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AUTOR: Vicente Huidobro

POEMA 1

ARTE POÉTICA

Que el verso sea como una llave


Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
     Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.

     Estamos en el ciclo de los nervios.


El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

     Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!


Hacedla florecer en el poema ;

Sólo para nosotros


Viven todas las cosas bajo el Sol.

El Poeta es un pequeño Dios.

De El espejo de Agua, 1916


POEMA 2

ELLA

Ella daba dos pasos hacia delante


Daba dos pasos hacia atrás
El primer paso decía buenos días señor
El segundo paso decía buenos días señora
Y los otros decían cómo está la familia
Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo

Ella llevaba una camisa ardiente


Ella tenía ojos de adormecedora de mares
Ella había escondido un sueño en un armario oscuro
Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza

Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla

Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina


Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad
Era hermosa como un cielo bajo una paloma

Tenía una boca de acero


Y una bandera mortal dibujada entre los labios
Reía como el mar que siente carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las playas
El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia
Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
Antes que el viento norte abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes de huesos
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre las palomas

De Ver y palpar,1941
POEMA 3

LEER
AUTOR: Jorge Teillier

POEMA 1

"La Portadora"

Y si te amo, es porque veo en ti la Portadora,


la que, sin saberlo, trae la blanca estrella de la mañana,
el anuncio del viaje
a través de días y días trenzados como las hebras de la lluvia
cuya cabellera, como la tuya, me sigue.
Pues bien sé yo que el cuerpo no es sino una palabra más,
más allá del fatigado aliento nocturno que se mezcla,
          la rama de canelo que
          los sueños agitan tras cada muerte ,
          que nos une
pues bien sé yo que tú y yo no somos sino una palabra más
que terminará de pronunciarse
tras dispensarse una a otra
como los ciegos entre ellos se dispensan el vino, ese sol
que brilla para quienes nunca verán.

Y nuestros días son palabras pronunciadas por otros,


palabras que esconden palabras más grandes.
Por eso te digo tras las pálidas máscaras de estas palabras
y antes de callar para mostrar mi verdadero rostro:
"Toma mi mano. Piensa que estamos entre la multitud aturdida
          y satisfecha ante las puertas infernales,
y que ante esas puertas, por un momento, llenos de compasión,
          aprisionamos amor en nuestras manos
y tal vez nos será dispensado
conservar el recuerdo de una sola palabra amada
y el recuerdo de ese gesto,
lo único nuestro".
POEMA 2

"Edad de oro"

Un día u otro
todos seremos felices.
Yo estaré libre
de mi sombra y mi nombre.
El que tuvo temor
escuchará junto a los suyos
los pasos de su madre,
el rostro de la amada será siempre joven
al reflejo de la luz antigua en la ventana,
y el padre hallará en la despensa la linterna
para buscar en el patio
la navaja extraviada.

No sabremos
si la caja de música
suena durante horas o un minuto;
tú hallarás –sin sorpresa—

el atlas sobre el cual soñaste con extraños países,


tendrás en tus manos
un pez venido del río de tu pueblo,
y Ella alzará sus párpados
y será de nuevo pura y grave
como las piedras lavadas por la lluvia.

Todos nos reuniremos


bajo la solemne y aburrida mirada
de personas que nunca han existido,
y nos saludaremos sonriendo apenas
pues todavía creeremos estar vivos. 
POEMA 3

"Con el sol de los avellanos"

No creí nunca
Que vería brillar de nuevo a Venus
Sobre los techos lejanos del Regimiento
Ni que en la mañana
Reverdecieran los pasos de la infancia
Bajo esos pinos donde las ovejas lamen tiernamente el sol,
Ni que una voz adolescente
Me preguntara cómo se llaman las estrellas
A las que nunca me he preocupado de dar nombre.

Tú eres el mediodía misterioso


Del silencio de parque
Donde vemos luchar a un niño hace años con un ganso,
Allí el sol al abandonar los avellanos
Nos deja los relatos
De los muertos que amamos
Y se me reveló tu presencia
Con el mismo resplandor
Del hacha con que el amigo corta leña.

Alguien pasa silbando


Una canción que habla de nosotros.
Nunca me has preguntado qué será de nosotros:
Sólo me has preguntado el nombre de una estrella.

Junto a ti he sido quien debiera haber sido.


AUTOR: Elicura Chihuailaf

POEMA 1

"La llave que nadie ha perdido"

La poesía no sirve para nada


me dicen
Y en el bosque los árboles
se acarician
con sus raíces azules
y agitan sus ramas al aire
saludando con pájaros
la Cruz del Sur
La poesía es el hondo susurro
de los asesinados
el rumor de hojas en el otoño
la tristeza por el muchacho
que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía, es un gesto
un sueño, el paisaje
tus ojos y mis ojos muchacha
oídos corazón, la misma música
Y no digo más, porque nadie
encontrará
la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis
Antepasados
el día de invierno que arde
y apaga
esta melancolía tan personal.
POEMA 2

"Piedra"

Las piedras tienen espíritu 


dice nuestra Gente 
por eso no hay que olvidarse 
de Conversar con ellas 
Hay piedras positivas 
que las Machi / los Machi ponen  
-para que dancen-  
en sus Kultrun 
Y hay piedras negativas  
que brillan como vidrios  
y sólo dan sombras de luz.

POEMA 3

"El tiempo que sueña, que nos soñamos que nos sueña"

La Palabra surge de la Naturaleza 


y retorna al inconmensurable Azul 
desde donde nos alegra y nos consuela  
Cuando la Palabra cree / imagina
interrogarse  
no es sino lo innombrado que la interroga
para sacudirla  
para desempolvarla, para intentar 
devolverle su brillo original  
¿Para qué entonces el deseo
de decirlo todo  
si, como en un tejido, el Ahora
-en el tiempo circular-
existe y se completa
con las hebras del ayer 
y del mañana? 
Así nos dice el tiempo que sueña
que nos sueña. Que soñamos.
AUTOR: Gonzalo Rojas

POEMA 1

"El sol es la única semilla"

Vivo en la realidad.
Duermo en la realidad.
Muero en la realidad.

Yo soy la realidad.
Tú eres la realidad.
Pero el sol
es la única semilla.

II

¿Qué eres tú? ¿Qué soy yo


sino un cuerpo prestado 
que hace sombra?

La sombra es lo que el cuerpo 


deja de su memoria.

Yo tuve padre y madre:


relámpago en la arteria
una vez cada nunca.

Mi rostro no es su rostro 
sino, acaso, la sombra, 
la mezcla de esos rostros.

III

Tú haces el bien o el mal,


Tú eres causa de un hecho.
Pero: ¿eres tú tu causa?

Te dan lo que te piden.


Piden lo que te dan.
Total: entras y sales.
Dejas tu pobre sombra 
como un nombre cualquiera
escrito en la muralla.

Peleas. Duermes. Comes.


Engendras. Envejeces.
Pasas al otro día.

IV

Los demás también mueren


como tú, gota a gota, 
hasta que el mar se llena.

¿Has pensado en el aire


que ese mar desaloja?

Tú y yo somos dos tablas


que alguien cortó en el bosque
a un árbol milenario.

Pero ¿quién plantó ese árbol


para que de él saliéramos
y en él nos encerráramos?

A ti no te conozco,
pero tú estás en mí
porque me vas buscando.

Tú te buscas en mí.
Yo escribo para ti.
Es mi trabajo.

Vivo en la realidad.
Duermo en la realidad.
Muero en la realidad.

Yo soy la realidad.
Tú eres la realidad.
Pero el sol
es la única semilla.

De Oscuro, 1977.
POEMA 2

"¿Qué se ama cuando se ama?"

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida


o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué 
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, 
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer 


ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo, 
repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces 
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra 


de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar 
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

De  Contra la muerte, 1964.


AUTOR: Nicanor Parra

POEMA 1

"El poeta y la muerte"

A la casa del poeta 


llega la muerte borracha 
ábreme viejo que ando 
buscando una oveja guacha

Estoy enfermo - después 


perdóname vieja lacha

Ábreme viejo cabrón


¿o vai a mohtrar I'hilacha? 
por muy enfermo quehtí 
teníh quiafilame I'hacha

Déjame morir tranquilo 


te digo vieja vizcacha

Mira viejo dehgraciao 


bigoteh e cucaracha 
anteh de morir teníh 
quechame tu güena cacha

La puerta se abrió de golpe: 


Ya - pasa vieja cufufa 
ella que se le empelota 
y el viejo que se lo enchufa.
POEMA 2

"Epitafio"

De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
AUTOR: Pablo Neruda

POEMA 1

"Autorretrato"

Por mi parte, soy o creo ser duro de nariz,


mínimo de ojos, escaso de pelos
en la cabeza, creciente de abdómen,
largo de piernas, ancho de suelas,
amarillo de tez, generoso de amores,
imposible de cálculos,
confuso de palabras,
tierno de manos, lento de andar,
inoxidable de corazón,
aficionado a las estrellas, mareas,
maremotos, administrador de
escarabajos, caminante de arenas,
torpe de instituciones, chileno a perpetuidad,
amigo de mis amigos, mudo
de enemigos,
entrometido entre pájaros,
mal educado en casa,
tímido en los salones, arrepentido
sin objeto, horrendo administrador,
navegante de boca
y yerbatero de la tinta,
discreto entre los animales,
afortunado de nubarrones,
investigador en mercados, oscuro
en las bibliotecas,
melancólico en las cordilleras,
incansable en los bosques,
lentísimo de contestaciones,
ocurrente años después,
vulgar durante todo el año,
resplandeciente con mi
cuaderno, monumental de apetito,
tigre para dormir, sosegado
en la alegría, inspector del
cielo nocturno,
trabajador invisible,
desordenado, persistente, valiente
por necesidad, cobarde sin
pecado, soñoliento de vocación,
amable de mujeres,
activo por padecimiento,
poeta por maldición
y tonto de capirote.
POEMA 2

"XII"

SUBE a nacer conmigo, hermano.

Dame la mano desde la profunda 


zona de tu dolor diseminado. 
No volverás del fondo de las rocas. 
No volverás del tiempo subterráneo. 
No volverá tu voz endurecida. 
No volverán tus ojos taladrados. 
Mírame desde el fondo de la tierra, 
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida 
vuestros viejos dolores enterrados. 
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, 
decidme: aquí fui castigado, 
porque la joya no brilló o la tierra 
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis 
y la madera en que os crucificaron, 
encendedme los viejos pedernales, 
las viejas lámparas, los látigos pegados 
a través de los siglos en las llagas 
y las hachas de brillo ensangrentado. 
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

A través de la tierra juntad todos 


los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche 
como si yo estuviera con vosotros anclado, 
contadme todo, cadena a cadena, 
eslabón a eslabón, y paso a paso, 
afilad los cuchillos que guardasteis, 
ponedlos en mi pecho y en mi mano, 
como un río de rayos amarillos, 
como un río de tigres enterrados, 
y dejadme llorar, horas, días, años, 
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

Apegadme los cuerpos como imanes.

Acudid a mis venas y a mi boca.

Hablad por mis palabras y mi sangre.

POEMA 3

"Soneto XI"

Suave es la bella como si música y madera, 


ágata, telas, trigo, duraznos transparentes, 
hubieran erigido la fugitiva estatua. 
Hacia la ola dirige su contraria frescura. 
El mar moja bruñidos pies copiados 
a la forma recién trabajada en la arena 
y es ahora su fuego femenino de rosa 
una sola burbuja que el sol y el mar combaten. 
Ay, que nada te toque sino la sal del frío! 
Que ni el amor destruya la primavera intacta. 
Hermosa, reverbero de la indeleble espuma, 
deja que tus caderas impongan en el agua 
una medida nueva de cisne o de nenúfar 
y navegue tu estatua por el cristal eterno.

De "Cien Sonetos de amor"


AUTOR: Pablo Neruda

POEMA 1

"Farewell"

                        1

DESDE el fondo de ti, y arrodillado,


un niño triste, como yo, nos mira.

Por esa vida que arderá en sus venas


tendrían que amarrarse nuestras vidas.

Por esas manos, hijas de tus manos, 


tendrían que matar las manos mías.

Por sus ojos abiertos en la tierra


veré en los tuyos lágrimas un día.

                        2

YO NO lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre


que no nos una nada.

Ni la palabra que aromó tu boca,


ni lo que no dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,


ni tus sollozos junto a la ventana.

                        3

(AMO el amor de los marineros


que besan y se van.

Dejan una promesa.


No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera:


los marineros besan y se van.

Una noche se acuestan con la muerte


en el lecho del mar.

                        4
AMO el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno


y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse


para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca


Amor divinizado que se va.)

                        5

YA NO se encantarán mis ojos en tus ojos,


ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada


y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos 


un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,


del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. 


Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

...Desde tu corazón me dice adiós un niño.


Y yo le digo adiós.
POEMA 2

"Oda a las papas fritas"

Chisporrotea
en el aceite
hirviendo
la alegría 
del mundo: 
las papas
fritas
entran
en la sartén 
como nevadas 
plumas
de cisne
matutino 
y salen
semidoradas por el crepitante
ámbar de las olivas. 

El ajo
les añade
su terrenal fragancia,
la pimienta,
polen que atravesó los arrecifes, 

vestidas
de nuevo
con traje de marfil, llenan el plato 
con la repetición de su abundancia 
y su sabrosa sencillez de tierra.

Incluido en Obras Completas II. De "Odas Elementales" a "Memorial de Isla Negra" 1954-1964.
POEMA 3

"Walking around"

SUCEDE que me canso de ser hombre.


Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.


Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas


y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso


asustar a  un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,


vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.


No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo


cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,


a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos


colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, 
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,


con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.
AUTOR: Pablo Neruda

POEMA 1

 "SONETO LXVI"

No te quiero sino porque te quiero 


y de quererte a no quererte llego 
y de esperarte cuando no te espero 
pasa mi corazón del frío al fuego.

Te quiero sólo porque a ti te quiero, 


te odio sin fin, y odiándote te ruego, 
y la medida de mi amor viajero 
es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de Enero, 


su rayo cruel, mi corazón entero, 
robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero 


y moriré de amor porque te quiero, 
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

De "Cien sonetos de amor y una canción desesperada"


POEMA 2

"Poema XX"

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, 


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella. 


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 


La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca. 


Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos 


           árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 


Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.


Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.


Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
          brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,


y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

POEMA 3

"Soneto LIX "

(G.M.) 
Pobres poetas a quienes la vida y la muerte 
persiguieron con la misma tenacidad sombría 
y luego son cubiertos por impasible pompa 
entregados al rito y al diente funerario. 
Ellos -oscuros como piedrecitas- ahora 
detrás de los caballos arrogantes, tendidos 
van, gobernados al fin por los intrusos, 
entre los edecanes, a dormir sin silencio. 
Antes y ya seguros de que está muerto el muerto 
hacen de las exequias un festín miserable 
con pavos, puercos y otros oradores. 
Acecharon su muerte y entonces la ofendieron: 
sólo porque su boca está cerrada 
y ya no puede contestar su canto.
AUTOR: Gabriela Mistral

"La que camina"

    Aquel mismo arenal, ella camina


siempre hasta cuando ya duermen los otros;
y aunque para dormir caiga por tierra
ese mismo arenal sueña y camina.
La misma ruta, la que lleva al Este
es la que toma aunque la llama el Norte,
y aunque la luz del sol le da diez rutas
y se las sabe, camina la Única.
Al pie del mismo espino se detiene
y con el ademán mismo lo toma
y lo sujeta porque es su destino.

    La misma arruga de la tierra ardiente


la conduce, la abrasa y la obedece
y cuando cae de soles rendida
la vuelve a alzar para seguir con ella.
Sea que ella la viva o que la muera
en el ciego arenal que todo pierde,
de cuanto tuvo dado por la suerte
esa sola palabra ha recogido
y de ella vive y de la misma muere.

    Igual palabra, igual, es la que dice


y es todo lo que tuvo y lo que lleva
y por su sola sílaba de fuego
ella puede vivir hasta que quiera.
Otras palabras aprender no quiso
y la que lleva es su propio sustento
a más sola que va más la repite
pero no se la entienden sus caminos.

    ¿Cómo, si es tan pequeña la alimenta?


¿Y cómo si es tan breve la sostiene
y cómo si es la misma no la rinde
y a dónde va con ella hasta la muerte?
No le den soledad por que la mude,
ni palabra le den, que no responde.
Ninguna más le dieron, en naciendo,
y como es su gemela no la deja.

    ¿Por qué la madre no le dio sino ésta?


¿Y por qué cuando queda silenciosa
muda no está, que sigue balbuceándola?
Se va quedando sola como un árbol
o como arroyo de nadie sabido
así marchando entre un fin y un comienzo
y como sin edad o como en sueño.
Aquellos que la amaron no la encuentran,
el que la vio la cuenta por fábula
y su lengua olvidó todos los nombres
y sólo en su oración dice el del Único.

    Yo que la cuento ignoro su camino


y su semblante de soles quemado,
no sé si la sombrean pino o cedro
ni en qué lengua ella mienta a los extraños.

    Tanto quiso olvidar que le ha olvidado.


Tanto quiso mudar que ya no es ella,
tantos bosques y ríos se ha cruzado
que al mar la llevan ya para perderla,
y cuando me la pienso, yo la tengo,
y le voy sin descanso recitando
la letanía de todos los nombres
que me aprendí, como ella vagabunda;
pero el Ángel oscuro nunca, nunca,
quiso que yo la cruce en los senderos.

    Y tanto se la ignoran los caminos


que suelo comprender, con largo llanto,
que ya duerme del sueño fabuloso,
mar sin traición y monte sin repecho,
ni dicha ni dolor, nomás olvido.
POEMA 2

"Todas íbamos a ser reinas"

Todas íbamos a ser reinas,


de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y Lucila con Soledad.

En el valle de Elqui, ceñido


de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.

Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años,


y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral.

De los cuatro reinos, decíamos,


indudables como el Korán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.

Cuatro esposos desposarían,


por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá.

Y de ser grandes nuestros reinos,


ellos tendrían, sin faltar,
mares verdes, mares de algas,
y el ave loca del faisán.

Y de tener todos los frutos,


árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos
ni morderíamos metal.

Todas íbamos a ser reinas,


y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán...

Rosalía besó marino


ya desposado con el mar,
y al besador, en las Guaitecas,
se lo comió la tempestad.

Soledad crió siete hermanos


y su sangre dejó en su pan,
y sus ojos quedaron negros
de no haber visto nunca el mar.

En las viñas de Montegrande,


con su puro seno candeal,
mece los hijos de otras reinas
y los suyos nunca-jamás.

Efigenia cruzó extranjero


en las rutas, y sin hablar,
le siguió, sin saberle nombre,
porque el hombre parece el mar.

Y Lucila, que hablaba a río,


a montaña y cañaveral,
en las lunas de la locura
recibió reino de verdad.

En las nubes contó diez hijos


y en los salares su reinar,
en los ríos ha visto esposos
y su manto en la tempestad.

Pero en el valle de Elqui, donde


son cien montañas o son más,
cantan las otras que vinieron
y las que vienen cantarán:

-"En la tierra seremos reinas,


y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos,
llegaremos todas al mar."

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