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Cuatro principios para ser un líder eficaz

Millares de espectadores congregados en el Coliseo de Mashinte, en el Perú, se pusieron de


pie y ovacionaron al hombre ciego que, tomado por un cordel de un guía, entró por la pista y
dio una vuelta al enorme ovalo, coronándose en campeón de atletismo.
No era un hombre cualquiera. Tenía una enorme limitación: sus ojos. No veía. Sin embargo,
trece años atrás, cuando el impacto de una granada le llevó a perder la visión, se fijó la
meta de no permitir que lo doblegara la adversidad, y a triunfar por encima de los
obstáculos que encontrara a su paso.
Siempre soñó con ser soldado al servicio del Perú, su amada patria. Pero en los "ires y
venires" de la vida, vio frustrados sus sueños. Se empleó entonces en el serenazgo, servicio
de vigilancia desde el cual prestaba apoyo a las autoridades.
En un ataque guerrillero y cuando pretendía auxiliar a varios agentes de policía, sufrió el
accidente. Sólo varias horas después del atentado volvió en sí. Todo estaba oscuro. El
médico que lo atendió se limitó a decir: "Te cortaron las alas para siempre".
Eugenio Clemente no se resignó a la situación, y con la ayuda de Dios, se dispuso a salir
adelante. Es campeón nacional en varias disciplinas deportivas. Trabaja como vendedor de
gasolina y está casado con Rosaura, la enfermera que lo atendió en su proceso de
recuperación.
--Si Dios está de nuestra parte, nada resultará imposible...—explicó al referirse al secreto
para ser un ganador. Hoy reside en la ciudad de Trujillo y tiene la firme determinación de
escalar nuevos peldaños hacia el éxito y la realización personal.
Los principios que caracterizan a los ganadores
Resulta interesante el hecho de que los ganadores, aquellos que se sobreponen a la
adversidad, reúnen en sus vidas principios que los hacen distintas de los demás pero que,
definitivamente, son esenciales en el camino al éxito.
Al volver las páginas de la Biblia encontramos que los grandes líderes, los profetas de mayor
significación en la historia, los evangelistas de mayor eficacia y los discípulos que marcaron
un hito en su generación, desarrollaron en su existencia estos cuatro pilares que comparto
con usted:
1.- La Motivación
Cierto día iba a predicar en una iglesia que apenas comienza, en el sur de Santiago de Cali.
No tienen templo, se reúnen en la salita de estar de una modesta vivienda. Ofrecen a los
visitantes unas cuantas sillas y los muebles, que son de la familia. No han podido comprar
aún el púlpito e interpretan las alabanzas con las palmas y panderos, sin ayuda de
instrumentos musicales.
De camino al lugar, pregunté a la hermana que me servía de guía en aquél sector populoso
de la ciudad:
--Hermana, ¿por qué usted—que ha desarrollado otros ministerios en congregaciones
grandes—sigue entregándole todo su ser a esta pequeña comunidad de creyentes?--.
Su respuesta me dejó admirado:
--Porque estoy convencida que Dios está en el asunto y, así encontremos dificultades en el
camino, estoy dispuesta a proseguir—dijo.
Esas pocas palabras sintetizan un principio esencial de todo líder eficaz. La Motivación. Si
para mí tiene valor aquello que hago, estaré dispuesto a avanzar sin importar los problemas
que emerjan a cada paso. La Motivación es un motor que dinamiza nuestros pensamientos y
acciones.
Les invito a leer conmigo un pasaje apasionante del Evangelio: "Jesús caminaba cerca del
lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Los dos estaban lanzando
una red al lago porque eran pescadores. Jesús les dijo:--Vengan conmigo. Yo les
enseñaré a ser pescadores de hombres. Y enseguida dejaron sus redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, Jesús encontró a Santiago y a su hermano Juan, los hijos de
Zebedeo. Estaban en un bote preparando las redes para pescar. Enseguida los llamó y
dejaron a su papá Zebedeo que estaba en el bote con los trabajadores, y siguieron a
Jesús" (Marcos 1:16-20. La Biblia, la Palabra de Dios para todos).
El Señor Jesús vio en estos hombres a cuatro rústicos, vulgares, pendencieros y hasta
conformistas pescadores, a los poderosos instrumentos que podrían llegar a ser en Sus
manos.
Igual ocurre con su vida y con la mía. Él puede transformarnos para que seamos siervos
poderosos, que cumplan Su propósito para la humanidad.
Pero si tenemos la Motivación, es decir, el convencimiento de que hemos sido llamados a
una misión de gran alcance, debe mediar otro elemento: la renuncia. Observe que los
pescadores dejaron sus redes. ¿Qué hace falta que deje de lado en su vida para permitir que
Dios obre plenamente en su ser? Medite en el asunto y sume a la Motivación, la Renuncia.
Esta operación matemática le llevará a Avanzar, que constituye sin duda uno de los mayores
anhelos de todo creyente en Jesús.
2.- La Visión.
Es probable que en su ciudad sea común. En la mía no, hasta hace poco menos de diez años.
Me refiero a la comercialización de agua en bolsa, que usted puede adquirir por unos
cuantos pesos en los semáforos.
Quien comenzó esa industria, fue tildado de loco. "Jamás nadie te comprará agua en bolsa",
le dijeron. Sin embargo, este hombre que tenía una Visión amplia, que no pensaba en
pequeñeces sino en el futuro prometedor que tenía enfrente, lo logró.
¿Sabe usted qué necesita la iglesia hoy? Requiere con urgencia ampliar su visión. Le invito
para que lea conmigo el pasaje bíblico que se encuentra en el Libro del Génesis, capítulo 13,
versículos del 1 al 18. Relata el incidente que llevó a Abram y a Lot –su sobrino-- a
separarse. Literalmente no podían compartir el mismo espacio por lo enorme de sus
propiedades.
Ante la posibilidad de elegir "Lot miró a su alrededor u vio que el valle del Jordán hacia
el sur hasta Zoar estaba bien abastecido de agua como en Egipto; en verdad como el
jardín del Señor; Lot eligió todo el valle del Jordán, viajó hacia el oriente y así se
separaron el uno del otro"(Génesis 13:10-12. Versión La Biblia, la Palabra de Dios para
todos).
A Abram le correspondió un terreno no muy fértil, en apariencia. Pero él no sintió temor ni
desasosiego. Su visión era amplia. Le asistía el firme convencimiento de que, si estamos en
el Plan de Dios, no importa si el territorio asignado es un desierto. Nuestro amado Señor lo
hará prosperar. Eso es visión. Mirar más allá de lo que ven los demás.
3.- La Dependencia.
Confieso que soy temeroso de los aviones. Sin embargo me ha tocado –en cierta medida—
acostumbrarme. Una turbulencia, cuando la aeronave vibra como si fuera a desbaratarse en
pleno vuelo, me tensiona un poco.
En el último viaje comencé a desarrollar cierta confianza y dependencia. ¿Cómo?, me
preguntará usted. Pues bien, si yo abordo un avión es porque confío en las condiciones del
aparato y en la pericia del piloto. Él sabe lo que hace. Igual dependo de él. Por mucho que
me tensione una turbulencia a varios miles de pies de altura, debo esperar que todo salga
bien.
Dos palabras, entonces, que son fundamentales: confianza y dependencia. Están ligadas una
a la otra.
Cuando caminamos con Dios y le servimos, es necesario que Confiemos y Dependamos de
Él. Sólo así aseguraremos un liderazgo eficaz. Al respecto el autor sagrado escribió: "Confía
en el SEÑOR tu vida; confía y Él hará lo correcto" (Salmo 37:5. Versión La Biblia, la
Palabra de Dios para todos).
Absolutamente todos nuestros planes y proyectos debemos someterlos en Sus manos. El
Señor obrará y, sin duda, nos concederá la victoria.
4.- La Perseverancia
Me impactó la historia de un hombre en Inglaterra, que construyó una casa con botellas de
vino vacías. Tardó varios años para lograr su cometido. Sin embargo lo hizo. ¿La razón?
Cuando creía haber terminado un panel de la estructura, se venía abajo y debía comenzar de
nuevo, recogiendo botellas y acomodándolas con cuidado. ¿Cómo logró el éxito? Con
Perseverancia.
A menos que usted y yo estemos dispuestos a intentarlo cuantas veces sea necesario, asidos
siempre de la mano del Señor Jesucristo, no cumpliremos la misión que nos ha
encomendado.
Sin duda encontraremos obstáculos en el camino, pero si nos afirmamos en la
Perseverancia, venceremos y daremos solidez a nuestro desempeño hasta consolidar un
liderazgo eficaz.
El Señor Jesús enseñó este principio. Él dijo a sus discípulos: "Permanezcan en mí y yo
permaneceré en ustedes. Ninguna rama puede dar fruto si está sola, sino que tiene que
estar unida a la vid. Igual sucede con ustedes, no pueden dar fruto si no se quedan en
mí" (Juan 15:4).
Usted debe fortalecerse en Dios y avanzar. Él le dará la victoria. No es en sus fuerzas como
debe luchar, sino en las de Él. Recuerde siempre que la Perseverancia, es una característica
fundamental en el carácter y personalidad de un líder eficaz.
Oro a Dios que usted desarrolle estos cuatro principios. Los resultados—como podrá
comprobarlo en el tiempo—serán altamente satisfactorios.

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