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Índice

Prologo....................................................................8

Dedicatoria«««««««««««««««««.9

Genero lirico«««««««««««««««««10
Movimientos

Modernismo.......................................................11

Gongorismo......................................................15

Romanticismo....................................................13

Autores de modernismo

José Martí...............................................................23

Leopoldo Lugones................................................25

Rubén Darío..........................................................30

Autores de gongorismo

Bernard De Balbuena......................................................33

Luis de Góngora de Argoté«««««««««««.35

Luis Carrillo Soto Mayor...................................................37

Autores de romanticismo

Johann Gottieb Fichete.................................................38

James Mac Pherson.......................................................40

José Cadalso Vásquez de Andrade.............................42

.................... Poesía lírica.....................


O

José Martí«««««««««««««««««««««««43

Poemas Leopoldo Lugones««««««««««««««.46

Rubén Darío««««««««««««««««««««««.50

Bernard De Balbuena.....................................................54

Luis de Góngora de Argoté«««««««««««««.58

Luis Carrillo Soto Mayor.................................................60


Johann Gottieb Fichete...............................................62

James Mac Pherson......................................................61

José Cadalso Vásquez de Andrade««««««««.64


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PROLOGO

En la elaboración de esta antología, participaron tres personas cuyos nombres son:

Hernández Villa franco Montserrat, nació en el estado de México, en Tlalnepantla


de Baz, el 3 de agosto de 1996, sus padres, Alberto Hernández y Beatriz Villa franco,
desde pequeña fue una niña muy traviesa que mostro sus habilidades para el
deporte. Acepto colaborar en este proyecta ya que creyó, sería el inicio de una
carrera muy exitosa.

Martínez Salmerón Edith, nació el 15 de febrero de 1995 en el Distrito Federal en el


hospital de Tacuba ya, inicio sus estudios en el kínder ´Sor Juana Inés de la Cruzµ,
con su respectiva generación, pero por problemas personales se atraso un año en
el 2º grado de primaria. Desde muy pequeña se dio a conocer como una niña con
talentos en el arte y la música, esto genero en ella la inquietud de hacer algo que
diera pie a una carrera llena de triunfos, fue por esta situación que ella acepto
colaborar en este proyecto.

En esta antología se mencionaran tres movimientos literarios derivados del Género


Lirico. Estos movimientos serán: Romanticismo, Gongorismo, ymodernismo

El primer movimiento Hablaran de representantes como, Johann Gottieb Fiche,


James Mac Pherson y José Cadalso Vásquez de Andrade por su puesto el
gongorismo se harán resaltar representantes como: Bernard De Balbuena Luis
Carrillo Soto mayor Para el modernismo hablaremos de: José Martí, Leopoldo
Lugonés y Rubén Darío.

De cada uno de los representantes se seleccionaron tres poemas, este será el


contenido de esta interesante antología, la cual es muy recomendada a todos
nuestros lectores.

A mi maestra de español

Que cada día nos enseña

A construir nuestro futuro


V

Género lírico

En contexto un poco sobre lo que es un género literarios, son técnicas


expositivas singulares, ligadas a ciertas leyes de forma y contenido de
carácter histórico o no, a las que se someten las obras literarias. La primera
clasificación de los géneros literarios pertenece a Aristóteles, quien los
redujo a tres: épica, lírica y dramática. El primero ha extendido su
significado, al incluir la novela, a la noción más amplia de narrativa. Pero el
género se va conformando históricamente. Por tanto, resulta muchas
veces difícil fijar rígidamente los límites entre lo propiamente narrativo o
épico-narrativo, lo lírico o poético y lo dramático o teatral. Dentro de cada
género surgen sub-géneros o géneros menores, algunos de ellos sólo
válidos en ciertos momentos históricos

Se llama género lírico porque en la antigua Grecia este género se


cantaba, y era acompañado por un instrumento llamado lira. Su forma
más habitual es el verso y la primera persona. Comunica las más íntimas
vivencias del hombre, lo subjetivo, los estados anímicos.

En su concepto más vasto comprende además de la oda, la canción, la


balada, la elegía, el soneto e incluso las piezas de teatro destinadas a ser
cantadas, como las óperas y dramas líricos. En lenguaje usual, sin
embargo, designa casi exclusivamente la oda que, según las formas que
reviste toma los nombres de ditirambo, himno, cantata, cántico, etc. La
métrica y el ritmo de los poemas dependen exclusivamente del poeta o el
escritor.

Historia

La lírica parece ser la forma más antigua de la poesía. La hallamos en los


ð  
  y en los  de David, en los antiguos poemas de la
India y especialmente en el   (siglo XV a. C.. Pasan como
creadores legendarios del género entre los griegos Orfeo, Lino, Museo y se
cuentan entre sus cultivadores históricos Alceo, Simónides, Tirteo, Safo y
Anacreonte que lo aplicaron a los asuntos más distintos. Lo llevaron al
teatro en los coros de sus tragedias Esquilo, Sófocles y Eurípides. Píndaro lo
llevó a la perfección en sus odas olímpicas y píticas. Entre los romanos
h

sobresalieron en la lírica Horacio y Catulo. En la Edad Media, inspiró los


cantos de los bardos y trovadores y excepcionalmente el de algunos
troveros. En los tiempos modernos se ha distinguido en la lírica:

Forma poética que expresa los sentimientos, imaginaciones y


pensamientos del autor; es la manifestación de su mundo interno y, por
tanto, el género poético más subjetivo y personal. El poeta se inspira
frecuentemente en la emoción que han provocado en su alma objetos y
hechos externos, y también puede interpretar sentimientos colectivos.

Sub-géneros líricos:

a) Oda e Himno: Se vincula a la Oda con los sentimientos de admiración y


entusiasmo. Suele tener un carácter solemne y un lenguaje de gran
admiración. La palabra Himno se aplica a los cantos litúrgicos de la Iglesia
y a las canciones con música que tienen un sentido nacional, político o de
ideología.

b) La poesía bucólica: Canta la serenidad y la belleza del campo, y la vida


de pastores, más ideales que reales.

c) Elegía, Endecha, Lamento y Epitafio: La elegía es una composición que


denota lamentación por diversas causas. Las hay amorosas, religiosas,
patrióticas, y fundamentalmente funerales. La endecha revela sentimientos
tristes. Cuando se refiere a la muerte, es grande su proximidad a la elegía.

El lamento es una composición poética que expresa dolor, arrepentimiento


o preocupación por una persona. Su principal característica -que la
aproxima a lo elegíaco- es el sentimiento de haber perdido algo a nivel
emocional.

El epitafio es un poema breve que se supone colocado sobre la tumba de


una persona. Es un ruego al pasajero para una meditación sobre la
persona sepultada, o bien un recuerdo de las calidades de la persona
sepultada.

d) Canción y Madrigal. El Epitalamio: Estos subgéneros tienen en común la


expresión del sentimiento amoroso, triste o alegre, expresados en forma de
canto, con música. El epitalamio es un poema destinado a cantarse en
una boda, reflejando la alegría que reina en esa fiesta.


e) La Sátira y el Epigrama: La sátira ridiculiza vicios o defectos ajenos. A


veces tiene un mero carácter juguetón y burlesco; otras adquiere un
sentido más grave y educador.
El epigrama es una composición poética breve que expresa un solo
pensamiento principal, por lo común, festivo o satírico.

F) Copla y Letrilla. Pastorela y Serrana: Se agrupan por su común origen


popular.

La copla es cualquier composición poética breve que, aislada o en serie,


sirve de letra en una canción popular.

La pastorela es una composición poética de origen trovadoresco y


provenzal, en la que el poeta describe el encuentro del caballero con una
pastora, a la que requiere de amores.

La serrana es un cantar lírico cuyo asunto era el encuentro de un


caminante con una moza bravía que le ayudaba a encontrar el camino
en la sierra.

g) La Epístola: Composición en la que el autor se dirige a un receptor bien


determinado, real o fingido, que se considera ausente, por ejemplo, para
referir circunstancias personales a un amigo ausente.

h) Jitanjáfora: Texto lírico cuyo sentido reposa en el significante (plano de


la expresión), constituido desde valores puramente sonoros.
2

Romanticismo

El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la


Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:

þ‘ La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la


universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades
variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
þ‘ La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta como
demiurgo.
þ‘ Valoración de lo diferente frente a lo común lo que lleva una fuerte
tendencia nacionalista.
þ‘ El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
þ‘ La de la originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a
los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
þ‘ La de la creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los
dioses de Atenas.
þ‘ La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra
perfecta, concluida y cerrada.

Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un


subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al
carácter nacional o _ , frente a la universalidad y sociabilidad de la
Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con
frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los
autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural
que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas
(acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando
polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas
más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de
temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración),
prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos
(siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la
superstición.

Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo


diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular
(romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y
de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la
escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este
auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura
francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda
Europa mediante Napoleón.
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El Romanticismo se expandió también y renovó y enriqueció el limitado


lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo
extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando
las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad
Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.

Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y


sentimental. La belleza es verdad». También representó el deseo de
libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el yo»,
subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia
con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración
de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas
históricas.
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Gongorismo

(remitir a la página web para la historia, los hechos ² ojo con la palabra ´contextoµ², y
para los cuadros de autores y obras más importantes y canónicos, con las fechas)

Al gongorismo se lo llama también ¶culteranismo·. En las explicaciones tradicionales de la


literatura española, se suelen oponer culteranismo y conceptismo. Lo cierto es que ambos
´estilosµ buscan la complicación formal.

Veamos primero el conceptismo :

(En ¶Figuras retóricas·, se explica el  ):

Concepto: Metáfora elaborada, a menudo extravagante, que establece una analogía


entre cosas totalmente disímiles. Especialmente característico de la poesía metafísica
inglesa del siglo XVII; ha dado el nombre al   español.

Ejemplos:

¶Lo bueno, si breve, dos veces bueno· (Baltasar Gracián)

¶y todos se gradúan de doctores, bachilleres, licenciados y maestros, más por los


mentecatos con quien tratan, que por las universidades; y valiera más a España langosta
perpetua que licenciados al quitar· (Quevedo)

¿Qué quiere decir la frase de Gracián?

El conceptismo debe su nombre a los ð     (1600-1612) de Alonso de


Ledesma. Su juego formal se basa en la condensación expresiva y para ello se sirve de la
polisemia, las elipsis, las oposiciones de contrarios o antítesis, las paradojas, todo lo que
exija una agudeza conceptual y cuenta entre sus principales representantes a Francisco
de Quevedo, Luis Vélez de Guevara y su     , la prosa de tipo moralista y
satírica de Baltasar Gracián
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(y autores de empresas o emblemas1 (alegorías) como Diego de Saavedra Fajardo (1584-


1648). En teatro, sobresale Pedro Calderón de la Barca, especialmente por     
  y    , donde se entrelazan concepto y juego verbal. El tema
del sueño y la duda sobre los límites entre apariencia y realidad permiten aproximar a
Calderón con el dramaturgo inglés William Shakespeare.)

El conceptismo valora el laconismo (<  ), por eso, a veces, se ha confundido


con claridad estilística y precisión, algo de lo que carece por completo, como puede
verse en la frase de Gracián característica de este estilo: ´Lo bueno si breve, dos veces
buenoµ, que como se ve es ingeniosa pero ni precisa ni clara.

¿Qué es el   ? Es una poesía de cultos, de elegidos, por tanto habrá
muchas alusiones y elusiones, dándose por sentado que el lector tendrá cierta
preparación cultural para comprender esta literatura, leerla.

El culteranismo intensifica los elementos sensoriales preocupado por el preciosismo y


la artificiosidad formal a través de la metáfora, la adjetivación, el hipérbaton forzado o los
efectos rítmicos y musicales del lenguaje; a esta tendencia pertenecen Luis de Góngora y
Pedro Soto de Rojas. La crítica señala como ejemplo más significativo del culteranismo la
          ! , en cuya primera estrofa aparecen todos los
procedimientos culteranos:

Era de mayo la estación florida

en que el mentido robador de Europa

³media luna las armas en la frente

y el sol todos los rayos de su pelo³,

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'   
  
!    "  #c
22 
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luciente honor del cielo,

en campos de zafiro pace estrellas.

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

Su poesía suscitó desde sus orígenes enormes controversias entre sus defensores y
detractores que duraron hasta 1927, año del tercer centenario de su muerte, cuando una
nueva generación de poetas españoles, entre ellos, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico
García Lorca, Rafael Alberti, lo aclaman como a uno de sus maestros rindiéndole un
homenaje que las autoridades academicistas se habían negado a realizar.

2 VIDA

Nació en Córdoba en el seno de una ilustre familia y estudió en la Universidad de


Salamanca. Recibió órdenes religiosas y en su juventud ya era bastante famoso puesto
que Cervantes habla de él cuando Góngora sólo tiene 24 años. Obtuvo un cargo
eclesiástico de poca importancia pero que le permitió viajar por España con frecuencia y
frecuentar la Corte en Madrid. Se establece en esta ciudad y consigue que Felipe III le
nombre su capellán. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, en Góngora, ni
la religión ni el amor, pese a algunas aventuras juveniles, ocupan un lugar importante en
su vida o en su poesía. Parece que le domina un solo sentimiento, el de la belleza, pues el
amor y la naturaleza, asuntos de los que trató con perfecto dominio, más que
sentimientos en él aparecen como pretextos para la creación poética. Al final de su vida,
agobiado por las deudas, se traslada a Córdoba, donde muere.

3 PERSONALIDAD CREADORA

Góngora tuvo en vida defensores apasionados y críticos implacables. El carácter mismo


de su poesía haría que esta división de opiniones continuara después de su muerte y
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llegara aún a nuestros días. Los dos enemigos de más valer que tuvo fueron Quevedo
(escribió un soneto, parece ser que sobre la nariz de Góngora: ´Érase un hombre a una
nariz pegado, / Érase una nariz superlativa, [«]µ) y Lope de Vega, aunque contó con
famosos partidarios como el conde de Villamediana o los humanistas Pedro de Valencia y
fray Hortensio de Paravicino.

El motivo de esta división radical de posturas reside en el carácter innovador de la poesía


de Góngora, cabeza del estilo literario conocido por   , un término que poseyó
en su origen carácter burlesco, formado a partir de la palabra culto y que, de hecho,
supone la fase final de la evolución de la poesía renacentista española, instaurada por
Garcilaso de la Vega. Sin embargo, a pesar de su gran ornamentación verbal, y de la
utilización de palabras comunes en una acepción latina, la crítica considera que el
culteranismo es una manifestación peculiar del conceptismo ³la escuela literaria que
supuestamente se le oponía³. En realidad, y desde el punto de vista de la ideación,
Góngora piensa mediante conceptos, aunque su escritura, realizada con recursos
lingüísticos como los mencionados, y en ocasiones una difícil erudición, logra grados de
elevación lírica y de complicación, a veces casi inalcanzables.

Hasta hace poco la historia literaria separaba la obra poética de Góngora en dos
mitades claramente diferenciadas. Por un lado, (1) las letrillas de inspiración popular y los
romances: moriscos, amorosos, pastoriles y caballerescos. De otro, (2) su obra cultista
iniciada en 1610 con la "           # , y continuada con el incremento
constante de la oscuridad estilística en la           (1613), las
    (1613) y el   $  %      (1617). Equidistante entre ambos
aspectos, se podrían situar sus numerosos sonetos y canciones de estilo clásico, en los que
no se advierte tanto el cultismo.

Para el Góngora de la primera manera, la crítica, desde la de sus coetáneos, sólo tuvo
elogios. Incluso en los momentos de mayor antigongorismo nadie puso en duda la belleza
de letrillas como ¶Las flores del romero·, ¶Lloraba la niña·, ¶No son todo ruiseñores· ni de los
romances: ¶En los pinares del rey·, ¶Amarrado al duro banco·, ¶Servía en Orán al rey·,
entre otros. Otra vena poética que domina en Góngora es la burlesca, como demuestran
¶Ande yo caliente·, ¶Ahora que estoy despacio· o ¶Murmuraban los rocines·. Para algunos
es el autor de los más bellos sonetos que se han compuesto en lengua castellana.
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4            

La contraposición entre el cíclope Polifemo y la ninfa Galatea queda manifiesta en la


descripción antitética que realiza Góngora. El tema de los amores del gigante y la
doncella está tomado de la mitología clásica, pero narrado desde la antítesis y con un
lenguaje brillante, lleno de metáforas e hipérbatos que le hacen un ejemplo perfecto de
solemnidad y ternura a la vez.

Escrita en octavas reales2, la           (1612) es la recreación más


perfecta de una fábula mitológica (ver Polifemo; Galatea) en la poesía española. Al
narrar el viejo tema ³pasión del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea, idilio de ésta con
el joven Acis, venganza del gigante³ Góngora crea una obra de brillante hermosura
descriptiva, de construcción acabada, donde el arte del contraste y de lo hiperbólico
queda sometido a formas rigurosas.

¶A pesar de que no se publicaron hasta después de la muerte del poeta, se divulgaron


rápidamente y pocas obras en la historia literaria han suscitado mayores y más inmediatos
apasionamientos. El campo de la poesía española quedó dividido como ya hemos dicho·
(Ángel del Río, p402)

Las     (conocida en 1613) es una obra de mayor aliento y de plan más


madurado. Góngora proyectaba cantar las soledades de los campos, de las riberas, de
las selvas y de los yermos. Sólo compuso la primera y parte de la segunda, que
constituyen un poema pictórico, panorámico, rico en color y matices. Escrito en silvas3, y
todavía discutido hoy, constituye una de las cumbres de la lírica de todos los tiempos.

2 Octava real, de origen italiano está formada por ocho versos endecasílabos
con rima ABABABCC. Es la estrofa por excelencia de la épica culta.
3 Silva, serie continuada de veinte versos como mínimo, con versos de 11 y 7

sílabas, aunque sujeta a muchas variaciones, llamada también canción libre.


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5 INFLUENCIAS POSTERIORES

El Góngora del   y las     fue muy mal entendido por la crítica. Su
estilo suscitó inmediatamente la oposición. El humanista Francisco Cascales (1564-1642),
en sus ð   ! , cuando leyó las     afirmó que el príncipe de la luz ³
refiriéndose al poeta de las letrillas³ se había mutado en el príncipe de las tinieblas. Una
actitud que se prolongaría hasta finales del siglo XIX, cuando algunos simbolistas
franceses, en especial Verlaine, y los poetas modernistas de habla española, inician la
valoración del gongorismo. Una valoración que culmina en 1927, año del centenario de
su muerte, cuando una nueva generación de poetas españoles, Jorge Guillén, Pedro
Salinas, García Lorca, Alberti, le aclaman como a uno de sus maestros, y Dámaso Alonso,
poeta también, publica su edición crítica de las    , a la que siguen algunos
estudios definitivos para la comprensión de Góngora.

Las anotaciones anteriores y las siguientes están sacadas de: Ángel del Río, & 
        '(  $  #  )*++,. Ediciones B, Barcelona, 1988.

Dámaso Alonso, en           ! , plantea que no hay dos



Góngoras, sino uno solo. El gongorismo para él es: la síntesis y condensación intensificada
de la lírica del Renacimiento, es decir, la síntesis española de la tradición poética
grecolatina».

Esto sucedía ² plantea ² en Luis Carrillo de Sotomayor, cuyas obras se pueden considerar
   , por ejemplo la      -    de 1611. Hoy se acepta la unidad
estilística de Góngora, que sus innovaciones son de grado e intensidad, dentro de la
ch

tendencia de la poesía del barroco. Los elementos esenciales de su poesía (metáfora,


neologismo e hipérbaton) están ya presentes casi desde sus primeras poesías. Pero hay

una dualidad en Góngora: Es engañoso ² concluye Alonso ² creer que una dirección
está llena de tinieblas y la otra de facilidad. En una y otra, Góngora sigue el mismo
procedimiento de transformación irreal de la Naturaleza».

Antonio Vilanova ha demostrado que las fuentes y temas aparecen en los clásicos y
en los italianos y otros españoles. Góngora concibe la poesía como  . No se trata
de buscar la orginalidad, sino de la maestría para crear un lenguaje con esos elementos
tópicos.

Las     dan la impresión de un divagar poético (404). Poema pictórico,


panorámico, rico en color y matices. Sólo a trozos consigue la resonancia y capta la
atención del lector, aunque el virtuosismo poético puede admirarse constantemente.
Predomina la descripción, aunque hay un plan narrativo: naufragio de un joven que se
había embarcado huyendo de los desdenes de su amada; llega a tierra y es acogido por
unos cabreros; continúa sus andanzas, encuentra a un grupo de serranas y asiste con ellas
a unas bodas. En la segunda   , encuentra a unos pescadores, para terminar
asistiendo a una partida de caza. Ambiente virgiliano y de novela pastoril, acumulación
de motivos que produce extrañeza, porque se aleja del subjetivismo en la poesía de la
soledad. Vossler explica (      $    , pp. 140-141):


La opinión de Góngora es que la poesía de sus Soledades ha brotado de sentimientos de
soledad y nostalgia, y que precisamente por estos motivos su musa, es decir, su espíritu
poético, ha poblado y dado vida a esta soledad, con una muchedumbre de pastorcillos,
jóvenes pescadores, montañas, bosques, orillas del mar, cacerías y cuadros ideales.
Trátase, por tanto, del desarrollo de ensueños y cuadros idílicos nostálgicos de un alma

solitaria Nos acercamos más al espíritu de las ´soledadesµ si pensamos en los rebaños,
cabañas, lagos, sotos, templos y desiertos instalados, en imitación ingeniosa de
apariencia real, en los jardines barrocos de recreo para señoras y caballeros hastiados del
mundo».

Pero la Naturaleza ha desaparecido para, recreada, trocarse en Arte, en objeto poético


y transmutación ideal.

Los recusos son múltiples y se busca el halago de los sentidos. Metaforismo, el ave es   
  , el azul del cielo nocturno   . , la blanca piel de una ninfa cubierta
de rosas /    o    .

La    $ 0 (1618) trata un tema mitológico en forma burlesca y en metro
de romance, pero con un estilo complicado. Es como una fusión de los dos Góngoras
[curioso que ahora hable de dos cuando antes decía que uno«   1
  ]

La de Góngora es una poesía ornamental. No se tratan ´grandes temasµ (Dios, destino


humano o metafísica) según dice Jorge Guillén, sino que es una poesía ¶sostenida sobre
una espiritualidad de carácter absolutamente esteticista·.
c2

José Julián Martí Pérez

1895 ² 1895
Predecesor Manuel de Jesús Calvar
Sucesor Salvador Cisneros Betancourt
Cónyuge Carmen Zayas-Bazán
José Francisco Martí y Zayas-Bazán,
Hijos
2 
Escritor, filósofo, poeta, político y
Ocupación
militar.
    3  4 
$  5

José Julián Martí y Pérez (La Habana, Cuba, 28 de enero de 1853 ² Dos
Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895) fue un político, pensador, periodista,
filósofo, poeta y masón cubano, creador del Partido Revolucionario
Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. Perteneció


Carrera política

Estudios y primera deportación

José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula No. 41, La Habana, el 28 de
enero de 1853, hijo de Mariano Martí de Valencia y Leonor Pérez Cabrera,
de Tenerife, en Canarias.

En 1866 se matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana.


Ingresa también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional
de Pintura y Escultura de La Habana, más conocida como San Alejandro.

El 4 de octubre de 1869, al pasar una escuadra del Primer Batallón de


Voluntarios por la calle Industrias No. 122, donde residían los Valdés
Domínguez, de la vivienda se oyen risas y los voluntarios toman esto como
una provocación. Regresan en la noche y someten la casa a un minucioso
registro. Entre la correspondencia encuentran una carta dirigida a Carlos
de Castro y Castro, compañero del colegio que, por haberse alistado
como voluntario en el ejército español para combatir a los
independentistas, calificaban de apóstata.

Por tal razón, el 21 de octubre de 1869 Martí ingresa en la Cárcel Nacional


acusado de traición por escribir esa carta, junto a su amigo Fermín Valdés
Domínguez. El 4 de marzo de 1870, Martí fue condenado a seis años de
prisión, pena posteriormente conmutada por el destierro a Isla de Pinos
(actual Isla de la Juventud), al suroeste de la principal isla cubana. Llega
allí el 13 de octubre. El 18 de diciembre sale hacia La Habana y el 15 de
enero de 1871, por gestiones realizadas por sus padres, logró ser deportado
a España. Allá comienza a cursar estudios en las universidades de Madrid y
Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y
Letras.

De España se traslada a París por breve tiempo. Pasa por Nueva York y
llega a Veracruz el 8 de febrero de 1875, donde se reúne con su familia. En
México entabla relaciones con Manuel Mercado y conoce a Carmen
Zayas Bazán, la cubana de Camagüey que posteriormente sería su esposa.

Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana


como Julián Pérez. Al llegar a Guatemala trabaja en la Escuela Normal
Central como catedrático de Literatura y de Historia de la Filosofía. Retorna
a México, para contraer matrimonio con Carmen el 20 de diciembre de
1877. Regresa a Guatemala a inicios de 1878.
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Leopoldo Lugones

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Leopoldo Lugones en 1922 (Caras y


Caretas).

13 de junio de 1875 de
acuerdo al censo de 1895
Nacimiento
Villa de María, Córdoba,
Argentina
18 de febrero de 1938 (63
años)
Defunción
San Fernando, Buenos
Aires, Argentina

Ocupación Escritor
Cuento, poesía, ensayo,
Género
novela
Movimientos Modernismo

Leopoldo Lugones (n. Villa de María, Córdoba, Argentina, 13 de junio de


1874 - ‚ San Fernando, Buenos Aires, Argentina, 18 de febrero de 1938) fue
un poeta, ensayista, periodista y político argentino.


[editar] Datos biográficos

Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en la provincia de


Córdoba, primer hijo de Santiago Lugones y Custodia Argüello. Su madre le
enseñó las primeras letras y fue responsable de una formación católica
muy estricta.

En su niñez su familia se trasladó a Santiago del Estero y más tarde a Ojo de


Agua, una pequeña villa situada en el sur de la provincia de Santiago del
Estero.

Más tarde sus padres lo envían a cursar el bachillerato en el Colegio


Nacional de Monserrat, en Córdoba, donde vive con su abuela materna.
En 1892 su familia se trasladaría a esa ciudad y en esa época comienza a
realizar sus primeras experiencias en el campo del periodismo y la literatura.

En el año 1896 se traslada a Buenos Aires y contrae matrimonio con Juana


Agudelo. En 1906 y 1911 realiza sendos viajes a Europa, travesías entonces
consideradas imprescindibles en la elite intelectual porteña.

En 1897 nace su único hijo, Polo Lugones, quien sería jefe de policía
durante la dictadura de José Félix Uriburu y de triste fama por ser
considerado quien introdujo la picana eléctrica como método de tortura.

Mientras tanto, en Buenos Aires, genera constante polémica no tanto por


su obra literaria sino por su protagonismo político que sufre fuertes virajes
ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el socialismo, el liberalismo,
el conservadurismo y el fascismo.

Decepcionado, precisamente, por las circunstancias políticas de la


década de 1930 y quizás por su propia militancia, se suicida el 18 de
febrero de 1938 en un hotel de San Fernando, Buenos Aires, (llamado "El
Tropezón") al ingerir una mezcla de cianuro y whisky.

La actividad literaria y política de Lugones comienza en Córdoba con su


incursión como periodista en     , publicación
considerada atea y anarquista, y participa en la fundación del primer
centro socialista en esa ciudad. En esa época publica poesía con el
seudónimo Gil Paz.

Poco después, ya en Buenos Aires, se une al grupo socialista que integran,


entre otros escritores, José Ingenieros, Alberto Gerchunoff, Manuel Ugarte y
O

Roberto Payró y escribe de manera esporádica para varios medios, entre


los que se cuentan el periódico socialista  _   y el periódico
roquista 0 . En esa época conoce a Rubén Darío, quien tendría
importante influencia en su obra y cuyo prestigio le facilitaría el ingreso al
diario  7 !5

En 1897 Lugones publica su primer libro,     , de estilo


inspirado en el simbolismo francés. Algunos capítulos de este libro habían
sido publicados en una edición dirigida por Paul Groussac llamada  
6  .

El 13 de noviembre de 1899 adhirió a la masonería al iniciarse en la logia [1]

En 1903 es expulsado del socialismo al apoyar la candidatura


conservadora de Manuel Quintana para la presidencia de la República.

Leopoldo Lugones.

En 1905 publica ð /  $, obra cercana al Modernismo y


recoge también las tendencias de la literatura francesa, en particular el
simbolismo, estilo que se profundizaría con su celebrado  
    publicado en 1909.

Experimenta con cuentos de misterio en 1906 con su obra   . 


1  ; este libro junto con ð     (1926) son considerados
precursores de la narrativa breve en Argentina, que tendrá una vasta
tradición a lo largo de todo el siglo XX.

De regreso de sus experiencias europeas, Lugones publica su ensayo


&     (1911). En 1913 pronuncia en el Teatro Odeón una
serie de conferencias, titulada "El Payador", ante la presencia, entre otros
personajes ilustres, del entonces presidente Roque Sáenz Peña; el tema
principal de las conferencias (recopiladas y publicadas en 1916) era el
poema gauchesco Martín Fierro y la exaltación de la figura del gaucho
como paradigma de nacionalidad. En la obra de Domingo Faustino
Sarmiento y de José Hernández, Lugones encuentra lo que él llama 8 
 !  $  8.

8       2$    


" 5
$    '555,8 (&    3
  3)9)),5
K

La consideración del
$  como emblema de la literatura
argentina se debe, en gran medida, a la interpretación de Lugones sobre
la influencia de esta obra en la formación de una identidad cultural.

En 1920 comienza a advertirse un giro hacia las ideas nacionalistas con la


publicación de un libro de doctrina política,
    . Al año
siguiente publica una obra que puede considerarse de divulgación
científica,       y en 1922, en un retorno al simbolismo,
publica  #   .

En 1923 pronuncia una conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires,


titulada 8-      . 8, que le reporta un inmediato repudio de
parte del espectro político democrático. En esa ocasión el dirigente
socialista Alfredo Palacios lo califica de chauvinista.

En 1926 recibe el Premio Nacional de Literatura y en 1928 preside la


Sociedad Argentina de Escritores. Ya en esa época era un ferviente
impulsor de las tendencias fascistas que caracterizaban a parte de los
militares argentinos.

Lugones es un importante propagandista del golpe militar protagonizado


por José Félix Uriburu el 6 de septiembre de 1930, que derroca de la
presidencia al caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su estrecha relación con el
régimen instaurado ese año le vale el rechazo de los círculos intelectuales
porteños.

A pesar de su adhesión al nacionalismo autoritario desde la década de


1920, Lugones se opuso al antisemitismo mientras muchos intelectuales
destacados lo profesaban abiertamente.

En 1935 escribe el prólogo al libro "La mentira más grande de la historia: los
    ", de Benjamín W. Segel (Ediciones D.A.I.A.,
Buenos Aires 1936). La obra denuncia como falsificación al célebre escrito
antisemita conocido como Protocolos de los Sabios de Sion.

El 18 de febrero de 1938 se quita la vida en un recreo de San Fernando,


provincia de Buenos Aires, llamado 0 .!, ubicado en la Segunda
Sección del Delta (es erróneo aseverar que falleció en Tigre) al ingerir una
mezcla fatal de whisky y cianuro. La frustración política, como causa de su
decisión de suicidio, ha sido, por siempre, la más difundida. Empero,
publicaciones recientes en bibliografía argentina, han echado otra luz.
Lugones estuvo muy enamorado de una muchacha que conoció en una
de sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Mantuvo con ella
una relación sentimental y apasionada. Descubierto y presionado por su


hijo, debió abandonarla. Esto lo habría precipitado en un declive depresivo


que acabaría así con su vida. [2]

Sus descendientes no han escapado a este sino trágico. Su único hijo,


Leopoldo Lugones (hijo), llamado , se suicidó en 1971; su hija Susana, a
quien llamaban $, fue detenida desaparecida en diciembre de 1978
durante la    . Su otra hija, Carmen, a quien llamaba 6 / sigue
con vida. Uno de los hijos de Pirí, Alejandro, se suicidó al igual que su
bisabuelo en Tigre. Esto conforma un destino familiar trágico, curiosamente
muy parecido al de la estirpe de Horacio Quiroga, su amigo y admi
V

Rubén Darío5

Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy
Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867 - León, 6 de febrero de
1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del Modernismo
literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una
mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito
hispánico. Es llamado $         .

] Biografía

Comienzos

Fue el primer hijo del matrimonio formado por Manuel García y Rosa
Sarmiento, quienes se habían casado en León el 26 de abril de 1866, tras
conseguir las dispensas eclesiásticas necesarias, pues se trataba de primos
segundos. Sin embargo, la conducta de Manuel, aficionado en exceso al
alcohol y a las prostitutas, hizo que Rosa, ya embarazada, tomara la
decisión de abandonar el hogar conyugal y refugiarse en la ciudad de
Metapa, en la que dio a luz a su hijo, Félix Rubén. El matrimonio terminaría
por reconciliarse, e incluso Rosa llegó a dar a luz a otra hija de Manuel,
Cándida Rosa, quien murió a los pocos días. La relación se volvió a
deteriorar y Rosa abandonó a su marido para ir a vivir con su hijo en casa
de una tía suya, Bernarda Sarmiento, que vivía con su esposo, el coronel
Félix Ramírez Madregil, en la misma ciudad de León. Rosa Sarmiento
conoció poco después a otro hombre, y estableció con él su residencia en
San Marcos de Colón, en el departamento de Choluteca, en Honduras.

Aunque según su fe de bautismo el primer apellido de Rubén era García, la


familia paterna era conocida desde generaciones por el apellido Darío. El
propio Rubén lo explica en su autobiografía:

Según lo que algunos ancianos de aquella ciudad de mi infancia me han


referido, un mi tatarabuelo tenía por nombre Darío. En la pequeña
población conocíale todo el mundo por don Darío; a sus hijos e hijas, por
los Daríos, las Daríos. Fue así desapareciendo el primer apellido, a punto de
que mi bisabuela paterna firmaba ya Rita Darío; y ello, convertido en
patronímico, llegó a adquirir valor legal; pues mi padre, que era
comerciante, realizó todos sus negocios ya con el nombre de Manuel Darío
[...][1]
h

La catedral-basílica de la Asunción, en la ciudad de León, en la que


transcurrió la infancia del poeta. Sus restos se encuentran sepultados en
esta iglesia.

La niñez de Rubén Darío transcurrió en la ciudad de León, criado por sus


tíos abuelos Félix y Bernarda, a quienes consideró en su infancia sus
verdaderos padres (de hecho, durante sus primeros años firmaba sus
trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez). Apenas tuvo contacto con
su madre, que residía en Honduras, ni con su padre, a quien llamaba "tío
Manuel".

Sobre sus primeros años hay pocas noticias, aunque se sabe que a la
muerte del coronel Félix Ramírez, en 1871, la familia pasó apuros
económicos, e incluso se pensó en colocar al joven Rubén como aprendiz
de sastre. Según su biógrafo Edelberto Torres, asistió a varias escuelas de la
ciudad de León antes de pasar, en los años 1879 y 1880, a educarse con
los jesuitas.

Lector precoz (según su propio testimonio aprendió a leer a los tres años[2] ),
pronto empezó también a escribir sus primeros versos: se conserva un
soneto escrito por él en 1879, y publicó por primera vez en un periódico
poco después de cumplir los trece años: se trata de la elegía    ,
que apareció en el diario 0 ! , de la ciudad de Rivas, el 26 de
julio de 1880. Poco después colaboró también en  , revista literaria
de León, y alcanzó fama como "poeta niño". En estos primeros versos,
según Teodosio Fernández[3] sus influencias predominantes eran los poetas
españoles de la época Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y Ventura de
la Vega. Más adelante, sin embargo, se interesó mucho por la obra de
Víctor Hugo, que tendría una influencia determinante en su labor poética.
Sus obras de esta época muestran también la impronta del pensamiento
liberal, hostil a la excesiva influencia de la Iglesia católica, como es el caso
su composición   , de 1881. En cuanto a su actitud política, su
influencia más destacada fue el ecuatoriano Juan Montalvo, a quien imitó
deliberadamente en sus primeros artículos periodísticos.[4] Ya en esta
época (contaba catorce años) proyectó publicar un primer libro,  $ 
$  , que no vería la luz hasta el cincuentenario de su muerte.
Poseía una superdotada memoria, gozaba de una creatividad y retentiva
genial, y era invitado con frecuencia a recitar poesía en reuniones sociales
y actos públicos.

En diciembre de ese mismo año se trasladó a Managua, capital del país, a


instancias de algunos políticos liberales que habían concebido la idea de
que, dadas sus dotes poéticas, debería educarse en Europa a costa del

erario público. No obstante, el tono anticlerical de sus versos no convenció


al presidente del Congreso, el conservador Pedro Joaquín Chamorro y
Alfaro, y se resolvió que estudiaría en la ciudad nicaragüense de Granada.
Rubén, sin embargo, prefirió quedarse en Managua, donde continuó su
actividad periodística, colaborando con los diarios    y  
 7   . En la capital se enamoró de una muchacha de once años,
Rosario Emelina Murillo, con la que incluso proyectó casarse. Poco
después, en agosto de 1882, se embarcaba en el puerto de Corinto, hacia
El Salvador.
2

Bernardo de Balbuena.

Bernardo de Balbuena (Valdepeñas (Ciudad Real), 20 de noviembre de


1562 - San Juan de Puerto Rico, 11 de octubre de 1627), poeta español.

Biografía

Nace en Valdepeñas como hijo ilegítimo o bastardo de un indiano. Su


padre, con propiedades en Nueva España, regresó a México en 1564.
Balbuena se quedó en España con su madre y en 1584 pidió "licencia"
para viajar a México donde llega con 22 años, vive con su padre algún
tiempo y se ordena sacerdote.

Esta larga separación de su padre se trasparenta en el tema de la


orfandad, principal hilo narrativo de la leyenda de Bernardo del Carpio
que habrá de narrar años más tarde en su gran poema de épica culta 
6   ð _     . En 1585 gana un concurso
poético y se instala en Guadalajara; vuelve a ganar otro concurso o
certamen en 1590 y en 1592 es nombrado capellán de la Real Audiencia
de Guadalajara, donde empieza su gran poema 6  , terminado
diez años después. Balbuena vive largo tiempo en el reino de Nueva
Galicia (correspondiente a los estados mexicanos de Jalisco y Nayarit), y
reside en un pequeño y aislado pueblo cercano a Compostela, San Pedro
Lagunillas.

Ya de España traía Balbuena un buen bagaje cultural y, como señala José


Rojas Garcidueñas, había preparado con mucha antelación y muy
ambiciosamente su carrera eclesiástica. En 1593 escribe Balbuena la
  .  1  , amplio poema en tercetos encadenados en elogio
de la capital del virreinato. El libro aparece en 1604 dedicado a Doña
Isabel de Tobar y Guzmán, de quien el poeta estaba enamorado. Pero
Balbuena tiene ambiciones de otro tipo y viaja en 1606 a Madrid para ya
no volver a México, aunque siempre tendrá recuerdos para la tierra donde
pasó largos años.

Así, aunque vive brevemente en Madrid y se doctora en teología por la


universidad menor de Sigüenza en 1607, publica en 1608 su novela pastoril
 "     $ , en la figura un pequeño elogio de
México, y que sale en dos emisiones, una de ella con un prólogo del
dramaturgo Antonio Mira de Amescua, también bastardo como Balbuena,
que, aparte de elogiar la obra, aprovecha para hacer un profundo análisis
del género.
O

El libro, posee una prosa poética excelente, entreverada de églogas y


sonetos que no desmerecen al mismo Garcilaso y que el poeta había
compuesto con anterioridad; sin embargo, apenas posee excusa
argumental y supone una vuelta a los modelos italianos del género,
cuando ya la novela pastoril se había castellanizado merced a la obra de
Gaspar Gil Polo. Empieza a verse en esta obra que el talento descriptivo (
  ) es el fuerte como poeta de Balbuena, quien recurre con
frecuencia a la hipotiposis y a la écfrasis. En 1608 logra Balbuena que lo
nombren abad de Jamaica, donde llega en 1610.

Su intento por convertir Jamaica en obispado fracasa, pero en 1623


alcanza altas jerarquías y es nombrado obispo de Puerto Rico; llega a la
isla en 1626, y escribe un informe sobre la isla, donde entre otras cosas se
escandaliza por el grado de consanguinidad que encuentra en la misma;
antes ha sido durante dos años provincial de Santo Domingo. El 6  ,
escrito como ya se ha visto entre 1592 y 1602, y que intentó publicar en
España con anterioridad, aparece al fin en Madrid en 1624.

Una incursión del pirata holandés Balduino Enrico destruye su casa y


biblioteca en la capital de la isla San Juan, perdiéndose gran parte de sus
obras, por ejemplo,    .    y otro poema épico, 
ð . Muere Balbuena en San Juan en 1627, el mismo año que Luis de
Góngora. Su idea de la poesía se conoce a través de la Introducción al
6   y el ð       .    $ , un
erudito tratado de poética que sostiene una concepción casi parnasiana
de la belleza formal.
Oc

Luis de Góngora y Argote

Luis de Góngora, por Velázquez.

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 11 de julio de 1561 ² ibídem, 23 de


mayo de 1627) fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro,
máximo exponente de la corriente literaria conocida, más tarde y con
simplificación perpetuada a lo largo de siglos, como culteranismo o
gongorismo, cuya obra será imitada tanto en su siglo como en los siglos
posteriores en Europa y América. Como si se tratara de un clásico latino,
sus obras fueron objeto de exégesis ya en su misma época.

Biografía
Nació en la antigua calle de Las Pavas (hoy Tomás Conde), en una casa
propiedad de su tío Francisco de Góngora, racionero de la catedral,
situada en el lugar que ocupa el hoy número 10 de la calle, aunque siguen
existiendo dudas sobre estos datos. Era hijo del juez de bienes confiscados
por el Santo Oficio de Córdoba don Francisco de Argote y de la dama de
la nobleza Leonor de Góngora. Estudió en Salamanca, tomó órdenes
menores en 1585 y fue canónigo beneficiado de la catedral cordobesa,
donde fue amonestado ante el obispo Pacheco por acudir pocas veces al
coro y por charlar en él, así como por acudir a diversiones profanas y
componer versos satíricos. Desde 1589 viajó en diversas comisiones de su
cabildo por Navarra, León (Salamanca), Andalucía y por ambas Castillas
(Madrid, Granada, Jaén, Cuenca o Toledo). Compuso entonces
numerosos sonetos, romances y letrillas satíricas y líricas, y músicos como
Diego Gómez, Gabriel Díaz o Claudio de la Sablonara le buscaron para
musicar estos poemas.[1]

En 1609 regresó a Córdoba y empezó a intensificar la tensión estética y el


barroquismo de sus versos. Entre 1610 y 1611 escribió la Oda a la toma de
Larache y en 1613 el Polifemo, un poema en octavas que parafrasea un
pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio, tema que ya había sido
tratado por su coterráneo Luis Carrillo y Sotomayor en su Fábula de Acis y
Galatea; el mismo año divulgó en la Corte su poema más ambicioso, las
incompletas Soledades. Este poema desató una gran polémica a causa
de su oscuridad y afectación y le creó una gran legión de seguidores, los
llamados poetas culteranos (Salvador Jacinto Polo de Medina, fray
Hortensio Félix Panavisión, Francisco de Trillo y Figueroa, Gabriel Bocángel,
el Conde de Villamediana, sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Soto de Rojas,
O

Miguel Colodrero de Villalobos, Anastasio Pantaleón de Ribera...) así como


enemigos entre conceptistas como Francisco de Quevedo o clasicistas
como Lope de Vega, Lupercio Leonardo de Argensola y Bartolomé
Leonardo de Argensola.[2]

Algunos de estos, sin embargo, llegaron con el tiempo a militar entre sus
defensores, como Juan de Jáuregui. El caso es que su figura se revistió de
aun mayor prestigio, hasta el punto de que Felipe III le nombró capellán
real en 1617. Para desempeñar tal cargo, vivió en la Corte hasta 1626,
arruinándose para conseguir cargos y prebendas a casi todos sus
familiares; al año siguiente, en 1627, perdidas la memoria, marchó a
Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema
pobreza. Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los
pleitos, los documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de
Quevedo, se sabe que era jovial, sociable, hablador y amante del lujo y de
entretenimientos como los naipes y la tauromaquia, hasta el punto de que
se le llegó a reprochar frecuentemente lo poco que dignificaba los hábitos
eclesiásticos. En la época fue tenido por maestro de la sátira, aunque no
llegó a los extremos expresionistas de Quevedo ni a las negrísimas tintas de
Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana, que fue amigo
suyo y uno de sus mejores discípulos poéticos.[1]

En sus poesías se solían distinguir dos períodos. En el tradicional hace uso de


los metros cortos y temas ligeros. Para ello usaba décimas, romances,
letrillas, etc... Este período duró hasta el año 1610, en que cambió
rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas
difíciles, muchas alusiones mitológicas, cultismos, hipérbatos, etc... pero
Dámaso Alonso demostró que estas dificultades estaban ya presentes en
su primera época y que la segunda es solamente una intensificación de
estos recursos realizada por motivos estéticos.[3]
OO

Luis Carrillo y Sotomayor


Luis Carrillo y Sotomayor (Baena, Córdoba, 1585 - Puerto de Santa María,
Cádiz, 1610) fue un poeta, prosista y traductor español, representante del
tópico, tan común en el Siglo de Oro de hombre de armas y letras, y tan
obsesionado por el paso del tiempo como exagerado en su
apasionamiento religioso.De noble familia, hijo de Fernando Carrillo y de
Francisca Valenzuela y Faxardo. Fue hermano de Alfonso Carrillo Lasso de
la Vega A pesar del interés que ha mantenido la crítica sobre este autor,
muy pocas son las noticias que se tienen de su vida, la mayor parte de ellas
extraídas de la portada de la edición de sus obras. Estudió en Salamanca.
Inició, posteriormente, la carrera militar, concretamente en la Marina,
llegando a ocupar el cargo de cuatralbo. Fue caballero de la Orden de
Santiago, cuatralbo en las galeras de España, soldado en las luchas contra
los levantamientos de los moriscos en Laguar y Alfaques y comendador de
la Fuente del Maestre, cargo que no llegó a ejercer ya que le sorprendió la
muerte a los 24 años. Vivió en la Corte y celebró a diversos magnates, en
especial al Conde de Niebla. Murió de una enfermedad contraída en su
adolescencia.

No es pequeña su producción litararia si se tiene en cuenta su breve


existencia: cincuenta sonetos, dos églogas, quince canciones, ocho
romances, un epitafio, tres letras, nueve poemas en redondillas, uno en liras
y uno en décimas, por lo que atañe a su obra en verso. En prosa, es autor
del interesante tratado    !  (1611), en el que el
autor expone la estética del Barroco: poesía difícil y de forma muy
elaborada e ingeniosa. El conceptismo y el culteranismo tienen en Luis
Carrillo su precedente más inmediato. Su producción poética fue recogida
por su hermano Alonso en "  ð   , Madrid,
1611. Dámaso Alonso editó en 1936 sus  $   . En ellas hay
ecos de Garcilaso y prenuncios gongorinos. Dámaso Alonso y también
Cossío negaron que su    -   influyera en el  
de Luis de Góngora.

Respecto a las traducciones, los 396 primeros versos del      de


Ovidio y el (     de Séneca. Dos son los problemas
fundamentales que plantea su obra: la transmisión de la misma y su
correcta ubicación en ese momento de transición del Renacimiento
(segundo Renacimiento, según algunos críticos, el de finales del siglo XVI) al
barroco, esto es, el manierismo. Con respecto al primer problema, es un
poeta que al igual que otros muchos del momento, no publicó sus poesías
en vida.
OK

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‘   ‘

Johann Gottlieb Fichte (Rammenau, Alemania, 19 de mayo de 1762 - Berlín, 27 de enero


de 1814), filósofo alemán de gran importancia en la historia del pensamiento occidental.
Como continuador de la filosofía crítica de Kant y precursor tanto de Schelling como de la
filosofía del espíritu de Hegel, es considerado uno de los padres del llamado idealismo
alemán.

[editar] Vida

Nacido de padres muy pobres, durante su infancia tuvo que trabajar cuidando ocas para
ayudar a su familia. Gracias al apoyo del barón von Miltitz pudo Fichte comenzar sus
estudios. El barón, después de verle imitar al pastor y escucharle repetir de memoria un
sermón al cual no había podido asistir, se decidió a ayudarle.

Tras acabar sus estudios en el instituto de segunda enseñanza # de Naumburgo,


se inscribe en la facultad de Teología de Jena en 1780, para después trasladarse a Leipzig.
Durante estos años la ayuda del barón disminuyó paulatinamente, por lo que para aliviar
la falta de medios Fichte se puso a trabajar de preceptor, abandonando sus estudios de
Teología. Se mudó a Zúrich donde conoció a Johanna Rahn, con la que finalmente se
casaría a escondidas en octubre de 1793.

En 1790, mientras vivía en Leipzig, un estudiante le pidió dinero y que le diera lecciones
sobre Kant. Como Fichte todavía no conocía la ð$    .! , tuvo que leérsela,
lo que se convirtió para él en una verdadera revelación. A propósito de esta lectura,
escribió que su descubrimiento le había enriquecido tanto interiormente que se sentía "el
hombre más tonto e insípido del mundo".[  %  ]

En 1791 viajó a Königsberg para conocer a Kant, quien le debía dinero,[  %  ]. Aunque
inicialmente éste no pareció muy agradado por esta inesperada visita, cuando Fichte le
enseñó un escrito suyo, el 2  $      !, le agradó tanto a Kant
que pidió personalmente a su editor que lo publicara, lo cual se hizo anónimamente en
1792. Como los académicos pensaron que el libro había sido escrito por el propio Kant,
cuando el mismo Kant aclaró la confusión y alabó públicamente la obra, la reputación de
Fichte creció significativamente entre la comunidad de filósofos. A consecuencia de este
ascenso de su fama, fue llamado a la Universidad de Jena para ocupar una cátedra de
filosofía que había quedado vacante. Allí, entre 1794 y 1795 dictó una serie de polémicas
lecciones que serían publicadas como -        , en las
cuales se exponen los temas fundamentales de su reflexión filosófica.

En 1799 una áspera polémica sobre el ateísmo, sostenida con un discípulo, le obligó a
dimitir, trasladándose en 1800 a Berlín, donde, como no había universidad, tuvo que
trabajar dando lecciones privadas para mantenerse.

En 1806, en el Berlín ocupado por Napoleón, Fichte escribió los (   !
   , que se convirtió en el origen del nacionalismo alemán. En él, Fichte afirma la
superioridad cultural y filosófica del idioma alemán sobre los idiomas "neo-latinos", y como
conclusión, la nación alemana entera tenía una enorme ventaja sobre las demás
naciones europeas. Incitaba además al combate contra las tropas napoleónicas.
O

Cuando en 1810 se creó la Universidad de Berlín, fue nombrado profesor ordinario de


filosofía, siendo posteriormente elegido rector en 1811. Al desatarse la Guerra de
Liberación en 1813, Fichte deja sus lecciones y se enrola en la milicia.

Murió en enero de 1814 a los 51 años de edad a causa del tifus que le había contagiado
su mujer, la cual había contraído a su vez la enfermedad mientras trabajaba de
enfermera voluntaria cuidando a soldados en un hospital militar.
OV

James McPherson.

Oscina pintado por François Pascal Simon Gérard.

 ‘  , más conocido por su heterónimo, el bardo céltico


, (Ruthven, parroquia de Kingussie, Inverness, 27 de octubre de 1736 -
Belville in Badenoch, 17 de febrero de 1796), poeta escocés del
Prerromanticismo, uno de los poetas de cementerio.

En 1753 empezó a cursar estudios superiores en el Kings's College de la


Universidad de Aberdeen y más tarde en Edimburgo, sin llegar a obtener
ningún grado. En el año 1760 se inició como escritor con   
-    # &#    (Fragmentos de
antigua poesía recogida en las Tierras Altas de Escocia), que decía haber
traducido del gaélico; ese mismo año obtuvo más manuscritos y en 1761
afirmó haber encontrado un poema épico sobre el rey Fingal escrito por el
bardo céltico Ossian, que publicó con el título   en ese mismo año;
después publicó 0  (1763), otra presunta traducción, y por fin la
edición de la colección completa de esos supuestos manuscritos, 0# 
:"  (Los trabajos u obras de Ossian), en 1765. Se creía que estos
libros eran traducciones de poemas escritos por el bardo gaélico del siglo
III Ossián (léase Oisín), recopilados por Macpherson; sin embargo, varios
elementos estilísticos, históricos y lingüísticos causaron controversia entre los
medievalistas, algunos de los cuales acusaron a Macpherson de falsario y
de no querer mostrar sus manuscritos originales, lo que en efecto nunca
hizo. La cuestión se contaminó con ribetes políticos cuando los irlandeses
entendieron que se intentaba asimilar su propia tradición cultural y
nacionalizarla como escocesa. La polémica quedó más o menos definida
cuando el doctor Samuel Johnson dictaminó que los poemas de Ossián
eran en realidad una mixtificación de Macpherson: composiciones
medievales unidas por textos propios originales compuestos #. Pero la
polémica continuó hasta principios del siglo XIX, con discusiones sobre si los
poemas se basaban en fuentes irlandesas, en fuentes escritas en inglés, en
fragmentos gaélicos refundidos en el texto de Macpherson como concluyó
Samuel Johnson o en tradiciones orales en gaélico escocés como
afirmaba Macpherson. Los estudios modernos tienden a creer que
Macpherson había recogido realmente baladas gaélicas de Ossián, pero
las adaptó a la sensibilidad contemporánea alterando el carácter y las
ideas originales e introduciendo mucho material propio. Muchos opinan
que la cuestión de la autenticidad no debería ocultar el mérito artístico
intrínseco y el significado cultural de los poemas.
Oh

El prestigio de Ossián fue enorme para los románticos europeos, quienes,


como ya se ha dicho, lo tuvieron por una especie de Homero medieval, y
sus versos fueron una de las lecturas favoritas del escritor romántico
escocés Walter Scott, de los autores del Sturm und Drang Goethe (cuya
traducción de una parte de las obras de Macpherson aparece en una
escena importante de      : # ) y Johann Gottfried
Herder (que escribió un ensayo titulado 1      
 "         ), de lord Byron y del
mismísimo Napoleón Bonaparte, al parecer un escritor frustrado. Osián sirvió
también de inspiración al poeta españól José de Espronceda en la
composición de su poema épico Óscar y Malvina. Macpherson murió el 17
de febrero de 1796.

José Cadalso y Vázquez de Andrade (Cádiz, 8 de octubre de 1741 ² San


Roque (Cádiz),

Semblanza biográfica

La vida de José Cadalso se conoce no ya únicamente a través de


documentos y testimonios de sus contemporáneos, sino, de un modo más
valioso, por la visión que él mismo nos ofrece en su
  
        y de las cartas conservadas
(1773²1780).

José Cadalso y Vázquez nació en Cádiz, el 8 de octubre de 1741. La


familia, sin embargo, procedía por línea paterna del señorío de Vizcaya. La
madre murió a consecuencia del parto, y el padre, ausente por negocios
en América, iba a tardar casi trece años en conocer al niño. Tuvo que
encargarse de su educación un tío jesuita, el padre Mateo Vázquez. Él fue
quien envió al futuro escritor a estudiar a Francia. Vuelto el padre de Indias,
desembarcó en España y se dirigió a París a conocer a su hijo. Y ansioso
siempre de nuevos ambientes, se fue después a Inglaterra, donde tanto se
entusiasmó, que llamó con él a Londres al educando. También viajaría por
Italia y Alemania, cuyos idiomas, igual que el latín y el inglés, dominaba.
Tras otro año de estancia en París, pasando por Holanda, regresó por fin a
España el cosmopolita muchacho, recibiendo una impresión muy negativa
de un país que no había apenas conocido en contraste con su
experiencia europea; ello marcará fuertemente la índole de sus posteriores
ð     .

Ingresó entonces por orden de su padre y con dieciséis años en el



Seminario de Nobles de Madrid, según cuenta,      
       .   », ya que su padre quería
corregir en él las costumbres y la religión, y prepararle para un empleo de
covachuelista, que detestaba; a ese fin fingió sentir inclinación por ser
jesuita, sabedor de que su padre detestaba a los de la Compañía, y le
sacó de allí; intentó persuadirle entonces de que lo que le gustaba era la
carrera militar, lo que tampoco placía a su padre; se valió de estos
tormentos para que su padre le devolviera a Europa y, entre los dieciocho
y los veinte años vivió de nuevo en París y Londres, hasta que le llegó la
noticia de la muerte de su padre en Copenhague (1761).
O2

Poema A Los Espacios de José Martí

A los espacios entregarme quiero


Donde se vive en paz, y con un manto
De luz, en gozo embriagador henchido,
Sobre las nubes blancas se pasea, ?
Y donde Dante y las estrellas viven.
Yo sé, yo sé, porque lo tengo visto
En ciertas horas puras, cómo rompe
Su cáliz una flor,? y no es diverso
Del modo, no, con que lo quiebra el alma.
Escuchad, y os diré: ?viene de pronto
Como una aurora inesperada, y como
A la primera luz de primavera
De flor se cubren las amables lilas«
Triste de mí: contároslo quería
Y en espera del verso, las grandiosas
Imágenes en fila ante mis ojos
Como águilas alegres vi sentadas.
Pero las voces de los hombres echan
De junto a mí las nobles aves de oro:
Ya se van, ya se van: ved cómo rueda
La sangre de mi herida.
Si me pedís un símbolo del mundo
En estos tiempos, vedlo: un ala rota.
Se labra mucho el oro, el alma apenas!?
Ved cómo sufro: vive el alma mía
Cual cierva en una cueva acorralada:?
¡Oh, no está bien:
me vengaré, llorando!

Poema ¡dolor! ¡dolor! Eterna Vida Mía


de José Martí

¡Dolor! ¡Dolor! eterna vida mía,


K

Ser de mi ser, sin cuyo aliento muero!

***

Goce en buen hora espíritu mezquino


Al son del baile animador, y prenda
Su alma en las flores que el flotante lino
De mujeres bellísimas engasta:?

Goce en buen hora, y su cerebro encienda


En la rojiza lumbre de la incasta
Hoguera del deseo:?

Yo, ?embriagado de mis penas,? me devoro,


Y mis miserias lloro,
Y buitre de mí mismo me levanto,
Y me hiero y me curo con mi canto,
Buitre a la vez que altivo Prometeo.

Poema Árbol De Mi Alma de José Martí

Como un ave que cruza el aire claro


Siento hacia mí venir tu pensamiento
Y acá en mi corazón hacer su nido.
Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas
Como los labios frescos de un mancebo
En su primer abrazo a una hermosura:
Cuchichean las hojas: tal parecen
Lenguaraces obreras y envidiosas,
A la doncella de la casa rica
En preparar el tálamo ocupadas:
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, y derruidas
Ramas lo limpio: bruño con cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las flores
Los gusanos del pétalo comido
Kc

Separo: oreo el césped en contorno


Y a recibirte, oh pájaro sin mancha
Apresto el corazón enajenado!

Poema Cese, Señora, El Duelo... de José Martí

Cese, señora, el duelo en vuestro canto,


¿Qué fuera nuestra vida sin enojos?
¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo!
¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos
Si alguna vez no los mojara el llanto?
Romped las cuerdas del amargo duelo.
Quien sufre como vos sufrís, señora:
Es más que una mujer, algo del cielo,
Que de él huyó y entre nosotros mora.

Poema Con La Primavera de José Martí

Con la primavera
Viene la canción,
La tristeza dulce
Y el galante amor.
Con la primavera
Viene una ansiedad
De pájaro preso
Que quiere volar.
No hay cetro más noble
Que el de padecer:
Sólo un rey existe:
El muerto es el rey
K

Poema Copa Con Alas de José Martí

Una copa con alas: quién la ha visto


antes que yo? Yo ayer la vi. Subía
con lenta majestad, como quien vierte
óleo sagrado: y a sus bordes dulces
mis regalados labios apretaba:?
Ni una gota siquiera, ni una gota
del bálsamo perdí que hubo en tu beso!
Tu cabeza de negra cabellera
?Te acuerdas?? con mi mano requería,
porque de mí tus labios generosos
no se apartaran. ?Blanda como el beso
que a ti me transfundía, era la suave
atmósfera en redor: La vida entera
sentí que a mí abrazándote, abrazaba!
Perdí el mundo de vista, y sus ruidos
y su envidiosa y bárbara batalla!
Una copa en los aires ascendía
y yo, en brazos no vistos reclinado
tras ella, asido de sus dulces bordes:
Por el espacio azul me remontaba!
Oh amor, oh inmenso, oh acabado artista:
en rueda o riel funde el herrero el hierro:
una flor o mujer o águila o ángel
en oro o plata el joyador cincela:
Tú sólo, sólo tú, sabes el modo
de reducir el Universo a un beso!

Poema Crin Hirsuta de José Martí

¿Que como crin hirsuta de espantado


Caballo que en los troncos secos mira
Garras y dientes de tremendo lobo,
Mi destrozado verso se levanta«?
Sí; ¡pero se levanta! ?a la manera
Como cuando el puñal se hunde en el cuello
De la res, sube al cielo hilo de sangre:?
Sólo el amor engendra melodí
KO

Poema Cuando Me Puse a Pensar


de José Martí
Cuando me puse a pensar
La razón me dio a elegir
Entre ser quien soy, o ir
El ser ajeno a emprestar,

Mas me dije: si el copiar


Fuera ley, no nacería
Hombre alguno, pues haría
Lo que antes de él se ha hecho:
Y dije, llamando al pecho,
¡Sé quien eres, alma mía!?

Poema Dentro de Mí...


de José Martí

Dentro de mí hay un león enfrenado:


De mi corazón he labrado sus riendas:
Tú me lo rompiste: cuando lo vi roto
Me pareció bien enfrenar a la fiera.

Antes, cual la llama que en la estera prende,


Mi cólera ardía, lucía y se apagaba:
Como del león generoso en la selva
La fiebre se enciende; lo ciega y se calma.

Pero, ya no puedes: las riendas le he puesto


Y al juicio he subido en el león a caballo:
La furia del juicio es tenaz: ya no puedes.
Dentro de mí hay un león enfrenado
DELECTACIÓN MOROSA

La tarde, con ligera pincelada


KK

que iluminó la paz de nuestro asilo,


apuntó en su matiz crisoberilo
una sutil decoración morada.

Surgió enorme la luna en la enramada;


las hojas agravaban su sigilo,
y una araña en la punta de su hilo,
tejía sobre el astro, hipnotizada.

Poblóse de murciélagos el combo


cielo, a manera de chinesco biombo;
sus rodillas exangües sobre el plinto

manifestaban la delicia inerte,


y a nuestros pies un río de jacinto
corría sin rumor hacia la muerte.

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A LOS GAUCHOS

Raza valerosa y dura


que con pujanza silvestre
dio a la patria en garbo ecuestre
su primitiva escultura.
Una terrible ventura
va a su sacrificio unida,
como despliega la herida
que al toro desfonda el cuello,
en el raudal del degüello
la bandera de la vida.

Es que la fiel voluntad


que al torvo destino alegra,
funde en vino la uva negra
de la dura adversidad.
Y en punto de libertad
no hay satisfacción más neta,
que medírsela completa
entre riesgo y corazón,
con tres cuartas de facón
y cuatro pies de cuarteta.

En la hora del gran dolor


que a la historia nos paría,
así como el bien del día
trova el pájaro cantor,
la copla del payador
anunció el amanecer,
y en el fresco rosicler
que pintaba el primer rayo,
el lindo gaucho de Mayo
partió para no volver.
K

Así salió a rodar tierra


contra el viejo vilipendio,
enarbolando el incendio
como estandarte de guerra.
Mar y cielo, pampa y sierra,
su galope al sueño arranca,
y bien sentada en el anca
que por las cuestas se empina
le sonríe su Argentina
linda y fresca, azul y blanca.

Luego al amor del caudillo


siguió, muriendo admirable,
con el patriótico sable
ya rebajado a cuchillo;
pensando, alegre y sencillo,
que en cualesquiera ocasión,
desde que cae al montón
hasta el día en que se acaba,
pinta el cub de la taba
la existencia del varón.

Su poesía es la temprana
gloria del verdor campero
donde un relincho ligero
regocija la mañana.
Y la morocha lozana
de sediciosa cadera,
en cuya humilde pollera,
primicias de juventud
nos insinuó la inquietud
de la loca primavera.

Su recuerdo, vago lloro


de guitarra sorda y vieja,
la patria no apareja
preopación ni desdoro.
De lo bien que guarda el oro,
el guijarro es argumento;
y desde que el pavimento
con su nivel sobrepasa,
va sepultando la casa
las piedras de su cimiento.

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LA BLANCA SOLEDAD

Bajo la calma del sueño,


calma lunar de luminosa seda,
la noche
como si fuera
KV

el blanco cuerpo del silencio,


dulcemente en la inmensidad se acuesta.
Y desata
su cabellera,
en prodigioso follaje de alamedas.

Nada vive sino el ojo


del reloj en la torre tétrica,
profundizando inútilmente el infinito
como un agujero abierto en la arena.
El infinito.
Rodado por las ruedas
de los relojes,
como un carro que nunca llega.

La luna cava un blanco abismo


de quietud, en cuya cuenca
las cosas son cadáveres
y las sombras viven como ideas.
Y uno se pasma de lo próxima
que está la muerte en la blancura aquella.
De lo bello que es el mundo
poseído por la antigüedad de la luna llena.
Y el ansia tristísima de ser amado,
en el corazón doloroso tiembla.

Hay una ciudad en el aire,


una ciudad casi invisible suspensa,
cuyos vagos perfiles
sobre la clara noche transparentan,
como las rayas de agua en un pliego,
su cristalización poliédrica.
Una ciudad tan lejana,
que angustia con su absurda presencia.

¿Es una ciudad o un buque


en el que fuésemos abandonando la tierra,
callados y felices,
y con tal pureza,
que sólo nuestras almas
en la blancura plenilunar vivieran?...

Y de pronto cruza un vago


estremecimiento por la luz serena.
Las líneas se desvanecen,
la inmensidad cámbiase en blanca piedra
y sólo permanece en la noche aciaga
la certidumbre de tu ausencia.

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ELEGÍA CREPUSCULAR
Kh

Desamparo remoto de la estrella,


hermano del amor sin esperanza,
cuando el herido corazón no alcanza
sino el consuelo de morir por ella.

Destino a la vez fútil y tremendo


de sentir que con gracia dolorosa
en la fragilidad de cada rosa
hay algo nuestro que se está muriendo.

Ilusión de alcanzar, franca o esquiva,


la compasión que agonizando implora,
en una dicha tan desgarradora
que nos debe matar por excesiva.

Eco de aquella anónima tonada


cuya dulzura sin querer nos hizo
con la propia delicia de su hechizo
un mal tan hondo al alma enajenada.

Tristeza llena de fatal encanto,


en el que ya incapaz de gloria o de arte,
sólo acierto, temblando, a preguntarte
¡qué culpa tengo de quererte tanto!

Heroísmo de amar hasta la muerte,


que el corazón rendido te inmolara,
con una noble sencillez tan clara
como el gozo que en lágrimas se vierte.

Y en lenguaje a la vez vulgar y blando,


al ponerlo en tus manos te diría:
no sé cómo no entiendes, alma mía,
que de tanto adorar se está matando.

¿Cómo puedes dudar, si en el exceso


de esta pasión, yo mismo me lo hiriera,
sólo porque a la herida se viniera
toda mi sangre desbordada en beso?

Pero ya el día, irremediablemente,


se va a morir más lúgubre en su calma:
y más hundida en soledad mi alma,
te llora tan cercana y tan ausente.

Trágico paso el aposento mide....


Y al final de la alameda oscura,
parece que algo tuyo se despide
en la desolación de mi ternura.

Glorioso en mi martirio, sólo espero


la perfección de padecer por ti.
Y es tan hondo el dolor con que te quiero,

que tengo miedo de quererte así.

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LA PALMERA

Al llegar la hora esperada


en que de amarla me muera,
que dejen una palmera
sobre mi tumba plantada.

Así cuando todo calle,


en el olvido disuelto,
recobrará el tronco esbelto
la elegancia de su talle.

En la copa, que su alteza


doble con melancolía,
se abatirá la sombría
dulzura de su cabeza.

Entregará con ternura


la flor, al viento sonoro,
el mismo reguero de oro
que dejaba su hermosura.

Como un suspiro al pasar,


palpitando entre las hojas,
murmurará mis congojas
la brisa crepuscular.

Y mi recuerdo ha de ser,
en su angustia sin reposo,
el pájaro misterioso
que vuelve al anochecer.

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LIED DE LA BOCA FLORIDA

Al ofrecerte una rosa


el jardinero prolijo,
orgulloso de ella, dijo:
no existe otra más hermosa.

A pesar de su color,
su belleza y su fragancia,
respondí con arrogancia:
yo conozco una mejor.

Sonreíste tú a mi fiero
remoque de paladín...
Y regresó a su jardín
K2

cabizbajo el jardinero.

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TONADA

Las tres hermanas de mi alma


novio salen a buscar.
La mayor dice: yo quiero,
quiero un rey para reinar.
Esa fue la favorita,
favorita del sultán.

La segunda dice: yo
quiero un sabio de verdad,
que en juventud y hermosura
me sepa inmortalizar.
Ésa casó con el mago
de la ínsula de cristal.

La pequeña nada dice,


sólo acierta a suspirar.
Ella es de las tres hermanas
la única que sabe amar.
No busca más que el amor,
y no lo puede encontrar.

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HIMNO A LA LUNA

Luna, quiero cantarte


Oh ilustre anciana de las mitologías,
Con todas las fuerzas del arte.

Deidad que en los antiguos días


Imprimiste en nuestro polvo tu sandalia,
No alabaré el litúrgico furor de tus orgías
Ni tu erótica didascalia,
Para que alumbres sin mayores ironías,
Al polígloto elogio de las Guías,
Noches sentimentales de mieses en Italia.

Aumenta el almizcle de los gatos de algalia;


Exaspera con letárgico veneno
A las rosas ebrias de etileno
Como cortesanas modernas;
Y que tu influjo activo,
La sangre de las vírgenes tiernas
Corra en misterio significativo.

Yo te hablaré con maneras corteses


Aunque sé que sólo eres un esqueleto,



Y guardaré tu secreto
Propicio a las cabelleras y a las mieses.

Te amo porque eres generosa y buena,


¡Cuánto, cuánto albayalde
Llevas gastado en balde
Para adornar a tu hermana morena!

[ .... ]

Entre nubes al bromuro,


Encalla como un témpano prematuro,
Haciendo relumbrar, en fractura de estrella,
Sobre el solariego muro
Los cascos de botella.
Por el confín obscuro,
Con narcótico balanceo de cuna,
Las olas se aterciopelan de luna;
Y abren a la luz su tesoro
En una dehiscencia de valvas de oro.

[ .... ]

Como una dama de senos yertos


Clavada de sien a sien por la neuralgia,
Cruza sobre los desiertos
Llena de más allá y de nostalgia
Aquella luna de los muertos.
Aquella luna deslumbrante y seca-
Una luna de la Meca ...

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AL JOROBADO

Sabio jorobado, pide a la taberna,


Comadre del diablo, su teta de loba.
El vino te enciende como una linterna
Y en turris ebúrnea trueca tu joroba,
Porque de nodriza tuviste una loba
Como los gemelos de Roma la Eterna.

Sabio jorobado, tu pálida mueca


Tiene óxidos de odio como los puñales,
Y los dados sueltos de tu risa seca
Con los cascabeles disuenan rivales.
Tu risa amenaza como los puñales,
Como un moribundo se tuerce tu mueca.

Sabio jorobado, la pálida estrella


Que tú enamorabas desde una cornisa,
Como blanca novia, como astral doncella,
Del balcón del cielo cuelga su camisa.

c

Un gato me ha dicho desde la cornisa,


Sabio jorobado, que duermes con ella.

Demanda a la luna tu disfraz de boda


Y en íntimo lance finge a Pulcinela.
Pulula en el río tanta lentejuela
Para esos brocatos a la última moda,
Que en su fondo debes celebrar tu boda
Tal como un lunólogo dandy a la alta escuela.

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Canción de Otoño en Primavera

Juventud, divino tesoro,


¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste


historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;


sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.


Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,


¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más


halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura


una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño


y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,



falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,


¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca


el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso


la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera


imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,


¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,


en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa


que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,


mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,


¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mía el Alba de oro!

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A MARGARITA DEBAYLE

Margarita, está linda la mar,



O

y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Éste era un rey que tenía


un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,

un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa


vió una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla


decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas


se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fué la niña bella,


bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,


por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta


de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?


Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,

K

que encendido se te ve?"

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
"Fuí a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad."

Y el rey clama: "¿No te he dicho


que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar."

Y dice ella: "No hubo intento;


yo me fuí no sé por qué;
por las olas y en el viento
fuí a la estrella y la corté."

Y el papá dice enojado:


"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver."

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas


esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí."

Viste el rey ropas brillantes,


y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,


pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,


y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,


guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

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SONATINA

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?


Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.


Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China,


o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
]o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa


quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,


ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!


Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!


(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,



V

en caballo con alas, hacia acá se encamina,


en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
a encenderte los labios con su beso de amor!

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YO PERSIGO UNA FORMA

Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,


botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
al abrazo imposible de la Venus de Milo.

Adornan verdes palmas el blanco peristilo;


los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.

Y no hallo sino la palabra que huye,


la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;

y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,


el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.

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ITE, MISSA EST

A Reynaldo de Rafael

Yo adoro a una sonámbula con alma de Eloísa,


virgen como la nieve y honda como la mar;
su espíritu es la hostia de mi amorosa misa,
y alzo al són de una dulce lira crepuscular.

Ojos de evocadora, gesto de profetisa,


en ella hay la sagrada frecuencia del altar:
su risa en la sonrisa suave de Monna Lisa;
sus labios son los únicos labios para besar.

Y he de besarla un día con rojo beso ardiente;


apoyada en mi brazo como convaleciente
me mirará asombrada con íntimo pavor;

la enamorada esfinge quedará estupefacta;


apagaré la llama de la vestal intacta
¡y la faunesa antigua me rugirá de amor!

h

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CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA


A José Enrique Rodó

I
Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana,
en cuya noche un ruiseñor había
que era alondra de luz por la mañana.

El dueño fuí de mi jardín de sueño,


lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos;

y muy siglo diez y ocho y muy antiguo


y muy moderno; audaz, cosmopollita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infinitas.

Yo supe de dolor desde mi infancia,


mi juventud... ¿fue juventud la mía?
Sus rosas aún me dejan la fragancia...
una fragancia de melancolía...

Potro sin freno se lanzó mi instinto,


mi juventud montó potro sin freno;
iba embriagada y con puñal al cinto;
si no cayó, fué porque Dios es bueno.

En mi jardín se vió una estatua bella;


se juzgó de mármol y era carne viva;
un alma joven habitaba en ella,
sentimental, sensible, sensitiva.

Y tímida, ante el mundo, de manera


que encerrada en silencio no salía,
sino cuando en la dulce primavera
era la hora de la melodía...

Hora de ocaso y de discreto beso;


hora crepuscular y de retiro;
hora de madrigal y de embeleso,
de "te adoro", de "¡ay!" y de suspiro.

Y entonces era en la dulzaina un juego


de misteriosas gamas cristalinas,
un renovar de notas del Pan griego
y un desgranar de músicas latinas.

Con aire tal y con ardor tan vivo,


que a la estatua nacían de repente



en el muslo viril patas de chivo


y dos cuernos de sátiro en la frente.

Como la Galatea gongorina


me encantó la marquesa varleniana,
y así juntaba a la pasión divina
una sensual hiperestesia humana;

todo ansia, todo ardor, sensación pura


y vigor natural; y sin falsía,
y sin comedia y sin literatura...:
Si hay un alma sincera, ésa es la mía.

La torre de marmil tentó mi anhelo;


quise encerrarme dentro de mí mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo
desde las sombras de mi propio abismo.

Como la esponja que la sal satura


en el jugo del mar, fué el dulce y tierno
corazón mío, henchido de amargura
por el mundo, la carne y el infierno.

Mas, por la gracia de Dios, en mi conciencia


el Bien supo elegir la mejor parte;
y si hubo áspera hiel en mi existencia,
melificó toda acritud el Arte.

Mi intelecto libré de pensar bajo,


bañó el agua castalia el alma mía,
peregrinó mi corazón y trajo
de la sagrada selva la armonía.

¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profunda


emanación del corazón divino
de la sagrada selva! ¡Oh, la fecunda
fuente cuyo virtud vence al destino!

Bosque ideal que lo real complica,


allí el cuerpo arde y vive y Psiquis vuela;
mientras abajo el sátiro fornica,
ebria de azul deslíe Filomela.

Perla de ensueño y música amorosa


en la cúpula en flor del laurel verde,
Hipsipila sutil liba en la rosa,
y la boca del fauno el pezón muerde.

Allí va el dios en celo tras la hembra,


y la caña de Pan se alza del lodo;
la eterna vida sus semilas siembra,
y brota la armonía del gran Todo.

2

El alma que entra allí debe ir desnuda,


temblando de deseo y fiebre santa,
sobre cardo heridor y espina aguda:
así sueña, así vibra y así canta.

Vida, luz y verdad, tal triple llama


produce la interior llama infinita.
El Arte puro como Cristo exclama:
¡Ego sum lux et veritas et vita!

Y la vida es misterio, la luz ciega


y la verdad inaccesible asombra;
la adusta perfección jamás se entrega,
y el secreto ideal duerme en la sombra.

Por eso ser sincero es ser potente;


de desnuda que está, brilla la estrella;
el agua dice el alma de la fuente
en la voz de cristal que fluye de ella.

Tal fué mi intento, hacer del alma pura


mía, una estrella, una fuente sonora,
con el horro de la literatura
y loco de crepúsculo y de aurora.

Del crepúsculo azul que da la pauta


que los celestes éxtasis inspira,
bruma y tono menor ¡toda la flauta!,
y Aurora, hija del Sol ¡toda la lira!

Pasó una piedra que lanzó una honda;


pasó una flecha que aguzó un violento.
La piedra de la honda fué a la onda,
y la flecha del odio fuése al viento.

La virtud está en ser tranquilo y fuerte;


con el fuego interior todo se abrasa;
si triunfa del rencor y de la muerte,
y hacia Belén... ¡la caravana pasa!

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LOS CISNES

A Juan Ramón Jiménez

¿Qué signo haces, oh Cisne, con tu encorvado cuello


al paso de los tristes y errantes soñadores?
¿Por qué tan silencioso de ser blanco y ser bello,
tiránico a las aguas e impasible a las flores?

Yo te saludo ahora como en versos latinos


te saludara antaño Publio Ovidio Nasón.
V

Los mismos ruiseñores cantan los mismos trinos,


y en diferentes lenguas es la misma canción.

A vosotros mi lengua no debe ser extraña.


A Garcilaso visteis, acaso, alguna vez...
Soy un hijo de América, soy un nieto de España...
Quevedo pudo hablaros en verso en Aranjuez....

Cisnes, los abanicos de vuestras alas frescas


den a las frentes pálidas sus caricias más puras
y alejen vuestras blancas figuras pintorescas
de nuestras mentes tristes las ideas obscuras.

Brumas septentrionales nos llenan de tristezas,


se mueren nuestras rosas, se agostan nuestras palmas,
casi no hay ilusiones para nuestras cabezas,
y somos los mendigos de nuestras pobres almas.

Nos predican la guerra con águilas feroces,


gerifaltes de antaño revienen a los puños,
mas no brillan las glorias de las antiguas hoces,
ni hay Rodrigos ni Jaimes, ni han Alfonsos ni Nuños.

Faltos del alimento que dan las grandes cosas,


¿qué haremos los poetas sino buscar tus lagos?
A falta de laureles son muy dulces las rosas,
y a falta de victorias busquemos los halagos.

La América Española como la España entera


fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino.

¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?


¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?

He lanzado mi grito, Cisnes, entre vosotros,


que habéis sido los fieles en la desilusión,
mientras siento una fuga de americanos potros
y el estertor postrero de un caduco león...

...Y un Cisne negro dijo: "La noche anuncia el día".


Y uno blanco: "¡La aurora es inmortal, la aurora
es inmortal !" ¡Oh tierras de sol y de armonía,
aun guarda la Esperanza la caja de Pandora!

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LOS MOTIVOS DEL LOBO

El varón que tiene corazón de lis,


Vc

alma de querube, lengua celestial,


el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
¡el lobo de Gubbia, el terrible lobo!
Rabioso, ha asolado los alrededores;
cruel, ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertos y daños.

Fuertes cazadores armados de hierros


fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.

Francisco salió:
al lobo buscó
en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco, con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: "¡Paz, hermano
lobo!" El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas,
y dijo: "!Está bien, hermano Francisco!"
"¡Cómo! exclamó el santo. ¿Es ley que tú vivas
de horror y de muerte?
¿La sangare que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor,
no han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?"

Y el gran lobo, humilde: "¡Es duro el invierno,


y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer; y busqué el ganado,
y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor,
a los animales de Nuestro Señor.
¡Y no era por hambre, que iban a cazar!"
V

Francisco responde: "En el hombre existe


mala levadura.
Cuando nace, viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!"

"Esta bien, hermano Francisco de AsIs."


"Ante el Señor, que toda ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata."
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.

Fueron a la aldea. La gente veía


y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, bajo la testa, quieto le seguía
como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó la gente a la plaza


y allí predicó.
Y dijo: "He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo;
me juró no ser ya vuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriente.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios." "¡Así sea!",
Contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió la testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo


en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba a las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.

Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo


dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, tornó a la montaña,
VO

y recomenzaron su aullido y su saña.

Otra vez sintióse el temor, la alarma,


entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto en los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dió treguas a su furor jamás,
como si estuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,


todos los buscaron con quejas y llanto,
y con mil querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.

Francisco de Asís se puso severo.


Se fué a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.

"En nombre del Padre del sacro universo,


conjúrote dijo, ¡oh lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho."

Como en sorda lucha, habló el animal,


la boca espumosa y el ojo fatal:

"Hermano Francisco, no te acerques mucho...


Yo estaba tranquilo allá en el convento;
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas empecé a ver que en todas las casas
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.

Me vieron humilde, lamía las manos


y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos:
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fué como un agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
VK

mas siempre mejor que esa mala gente.


Y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad."

El santo de Asís no le dijo nada.


Le miró con una profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: "Padre nuestro, que estás en los cielos..."

CANTO DE ESPERANZA

Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.


Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.

¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?


Se han sabido presagios, y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno del Cristo.

La tierra está preñada de dolor tan profundo


que el soñador, imperial meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.

Verdugos de ideales afligieron la tierra,


en un pozo de sombras la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.

¡Oh, Señor Jesucristo!, ¿por qué tardas, qué esperas


para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas?

Surge de pronto y vierte la esencia de la vida


sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.

Ven, Señor, para hacer la gloria de ti mismo,


ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.

Y tu caballo blanco, que miró al visionario,


pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.

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