Expresa 5 optimismo acerca det desarrollo futuro de las cieneias soriales con mayor cautela que Hull 0 Merton, Pero lo mis notable 5 st acuerdo fundamental con Merton en cuanto a la naturaleza, la fun- ciény Ins pevspectivas dle la toria empiric en las cienciay sociales, Esti igos extaban cuestionando los nes formuladas con “ LA TRORIA EMPIRICA dispuesto a conceder que la sociologia, en 1967, es “ Siva, difusa, suave en el centro y nebulosa en los extremos” (p. 49).!" “BL escenario contempordneo es un asombroso remiendo de campos que dista riucho del éptimo cientifies” (p. 53). Sin embargo, erre que puede acla~ rarse la estructura de las varias ciencias sociales como disciplinas cien tificas y que puede avanvarse hacia el logto de una madurer mayor. Smelser examina los tipos de variables dependientes © independientes que carac- terizan las diversas cienciae sociales, y Jos métodos de investigacién que ddeben emplearse para especificar estas variables y descubrir correlaciones relaciones entre ellas, Pero insiste, como Merton, en que el Tstado de va- riables dependientes ¢ independientes “no narm toda In historia. Fy nec sario ... especificar las formas en que una diseiplina impone un ordena: riiento [dgico a aus variables” (p. 5). Distingue Smelser expliritamente tes tipos de ordenamiente ligicn: hipétesis, 0 “enunciadas de las condiciones bles dep as hipatesis en fe que purde esperarse que varien en cicrtas formas las. v dientes" (p. 5); modelos donde se combinan y organizan \ tun sistema; y teorfas, donde los modelos se incorporan en defmiciones. pucstos y postulados, “Tales definiciones, supuestos y postulados constituven el marco tedrica de una disciplina cientifica, Dentro de este marco ‘hacen sentido’ las hipétesis especificas. Para decirlo en términos mis fuertes, las hipétesis y los modelos deben derivarse, con el mayor rigor posible, det marco teérico” (p. 6). La descripcién de Smelser es suficientemente general para revelar Ia estructura bésica de cualquier disciplina cientifica, incluidas las ciencias fisicas y las sociales. Comparte Smelser con Merton Ia conviccién de que. fen Jas ciencias sociales. no basta recolectar datos, proponer hipdtesis acerea de la corrclacién de variables, o limitarnos « gencralizaciones empiricas ad hoc ‘También debe haber un ordenamiento légice, que culmine en of deseubri- imiento y a construceién de marcos tedricos que expliquen tox datos “den sentido” a nuestras hipétesis. Aunque Smcker no diseute explicitamente el papel de las leves en ln explicacién sociolégica, conerde que Yo seria el iio en disputar la importancia fundamental de las leyes cen la explicacién sociolégica, y el dltimo cn negar que estas leyes deben| tener una derivacién teérica y una fundamentacién empirica. Por otra parte, al estudiar un campo como el del cambio social, he descubierto tuna verdadera escasez de leyes yun déficit de proposiciones derivadas de la teoria, para no decir aada de las regularidades empiricas firmemente A Neil J. Smelter, Eiseys in Sociological Explanation. A menos que se diga otra ona, unde lat reference.» Tas pinan de Since rorresponden este volumen LA PRORIN EMPIRICS 6 cestablecidas. Hay una discrepancia considerable entre saber lo que debe Ihacerse y_poseer los recursos necesarios para hacetlo."* Smelser afronta también —y derrota— una objecién comin contra Ix idea mis ‘ma de una ciencia social modelada en las ciencias naturales, Se ha sostenido que Ja ciencia social descansa en una epistemologia ingenua. Laos cientificos socia- les suponen que hay un campo de hechos objetivns. Los hcchos anotados en cenunciados de observacién se toman como el cimiento y la piedra de toque de todas las teotias superiores. 1.os criticas sostienen Inego que un enten- dimiento més refinado de la epistemologia ha demostrado concluyentemente Ja inadecuacién de una concepeién tan ingenua, Hemos aprendido que lo que Tamamos hechos w obtervaciones estén “eargados de teoria” y forjados por nuestros esquemas conceptuales. No hay hechos sin interpretacion © silvestres que simplemente estén “alk, sin. verse afectados por nuestros es: quemas teéricos y comceptuales Greo que la apreciacién reciente de las formas en que los hhechos ¥ Ins observaciones estin “cargados de teoria” tienen consecuencias importantes para el entendimiento de las disciplinas sociales. pero ao creo que ello emuestre en forma alguna, o sugiera siquiera, tz imposibilidad de la ea- Tidad cientiica de las disciplinas sociales. Irénicamente, la mayor parte de Jas controversias relativas al significado preciso y la importancia de In aseveracién de que toda observacién esti “cargada de teoria” se han concen- trado en las ciencias fisias, La clasifieacién de los problemas involuerados no tiene consecuencias importantes para nuestro entendimiento de Ia ciencia pero nadie ha sostenido que la falta de una distincién clara entre los hechos ¥ las eeovias. o entre las observaciones y las teorias, existentes en las ciencins fisicas, baste para poner en tela de duda ta idea misma de la ciencia Fisica Sinelser e octpé de este problema, En una forma w otra, esta distinci6n {entre la teoria y los hechos) es casi universalmente aceptada por loz cientificos sociales y de la conducta, Se- fin esta distineién, el mundo puede dividirse en hechos empiricos (datos ‘conductistas) dados en el “mundo real" y teoria (conceptos. construccio- fnes, modelos) que se encuentra en el “mundo de las ideas"; y le tarea fundamental de ln investgacién cientifica es la generacién sistema tica de. explicaciones mediante el establecimienta de alguna relacion apropiada entre la teorfa y los hechos (p. 58) 1 Neil J. Smelet, “Some Reply and Some Reflections", Sociological Ingxiry, 98 (primavera de 1968), p. 217. 6 LA TRORIA EMPIRICA Pero como seiiala Smelser, si bi Petra > si bien ¢s cierto que hay alguna validez en esta Lauinién, también es denasado simplist. Citando la. descrpciin que bece \p,38), Sieber subraya Ta importania dela fue “os ee “cial”. No hay ningin hecho seciaigi spare de an cgeene nnce ‘wal al que se refiera. “Cuando nos a cnt, fetiera. “Cuando nos referimos a los hechos 0 los dator te alas de organizacién estén cominmente arra hecho sin un marco conceptual” (p, 58). Perm si bien es cietto que debemee sande fa imagen ingen, dun ra a : 2 nua de in undo de bechos que comune nnd sea, eo no quiere decir que lus dees a neon ce de ta lini intetadaentee ls hechos yl tana Nes Bc ne formularse esta distincién como “una relacién entre te dos marcos conceptualez” aes ng) nap so met iin 3 oma ts eng Ha Se Sia tn npr na fo © “en necesidad de modific: (pp. 58-59). Surgen muchos problems couplejos cuando nos referimos a la relacién existente entre diversos marcos conceptuales en el centro de las controversias de la filosf ‘que no se ocupa Smelser. En esta etapa de sefalae que, oesiones que s encuentra fa dela cen pro de is ‘ni imvsigacon, Slo quiere Sungue muchos siento sociale, tenee ing ot? a de lo oon os hechos y los dates (como a ches entice tics), una. “ineree wiles mo he refta demos el hecho y la teoria turalista de las ciencias indo que no existe una distinein tajante entre EL suxctonaLismo ¥ su cxinica: Georat Homans Come Merton, nelser presenta sus observaciones acerea de la calidad cien- tics o¢ ts sociloga, Ia naturalera de In expicacion sodolgics,y espera meme Mc importancia de la teoria en tas cieneias totals, come prolegeonenes LA TEORIA EMPIRICA ” de sus propios intentos de construccién de teorias sustantivas, de teorias (que puedan explicar cientificamente el cambio social. Cuando examinemos tales teorias, no descubriremos silo algunas defensas tedricas sino también luna disparidad enorme entre los requerimientos que establece Smelser para la teorfa y lo que en efecto propone. Pero podria objetarse que, al concen- trarse en Merton, “Smelser y Parsons, mi diseusién de la naturaleza de la teoria en la ciencia social ortodoxa se ha sesgado, Después de todo, estos tres socidlogos distinguidos se han asociado al movimiento llamado “funcio- nalismo” 0 “funcionalismo estructural”, una orientacién que en opinién de Merton es “la mas prometedora y quizé la menos codificada de las orien- ‘aciones contemporineas hacia los problemas de la iaterpretacién sociolé- gica". Pero el funcionalismo ha sido severamente criticado, aunque haya sido una influencia dominante en la antropologia social y la sociologia, La literatura que critica el funcionalismo por ravoues sustantivas, metodolégicas, epistemolégicas c ideolégicas ha alcanvado proporciones veluminosas, En consecuencia, podsfa pensarse que los supuestos fundamentales compartidos por los funcionalistas acerca de la calidad cientifiea de las disciplinas so- ciales, y el énfasis que pouen en la teoria empitiea, eatin conectados a st distorsionada orientacién funcionalista Esto no es cierto en absoluto. Aunque hay abundante desacuerdo sobre toda clase de cuestiones entre los funcionalistas y algunos de sus criticos cortodoxos, no hay desacuerdo importante acerca de la naturaleza de una teoria adecuada en las ciencias sociales. Los desacuerdos se refieren a ia posibilidad de descubrir torias empiricas mediante una orientacién fun- cionalisa, Uno de los eriticos inis agudos del funcionalismo ha side George Homans. Su ensayo titulado “Bringing Men Back in" (“La Reintegracién de los Hom- bres"), que fue su discurso presidencial de 1964 ante la Asociacién Socio lgica Notteamericana, provocé una verdadera conmocién en el tranquilo ‘mundo de los sociélogos profesionales. Homans, quen ha sido ocasional- mente un enfant terrible, por lo menos en comparacién con los funciona listas, ataca polémicamente a toda la escuela, desde Durkheim hasta Smel- ser. Afirma que “el funcionalismo no fallé en sus intereses empiricos sino, ‘curiosamente, en lo que constituia su mayor orgullo, en su teoria general” (p. 811).8 La razén de este fracaso era que “con todos sus comentarios acorea de la tcoria, los funcionalistas no pudieron aclarar nunca —y sé bien lo que digo— lo que es una teoria” (p, 811). Ha llegado el momento 3 George C. Homans, “Bringing Men Bach In", American Seciologieal Re (diciembre de 1964), A tenos que se diga otra cosa, tds lat referencias a de Homans cotresponden a este artculo ew, 29 iginas LZ 40 LA TEORIA PMPIRICA de “dejar hablar a nuestros estudiantes acerea de la teoria sociologica, mientras no les ensefiemos lo que es una tcoria” (p. 811). Desconcertando ‘4 sus oponentes, Homans les da una leecién elemental en la filosofia de la ciencia, instruyéndolos acerca de “lo que es una teoria”. Presenta luego Homans lo que se ha convertido virtualmente en el entendimiento canénico de la teoria empirica invocada por los empiristas légicos y los proponentes del modelo hipotitico-deductivo de la explicacién cientifica. Lo més irénico del ataque polémico de Homans es que, cuando se pone a decimos “lo que es una tcorfa”, parece glosar Ia descripcién que hizo Merton, on 1949, de la “teorfa sistemitica”, al igual que la presentacién que claboré Stelser, en 1968, del tipo de “ordenamiento légico” que es te6rico: Para constituir una tcoria, las proposiciones deben tun sistema deductive. Una de ellas, Hamada de ordi de orden menor, es la proposicidn que debe explicarse: por ejemplo, proposicién de que, entre més se industralice una sociedad, mis tender Su organizacién familiar hacia la familia nuclear. Las otras’ proposiciones son proposiciones generales o presentaciones de condiciones. particulares ‘dadas, Las proposiciones generales se llaman asi porque intervienen en ‘otros, quizi muchos otros, sistemas deductivos ademas del sistema en cues- tién, En realidad, Jo que a menudo llamamos una teoria es un agrupa~ rmiento de sistemas deductivor que comparten las mismas proposiciones generales pero tienen diferentes proposiciones que deben explicarse. El requerimiento crucial es que cada sistema debe ser deductivo. Es decir, Ja proposicién de orden menor se sigue como una conclusiGn lgica de las proposiciones generales bajo las condiciones especificadas dadas . .. Cuando Ia proposicién de orden inferior se sigue légicamente, se dice que se ha explicado. La explicacién de un fenémeno es la teoria del fenémeno Una teoria no es nada —no es una teoria— si no es una explicacién (pp. 11-812). Aunque la prosa es mis dura que la de Merton o la de Smelser, el conteni- do acerca de “lo que es Ja teoria” es esencialmente el mismo."* Pensamos también en la distincién establecida por Merton entre la teorfa propia- mente dicha y otras actividades lamadas con frecuencia tedricas cuando Podriamos definir propicdades y categorias sin tener todavia una teoria. Podemos enunciar que hay relaciones entre las propiedades, sin tener to- davia una teotia, Podemos decir que el cambio de una propiedad produ- + Vease también a George C, Homans, The Nature of Social Science LA TEORIA EMPIRICA ciré cierto cambio en otra propiedad, sin tener todavia una teoria. Sélo tendremos una teoria cuando tengamos propiedades, y_prnpesiciones que ‘establezean relaciones entre ellas, y las propesiciones formen un sistema deductivo. La mayoria de nuestros argumentos acerca de In teoria se errumbaria si nos preguntirames primero si tenemos una teoria acerca de la cual discutir (p. 812) No quiero subestimar los claros desacuerdos de Homans con los funciona listas. Pero estos desacuerdos o se refieren a “lo que es una tcoria”, lo que debiera ser idealmente. La esencia del ataque de Homans es que “como lun esfuerzo teérico, el funcionalisme nunca se aprosimé a la satisfaccién de estas condiciones” (p. 812). ‘Ademis, Homans piensa que “aunque los funcionalistas hubiesen trata- do seriamente” de satisfacer las normas de la tcoria, “habrian fracasado” (p. 812). El escepticismo de Homans se basa en esta conviceién de que los funcionalisias han crrado en cuanto a los tipos de proposiciones generates © enunciados semejantes a leyes que emplean en sus explicaciones supues- tamente cientifieas, De acuerdo con Homans, las explicaciones adecuadas de los fenémenos sociales sélo pueden darse “mediante proposiciones de la teoria psicolégica del aprendizaje” y no por “proposiciones claramente so- jolggicas” (p. 812). En suma, Homans cree que el funcionalisme se ha basado en un error en el caso de la sociologia, porque los funcionalistas st pponen que hay leyes socioldgicas © proposiciones generales que explican los Tenémenos sociales, Pero no hay tal cosa: slo hay leyes psicoligicas La PALTA on wa TRORIA EXPLICATIVA TH LAS Hasta aqui he tratado de mostrar sobre tode que, a pesar de numerosos desacuerdos mareados entre los cientificos sociales ortedoxos, hay una una rmidad bésicn aceren de I naturalera de la ieoria empirica en Ins ciencias sociales: acerca de la. importancia de tal teoria para Ia obtencidn o Ia apro- i de explicaciones cientifieas; y seerca de la importancia del det arrollo de teorias explicativas verificables, para que las ciencias sociales maduren como lo han hecho las ciencias naturales. Hull, Merton, Parsons, Smelser y Homans eonvienen no sslo en que ésta es una posibilidad real. sino también en que ésta es la direceién en que deben progresar las disip nas sociales. Me he concentrado primordialmente en el trabajo de los soci6- Jogos, pero Ia misma histori bisica podria narrarse en todas las ciencias sociales. Una vez que hayamos aleanrado las teorias empfricas —afirma el LA TEORIA EMPIRICA vik, lant vines dda an Je Ie cl sic i scales y se vers carmen gue Ta forma yl tah de ls expliacones deren len grado de las eenie wae Mia ese Inte denosité que sta cnerpn dela twos emptes tse peas comecuciniy eres ¥ peice pa el papel del Woke eal ona Cia po cain extent Ente lata a ae hee ya Sa; pat tas epi © iy tomo Yo ee cate punto donde surgen al priner plano chs dels po: Dlemasteaente dies La que emerge de mieten theuion heat, ae "3 lo sino un bosqucjo de lo que et la tol” cn ar soneas oces La cicutics series menionadr han prado stuaclon mec, fie ¥ epitomolgin de tea vo en medida en gure he aa ecesario para aclarar lo que estin haciendo cn para i su trabajo sustantivo, y * cierta_perspectiva sobre las ciencias sociales contempordneas. Los sientificus sociales practicantes han abandonado con frecuencia, sus dca, siones en el lugar mise donde emy Merton y Smeker, cs al hoc y lo tipos de. genera liaciones requerids. por la explicacions teins. Podreves tee ee tones anilis prev eet serena? Padiomen apaciony eo Condiciones neces y sulicntes para desea as popareen re t eso los cnnciados nemoligios cecil parn ln taro iebacod ‘Adem, todos les pensadores mencionados han subrayade ue tne. ca taeteitca esencial de la explicicin entice, inolucrs la educcén 6 | derivabitidad, :Podremos distinguir entonces, elaramente, entee las deri. saciones wviles y las explicativas? ‘También deseamos saber si toda expli- ceacién ciemtitiea debe ser una explicacién por derivacién, ¢Hay ottas formas dle explicacion eientfiea Por ejemplo, geémo deberemos analizar bas explicaciones que involucran principios probabilistcos y estadisticos? Une Yee que sceptamos que uo hay ninguna diferencia mareada centre el hecho © la observacion y Ia teoria, Zedmo podvemos distinguir los esquemas con. cceptuales que nos penmiten presentar hechos y observaciones de. les ex. ‘duemy conceptuales que enuncian teorias destinadas a explicar fendinenca? Gull es ta relacién precisa existente entre la explicacién cientifiea,y el pronéstico? La filosofia contemporinen de las ciencias sociales —asi como la filo- sofia de las ciencias naturales— ha girado alrededor de estas cuestiones,* 4 Se encuentran dos esfuerzos importantes y comprensvos por aclarar y contestar ‘uestiones y otras relacionadas en Ernest Nagel, The Structure of Seience,y Carl G. Mempel, Aspects of Scientific Explanction LA TEORIA EMPIRICA, on No ay dula de que gran parte de ete trabajo —coino puade adverine Claramente en el easo de Homan ha jeri una infleniaprofunda tobre an nociones que tienen los cients sociales ertodoxon de "lo que baean" ye Tos clones apicabes aa teria y Ia expliacin cinta tm sus campos. Peo hay también algunct problemas acerea de estas dit Cusiones It eanidad de enegiay de refinamniento intelectual involuerado. Sunque tls dscusons tienen conecuencis muy importants ara nuts Chendniento de la ienia,y en trminor mis generates para la epistemo- Toga, 2 menudo tienen eas importancia para lon problemas pricticos ¥ Ststantves que afontan en tu itvestigaion lot centfcos soaes, CGalesquiera que sean las analogs que descemos tar y subrayar etre lag eioneae bcs y is sciplinas Tics, ay una dferencia importante Ge tirualmene nadie disput. La flsotla de las cieneias naturale © I ceri nent on wh camp pasate y center do te pocos problema se han resco en defini. Pero no hay ningtn descuer do ene on cienficos practicantes 0 for floor em el xentdo de que un tnendimiento adecundo de ls cena fsias debe coniderat y hacer jut fica a in obra de gants tals como Copétnico, Kepler, Newton, Ein, Bole, Dir y muchos ots Podemos dactir acer de las caractertcas Y fs ands de ss contribucones tbries, pero au obra sve come ejemplo Ye investiacin centtieay avance tesco, En cambio, no hay en scior Toga nen a plitlogia ning cuerpo comparable en el que podamos tnconrar ejemplos. de poderous tevian empinics explicativas Parse set ei sells el hineapié en "lo que ln tera” ey Inver que, en las ¢ : , Stnente proporcional a la eapacidad para claborar “teoria propiamente lick Esto no lo niegan ni lox defensores mis acérrimos de la calidad cien- Aifiea de tas disciplinas sociales, quienes apelan de ordinario a la juventud de la disciplina, sosteniondo que el terreno esté preparado ahora para el Gopémico 0 el Newton le Ins cieacias sociales, y que hay ahora por lo menos aproximaciones a las norinas rigurosas de la teorfa explicativa genui- ‘Sin embargo, cuanda observamos con detenimiento estas supuestas ones, vemos que distan mucho de las mismas normas de teoria invocdan por ln pris iene sociale Al revs de lo que oe con te ees que prteden demons impildad de una cena de lo srret humana, na reo que eto pada probare de una sla trada mediante a = = rrtiti—issisaCs=aKsCSCsésas¥éséiéi#M ton de fats anaes tales como Peter Winch y A. R: Louch, aiene pretenden demosrar que la idea mina de una cenia soil modelada en far ehncls ravurles invohucn confusones sonceptale y facia ics _ '—- 32 1A TRORIA RMPIRICA. Muchos filésofos ~ especialinente Karl Popper— han subrayado que ne cs un fracaso de la investignci6n cientfica el hecho de que se refuten cons tantemente las hipotesis y las teorias, superadas por teorias rrfutables me~ jores. Segiin Popper, éta es precisamente Ia caracteristien de la investigacion ientifica que la separa de otras formas de Ia actividad intelectual. Pern tate patrén —el patrén de In conjetura y Ia refutacion— nose encuentra fen las. disciplinas sociales. Hay orientaciones generales que tienen st orto Y a4 0caso,susttuidas por otras consideradas mis fructiferas y prometedoras Pero aunque este patron guarda una semejanza superficial com las ciencias fisicas, no hav ningin consenso racional entre los cientifins sociales acerca de que estas teorias propuestas sean teorias empiricas genuinas, refutadas por nuevas investigaciones y experimentos empiricos, La sucrsién de orien Taciones generates en las cienciag sociales guarda una semejanza mayor com fa sucesién de lo que Thomas Kuhn lama “escuela”, Feeapa a los limites de este trabajo la demostracién conchuyente de ta ‘escaner de teorias einpiricas bien formuladas en las ciencins sociales. Sin Embargo, hay un cuerpo de literatura extenso y ereciente que revela las ‘is, metodologicas, légieas © ideolégicas de las teorias teorias funcionalistas". [as “teorias del ecquilibio’ yy las “teorias del intereambio social”. Aunque hay inadecuaciones em} empiricas, ineluidas las las “teorias de sisterna disputas vehementes acerca de In fecundidad real de estas teoris, y acerea Gel sentido en que seaproximen al ideal de la teorin empiricn, ningéin Sfentfieo social responsable ha. afirmado que hayams alcanzado algo com parable a las realizaciones de la ciencia fsica de los siglos x¥4 y 0m, Para itustrar Ine tipos de dificultades encontrados, y por qué creo que ‘aun al hablar de aproximaciones escurecemos ¥ falsificamos los problemas aay a considerar breyemente Ins teorfas propuestas por Merton y por Smee Por mupuesto, no podemot inferir que Tos fracasos de sus esursns teSicts jmactren 1a impesibilidad de elaborar alguna vez, na teoria adreuada serine ciencias sociales, Pero en su trabajo pademos ver Tos tipos de blogues Ctidos que encontramos una y otra vez en los mumerosorintentos de avance de la teoria empirica que se han realizado. ‘Para ver fo que esté errado en el fancionalismo no necesitamns recurnit a nae uameroans rtticos hosties, sino a quienes lo han defendide y than Tlagptado una interpretacén naturalist de las ciencins sociales, B) rope Memon es wo critco.agudo de algunas de las formas del funcionalisne Drevalecentes, En ai Social Theory and Social Structure empea®, por des: river fs excoria que cubria La exposcin superficial del funciona» ¢t Pelt funcional, Su capitulo sobre las “Funciones maniietas y latent” aie je codificar y adelantar a la ver nuestro entendimiento del anstisis danaesal En el proceso, Merton expone billantemente los errores de Tos LA TEORIA EMPIRICA s esfuerzos anteriores que trataron de articular una tcoria funcional. En este entido, su andlisis es una critica de las formulacioncs del funcion: {que hacen poco mis que bosquejar una orientacién general x quedan lejos de la teoria propiamente dicha, |:Pero lo hace Merton mejor que algunos de sus predecesores en In tocante la codificacién del andliss funcional para que padaines ver cénin satisface los eriterios dela tcoria propiamente dicha? Algunos han respondide, afi mativamente a esta interrogante y han tratado de avanvar et anilisis de le (que se requiere para un andlisis funcional adecuade. Por ciemplo, en wn Gheayo importante inspirado por el trabajo de Merton. el eminente flit de ty cieneia Ernest Nagel present “Una formalizacién del {uncionalismo™ Ey “objetivo primordial” de Nagel es “mostrar los varios elementos de Ix lodifienrién de Merton como caracteristicas intimaniente relacionadas ew wh ppatran de anifisiscoherente, para volver ast nds evidentes los requerinientos Indispensables que debe tratar de satisfacer una explicacion funcional ade- quad en el campo de la sociologia”.'* Pero aunque tal ex la intencisin fle Nagel, su andlisic es en realidad wna critica devastadora le > Ta su anilisie cuidadosamente razonado, Nagel muestra fox mumerosts problemae y distinciones que Merton fin pasado por ato, Ba fectn, Nagel invuestra Ia disparidad existente entre In. codificacié " de Merton Ios “re quesimiontos indispensnbles que debe tratar de_satistacer una explicacioy funcional adecuada en el campo de la sociologia” antes de que podamos tonsiderarla una teoris empirica bien formulada. Ta codificacién de Merton ts una aproximacién en el sentido de que las primeras teorias gi fatructera atdmica del universo son aproximaciones de In teoriaatimica ccontemporinea en el campo de la fisica Resulta dilfe| disentir de las conclusiones de dos filésofos de la i sociales, de pempectivas muy diferentes, que han cxaminado los arguments fen pro y en contra del a funcional: Richard § Radner y Alan Ryan. Rudner, quien defiende fuertemente una interpretacién naturalists de las ciencias sociales, dice lo siguiente a propésite del fincionalismn cas de Is Ni una sola de la miriada de afirmaciones de Ia literatura antropolégica {py Rudner incluria también la literatura socioégica) puede aceptarse ( Merias reservas, "no porque sea en principio imposible ta explicacion Fiaclonal {en efecto, las secciones precedentes de cste capitulo han tra- {ado ce_parte de indicar cémo pottrian darse tales explicaciones rm prin te pmert Nagel “A. Formalization of Functional’, Lorie Withent Metephy vies, p 248, Pa LA TEORIA EMPIRICA Gietlenen lo sumo descrigciones mis 0 menos corrects, a ae Bacon de fenimenos cies, expat 9 ompafads fe seo dei hate shoo euler ee tO ‘ariccin) aa arlcin de sium conjeuas plcentio spe jae de que pueda darse en altima inst: ne Alan Ryan no slo acepta te nn Se es inden ig ' cs y metadoigcas sea ue afiade algunas otras critic: eee we afade algunas ors creas de a prope coche Toate I calidad Gen tla e acide que torn en at cent ee a isimzada de Is ideologia. (Merton tata eplistemente de nemo ede demoxtar que 1 funcionalismo es neutral e cae en materia de sesgos ideoldgicos.) Pern Rvan ae lar a quienes creen en la autonot oe ia acy Ate Suey ee 2h tina nnn mele te Me Ce a de la vida social de los Estados Unidos. ie once fhe la saat con las “buenas meee oe Heute Fay Aa ayes ie Sri por pra ar He eo de ee BI cao de Nel Smear es mis intro as des fetes erin eos cuss pen i + sonar ein tpeaan seats Como fede ete betundanene concen dee tipo de “eat cancion ove ai mons y ha tratado de relinar ba sido acura vacwiad, de que no explicate fenmenen empties nt imina ke pe nos tondamenas del cho sca. En a ine Scoot Pe stn Ne Fvian algunas pare de ae i Richard S. Kuduer, Alan Ryan, Plileophy of Social Seience The Philsophy of Socal Seiener pg 190 I LA TEORIA EMPIRICA 3s sig retrospective de su carrera Sociological Problems” Industrial Revolution, rior, y en 1969 publicd un revelador a jntelectual: “Some Personal Thoughts on the Pursuit of En su primer libro importante, Social Change in the SSmelser utilize el modelo de la “diferenciacion estructural” mento de “ordenamiento logic” necesario para presentar su estudio his térico del cambio estructural ocurrido en Ia industria algodonera britinica, yen Ia estructura familiar de Ine clases trabajadoras de esa industria, entre 1770 y 1840. Como nos informa Smelser, se vio grandemente influido por Parsons cuando escribié esta obra, sobre todo por las “‘potenciales aplicacio- nes empiricas"” del modelo de la diferenciacién estructural, El modelo trata de especificar un patrén general aplicable a diversos tipos de cambio do con el informe del propio Smekser, “deseaba evaluar jén para el anilisis de la dindmica 20". Su estudio histérico de la in- demostrar que su desarrollo exhibe ‘como el instru- social, De acue la potencialidad de la teorfa de acci social en un contexto histérico coneret dustria algodonera briténica trata de las etapas de la. diferenciacién estructural ‘Mis adelante. sin embargo, Smelser se sintié. crecientemente it con lox fundamentos te6ricos de su obra. Advirtié que habia formulado varios pests simplificadores" que debian ser revisdos. Acept6 que, contra si cexpectativs originales, “mi explicacién del cambio estructural durante ts Recolucién industrial britiniea no se derivaba, en términos estrictos, de lax ategorias del marco de la teorfa de la acci6n [de Parsons!"s* For itimo, Smnelser estaba consciente de cierta cantidad de manipulacién ceérica: insatisfecho Iclo come uns seeuencia temporal Por una pute, habia presentado cl modi dle pasos, por. la ofa, habia reconocido las pasbilidades de “brincar paste tropresiones a. pasos anteriores", “sccuencias truncadad”, etcéters podrian ysarse como escapes teérieos si alguna securnciahistérica particular no corvespondia a la indicada Bigne Sent una, vaga inquictud ante 1 posibitidad de que la represen laeién del modelo de diferenciacién como una secuencia de pasos 0 tapas temporales, fuese tebricamente poco satisfactoria, pero no sabia emo Fepresentarla en ninguna forma mejor.” ‘por cl inodelo de Ia diferencia- vagamente que el modelo de la diferenciacién ‘que supuestamente era su virtud primordial: el tal niodelo constituye una generalizacién En suma, Sinelser_percit estructural carecia de lo poder explicativo. A lo sumo, “Some Perwnat Thoughts on the Pursit of Sociolrical Pro Neil J. Siler, 160. lems”, Socilogical Tnquiy, $9 (primavera de 1969), p. > Dbid, p. 182. Bit, p. 165 6 LA TEORIA EMPIRIC rn ca ope ts ae Se ae os roldgicas existentes entre las diversas etay oe somite ae ire mentee mee coe Sg lyin Shock Mae Mame es fe re peng pt ne os explicacién de la secuencia histérica. Es ie lecir que el uso de tal modelo carezca de v: ea chos lo han refutado- une eis i ane Stinks et oe oe rene te ne aha ce pt ‘empirica © para aproximars a ella 3 a oo te ge mn hs eee Sea a i ge ett we a ee tS lor gre aque Ins variables espeificdn yuardan una reaciin de siege sees ie variables”.*? Un conjunto de variables, te gee sin embargo en un resultado determi aci6n specifica 1 modelo del valor 1 modelo del valor agegado fue un esuerzo por au tinacin explcatora mediante la rombinaion de satne table tna dela ncterminada en sf aon san prone feveten ada no, de lon cuales se snciata ay tipo dente de sompor ectvo. V finalmente. lec del ent age como una secuencia puramente analitics fae somo una secu alitiea, antes que temporal; se trata Sig ef rb def eupastnporas de mn deh crea tee ‘Rentals caste? Sag ats tee cretion en eid mis cera de epatin tere Porque el mismo ee ce ee ere 7 Ibid. p64 Dt LA TRORIA EMPIRICA tinentes el madeto del valor agregado. Smelser. como tantos otfos cientificas Kndates ortodoxos, ha subrayado que una teoria adecuada debe permitit Tn derivaciin de generalizaciones empiricas a partir de_nuesiies supuestes teéricon, Reconoce que debenios poder derivar enunciados contratios avert dle To que ocwrriria si se modifcaran cierias variables expevificables em forma independiente. Pero su modelo del valor agregade no satisfaee ext requerimiento, El propio Smelsee plantea Ia interengante Tt cuando escribe: “Siuna variable del modelo no se ve activada por Ih sariable inmediatamente ‘precedente’ en Ix seric del valor agregade. [euiles son las condiciones que Ta activan? Esta interrogante no se resclie ‘Mptactoramente en Theory of Collective Behavior, » no he postide. com: testarla a mi gusto desputs”.** exito nel fracaso de las ciencias sociales no depende de lav aproxins- ones de Merton 0 do Smeker, Algunos sestienen, com Honnans, ue ss ‘aluerzor no estaban condenados al fracato porque hubiese algo intrinee- Tamente errado en la bigqueda de explieaciones tedricas en las cieneiag so Galen sino. porque los partidarios del funcionalismo han estade buscando en el lugar errado. Debiéramnos meditar por lo menos ¢ rnentes como Merton y Smelser, conocedores de ‘nfoques de las ciencias sociales, no pueden claborar mada que se asemeie genuinamente, se aptoxime siquiera, a una tcoria cientfiew explicativa, Ta situaciin se agrava ctsando advertimos que ninguna de fas alter: propuestas hasta la fecha, en Ia sociologia In politlogia, se ha acercade algo a la presentacin de tal teoria, Es procitamente esta paradaja, 0 por lo menos esta dixparidad tremenda entre el concepto de la teorfa empirien adoptado por los cientifiens s9 ineapacidad para aleanyatlo, lo que lin Hevado awn jos de i almente dif indo cientfiens sociales tan promi ana gran diversidad de Cortona cereciente- de pensadores a cuestionar fos fundamentos ocial conecbida como una ciencia natural. Lo que resulta win —deade la perspeetiva de To que pretenden haver los tedriros em friodoxos— es hr advertencia de la gran cantidad de fo que se ha presentade Como tcoria en las cieneias sociales que resulta ser ideologia disfrarads, Por lambiciosas © modestas que hayan sido las preteriones de los ch ocinles ortodoxos de desarrollar Ia teoria empfrica, tales cientificos han in ide en que sus hipstesis y enunciados son neutrales en sentide. valora ibador 6 Phd, p. 166, Véanseottascrticas al trabajo de Smetacr eh mis comentrin, com Ia vespueta de Smet, en la "Review Symposium’ de Esays in Silecent slow ition, Sociological nquity. 39 (primacera de 1969) re tasssae ns estonfa aK done han feneatado Snel, Parsons « Merton, Véaer ann erites de Tlemane en Peter P. Ben, Savial Exrhaner Theor

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