En este número de "La Casa de los Malfenti", vamos a dedicar esta

sección a hablar de un libro curioso y entrañable que, sobre todo en

lengua inglesa, cuenta con una legión de entregados fans. Un libro a
través del cual vamos a conocer a una escritora frustrada, pero sobre
todo a una lectora ávida y apasionada. Me refiero a Helene Hanff, su
autora. El libro en cuestión no es otro que "84 Charing Cross Road",
una historia sencilla, pero hermosa y sincera. Confiamos en que esta
breve reseña pueda despertar vuestra curiosidad y que dentro de
muy poco esta pequeña obra tenga su lugar en vuestra biblioteca.

84 Charing Cross Road

por Roberto Goñi
Una lectura especial y
compulsiva
Sin duda nos encontramos ante uno
de esos libros a los que uno se
acerca por pura casualidad, quizá
atraído por un título, o quién sabe,
simplemente por la foto de su
portada. Es posible que un amigo se
nos acerque y nos diga: "Acabo de
leer una cosa que tienes que leer…"
Y claro, la leemos. Y claro, nos
gusta. Es cierto, no se trata de uno
de los grandes de la literatura
universal. En cambio, sí se ha de
admitir que es un libro que acaba
por ocupar un lugar especial en la
memoria literaria de cada lector
ávido que ha prestado un par de
horas a su lectura.
"84 Charing Cross Road" es un libro
de lectura compulsiva que una vez
ha caído en nuestras manos es
imposible dejar de leer. La razón de
ello puede encontrarse en varios de
los elementos que componen la
obra: sencillez, sinceridad, fuerza,
simpatía…
Ante nosotros se encuentra el relato
de una amistad real y sincera, una
amistad que tiene lugar únicamente
vía correo postal entre el carácter
excéntrico, cínico y alocado de una
joven escritora norteamericana
obsesionada con los libros antiguos
(la propia autora Helene Hanff) y la
personalidad pulcra y elegante de
un librero británico (Frank Doel). Y
es en este choque cultural donde
podemos encontrar otro de los
puntos atractivos de la novela.

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 su biblioteca local. buscaba libros
interesantes que estudiar y con los
Helene Hanff, una escritora
que aprender a escribir. Fue allí, en
de teatro mediocre la biblioteca, donde Helene
descubrió una serie de estudios
Pero ¿quién fue Helene Hanff?, ¿qué escritos por un académico inglés,
otras cosas escribió? ¿fue conocida Arthur Quiller-Couch, en los que se
en su tiempo?, ¿disfrutó del éxito en proporcionaba una exhaustiva lista
vida?, ¿de dónde de lecturas recomendadas.
surgió la idea de Inmediatamente los intentó
escribir "84 conseguir.
Charing Cross En 1936, la joven participó en una
Road? competición de escritura de obras de
Helene Hanff teatro organizada por el "Bureau of
nació en New Plays" en Nueva York. Poco
Philadelphia un después recibió una carta de
15 de abril de Theresa Helburn, la directora del
1916. Sus padres, “New York's Theatre Guild” (el
Arthur y Miriam Helene gremio del teatro de Nueva York) en
Levy-Hanff no la que le informaba de que las obras
disfrutaban de una situación que había enviado al concurso eran
económica holgada, pero supieron terribles, pero que denotaban
transmitir a su hija su amor por el talento. De esta forma, Helene Hanff
teatro (su padre era un cantante y ganó una beca de 1.500$ para
bailarín frustrado reconvertido en estudiar en un seminario sobre
vendedor de camisas; llevaba a su escritura dramática auspiciado por
familia al teatro todas las semanas el "Theatre Guild". La escritora se
intercambiando a menudo camisas mudó a Manhattan, Nueva York,
por entradas). Con estos donde vivió en una serie de
precedentes, Helene, tuvo claro departamentos destartalados. Hizo
desde muy temprano que quería amistad con actores y demás gente
convertirse en escritora de teatro. de teatro.
Comenzó a estudiar en la A finales de los años treinta, todavía
Universidad de Philadelphia, pero no se ganaba la vida ni tenía éxito
la "Depresión" norteamericana hizo como escritora de teatro. Tenía
mella en las finanzas de la familia trabajos a tiempo parcial con los que
Hanff y se vio forzada a abandonar poder ganarse la vida mientras se
sus estudios para buscar un trabajo. dedicaba a escribir. No obstante su
Su primer empleo fue de situación económica era muy
mecanógrafa para una escuela de precaria. "Nunca tenía dos centavos a
mecánica del motor. "Ganaba 12$ a la mi nombre…" Después de pagar su
semana, y toda la grasa y mugre que alquiler semanal, apenas si le
podía llevarme a casa". quedaban 75 centavos al día para
Posteriormente, continuó sus comida y cigarrillos. Incluso
estudios de forma autodidacta comenzó a acudir a las obras de
realizando un registro exhaustivo de teatro de Broadway una vez éstas

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habían comenzado para evitar tener
que pagar la entrada. La ropa la
tomaba a prueba de las tiendas y la
devolvía al día siguiente.
En los años cuarenta, desempeñó
varios trabajos de escaso interés
profesional, aunque a todas luces
impres-cindibles para obtener unos
fondos míni-mos; agente de prensa,
lectora de guiones para un estudio
de cine, ayudante de prensa para el
autor de musicales Irving Caesar,
etc… En los
años cuarenta
escribió unas
veinte obras de
teatro, ninguna
de las cuales fue
nunca represen-
tada por compa-
ñía alguna.
Marks &Co.
Llevaba quince
años en Nueva York y no había
conseguido vender ni una sola de
sus obras.
Será a partir de 1952 cuando Helene
comience a trabajar para la
televisión escribiendo guiones de
programas. Nunca sintió una
especial atracción por la televisión,
más bien lo contrario, pero este
trabajo suponía una fuente de
ingresos que no podía rechazar. Así
pudo, durante un tiempo, vivir muy
precariamente gracias a la escritura
de guiones de televisión y libros
infantiles. Pero a finales de los
cincuenta, la mayor parte de la
industria de televisión se mudó de
Nueva York a Hollywood. De nuevo
estaba desempleada. Para evitar la
bancarrota tuvo que recurrir a las
revistas como medio de vida.
Si algo cultivó siempre Helene
Hanff de manera intensa y
apasionada, fue la lectura. Una
pared del estudio de su
apartamento siempre estaba
totalmente cubierta de libros, la
mayor parte de los cuales provenían
de la librería de libro antiguo Marks
& Co. Sería su conexión con esta
librería la que finalmente le traería
la fama.
Marks & Co.
En 1949, Helen Hanff encontró un
anuncio en el "New York Times" en el
que se citaba el nombre de "Marks &
Co.", una librería con base en
Londres, concretamente en Charing
Cross Road, especializada en libros
antiguos. Inmediatamente escribió
una carta a la librería en la que
comentaba que tenía un serio interés
en los libros antiguos aunque muy
poco dinero que dedicar a tal gusto.
En dicha nota solicitaba un lote de
libros que ya estaban fuera de
impresión y que había sido incapaz
de encontrar en Nueva York. Poco
tiempo después, recibía una
respuesta en correctísimo inglés en
la que se le informaba de que
disponían de la mayor parte de los
libros a un precio ajustado a las
necesidades de Helene. Pronto se
encontró la joven escritora inmersa
en una correspondencia regular con
la librería, en concreto con su
representante Frank Doel, una
correspondencia en la que los
calificativos "estimado señor" o
"estimada señora" fueron poco a
poco sustituidos por el tuteo más
familiar.
Serían los vecinos ingleses de
Helene en Nueva York los que
pondrían a ésta al día sobre la dura
situación de racionamiento
atravesada por los habitantes de
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Londres tras la Segunda Guerra
Mundial. Así que la joven
norteamericana comenzó a librería), especialmente al llegar tan
acompañar sus cartas con envíos de
comida para sus amigos de la
librería. En compensación, recibía
pequeños regalos, como un mantel
de mesa hecho a mano por la
anciana vecina de Doel o una
edición antigua de un libro largo
tiempo buscado por la joven.
Incluso otros compañeros de Frank
Doel se añadieron a la
correspondencia entablada por
ambos, enviando a Helene cartas de
agradecimiento por sus envíos
alimenticios.
Helene financiaba sus numerosas
compras en Marks & Co.
escribiendo guiones para la
televisión y adaptaciones históricas
para el canal infantil. Pero la
escritura independiente no es un
negocio demasiado lucrativo y
Helene se vio viviendo
prácticamente con lo puesto.
En 1961 publicó un libro titulado
"Underfoot in Showbusiness" en el que
hablaba sobre su experiencia en el
teatro. El libro no recibió grandes
críticas y dejó de imprimirse poco
tiempo después. En una situación
peligrosamente cercana a la
pobreza, se vio obligada a escribir
cada vez menos a su librería
favorita.
Así se encontraba Helen, cuando en
Enero de 1969 recibía una carta de
Marks & Co. en la que se le
informaba de lo siguiente:
"Acabo de encontrar una carta que Ud.
escribió al Sr. Doel el último 30 de
septiembre, y debo comunicarle, con el
mayor de los pesares, que el Sr. Doel
falleció el domingo 22 de diciembre. El
funeral tuvo lugar el primero de Enero.
Su muerte ha supuesto un gran impacto
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para el Sr Cohen (uno de los dos
propietarios y fundadores de la
próxima a la muerte del Sr. Marks (el
otro propietario)…"
Frank Doel había muerto
consecuencia de una peritonitis
aguda.
Un tributo a Frank
Helene Hanff había planeado en
numerosas ocasiones realizar un
viaje a Londres con la intención de
visitar a sus amigos británicos de la
Marks & Co., y en especial a Frank
Doel y su mujer. De esta forma
correspondería a sus numerosas
invitaciones. Pero su precaria
situación económica lo había hecho
imposible.
La noticia de la muerte de Frank
tuvo efecto dramá-tico sobre
Helene. Ya nunca conocería a su
Frank Doel querido amigo. En la
desesperación de la
noticia, abrió la caja
en la que guardaba la
correspondencia que
había ido guardando
a lo largo de los años
y releyendo algunas
de las cartas decidió
publicarlas en forma
de libro como tributo
a su amigo Frank. Se puso en
contacto con Nora, la mujer de Doel
y de común acuerdo organizaron el
material disponible, las cartas
escritas y recibidas durante un
período de más de veinte años. El
libro fue publicado en 1970 bajo el
título de "84 Charing Cross Road".
 Y llegó la popularidad y el
dinero…
La publicación de "84 Charing Cross
Road" fue aclamada por la crítica,
hecho insólito en la vida de Hanff.
La obra recibió comentarios tales
como:
"… en algún lugar del libro, para
aquellos que pueden sentir, existe una
historia de amor. No una historia de
amor entre Helene Hanff y Frank Doel,
que era un marido felizmente casado y
padre de familia, sino entre una mujer y
el mundo" (Haskel Frankel del
Saturday Review)
El libro se convirtió, de forma
sorprendente, en un éxito de la
noche a la mañana y un libro de
culto. En una conversación con
James Roose-Evans, Helene, se
refería a su libro como "mi librillo de
nada; Cuando lo estaba escribiendo
pensaba que estaba creando una historia
breve para el New Yorker. Todavía creo
que se trata de una bonita historia
corta".
Pronto comenzó Helene a recibir
cartas, regalos y llamadas de
teléfono de sus lectores desde todo
el país. Una de aquella llamadas
provenía de una mujer que vivía en
Alaska y cuando Helene le comentó
"esta llamada le debe estar costando una
fortuna" la inesperada respuesta fue
la siguiente: "Estoy casada con un
esquimal y vivimos a 300 millas del
pueblo más cercano. No quería esperar
hasta la primavera para que las
carreteras estuvieran limpias de nieve y
así poder llegar a la oficina de correos".
El relato de la correspondencia entre
Helene y Frank Doel se convirtió, de
esta forma, en uno de esos libros
que la gente se prestaba o regalaba.
Hanff solía citar el caso de una
comunidad de monjas benedictinas
de Stanbrook Abbey, cerca de
Worcester, que tenía una única
copia prestada del libro que
guardaba colocada bajo una urna de
cristal. Tenían asignada a una monja
para que cada día pasara una hoja
del libro de forma que toda la
comunidad pudiera leerlo a un
mismo tiempo.
En 1980, la obra se adaptó al teatro,
estrenándose primero en el West
End y después en Broadway.
Posteriormente se realizó una
adaptación al cine con Ann Bancroft
y Anthony Hopkins como actores
principales.
Es a partir de la adaptación al teatro
cuando Helene comienza a hacer
algo de dinero, suficiente al menos
para garantizarse una vejez más o
menos confortable (una vejez
gravemente afectada por la
neumonía, las bronquitis continuas,
agudizadas por la diabetes y su
exceso en el hábito del tabaco).
Hasta ese momento, a pesar del
éxito del libro y tal cómo ella
explicaba en un programa de
televisión, no había conseguido
reunir una cantidad digna de
dinero, ya que cada lector del libro
le enviaba una carta de admiración
y había constatado que el coste de
responder a todas esas cartas
anulaba con creces los ingresos
obtenidos en concepto de derechos
por cada copia impresa.
Fue la publicación del libro en
Inglaterra lo que permitió a Helene
viajar a Londres. El viaje tantas
veces postergado se hacía al fin
realidad. Pero tristemente descubrió
que Marks & Co. ya había cerrado.
Consiguió entrar en el edificio, subir
sus escaleras y observando las
7
estanterías vacías exclamó en voz
alta: "Frank, al final lo hice". Después
admitió haber deseado que Frank
hubiera estado presente para
escuchar esas palabras. Esta visita y
las que la sucedieron le permitieron
escribir una secuela de "84 Charing
Cross Road" titulada "The Duchess of
Bloomsbuiy Street" (1976).
Quizá, la mayor ironía en la vida de
Helene Hanff sea que, habiendo
soñado desde niña con ser una
escritora de teatro, la única obra
suya que viera estrenada sobre un
escenario fuera una adaptación
realizada por otra persona de su
libro de cartas.
"84 Charing Cross Road. La librería Marks & Co., que obtuvo reconocimiento
mundial a través del libro de Helene Hanff, estuvo en este lugar "
Cuando "84 Charing Cross Road" se
extrenó en el West End, el Día de
Acción de Gracias, la audiencia se
puso en pié ante la aparición de la
autora al final de la obra. Al día
siguiente, en "The Times" Irving
Wardle escribía:
"La visión de Helene Hanff sobre el
decorado que imitaba la librería que ella
hizo famosa, parpadeando bajo el
aplauso de la ciudad que nunca pudo
permitirse visitar, convirtió el estreno
de ayer en el final de un cuento de
hadas"
Aunque la librería hace ya mucho
tiempo que ha desaparecido, en el
lugar que ocupó puede encontrarse
una placa en la que se lee una
leyenda muy simple: