Ya que la reproducción celular es la base para la herencia, el crecimiento y el desarrollo, en este
proceso la célula necesita replicar y copiar todos los genes que contiene su genoma, de modo que éstos sean exactamente traspasados íntegramente a cada célula que resulte de la división. Los dos mayores eventos del ciclo celular que requiere la replicación del genoma, son la fase-S (para la síntesis del DNA) y la fase-M (para la mitosis). Durante la fase-S, la célula copia el DNA cromosomal. Para ello debe sintetizarse el DNA, lo que sucede dentro de un período muy bien delimitado y muy temprano en el ciclo. Durante la fase-M, que ocurre al final del ciclo celular, los cromosomas ya replicados, se segregan dentro de las dos células hijas formadas en la división celular. Los períodos entre el nacimiento de las células y la fase-S, y entre el final de la fase-S y la fase-M, se conocen respectivamente como G1 y G2, lo que lleva a cuatro las fases del ciclo: G1, fase-S, G2, y fase-M . Para todo el proceso hay un "parque industrial" donde funciona la maquinaria molecular que controla el ciclo celular. Consideremos la replicación del DNA, cuyo conocimiento comenzó con el descubrimiento de la estructura del DNA. Mediante él es que luego se pudo llegar a conocer cómo éste puede precisamente replicarse y cómo puede más tarde codificar la información genética, utilizando para ello las cuatro bases del DNA. Este se inicia con el desdoblamiento de las dos hebras del DNA, las que sirven de base templada para la síntesis de sus hebras exactamente complementarias (El código genético). Con la estructura del DNA en la mano las investigaciones necesarias para entender la maquinaria de la replicación se hizo más fácil. El descubrimiento de una enzima, la DNA polimerasa que puede sintetizar una hebra del DNA complementario del DNA pre-existente, aportó la primera clave. Muchas otras enzimas fueron descubriéndose subsecuentemente, entre ellas las topoisomerasas y las heticasas, que desdoblan las hebras de DNA, las primasas y la DNA polimerasas que sintetizan el nuevo DNA, y las ligasas que luego las unen. Durante la faseS, que sucede en zonas especializadas de DNA llamadas "orígenes de replicación", se inicia la replicación del DNA que luego se extiende bidireccionalmente. Las dos trayectorias de replicación se separan y forman "burbujas" de DNA, que por último se fusionan para completar el proceso. Como cualquier maquinaria compleja, la replicación requiere de control. Así por ejemplo, antes que la replicación comience, factores iniciantes tienen que indicar el origen de replicación. Estos factores incluyen complejos de "origen de replicación", que actúan como tren de aterrizaje en el lugar preciso para que actúen las proteínas iniciadoras del proceso. Estas, a su vez, se suman a otras proteínas requeridas para la replicación. Normalmente este proceso es activado una sola vez en cada ciclo celular, de modo que sólo tiene lugar una fase-S. Si no fuera así, la célula podría copiar su cromosoma muchas veces. La adecuada replicación del DNA es el mayor componente de la maquinaria reproductiva del ciclo celular. El segundo componente opera durante la fase-M, "la mitosis", que fue descrita por primera vez en el siglo XIX. Al comienzo de la mitosis, los cromosomas replicados y condensados, cada uno consistente en dos cromatides hermanos pareados a su largo, se hacen visibles. Los cromosomas se alinean ubicándose en el medio de la célula y se asocian con el huso mitótico. El huso se extiende entre dos estructuras, llamadas centrómeros, localizados en los extremos opuestos de la célula. Luego los cromatides se separan hacia los respectivos lados de la célula, donde se segregan en dos núcleos para ser heredados por las dos células hijas resultantes. Como algo central en este mecanismo están los polímeros tubulina, que forman los microtúbulos del huso mitótico. Estos microtúbulos exhiben una inestabilidad dinámica. Ellos siguen una transición entre crecimiento y contracción. Los centromeros estabilizan los microtúbulos y por lo tanto el huso. Otros microtúbulos en crecimiento emanan desde los centromeros y exploran el interior de la célula hasta que terminan estabilizados con la asociación del kinetokore, una estructura que se encuentra en el centromero de cada cromatide. Este proceso amarra cada cromatide a un centromero . Las uniones son estables sólo si el kinetokore en el respectivo cromatide hermano, está unido a los dos centromeros de la célula. La conexión entre los dos cromatides hermanos subsecuentemente se pierde, permitiendo que los cromatides se separen hacia los dos centromeros opuestos. El acto de separación se desdobla por la acción combinada del acortamiento microtubular y por proteínas motoras que impelen a los microtúbulos a deslizarse sobre sí mismos. El proceso amarra la replicación del DNA a nivel molecular con la separación de los cromosomas a nivel celular, y de este modo asegura la precisa replicación y posterior segregación del genoma .