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Orígenes y evolución del 1. Introducción: la aproximación


al problema
Estado de Bienestar
español en su ualquier análisis de la evolución del
perspectiva histórica. gasto en protección social en los países
de capitalismo maduro desde 1973 has-
Una visión general. ta la actualidad nos demuestra que, en conjunto,
las temidas políticas de desmantelamiento del Es-
tado de Bienestar apuntadas durante los finales
años setenta, han fracasado relativamente.
Bien es cierto que ha habido recortes del gas-
to, o contenciones en prestaciones sociales, que
han afectado a segmentos y capas sociales con
Gregorio Rodríguez Cabrero amplias dósis de indefensión social y que dicho
fracaso relativo no puede ocultamos profundas
modificaciones ideológicas e institucionales ac-
tualmente en curso en los diferentes Estados de
Bienestar, cuyo análisis es un reto para las cien-
cias sociales.
En el primer caso, la evolución de las políticas
sociales a corto plazo se traduce en fuertes ten-
dencias de dualización social y jerarquizaciones
más rígidas de la estructura social. En el segundo
caso, el problema es más profundo y la cuestión
reside en el debate sobre si el modelo de Estado
de Bienestar redistributivo de tipo socialdemócra-
ta está modificándose en favor de un Estado de
Bienestar más acumulativo, en el que las ideolo-
gas y las élites que las sustentan se definen en
función de los nuevos entramados tecnoinstitu-
cionales de las economías transnacionales.
El caso del Estado de Bienestar español parti-
cipa en conjunto de estos rasgos señalados (no en
vano se trata de una economía y sociedad alta-

a mente integradas en el centro del sistema mun-


dial), pero con rasgos específicos propios que pro-
ceden de la construcción histórica de un sistema
de protección social bajo el período de moderni-
__ ~M zación capitalista del franquismo, de los avatares
de la política social bajo la transición política y
la crisis del modelo de crecimiento de los años se-
r senta y, por ultimo, de la definición en curso de
un nuevo modelo de crecimiento y de estructura
social.
En estas páginas no pretendemos en modo al-
guno hacer un análisis exhaustivo de la estructu-
ra, funciones y evolución del sistema de protec-
ción social español, sino tratar de plantear algu-
nas hipótesis sociológicas sobre el panicular que

s puedan contribuir a profundizar en algunos de


los rasgos de nuestra reciente historia social. De
este modo, trataremos: a) Analizar las raices
históricas fundamentales del Estado de Bienestar
de España; b) Describir y evaluar el proceso dc

Gregorio Rodríguez Cabrero, Opto. de Sociología, Universidad Autónoma de Madrid.


Política y Sociedad. 2(1989), Madrid, (nr 79-87).
80 O. Rodríguez Cabrero

universalización de dicho Estado durante el pe- ca económica keynesiana con la estructura de de-
ríodo 1977-88; y c) finalmente considerar algunas nominación despótica del franquismo.
de las tendencias que parecen estar desarrollán- La nueva relación salarial o entramado global
dose en relación con los cambios socioeconómi- de producción combinará de forma peculiar y
cos actualmente en curso. condicionado por el régimen de dictadura las pie-
zas definitorias de modelo de crecimiento neoca-
pitalista: En primer lugar, el desarrollo de un sis-
2. Los fundamentos históricos tema de producción que incorpora progresiva-
del Estado de Bienestar español mente modos tayloristas de división del trabajo
en un núcleo básico de empresas y subsectores
productivos; en segundo lugar, una redefinición
s una tesis ampliamente compartida en la resolución de los conflictos obreros a partir
dentro de las ciencias sociales de nues- de la Ley de Convenios Colectivos de 1958 que
tro país que el Estado de Bienestar en abre paso a una negociación colectiva muy limi-
España es un fruto histórico de la transición po- tada y a cierta expresión de demandas sociales;
lítica, y que el sistema de protección social se de- en tercer lugar, al inicio de un procesos de trans-
sarrolla bajo los impulsos sociales y políticos de formación social desde una estructura de subcon-
dicho período. Dicha tesis se apoya en el falso su- sumos colectivos a otra de tipo industrial y de
puesto científico de que el Estado de Bienestar y consumo de masas apoyada en el desarrollo de
democracia política forman parte de un mismo productos semiduraderos, la planificación Lic ne-
proceso, lo que históricamente no es cierto, pues- cesidades y deseos y el desarrollo del crédito; fi-
to que los orígenes de los sistemas de protección nalmente, una nueva articulación de los sistemas
social varían de país a país, así como el hecho de de protección social a partir de la reordenación en
que el predominio del Estado de Bienestar en un 1964 de los diferentes sistemas de seguridad so-
buen número de países después de la segunda cial y un cierto esfuerzo en el gasto de servicios
Guerra Mundial no puede ocultarnos la gran di- públicos, centrado inicialmente en el gasto en vi-
versidad histórica en la evolución de los sistemas vienda (en el que coinciden la importancia de la
de protección social. construcción como motor del crecimiento y las
En sentido contrario nuestra tesis aquí es que: necesidades del proceso de urbanización) y, en
a) Por un lado, los fundamentos históricos del menor medida, en educación y sanidad.
Estado de Bienestar español hay que encontrar- Centrándonos en el ámbito de los consumos
los en el período 1964-75 durante el cual se cons- colectivos durante la década de esos años sesen-
tituye el entramado institucional de los diferen- ta, se puede sostener la tesis de que durante esos
tes sistemas de protección social que, sin modifi- años tiene lugar la definición de un modelo ins-
caciones importantes, llegan hasta la actualidad. titucional de política social que se consolida du-
b) Por otro lado, durante el período 1975-88 rante los primeros años setenta y que llega a su
asistimos a un proceso de universalización del Es- madurez en el período ¡ 977-88. Dicho de otra
tado de Bienestar a punto de concluir que se de- manera, el Estado de Bienestar residual y despó-
sarrolla de forma paralela al relativo deterioro de tico se transforma en otro tipo institucional y pos-
los servicios públicos, sanidad y educación en teriormente democrático, produciéndose el cam-
concreto, y en general a costa de la calidad del bio de tendencia durante los años 1968-72 coin-
conjunto de las prestaciones de los sistemas de cidiendo con clii Plan de Desarrollo. El hecho,
protección social. por ejemplo, de que el gasto social sólo fuera el
En efecto, bajo el período de autarquía el sis- 10,2 por cien del PIR en 1970, no puede ocultar-
tema de seguros sociales se había desarrollado sin nos el cambio de tendencia que se produce, ni el
cesar generando sistemas muy diferentes, des- esfuerzo relativo en el gasto social en parte vela-
coordinados entre sí y con no escasos problemas do por los fuertes crecimientos del PIR durante
financieros, al mismo tiempo que el gasto en ser- dicha década. En suma, el gasto social español
vicios era testimonial dentro de las funciones de será insignificante y supeditado a las exigencias
un Estado cuyos gastos se centraban en defensa y básicas de la acumulación económica, pero su es-
gastos generales. tructura y evolución se orientarán lentamente ha-
La crisis del sistema de autarquía y la apertura cia un modelo de Estado de Bienestar institucio-
de nuestro país a la competencia exterior impul- nal cuyo eje central son los sistemas de la Segu-
san ladefinición de un modelo de crecimiento ca- ndad Social.
pitalista, de reproducción social y de interven- Esquemáticamente, podemos señalar algunas
ción estatal que combina elementos de la políti- de las razones de tal hipótesis. a) En primer lu-

~*‘M1M6
gar, desde el punto de vista institucional en 1963 contradictoriamente condicionado por varios he-
se aprueba la ley de Bases de la Seguridad Social, chos: a) la imposibilidad política de dar cauce a
cuyo período de aplicación se inicia el 1 de Ene- multiples e importantes demandas sociales;
ro de 1967 y que unifica en parte los sistemas de b) la centralidad de la política de acumulación
protección social existentes, pone los fundamen- capitalista a la que se subordinan los gastos so-
tos de la universalización del sistema y sustituye ciales que, o son correctores de costes sociales ge-
el régimen de capitalización y reparto de capita- nerados por el crecimiento o, simplemente meca-
les de cobertura por otro de fórmulas de reparto nismos que garantizan la reproducción de la fuer-
simple. b) En segundo lugar, desde la óptica del za de trabajo en el contexto de industrialización
gasto pUblico social tenemos que los gastos socia- acelerada; c) el propio sistema financiero de la
les que en 1960 suponían el 35,3 por cien del to- Seguridad Social que, por un lado, seguirá siendo
tal del gasto público de las Administraciones un mecanismo de ahorro forzoso hasta 1972 y,
Centrales, en 1970 alcanzaban el 55,9 por cien, por otro, perderá capacidad de financiación al es-
mientras que los gastos generales y de defensa tar separados cada vez más los salarios reales de
perdían posiciones relativas importantes en la las tarifas de cotización; d) un sistema fiscal re-
clasificación funcional, también perdían posicio- gresivo, injusto e insuficiente como para impul-
nes los gastos económicos, incrementándose los sar una política de gastos sociales de carácter
gastos en deuda y otros no clasificados. redistributivo.
Evidentemente este cambio apenas sí supone Todo ello se tradujo en el escaso peso del gas-
una ganancia de los gastos sociales sobre el PIR to social sobre el PIB en relación al de los paises
de menos de tres puntos que se corresponden in- europeos más desarrollados, que en 1970 estaba
tegramente con la garantía de rentas (el sistema en tomo al 18 por cien del PIR, también un bajo
de Seguridad Social y de forma particular las pen- nivel de cobertura de necesidades e insuficiencias
siones). Además el aparente estancamiento del del gasto en servicio incluso para las propias ne-
gasto en servicios públicos debe ser matizado en cesidades del sistema económico.
el sentido de que se rompe la dinámica regresiva
en los mismos, de forma que el gasto en educa-
ción crece durante la década de los años sesenta 3. Del Estado Autoritario del
a tasas acumulativas superiores a las del gasto to- Bienestar al Estado Democrático
tal de las Administraciones Centrales multipli- del Bienestar
cándose por tres durante la década y el gasto en
sanidad se multiplica por cuatro.
c) Finalmente, este proceso supone que la po- 1 Estado Autoritario del bienestar que
blación protegida por las prestaciones y servicios se consolida a finales de los años sesen-
públicos se incrementa a pesar de su baja calidad. ta, procede a un giro en el terreno de la
Así, la población cubierta por el sistema sanita- política social con el gobierno de 1969. Este go-
rio de la Seguridad social pasa del 55 por cien en bierno inicia su andadura en un contexto inter-
1968 al 77 por cien en 1973; el número de pen- nacional en el que los NPI compiten con bajos
siones de la Seguridad Social se multiplica casi costes laborales en los tradicionales sectores en
por ocho en trece años pasando de 400.000 pen- los que era competitiva la economía española
sionistas en 1960 a 3.052.000 en 1973, un creci- (naval, siderurgia), haciéndose necesario un giro
miento en volumen algo menor al que se produ- en lo referente al cambio tecnológico y la forma-
ce entre 1973 y 1987, año este último en que el ción de lafuerza de trabajo. En segundo lugar, los
número de pensiones de la Seguridad Social fue diferentes paises de nuestro entorno económico
de 5.615.600. refuerzan la intervención estatal y centralizan
En síntesis, la década de los sesenta y sobre múltiples actividades, como el desarrollo cientí-
todo los últimos tres años de la misma imprimen fico y la 1 + D.
un cambio de tendencia en la dinámica de la po- En definitiva, el agotamiento progresivo del
lítica social, si tenemos en cuenta que el gasto so- modelo de crecimiento de los años anteriores y
cial se consolida como primera función del gasto un mayor protagonismo de la intervención esta-
de las Administraciones Públicas Centrales, se tal, forman parte de una experiencia internacio-
acelera el proceso de universalización de la Segu- nal a la que no puede escapar nuestro país.
ridad Social y tiene lugar un significativo cambio Por ello, y bajo fuertes limitaciones financieras
en la dinámica del gasto social en educación y e institucionales, se aprueba en 1970 la Ley Ge-
sanidad. neral de Educación y en 1972 la Ley de Bases de
Obviamente este cambio de tendencia está la Seguridad. Ambas leyes son el punto de arran-
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que de un proceso de crecimiento del gasto social En relación con lo anterior podemos plantear
que se desarrollará durante la década de los años la segunda hipótesis de este trabajo; elfuerte im-
setenta de forma persistente y que responde a va- pulso del gasto social durante los años 1970-75,
rios hechos sociológicos: la necesidad de incre- más los fuertes incrementos salariales de los con-
mentar la capacidad técnica de la fuerza de tra- flictivos años de 1974-76, constituyen la base ma-
bajo así como el impulso del cambio tecnológi- terial que, junto a otrosfactores políticos, que aquí
co; crecientes demandas por parte de las nuevas no podemos analizar, contribuyen a la des radica-
clases medias urbanas en favor de un sistema ción política y a una transión negociada desde el
educativo promocionista y meritocrático; las pre- mantenimiento del statu quo del sistema real de
siones crecientes en favor de un sistema dc pen- poder existente en la sociedad española y en cual-
siones que proporcione seguridad a un creciente quier caso, conforman e impulsan un proceso de
número de jubilados y sea al mismo tiempo un socialdemocratización tardío que contribuye a la
instrumento que contribuya a la demanda agre- consolidación de las sociedad dc consumo de ma-
gada del sistema económico; en suma, coinciden sas, también de la negociación colectiva centrali-
en este nuevo proceso exigencias del proceso de zada y del Estado del Bienestar en una sociedad
acumulación con demandas sociales de bienestar progresivamente corporativa.
y seguridad. El Estado democrático del Bienestar se abre,
Como consecuencia de este doble impulso, los así, paso durante los años centrales de la década
gastos sociales tendrán durante la década pasada pasada sometido a fuertesdemandas sociales y en
su máximo crecimiento histórico en relación al un contexto de relativo agotamiento de dicho
PIB, hasta el punto casi de duplicarse en relación modelo en los países centrales y de crisis abierta
a dicha magnitud (ver Cuadro 1) y aunque la par- del modelo de crecimiento imperante en nuestro
ticipación del gasto social sobre el PIB tendrá su país en los años sesenta.
máximo crecimiento en el quinquenio 1975-80, En este contexto tiene lugar un fuerte impulso
las tasas medias de crecimiento fueron claramen- del proceso de universalización del Estado de Bie-
te superiores durante el lustro anterior. nestar constituyéndose en mecanismo de legiti-
En la década de los años setenta el gasto en ga- mación política e integración social al tener lapo-
rantía de rentas se convierte en la principal mag- lítica económica un sesgo claramente redistribu-
nitud del gasto social hasta la actualidad, parti- tivo, sobre todo durante los años 1977-79, pos-
cularmente el gasto de pensiones, mientras que el poniéndose los duros ajustes sociales del sistema
gasto en servicios, después de un importante cre- industrial a la década de los años ochenta.
cimiento a mitad de la década pasada, se estan- El proceso de universalización del Estado de
cará a partir de 1980. Aunque las pensiones se- Bienestar puede ser contemplado a varios nive-
rán las verdaderas protagonistas del gasto social les. Así durante la década pasada el gasto en pen-
y progresivamente al gasto en desempleo, la dé- siones se eleva del 3,07 por cien del PIB al 7,22
cada de los años setenta es sobre todo el período en 1980. La Ley de 1972 de la Seguridad Social
en que se realiza el mayor esfuerzo presupuesta- había ampliado extrordinariamente su campo de
rio en servicios públicos como la educación y la protección a través de la ampliación de los regí-
sanidad. menes especiales y la flexibilización de los requi-

CUADRO 1
Participación funcional del gasto de las administraciones públicas centrales sobre el PIB (Rase 1980)
1960 1965 1970 1975 1980 1985 1988
1. 0. Generales y Defensa 6,7 5,2 2,9 3,0 3,4 4,3 3,4
2. 0. Sociales 7,7 7,3 10,2 12,6 18,1 20,1 17,6
2.1 Servicios 5,4 4,3 5,0 6,0 7,6 7,2 5,5

2.2 0. Rentas 2,3 3,0 5,2 6,6 10,3 12,9 12,1


3. 0. Económicos 5,7 5,2 3,1 2,9 3,4 4,8 5,9
4. Deuda/No clasificados 1,3 1,5 2,0 2,0 1,6 5,5 7,5
TOTAL 21,4 19,4 18,2 20,5 26,5 34,7 34,4
Fuente: Elaboración propia en base a CNE, CAP, Presupuestos del Estado y Seguridad Social, Liquidaciones Seguridad Social.

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sitos de acceso a los sistemas (sobre todo en fa- dad de la fuerza de trabajo. La intervención es-
vor de viejas clases medias y agricultoras) dando tatal y y el gasto público no retroceden por causa
lugar a lo que se ha denominado como compra de los nuevos vientos neoliberales, sino que se
de pensiones; proceso de universalización que se reestructuran y adaptan a las nuevas exigencias
traduce en un incremento extraordinario en el políticas y económicas, y que se materializan en
número total de pensiones (3.052.000 en 1973 y un tipo específico de intervencionismo estatal li-
4.837.600 en 1982) sacrificando parcialmente el beral o neoliberal, caracterizado por el compro-
componente contributivo del sistema y concen- miso a fondo con los requerimientos de los apa-
trándose las pensiones en los mínimos —proceso ratos productivos, restrictivos respecto de las de-
de asistencialización— sin abordar a fondo los mandas sociales en general y de los grupos mar-
problemas de los grupos en situación de ne- ginales en particular y favorecedor de nuevas
cesidad. pautas ideológicas centradas en el individualismo
Por otra parte, el proceso de expasión de la co- y competencia a ultranza.
bertura sanitaria de la Seguridad Social continua En España, plenamente integrada de hecho en
durante esos años a fuerte ritmo (como sucede un espacio transnacional económico y cultural,
igualmente en educación) pero mediatizado por los vientos conservadores coinciden con el ago-
una baja calidad de las prestaciones, expansión tamiento de los impulsos democráticos de los
relativa de la oferta privada frente a la insuficien- años precedentes y la quiebra del modelo de cre-
cia del sistema público y cuellos de botella en los cimiento de los años sesenta. De ahí los cambios
accesos a los diferentes servicios. que se producen en esos años sintomáticos de al-
gunos procesos posteriores: se acelera el proceso
En conjunto, hasta 1982, tiene lugar un claro de ajuste de excedentes laborales, se pasa en 1981
proceso de universalización de los servicios y de la reducción de salarios nominales a la de sa-
prestaciones sacrificando la calidad media de las larios reales, se socializan pérdidas privadas en
prestaciones. Proceso que, sin embargo, empieza gran escala (como las de la Banca privada), se ini-
a agotarse con el gobierno Calvo-Sotelo, antesala cia una política de desprotección de los parados
de las políticas de ajuste posteriores. El trienio con la aprobación en 1980 de la Ley Básica del
1980-82 se suele considerar un espacio de tiem- Empleo cayendo la cobertura (ver cuadro 2) de ci-
po transitorio hacia la gobernación del PSOE y fras superiores al cuarenta por cien de los para-
sin embargo es un trienio claramente restrictivo dos a cifras inferiores al treinta y tiene lugar la re-
por cuanto durante este tiempo tiene lugar una lativa contención en el crecimiento del gasto so-
clara contención de las demandas sociales y se cial respecto del PIR al mismo tiempo que el de-
abren paso lentamente determinadas restriccio- terioro en la calidad media de las prestaciones en
nes en el campo de la política social. sanidad y educación. Mientras, en el plano ideo-
En efecto, en 1980 se abre un nuevo ciclo en las lógico se desarrollan las corrientes catastrofistas
políticas sociales y económicas de los países cen- sobre el porvenir financiero de la Seguridad So-
trales bajo los impulsos de la transnacionaliza- cial, frente a la cual se ofrecen alternativas de
ción económica y elauge de políticas conservado- privatización.
ras. Los diferentes gobiernos conservadores favo- El gobierno socialista que inicia su mandato a
recerán políticas de ajuste restrictivas en el terre- finales de 1982, como el resto de los gobiernos si-
no de la política social e impulsoras de políticas guientes, actuará sobre dos ejes muy a menudo
industriales de ajuste y de flexibilidad y precarie- contradictorios: por un lado, habrá un claro pre-

CUADRO 2
La protección por desempleo
Años Total Nivel contributivo Nivel asistencial lasa de cobertura
Bruta
Total Eventuales Subsidio Asistencia
agrarios sanitaria
1978 419.885 419.885 46,68
1980 696.183 696.183 48,66
1982 776.823 674.804 105.997 102.019 33,64
1985 1.330.909 1.087.642 184.408 317.897 243.339 32,37
1981 1.372.240 1.112.986 251.941 421.631 259.254
1988 (E-A) 1.382.765 l.120.?06 269.624 422.297 261.859 27,88
Fuente: Boletín de Estadisticas Laborales (Ministerio de Trabajo)
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dominio de las políticas industriales sobre las de visto afectadas por un retraso relativo: el cierre
tipo social y laboral y, por otro lado, se continua- de la protección sanitaria y las pensiones no con-
rá el proceso de universalización del Estado de tributivas, cuyo proceso concluirá en 1989.
Bienestar, junto a algunas reformas importantes Entre ellas, la protección por desempleo es, con
(servicios sociales, Plan Nacional sobre Drogas) diferencia, la principal laguna de nuestro sistema
sin modificar el proceso de relativo deterioro en de protección. La LBE de 1980 redujo la cober-
la calidad de ciertos servicios y prestaciones. tura de forma drástica desde un 48,66 por cien
En un contexto de profunda internacionaliza- de los parados en 1980 (año de máxima cobertu-
ción de la producción y con sectores productivos ra desde 1978) al 26,30 en 1983 (año de mínima
en declive, la modernización del aparato produc- cobertura), aunque en la misma tuvo un papel de-
tivo pasa a protagonizar la política económica de cisivo el incremento dramático del paro durante
forma que se generen las condiciones económi- esos años.
cas e institucionales que favorezcan la inserción Una reducción tan espectacular de la protec-
plena de la economía española en las economías ción por desempleo condujo a la reforma de la
transnacionales del centro capitalista. Este proce- LBE en 1984 que corrigió parcialmente esta si-
so dio lugar a fuertes incrementos del paro en tuación. Sin embargo, la reforma no contempla
1984-85, superando el veinte por cien de la po- la protección de los que buscan empleo ni el paro
blación activa y sin considerar el fenómeno de la de larga duración, al mismo tiempo que la intro-
economía sumergida, una importante reducción ducción positiva de la protección asistencial no
de los salarios reales y un fuerte impulso a la va unida al estado real de necesidad, sino a los
flexibilidad del mercado de trabajo que para cier- que estando en esa situación y con cargas fami-
tos segmentos no cualificados significa la preca- liares han agotado las prestaciones del nivel con-
rización del empleo. tributivo o cotizando al menos tres meses no ha-
Aunque los efectos sociales más negativos de yan tenido derecho a una prestación, al no cubrir
esta modernización industrial en parte se han pa- el tiempo mínimo de cotización.
liado con los posteriores fuertes crecimientos de El AES se comprometió en esa dirección de
la economía, ello no ha modificado la importan- mejora de la protección por desempleo a que a fi-
cia central del paro, sobre todo eljuvenil, y al de- nales de 1986 el 48 por cien de los parados tuvie-
terioro relativo de grupos sociales en las zonas de ra algún tipo de protección, situación que con-
reestructuración industrial. trasta claramente con los datos del cuadro 4, en
Sobre el protagonismo de la política industrial el que se puede contemplar una tasa de cobertu-
hay que situar la reflexión sobre la dinámica de ra del 27,88 por cien en el primer trimestre de
la política social y su desarrollo en los dos retos 1988, un deterioro en la cobertura de los desem-
pendientes en 1983: completar el proceso de uni- pleados totales y un proceso de asitencialización
versalización del Estado de Bienestar y mejorar de las prestaciones que, sin embargo, excluye a
la calidad de los servicios y prestaciones. los grupos antes mencionados (buscadores de pri-
a) Centrándonos en el proceso de universali- mer empleo y parados de larga duración), com-
zación del Estado de Bienestan el balance en par- pensado en parte por la extensión de la cobertura
te ha sido positivo, puesto que la preeminencia sanitaria en ¡987 a los mayores de 26 años sin
de las políticas de ajuste no ha frenado el proce- empleo y de los mayores de 55 años con cargas
so de ampliación progresiva de las políticas de familiares en situación de paro permanente.
protección social a pesar de las presiones socio- A un segundo nivel, el proceso de universali-
demográficas y el paro. Efectivamente, desde zación queda por cerrar en el campo de protec-
¡983 la Seguridad Social ha incrementado en ción sanitaria y en el de las pensiones asistencia-
884.000 pensiones más la nómina de pensionis- les. En el primer caso, con una cobertura actual
tas; la población protegida por el sistema sanita- en torno al 96,2 por cien de la población españo-
rio del INSALUD se ha incrementado en la, el problema queda resuelto con la incorpora-
4.434.797 personas más; y las enseñanzas de ción de un 2,7 por cien de la población, de los
preescolar y básica han quedado practicamente que una tercera parte son pensionistas del FAS
universalizadas. que disponen de servicios médicos de la Benefi-
Sin embargo, este proceso de universalización cencia pero no tienen prestaciones farmaceuticas
tiene tres lagunas en la protección social que ten- y el resto son personas sin ningún tipo de recur-
drían que haberse cubierto sin tanta dilación y sos. El esfuerzo de cerrar la universalización no
que han sido, en parte, sacrificadas a las políticas es importante en términos presupuestarios y
de ajuste. La primera, quizás la más crucial, es la ocho años de gobierno socialista son un plazo de-
protección por desempleo. Las otras dos se han masiado largo para lograr la plena cobertura des-
de los altos niveles de protección de que se partía. Ambos tipos de pensiones asistenciales se ca-
En el segundo caso, la ley de pensiones no con- racterizan por su fuerte grado de feminización,
tributivas, pendientes de ser aprobada, es otro de sobre todo en los tramos altos de edades, y se con-
los retrasos en el proceso de universalización (si centran en las CCAA más deprimidas: el 53,9 por
bien el problema es de armonización de sistemas cien de los pensionistas FAS y el 52,9 por cien de
y no de cobertura) que tuvo su oportunidad per- los pensionistas de la LISMI residen en Galicia,
dida en la ley 26/1985 sobre reforma del sistema Andalucia, Extremadura y las dos Castillas.
de pensiones. De hecho la experiencia señala que La unificación de ambos regímenes de pensio-
desde 1984 hasta la actualidad se ha caminado en nes, la articulación con el sistema contributivo y
la configuarción de un sistema de protección asis- su suficiencia en términos de renta mínima, son
tencial cuyo cierre, como decimos, no depende los aspectos pendientes del sistema no contribu-
tanto de razones financieras (es un coste relativa- tivo de pensiones.
mente bajo) cuanto por la diversidad de sistemas b) A pesar de los problemas de un proceso no
de protección, el contributivo y el asistencial. concluido de universalización de los sistemas de
Las pensiones FAS eran hasta 1982 unas pen- protección social, el verdadero problema del Es-
siones de miseria absoluta que cobraban ancia- tado de Bienestar es, a nuestro entender la cali-
nos mayores de 69 años y enfermos e incapacita- dad de las prestaciones y su suficiencia. En estas
dos para el trabajo sin ningún tipo de recurso ni páginas tan globales no podemos entrar con de-
familiares con obligación de alimentos. El núme- talle en el análisis de cada una de las áreas de la
ro total de pensionistas del FAS desciende pro- protección social de nuestro país, lo que exige un
gresivamente desde un máximo en 1976, 371.612 trabajo aparte, pero si podemos señalar algunos
pensionistas, hasta 1987, con 329.414, en parte de los rasgos que confirman que la dinámica del
debido a la extensión del sistema de pensiones de gasto social ha sido insuficiente para garantizar
la Seguridad Social, y ello a pesar de la dignifica- una adecuada calidad de las prestaciones y ser-
ción relativa de la cuantía (5.550 ptas en 1982, vicios.
8.000 en 1983, 17250 en 1987) que, sin embargo En conjunto, hemos asistido a una contención
no llega a constituir el cuarenta por cien del sa- del gasto social en las administraciones públicas
lario mínimo interprofesional. A otro nivel se centrales que, sin embargo, debe ser matizada por
aprueba en 1982 la LISMJ (Ley de Integración la importancia de los servicios transferidos a las
Social del Minusválido) cuya andadura real co- CCAA. Hasta señalar que los gastos sociales de
mienza en 1985 con un crecimiento galopante en las administraciones territoriales sin consolidar
el número de beneficiarios (7086 en Diciembre eran, en 1987, 2.026 billones de pesetas, consti-
de 1987 y 58.581 en Diciembre de 1987). tuyendo el 46,1 por cien del gasto de dichas ad-

CUADRO 3
Población protegida y gasto en prestaciones sanitarias
1968 1973 1978 1983 1985 1987
Presupuesto INSALUD
(P. corrien) 29,7 106,6 409,2 880,2 1.058,8 1.372,8
Presupuesto INSALUD
(Base 1980) 141,4 336,1 545,9 619,8 635,0 644,5
Población española 33.294.497 34.853.324 36.865.546 38.260.478 38.586.360 38.914.238
Población protegida 18.311.973 26.837.059 30.967.058 33.286.615 36.657.042 37.435.496
Tasa de cobertura 55 77 84 95 96,2
Gasto persona
protegida (Pt. cor) 1.622 3.977 13.249 25.512 28.850 36.413
Gasto persona
protegida (base 1980) 7.728 12.430 17.665 17.966 16.871 17.095
Gasto INSALUD/PIB
(Base 1980) 1,45 2,52 2,72 3,96 3,90 3,50
Fuente: Elaboración en base a Boletines de Indicadores Sanitarios, Presupuestos INSALUD, Anuarios Estadisticos INE y Pro-
yección de la Población Española 1978-95 iNE. Presupuestos del INSALUD en miles de millones.

~PbEWfiab
86 O. Rodríguez Cabrero

ministraciones y el 5,69 por cien del PIB, lo que pensiones. De alguna manera se ha configurado
supondría un gasto social total sin consolidar del en nuestro país un sistema de protección básico,
23,39 del PIB para todas las administraciones pú- pero cuya insuficiencia (pensiones) o baja calidad
blicas. Evidentemente es un gasto aún alejado de (sanidad) permiten consolidar sectores privados
la media de la CEE situada en torno del 27 por rentables que convivan con los anteriores en casi
cien del PIR, incluyendo el gasto en vivienda. simbiosis y que jerarquizan a los ciudadanos en
Hecha esta matización, lo cierto es que la cali- distintos niveles de acceso a las ofertas de protec-
dad media de las prestaciones ha caído o estan- ción existentes. La protección tiende a dualizarse
cado en ciertas áreas (Cuadro 3, para el caso de de forma que mientras el sector público ve en
la sanidad). Solamente en los servicios sociales se parte reducido su papel a una cobertura univer-
puede hablar no solo de mejoría, sino de cambio sal mínima o que tiende hacia los mínimos, la so-
histórico protagonizado principalmente por los ciedad se polariza en sus extremos en dos grupos:
grandes ayuntamientos y las CCAA. uno, compuesto por parados de larga duración,
La dinámica del gasto social, con las puntuali- jóvenes sin empleo y grupos marginados, descol-
zaciones anteriores, ha afectado a algunas arcas gados parcial o totalmente de los sistemas públi-
cos de protección, y otro grupo que puede cuali-
sensibles de la protección social. Así, la conten- ficar sus prestaciones básicas complementándo-
ción de las prestaciones medias en sanidad ha in- las a través del acceso a los sistemas privados de
cidido en la calidad de la atención primaria; la protección, principalmente sanidad y fondos de
contención del gasto en educación se ha traduci-
pensiones. Refleja, sin duda, la cierta polariza-
do en los conflictos entre el profesorado y el Mi- ción de la estructura social entre grupos margina-
nisterio de educación en 1988; la reforma de la
les y clases medias consolidadas.
ley de pensiones de 1985 permitió una mayor ra-
cionalización en el sistema de pensiones por in-
validez, introdujo cláusulas de revalorización en 4. Una reflexión sobre tendencias
las nuevas altas y ha hecho que las pensiones mí- futuras
nimas de personas con cónyuge a cargo ganen po-
der adquisitivo, pero en cambio, aunque la eva-
luación es quizás prematura, se está produciendo 1 esbozo de asimetría protectora que
un cierto ajuste en las altas de pensiones del ré- parece estar desarrollándose en el seno
gimen general, decrecimiento de la pensión me- del Estado de Bienestar nos conduce a
dia de las altas, las pensiones superiores y medias hablar de tendencias futuras en el ámbito de la
han sufrido un deterioro (quiebra del principio protección social y que de forma esquemática tra-
contributivo) y la configuración de requisitos taremos solamente de definir.
más rigurosos de cotización no fueron acompa- En primer lugar, la sociedad española ha ace-
ñados por la definición de un sistema asistencial. lerado durante los diez últimos años su proceso
Dicho de otra manera, el deterioro del principio de integración en los espacios económicos, polí-
contributivo en la Seguridad Social no ha venido ticos y culturales del sistema transnacional. Ello
acompañado, de forma paralela, por un sistema implica estar bajo la influencia creciente de ten-
de pensiones no contributivo que comprendiera dencias que comparten los diferentes paises cen-
a todas las personas en situación real de ne- trales con distintos grados de intensidad y de im-
cesidad. plicaciones políticas.
El balance del período 1983-88 es un conjunto En lo que se refiere al Estado de Bienestar dos
de claroscuros. En general, la política social ha es- tendencias se han desarrollado en los países cen-
tado determinada por los imperativos de la poíí trales durante los últimos años. Por un lado, un
tica económica, es decir, las políticas redistribu- proceso de contención y sobre todo de reestructu-
tivas se han desarrollado en función de las polí- ración del gasto público para adecuarlo a las ne-
ticas de competitividad y de integración de nues- cesidades imperativas de los aparatos producti-
tra economía en los espacios transnacionales. vos y de los mercados de trabajo, con un mayor
Este condicionante no ha frenado el proceso de énfasis en los gastos económicos de los Estados y
universalización del Estado de Bienestar si bien una mayor selectividad de los gastos sociales. Por
el ritmo ha sido relativamente lento quedando otro lado, un proceso selectivo de privatización del
por cerrar la cobertura sanitaria y el sistema de Estado de Bienestar no sustitutivo de las presta-
pensiones no contributivas. Sin embargo, el es- ciones y servicios que este ofrece, sino como
fuerzo presupuestario no ha sido suficiente para complemento competitivo en aquellas de baja ca-
mantener la calidad de las prestaciones en sani- lidad o de alta rentabilidad económica y jerarqui-
dad y en determinados niveles del sistema de zación social de consumos.
Este proceso de privatización, que insistimos Estas tendencias no prejuzgan en modo algu-
compite con los servicios públicos sin necesaria- no elque la descentralización de los servicios im-
mente sustituirlos, tiene raíces complejas que se plica diferentes formas de gestión externa o con-
han desarrollado durante los últimos lustros, al- tratación externa que pueden aumentar la calidad
gunas de ellas contradictorias entre si. En primer y la accesibilidad de las prestaciones y servicios
lugar, la reducción de espacios rentables durante al ciudadano y que la experiencia demuestra pue-
los años de máxima intervención estatal ha traí- de ser positiva. El problema es que el camino so-
do como consecuencia una ampliación de áreas bre el filo de la navaja de la descentralización/pri-
rentables para el capital privado coincidiendo vatización es ambiguo y difuso y la posible cali-
con una polarización de laestructura social y una dad y accesibilidad se transforma a menudo, y sin
demanda social concreta de servicios y prestacio- solución de continuidad, en complejidad y desi-
nes altamente selectivos. En segundo lugar, el sec- gualdad. En todo caso este es un debate abierto
tor privado, lucrativo y no lucrativo, ha emergi- cuyas implicaciones son determinantes en los
do como reacción frente a la excesiva centraliza- equilibrios de las estructuras sociales.
ción y deshumanización de los servicios del Es-
tado de Bienestar sobre cuya crítica han coinci- En el caso de nuestro país, con un proceso de
dido en el análisis, que no en las consecuencias, universalización no cerrado y con una baja cali-
sectores de la derecha y la izquierda. Finalmente, dad relativa de algunas prestaciones, el problema
el Estado de Bienestar no ha sabido responder a no parece que pueda resolverse por la vía de la
las demandas de los nuevos grupos sociales, privatización. La descentralización y la mayor
como mujeres, jóvenes y minorías de diferente participación de la sociedad no pueden negar o
tipo con modos de vida y demandas que no se poner en entredicho sistemas básicos de protec-
ajustan a los patrones del Estado de Bienestar. ción que, con todos sus defectos facilitan presta-
La hipótesis que aquí sostenemos es que los ciones importantes a grandes mayorías de ciuda-
procesos deprivatización en curso, constitucional- danos. No hay duda de que el actual Estado de
mente legítimos, pueden estar haciendo ya más Bienestar español tiene un comportamiento con-
complejos e injustos los sistemas de protección so- tradictorio puesto que, por una parte, y como re-
ciaL La complejidad se traduce en el campo eco- flejo de la propia estructura social, manifiesta al-
nómico o financiero en unajerarquización de sis- gunas tendencias dualizadoras en su dinámica
temas con distintos modos de financiación que, protectora, pero por otra, ese mismo Estado de
al final, siempre recurren a las ventajas fiscales y Bienestar está contribuyendo a que las tendencias
financieras del Estado; en el ámbito de la infor- de dualización social se limiten. El problema re-
mación aumenta la opacidad para el ciudadano, sidirá en qué medida las actuales tendencias de
lo que se contradice con la crítica a la opacidad jerarquización más profunda de nuestra estructu-
del Estado de Bienestar. La desigualdad se tradu- ra social y las tendencias internacionales de po-
ce en una dualización de los sistemas de presta- tenciación de diferentes tipos de privatización
ciones en los que el sector público tiende a la mi- puedan dar paso a una situación distinta que su-
nimización de las prestaciones y el sector priva- pere el modelo de Estado de Bienestar redistribu-
do se convierte en el ámbito de los que pueden tivo de tipo socialdemócrata para transformar en
disfrutar servicios de calidad. un Estado más acumulativo.

CUADRO 4
Clasificación funcional del gasto de las administraciones públicas centrales
¡960 1965 ¡970 ¡975 [980 1985 1988
o Generaiesy Defensa 31,1 27,6 16,0 i4,7 13,0 ¡2,4 9,8
O. Servicios 24,8 22,2 27,3 29,5 29,3 20,9 16,0
O. Garantía de Rentas 10,5 15,6 28,6 32,3 38,7 372 353
O. Económicos 26,5 27,0 17,2 14,2 12,9 13,9 17,2
O. Deuda/no clasificados 6,1 7,6 10,9 9,6 6,1 15,9 21,8
TOTAL iOO lOO lOO iCO lOO lOO lOO
Fuente: Elaboración propia en base a CNE, CAP, Presupuestos Generales Estado y Liquidaciones y Presupuestos de la Seguri-
dad Social

~PAIMM1~ó
MINISTERIO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL
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PRODUCTIVIDAD Y ESTRUCTURA INDUSTRIAL. Alben Ress.
Un estudio estadístico de la industria LA INFLUENCIA ECONOMICA DE LOS SINDICATOS
manufacturera de Gran Bretaña, Alemania y EN ESTADOS UNIDOS.
Estados Unidos.
* P. K. Edwards y Hugh Scuiiion.
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POLíTICA DE RENTAS. LA ECONOMíA DEL SISTEMA DE PENSIONES DE
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