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Entre la infinita lista de decisiones que ha de tomar una mujer ante su boda está la nada fácil de su
peinado de novia. Y no es fácil porque no puede dejarse en manos de la moda o de la inspiración de
la peluquería.
2. Ha de encajar con la imagen que se hace toda mujer de su boda. Imagen influida por la
tradición familiar, la propia personalidad, las películas que ha visto, su afición o no a seguir
la moda, las nupcias de sus amigas. Muchas mujeres tienden a imaginarse para este día de
una forma distinta a como son el día a día: más clásicas, glamurosas, principescas... Tratar
de combinar esta imagen con propuestas más cercanas a su personalidad real suele derivar
en un gran acierto. Para ello no sirven las cartas de peinados de novia sino sentarse sin prisas
en la peluquería de confianza frente al espejo y probar, probar, probar.
3. Ha de luchar contra las indicaciones con buena intención de madres, suegras y amigas. Las
madres suelen ver la boda de su hija que a ellas les gustaría, en cierto modo, revivir su
propia ceremonia, esa época de la vida tan llena de ilusión. Por lo que sus consejos no son
siempre tan objetivos como sería deseable de una persona que nos conoce bien. Las
opiniones de las amigas suelen ser muy valiosas, pero no todas están libres de sus propios
gustos, que no tienen porque ser los nuestros por mucha amistad que nos una. Lo mejor, una
combinación de todas las opiniones para decidir el peinado de boda.
4. Ha de combinar con el vestido de novia. Evidente ¿no? Desde luego, no hace falta ir a la
peluquería vestida para casarse, pero sí indicar el estilo que se ha escogido para que vestido
y peinado de boda no sean contradictorios. Nada hay más bello que la armonía, cuando está
presente, no hacen falta grandes inversiones, aderezos, sofisticaciones, porque el acierto de
ser quien se es en ese día lo llena todo.
Después, haz una primera visita a tu peluquero de confianza, con una o dos personas escogidas.
Háblale... de ti, de tus sueños, del proceso de selección que habéis hecho y los motivos por los que
habéis descartado estilos y habéis escogido vuestras opciones. Y entonces... es el momento de
probar. De tomar el cabello con las dos manos y encajarlo en diversos peinados, incluso moldearlo
ligeramente para verlo ondulado, o alisarlo. Probar también con dos o tres estilos de tocados
simples, sólo para ver el efecto, otro día se tomará esa otra decisión, la de los tocados para
complementar un peinado de boda.
En todo este proceso, relajado, placentero, un regalo que te haces para aligerar el estrés que
acompaña a toda boda, escucha, ábrete a verte de varias formas, déjate aconsejar por la experiencia
de tu peluquero, pero sólo hasta cierto punto. Lo más importante es que no te olvides de quien eres,
de tus sueños, de tu tiempo, y consigas casar todas tus imágenes en una sola: la mejor de ti misma.
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