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1.

Chiste:
¡A ver tú! ¡Que tienes un plátano en la orejaaaa!
- ¿¿¿El qué???
- ¡¡Que tienes un plátano en la oreja!!!
- ¿¿¿Qué quéee???
- ¡¡QUE TIENES UN PLATANO EN LA OREJA, JODER!!
- A ver tío, déjalo, que tengo un plátano en la oreja y no te oigo nada.

2. Cuento:
El muñeco de nieve

Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a
corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.

La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la
tarea de moldearla.

Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.

Le salió un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La
pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable
compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba...

Pero pronto los días empezaron a ser más largos y los rayos de sol mas calidos... El
muñeco se fundió sin dejar más rastro de su existencia que un charquito con dos
carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.

Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus
lágrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes que no
debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
3. Fabula:
El deseo del pastor
Érase una vez un pastor que se encargaba de cuidar una manada de bueyes. Un día se
extravió un ternero y él desesperado salió en su búsqueda recorriendo los alrededores,
pero nada, no pudo hallarlo. Tanta era la angustia por la pérdida de este ternerito que le
prometió a Zeus que si le decía quién era el responsable sacrificaría un cabrito en su
nombre.
El pastor continuó buscando y encontró a un león comiéndose a su ternerito. Cuando vio
quien era el responsable de esto se asustó muchísimo y levantó las manos exclamando:
¡Gran Zeus, sé que antes te he pedido que me muestres al ladrón a cambio de un
ternerito; pero ahora te pido que me ayudes a escapar de este león y te prometo
sacrificar un toro!
Moraleja: Los problemas tienen soluciones, pero siempre ten presente que, al
encontrarle, puedes estar encontrando el siguiente problema.

4. Parábola:
"Los dos hijos"

Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ´Hijo,
vete hoy a trabajar en la viña.´Y él respondió: ´No quiero´, pero después se arrepintió y
fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ´Voy, Señor´, y no fue.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Díceles Jesús:
«En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino
de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en Él,
mientras que los publicanos y las rameras creyeron en Él. Y vosotros, ni viéndolo, os
arrepentisteis después, para creer en Él.
5. Poema:
Mariposa del aire:
Mariposa del aire
¡que hermosa eres!
Mariposa del aire
dorada y verde.

Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.

No te quieres parar,
pararte no quieres…
Mariposa del aire,
dorada y verde.

Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
quédate ahí.
Mariposa ¿estás ahí?

6.Canto Infantil:
Estrellita donde estás
Estrellita donde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.

7. Adivinanza:

Blanca por dentro, verde por fuera. Si quieres que te lo diga, espera.
Respuestas: La pera

Historia:
El cojo y el ciego
“Hubo una vez un cojo y un ciego que iban paseando juntos cuando se encontraron un
río, el cual ambos debían cruzar. El cojo le dijo al ciego que él no podría llegar a la otra
orilla, a lo que el ciego respondió que él sí podría pasar pero ante su falta de visión
podría resbalar.
Ante ello, se les ocurrió una gran idea: el hombre ciego sería quien llevaría la marcha y
sostendría a ambos con sus piernas, mientras que el hombre cojo sería los ojos de
ambos y podría guiar a ambos durante el cruce. Subiendo el cojo encima del ciego,
ambos procedieron a cruzar cuidadosamente el río, lográndolo con éxito y consiguiendo
alcanzar la otra orilla sin dificultades.”
Esta pequeña historia, que cuenta con otras variantes (como por ejemplo que en vez de
cruzar un río ambos tienen que escapar de un incendio), nos sirve para entender la
importancia de colaborar y cooperar con los demás, algo que permite aunar las
habilidades de todos para alcanzar un proyecto común.

Trabalenguas:
Poema:
Lado, ledo, lido, lodo, ludo,
Todo está en su sitio
decirlo al revés lo dudo.
Ludo, lodo, lido, ledo, lado, Los lobos en el monte,
¡Qué trabajo me ha costado!
los pollitos en el corral,
los peces en el agua,
los barcos en el mar.
Ya todo está en su sitio,
ya todo en su lugar.
Los niños en la escuela
y los patos a volar
Historia:
El zorro y el tigre
“Había una vez un enorme tigre que cazaba en los bosques de China. El poderoso animal
se topó y empezó a atacar a un pequeño zorro, el cual ante el peligro únicamente tuvo
como opción recurrir a la astucia. Así, el zorro le increpó y le indicó que no sabía hacerle
daño puesto que él era el rey de los animales por designio del emperador del cielo.
Asimismo, le indicó que si no le creía le acompañara: así vería como todos los animales
huían atemorizados al verle llegar. El tigre así lo hizo, observando en efecto como a su
paso los animales escapaban. Lo que no sabía era que esto no era debido a que
estuvieran confirmando las palabras del zorro (algo que el tigre acabó por creer), sino que
de hecho huían de la presencia del felino.”
Esta fábula de origen chino nos enseña que la inteligencia y la astucia resultan mucho
más útiles que el mero poderío físico o la fuerza.

Para bola
La oveja perdida
1 Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharle. 2 Por esto los
fariseos y los maestros de la Ley lo criticaban entre sí: «Este hombre da buena acogida a
los pecadores y come con ellos.» 3 Entonces Jesús les dijo esta parábola: 4 «Si alguno
de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en
el desierto y se va en busca de la que se le perdió hasta que la encuentra? 5 Y cuando la
encuentra, se la carga muy feliz sobre los hombros, 6 y al llegar a su casa reúne a los
amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se
me había perdido.”
T

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