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Paul Celan. Reseña Biográfica y Poemas
Paul Celan. Reseña Biográfica y Poemas
RUMANIA-FRANCIA 1920-1970
Reseña biográfica
Aquí
Argumentum e silentio
Asís
Bisiestos siglos
Coagula
Corona
Cristal
De oscuridad en oscuridad
De viaje
Elogio de la lejanía
Esa única...
Estaba...
Fuga de la muerte
Habla también tú
Los años de ti a mí
Los cántaros
Mandorla
Marianne
No es ya...
No obres de antemano
Reja de lenguaje
Salmo
Shibboleth
Sueño y sustento
Tardío y profundo
Tenebrae
Toda la vida
Tubinga, enero
Ir a: A media voz
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poesia@amediavoz.com
Georgia
Tú estás
donde tu ojo está, estás
arriba, estás
abajo, yo
encuentro salida.
Lo
Mismo
nos ha
perdido, lo
Mismo
nos ha
olvidado, lo
Mismo
nos ha -
Aquí
Aquí -es decir, aquí donde la flor del cerezo quiere ser más negra que allí.
Aquí -es decir, esta mano que le ayuda a serlo.
Aquí -es decir, aquel barco en el que remonté el río de arena:
amarrado
fondea en el sueño que esparciste.
Argumentum e silentio
A la cadena atada
entre oro y olvido:
la noche.
Ambos quisieron prenderla.
Ambos consintió en su hacer.
Pon,
pon también ahora allí lo que quiere
albear del crepúsculo junto a los días:
la palabra sobrevolada de estrellas,
sobrebañada de mar.
A ella, a la noche,
lo sobrevolado de estrellas, lo sobrebañado de mar,
a ella lo logrado al silencio,
cuya sangre no cristalizó cuando el colmillo del veneno
traspasó las sílabas.
¿Pues dónde
alborea, di, sino en ella,
que en la cuenca de su río de lágrimas
a los soles sumergiéndose la semilla muestra
una y otra vez?
Asís
Noches de Umbría.
Noches de Umbría con la plata del címbalo y de las hojas del olivo.
Noches de Umbría con el canto que hasta aquí trajiste.
Noches de Umbría con el canto.
Cántaro de barro.
Cántaro de barro con el que creció la mano del alfarero.
Cántaro de barro que cerró para siempre la mano de una sombra.
Cántaro de barro con el sello de la sombra.
Borriquillo.
Borriquillo en la nieve que esparce la mano más desnuda.
Borriquillo ante el verbo que se cerró de golpe.
Borriquillo que come el sueño de la mano.
El poema-menorá de Berlín,
(¿inasilado, in-
archivado, in-
asistido? ¿En
vida?),
sensaciones, tejidas
por la helada,
arranque en frío-
con hemoglobina.
Coagula
También tu
herida, rosa.
Y la astada luz
de tus búfalos rumanos
en lugar de una estrella
sobre el lecho de arena,
en el émbolo que habla,
el superrojoceniciento.
¿Quién
dice que se nos murió todo
cuando se nos quebraron los ojos?
Todo despertó, todo comenzó.
Corona
En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.
Es tiempo.
De oscuridad en oscuridad
Abriste los ojos -Veo vivir mi oscuridad.
La veo hasta el fondo:
aún allí es mía y vive.
De viaje
Elogio de la lejanía
Esa única...
Esa única
noche
de estrellas
propias.
Una colma
concha de luz pasa
por una conciencia.
Estaba...
Estaba
la pizzca de higo en tu labio,
estaba
Jerusalén anuestro alrededor,
estaba
el aroma de los pinos albares
sobre el barco danés que regraciamos,
yo estaba en ti.
Fuga de la muerte
Habla también tú
sé el último en hablar,
di tu decir.
Habla-
Pero no separes el No del Sí.
Y da a tu decir sentido:
dale sombra.
Mira en torno:
ve cómo alrededor todo se hace viviente
¡En la muerte! ¡Viviente!
Dice la verdad quien dice sombra.
Los años de ti a mí
Nos vemos en los espejos del mar profundo y nos pasamos más de prisa las viandas:
la noche es la noche, comienza con la mañana,
me tiende junto a ti.
Los cántaros
Mandorla
Marianne
No es ya...
No es ya
esa
gravedad, cayendo
a veces contigo
en la hora.
Es otra.
No obres de antemano...
No obres de antemano,
no envíes nada fuera,
mantente
dentro:
transfundido de nada,
libre de cualquier
plegaria,
sutilmente acordado según
la pre-inscripción
insuperable,
yo te acojo
en lugar de toda
paz.
Y ya no vi más a mi álamo.
tal vez
era yo cada uno
inde wirt
erluchtet**
kumi
ori***
* Lévantate, Jerusalén
y álzate.
** y relumbra
***Álzate
relumbra.
Reja de lenguaje
Salmo
Una nada
fuimos, somos, seremos,
floreciendo:
rosa de
nada, de nadie.
Con
el pistilo almalúcido,
cielo desierto el estambre,
la corola roja
de la palabra purpúrea que cantamos
sobre, o sobre
la espina.
Shibboleth
me arrastraron
al medio del mercado,
allá,
donde se iza la bandera, a la que
no he prestado nunca juramento.
Flauta,
flauta doble en la noche:
piensa el sombrío
y doble rojo
en Viena y en Madrid.
Corazón:
dalo también aquí a conocer,
aquí, en medio del mercado.
Haz que resuene, el shibbólet,
en lo extranjero de la patria.
Febrero. No pasarán.
Unicornio:
sabes de las piedras,
sabes de las aguas,
van,
te llevo
hacia las voces
de Extremadura.
Sueño y sustento
Tardío y profundo
Tenebrae
Ya apresados, Señor,
uno en otro enzarzados, como
si la carne de cada uno de nosotros fuese
tu carne, Señor.
Ora, Señor,
invócanos,
estamos próximos.
Brillaba.
Ora, Señor.
Estamos próximos.
Los soles del sueño ligero son azules como tu cabello una hora antes del amanecer.
También ellos crecen rápido como la hierba sobre la tumba de un pájaro.
También los enreda el juego que jugamos como ensueño en los barcos del placer.
En las rocas calcáreas del tiempo también los encuentran los puñales.
Los soles del sueño profundo son más azules: así fue tu cabellera sólo una vez.
Yo, viento nocturno, me demoraba en el seno venal de tu hermana.
Tu cabello colgaba en el árbol sobre nosotros, pero tú no estabas.
Nosotros éramos el mundo y tú eras un zarzal ante las puertas.
tú mi amor:
perdida, extra-
viada, una
y ora vez
regresada en el dolor: es
tarde.
Ayúdame,
ayúdate,
ayuda.
Deja.
Un nombre se te abre,
otro:
quédate.
Tubinga, enero
A la ceguera per-
suadidos ojos.
Su -«un
enigma es
manantía pureza»- su
recuerdo de
flotantes hölderlinianas torres en
un vuelo circular de gaviotas.
Viniera,
viniera un hombre,
viniera un hombre al mundo, hoy, llevando
la luminosa barba de los
patriarcas: debería,
si de este tiempo
hablase, de-
bería
tan sólo balbucir y balbucir
continua, continua-
mente.
(«Pallaksch, Pallaksch.»)