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Directores

Javier Pradera / Fernando Savater DE RAZÓN PRÁCTICA Abril 1999


Precio 900 pesetas. 5,41 euros N.º 91

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ
La esfera pública del Antiguo Régimen

FÉLIX OVEJERO
El socialismo después de tres fracasos

GIOVANNI
SARTORI
En defensa de la
representación política

JESÚS FERRERO HELENA BÉJAR


Entrevista imaginaria El corazón
con Raymond Carver de la república

JUAN A. HERRERO BRASAS


ABRIL 1999

Bosnia-Herzegovina: la política de lo sobrenatural


DE RAZÓN PRÁCTICA
Dirección
JAVIER PRADERA Y FERNANDO SAVATER
S U M A R I O NÚMERO 91 ABRIL 1999
Edita
PROMOTORA GENERAL DE REVISTAS
Presidente
JESÚS DE POLANCO
Consejero delegado

2 EN DEFENSA DE
JUAN LUIS CEBRIÁN
Director general
IGNACIO QUINTANA GIOVANNI SARTORI LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA
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ANTONIO OTIÑANO

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ 8 LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN


1. El siglo de oro

FÉLIX OVEJERO 21 EL SOCIALISMO DESPUÉS


DE TRES FRACASOS

VICTORIA CAMPS 32 LAS IDENTIDADES NACIONALES

Ilustraciones
MARILUZ FLORES (Badajoz, 1970)
Licenciada en Bellas Artes en junio de
HELENA BÉJAR 37 EL CORAZÓN DE LA REPÚBLICA
1996 por la Universidad de Salamanca,
se especializó primero en diseño y
audiovisuales y completó su formación

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en Lieja; durante estos últimos años ha JUAN A. LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL
trabajado como directora de arte en
diversas empresas de comunicación.
HERRERO BRASAS EN BOSNIA-HERZEGOVINA

Poesía
José Ma García López 56 La poesía cíclica de
Caballero Bonald

Historia política
Miguel Ángel Bastenier 63 Del Golfo a Oslo: historia política
del conflicto palestino-israelí
Carver

Caricaturas
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Ética
Vicente Bellver Capella 67 Bioética y Constitución
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Impresión: MATEU CROMO.


Alberto Úbeda-Portugués
Cine
72 John Sayles
El espíritu de los sesenta redivivo
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Entrevistas imaginarias
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EN DEFENSA DE
LA REPRESENTACIÓN POLITICA
GIOVANNI SARTORI

L
a representación está necesitada de “Con los burdos instrumentos políticos actua- intereses. Las dos características definitorias
defensa, y ésta es, ciertamente, mi les de segunda generación, los legisladores no pue- de este concepto son, por tanto, a) una sus-
hipótesis. Todas las democracias den siquiera seguir la pista de los muchos pequeños titución en la que una persona habla y actúa
grupos a los que nominalmente representan, y mu-
modernas son, sin duda y en la práctica, cho menos interceder o influir en su favor. Y la si-
en nombre de otra; b) bajo la condición de
democracias representativas, es decir, sis- tuación empeora… a medida que aumenta la so- hacerlo en interés del representado.
temas políticos democráticos que giran brecarga de trabajo (de los parlamentos)”. Esta definición es aplicable tanto al
en torno a la transmisión representativa concepto de representación jurídica como
del poder. Y, no obstante, hay una ten- Ciertamente, esta sobrecarga es inne- al de representación política. Pero existe
dencia creciente de opinión (tanto de gable, y no tenemos respuestas definitivas también un uso sociológico (o existencial)
masas como entre los intelectuales) que a preguntas como a quién, qué y cómo se del término que no puede dejarse aparte
postula lo que llamo (en italiano) “dire- presenta. Pero, ¿qué podemos hacer al res- sin más como una acepción diferente.
ttismo”, es decir, directismo, con la consi- pecto? Es muy sencillo, afirma: Cuando decimos que alguien o algo es
guiente relegación de la representación a “La parálisis cada vez mayor de las institucio- “representativo de algo” estamos expresan-
un papel menor o, incluso, secundario. nes representativas supone… que muchas de las do una idea de similitud, de identifica-
Ante ello, mi postura es que la represen- decisiones actualmente tomadas por un reducido ción, de características compartidas. La exi-
tación es necesaria (no podemos prescin- grupo de seudorrepresentantes han de transferirse gencia de que el Parlamento sea un reflejo
gradualmente al propio electorado. Si nuestros
dir de ella) y que las críticas de los direc- del país y, en sentido contrario, las quejas
agentes electos no pueden mediar en defensa de
tistas son en gran parte fruto de una nuestros intereses, habremos de hacerlo por noso- por su falta de “representatividad” se ba-
combinación de ignorancia y primitivis- tros mismos. Si las leyes que aprueban son cada vez san en este significado del término “repre-
mo democrático. más ajenas o no responden a nuestras necesidades, sentación”. La representatividad es tam-
Ciertamente, la representación polí- tendremos que adoptar nuestras propias normas”. bién el punto de referencia para definir la
tica ha tenido siempre detractores. An- sobrerrepresentación y la infrarrepresenta-
teriormente, eran sobre todo los juristas Es decir: si el cirujano es malo, operé- ción. Y el voto a “alguien como yo” (un
constitucionales quienes la ponían en monos nosotros mismos; si el profesor es trabajador para los trabajadores, un negro
cuestión, rechazando casi unánimemen- malo, prescindamos de él. Como dijo para los negros) es la base del voto de cla-
te la posibilidad de extender los vínculos Mencken, “para todo problema humano se, étnico, religioso y, en general, del voto
representativos del derecho privado al puede encontrarse una solución simple, por categorías. Por tanto, aunque repre-
ámbito del derecho público y afirman- clara y equivocada”. La postura de Toffler sentación y representatividad aluden a
do, en consecuencia, la improcedencia no representa, ciertamente, la última pala- cuestiones diferentes y son conceptos dis-
del concepto de representación política. bra de la doctrina. Pero es muy “represen- tintos, la comprensión de la política repre-
En el decenio de 1960, en cambio, la tativa” de unos puntos de vista que invaden sentativa depende de ambos.
crítica a la representación surgió, de for- la opinión pública de forma mayoritaria- Otra distinción importante es la que
ma casi independiente de la doctrina ju- mente no cuestionada. Las instituciones re- proviene de la diferencia entre representa-
rídica, de politólogos en el marco de la presentativas nos decepcionan, sin duda; ción jurídica (de derecho privado) y repre-
teoría de la democracia. Ya en 1970, pero estos fallos son en gran medida reflejo sentación política (de derecho público). La
Wolff, en En defensa de la anarquía, de nuestro propio desconocimiento de lo representación se concibió y desarrolló en
postulaba una “democracia directa ins- que la representación debe y puede hacer y, el ámbito del derecho privado como una
tantánea” electrónica que implicaba de- en contraposición, no puede hacer, como relación bipersonal (o de un grupo de per-
sechar en bloque la democracia indirec- luego explicaré. Si esto es así, nos encontra- sonas con otra persona) entre un cliente (o
ta, es decir, representativa. Y aunque el mos ante una cuestión altamente priorita- grupo de clientes concreto) y un agente de-
cuestionamiento de la representación no ria sobre la cual hay buenas razones para signado por éste (el principal o dominus de
ha tenido nunca éxito, forma parte del llamar la atención, como en esta ocasión, a la relación) con unas instrucciones genera-
ambiente de las últimas décadas. En los órganos representativos. les. Dado que los actos del representante
uno de los manifiestos más leídos de la En primera instancia, el significado ori- surten efecto para el principal, la sujeción
década de 1990, Creating a New Civili- ginario de la “representación” es la actua- de aquél a las instrucciones dictadas por és-
zation, Toffler escribe: ción en nombre de otro en defensa de sus te era un elemento esencial de la relación

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de representación. Si este elemento se pone to, aunque la teoría de la representación de Otra diferencia importante, de tipo fáctico,
en primer plano, nos encontramos ante la derecho privado gira en gran medida en es que la representación política implica
teoría del mandato. Y suele considerarse torno a las instrucciones vinculantes del re- inevitablemente una relación de muchos
que en derecho privado los representantes presentado, no puede identificarse con la con uno, en la cual los “muchos” suelen ser
son siempre, aunque en diversa medida, teoría del mandato y reducirse exclusiva- decenas de miles (o incluso centenares de
delegados vinculados por las instrucciones mente a ella. Claro está que tampoco pue- miles) de personas, de modo que la propia
(mandatos) de su dominus. de desvincularse absolutamente de ella, noción de dominus queda diluida por la
Pero las cosas no son siempre así, ni si- pues el dominus puede siempre retirar la re- magnitud de las cifras.
quiera en el ámbito del derecho privado. presentación en cualquier momento a su Se plantea, por tanto, la siguiente cues-
Tomemos el caso de los abogados: ¿en qué representante. tión: en estas condiciones, ¿puede hablarse
medida están obligados a obedecer a sus En cualquier caso, en el derecho públi- de una verdadera representación? Como ya
clientes? Ciertamente, si el cliente se opone co desaparecen ambos elementos: las ins- se ha señalado incidentalmente, la mayoría
a lo que propone su abogado, su postura trucciones vinculantes y la revocabilidad de los juristas (Hans Kelsen, por ejemplo)
prevalece. Pero, en cualquier caso, el aboga- inmediata. El principio de que los repre- ha respondido negativamente, sosteniendo
do ha de defender los intereses de su clien- sentantes no pueden estar sujetos a “man- que la representación existe sólo en el ám-
te con arreglo a su propio juicio y compe- dato imperativo” está firmemente arraiga- bito del derecho privado. Pero puede ale-
tencia. Describir a un abogado como man- do en la teoría de la representación política garse que, aunque la representación políti-
datario sería muy incorrecto. De hecho, el y el constitucionalismo (véase, a este res- ca es una versión debilitada de su concepto
cliente espera que su abogado se comporte pecto, el artículo 67.2 de la Constitución originario, persisten aún suficientes analo-
responsablemente, es decir, que contribuya a española de 1978), al igual que el de la im- gías. Aunque en el ámbito de la política el
la consecución de los resultados con su posibilidad de su sustitución hasta que ex- representante no tiene un principal concre-
“responsabilidad independiente”. Por tan- pire el plazo de ejercicio de su función. to y perfectamente identificable, la “repre-

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EN DEFENSA DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA

sentación electiva” trae ciertamente consi- ¿No era Burke el gran enemigo de la Revo- mente, del dinero. Los reyes necesitaban
go: a) receptividad (responsiveness), los par- lución Francesa? Por desgracia para los es- dinero para sus ejércitos (y para mantener-
lamentarios escuchan a su electorado y ce- tudiosos que ventilan las cuestiones a base se en el poder), para lo cual convocaban
den a sus demandas, b) rendición de cuen- de epítetos en lugar de razonamientos y del periódicamente a los organismos de los “es-
tas (accountability), los parlamentarios han conocimiento del asunto, los revoluciona- tamentos” con el fin de solicitar su ayuda
de responder, aunque difusamente, de sus rios franceses defendían precisamente el en la exacción de recursos. Y los parlamen-
actos, y c) posibilidad de destitución (remo- punto de vista de Burke. En la Constitu- tos premodernos descubrieron poco a poco
vability), si bien únicamente en momentos ción francesa de 1791 leemos: que podían negociar la concesión de estos
determinados, por ejemplo, mediante un “Los representantes designados en los departa- recursos a cambio de concesiones políticas.
castigo electoral. mentos no serán representantes de un determinado de- El punto de inflexión de este desarrollo
No es necesario entrar en detalle en esta partamento, sino del conjunto de la nación y no se les lento y discontinuo se produjo en Inglate-
controversia. A mi juicio, las analogías son puede imponer mandato alguno” (Sección III, art. 7). rra con la afirmación del principio del
suficientemente importantes para afirmar “Rey en Parlamento” hacia finales del siglo
que la representación política no es una far- Hay dos matices notables en este texto. XVIII. Con arreglo a este principio, el po-
sa y que este concepto tiene sentido en el En primer lugar, se afirma que los represen- der ejecutivo sigue siendo una prerrogativa
ámbito del derecho constitucional. La cues- tantes son designados en sus distritos, preci- real, pero los ingresos han de votarse en
tión fundamental es, en cualquier caso, si la samente para evitar decir que lo son por sus Parlamento y las leyes sólo pueden apro-
prohibición del mandato o instrucciones electores. Y, en segundo lugar, que la enti- barse con el consentimiento de los Lores y
imperativas es una condición sine qua non dad soberana es la nación, no el pueblo. La los Comunes. La fórmula declara que se
de la representación moderna y, por tanto, diferencia es que, si se declarara que el pue- aprueba la ley “por indicación y con el con-
de la forma representativa de gobierno. Es blo es el soberano, habría dos voluntades: la sentimiento del Rey, los Lores y los Comu-
una cuestión crucial, pues los directistas es- del pueblo y la de los representantes; pero si nes reunidos en el Parlamento y bajo su au-
tán defendiendo, por el contrario, la incor- es la nación la soberana (artículo 3 de la toridad”.
poración del mandato a la representación Declaración de Derechos de 1789), hay El Estado no es ya el Rey por sí sólo,
como una conquista y una necesidad de- una sola voluntad, pues la voluntad de la sino el Rey en Parlamento, lo que supone
mocráticas. La mayoría de los directistas ig- nación es la misma voluntad de los diputa- que el Parlamento se incorpora al Estado.
noran cómo surgió la prohibición del man- dos a quienes se reconoce el derecho a ha- Y a medida que los parlamentos van sal-
dato, y por qué motivos. Pueri sunt et peri- blar y actuar en nombre de aquélla. Puede vando el puente entre la sociedad y el Esta-
lia tractant. Son niños que juegan con acusarse, sin duda, a los creadores de la do, entre transmitir exigencias (desde fue-
pensamientos infantiles. Pero son muchos, Constitución francesa de 1789-1795 de ra) y tramitar exigencias (desde dentro),
vociferantes e intolerantes. No debemos ig- servir su propio interés. Comparto, en van adquiriendo un nuevo papel. Siguen
norarlos porque sean constitucionalmente cualquier caso, la equilibrada opinión de hablando en nombre del pueblo pero han
analfabetos (históricamente hablando). Te- Georges Burdeau respecto a que de hacerlo también en nombre del Estado;
nemos, por tanto, que dar una explicación. “los escritores revolucionarios concebían la representan al pueblo pero deben también
representación no sólo como el acto del que deri- gobernar sobre el pueblo. En resumidas
Burke expresó bellamente el rechazo a vaba la legitimidad de los gobernantes, sino tam- cuentas, los representantes no pueden asu-
bién como el instrumento para unificar la volun-
la teoría del mandato en la representación tad nacional… Educados en el culto a la razón, mir su función decisoria y legislativa en
(que era, de hecho, la teoría medieval) en confiados en las virtudes de la ilustración, sólo po- tanto no dejen de ser delegados. En sentido
su conocido Discurso a los electores de Bris- dían concebir como voluntad soberana una volun- contrario, cuanto más se sometan a las exi-
tad mediata, reflexiva y unificada: esa voluntad de
tol de 1774: la que era instrumento la asamblea de representan- gencias de sus electores, más afectada se ve
“Todo hombre tiene derecho a expresar su opi- tes (l’organe). su labor de gobierno por la prevalencia de
nión. La opinión de los votantes es importante y res- los intereses localistas de éstos sobre los in-
petable, y el representante ha de apreciarla y conside- En consecuencia, tanto la vía inglesa tereses generales. Por tanto, la respuesta a la
rarla siempre con la máxima gravedad. Pero las ins- como la francesa hacia el sistema de gobier- cuestión de si la prohibición del mandato
trucciones imperativas, los mandatos que el
no representativo se construyeron sobre la es una condición necesaria y ciertamente
parlamentario ha de obedecer y defender ciega e im-
plícitamente y en virtud de los cuales ha de elegir su premisa de que los representantes no eran y inherente a la democracia representativa es
voto, aunque sean contradictorios a la clara convic- no debían ser delegados vinculados por definitivamente afirmativa. Por mucho que
ción de su juicio y su conciencia, (…) son absoluta- instrucciones imperativas. ¿Por qué? La res- los votantes deseen disponer de represen-
mente ajenos a las leyes de esta tierra y consecuencia puesta directa es que el Estado representati- tantes que operen como su chico de los re-
de un equívoco fundamental con respecto al espíritu vo no puede construirse ni ciertamente cados, como los ejecutores de sus instruc-
y la letra de nuestra Constitución. El Parlamento no
es una congreso de embajadores de diferentes y hosti-
operar sobre la base de la teoría medieval ciones, es necesario resistirse a esta exigen-
les intereses que cada uno ha de defender como de la representación: es decir, concibiendo cia y decirles que unos mandatarios al
agente y abogado frente a otros agentes y abogados, la representación en términos del “manda- servicio estricto de sus concretos electores
sino la asamblea deliberante de una nación con un to” de derecho privado. no harían sino menoscabar la democracia
interés, el del conjunto, que no ha de guiarse por in- Los parlamentos medievales no toma- representativa.
tereses o prejuicios locales sino por el bien común re-
ban parte en el Gobierno: eran organismos
sultante de la razón general del conjunto. Cada uno
elige, ciertamente, a un parlamentario; pero una vez externos sin voz en el ejercicio efectivo del Planteémonos ahora la siguiente cues-
elegido, éste no es parlamentario de Bristol, sino poder. Y tampoco eran órganos electivos: tión: ¿qué es lo que falla o ha fallado en la
miembro del Parlamento”. su carácter representativo era fruto de la es- representación actual? ¿Cuáles son sus ina-
tructura corporativa de la sociedad medie- decuaciones y carencias y los posibles re-
Es fácil, demasiado fácil, desechar la val. Por tanto, ¿de dónde salía el poder que medios? El problema es que cuanto mayor
postura de Burke por elitista y reaccionaria. final y gradualmente consiguieron? Simple- es el número de personas que uno trata de

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GIOVANNI SARTORI

representar en el proceso legislativo y más Otro problema es el de la calidad de las proceso de constitución de un Gobierno
numerosos son los asuntos en los que se personas dedicadas a la política. Incluso en representativo sea selectivo y, por tanto, fa-
ejerce tal representación, más pierde este el ámbito del derecho privado, como he- vorezca una buena representación. Es una
término su sentido con respecto a la volun- mos visto, el interés del cliente queda ópti- asombrosa omisión que debe subrayarse.
tad de cada persona. Esta observación parte mamente atendido en manos de un buen En toda la Edad Media y con posterio-
de la constatación de dos factores: en pri- abogado, es decir, mediante la capacidad, ridad, se ha supuesto que la major pars, los
mer lugar, las cifras demográficas (pobla- la cualificación y la responsabilidad inde- muchos, debía elegir (y, por tanto, seleccio-
ción creciente) y, en segundo lugar, la so- pendiente del abogado que le representa. nar) la melior pars, la mejor, o (según Mar-
brecarga de materias (demasiados asuntos). Con la responsabilidad política ocurre otro silio de Padua) la valentior pars, la más ca-
Este último problema puede resolverse fá- tanto y en mayor medida. Entonces, ¿qué paz. Y el ancient régime se derrumbó por-
cilmente, pues toda sobrecarga se remedia pasa con la calidad de los representantes? que el orden social basado en los privilegios
descargando. No podemos entrar aquí en Burke retrató con acierto al mal líder po- hereditarios no era ya aceptado. Nuestro
las diversas formas de llevar a cabo esta des- pular. Permítanme citarle de nuevo: mundo liberal-democrático nación, por
carga, de modo que dejaremos la cuestión “Cuando los líderes optan por convertirse en tanto, de la reivindicación del principio de
en este punto. postores de la subasta de popularidad, su talento no que el gobierno por derecho de herencia o
La otra cuestión es el extraordinario será de utilidad para la construcción del Estado. Se por la fuerza debe sustituirse por el gobier-
convertirán en aduladores, en lugar de legisladores;
aumento del número de electores. Una en instrumentos del pueblo, en lugar de sus guías. no del merecimiento. Por tanto, en nues-
circunscripción electoral que hace un si- Si alguno de ellos propusiera un régimen de liber- tras democracias las elecciones se concibie-
glo reunía a 5.000 votantes, por ejemplo, tad sensatamente limitado y correctamente defini- ron inicialmente como un instrumento
do, se vería de inmediato superado por sus compe-
puede contar ahora con 100.000. Y el tidores, que propondrían algo más maravillosamen- cuantitativo para elegir entre opciones de
problema no es tanto la insignificancia te popular”. forma cualitativa: así, en el nacimiento de
del votante individual (uno es igual de in- nuestras democracias las elecciones eran
significante entre 5.000 que entre Estas líneas se escribieron en 1790, lo concebidas como un instrumento cuantita-
100.000 votantes), sino la “distancia” en- que nos hace pensar que la figura del polí- tivo destinado a realizar elecciones cualita-
tre el representado y sus representantes. tico se ha mantenido de forma bastante si- tivas. Pero, con el tiempo, la regla de la
Esta distancia puede percibirse de distin- milar. Pero el populismo y la demagogia no mayoría se ha convertido en un rodillo. Las
tas formas: como alejamiento, como im- son inevitables. Sólo es posible mantener- elecciones tenían por objeto seleccionar,
permeabilidad, como sordera, como indi- los a raya luchando contra ellos, y prolife- pero se han convertido en una forma de se-
ferencia, etcétera. Todas estas “quejas por rarán con la dejación y la relajación. leccionar lo malo, sustituyendo un lideraz-
el distanciamiento”, por llamarlas de al- El autor clásico más preocupado por la go valioso por un liderazgo impropio. Po-
gún modo, conducen a la siguiente reco- calidad de los representantes electos es, dría pensarse, como he señalado, que esta
mendación: los políticos han de “acercar- probablemente, John Stuart Mill, especial- evolución era inevitable. Aun así, la preo-
se” a la gente. Sin negar la importancia de mente en sus Considerations on Representa- cupación por los valores no puede darse
los sentimientos de distancia o de cercanía, tive Government, de 1861. Aunque no creía por perdida en aras de lo inevitable, sino
debe recalcarse que es precisamente esto que los “buenos representantes” pudieran levantarse para hacer frente a esta inevitabi-
lo que son: sentimientos; y, como tales, resolver por sí solos los problemas del Go- lidad. Sin embargo, Ernest Baker fue prác-
no resisten con frecuencia el análisis obje- bierno representativo, quería que las elec- ticamente el último gran autor que recalcó,
tivo ni las comparaciones en el tiempo. ciones tuvieran “valor selectivo” (en el sen- en 1942, que “no podemos abandonar la
De hecho, los representantes “responden” tido cualitativo de la expresión). Pero hoy idea del valor, no podemos entronizar la
hoy en mucha mayor medida que en el nos hemos rendido completamente ante mayoría por el simple hecho de que sea…
pasado a las exigencias populares y de sus esto. Y quiero resaltar que cuando digo superior en cantidad. Hemos de encontrar
votantes. Y su subordinación a la “orien- “hemos” estoy pasando la culpa de los polí- alguna forma de conectar el valor con la
tación de las encuestas” no existía, cierta- ticos a los estudiosos de la política. Los po- cantidad”. En los 50 años siguientes, sólo
mente, en la época preestadística. líticos tienen, al fin y al cabo, y por encima ha habido silencio.
Puede argumentarse, por tanto, que si de todo, el problema de conseguir que los Sin duda, el que las elecciones “selec-
la “distancia” es un problema objetivo deri- elijan. Pero los estudiosos deberían tener cionen” es una exigencia normativa. Pero
vado del aumento poblacional, no puede como prioridad el mantenimiento de los la representación es también, en último
hacerse nada al respecto. De hecho, estas valores y su defensa. De hecho, la mayoría término, una construcción normativa.
grandes cifras demográficas rebaten aún de los politólogos son actualmente muy Como dijo Carl Friedrich, el que una per-
más la hipótesis del directismo. Si, por otra normativos, fuertemente axiológicos. Sin sona sustituya a otra en interés de ésta es,
parte, la gente siente que la política está embargo, en el ámbito de la representa- debe ser, incuestionable, y altruista. Y lo
“alejada” de ellos, es en parte, o incluso ción, su preocupación por una “buena re- principal es que ni la representación ni la
principalmente, por un sentimiento subje- presentación” es bien escasa, bien equívoca. democracia representativa en su conjunto
tivo suscitado por el bombardeo de opi- Nosotros (los estudiosos) analizamos los pueden operar debidamente frente a una
nión realizado en los últimos 30 años pre- sistemas electorales exclusivamente en fun- cultura que devalúa los valores y cuyo grito
cisamente por los enemigos de la democra- ción de la “representación exacta”, de que de batalla ha sido, en los últimos 40 años,
cia representativa. Y en la medida en que los votos se traduzcan de forma justa y el antielitismo, el rebajamiento de la élite.
éste sea el caso, en la misma medida, la teo- equitativa en escaños. La noción de repre- No nos equivoquemos: devaluando la me-
ría de la representación no debe ceder (al sentación subyacente a esta cuestión es, co- ritocracia no conseguimos sino demerito-
menos hasta el punto de autodestruirse) si- mo he señalado inicialmente, la representa- cracia: devaluando la selección no conse-
no plantar batalla. Como lo estoy haciendo tividad: un concepto que no tiene relación guimos sino la selección de lo malo, y de-
yo en este momento. alguna con el modo de conseguir que el valuando la igualdad en función de los

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EN DEFENSA DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA

méritos no conseguimos sino la igualdad nándose a sí misma. Hace unos 20 años tre elegir un médico y curarse a sí mismo.
en el demérito. Que es exactamente lo que me preguntaba: ¿Matará la democracia a la Aunque la estupidez no tiene límites, esta
tenemos ahora. democracia? (es el título de un artículo que supuesta equivalencia va demasiado lejos.
publiqué). Ahora estoy aún más seguro de No tiene mérito alguno, por tanto, esta
Una cuestión relacionada con esta que, con el directismo, la respuesta es sí. postulación de una democracia semidirec-
“perversión” de la representación es que he- La diferencia básica entre una demo- ta, posrepresentativa. Sin embargo, la ten-
mos llegado hasta el límite de la ruptura cracia directa y una democracia represen- dencia directista está ganando terreno, no
del equilibrio entre los dos componentes tativa es que en esta última el ciudadano sólo porque ofrece una solución simplista
de la transmisión representativa del poder: sólo decide quién decidirá por él (quién le fácil de aprehender por los simples, sino
la receptividad y la responsabilidad indepen- representará), mientras que en la primera también porque no está encontrando prác-
diente. Un Gobierno que cede simplemen- es el propio ciudadano quien decide las ticamente ninguna oposición. Por este mo-
te a las demandas se convierte en un Go- cuestiones: no elige a quien decide sino tivo, la representación debe volver a poner-
bierno altamente irresponsable, que no está que es el decisor. Por tanto, la democracia se bajo los focos y defenderse vivamente.
a la altura de sus responsabilidades. No representativa exige del ciudadano mucho Defenderse desde fuera, como acabo de ha-
obstante, en la mayor parte de la literatura menos que la directa y puede operar aun- cer, frente a alternativas sin fundamento,
reciente se pone exclusivamente el énfasis que su electorado sea mayoritariamente pero también desde dentro, como he he-
en maximizar la receptividad. Se olvida analfabeto (véase la India), incompetente cho antes. La clave radica en que si no
prácticamente un elemento de la ecuación: o esté desinformado. Por el contrario, una comprendemos un mecanismo, no pode-
el representante no es sólo responsable ante democracia directa en tales circunstancias mos valorarlo ni corregirlo; por ejemplo, la
alguien, sino también responsable de algo. está condenada a la autodestrucción. Un cuestión de si la representación no resulta
En resumen, la representación es incuestio- sistema en el que los decisores no saben suficientemente “próxima”. No podemos
nable y ha de configurarse normativamen- nada de las cuestiones sobre las que van a aceptar tratamientos que maten al pacien-
te, ha de encontrar un equilibrio delicado decidir equivale a colocar la democracia te. El crecimiento demográfico hace inevi-
entre receptividad y responsabilidad, entre en un campo de minas. Hace falta mucha tablemente imposible la proximidad; y la
rendición de cuentas y comportamiento ceguera ideológica y, ciertamente, una representación puede hacer frente a estas
responsable, entre gobierno de y gobierno mentalidad muy “cerrada”, para no caer cifras mucho mejor que los mecanismos
sobre los ciudadanos. Y todo esto escapa, en en la cuenta de esto. Y los directistas no lo directos. La clave es, pues, que la crisis de
su mayor parte, a los planteamientos (y, sin hacen. la representación es fruto, en buena medi-
duda, a los conocimientos) de los autores Para empezar, no quieren saber (y es da, del primitivismo constitucional y de
que atacan la representación y defienden su ofensivo y políticamente incorrecto pre- nuestra expectativa de que la representa-
derogación. Ciertamente, no considero que guntarlo) si sus ciudadanos decisores saben ción nos dé lo que no puede o no debe
la democracia representativa se encuentre algo. En segundo lugar, se niegan a aceptar darnos. n
precisamente en plena forma. Pero, ¿qué el argumento de que cualquier maximiza-
alternativas tenemos? ción de la democracia directa requiere co-
Se nos dice sin descanso que la alterna- mo condición necesaria una mejora equi-
tiva es más directismo, bajo dos formas que valente de la opinión pública, es decir, del [Conferencia dictada en el Congreso de los Dipu-
tados con motivo del vigésimo aniversario de la
se refuerzan mutuamente. En primer lugar, número de personas interesadas en los Constitución española de 1978, el 9 de diciembre
introducir “más democracia”, es decir, dar asuntos públicos y conocedores de ellos. de 1998].
más peso al demos en la propia representa- He afirmado recientemente que con la vi-
ción mediante la introducción de rigideces deopolítica se está produciendo precisa-
y subordinación al mandato en el nexo re- mente el proceso contrario: cada vez tene-
presentativo. En segundo lugar, conseguir mos una opinión pública cuyos conoci-
una “democracia semidirecta” (en palabras mientos están más empobrecidos. Los
de Toffler), de carácter electrónico, ciber- directistas no atienden a este punto y ta-
democrático y otorgando poder creciente, chan despectivamente esta conclusión de
como iguales, a las asambleas locales de ba- reaccionaria. Su solución es, simplemente,
se, los referendos y la “orientación de las distribuir indiscriminadamente permisos
encuestas”. Este planteamiento suele en- de conducir a todos con independencia de
contrar una aprobación de boquilla suave- que sepan conducir o no. Por último, si se
mente reacia con palabras como: “sería es- insiste a los directistas en la cuestión de
tupendo, pero…”. No. No sería estupendo que aunque la democracia representativa
en absoluto, y debemos decir alto y claro puede salir adelante incluso con electora-
que es desastrosamente disparatado. Como dos poco cualificados mientras que la de-
ya he señalado, la primera vía (la vuelta a la mocracia directa no puede operar sin “ciu-
concepción medieval de la representación dadanos adecuados”, su única respuesta es
de derecho privado) sólo puede llevarnos a que si una persona está capacitada para ele-
un sistema representativo altamente dis- gir a su representante, del mismo modo lo
funcional y localmente fragmentado que estará para decidir sobre las cuestiones.
pierde de vista el interés general. Y quiero ¿Del mismo modo? Estupendo. Esto supo-
recalcar, como conclusión, que la segunda ne decir que no hay diferencia entre elegir Giovanni Sartori es profesor emérito de la Uni-
vía no puede sino hundir sin remedio el un abogado y defenderse a sí mismo en versidad de Columbia. Autor de Teoría de la demo-
sistema representativo de gobierno, gober- juicio, entre elegir un libro y escribirlo, en- cracia y Homo videns.

6 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
LA ESFERA PÚBLICA
DEL ANTIGUO RÉGIMEN 1. El siglo de oro

VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

L
a realidad histórica, como cualquier universal (es decir, una sociedad con la ción con un argumento que podemos en-
otra, sólo es inteligible a partir de mayor libertad posible, garantizada por contrar, por ejemplo, en pensadores como
ciertas categorías, modelos analíticos leyes universales y abstractas que fijan los Wilhem von Humboldt (y que es, a mi
o tipos ideales construidos por el observa- límites de la libertad de cada uno de mo- juicio, compatible con lo fundamental del
dor. Lo que el lector tiene ante sí es parte do que ésta sea compatible con la libertad razonamiento de Kant), a saber, que el
de un intento de hacer inteligible la tra- de todos los demás) permitiría el pleno pleno desarrollo de las potencialidades de
yectoria histórica de España a partir de desarrollo de las capacidades de la especie la especie pasa precisamente por esa diver-
una teoría de la sociedad civil. Considero humana. Para él, el progresivo acerca- sidad de pueblos, y no, en cambio, por la
aquí esta teoría como una simple condi- miento a esta constitución de una socie- homogeneización de las formas de la vida
ción de inteligibilidad para explorar hasta dad cívica universal sería la clave de la social (Humboldt, 1969 [1792]). En este
dónde y cómo puedo dar cuenta de algu- historia humana y una forma de realiza- caso, se trataría de entender el decurso de
nas de las líneas principales de la trayecto- ción del (secreto o inconsciente) propósito cada formación histórica singular con dos
ria azarosa y compleja que define la senda de la naturaleza misma: un acercamiento, consideraciones en mente. Por un lado, se
española de la primera o temprana moder- sin embargo, que no supondría una llega- trataría de entenderlo en tanto en cuanto
nidad (Eisenstadt, Schluchter, 1998; Wit- da final o una solución completa, ya que se acerca o se aleja, en las condiciones de
trock, 1998), que arranca con los albores “con una madera tan retorcida como cada momento y bajo las modalidades
del siglo XVI y se cierra con los últimos aquella de la que el hombre está hecho, propias del momento, de la realización
resplandores del siglo XVIII y el comien- no cabe construir nada perfectamente rec- del entramado institucional propio de un
zo del siglo siguiente. to” (Kant, 1963 [1784]: 11-26). orden de libertad; pero, por otro, de en-
Mi oficio es el de científico social, y Cabe desarrollar esta idea de una so- tenderlo pueblo a pueblo, en la singulari-
no entro en el terreno del historiador con ciedad cívica universal aplicando tres cri- dad de cada uno, como una senda especí-
pretensión de establecer la evidencia que terios adicionales. Cabe llamar la aten- fica y no reducible a simple variante de
es su materia propia. Pero la realidad so- ción sobre la conveniencia de dar un con- una supuesta senda canónica (que condu-
cial del presente tiene un espesor tempo- tenido institucional más robusto a ese ciría, por ejemplo, de la sociedad tradicio-
ral que obliga a incluir su historia como orden de libertad, a la vista de la propia nal a la modernidad, o de la sociedad es-
parte del material por analizar. En rigor, experiencia histórica; y, en ese caso, nos tamental a la sociedad de clases, o de la
obliga a mirar al pasado y también al fu- encaminaríamos hacia la formulación de sociedad feudal a la sociedad burguesa,
turo, o, al menos, a tratar de entender la alguna variante del entramado institucio- etcétera), por lo que el método compara-
imagen que las gentes se hacen del futuro. nal moderno de ese orden en los términos tivo debería ser usado no para suprimir la
En esa tarea, no puedo evitar someter la (ya discutidos en otro lugar: Pérez-Díaz, singularidad de cada una de esas expe-
materia de la historia a mis propias pre- 1997) de la autoridad limitada y respon- riencias, sino, por el contrario, para ilu-
guntas, dictadas, en parte, por una teoría sable, the rule of law, los mercados, el teji- minarlas recíprocamente.
previa y, en parte, por los problemas de do social plural y el espacio público. Se Por último, cabe desarrollar la imagen
nuestro tiempo (vistos, a su vez, a través trataría de comprender bajo qué condi- kantiana de la “madera retorcida” en el
del prisma de esa teoría): una teoría nor- ciones nos acercamos o nos alejamos de la sentido de subrayar el carácter contingen-
mativa (y analítica) de la sociedad civil, y realización efectiva a escala planetaria del te del proceso histórico, por lo cual el pro-
una definición de la situación histórica entramado institucional propio de ese or- pósito secreto de la naturaleza podría cum-
presente como una que es relativamente den de libertad. plirse o frustrarse. De modo que en lugar
propicia a la realización (aproximada) de Cabe, asimismo, tener en cuenta la de esperar un progreso, gradual o dramáti-
esa sociedad. observación del propio Kant, según la cual co, suspenderíamos el juicio a cada recodo
La teoría normativa de la sociedad ci- debemos considerar la historia de la espe- del camino respecto a cuál fuera la fase si-
vil puede formularse en diversos lengua- cie humana “no tanto singulorum, es decir, guiente. Cada cual es libre de acometer la
jes. Los ilustrados escoceses nos propor- como una unidad, sino universorum, es tarea moral o política que crea correspon-
cionan uno; pero hay otros. En el lengua- decir, distribuida o repartida entre una di- derle con mayor o menor grado de inten-
je de Immanuel Kant, por ejemplo, la versidad de pueblos” (Kant, 1963 [1798]: sidad; ése es un problema práctico que ca-
idea reguladora de una sociedad cívica 137). Y cabe incluso reforzar esta observa- da cual resolverá según su conciencia. Pero

8 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
el observador científico debería considerar
con cierta ecuanimidad la posibilidad de
que una promesa de civilidad quede trun-
cada durante varios siglos, y pueda ser re-
cuperada, o no, más tarde.
Tales son las premisas (y las cualifica-
ciones) de mi decisión de adoptar la pers-
pectiva teórica de la sociedad civil a la ho-
ra de repensar una dimensión de la expe-
riencia histórica de España a lo largo de
los tres siglos de su primera modernidad.
Me pregunto acerca de la medida y la ma-
nera como ese decurso fue alejando y
acercando un grupo histórico singular, o
un agregado de grupos asentados en un
territorio singular, de ese modelo de so-
ciedad civil; y me lo pregunto centrando
la atención en la dimensión de la esfera
pública, entendida (de manera restringi-
da) como el contenido ideativo de una
conversación entre élites políticas y cultu-
rales en torno a los dos temas entrelaza-
dos del carácter del estado y de la cons-
trucción de una comunidad política.
Pero hay en mi exploración del tema
algo más que sola curiosidad científica. Le
subyace una sensación de relativa urgen-
cia, suscitada por la observación del pre-
sente y por el interés en que éste nos
acerque a un orden de libertad compati-
ble con la diversidad de los diferentes
pueblos y un abanico lo más amplio posi-
ble de diferentes formaciones históricas.
Si, como creo, estamos a punto de re-
construir la historia europea y la propia
historia española en términos que reducen
la importancia relativa de los estados na-
cionales históricos (según la historiografía
tradicional), convendría repensar el fenó-
meno de la primera modernidad en unos
términos que pongan más de relieve lo
problemático del surgimiento de ese esta-
do nacional histórico, en lugar de verlo
como una culminación y el abocamiento
cuasi necesario de la trayectoria marcada
por los siglos anteriores. De esta forma, el

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
9
LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

supuesto fracaso en no acabar de tener un serie de retos y decisiones cruciales que sición subordinada, considerándola como
estado nacional histórico plenamente inte- tuvieron, a su vez, consecuencias en gran una esfera generadora de recursos (econó-
grado puede ser visto como el punto de medida inesperadas. La esfera pública de micos, sociales o culturales) que habrían
llegada de una senda alternativa instructi- España durante ese periodo puede ser en- de ser coordinados y utilizados por los di-
va e interesante, e incluso como la mezcla tendida como una conversación entre las rigentes en orden al cumplimiento de mi-
de un puzzle teórico estimulante y de una élites políticas que adoptaban esas deci- siones colectivas, religiosas o temporales,
oportunidad de cara al presente. siones y las élites culturales que, si por un tales como la salvación de los súbditos, su
O en otros términos: quizá el carácter lado ayudaban a definir los retos, por otro desarrollo moral o su prosperidad mate-
relativamente incompleto del estado ofrez- respondían a las decisiones (y sus conse- rial; y tendería a crear un aparato podero-
ca una ventaja relativa a la hora de articu- cuencias) con una mezcla de apoyo y des- so para alcanzar sus objetivos. La distin-
lar una pluralidad de sentimientos nacio- pego, comprensión y crítica1. En este artí- ción que traza Oakeshott entre política de
nales en el marco de un demos dentro de culo esbozaré primero mi argumentación fe y política de escepticismo corre paralela
España y dentro de cada uno de sus di- general con referencia a dos temas centra- a la que diferencia al estado teleocrático
versos territorios históricos; y cabe pensar les de esa conversación: el carácter del es- del estado nomocrático. El estado nomo-
que el legado de esta extraña manera de tado y de la política, y la construcción de crático propiciaría una interpretación de
resolver sin acabar de resolver la composi- una comunidad política. Seguidamente la política como política de escepticismo,
ción de los reinos y los territorios del an- examinaré a grandes rasgos la evolución o de expectativas reducidas, y no alentaría
tiguo régimen dentro de una entidad po- de la situación histórica de España y las deferencias extraordinarias de los ciuda-
lítica unitaria no es un motivo de dificul- corrientes principales de su esfera pública danos hacia sí; a la inversa, un estado tele-
tad, sino, según cómo se maneje, una bajo los Austrias (en esta primera parte), y ocrático promovería una concepción de la
ventaja añadida a la hora actual. Hasta el la del estado borbónico y la respuesta que política como política de fe, alimentando
punto de que quizá quepa aprender algo le dieron los ilustrados (en una segunda la disposición de sus súbditos a poner
de esa experiencia española (y más que de parte). grandes esperanzas en la acción estatal y a
la experiencia francesa, por ejemplo) a la La trayectoria del estado español y de abrigar una visión exaltada de la impor-
hora de articular un espacio europeo, con su esfera pública se comprenderá mejor si, tancia del propio estado en el horizonte
su autoridad pública común, que sea al como ha sugerido Michael Oakeshott público.
tiempo la garantía de un orden de liber- (1990, 1996), se analiza bajo el prisma de Huelga decir que en la vida real los
tad para el conjunto y la garantía del un contraste entre dos tipos ideales de es- estados europeos sólo se han aproximado
mantenimiento de la diversidad de los tado: un estado nomocrático (o estado en más o menos a esos tipos ideales. Pero si
pueblos que la componen. tanto que asociación civil) y un estado tele- la distinción entre política de fe y política
Si, como creo, nos aproximamos a ocrático (o estado en tanto que asociación de escepticismo se basa en que se preten-
una situación histórica que hace cada vez como empresa), y entre dos formas de polí- da o no supeditar el poder político a un
más plausible su lectura en los términos tica: la política de fe y la política de escepti- proyecto de intervención sistemática en el
de una sociedad civil, tanto en España co- cismo2. En su forma típica ideal, el estado cuerpo social para moldearlo o perfeccio-
mo en Europa (Pérez Díaz, 1998a; nomocrático se limitaría a proporcionar a narlo de acuerdo con una convicción (o
1998b), quizá convenga replantearse la la sociedad (pax) o tranquillitas et iustitia, fe) de lo que verdaderamente le conviene
trayectoria de los siglos anteriores, en el garantizando la aplicación de normas for- (cosa que el estadista cree saber), se puede
caso de España y de los otros países euro- males a la actuación de los grupos socia- decir que, en términos generales, la auto-
peos, en función de los movimientos de les. Un estado de esa clase no pretendería ridad medieval no se ejerció en el marco
acercamiento a este modelo y de aleja- ser portador de misiones históricas, y re- de una política de fe. Su objetivo no era
miento de él, como un haz de sendas al- queriría un aparato de poder relativamen- perfeccionar el mundo sino conservar las
ternativas que, en ocasiones, parecen abo- te modesto. El estado teleocrático, en tradiciones, leyes, costumbres e institu-
car a su realización, pero sólo provisional- cambio, situaría a la sociedad en una po- ciones existentes. Sus responsabilidades se
mente, porque la historia sigue su curso. limitaban a garantizar el funcionamiento
De esta forma, desde esta perspectiva, se de ese orden administrando justicia y de-
1 Una versión ligeramente diferente de este estu-
pone de relieve que lo más importante de fendiéndolo de sus enemigos. Ninguna
dio (y sin la introducción) se ha publicado en Daeda-
nuestra trayectoria (y no sólo la nuestra) misión especial justificaba solicitar la co-
lus. En este estudio centro mi atención en el conteni-
está ligado al desarrollo de esos compo- do ideativo (ideas y creencias) de esa conversación, y laboración permanente de los súbditos ni
nentes de la sociedad civil y no al desarro- sobre todo en el de las élites culturales en tanto que coordinar las actividades de éstos para
llo de un proyecto histórico o un destino en conjunto de respuestas o comentarios a la “gran estra- cumplirla, como tampoco había razón pa-
tegia” de las élites políticas del estado de los Austrias y
lo universal entendidos como la expresión de los Borbones. No entro en el tema del entramado ra acumular más recursos de los necesa-
de la voluntad de poder o de prestigio de institucional, organizativo y social que sirvió de apoyo rios para la justicia y la defensa.
un grupo humano particular. a esas élites culturales y a sus argumentos; tampoco en En España el carácter de los reinos
el tema de la cultura política popular. Por otro lado,
me atengo a algunas de las líneas maestras de la evolu-
medievales se vio afectado por la expe-
1. El carácter del estado y de la política* ción de la esfera pública del país tomado en su con- riencia de ocho siglos de reconquista del
Entre los siglos XVI y XVIII, el estado es- junto, y por ello no entro en la que tuvo lugar en sus territorio frente a los musulmanes; des-
diversos territorios (que comienza a ser objeto, sin
pañol siguió un curso marcado por una pués, en los siglos XVI a XVIII, el carác-
embargo, de una atención historiográfica creciente).
2 Las referencias a un orden nomocrático opuesto ter del estado y de la política siguió una
a otro teleocrático pertenecen a la enseñanza oral de trayectoria complicada y ambigua. A pri-
*Una versión de este estudio se ha publicado en Oakeshott (Hayek, 1985: 89) Las expresiones (que mera vista, esos siglos dieron marco al de-
Daedalus: Journal of the American Academy of Arts and pueden ser entendidas como equivalentes) de asocia-
Sciences, Vol. 127, No 3, 1998 (Summer). La traduc- ción civil y asociación como empresa aparecen en Oa- sarrollo de una monarqía absoluta, la mo-
ción al español ha sido hecha por María Luisa Balseiro. keshott, 1990. narquía hispánica o católica, concebida

10 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

como la pieza clave de un orden teleocrá- había admitido una relación compleja en- Los Borbones trataron de restaurar las
tico que comenzó a tomar forma a finales tre las comunidades de las tres religiones altas expectativas asociadas al estado cam-
del siglo XV, cobró impulso bajo la dinas- del libro (en la que contactos frecuentes y biando las bases de la política. La seculari-
tía de los Austrias durante el periodo (de largas fases de coexistencia pacífica alter- zación (parcial) del estado intentó en par-
ascenso y caída) de la hegemonía española naron con la guerra: Castro 1983, 1985), te sustituir y en parte complementar los
en los siglos XVI y XVII y fue redefinida por una estrategia de adoctrinamiento, fundamentos religiosos de la política de fe
y reimpulsada bajo los Borbones en el si- violencia y control de las ideas. La mo- con la apelación a una razón de estado,
glo XVIII. Un examen más atento, sin narquía aspiraba a legitimarse no sólo co- que esta vez se orientaría al perfecciona-
embargo, revela perfiles menos nítidos y mo garante de la justicia, la paz y la de- miento social y económico de la sociedad.
una contracorriente en la dirección fensa, sino también como instrumento al La monarquía iba a definir un nuevo ob-
opuesta. servicio de la perfección religiosa y moral jetivo, temporal y relativamente comple-
Los Austrias respetaron en buena me- de la sociedad; y logró su propósito hasta jo, en el que el fortalecimiento del poder
dida el orden socioeconómico instituido y cierto punto, en la medida en que esas regio se daría cita con la prosperidad del
prolongaron la tradición constitucional prácticas de coerción y adoctrinamiento reino, y la estabilidad social de éste (el
del estado medieval que habían heredado, se incorporaron (en parte) a los usos y mantenimiento de la debida distancia ins-
pero también persiguieron ciertas metas costumbres de la comunidad. Con todo, titucional entre los grupos privilegiados y
colectivas que exigían intervenir sistemá- aunque la cultura religiosa y artística del el pueblo llano) iría unida a su desarrollo
ticamente en el tejido social. A lo largo de siglo de oro estuviera dominada por un demográfico y económico y a la explota-
dos siglos, la monarquía de los Habsbur- discurso en cierto modo teleocrático, ha- ción de sus colonias. A la opinión públi-
go dio pasos decisivos hacia el refuerzo de bía en la esfera pública otras corrientes de ca, representada en cierta medida por los
la autoridad regia y la formulación y desa- opinión que, sin atreverse nunca a contra- ilustrados, se le propuso la consideración
rrollo de una política de fe. Lo hizo, al decir la gran estrategia de los Austrias, de la política como un instrumento idó-
menos en parte, redefiniendo el ímpetu empero introdujeron reservas, distancias y neo para lograr un estado más avanzado
inicial recibido de una tradición de recon- comentarios críticos respecto a la lógica o de progreso con estabilidad, entendido en
quista que era propia de la Península, y la viabilidad de esas misiones. Estas opi- términos de bienestar material, conserva-
heredado particularmente de los Reyes niones se encuentran principalmente en ción del statu quo y civilización de las cos-
Católicos, que se habían propuesto crear los erasmistas y la escuela de Salamanca, tumbres. Al mismo tiempo, se invitaba a
una comunidad sociorreligiosa homogé- en grandes escritores como Cervantes y los súbditos a actuar en iniciativas priva-
nea: de ahí el establecimiento de la Inqui- los moralistas de la edad barroca, y, a fi- das y públicas de carácter ambiguo, que
sición, la expulsión de los judíos y la se- nales del XVI y durante todo el XVII, en podían chocar o no con la política de fe.
gregación de los moriscos. Dieron a la los comentaristas políticos a los que se co- Por una parte, el estado les animaba a
tradición recibida una doble inflexión, noce con el nombre de arbitristas. aceptar su liderazgo y esperar una confusa
convirtiendo el impulso bélico de la re- El propio éxito, sin embargo, de la mezcla de resultados transformadores y
conquista en un intenso activismo inter- política de fe en cuanto a elevar las expec- conservadores de la acción estatal en las
nacional, y a la defensa de la paz interna tativas de la población con respecto al es- nuevas esferas de la política socioeconó-
en motivo para una política (a medias tado sembró la semilla de su ruina poste- mica y educativa. Por otra parte, al menos
cumplida) de control sociocultural. rior. Los españoles se acostumbraron a desde el punto de vista de algunos seg-
Partiendo de esa base, la monarquía pensar que sus monarcas, en conjunción mentos de la administración, el estado
de los Austrias amplió el espacio de sus con la iglesia, eran portadores de misiones parecía querer replegarse de un papel cla-
asuntos de estado, acumulando y movili- extraordinarias que estaban obligados a ramente intervencionista en la economía
zando recursos para defender la fe católica cumplir, y sólo dentro de ciertos límites a un papel regulador dirigido a suprimir
y moldear el carácter moral de la pobla- toleraron sus reiterados incumplimientos. obstáculos al libre juego de los agentes
ción, y haciendo de la pertenencia a la Pasado un punto, la gravedad y la dura- económicos; si a corto plazo tenía tareas
iglesia la condición para ser aceptado en ción del fracaso de la monarquía puso a vitales que desempeñar, era únicamente
la comunidad política; y a tal efecto so- prueba los cimientos de la política de fe. para pasar al asiento de atrás tan pronto
metió a vigilancia y sanción el comporta- El abuso de esta fe abrió las puertas a la como hubiera efectuado las reformas es-
miento de sus súbditos, obligándoles a duda, y a su tiempo la duda dio paso al tructurales.
obedecer, a soportar castigos, a exiliarse y humor melancólico que campeó en el si- De ese modo, el hecho mismo de que
a silenciar sus convicciones y sentimientos glo XVII. El remedio no era fácil, y era el nuevo estado afirmase (dentro de unos
(con éxito variable, según se tratara de incluso imposible en el sentido de reto- límites) su resolución de promover la
unos estamentos sociales y unos grupos mar las altísimas expectativas durante tan- prosperidad económica del país y la clase
sociorreligiosos u otros)3. De ese modo to tiempo depositadas en el estado. El de educación congruente con ese objetivo
tendió a reemplazar una tradición inter- cambio de siglo traería consigo una nueva le hizo pasar del tipo puro de estado tele-
mitente de casi ocho siglos de reconquista dinastía y una redefinición del estado, ocrático a un terreno incierto. Se impulsó
(o guerra divina: Sánchez Albornoz, tanto en su carácter como en su dimen- modestamente una política de fomento
1973), que, asociada a la extensión del sión territorial. En el curso de ese proce- de la experimentación con mercados
poder político y la ocupación de la tierra, so, la monarquía revisó su relación con la abiertos y educación secularizada y racio-
iglesia y redujo la intensidad de su com- nal (ilustrada), a fin de desarrollar el de-
promiso con la defensa de la fe católica, bate público y la participación cívica, dos
3 Un recordatorio útil de los límites de la eficacia
posibilitando una profunda mutación de principios básicos del orden nomocrático.
de la política de control social del estado de los Aus- la comunidad política en su marcha hacia Pero al mismo tiempo se exaltó la figura
trias puede verse en Kamen, 1998. un estado secularizado. del príncipe absoluto y se dejó casi intac-

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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11
LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

to el sistema de estamentos. Quedaba así pios de Castilla (y, a su debido tiempo, de visto de crear una actitud común de in-
establecido un entendimiento ambiguo España) dentro de aquella totalidad. Se certidumbre y suspensión del juicio frente
entre la monarquía y una nueva genera- suponía que esos intereses conllevaban a las primeras medidas del estado borbó-
ción de ilustrados que marcaría el tono de cierta prelación, manifiesta en forma de nico. De hecho, este estado iba a coinci-
los grandes debates de la esfera pública en cargos y favores oficiales, y una preemi- dir con una paulatina mejora demográfica
el siglo XVIII. nencia simbólica. Para Castilla habría si- y económica, que incluyó pasos impor-
do difícil ir mucho más allá de esa vague- tantes en la creación de un mercado uni-
2. La construcción de un estado dad en la formulación de sus intereses ficado en la Península y la apertura de los
territorial y una comunidad política propios. Su tradición multisecular era la mercados americanos a los españoles de
La relación entre los tipos polares de esta- de una entidad política de fronteras abier- todas las regiones. Y no sólo eso, sino que
do nomocrático y estado teleocrático se tas y movedizas, crecida de la nada (un las Indias fueron explícitamente definidas
puede considerar de dos maneras: una es rincón del norte de España, semidesierto como colonias que la metrópoli, es decir
visualizarlos como antitéticos (cosa que como consecuencia de las razias musul- España, debía explotar de la manera más
serían en cuanto tipos ideales), y otra es manas, repoblado por guerreros campesi- eficiente posible, con un intento por par-
atender a las formas en que se combinan nos y puntuado por los castillos que le te de la monarquía de encontrar símbolos
para producir híbridos que pueden ser dieron nombre) hasta extender su domi- comunes y uniformar la administración, y
más parecidos a los estados reales que han nio sobre la meseta septentrional, luego con la difusión de una cultura ilustrada
existido en la historia europea. La segun- sobre Andalucía y finalmente sobre las que propiciara esos objetivos.
da vía puede ayudar a comprender mejor Américas. Después, en una coyuntura crí- De ese modo se fraguó en España un
de qué modo estados como el español pa- tica de su historia, el camino hacia un es- mínimo de sentimiento nacional, siempre
saron de ser un proyecto de poder impe- tado nacional castellano quedó bloqueado en conexión con alguna forma de partici-
rial expresado en un lenguaje de valores y cuando las tropas imperiales aplastaron al pación en la deliberación pública. Algu-
normas universales a emplear un lenguaje ejército de una liga de ciudades, las llama- nos pasos cruciales para la creación de
particularista y centrarse en asuntos de in- das “comunidades”. En ese punto, los una sociedad política, o comunidad de
terés nacional. La clave de esa transición Habsburgo ofrecieron una solución su- ciudadanos, acompañaron a dos procesos
fue el desarrollo (parcial) de un demos o bóptima a los grupos privilegiados de interrelacionados. El primero fue un de-
comunidad política consciente de poseer Castilla, una especie de compromiso his- bate ininterrumpido, liderado por los ar-
su particular identidad y unos intereses tórico: los castellanos darían una priori- bitristas y los ilustrados, sobre el mejor
particulares que defender en el teatro del dad relativamente baja a sus intereses co- modo de acometer los problemas socioe-
mundo, y consciente también de que la lectivos, y a cambio desempeñarían un conómicos y culturales que estaban en la
base de esa particularidad estaba, más que papel central en el imperio, incluidos los raíz del declive de España y de su recupe-
en una fe religiosa común, en la adhesión otros reinos de la Península, aunque en la ración. El segundo fue que en todo el te-
tanto a un príncipe y a las correspondien- práctica los esfuerzos de la monarquía por rritorio español (no sólo en Castilla) sur-
tes instituciones políticas como al territo- castellanizar al resto de España serían ti- giera un público de gentes preocupadas
rio que marcaba los límites de la autori- bios e inconsecuentes. por esas cuestiones, que, en vez de gastar
dad del príncipe y servía de escenario a Sin embargo, la crisis del imperio en (todas) sus energías en intentar convencer
los intercambios mutuos entablados (y el siglo XVII tendría el fruto inesperado al monarca y sus ministros, entablaron
destinados a crecer cada vez más) en el se- de dar mayor ímpetu a las tendencias cen- (también) entre sí una conversación rela-
no de la comunidad. trífugas que paradójicamente sentarían las tivamente asentada en el discurso racional
La definición, relativamente reciente, bases de un estado nacional español. La y en la referencia a principios generales y
de la España peninsular (sin Portugal) co- separación de Portugal zanjó de una vez a la experiencia práctica más que a la fe, a
mo territorio apropiado para una comu- por todas lo que hasta entonces había si- la tradición o a la autoridad política.
nidad política es algo que merece aten- do una relación ambigua con Castilla, y la Pero el impulso definitivo para la for-
ción. No se produjo sino al término de desagradable experiencia de Cataluña con mación de una comunidad política defi-
una prolongada transición que llevó del sus aliados-invasores franceses en el inten- nida por el territorio español no se daría
imperio a la potencia regional, y de ésta, to de secesión de mediados del siglo tuvo bajo el antiguo régimen, sino sólo des-
ya en el siglo XIX, al estado nacional. La la sorprendente virtud de que los catala- pués de su desaparición. El trauma que
monarquía hispánica de los Austrias o de nes reconsiderasen fríamente lo que podía supuso para el país la guerra de la inde-
los Borbones tendría quizá al reino de significar una verdadera dependencia de pendencia hizo caer los muros que man-
Castilla como núcleo o instrumento pre- Francia: el resultado fueron los cimientos tenían separados a los estamentos, y los
ferido, pero nunca se redujo a él. Por un de una coexistencia mejorada de las dife- españoles descubrieron un fuerte sentir
lado, la monarquía era un compuesto de rentes regiones de España. Los efectos de común en su oposición al invasor francés.
varios reinos y territorios con sus leyes e la guerra de sucesión en los comienzos del En ese momento fue como si la sociedad,
instituciones propias. Por otro, el hori- siglo XVIII robustecieron esa coexisten- o buena parte de ella, desembarazada del
zonte político (el de ambas dinastías), y cia. Castilla, que se sentía agotada y em- estado de Austrias y Borbones, adquiriese
aun el de los propios castellanos, era im- pobrecida bajo los Austrias, tomó partido una extraña y pasajera confianza en su ca-
perial por definición. por los Borbones, mientras Cataluña, que pacidad para autodefinirse, dotarse de
En gran medida, la opinión pública aún recordaba sus problemas con los fran- instituciones políticas y embarcarse en
relevante en Castilla aceptaba esa defini- ceses en el siglo anterior, optó por el pre- una acción cívica y militar permanente
ción de la entidad política de referencia, tendiente Habsburgo. Ese trueque de de- que tuviera como marco de referencia la
con el contrapunto, eso sí, de intentos in- silusiones y sentimientos políticos tuvo totalidad del territorio español. Esta expe-
termitentes de delimitar los intereses pro- sobre la opinión pública el efecto impre- riencia fue probablemente una etapa for-

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VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

mativa vital para el desarrollo de la con- de ferias nacionales y circuitos internacio- una misión religiosa se apartaban de
ciencia nacional española que se advierte nales (García Sanz, 1998; Kamen, 1984). aquella tradición de subordinación de los
en los siglos siguientes. La sociedad seguía siendo relativamen- moros y los judíos a los cristianos que ha-
Sucedió también que, por mucho que te plural. La coexistencia de las tres castas bía sentado las bases de un estado teleo-
los políticos liberales de las Cortes de Cá- de cristianos, musulmanes y judíos aún no crático activista. Pero la misma herencia
diz hablaran de una nación unificada de se había roto del todo (Castro, 1983; podía haber desembocado en un camino
españoles e hispanoamericanos (Fradera, 1985). Tras la expulsión de los judíos en cívico (y de algún modo etnocéntrico y
1995: 338), los azares de la guerra lleva- 1492, los que quedaron pasaron a ser cris- vuelto hacia dentro) que hubiera reforza-
ron a centrar la atención en la Península, tianos nuevos o conversos, y siguieron ejer- do la tradición constitucional y, con el
y probablemente generaron también una ciendo una influencia sociopolítica y socio- tiempo, consolidado una economía más
actitud de relativa indiferencia hacia lo cultural considerable; por otra parte, se- abierta y comercial. A su vez, eso podría
que pudiera ocurrir en las colonias. Cier- guía habiendo una abundante población haber dado origen a una sociedad más fle-
tamente fue así como respondió la opi- de moriscos. La transformación del país xible, mientras no pareciera haber distan-
nión pública a los movimientos indepen- en una sociedad homogénea por las vías cias inmensas entre los grupos privilegia-
dentistas de América del Sur. En 1820, de la coerción, la expulsión, la persuasión dos y el pueblo llano, y a un espacio cul-
ante la opción de zarpar en una expedi- o la incorporación social vendría después. tural abierto al desarrollo, gracias a la
ción de castigo contra los insurgentes o li- El mundo de los cristianos viejos y con- extensión de la enseñanza superior (Ka-
derar un golpe militar que instaurase un versos asimilados (Netanyahu, 1995; Caro gan, 1982). Así se podría haber favoreci-
régimen liberal, el general Riego, con una Baroja, 1968) formaba una sociedad en la do la aparición de una comunidad políti-
parte del ejército concentrada en Cádiz, que existía una relación compleja y con- ca asentada en una base territorial relati-
se resolvió a lo segundo. Cuando en esa tradictoria entre los hidalgos o nobleza vamente bien definida y sometida a una
década se perdieron las colonias america- menor y el pueblo llano, con cierto grado autoridad pública limitada. No son meras
nas, Cuba y Filipinas permanecieron en de distancia y rivalidad entre los dos estra- especulaciones; es, hasta cierto punto, la
poder de España pero sin integrarse con tos, pero también de homogeneidad cul- senda que habían empezado a trazar los
ella ni bajo el régimen absolutista, que tural y movilidad social, que era el resulta- cabecillas de las comunidades cuando lle-
pervivió hasta 1833, ni bajo los constitu- do de la larga experiencia común de siglos gó Carlos de Habsburgo, el nieto de los
cionales, que llegaron hasta el fin del si- de reconquista y ocupación armada de la Reyes Católicos. Los comuneros le plan-
glo: había ya una clara aplicación del tierra, guerras y, más tarde, oportunidades tearon reclamaciones políticas tales como
principio de territorialidad en la defini- en las Indias. Al mismo tiempo, la princi- la convocatoria periódica de las Cortes, la
ción de la comunidad política. pal comunidad política de referencia de codecisión efectiva en materia de tributos
aquellas gentes era cada uno de los reinos y la primacía de los intereses castellanos
3. El imperio español: que, juntos, componían la monarquía es- sobre los de la política internacional (Ma-
de la hegemonía al ocaso pañola. España era importante como refe- ravall, 1970), aunque dejaron sin articu-
El primer rey Habsburgo, Carlos I (más rente cultural, pero más bien débil como lar su visión de un orden socioeconómico
tarde emperador Carlos V), recibió un le- referente político. Los castellanos se veían deseable. Del enfrentamiento se pasó a la
gado institucional y cultural que los Re- muy distintos de los aragoneses (catalanes guerra y la derrota de los comuneros en
yes Católicos, Fernando e Isabel (y el re- incluidos). Pero incluso Castilla era una 1521. Esa derrota fue un punto de infle-
gente cardenal Cisneros), habían formado confederación de ciudades iguales entre xión en la historia de España, que cerró
entre 1474 y 1520. La monarquía espa- sí, sin capital reconocida o permanente un camino y abrió otro. Cerró el camino
ñola, constituida fundamentalmente por (Kagan, 1995: 73; Thompson, 1995: 127 de un robustecimiento parlamentario
los reinos de Castilla, descansaba en la fi- y sigs.)4. (que tal vez se estaba recorriendo, casi al
gura de un rey responsable de administrar El legado de Fernando e Isabel ofrecía mismo tiempo, en Inglaterra) y abrió el
justicia y asegurar el orden público, con una mezcla de posibilidades históricas. La de una mezcla de acomodación y de su-
un aparato de gobierno del que formaban de unificar los distintos reinos en una Es- bordinación al protagonismo de una di-
parte varios consejos reales y un ejército paña unitaria nunca se consideró seria- nastía crecientemente comprometida con
casi permanente. Respetaba la tradición mente. La nobleza perdió parte de su po- una política internacional sumamente ac-
constitucional medieval de convocar fre- der político, pero sus privilegios permane- tivista y con una política interior de con-
cuentemente a un Parlamento, las Cortes, cieron intactos. Los reyes reforzaron trol sociocultural.
y gobernar con ellas. Presidía una socie- resueltamente su autoridad imponiendo Carlos hizo uso prudente de su victo-
dad estamental cuyos grupos privilegiados la uniformidad religiosa a sus súbditos. La ria, y el estado que empezó a edificar, al
eran la nobleza y la iglesia, y de la que exclusión de los judíos y los moros en aras compás un tanto irregular que dictaban
formaban parte cierto número de ciuda- de una sociedad homogénea, decretada las circunstancias, respetaba la tradición
des y municipios. La agricultura castella- por los Reyes Católicos5, y su asunción de constitucional y el sentir castellano. A la
na se basaba en el cultivo extensivo, con vez, sin embargo, el nuevo rey, que pron-
formas de tenencia semicolectiva a escala to sería emperador de Alemania, forjó el
municipal y mercados regionales. Había 4 Madrid, elevada a capital por Felipe II, llegó a
equivalente de un compromiso histórico
una importante ganadería orientada a la tener más de 100.000 almas ya avanzada la segunda
con las grandes instituciones de Castilla,
exportación de lana, una industria textil mitad del siglo XVIII (Ringrose, 1983). la iglesia y la nobleza (incluidos los hidal-
5 Unos 300.000 judíos y moriscos, de una po-
bastante dinámica (sobre todo en Segovia, gos), para implicarlas en su estrategia im-
pero también con centros artesanales en blación total de aproximadamente 5,5 millones de perial. Hay una diferencia considerable
personas, se exiliaron a consecuencia de las políticas
Toledo y Ávila) y un pujante sector co- de conversión forzosa o exclusión de facto de los Reyes entre la primera fase de ascenso de los
mercial y financiero inserto en un sistema Católicos (Bennassar, 1979: 143, 162). Austrias mayores (Carlos y Felipe II) y la

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LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

segunda fase de declive de los menores ma judicial y la administración local; una porcionaba a la monarquía un instrumen-
(Felipe III, Felipe IV y Carlos II), pero la institución peculiar de control sociocultu- to excelente de control social centralizado
trayectoria entera se puede ver como la ral y político, la Inquisición, y una com- y uniforme bajo su supervisión directa,
del éxito relativo y fracaso final del pro- pleja maquinaria fiscal y militar. La mo- pues estaba presente en todos los reinos
yecto de construcción de un estado (tele- narquía procuró asegurarse el control de (aunque posiblemente más en unos que
ocrático) portador de misiones extraordi- la administración de justicia haciendo en otros, como sugiere Kamen, 1998) y
narias a las que la sociedad se debía su- que los jueces dependieran de la autori- no dependía del papa sino del rey. Pero el
bordinar. dad real, y evitando así las consecuencias principal de sus fines no era crear una co-
Los Austrias reconocieron ciertas li- que la venalidad de esos cargos acabaría munidad política unificada, sino una ho-
mitaciones constitucionales, convocaron a teniendo en Francia. Impidió la forma- mogeneidad sociorreligiosa que facilitara
las Cortes con regularidad e intentaron ción de una noblesse de robe y la autono- el ejercicio de la autoridad regia. Aunque
manipularlas y persuadirlas a costear mía relativa de los magistrados y miem- empezó persiguiendo a los heterodoxos
complicadas operaciones de política exte- bros de las profesiones, que en Francia, (conversos y moriscos sospechosos de
rior. Para ello el monarca disponía de di- como miembros de los parlamentos, mantener su antigua fe y protestantes), al
versos instrumentos. Podía recurrir a constituyeron la principal base de resis- cabo de un tiempo su objeto primordial
otros medios de financiación (como la tencia al poder absoluto de los reyes y de- fue fiscalizar las ideas y costumbres de los
plata de Indias o préstamos tomados a sarrollaron un discurso público que pre- cristianos viejos. La maquinaria de con-
banqueros, que primero fueron españoles paró el terreno para los trascendentales trol puesta en marcha por la Inquisición
y después, arruinados aquéllos por las cambios culturales y constitucionales de funcionó sin pausa durante tres siglos y
prácticas abusivas del estado, alemanes, fines del siglo XVIII (Bell, 1992; Schama, cumplió sus objetivos con notable eficien-
genoveses y portugueses). Podía apelar a 1989). También intentó controlar la ad- cia, no tanto por el número de ejecucio-
los intereses de los grupos privilegiados ministración local, pero sólo de forma in- nes, que fue relativamente bajo, cuanto
(cargos oficiales, mercedes y exenciones termitente y con escasos resultados. De por la abundancia de procesos y condenas
fiscales) y podía utilizar poderosos resor- hecho, a lo largo de todo el siglo XVII los de menor grado (sólo aproximadamente
tes culturales. reyes transfirieron poder a los señoríos, una quinta parte de los procesados eran
Los intentos de los reyes de restar im- los terratenientes y las oligarquías locales absueltos), con el estigma y la intimida-
portancia a las instituciones parlamenta- (Thompson, 1981). Su fracaso en este te- ción consiguientes (Bennassar, 1979; Ca-
rias tropezaron con resistencias notables, rreno hay que achacarlo a su limitada ca- ro Baroja, 1968). La acción inquisitorial
por lo menos hasta el último tercio del si- pacidad de control, pero también a su re- se reforzó con misiones religiosas en pue-
glo XVII (Castellano, 1990), y hubo mo- lativo desinterés por el asunto, tanto más blos y ciudades, con el veto de realizar es-
mentos de gran tensión en las Cortes. Si cuanto que la nobleza, investida de gran- tudios en el extranjero (dictado en 1558)
el rey, por ejemplo, defendía la guerra des atribuciones locales y regionales, care- y con la censura de libros (primero civil y
contra los rebeldes holandeses (una deci- cía de voluntad para desafiar la autoridad eclesiástica, y después encomendada a la
sión trascendental, que llevó años de de- de la corona (como sí llegó a tenerla la propia Inquisición). Complemento de la
bates en el consejo real), algunos conseje- nobleza francesa). censura era la prohibición de importar li-
ros podían hacer ver la distinción entre Los Austrias no parecen haber tenido bros de otros países y de imprimir, distri-
los intereses del monarca y los del reino, y la clara determinación de hacer de toda buir, vender, leer o incluso poseer los in-
señalar que la salvación de las almas ho- España un territorio continuo, con fron- cluidos en el índice bajo amenazas que
landesas no era de la incumbencia del rei- teras bien definidas y uniformemente so- podían llegar a la pena capital (Schulte,
no de Castilla; como diría el representan- metido a su mando. Tampoco les intere- 1968: 70 y sigs.). Hay que tener en cuen-
te en Cortes Francisco de Monzón: “Si se só forjar un sentimiento nacional espa- ta que, aunque los aparatos administrati-
quieren condenar, que se condenen” ñol. Es sintomático que el intento de vos del estado y de la iglesia de la época
(Thompson, 1995: 143). Aún más refrac- Olivares de imponer instituciones caste- no fueron capaces de aplicar estas políti-
tarias se mostraron las instituciones polí- llanas en Cataluña, Portugal y otros rei- cas de control con la eficacia burocrática
ticas aragonesas (Gil, 1995). Felipe II pu- nos no tuviera nada que ver con la idea de los estados contemporáneos, lo que sí
so fin a la crisis de 1590 con la interven- de una nación común. Olivares quería hicieron fue definir claramente un marco
ción del ejército real y (nada menos que) promover las buenas relaciones entre los de incentivos y desincentivos que fueron
el juicio sumarísimo y ejecución del justi- distintos reinos, pero negaba explícita- aplicados de manera bastante consistente
cia mayor de Aragón, Juan de Lanuza, pe- mente perseguir un objetivo nacional y cumulativa a lo largo de varios siglos,
ro al cabo tuvo que volver al statu quo an- (declararía, incluso con desdén: “No soy tanto a las élites como a las masas del país
terior. En general, las Cortes de los reinos yo nacional, que es cosa de muchachos” (y, posiblemente, sobre todo, a las del rei-
periféricos no permitieron imponer tribu- [Elliott, 1984: 100; Thompson, 1995: no de Castilla).
tos a escala semejante a la de Castilla. Las 147]), mostrando así su desinterés por el Esas políticas e instituciones de con-
tentativas del conde-duque de Olivares de brote de un sentimiento de nación y su trol social fueron útiles a corto y medio
incrementar la presión fiscal a mediados posible utilidad (lo que contrasta con la plazo para los gobernantes, pero a la larga
del siglo XVII fracasaron, suscitando la conciencia de ambas cosas en Richelieu; tendrían consecuencias muy negativas pa-
oposición de las ciudades castellanas y de- Wedgwood, 1962: 33). ra el desarrollo de la esfera pública. Ten-
sencadenando una guerra en Cataluña Por otra parte, los reyes españoles es- dieron a reducir el carácter plural y diver-
que costaría casi veinte años sofocar taban firmemente resueltos a asegurar la so de la sociedad, y fomentaron la oculta-
(Elliott, 1990a). homogeneidad religiosa de sus súbditos, ción de las creencias íntimas (Bennassar,
Los reyes trataron de ensanchar la ba- como condición previa, o al menos propi- 1979: 187; Caro Baroja, 1970), la takiya
se de su poder por varios medios: el siste- ciadora, de su poder. La Inquisición pro- o hábito de disimulo de los moriscos

14 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

triunfo inminente por la fuerza de las ar-


mas y la bancarrota financiera, siempre
necesitado de acudir a cualquier medio
para allegar en poco tiempo los recursos
con que afrontar el embate siguiente. El
resultado vino a ser una crisis financiera
endémica y la permanente desconfianza,
tanto de los súbditos como de los posibles
prestamistas, en los compromisos finan-
cieros del estado, a la vista de sus frecuen-
tes manipulaciones de la moneda, expro-
piaciones, quiebras fraudulentas y renego-
ciaciones forzosas de los préstamos. Quizá
exaltada por sus pasadas conquistas y vic-
torias, la monarquía sobrepasó sus límites
y adoptó el lema de plus ultra, acariciando
sueños de dominio universal con el favor
de la divina providencia (Parker, 1995:
259) y obsesionada por acrecentar su re-
putación en el exterior6. Irónicamente,
infligía entretanto daños irreparables a su
prestigio en el interior, a fuerza de trans-
gredir sus propias reglas (Braudel, 1996;
Carande, 1949-1967), esquilmar a sus
súbditos y dislocar la economía del país,
que no empezó a recuperarse hasta el últi-
mo tercio del siglo XVII. Con ello mer-
mó considerablemente la capacidad del
estado para financiar su aparato militar y
supervivientes (Bennassar, 1979: 187), el problema de pagar a las tropas, dada la hacer frente a la rivalidad de Francia en la
criptojudaísmo de algunos conversos y continua crisis fiscal del estado (Parker, segunda mitad de aquel siglo. (Hasta cier-
el silenciamiento de las opiniones perso- 1979; Thompson, 1981). Esto nos lleva to punto, la decisión del último de los
nales (como escribía Luis Vives a Erasmo al punto crítico de la base económica de Austrias y su entorno de nombrar herede-
en 1534: “Estamos pasando por tiempos la potencia imperial española. ro a un Borbón era un reconocimiento
difíciles, en que no se puede hablar ni ca- Como han señalado algunos autores del nuevo equilibrio de fuerzas).
llar sin peligro”; [Bataillon, 1966: 490]). (Alston, Eggertsson y North, 1996; También la vida política, social y
Los libros de filosofía y su lectura toma- North y Weingast, 1996), las monarquías cultural del país salió perjudicada. Ni la
ron un tinte de objeto y actividad peligro- se veían en la disyuntiva de adoptar una autoridad pública ni las instituciones
sos y sospechosos, y el debate social en estrategia de maximización de los recursos parlamentarias (con diferentes grados de
torno a muchas cuestiones decreció en a corto plazo, empleando todos los me- responsabilidad) pudieron atajar ese pro-
frecuencia, intensidad y libertad. dios a su alcance, o impulsar la prosperi- ceso, y también ellas sufrieron las conse-
En última instancia, sin embargo, las dad del cuerpo social y acrecentar así la cuencias de la pérdida de reputación y
razones de la sujeción de España iban más base fiscal, de modo que la hacienda pú- de confianza. Las élites políticas perdie-
allá de los intereses domésticos de sus go- blica, aunque quizá disminuyera a corto ron la fe en sí mismas y en la viabilidad
bernantes. La política estaba dominada plazo, aumentase a la larga. Es de suponer de su mundo, y de una sensación inicial
por problemas internacionales. La actua- que cuantas menos fueran las limitaciones de poder omnímodo vinieron a dar en el
ción de los Austrias en el interior se supe- constitucionales del poder del monarca desánimo y la melancolía propios de
ditó casi siempre al desempeño de un pa- más probable sería que adoptase una acti- quien se ve ligado a un compromiso que
pel crucial en el escenario histórico mun- tud de rapacidad a corto plazo hacia sus es imposible cumplir. Si Olivares, escri-
dial, el que dictaban los objetivos súbditos. Esa probabilidad era mayor biendo al conde de Gondomar, se descri-
entrelazados de favorecer los intereses de cuando, viendo amenazada su supervi- bía “dedicado a morir asido al remo has-
la dinastía y defender la fe católica, y, por vencia, el príncipe tenía motivos para te- ta que no quede pedazo dél” (Elliott,
tanto, contener a los turcos y a los protes- mer el futuro. El hecho es que el estado 1990a: 239), Felipe IV se sentía a bordo
tantes. España era esencial para esos fines, de los Austrias vivió en el límite entre la de un barco que se iba a pique (Mara-
y el instrumento principal de la hegemo- victoria total y el desastre completo, el vall, 1980: 436). Lo cierto es que el esta-
nía española, aparte de la diplomacia y la do y la sociedad declinaron juntos. La
propaganda religiosa, fue un ejército per- economía se contrajo, los procesos de
manente, los llamados “tercios”. Modelo 6 Una reputación que Benito Arias Montano, movilidad social perdieron impulso, la
de organización, de capacidad logística y consejero de Felipe II y partidario de la conciliación división entre los estamentos se hizo más
de eficiencia militar (la infantería españo- en los Países Bajos, veía ya dudosa cuando declaraba: rígida (en parte debido a la obsesión cada
“La soberbia de nuestra nación española es intolerable
la fue invencible hasta la batalla de Rocroi (…). Han tomado a llamar ‘reputación’ a este género” vez mayor por los estatutos de limpieza
en 1634), estuvo siempre agobiado por el (Kamen, 1984: 223). de sangre) (Maravall, 1979; Domínguez

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

Ortiz, 1973; Bennassar, 1979) y el largo una religiosidad benigna y equilibrada, el consiguiente recelo hacia una lectura
ocaso de la universidad (Kagan, 1982; renunciar a intermediarios (al clero en personal de la misma (Skinner, 1978). El
Linz, 1973) no se vio compensado desde particular) y desechar los argumentos de debate teológico sobre la posición de
otras instancias del saber. autoridad. El elogio erasmiano de la lec- Erasmo celebrado en 1527 en Valladolid
tura (de libros tanto devotos como profa- no fue concluyente (Skinner, 1978: 241 y
4. Erasmistas y escolásticos, grandes nos) se debe ver en el contexto de su ex- sigs.), pero a partir de ahí la presión cre-
escritores y arbitristas hortación moral al desarrollo de la socia- ció de forma inexorable. La victoria final
Cada cual a su manera, las dos corrientes bilidad del hombre y de su confianza en de los escolásticos sobre los erasmistas re-
de pensamiento que representaban el sí mismo. La lectura era para Erasmo una fleja un momento de cambio histórico, y
erasmismo y la escuela de Salamanca faci- manera de ensanchar el círculo de inte- coincide con las decisiones cruciales de
litaron el compromiso histórico de los racción social del hombre, de afirmar sus Carlos V de acercamiento al papado,
Austrias con sus súbditos castellanos tras aptitudes para comprender la palabra y apoyo a la contrarreforma y formación de
la derrota de las comunidades, y contri- los signos de Dios, para distinguir el bien un estado poderoso encargado de defen-
buyeron a mantener el inestable equili- del mal y para escoger libremente (Batai- der la fe católica frente a propios y extra-
brio entre la herencia de un orden relati- llon, 1966: 209). ños. A la postre esto significaría definir el
vamente nomocrático y las nuevas exigen- Ese mensaje moral parece haber teni- escenario internacional como una guerra
cias y oportunidades derivadas de la do una afinidad electiva con la situación permanente (latente o declarada) en Eu-
estrategia imperial y el sentido de misión en que se encontraban amplios sectores ropa y el Mediterráneo (Braudel, 1996)
de la monarquía de los Habsburgo. Co- de la población española, y de ahí su éxi- contra los protestantes y los turcos (y, en
mo puso de relieve Bataillon, la influencia to. Les ofrecía un lenguaje en el que ex- caso necesario, contra Francia, aliada po-
de Erasmo en España fue extraordinaria, presar su voluntad de vivir en libertad y tencial de unos y otros), y emprender un
sobre todo en las décadas de 1520 y decidir por sí mismos, en una época en programa de control social e ideológico
1530. Se extendió a un amplio círculo de que muchos españoles aún no habían sido de la población.
magnates, altos eclesiásticos, nobles y domesticados por las presiones conver- Ese programa era claro, y su objetivo
funcionarios reales, eruditos y humanistas gentes del estado y de la iglesia (y quizá, era controlar la lectura de libros y las for-
de las universidades (particularmente en hasta cierto punto, por un régimen seño- mas no regladas de religiosidad. La des-
la nueva universidad imperial de Alcalá rial). En cambio, tenían la oportunidad confianza hacia el pietismo y la oración
de Henares) y lectores instruidos, pero de dar salida a sus energías individuales mental iba de la mano con impedir el
también alcanzó a sectores más humildes en la aventura imperial, tanto en Europa acceso a los debates teológicos y a las Es-
de la población. Su fuerza visible se redu- como en las Indias, y una sensación gene- crituras en lengua castellana. Ésas fueron
jo a partir de 1540, pero todavía se detec- ral de horizontes dilatados en los que to- las razones del ataque de Melchor Cano a
ta en los comienzos del siglo siguiente do parecía posible. Se explica así que las los jesuitas y del proceso inquisitorial del
(Bataillon, 1966: 160, 172, 404, 435) (y opiniones de Erasmo impregnaran tanto propio arzobispo de Toledo, Bartolomé
posiblemente se mantiene más tiempo en el discurso político de Alfonso de Valdés Carranza (Bataillon, 1966: 703 y sigs.;
partes del reino de Aragón [Kamen, como el discurso humanista y cristiano de Pérez, 1995: 114). Traducir la Biblia a la
1998]). Juan de Valdés, Juan de Vergara, el arzo- lengua vernácula estuvo tajantemente
En su esencia, el mensaje sociopolíti- bispo Carranza o el Brocense, lo mismo prohibido (la primera versión autorizada
co explícito de Erasmo subrayaba los co- que el discurso místico y más humilde de en español no se publicó hasta 1791-
metidos tradicionales del príncipe, tales los alumbrados o iluminados de Pastrana 1793), y en 1640 el inquisidor Sotoma-
como la garantía de la paz interior y la (Bataillon, 1966: 160-184). yor llegó incluso a prohibir la traducción
justicia (Bataillon, 1966: 80). De ahí pa- El erasmismo encontró una resisten- de fragmentos de los Evangelios y de las
saba a disuadirle de emplear el poder cia creciente en la iglesia. Atrapado en el epístolas para su lectura en la misa (Julia,
temporal para forzar la conciencia de sus inmenso conflicto que enfrentaría a cató- 1997: 286). Como se sabe, el catecismo
súbditos, y exhortarle a recabar el consejo licos y protestantes durante los dos siglos de Trento no iba dirigido a los laicos sino
de éstos y su aquiescencia. Sugería, ade- siguientes, el destino de Erasmo sería ser a los sacerdotes (ad parochos); la misa se
más, una política exterior orientada a ase- o irrelevante o sospechoso para ambos decía en latín, y es característico que las
gurar un orden mundial análogamente bandos. Al cabo de un tiempo, la iglesia, palabras cruciales de la misma (las que
impulsado por los intercambios pacíficos alertada por las órdenes mendicantes (Ba- operaban el milagro de transformar el pan
y la tolerancia mutua, proponiendo así un taillon, 1966: 237), vino a reconocer en y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesu-
posible modelo de actuación para la auto- su tibia actitud hacia la institución ecle- cristo) se pronunciaran submissa voce, esto
ridad imperial. No menos importantes siástica un discurso hostil que era preciso es, de modo apenas audible para los fieles.
eran el apoyo y la comprensión de Eras- marginar y silenciar. La escuela de Sala- La desconfianza frente a los libros no se
mo hacia una forma de vida centrada en manca, Francisco de Vitoria incluido, no limitaba a las obras de contenido religio-
la reflexión personal y la confianza del in- perdió tiempo en jugar a fondo la carta so, sino que alcanzaba también a otros gé-
dividuo en sí mismo, en la disposición al antierasmista (Bataillon, 1966: 247; neros, y particularmente a las novelas, co-
diálogo y el cultivo de la individualidad. Skinner, 1978: 141), una vez que hubo medias y demás obras de ficción, que eran
Era un mensaje que instaba al diálogo definido la división irreconciliable entre objeto de frecuentes anatemas (Chartier,
con Dios y con los hombres, a interrela- católicos y protestantes como centrada en 1997: 325; Eisenstein, 1983: 160).
cionarse en términos de igualdad relativa la cuestión de la importancia de las insti- Pero, como tantas veces ocurre, la
y reciprocidad. El individuo debía fiarse tuciones, de la iglesia visible, de su admi- aplicación de ese programa llevó un
de su razón y sus sentimientos, cultivar nistración de los sacramentos y de su in- tiempo, se mezcló con otras considera-
una relación de confianza con el mundo y terpretación autorizada de la Biblia, con ciones y tuvo que vencer tendencias con-

16 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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trarias. Para empezar, el pensamiento otorgaba el derecho de conquista a los re-
propio de la escuela de Salamanca, y de yes español y portugués. Para Vitoria, ese
la escolástica española en general, no se argumento era inadmisible, pues a su jui-
reducía a asistir al monarca en la legiti- cio el papa se excedía en sus atribuciones
mación de sus objetivos imperiales o su al ceder u otorgar algo que no estaba en
política interior, ni fue tampoco una me- su potestad. Negaban también que la su-
ra pieza en el gran proyecto de creación puesta inferioridad natural de los indios y
de una sociedad cerrada o sumisa. Antes su incapacidad para gobernarse (debida a
al contrario, así en el siglo XVI como en su naturaleza servil) dieran motivo sufi-
el XVII, una parte sustancial del pensa- ciente a la dominación española. Señala-
miento escolástico versó sobre problemas ban las prácticas de autogobierno de los
de redefinición de la tradición constitu- indios y la aceptación entre ellos de la
cional, participación activa en el debate mayoría de las costumbres asociadas al
público y una mejor comprensión de los derecho de gentes, sin excluir las relativas
órdenes extensos de la vida económica y al comercio y a la propiedad. Sólo al cabo
la política internacional. de una reflexión muy elaborada recono-
La escuela de Salamanca desarrolló cían los escolásticos la autoridad del mo-
una lectura del poder político que, basada narca sobre los indios, y aun entonces esa
en los autores clásicos a través de Tomás autoridad se consideraba limitada y con-
de Aquino, hacía hincapié en la naturale- dicionada por el respeto de las propieda-
za fundamental de la comunidad como des de los indios y el deber que tenía el
depositaria de ese poder. Mediante una monarca de protegerlas de la usurpación
forma u otra de contrato o pacto tácito, la de los encomenderos (Skinner, 1978;
comunidad lo delegaba o transfería al ma- Pagden, 1990, 1995).
gistrado o monarca constituido. La escue- En general, las tesis de los escolásticos
la fue testigo de un debate interno entre acerca de cuestiones constitucionales y del
los seguidores de dos teorías opuestas: orden internacional eran congruentes con
una subrayaba la naturaleza irreversible de sus ideas sobre el funcionamiento del or-
esa delegación del poder (así el jesuita den económico como uno de los “órdenes
Francisco Suárez), y la otra insistía en la extensos”. Hoy se reconoce que fueron los
dependencia del príncipe respecto de su precursores de las modernas teorías cuan-
comunidad, la importancia del consenti- titativas del dinero y de la teoría subjetiva
miento y consejo de las Cortes, el derecho del valor. Sus reflexiones se basaban en
a oponer resistencia al magistrado injusto parte en la observación atenta de las prác-
en caso necesario y, en situaciones extre- ticas mercantiles y financieras de la época
mas, la justificación de la resistencia civil (Schumpeter, 1982: 138), que les permi-
y del tiranicidio (así el también jesuita tieron comprender las fluctuaciones de
Juan de Mariana; Skinner 1978: 173, los precios, y lo que Luis de Molina llamó
345). Unos y otros coincidían en el acata- el precio “matemático” o “natural”, en
miento de una gran estrategia que agluti- función de las circunstancias particulares
naba cuestiones de principio con los inte- e imprevisibles resultantes de la combina-
reses de los Austrias (y España) y del pa- ción de la escasez y las necesidades huma-
pado, suministrando así distintas nas (Hayek, 1978, 1983; Schumpeter,
legitimaciones de la autoridad del prínci- 1982; Vilar, 1964; Grice-Hutchinson,
pe católico sobre su propia nación y con- 1998), así como explicar la inflación
tra sus enemigos externos (Gui, 1989: 26, apuntando a la cantidad de dinero circu-
92). Al mismo tiempo, la controversia se lante (y, en la opinión de algunos, al uso
inscribía en una tradición con un fuerte incontrolado de los contratos de depósito
componente de constitucionalismo (y sin por los bancos [Huerta de Soto, 1996]).
la menor aura de sacralidad en torno al Los escritos de la escuela de Salaman-
rey [Ruiz, 1985]), no en una tradición de ca deben ser vistos en el contexto de la
apologistas del absolutismo real como en participación de sus miembros en el deba-
el caso francés (que culminaría más ade- te y la consulta de los asuntos públicos,
lante en figuras como la de Bossuet [Ski- como clérigos haciendo el papel de exper-
nner, 1978: 113]). tos en prever las consecuencias y las con-
Esa lectura del poder civil como algo notaciones morales de las políticas públi-
originalmente emanado de la comunidad cas. Como consejeros o confesores, su
explica la posición de los escolásticos en opinión era buscada por el rey y sus fun-
las famosas polémicas desatadas cuando cionarios, nobles de los consejos reales,
se trató de justificar la conquista española miembros de las Cortes, magistrados de
de las Indias. Los escolásticos se negaron a las ciudades y jueces de las audiencias ca-
justificarla en razón de la bula papal que da vez que había que tomar decisiones

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
LA ESFERA PÚBLICA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

importantes (incluidas las de proponer cuados. Su vehículo eran actividades reli- crítica o perspectivismo se encuentran en
nuevos tributos y votar a favor o en con- giosas tales como autos de fe, sermones, otras figuras de la mística o la lírica y en
tra de ellos [Jago, 1995: 48]). Al mismo procesiones, representaciones sacras y mi- la pintura de la época: en santa Teresa de
tiempo, hay que ver tanto a los erasmistas siones populares (Domínguez Ortiz, Ávila, san Juan de la Cruz, fray Luis de
como a los escolásticos en el contexto más 1983; Christian, 1991; Caro Baroja, León o Diego Velázquez. Todos ellos
amplio de un país que había experimenta- 1978), así como dramas profanos que di- comparten un mismo alejamiento de los
do un extraordinario crecimiento econó- recta o indirectamente ensalzaban la figu- modos heroicos que entonces prevalecían
mico y demográfico (García Sanz, 1998; ra del monarca y la alianza de la iglesia y en el mundo. Velázquez, por ejemplo, hu-
Bernal, 1998), así como un auge cultural el estado, y los principios de una sociedad manizó a la familia real y ridiculizó a los
(que la Inquisición y otros procedimien- basada en los estamentos y los municipios dioses clásicos (Ortega, 1985 [1916]). En
tos de control del pensamiento por parte (como en los dramas rurales de Lope de la imaginación de sus compatriotas, la fi-
de la iglesia y del estado acabarían aho- Vega y Calderón [Maravall, 1980; Salo- gura de santa Teresa sirvió de contrapun-
gando, y en parte invirtiendo). España es- mon, 1965]). Algo parecido ocurrió con to a la de Santiago, santo patrón de Espa-
taba inmersa en un proceso de aventura, la pintura, que a menudo cultivó géneros ña y guerrero contra los moros: de hecho
movilidad social y geográfica (Linz, 1973: religiosos y cortesanos con una clara in- en el siglo XVII se disputó entre los dos el
71), descubrimiento del mundo y enri- tención política del mismo sesgo (Brown patronazgo del país, en medio de la más
quecimiento cultural ligado a la propia y Elliott, 1980; Elliott, 1990b). viva polémica (Castro, 1985).
experiencia imperial. En esas circunstan- De todos modos, el discurso legitima- En la primera mitad del siglo XVII,
cias, también el sistema universitario se dor tenía que coexistir con otros compo- una aportación decisiva de moralistas ba-
expandió, al menos en parte para satisfa- nentes más complejos del espacio públi- rrocos, como Quevedo y Gracián, al es-
cer las demandas de la administración im- co. Entre ellos quiero llamar la atención pacio público fue el recordatorio de los
perial. Es probable que en el siglo XVI sobre dos grupos muy distintos cuyas vo- límites de la realidad, que en el caso de
Castilla fuera el país de Europa con ma- ces se mezclan, a pesar de emplear distin- Quevedo iba unido a una conciencia
yor porcentaje de estudiantes universita- tos modos y apelar a distintos públicos. aguda de la decadencia, agonía y muerte
rios: uno de cada tres o cuatro de sus hi- El primero es el de los “generalistas”, tales de su mundo (Maravall, 1980: 339).
dalgos (aproximadamente una décima como los grandes escritores y artistas que Ambos ampliaban el pensamiento políti-
parte de la población) había pasado por intervienen oblicuamente en este espacio, co de Diego de Saavedra Fajardo, que ha-
las aulas (Kagan, 1982; Linz, 1973; Ro- junto a algunos moralistas del barroco co- bía querido racionalizar la elección estra-
dríguez-San Pedro, 1995; Fernández Ál- mo Francisco de Quevedo y Baltasar Gra- tégica entre Milán y Flandes para reducir
varez, 1998). La alfabetización estaba ex- cián; el segundo es el de “especialistas”, a dimensiones manejables los compromi-
tendida en las capas medias del campesi- como los escritores sobre asuntos políti- sos imperiales de España. Aunque desde
nado (a finales del siglo tenían las cos y económicos que se conocen con el temperamentos muy distintos, Quevedo
primeras letras entre un 20% y un 30% nombre de “arbitristas”. y Gracián coincidían en parte con su
de los varones castellanos), que por lo Miguel de Cervantes podría ser el diagnóstico. Convencido de que la era de
menos hasta mediado el siglo XVII hizo prototipo de un grupo de escritores y ar- las actitudes heroicas había pasado, Que-
uso abundante de ese conocimiento en tistas que emitieron un mensaje complejo vedo lo lamentaba, ridiculizando el pre-
frecuentes pleitos y apelaciones a los tri- de distanciamiento frente al orden socio- sente (como en general hicieron Mateo
bunales reales (Kagan, 1991: 149), y los político de la España de los Austrias. Su Alemán y los restantes autores de la no-
archivos de la Inquisición indican que la etapa formativa estuvo marcada por su vela picaresca), en tanto que Gracián
lectura de novelas de caballerías era gene- experiencia en la batalla de Lepanto aconsejaba un ajuste discreto a las nuevas
ral (Chartier, 1997). (1578), cuando el imperio estaba en su circunstancias. Todos ellos, incluidos los
El contenido de los debates públicos apogeo, y en su obra, escrita casi toda en novelistas, coincidían en describir un or-
fue variando gradualmente con la evolu- el cambio de siglo, se advierten todavía den social en descomposición moral, cu-
ción del estado y la sociedad de los Aus- rastros de influencia erasmista (Bataillon, yos recursos de confianza social (o “capi-
trias. Pero al entrar en el siglo XVII llama 1966: 777 y sigs.). Tiene un sentimiento tal social”, por emplear un concepto de
la atención la presencia de un caudal ex- mezclado de ironía y simpatía hacia sus nuestros días) habían descendido al míni-
traordinario de cultura expresiva, una co- héroes y su mundo. Relega a un segundo mo, y en el que reinaba la desconfianza
rriente religiosa y artística sumamente im- plano los fenómenos de la autoridad y las generalizada (y con ella la manipulación
portante, dedicada en primer lugar a legi- clases privilegiadas, la iglesia y la nobleza. de los intercambios humanos, el cultivo
timar el estado de los Austrias y su Entre bromas y veras, y a través del diálo- de las meras apariencias y un desaforado
proyecto histórico, y deliberadamente im- go incesante de dos figuras estilizadas, el sentido del honor). Hallamos este tema
pulsada por las élites políticas (Elliott, hidalgo don Quijote y el labriego Sancho, de la desconfianza generalizada como
1985). Eran muchos los mensajes cultu- invita al lector a reconocer la naturaleza una especie de (paradójica) norma social
rales ideados para legitimar y hacer visible equívoca de un mundo de hazañas heroi- o criterio práctico de comportamiento
la autoridad del monarca, exaltar su ima- cas que tienen escaso fundamento en la prudencial en el título de una obra de fi-
gen y dar verosimilitud a sus pretensiones realidad (Bakhtin, 1984; Vilar, 1964). nes del siglo XVI, el Discurso contra la
de ser la clave del orden social, para apo- Adopta también una postura oblicua res- confianza, de Guillén de Castro, (Mara-
yar los objetivos estatales de salvación o pecto a la sociedad estamental, al tocar en vall, 1980: 335). Para estos moralistas el
mejora de la sociedad y justificar la exten- sus novelas las deficiencias de la ética del mundo era un escenario teatral, un con-
sión de sus competencias y su gran estra- honor o de la reputación, que es uno de junto de apariencias intrínsecamente
tegia. Los mensajes argumentaban, exhor- los principios básicos de esa sociedad. inestable, sujeto a mutaciones tan conti-
taban y suscitaban los sentimientos ade- Mensajes análogos de distancia, reflexión nuas como imprevisibles, en el que toda

18 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
VÍCTOR PÉREZ-DÍAZ

certeza no era sino una forma de engaño: vida socioeconómica, ya fuera su objeto país (un país de muchos bachilleres pero
un confuso laberinto en el que el indivi- de elección el comercio, la actividad in- muy pocos lectores, y cuyo nivel de alfa-
duo tenía que luchar para no perderse. dustrial, la ganadería o la agricultura, po- betización parece que apenas mejoró a lo
La conciencia creciente e inevitable lemizaban con los inclinados a pensar que largo de esos siglos; Kamen 1998: 326),
de los límites del poderío español había lo mejor para el príncipe era una política que a su vez debilitaría aún más el espacio
empezado a insinuarse ya en la última de incentivos a la sociedad con resultados público y haría imposible el retorno a la
época de Felipe II, tras el fiasco de la Ar- a largo plazo, y por ende situaban más sus tradición constitucional. n
mada Invencible a finales de la década de esperanzas en un cambio de actitudes y
1580 y una combinación de epidemias y costumbres (que hiciera a los castellanos
hambrunas en la década siguiente. La más parecidos a otros europeos, más “co- Bibliografía
propia imagen de un rey encadenado a la merciantes”). Los había que combinaban ALSTON, Lee; EGGERTSSON, Thráinn, y NORTH,
tarea autoimpuesta e inacabable de con- ambas recomendaciones: así Olivares, Douglass (comps.): Empirical Studies in Institutio-
nal Change. Cambridge University Press, Cam-
trolar hasta el último detalle la gran má- cuando se trataba de trazar proyectos de bridge, 1996.
quina administrativa del imperio, y a El reforma o renovación, aunque no a la ho- BAKHTIN, Michael: Rabelais and His World. Trad.
Escorial como lugar escogido para traba- ra de tomar decisiones políticas, pues de H. Iswolsky, Indiana University Press, Bloo-
jar y morir, daba la idea de un monarca y siempre le faltó tiempo y paciencia para mington, 1984.
un país arrastrados por los acontecimien- adoptar medidas institucionales que rin- BATAILLON, Marcel: Erasmo y España. Trad. de A.
tos y puestos a la defensiva7. Los gober- dieran fruto a largo plazo (Elliott, 1990a). Alatorre, Fondo de Cultura Económica, México,
1966.
nantes españoles habían abrigado aspira- Pero la mayoría de los arbitristas no
ciones mesiánicas; el lema español de la supieron ver o calibrar debidamente la BELL, David: ‘The Public Sphere, the State and the
World of Law in Eighteenth-Century France’,
década de 1580 era Non sufficit orbis, y en importancia de algunos de los nexos cau- French Historical Studies, 17, 4 (otoño), 912-934,
1577 el Consejo de Indias consideró que sales básicos que unían la decadencia de 1992.
era (meramente) inoportuno discutir la España a las instituciones y el legado cul- B ENNASSAR , Bartolomé: L’Inquisition espagnole
conquista de China en aquel momento. tural de los Austrias. La relativa debilidad XVe-XIXe siècle. Hachette, París, 1979.
Sabiendo que tales expectativas eran in- de los límites constitucionales a la autori- BERNAL, Antonio-Miguel: ‘De la praxis a la teoría:
sostenibles, y en vista de que la divina dad monárquica allanó el camino para dinero, crédito, cambios y usuras en los inicios de
la carrera de Indias (siglo XVI)’, en Fuentes Quin-
providencia negaba el milagro en el que políticas fiscales y financieras que, cada tana (comp.), 1998.
los reyes de España habían depositado sus día más gravosas para los comerciantes, BRAUDEL, Fernand: Autour de la Méditerranée. R.
esperanzas (Parker, 1995: 248, 259), los industriales y los agricultores, bloque- de Ayala y P. Braudel (comps.), París, Éditions de
hombres como Saavedra (o seguidores aron el desarrollo de una economía de Fallois, 1996.
modernos de Tácito como Baltasar Ála- mercado. El alto valor concedido a la ho- BROWN, Jonathan, y ELLIOTT, John: A Palace for a
mo de Barrientos) aconsejaban algunos mogeneidad sociopolítica del país, que a King: The Buen Retiro and the Court of Philip IV.
New Haven, Yale University Press, 1980.
ajustes prudentes: renovar el estado, con- ojos de la mayoría de los contemporáneos
CARANDE, Ramón: Carlos V y sus banqueros. Ma-
tener los daños y salvar lo salvable. Hubo hacía que España fuera mucho más fácil drid, Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1949-
así un cambio de foco gradual, del mun- de gobernar que Francia, se tradujo tam- 1967.
do exterior a la política doméstica, que bién en una sociedad mucho más rígida. CARO BAROJA, Julio: El señor inquisidor y otras vi-
hizo surgir un nuevo tipo de pensamiento El mantenimiento estricto de una socie- das por oficio. Madrid, Alianza, 1968.
político y económico. dad estamental perpetuaba redes de in- –– Inquisición, brujería y criptojudaísmo. Barcelona,
Ariel, 1970.
Los arbitristas de finales del siglo XVI fluencias y clientelismo que debilitaban a –– Las formas complejas de la vida religiosa: religión,
y todo el siglo siguiente escribían en espa- las Cortes, obstaculizaban la administra- sociedad y carácter en la España de los siglos XVI y
ñol y pretendían llegar a un público am- ción y corrompían el sistema de justicia. XVII. Madrid, Akal, 1978.
plio, todavía habituado a cierto debate Los efectos de la ética del honor se suma- CASTELLANO, Juan Luis: Las Cortes de Castilla y su
público de los asuntos civiles (Kamen, ban a los de los estatutos de limpieza de Diputación 1621-1789. Madrid, Centro de Estu-
dios Constitucionales, 1990.
1984: 370; Caro Baroja, 1970: 17), pero sangre, dirigidos a la exclusión de los con-
concentraron sus esfuerzos en persuadir a versos, y al estigma que en algunos am- CASTRO, Américo: España en su historia: cristianos,
moros y judíos. Barcelona, Grijalbo Mondadori,
un círculo de agentes decisorios (cortesa- bientes acompañaba al trabajo manual, la 1983.
nos, nobles y funcionarios) de la necesi- “vileza de oficios” (Maravall, 1979: 103). –– Sobre el nombre y el quién de los españoles. Ma-
dad de priorizar los problemas internos y Ese conjunto de normas de exclusión so- drid, Sarpe, 1985.
aceptar las soluciones que ellos proponí- cial creaba un clima hostil a la iniciativa CAVALLO, Guglielmo, y CHARTIER, Roger (comps.):
an. En general, los arbitristas compartían comercial o industrial, reforzaba las pau- Histoire de la lecture dans le monde occidental. París.
Seuil, 1997.
las premisas cognitivas y morales de las tas de conformidad social (sobre todo en-
CHARTIER, Roger: ‘Lectures et lecteurs ‘populaires’
élites políticas en las que intentaban in- tre las clases medias y la intelectualidad) y de la Renaissance à l’âge classique’, en Cavallo y
fluir. Les impulsaba el afán de frenar el dificultaba el avance del país hacia un sis- Chartier (comps.), 315-330, 1997.
declive de la monarquía impidiendo la tema de intercambios socioculturales ge- CHRISTIAN, William Jr.: Religiosidad local en la Es-
ruina de sus diversos reinos, y en primer neralizados. La uniformidad religiosa, ce- paña de Felipe II. Trad. de J. Calzada y J. L. Gil,
lugar de Castilla. Los partidarios de una losamente vigilada por la iglesia y el esta- Madrid, Nerea, 1991.
autoridad pública intervencionista en la do, junto con la reducción gradual de los DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio: Las clases privilegia-
contactos con el exterior y la decadencia das del Antiguo Régimen. Madrid, Istmo, 1973.
de las universidades (cada vez más dedica- EISENSTADT, Shmuel N., y SCHLUCHTER, Wolf-
das a los estudios jurídicos, útiles para gang : ‘Introduction: Paths to Early Modernities-A
7 En parte, esto podría explicar la ambivalencia, Comparative View’, en Daedalus: Journal of the
posiblemente ironía, de escritores como Cervantes y ocupar puestos en la burocracia), llevó al American Academy of Arts and Sciences, vol. 127,
Quevedo hacia Felipe II (Castro, 1983: 264, 613). relativo empobrecimiento cultural del núm. 3 (Summer), 1998.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
19
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20 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
EL SOCIALISMO
DESPUÉS DE TRES FRACASOS
FÉLIX OVEJERO LUCAS

L
a historia de las tradiciones emanci- lismo real. Su rasgo fundamental, para lo ser desatendida en razón de su origen
patorias contemporáneas cuenta ya que aquí interesa, es el acento en la vo- “académico”; al cabo los mejores argu-
con un apreciable activo de proyec- luntad, en la posibilidad de ordenar ca- mentos del capitalismo se han querido
tos. Casi tantos como fracasos. La recons- balmente la sociedad desde una suerte de encontrar antes en las pizarras que en una
trucción de un proyecto igualitario con nueva moral solidaria que, naturalmente, historia no siempre decorosa en sus líneas
una elemental vocación de plausibilidad solo podía ser resultado de eliminar las básicas. En todo caso, si de lo que se trata
no debe desatender esa historia, ni los viejas relaciones de producción y, con es de pensar en los procesos, en el queha-
proyectos ni los fracasos. Recordar la bio- ellas, los viejos modelos de comporta- cer político, es preferible atender a lo que
grafía permite aprender de las dificulta- miento. En aparente paradoja, será preci- hasta aquí ha sido, a la historia.
des, ayuda a reconocer los problemas y a samente la progresiva percepción de la di- Los tres proyectos no han tenido igual
no repetir los errores. Por supuesto, las ficultad de esa tarea la causa de que recale suerte histórica. El primero no pasó de los
preguntas son las de siempre: dónde se en el uso sistemático de la represión. El papeles, de las conjeturas de la teoría social.
quiere ir y cómo se puede llegar. Éstos tercer proyecto, el modelo socialdemócrata, El segundo, el socialismo real, hizo histo-
son los problemas y repasar la historia im- aceptará el mercado como sistema de ria, mucha historia; de hecho nuestro
porta, sobre todo, para ver de qué modo asignación básico aunque buscará corre- mundo no sería el mismo de no haber exis-
la experiencia acumulada puede ayudar girlo en una dirección igualitaria a través tido; pero lo cierto es que, por razones di-
hoy a responder a tales cuestiones. Las pá- de diversas formas de intervención insti- versas, se saldó con un fracaso y ya no for-
ginas que siguen se ceñirán a los tres tucional que cristalizan en el Estado de ma parte de ningún proyecto político, no
grandes proyectos de la izquierda que han bienestar. está en el horizonte programático de nadie.
tenido una elemental preocupación acerca Por supuesto hay más proyectos. De El último, el socialdemócrata, muy critica-
de qué sociedad se buscaba y, también, hecho, asistimos a una proliferación de do durante mucho tiempo, parece, sin em-
acerca de cómo llegar. investigaciones procedentes del mundo bargo, haberse convertido en el último re-
El primero, el que procede de Marx académico que exploran con la teoría so- fugio de las tradiciones igualitarias. Para
tenía notable conciencia al respecto, co- cial disponible diversas formas de recons- decirlo brevemente, hoy no parece existir
mo se deja ver en el hecho de autocalifi- truir las herencias igualitarias, alternativas
carse por oposición a quienes descuida- más o menos radicales al capitalismo1. La
ban aquellas preocupaciones, a los que importancia de esos proyectos no puede
del socialismo de mercado es un intento de superar las
dio en llamar “socialistas utópicos”. Des- dificultades del socialismo y del capitalismo para com-
de esa perspectiva, que ocupa a buena patibilizar eficiencia e igualdad. En el socialismo de
parte del pensamiento socialista del siglo mercado se buscaría asegurar unas condiciones de com-
1 Como, por ejemplo, la propuesta la renta básica petencia, a través de un sistema de precios fijados por el
XIX, una suerte de mecanismo endógeno, garantizada, diferentes ideas de socialismo de mercado, mercado, y, a la vez, garantizar la realización de valores
un vínculo causalmente cerrado, relacio- la teoría de la reciprocidad general, la revitalización de como la autorrealización o la igualdad, a través del con-
naba la crisis del capitalismo con la socie- un republicanismo asociado a fórmulas de alto control trol de la producción y las ganancias por los trabajado-
dad igualitaria llamada a sustituirlo: los democrático e igualdad ciudadana o los varios intentos res. El igualitarismo republicano intenta asegurar la
de repensar el Estado de bienestar. Entre esas propues- igualdad y la autonomía de los ciudadanos por medio
procesos que alimentaban la dinámica del tas destacan, por su calidad teórica y por el debate que de una redefinición de los derechos de propiedad que
capitalismo eran, a la vez, los responsables han suscitado, la renta básica garantizada, el socialismo hagan a los individuos actores y responsables de los re-
de su crisis en la dirección del socialismo. de mercado y el igualitarismo republicano. La primera sultados de sus decisiones, de un sistema de seguros que
consiste en proporcionar a todos los ciudadanos una los protejan frente a las circunstancias de sus vidas que
Por economía expositiva, me referiré a es- renta que les permita asegurar la satisfacción de sus ne- escapan a su control y, más en general, de una sistema
te modelo como socialismo científico, aun cesidades básicas, renta que se percibiría con indepen- económico en el que Estado, comunidad y mercado se
cuando esa fórmula sea cosa de Engels an- dencia de su participación en la producción. Esa renta complementan para asegurar eficiencia y equidad. Cf.
se vería, por una parte, como una respuesta al problema P. Van Parijs, Real Freedom for All, Cambridge, Cam-
tes que de Marx. El segundo gran proyec- del paro, una vez se reconoce que el trabajo se ha con- bridge U. P., 1996; J. Roemer, E. O. Wright, (edts.),
to es el que cristaliza en la Revolución ru- vertido en un bien escaso, y por otra, con una inten- Equal Shares: Making Market Socialism Work, Londres,
sa. Por las mismas razones, para no andar ción de más calado, como un modo de asegurar la satis- Verso, 1996; S. Bowles, H. Gintis, ‘Recasting Egalita-
con distinciones a estas alturas a destiem- facción de las necesidades, de eliminar la alienación rianism’, en E. O. Wright, (edts.), Recasting Egalitaria-
producida por el trabajo y de asegurar que los ciudada- nism: New Rules ofr Equitiy and Accountability Th-
po, me referiré a este modelo como socia- nos (mujeres, jóvenes, parados, por ejemplo) no se ven rought Markets, Communities and Governments, Lon-
sometidos a chantajes o arbitrariedades. La propuesta dres, Verso, 1997.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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21
EL SOCIALISMO D E S P U É S D E TRES FRACASOS

otra izquierda con presencia política que la


que se agota en la defensa del Estado de
bienestar; en una defensa, todo hay que de-
cirlo, algo cerril, como de último refugio,
con un convencimiento que parece arran-
car de una suerte de resistencia psicológica
a la derrota incondicional. Esa desigual
materialización histórica justifica una ma-
yor atención a la experiencia socialdemó-
crata2. De todos modos, insisto en el senti-
do último del repaso: averiguar las tareas,
los retos a los que se ha de enfrentar cual-
quier intento de reconstruir un proyecto
socialista.
A continuación se empezará por des-
cribir los tres modelos y las razones de sus
fracasos para después identificar cuatro
enseñanzas generales de esos fracasos, en-
señanzas que no son sino requisitos que
habrá de satisfacer el proyecto igualitario.
Más allá de eso, apenas se aventurarán
propuestas específicas, aunque, sin aban-
donar la vocación de provisionalidad, algo
se diga al final de texto. La cautela es re-
sultado, para empezar, de las limitaciones
propias, de las ignorancias y, no menos, a
qué negarlo, de la escasa confianza en al-
gunas ideas en circulación; pero también
hay en la prudencia una elección moral,
modesta pero meditada: si algo no puede
volver a permitirse la izquierda es alentar
quimeras, proponer paraísos imposibles.
Los trucos intelectuales, las fantasías del producción capitalistas son algunos de ta- Aquéllos en peor situación eran los que
todo es posible ya no son disculpables des- les mecanismos. Pocas de ellas son solven- estaban en condiciones de modificar las
pués del sufrimiento padecido y causado. tes desde el estado actual de las ciencias cosas (que el vínculo entre estar en la peor
sociales; pero no cabe descuidar la magni- situación y estar en condiciones de hacer
El modelo clásico: el fracaso tud del empeño. La determinación de tra- colapsar el sistema, o estar explotado, no
de la abundancia yectorias históricas a través de secuencias es un vínculo necesario lo muestran con
El primer proyecto tiene un carácter ge- causalmente vinculadas permitirá sustituir extraordinaria dureza nuestras presentes
nuinamente ilustrado. En un doble senti- el clásico género de la filosofía de la histo- sociedades en donde los marginados ni
do: como filosofía de la historia y como ria, uno de los terrenos más propicios a la tienen capacidad de actuación social ni,
naciente ciencia social. En esencia consis- especulación, por otros más precisos y en sentido estricto, en tanto no producen,
te en proporcionar un soporte de teoría controlables, las nacientes ciencias socia- están explotados). En el modelo clásico,
social a la tradicional idea según la cual el les que hacen uso de modelos dinámicos la clase obrera era la clase protagonista del
curso de la historia equivale a un progre- o de teorías del cambio social3. cambio y, a la vez, en la medida que ese
sivo proceso de realización de la razón. Entre los diversos mecanismos endó- cambio suponía el fin de la explotación,
Marx elabora diversas teorías acerca de genos del modelo clásico hay dos que vale de su situación oprimida, era la clase inte-
cómo el capitalismo produce procesos en- la pena recordar con algún detenimiento. resada en el cambio4. Junto a este meca-
dógenos que desencadenan su propia cri- De hecho se pueden contemplar como nismo hay otro más propiamente socioe-
sis y su sustitución por una sociedad co- dos aspectos de un mismo proceso. El conómico: el capitalismo en su desarrollo
munista. La teoría de la caída de la tasa primero tiene una formulación más es- desataba unas necesidades que era incapaz
de beneficios, la tesis sobre la progresiva trictamente política. La clase obrera, ten- de satisfacer y que sólo la futura sociedad
pauperización de los trabajadores o, más dencialmente mayoritaria, era, a la vez, la comunista estaría en condiciones de solu-
nuclearmente, la contradicción entre el clase nuclear del capitalismo, la causante cionar. En los dos casos aparece un esque-
ineluctable despliegue de las fuerzas pro- de la riqueza social y la clase explotada. ma parecido. Existen unas fuerzas conte-
ductivas y el corsé de las relaciones de

3 Sobre la posibilidad de las trayectorias históricas 4 Hay problemas de lógica de participación en la


2 En todo caso aquí se sistematizarán unos argu- en la tradición de Marx, cf. E. O. Wright, A. Levine, E. competencia democrática que aquí no se mencionan,
mentos expuestos con más detenimiento en, F. Oveje- Sober, Reconstructing Marxism, págs. 61-100, Verso, pero que tendrán una importancia central en la evolu-
ro, Intereses de todos acciones de cada uno, Siglo XXI, Nueva York, 1992; F. Ovejero, La Quimera fértil, Ica- ción del proyecto socialista, cf. A. Przeworski, Capita-
Madrid, 1989, caps. 2 y 3 y en ‘Tres ciudadanos y el ria, Barcelona, 1994. A. de Francisco, Sociología y cam- lism and Socialdemocracy , Cambridge U. P., Cambrid-
bienestar’, La Política, 3, 1996. bio social, Ariel, Barcelona, 1997. ge, 1985.

22 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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FÉLIX OVEJERO LUCAS

nidas que el capitalismo constriñe, pero damentaba el proyecto, era también la funciones parecidas a las que en otro
que a la vez alienta; fuerzas que acaban que servía de crítica al capitalismo. De un tiempo pudo cumplir la explotación5. Es
por hacerlo estallar y que desembocan en tercero: las razones de los agentes para muy posible que la pobreza de los países
una sociedad con un ilimitado potencial comprometerse en la costosa tarea de mo- de la periferia no sea la causa de la riqueza
de desarrollo de las fuerzas productivas. dificar el mundo eran las mismas que da- de los del centro, que los (pobres de los)
En esas conjeturas, desde lo que nos ban sentido a la sociedad comunista. La primeros no estén explotados; pero no lo
preocupa aquí, hay dos aspectos impor- otra función de la hipótesis de la abun- es menos que la riqueza de los del centro
tantes. En primer lugar, el mismo meca- dancia tenía que ver con el proyecto, con sólo es posible por la pobreza de la perife-
nismo de aproximación a la sociedad co- la futura sociedad. Si era verdad que la so- ria, que la pobreza de éstos es la condi-
munista era la causa de la crisis del capita- ciedad comunista era una sociedad de la ción de posibilidad de la riqueza de aqué-
lismo. Si eso era así, no había que abundancia, carecía de sentido preguntar- llos. Sencillamente, el planeta no toleraría
preocuparse en perfilar el destino ni en se acerca de cómo organizarla. En una so- que todos tuviéramos unos niveles de
cómo llegar a él, no había que preocupar- ciedad donde hay de todo para todos no consumo energético comparables a los del
se en cómo comprometer a las gentes en hay problemas de distribución y, desde la americano medio. Hay que pensar en có-
mo distribuir lo escaso. En ese sentido, la
igualdad encuentra sus razones en la aus-
teridad. Pero no sólo, también en la liber-
tad: en un escenario austero, la desigual-
dad sólo se podrá sostener con represión.
De hecho, los (países) ricos podrían llegar
a preferir que los (países) pobres desapare-
cieran, que no existieran (lo que, dicho
sea de paso, no se da en una situación de
explotación: el explotador necesita al ex-
plotado). Pero si esto es así, si la sociedad
solidaria tendrá que ser una sociedad en
buen trato con el planeta y atenta a las fu-
turas generaciones, no cabe buscarla desa-
tando las necesidades. Si el proyecto se
justifica en la austeridad, el proceso no
puede consistir en la promesa de la abun-
dancia y, por ende, ya no hay vínculo in-
las acciones ni en precisar la naturaleza conjetura de que la raíz fundamental de mediato entre el proyecto y el proceso.
del proyecto. La otra característica impor- los conflictos es la desigualdad, la lucha Por otra parte, la austeridad también afec-
tante era que las mismas ideas (resolver de clases, no hay, por tanto, lugar para las ta a la naturaleza del proyecto6. Si no es
las necesidades insatisfechas) que servían tensiones. Si A tiene todo lo que desea, verdad que hay de todo para todos, hay
para extender el proyecto socialista, para no le importa que B pueda tener mucho que pensar seriamente en cómo organizar
criticar el capitalismo, fundamentaban la más. Ambos satisfacen sus deseos y ven la sociedad igualitaria, en qué criterios ha-
sociedad futura, la sociedad de las necesi- que los demás satisfacen los suyos, de lo brán de regular la distribución y qué ne-
dades saciadas. La estrategia no requería cual se alegrarán, será una satisfacción cesidades se habrán de satisfacer, en cómo
mucho esfuerzo: se trataba de favorecer el añadida, si son altruistas, o no, les traerá coordinar esos quehaceres, y, sobre todo,
desarrollo de unas demandas sociales que sin cuidado, si no lo son. Da lo mismo. Si en cómo hacerlo de tal modo que se ase-
ya de por sí desataba el capitalismo pero el pastel social producido es infinito no guren unas condiciones mínimas de esta-
que sólo podía satisfacer la sociedad futu- hay problemas de reparto ni de poder, sea bilidad reproductiva, que no se desaten
ra, la sociedad comunista. En tales condi- cuales sean las disposiciones humanas. mecanismos ni comportamientos que so-
ciones, no parecía necesario entretenerse La hipótesis de la abundancia se ha caven su funcionamiento, en particular,
mucho en recordar el guión de la historia revelado falsa y, naturalmente, ello tiene que los objetivos de los individuos no de-
a sus protagonistas, en argumentar las ra- consecuencias en los dos planos. En los sencadenen procesos que vayan en direc-
zones del ideario o en fundamentar el procesos, en primer lugar. El reconoci- ción contraria a los objetivos que inspiran
norte hacia donde orientarse. miento de que vivimos en un planeta con
La abundancia constituye la condi- recursos limitados es hoy acaso la razón
ción de posibilidad del esquema clásico. más poderosa en favor de la igualdad y de
6 Para la urgencia de repensar el ideario una vez
Cumple una doble función. La primera, su urgencia. De hecho, desde un punto
abandonada la hipótesis de la abundancia, cf. G. Co-
respecto a la armonía entre el proyecto y de vista normativo, la austeridad cumple hen, Self-ownership, Freedom and Equality, págs. 1-18,
el proceso: desatar las necesidades hoy Cambridge U. P., Cambridge, 1995.
7 Era la tesis de W. Harich en Comunismo sin cre-
aseguraba la llegada a la sociedad comu-
cimiento (Barcelona, Materiales, 1975). Tesis que se de-
nista, sociedad sin trabas para el desarro- 5 En rigor, funciones más interesantes. Después fendía, no se olvide, desde una suerte de resignación,
llo de las fuerzas productivas que sí estaba de todo, no toda explotación es condenable. Acepta- realista y humanitaria. Si las cosas son como son, si la
en condiciones de satisfacer cualquier ti- mos, por ejemplo, que los niños o los impedidos reci- humanidad es como es, la sociedad más libre habrá de
po de necesidad. Dicho de otro modo: la ban más de lo que aportan. A nadie se le ocurriría des- ser una sociedad austera, igualitaria y autoritaria que
calificar una ayuda humanitaria en una situación de ca- haga posible distribuir la escasez con la menor violen-
abundancia, la condición de funciona- tástrofe, aunque, en sentido técnico, ello suponga una cia. La otra alternativa es la dictadura de unos pocos,
miento del comunismo, la razón que fun- explotación. sociedad mucho más bárbara e inestable.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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EL SOCIALISMO D E S P U É S D E TRES FRACASOS

la sociedad. De otro modo, el único mo- los valores compartidos, en disposiciones tancia: los individuos, que tenían asegura-
do de compatibilizar austeridad e igual- solidarias. Así las cosas, el problema de dos los resultados con independencia de
dad será el autoritario7. cómo ordenar la sociedad desaparecería su contribución, preferían abstenerse de
El modelo del socialismo real: una vez los ciudadanos participan de una colaborar en su obtención, con el resulta-
el fracaso de la voluntad común idea de bien, cuando tienen idén- do final de que la tarea común se realiza-
El segundo gran programa vendrá marca- ticos ordenes de preferencias que les per- ba mal o no se realizaba; las empresas su-
do por las urgencias políticas, porque se miten determinar prioridades, esto es, va- ministran información distorsionada so-
disponía del poder sin tener muy claros lorar las situaciones, calibrar los conflictos bre sus posibilidades productivas
los proyectos. Las herramientas teóricas le- y precisar las metas. Aun si el pastel a re- (menores a las reales) y sobre sus necesi-
gadas eran más trabas que útiles para los partir es finito, los buenos valores com- dades (superiores a las reales) para asegu-
procesos revolucionarios. Ninguna de las partidos y las buenas disposiciones asegu- rarse la realización de los planes; los indi-
revoluciones socialistas encajaba en los es- ran que cada uno libremente escoge un viduos reclaman más de lo que necesitan
quemas heredados. En el origen de los trozo sin descuidar las necesidades de los y ocultan sus capacidades9. Pero es que,
acontecimientos pudieron haber necesida- demás. aun con la mejor disposición, los proble-
des insatisfechas, pero en ningún caso Muchas son las dificultades de este mas de coordinación persisten. Si al final
eran resultado de unas fuerzas productivas proyecto. Pero hay dos de particular im- de una fiesta multitudinaria todos nos
en desarrollo embridadas por unas relacio- portancia, también en el presente. Por ponemos a barrer a la vez, nos estorbare-
nes de producción capitalistas, pace Lenin una parte, aquella suerte de comunión de mos y no haremos sino redistribuir la su-
y sus filigranas con la historia rusa. La in- los ángeles en ideales compartidos resulta ciedad. En una comunidad de altruistas
negable astucia política de éste consistió escasamente plausible una vez se reconoce en la que se produce un incendio, el de-
en darse cuenta de que las respuestas no lo que se ha dado en llamar “el hecho sastre acaso no se desencadenará porque
estaban en unos esquemas, por lo demás, irreductible del pluralismo” (Rawls); esto todos intenten salir los primeros y con
apenas perfilados, en buena medida como es, la existencia de discrepancias impor- ello se traben unos a otros, pero muy bien
consecuencia de la herencia clásica, de la tantes acerca de cómo vivir la vida com- puede producirse porque al cederse mú-
confianza en el curso justiciero e inflexible partida que no son simples epifenómenos tuamente el paso nadie acabe por decidir-
de la historia. de las relaciones de producción. Las dife- se a salir. El apasionante debate de los
En todo caso si que parece existir una rencias en culturas, sexo o edad no se disi- años cuarenta y cincuenta en torno al so-
convicción implícita en los distintos pro- pan con la desaparición de las desigualda- cialismo de mercado fue un exquisito re-
cesos revolucionarios que llegan a cuajar: des económicas. De todos modos, la difi- conocimiento intelectual de esa circuns-
la creencia de que bastaba la supresión de cultad más importante era otra. Aun si los tancia, del problema de encontrar, por así
la propiedad y de la competencia para ciudadanos participan de los mismos va- decir, una mano invisible socialista, un
que emergiera una disposición cooperati- lores la reproducción de los procesos so- modo de asegurar la coordinación de los
va, para que los intereses de cada uno y ciales exige una coordinación que no de- procesos sociales que armonizase los obje-
los intereses de todos marcharan de ma- pende únicamente de su buena o mala tivos de cada uno con los objetivos com-
nera armónica, con generosidad en los voluntad. La teoría social, y en particular partidos10.
quehaceres económicos y voluntad parti- la teoría económica, proporciona un ina- En procesos voluntaristas y fuerte-
cipativa en los políticos. En el trasfondo gotable inventario de procesos de interac- mente ideologizados, como los que acom-
de esa confianza había una idea que no ción que muestran cómo en muchos ca- pañan a las revoluciones, la ignorancia de
carecía de avales en la tradición marxista: sos, cuando todos los individuos persi- estas dos circunstancias, de la existencia
en la sociedad capitalista las relaciones guen el mismo objetivo, contribuyen a de diferencias en los modos de vivir que
humanas eran relaciones distorsionadas hacerlo naufragar8. Cuando todos inten- no se agotan en las diferencias de clase y
por el mercado, relaciones que aparecían tan ahorrar, el ahorro agregado disminu- de mecanismos o procesos que actúan
como un mecanismo independiente, aje- ye; cuando todos los empresarios, en una con independencia de la disposición ego-
no a la voluntad de las gentes que eran economía cerrada, reducen los salarios, ísta o solidaria de las gentes, de problemas
sus protagonistas y, así, los procesos socia- para aumentar los beneficios, éstos acaban de armonización de objetivos, desemboca
les se imponían a los individuos como por disminuir. El problema no depende con naturalidad en una personalización de
una segunda naturaleza. Por el contrario, de la falta de ideales compartidos, de que las dificultades: si los problemas aparecen,
en una sociedad comunista desaparecería cada uno vaya a la suya. Cierto es que si las cosas no funcionan, es porque no se
esta alienación entre los procesos y sus ac- buena parte de las dificultades para la ac- ha actuado correctamente, porque falta la
tores y éstos recuperarían el control sobre ción colectiva derivan, dicho muy suma- genuina voluntad revolucionaria. No es
sus destinos. En esas condiciones no suce- riamente, de la disposición egoísta de los casual el perpetuo ir y venir de las tradi-
dería nada sin que las gentes lo quisieran. individuos, que se interesan por los bene- ciones revolucionarias entre “el hombre
Vinculada a esta tesis está la convicción ficios, pero no quieren asumir los costos nuevo” y la represión, entre un optimis-
de que la diferencia de clases era, no sólo de su obtención. Los problemas de “moti- mo antropológico que exige una morali-
el motor de la historia, sino también la lí- vación” de las economías socialistas tenían dad sobrehumana, un altruismo incondi-
nea de demarcación social a la cual se re- que ver, en su mayoría, con esa circuns- cional, y una resignación que únicamente
ducían todas las demás, el escenario bási-
co de todos los conflictos. Eso equivalía a
8 Cfr. R. Merton, ‘The unanticipated consequen- 9 F. Ovejero, ‘Comportamiento egoísta y sociedad
afirmar que una vez desaparecidas las rela-
ciones de producción capitalista, las dife- ces of purposive social action’, American Sociological Re- socialista’, en Intereses de todos…, op. cit.
view, I, 6, 1936; R. Boudon, Effets pervers et ordre 10 Para un resumen, cf. R. Blackburn, ‘Fin de Siè-
rencias de clase, y desaparecidas las distor- social, PUF, París, 1977. A. Gosselin, La logique des cle: Socialism after the Crash’, New Left Review, 185,
siones, los individuos se reconocerían en effets pervers, PUF, París; 1998. 1991.

24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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FÉLIX OVEJERO LUCAS

confía en la penalización como sistema mo grupo de presión o de opinión. de la población, a ciertas clases sociales.
motivacional de los individuos. Ni que El otro escepticismo, el que se refiere a En principio, el modelo socialdemó-
decir tiene, que hay una paradoja de im- la coordinación social, se traduce en una crata no abandona el horizonte igualitario
posible resolución en el intento de edifi- confianza matizada en el mercado. Éste se pero, al descreer de las disposiciones cívi-
car la generosidad con castigos, de cons- asume como el sistema principal de asig- cas de la ciudadanía, quiere acercarse a él
truir “buenos ciudadanos” en campos de nación. No se ignora su ineficiencia en de- desde mecanismos alimentados por el
reeducación. terminadas circunstancias: provisión de egoísmo13. Si no cabe confiar en las vo-
bienes públicos, externalidades, economí- luntades, lo mejor es construir las reglas
El modelo socialdemócrata: as de escala, asignaciones intertemporales, de juego que propicien los objetivos pre-
el fracaso cívico etcétera. Sin embargo, ese reconocimiento tendidos, aun desde las peores volunta-
El modelo socialdemócrata arranca en no corrige la idea básica: el mercado debe des. Si tenemos que repartir el pastel en-
buena medida de dos escepticismos deri- ser completado allí donde falla, donde no tre egoístas, hay que buscar el diseño ins-
vados de los problemas del modelo del so- asegura la eficiencia, pero no está en dis- titucional que asegure el objetivo
cialismo real (aunque acaso sea más exacto puta. La eficiencia es el criterio normativo igualitario; por ejemplo, aplicar la regla
referirse a dos aspectos de un único escep- que rige las intervenciones del Estado de de que el que reparte sea el último en co-
ticismo, del primero). Un escepticismo bienestar, aun cuando esas intervenciones ger: el egoísta, que sabe que trata con
acerca de los individuos, acerca de un presenten una doble formulación (que no egoístas, cortará trozos milimétricamente
mundo de altruistas movidos por objetivos inspiración). Unas, las clásicas, las del pri- iguales. Este modelo funciona bajo una
sociales; y un escepticismo acerca de la po- mer Estado de bienestar, eran, por así de- especie de supuesto de impermeabilidad,
sibilidad de un sistema de coordinación cir, de naturaleza macroeconómica. La de compartimentos estancos, según el cual,
económica que supla al mercado. El pri- idea esencial es que, dada la mayor pro- el objetivo general, la igualdad de resulta-
mero se traduce en una resignada idea de pensión al consumo de las clases popula- dos en el mejor de los casos, no se ve afec-
democracia, la democracia de mercado11: res, el mejor modo de asegurar el tirón de tado por los comportamientos que asegu-
un sistema de competencia entre partidos la demanda efectiva y de que, por consi- ran el funcionamiento del mecanismo, y
políticos que tratan de atender a las de- guiente, no queden recursos sin utilizar que inspiraban los dos escepticismos: la
mandas de los votantes sin presumir dis- (desempleo), es redistribuir las renta en fa- falta de motivación cívica y el egoísmo
posición cívica ni en los políticos ni en los vor de los pobres: el ahorro se traduce en del mercado. La igualdad se podía obte-
ciudadanos. Para decirlo con las palabras inversión y el crecimiento queda garanti- ner sin que nadie procurara la igualdad.
clásicas, las instituciones públicas se cons- zado. Casi todos los argumentos “clásicos” El supuesto de compartimentos estancos
truyen bajo el exclusivo supuesto de que del Estado de bienestar apuntan en la mis- no resulta sostenible y la crisis del Estado
“el mejor modo de servir con fidelidad a ma dirección: la producción de bienes pú- de bienestar es la más dura evidencia del
los intereses de la humanidad es que los blicos, la intervención anticíclica o los di- fracaso del modelo socialdemócrata. Para
intereses coincidan con el deber” (The Fe- versos gastos sociales orientados a mitigar su buen funcionamiento el Estado de bie-
deralist Papers). En las democracias compe- los conflictos sociales, exigían como ins- nestar requiere unas condiciones cívicas
titivas, los partidos políticos se ven obliga- trumento (o tenían como subproducto), la que no es capaz de producir; antes al con-
dos a actuar como los vendedores en un intervención redistributiva. Pero, en últi- trario, su propia dinámica desencadena
mercado: tratan de ofrecer un producto mo término, la redistribución arrancaba procesos que socavan esas condiciones. Esa
que se ajuste a las reclamaciones de los in- de razones de eficiencia no de justicia, aun incapacidad para asegurar sus precondicio-
dividuos. Su intención no es modificar la cuando el resultado final fuese una distri- nes cívicas se dejan ver de diversos modos.
sociedad, las preferencias de los ciudada- bución más justa, más equitativa. La otra De un modo inmediato se percibe en la
nos, sino responder a esas demandas. Los formulación de la intervención pública, ambivalencia de las actitudes de los ciuda-
políticos no se mueven por sentido cívico más reciente, arranca de argumentos mi- danos respecto al Estado: las ayudas se re-
y los ciudadanos entienden la política co- croeconómicos, argumentos procedentes ciben como una humillación por unos y
mo un simple sistema de coordinar la sa- de lo que se ha dado en llamar economía como una explotación por otros; los im-
tisfacción de sus demandas, de sus intere- de la información12. En conjunto se des- puestos se juzgan como una extorsión a la
ses. Los ciudadanos, que no están dispues- taca la presencia de una serie de mecanis-
tos a asumir los costos de información y mos (azar moral, selección adversa) que
participación, de gestación de la vida cívi- tienen que ver con el hecho de que en los 13 Hay una versión sofisticada del modelo social-
ca, retribuyen a los políticos para que reali- mercados se producen importantes asime- demócrata, inspirada en la teoría de la justicia de Ralws,
cen una tarea que ni quieren ni pueden trías informativas entre compradores y que afirma la prioridad de la igualdad, aun si acepta co-
mo mecanismo activador un cierto grado de desigual-
ejecutar ellos mismos. Estos últimos se ven vendedores que desembocan en ineficien- dad: aquella que permite que los más pobres estén me-
obligados a responder a los intereses de los cias o, incluso, en el colapso de los merca- jor de lo que lo estarían en una situación de mayor
ciudadanos, no en virtud de sus buenas ra- dos. A diferencia de lo que sucede con el igualdad. El problema es que resulta difícil compatibili-
zar el argumento que habla en favor de la igualdad, que
zones, de la justicia de sus reclamaciones, otro bienestarismo, estás intervenciones procede de la justicia, con el de la “inevitable” desigual-
sino de su fuerza electoral directa, como son ciegas (neutras) distributivamente, es- dad, que arranca de “los incentivos”. Aceptar este se-
simples votantes, o indirecta, como “crea- to es, aun si benéficas en un sentido gene- gundo argumento como bueno equivale, entre otras co-
sas, a excluir la sensibilidad cívica, el sentido de la justi-
dores” de voto a través de su influencia co- ral, no benefician a segmentos específicos cia. Y excluir este es lo mismo que afirmar que no existe
compromiso efectivo de los ciudadanos con el principio
de igualdad que está en el fondo de la argumentación.
Es otro modo de mostrar la inestabilidad cívica del pro-
11 Para una descripción más detallada: F. Ovejero, 12
Ver los artículos de J. Eatwell; M. Milgate; P. yecto socialdemócrata. Cf. G. Cohen, ‘Where the Ac-
‘Teorías de la democracia y fundamentaciones de la de- Newman (edts.), Information, Allocation and Markets, tion Is: On the Side of Distributive Justice’, Philosophy
mocracia’, Doxa, 1996. The New Palgrave, Macmillan, Londres, 1989. and Public Affairs, 26, 1, 1997.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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25
EL SOCIALISMO D E S P U É S D E TRES FRACASOS

vez que se reclama la satisfacción de las crecionalidad de su quehacer, para no tras- dores de un sector, que se sienten perjudi-
propias demandas sin atender a las conse- mitir información distorsionada acerca de cados por las acciones públicas y temen
cuencias o a la responsabilidad propia en la naturaleza de sus tareas. A su vez, el ciu- perder sus puestos de trabajo se unen con
su gestación o en su solución. Pero, más dadano, que conoce esa posibilidad, des- segmentos sociales más poderosos con los
allá de las actitudes ciudadanas, hay diver- confía14. Las motivaciones cívicas se ero- que, en condiciones normales, mantienen
sas indicaciones de la tensión entre las con- sionan y el resultado final es una ineficien- relaciones conflictivas. En esas circuns-
diciones cívicas que requiere el buen fun- te producción de bienes públicos. La tancias, las líneas de fragmentación se
cionamiento del Estado del bienestar y los teoría del diseño institucional muestra que multiplican y hacen impensable la recons-
mecanismos a través de los cuales opera, en no hay institución que pueda funcionar titución de lo que en un tiempo fue el so-
especial, el mercado como sistema regula- sin disposición cívica, disposición excluida porte social básico de la socialdemocracia.
dor. Sabemos que bienes importantes para por el mercado político que arranca con el
la vida social (la confianza, la dignidad) de- supuesto de que los individuos nunca pro- 3. Red moral. El mercado necesita
saparecen cuando se les pone precio; que a curan el interés público, que sólo atienden para su funcionamiento de una red moral
nuestra sensibilidad moral le choca el uso al comportamiento oportunista. Esa cir- que el mercado no puede producir. No
del mercado para asignar ciertos recursos cunstancia no hace sino alentar un com- todo puede estar sujeto a compra y venta.
escasos (votos, órganos para trasplante, no- portamiento que dada la naturaleza espe- Contra lo que se acostumbra a decir, no
tas, emparejamientos, nacionalidad); que cial de la intervención política (amplia po- es cierto que buena parte de la descompo-
ciertos bienes básicos (bienes relacionales) testad en la elección, asignación y sición social de Rusia tenga que ver con la
para la vida cívica (la participación políti- ejecución de tareas) se traduce en inevita- falta de mercados. La descomposición tie-
ca, la amistad), que se caracterizan por te- bles patologías que tienen su manifesta- ne que ver exactamente con lo contrario,
ner como único input el tiempo y que, por ción en despilfarros e ineficiencias. con la existencia de mercados para todo:
ende, no pueden mejorar su productivi- la seguridad, las leyes o los cargos están a
dad, cada vez resultan (comparativamente) 2. Soporte social. Un segundo meca- la venta. El mercado necesita un tejido cí-
más costosos y menos atractivos para indi- nismo tiene que ver con el cimiento social vico para que los contratos se respeten,
viduos entrenados en -y animados a- echar del propio Estado de bienestar. Como an- los derechos se asignen o los intercambios
las cuentas en sus decisiones diarias. En re- tes se advirtió, éste se justifica, sobre to- se realicen, tejido que es previo al merca-
sumen: el mercado se lleva mal con los va- do, desde la eficiencia, desde la óptima do. Se trata de bienes públicos que se pro-
lores cívicos. utilización de los recursos, incluso en el ducen merced a un comportamiento coo-
La falta de sustrato cívico es resultado caso de las intervenciones redistributi- perativo que soluciona muchos problemas
de diversos mecanismos, relacionados to- vas15. De todos modos, la legitimación en de acción colectiva. El problema es que,
dos ellos con la propia dinámica del mer- la eficiencia no impidió que el primer Es- en virtud de su sistema de estímulos, el
cado y del sistema de competencia políti- tado de bienestar, al favorecer la redistri- mercado da pie a una serie de mecanis-
ca, que confluyen en minar la posibilidad bución, se asegurase un cierto soporte. El mos que se avienen mal con la reproduc-
misma del Estado de bienestar. Bastará mejor modo de obtener el crecimiento, el ción de esa red moral. Por razones de per-
ahora con ejemplificar algunos que afec- beneficio para todos, era atender a los que manente exposición psicológica a la con-
tan a cinco planos diferentes, aun si al menos tenían. En esas condiciones el Es- ducta oportunista, por una serie de
mismo tipo de problema: tado de bienestar podía encontrar un sóli- procesos (disminución de los vínculos
do apoyo en las clases que se beneficiaban personales, menor duración de las inte-
1. Disposición cívica. El mercado de ese mecanismo. Pero ese apoyo se disi- racciones, aumento de la tasa de preferen-
político supone y alienta un tipo de ciuda- pa con la neutralidad distributiva de las cia temporal) que tienen como conse-
dano consumidor que no entiende la vida intervenciones el Estado de bienestar más cuencia un aumento de los costos de las
pública como quehacer suyo ni se interro- reciente, las que se justifican en razones acciones cooperativas, el mercado desen-
ga acerca del buen sentido de sus reclama- microeconómicas, en “los fallos del mer- cadena comportamientos (por ejemplo,
ciones, de su origen, de su justificación o cado”. Una intervención pública para evi- menor disposición a participar en el su-
de su elección más o menos responsable. tar la contaminación, una legislación que ministro de información, en procesos de-
Sencillamente retribuye a unos profesio- trate de mitigar las asimetrías informati- liberativos) que atentan contra una red cí-
nales para que atiendan sus demandas. Pe- vas, no tiene un soporte social homogé- vica que está en la base misma de su fun-
ro esa relación no es fácil. El ciudadano se neo. Mientras el beneficiario de la inter- cionamiento16. Conviene precisar que no
encuentra en una natural disposición de vención es genérico y disperso, los perju- se trata tanto de que la exposición al mer-
desconfianza hacia el político. Adquiere dicados suelen ser bien reconocibles y con cado “cree” egoístas, como de que entre el
un tipo de servicios (los del político profe- capacidad para actuar organizadamente. distinto repertorio motivacional disponi-
sional) cuyo control no está en condicio- De hecho, se acostumbran a producir re- ble, se propicie el cultivo de las disposi-
nes de realizar, precisamente porque lo acciones populares frente a las interven- ciones egoístas.
que adquiere son los servicios de alguien ciones y no es raro ver cómo los trabaja-
que “se informe y actúe”, y, por lo mismo, 4. Continuidad de la comunidad. En
no tiene modo de saber si las tareas públi- el mercado político, los programas de los
cas se realizan honesta o correctamente. 14 Un problema de agente-principal. Sobre estos
distintos partidos vienen dados y el ciuda-
Por su parte, el político, que conoce esa procesos: J. Ferejohn, J. Kuklinski (edts.), Information
circunstancia y que se mueve en un esce- and Democratic Processes, University of Illinois Press,
nario institucional en donde la virtud pú- Chicago, 1990.
15 Para un repaso a esas intervenciones N. Barr, 16 S. Bowles, ‘Mandeville´s mistake: The Moral
blica no es el motor de funcionamiento, ‘Economic Theory and Welfare State’, Journal Econo- autonomy of the self-regulating market reconsidered’,
no tiene razones para no aprovechar la dis- mic Theory, 1992. University of Siena, Ethics and Economics, Siena, 1991.

26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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FÉLIX OVEJERO LUCAS

diato impacto electoral. Cuando funciona


el mercado político, cuando el sistema es
impermeable al interés público, a las razo-
nes impersonales como criterios de deci-
sión, a razones que atienden a todos y que
valen para cualquiera, es fácil incurrir en la
tentación de buscar los resultados de hoy
en la venta de un patrimonio trasgenera-
cional; es fácil descuidar el sentido de con-
tinuidad con las generaciones futuras, que
carecen de toda fuerza (electoral) actual, y,
de ese modo, poner en peligro la propia
continuidad cívica de la comunidad18.

5. Políticas públicas. Para el funcio-


namiento de las políticas públicas es una
condición necesaria que los ciudadanos se
sientan comprometidos en algún grado
con ellas. Por dos razones fundamentales.
Por una parte, porque ellos son los que
proporcionan la información, hacen más o
menos costosa su ejecución y la asumen
o no en su realización final. La interven-
ción pública difícilmente funcionará si los
ciudadanos la miran con desconfianza o
con indiferencia egoísta. Diversos experi-
mentos económicos muestran que frente a
un juego de bienes públicos, un mecanis-
mo de incentivos compatibles, que busca
atar desde sus intereses egoístas a los indi-
viduos en la obtención de bien público,
presenta peores resultados que un compor-
tamiento guiado por principios de justi-
cia19. Pero el egoísmo es justamente el tipo
de comportamiento propiciado por el
mercado que, tal y como han mostrado di-
versos estudios experimentales, actúa como
un reductor cognitivo: las relaciones de mer-
cado propician que los individuos tiendan
a comparar (y aceptar el intercambio) en-
tre objetos diferentes, incluidos los dere-
chos y las normas; el escenario competitivo
alienta la justificación de conductas (inmo-
rales) que de otro modo, enfrentados a las
mismas elecciones los mismos individuos,
no se simplifican ni aceptan; las activida-
des (retribuidas) pasan de tener un valor
intrínseco a considerarse instrumentales y
dano se limita a escoger aquellos que reco- políticos tratan de satisfacer demandas di- con ello disminuye la motivación y, con
gen mejor sus intereses. La pertinencia nor- ferentes, en ocasiones contradictorias, con frecuencia, la eficiencia20. Mecanismos co-
mativa de sus reclamaciones resulta irrele- programas de todo para todos. Los ciuda- mo éstos refuerzan un tipo de ciudadano,
vante. El terreno público es un lugar de ne- danos, que no se sienten responsables de la estrechamente calculador, que complica la
gociación no de argumentación. En ese actividad política, en esas circunstancias, realización de las políticas públicas. Por
contexto, la dinámica de las reclamaciones en un escenario ajeno a consideraciones de
no busca ampararse en razones de justicia, interés público o de racionalidad, entien-
18 F. Ovejero, ‘Democracia y ética ambiental’,
en razones públicas aceptadas por todos, si- den que no hay otro modo de obtener sus
CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 68, 1996.
no en la capacidad para constituirse en metas que aumentar su capacidad para 19 N. Frolich, J. Oppenheimer, ‘Te incompatibi-
grupos de presión que compiten entre sí en presionar. Por su parte, el ciclo electoral lity of incentive compatible devices and ethical beha-
una imparable huida hacia delante17. Los marca agendas que no atienden a la preser- vior: some experimental results and insights’, Public
vación de valores y motivaciones esenciales Choice Studies, 25, 1995.
20 Para una minuciosa descripción: R. Lane, The
para la continuidad de la vida pública, sino Market Experience, Cambridge U. P., Cambridge,
17 R. Tollison, ‘Rent Seeking’, Kiklos, 35, 1982. con satisfacción de reclamaciones de inme- 1991.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
27
EL SOCIALISMO D E S P U É S D E TRES FRACASOS

otra parte, las intervenciones públicas apa- ción y el mercado político como marco ejemplo, se juzga que la sociedad deseada
recen precisamente frente a los fallos del institucional. La presunción se reveló sin debe adoptar formas de democracia deli-
mercado. Buena parte de esos fallos deri- fundamento; e ignorar la irrealidad del su- berativa, no cabe alentar –valga el pleonas-
van de la imposibilidad de especificar los puesto de compartimentos estancos no hace mo– nacionalismos estrechos, aun cuando
contratos, de disponer de información fia- sino ahondar en los problemas. En ese sen- puedan contribuir a desencadenar con-
ble sobre qué se produce y en qué condi- tido, la crítica conservadora a los desatinos ductas críticas o movimientos sociales en
ciones, y pueden mitigarse merced a las presupuestarios tiene su punto de correc- el presente. Para decirlo con, y contra, el
normas (los llamados nice values: compro- ción, sin que ello quiera decir que la única conocido poema de Brecht: si queremos
miso, lealtad, reputación, confianza, ho- posibilidad sea la “solución” liberal, esa preparar el tiempo para la amabilidad, ha-
nor, reciprocidad) que aseguran la eficien- suerte de ley de la selva que recomienda brá que ser amables. Por supuesto no está
cia en la coordinación de los procesos eco- ceder ante los mecanismos de las motiva- entre las pretensiones de estas notas enca-
nómicos y sociales en general. Dicho en ciones del mercado y abandonar toda aspi- rar esas tres dimensiones. En lo que resta
negativo: un bajo nivel de confianza re- ración igualitaria. Hay lugar para intentar me limitaré, a la luz de los fracasos de los
quiere contratos más costosos, más detalla- crear las condiciones para otra disposición tres proyectos examinados, a señalar algu-
dos, y una mayor (imposible) vigilancia en ciudadana. Obviamente, no se trata de re- nos requisitos que parece razonable exigir
su realización. Ahora bien, en virtud de la calar en rogatorias, en recomendaciones de a los proyectos igualitarios. Bueno es ad-
naturaleza de las interacciones que lo ca- buen comportamiento. La intervención vertir que la presente revisión no es ex-
racterizan (efímeras, con bajos costos de pública no se puede cimentar en sermones, haustiva ni aspira a la concreción progra-
entrada y salida, impersonales), el mercado en simples recomendaciones de cambio mática24.
simplifica el juego de motivaciones necesa- cultural. Por supuesto que, “si todos modi-
rias para funcionar socialmente y, con ello, ficáramos nuestros comportamientos”, to- 1. La restitución del vínculo entre jus-
elimina los nice values: las relaciones anóni- do sería distinto. Pero esa posibilidad está ticia y emancipación. Una de las grandes
mas hacen irrelevante la reputación; los ba- más allá de las capacidades del BOE. Aun- aportaciones de la herencia marxista del
jos costos de entrada y de salida disminu- que todo proceso social es resultado de una socialismo fue situar en un mismo lado,
yen la formación de (sub)grupos (la selec- interacción de motivaciones, normas y re- sobre un soporte racionalista, la libertad y
ción de grupo en términos biológicos) en glas, lo cierto es que la intervención políti- la explotación, unir la herencia ilustrada
donde proliferan los valores compartidos; ca recae fundamentalmente sobre reglas, con las tradiciones igualitarias. En virtud
la ausencia de segmentación elimina el tra- aun si se pretende alterar las normas y, con de los mecanismos resumidos más arriba
to reconocible, la interacción reiterada y, ellas, las motivaciones23. al referirse al modelo clásico, la liberación
con ella, el cultivo del compromiso o el de todos, la realización de la razón, pasaba
honor; los encuentros indiferenciados ele- Algunas tareas: entre por la emancipación de los trabajadores.
van los costos de adquisición de informa- el proyecto y el proceso Hoy esa situación ha cambiado radical-
ción acerca de la honestidad de los otros y, En sus limitaciones y fracasos los tres mo- mente. Hay una importante tradición, po-
a su vez, hacen muy poco interesante su delos anteriores muestran algunos de los derosa tanto social como intelectualmen-
cultivo; la sanción con precios elimina la retos a los que se ha de enfrentar cualquier te, capaz de asumir tesis fuertemente libe-
necesidad de sanciones desde la reputa- intento de reconstruir el proyecto igualita- rales en cuanto a los modos de vida y
ción, la confianza o la generosidad21. En rio. Dentro de las posibilidades de pros- cultura, y, a la vez, criticar cualquier inten-
esas condiciones, y dado el conocido me- pección de la teoría social, el proyecto ha- to de apostar por sociedades igualitarias
canismo que lleva a extender las estrategias brá de encarar las tres tareas de siempre: el (en un sentido que tenga que ver con al-
(egoístas) de un escenario o marco institu- objetivo, el proceso y el vínculo entre am- gún tipo de igualdad de resultados o, más
cional a otros distintos de donde proceden, bos. No sólo se trata de establecer las con- exactamente, de igualdad de oportunida-
está asegurado el fracaso de las intervencio- diciones de funcionamiento de una socie- des para alcanzar el bienestar). A la vez no
nes públicas22. dad igualitaria, sobre lo cual, dicho sea de cuesta identificar en segmentos importan-
Estos procesos, que muestran la incon- paso, empieza a haber bastante literatura tes de la clase trabajadora actitudes conser-
veniente porosidad entre los mecanismos y disponible. Se trata, también, de señalar el vadoras en terrenos como la libertad se-
los objetivos, están en la trastienda de la cómo llegar desde el presente, cómo hacer xual, la emancipación de la mujer o la di-
crisis del Estado de bienestar, que es lo atractivo el proyecto a quienes tendrán ferencia cultural. Tampoco resulta
mismo que decir, la crisis del proyecto clá- que realizarlo y cómo hacerlo desde sus excepcional encontrar, sobre todo en cier-
sico socialdemócrata. Cualquier proyecto objetivos más inmediatos: no cabe pensar tos departamentos universitarios en los
igualitario que se quiera medianamente es- que los individuos se comprometerán de que anida eso que se ha venido en llamar
table necesita una disposición cívica. El modo sostenido en tareas que en todo ca- “izquierda posmoderna”, un pseudoradi-
modelo socialdemócrata parecía presumir so beneficiarán a las generaciones futuras calismo irracionalista con escasa atención
que cabe retener la aspiración igualitaria (éste es el problema político básico del hacia la justicia distributiva. En el trasfon-
prescindiendo de esa disposición, sin aban- ecologismo). Y se trata, finalmente, de que do de esas ideas y actitudes parece haber
donar el mercado como sistema de asigna- esos procesos apunten en la dirección del una aceptación de la vieja concepción li-
proyecto, que no desaten mecanismos o beral que contrapone esencialmente las
conductas que resulten, a la larga, incom-
21 S. Bowles, ‘Endogenous Preferences: the Cultu- patibles con el proyecto final. Si, por
ral Consecuences of Markets and Other Economic Ins- 24 Consideraciones complementarias a las aquí de-
titutions’, Journal of Economic Literature, vol. XXXVI, sarrolladas se pueden encontrar en F. Ovejero, ‘El in-
marzo, 1998. greso ciudadano universal y los requisitos de los proce-
22 Cf. F. Ovejero, ‘La política de la desconfianza’, 23 C. Sunstein, ‘Social Norms and Social Roles’, sos emancipatorios’, R. Lo Vuolo (comp.), Contra la
Agenda, 2, 1998 (en curso de publicación). Columbia Law Review, 96, 1996. exclusión, Ciepp, Miño y Dávila, Buenos Aires, 1996.

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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FÉLIX OVEJERO LUCAS

ideas de libertad e igualdad y que entiende apuntaban en la misma dirección. Esa la vida cívica (la igualdad ciudadana, los
la vida pública (la ley) como una interfe- ecuación ha dejado de funcionar. Como se derechos y libertades), impidiera votar so-
rencia a la genuina libertad (presocial)25 . dijo, el socialismo encuentra hoy sus mejo- bre aquello que afectará a las generaciones
Frente a esa idea, la izquierda debe insistir res razones en la austeridad. Si no hay de futuras, a las condiciones de posibilidad de
en la tesis de que es tarea de todos asegu- todo para todos, habrá que pensar en distri- la propia continuidad cívica; sea a través de
rar la libertad de cada uno, de que la plena buir igualitariamente lo que hay y en esta- unos escenarios deliberativos que cancelen
realización de la libertad pasa por una vida blecer criterios intergeneracionales (no re- desde el principio el funcionamiento de la
pública que asegure a los individuos la po- presentados por los precios, por la deman- lógica del interés, lógica que queda des-
sibilidad de realizar sus planes de vida sin da de mercado, que sólo tiene en cuenta los montada en el momento en el que los indi-
estar sometidos a la intervención real o individuos presentes) acerca de qué produ- viduos se obligan a justificar el sentido de
potencial de los otros26. Eso es lo mismo cir y para quien. Pero eso son razones en fa- sus decisiones: comprometerse con la argu-
que afirmar que la libertad requiere de la vor del proyecto. Otra cosa es el proceso. mentación pública es comprometerse con
igualdad, que sólo en una sociedad justa Parece claro que alentar el cultivo indiscri- criterios impersonales de aceptación, estar
uno puede realmente elegir su propia vida minado de las necesidades no es el camino. dispuesto a modificar los propios juicios a
y que el bienestar de los otros es parte de El problema es que los actuales marcos ins- la luz de las mejores razones y, por ende, a
mi bienestar, que mi vida es mejor en una titucionales no conocen otro mecanismo y, aceptar que no hay ninguna razón para
sociedad donde los otros están bien 27. en ese sentido, complican el vínculo entre aceptar el interés como argumento.
Frente la idea liberal de que nadie debe in- proceso y proyecto. En una democracia de
terferir en las decisiones de X sobre su competencia electoral son escasas las posi- 3. Recuperación de una base cívica. La
propia vida, sobre si, por ejemplo, quiere bilidades de un programa que atienda a la experiencia del socialismo real mostró con
vivir aquí o allá, la izquierda debe asumir continuidad de la comunidad, a los por ve- escaso lugar a dudas que no se puede pensar
que es cosa de todos asegurar que X está nir. Una condición necesaria, pero no sufi- en edificar un proyecto social bajo la pre-
en condiciones de realizar esa elección, de ciente, para el funcionamiento de la demo- sunción del altruismo universal. Pero no es
que puede elegir su propia vida. cracia de mercado es que todos aquellos cu- menos verdad que la presunción contraria,
yos intereses se vean afectados estén en la presunción de egoísmo generalizado, re-
2. El segundo reto es casi un corolario condiciones de intervenir. Pero los que es- sulta incompatible con las condiciones mí-
del anterior: la armonía entre el proyecto y tán por nacer (o los ciudadanos de otros nimas de estabilidad de una sociedad ele-
el proceso, sus implicaciones programáti- países) no votan. En ese sentido, la demo- mentalmente solidaria. Una sociedad de es-
cas. Se ha visto que el modelo clásico con- cracia de mercado actúa contra ellos: son ta naturaleza necesita de una red moral, de
seguía esa armonía por la vía de alentar un los únicos que pueden pagar la realización unos vínculos que tienen la naturaleza de
tipo de demandas que el capitalismo, inca- de proyectos sin tener ocasión de hacer oír bienes públicos, en el sentido convencional
paz de desarrollar al máximo las fuerzas su voz. Como más arriba se apuntó, esa di- de bienes que se consumen sin rivalidad (mi
productivas, no era capaz de satisfacer. La ficultad tiene mucho que ver con unos es- consumo no impide el tuyo) y sin exclusión
extensión del ideario y su fundamentación cenarios políticos en los que lo importante (todos disfrutamos de la misma cantidad),
es que los propios intereses sean atendidos. bienes que requieren para su reproducción
En esas condiciones, no es sencillo armoni- de unas disposiciones cooperativas que el
25 La izquierda ha de hilar fino en la elección de
zar los procesos (ganar las elecciones) que, mercado hace imposibles. Un escenario po-
las palabras y no dejarse capturar por ciertas metáforas. en virtud del marco de mercado político, lítico como la democracia competitiva, que
Hay, al menos, tres tareas: a) no aceptar el contenido exigen resultados inmediatos con un pro- sólo se muestra permeable a motivaciones
que se les otorga (la idea de libertad, por ejemplo) y yecto que se fundamenta en una sensibili- negativas, a penalizaciones, que supone y
precisar su exacto sentido; b) no querer apropiarse de
todas y contraponer sus propias ideas (nación, compe- dad intergeneracional, en cierta continui- alienta la (presunción de) desconfianza, que
tencia, por ejemplo); c) establecer “palabras nuevas para dad cívica. Cualquier intento de escapar a asume el interés privado como exclusivo
la nueva historia” (A. González). Para ideas interesantes este dilema pasa por importantes modifica- motor de conducta, resulta incapaz de ase-
acerca de esa batalla por las metáforas, que tiene impor-
tantes implicaciones acerca de cómo se estructuran las ciones de los procesos democráticos. La gurar la producción de aquellos bienes pú-
experiencias cognitivas, cf. G. Lakoff, Moral Politics. modificación puede ir en diversas direccio- blicos. El marco político institucional de
What conservatives know that liberals don´t, Chicago U. nes. Hay quienes, sin contemplar cambios una sociedad igualitaria, sin presumir la
P., Chicago, 1996.
26 P. Pettit, “Freedom asa Antipower”, Ethics, en las conductas o en los principios inspira- bondad universal, ha de alentar o, al menos,
106, 1996. Esta idea (“la libertad negativa” republica- dores de las instituciones, han sugerido re- mostrarse permeable a la responsabilidad
na) ha sido desarrollada por J.G.A. Pocock y Q. Ski- glas más sensibles a consideraciones (resul- activa y a la disposición cívica de los ciuda-
nner. Un excelente repaso de sus raíces republicanas lo tados) de justicia (intergeneracional) como danos28, sin las cuales resulta imposible su
realiza J.F.Spiz en La liberté politique, París, PUF,
1995. Desde otra perspectiva, pero, en el fondo, sobre pueden ser, por ejemplo, otorgar dos votos funcionamiento. El problema es que, a tra-
el mismo asunto, cf. G.Cohen, ‘Money and Freedom’ a cada madre con un hijo bajo su tutela o vés de los mecanismos resumidos anterior-
(manuscrito 1999), en donde se muestra concluyente- proporcionar menos votos a los más ancia- mente, el mercado mina esas conductas. Las
mente algo sabido y olvidado: que sin recursos no hay
libertad. nos. Desde una perspectiva que no abando- dificultades del modelo socialdemócrata son
27En tanto estas notas se refieren a aspectos pro- ne los argumentos desarrollados en el pun- una buena muestra de esa circunstancia, o,
gramáticos no se detienen en una tesis importante para to anterior resultan más interesantes modi- lo que es lo mismo, de que un diseño insti-
una izquierda con alguna hondura: la continuidad en-
tre la ética privada y la moral pública. Una exquisita jo-
ficaciones de los procesos democráticos que tucional de inspiración igualitaria necesita
ya, dedicada a discutir con las pseudorazones de los “ri- intentan hacerlos permeables a las mejores
cos socialistas” y mostrar cómo el compromiso con los razones, a criterios públicos de interés gene-
principios de justicia tiene -salvo inconsistencia o des- ral, sea a través de un constitucionalismo
honestidad- implicaciones en las elecciones personales: 28 G. Brennan, ‘Selection and the Currency of
G. Cohen, ‘If you are an Egalitarian, How Come fuerte que, al igual que excluye de la com- Reward’, R. Goodin (edt.), The Theory of Institutional
You´re so Rich?’, 1997 (manuscrito). petencia electoral las condiciones básicas de Design, Cambridge U. P., Cambridge, 1996.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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29
EL SOCIALISMO D E S P U É S D E TRES FRACASOS

de la disposición cívica. Como muestran las 4. Resolver la coordinación social sin diversas propuestas programáticas. Para los
contradictorias actitudes de los ciudadanos atentar contra las bases normativas que han presentes propósitos bastaría con que sir-
respecto al Estado de bienestar, éste se ve de regular una sociedad socialista. En su vieran como criterios, como filtros para
erosionado si los ciudadanos entienden el presentación más informal, el mercado apa- descartar algunas líneas de acción que, si lo
bienestar de los otros como un juego de su- rece como una perfecta máquina que, antes expuesto es correcto, no apuntarían
ma cero, como opuesto al suyo. La organi- cuando cada uno procura su beneficio, pro- en la dirección de una sociedad igualitaria
zación de la vida compartida en una socie- picia la realización de los beneficios colecti- con unas mínimas condiciones de estabili-
dad solidaria no es posible desde un sistema vos, el crecimiento. En ese sentido se pre- dad. De todos modos, no cuesta identificar
que funciona ignorando las disposiciones senta a la mano invisible como un sistema en la trastienda de las tesis anteriores argu-
cooperativas de los individuos. El problema descentralizado que permite asegurar el or- mentos que proceden de tradiciones radi-
no está en la existencia o no de esas disposi- den, la coordinación de las actividades so- cal-democráticas, del republicanismo cívi-
ciones. La hipótesis del egoísmo universal es ciales, sin necesidad de establecer sistemas co. Lo cierto es que esa tradición acoge
sencillamente falsa, aun si puede resultar efi- de penalización que no deriven de la propia bastante bien algunas de las ideas anterio-
caz explicativamente en algunos contextos conducta de los individuos. En el mercado, res. El vínculo entre justicia y emancipa-
limitados. Disponemos de la suficiente in- en principio, las penalizaciones, que hacen ción es una reformulación de la tesis repu-
vestigación neurobiológica para poder afir- más interesantes unas opciones que otras y blicana que afirma que la libertad del indi-
mar la existencia de un sustrato emocional que castigan al que se desvía de la conducta viduo sólo se puede realizar en una
bien asentado en la mente humana que ha que asegura el buen funcionamiento no sociedad justa, que es tarea colectiva asegu-
asegurado la supervivencia de la especie al exigen de la existencia de agentes sanciona- rar la libertad de cada uno o, para decirlo
garantizar la coordinación de las tareas so- dores. El consumidor se limita a cambiar de otro modo, que resultan inseparables las
ciales, sustrato con estrechos vínculos con la de producto; no pretende perjudicar al pro- ideas de libertad y de justicia33. Esa tesis
racionalidad práctica, y además sabemos ductor ineficiente, aunque ello sea el resul- aparece negro sobre blanco en un conoci-
que esas disposiciones emocionales juegan tado de su conducta. Cierto es que no hay do paso del Manifiesto comunista (“una
un importante papel en la vida económica que exagerar las virtudes de la mano invisi- asociación en la que el libre desarrollo de
y, en general, en la vida social29. La tarea, ble como garantía de estabilidad reproduc- cada uno es la condición para el libre desa-
desde una perspectiva igualitaria, consiste tiva. Sencillamente es falso que el mercado rrollo de todos”) y, aunque no siempre se
en construir los diseños institucionales que asegure el buen orden. Que los mercados reconozca la herencia republicana, está
alienten esas disposiciones30. Sin un marco reales no funcionan es experiencia de cada también presente en las revisiones moder-
institucional que prime tales disposiciones día; y, de hecho, la teoría económica, si de nas de la idea de libertad (como igual ca-
se hace imposible la economía moral solida- algo sabe, es de los fallos del mercado. La pacidad para realizar los propios proyectos
ria necesaria para asegurar la estabilidad re- propia irrealidad de la teoría económica de vida) y en sugestivas propuestas progra-
productiva del más elemental estado del cuando muestra (las condiciones para) el máticas como la renta básica garantizada
bienestar31. buen funcionamiento del mercado es el (cf. nota 1)34. La segunda exigencia y la
mejor testimonio de que el mercado real no tercera, la necesidad de unos escenarios de
funciona: esas condiciones son imposi- democracia deliberativa y de la disposición
bles32. Baste un ejemplo: sin previsión per- cívica como condiciones de posibilidad del
29 Cf. R. Frank, Passions within Reasons: The stra-
fecta por parte de los agentes resulta impo- proyecto igualitario, tienen una indiscuti-
tegic role of the emotions, Norton, Nueva York, 1988. sible asegurar el equilibrio de mercado. En ble inspiración republicana sobre la cual
Una exposicón más detenida de lo anterior: F. Ovejero, ese sentido, resulta tan irreal el socialismo apenas hace falta entretenerse. La tradición
‘Del mercado al instinto’, Isegoría, 18, 1998. Sobre las basado en el altruismo incondicional, con republicana se constituye desde la convic-
posibilidad de un base evolutiva de las disposiciones co-
operativas: E. Sober, D. Wilson, Unto Others, Harvard unos agentes con moral sobrehumana, su- ción de que la democracia es un proceso
U. P., Cambridge, 1998. Lo afirmado no obliga a com- perogatoria, como el mercado eficiente que de formación deliberativa de los juicios en
prometerse, aun si es compatible, con el programa de la reclama una sobreexigencia computacional donde los ciudadanos argumentan públi-
psicología evolucionaría que, a través de una secuencia
comportamientos-rasgos-algoritmos-modulos cerebra-
por encima de las capacidades humanas. camente las razones de sus preferencias y se
les-genes, busca dar cuenta de las disposiciones psicoló- Pero, en todo caso, el reto persiste para el comprometen a revisarlas a la luz de las
gicas desde las constricciones evolucionarías. El progra- pensamiento de izquierdas: asegurar la co- mejores razones, proceso que sólo es posi-
ma es, sin duda, atractivo, pero el conocimiento conso- ordinación sin que ello aliente un tipo de ble desde la convicción de la justicia de la
lidado en cada una de esas secuencias, y en sus
conexiones, está lejos de ser definitivo. conductas que hacen imposibles las condi- ley y la virtud ciudadana.
30 Para ideas interesantes al respecto cf. M. Bo- ciones cívicas necesarias. Más complicado resulta el último re-
vens, The Quest for Responsability, Cambridge U. P., quisito, el más interesante también: asegu-
Cambridge, 1998. Cf. asimismo el debate en torno al
texto de S. Bowles y H. Ginntis “Es Equality Passe? rar la coordinación sin atentar contra la ba-
Homo reciprocans and the futurwe of egalitarian poli- En los términos expresados, los requi- se cívica, armonizar las acciones y ambicio-
tics”, en Boston Review, 1998. sitos anteriores resultan compatibles con nes de los individuos y los objetivos
31 Una perspectiva interesante, atenta a los resul-

tados de la psicología evolucionaría, y con preocupacio-


colectivos, las condiciones de funciona-
nes afines a las que inspiran estas líneas: S. Bowles, R. miento de la sociedad. Aun si disponemos
32 Por sólo aludir a las razones microeconómicas,
Boyd, E. Fehr, H. Gintis, ‘Homo reciprocans: A Rese-
arch Inciative on the Origins, Dimensions and Policy donde la defensa del mercado siempre ha buscado sus
Implications of Reciprocal Fairness’ (manuscrito); S. avales. Desde una perspectiva macroeconómica, el de-
sorden (el equilibrio con desempleo, por ejemplo) es 33 J. F. Spiz, La liberté politique, op. cit., París,
Bowles, H. Gintis, ‘The Moral Economy of Comuni-
ties’, Evolution and Human Behavior, (en curso de pu- mucho más evidente, es la situación normal. Para un 1995.
repaso reciente y sencillo, que es antes que otra cosa un 34 A. Sen, La libertà individuale come impegno so-
blicación). Cf. asimismo el debate en torno al texto de
S. Bowles y H. Gintis. ‘Es Equality Passe? Homo reci- recordatorio cf. E. Nell: Making Sense of a Changing ciale, Laterza, Roma, 1997; P. Van Parijs, op. cit.
Economy. Technology, Markets and Morals, Roudledge, 35 S. K. Kolm, La Bonne économie: La Réciprocité
procans and the future of egalitarian politics’, en Bos-
ton Review, 1998. Londres, 1996. générale, PUF, París, 1984.

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


FÉLIX OVEJERO LUCAS

de solventes teorías económicas que mues- coordinación y motivación sobre un tras- patibilidad con el ideario, estabilidad re-
tran la posibilidad teórica de economías fondo igualitario tiene muchas más dimen- productiva, contenido informativo, plausi-
asentadas en las ideas de fraternidad o en siones que la apuntada. Y hoy como nunca, bilidad teórica, microfundamentos38. Sen-
comportamientos altruistas35, resultaría in- para la izquierda el primer compromiso es cillamente se ha buscado señalar unos re-
sensato sino inmoral descuidar las compli- confesar la ignorancia, conocer los límites quisitos que afectan al modo como desde
caciones: la plausibilidad teórica, con ser de las certidumbres. En todo caso, sí que hoy se pueden apuntar quehaceres que tie-
importante, no asegura la realizabilidad fác- parece que se puede afirmar sin excesiva nen que ver con los proyectos igualitarios,
tica. Es cierto, al menos en lo que atañe a provisionalidad que cualquier intento de pero que afectan a cómo empezar de nue-
las dimensiones políticas, que la tradición reconstruir el ideario socialista pasa por di- vo. Porque de empezar de nuevo se trata,
republicana proporciona una interesante señar formas institucionales de naturaleza aunque con una urgencia mayor, por razo-
formulación acerca de cómo vincular la vi- parecida a las que ha querido cultivar la tra- nes que tienen que ver con las condiciones
da de cada uno y la vida de todos sin soca- dición republicana. de supervivencia digna de la humanidad y
var la vida cívica. Para ello invierte la se- Las tareas anteriores son fundamental- con procesos de descomposición cívica que
cuencia causal del mercado: la mano invisi- mente líneas de reconstrucción programá- no son difíciles de detectar en nuestra cul-
ble asegura la continuidad entre el interés tica y, en esa medida, atañen más al proce- tura contemporánea. El problema es que
privado y el general alentando las disposi- so que al proyecto. No se ha intentado re- las certidumbres son menos y las fuerzas
ciones egoístas, al sostener que el mejor construir el ideario, las bases normativas, más dispersas. Se dispone, cierto es, de al-
modo de obtener el bienestar general (la que han de inspirar al proyecto, entre las gunos activos, entre los que se han de in-
eficiencia) es procurar el propio beneficio; cuales, a buen seguro han de estar algunas cluir un conocimiento no despreciable de
por el contrario, la tradición republicana que fueron importantes para la tradición los procesos sociales, una capacidad para
propicia la vocación pública, al afirmar que en la que hay que situar a Marx: fraterni- mirar con más limpieza el pasado y, si se
el mejor modo de proteger la propia liber- dad, responsabilidad, igualdad37. No se ha quiere, de unos fracasos que al menos re-
tad es procurar, a través de la participación pretendido fijar un proyecto social, en el cuerdan como no intentarlo de nuevo. n
cívica, la libertad de la república, de la li- sentido que se puede decir que, por ejem-
bertad de todos36. Aun aceptando la plausi- plo, los modelos de socialismo de merca-
bilidad de ambas secuencias causales, lo do, tratan de establecer un mundo social [Una versión anterior de este texto se presentó co-
mo conferencia en el I Congreso Internacional So-
cierto es que la primera, en la medida que posible inspirado en ciertas ideas impor- bre Nuevos Socialismos, en Florianopóplis, Brasil,
favorece las conductas egoístas más allá del tantes para las tradiciones igualitarias, co- en Marzo de 1998.]
mercado, es difícil de compatibilizar con la mo la autorrealización o la igualdad de
estabilidad del proyecto igualitario. En ese oportunidades para el bienestar. Tampoco
sentido, sin duda resulta más interesante la se han descrito las condiciones generales
propuesta republicana. Interesante, pero no que deberían satisfacer los proyectos: com-
suficiente. No lo es porque otorga un ca-
rácter circunstancial a la vocación pública,
37 F. Ovejero, ‘La crisi del pensament marxista’,
simple medio para la mejor obtención de
P. Casanovas (comp.), Les dimensions politiques de la
los propios proyectos; y no lo es, sobre to- moral contemporània. Homenatge a J. L. Aranguren,
do, porque el problema de compatibilizar Fundacio Caixa de Sabadell, 1997. Una versión sensi-
blemente modificada aparecerá en Calvillo, Velasco
Miriam y Mora, Heredia Juan (Comps). Teoría Social,
ética y política, Ed. UAM-I, México, 1999. Félix Ovejero Lucas es economista y profesor de
36P. Pettit, Republicanism, Cambridge U. P., 38 Cf. ‘El ingreso ciudadano universal y los requi- Metodología de las Ciencias Sociales. Autor de De la
Cambridge, 1997. sitos…’, art, cit. naturaleza a la sociedad y Mercado, ética y economía.
LAS IDENTIDADES NACIONALES
VICTORIA CAMPS

1. Globalización, pluralismo, comunidad Pero el pluralismo no es tan real como nir como la gestión del interés común, en
Globalización y pluralismo son dos tér- parece. Quizá por causa de la mundializa- alguna medida debería interesar también a
minos que se han hecho imprescindibles ción económica y de la expansión de las todos los ciudadanos. Dicho de otra for-
en los análisis políticos al uso. A su vez, comunicaciones, quizá también como ma: hay que suponer que si no somos ani-
son dos nociones en apariencia incompa- consecuencia de la tendencia de las perso- males políticos, tampoco somos indivi-
tibles. La globalización económica, téc- nas a imitar o dejarse seducir por los más duos puramente egoístas, tal como nos
nica y cultural nos dice que nuestras de- ricos e influyentes. El caso es que los habi- pensó Hobbes. No podemos serlo, pues la
cisiones y formas de percibir la realidad tantes de las sociedades llamadas plurales y sociedad no puede funcionar entendida
no son del todo nuestras. Están dirigidas avanzadas se parecen mucho entre sí. El como el agregado de preferencias indivi-
y dominadas por agentes externos, su- exotismo y la rareza han desaparecido del duales. Lo que a su vez significa que el in-
pranacionales, por los Estados más pode- mundo contemporáneo, que ha entrado dividuo debe sentirse parte de la comuni-
rosos, los sistemas financieros más fuer- de lleno en la modernización. Sólo la na- dad en que vive. Es bueno que tenga y
tes y las culturas más influyentes. La glo- turaleza –lo poco que nos queda de entor- cultive el sentido de pertenencia a la co-
balización –o mundialización: un no natural– tiene rasgos singulares y espe- munidad. La comunidad política es nece-
término más exacto y comprensible en cíficos de cada geografía. Pero la cultura, saria y no se construye con individuos de-
nuestra lengua– determina o acentúa la es decir, las formas de vivir, de pensar, de sarraigados, sino identificados con ella.
crisis de los Estados nacionales que ven vestir, de comer, de divertirse son idénticas Una corriente filosófica muy actual –el co-
mermada su autonomía y autosuficiencia en todas partes. La dinámica del mercado munitarismo– se ha hecho eco de tal nece-
para tomar decisiones económicas o po- y la fuerza de las telecomunicaciones lo sidad. Desde ella critica al liberalismo por
líticas. Los intereses se han desplazado o igualan todo, incluso aquello que debería su incapacidad de pensar el tipo de perso-
han cambiado de dueño y son nuevos escapar más a las garras de los procesos na y de sociedad imprescindibles para
poderes económicos, financieros, mediá- mercantiles. Así, en política, el modelo de construir y compartir un proyecto ético y
ticos los que imponen sus intereses a to- partido que quiere imponerse es el catch- político común. El sujeto liberal es un su-
do el mundo. all party: aquel que busca el máximo de jeto desustanciado y sin atributos, abierto
El pluralismo es, en cierto modo, lo votos aun a costa de tener que ir soltando a cualquier forma de vida y con una única
contrario de la mundialización. En las so- lastre ideológico. En literatura, un buen li- obligación moral: la de tolerar lo que le
ciedades liberales conviven ideas, religio- bro es el que consigue más ediciones en incomoda o incluso le perjudica. Que no
nes y civilizaciones diversas y particulares. todo el mundo y en toda las lenguas. es poco pero es insuficiente. En cuanto a
La modernidad desencadenó un proceso Aquello de que en la diversidad está el la sociedad liberal, es la suma de intereses
de secularización que puso fin a los crite- gusto pertenece a unos tiempos y costum- atomizados y, por tanto, la suma de varia-
rios únicos y heterónomos. Se extendió la bres que no son los nuestros. bles difícilmente sumables.
teoría de que el individuo es soberano; Es comprensible que sea en este mun- La política necesita la seguridad que
tiene derechos que deben serle garantiza- do en que lo global ahoga lo diverso y producen las comunidades cohesionadas.
dos y respetados y que convergen en el amenaza con destruir viejos órdenes esta- Pero éstas no son sólo una necesidad de la
derecho básico a la libertad. Cada cual ha blecidos donde el sentido de lo comunita- política. También el individuo se encuen-
de ser libre de escoger la forma de vida rio y lo local sean percibidos como tablas tra aislado y echa de menos la calidez de la
que le plazca y que considere que puede salvadoras de más de un naufragio. A estas comunidad. Los individuos se conocen a
hacerle más feliz. Los poderes públicos alturas de la historia ya casi nadie cree que sí mismos desde la comunidad en que vi-
deben retirarse de las vidas privadas y de- el hombre sea un animal esencialmente ven. Como ha escrito Michael Sandel, la
dicarse exclusivamente a lo suyo: proteger político, como pensó y escribió Aristóte- comunidad, en el sentido más fuerte del
las libertades y garantizar una vida míni- les. Cada individuo quiere ser él mismo y término, “describe no sólo lo que los indi-
mamente digna a los ciudadanos, precisa- estima por encima de cualquier otra cosa viduos tienen como ciudadanos sino lo
mente para que puedan desarrollar libre- sus intereses privados. La política es de los que son; no es una relación que escojan
mente sus potencialidades. La tolerancia políticos. Al mismo tiempo, sin embargo, (como en una asociación voluntaria) sino
es la virtud mínima de las sociedades de- no podemos dejar de aceptar que esa polí- un vínculo que descubren; no sólo un
mocráticas y liberales. tica que en una democracia hay que defi- atributo sino algo constitutivo de su iden-

32 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
¿Es posible decidir qué comunidades debe
haber o éstas son algo dado sólo reconoci-
ble allí donde estén? La pregunta es meta-
física, lo reconozco, y como tal no tiene
respuesta. Pero precisamente porque no la
tiene, no hay acuerdo ni siquiera sobre la
legitimidad de planteársela. Por eso la pre-
gunta es pertinente: por lo menos, incita a
la reflexión y no a las adhesiones dogmáti-
cas que conducen a dos extremismos
igualmente rechazables: el fundamentalista
y el relativista. Hacia el fundamentalismo
tienden los nacionalistas acérrimos y con-
vencidos, que no ponen en duda la base
natural de su comunidad y la conciben co-
mo una comunidad de hecho, que sólo re-
clama el derecho inapelable a existir como
tal. Su modelo de nación es el idealista y
romántico: la nación anterior al Estado,
prepolítica, sin adherencias administrati-
vas, sede de un carácter, un pensamiento y
un espíritu nacional. La nación así enten-
dida tiene un origen indiscutible, que no
depende de convenciones ni de decisiones
políticas como las que construyeron el Es-
tado unitario y centralista. En ellas, la
etnia o la lengua determinan la manera de
ser y de pensar de las personas. La perte-
nencia a una de tales comunidades nacio-
nales se distingue tanto por la continuidad
en el tiempo como por la exclusión y re-
De las varias identidades que configuran chazo de quienes no pertenecen a ella.
tidad”1. La comunidad nos ayuda a elabo- al individuo (el género, la familia, la clase, Una pertenencia con tales raíces facilita la
rar algo tan imprescindible como el senti- la profesión), la nación o la patria es una interacción con otros individuos y el reco-
do o los sentidos de nuestra vida. Así lo de ellas y no menos importante que las nocimiento mutuo, crea vínculos de seme-
han dicho y repetido los sociólogos Peter restantes. Todas responden a la necesidad janza y solidaridad restringida a los iguales.
Berger y Thomas Luckmann: “Todos na- de pertenecer al grupo y establecer nexos Es decir, aporta el ingrediente que les falta
cemos y nos criamos dentro de las comu- comunes con los otros. a las sociedades liberales, marcadas por la
nidades de vida, que, además, son –en di- La cuestión más problemática es de- complejidad y sin lazos emotivos que li-
versos grados– comunidades de sentido”2. terminar qué tipo de construcción es la guen a las personas entre sí y con el terri-
comunidad política que al parecer busca- torio. Si es cierto que el pluralismo es la
mos. ¿Una construcción natural o artifi- causa de la crisis de sentido porque relati-
1 Michael J. Sandel: Liberalism and the Limits of
cial? ¿De formación espontánea o escogida viza los sistemas de valores, desorienta y
Justice. Cambridge University Press, 1982. y cultivada voluntariamente? Las comuni- dispersa a los individuos, la pertenencia
2 Peter L. Berger y Thomas Luckmann: Moder-

nismo, pluralismo y crisis de sentido. Paidós, Barcelona, dades políticas, ¿son un hecho, un derecho identitaria alivia esa crisis permitiendo in-
1997. o, simplemente, una estrategia coyuntural? teriorizar sin esfuerzo unos valores, unas

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
33
LAS IDENTIDADES NACIONALES

creencias, unas tradiciones comunes. la verdad o falsedad de los orígenes del sociedades liberales y complejas no están
A favor de la artificiosidad de las co- nacionalismo, mis interrogantes aluden al consiguiendo y que han llevado a invocar
munidades nacionales no faltan argumen- sentido ético y político de la identidad co- los bienes de la comunidad. No sólo no se
tos históricos suficientes y de peso. Basta munitaria. ¿Es la identidad nacional la conseguirá el resultado perseguido sino
leer a un historiador del prestigio de E. J. forma más idónea de propiciar la identi- que habrá que preguntarse hasta qué pun-
Hobsbawm o, entre nosotros, a Joan Lluís dad ciudadana que las sociedades liberales to es legítimo forzar determinadas iden-
Marfany o a Jon Juaristi. El primero es no consiguen? Y si lo es, ¿cómo evitar el tidades o pertenencias; y, si es legítimo,
contundente al afirmar que “a efectos de conflicto y la contradicción entre los prin- cómo hay que hacerlo para que no sea an-
análisis, el nacionalismo antecede a las cipios liberales y el, al parecer obligado, tidemocrático. El ser político de las perso-
naciones. Las naciones no construyen Es- sentido de pertenencia comunitario? nas, ese ser que hemos dicho que ya no es
tados y nacionalismos, sino que ocurre al Porque lo cierto es que la mundializa- visto como esencial, se define como “ciu-
revés”. Y añade, por si no se hubiera en- ción y el pluralismo existen. No hay co- dadanía”. El ciudadano es un sujeto de
tendido: “El nacionalismo requiere creer munidades sino grandes sociedades, aso- derechos y de deberes. Mejor dicho: los
demasiado en lo que no es como se pre- ciaciones de individuos que no se sienten derechos de que es portador engendran
tende. Como dijo Renan: ‘Interpretar mal del todo próximos ni igualmente arraiga- una serie de obligaciones y también de li-
la propia historia forma parte de ser una dos a un país o integrados en él. El libera- mitaciones. Tiene derecho a una educa-
nación’. Los historiadores están profesio- lismo y la economía de mercado han de- ción, pero esa educación la define, en sus
nalmente obligados a no interpretarla mal sembocado en la sociedad abierta, donde grandes líneas, el Estado o el poder políti-
o, cuando menos, a esforzarse en no in- la gente se mueve, se traslada de residen- co. Tiene derecho a unas libertades, siem-
terpretarla mal”3. El catalanismo naciona- cia por imperativos varios y acaba por no pre y cuando no las use para hacer daño o
lista –explica, por su parte, Marfany– em- sentirse vinculada a ninguna parte. Los impedir las libertades de otros, en cuyo
pieza a finales del siglo pasado. Es una países no son realidades estancas sino re- caso le serán reprimidas. Tiene derecho a
reivindicación de clase media, burguesa, ceptores de culturas y costumbres ajenas. una nacionalidad y el deber de ajustarse a
una coartada para defender intereses de Todos, por ejemplo, procuramos conocer los requisitos que esa nacionalidad le exi-
clase y de grupo, en torno a un objetivo y poder usar la lengua más reconocida, ge. Pero, dado que las identidades nacio-
más trascendente: “que Cataluña vuelva a que es el inglés, aunque hacerlo implique nales hoy no coinciden con los Estados,
ser lo que tiene derecho a ser”. Parte del un esfuerzo añadido y una cierta renuncia ¿qué hay que decir cuando se cruzan dos
axioma de que la recuperación de un pa- a lo propio. Cada vez aceptamos como identidades como la española y la catala-
sado autónomo y distinto y la afirmación normales más señas de identidad que nos na?, ¿qué pertenencia ha de primar sobre
de una cultura hecha sobre la base de in- eran extrañas, como el shador de las islá- la otra?, ¿quién debe determinarlo cuando
fluencias variadas (el espíritu práctico y micas, tratando de contrarrestar el peso hay conflicto?
particularista de los romanos, el tempera- del prejuicio en nosotros. En tales cir- Por una parte, pues, vemos que el de-
mento mercantil de las colonias griegas y cunstancias es fundamental que nos acla- recho a una nacionalidad forma parte de
fenicias, la inclinación al trabajo de los an- remos sobre el significado que damos a la la estrategia para exigir el reconocimiento
glosajones) harán de Cataluña la pionera comunidad y la actitud con que la conce- de los derechos fundamentales y actuar en
del progreso, por lo que es un imperativo bimos, pues de tal significado y actitud consecuencia. En el seno del liberalismo,
inapelable la separación de España, que dependerán muchas cosas. O bien pensa- las unidades nacionales han constituido la
no es más que un impedimento para la mos que la comunidad es sólo algo nues- mejor manera de materializar los princi-
industrialización y el progreso4. En cuan- tro que por derecho nos pertenece y hay pios de la justicia social, las libertades in-
to al sarcástico texto de Juaristi, rubrica que conservar o reconquistar a cualquier dividuales y la democracia. La temida
de esta forma sus documentadas tesis so- precio o, por el contrario, la concebimos mundialización parece poner en peligro
bre el artificio que nutre la melancolía na- como instrumento al servicio del bien o todo ese montaje: el de la nación Estado y
cionalista vasca: “El motivo patriótico no de los objetivos últimos de la organiza- el del Estado de bienestar. Por eso hay
es algo natural, como los nacionalistas ción política. Las dos opciones no son se- que pensar en otras unidades, nacionales
sostienen. Más aún: es el último en apare- guramente incompatibles sino que pue- o no, otras identidades que sirvan efecti-
cer; antes de 1879 nadie ha apelado a él. den coexistir. Lo que no está nada claro es vamente para los objetivos de la justicia y
Hay que acudir a la hipótesis de la melan- que las actuales reivindicaciones naciona- de la democracia. Que sirvan incluso más
colía generacional”5. listas apunten a esa coexistencia. eficazmente que las identidades arcaicas y
La primera visión –que la comunidad periclitadas.
2. Identidad nacional es algo nuestro que hay que recuperar o Por otro lado, observamos que uno
e identidad ciudadana conservar–, sin duda, consigue identida- de los déficit de las sociedades liberales es
La historia, sin embargo, no es suficiente des más sólidas pero tiene el inconvenien- que en ellas al individuo le cuesta sentirse
argumento para que podamos deducir de te de que sólo el individuo que se siente ciudadano. No le cuesta sentirse sujeto de
sus datos la bondad o la justeza de la realmente parte de la comunidad recono- derechos, pero sí servidor de un bien co-
identidad nacional. Dejando a un lado ce esa identidad. El sobrevenido, el que mún. Y hay que tratar de corregir esa falta
tiene otra cultura y otras tradiciones, ve la de sentido cívico, porque es imprescindi-
identidad nueva como algo que debe aña- ble, para el buen funcionamiento de la
3 E. J. Hobsbawm: Naciones y nacionalismo desde dir o que deberá sustituir a lo que era más democracia, que los individuos lo posean.
1780. Crítica, Barcelona, 1991. suyo. Puede ponerle voluntad, y quizá no Por eso se piensa en la identidad comuni-
4 Joan Lluís Marfany: La cultura del catalanisme.
tenga más remedio que hacerlo; pero el taria como un haber importante y necesa-
Empuries, 1997.
5 Jon Juaristi: El bucle melancólico. Espasa Calpe, resultado no será el esperado, que es pre- rio. Ahora bien, el ciudadano es, por en-
Madrid, 1998. cisamente el de crear la cohesión que las cima de todo, sujeto de derechos. Si se le

34 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
VICTORIA CAMPS

exige una integración en la sociedad en hace” ni puede llegar a ser “de algún mo- ción, legítimo en principio, tiene una
que va a vivir, ésta se justifica en función do todas las cosas”, como sugirió Pico de- irreprimible tendencia a sucumbir “ante
de una mejor satisfacción y respeto de los lla Mirandola, sino que es más fiel a la el antropomorfismo, según el cual la vida
derechos fundamentales. Ambos extremos máxima de Píndaro: “llega a ser lo que comunal es la vida de una persona de ta-
–derechos y deberes– tendrán que ir jun- eres”, entendiendo que “lo que eres” ya maño extraordinario, que tiene la misma
tos: en su calidad de ciudadano, el indi- está dicho en alguna parte porque es ante- forma, encuentra los mismos dilemas éti-
viduo estará sujeto a unas obligaciones rior a ti. Desde tal concepción se da por cos y morales y está sujeta a los mismos
porque, a su vez y en primer lugar, es po- supuesto que, del cúmulo de identidades patrones de éxito o fracaso de las vidas de
seedor de unos derechos. Si no se tiene en que cada uno puede llegar a tener a lo lar- los ciudadanos que las conforman”. Así,
cuenta la prioridad de los derechos, lo go de su vida, la identidad patriótica es Dworkin está diciendo lo siguiente: cierto
que se hace es manipular al individuo, algo que se lleva puesto al nacer y que que sería ideal la identificación –o la inte-
utilizarlo, no para conseguir los fines teó- predetermina la existencia. Ahora bien, si gración– de todos los ciudadanos en una
ricamente queridos y que finalmente de- esto es así, si la esencia es anterior a la misma concepción del bien común, pero
berían beneficiarle a él, sino para ponerlo existencia, ¿qué razones puede haber para como esto tiene visos peligrosos de totali-
al servicio de un ideal de comunidad que pedirle o imponerle a nadie la integración tarismo, como el bien común en realidad
pretende valer por sí mismo y absoluta- en una identidad que no es originaria- no lo conoce nadie, lo importante, lo que
mente. mente la suya? ¿Cómo hacer compatible debe unir a las personas es la comunidad
esa identidad de soca-rel –de raíz, total– de una voluntad única en busca del bien
3. El argumento de la integración con la movilidad geográfica y social, con común, que no es lo mismo que la volun-
Si la identidad, o la integración en la la aceptación del pluralismo, con las li- tad de aceptar ese bien definido por unos
comunidad, es un deber del ciudadano bertades individuales como bien básico?6. cuantos.
como respuesta a sus derechos, lo que hay El filósofo Ronald Dworkin, defensor La comunidad –sigue explicando
que plantearse es la extensión que legíti- de lo que él llama un “comunitarismo li- Dworkin– debería ser vista no como un
mamente ha de tener tal obligación. Para beral”, acepta que se exija de las comuni- solo hombre, sino como una orquesta. En
quien entiende que la comunidad es esen- dades políticas una determinada “vida co- ella, los músicos no se enorgullecen de su
cialmente un “nosotros”, con denomina- munal”, esto es, una identificación de los contribución individual sino de la contri-
ción de origen incuestionable, la integra- ciudadanos con la comunidad. El error bución del conjunto. En una comunidad,
ción en ella es tan obvia que no merece –añade– “reside en una mala compren- en un país, ese orgullo colectivo es básico
ser discutida: tú debes ser como nosotros sión del carácter de la vida comunal que y necesario. Por eso hay que promover la
y aceptar nuestras costumbres porque, por puede tener una comunidad política”. Pa- integración de los miembros, pues la inte-
el hecho de estar aquí, no tienes otra op- ra explicar ese error, se refiere al “argu- gración política tiene una importancia éti-
ción. Desde tal visión de la comunidad, mento de la integración”, que a su vez ca. Pero ha de ser una integración liberal,
los deberes que se le imponen al ciudada- juzga como el más razonable para justifi- donde la identificación propuesta con la
no no derivan tanto de los derechos que car una identidad comunitaria en algún comunidad sea moderada y donde “mo-
tiene como de la concepción que tiene de sentido forzada. Según tal argumento, es derada” signifique la reducción a las acti-
sí misma la familia o la comunidad nacio- razonable, en efecto, que los miembros de vidades políticas formales. Ésa es la base
nal. Derivan de la idea de la nación como una comunidad compartan algo más que del llamado “republicanismo cívico” que
una familia espiritual o como un alma co- los abstractos principios constitucionales asume las reglas de la democracia formal
lectiva. La comunidad, en tal caso, se an- o que vayan definiendo y precisando cuál y, en el marco de esas reglas, entiende que
tropoformiza y se convierte en una perso- es la acepción que para ellos han de tener el desacuerdo no es malo. No es malo, por
na acreedora ella misma de los derechos los ambiguos conceptos de que se nutren ejemplo, que los ciudadanos puedan
de que gozan las personas. También la na- las leyes. Llevándolo a nuestro terreno, si sostener ideas distintas sobre cuáles son
ción tendrá, pues, derecho a ser libre y a aceptamos el principio común de que los las políticas más justas, pues lo que les
escoger para sus miembros la forma de vi- catalanes tienen una lengua propia y dos une no es una misma concepción de la
da que más le convenga. Cuando se pien- lenguas oficiales, habrá que determinar justicia o de la nación sino la lucha por
sa así, no son los individuos los que se ex- qué significa y qué consecuencias tiene la justicia o por la soberanía políticamente
presan sino un nosotros ilocalizable que esa argucia leguleya en la práctica cotidia- más justa. Si esa actitud es auténtica,
está por encima de todos ellos y que es, na de las personas. Lo malo, sigue Dwor- constituye un vínculo precioso que subya-
por supuesto, soberano. kin, es que el argumento de la integra- ce a las discusiones y divergencias sobre
Es esta idea de comunidad la rechaza- políticas concretas7.
ble: la comunidad ontológicamente ante-
rior al individuo, que busca la soberanía 6 La contradicción que ahora aparece entre algo
4. Las identidades nacionales:
por sí misma y no en función de los indi- que ha de ser visto simultáneamente como natural y medios y no fines
cuya adquisición, sin embargo, se exige a otros ajenos
viduos que la componen. La comunidad a tal naturaleza, es similar a la que deriva del argu- El peligro de las identidades nacionales
como algo que está ahí y que tiene una mento de la escolarización en catalán porque es la len- está en poner el carro delante de los bue-
esencia con la que la persona se identifica gua materna de los catalanes. El argumento se vuelve yes, la nación delante del individuo. Co-
inservible cuando la escolarización en catalán se hace
naturalmente o por un esfuerzo que, en obligatoria para todos los que viven en Cataluña, in-
mo decía al principio, la globalización y
cualquier caso, está obligada a hacer. A cluidos los de lengua materna castellana. Si la lengua, el pluralismo fuerzan a pensar de otra for-
diferencia de lo que proponían los viejos como afirman muchos nacionalistas, constituye una
manera de ser, de ver o concebir las cosas, ¿qué razo-
existencialistas, dicha identidad comuni-
nes podrán darse para cambiar la entera Weltans-
taria hace que la esencia preceda a la exis- chaung de nadie, a menos que se cuente con su explí- 7 Ronald Dworkin: La comunidad liberal. Uni-

tencia y no al revés. El individuo no “se cito asentimiento? versidad de Los Andes, Santafé de Bogotá, 1996.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
35
LAS IDENTIDADES NACIONALES

ma las organizaciones políticas. El Estado ficación con los principios constituciona- luz perpetua y uniforme, pues se nutre de
nación se ve impotente para tomar deci- les. En lugar de demonizarlas sin más, lo aquella pasión del desencanto que man-
siones que toman instancias supranacio- razonable es ponerlas en el lugar que les tiene unidos –en una tensión insoluble–
nales. El ciudadano, por su parte, necesita corresponde y entenderlas con las limita- el rigor de la forma y la disponibilidad de
instancias políticas más cercanas que le fa- ciones que hagan al caso. Para lo cual ha- acoger huéspedes inesperados”. Dicho en
ciliten el interés por los problemas colec- bría que convenir en dos ideas que apunto términos menos bellos pero más canó-
tivos. Como dice muy bien Michael San- a modo de conclusión. nicos: hay que conjurar el peligro de que
del8, la solución a esa dialéctica entre lo la heteronomía de lo colectivo acabe con
mundial y lo particular es “la dispersión a) Las identidades nacionales o co- la autonomía de las personas.
de la soberanía, por arriba y por abajo”: munitarias han de ser un medio para la De todas las identidades que necesita
más poder supranacional y más poder lo- convivencia y los objetivos de la política y el individuo para reconocerse y estimarse
cal. Pero el localismo no es lo mismo que no un fin en sí mismas. La identidad ciu- a lo largo de su existencia, la identidad
el nacionalismo. Una cosa es potenciar, dadana o democrática está por encima de nacional o patriótica es un instrumento
por ejemplo, el poder municipal para que la identidad nacional. Es a aquélla a la político, lo que no significa que sea pura
el ciudadano pueda llegar a él y otra es que hay que servir en primer término y manipulación del individuo para satisfac-
proyectar una entidad –la nación– con no a esta última. La identidad nacional es ción de intereses ajenos a él. No es así ne-
derechos propios y con un anhelo de so- un instrumento para hacer una política cesariamente, pero puede serlo. Lo es
beranía que induce a sospechar que ese mejor, para que se respeten más los dere- cuando la identidad nacional no se pone
objetivo tiene más importancia que el chos de los individuos, para que se haga al servicio del individuo y sus derechos,
bienestar de las personas. más justicia. Si la integración de las per- sino que se le otorga un valor absoluto.
La actitud patriótica –ha escrito el co- sonas en la comunidad sirve a tales fines y La soberanía se convierte entonces en un
munitarista más radical, Alasdair MacInty- no los contradice, será bienvenida. Si una fin en sí –que siempre es el fin de unos
re9– es, en principio, contraria a los prin- mayor autonomía y soberanía de la co- cuantos– y no en un medio al servicio del
cipios de la moral que son la imparcialidad munidad ayuda a organizar más justa- bienestar de los ciudadanos. Esa soberanía
y la impersonalidad. Pese a ello, la comu- mente la sociedad, tendrá sentido. No lo potencial sólo mira al pasado y le interesa
nidad y el sentido de patria pueden ayudar tendrá si sólo pretende valer por sí mis- poco el futuro, porque su razón de ser es-
a entender y reconocer los ideales morales, ma. Quizá porque esto debe ser así está tá en un ayer que nunca fue realidad y no
pues uno no entiende qué significa “hon- siendo tan difícil labrar una identidad en el proyecto que toda política tiene la
rar al padre y a la madre” si no sabe y vive europea: ¿para qué la quieren los ciudada- obligación de construir. n
qué es un padre y una madre en su propia nos?, ¿qué ventajas tendrá para ellos la
cultura. Viéndolo así, no se trata tanto de unidad económica, la única de momento
proteger a la cultura como de hacer que las previsible?
personas cumplan con sus deberes cívicos
porque se identifican con una cultura y la b) El individuo es algo más que la su-
quieren como se quiere a lo que es propio. ma de sus identidades. La individualidad
La mejor vía para conseguir la identifica- se forma en el proceso de “extrañamien-
ción con la cultura es lograr que quienes to” –como diría Hegel–: en la experiencia
viven en ella la vean como algo amable y la del no yo. Poco ayudarán a crear indivi-
pertenencia a la cual es preferible al recha- duos las comunidades que los quieran de-
zo. Sólo desde ese equilibrio, que no es si- masiado idénticos entre sí. El pensamien-
no el equilibrio necesario entre lo univer- to occidental ha vivido cautivo durante
sal y lo particular, se justifican las identi- los últimos siglos de un universalismo he-
dades nacionales como un objetivo gemónico, y es fácil ahora caer en la ten-
político y ético. Es el equilibrio que busca, tación de contrarrestarlo con un relativis-
por ejemplo, Habermas cuando propone mo llamado multiculturalismo. Con ello
una “ciudadanía constitucional”, en lugar sólo se reduce el tamaño de las universali-
de la “ciudadanía multicultural” defendida dades, que siguen siendo hegemónicas,
por los comunitaristas. Porque lo que aunque en el interior de cada grupo. La
constituye al ciudadano como tal es la democracia formal y los derechos funda-
adhesión a los principios constitucionales, mentales, que valen para todos, han de
no la pertenencia a una nación o a una ser el subsuelo en el que prosperen y se
cultura. Por mi parte, no veo que ambas mantengan las peculiaridades culturales.
ciudadanías tengan que ser excluyentes. Es Como ha dicho acertadamente Giacomo
posible y comprensible que las identidades Marramao10, lo que define a la democra-
más emotivas y menos racionales sean cia es el “desarraigo”: “La democracia no
buenas y necesarias para una mayor identi- goza de un clima atemperado ni de una

8 Michael Sandel: Democracy’s Discontent. Har- 10 Giacomo Marramao: ‘Universalismo y políti-

vard University Press, 1996. cas de la diferencia. La democracia como comunidad Victoria Camps es catedrática de Filosofía Moral
9 A. MacIntyre: ‘El patriotisme és una virtut?’, paradójica’, en Salvador Giner y Ricardo Scartezzini y Política en la Universidad de Barcelona. Autora
en Ángel Castiñeira, ed., Comunitat i nació. Proa, (eds.), Universalidad y diferencia. Alianza Universidad, de Ética, retórica y política, Virtudes públicas y El
Barcelona, 1995. Madrid, 1996. malestar de la vida pública.

36 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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EL CORAZÓN
DE LA REPÚBLICA
HELENA BÉJAR

Introito demanda entrega. Se alía más con la in- lítica, que defienden el nacionalismo y el
La condición ciudadana ha sido velada teligencia cívica que con las entrañas republicanismo, respectivamente. Según
durante mucho tiempo. Dos visiones del identitarias. Marxismo y nacionalismo, la teoría ilustrada del contrato originario,
mundo han enseñoreado nuestro siglo: el en tanto que épicas colectivas, son hoy el hombre tiene una naturaleza social y
marxismo y el liberalismo. El primero ha- referencias insoslayables, aunque de dis- prepolítica. De hecho, los hombres en-
blaba de un sujeto colectivo de la historia, pareja actualidad y capacidad de convic- tran en la historia y dejan atrás el primiti-
el segundo, de individuos autónomos en ción. Pero hay que hacer justicia a otros vo estado de naturaleza cuando establecen
el mundo de los efectos y en el mercado. estandartes. la propiedad privada y establecen la socie-
El holismo de aquél se transfiguraba en Mucho antes de que el socialismo dad y el gobierno. Por su parte, la tradi-
nociones varias –la clase, el Estado– que enarbolara la bandera de la solidaridad, el ción republicana no está interesada en el
dibujaban un ideal de libertad colectiva y republicanismo hablaba de la virtud co- problema del origen –de la sociedad civil
ocultaban al individuo. Frente a la épica mo amor a la patria y entendía la ciuda- o política–. Arranca del supuesto de que
redentora marxista, la narración liberal danía como una profunda fraternidad. En el hombre es un animal cívico y un ser
adoptó desde sus orígenes un tono más realidad, el republicanismo tiene en co- que habla. La cuestión no radica en con-
discreto. El individualismo que lo sostie- mún con el marxismo su interés por la ac- ferir legitimidad a las instituciones sino,
ne hablaba de autonomía, respeto y con- ción política y la búsqueda de la buena partiendo de la humana condición cívica,
fianza, dentro de una limpia separación sociedad. Fracasado el socialismo, utópico en explicar el mantenimiento de la comu-
de esferas de competencia. Ambas confi- y real, la izquierda de los países desarrolla- nidad política. En otras palabras, en ilus-
guraciones ideológicas se habían repartido dos puede volver sus ojos a un lenguaje trar las razones de la participación.
los ámbitos teóricos que metafóricamente político que identifica libertad y partici- Para el liberalismo el terreno de los
dividen la realidad: lo público y lo priva- pación. El republicanismo ha venido a individuos es el espacio privado, formado
do. Tras el fracaso histórico del marxis- acompañar al liberalismo triunfante al por la familia y la sociedad civil, ámbito
mo, nada parecía hacer sombra al libera- punto de constituir hoy su tradición al- del intercambio y de la urbanidad. Por
lismo, único faro para navegante de la ternativa. Puede decirse, pues, que existen contra, para los republicanos lo crucial es
historia de los pueblos, la práctica de los dos grandes contextos de debate dentro la esfera pública, el dominio de una colec-
Gobiernos y la teoría social y política. de la filosofía política y de la teoría socio- tividad en pos del bien común. Algo im-
Pero he aquí que surge el nacionalis- lógica contemporáneas. Republicanismo pensable para los liberales, guiados por el
mo, otro ejemplo del relato colectivista y y liberalismo dan cuenta de la obligación interés y que observan a distancia los
de sus desafueros. Y el republicanismo, política y la vinculación moral y caminan, asuntos de la política, que no debe inter-
que entiende que el hombre se realiza en paralelos, a lo largo de la historia intelec- ferir en los quehaceres particulares. De
la participación. Lo que sigue es una tual de Occidente. Veamos primero las hecho, el gobierno debe limitarse a man-
aproximación a los sentimientos morales oposiciones principales de las dos configu- tener la seguridad y proteger la propiedad
del también llamado humanismo cívico raciones ideológicas para pasar después a privada. Por todo ello el ideal liberal desa-
o tradición de la virtud. Mientras que el desarrollar la batería de emociones colecti- rrolla una visión prudencial e instrumen-
nacionalismo prende en el sentimiento vas en que se asienta el republicanismo. tal de la política. Lo natural es ser recelo-
–en la lucha por el reconocimiento–, el Ello nos permitirá asomarnos a la comple- so de una autoridad siempre dispuesta a
republicanismo quiere anclarse en la ra- jidad de la acción pública en la moderni- invadir o al menos a penetrar en la socie-
zón, aunque sus fundamentos radiquen dad contemporánea. dad civil y en la vida privada. Un distan-
en una fe secular. Ésta tiene como centro La tradición liberal descansa en el in- ciamiento preventivo forma parte intrínseca
la voluntad, una fuerza interior que se dividuo, núcleo del conocimiento, centro de la psicología liberal, que anida un ideal
nutre a través de las instituciones. La pa- de la moral y pivote del orden social. Go- negativo de libertad basado en valores fríos
tria como país –enseña del liberalismo– bierno y sociedad son agregados que los como la reserva o la cautela.
es una bandera que conquista pueblos en individuos fundan. Por ello carecen de to- Nada más lejos del republicanismo clá-
este fin de milenio. La patria como ciu- da trascendencia, divina o humana. Asi- sico, ajeno a un espacio entre gobernantes
dad –marco del republicanismo– no mismo brilla por su ausencia la idea de y gobernados: la sociedad civil. El marco
mueve tantas conciencias, pero también comunidad, tanto la natural como la po- del humanismo cívico es la comunidad

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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37
EL CORAZÓN D E L A REPÚBLICA

política. Su urdimbre es la ciudadanía, Arendt republicana, el descubrimiento de


entendida como deber completo y conti- la interioridad –dedicada a Dios durante
nuo en relación a lo público. Ejercicio co- siglos– y la contemplación supusieron el
tidiano de participación, la ciudadanía es olvido de la política, entendida como la
una práctica moral que entraña un senti- capacidad de inventar un poder que se
miento de autorrealización. Lo personal y comparta y se renueve cada día. Habrá
lo político se funden en un proyecto de sal- que esperar siglos para que la vita activa
vación colectiva mantenida por valores ca- se desperece en la historia.
lientes como el coraje y el entusiasmo. Ello Heredero del clasicismo romano,
permite al republicanismo alumbrar un Niccolò Maquiavelo teoriza la virtud,
ideal de libertad positiva identificado con enseña del republicanismo. La virtù ma-
la participación y la pertenencia. Pasemos quiaveliana se desdobla en un sentido
ahora a avistar el mapa de las emociones individual y otro colectivo. La virtud per-
que sostiene a la tradición de la virtud. sonal es una disposición creativa para do-
meñar los acontecimientos y, por ende,
Sentimientos políticos contiene una particular racionalidad
En la larga estela republicana, la figura de identificada con la prudencia. Arte que
Hannah Arendt brilla con luz propia. Os- combina la contención y el arrojo, se en-
curecida durante decenios a causa de su carna en la figura del príncipe, un gober-
mirada crítica sobre el totalitarismo y las nante renovador capaz de ánimo y ener-
revoluciones que inspiraron a la izquierda gía, cualidades necesarias para el buen
europea, resurge ahora como portavoz político. Pero mucho más importante pa-
preclara de la participación política. Fe- ra el republicanismo es la virtud colecti-
ministas, demócratas radicales y delibera- va, resultado de una prieta imbricación
tivos, teóricos ilustrados de la comunica- entre emociones y prácticas instituciona-
ción, entre otras tribus, se la disputan. les. Dos son los nidos de tal inclinación:
También la tradición republicana, de la la milicia y la religión civil. La primera
que aquí me hago eco. Arendt recrea el tiene, tal como sucedía en la polis, al co-
mundo clásico a partir de la polis, escena- raje como virtud cardinal. El arrojo es
rio de la política como pluralidad. En la esencial para el guerrero, pivote de una y entregado a la Ciudad que el republi-
acción se manifiesta el zoon politikon, el economía política basada en la conquista, canismo exige.
animal cívico que deja atrás las angostas como lo era la de Grecia o la de Roma. Junto con Aristóteles y Maquiavelo,
paredes del espacio privado, de la casa y la Asimismo, es esencial para mantener a la Rousseau cierra la tríada del republicanis-
familia, y se enlaza con la libertad del milicia ciudadana, que constituye la línea mo clásico y de manera magistral plantea
mundo. Sólo con los otros, con aquellos de defensa de una república –la romana o el núcleo de la tradición de la virtud: la
que deliberan y deciden sobre las leyes, la la florentina– continuamente amenazada. cuestión es que la ley llegue al corazón de
guerra y la paz, el hombre es verdadera- La interdependencia que crea la milicia los hombres. Un problema de tan difícil
mente libre. Sólo con la palabra, riqueza deviene un imperativo para sobrevivir y solución en política como en geometría lo
exclusiva de los humanos, puerta a la ra- vencer. Por su parte, la religión civil se ali- es la cuadratura del círculo. La tarea es
cionalidad y a la creación, se puede tras- menta de ritos que impulsan la gallardía transformar al hombre en ciudadano, des-
cender la futilidad de la vida. La política de los guerreros y el orgullo ciudadano. naturalizarlo y trascender las miserias que
tiene que ver con una peculiar esponta- (Decenas de días dedicaban las repúblicas conlleva el progreso de la sociedad civil: la
neidad, con la posibilidad de crear formas del norte de Italia –Venecia, Florencia, desigualdad, el abuso político, la aliena-
y contenidos colectivos en un debate vivo Siena– a conmemorar su fundación). Reli- ción. En el proyecto rousseauniano, la ley
e incesante. gión y milicia tejen, pues, fuertes lazos de expresa las potencialidades humanas. La
La búsqueda de la gloria, de una per- solidaridad colectiva necesarios a una re- política es un ejercicio de autorrealización
manencia intemporal, es uno de los pun- pública hostigada por los imperios. Los cuando se parte de que el hombre es un ser
tales del homo rhetor, de aquel aristotélico ciudadanos republicanos han de ser público. Rousseau construye una paideia
animal cívico que fue sustituido interesa- hombres fuertes entregados al bien co- de la constricción en la que educación es-
damente por un animal social cuando ca- mún. Sólo así se detiene la corrupción tatal, vigor colectivo y seguridad personal
yó el universo clásico. Mas la socialidad de los regímenes políticos, que sobrevie- van de la mano. En la compleja interrela-
del hombre, el deseo de unirse al calor ne tanto por una vuelta en la rueda del ción entre costumbres, leyes e institucio-
que dan los otros, es cosa también de las hado como por la degeneración de los nes, la política endereza las debilidades hu-
bestias. Estoicos y cristianos silenciarán hombres, cuando se entregan a la mez- manas. Por eso se puede afirmar, desde un
esta circunstancia. En su empresa de crear quindad y bajeza que se incuban en el punto de vista republicano, que los hom-
una hermandad universal de iguales derri- ocio. Lejos del compromiso que exigen bres son lo que los gobiernos hacen de
baron al hombre del pedestal que cons- las instituciones republicanas se forja el ellos, forjando una cultura política que
truyó el ideal griego de una vida activa enriquecimiento privado, la envidia por modele sus impulsos, preferencias y accio-
orientada al mundo público. A cambio los puestos públicos, la decadencia co- nes. Así, la práctica de la ciudadanía se
hicieron de la intimidad el corazón de la lectiva. El avance del cristianismo, con convierte en constitutivo de lo humano y
moral y elevaron el espacio privado a una su insistencia en la interioridad y el apo- la comunidad política cobra una naturaleza
centralidad que todavía perdura. Para la liticismo, ablanda un carácter compacto asertiva. Hay que destacar la apuesta afecti-

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HELENA BÉJAR

gusto por las pequeñas cosas debilita el al- mente Benjamin Constant, que no siendo
ma y envicia el cuerpo. republicano supo ver los peligros de la de-
Para Rousseau, el cosmopolitismo safección política). Cortesanización, paci-
ilustrado, antecedente del que hoy se re- ficación interestatal y privatización van
clama, es sólo una idea abstracta: la “pa- juntas. Cunde ahora la languidez, la laxi-
tria del género humano” es una burla para tud y la “prudencia cívica”. El afán por la
el ciudadano entregado a su patria. O una fortuna personal, propio del progreso del
añagaza de intelectuales displicentes con comercio, conecta con un tedio que se es-
la humanidad, una familia demasiado ex- tá convirtiendo en tema de conversación.
tensa para ser amada. Casi tanto como esa Una melancolía reflejo de una anomia
sociedad general que va sustituyendo a la que es fruto de la transformación del
comunidad política. Tanto el cosmopoli- ideal griego de la ciudadanía desde una
tismo como la sociedad esconden indife- obligación que se ejerce a un derecho que
rencia, ya por la patria, ya por los seme- se disfruta pasivamente siguiendo el mo-
jantes, a los que se acoge en el blando delo de la ciudadanía romana. De este
abrazo de la tolerancia. Una enseña pro- modo, el vigor de la pertenencia se reem-
pia del liberalismo, el paradigma político plaza por la indecisión, por una acción di-
adverso al republicanismo, y para el que rigida a un abanico de aficiones (la dieta,
constituye un mandamiento moderno ya el cuidado del jardín, el gusto por los li-
indiscutible. Pero es menester reconocer bros o el deporte) que dispersan esa vo-
que por esposar la tolerancia y planear la luntad núcleo de la acción republicana.
vida en los diversos enclaves privados que El mundo que se avecina es el de la
ésta proporciona nos es tan difícil ser re- dispersión de la atención, la especializa-
publicanos en serio. ción de actividades, la diferenciación de
El marco de la tolerancia que viene es los círculos sociales. La división del traba-
la sociedad civil, primero cortesana, des- jo que penetra la industria y las artes afec-
pués profesional-burguesa. En ella, la vir- ta también a la guerra y a la política, que
tud republicana, hecha de participación dejan de ser ámbitos de pasiones extremas
política y de entrega a la cosa pública, ce- y se tornan en nuevas ocupaciones caren-
va que plantea el republicanismo. La polí- de ante la corrupción, ente femenino aso- tes de telos. La expansión del doux com-
tica se enraiza en el corazón y, a la vez, en- ciado a la cultura: merce sustituye la perspectiva temporal de
tronca con la moral; sólo el ciudadano es “El gusto por las letras, la filosofía y las bellas la virtud, el presente, por la del interés, el
un verdadero hombre. En la Cité, el carác- artes reblandece los cuerpos y las almas. La activi- futuro. El desarrollo de la sociedad civil
ter es orgullo, una íntima apreciación de sí dad de despacho vuelve a los hombres delicados, multiplica los contactos y complejiza la
redoblada en las leyes, la práctica de la reli- debilita su temperamento y el alma conserva difí- interdependencia. En la esfera público-
cilmente su vigor cuando el cuerpo ha perdido el
gión civil y la dedicación a la guerra. A su privada (salones, cafés, asociaciones va-
suyo. El estudio gasta la máquina, agota el espíritu,
vez, en su sentido colectivo, el orgullo ciu- enerva el coraje, y ello muestra que no se ha hecho rias) domina una sociabilidad selectiva. El
dadano se alimenta de la conciencia de para nosotros; es así como uno deviene cobarde y homo creditor se guía por la empatía, parte
pertenecer a un todo que encierra el pro- pusilánime, incapaz de resistir tanto a la pena co- de una templada creencia en la benevo-
yecto del bien común. mo a las pasiones”2. lencia universal y teje lazos de confianza.
El republicanismo clásico entraña así El paradigma del interés, que se va impo-
una batería sentimental radical. El patrio- Si la virtud era un rasgo de carácter niendo sobre el de la virtud, sustituye el
tismo es una pasión excluyente y absor- primario, la corrupción lo es de un tipo fulgor del coraje o de la gloria por el cla-
bente. Deja fuera a los extranjeros porque de hombre secundario. Si aquélla era el roscuro de la cortesía y la civilidad, en
no contribuyen a crear leyes ni a mante- arrebato de una identidad sin fisuras, la clave aristocrática o burguesa, respectiva-
ner las costumbres de la libertad: aquellos corrupción es propia de un yo complejo, mente. La nueva sociabilidad requiere
que se quedan al margen del proyecto co- presa del entramado que teje la Ilustra- prudencia, distancia, respeto, discreción,
munitario devienen extraños, cuando no ción. En ella menudean los salones, la virtudes a templar en la esfera de la socie-
enemigos. La identificación entre perte- cortesía, el refinamiento y un progresivo dad civil (el ámbito del encuentro con los
nencia y autonomía produce un cierre autocontrol que poco tiene que ver con el pares y también del mercado), no ya de la
particularista incuestionable que el actual arrojo del guerrero ni con el apasiona- comunidad política. Es más: la configura-
aggiornamento del republicanismo preten- miento del homo rhetor arendtiano. ción liberal mina el contenido participati-
de disimular. La exclusividad del patrio- Desligándose de la templanza sociable vo que para el republicanismo tiene la po-
tismo republicano reclama una concen- de los moralistas escoceses, Adam Fergu- lítica y la arrincona hasta desplazarla a la
tración en el quehacer público y así exige son coincide con Rousseau en criticar el esfera del Gobierno. Cuando lo público
dar la espalda a la “abyección del yo”, en carácter dubitativo y analítico de los mo- se identifica con el ámbito de la burocra-
vívida expresión jacobina1. Y es que el dernos (algo que desarrollará posterior- cia pierde su contenido autorrealizador.
Este desplazamiento de lo público desde
lo colectivo a lo gubernamental es una de
1 2
las victorias del liberalismo. Para éste la li-
Maximilien Robespierre: Discurso del 5 de fe- Jean-Jacques Rousseau: Prefacio al ‘Narciase’,
brero de 1794, en La Revolución Francesa en sus textos. en Oeuvres Complètes (II), pág. 966, Gallimard, París, bertad ya no es autogobierno, capacidad
Tecnos, Madrid, 1989. 1964. de dar y crear leyes, sino el resultado de

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EL CORAZÓN D E L A REPÚBLICA

la retirada en un universo que no cesará nismo. Así, su propuesta de dispersar el derna, este patriotismo republicano se de-
de incrementar su valor: la esfera privada. poder para acercarlo a los hombres y su ja ver en la práctica de los derechos, que
La privacidad que teje la configuración proclama del autogobierno –los wards o no es sino la virtud introducida en el
ideológica liberal se opone en su carácter hundreds– como núcleo de una libertad mundo político. El patriotismo de la ciu-
defensivo por entero a la virtud. Está ba- capacitante. El pequeño municipio es una dad es menos ardiente que el natural, pe-
sada en un cierre ante el exterior, deman- propuesta de participación directa y un ro más duradero, porque acaba por fun-
da estricto respeto frente al prójimo y a la camino al redescubrimiento de ese entu- dirse con el interés personal. Ausente en
autoridad, se mece en la diversidad y en siasmo que forma parte de la virtud. La Francia por el peso de una estructura cen-
la tolerancia. El hombre, propietario y participación comunal engendra felicidad tralizada que tiene su origen en una larga
portador de derechos, se entretiene con pública, una fuerza contagiosa que se tradición, se actualiza en Estados Unidos
la sociedad de sus pares y de la familia asienta en una reciprocidad basada a su por medio del tercer tipo de patriotismo,
–que pasa a ser coraza de la identidad– y vez en una vigilancia colectiva ante cual- el llamado patriotismo americano, unido
no necesita guerras ni asambleas para for- quier abuso del poder central. Mas “el tu- a la descentralización administrativa y,
talecer su existencia social. La política ya multuoso mar de la libertad” quedará por ende, a la práctica del autogobierno.
no es cosa de los mejores, sino asuntos de contenido ante el inevitable avance de las El patriotismo americano, moderna
expertos. Lo propio es el negocio –para fuerzas modernas: la representación, la versión del republicano, se enraiza en las
los pocos– y el ocio –para todos. urbanización, la burocracia. El nuevo des- mores, vocablo que alude a los “hábitos
El yo complejo que exigen la politesse potismo de los tiempos democráticos. del corazón” de una colectividad y que
y el interés se acoda a un nuevo ideal de posee un sentido moral más profundo
felicidad polivalente. Cada uno de sus Instituciones republicanas que el de las costumbres. A su vez, preci-
contenidos se acompaña de un coste cada Alexis de Tocqueville representa un punto sa de unas instituciones participativas.
cara, de su envés. La nueva felicidad es, de inflexión en la tradición del republica- En América, éstas son sobre todo las aso-
primero, un contento íntimo fruto de un nismo cívico. Su análisis de las comunas ciaciones, tanto civiles como políticas. La
talento dedicado a la domesticidad y al americanas muestra el tránsito de la vir- clave es acercar a los hombres, unirles en
culto del propio interior; hecha de mode- tud al interés e ilumina el paso desde una intereses comunes; así, construir una
ración, alberga también una melancolía noción de comunidad política según el iglesia, colaborar en un periódico, parti-
inasible, producto de la reflexión. Segun- modelo antiguo a una comunidad asocia- cipar en un juicio. Mientras que el pue-
do, la felicidad se deriva de una sociabili- tiva que acoge la libertad de los moder- blo americano “trabaja laboriosamente
dad reducida, pero se conecta con una nos. La vinculación política del universo para ser feliz”, el poder se dispersa en
sociabilidad redefinida como natural, democrático se apoyará en la estructura muchas manos y se evita la centralización
una suerte de aptitud social que permite motivacional de un hombre progresiva- y el privatismo. También la corrupción
todo tipo de intercambio en una existen- mente privatizado. Los tintes oscuros con en el sentido antiguo, como uso privado
cia prolongada por la pacificación. La vi- los que Rousseau pintaba la vida privada de bienes públicos, acepción de plena vi-
da cobra más y más valor; si antes era un como ámbito de un hombre “nulo” y co- gencia. Ahora bien, la descentralización y
don de Dios, con la sociedad comercial rrupto son anacrónicos. Contra la conde- la dispersión conducen al localismo, al
se transforma en una riqueza humana na republicana de la complejidad y el envés de esas comunas que los america-
donde se desarrolla la propiedad y la pro- cambio, es preciso reconocer que incluso nos todavía añoran. Los pioneros lleva-
ducción. Mas el fellow feeling ilustrado el patriotismo ofrece en la modernidad ron al Nuevo Mundo la tradición, la
tiene su cruz en el aislamiento que ex- diversas caras. libertad política de Inglaterra, mas tam-
tiende una sociedad igualitaria y privatis- Tenemos en primer lugar el patriotis- bién reavivaron el viejo rigorismo purita-
ta. Tercero, la dicha moderna es la satis- mo natural, una pasión irreflexiva o no, que se hizo especialmente intolerante
facción del gusto por lo material; mas su “amor instintivo que se confunde con el en la pequeña comunidad. A lo largo de
reverso es la desazón ante los deseos y las amor a las costumbres antiguas, con la historia americana, localismo y purita-
necesidades que multiplica la sociedad de el respeto a los antepasados y la memoria nismo impulsaron las diversas cazas de
mercado. Todo ello queda muy lejos de del pasado”3. Este amour du pays es un es- brujas. Aún hoy, el rigorismo moral –dis-
la virtud como impulso activo orientado cozor que surge sobre todo cuando al- frazado de transparencia institucional–
al logro del bien común y de la buena guien ataca a la patria, sentida como una ha llevado a la picota a un presidente. Si
ciudad. prolongación de la identidad personal. Nathaniel Hawthorne levantara la cabeza
Con el avance del paradigma liberal Sentimiento visceral unido a un naciona- vería rediviva a Hester Prynne en la Casa
del interés que exalta al individuo, su pro- lismo ausente en América por la falta de Blanca.
piedad y su privacidad, el republicanismo recuerdos históricos, el patriotismo natu- Como compensación de la falta de
clásico –que renace durante el periodo ral puede superar en ardor al más acen- raíces, la religión refulge en el imaginario
jacobino– se atempera. Destacaré a Tho- drado celo religioso. Tal “patriotismo irri- americano. Pueblo que gusta de definirse
mas Jefferson, tercer presidente de Esta- table” es el fuelle del nacionalismo, la como “el nuevo Israel”, Estados Unidos
dos Unidos y figura ardientemente dispu- nueva religión particularista. En segundo arroja todavía hoy las más altas cifras de
tada por los dos marcos teóricos rivales. lugar, tenemos el “patriotismo de la ciu- creyentes y practicantes del mundo occi-
Es lástima que hoy se viertan ríos de tinta dad” o de “las luces”, que expresa la cultu- dental. América refunde a su manera la
sobre asuntos tan incorrectamente políti- ra cívica de un pueblo. En su versión mo- religión civil como marca distintiva de su
cos como el tener esclavos (algo común discurso político, pero a la vez es una
en su nación y su tiempo). Por mi parte, muestra palpable de que la religión, con-
prefiero resaltar los elementos de sus es- 3 Alexis de Tocqueville: La democracia en Améri- trapeso al materialismo igualitario, anida
critos que le emparentan con el republica- ca (I), pág. 231. Aguilar, Madrid, 1988. ya en el ámbito privado. Tocqueville tiene

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HELENA BÉJAR

una mirada inequívocamente republicana, amistad es fuente de fortaleza interna, preocupa de la erosión moral que la cul-
pero no se engaña sobre el presente. La re- también “los ciudadanos se ayudan a sí tura de los derechos ha llevado a la fami-
ligión es una práctica privada que contiene mismos uniéndose a los demás”. La vir- lia, la educación y la convivencia ciudada-
el materialismo y la inestabilidad propias tud moderna es híbrida y contiene una na. La “política de la virtud” del primer
del universo democrático, de ese “espíritu responsabilidad forjada en el deber junto Bill Clinton y su insistencia en la comu-
comercial” y de una movilidad geográfica a una íntima seguridad derivada de la nidad como enseña genérica de una
sentida como natural para una vasta na- pertenencia a un microgrupo. La nueva nueva responsabilidad (con los hijos, con
ción fundada en el mito de la conquista solidaridad orgánica, basada en una ma- el medio ambiente, con la asistencia pú-
del espacio. Hoy todos somos un poco yor densidad moral, crea un sentido de blica) llegan ahora al Viejo Mundo.
cowboys, obligados a la movilidad –geográ- pertenencia incompatible con la cultura Incluso a España, donde izquierda y dere-
fica, ocupacional, afectiva– en una socie- de los derechos. El altruismo democráti- cha se disputan esa Tercera Vía que apare-
dad del riesgo y la globalización que no re- co es propio de seres que coinciden en ce como tabla de salvación política e ideo-
conoce fronteras. Lo curioso es que lo de- los grupos secundarios (asociaciones, lógica para todo navegante y que parece
mos por bueno. Sin saberlo, retomamos centros profesionales y otras comunida- venir del comunitarismo. Mas sus porta-
acríticamente aquella independencia radi- des funcionales) y que abrazan la toleran- voces fueron descuidados en su momen-
cal que es el sello de la libertad americana. cia y el cosmopolitismo como parte de la to; así, Robert Bellah, ignorado por la co-
En una república extensa como Esta- atmósfera social. La urdimbre moral con- munidad sociológica o leído como un
dos Unidos las asociaciones consiguen temporánea no está hecha ya de fraterni- viejo conservador. Su análisis demoledor
fundir la implicación por lo público con dad republicana sino de un respeto dis- de la configuración individualista y su
la satisfacción personal. Surge entonces el tanciado con el otro donde se cruzan la propuesta de recrear una malla de institu-
interés bien entendido, que Tocqueville indiferencia con el supuesto de la igual- ciones participativas cayeron en saco roto.
desvela como una teoría ramplona pero dad. En la modernidad tardía, los extra- Su sociología comunitarista de raíces re-
adecuada para entender al hombre mo- ños (los mendigos, los inmigrantes, publicanas no tuvo la promoción de la
derno. Dicho interés es sólo uno de los transmutados ahora en “transeúntes” e Tercera Vía. Hasta hace poco, la comuni-
móviles de la participación y se alinea con “indocumentados”, por obra de lo políti- dad sonaba a Gemeinschaft, a una nostal-
el individualismo, con el gusto absorben- camente correcto) nos son tan ajenos co- gia premoderna digna de olvido. Ahora
te por la esfera privada en detrimento de mo las ciudades europeas aparecen a ojos late en las nuevas propuestas.
la res publica. (Es fácil, sin embargo, hacer del turista yanqui o nipón. El triunfo del Cierto que el comunitarismo es una
una lectura a la moda sesgada y utilitaria culto al individuo, del interés y el auto- suerte de programa teórico que tiende a la
de Tocqueville; la riqueza de interpreta- control nos ha instalado en un marco de regeneración moral, pero eso no lo con-
ciones es lo que confiere grandeza a los valores fríos que aceptamos como una se- vierte en un tradicionalismo irredento. La
clásicos resignados a su fatal silencio). Pe- gunda naturaleza. Desde esta perspectiva, cosa es más complicada y precisa de una
ro, junto al interés, una cierta virtud la virtud, el bien común, la búsqueda de mirada atenta a una mudanza teórica de
mueve al hombre democrático. Así se la vida buena, la ciudadanía como obliga- la comunidad que no puedo desarrollar
explican las repetidas referencias a la ción y la libertad como participación son aquí. Muchos comunitaristas se reclaman
“energía”, la “íntima potencia” o la “fuer- vistos como reclamos de conservadores o herederos del republicanismo. Mas susti-
za superabundante” que se derivan de la ilusos redentores. La configuración libe- tuyen la virtud clásica, que tiene lugar en
participación. Formar parte de un jurado, ral ha devenido nuestro esperanto moral. la esfera pública, por la compasión, el
colaborar en la prensa local o ser miem- Por esa arrogancia conviene recuperar el cuidado y la responsabilidad colectiva. No
bro de una asociación generan una inter- republicanismo. debemos extrañarnos de lo primero: ahí
dependencia que no sólo sustenta las tenemos la insólita actualidad de Simone
mores republicanas, sino que también ¿Una nueva ciudadanía? Weil. Ni de lo segundo: los homosexuales
prestan a la vida colectiva una vitalidad y Mas la tradición de la virtud ha perdido pueden ser una comunidad de cuidado en
un bullicio que es síntoma de salud demo- fuste. Se la encuentra, transformada, en el relación al sida, y no un mero grupo de
crática. En contraste con el trajín de la comunitarismo contemporáneo, un con- presión en torno a un estilo de vida y
participación se escucha el zumbido del junto de propuestas sociales y políticas consumo; así lo cree el comunitarismo re-
nuevo despotismo, de la máquina buro- que tienen en común una acerba crítica al publicano. En cuanto a la responsabili-
crática, del aislamiento desmovilizador, paradigma liberal como gestor de un in- dad, ¿qué otra cosa significan los recortes
del mercado transnacional, de la apatía dividualismo insolidario, de un potentísi- del agotado Estado de bienestar y las de-
privatista4. mo relativismo cultural y de una concep- mandas de una nueva solidaridad? En
El universo democrático establece ción del mundo atomista y utilitaria. verdad, vivimos tiempos de eclecticismo
una peculiar continuidad entre participa- Aunque eje del debate teórico en Estados teórico.
ción cívica y socialidad. Así como la Unidos desde los años ochenta, la oposi- Se vuelve a hablar de virtudes cívicas.
ción liberalismo-comunitarismo ha sido Claro que desde una noción de virtud
en general desoída en Europa. Por eso, re- como una actitud en un conjunto de roles
4Pensemos en la actual destrucción sistemática
sulta como poco curiosa la recuperación dentro de múltiples círculos sociales. Una
del espacio público –cafés, cines, teatros, mercados–
de Tony Blair, de la mano de Anthony suerte de disposición hacia la urbanidad
en nuestras ciudades y su sustitución por ambientes Giddens, de una “tercera vía” entre el in- que contendría la violencia –juvenil,
impersonales –centros comerciales, hipermercados, dividuo y el Estado, idea sospechosamen- marginal– que se extiende en nuestras
antros de comida rápida y cafés abiertos al ruido y el te cercana al “paradigma del yo y el noso- metrópolis. En este holgado sentido, la
musak– que imposibilitan el encuentro y la conversa-
ción. También el silencio, sistemáticamente aniquila- tros” que lleva proponiendo Amitai Eztio- tolerancia sería una virtud propia del
do, como señaló el soberbio Steiner. ni desde hace años. El comunitarismo se proclamado multiculturalismo. O la pro-

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
41
EL CORAZÓN D E L A REPÚBLICA

fesionalidad una virtud de una sociedad construyó un modelo dicotómico que se- luntariado depende de sus sentimientos y
decente. Perdida la vocación, la profesio- paraba el ámbito del mercado y la familia, éstos fluctúan, como ese interés tan de
nalidad sería una virtud moderna compa- de un lado, y el dominio público del Es- moda en la academia, la cadena de la
tible con la dedicación a la vida privada5. tado, del otro. Frente a esta distribución ayuda se asienta entonces en débiles cre-
Mas el buen hacer o “el cultivo del propio dual de territorios, la tradición republica- cimientos. Para fundar una compasión
huerto”, por muy democrático que sea, es na resalta un tercer espacio que no coinci- permanente hay que mirar más allá de la
una virtud mínima, más moral que políti- de ni con el ámbito ajeno del Estado ni psicología y la utilidad. En todo caso, el
ca, y tiene lugar en el espacio social (en con la esfera utilitaria del mercado, nuevo altruismo contribuye a templar
sentido peyorativo arendtiano), en el co- ni tampoco con el ámbito íntimo de los una peculiar cultura cívica. Hay que in-
bijo de la familia y bajo la restringida afectos; en la esfera de los cuerpos secun- vestigar si hereda el particularismo de la
atención de los pares. La profesionalidad darios, de la vida local y las asociaciones, república o si el emotivismo que subyace
es tan necesaria como la buena educa- en la sociedad civil y que algunos, para a la acción voluntaria mina la pertenen-
ción, la curiosidad intelectual o la dispo- distinguirse del reparto liberal de compe- cia que brinda. Con sus promesas y sus
sición a la ayuda, pongo por caso. Pero tencias, prefieren llamar sociedad política. límites, el altruismo democrático es una
eso no la convierte en una virtud cívica. En tal ámbito se desarrollan las asociacio- manifestación de la virtud que nos que-
La virtud republicana se ejerce en las nes voluntarias que palian el estado de si- da. Si resucita el patriotismo de la Ciu-
instituciones participativas. En la esfera multánea dependencia y debilidad tan dad o si es un nuevo estilo de vida es algo
pública de la sociedad política; en ese ter- propio de los modernos. Las asociaciones que prefiero dejar en suspenso. Y así invi-
cer espacio, más allá del ámbito privado y constituyen uno de los fundamentos de la tar al lector a adentrarse en la tradición
del mercado, por una parte, y del Estado, libertad política y son la sede del capital de la virtud, cuyo mayor atractivo es la
por otra. Por ello, necesitamos institucio- social, que combina una orientación nor- tentación de construir una felicidad pú-
nes que encaucen la virtud. Así, debemos mativa solidaria con redes de implicación blica hoy perdida. n
ejercitar la capacidad de formar parte de cívica que amplifican la ciudadanía. En el
un debate ciudadano en torno a la redefi- abanico de asociaciones como enclaves de
nición de la impunidad –caso Pinochet–, educación republicana, destacaré las aso-
la responsabilidad gubernamental –caso ciaciones altruistas. A ellas hay que mirar
de la sangre contaminada en Francia– o los para hallar el rastro de nuestra virtud.
límites de la razón de Estado –caso GAL–. La nueva fraternidad tiene lugar en
En este sentido, los tribunales de Justicia una comunidad no ya política sino aso-
son un nuevo agora de deliberación. La ciativa, en el tercer espacio de las estruc-
ciudadanía republicana no consiste sólo turas intermedias. Dicha filantropía ex-
en pagar impuestos y obedecer la ley: es presa la tensión entre individualismo y
un proyecto de recuperación de un tipo altruismo. El voluntariado se ha descu-
humano activo en la vida pública que se bierto recientemente en Europa tanto por
opone al homo videns, pasivo en la escu- los ciudadanos como por los Gobiernos,
cha televisiva o en la pantalla virtual. En que incentivan la industria del cuidado
las instituciones como semillas de virtud mientras responsabilizan a la sociedad so-
puede reconstruirse aquella discusión co- bre sus miembros más necesitados. El vo-
lectiva que tejía los mimbres de la repú- luntariado se enmarca en un altruismo
blica clásica. El patriotismo republicano se indoloro que construyen los medios de
conecta con la indignación moral colectiva comunicación, aletargando la empatía
y con el orgullo nacional bien entendido y con el otro lejano y a la vez promoviendo
recupera el calor emocional del modelo la ayuda monetaria. Se crea así una nueva
clásico. El asesinato de miles de chilenos solidaridad compasiva desideologizada
merece la indignación de todo ciudadano que no pretende cambiar el mundo sino
inquieto; la conciencia de que fue un juez sólo ofrecer una ayuda sectorial. En este
español quien inició un proceso que juz- sentido, la filantropía democrática se
gó dos veces a un dictador, redefinió nor- acerca a ese trabajo bien hecho en el que
mas de derecho internacional, movilizó a algunos creen ver una virtud cívica. Pero
organizaciones humanitarias y desperezó el voluntariado bebe también del indivi-
la memoria histórica reciente, conecta dualismo, nuestro primer lenguaje moral,
con un orgullo republicano que nada tie- que trata de engullir otras tradiciones.
ne que ver con el nacionalismo, ese pa- Así, el individualismo utilitario del interés
triotismo irritable asentado en esencias te- propio se da la mano con el expresivo,
lúricas. A cada uno lo suyo. que entroniza la gratificación personal y
Diríase que el nido de la virtud se en- la ayuda a uno mismo como cimientos
cuentra en el tercer sector. El liberalismo del voluntariado.
Presa de un relativismo moral y cul-
tural hegemónicos, el otro al que se ayu-
5 Salvador Giner: Las razones del republicanismo,
da desaparece, mudado en un objeto ya Helena Béjar es profesora de Sociología en la Uni-
CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA, núm. 81, pág. de nuestros deseos difusos, ya de políticas versidad Complutense de Madrid. Autora de El
10, abril de 1998. sociales cambiantes. Si la virtud del vo- ámbito íntimo y La cultura del yo.

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº XX


n
LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL
EN BOSNIA-HERZEGOVINA
JUAN A. HERRERO BRASAS

Los defensores militantes de Medjugorje dicen


públicamente: “Hay que colgar al obispo, hay que amplios sobre el acontecimiento visionario La Virgen se presenta
matarlo, hay que matarlo…”. A todo aquel que no que se viene desarrollando en Herzegovina Hacia mediados de 1981, cuando se acaba-
acepta las “apariciones” de Medjugorje muchos le desde principios de los años ochenta y al ba de cumplir el primer aniversario de la
consideran ateo. Un loco frenesí se ha apoderado que, evidentemente, los medios de comu- muerte de Tito, seis niños de la pequeña
de muchos de los fieles […]. Esto puede desembocar nicación españoles han considerado como aldea croata de Bijacovici (perteneciente a
en una guerra de religión.
noticia de poca relevancia. No así en otros la parroquia franciscana de Medjugorje)
Mons. Pavao Žanić, obispo de Mostar países. creaban conmoción en la antigua Yugosla-
25 de enero de 19851 Los amplios reportajes sobre las apari- via al afirmar que se les aparecía la Virgen.
ciones de Medjugorje publicados en me- A la aparición inicial, en la tarde del 24 de
dios como el diario The Times y las revistas junio, siguieron otras que se han prolonga-
Paris Match, Newsweek y otras2, así como do, día tras día, hasta el momento actual.

E
l nombre de Medjugorje ha adquirido los programas realizados por la BBC y Ya en la primera visión, que fue silenciosa,
cierta familiaridad en España por ser otras cadenas europeas y norteamericanas los niños asumieron que se trataba de la
en esta localidad de la Herzegovina de televisión, contribuyeron sin duda a in- Virgen. En los siguientes días, la aparición
occidental donde desde hace años se en- crementar los peregrinajes, visitas turísticas se identificó a sí misma como la Virgen
cuentra estacionado un destacamento mili- y, en general, el interés internacional por María, añadiendo que “he venido aquí
tar español, primero bajo bandera de la estos acontecimientos. En Estados Unidos, porque hay muchos creyentes devotos”5.
ONU y actualmente al servicio de la por ejemplo, en las principales ciudades La insistencia de los visionarios6 de
OTAN. Sin embargo, en medios religiosos, aparecen periódicamente gigantescas vallas que las apariciones son auténticas, las idén-
y cada vez más entre observadores políti- publicitarias con el texto The Virgin Mary ticas versiones que han dado desde el co-
cos, existe otro tipo de familiaridad con el Speaks to America [“La Virgen María habla
mencionado nombre: el que se deriva de a Estados Unidos”], seguido de un número
las visiones marianas que allí están tenien- de llamada gratuita que permite a los inte- New Haven 1997, pág. 161; Michael Sells: The Bridge
do lugar y sus repercusiones en el mapa resados mantenerse al tanto de los mensa- Betrayed: Religion and Genocide in Bosnia, University of
California Press, Berkeley 1996, págs. 93-114 (‘The
etnopolítico de los Balcanes. jes procedentes de Medjugorje. Lejos de Virgin and the Jewel in Herzegovina’); Mart Bax: Med-
Hacia mediados de 1993, Hermann constituir un fenómeno secundario, el mo- jugorje: Religion and Genocide in Rural Bosnia, VU Uni-
Tertsch, en uno de sus reportajes para El vimiento visionario de Medjugorje3 contie- versity Press, Amsterdam 1995; Ed Vulliamy: Seasons
in Hell: Understanding Bosnia’s War, St. Martin’s Press,
País como corresponsal de guerra, hacía ne una clave importante del proceso que Nueva York 1994, págs. 60-61, 259-260.
una breve referencia a la multitud de norte- llevó al desmembramiento de la antigua 5 Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 268;

americanos que, como ignorantes del dra- Yugoslavia. Como resultado, las implica- Mary Craig: Spark from Heaven: The mystery of the Ma-
donna of Medjugorje, Ave Maria Press, Notre Dame
ma bélico que se desarrollaba en torno a ciones etnopolíticas de este enigmático fe- 1991, pág. 19; Svetozar Kraljević: OFM The Appari-
ellos, iban de peregrinaje a Medjugorje pa- nómeno son desde hace tiempo objeto de tions os Our Lady at Medjugorje: An Historical Account
ra “ver a la Virgen”. Años antes, ese mismo interés por parte de la comunidad acadé- with Interviews, Franciscan Herald Press, Chicago
diario había dado una brevísima reseña so- mica, como lo demuestra el creciente nú- 1984, pág. 17.
6 Ni el término vidente ni visionario parecen ser
bre unas supuestas apariciones de la Virgen mero de publicaciones al respecto4. completamente adecuados para quienes dicen ser testi-
que estaban teniendo lugar en la Yugoslavia gos de apariciones sobrenaturales. Vidente es una pala-
socialista. Tan sólo recientemente le han bra más bien asociada con médiums y profecías del fu-
turo (véase, por ejemplo, la definición del diccionario
llegado al público español reportajes más 2 Véanse The Times, 6 de octubre de 1985; Paris de la Real Academia), mientras que visionario es una
Match, junio de 1985; Newsweek, 20 de julio de 1987. palabra que generalmente se usa en un sentido más
3 Dadas las extraordinarias implicaciones eclesia- bien metafórico, equivalente a “muy idealista” o incluso
les, etnopolíticas y de todo tipo que han tenido las apa- “crédulo”. Con el primero de estos términos se corres-
1 Citado en Ivo Sivrić: The Hidden Face of Med- riciones de Medjugorje, es más preciso referirse a un ponde el inglés seer, y con el segundo, visionary. Sin
jugorje. Psilog, Montreal 1988, 135. En el presente ar- “movimiento” que simplemente a las apariciones, que embargo, en la lengua inglesa, ambos términos admiten
tículo se dará la cita completa de un libro la primera tan sólo sirvieron de detonante. la posibilidad de ser utilizados para el caso de supuestas
vez se mencione. En citas sucesivas sólo se identificará 4 Véanse, entre otros, Michael Jones: The Medju- visiones sobrenaturales, y ésta la regla que seguiré en el
la obra por las palabras iniciales del título. El nombre gorje Deception: Queen of Peace, Ethnic Cleansing, Ruined presente artículo. En el mismo, para más dinamismo al
Medjugorje significa “entre los valles”. Se pronuncia Lives, Fidelity Press, South Bend 1998; Marcus Tanner: estilo, se usarán ambos términos –vidente y visionario–
“med-yu-gór-ye”. Croatia: A Nation Forged in War, Yale University Press, de modo intercambiable.

44 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


mienzo de los acontecimientos en lo que se
refiere a la apariencia y conversaciones con
la aparición, y otros datos característicos de
este tipo de fenómenos, hicieron que de in-
mediato se despertara un vivo interés po-
pular por el evento. Tampoco tardó mucho
el asunto en captar la atención internacio-
nal. Los milagros que supuestamente se
producían en torno a las apariciones, los
mensajes celestiales transmitidos por los vi-
dentes y, sobre todo, el carácter diario de
los éxtasis fueron desde un principio mate-
ria suficiente para atraer a Medjugorje a ca-
tólicas (y protestantes) almas sedientas de
milagros desde los más remotos puntos del
globo, pero particularmente de Francia,
Alemania, Italia y Estados Unidos. Los jó-
venes visionarios, por su parte, acompaña-
dos de monjas y frailes de Herzegovina,
realizan cada año giras por Estados Unidos
y otros países. En sus giras, los religiosos y
visionarios de Medjugorje dan alimento es-
piritual a las impresionantes multitudes
que asisten a los actos, al tiempo que reco-
gen importantes cantidades de dinero en
concepto de donativos7.
El movimiento popular que comenza-
ba a formarse en torno a las apariciones de
Medjugorje enseguida produjo alarma en-
tre las autoridades comunistas de la antigua

7 Por ejemplo, en el campus de Irvine (Universi-


dad de California) se celebra anualmente una Confe-
rencia sobre Medjugorje de varios días de duración, con
la presencia de visionarios y franciscanos de Herzegovi-
na. En el multitudinario acto de clausura de la última
conferencia, que tuvo lugar en un estadio cubierto de la
universidad el 25 de octubre de 1997, se informó a los
asistentes de que la recaudación del año anterior en ese Yugoslavia, que veían en todo ello una as- laborar con grupos de extremistas croatas
mismo acto había ascendido a 72.000 dólares (más de tuta estratagema de los separatistas croatas. exiliados en los países occidentales. Zovko
diez millones de pesetas). Aparte de los donativos de ca-
rácter voluntario, cada asistente al acto pagaba 35 dóla-
Pronto los videntes y su aldea se vieron so- fue finalmente condenado a tres años de
res (unas cinco mil pesetas) para sufragar los gastos de metidos a un fuerte acoso policial y a todo prisión8. También las organizaciones co-
organización del mismo. De los 72.000 dólares recau- tipo de medidas intimidatorias. Jozo Zov-
dados en el acto de 1996, parte habían ido a la realiza- ko, Ferdo Vlasić y Jozo Krizić, capellanes
ción de obras en conventos franciscanos. El acto del
campus de Irvine era tan sólo uno más de una larga se- franciscanos de la parroquia de Medjugor- 8 Nicholas Perry y Loreto Echevarría: Under the

rie de actos en diversas partes de EE UU. je, fueron arrestados bajo acusación de co- Heel of Mary. Routledge, Nueva York 1988, pág. 305.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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45
LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL EN BOSNIA-HERZEGOVINA

munistas regionales acusaron desde un esos siglos la única presencia de la Iglesia de Herzegovina y en sus más cualificados
principio al clero nacionalista croata de en el medio musulmán del imperio otoma- representantes. A su vez, y especialmente
manipular a la gente con propósitos políti- no, bajo cuyo dominio se encontraba Bos- en las áreas rurales, los frailes son reconoci-
cos. Por ejemplo, de la reunión de la confe- nia-Herzegovina. Además, Roma había dos como únicos representantes de la Igle-
rencia comunal del Sindicato Socialista de encomendado a los franciscanos la lucha sia, hasta el punto de que la misma palabra
los Trabajadores, celebrada en Čitluk el 17 contra la herejía de los bogumiles, que ha- “franciscano” pasó a ser sinónima de “sa-
de agosto de 1981, salió el siguiente comu- bía adquirido gran fuerza en aquel territo- cerdote”13. Este catolicismo franciscanista
nicado, que fue difundido inmediatamente rio. Los franciscanos tuvieron éxito en su llegó a convertirse en símbolo del naciona-
a través de la prensa, radio y televisión na- lucha contra los bogumiles, y además lo- lismo croata en Herzegovina. Entre los es-
cionales: graron constituirse en presencia activa y lavos del sur (los “yugos-lavos”), gentes de
“Se decidió que es necesario explicarle a la gente permanente del catolicismo en aquella re- una misma raza, lengua y cultura, el ser ca-
más claramente que lo que los sacerdotes Jozo Zov- gión. Ello fue posible en parte gracias a la tólico significaba (y significa) ser croata,
ko de Medjugorje y su colega Ferdo Vlasić, Pavao relativa tolerancia de la Administración tanto si se habita en Croacia como si se re-
Žanić, obispo de Mostar, y otros extremistas preten- turca, lo que no evitó que en numerosos side en la que en un remoto pasado fue su
den y desean no es ni más ni menos que ver realiza-
casos los frailes, identificados con las clases provincia: Bosnia-Herzegovina14.
do el sueño y proyecto de la organización terrorista
Ustaša”9. populares y convertidos en sus líderes, fue- El mismo principio de definición étni-
ran objeto de persecución y tortura. ca según creencia religiosa es válido para
En 1881, tras finalizar la ocupación los demás pueblos de la ex Yugoslavia. En
Pavao Žanić , obispo de Mostar, bajo turca, se introdujo el clero secular en Her- palabras de William T. Johnsen (1995), en
cuya jurisdicción se encuentra Medjugorje, zegovina por decreto papal. Ello significaba los Balcanes “la religión se encuentra inex-
envió cartas de protesta a la prensa e inclu- que, una vez dada por concluida la misión tricablemente asociada a las cuestiones ét-
so al presidente de la república en las que encomendada a los franciscanos, había lle- nicas, pues la religión fue lo primero que
calificaba tales acusaciones de calumnias10. gado la hora de traspasar sus parroquias y sirvió de base para determinar la identidad
Es importante señalar, sin embargo, que el demás jurisdicciones eclesiásticas a la es- étnica y, posteriormente, la nacionali-
obispo Žanić se mostró escéptico desde un tructura diocesana de la Iglesia. Los fran- dad”15. Paul Mojzes, por su parte, en su
principio en lo referente a la autenticidad ciscanos de Herzegovina, como miembros obra Yugoslavian Inferno: Ethnoreligious
de las apariciones, y ordenó a los francisca- de una orden religiosa, deberían a partir de Warfare in the Balkans (1994), afirma que
nos de Medjugorje que se abstuvieran de ese momento centrarse en la vida conven- en los Balcanes “religión e identidad étnica
dar publicidad a los acontecimientos11. Los tual y dejar la administración de las parro- se encuentran tan fusionadas la una en la
franciscanos hicieron oídos sordos. quias al clero secular. Sin embargo, esta otra que no se pueden separar […] las dos
transferencia jurisdiccional, que podría pa- identidades se refuerzan la una a la otra”16.
El ‘escándalo de Herzegovina’ recer una mera cuestión secundaria de ad- Pero es Bogdan Denitch quien, en Ethnic
Al obispo Žanić no le sorprendió la desobe- ministración eclesiástica, pronto desem- Nationalism: The Tragic Death of Yugosla-
diencia de los franciscanos. Era parte del bocó en un conflicto de ramificaciones po- via (1994), ofrece una clave importante
pulso que los frailes vienen manteniendo líticas que aún perdura12. para entender la asociación entre religión y
con las autoridades diocesanas desde hace Durante los siglos de aislamiento en nacionalismo en la Europa del Este. Según
décadas. La raíz del conflicto –que se cono- que los franciscanos constituyeron la única Denitch, el catolicismo perdió mucho de
ce como el escándalo de Herzegovina– se presencia cristiana en Herzegovina, su su carácter universalista en la Europa del
encuentra en una serie de acuerdos del Va- identificación con las aspiraciones popula- Este cuando el bajo clero, identificado con
ticano y de los obispos para asumir pleno res dio lugar a una reciprocidad que de- las ideologías nacionalistas, comenzó en el
control de las parroquias de Herzegovina, sembocaría con el tiempo en una peculiar
que habían sido administradas por francis- simbiosis. Los religiosos se convirtieron en
13 A los franciscanos se les llama familiarmente
canos a lo largo de 400 años de domina- los líderes sociales de los católicos (croatas)
“tíos”, mientras que a los sacerdotes seculares se les de-
ción turca. Los franciscanos fueron durante nomina con la misma palabra –“pope”– que a los odia-
dos sacerdotes ortodoxos. Véase Craig: Spark from Hea-
ven, pág. 96.
12 Una descripción del escándalo de Herzegovina se 14 En inglés existe la distinción entre Croatian y
9 Citado en Michael O’Carroll: Medjugorje: Do- encuentra en prácticamente todas las publicaciones ex- Croat. El primer término hace referencia a las personas
cuments, Facts, Theology. Veritas, Dublín 1989, pág. 75. tensas sobre Medjugorje. El mejor tratamiento de la de la antigua región yusgoslava de Croacia y a quienes
La información también se puede encontrar, por ejem- cuestión (aunque somero, y quizá no el más imparcial) en la actualidad son ciudadanos de ese país. El término
plo, en el periódico Vecerniji List, 18 de agosto de lo ofrece, en mi opinión, Sivric: The Hidden Side of Croat, sin embargo, tiene una connotación étnica. Es
1981. Medjugorje, págs. 116-119. El sumario que aquí se como si los descendientes de gallegos emigrados hace
10 O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts, pág. 75. ofrece se basa en el libro de Sivric, en mi entrevista per- cientos de años a otras partes de España o a otros países
11 “Siento una gran pena de la orden franciscana, sonal con él en St Louis (Misuri, EE UU) en febrero de siguieran considerándose gallegos. En este ejemplo, la
pues algunos de sus miembros van a emerger de este es- 1998, en la información ofrecida por una fuente ecle- preservación de la identidad étnica se haría presumible-
cándalo como obvios mentirosos; siento pena de mis siástica confidencial en Herzegovina, en mis entrevistas mente en función de un rasgo lingüístico, mientras que
fieles, por el engaño de que están siendo objeto, y sien- con Mons. Pavao Žanić , obispo emérito de Mostar, en el caso de los croatas es religioso. En el presente artículo,
to pena por la Iglesia, que va a tener que sobrevivir un Kastel Novi (Croacia), el 17 de diciembre de 1997, y y puesto que el español carece de la distinción, usaré
gran escándalo. Yo […] sería el hombre más feliz del con Mons. Ratko Perić, obispo de Mostar-Duvno, en simplemente el término “croata,” aunque la distinción
mundo si tuviera un Lourdes en mi diócesis, pero no el palacio episcopal de Mostar (Bosnia-Herzegovina) el debe tenerse en mente.
hay nada de eso aquí”. Así se expresaba el obispo, véase 19 de diciembre de 1997, y en diversa documentación 15 William T. Johnsen: Deciphering the Balkan

Ivo Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, pág 136. Vé- consultada en el archivo del obispado de Mostar-Duv- Enigma: Using History to Inform Policy (1995). Publica-
ase también Sivric, op. cit., págs. 143 y 148, y Mary no, así como en la información que ofrecen los siguien- ción de Internet: http://carlisle-www.army.mil/usassi/ssi-
Craig: Spark from Heaven, pág. 50. Estos mismos te- tes autores: Craig, op. cit., págs. 94-101; Michael Sells: pubs(pubs95/enigma/enigmap8.htm.
mores los expresó Mons. Žanić, durante mi entrevista The Bridge Betrayed: Religion and Genocide in Bosnia, 16 Paul Mojzes: Yugoslavian Inferno; Ethnoreligoius

personal con él en Kastel Novi (Croacia), el 17 de di- University of California Press 1996, pág. 111; O’Ca- Warfare in the Balkans. Continuum, Nueva York 1994,
ciembre de 1997. rroll: Medjugorje: Documents, Facts, págs. 74-79. pág. 125.

46 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


JUAN A. HERRERO BRASAS

siglo XIX a desarrollar iglesias también na- autoridad. La creación de esta parroquia se En un programa de máxima audiencia
cionalistas, tendencia ésta que se ha visto convirtió nuevamente en motivo de fuerte en la televisión italiana, Žanić denunció
muy reforzada, según dicho autor, con el fricción con los frailes, que no estaban dis- tajantemente las apariciones de Medjugor-
presente Papa. Concluye Denitch que “las puestos a dejar que el obispo tomara su te- je como pura falsedad y engaño. Y en toda
iglesias, más que mediar en los conflictos, rritorio por las buenas. Dos jóvenes religio- una serie de publicaciones contra Medju-
los agudizan”17. sos –Ivika Vego e Ivan Prusina– convir- gorje, distribuidas por el obispado de
A lo largo de prácticamente un siglo, tieron el reto en afrenta, hasta el punto de Mostar, Žanić no dudó en citar con nom-
los franciscanos de Herzegovina se han re- que, tras ocho advertencias, fueron final- bres y apellidos a aquellos religiosos a
sistido a cumplir las órdenes de los superio- mente suspendidos como sacerdotes (a di- quienes consideraba los principales mani-
res de su propia orden y de las jerarquías vinis) y expulsados de la orden franciscana puladores e ingenieros de toda la trama23.
vaticanas de traspasar sus parroquias al cle- por sus superiores en Roma19. Además, negoció con los superiores fran-
ro secular, y tan sólo tras duras negociacio- ciscanos de Herzegovina el traslado de
nes han cedido un cierto número de ellas. La Virgen toma partido… esos cabecillas a otras parroquias, prohi-
El conflicto se agudizó a partir de 1975, y el obispo también biéndoles terminantemente el ejercicio de
cuando Pablo VI, colmada su paciencia ¿Y la Virgen, qué pensaba del conflicto, y cualquier función pastoral en la parroquia
con este asunto, ordenó mediante un de- en particular de estos dos díscolos ex fran- de Medjugorje. No contento con eso, él
creto de la máxima autoridad (Romanis ciscanos? Esto mismo fue lo que se plantea- mismo se personó en Medjugorje para de-
Pontificus) el traspaso de las restantes parro- ron Vego y Prusina. Teniendo en cuenta clarar en una apasionada homilía ante to-
quias sin más dilación y según un plan es- que las apariciones estaban teniendo lugar da la congregación reunida que allí ni se
pecífico. Fue entonces cuando se produjo la en una de sus parroquias, a ambos les pare- había aparecido nunca la Virgen ni se le
insólita decisión colectiva de los francisca- ció que no sería mala idea pedir a los jóve- estaba apareciendo a nadie24. Los francis-
nos de Herzegovina de desobedecer el de- nes visionarios que le preguntaran a Gospa canos de Medjugorje, por su parte, no tu-
creto papal, bajo la argumentación de non (expresión croata para Nuestra Señora) qué vieron reparos en acusar al obispo en letra
possumus, es decir, “no nos es posible obe- opinaba de su caso. Fue a partir de este impresa de ser falto de honradez, ignoran-
decer lo que se nos manda porque nuestros momento cuando adquirió dimensiones de te, cínico y desequilibrado25.
fieles nos reclaman y no podemos abando- guerra campal el conflicto entre el obispo A lo largo de los años ochenta se crea-
narlos”. A partir de aquel momento las au- Žanić y los franciscanos de Herzegovina ron tres comisiones eclesiásticas para estu-
toridades vaticanas optaron por una estrate- (para entonces ya mayoritariamente con- diar la naturaleza de los acontecimientos de
gia de fuerza. En la actualidad, la provincia vertidos en acérrimos defensores y promo- Medjugorje. Las dos primeras no llegaron a
franciscana de Herzegovina se encuentra tores de las apariciones de Medjugorje)20. hacer públicos sus dictámenes negativos,
penalizada ad instar, lo que les impide ele- Según los videntes de Medjugorje, la Vir- pese a lo cual fueron acusadas de falta de
gir a sus superiores. Incluso sus seminarios gen echaba la culpa de todo al obispo, el imparcialidad por haber sido nombradas
han sido cerrados. Además, han sido re- cual, según palabras literales del alto orácu- ambas por Žanić. La tercera comisión fue
cientemente advertidos por el superior ge- lo, “carece del amor de Dios”21. Enterado creada, a instancias del Vaticano, por la ya
neral de la orden, Fr. Hermann Schalück, fortuitamente Žanić de tales declaraciones, desaparecida Conferencia de Obispos Ca-
de que si no se resuelve el conflicto de mo- sus dudas sobre la naturaleza de las apari- tólicos de Yugoslavia. Esta última comisión
do expeditivo mediante obediencia al de- ciones se disiparon inmediatamente. A par- sí hizo públicas sus conclusiones en 1991
creto papal, la provincia será abolida18. tir de ese momento el obispo concentró to- en lo que es conocido como la Declaración
Como parte de una estrategia general das sus energías en promover una campaña de Zadar. Tras una exhaustiva investiga-
para superar el obstáculo franciscano y es- a nivel internacional para denunciar los ción, y con la sola discrepancia de Frane
tablecer la jurisdicción diocesana en Herze- acontecimientos de Medjugorje como una Franić, arzobispo de Split, los obispos con-
govina, el Vaticano nombró en 1942 el pri- pura estafa, más aún, una maquiavélica cluían que “no es posible establecer el
mer obispo no franciscano de la diócesis de conspiración de los franciscanos22. carácter sobrenatural” de las visiones de
Mostar (a la que pertenece Medjugorje). Mejugorje. En consecuencia, quedaba de-
Sucesor en este puesto fue Pavao Žanić, sautorizada la organización de peregrinajes
quien había tomado posesión de su cargo 19
oficiales a Medjugorje26. El Vaticano, por
Véase ‘The Present Position (Non-Official) of
poco antes de comenzar las apariciones. Ža- the Bishop’s Curia of Mostar with Regard to the Events
su parte, ha dejado claro a través de diver-
nić estaba encargado de consolidar la juris- of Medjugorje’, en M. O’Carroll: Medjugorje: Docu-
dicción diocesana mediante el estableci- ments, Facts, Theology, pág. 92. Tras un proceso judicial
miento de una parroquia catedralicia en que se extendió a lo largo de varios años, ambos religio- sent Position (Non-Official) of the Bishop’s Curia of
sos fueron restablecidos a su condición anterior por los Mostar with Regard to the Events of Medjugorje’. El
Mostar, dependiente exclusivamente de su tribunales vaticanos (concretamente, la signatura apos- documento, que tuvo gran circulación y fue traducido a
tólica). Para entonces uno de los religiosos ya se había numerosas lenguas, aparece reproducido, por ejemplo,
secularizado y estaba casado . en Michael O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts,
20 Es necesario señalar que la expresión “los fran- págs. 79-103.
17 Bogdan Denitch: Ethnic Nationalism: The Tra- ciscanos de Herzegovina” hace referencia a la mayoría 23 Lucy Rooney y R. Faricy: Medjugorje Journal:

gic Death of Yugoslavia. Universidad de Minnesota Press de los franciscanos de Herzegovina pero no a la totali- Mary Speaks to the World. Franciscan Herald Press, Chi-
1994, pág. 133. dad, ya que algunos discrepan de la postura adoptada cago 1988, pág. 13.
18 “Discurso de Fr. Hermann Schalück, ministro por la mayoría con respecto al escándalo de Herzegovi- 24 Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, págs.

general OFM en su reunión con los hermanos de la na y a las apariciones de Medjugorje. 168-169.
provincia de la Asunción de Nuestra Señora”, Mostar, 21 Según se desprende del diario de uno de los vi- 25 Véase la respuesta de Fr Ljudevit Rupcic al do-

15 de noviembre de 1996. El original, en croata, apare- sionarios, la Virgen hizo manifestaciones a favor de los cumento de Mons. Žanić citado anteriormente en
ció publicado en Mir I Dobro (boletín oficial de la pro- franciscanos desobedientes y contra el obispo un total O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts, págs. 109, 119
vincia franciscana de Herzegovina), núm. 4/1996, págs. de 17 veces a lo largo de varios meses. y 120.
17-19. La traducción inglesa del discurso me ha sido 22 Véase el documento expedido por el obispado 26 El texto completo de la declaración aparece en

proveída por el obispado de Mostar-Duvno. de Mostar, con fecha 30 de octubre de 1984, ‘The Pre- Vittorio Guerrera: Medjugorje: A Closer Look. The

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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47
LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL EN BOSNIA-HERZEGOVINA

sas notificaciones que la Declaración de Pese a todo, Laurentin se viene reafir- formaron grupos de oración en torno a las
Zadar constituye la postura oficial de la mando hasta el momento en su convicción dos niñas que, con el transcurso de los
Iglesia en estos momentos con respecto a e insiste en los maravillosos “frutos” espiri- años, han terminado por disolverse.
dichas apariciones27. tuales que está produciendo Medjurgorje, Tan curioso o más, sin embargo, que
René Laurentin, prestigioso mariólogo tales como conversiones, prácticas piadosas esta segunda generación de elegidos es la
francés y profuso autor, ha sido desde el y curaciones milagrosas30. Pero si algo se pandemia visionaria a que el fenómeno de
principio uno de los más activos promoto- puede decir de las curaciones milagrosas de Medjugorje ha dado lugar a lo largo de los
res del movimiento visionario de Medju- Medjugorje es que son, cuando menos, du- años. Unas cuatrocientas personas dicen ha-
gorje. En sus aproximadamente veinte li- dosas. El obispo Žanić y otros eclesiásticos ber tenido visiones de la Virgen en relación
bros sobre estas apariciones28, Laurentin las han denunciado como falsas. Theodor con Medjugorje (en Medjugorje mismo, en
defiende apasionadamente, aunque no Mangiapan, director del centro médico del poblaciones cercanas y en países remotos,
siempre de un modo coherente, el carácter santuario de Lourdes, tras analizar 56 expe- aunque generalmente tras una visita a Med-
sobrenatural de las mismas. Así, por ejem- dientes médicos (relativos a supuestas cura- jugorje)35. Algo relativamente similar se
plo, en una de sus primeras publicaciones ciones milagrosas acaecidas en Medjugorje) produjo en torno a las visiones de Bernar-
sobre Medjugorje, a mediados de la década que le fueron remitidos por Laurentin, dette Soubirous, en el caso de Lourdes, en
de los ochenta, este teólogo francés afirma manifestó que ninguna de esas supuestas 1858, aunque sin alcanzar estas proporcio-
que la prueba decisiva de la autenticidad curaciones podría ser certificada como au- nes36. El caso más llamativo es el de Scott
de las apariciones sería la resolución pacífi- téntica según los estrictos criterios de las O’Grady, capitán de la fuerza aérea nortea-
ca del conflicto entre los franciscanos y las comisiones médicas de Lourdes31. En algu- mericana, cuyo avión fue derribado cuando
autoridades diocesanas. A finales de los nos casos, la confianza ciega en una prome- sobrevolaba territorio serbio en el norte de
años noventa, si algo está claro es que los sa de curación ofrecida “de parte de la Vir- Bosnia. En su libro Return with Honor
acontecimientos de Medjugorje han agudi- gen” por los visionarios de Medjugorje ha (1995) O’Grady narra cómo al tercer día de
zado más si cabe dicho conflicto. Más aún, desembocado en situaciones trágicas32. su angustiosa huida por territorio serbio, y
pese a que, según los videntes, la aparición Durante mi reciente visita a Medjugorje, mientras las fuerzas norteamericanas lanza-
se ha dado a sí misma el título de “Reina pregunté a fray Slavko Barbarić, OFM, ban una gran operación de rescate, vio a
de la Paz”, Medjugorje no sólo no irradió director espiritual de los videntes y pilar “Nuestra Señora de Medjugorje”, y conclu-
paz en su entorno durante la pasada gue- ideológico del movimiento visionario, su ye: “No puedo decir con palabras lo impor-
rra, sino que, muy al contrario, fue un opinión sobre las curaciones y demás mila- tante que fue esa visión para mí. Me dio la
centro importante de operaciones de lim- gros que supuestamente han tenido lugar fortaleza necesaria para seguir”. En otro mo-
pieza étnica por parte del HVO (fuerzas de en conexión con las apariciones. Su res- mento cuenta O’Grady cómo, cuando esta-
defensa croatas), donde incluso los mismos puesta fue que “algunas personas dicen ha- ba a punto de ser capturado por una
vecinos de la localidad maltrataron y gol- ber experimentado esas curaciones y demás patrulla serbia que posiblemente le habría
pearon a los refugiados musulmanes que signos, pero nosotros no contamos con los eliminado in situ, comenzó a rezar el Ave
allí llegaban29. medios para estudiar tales casos; por tanto, María, y la patrulla inexplicablemente pasó
no podemos certificar su autenticidad”33. junto a él sin verle37. Casos como el de
O’Grady y otros similares han hecho que la
Maryheart Crusaders, Meridan 1993, pág. 44-45. La
Declaración de Zadar también aparece reproducida en
Visiones ‘copycat’: un piloto ve a la Virgen sed de milagros haya generado una dinámi-
Perić: Prijestolje Mudrosti, Crkve na Kamenu, Mostar Poco más de un año después de comenzar ca propia más allá de cualquier control posi-
1995, y en una separata en lengua inglesa titulada Crite- las apariciones, otras dos niñas de Medju- ble por parte de la jerarquía eclesiástica.
ria for Discerning Apparitions Regarding the Events of gorje, ambas de 10 años de edad, anuncia- Tanto Žanić (en la actualidad obispo
Medjugorje (publicada por la cancillería del obispado de
Mostar), pág. 25. El texto de la Declaración de Zadar ron que tenían “locuciones” internas; emérito) como Ratko Perić, actual obispo
fue publicado originalmente en croata en el boletín ecle- Jesucristo y la Virgen les hablaban interna- de Mostar, consideran a Laurentin como
siástico Glas Koncila, (5 de mayo de 1991). Véase tam- mente. Estas nuevas receptoras de mensajes principal responsable del desorden eclesial
bién Don Ante Luburić: Medjugorje: What Kind of
‘Fruits’ Are these? [Medjugorje: ¿qué tipo de ‘frutos’ son es-
divinos no estaban relacionadas con el gru- a que está dando lugar el movimiento
tos?] (documento publicado por la cancillería del obispa- po inicial de videntes, que continuaban
do de Mostar), Mostar, 16 de mayo de 1997. El docu- con sus visiones diarias. Laurentin y otros
mento apareció originalmente publicado en croata en
IKA/Catholic Information Agency, Zagreb, el 22 de junio
teólogos favorables a Medjugorje se apresu- 1984, pág. 75; R. Laurentin: The Aparitions at Medju-
de 1997, II-IV. En la Declaración de Zadar se afirma li- raron a dar la bienvenida al curioso fenó- gorje Prolonged: A Merciful Delay for a World in Danger?,
teralmente: “[E]s imposible confirmar que estos aconte- meno bautizándolo como “segunda gene- The Riehle Foundation, Milford, 1987, págs. 80-87; R.
cimientos implican apariciones o revelaciones sobrena- ración de visionarios”34, y enseguida se Laurentin: Medjugorje –13 Years Later, The Riehle
turales”. Foundation, Milford, pág. 28; R. Laurentin: Medjugor-
27 Congregatio Pro Doctrina Fidei, 23 de marzo je: L’hostilité abonde, la grace surâbonde. Testament,
de 1996, protocolo 154/81-01985. Francois-Xavier de Guibert, París, pág. 18. Sobre la se-
28 Desde el comienzo de los acontecimientos, Lau- gunda generación de visionarios, véase también Lucy
rentin viene publicando un libro anualmente sobre 30 De mi correspondencia personal con René Lau- Rooney and Robert Faricy: Medjugorje Journal, págs.
Medjugorje (en 1998 publicó el número 17) en que ha- rentin. 17-18, 71, 78, 82-83, 86 y 95.
ce un seguimiento de todos los acentimientos relativos 31 Žanić (1984), en O’Carroll: Medjugorje: Docu- 35 Bill Sammon: ‘Exploring the Mysteries of Med-

al movimiento visionario de Medjugorje, incluida la vi- ments, Facts, pág. 95, y Žanić (1990): “The Truth jugorje’, Stars and Stripes, 23 de febrero de 1997; Vitto-
da personal de los visionarios. Además de estos segui- About Medjugorje”. Publicación del obispado de Mos- rio Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. XVII; Siv-
mientos anuales, también ha publicado varios libros con tar. ric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 199; L. Rooney
una perspectiva más general que han sido traducidos a 32 O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts, pág. y R. Faricy: Medjugorje Journal, págs. 35 y 50.
numerosos idiomas. Los libros más representativos de 95; Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, págs. 65-67. 36 Vittorio Guerrera: Medjugorje: A Closer Look,

Laurentin se irán citando a lo largo del presente artículo. 33 De mi entrevista personal con fray Slavko Bar- pág. XVII.
29 Elizabeth Rubin: ‘Souvenir Miracles: Going to barić, Medjugorje, 17 de diciembre 1997. 37 Scott O’Grady: Return with Honor. Harper Pa-

See the Virgin in Western Herzegovina’, Harper’s Ma- 34 R. Laurentin: Is the Virgin Mary Appearing at perbacks, Nueva York 1996, págs. 97-98 y 105; Bill
gazine. Febrero 1995, págs. 65, 68. Medjugorje, The Word Among Us, Washington D.C. Sammon: “Exploring the Mysteries of Medjugorje”.

48 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


JUAN A. HERRERO BRASAS

visionario de Medjugorje. Ya desde media- nos y alemanes. De hecho, el Estado Inde- serbios, expulsar a Serbia a otro tercio y eli-
dos de la pasada década se desarrolló una pendiente de Croacia fue una creación de minar al tercio restante43. Los desplaza-
fuerte enemistad personal entre Žanić y Mussolini, quien colocó al frente del mismo mientos masivos, las conversiones forzadas
Laurentin. Este último se jactaba de haber a la organización fascista y terrorista Ustaša, y, sobre todo, el terror de las atrocidades
influido directamente sobre el Papa para con Ante Pavelić, líder de dicha organiza- cometidas de modo cotidiano por bandas
que el Vaticano retirara de Žanić la potes- ción, como caudillo supremo del Estado de desalmados contra serbios, judíos, gita-
tad que, como obispo de Mostar, le corres- marioneta. Mussolini, por su parte, se apro- nos y croatas disidentes convirtieron la vida
pondía para emitir un juicio definitivo so- pió de la rica costa de la Dalmacia para Ita- bajo el régimen ustaši en una pesadilla in-
bre estas apariciones38. Žanić, por su parte, lia, incorporando al nuevo Estado croata, a fernal. Al terror con que estaba salpicada la
acusó a Laurentin de provocar “un caos in- modo de compensación, Bosnia-Herzegovi- vida cotidiana bajo los ustaši hay que aña-
descriptible” en su diócesis “y en toda la na, región ésta que en tiempos históricos dir los campos de concentración y extermi-
Iglesia”, con su promoción internacional había pertenecido a Croacia pero que para nio, donde decenas de miles de personas
de Medjugorje, y de traer sobre la Iglesia ese momento tenía una abundante pobla- inocentes, muchos de ellos niños, fueron
“una medida de vergüenza inaudita en el ción de musulmanes y serbios ortodoxos41. salvajemente torturadas y asesinadas44. A
siglo XX, una vergüenza que recae sobre El régimen ustaši adoptó como objeti- tal punto llegó el terror ustaši, y el carácter
usted [Laurentin]”. No contento con estas vo prioritario la limpieza étnica de Bosnia público de los actos, que incluso sus patro-
duras palabras, Žanić hizo una seria adver- mediante una campaña de terrorismo ge- nes nazis se vieron obligados a intervenir,
tencia al teólogo francés: “Tenga cuidado nocida dirigida específicamente contra los haciendo que se disolviera uno de los gru-
con lo que hace, porque no tendré ningún pos más sanguinarios y se pusiera freno a
escrúpulo en denunciar comedias, falseda- algunas de las operaciones de exterminio45.
des, mentiras y faltas de honradez”39. Uno de los aspectos más tétricos de la
El obispo, además, acusó a Laurentin locura ustaši lo constituye la implicación
(que también es sacerdote) de hacer gran- directa de numerosos franciscanos en las
des ganancias con sus publicaciones sobre actividades del régimen. Más allá de cual-
Medjugorje, y llegó a sugerir que el marió- quier duda, es hoy reconocido incluso por
logo había sido seducido por los encantos las autoridades eclesiásticas que un alto nú-
de una de las visionarias. A esta acusación, mero de franciscanos apoyó o participó di-
Laurentin respondió irónicamente: “Parece rectamente en las conversiones masivas de
que prefiero creer en la palabra de [la visio- serbios y en las actividades genocidas del
naria] Ivanka, que es ‘hermosa’, y de [la vi- régimen fascista de Pavelić46. El caso más
sionaria] Vicka, que es ‘encantadora’, que conocido es el de Miroslav Filipović-Mas-
en la del obispo, que no es ninguna de las torović, un joven franciscano, conocido en-
dos cosas”40. tre sus víctimas como Fra Sotona (fray Sa-
tán), que llegó a ser jefe del campo de
Fray Satán y el ‘Estado exterminio de Jasenovac (el más temido de
independiente de Croacia’ todos) durante cuatro meses. Durante el
El actual conflicto eclesiástico de Herzego- tiempo en que Filipović-Mastorović estuvo
vina es, como decíamos anteriormente, a cargo de Jasenovac perecieron en el cam-
consecuencia de una peculiar simbiosis en- po entre 20.000 y 30.000 personas, según
tre los franciscanos y los estratos populares su propia confesión47. Las actividades de
croatas de Bosnia, especialmente en el
mundo rural. Algunos acontecimientos a
que ha dado lugar tal identificación en un 43 Robert J. Donia y John V. A. Fine: Bosnia and
pasado no muy lejano han sido graves, y Herzegovina: A Tradition Betrayed, Columbia University
constituyen un transfondo histórico cuyo serbios (curiosamente, los musulmanes no Press, Nueva York, pág. 139; Milan Bulajić: The Role of
peso se impone a la hora de analizar el sig- fueron en ningún momento objeto de la the Vatican in the Break-Up of the Yugoslav State,
Strućna Knjiga, Belgrado 1994, pág. 92; Crai: Spark
nificado étnico y político de los presentes campaña genocida de los ustaši; más aún, el from Heaven, pág. 141.
acontecimientos. régimen ustaši contaba incluso con un regi- 44 Denitch: Ethnic Nationalism, págs. 11, 12, 30;

Entre 1941 y 1945 Croacia gozó de miento musulmán a su servicio)42. Los di- Tanner: Croatia, págs. 149-152.
45 Jurjevic: Ustasha under the Southern Star, págs.
una independencia tutelada. Fue lo que se rigentes de la Ustaša tenían el plan de con-
15 y 22; Craig: Spark from Heaven, pág. 29; Tanner:
denominó el Estado independendiente de vertir al catolicismo a un tercio de los Croatia, pág. 151.
Croacia. Tal Estado no fue en ningún mo- 46 M. Jurjevic: Ustasha under the Sourthern Star,

mento realmente independiente, sino que págs. 18-20 (Jurjevic cita al cardenal Tisserand, decano
del Sagrado Colegio de Cardenales, quien escribió que
estuvo bajo el permanente control de italia- 41 Stephen Crissold: Croat Separatism: Nationa- los franciscanos de Herzegovina “se han comportado de
lism, Dissidence and Terrorism. Conflict Studies, Institu- un modo atroz… inconcebible”, pág. 23); Craig: Spark
te for the Study of Conflict, Londres 1979, pág. 4. from Heaven, págs. 30-31 (“las pruebas de la implica-
42 M. Jurjevic: Ustasha under the Southern Star, ción de los franciscanos en los crímenes de los ustaπi es-
38 Laurentin: The Apparitions at Medjugorje Pro- tán lamentablemente más allá de ninguna duda”); De-
Australia, folleto de publicación privada, pág. 15; De-
longued, pág. 43; Rooney y Faricy: Medjugorje Journal, nitch: Ethnic Nationalism, pág. 142; Marcus Tanner: nitch: Ethnic Nationalism, pág. 141.
pág. 197. 47 Bulajić: The role of the Vatican, pág. 73; Ed-
Croatia: A Nation Forged in War, Yale University Press,
39 La carta en que aparecen estas palabras aparece mond Paris: Genocide in Satellite Croatia 1941-1945: A
New Haven 1997, pág. 148. Los ustaπi mantenían la
parcialmente reproducida en Sivric: The Hidden Side of teoría de que los musulmanes eran auténticos croatas Record of racial Persecutions and Massacres, The Ameri-
Medjugorje, pág. 135. que, debido a las presiones de la Administración turca, can Institute for Balkan Affairs, Chicago 1961, pág.
40 Citado en Craig: Spark from Heaven, pág. 147. 136-137; Tanner: Croatia, pág. 159.
se habían convertido al islam.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL EN BOSNIA-HERZEGOVINA

que eran objeto los allí internados eran au- que todo el barrio serbio de la localidad. La como si no, en lo que sí parece haber
ténticamente espeluznantes. A algunos in- expedición del HVO responsable de esta acuerdo generalizado es que fue precisa-
ternos les eran arrancados los ojos en vivo, acción fue dirigida, según datos sin confir- mente de la región en que se encuentra
los niños eran lenta y sistemáticamente en- mar, por el historiador de arte Valdo Pame- Medjugorje de donde salieron los peores
venenados, y a veces los guardias, como letto51, y partió de Medjugorje, que duran- criminales de guerra y donde se cometie-
sanguinaria diversión, abrían el pecho a al- te la reciente guerra se convirtió en centro ron algunos de los crímenes más inhuma-
guien en vivo para arrancarle el corazón la- de operaciones de limpieza étnica52. nos. Michael Sells, reconocido experto en
tiente48. Michael Jones, escritor, editor jefe de la la historia y política actual de los Balcanes,
revista Fidelity y fanático activista anti- en su obra The Bridge Betrayed: Religion
Los monjes asesinados por segunda vez Medjugorje, en su reciente libro The Med- and Genocide in Bosnia señala que Herze-
y el fantasma de Surmanci jugorje Deception: Queen of Peace, Ethnic govina “fue el lugar donde se cometieron
En 1941 tuvo lugar una espantosa masacre Cleansing, Ruined Lives (1998), así como en las peores atrocidades de la Segunda Gue-
en la población de Surmanci, cercana a una serie de artículos anteriores, ha rra Mundial, con horripilantes asesinatos
Medjugorje. Cientos de serbios, todos ellos propuesto la tesis de que las visiones de de serbios cometidos por los católicos
ancianos, mujeres y niños, fueron conduci- Medjugorje constituyen un fenómeno “fan- ustaši en la misma localidad de Medjugor-
dos a los alrededores de dicha población, tasmagórico.” Para Jones, el “fantasma” de je”54. Quienes llevaban a cabo tales actos,
asesinados en masa y después arrojados Medjugorje no tiene realidad ontológica, si- tanto dentro como fuera de los campos de
desde lo alto de un enorme precipicio. Para no puramente psíquica. Es decir, se trataría concentración, frecuentemente se hacían
asegurarse de que habían muerto todos, los de un proceso mental indefinido por el que fotografiar mientras los realizaban para, de
ustaši lanzaron granadas de mano sobre las toda una comunidad proyecta su culpa por ese modo, acumular méritos. Las estreme-
víctimas yacientes en el fondo del abismo. un terrible crimen cometido en el pasado cedoras fotografías que nos han quedado
En su obra Genocide in Satellite Croatia: (la matanza de Surmanci en este caso) en constituyen para la posteridad la prueba
1941-1945 (1961), Edmond Paris ofrece busca de expiación. En palabras de Jones: más sólida e irrefutable de la locura
incluso la lista de nombres de quienes co- “Lo que los ‘videntes’ vieron [ven?] es un fan- ustaši55.
metieron este espantoso crimen, añadiendo tasma. Los fantasmas […] son un fenómeno psicoló- Es necesario señalar que los francisca-
al final de la misma los nombres de dos sa- gico […] responden a una función de la mente que nos que participaron en esos crímenes no
cerdotes católicos: Ilija Tomas y Marko los visualiza […]. Como los monstruos en la ficción representan la posición de todo el clero
de terror, los fantasmas constituyen una re-presenta-
Zovko49. croata en aquel momento. Hubo dos posi-
ción de lo reprimido. Tanto el fantasma de Banquo
Tito, ansioso de borrar recuerdos que como el del padre de Hamlet plantean la necesidad cionamientos diferentes, uno de débil y an-
pudieran dividir a la nueva Yugoslavia, hizo de hacer justicia por un mal cometido en el pasado. gustiada resistencia al genocidio, represen-
cubrir el lugar con una capa de cemento. Son una indicación de que un acontecimiento del tado por Aloizije Stepinac, arzobispo
En 1991, prácticamente el día en que se pasado no ha logrado darse por terminado y olvida- primado de Croacia, y la mayoría de los
cumplían los 40 años exactos de aquel ase- do. Como resultado de la represión, el fantasma se obispos, y el otro de activo apoyo y partici-
presenta en momentos normalmente asociados de al-
sinato masivo y 11 años de la muerte de gún modo con un aniversario del acontecimiento
pación en el mismo, representado por un
Tito, una expedición ortodoxa serbia rea- que hay que reprimir”53. sector del bajo clero. Hasta 500 sacerdotes
brió la fosa para dar un entierro digno a los se calcula que acompañaron a ustaši y nazis
restos de las víctimas. Para conmemorar el Según Jones, el levantamiento de la ca- en su retirada tras la caída del régimen.
acto, se erigió una placa en el cercano mo- pa de cemento que cubría la tumba masiva Muchos de ellos, incluido el arzobispo
nasterio ortodoxo de la población de Žito- de Surmanci representó, de modo físico, la Sarić, encontraron refugio en España, que
mislići, cuyos monjes habían sido enterra- liberación de la represión con que se había se terminó convirtiendo en centro de ope-
dos vivos como parte de aquella misma bloqueado aquel acontecimiento en la me- raciones del movimiento ustaši. En Madrid
operación genocida50. moria de quienes se sentían culpables por se publicaba Obrana, el órgano informati-
Las visiones de Medjugorje comenza- él. Tanto si la hipótesis de Jones es correcta vo de la organización Ustaša. Y en una clí-
ron a los pocos días de la apertura de la fo- nica de Madrid murió en 1959 Ante
sa de Surmanci que, curiosamente, se en- Pavelić, el poglavnik (caudillo), habiendo
cuentra situada en la falda opuesta de la recibido la bendición papal56.
51 Fuente confidencial.
montaña misma de las apariciones. En 52 Fuente confidencial (eclesiástica). Durante mi
1993, los monjes del monasterio de Žito- visita a Žitomislići en diciembre de 1997 fotografié per- Los pastorcillos mentirosos
mislići, los mismos que presidieron y con- sonalmente la zona serbia de la población, que había si- El folclore que rodea a las apariciones de la
memoraron la apertura de la fosa, fueron do completamente arrasada, incluido su hermoso mo- Virgen contiene como elemento típico el
nasterio en lo alto de una colina. Tan sólo quedaban
asesinados y, como pude comprobar perso- edificios y vehículos quemados y ametrallados que ha-
nalmente, su monasterio arrasado, al igual bían sido abandonados en lo que obviamente debieron
ser momentos de pánico. Nadie vivía allí ya y la maleza
54 Michael Sells: The Bridge Betrayed, 1996, pág.
cubría las calles dificultando el paso.
53 Michael Jones: ‘The Ghosts of Surmanci: Que- 99. Michael Sells también reflejaba en su obra una suge-
48 Denitch: Ethnic nationalism, pág. 30, 130, 139; rencia muy similar a las de Michael Jones: “Quienes in-
en of Peace, Ethnic Cleansing, Ruined Lives’, en Cultu-
Sells: The Bridge Betrayed, pág. 99; Crissold: Croat Sepa- re Wars, febrero 1998, vol. 17, núm. 3, pág. 23. Véase terpretan las visiones desde un punto de vista psicológi-
ratism, pág. 4; Craig: Spark from Heaven, pág. 29; Ni- también del mismo autor: The Medjugorje Deception: co sugieren que la vision de la Virgen pidiendo paz
cholas Perry y Loreto Echeverría: Under the Heel of Queen of Peace, Ethnic Cleansing, Ruined Lives. Fidelity constituye un retorno de recuerdos que habían sido re-
Mary Routledge, Nueva York 1988, págs. 88-126. Press, South Bend 1998, pág 3, 353-354. El libro de primidos”. Sells: The Bridge Betrayed, pág. 99. Véase
49 Edmond Paris: Genocide in Satellite Croatia, también Mojzes: The Yugoslav Inferno, pág. 32.
Michael Jones ha de ser leído con mucha cautela. Algu-
pág. 103. El libro de E. Paris había sido originariamente 55 En las obras de Paris (op. cit.) y Jurjevic (op. cit.)
nas de las afirmaciones que hace con respecto a la vida
publicado en francés. personal Fr.Phillip Pavic (uno de los franciscanos de aparecen reproducidas algunas de estas fotografías.
50 Mary Craig: Spark from Heaven, págs. 31, 81, 56 Jurjevic: Ustasha under the Southern Star, págs.
Medjugorje), han sido denunciadas como gravemente
193. calumniosas. 25-27.

50 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


JUAN A. HERRERO BRASAS

de los pastorcillos inocentes y generalmen- tal señal se produjera, la descripción de la Lo que estas cuestionables actividades
te analfabetos que son testigos únicos de la misma permanecería en un sobre sellado de los videntes ponen de manifiesto es un
aparición y transmisores de sus mensajes. en el obispado de Mostar, y de ella guarda- dudoso carácter moral, algo que, a los ojos
También los propagandistas del movimien- rían otra copia tan sólo los videntes. Éstos, de muchos creyentes, hace la autenticidad
to visionario de Medjugorje, y los visiona- sin embargo, rechazaron la petición del de las apariciones cuando menos improba-
rios mismos, han intentado colorear la obispo bajo excusa de que la Virgen les ha- ble. No es posible aquí entrar en todas las
narrativa de los acontecimientos (particu- bía dicho que no se podía escribir nada so- controversias concretas en que se han visto
larmente de los momentos iniciales) para bre la señal. involucrados de modo casi permanente los
adaptarla al patrón tradicional de este tipo Iván, sin embargo, no se encontraba en videntes de Medjugorje. Baste señalar que
de eventos. Así, según la versión oficial, esos momentos en Medjugorje, sino en el la primera comisión episcopal, disuelta
que es la primera –y falsa– que dieron los seminario menor de los franciscanos en Vi- prematuramente a mediados de los años
niños al ser entrevistados, la primera apari- soko, donde, según la teoría de Žanić, no le ochenta tras pronunciarse negativamente
ción se produjo cuando dos de ellos (Mir- llegó “a tiempo” la noticia del acuerdo de en cuanto a la autenticidad de las aparicio-
jana e Ivanka) iban de camino a recoger las sus compañeros de negarse a describir el nes, detectó 13 casos en los que al parecer
ovejas57. Más tarde se vieron obligados a signo por escrito. Iván accedió a escribir lo los videntes habían mentido de uno modo
reconocer que habían ido a fumar. Pese a que se le pedía, lo fechó, firmó e introdujo consciente y premeditado 63. El obispo
ello, volvieron a repetir la misma versión, en un sobre que fue sellado. Años después, Žanić, con su característico dramatismo, ha
esta vez bajo juramento y ante el obispo, Laurentin hizo público que Iván le había afirmado en un documento oficial que “pa-
tan sólo para verse obligados nuevamente confesado que en realidad no escribió na- ra una breve descripción de las falsedades
a retractarse ante la dura corrección del da. Como consecuencia de tal informa- en torno a Medjugorje se necesitarían 200
coadjutor de la parroquia, allí presente58. ción, tres miembros de la comisión episco- páginas”64.
Ha habido repetidas sugerencias de que pal se personaron en el domicilio del
en realidad lo que estaban fumando las dos vidente para preguntarle si eran verdad las La Virgen… y Miss Massachusetts
adolescentes durante aquel paseo era ma- afirmaciones de Laurentin. Iván respondió Al comienzo de las apariciones la mayoría
rihuana59. Mirjana, una chica de ciudad con afirmativamente y, desafiante, les dijo que de los visionarios manifestaron su propósi-
una exuberante melena de rubio teñido, vi- podían abrir el sobre de Visoko si querían, to de dedicarse a la vida religiosa o al sa-
vía habitualmente en Sarajevo, pero pasaba que lo único que encontrarían era un papel cerdocio65. Es lo que habían hecho las vi-
periodos de vacaciones en la aldea de Med- en blanco. Cuando el sobre fue abierto en dentes de Lourdes y Fátima. A los ojos de
jugorje con familiares. Su mismo estilo ya el obispado, ante todos los miembros de la los fieles, aquello parecía lo natural en
era motivo de desconfianza para los lugare- comisión, se comprobó que el documento unas personas que decían mantener en-
ños, que la acusaban (no se sabe si con o sin contenía la descripción del signo (“habrá cuentros diarios con la Virgen. También,
razón) de usar drogas y de pasárselas a otros un gran santuario en Medjugorje en honor en los años iniciales de las apariciones, los
jóvenes del pueblo. La acusación fue es- a mis apariciones… aparecerá en junio”). principales promotores y propagandistas
pecialmente sonora –hasta los franciscanos Iván había mentido61. de Medjugorje sostuvieron insistentemen-
se hicieron eco de ella– cuando se supo que Vicka Ivanković, la más afable y dada a te en sus publicaciones que una prueba
se le aparecía la Virgen. La vidente rechazó las relaciones públicas del grupo de los vi- decisiva a favor de la autenticidad de las
en todo momento tal acusación60. dentes, también ha sido el centro de amar- apariciones lo constituía el hecho de que
A aquella primera mentira, que podría- gas polémicas. En dos ocasiones al menos ni los videntes ni los franciscanos que les
mos calificar de defensiva, siguieron otras ha sido acusada, por Žanić y por el actual apoyaban se movían por intereses materia-
más serias. Una de ellas, frecuentemente ci- obispo de Mostar, de mentir. Žanić acusó a les; ni unos ni otros aceptaban donaciones
tada por los críticos de Medjugorje, tuvo Vicka de mentir en relación a la existencia ni pretendían enriquecerse a costa de los
como protagonista a Iván Dragicević, el de un diario personal sobre las apariciones peregrinos66.
más reservado y distante de los visionarios. en el que estaban reflejados una serie de Si de algo no hay duda en estos mo-
En 1982, el obispo Žanić pidió a los viden- mensajes hostiles de la Virgen hacia el obis- mentos es que tanto los visionarios como
tes que escribieran una descripción del po. La cuestión del diario se convirtió en los franciscanos han sacado provecho eco-
gran signo visible que, según ellos, la Vir- una obsesión para el obispo, llevándole a nómico de las apariciones. En este sentido,
gen había prometido que aparecería en duros enfrentamientos personales con los la vida de los visionarios de Medjugorje se
Medjugorje para que todos creyeran en la franciscanos y con la vidente. A fin cuen- parece muy poco a la de los de Lourdes o
autenticidad de las apariciones. Hasta que tas, al parecer el diario existía, como se de- Fátima, por mencionar los casos más cono-
duce de algunas referencias al mismo que, cidos. Iván, por ejemplo, que solía ser el
descuidadamente, hizo la joven en otros es- más retraído de los videntes, ahora está ca-
57 Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 220. critos62. sado con Laureen Murphy, una belleza
58 Pavao Žanić: The Truth about Medjugorje, pu-

blicación de la Cancillería del obispado de Mostar, 18


de enero de 1990, pág. 3; Craig: Spark from Heaven,
págs. 14, 121, 148; Kraljević: The Apparitions of Our 61 Véase Žanić: “The Truth About Medjugorje”, 63 Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 14.
Lady, 35. pág. 9; Siviric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 75; 64 P. Žanić: “The Truth about Medjugorje”,
59 Michael Jones: ‘The Ghosts of Surmanci: Que- Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. 15; Craig: pág. 1.
en of Peace, Ethnic Cleansing, Ruined Lives’, Culture Spark from Heaven, pág. 153. Žanić mantiene la teoría 65 Laurentin: Is the Virgin Mary Appearing…,
Wars. Febrero de 1998, vol. 17, núm. 3, pág. 21. de que Fr. Slavko Barbarić, director espiritual de los vi- pág. 59.
60 Sivric: The Hidden Side, págs. 264, 270; Craig dentes, les dio instrucciones a todos ellos, incluido Iván, 66 Rooney y Faricy: Medjugorje Journal, págs. 124-
cita a Fr. Zrinko, coadjutor de la parroquia de San Jai- de que firmasen una declaración en la que se afirmaba 125; Sivric: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 86;
me (iglesia parroquial de Medjugorje): “Hemos oído que Iván no había revelado el signo. Véase Žanić: “The Craig: Spark from Heaven, págs. 87, 182; Kraljević: The
que la chica de Sarajevo trajo drogas al pueblo”. Craig: Truth About Medjugorje”, pág. 9. Aparitions of Our Lady, págs. 75, 191; Laurentin: Is the
Spark from Heaven, págs. 38, 40, 42. 62 Žanić: “The Truth About Medjugorje”, pág. 7. Virgin Mary Appearing…, pág. 40.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
51
LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL EN BOSNIA-HERZEGOVINA

norteamericana que ha conseguido ni más primeros momentos, los videntes fueron visuales, ni auditivas, ni paroxisticas), ni
ni menos que dos veces el título de Miss objeto de observación por parte de médi- presentaban signos de histeria colectiva,
Massachusetts. cos y psiquiatras del sistema de sanidad neurosis, catalepsia ni de otra patología co-
Pese a que ahora vive en Boston, Iván pública de la antigua Yugoslavia, quienes nocida75.
sigue teniendo sus encuentros diarios con no encontraron signos de patología72. En Llamó mucho la atención a los inves-
la Virgen, que tan sólo se vieron interrum- 1984 se trasladó a Medjugorje un equipo tigadores la extraordinaria sincronicidad
pidos durante su tiempo de servicio mili- de cardiólogos, neurofisiólogos y psiquia- con que comenzaban y terminaban los éx-
tar en la antigua Yugoslavia67. Este visio- tras de la Universidad de Montpellier, lle- tasis y, claro está, las idénticas versiones
nario se dedica a hacer giras por Estados vando consigo los aparatos necesarios para que daban de las conversaciones manteni-
Unidos y por otros países para dar testi- efectuar diversas pruebas. Las pruebas y das con la aparición, de su apariencia físi-
monio de su experiencia a los seguidores observaciones se llevaron a cabo a lo largo ca, etcétera. La observación que produjo
de Medjugorje. En estos multitudinarios de octubre y noviembre de ese año con el mayor perplejidad fue la total pérdida de
encuentros (que a veces llegan a reunir a consentimiento de los videntes, quienes sensibilidad por parte de los videntes du-
miles de personas) se hacen colectas en las insistieron en obtener primeramente per- rante el tiempo que duraba el éxtasis,
que se recogen importantes cantidades de miso de la Virgen (inicialmente denegado mostrando una total falta de reacción ante
dinero que es administrado por los fran- pero después concedido: “Que lo hagan; pinchazos con agujas, pellizcos, pequeñas
ciscanos. Por su parte, Iván y los otros vi- no van a encontrar nada”)73. quemaduras y amenazas visuales. Ni si-
sionarios que asisten a estos actos aceptan Las observaciones fisiológicas del equi- quiera una bombilla de 100 vatios coloca-
donativos. En sus visitas a Medjugorje, po de la Universidad de Montpellier se da en frente de los ojos de uno de los vi-
Iván no ve problema alguno en aparecer centraron en la función cerebral, función dentes producía reacción ocular alguna ni
ante los peregrinos vestido con trajes caros ocular (motor y refleja), función cardiaca, movimiento del párpado. Y la misma falta
y conduciendo un BMW último mode- función auditiva y fonación. Se realizaron de reacción se observó incluso al tocar la
lo68. Todo ello resulta aún más sorpren- numerosos encefalogramas, electrocardio- córnea con un estesiómetro (un aparato
dente si se tiene en cuenta que, tras su gramas y electrooculogramas a cuatro de que permite controlar la intensidad del es-
fracaso en el seminario de Visoko, a la los visionarios durante los periodos de éx- tímulo). El equipo de Montpellier con-
pregunta de qué pensaba hacer en la vida, tasis y los periodos anteriores al éxtasis. cluía: “La conducta de estos jóvenes es en
Iván insistía en que la Virgen tenía “un También se llevaron a cabo detalladas ob- todos los casos no-patológica […] los éx-
plan” para él69. servaciones de su conducta durante los éx- tasis no son patológicos ni hay en ellos
En definitiva, el estilo de vida de los tasis, y se les sometió a pruebas psiquiátri- elemento alguno de fingimiento. No pare-
videntes ha despertado fuertes suspicacias, cas y analisis de personalidad. Con sus ce que ninguna disciplina científica sea ca-
como lo demuestran las sorprendentes observaciones, el equipo de Montpellier paz de describir estos fenómenos”76. Más
declaraciones hechas por un religioso no trataba de responder a dos preguntas: ¿cuál recientes estudios, realizados en 1997 en
croata residente en Medjugorje a una pu- es el estado de salud física y mental de los Milán, han venido a confirmar las conclu-
blicación militar norteamericana: “Los vi- videntes durante su vida normal? y ¿qué siones de Joyeux y sus colaboradores en
sionarios se meten mucho dinero en el cambios físicos se constatan durante los 198477.
bolsillo. La gente les da de un modo periodos de éxtasis? Para cualquiera que esté familiarizado
increíble. Es como una secta. Son como Los resultados de las pruebas, difundi- con las narrativas de los principales casos
los pequeños líderes de una secta […] Y dos para el gran público por la revista Paris de visiones marianas en tiempos moder-
cómo se están forrando, ¡ya lo creo que se Match en su numero de junio de 1985, nos, las observaciones llevadas a cabo en el
están forrando! Son videntes profesionales fueron publicados en forma de libro bajo caso de Medjugorje no presentan nada
que viven de las ganancias”70. Este religio- el título Scientific and Medical Studies on nuevo. Similares descripciones en cuanto a
so, en tono decepcionado, concluía: “Ten- the Apparitions at Medjugorje (1985)74. Ta- la total pérdida de sensibilidad durante el
go mis serias reservas sobre la autenticidad les resultados confirmaban la normalidad éxtasis, y a la sincronicidad de los mismos
de estas apariciones”71. de los jóvenes visionarios y disipaban cual- cuando se trata de varios videntes, nos han
quier duda sobre su salud física o mental. quedado de los casos de Lourdes y Fátima,
La ciencia ‘no’ se pronuncia Al mismo tiempo, las conclusiones del por citar los más conocidos78. En cual-
Los resultados de diversos estudios médi- equipo de científicos de Montpellier con- quier caso, la certificación científica del
cos y científicos a que han sido sometidos tribuyeron a aumentar el enigma en torno fenómeno, al descartar la patología y el
los visionarios se han convertido en uno a los éxtasis, al afirmar que los videntes fraude, se ha convertido en un poderoso
de los argumentos que más frecuentemen- (que también fueron sometidos al detector argumento para la promoción del movi-
te esgrimen los partidarios del movimien- de mentiras Diplomat One 1010 con re- miento visionario de Medjugorje. Lauren-
to visionario de Medjugorje. Ya desde los sultados negativos) no eran vícitimas de
alucinaciones, según definición clínica (ni
75 Laurentin y Joyeux: Scientific and Medical Stu-
67 Laurentin: The Apparitions at Medjugorje Pro- dies, pág. 53. Véase también Craig: Spark from Heaven,
longued, pág. 14. págs. 131-142.
68 Michael Jones: The Ghosts of Surmanci (op. cit.), 72 Michael O’Carroll: Medjugorje: Documents, 76 Laurentin y Joyeux: Scientific and Medical Stu-

pág. 19, e información de fuente confidencial (Medju- Facts, págs. 58-60; R. Laurentin y Henri Joyeux: Scien- dies, pág. 75.
gorje). tific and Medical Studies on the Medjugorje Apparitions. 77 Fuente confidencial, Medjugorje.
69 Lucy Rooney y R. Faricy: Medjugorje Journal Veritas, Dublín 1985, págs. 11-18. 78 Trochu, Abbé Francois: Saint Bernardette Sou-

(op. cit.), pág. 55. 73 Craig: Spark from Heaven, pág. 136. birous 1844-1879, Rockford, Tan Books 1985, págs.
70 Bill Sammon: ‘A Holy Site’s Flake Dimension’, 74 R. Laurentin y Henri Joyeux: Scientific and Me- 69-70; 172-173; Ashton, Joan: Mother of All Nations,
Stars and Stripes (Sarajevo), 23 de febrero de 1997. dical Studies on the Apparitions at Medjugorje. Veritas, San Francisco, Harper & Row, San Francisco 1989,
71 Ibíd. Dublín 1985. págs. 194-195.

52 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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JUAN A. HERRERO BRASAS

tin, por ejemplo, utiliza estas conclusiones nio bajo apariencia engañosa83. Otro fran- También ha sido causa de especulación el
científicas como argumento definitivo a fa- ciscano, fray Tomislav Pervan (posterior- solemne anuncio hecho por la Virgen, se-
vor de la autenticidad de las apariciones. mente nombrado superior provincial de gún los videntes, de que ésta es su última
El obispo Žanić, por su parte, en su Herzegovina), grita furiosamente en una de aparición en la Tierra, descalificando así
frenética oposición a Medjugorje, no ve las primeras entrevistas que los niños están como falsas, por tanto, futuras apariciones
prueba alguna de autenticidad en los men- poseídos por el demonio y llega a proponer que puedan tener lugar91.
cionados estudios: “Tarde o temprano, to- que se les someta a un exorcismo84. Cuando Bernardette Soubirous fue in-
do el montaje de las apariciones se va a Craig menciona cómo la noche antes terrogada para determinar si la visión de
venir abajo, y entonces sus preciosos ence- del comienzo de las apariciones una tor- Lourdes era de origen satánico, las pre-
falogramas y cardiogramas y todos sus apa- menta de inusual violencia sacudió la po- guntas se centraron en si la joven veía los
ratos científicos se los tragará la tierra sin blación de Medjugorje, hasta tal punto que pies de la Virgen, pues la convención tra-
dejar rastro”79. La oposición de Žanić al las viejas del pueblo salieron a rociar las ca- dicional es que los pies son la única parte
movimiento visionario de Medjugorje es lles con agua bendita y a rezar85. Los luga- que el demonio no puede disfrazar en sus
tan radical que, si bien en un principio reños de Herzegovina manufacturan agua apariciones. En el caso de Medjugorje, cu-
deshechó las apariciones como un caso de bendita a base de mezclar con agua común riosamente, hay completo acuerdo entre
“alucinación colectiva”80, después cambió sal que ha sido bendecida86. Y fue este mis- los visionarios en que los pies de la Virgen
de opinión afirmando que incluso “la pala- mo agua bendita la que, imitando el acto siempre están cubiertos por una nube92.
bra alucinación es demasiado positiva” pa- de Bernardette Soubirous, a los pocos días El objeto de las visiones de carácter diabó-
ra lo que ocurre durante las apariciones. del comienzo de las apariciones los viden- lico es, según la teología tradicional, gene-
“Hay testigos que afirman que allí no hay tes rociaron sobre la visión, al tiempo que rar confusión, escándalo, decepción y di-
éxtasis ni alucinaciones, sino simplemente la increpaban a que desapareciera si era de visión entre los creyentes93. Precisamente
pura comedia. Por tanto, declaro que la origen satánico87. Los teólogos especializa- la posibilidad de que tal cosa ocurriera es
palabra ‘alucinación’ constituye una des- dos en estas cuestiones, sin embargo, seña- lo que obsesionaba a Žanić en su lucha
cripción demasiado generosa para seme- lan que el agua bendita no es suficiente pa- contra el movimiento de Medjugorje94. El
jante teatro”81. En lo que parece haber si- ra ahuyentar una aparición satánica, ni el si en un plano teológico o de fe Medju-
do un extremo de dramatismo, Mary agua bendita manufacturada se puede con- gorje es, ha sido o será motivo de escánda-
Craig, directora de un documental sobre siderar agua bendita propiamente dicha88. lo y decepción es un asunto a dilucidar
Medjugorje para la BBC y autora de un li- Vittorio Guerrera, sacerdote norteame- para teólogos y eclesiásticos. Desde el
bro sobre el mismo tema, cita las siguientes ricano autor de una punzante crítica al mo- punto de vista de las ciencias sociales, lo
palabras del obispo: “Uno de los dos tiene vimiento visionario de Medjugorje, y uno que interesa saber es el efecto que las visio-
que morir, Medjugorje o yo”82. de los proponentes de la hipótesis satánica, nes han tenido en el medio sociopolítico
Otros clérigos y teólogos opuestos a señala que no hay contradicción alguna en- de esa región.
Medjugorje, incluido el actual obispo de tre el hecho de que la visión sea de origen Y es en tal sentido en el que es impor-
Mostar, sin embargo, no ponen en duda la demoniaco y que al mismo tiempo invite a tante analizar de qué modo la disputa ecle-
validez de las observaciones científicas lle- la oración y a las prácticas evangélicas: siástica entre los franciscanos y el obispo y
vadas a cabo. Como única alternativa teo- “El demonio se puede transfigurar en ángel de la controversia teológica sobre la naturaleza
lógica, éstos contemplan la posibilidad de luz […] Si se va a aparecer como si fuera Jesucristo y origen de las visiones son datos que con-
que los acontecimientos sean de origen sa- o la Virgen, como es normal, va a invitar a que se tribuyen a radicalizar posturas en la ya ten-
tánico, hipótesis ésta que, aunque había realicen ciertas prácticas piadosas. Es inconcebible sa situación de Bosnia-Herzegovina.
que el demonio se aparezca como si fuera la Virgen
sido propuesta por algunos desde el co-
sin mencionar el rosario. Al demonio no le impor-
mienzo de las apariciones, nunca hasta re- ta conceder un poco si sabe que va a ganar mucho Implicaciones etnopolíticas
cientemente había sido tomada realmente más”89. de las visiones
en serio. Dado el fervor nacionalista croata y la ínti-
Otros han llamado la atención sobre el ma asociación entre identidad étnica y reli-
El demonio travesti hecho de que los niños describieron inicial- gión, no es difícil de imaginar las repercu-
La posibilidad de que las apariciones fue- mente la apariencia física de la visión como siones de todo tipo que en tal contexto
ran de origen demoniaco fue planteada por “bella como una actriz”90, señalando que
los mismos franciscanos de Medjugorje en lo que generalmente se asocia con actores y
los momentos iniciales del evento. En las actrices es artificialidad y fingimiento.
91 Kraljević: The Apparitions of Our Lady, pág.
grabaciones originales de las primeras en-
133; Sivrić: The Hidden Side of Medjugorje, pág. 108;
trevistas con los videntes, Jozo Zovko, pá- Craig: Spark from Heaven, pág. 9; Sandra Zimdars-
rroco de Medjugorje, sugiere repetidamen- Swartz: Encountering Mary, Princeton University Press,
83 Véanse las transcripciones de las entrevistas en Nueva York 1991, pág. 238; Guerrera: Medjugorje: A
te, e incluso afirma drásticamente en un
Sivrić: The Hidden Face of Medjugorje, págs. 288, 289, Closer Look, pág. 9.
determinado momento, que los niños no 303, y especialmente 329. 92 De mi entrevista personal con el vidente Jakov
están viendo a Gospa sino al mismo demo- 84 Craig: Spark from Heaven, pág. 49. čolo, Medjugorje 18 de diciembre de 1997. Véase tam-
85 Craig: Spark from Heaven, pág. 13. bién Kralijević: The Apparitions of Our Lady, pág. 57;
86 O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts, pág. Sivrić: The Hidden Side of Medjugorje, págs. 223, 238,
31. 253, 273, 275; Perry y Echeverría: Under the Hell of
79 Citado en Craig: Spark from Heaven, pág. 145. 87 Kraljević: The Apparitions of Our Lady at Med- Mary, pág. 304.
80 jugorje, pág. 16; Craig: Spark from Heaven, pág. 16. 93 Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. XIX.
Citado en O’Carroll: Medjugorje: Facts, Docu-
88 Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. 72. 94 O’Carroll: Medjugorje: Documents, Facts, pág.
ments, págs. 79-80, 102; Žanić: The Truth About Med-
jugorje. 89 Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. 72. 87; Žanić: “The Truth About Medjugroje,” pág.14; en-
81 Citado en Craig: Spark from Heaven, pág. 145. 90 Véase transcripción de la entrevista en Sivric: trevista personal con Mons. P. Žanić, Kastel Novi
82 Craig: Spark from Heaven, pág. 171. The Hidden Side of Medjugorje, pág. 213. (Croacia), 17 de diciembre de 1997.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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53
LA POLÍTICA DE LO SOBRENATURAL EN BOSNIA-HERZEGOVINA

puede tener la idea de una supuesta inter- que se dedicaban a aterrorizar a musulma- croata! ¡Gospa llama a sus gentes para que
vención sobrenatural. Croacia y Eslovenia, nes, serbios y a cualquier croata que se les tomen las espadas, se pongan los unifor-
las dos repúblicas católicas, declararon su opusiera”99. De hecho, el HVO lanzó la mes y pongan freno al poder de
independencia de modo simultáneo y uni- advertencia de que se volarían las casas de Satán!”105. Rubin cita la queja de Zovko
lateral el 25 de junio de 1991, día en que quienes dieran alojamiento a refugiados de que “mientras los serbios ocupan una
se celebraba el décimo aniversario del co- musulmanes en la “ciudad santa”100. tercera parte de Croacia, los países occi-
mienzo de las apariciones de Medjugorje95. dentales esperan que nosotros hablemos
Reconocidos expertos en la guerra de los Mafiosos, bandidos, y peregrinos de paz”106. De hecho, cuando, en mitad
Balcanes ven como inevitable la asociación Durante la guerra, Medjugorje se convirtió del conflicto bélico, los mediadores de la
entre las apariciones y el comienzo del pro- en un auténtico centro de operaciones mi- Unión Europea intentaron reconciliar a
ceso bélico. En palabras de Sells: litares, con las tropas croatas del HVO y las las poblaciones católica y musulmana de
“En cuanto las visiones de Medjugorje empeza- españolas de la ONU allí estacionadas. Mostar, chocaron con la oposición de fray
ron a adquirir reconocimiento fueron ‘nacionaliza- Durante esos años floreció en la “ciudad Tomislav Pervan, superior provincial de
das’ por los políticos croatas. Por ejemplo, la inde- santa” una economía de mercado negro en los 250 franciscanos del área de Mostar,
pendencia de Croacia se proclamó el 25 de junio de la que “los bazares para turistas fueron así como de otros clérigos107.
1991 –el décimo aniversario de las apariciones–. Los
reemplazados por un mercado de armas, Si bien no hay pruebas fehacientes de
franciscanos de Medjugorje estaban a favor de que se
asociara a la Virgen con el Estado croata indepen- drogas, alcohol y tabaco, así como coches una participación activa de los francisca-
diente y se sentían orgullosos de ello”96. robados procedentes de Italia, Alemania y nos en el conflicto bélico, rumores no fal-
Suiza”101. tan al respecto. Paul Mojzes, duramente
Medjugorje no fue en ningún mo- Elizabeth Rubin, cuyas observaciones crítico con el papel de la Iglesia en la ges-
mento símbolo de reconciliación durante en Medjugorje durante la guerra se plasma- tación del conflicto, menciona a “un fran-
la guerra, llegando a representar, si acaso, ron en un punzante artículo en la presti- ciscano que, blandiendo un arma, acom-
lo contrario: un símbolo del extremismo giosa revista norteamericana Harpers pañaba a las tropas croatas en la batalla”, y
nacionalista croata. Ya desde el comienzo Magazine102, describía la ciudad de las apa- cita como fuente de esta información una
de las visiones, las autoridades de la anti- riciones como “un lugar de encuentro para entrevista con el cardenal Kuharic y apare-
gua Yugoslavia habían tenido muy presen- políticos, soldados y criminales de guerra”, cida en la revista Damas. Mojzes también
te la asociación entre religión y nacionalis- y cita a Franco Tujman, presidente de afirma que “muchos [mi énfasis] sacerdotes
mo. De hecho, como veíamos al comienzo Croacia, durante su visita a Medjugorje en y seminaristas han [énfasis del autor] par-
del artículo, una de las primeras acusacio- 1993 con motivo de las negociaciones de ticipado en algunas de las batallas”108.
nes, si bien infundada, que se lanzó contra paz, quien manifestó que la aparición de la Sells ve una vez más la asociación entre
los visionarios y el clero fue que el asunto Virgen en 1981 “presagió y puso en mar- franciscanos y nacionalismo en el hecho de
de las visiones no era más que parte de cha el nuevo despertar de la nación que fuera en Grude, ciudad en que “los
una conspiración para restaurar el régimen croata”103. Rubin comprobó que la gente franciscanos son especialmente prominen-
ustaši Las autoridades comunistas creyeron del entorno estaba convencida de que las tes”, donde se proclamó la (no reconocida)
ver sus temores confirmados cuando se apariciones de la Virgen en Medjugorje re- república de Herzeg-Bosna. Medjugorje
encontró a un grupo de niños cantando velaban un designio divino de que, como alienta las aspiraciones croatas de anexión
himnos ustaši en su camino de vuelta de en un remoto pasado (y durante la Segun- (pues Gospa quiere que esta región sea croata
la montaña de las apariciones97. Ensegui- da Guerra Mundial), Bosnia fuera parte de una vez más) y alimenta al mismo tiempo
da apareció un cómic en un periódico de una Croacia independiente: “En el pasado el deseo de unión con Croacia existente en
distribución nacional en que se veía la esta región fue croata, y ahora lo será de Herzegovina (de hecho, en la actualidad
Virgen con un puñal en la mano y la ins- nuevo. Gospa así lo ha querido”104. Herzegovina funciona administrativamen-
cripción “Nuestra Señora de los ustaši ”98. Tampoco el papel de los franciscanos te y a efectos prácticos como una región
Sells menciona cómo durante la guerra en durante la reciente guerra deja de ser som- más de Croacia)109. En cualquier caso, la
las tiendas de souvenirs de Medjugorje es- brío. Algunos de ellos conceptualizaron conjunción de intereses económicos y polí-
taban a la venta swástikas, cruces de Malta claramente a Gospa como líder y símbolo ticos en torno a las apariciones de Medju-
y otros símbolos nazis junto a las estatui- de la causa croata, identificando al mismo gorje puede convertirse, sin duda, en un
llas de la Virgen. Este autor añade que la tiempo al enemigo con Satán. Zovko, pá- elemento de peso en el delicado equilibrio
ciudad se convirtió en un “importante rroco de Medjugorje en los primeros tiem- etnopolítico de Bosnia. Se estima que las
centro de reunión de gánsteres y trafican- pos de las apariciones, no dudó en utilizar inversiones hechas en Medjugorje hasta el
tes de armas de la mafia de Herzegovina, el púlpito durante la guerra para incitar a
la acción militar en el nombre de la Vir-
gen: “Gospa”, gritaba, “¡protege a la iglesia 105 Citado en Rubin: “Souvenir Miracles”, pág.
67.
95 Aunque la primera visión, de carácter breve y si- 106 Citado en Rubin: “Souvenir Miracles”, pág.
lencioso, tuvo lugar un 24 de junio, posteriormente la 68.
aparición dijo a los videntes que era su deseo que se cele- 99 Sells: The Bridge Betrayed, pág. 107; Vulliamy, 107 Sells: The Bridge Betrayed, pág. 106.
braran los aniversarios del comienzo de las apariciones el Seasons in Hell, pág. 260. 108Paul Mojzes: Yugoslavian Inferno, pág. 131.
25 de junio. Véase Kraljević: The Apparitions of Our 100 Sells: The Bridge Betrayed, pág. 107. Mojzes no menciona fuente alguna para esta grave acu-
Lady, pág. 14; Laurentin: The Apparitions at Medjugorje 101 Rubin: “Souvenir Miracles”, pág. 65; Vu- sación.
Prolongued, pág. 21; Craig: Spark from Heaven, pág. 19. lliamy: Seasons in Hell, pág. 65. 109 Sells: The Bridge Betrayed, pág. 107. Reconoci-
96 Sells: The Bridge Betrayed, pág. 107. 102 Rubin: “Souvenir Miracles: Going to See the da o no, a mi entrada en Bosnia (Herzegovina), a través
97 Rubin: “Souvenir Miracles”, pág. 64; Craig: Virgin in Western Herzegovina”, op. cit. de una zona rural de montaña en diciembre de 1997,
Spark from Heaven, págs. 48 y 70. 103 Rubin: “Souvenir Miracles”, pág. 65. comprobé cómo la policía aduanera del lado bosnio,
98 Perry y Echeverría: Under the Heel of Mary, pág. 104 Citado en Rubin: “Souvenir Miracles”, pág. que era croata y vestía como la croata, portaba distinti-
306; Craig: Spark from Heaven, pág. 61. 64. vos que decían “Herzeg-Bosna”.

54 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
JUAN A. HERRERO BRASAS

momento están en torno a los dos mil mi- eclesiásticos114. croatas), son factores que podrían afectar
llones de dólares. Para 1994, los peregrina- Que el Estado croata apoya con todo decisivamente al delicado equilibrio etno-
jes se habían convertido en la principal su peso al movimiento visionario de Med- político de Bosnia. Quienes piensan que es
fuente de ingresos para Herzegovina, re- jugorje es algo sobre lo que el presidente la Virgen quien se aparece en Medjugorje
presentando las tres cuartas partes de sus Tudjman no ha dejado duda en ningún siguen ciegamente las consignas de los
recursos110. momento con sus varias visitas a la “ciudad videntes y de los franciscanos. Los que
El movimiento visionario de Medju- santa” y con su presencia, en 1996, en los piensan que es el demonio se sienten en la
gorje se vio salpicado por un fuerte escán- actos conmemorativos del décimoquinto obligación moral de denunciarlo y luchar
dalo cuando en 1997 saltó a los medios aniversario del comienzo de las apariciones. contra lo que ven como un ataque a la
de comunicación la noticia de que el di- A estos actos, en los que participó el tenor Iglesia. Quienes no creen que sea ni lo uno
nero que, en concepto de donativos bené- español José Carreras, asistieron decenas de ni lo otro, toman partido de todos modos
ficas, había recaudado en el Reino Unido miles de personas. según conveniencias étnicas, políticas o
la organización “Medjugorje Appeal” ha- El conflicto entre el obispo y los segui- económicas. Un anciano religioso residente
bía sido utilizado para apoyar los esfuer- dores del movimiento se ha radicalizado en Medjugorje, citado anteriormente en es-
zos bélicos del HVO: “Bernad Ellis [el con el tiempo. Mientras que el anterior te artículo, a la pregunta de cómo pensaba
fundador de “Medjugorje Appeal”] trajo obispo de Mostar recibió amenazas de gru- que concluiría este asunto, respondía: “¡No
muchos, muchos convoyes de ayuda pos de fanáticos nacionalistas pro-Medju- quiero estar aquí cuando esto se venga aba-
humanitaria [a Medjugorje] y también gorje, el actual obispo fue, en 1995, secues- jo! ¡No quiero estar aquí! ¡Aquí va a haber
vehículos, uniformes, etcétera, para uso trado y apaleado. Como no es de extrañar, asesinatos, asesinatos!”117. n
del HVO. Él lo veía como una manera de su liberación se pudo conseguir sólo gracias
ayudar a un pueblo necesitado que estaba a la mediación de un franciscano115. Asi-
siendo dejado de lado por las potencias mismo, en la noche del 27 de febrero de
occidentales”111. 1998, el productor de vídeo Maurice Ale- [Quiero expresar mi agradecimiento a Pilar Gómez
Aláez por su valiosa ayuda a la preparación del pre-
xander, de nacionalidad británica, junto sente artículo, particularmente durante el trabajo de
La impotencia del obispo con otros dos periodistas de la misma na- campo en Bosnia. Asimismo, mi agradecimiento por
En un reciente documento, el canciller del cionalidad y el empresario californiano sus comentarios a Pepe Crespo y Diego Zaitegui, de
Almería, y a Juan Barrio y Lincoln Davis].
obispado de Mostar afirmaba que Medju- Phillip Kronzer, antiguo –y ahora decep-
gorje “se ha convertido en un lugar de de- cionado– seguidor del movimiento de
sorden religioso, desobediencia y actividad Medjugorje, fueron atacados por fanáticos
antieclesiástica”112. El obispo Perić recono- armados mientras preparaban un docu-
ce sus limitaciones en sus intentos de poner mental crítico sobre las apariciones. Todos
freno al movimiento visionario de Medju- ellos acabaron en el hospital116.
gorje: “La Iglesia no puede, en esta situa-
ción, hacer más de lo que ha hecho”113. Y, Conclusión
de un modo más explícito, ha dejado en- Incluso un somero análisis como éste, que
trever que la naturaleza de los obstáculos tome en cuenta el conflicto eclesiástico, la
tiene menos que ver con la controversia controversia teológica y los intereses políti-
teológica que con los intereses políticos y cos y económicos que subyacen al evento
económicos: visionario de Medjugorje, es suficiente para
“No es nuestro propósito el restar apoyo a los darnos una idea del papel crítico y pivotal
esfuerzos de la república [de Croacia] y a los medios que este acontecimiento religioso ha de-
de comunicación para atraer el mayor número posi- sempeñado y desempeña en las tensiones
ble de turistas a nuestro país. Sin embargo, estos ob- etnopolíticas de aquella región. La radicali-
jetivos, que son útiles y necesarios, deben basarse en
zación del conflicto eclesial y de las discre-
nuestras valiosas tradiciones cristianas […] y en los
valores y belleza de nuestra patria […], pero no en pancias teológicas en torno a la naturaleza
‘apariciones’, ‘revelaciones’ y ‘mensajes’ sobrenatura- de las visiones seguirán traduciéndose, con
les que carecen de base y de fundamento. Las autori- toda probabilidad, en una agudización de
dades civiles croatas y los medios de comunicación las tensiones etnopolíticas. En la frágil si-
deben mantener claras estas diferencias y tener en tuación política de Bosnia-Herzegovina, la
mente la postura oficial de la Iglesia, si es que desean
adherirse al principio de no intervención en asuntos
bonanza económica que ha supuesto Med-
jugorje para la minoría croata, junto con el
fuerte simbolismo nacionalista que conlle-
110 Guerrera: Medjugorje: A Closer Look, pág. XXI;
va (astutamente explotado por los políticos
Laurentin: Medjugorje: 13 Years Later, pág. 31.
111 Fuente confidencial, Medjugorje, 17 de febrero

de 1998. 115 Véase Jones: “The Ghosts of Surmanci”, pág.


112 Documento del obispado de Mostar, fecha 22
16.
de junio de 1997. 116 Slobodna Dalmacija, 3 de abril de 1998. El in-
113 De mi entrevista personal con mons. R. Perić,
cidente tuvo repercusión internacional. Con anteriori-
obispo de Mostar, Mostar, 18 de diciembre de 1997. dad, Alexander había producido un documental pro-
114 Ratko Perić: ‘Criteria for Discerning Appari-
Medjugorje.
tions Regarding the Events of Medjugorje’, Prjiestoe 117 Citado en Bill Sammon: “Exploring the Mys- Juan A. Herrero Brasas es profesor de Ética y
Mudrosti. Biskupisjski ordinariat Mostar, Mostar 1995, teries of Medjugorje”, The Stars and Stripes. Sarajevo, 23 Estudios de Religión en la Universidad del Estado
pág. 34. de febrero de 1997. de California.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
55
POESÍA

LA POESÍA CÍCLICA DE CABALLERO BONALD De ‘Las adivinaciones’ al ‘Diario de Argónida’

JOSÉ Ma GARCÍA LÓPEZ

La imagen no ha sido del to- poesía; como si (para continuar gustia: la aguijoneada necesidad cienden a la materia orgánica, a la
1 do inventada, sino que surge
de ese ámbito al que llamamos
con el símil náutico) sucediera
una caída del viento, una tregua
de hallar un ámbito respirable,
una cueva expresiva de reconoci-
impregnación sensorial que pue-
da suponer que el olvido se cubra
realidad. Antes o después de su motriz o una avería en los másti- miento, y reflejar igualmente esas de moho o que las herencias ger-
Jerez natal, Madrid, Mallorca, Si- les. El barco vuelve a navegar en otras voces hechas y deshechas, minen como plantas. La realidad
ria, Túnez, Marruecos, América, líneas versales con Descrédito del esos nombres de esperanzas que no se mitifica, sino que el mito se
José Manuel Caballero Bonald va héroe, en 1977, y siete años des- iban diciendo adiós. realiza. Lo corriente no se hace
en un barco alrededor y a través pués en otro: Laberinto de fortu- No obstante ese envaramiento mágico, sino al revés, mientras
de Argónida. Allí no sólo el mar na. De nuevo 13 años de apa- psicológico, del que ha hablado que, precisamente, lo que sí era
y el río son navegables, también rente calma chicha y nos encon- el propio autor, a pesar de la pre- tan natural como el mar adquie-
la arena de la playa y las dunas, tramos con el octavo libro del mura sentimental, formalmente re la insólita facultad de abdicar
las copas de los pinos, las nubes, poeta, sin contar antologías, y el muy sometida, de ese libro, se de la tierra.
la luz y el silencio. El fango y los último hasta la fecha: el Diario de advierten en varios poemas del Todo apunta entonces a un
gritos de los pájaros alucinan por Argónida, que sale a la luz en di- mismo suficientes rasgos de per- desarraigo estético de la abstrac-
Sanlúcar espongiarios alcoholes ciembre de 1997. sonalidad que más adelante irán ción lúgubre de aquellos años, a
y cívicas voces. Libros depreda- Qué ocurre en torno a este confluyendo en un registro mu- una desmarcada obnubilación.
dores que bucean en el fondo de barco al levar anclas. Qué ocurre, cho más distinguible, muy nítido Otra muestra de ello es el poema
espejos, de líquidos igualmente sobre todo, en su interior, donde incluso, y no sólo en el empeño del mismo libro Nombre entrega-
sublimados o corrompidos por el se fijan los rumbos, las partidas y generacional, tan ajeno por otra do, en el que una repetición sal-
deseo, drenados por la alegoría y los retrocesos, los círculos con- parte, sino, como se irá viendo, módica, versicular o prosaizante,
la memoria. céntricos o las derivas espirales. en el conjunto de la poesía espa- no alejada de la fluencia amarga
El viaje poético empezó hace Pero primero hay que zarpar, y el ñola del siglo XX. Ocurre por de Un río al que llamaban Carlos,
diez lustros y sus tres etapas ex- mar de la época no promete her- ejemplo en algunos versos del o Dámaso (Alonso), ni mucho
presivas hasta hoy, o más bien mosos puertos. Las aguas de poema de 1950 Casa junto al menos de La casa encendida de
apariciones, han resultado equi- arranque de toda la generación mar, donde se inscriben “los re- Luis Rosales, invoca con nom-
distantes de otros dos periodos de los años cincuenta son aguas cuerdos que a veces son lo mismo bres comunes y propios la inven-
de contemplación y tareas com- infectas y amenazadoras que cu- que llagas,/ el olvido, ese moho ción verbal de una clara sustancia
plementarias, por lo demás nun- bren fondos abyectos o espectra- que corroe el rostro de la histo- contra la soledad y el vacío, con-
ca literariamente prosaicas. El les. Falta la voz personal y sobra ria”. O la casa se restaura “como tra las nocturnas ausencias. “Por-
poeta urde también historias no- la proscrita ilusión de los maes- la abdicación del mar en las ori- que es triste y es también preciso/
velescas, escucha el tiempo largo tros. En efecto, Juan Ramón y llas, como las germinales heren- comprender que eso es vivir: ir
de otras músicas y ensaya dife- Cernuda, en difícil fraternidad, cias del verano”. olvidando,/ consistir en palabras
rentes ficciones progresivas, más crean una rara fascinación, un Ahí emergen ya algunos de los que están llamando a nadie”.
populares o políticas. Pero el em- forzado espacio libresco por don- trámites lingüísticos más fre- El libro insiste finalmente, en
pecinamiento en el puro arrastre de transitar con desiguales velas. cuentados después, así como cier- el poema de 1952 Música de fon-
de la palabra vive plenamente en Un oscuro reclamo por tal zona y tas fijaciones conceptuales o sen- do, en esa inanidad y a la vez
los versos, la más tensa potencia La casa encendida de Rosales timientos reflexivos acerca del grandeza de la palabra como or-
invitadora, la creación de un or- completan las más fuertes refe- recuerdo y el olvido, a propósito ganismo autofundado, indepen-
den original. rencias convalecientes, no del to- de la evocación maravillada de dizado de su pretexto genético.
A este orden Caballero Bonald do curativas, del Caballero Bo- un mundo posible, de la “sombra Configura la comba de su histo-
ha contribuido, desde que em- nald de entonces. Así, Las adivi- del paraíso” que fuera capaz de ria, un proyecto suficiente que
pezó a escribir poesía por los naciones son las que hay que arrojar una especial fusión de pa- trasciende la mera instrumentali-
últimos años cuarenta, con un hacer sobre las posibilidades de labras. Cuando el poeta escribe dad o el conjuro: “Es nada la pa-
primer bloque de cinco libros flotar en el oprobio, de encon- “el olvido, ese moho”, “la abdica- labra que se dijo/ (no importa
publicados de 1952 a 1963: Las trar una ruta libre sobre las ruinas ción del mar” o “las germinales que se escriba para/ querer salvar-
adivinaciones, Memorias de poco del país, en la insufrible resaca herencias” está anunciando una la), es nada y lo fue todo:/ la mú-
tiempo, Anteo, Las horas muertas y de la España de posguerra. La en- vía de personal abundancia y fun- sica del mundo y su apariencia”.
Pliegos de cordel. Siguen 14 años fermedad es real y metafórica, cionalidad verbal. Las potencias El siguiente título poético de
de silencio que, por supuesto, no pero, asimismo, se da en ella una anímicas, que parten de un his- Caballero Bonald, Memorias de
implican que cese en el escritor la doble perdición, una doble an- tórico prestigio abstracto, des- poco tiempo (1954), indica sin

56 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
duda una de sus más fértiles pre- penetrables, existir y surgir me-
ferencias operativas: el tiempo in- diante un gran afinamiento se-
mediato, más fiable en sus con- mántico y un sorprendente al-
tornos, como es lógico, se recrea bedrío combinatorio. Así “entró
de modo implosivo e irracional, la boca en el litigio/ de la preca-
adecuándose a una intimidad ex- ria intimidad”, expectante y su-
traña, a un misterio ético que el geridora de encadenadas polise-
poeta parece tener urgencia en mias, “pisando vidrios, vomitan-
acosar. Ese misterio es a la vez do/ flecos de hierbas y de
temperamental o embrionario y músicas”, para, a pesar de todo,
léxico-sintáctico, por donde in- recalar en unos pocos poemas
flexiones lingüísticas de momen- humanamente más abiertos, in-
táneas reminiscencias barrocas ta- cluso narrativos y más conven-
ladran el pudor y el escándalo del cionalmente solidarios. Entre
no conocer ni conocerse, aguzan ellos, los titulados Hijo de las ti-
heurísticamente los recursos de nieblas (con todo su íntimo re-
la sensibilidad. flejo hermético-inteligible), No
El poeta sugiere ya, con tan sé de dónde vienes, Lo desahucia-
temprana revisión, que si la pala- ron de vivir (aquí sí que asoman-
bra es capaz de inventarse a sí do a un dolor social remansado)
misma como fe de instancias per- e Itinerario familiar con R. B. Pe-
ceptibles, también el hombre en ro el poeta al fin recupera, en
su conjunto podría, y acaso de- uno de los últimos poemas de
bería, recrearse liberado de la es- esta etapa y del libro, su “reduc-
pesura y el horror. Volver pronto to de las navegaciones de los sue-
a empezar es necesario. Es la con- ños”, “frente al carbón abyecto
denada forma de lo cíclico. Una de los días”. La fulguración elec-
dura obligación de la conciencia, tiva y el conflicto de la memoria
más que una vulgar sensación de y la lengua, como creaciones cre-
mala conciencia, como a veces se adoras o “ceniza fecunda” apun-
ha dicho para caracterizar la poe- C. Bonald tan a un intensificado futuro: “Y
sía del grupo de los cincuenta, en ya es distinto el mundo a como
el que indefectiblemente se in- era/ antes de que aprendieses a
cluye a Caballero Bonald. A pro- te, y obvia, definición del vértigo dan arriba, sin que el poeta quie- desandar los años,/ antes de que
pósito de tales implicaciones, ha- por Edgar Allan Poe: el deseo de ra salir por esa atalaya de comu- habitases en tu propia palabra”.
bría que apuntar al menos, ya caer. No es que tenga vocación nicación. Tampoco, desde lue- La que corresponde a la trave-
desde estos primeros libros, su tenebrosa, sino que entrevé luz go, por la palabra llana, para- sía de los dos años siguientes tra-
voz sumergida y tan distinta, más bajo el fondo del maelstrom y es- mística o intelectual de otros za cuatro surcos paralelos, que
larga y abigarrada, pero no ilu- cribe desde su Entrada a la impu- contemporáneos, puesto que ya vienen a transgredir, por sus cru-
minista, más corpórea de signifi- reza: “En vano intento reencon- parece ir prefiriendo la dimen- ces telúricos, las leyes de la geo-
cados identificables, pero más trarme,/ ir explorando a solas la sión recóndita de las aguas desde metría. Anteo es el flamenco de la
ofuscada en el centro justo de esa caverna/ más mórbida. Su labe- donde se ven confusamente las soleá (Hija serás de nadie) y la se-
generación, lo cual también lo rinto/ dentro de mí se enreda...”. quillas y las hélices. guiriya (Tierra sobre la tierra); de
aleja vertiginosamente de ella. O añade en El amor es como un Desde tan raro seguimiento la saeta (de Semana Santa) y el
Sin embargo, ni ese aleja- círculo: “Vacilante pasión, caduca del propio navío entre los demás martinete (o el Oficio del hierro).
miento es distancia ni la urgencia un día,/ recobrada otra vez y al de la flota, Caballero Bonald El breve libro, más metafórico
es prisa, ya que se trata en sentido fin/ sumida en la espesura/ iluso- consigue liquidar por ahí un y mitológico que los anteriores,
estricto de una minuciosa grave- ria del tiempo”. agobiado conceptismo y una in- traduce las grandes formas del
dad y de una intuición abismáti- Así, los acantilados fenomé- trospección extraordinaria, que cante gitano-andaluz, las reduce
ca. El poeta cumple la inteligen- nico-políticos de los suyos que- esperan empaparse para hacerse o las devuelve al polvo. Pero el

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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57
LA POESÍA C Í C L I C A D E CABALLERO BONALD

gigante, hijo de Poseidón y Gea, sucesivo blanco de la página. Al ra. De ellas nos han quedado es- del azar trunco”, “gimientes mue-
renace de su madre, revive al ca- concluir ese Oficio del hierro que tos versos de tal impresión trági- bles lapidarios”, “férvidos nudos”,
er al suelo. Hércules tiene que al- es El martinete con “nadie tan ca, estos horribles testimonios de “fuego del salmista”, “trámites
zarlo en el aire para estrangularlo. dispuesto a morir como el que una época. Una dimensión kaf- turbadores”, “del fondo placen-
El proyecto es imposible, pero el canta”, Caballero Bonald se ade- kiana o diabólica, “túmulo de la tario de los hornos”. E igual en
resultado magnífico. Reptan cual lanta a un uso futuro, muy per- noche mefítica”, donde el poeta “la intransitable demarcación del
rotativos diamantes triángulos sonal, del último verso cual fron- no encontró “más fundación de ocio”, “turbias lindes de sombra”,
equiláteros de nombres y adjeti- tera equívoca o manantial. A la luz que la tiniebla”. “aquella piedra dolménica”, “sus
vos: “las jadeantes llaves del vez confirma una verdad esen- Siguen por el mismo registro furiosos litigios con el sueño”,
amor”, “la roja flor del vino”, “el cial: la sabiduría del hombre que muchos otros poemas de aluci- “aceñas clandestinas”, “mísera
nudoso gemir de la madera”, “un canta, que poetiza el sinsentido nadas, pero muy precisas, metá- prefectura de los libros desérti-
estéril fragor de insurrección”, “el en palabras, que destruye el ab- foras. Serenos y rabiosos vapu- cos”, o, en fin, en los “subalternos
furioso horno del relámpago”, surdo de la existencia con su dig- leos de la búsqueda. Persecucio- refugios del amor”.
“las sangrientas volutas del re- na disposición a morir. nes entrañables como Entreacto Tales reinserciones léxicas o
cuerdo”, “la líquida maraña del Después de Anteo, Caballero de la sed o La cueva del siurell, en restituciones innovadoras rozan a
lamento”. La insistencia no es Bonald publicó en 1959 Las ho- los que sube altiva la grandiosi- veces el oxímoron, pero tienen
gratuita ni desacorde, sino que ras muertas, y en 1963, al poco de dad de la lengua, se abre la mina un oficio menos circense y más
pretende barrenar así, en procura regresar de Colombia, donde ha- de la historia hacia estratos pro- motivadamente sinestésico que
del cante, la piel profunda del co- bía vivido desde 1960, Pliegos de misorios, hacia pérdidas tortu- el de ese famoso efecto retórico.
razón, su corteza sutil y a trechos cordel. El primero de estos libros, rantes y atisbos de regeneración. Son verdaderas imágenes, que ni
tan permeable. El poeta llega en- todavía hoy distinguido por cier- La navegación entonces no es siquiera implican siempre un ex-
tonces casi a perder su nombre. tas preferencias del autor (lo que un símil cualquiera intercambia- trañamiento diafásico. En mu-
Es Nadie en la caverna de Polife- no pasa del todo con el otro), ble, pues es la sal disuelta natu- chos versos, no menos interesan-
mo y Góngora. Un agujero ne- puede considerarse una decanta- ralmente, la oscuridad desvela- tes por la ampliación de campo
gro. El barroco integrado en un ción de su obra poética anterior y ble y el latido líquido de los estético que suponen (como en
vuelo inaudible de nocturnas una indagación existencial en las tiempos, una victoria gozosa todo gran poeta), esa especie de
aves, un exceso lingüístico para inflexiones morales de la infancia. contra tanta miseria. Así, la ex- fulgor lancinante o Diana tras-
el “temple de la desolación”. El irracionalismo introspectivo si- celencia del quiebro y la síncopa, pasada se logran en el mismo ni-
La imagen es de una clara per- gue vigente, pero con una mayor el ritmo poderoso del mar, el gol- vel de uso lingüístico, por simple
tinencia vulcánica. Los martillos sensación de trámite, no de per- peteo de las olas contra la costa sublimación reactiva. Los casos
forjan rejas que crearán el lecho dición sino de instrumento críti- horadada. Imposible explicarlo son mucho más numerosos que
de la semilla en la tierra. Ellas co y revulsivo social. Hace pensar mejor que ahí se dice. Todo es los otros. Pero basten dos del úl-
cumplirán su misión humilde y lateralmente en las esperpénticas un puro envite a repetir, a pulir timo poema del libro: “el lívido
prodigiosa como el hierro alban- torceduras de lo torcido, según esa espuma irreductible: “Ahon- alacrán de la ginebra” y “el car-
do se moldea bajo los golpes. la estética correctora de Valle-In- do roca a roca. Última/ cámara, denillo vituperable de la noche”.
Pero el hombre que lo ve y lo es- clán, en la deformación lenticular imán del sortilegio, dime/ qué No cesa esta última, ni de le-
cucha, y que trata de cantar ese de la grotesca vida española con- alumbras, dime en qué redoma/ jos, ni varían la carga ni el rumbo
impulso generativo, no logra asu- temporánea. reciennace el color, se expande de la nueva travesía que antecede
mir su presencia de alimento te- Asimismo, su desarraigo y, a el humo/ de la alquimia rupestre, al primer gran silencio público
rrestre, el abono de su pasión, el pesar de la no inducción expresa compartiendo el agua con el fue- de Caballero Bonald. Sus Pliegos
estéril sufrimiento o la maldita en el autor, el “desgarrón afectivo” go./ Lasca de sílex, silbo anclado de cordel (título mantenido no
alegría de sus castillos. Sin em- de Dámaso Alonso continúan en la tierra,/ cavernario fermento precisamente con entusiasmo, di-
bargo siempre amanece y vuelve a resonando aquí desde el principio entre los grumos/ blancos de cho sea de paso, así como tam-
navegar. Abandona esa tierra con- del libro: “Madre/ primera, bús- Marratxí, crucial/ cometa libre poco parte de su contenido) tu-
fusa y la olvida para reconocerla. came entre los hijos/ de la ira, de la infancia”. vieron una primera edición, ya
Cierra los ojos “cuando el aciago ciégame el pecho/ injusto, restá- Todavía merece destacarse de mencionada, en 1963. Sin em-
cuerpo/ de la tribulación [o la ñame esta boca/ amordazada”. Las horas muertas (premio Bos- bargo, en este libro se han inclui-
“tripulación” –no es una parono- O aún más esperpento, suman- cán en su día y de la Crítica) un do a veces, en posteriores antolo-
masia–] junta su entraña/ contra do las actitudes del fracaso y el singular modo expresivo, más gías del autor, poemas datados de
el muñón del tiempo,/ yerta la rechazo, al decir en el poema acusado después, al menos hasta 1960 a 1967. Algunos de ellos,
madrugada en la memoria”. Cloto: “Los errores/ los busco de el penúltimo libro del autor. Se acogidos también al título Nuevas
El poeta (como el cantaor fla- antemano,/ nivelo mis memorias/ trata del rescate personal, por es- situaciones, fueron absorbidos fi-
menco) sale así de su nación so- y deseos”. O “fundo/ mi fortaleza tricta vía etimológica, de algu- nalmente por Descrédito del hé-
cavada, acaba buscando fantas- y mis pasos/ en falso, equilibro el nos de esos vocablos embotados roe, publicado en 1977.
mas en el aire. Tantea con una botín/ con la renuncia”. por distracciones temporales, Pliegos de cordel entonces, a pe-
mano el trance, mientras con la Tal vez no se trata más que de adoptados o hasta usurpados por sar de su orientada solvencia,
otra parece querer abrirse el pe- coincidencias certeras, lógicas ac- algún estrecho idiolecto. Ocurre continuadora difícil de Las horas
cho casi como en la hiperbólica titudes compartidas, ahora sí que mucho, aunque no sólo, en las muertas, queda en gran medida
simbología del pelícano. De paso a la distancia, contra las máscaras mismas tríadas citadas de ágiles con desajustes y removidos las-
cierra y augura, fija el último ver- del espanto de la interminable sintagmas nominales. Por ejem- tres. Escorada por ellos, por vien-
so como si fuera un dique, el mu- posguerra, pero también contra plo, donde el poeta escribe: “bo- tos políticos acérrimos y estéticas
ro más perfecto que desborde el cualquier otra siniestra impostu- rrosa efigie del desdén”, “rastros narrativas demasiado visibles, la

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J O S É Ma G A R C Í A L Ó P E Z

maquinaria poética predomina y sombras como la palabra habita dad lingüística, matriz o catapul- corrientes; indagaciones nunca
acusa el cansancio, su noble ser- por debajo y por encima del sig- ta, sólida construcción de hiber- genuinamente surrealistas, de un
vicio, por otra parte, y, entre la nificado, dentro de sus fonemas nada esperanza contra la estoli- ludismo no autosuficiente, ni
frustración, las excepciones. mudos y su alma de hierro: “Pri- dez y la ignominia. onírico-apocalíptico ni eufórico;
Una de las más ilustres, aun- mero un libro,/ una mano des- En esas morfologías y averi- hastíos de vanguardias y señala-
que precisamente de las trasla- pués”. O como termina el poema guaciones resaltan en particular, mientos de otras renovaciones.
dadas de libro, es el poema Re- llamado Dehesa de la Villa, don- junto al enriquecimiento de la Resulta difícil captarlas, sor-
nuevo de un ciclo alejandrino, de “sólo se quedan los que nunca entonación del verso y la inter- prenderlas en su instante o ver la
donde se asumen los gestos épi- vuelven”. mitencia de poemas en prosa configuración del edificio que se
cos de los héroes de La Ilíada y rítmica (es por lo menos una re- asentaría en sus cimientos. Pero
se transportan irónicamente a los Hay que esperar cinco o seis dundancia), inquietantes recur- de vez en vez se hacen patentes
“feudos del río Guadalete”, a la
pobre yacija prostituida de la in-
2 años para que Caballero Bo-
nald vuelva a escribir versos y, se-
sos a las convenciones morales o
a las benéficas virtudes indiscuti-
los avances, los momentos de
contacto en que ya no es una
hóspita patria. Otro Kavafis u gún ya se ha apuntado, el gran re- bles. Oleadas vengadoras frente chispa de belleza lo que salta
otro Ulises vuelven a donde sólo sultado de los próximos tiempos al gusto y los valores, la interesa- entre términos, sino una des-
la naturaleza es un arduo con- creativos no es público hasta da ñoñez y el aburrimiento. trucción, un abrasamiento del
suelo, hacia dentro de “las cercas 1977. Antes, sin embargo, de En Guárdate de Leteo, poema brote articulado, una fusión ató-
de espinos del cañaduzal del Descrédito del héroe se publican sadiano que recrea la imagen de mica por dentro de una elipse.
Charco”. Y todo “por rescatar el sus poesías completas, hasta en- cierta inhóspita calle de putas en Podría decirse que la madurez
heroísmo/ de una epopeya ocul- tonces con el título de Vivir para Copenhague, el poeta mezcla una de Caballero Bonald en Descrédi-
ta en un tugurio”. contarlo (1969). subjetiva emoción sexual, pre- to del héroe da un paso acendrado
La tarea es sutil y desabrida, el El poeta ha dejado escrito que, sente y remota, con una concien- en las antípodas del arte, según la
empeño se mueve por resortes o tras la referida crisis, estuvo más cia de banalidad y penuria. Para definición de Lautréamont: el en-
heraldos vallejianos. En la Esta- empleado en actividades políti- rematar escribiendo que defen- cuentro en una mesa de disec-
ción del jueves danza un esqueleto cas y en otro tipo de navegacio- derá ese recuerdo, y que el re- ción de una máquina de coser y
que tiene un quiebro cínico en nes nada metafóricas. (También cuerdo lo defenderá a él “contra un paraguas. Primero, porque es-
su armada transparencia. El poe- en la gestación de su fabulosa no- la sordidez de la virtud”. tos dos artilugios no son tan dis-
ta siente su nudosa impudicia, su vela Ágata ojo de gato, premio de Textos contiguos abundan en pares ni raros en tal mesa, y se-
descomposición movilizada, algo la Crítica de 1974 y muy conco- similares transgresiones, “pala- gundo, porque ya no se enfrentan
que podríamos llamar compro- mitante con los poemas, que vol- bras con boquetes por donde se para producir ningún surtidor,
metida alienación. Quizá por eso vieron a obtenerlo en su modali- vacía el tiempo sobre los sumi- sino que se aniquilan por tedio
se pregunta: “¿No podía ser yo/ dad y año de publicación). deros de la historia”, invitacio- recíproco.
de otra manera, tenía que elegir/ Parece comúnmente aceptado nes a diferentes formas de pen- Es sabido que al menos desde
mi libertad a costa de ser otro?” que esos años setenta resultaron samiento acerca de la mostrenca la ya clásica conferencia de Jorge
Hay otro poema muy signifi- especialmente brillantes en el iti- estructura del relato y el imagi- Guillén Lenguaje de poema (no
cativo, y hasta justiciero: La llave, nerario artístico de Caballero Bo- nario humanos. De ese modo, sólo por ella, claro), dictada en
que se refiere a la de una habita- nald, y él ha manifestado alguna por el Hilo de Ariadna “aún esta- Harvard en 1958 y publicada
ción familiar, convertida por el vez la improbabilidad de igualar mos a tiempo/ de no querer salir por primera vez en 1961, no se
niño José Manuel Caballero Bo- tales cotas de imaginación, ri- del laberinto”, y en Apostillas a ha dejado de recordar o reco-
nald en peligroso laboratorio de queza y ajuste de escritura, o vi- un apólogo moral sabemos de mendar a la poesía una amplia-
experimentos químicos. Ahí lle- talidad estética. Hay que decir, “candidatos que a una gloria ción del signo, un mestizaje de
ga a formularse cuestiones tan re- no obstante, que tan comprensi- malsana rinden culto”. tonos léxicos y gramaticales.
ferenciales como la siguiente: “Mi ble humildad o tan sabia precau- Después, ante la vista de otros Mucho antes, desde Freud y Bre-
posesión de tanta vida,/ mi here- ción habrán sido superadas muy miméticos figurones, “tan lerdos ton, ha venido rodando la eficaz
dad de probetas, ¿dónde/ se fue- probablemente, y desde luego como estampas de beatos”, tétri- terapia artística de esa fusión de
ron cuando el dieciocho/ de julio igualadas, a estas alturas, tanto en cos o beocios, el poeta muestra extraños. También suele acep-
de aquel año/ tuvimos que volver poesía como en prosa. El tiempo “una mano mojada de ron de tarse que la mayoría de los poe-
a la ciudad?”. O “cómo no haber/ y una perspectiva más adecuada consagrar” y comparece la repul- tas del grupo de los cincuenta
recuperado para siempre/ la llave lo dirán, si es que importa y los siva farsa: la “nauseabunda op- han extendido ya, y mucho más
aquella con que abrí/ el sedi- géneros existen o deben diferen- ción a la inmortalidad que se hoy, a fin de siglo, aquellos re-
miento libre de mi vida”. ciarse. alberga en los excrementos del gistros lingüísticos libres, pero
La desilusión se acentúa en Lo cierto es que Descrédito del héroe”. O “cerca ronda ya el or- adecuados y oportunos, por los
quizá uno de los mejores poemas héroe es un libro magnífico y de den, ese caos en reposo”, mien- que disertaba Guillén como au-
del libro: Hasta que el tiempo fue muy raro vuelo, por su variada tras, a propósito de Vlad el Em- torizada voz del 27.
reconstruido, en el que, de la ari- unidad y su rapidez intersemán- palador, “una torva/ secreción de Sin embargo (y sin menosca-
dez cultural casi desesperada, sur- tica. Por la lección libre y disper- torturas/ fluye desde lo absorto y bo, por supuesto, de la originali-
ge aún aquella cerradura remo- sa de gozo vividor que implica y atraviesa/ el confín de la noche/ dad de poetas como Claudio Ro-
ta, su interior milagroso entre la elegante (ya se impuso la pala- como el mástil del tiempo la me- dríguez o Gil de Biedma, entre
arcanos engranajes, un mundo bra), recóndita melancolía. Por la moria”. otros tan próximos), debe subra-
que no es sólo tránsito hacia el plástica ensoñación andaluza o el Son reincidencias afiladas, yarse una singular confluencia
otro lado de la puerta, que habi- revuelto desdén. Pero sobre todo otra vez espirales lingüísticas a centrípeta de partículas en Caba-
ta en su sagrado mecanismo de por su iluminadora funcionali- partir de procedimientos vitales llero Bonald. Casi habría que de-

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LA POESÍA C Í C L I C A D E CABALLERO BONALD

cir una infusión sui generis de ele- berinto habitado por Asterión y El libro, estructurado en cinco hama”) o indulgentes derroches
mentos proscritos que se someten Henry Miller. O una “algarabía bloques de muy similar exten- de la esperanza. Tragedias de con-
a encadenados y eliminatorios de gaviotas”, por “la ululante pa- sión, arranca regresando. Es de sunción y olvido a favor de dife-
choques. traña del papel”, sobrevolara a un nuevo “la luz genital” o “el anillo rentes sueños y ciencias.
No es ya Breton ni Dalí ni tiempo Sanlúcar y el Hades, una signatario del terror”, la absor- Después, y todavía, en las par-
Lorca, ni Huidobro ni Blas de atmósfera de achicoria y orujo y ción del vórtice de la naturaleza y tes segunda, tercera y cuarta del
Otero. Tampoco Ángel González crines de caballo, “una vitalicia la debilidad humana. La poesía se Laberinto, Caballero Bonald con-
o Carlos Barral. Ni siquiera los gusanera de vísceras de santos” y adhiere a las mareas y al viento. tinúa sorprendiendo con la cre-
desarraigos cernudianos ni la asesinos, una ilusoria penumbra Procura reflejar los comporta- ciente potencia conferida a sus
aceptable rebeldía noctámbula, bajo el mar. mientos gregarios de las aves, qué palabras para levantar un sober-
impura, jazzística, política o fla- Tal extensión multisensorial, hay debajo de sus evoluciones y bio universo a partir de las más
menca de los cincuenta. No es el con sus bajíos y simas de inquie- quiebros, qué brillo sumergido sutiles observaciones. La belleza
compromiso avergonzado, el etí- tante sondeo, desanima, en efec- resumiría cínicamente la historia despega de las correctas proyec-
lico desvarío de los viajes con la to, muchas veces la seguridad del y el ser. Cada vez más palabras ciones de la experiencia y parece
beat generation al fondo. Sino un riguroso analista literario que san- aladas van perdiendo el hábito y degradarlas, disolver sus ofensi-
paso más en el delirio, un ano- cionó T. S. Eliot. Pero aquí no es la prudencia, presienten asimis- vos triunfos y prevalencias, sus
nadamiento giróvago nada espi- lo oscuro lo que marea (en sus mo las trampas ocultadoras de la tan comúnmente aceptadas y
ritualista, un caleidoscopio as- dos acepciones), sino lo claro de memoria y deben desbrozar en exasperantes minucias. Títulos
queado y hecho añicos, una disi- puro exacto, la ilógica, pero ver- ella las ficciones dilatorias y las como Desvío umbilical, Epitafio
dencia de sí mismo. dadera, diríase que hasta sencilla, deslumbrantes prevaricaciones. para musarañas, Comedor de loto
Está tenebrosamente claro en precisión. El piélago sí es amplio, Los descargos del pánico y el (“¿no es lo visible ya lo menos
versos que invocan el erotismo, la pero también imaginable más sexo, el tiempo que se incinera verosímil?”) u Opus equis, donde
recreación sensual del amor, que interpretable, y muy tenta- en la ilusión del placer y la culpa, “hay días además tan beocios e
constantes estragadas en el poeta. dor. Sus palabras no huyen, sino la libertaria transgresión de la incautos como esos libros peda-
Dice que “la práctica/ de ciertos que incitan y hasta se revuelven. norma o las mezquinas reclusio- gógicos que obliteran todo posi-
mimetismos del recuerdo/ pue- No obstante, o quizá por eso, nes de la cobardía emergen aho- ble acceso a la razón”, bastan pa-
de llegar a subvertir el orden/ de en Descrédito del héroe, y más aún ra de las aguas y la tierra argoni- ra cumplir dicha venganza con el
esa usura de amor que el tiempo/ en Laberinto de fortuna, libro dense, ironizan amargamente alarde añadido del breve ajusta-
salda”. O “no en el amor/ sino poético en falaz prosa publicado por desvelos y sucedáneos para miento de materiales.
en su detrimento se reagrupan/ siete años después (1984), el poe- enfrentarse a la vergüenza, a la Pero hay otras crueldades o
las porciones vividas”. Más aún ta nos obliga al pie de la letra, nos perdición y al afán, a la clarivi- tornas distribuidas al desgaire por
en las reflexiones morales, onto- ceba entre el señuelo del ritmo y dencia de la locura. También hay el visionario dédalo. Parodias plu-
lógicas y existenciales, diluidas el concepto. Sus líquidas ondula- mucha música y mucha denun- míferas de manierismos futuri-
como alcohol en la lengua, o vi- ciones endecasílabas y alejandri- ciada vacuidad en estas páginas, bles, y al cabo instalados, o gui-
ceversa: “Un equívoco lastre/ de nas, sus estancias ahogadas por un frecuente revuelo alegórico- ños cultistas con diversos vene-
amor dilapidado y de injusticia/ angulosos eneasílabos nos llevan a burlesco y bastantes demolicio- nos poéticos de acción retardada.
que en contra de mí mismo co- los abruptos farallones del absur- nes de ideales patrañas. Es como Diríase que un Argos desertor
metí”, “esa amorfa molicie/ que do, a una región de sentido fauve si la risa y el asco se aliaran, como y voluntariamente cegado (no
entumece los goznes del deseo”, o infantilizada de febril ironía. El si la renuncia a toda belleza fue- muy lejos Edipo) vigila su alma,
“la irracional arenga del deber”... vampiro que perseguíamos como ra la ley del mundo y hubiera mina el infecto lecho del mino-
“anudarán imágenes/ que a su atentos lectores nos persigue a no- que arrasarla, sulfurar la pesa- tauro y propaga el desprecio a los
obstinado uso/ me condenen”; o sotros. La sombra de su capa es la dumbre de ese miserable pasto crónicos círculos externos. Allí se
cuando el poeta se siente “cóm- nuestra y la voz que tratábamos humano que sofoca riquezas y desintegran muy astutas rapiñas y
plice del destino/ que la abulia de interpretar ya no va por fuera, cultivos, navegar por las reales obtusos preciosismos, disciplinas
macera” y en la reaparición sim- sino que late y muerde por dentro cloacas que llevan a los reversos guisadas y trivialidades moder-
bólica de otra clave: “Busca/ pri- de nuestra garganta. promisorios de las cosas. nas, veleidades librescas o sintaxis
mero entre las últimas/ llaves Pocas veces será posible asistir El poeta hace un acopio tre- manidas.
abandonadas:/ apresúrate a usar/ a un estremecimiento lingüístico mendo de sagrados confines, sa- El poeta dispara y acierta no
la que cierra/ la boca”. similar, conocer entresijos tan au- cralizando él mismo lo inhóspito sólo hacia él mismo y aledaños
No hay más remedio que citar. torreveladores como los trama- y lo pútrido. Fulmina y reedifica generacionales, sino contra insti-
Habría incluso que dibujar un dos en este Laberinto de fortuna. los cimientos míticos de la infan- tuidas formas anteriores y figu-
mapa hermenéutico que no fue- Su ferocidad es al mismo tiempo cia y aproxima una lente despia- raciones próximas, deleznables
ra otra cosa que un espejo, una la fidelidad a su hilo de voz, pero dada a los domésticos basureros catervas y poses. ¿Adónde van si
representación igual al reino, co- también un coro de alterados cá- del caos. Allí comprueba que no esquirlas como éstas: “Desti-
mo en el célebre relato de Borges. nones, la resonancia múltiple y las contravenciones del hastío y nado a ser pulpo, quiso llegar a
Una superposición de obsidianas emocionante de la tradición, el las normas suelen ser vulgares más: fue muchos cefalópodos en
y viscosas lucernas, de cubiles de silencio nada coloquial de la prismas de otras geometrías, uno”; “gustoso ritual con rango
linces y fangales argonidenses, muerte. Con todo, un homenaje equilibrios reglados o inevitables de congoja, nada puede invertir-
sombras reptantes y carcomas vo- doble a don Juan de Mena y al órdenes, frustrantes inocuidades se, pues todo es permutable”. Y
races. Un plano eclipsado por su mentado Borges, una postura de la perversión. Entonces ve y “hordas de candidatos y proséli-
exacto reflejo, donde el gran bur- más rompedora y radical dentro produce nuevas ruinas, mustios tos, contumacias de códigos flu-
del Satiricón fuera a la vez un la- de un sinuoso barroquismo. collados invivibles (“Ay de mi Al- yendo como saldos”, hasta que

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J O S É Ma G A R C Í A L Ó P E Z

“se cierra el círculo protocolario Sus 70 poemas, titulados en la de instantáneos hallazgos. Mues- vorados por las fauces famélicas
del conspicuo, la timorata geo- conocida órbita semántica del au- tras igualmente de la entrega con- del fango”.
metría de quien cerca su vida de tor, son sin embargo bastante fiada del poeta, ya al margen de Baste sin embargo recalar so-
obediencias”? más breves en general que los an- burladeros y metáforas y cada vez lamente en tres poemas penúlti-
En el último bloque de Labe- teriores, y no sólo en extensión, más opuesto a meritorias justas mos como suficientes osamentas
rinto de fortuna (Crecimiento cero sino en periodo vibratorio y re- y delirios. Se encuentran en cual- fosfóricas en medio del lustral
y Espacio cerrado) “el cuerpo se corrido lineal de frase. Son real- quier parte, pero es muy fre- océano o Diario de Argónida: Me-
abre paso por un túnel concén- mente segmentos nítidos de esa cuente descubrirlos en sentencias morial, Mestizaje y A modo de re-
trico anterior a la vulva” y “tantea especie de tornado elíptico que u observaciones desgajadas en los compensa. El primero es un ho-
los tabiques placentarios del sue- se venía confirmando desde el últimos versos, procedimiento menaje, en quien no gusta de ho-
ño”. No se puede retroceder más. principio. Direcciones cíclicas antes ensayado esporádicamente menajes, a los miembros de su
El amor se autoinmola en len- aunque no estrictamente circula- por el poeta, según quedó dicho, generación poética, y muy en es-
guas de fuego y las repugnancias res, oblongas curvas que no tra- y cuya calidad también ha desta- pecial a los que fueron destru-
del ingenio dejan de importar. La zan compases y que conducen a cado Francisco Umbral. Estos as- yéndose la vida en Suicidios y otras
mar vuelve a su calma y el barco remates en apariencia sueltos, pe- censos conceptuales, irónicos, sa- muertes: Costafreda, Ferrater,
se detiene a la deriva sin manio- ro más dialogantes y palmarios biamente derrotados, corrosivos Barral, Gil de Biedma o García
bra alguna. “Lo presunto se abis- que nunca, menos denodados y o registradores de destellos de Hortelano, ante los aplazamien-
ma en lo fehaciente. Es la razón confusos. hermosa esperanza, supondrían tos supervivientes*.
que baja a tientas hacia el espan- Podría aducirse nuevamente la un contraste de maduración o se- Aquéllos caracterizaron más
to, como Proserpina”, mientras imagen de un laberinto desfoca- dimento, y un descrédito de los radicalmente a los que quedan (y
el navegante aún tiene el valor de lizado, un conjunto de arcos de- dioses inspiradores, según Gide se preparan) con “un sabio y arro-
agregar: “La palabra inicial diseña fectuosos y gravitaciones mudas, o el tópico, del primer verso del gante/ culto a la transgresión, no
la poesía; la siguiente, la borra”. pero no para describir una geo- poema, que, por cierto, aquí tam- ajeno/ a la delicadeza de los ges-
Parecería que el poeta no fuera a metría cerrada, más o menos poco suele desmerecer. tos” (...) “Pero otra vez la historia
escribir más. gnómica, sino un muelle aplasta- Pueden ejemplificar tan exce- fue una rémora/ cultural: hicie-
do e hiriente, un bucle sin fin. lentes usos verbales codas como ron lo imposible/ por seguir sien-
El periplo sin embargo to- Acaso un bumerán lanzado por la del poema Soliloquio: “Evocar do oráculos, dioses/ en un míse-
3 davía prosigue por fortuna
en Diario de Argónida, y ha sido
otro renacido del maelstrom que
se dijo, un arma arrojadiza sin
lo vivido equivale a inventarlo”.
O Acerca de un derribo: “Las me-
ro reino de rufianes”. Éstos, con
“los ultramontanos que regresan”
la lucidez de Francisco Umbral ánimo de caza y que no vuelve a llas de los años serán mi represa- por viejos caminos, aseguran en
la que ha calificado esta obra la mano propulsora, sino al pro- lia”. Y semejantes versos al hilo el libro la presencia de una per-
de “penúltima”, agregando para pio artefacto en rotación inmóvil. del libro, que parecen configu- manente obsesión. La marca
las demás del autor que “todas las Consecuentemente, Caballe- rar un raro poema de poemas. ominosa de la violencia sufrida,
suyas lo son”, a guisa de aún ma- ro Bonald se detiene de tal suer- Así, “lejos del mar nunca podrás de la que, naturalmente, el que
yor acierto lapidario. Es así: no te ante la costa de Argónida, pa- ser libre”. “Sólo el que se arriesga recuerda jamás podrá recuperarse
puede haber última obra de pala- ra resumir su idea escéptica del a no escapar/ podrá escapar a del todo, a pesar del alcohol o la
bra en vida para aquéllos, como presente o pesimista del futuro, tiempo del peligro”. “Todo está burla, o las exenciones brillantes
escribe Cernuda de Verlaine y aunque no sin auras felices ni dicho: todo está callado./ Ya que de la sintaxis.
Rimbaud, “que vivieron por la emocionantes visiones. Ya en los no tu respuesta, eres tu espejo”. En cuanto al segundo texto
palabra y murieron por ella”. Y iniciales poemas del Diario anun- Pues “no hay final ni principio:/ destacado, sólo él justificaría, más
José Manuel Caballero Bonald cia que sus días no saldrán nunca sólo el todo y la nada equidis- que la pasión serena de este li-
es, desde luego, uno de estos birds más de la casa nativa, que la sole- tando”. bro, más que la tersura de su ho-
in the night cernudianos, un ar- dad le salvará de estar solo y que Queda mucho que citar, mu- rizonte, la espléndida capacidad
gonauta en quien no acaba la sed evitará en lo posible las viejas cho que releer y adivinar; mu- de la palabra para fijar humanas
filosófica ni social, un cormorán “gramáticas adictas a la superche- chas órbitas que navegar hasta experiencias, subterfugios risibles
hundido en remolinos salobres y ría” y las “erratas sensoriales”. De- encontrar una luz superior en- e impotentes tormentos, altane-
voces genesíacas. jará de colaborar con el tiempo tre tantas luces diseminadas por ros desdenes e ilusiones, la uni-
El Diario de Argónida fue es- (“también por omisión se escribe los versos, esos fanales visibles versalidad contenida y magnáni-
crito, según dice el autor en nota un libro”) y acatará las erosiones por las noches de niebla en el ma, resplandeciente y creadora,
final del libro, entre 1995 y del deseo y el recuerdo. En cuan- mar. De sus trasmallos y naufra- de toda poesía. Por ella Caballero
1997, después de más de una dé- to a esa naturaleza familiar ac- gios resurge el barco donde iba Bonald evoca aquí lo que ni si-
cada de abandono exterior de la tualizada, será una manera incle- Caballero Bonald hacia el río y la quiera ha vivido: “Una estirpe de
poesía. Del riesgo de su ordena- mente de volver a nacer a ventu- tierra, por los barruntos tartési- nombres lentamente criollos/ re-
ción cronológica o no argumen- rosas o aventureras ensoñaciones, cos y las venganzas orgónicas de sonando en las lindes prenatales”.
tal y de algunas posibles reitera- de resentir en puridad heroica o guano argonidense y esqueletos
ciones temáticas previene Caba- alentar el silencio maravillado de de pájaros. El poeta tiene enton-
llero Bonald también en ese una infancia indeleble. ces otros atisbos de moral y me- * Unos días antes de aparecer este
epílogo, donde además advierte Por lo demás, el Diario de Ar- moria, despedidas que son más número de CLAVES DE RAZÓN PRÁC-
del ambivalente sentido que da a gónida, entre unas cuantas recu- bien saludos, tactos internos y TICA, se conoció la desgraciada noticia

la palabra “diario”: el de la verdad rrencias de paisajes prescindibles, reconocimientos literarios, que, a de la muerte de José Agustín Goytiso-
lo, otro de los más señalados miem-
autobiográfica y el de la generada sobre todo junto a fustes más re- diferencia de los ricos galeones bros, por tantos conceptos, de esa
por el texto. levantes y sólidos, está plagado de Indias, no han sido aún “de- misma generación.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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LA POESÍA C Í C L I C A D E CABALLERO BONALD

Conmueve la intensidad afectiva A modo de recompensa prefinal inercias y barbaries, dice que es respetadas. No obstante, el estudioso sa-
de la palabra por encima del cu- (como diría el poeta: “prenoción posible recomenzar el mundo, be que puede consultar la abundante
bibliografía reseñada en Selección natural
rioso rastreo sentimental de unos de la memoria”, “fondo prenatal persistir en aquella ilusión fasci- y asimismo en dos libros de especial in-
orígenes cubanos (el padre del de la sabiduría”) es un poema res- nada y realizar otros rumbos his- terés acerca del autor: el de Christine Ar-
poeta lo era), porque da plástica pecto al que, sin rechazar la bella tóricos e imaginarios de más ca- kinstall: El sujeto en el exilio, Amster-
dam-Atlanta, GA, Rodopi, 1993 (que
fe de una constante humana. sencillez de su factura, no es muy lado y altura. analiza además las obras de Francisco
Desvela lo exótico de que, ade- probable que se manifiesten de- Finalmente, la poesía de José Brines y José Ángel Valente, y la de los
más de nuestra propia invención, masiadas preferencias críticas. Se Manuel Caballero Bonald con- tres a la luz sociopolítica y literaria del
todos seamos hijos de alguien y diría que resulta una confidencia firma el ser en sí y en otros a tra- psicoanálisis y el marxismo), y el de Ma-
ría Payeras Grau: Memorias y suplanta-
de algo. “Aromas de leyenda”, co- muy personal, una expresión que vés de la despiadada recupera- ciones. La obra poética de José Manuel
mo diría otra vez Valle-Inclán, no conecta con preocupaciones ción del tiempo, la enorme ca- Caballero Bonald, Palma de Mallorca,
que flotan en las sílabas y en las cívicas o filosóficas generales ni pacidad de admiración humana Universitat de les Illes Balears, 1997. Es-
te trabajo, que no incluye por evidente
sombras del tiempo. Que proce- activa comunes concordancias y la escéptica estrategia del mari- razón cronológica estudio sobre Diario
damos de espectrales cauces, eter- sensibles. Sin embargo, un lector no que se burla de su locura. Só- de Argónida, va citando su precisa bi-
nizados por su precisa e irreme- debe saber trasladar las redes de lo la exigencia de una moral más bliografía a pie de página, mientras sigue
el itinerario del contenido y la forma,
diable pérdida, o consistamos en que disponga, y en especial si es- ingenua y noble, más delicada y las implicaciones literarias y sociales, las
una especie de motivado azar con tán firme y artísticamente cons- orgullosa, puede surgir de tan fuentes y correspondencias, de toda la
creíbles prolongaciones prístinas truidas a cualquier mar por don- deslumbrantes e insobornables poesía anterior del autor. También se
y póstumas. de la voluntad o la suerte lo con- palabras.n han tenido en cuenta, y, por supuesto,
merecerían en cualquier caso consultar-
“También yo estoy allí, huelo duzcan. Las metáforas no son se, las memorias de Caballero Bonald:
a melaza/ rancia y a sudor de ma- patrimonio exclusivo del escritor, Tiempo de guerras perdidas, Barcelona,
chetes,/ oigo las pulsaciones gra- y la función poética de la lengua Anagrama, 1995, y otras obras generales
como la ya clásica antología de Juan Gar-
sientas del trapiche,/ los encres- no hay hablante que no la ejerza. Bibliografía poética cía Hortelano: El grupo poético de los años
pados filos de la zafra,/ siento la Dicho de otro modo: para es- – Las adivinaciones. Madrid, Ado- 50, Madrid, Taurus, 1978. Reciente-
nais, 1952. mente, por lo demás, se han publicado
floración de un mestizaje/ que a cuchar la zoosemia argonidense,
mí también me alía con mi pro- su “rastro agreste de hermosura – Memorias de poco tiempo. Madrid, en la prensa periódica numerosos artí-
Cultura Hispánica, 1954. culos elogiosos de la última obra del au-
pio decoro”. Efectivamente, las y pavor”, no es imprescindible, tor a cargo de críticos como el ya men-
– Anteo. Palma de Mallorca, Papeles
palabras transportan a cualquiera aunque sí muy recomendable, de Son Armadans, 1956. cionado Umbral, o como Luis García
que lea. Las sensaciones están pa- haber pasado alguna vez junto a Montero, Rosa Mora, Víctor García de
– Las horas muertas. Barcelona, Ins- la Concha, Luis Antonio de Villena, etc.
tentes y no dejarán de estarlo aquellos “áureos aposentos lito- tituto de Estudios Hispánicos, 1959. Por su parte, el número 9 (noviembre de
nunca. El decoro o la dignidad rales”. En los versos de Caballero – El papel del coro (antología). Bo- 1997) de la revista jerezana Trivium de-
vienen de esa mezcla de encon- Bonald es posible, de parecido gotá, Mito, 1961. dica un homenaje a José Manuel Caba-
llero Bonald, también con actualizada
trados deseos, de búsquedas y modo, oír “hablar a la noche en – Pliegos de cordel. Barcelona, Co- bibliografía y artículos de José-Carlos
tránsitos muy distintos a los de la medio de la noche”. Y, dicho sea lliure, 1963. Mainer, José Carlos Rosales, Elisa Cons-
lengua, pero transferibles y en- de paso, esas voces bullentes de – Vivir para contarlo (poesías com- tanza Zamora Pérez y otros].
alimañas que llegan “hasta el vér- pletas). Barcelona, Seix Barral, 1969.
cantadores.
No hace falta navegar con Jo- tice neto de los sueños” atañen – Descrédito del héroe. Barcelona, Lu-
men, 1977.
sé Manuel Caballero Bonald el asimismo con tan profunda su-
– Poesía, 1951-1977. Barcelona, Pla-
mar de las Antillas, la identifica- gestión a la vida que tenga y se- za y Janés, 1979.
ble vigencia del aire de Cama- ñale este comentario. – Selección natural (antología). Ma-
güey u otros nombres concretos En él se ha querido celebrar, drid, Cátedra, 1983.
de fuentes autobiográficas. To- más que interpretar, una travesía – Laberinto de fortuna. Barcelona,
dos estamos ahí, en las seis ruti- poética singular, una voz ética y Laia, 1984.
lantes líneas de la estrofa, en un rara en la suficiencia de sus re- – Doble vida. Antología poética. Ma-
pasado literario comúnmente in- cursos, en su valor de introspec- drid, Alianza Editorial, 1989.
tuido, aunque sólo sea, y nada ción e instrumentalidad ponzo- – Descrédito del héroe y Laberinto de
menos, en la pregnancia inmor- ñosa y terapéutica. La palabra fortuna (nueva edición revisada).Ma-
drid, Visor, 1993.
tal de los fonemas, en la perple- escurridiza y certera, tan revulsi-
– Diario de Argónida. Barcelona,
jidad o el entusiasmo de asistir a vamente inventora, de tan origi- Tusquets, 1997.
lo imposible. Más aún cuando nal autor agota por igual con-
el poeta termina con un verso venciones y virtudes. Regresa a
en el que, si no fuera pedir de- las regiones infantiles de la mara- [Se incluyen sólo primeras ediciones de
masiado, podría resumirse toda villa y la desolación, asegurando libros de poesía y antologías más impor-
tantes. El planteamiento y subrayados
su obra. Es sólo una línea, pero la confianza primigenia en la jus- de apropiación subjetiva de este análi-
de tan sutil forja y articulación, ticia y la felicidad. De ahí su iti- sis, aunque tampoco elude valoración
que llega a rebasar sus límites. nerario elíptico en su doble sen- global, en la medida en que sea posible y
lícito, recomienda no relacionar formal-
Rigurosamente elíptica y abierta, tido de círculo desobediente o mente ensayos, artículos y estudios sobre
cargada de verdad por un extre- defectuoso e imagen inefable, co- la obra poética de Caballero Bonald. Es
mo y otro, en el fondo está llena mo tanto se ha repetido en la pre- otra elipsis de convención erudita, que se
de contradicción y seguro miste- sente lectura. relaciona mejor con los espectros de un José María García López es licencia-
eco que con una voz interpretativa. do en Filología Hispánica y escritor.
rio: “Mientras más envejezco, Ese ciclo deforme, espiral co- También con el propio talante del autor Autor de La ronda del pecado mortal y
más me queda de vida”. mo un laberinto al revés de tantas y con sus opiniones escritas u orales, aquí Memoria del olvido.

62 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


HISTORIA POLÍTICA

DEL GOLFO A OSLO


Historia política del conflicto palestino-israelí

MIGUEL ÁNGEL BASTENIER

L
a guerra del Golfo, bauti- Pero, sobre todo, el presiden- dial? En favor de que Shamir sirve de la retórica de las grandes
zada por Estados Unidos te Bush entiende que ésa es su acabe por plegarse a la presión ocasiones:
como operación Tormenta gran oportunidad para entrar en de Washington juega la decisión “Lo que está en cuestión es mucho
del Desierto, con todos sus ele- la historia como muñidor de de avalar con esa condición el más que la suerte de un pequeño país;
mentos televisivos de realidad paz. Es preciso, para ello, per- préstamo de 10.000 millones de es una gran idea; un nuevo orden mun-
virtual para que no sea traumá- suadir a Israel de que acuda con dólares para financiar el estable- dial de acuerdo con el cual diferentes
naciones se han congregado para hacer
tica a una opinión, presunta- los palestinos a una conferencia, cimiento de nuevas colonias; pe-
realidad conjuntamente las aspiracio-
mente, aún bajo el síndrome de cuyo objetivo sea legitimar el ro, al mismo tiempo, la progre- nes universales de la especie humana: la
Vietnam, es una masacre y un plan de paz por territorios y li- siva desintegración de la URSS, paz, la seguridad, la libertad y el impe-
tiro al blanco. quidar, así, el contencioso cuan- que libera un torrente de inmi- rio de la ley”.
El 16 de enero de 1991 co- do ya no hay prácticamente grantes judíos a Israel, obra en
mienzan los ataques aéreos so- Moscú que pueda beneficiarse contra de la distensión. Cuanta El 6 de marzo, ante el Con-
bre Bagdad y en los siete días de ello. más diáspora, más intransigente greso y con la razia iraquí ya de-
siguientes la aviación norteame- Arafat, por su parte, necesita cree que puede ser Shamir en el sarticulada, añade:
ricana y aliada efectúa cerca de un cable al que agarrarse con la canje de territorios por paz, pa- “Ahora ya podemos ver emerger
100.000 salidas. El 24, las posi- OLP en bancarrota económica ra que no falte país donde dar un nuevo mundo. Un mundo en el
ciones iraquíes en Kuwait se juz- y política. La Intifada, además acomodo a los que llegan. que existe una verdadera perspectiva
gan suficientemente ablandadas de haber hecho consciente a la Bush, al cerrar la ventana de de que se instaure un nuevo orden
mundial; un mundo en el que la
como para desencadenar la ofen- opinión israelí de la existencia oportunidad iraquí, parece en-
ONU, liberada de la parálisis de la
siva terrestre, que en tres días ex- del pueblo palestino, también ha tender, sin embargo, que no guerra fría, está preparada para llevar a
pulsa del emirato a un ejército producido efectos menos salu- puede actuar unilateralmente ni término la visión histórica de sus fun-
aterrorizado. Bagdad se rinde el dables para la causa guerrillera, en lo militar ni en lo político. dadores. Un mundo en el que el res-
26 de febrero. como una polarización aguda Aunque la fuerza aeronaval nor- peto de los derechos del hombre halla
Estados Unidos ha puesto entre israelíes moderados (parti- teamericana podría haber actua- su lugar en el seno de la reunión uni-
versal de las naciones”.
fuera de combate por unos cuan- darios de negociar paz por terri- do desde la flota surta en el Gol-
tos años a un supuesto gran po- torios) y supremacistas (anexio- fo, las dificultades logísticas ha- Bush se remite tácitamente
der militar del mundo árabe, nistas declarados o de hecho), brían sido muy grandes, y para con esas palabras a la obra del
con lo que rinde un importante de forma que si es posible que disponer de una fuerza terrestre politólogo norteamericano Fran-
servicio a Israel; los Estados pe- aumente el número de partida- de invasión abrumadoramente cis Fukuyama, que acaba de pu-
trolíferos han dejado de subsi- rios de dialogar también se en- superior a todo lo que pueda blicar un artículo de enorme re-
diar a la Organización para la Li- durece la actitud de los opuestos oponer Bagdad, hacen falta bases percusión internacional llamado
beración de Palestina (OLP) por a la paz; de otro lado, los Estados en tierra firme; para eso sirven El fin de la historia. Fukuyama
haberse alineado con quien no árabes que han participado en la las instalaciones en Arabia Saudí. sostiene en el mismo que la de-
debían en la guerra; la Intifada se acción le vuelven la espalda al lí- De igual forma, la presencia mi- rrota del comunismo soviético
ha medio diluido en la gran tra- der palestino, y la reanudación litar árabe en la guerra es nece- ha dejado a la democracia liberal
ca final contra el régimen de del diálogo con Estados Unidos saria para disipar toda apariencia como única respuesta política al
Bagdad, y la propia insurrección parece más lejana que nunca. En de cruzada antiislámica; y, final- problema de la gobernación de
carece gravemente de recursos ese contexto se insinúa, tras la mente, el concurso occidental se las sociedades, y que nos halla-
económicos porque la expulsión guerra, la posibilidad de que la debe a que sólo con su contri- mos al final de la historia porque
masiva de trabajadores palesti- OLP recupere la respetabilidad bución militar y política cabe el debate sobre alternativas o sis-
nos de Kuwait y el Golfo ha ante Occidente concurriendo a afianzar la idea de que Tormenta temas políticos carece de sentido.
cegado una de sus mayores fuen- una conferencia internacional del Desierto es la primera opera- Lo único que queda, por tanto,
tes de ingresos: según algunos sobre Oriente Próximo. Poner ción militar en nombre de un es poner orden en un mundo sin
cálculos, unos 120 millones de demasiadas condiciones habría supuesto nuevo orden mundial. incertidumbres ideológicas. Se
dólares en donaciones directas sido suicida para Arafat. Durante 1991 Bush emplea sabe a dónde se va y sólo falta to-
de los Estados, y hasta 10.000 Si Estados Unidos, por otra 42 veces en sus intervenciones pografiar el camino.
millones sumando confiscacio- parte, no logra que Israel acuda públicas esos mismos términos. La parte práctica del plantea-
nes de depósitos en bancos ku- a la conferencia, ¿dónde queda En el discurso del estado de la miento de Fukuyama exige la
waitíes y pérdida de las aporta- el prestigio norteamericano co- Unión pronunciado el 21 de destrucción de las amenazas pe-
ciones de esos trabajadores. mo única superpotencia mun- enero de ese año, el presidente se riféricas de forma que el mundo

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
63
DEL GOLFO A OSLO

de la democracia liberal sea ca- pagar por defender a su señor, do lo menos específico posible, dentro del proceso de paz de
paz de mantener al menos sus pero forma parte de su casa feu- que sea suscribible por las partes, Oriente Próximo.
posiciones estratégicas para ir re- dal y no es un simple estipen- a algo más entrado en detalles, En la declaración de princi-
duciendo progresivamente los diado; el segundo es sólo un que despierte reticencias para la pios se acuerda el establecimien-
espacios, si no de alternativa co- condottiere que contrata su ca- firma. El acuerdo no es exacta- to de una autonomía para un pe-
munista que ha desaparecido pacidad de hacer la guerra. mente un tratado de paz, sino riodo máximo de cinco años a
como factor de dinamización Washington encarna, en cual- una mera declaración de inten- contar desde el momento en que
política, sí de rebeldía primitiva quier caso, una aleación de am- ciones, aquello que se desea que se efectúe la primera retirada
al orden único existente. En este bos porque al mismo tiempo ocurra, pero con deliberados va- israelí; pero esa autonomía tiene
sentido, es como si el planeta se opera como señor y mercenario cíos por rellenar, que dan todo el unos contornos tan imprecisos
dividiera en dos espacios geográ- en la medida en que garantiza el margen de maniobra a Israel, lo como limitados sobre educación
ficos distintos: Occidente y el botín a quien concurre a su que muestra quién impone la y cultura, sanidad, asuntos so-
resto del planeta. convocatoria-orden, tanto co- paz a quién. ciales, imposición directa y tu-
En el primero de los dos mo es remunerado por la pres- Lo firmado en Washington rismo. Nadie sabe qué extensión
mundos el fin de la historia es tación de sus servicios. consiste en una declaración de de los territorios va a evacuar
una realidad asumida e inapela- De esta forma, la factura de principios sobre la autonomía Israel, aunque Peres habla priva-
ble; en el segundo merodean aún Tormenta del Desierto la abonan provisional del pueblo palestino damente de una retirada de entre
residuos de la antigua teoría co- los supuestos beneficiarios como y tres cartas. La primera es de un 80% y un 90% de Cisjorda-
munista, pero reducidos a un Arabia Saudí, los emiratos, los Arafat a Rabin, reconociendo nia y de toda Gaza; por añadi-
universo declarativo que des- pequeños países petrolíferos del el derecho de Israel a existir de dura, se marca un periodo de
miente la práctica, como es el Golfo y Kuwait; los aliados han acuerdo con las resoluciones dos años a partir del comienzo
caso de China o, simplemente, ido a la guerra con los gastos pa- de la ONU 242 y 338, y su de la evacuación, que se desarro-
aventureros como el presidente gados y, por añadidura, se les ha compromiso de llevar adelante llará en tres operaciones conse-
iraquí, que sólo tratan de tallar- augurado una participación en el proceso de paz hasta la reso- cutivas con plazos muy detalla-
se un espacio propio en las in- el premio final: la reconstrucción lución pacífica del conflicto en- dos, para discutir la situación
tersecciones exteriores de la do- del emirato liberado. Rusia, por tre las partes, así como a resolver final de los territorios en los úl-
minación occidental. Ese es el ejemplo, recibe por su pasividad todos los asuntos pendientes timos tres años de ese periodo
sentido último de Tormenta del un crédito kuwaití de 3.000 mi- por medio de negociaciones; por transitorio; es decir, determinar
Desierto: el de castigar una acción llones de dólares, y a todos se les añadidura, el líder palestino de- si Israel va a reconocer la consti-
bucanera para que no se convier- promete una parte de los con- clara su renuncia al terrorismo tución de un Estado palestino
ta en precedente, y crear un con- tratos que el emirato otorgará (con lo que está admitiendo que independiente o, en su defecto,
texto en el que Israel tenga que para su reconstrucción. la OLP había sido una organi- qué tipo de entidad política co-
plegarse a una negociación con El paso siguiente es la solem- zación dedicada al terror) y se rone el edificio de la autonomía,
adversarios debilitados por la ne firma de los acuerdos de aviene a someter al Consejo Na- así como la suerte final de Jeru-
progresiva desaparición del factor Washington en los jardines de cional Palestino, para su apro- salén este, que los palestinos rei-
soviético. la Casa Blanca, el 13 de sep- bación formal, los cambios ne- vindican como capital.
Pero Estados Unidos, precisa- tiembre de 1993. El demócrata cesarios en relación a la Carta Hay diversas clases de paces: la
mente porque es la única super- Bill Clinton preside; el antiguo Nacional para anular aquellas de la fatiga sobre el campo de ba-
potencia, no quiere actuar uni- gobernador de Arkansas, de 44 cláusulas incompatibles con los talla, que busca una cierta equi-
lateralmente, sino como punta años y vencedor de Bush en las compromisos establecidos en la valencia de derechos y obligacio-
de lanza de un movimiento uni- presidenciales de noviembre an- citada comunicación, lo que nes entre los contendientes; las
versal bajo su dirección; el triun- terior, es quien recoge el apa- equivale a eliminar toda refe- paces cartaginesas, en las que el
fo de una sola forma de ver y go- rente fruto de la victoria nortea- rencia a la destrucción del Esta- vencedor impone sus condicio-
bernar el mundo lleva, para una mericana en el Golfo y de la do de Israel. De manera provi- nes al vencido pero los derechos
mejor fotogenia a que esa visión conferencia de Madrid, que ha- sional, se definen estas referen- y las obligaciones de las partes
transformada en política militar bían sido obra de su antecesor. cias como nulas e inválidas, de la suelen estar perfectamente espe-
se integre en una coalición de Calvinista sureño de la franja de misma forma que, verbalmente, cificados. Pero la paz israelo-
actores ordenados en forma de Estados que se conocen como el Arafat había calificado en París palestina es, ante todo, asimétri-
pirámide vasallática, en la que el cinturón de la Biblia, es posible la Carta Nacional de “caduca”. ca y, sobre todo, misteriosa.
poder hegemónico ofrece pro- que Clinton sea el presidente La segunda carta es de Arafat Es asimétrica porque la OLP
tección militar y respaldo políti- más pro-sionista de todos los a Holst, en la que pone en su da, o promete dar, todo lo que
co a cambio de determinados tiempos. conocimiento el llamamiento tiene: el reconocimiento de
servicios. Francia y Reino Uni- Junto a Clinton se hallan Ara- que hace al pueblo palestino pa- Israel y la expurgación de sus
do, en primer lugar; Japón y Ale- fat y Rabin, que se estrechan la ra que se sume al proceso de paz. textos sagrados sobre el antiguo
mania, más bien en la intenden- mano ante las cámaras, no sin La tercera, finalmente, es de Ra- enemigo; y a cambio recibe un
cia; España y Argentina, por una visible cara de disgusto del bin al presidente de la OLP, tan principio de autonomía de la
ejemplo, haciendo bulto. israelí, y a su lado Simón Peres, parca como su autor, en la que el que no se sabe casi nada en
Regis Debray ha calificado a circunspecto y reputado por to- antiguo militar dice que, a la vis- cuanto a sus objetivos. Muy al
la acción de Estados Unidos en dos de verdadero autor intelec- ta del cambio de actitud de Ara- contrario, tanto Rabin como Pe-
el Golfo como oscilando entre tual de lo que allí se firma. Las fat y de la OLP, Israel ha decidi- res se prodigan en proclamar an-
la figura del samuray y la del dos partes prefieren, aunque por do reconocer a la organización te propios y extraños que Jerusa-
mercenario; el primero se hace razones muy diversas, un acuer- palestina e iniciar negociaciones lén nunca dejará de ser la capital

64 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
MIGUEL ANGEL BASTENIER

indivisible y eterna de Israel, así pueda adquirir un bien político del Golfo y de la oportunidad vino a Bush para encontrar un
como que no contemplan la cre- mucho mayor. de inaugurar una nueva era his- atril académico y mediático en el
ación de un Estado palestino, Y una trampa, porque esa tórica a partir del momento en que apoyar su visión de un nue-
aunque sobre esto último se ha- misma geometría variable de la que Estados Unidos puede enfo- vo mundo, el historiador y poli-
ce un énfasis mucho menor. La paz permite al Estado sionista ir car la solución del problema sin tólogo norteamericano Samuel
paz israelí es, además, misteriosa graduando el proceso, pararlo y el engorro soviético. Huntington publica en 1993 un
porque puede entenderse como hasta estrangularlo sin llegar a Se dice que sin Egipto los ára- ensayo en Foreign Affairs titulado
una concesión, una apuesta y rematarlo, de forma que el riesgo bes no pueden hacer la guerra, y ‘El choque de las civilizaciones’,
una trampa; pero no alternati- en que se incurra por incumpli- sin Siria, tampoco la paz. La pri- que es una réplica directa al de
vamente, sino todo al mismo miento palestino de los acuer- mera parte de la frase es tan cier- Fukuyama.
tiempo. dos sea mínimo. ta como que desde la retirada de En su texto, el autor, que tiene
Una concesión porque, pese Al mismo tiempo, la com- El Cairo del campo de batalla es una reputación como intelectual
a las presiones norteamericanas, prensible actitud israelí de sólo como si los palestinos o cual- al margen de sus aficiones pole-
nada lleva inevitablemente a la aceptar una paz barata hace im- quier otro negociador putativo mistas, sostiene que el futuro no
mesa de negociaciones a los la- posible que, al menos en apa- con Israel lo hiciera con un bra- va a ser el de una imposible opo-
boristas, salvo la comprensión de riencia, el conflicto de Palestina zo atado a la espalda; como si Is- sición dialética por fallecimiento
que aquel puede ser el momento se convierta en el primer caso rael pudiera golpear sin temor a de uno de los dos actores, sino

Arafat y Netanyahu

de máxima oportunidad para ejemplarizador de ese presunto la más mínima y seria represalia que la filiación de esos mismos
atraer a los palestinos a firmar, al Orden Nuevo Mundial. de Estado y, por ello, desde 1979 actores va a cambiar, de forma
igual que Sadat, el fin del estado El orden de Bush será nuevo sólo ha habido una guerra en to- que en el siglo XXI el enfrenta-
de guerra. Como cualquier actor o no, pero el conflicto palestino da regla, la del Líbano, total- miento no será de ideologías po-
internacional, Israel negocia pa- existe siempre al margen de estas mente a iniciativa de Israel; y al líticas, tal como se entienden en
ra su beneficio; pero renunciar construcciones teóricas. Por ello, mismo tiempo esa incapacidad Occidente, pero sí será de civili-
a algo que se tiene y no parece en la firma que establece la paz árabe de librar una guerra de Es- zaciones; y entre todas ellas hay
especialmente amenazado com- entre Egipto e Israel en 1979 ya tado a Estado figura en el origen un gran candidato a estar en la
porta algún tipo de concesión. estaba contenida en toda su ló- mismo de la Intifada, que es lo primera oposición al mundo li-
Una apuesta, porque la deli- gica lo que el periodista nortea- más opuesto no sólo a la guerra beral-capitalista: el islam, con to-
berada vaguedad teleológica de mericano Thomas Friedman, convencional, sino también al sa- da su pretensión holística de ex-
los acuerdos es todo un acto sionista moderado, ha llamado botaje y atentado guerrilleros. plicación de la sociedad y del ser
de fe en que el pueblo palestino en The New York Times la rendi- humano, aunque otras cabe que
se sume a la búsqueda de la paz, ción palestina, aunque el mo- Huntington contra Fukuyama surjan también, como el nuevo
para que, con los territorios que mento preciso en que ésta se Tras la aparición del artículo El confucionismo de los tigres asiá-
eventualmente evacue, Israel produzca dependa de la guerra fin de la historia, que tan bien le ticos, para que en ningún caso la

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
65
DEL GOLFO A OSLO

historia tenga fin. El artículo, especialmente nuevo. Esa bús- Peres qué piensa de la ley mo- nalidad israelí, para desmosai-
concebido muy en la línea gran queda, y aquí es donde, cons- saica responde que no es reli- zarla, para privatizar el sionismo,
brochazo de Toynbee, ha alcan- cientemente o no, Clinton pare- gioso, pero que sin la religión perfectamente legítimo como
zado tanta repercusión como ce que se apunta a la hipótesis de judía no se entendería su exis- ideología personal, pero que po-
su precedente y, sobre todo, tie- Huntington, suele culminar con tencia. Y así es. Por ello no hay ne muy alto el listón de la paz.
ne mucho que ver con la políti- el castigo a objetivos emplaza- en Israel una separación pro- Sólo esas voces de un Israel post-
ca del presidente Clinton en dos en naciones musulmanas. funda, a cierto nivel de forma- sionista estarán en condiciones
Oriente Próximo o, por lo me- Tanto en operaciones de bom- ción de subconsciente nacional, de hacer una verdadera paz. Y,
nos, Medio. bardeo contra blancos integristas entre los religiosos y la mayoría con ello, conseguir que una gue-
En los últimos siete años Es- en Sudán y Afganistán, llevadas a de los presuntos laicos. Todos rra tenaz deje de sobrevivirse a sí
tados Unidos, a veces con el cabo en el verano de 1998, en vienen de un mismo tronco. misma. n
apoyo francés y siempre con represalia contra sendos ataques Eso explica que haya podido
el británico, ha bombardeado con gran carnicería a embajadas imponerse durante toda la exis-
masivamente Irak cinco veces: norteamericanas en el África ne- tencia del Estado hasta la fecha
una en la guerra de 1991, dos en gra, como en su demostrada afi- una versión única del sionismo [Versión abreviada del capítulo ‘Del
Golfo a Oslo’ del libro La guerra de
1993, otra en 1996 y la última ción punitiva sobre Irak, el pre- como élan creador del país, que siempre, editorial Península].
en diciembre de 1998, amén de sidente está castigando a países ha encontrado su correlato en
la comitiva constante de inci- pertenecientes a la que es, según una historiografía y unos libros
dentes menores a comienzos de Huntington, la gran civilización de texto increíblemente doctri-
1999. alternativa y posible enemiga nales para una nación tan reple-
El castigo a Irak está vincula- de Occidente. En vez de Este- ta, por otra parte, de talento y de
do, sin embargo, tanto o más Oeste, Norte-Sur. universalidad. Pero eso es posible
que a reducir per se la capacidad Pero tanto si nos hallamos an- que ya haya comenzado a cam-
militar de Bagdad, al tortuoso te el fin de la historia, como si va- biar, grosso modo, en los últimos
proceso de paz en Oriente Pró- mos al choque de civilizaciones, 10 años como muestra el traba-
ximo, y cumple la función, no la irreductibilidad del conflicto jo de los nuevos historiadores, de
importa cuáles sean las persona- árabe-israelí a la bipolaridad pa- quienes Benny Morris es el más
les intenciones de Clinton, de sada, o el intento de unipolari- conocido en Occidente.
un pago en prenda a Jerusalén dad tendencial que hoy encarna Ese cambio, como dice uno
para que sea más acomodaticia Washington, hace que no pueda de ellos, Illa Greilshamer, está
en la negociación con los pales- haber una geopolítica exterior empezando a sustituir la voz de
tinos, de una manera parecida a que lo domestique. Israel por las voces de Israel. Y en
como el presidente Nixon man- Uno se siente tentado de pen- ese mismo sentido, comenzó a
daba bombardear Vietnam del sar que el secreto de la paz en hablarse en los años setenta de
Norte en 1972, para que Viet- Oriente Próximo se encuentra un neosionismo y de un postsio-
nam del Sur se aviniera a la paz; mucho más que en la erradica- nismo que se alejaban, aunque
tangencialmente los bombarde- ción del terrorismo de Hamás, de forma muy diversa, de la idea
os han podido tener que ver en un cambio identitario que es tradicional del sionismo de Es-
también con las dificultades del posible que se esté produciendo tado. Otro de los nuevos histo-
presidente en su proceso de im- ya en el Estado de Israel. riadores, Uri Ram, subraya có-
peachment, como elemento para Cuando hablamos de laicos mo el primero da la primacía a la
distraer la atención del público y religiosos en el país incurri- idea de la tierra de Israel sobre el
hacia un presidente que defiende mos inevitablemente en alguna hecho institucional, para poner
la paz mundial mientras el Con- imprecisión. Habitualmente se de relieve lo étnico, lo judío, y
greso le quiere apuñalar por la califica de “seculares” a aquellos cuyos representantes más lunáti-
espalda; pero, especialmente, es israelíes que no se sienten vin- cos son los miembros del Gush
la forma del presidente demó- culados por la halacha, ley mo- Emunim o Bloque de la Fe;
crata de llevar adelante una idea, saica, y de “religiosos” a los que mientras que el segundo se es-
bien que caótica, de Nuevo Or- la observan. Pero no por ello la tructura a partir de los derechos
den Mundial. religión deja de estar presente del individuo frente a la socie-
Fracasada la operación de So- en la conciencia de la inmensa dad, de la normalización de lo
malia en 1993, inexistente la de mayoría de los israelíes, porque ciudadano frente al particularis-
Ruanda en 1995 y en estado de es un sentimiento religioso, bí- mo de la lealtad colectiva a la
fragilidad extrema la tentativa blico, el que a los ojos de todos nación.
norteamericana de manteni- ellos explica y justifica la exis- El director del excelente dia-
miento de la paz en la antigua tencia del Estado de Israel. Lo rio liberal Haaretz, Hannoch
Yugoslavia desde 1996, que que- que tenemos, por tanto, es un Marmari, propuso en una oca-
rían ser todos elementos de público secular que ha moder- sión que la ley del retorno se de-
prueba de la teoría de Fukuya- nizado su forma de sentir de la jara sin efecto en el año 2023.
ma, queda la búsqueda de cul- religión, pero que no es laico a Aunque un poco largo nos lo fía,
pables para demostrar que hay la manera con que se es en Eu- yo diría que ése es el camino pa-
un orden universal, aunque no ropa. Si se le pregunta a Simón ra la normalización de la nacio- Miguel Ángel Bastenier es periodista.

66 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
ÉTICA

BIOÉTICA Y CONSTITUCIÓN
VICENTE BELLVER CAPELLA

E
cho en falta un mayor inte- lución a la que se haya llegado, de los mismos tienen una di- do víctimas más que sujetos de
rés de los estudiosos de la sirviéndose para ello de una dis- mensión pública, porque impli- las biotecnologías:
bioética por el derecho a la posición normativa. can a terceros, que han de orde-
hora de resolver los problemas Los problemas de la bioética nar o aplicar los tratamientos; a) Sujetos no occidentales. Las
propios de su disciplina. Desde tienen relación directa con uno porque comprometen recursos técnicas biomédicas se aplican
sus orígenes, se ha tendido a ver de los bienes más preciados del técnicos y económicos públicos, sobre la vida humana y, en par-
la bioética como algo de lo que ser humano: su vida. En una so- o, simplemente, porque afectan ticular, intervienen en los mo-
principalmente se ocupan las ciedad pluralista, en la que riva- a bienes que no son exclusivos mentos más significativos de la
personas dedicadas al estudio de lizan distintas concepciones de los individuos. Se puede de- misma: la concepción, el naci-
la vida o al cuidado de la salud, acerca del bien, la resolución de cir que la bioética, en esta pers- miento, la enfermedad y la
de una parte, y los estudiosos de los problemas bioéticos se en- pectiva, nos sitúa ante un pro- muerte. Las culturas tienen un
la ética o quienes proponen con- cuentra con la dificultad preli- blema de justicia distributiva papel decisivo en la interpreta-
cepciones acerca de la moral, de minar de decidir los criterios que exige responder a tres cues- ción de la vida humana y en la
otra. A todos ellos, científicos y con arreglo a los que debemos tiones: ¿quiénes tienen dere- determinación de las pautas de
médicos, filósofos y moralistas, tomar las decisiones. ¿Tiene el chos?, ¿qué derechos tienen? conducta. La persona queda
les suele parecer poco relevante derecho algo que decir en la re- y ¿por qué esos sujetos y esos amenazada y, por lo general, le-
la dimensión jurídica de su co- solución de los problemas bioé- derechos, y no otros? sionada cuando se le aplican esas
nocer o de su obrar. Quizá los ticos en una sociedad pluralista? La aplicación de las biotec- técnicas sin tener en cuenta las
juristas tengamos algo de res- Ésta es la pregunta a la que tra- nologías a la vida humana da exigencias de la cultura en la que
ponsabilidad en ello, porque la to de responder en las siguientes pie a muchas y novedosas ame- vive y en la que ha desarrollado
larga tradición de recelar del de- páginas. Para ello, comienzo por nazas para el mismo ser huma- su identidad.
recho por aparecer como abs- subrayar la estrecha relación que no. La primera y más impor-
truso y, en el fondo, arbitrario se existe entre la bioética y el dere- tante es que replantea el pro- b) Sujetos no autónomos. La
confirma de nuevo en la actua- cho, pues buena parte del con- blema de quiénes son sujetos aplicación de las biotecnologías
lidad ante la profusión y com- tenido de la bioética consiste en de derechos. Las biotecnologías, a la vida humana está impulsada
plejidad normativa. Además, responder a las preguntas ¿quién principalmente, se han desarro- por el afán de la calidad de vida.
uno de los flacos favores que ha es persona y, por tanto, sujeto llado y han tenido como bene- Pero ese objetivo fácilmente en-
hecho el positivismo al derecho de derechos? y ¿a qué tiene de- ficiarios a los países occidenta- tra en colisión con la defensa de
es el de presentarlo como herra- recho la persona? Como las res- les. La consecuencia de hecho las vidas humanas menos cuali-
mienta de la que disponer, do- puestas a estas preguntas son es que se ha tendido a ver como ficadas, como son las de los su-
tada de una legitimidad pura- muy diversas, a continuación sujetos titulares de unos dere- jetos no autónomos: embriones
mente formal, y no como inter- recuerdo que el marco consti- chos, que les permitirán simul- y fetos humanos, enfermos
locutor con el que dialogar y del tucional es aquel en el que se táneamente defenderse y bene- mentales y deficientes, pacien-
que, incluso, recibir orientacio- puede, y se debe, alcanzar el ne- ficiarse de esas tecnologías, tes terminales o con lesiones gra-
nes. Aunque las posturas positi- cesario acuerdo sobre esas cues- únicamente a los sujetos autó- ves irreversibles, individuos po-
vistas están muy atemperadas en tiones. En concreto, hago men- nomos de Occidente, cuyo tipo bres o socialmente marginados.
estos momentos, su rastro toda- ción de los principios de la sería el Wasp (White Anglosa- En la cultura de la calidad de vi-
vía perdura en la conciencia so- Constitución española (CE) que xon Protestant). Se explica que da la voluntad de los sujetos
cial, de modo que el derecho es tienen relación directa con la haya sido así, pues, en un pri- tiende a prevalecer sobre los in-
percibido como el mecanismo bioética y del modo en que han mer estadio, quien alcanza una tereses de los que no la tienen.
para hacer socialmente efectiva de ser tenidos en cuenta. Final- situación de poder trata de con- La condición de sujeto se liga a
una voluntad por completo in- mente, apunto alguno de los solidarla por medio del derecho. la existencia de una voluntad y
dependiente del mismo derecho. riesgos que entraña el olvido del En contraposición, los seres no a la pertenencia al género hu-
En consecuencia, y para el caso derecho en la bioética. humanos de culturas no occi- mano y a la existencia de unos
concreto de la bioética, se ten- dentales, los sujetos no autóno- intereses.
derá a afrontar los problemas sin Bioética: sujeto y derechos mos por carecer de voluntad o
considerar la perspectiva jurídi- La bioética trata de los proble- los no nacidos o ni siquiera c) Futuras generaciones. La vo-
ca; sólo al final, y en caso de que mas que suscita la aplicación de concebidos (las futuras genera- luntad de los individuos actuales
resulte imprescindible, se bus- la ciencia y la técnica a la vida y ciones), no son considerados de vivir lo más posible con el
cará el modo de articular la so- la salud humana. Buena parte como sujetos de derechos, sien- máximo de calidad de vida pue-

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
67
BIOÉTICA Y CONSTITUCIÓN

de ocasionar un perjuicio irre- contrario, desde un pensamien- Ante la pluralidad de postu- mocrática, porque se funda en el
parable a las futuras generacio- to social los poderes públicos ras para resolver los problemas reconocimiento de unas garan-
nes, bien porque agoten los re- asumirán la responsabilidad de bioéticos y de la imposibilidad tías efectivas de la dignidad de la
cursos necesarios para aquéllas, garantizar la salud de todos los de dilatar las respuestas a los persona, establecidas por un
bien porque alteren las condi- ciudadanos. mismos, ¿podemos encontrar procedimiento democrático.
ciones de vida hasta el punto de Para decir quiénes son sujetos un criterio satisfactorio de reso- Veamos cómo se ha plasmado
hacerla imposible o radicalmen- de derechos y a qué tienen de- lución de los mismos? Pienso esto en nuestra Constitución.
te distinta de como había sido recho esos sujetos necesitamos que más allá de la moral y la po- El artículo 1 de la CE esta-
para todas las generaciones an- un criterio. Desde la bioética, lítica podemos encontrar en el blece que “España se constituye
teriores. Esta absolutización del se proponen modelos morales derecho un marco de referencia en un Estado social y democrá-
presente obedece a la pérdida para responder a estas pregun- apto para dar respuesta a estas tico de derecho…”. Por otro la-
del sentido de la responsabili- tas, que rivalizan por el mono- cuestiones. En definitiva, el mo- do, el artículo 10 dice que
dad por el futuro de la vida hu- polio de la racionalidad y la le- delo jurídico-político consagra- “la dignidad de la persona, los dere-
mana. Esta pérdida, a su vez, gitimidad. En estos momentos, do en las constituciones de los chos inviolables que le son inherentes,
ocurre porque el hombre olvida en la oferta bioética podemos Estados democráticos es una res- el libre desarrollo de la personalidad,
que es el único ser capaz de cui- localizar, por lo menos, cuatro puesta a estas dos preguntas. el respeto a la ley y a los derechos de los
demás son el fundamento del orden
dar la vida y que, por ello, tiene modelos: el utilitarista, el libe-
político y de la paz social”.
una responsabilidad sobre la ral, el personalista y el comuni- Constitución y bioética
misma. tarista. Dentro de cada uno de El derecho no es sólo el mono- Según estos artículos, el mo-
Detrás de esta triple reduc- ellos encontramos posturas más polio estatal de la coacción, si- delo de organización política
ción se encuentran, respectiva- dialogantes o más distantes con no también el empeño por con- consagrado en nuestra Consti-
mente: el etnocentrismo, que, las otras. Cada uno ha sido cri- seguir la justicia. Desde esta tución –el Estado social y de-
desconociendo la igualdad de las ticado por los demás y, desde perspectiva, los derechos fun- mocrático de derecho– se funda
diferencias culturales, excluye a luego, todos presentan aspectos damentales y el Estado social y tiene su razón de ser en la dig-
quienes no se homologan al mo- dudosos o reprochables que constituyen una cumbre histó- nidad de la persona y los dere-
delo hegemónico; el voluntaris- ellos mismos han tratado de rec- rica, pues significan que el po- chos que le son inherentes.
mo, que olvida el carácter radi- tificar. El utilitarismo tiende a der coactivo del Estado se legi- Concretando las exigencias
calmente indigente y necesita- extender su atención a los seres tima en función del reconoci- del Estado social, el artículo 9.2
do del ser humano, y niega la vivos no humanos y a olvidar, miento y garantía de la efec- atribuye a los poderes públicos
personalidad a quien no puede en cambio, a los seres humanos tividad de los derechos funda- el deber de
ejercitar su voluntad en acto; y con una capacidad atenuada de mentales. En efecto, los textos “promover las condiciones para que
el instantaneísmo, que reduce la sufrimiento; el liberalismo se constitucionales de muchos Es- la libertad y la igualdad del individuo y
temporalidad al instante y se centra en propuestas procedi- tados –entre otros el nuestro, de los grupos en que se integra sean
despreocupa tanto del pasado mentalistas que, al final, no aca- como a continuación se ve– se reales y efectivas; remover los obstácu-
los que impidan o dificulten su pleni-
como del futuro, constitutivos ban de beneficiar a todos los su- fundan en el reconocimiento y
tud y facilitar la participación de to-
del ser humano en cuanto que jetos por igual, sino a los que garantía de los derechos. Un dos en la vida política, económica, cul-
es duración. ocupan las posiciones privile- paso más adelante en esa direc- tural y social”.
Pero junto al riesgo de redu- giadas; el personalismo, con ción ha consistido en la asun-
cir el conjunto de sujetos de de- propuestas de criterios éticos ción constitucional por parte Es el reconocimiento de que
rechos, la bioética nos coloca an- materiales de validez universal, del Estado de la efectividad en el Estado tiene deberes positi-
te el problema de determinar corre el riesgo de propender a la garantía de los derechos. No vos, y no sólo el mero deber de
qué es lo que corresponde a esos un Estado ético; el comunita- se trata sólo de garantizar la abstención, en la garantía de los
sujetos: ¿qué se les debe garanti- rismo insiste en la comunidad abstención del Estado en los derechos.
zar?, ¿a qué tienen derecho? Es como fuente de identidad, pero ámbitos que son de libre dispo- Sin perjuicio de los principios
la pregunta sobre la distribución ello puede reducir la sociedad a sición del ciudadano, sino de constitucionales, que deben es-
de los recursos públicos entre las un espacio de confrontación y que el Estado participe me- tar presentes en toda la inter-
necesidades de los individuos, negociación entre tribus morales diante una política de derechos pretación de la misma, y de los
que se puede plantear en otros particulares. fundamentales en la creación de llamados “principios rectores de
términos: ¿qué extensión ha de A estas ofertas éticas se añade las condiciones para que ese la política social y económica”
tener la atención sanitaria que la político-democrática: son los ámbito de libertad pueda ser re- (cap. III de la CE), entre los que
proporcionen los poderes públi- ciudadanos, a través de su parti- almente ejercido. Es lo que se se encuentra el derecho a la sa-
cos? La respuesta estará condi- cipación en la vida pública, llama Estado social. lud (art. 43), pero que carecen
cionada tanto por la delimita- quienes determinan la extensión A la vista de este modelo ju- de eficacia inmediata ante los
ción que se haga entre lo públi- y contenido de los derechos. Pe- rídico-político, se puede afirmar tribunales, los derechos funda-
co y lo privado como por el ro tampoco esta medida resulta que los derechos fundamentales mentales que tienen relación
concepto de salud que se sos- aceptable en términos absolutos reconocidos por las constitucio- más directa con los problemas
tenga. Así, una posición liberal porque parece que la determi- nes de los Estados sociales defi- bioéticos son el derecho a la vi-
reducirá la sanidad pública a la nación de quiénes son los suje- nen el marco insuperable de re- da (art. 15) y el derecho a la li-
primaria y de urgencias, y deja- tos y cuáles son sus derechos no solución de los conflictos bioé- bertad religiosa y de conciencia
rá el resto a la espontaneidad de puede quedar en manos de una ticos. Ese marco no sólo está (art. 16).
la sociedad civil y a la autono- voluntad, por muy mayoritaria provisto de una legitimidad le- El artículo 15 dice que “to-
mía de los individuos. Por el que resulte. gal, sino también racional y de- dos tienen derecho a la vida y a

68 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91n


VICENTE BELLVER CAPELLA

la integridad física y moral”. El sino también la de actuar con- creo que las líneas directrices que vinculantes sino que gozan del
TC ha entendido que este dere- forme a la propia conciencia. de forma general deben configu- respaldo de la legitimidad crítica
cho, como todos los de nuestra Ello implica, entre otras cosas, rar los procesos de decisión sobre o racional. Esa legitimidad cuen-
Constitución, implica deberes que la objeción de conciencia aspectos biomédicos que afecten ta con dos puntos de apoyo. De
positivos por parte del Estado, –cuya mención expresa en la CE a derechos fundamentales son: una parte, los derechos procla-
que se concretan, entre otros, en únicamente se contiene en el art. 1. La dignidad de la persona mados en la CE son resultado de
“establecer un sistema legal para la 30.2, a propósito de la objeción como fin de cualquier actua- un largo proceso histórico de lu-
defensa de la vida que suponga una de conciencia al servicio militar– ción. cha por la defensa de la dignidad
protección efectiva de la misma y que, adquiriría rango de derecho fun- 2. La salvaguardia por igual de la persona; coinciden con los
dado el carácter fundamental de la vida, damental. La dimensión presta- de toda vida humana. Esa salva- recogidos en la Declaración Uni-
incluya también, como última garantía,
cional de esta libertad, que im- guardia implica una protección versal de derechos Humanos y el
las normas penales. Ello no significa
que dicha protección haya de revestir plica no sólo abstenciones sino no sólo frente al Estado sino Convenio Europeo de derechos
carácter absoluto, pues, como sucede también intervención positiva frente a terceros. Humanos, y cuentan con un am-
en relación con todos los bienes y de- por parte del Estado, aparece ex- 3. Intervenciones respetuosas plísimo respaldo democrático.
rechos constitucionalmente reconoci- presamente reconocida en el ar- con la conciencia de los pacien- De otra, el modelo de Estado so-
dos, en determinados supuestos pue- tículo 16.3, al afirmar que tes, de modo que no se les obli- cial enlaza con la exigencia fun-
de, y aun debe, estar sujeta a limitacio-
nes” (STC 53/1985, de 11 de abril). “los poderes públicos tendrán en gue a someterse a un tratamien- damental de la filosofía política
cuenta las creencias religiosas de la so- to contrario a sus convicciones y clásica de atribuir al Estado la
El artículo 16.1 de la CE afir- ciedad española y mantendrán las con- se les facilite, en la medida de lo misión de garantizar la paz y la
ma que siguientes relaciones de cooperación posible, tratamientos respetuo- provisión de los medios necesa-
con la Iglesia católica y las demás con-
“se garantiza la libertad ideológica, sos con su religión. rios para la vida buena.
fesiones”.
religiosa y de culto de los individuos y 4. La objeción de conciencia Por la normatividad jurídica y
las comunidades sin más limitación, en Como todos los ciudadanos y para el personal sanitario cuan- por la legitimidad metajurídica
sus manifestaciones, que la necesaria los poderes públicos, los indivi- do se encuentren ante una prác- de la Constitución, la bioética
para el mantenimiento del orden pú-
duos e instituciones que decidan tica médica cuya realización está vinculada al marco consti-
blico protegido por la ley”.
cuestiones bioéticas deberán su- atentaría contra su conciencia. tucional y la solución a los pro-
De acuerdo con otros auto- jetarse a la Constitución y al res- Entiendo que estos principios blemas que se le planteen habrá
res, estimo que este artículo re- to del ordenamiento jurídico constitucionales, que deben de partir de los principios ahí
conoce no sólo la libertad de (art. 9.1 CE). A la vista de los orientar las decisiones en bioéti- contenidos. No se trata de de-
practicar la propia fe religiosa, artículos a los que me he referido, ca, no sólo son jurídicamente ducir, a partir de aquéllos, la
BIOÉTICA Y CONSTITUCIÓN

solución a cualquier supuesto. mativo y unas directrices vin- De no hacerlo así, estos co- ten muy diversas interpretacio-
La interpretación de tales prin- culantes. Desconocerlo no faci- mités pasarían a ocupar el lu- nes y aplicaciones y, por ello,
cipios no podrá prescindir del lita la resolución de tales con- gar de la Constitución en el re- frecuentemente parecen insufi-
conocimiento del estadio de evo- flictos, sino que abre la puerta a conocimiento de los derechos y cientes. Sin embargo, en su in-
lución de las biotecnologías y de graves riesgos, fundamental- el derecho cedería su puesto a la suficiencia resultan imprescin-
la medicina ni de la opinión pú- mente el de sustraer el debate arbitrariedad. Existe el riesgo de dibles. Amparándose en ellas,
blica, como tampoco de las co- sobre los mismos al marco de que esas situaciones se den y se pueden justificar actuaciones
rrientes de pensamiento sobre la legitimidad democrática que le queden impunes. Se pueden dar contrarias a la dignidad huma-
vida humana. El horizonte de las corresponde. Ello da lugar a un porque existen las condiciones na. Pero la solución en ningún
posibles respuestas racionales a estado de inseguridad que pre- para que prenda un corporati- caso será prescindir de las ga-
los casos concretos es amplio y cipita en la injusticia: cuando vismo desde el que se enfoquen rantías, sino discutir sobre su
flexible, condicionado por la va- las decisiones pierden el respal- estas cuestiones como propias adecuada interpretación. n
loración que de las circunstan- do de la razón pública acaban de expertos y, por ello, inde-
cias históricas se haga en cada siendo la imposición de la vo- pendientes de cualquier instan-
momento. Pero, en todo caso, luntad de los más poderosos. cia que no sea la científica. Se
hay un marco constitucional que Me voy a referir a dos situacio- olvidaría, en tal caso, que a pe-
no se puede desbordar. nes en las que este riesgo, el de sar de la complejidad científica
Es obvio que, de esta manera, la inconstitucionalidad de he- de los asuntos, lo que se debate
desplazamos el problema de la cho, está muy próximo. son derechos fundamentales de
fundamentación al problema de Una de ellas es la de los co- los individuos. Cuando el fan-
la interpretación, lo que, en mités de bioética que operan en tasma de la arbitrariedad sobre-
principio, no parece un adelanto los hospitales o como órganos vuela los comités de bioética y
porque las interpretaciones posi- consultivos de las administra- el modo de espantarlo es la re-
bles son tantas como las funda- ciones públicas. No pretendo ferencia inmediata a la Consti-
mentaciones. Sin embargo, creo deslegitimar su actuación ni si- tución.
que la ubicación de los proble- quiera dudar de su necesidad La otra situación no tiene
mas bioéticos en sede de inter- para resolver casos difíciles que, que ver con una institución, si-
pretación constitucional y no de de otro modo, quedarían a no con una realidad social: la
fundamentación extraconstitu- merced de la discrecionalidad del pluralismo cultural. Ya he
cional resulta ventajosa porque de una persona o un equipo. Es dicho que la vida es un valor al
centra el debate en el ámbito de muy oportuno, y a veces estric- que la cultura da su relieve es-
lo público: aquél en que no se ri- tamente imprescindible, que un pecífico. En una sociedad mul-
valiza por la imposición de una comité integrado por médicos, ticultural estarán presentes una
concepción global del bien sino investigadores, filósofos, repre- diversidad de concepciones so-
en el que se confrontan visiones sentantes de confesiones reli- bre la vida humana. El marco
del mundo con el objeto de con- giosas, etcétera, emita dictáme- para integrar esas posturas es la
seguir el respeto a la dignidad nes sobre tales casos, con un Constitución. Si esto se olvida,
del ser humano y la convivencia cierto distanciamiento y apo- la convivencia tiende a frag-
pacífica entre los hombres. Para yándose en razones. Pero pre- mentarse y fácilmente a crispar-
ello es necesario un lenguaje co- cisamente porque el objeto de se. En el mejor de los casos se
mún, en nuestro caso el consti- estas cuestiones son los dere- opta por que cada grupo o co-
tucional, que hace posible la dis- chos fundamentales de la per- munidad reciba una atención
cusión y la toma de decisiones. sona –su vida e integridad físi- médica según sus valores; lo
Ese lenguaje común no está in- ca, su intimidad, su conciencia, más frecuente es que las comu-
tegrado únicamente por estruc- etcétera–, de ninguna manera nidades más poderosas se im-
turas formales sino también por estas instituciones podrán con- pongan a las más indefensas.
unos contenidos materiales acri- vertirse en grupos de expertos Con estos criterios no sólo que-
solados en una dilatada historia que discuten un asunto como si da amenazada la convivencia
de lucha por los derechos. Las fuera una cuestión estrictamen- social sino desprotegida la li-
estructuras formales y los conte- te científica, al margen de cual- bertad de los individuos, que
nidos materiales del lenguaje quier orden normativo. En el pueden verse atenazados por la
constitucional son, al mismo ejercicio de su actividad, tales comunidad de pertenencia o
tiempo, el límite infranqueable y comités habrán de tener pre- por la comunidad dominante.
el criterio orientador de cual- sentes circunstancias económi- Ante la pluralidad cultural,
quier propuesta bioética. cas, conocimientos médicos, la Constitución se erige como
tendencias sociales, conviccio- garante del espacio público co-
Riesgos de construir nes religiosas compartidas; pe- mún, en el que tienen cabida
una bioética al margen ro, en todo caso, habrán de te- todos los ciudadanos y sus cul-
de la Constitución ner presente, como límite y turas respectivas siempre que
La Constitución no tiene la res- orientación, el texto constitu- respeten el marco que hace po- Vicente Bellver Capella es profesor ti-
puesta a todos los dilemas bioé- cional y los derechos consagra- sible la continuidad en la con- tular de Filosofía del Derecho en la
ticos, pero fija un marco nor- dos en él. vivencia. Esas garantías admi- Universidad de Valencia.

70 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
CINE

JOHN SAYLES
El espíritu de los sesenta redivivo

ALBERTO ÚBEDA-PORTUGUÉS

E
n cada nueva película del cambiar el mundo. Les había pusiera en el trance, aunque no madre a la americana [1979]),
norteamericano John Say- llegado a los protagonistas de la quisieran, de taparse los ojos. le atrajo mucho más el estudio
les –sin que realmente se lo película el momento de las con- Lianna se preocupaba más de la del comportamiento de unos jó-
proponga como medida higié- cesiones, de torcer el gesto y recuperación de la libertad de venes que viven obsesionados
nica de emergencia– hay un es- romper los discos que hablaban una persona que no ha tenido con ser tan importantes como
fuerzo inédito y gratificante por de paz, amor y revolución. Sus tiempo de plantearse lo que de Elvis Presley y tan inestables y
ser políticamente incorrecto y diálogos son compulsivos, se en- verdad opina sobre las cosas; en- chispeantes como la espuma de
molesto con los que no se can- trecruzan, están llenos de lágri- tre ellas, su concepción de la la coca-cola. El choque con el
san de promocionar que la fa- mas que, la mayoría de las veces, afectividad y la sexualidad. En mundo real, con los escasamen-
milia es el antídoto definitivo sólo se vierten interiormente. esta película, y en el resto de su te memorables pasos hacia la vi-
contra el pensamiento libre y, No podían fingir que habían vi- filmografía, a Sayles le interesa da adulta, les enfrentaba a sus
por tanto, sometido a todos los vido, que no les había afectado constatar qué ocurre cuando sus miedos y a la verdad de sus sen-
peligros. La seguridad, la princi- la pérdida de las ilusiones pueril criaturas se vuelven indepen- timientos, que no estaban escri-
pal ventaja que oferta la sagrada aunque emocionalmente levan- dientes, se arriesgan a abando- tos en ninguna canción de éxito.
institución del capitalismo, no tadas. Y emocional es su reac- nar el aprisco comunitario, en The Brother from Another Pla-
es ni siquiera una opción a con- ción ante un curso de los acon- el que no les falta su pienso fa- net (1984), una supuesta pelí-
siderar para John Sayles. Los tecimientos y de la historia que vorito, y ver el panorama fuera cula de ciencia-ficción (el cine
personajes de este cineasta y es- les rechaza, porque no son lo de los estrechos límites que im- comercial por excelencia: la po-
critor sedicioso (que convierte suficientemente hábiles, rápidos pone la televisión. El único sibilidad –claro, hace falta dine-
sus películas en literatura que y listos para dejar los escrúpulos triunfo de la protagonista de ro– de utilizar los efectos espe-
baila a 24 fotogramas por se- a un lado y extasiarse con el bri- Lianna está en las desiertas pa- ciales más apabullantes), no se
gundo mientras su obra narrati- llo de la Visa Oro. redes de la habitación alquilada apartaba ni un ápice de las ideas
va es una fuente inagotable de Una de las características más que alberga su libertad, lo que básicas que frecuenta John Say-
ideas visuales que amenazan con acusadas de John Sayles es su fi- no es poco, siempre y cuando les. En el extraterrestre negro y
fugarse de las páginas impresas) delidad a sí mismo, tanto en los se dejen a un lado los clichés mudo aparecido en Harlem que
tienen vocación de faro del fin guiones que escribe para otros educativos que prohíben –sea lo el cineasta describe en este filme
del mundo, de islotes perdidos como en sus filmes. Siempre, in- que fuere lo que la conciencia hay una excesiva dosis de ironía,
que, aun sabiendo que un buen cluso en casos tan improbables nos dicta– y castigan el descen- inteligencia y humor sutil que
día de temporal serán sepulta- como Piraña (1978), Aullidos so en la escala social. no tiene correspondencia con
dos bajo las aguas, mantienen (1980), ambas de Joe Dante, o El que Sayles haya aceptado ninguna película que haya par-
su oposición frente a la razón La bestia bajo el asfalto (Lewis escribir filmes de género (a las tido de las mismas premisas que
que se arroga el aparato inter- Teague, 1980), Sayles encuen- mencionadas, podrían añadirse The Brother from Another Pla-
vencionista del Estado. Sólo esa tra la manera de dejar clara su Los siete magníficos del espacio net. Antes bien, se aprovecha la
lejanía del epicentro del poder visión desprejuiciada y necesa- –Jimmy T. Murakami, 1980–, llegada de alienígenas pacíficos
hace que tengan alguna espe- riamente crítica de la realidad. El reto del samurai –John Fran- para pasar revista a los aspectos
ranza de sobrevivir. Una película como Lianna kenheimer, 1982– y El clan del más costumbristas y digeribles.
Hasta Passion Fish (1992), la (1983), su segunda incursión oso cavernario –Michael Chap- Se prefiere, por ejemplo, la mi-
obra de John Sayles era prácti- tras la cámara, se habría conver- man, 1985–) hizo concebir es- rada complaciente y enconada-
camente desconocida en Espa- tido en una ocasión magnífica peranzas a un gran estudio ci- mente infantil de E.T. (sin que
ña. Su irrupción en el panorama para dar que hablar a los que só- nematográfico (Paramount) de ello suponga ningún demérito
cinematográfico estadounidense lo les motiva el escándalo: Sayles que Baby, It’s You (1983), su ter- para la película de Steven Spiel-
coincidió con la llegada a la Ca- retrataba con sencillez a una cera película, podría ser una berg) que un punto de vista me-
sa Blanca de Ronald Reagan. mujer casada y con dos hijos agradable comedia de amor ado- nos obsesionado por los gustos
Malos tiempos para hablar so- que busca comprensión (y no la lescente ambientada en los años de la inmensa clase media; es
bre radicales de los sesenta en protección soberbia de un mari- sesenta y que su distribución se- decir, la clase de propuestas que
desgracia, como ocurría en su do que no la considera su igual) ría un buen negocio. Sin em- apoya John Sayles.
primer filme, Return of the Se- en los brazos de su profesora de bargo, a Sayles, antes que hacer Los conflictos políticos, en
caucus Seven (1980). Sayles ex- Psicología. Desgraciadamente una colección de chistes más o sentido estricto, fueron los pro-
plicaba la descomposición de para los morbosos, no había menos verdes (siguiendo la este- tagonistas absolutos del siguien-
unos ideales que no pudieron ningún desliz en el filme que les la del filme de John Landis Des- te filme del director norteame-

72 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
ricano, Matewan (1987), que Sayles es una ciudad en guerra
narra la rebelión de los mineros consigo misma; una lucha de los
de Virginia Occidental en los grupos de presión por el poder,
años veinte contra el sistema por las influencias y la propie-
feudal que mantenían los patro- dad de los grandes inmuebles.
nos. Malos tiempos para plan- Estas abstracciones conceptua-
tear y aceptar películas de de- les de City of Hope se concretan
nuncia cuando las mentes bien- en 36 personajes con suficiente
pensantes del establishment ya peso específico que, en su ma-
estaban animando a Francis Fu- yoría, están dispuestos a llegar
kuyama para que entonara su más lejos cuando las palabras ya
bochornoso saldo de la Historia. no sirven. La esperanza (sin in-
Por otra parte, Sayles no tenía la cidir mucho en argumentos mo-
siempre honorable excusa de rales que no entusiasman al ci-
apoyarse en un actor famoso y neasta) descansa en el alcance de
encubrir con su presencia la ex- un entendimiento que no esté
plicitud de la lucha entre fascis- lastrado por el número de cadá-
tas y clase trabajadora oprimida veres que se ponen encima de la
(como era el caso de Hoffa mesa. La fábula de Sayles alien-
–Danny DeVito, 1992–, en ta la superación de las diferen-
donde Jack Nicholson hacía cias sociales, étnicas y raciales.
estéril con su exhibicionismo Ése es su deseo, pero tal felici-
gestual la denuncia de la co- dad no llega en este filme. Es
rrupción sindical). Otra vez bu- un ejercicio de estilo demasiado
ceando en hechos reales y en los difícil el imaginar lo que en la
mismos años, Ocho hombres vida no se da.
(1988) tocaba el sacrosanto Aunque el éxito sea una no-
espacio del deporte y su supues- ción difusa e indeterminada
to respeto al fair play. La fe en la para John Sayles, a partir de Pa-
legalidad comenzaba a tamba- ssion Fish logró una cierta noto-
learse cuando alguien ofrecía riedad internacional que influyó
mucho dinero a unos jugadores en el estreno de esta película
de béisbol mal pagados por per- y su filmografía posterior en Es-
der las series finales (o series paña. De los dramas públicos
mundiales, que así es su deno- que latían en Matewan, Ocho
minación) de los campeonatos hombres y City of Hope, Sayles
de 1919. Millones de aficiona- pasó a estudiar el infierno priva-
dos se sintieron estafados, por- do de una mujer paralítica en
que el deporte –no lo olvida Passion Fish. La apacible vida
Sayles y lo remarca– representa campestre de Luisiana contras-
muchas veces la única vía de ac- Sayles taba con el universo rayado de
ceso a esa dama esquiva y olvi- una ex actriz de telenovelas que
dadiza que es la inocencia. Ocho había vivido por y para la televi-
hombres, por ende, demostraba narios terminan por realizar. Las No menos conflictiva era sión. Invitada a todos los cócte-
a los seguidores de un equipo fotos de los ídolos deportivos, City of Hope (1991), la película les en los que las celebridades
que en el deporte, al igual que después de ver el filme de Say- más ambiciosa de John Sayles, y los don nadie cruzaban mira-
en sus empleos bien o mal re- les, se oscurecen al pensar en los un trabajo que amplificaba ex- das de perplejidad, ahora, tras
munerados, había relaciones de intereses que existen debajo del traordinariamente los aspectos un accidente, se encuentra con
poder, conveniencias y el fraude encumbramiento de estas gran- corales apuntados con anteriori- que el futuro no le va a seguir
que algunos nacidos para millo- des figuras. dad. El magma que inspira a llamando para ninguna de sus

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
73
JOHN SAYLES

fiestas. Lo que queda es el vacío problemas a tiros, sin querer testa de unos titulares urgentes
y una silla de ruedas. Porque el comprender que todos están de- de prensa. La tragedia se repite
movimiento en Passion Fish es masiado juntos y demasiado im- en cada rincón; y, sin embargo,
interior. Los cambios hay que plicados en una forma de vida hay escenas prodigiosas en las
medirlos por milímetros de son- en la que participan por igual que la paz, quizá invocada por

www.progresa.es/claves
risa o por instantes eternos en norteamericanos (blancos y ne- una hoguera y la oscuridad de la
los que el desaliento galopa has- gros) y mexicanos. No hay pro- noche, crece mientras un hom-
ta hacernos perder el sentido. totipos puros. Ni en la frontera bre se redime de sus pecados y
De una forma o de otra, todo lo rica ni en la miserable. A través los convierte para los presentes
que le sucede a esta mujer es del esclarecimiento de la desa- en una historia de lo maravillo-
esencial: la relación con su poco parición de un antiguo sheriff, so y de lo innombrable, de lo
manejable enfermera, el recuen- la película se descuelga por que aguarda en la espesura para
to de los sentimientos y las de- la intrincada conjugación de cortarnos la respiración o dar-

claves@progresa.es
cisiones en los que tuvo dema- relaciones y enemistades que nos infinito alivio.
siada prisa, la necesidad de ser marcan el destino de una co- Historias extraordinarias. Pe-
emotiva sin que ello tenga que munidad durante 40 años; pero, ro no de Edgar Allan Poe. El
ver con la compasión que pro- al mismo tiempo, también es gran rapsoda se llama ahora
voca una inválida. No hay sufi- una reflexión de mayor calado John Sayles. Puso rumbo a Alas-
cientes recompensas para John sobre los desastres y las matanzas ka para filmar otra película,
Sayles por no traspasar en Pa- absurdas que tuvieron como Limbo. Entre tierras limítrofes,
ssion Fish el sendero que delimi- escenario el río Grande, el río nieves perpetuas y mares salva-
ta el romanticismo de la sensi- de la Gran Frontera. Con esa jes. El cine, con Sayles, conti-
blería insoportable que inunda partitura, John Sayles dirige núa siendo material inflamable y
algunas películas de esta estirpe. manteniendo la distancia entre altamente peligroso para la salud
Ocurre pocas veces, pero El el thriller –nada hubiera sido de los hombres armados por la
secreto de la isla de las focas más fácil que una excusa como sed de destrucción. n
(1994) es una de esas contadas la trama de Lone Star para de-
excepciones en las que el prota- cantarse por un filme policiaco
gonismo de unos niños no im- violentamente pirotécnico– y el
plica la exclusión de los adultos drama de los que no son libres
en la consideración que nos me- para decidir lo que es bueno y lo
rece un filme. Aún más: John que es malo.
Sayles se atreve a mezclar reali- La presentación de Hombres
dad y fantasía, leyendas celtas y armados (1997) fue uno de los
sus habituales personajes estra- acontecimientos cinematográfi-
falarios, canciones de pescadores cos más conmovedores e insen-
de madreperlas y geografía de satos de los últimos años. Sayles,
playas ignotas. El insospechado un director estadounidense sin
resultado es que no hay contra- raíces hispanas, se atrevió, co-
dicción entre ambos discursos; mo buscador de gemas únicas
se funden, se igualan, se com- que es, a rodar una película en
plementan a la mágica manera castellano, en la América despo-
que lo hacían Horizontes perdi- seída y colonizada, y olvidando
dos (1938) y ¡Qué bello es vivir! todos los prejuicios que mima
(1946), del maestro Frank Ca- la cultura de grandes almacenes
pra. La belleza de las imágenes que tenemos. Para mostrase crí-
de El secreto de la isla de las focas tico y solidario con la penuria
está impregnada de emociones de unos seres que sólo conocen
vivas y de lugares en los que se la barbarie (la de la guerra sin fin
refugia una historia indepen- hasta que llegue una prosperi-
diente que contar. Esos sucesos dad nunca vista), Sayles sigue
correo electrónico
dirección internet

extraordinarios tendrán que es- los pasos de un médico que


perar una próxima ocasión por- quiere encontrarse con sus anti-
que Sayles prefiere resolver el guos alumnos y el trabajo que
misterio de una familia empa- están realizando, pero en la sel-
rentada con las sirenas y el ritmo va descubre que han sido asesi-
de las mareas. nados uno tras otro. Hombres
Lone Star (1996) reivindica armados va mostrando el sitio
la cultura latina como parte del de emboscadas anónimas, re-
patrimonio de un gran territo- friegas en las que una aldea en- Alberto Úbeda-Portugués es crítico
cinematográfico. Autor de Contra vien-
rio, la frontera con México, en tera desaparece, venganzas ma- to y marea. El cine de Ricardo Franco
la que a menudo se resuelven los sivas que no encuentran la pro- 1949-1998.

74 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91 n


ENTREVISTAS IMAGINARIAS DE DOLFOS NERVO

RAYMOND CARVER
JESÚS FERRERO

P
or razones diferentes, tanto Nos echamos a reír con cier- las caras que nos rodeaban y me que cuando ven no miran y
Dolfos como yo nos hallá- ta amargura, por no decir con dijo: cuando miran no ven, o de los
bamos en Guadalajara cierta culpa. Por descontado que –De la conciencia del narra- que cuando escuchan no oyen
(México). Yo había ido a entre- toda aquella gente que nos ro- dor. y cuando oyen no escuchan…
vistar a algunos escritores que deaba (muchos hombres y algu- El tema me interesaba. Apuré –En realidad, esa es la única
pululaban por la Feria del Li- nas mujeres de aspecto dudoso) mi copa y le dije: senda de la ironía –comenté.
bro y Dolfos había ido a visitar iban a tardar en llegar a casa. In- –¿Podías explicarte mejor? –La única –me dijo él–, pero
a su hermana. Una noche, nos cluso podía ser que alguno ya –Con mucho gusto –respon- para que fuera posible cerrar
citamos en una cantina tan am- no llegara nunca. Dolfos me mi- dió Dolfos y, echándose un po- tanto el objetivo y resucitar de
plia como bulliciosa, en una bo- ró sonriente y me dijo: co para atrás, tomó distancia, esa manera la verdadera iro-
cacalle que daba a la explanada –¿A que no sabes con quién tomó aliento, y dijo–: Carver nía…, quiero decir: para poder
de la catedral. En la cantina ha- estuve en esta cantina una vez? pensaba que los narradores de mirar de nuevo a ras de suelo y
bía una orquesta con un piano, –¿Y cómo quieres que lo sepa? ahora estaban prácticamente para poder iniciar desde ahí el
un saxofón y un bajo. Gente de –También es verdad… –re- despojados de conciencia y has- ascenso, deteniéndose mucho en
todas las edades llenaba el lo- conoció juiciosamente Dolfos, ta de consciencia… Para él, los cada momento de la ascensión,
cal. Como dato curioso, diré para enseguida añadir–: Estuve escritores que se dejaban guiar hay que prescindir de bastantes
que las paredes de la cantina es- aquí con Raymond Carver, seis por las llamadas grandes ideas ideas, grandes y pequeñas.
taban adornadas con frescos (di- años antes de que muriera. eran, desgraciadamente, unos –¿Crees que la ironía está otra
gámoslo así) populares. Había –¿Y qué hacía aquí? descerebrados, porque las gran- vez entre los americanos? –le
también una especie de horna- –Había venido a dar una des ideas sólo eran grandes de- pregunté a mi amigo.
cina en la que reposaba una bi- conferencia a la universidad, y bido a la inflación, debido a la –La ironía novelesca sí, ya
cicleta ennegrecida. Alguien nos aproveché para hacerle una en- exageración, e insistir en ellas desde James, Fitzgerald y Salin-
dijo que, 10 años antes, había trevista… En México no le co- era insistir en la inflación y en la ger. Ellos resquebrajaron desde
llegado a la cantina un sujeto nocía casi nadie. La verdad es exageración, era insistir en lo tri- dentro el fondo ideológico, sen-
con aquella bicicleta y había di- que todavía era un escritor poco llado y pulverizado, era insistir timental y aberrante, de la lite-
cho que volvería a recogerla al menos que maldito… en la sinrazón… Pero, por otra ratura americana, en mayor o
día siguiente. Todavía le esta- –¿Estaba con su mujer? parte, los que ignoraban las menor grado relacionado con
ban esperando y, sobre todo, to- Dolfos negó con la cabeza y grandes ideas y pretendían es- cierta forma de ser hombre y de
davía le estaba esperando la bi- añadió: cribir al margen de ellas tam- ser mujer, con cierta forma (fan-
cicleta. –¿Por qué me lo preguntas? bién eran unos descerebrados. tasmal) de estar en el mundo.
Dolfos apuró su tequila repo- –Porque ahora su mujer anda La huida de la inflación no les –Sí, y también en relación
sado y me dijo: diciendo que es ella la verdadera ayudaba a entrar en razón y a con cierta forma de mirar.
–¿Te has preguntado ya por autora de algunos de sus mejores veces tras sus textos no había ni –Exacto. Había que rasgar
qué veneran tanto esa bicicleta relatos… siquiera un indicio de concien- una última máscara, tan ideoló-
del viajero que no volvió? Dolfos asintió con la cabeza cia… gica como social, para empezar a
–No. antes de decir: –¿Desde qué lugar pretendía mirar, con ironía, lo que había
–Yo creo que es el símbolo, –Sí, y también lo dice su edi- Carver recuperar la conciencia quedado tras la muerte de una
muy mexicano, por cierto, de la tor… El pobre Raymond no tu- del narrador? cierta idea del hombre. Muerte
mujer que espera al marido bo- vo demasiado reconocimiento –¿Desde qué lugar? Pues des- que el pensamiento francés des-
rracho, al marido que nunca lle- en vida, como ya sabemos, y co- de el mismo lugar que Sócrates, cubrió en los años sesenta, pero
ga, al marido que podría pasar- mo sigan así las cosas tampoco desde el lugar de lo ordinario: de la que los novelistas europeos
se 10, 20 años, la vida entera de lo va a tener después de muer- desde la calle, desde las casas, y americanos ya habían dado ra-
tasca en tasca… to… ¿Otro tequila? desde las carreteras, desde los zón mucho antes. Muerte de
–¿Estás convencido de que Asentí. Dolfos elevó la mano aparcamientos, desde los super- una idea que no implicaba, ni
esa pobre bicicleta es el símbolo y un camarero de tez cobriza y mercados… Y eso sí: acercando de lejos, muerte de una con-
de la mujer que espera? ademanes de torero nos volvió a mucho el objetivo y ascendien- ciencia, y que por razones obvias
Dolfos me respondió con un servir dos copas. do desde el mismo ras del suelo, tampoco implicaba la muerte de
sí rotundo, aniquilador. Le miré –¿De qué hablaste con Car- sin hacer trampas lógicas en esa la conciencia del narrador o de
con asombro y añadí: ver en este cubil? –le pregunté. ascensión, y a la vez huyendo la voz que da razón de esa muer-
–Yo también. Dolfos deslizó su mirada por del realismo consolador de los te y hasta de esa demolición.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
75
RAYMOND CARVER

–Hablamos de la conciencia cachivaches en mayor o menor conciencia”, como si la mayoría antes lo había supuesto Platón,
del narrador –le dije, cada vez relación con la mente y sus ope- de los vivientes necesitasen un que no había verdadera con-
más animado–, aun a sabiendas raciones. Con gran presunción, desmayo para perder algo que, ciencia si no se llevaba a cabo
que el término conciencia per- y sin el más mínimo filtro lógi- por otra parte rara vez tienen… con el pasado una exhaustiva
tenece al círculo de ideas llenas co, se habla de “flujo de con- –me dijo Dolfos. distanciación irónica, en la que
de inflación de las que hablabas, ciencia”, expresión quimérica –Y, sin embargo, uno se pre- todo se debía de enjuiciar paso a
y en el que también se incluye la que nos conduce directamente gunta qué tendrá que ver la con- paso, sin dejar, prematuramente,
ironía. al pensamiento mágico. En el ciencia con los flujos, las vigi- fichas fuera del tablero. En esta
Dolfos apuró su copa y respi- fondo, hablar de “flujo de con- lias y los desmayos más o menos misma taberna de la bicicleta
ró hondo antes de decir: ciencia” resulta tan chamánico súbitos. ¿Acaso la conciencia no durmiente que eternamente es-
–Sí, hablemos, pero para ha- como hablar de “inspiración” (o es un simple mecanismo de de- pera la mano de su amo, Carver
blar de la conciencia, una idea, fecundación desde la alteridad cantación de la herencia perso- me dijo que la conciencia era,
como tú adviertes, absoluta- inefable). Es como imaginar el nal y colectiva? como la ironía y todas sus estra-
mente inflacionada y, ya sólo pensamiento como si fuese el –Por supuesto, y justamente tegias, una conquista de la inte-
por eso, absolutamente anula- ligencia, y que ya desde el origen
da, hemos de prescindir de la implicaba un serio aprendizaje:
erosión que el tiempo y la reli- acostumbrarse a no creer dema-
gión han ejercido sobre ella has- siado firmemente aquellas cosas
ta pulverizar su contenido y su de las que solamente nos han
apariencia, convirtiéndola en un persuadido la convención y la
desgastado lugar común, de sig- costumbre, es decir, la repeti-
nificación tan banal como im- ción y la inflación. Y no parece
precisa… Desgraciadamente, los que haya muchos más modos de
lugares comunes están siempre librarse de los errores del pasado
basados en vicios y perezas co- ni muchas más formas de “es-
munes, y conforman, las más de cuchar la voz de la razón”. Pero
las veces, círculos viciosos en los además, y esto lo añado yo, la
que naufraga el sentido (la di- conciencia, siamesa desde He-
rección), reducido a pura con- gel de la flexión que el ser ejerce
vención, a pura imprecisión des- sobre sí mismo, implica la pose-
de la cual el sujeto se limita a sión, o la aprehensión, de todos
no pensar y a aceptar lo conve- sus movimientos interiores, que
nido, creándose así una perso- van desde la identidad de la con-
nalidad sentimental, que se di- ciencia consigo misma a la dife-
ferencia de la reflexiva porque rencia, y de la diferencia a la di-
acepta una a una todas las con- versidad dentro de sí misma, y
venciones, y cae incesantemente de la diversidad a la oposición y
en las trampas de los sistemas, a la contradicción consigo mis-
desde los más llevaderos a los ma. De todo lo cual se podría
más sofocantes. deducir que, como me dijera
–Perfectamente de acuerdo… Carver, un narrador, una voz,
Y en medio de ese marasmo, una mirada que no insinuasen
¿cuál sería la obligación del na- los abismos de su propia dialéc-
rrador? –le pregunté a Dolfos. tica interna, así como el cues-
Mi amigo volvió a apurar su tionamiento de la herencia,
copa y me dijo: Carver serían en rigor un narrador, una
–Carver pensaba que, en voz, una mirada sin conciencia.
tiempos de marasmo e imbecili- De ahí que para Carver muchas
dad generalizada, la obligación menstruo de una entelequia in- por eso, nunca surge una nueva narraciones de ahora sólo se
era decantar desde la raíz esos terior, y aunque algunos psicó- conciencia si antes no se hace queden en fantasmagoría. No
conceptos erosionados, para que logos, como el mismo herma- una labor de criba con buena siempre les falta el narrador
volvieran a ser comprensibles y no de James, hayan elaborado parte de lo heredado (y de lo (aunque sí muchas veces), pero
operativos, llevando a cabo con pintorescas teorías sobre un pre- convenido). Una criba de todo sí que les falta la conciencia del
ellos una operación de limpieza sunto río verbal que nunca cesa, lo que, en definitiva, impide narrador, así como la tensión
muy parecida a la que realiza- ese río verbal, o visual, o quizá a pensar y gestar una nueva confi- que crea seguir (incluso con hu-
ron los griegos en tiempos de medio camino entre el fantasma guración de la existencia y una mor) la ley de la gravedad del
Platón. y el verbo, tiene muy poco que nueva interpretación de sus sis- sentido: el baremo más fiable
–No seré yo el que niegue la ver con la conciencia… temas angulares. Una criba co- que tenemos para medir la ne-
necesidad de esa decantación. –Sí, y también se habla de mo la que hizo Descartes cuan- cesidad de un texto.
Desde hace demasiado tiempo, conciencia para referirse al esta- do se hallaba junto a la estufa, –Lo que acabas de decir me
el concepto conciencia es el do de vigilia, y un desmayo pue- en el invierno alemán… Ya Des- conduce al comienzo de nuestra
contenedor de los más variados de equivaler a “una pérdida de la cartes suponía, como mucho conversación y al hecho de que,

76 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
ahora, tanto la mujer de Car- –Así es…
ver como su editor se atribuyan –Tengo la impresión de que
la paternidad de parte de sus re- los verdaderos golems fueron el
latos… editor y la esposa del escritor.
–A mí también… Ellos fueron los golems de Car-
–¿Tú qué piensas de ese asun- ver: él los movió y los utilizó co-
to? mo mejor pudo. Por eso ahora
–Que es un asunto de fon- se revelan. ¿No dicen que todo
do… Porque no dicen que ha- golem acaba revelándose contra
yan escrito los cuentos de Car- su hacedor?
ver… –me dijo Dolfos. –Lo dicen. Y ahí tienes la pis-
–¿No? ta de por dónde van los tiros de
–No. Dicen únicamente que esas dos almas tan sublimes co-
fueron los que le ayudaron a que mo abnegadas: un editor y una
esos cuentos fueran algo: a que poetisa reclaman ahora como
esos cuentos tuvieran un narra- suya la conciencia de Carver, y
dor con conciencia, a que esos andan rompiéndose la cabeza
cuentos tuvieran sencillamente con el problema de los derechos
conciencia. de autor…
–Por lo que veo, quieren des- –Es admirable.
pojar a Carver de lo único que –Sin duda que lo es…
tenía. –¿Y van a seguir así mucho
–Exactamente. Quieren des- tiempo?
pojar a Carver de su concien- –Van a seguir así hasta que la
cia… Pretenden que creamos realidad, su realidad, los desen-
que Carver era su golem: un au- mascare para siempre.
tómata al que ellos dotaron de –¿Qué quieres decir?
conciencia… El editor dice que –Que tienen en contra, en
mejoró sustancialmente los primer lugar, el tiempo y, en se-
cuentos de Carver y los dotó de gundo lugar, su mediocridad. Si
una cierta conciencia tachando es verdad que son tan buenos
frases y creando, por efecto de escritores, si es verdad, incluso,
las omisiones, una inquietud y que son mejores que Carver, van
un misterio que le daban senti- a tener tiempo suficiente para
do íntimo al relato. Y su mujer demostrarlo con relatos y poe-
dice que le dio las ideas más mas totalmente suyos. Bien en-
fundamentales y sustanciales de tendido que si no lo demues-
relatos tan admirables como Ca- tran todas las injurias que están
tedral… vertiendo sobre el muerto cae-
–¿Y también le dio la idea de rán sobre ellos, y caerán para
poemas como Limonada? –le siempre.
pregunté a Dolfos. Dicho lo cual, Dolfos se in-
–De ese poema no dicen na- corporó, pagó las copas de te-
da, y está bien que lo cites, por- quila y nos fuimos a pasear un
que ese poema es pura concien- rato por la explanada de la ca-
cia y pura representación de la tedral. n
conciencia en su dialéctica más
íntima, más desesperada y más
irremediable… Y ese poema es
puro Carver.
–Ahora que lo pienso, es ver-
dad que la broma es más pesada
de lo que cabía imaginar. No le
despojan de la escritura (o por
lo menos de toda su escritura),
tampoco le despojan de su lo-
cura, de su alcoholismo, de su
indignación y de su desespera-
ción. Todo eso se lo dejan ínte-
gro para toda la eternidad. Sim-
Jesús Ferrero es escritor. Autor de
plemente le despojan de con- Bélver Yin, Amador, El último banquete
ciencia… y El diablo en los ojos.

Nº 91 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
CASA DE CITAS

R. L. STEVENSON
El gigante de la literatura que en sus primeros años se llamó Este escocés de espíritu sureño es un autor a menudo super-
Robert Lewis Balfour Stevenson amaba el vino, el whisky y el ficialmente conocido, cuya lectura y relectura resulta siempre
tabaco –como casi todas las personas decentes–, solía relajarse aún más asombrosamente gozosa que lo que esperábamos. Ade-
en los momentos de tensión maldiciendo y soltando palabro- más de sus creaciones más famosas, le debemos varios ensayos
tas –como casi todas las personas sensatas– y elaboró –como de deslumbrante sentido común, cuentos palpitantes, como La
nadie– una obra literaria que incluye algunos de los poemas, playa de Falesá; novelas de contagioso entusiasmo, como Secues-
las narraciones y los ensayos más deliciosos que jamás se ha- trado; adorables malandrines como el proscrito Lawless de La
yan escrito. A su pluma se debe el ramillete de frases y ocu- flecha negra. Si RLS tuvo éxito en su confesado empeño de ha-
rrencias que aquí se propone al lector, distinguiendo entre cer una literatura moldeada sobre la materia de la vida, si la vi-
aquellas que cabe entender suscribía como propias (ensayos, da es esto que RLS refleja en sus escritos, entonces, no cabe du-
prólogos, poemas, narración), y aquellas otras que pone en da de que merece la pena paladear cada sorbo.
boca de sus personajes. Selección y traducción de Jesús Barquín.

POR SÍ MISMO Creo que no hay nada tan noble n Por primera vez empezó a comprender
n En recuerdo de tantos días felices y como la concisión, y estoy seguro de el desesperado papel que representamos
de otros (ahora quizá igual de agradables que no hay nada tan interesante. Por mí, en la vida, y cómo, cuando una cosa
a la memoria) que fueron tristes. toda la literatura sería escueta, y también está ya hecha, no se puede cambiar ni
Secuestrado, dedicatoria. todos los autores, excepto uno. remediar con ninguna penitencia.
El señor de Ballantrae, prefacio. La flecha negra, libro V, cap. 4.

n Así, tal vez, su mirada se ensanchará


hasta contemplar el paso de las n Es característico del hombre modesto n A eso llamamos vanidad, quizá con
generaciones y comprenderá asombrado aceptar su círculo de amistades ya injusticia.Tal vez fuera sencillamente la sen-
el trascendental y fútil don de su formado, tal como viene de manos de la sación de la existencia que lo impulsaba; la
existencia. suerte; así sucedía con el abogado. Sus sensación de estar con vida, esa cosa mara-
Catriona, dedicatoria. amigos eran los de su propia sangre o villosa de la que apenas pendía por un hilo.
aquéllos a quienes había conocido desde Bajamar. Un trío y un cuarteto, cap. III.
hacía más tiempo; sus afectos, como la
n Aunque es un exiliado antiguo y hiedra, eran fruto del tiempo y no
consecuente, el editor de las páginas que implicaban ninguna clase de disposición. n Hay un fuerte sentimiento a favor de los
siguen vuelve a visitar de vez en cuando la El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, refranes medrosos y prudentes (…). La
ciudad en la que se enorgullece de haber ‘La historia de la puerta’. mayor parte de nuestra sabiduría de
nacido; y hay pocas cosas más extrañas, bolsillo está concebida para uso de la gente
más dolorosas, o más saludables, que tales mediocre, al objeto de disuadirla de
retornos. Fuera, en lugares extranjeros, n Poseía esa pizca de prudencia, mal empresas ambiciosas y consolarla en su
aparece de nuevas y despierta más atención llamada moralidad, que mantiene a un mediocridad.
de la que esperaría; en su propia ciudad, la hombre alejado de borracheras
relación es inversa, y se queda atónito al inconvenientes o hurtos punibles. Pronunciar una consigna no es lo mismo
ver qué poco le recuerdan. En cualquier Los ladrones de cadáveres. que mantener una opinión y, menos aún,
otro lugar, le refresca la vista de rostros que haberla elaborado uno.
atractivos, la observación de posibles
amigos; allí explora las largas calles, con el n Que un niño nazca de su madre, Sin duda, se puede tener razón por mu-
corazón angustiado, en busca de caras y que crezca y se revista (no sabemos cómo) chos caminos diferentes, pero uno tiene
amigos que ya no están. En cualquier otro de humanidad, y muestre rasgos que patearlos un poco antes de conven-
lugar, se deleita con la presencia de lo heredados, y vuelva la cabeza a la manera cerse de ello.
nuevo, allí se atormenta por la ausencia de de un ascendiente y ofrezca la mano
lo antiguo. En cualquier otro lugar, se con el gesto de otro, son hechos Cuando el viejo sacude la cabeza y
contenta con ser lo que es; allí se aflige por maravillosos cuya repetición impide dice ‘Ah, eso es lo mismo que yo pensaba
igual con el lamento por lo que fue una que nos deslumbre. con tu edad’, está dando la razón
vez y por lo que una vez esperó ser. Olalla. al joven.

78 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


n
Debe de estar escrito que cualquiera Ante las manifestaciones de nuestra POR SUS CRIATURAS
que se las dé un poco de filósofo ha sociedad cristiana, con frecuencia n Hombres malvados y hombres tontos
de contradecirse en sus propias narices. he tenido la tentación de gritar: ¿qué es, he visto muchos, y creo que todos
La gruñona vejez y la juventud. entonces, el Anticristo?. ellos tendrán su merecido al final, pero
los tontos primero.
A la larga, la mayor parte de los hombres David Balfour, Secuestrado, cap. XIV.
n Quien ha contemplado largamente se hunden en un grado de estupor
la pueril satisfacción de otros en sus que les hace sentir satisfechos de sus
manías, verá las propias con irónica indul- diversas posesiones. Sí, amigo mío, esto n Yo lo habría dado todo por retirar
gencia. No figurará entre los dogmáticos. he observado. En su mayor parte, los lo que dije, pero, una vez pronunciada
Será sumamente tolerante con toda clase hombres son tan felices como una palabra, ¿quién es capaz de
de gente y opiniones. Si no hay para él deshonestos. Se embrutecen lo justo; recuperarla?.
verdades indiscutibles, tampoco se su honor se adapta fácilmente a la rutina David Balfour, Secuestrado, cap. XXIV.
identificará con flagrantes falsedades. del oficio. Le deseo que su degeneración
no le resulte más penosa que a los
El talento para la pereza sugiere una otros, que se hunda pronto en la apatía n Para mí, que sólo soy un hombre
tendencia hacia lo universal y un acentua- y que, en un estado de honorable común –y casi ni siquiera eso–, con los
do sentimiento de individualidad. sonambulismo, se encuentre a salvo deberes comunes debe bastar.
durante largo tiempo de la tumba hacia David Balfour, Catriona, parte 1ª, cap. IV.
Es mejor encontrar a un hombre o una la que nos precipitamos.
mujer feliz que un billete de los grandes Acerca de la elección de profesión.
(…) ellos demuestran en la práctica el n –¿No te gustaría morir así por tu rey?
gran Teorema de la Habitabilidad de la – A fe que mi amor por mi rey, y Dios
vida. n La materia de la que está hecha la bendiga su chato rostro, es más modera-
Apología de los ociosos. literatura es el dialecto de la vida. do; y creo que, tras haber visto hoy la
muerte tan cerca de mí, estoy bastante
Estilo perfecto no es, como piensan más interesado en seguir viviendo.
n Deseo y curiosidad son los dos los simples, el más natural, pues lo David Balfour, Catriona, parte 1ª, cap. X.
cristales a través de los que el hombre más natural es la cháchara inconexa
contempla el mundo con los más del cronista, sino el que discretamente
atractivos colores; son ellos los que logra el más alto grado de implicaciones n Ya había tenido conocimiento de ese
hacen bellas a las mujeres o interesantes fecundas y elegantes. negocio detestable que ellos llaman
los fósiles. Sobre algunos elementos técnicos del estilo literario. política –la había contemplado por
El Dorado. detrás, donde todo es esqueleto y
negrura–, y estaba de por vida a salvo
n El don de la lectura, como he dado de cualquier tentación de tomar parte
n En la práctica del periodismo en llamarlo, no es muy común ni en ella de nuevo.
se corre el riesgo de acostumbrarse a la usualmente comprendido. Consiste, en David Balfour, Catriona, parte 1ª, cap. XX.
negligencia. primer lugar, en un amplio privilegio
intelectual –una merced, creo que debo
Dar al público lo que no desea y llamarlo–, mediante el cual un hombre n Porque la vida del hombre sobre
esperar su aplauso es una extraña llega a comprender que no está en lo este mundo nuestro es un asunto
pretensión, aunque muy común, sobre cierto sobre una cuestión, y que tampoco curioso. Dicen que los ángeles lloran,
todo entre los pintores. aquéllos de quienes discrepa están pero yo pienso que, más a menudo,
Carta a un joven que se propone abrazar absolutamente equivocados. deben de partirse de risa cuando nos
la carrera del arte. Los libros que me han influido. contemplan.
David Balfour, Catriona, conclusión.

n Si viera un grupo de peregrinos n Ha aprendido la lección de


caminando como si hubiesen hecho una que ningún hombre es completamente nTener miedo de una cosa y aun así
apuesta, con los dientes apretados, y bueno, pero ni siquiera sospecha hacerla es propio de la clase más valiosa
decidiera preguntarles uno por uno hacia que existe otra igual de verdadera; de hombres.
dónde iban, y de cada uno obtuviera a saber, que ningún hombre es
idéntica respuesta –que, en realidad, completamente malo. En todas partes hay mala gente y, lo
tenía tanta prisa que nunca había Un satírico. que es mucho peor, débiles.
encontrado un momento de descanso Alan Stewart, Secuestrado, cap. XX.
para preguntarse por la naturaleza de su
destino– confiese, mi querido amigo, que n Y éstos son el laurel y el triunfo
quedaría asombrado ante su indiferencia. particulares del artista –no ser sincero n El patriotismo no siempre concuerda
¿Es ir demasiado lejos afirmar que ése es meramente, sino adorable; no sólo formalmente con la moral.
el estado de muchos hombres y de la convencer, sino fascinar. Lord Advocate Prestongrange, Catriona,
gran mayoría de mujeres?. Charla sobre una novela de Dumas. parte 1ª, cap. IV.

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n
79
R. L. STEVENSON

n En el fondo, soy una mala persona beber! Ver a aquel hombre tan muerto n No piense que soy un filántropo. Me
y encuentro muy fastidiosa la afectación como una mojama me llenaba por disgustan los hombres y aborrezco a
de la virtud. completo. las mujeres.
James Durrisdeer, señor de Ballantrae, El señor Attwater, Bajamar. Un trío y un cuarteto, cap. VIII.
de Ballantrae, cap. III. Pero lo que me preocupa son las chicas.
Sólo son mestizas, por supuesto; lo sé
tan bien como ustedes y no hay nadie nEl deber es el deber, compañeros. Así
n Odio confesado es odio impotente. que tenga peor opinión de los mestizos que yo voto: muerte.
James Durrisdeer, señor de Ballantrae, El señor que yo, pero son mías y casi no tengo Long John Silver, La isla del tesoro, cap. 11.
de Ballantrae, cap. IX. otra cosa.
Mister Wiltshire, La playa de Falesá, 5.
n Esto me devuelve a la juventud. Ya iba a
n Es el ron lo que ve usted en mi cara; olvidar mi pata de palo, sí señor. Es
el ron y mis pecados. Ese hombre quizá n Es una gran ventaja ser débil: hagas hermoso ser joven y tener diez dedos en
tenga la conciencia fácil y mucho lo que hagas, nadie se atreve a castigarte los pies, tenlo por seguro.
estómago. (…). Vamos, que si alguien viene Long John Silver, La isla del tesoro, cap. 12.
cargando hacia ti con su lanza, y te
El infierno, Dios, el demonio, el bien grita que es débil, tú tienes que dejar que
y el mal, el pecado, el crimen, y toda esa te atreviese. Todo esto es una locura. n¡Reíd, por todos los truenos, reíd! Antes
retahíla de curiosidades… puede que Dick Shelton, La flecha negra, libro I, cap. 7. de una hora reiréis desde el más allá.
asusten a los chiquillos, pero los hombres Quienes mueran serán los afortunados.
de mundo, como tú y como yo, las Long John Silver, La isla del tesoro, cap. 20.
despreciamos. n Todavía queda cierta esperanza de
Fettes, Los ladrones de cadáveres. salvación en el fondo de mi alma;
y si tengo que ahogarme, me ahogaré nNunca vi que la virtud trajera nada
con la mirada alegre. bueno.
n No es posible empezar y después Lawless, La flecha negra, libro III, cap. 5. Israel Hands, La isla del tesoro, cap. 26.
parar. Si empiezas una vez, ya tienes
que empezar siempre de nuevo; ésa es la
verdad. No hay descanso para el n Yo soy una especie de cristiano viejo que
malvado. ni traiciono la sangre de los demás
Wolfe Macfarlane, Los ladrones de cadáveres. ni desperdicio la mía por el peligro
de un amigo. Pero, insensato, no
olvidéis que soy un ladrón, por oficio
n No tienen verdadero gobierno ni y por afición, y si tuviera el gaznate
verdaderas leyes, eso es lo que hay que seco y la bolsa vacía, no dudaría en
meterles en la cabeza; e incluso, aunque robaros. Tan seguro como que os admiro
las tuvieran, ¡menuda broma sería que se como persona y os tengo cariño como
le aplicaran a un hombre blanco! Sería amigo, pero ése es otro asunto. ¿He
cosa bien extraña que, después de venir hablado claro? Me parece que no.
desde tan lejos, no pudiéramos hacer lo Lawless, La flecha negra, libro IV, cap. 1.
que quisiéramos.
Mister Wiltshire, La playa de Falesá, 2. Aquí estamos en buenas manos;
tendremos un juicio justo, y esta tarde,
a cualquier hora, seremos ahorcados
n –Es usted un tipo vulgar y decentemente en el mismo árbol.
pendenciero –dijo él. Lawless, La flecha negra, libro IV, cap. 5.
–¡Así es! –dije yo.
Mister Wiltshire, La playa de Falesá, 4.
n Antepuse el interés de mi amigo al
de todos los habitantes de los mares del
nNo soy un mal tipo, tal como va Sur. Puede que sea una ética pobre
hoy el mundo. y privada, pero es mía, y la mejor que
Mister Wiltshire, La playa de Falesá, 4. tengo.
Loudon Dodd, El raquero, cap. 2.

n Entonces volví en mí y lo primero


que hice fue clavarle el cuchillo hasta la n ¿Por qué los pobres no se hacen
empuñadura otra media docena de todos salteadores de caminos? Deben
veces. Creo que ya estaba muerto, pero de ser condenadamente buenos. Es algo
a él no le perjudicó y a mí me hizo que puedo comprender. Jesús Barquín es profesor titular en la Universi-
sentir bien (…) ¡No necesitaba comer ni Robert Herrick, Bajamar. Un trío y un cuarteto, cap. V. dad de Granada.

80 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 91


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CASA DE CITAS

HÖLDERLIN
Pocos intentos tan admirables de restituir el hombre a lo divi- del entusiasmo. Ofenden las lecturas tanto románticas como
no, a lo sagrado, que el que muestra la obra de Hölderlin políticas de su demencia: como si no fuera insoportable el su-
(1770-1843). O lo que viene a ser lo mismo: de devolver a la frimiento, la mirada helada del enfermo que aún se deja ver
poesía su condición originaria. La tarea del poeta es, a fin de en los escritos de la torre de Tubinga donde estuvo recluido
cuentas, sobrehumana: sustraer el lenguaje del dominio co- los 36 últimos años de su vida.
municativo, utilitario, y restituirle sus antiguos poderes: la Algunos detalles confirman, de modo siniestro, la magnitud
tensión con lo sagrado, con lo innombrable, el canto. del descalabro de su espíritu, su hundimiento: cuenta Bettina
Y, sin embargo, ¿pueden los ojos humanos soportar el fir- Brentano que nada más recibir el piano que le regalaba la prin-
me sol del mediodía? Hölderlin no resistió; como su Empédo- cesa Augusta de Hömburg, Hölderlin cortó la mayor parte de
cles, presintió su trágico final y fue arrebatado. Se quebró su las cuerdas… improvisaba, a veces durante horas, sobre el resto.
vida, se hundió en la noche oscura de la locura, que no es la Selección de José Ignacio Eguizabal

Correspondencia las ofensas de los hombres el honor de to- n ¡Cómo odio a todos esos bárbaros que
n Créeme, no es tan penoso estar uncido a marlas en serio (…) créeme, el entendi- creen ser sabios porque ya no tienen
las esclavas carretas de la honrosa escritura miento tranquilo es la égida sagrada que corazón!
como suspirar en las galeras de la teología. preserva al corazón de flechas envenenadas
A su hermano. Tubinga, agosto de 1793. en la guerra del mundo.
A su hermano. Hömburg, Nochevieja de 1798. n … hay en vosotros, dijo, la ambición
irresistible a ser todo, que, como el Titán
n A la mayoría les sienta la riqueza como al del Etna, brota enojada de las profundida-
campesino el vino nuevo, pues son exacta- n Ciertamente, nos da menos miedo nues- des de nuestro ser.
mente igual de ridículos, farsantes, bastos y tro propio destino que el de aquellos que le
petulantes. Pero también esto es bueno son caros a nuestro corazón.
hasta cierto punto; se aprende a callar en Ibídem. n ¡Gracias a Dios no tendré un final co-
medio de esa gente, y no es poco. mún! Ser feliz significa en el habla de los
A su hermana. Francfort, abril de 1798. criados tener sueño.
n Por lo demás, podría gritar de júbilo de-
bido a una nueva verdad, una visión mejor
n ¡Tengo tanto miedo de enfriar la cálida de lo que se encuentra por encima de no- n Es mejor, me dije, convertirse en abeja y
vida que hay en mí al contacto con la hela- sotros y a nuestro alrededor, pero ahora te- construir su casa con inocencia que reinar
da historia cotidiana!, y este temor viene mo que al final me ocurra lo que al anti- con los dueños del mundo y aullar con
de que me tomé con más sensibilidad que guo Tántalo, que estuvo más cerca de los ellos como con lobos.
otros todo lo destructivo que me afectó dioses de lo que podía soportar.
desde la juventud y esa sensibilidad parece A Böhlendorff. Nörtigen, diciembre de 1801.
tener su fundamento en que yo no estaba n Lo más hermoso es también lo más sa-
suficientemente organizado, firme e indes- grado.
tructible en comparación con las experien- Hiperión
cias por las que tuve que pasar. n ¡Ojalá no hubiera ido nunca a vuestras

A Neuffer. Hömburg, noviembre de 1798. escuelas! La ciencia, a la que perseguí a tra- n Aquel alma era mi Leteo, donde bebía
vés de las sombras, de la que esperaba, con el olvido de la existencia; cuando estaba
la insensatez de la juventud, la confirma- ante ella, como un inmortal, me desvane-
n El mundo nos destruye hasta la raíz si de- ción de mis alegrías más puras, es la que cía alegremente, y como una pesadilla te-
jamos que cada ofensa vaya directa a nues- me ha estropeado todo. En vuestras escue- nía que reírme de todas las cadenas que
tro corazón, y los mejores tienen que caer al las es donde me volví tan razonable, donde me habían oprimido.
final de algún modo, si no llegan a aceptar aprendí a diferenciarme de manera funda-
todo lo que los hombres le hacen por nece- mental de lo que me rodea; ahora estoy
sidad y debilidad de espíritu y corazón, con aislado entre la hermosura del mundo, he n ¿Y sabes?, prosiguió, elevando la voz,
severo entendimiento en lugar de con buen sido así expulsado del jardín de la naturale- ¿sabes qué es lo que te consume, lo único
ánimo, pues este último no sabe renunciar za, donde crecía y florecía, y me agosto al que te falta, lo que buscas como Alfeo
a su orgullo cuando lo ofenden y les hace a sol del mediodía. buscaba a su Aretusa, lo que te entristece

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HÖLDERLIN

en todas tus tristezas? Es algo que no ha La muerte de Empédocles n Cercano está el dios / y difícil es
desaparecido hace sólo algunos años, no n Mucho los dioses le han amado. / Pero captarlo. / Pero donde hay peligro / crece
se puede decir exactamente cuándo exis- no es el primero que, después, / han arro- lo que nos salva.
tió ni cuándo desapareció, ¡pero existió, jado a la noche sin conciencia / desde la ci- Patmos.
existe, está en ti! Lo que buscas es un ma de su benigna confianza, / por olvidar
tiempo mejor, un mundo más hermoso. demasiado las distancias / en su dicha ex-
Era ese mundo únicamente lo que abraza- cesiva. n Mas ¡ay! nuestro linaje vaga en la noche,
bas cuando abrazabas a tus amigos; tú, vive como en / el Orco sin lo divino. Ocu-
junto con ellos, eras ese mundo. pados únicamente en sus propios afa-
n Y abiertamente consagré mi corazón a nes, / cada cual sólo se oye a sí mismo en el
la tierra grave y doliente, / y con frecuen- agitado taller, / y mucho trabajan los bár-
n ¡Que nada, incluso lo más pequeño, lo cia en la noche sagrada le prometí que la baros con brazo poderoso, / sin descanso,
más cotidiano, carezca de espíritu y de amaría fielmente hasta la muerte, / sin te- mas, por mucho que se afanen, queda in-
dioses! mor, con su pesada carga de fatalidad, / y fructuoso / como las Furias, el esfuerzo de
que no despreciaría ninguno de sus enig- los míseros. / Hasta que, despertando de
mas. Así me ligué a ella con un lazo angustioso sueño, se levante / el alma de
n El dolor auténtico exalta. Quien pasa mortal. los hombre, y el hábito bendito del
sobre su miseria, se alza más alto. Y está amor / sople en una nueva época, y el espí-
muy bien que necesitemos del sufrimien- ritu de la naturaleza, / el que viene desde
to para sentir la libertad del alma. n Y con gusto, los ojos de los que / pronto lejos, el dios, se nos aparezca entre nubes
se extinguen, / cuando se acerca la doradas / sobre nuestras frentes más libres,
caída / miran atrás por última vez, / y permanezca en paz entre nosotros.
n Aquél, como tú, cuya alma ha sido da- agradecidos. Resuena a menudo, ¡Oh dios del
ñada, ya no puede encontrar reposo en la mar! / en mi alma, para que prevalezca sin
alegría particular; el que, como tú, ha miedo el espíritu / sobre las aguas (…) y
sentido la insipidez de la nada, sólo se n Estar solo / y sin dioses, es la muerte. comprenda el lenguaje de los dioses, / el
templa en el espíritu más alto; el que ha cambio y el acontecer; y si el tiempo impe-
tenido la experiencia de la muerte, como tuoso / conmueve demasiado violentamente
tú, sólo se repone entre los dioses. n No sólo en el florecimiento y en la uva mi cabeza, y la miseria y el desvarío / de los
purpúrea / está la sagrada energía; la hombres estremecen mi alma mortal, / ¡déja-
vida / se alimenta de dolor, hermana. / Y la me recordar el silencio en tus profundidades.
n ¡Adiós, fiel amigo! Vete a algún lugar dicha bebe también, como mi héroe, / en El Archipiélago.
donde te parezca que valga la pena entre- el cáliz de la muerte.
gar tu alma. Seguro que se puede elegir
todavía un sitio en el mundo, un altar n Pero llegamos tarde, amigo. Ciertamente
donde puedas librarte de tu carga. Sería Poemas los dioses viven todavía / pero allá arriba,
una lástima que todas las buenas fuerzas n Antaño se clavaba en la cruz al inspira- sobre nuestras cabezas, en un mundo dis-
desaparecieran como una imagen soñada. do / hoy lo asesinan con juiciosos e insi- tinto. / Allí actúan sin tregua, y no parece
Aunque también, si decides acabar, volve- nuantes consejos. / (…) Es inútil: esta ser que les inquiete / si vivimos o no ¡tanto
rás a los dioses, volverás a la vida santa, li- época estéril no me retendrá. / Mi siglo los celestiales cuidan de nosotros! / Pues no
bre y joven de la naturaleza, de la que sa- es para mí un azote. / Yo aspira a los siempre una vasija frágil puede
liste, y ése es ahora tu único deseo y tam- campos verdes de la vida / y al cielo del contenerles / el hombre soporta la plenitud
bién el mío. entusiasmo. divina sólo un tiempo. Después, soñar con
El joven a sus juicioso consejeros. ellos es toda nuestra vida.
Pan y Vino (7).
n Lo que vive es indestructible; incluso en
su más profunda servidumbre sigue siendo n El alma que aquí abajo fue frustrada / no
libre, sigue siendo uno, y aunque lo divi- hallará reposo, ni en el Orco, / pero si lo- Obra bibliográfica
das a fondo, y sigue ileso aunque lo rom- gro plasmar lo más querido / y sacro entre ––Correspondencia incompleta, versión de Helena
pas hasta la médula: su ser, victorioso, es- todo, la poesía, / entonces sonreiré satisfe- Cortés y Arturo Leyte, ed. Hiperión, Madrid, 1990.
capará de entre tus manos. cho a las feroces, / sombras, aunque debie- ––Hiperión, versión de Jesús Munárriz, ed. Hipe-
ra dejar / en el umbral mi voz. Un sólo rión, Madrid, 1978.
––La muerte de Empédocles, versión de Feliu Formo-
día / habré vivido como los dioses. Y eso sa, ed. Labor, Barcelona, 1974.
n ¿Fue la exuberancia de mi corazón lo que basta. ––La versión de El archipiélago es de Luis Díez del
me enemistó con esta vida mortal? ¿No de- A las parcas. Corral, en Alianza, 1979. La de Pan y Vino es de J.
be sufrir todo lo que existe, y más profun- Talens en Las grandes elegías, Peralta ed. Madrid,
damente cuanto más excelso es? ¿No sufre 1980. El resto es una traducción literal de Federico
Gorbea en Poesía Completa, 2 vols. Río Nuevo, Bar-
la sagrada Naturaleza? n Odio profundamente la turba de los
celona, 1979.
grandes señores y de los sacerdotes, / pero
más odio al genio que se compromete con
n El himno a la vida del mundo sólo se deja ellos.
escuchar en nosotros en el fondo del dolor. Advocatus diáboli. José Ignacio Eguizabal es doctor en Filosofía.

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