LA GARRULA

2 EL UMBRAL, Suplemento quincenal Olavarría estuvo de cuento en el Festi-

val Internacional de Narración y la fic-
ción estuvo más que presente no sólo por
la Muestra de Cine Lucas Demare. De
modo que me pareció una buena oportu-
nidad para contar un cuento que puede
, 1 6 7 5 8 & & , 2 1 ( 6 3$ 5 $ 3$ 5 ( & ( 5 8 1 6 2 0 0 ( / , ( 5 parecer un poco exagerado pero no tanto
como la realidad.
El término francés sommelier es el indicado compleja sin olvidar la armonía de su cuerpo. Había una vez dos eucaliptos. Eran altos,
para designar a una persona conocedora de • Hay vinos blancos y vinos tintos. Los prime- viejos y rebeldes. Se parecían a los miles de
vinos. Su trabajo consiste en mostrarle a la ros siempre son frescos, aromáticos o sutiles. eucaliptos que habitaban la ciudad. No te-
gente qué vino es el apropiado para cada oca- Los segundos son intensos, maduros y ama- nían nada extraordinario, salvo que eran
sión. A veces suelen convertirse en críticos, bles. Estos adjetivos no fallan. rebeldes y estaban destinados a causar pro-
escritores y educadores en la materia. En fin, • El aroma es fundamental para describir un blemas. Sus raíces no querían quedarse bajo
el trabajo soñado. Alcanzar ese objetivo no es vino. Sin embargo, tenga cuidado al explicarlo. tierra, así que salieron por el costado, en la
difícil. Desde este espacio le Si se dice que el producto es “animal” eso impli- barranca de un arroyo, ni bien divisaron la
sugerimos una serie de ca un bouquet de cuero, musgo y caza. ¿Quién más ínfima oportunidad. Creyeron que na-
“tips” que lo llevarán a imi- quiere tomar un vino con gusto a vaca die los vería, pero unos ingenieros hidráuli-
tar a la perfección a un ver- empantanada? cos muy curiosos, advirtieron la maniobra
dadero sommelier. • Para parecer un típico sommelier es muy y recomendaron sacar a esos dos viejos re-
• “Tempranas hojas de al- importante cuidar el aspecto. La voz de locu- beldes que podían escapar definitivamente
mendro, que al soplo del aire tor impostado, el pelo con exceso de gomina, de la tierra en la primera crecida del agua, y
tiemblan”. No se confunda, no traje impecable, mirada de investigador y la provocar un dique accidental que inundara
es la contra etiqueta de un vino copa siempre a la altura de la nariz. la ciudad como había ocurrido en los ‘80.
sino un poema de Bécquer. • Discutir con un colega sobre si las notas de tal Aquella había sido una tragedia para
• Las recomendaciones deben vino son de alcanfor o pino, es signo de sabiduría. toda la comunidad y nadie quería revi-
concretarse con frases sin senti- • En fin, todo se resume en una comunica- virla. No obstante, la recomendación que
do. Ejemplo: vino generoso e im- ción repleta de habladurías, obviedades y sno- fue hecha una década más tarde, quedó
pulsivo que se expresa de manera bismo. en el olvido. Terrible error. De haberlos
quitado en su momento, cuando gober-
naba Don Helios, se hubiesen ahorrado
Texto: Yesica Guevara / Ilustración: Leonardo Barcelona
un montón de conflictos posteriores.
Pero la advertencia no fue oída y los años
pasaron. Había muchos otros temas,
mucho más importantes, para olvidar.
Asesinatos, verdadera contaminación
STAFF ambiental de fábricas, basureros, hornos
Director: Jorge Botta. Director perio- epilépticos (perdón: pirolíticos), podas
dístico: Pablo Zamora. Directora de
Arte: Natalia Schumacher. Producción
EL UMBRAL masivas en pleno centro, matanza de pe-
rros, torturadores con cargos políticos y
periodística: Victoria Ennis, Yesica otros desastres naturales pasaron por
Guevara y Claudia Ingratta. Diseño Grá-
Desde hace un tiempo, los caramelos dejaron de ser sinónimo de
dulzura para convertirse en moneda de cambio. Probablemente esta los años. Nada causó tanto ardor como
fico: Facundo Azuaga y Ramiro
historia haya comenzado en los kioscos, pero ahora ya es común acep- los dos arbolitos de este cuento.
Vivacqua. Ilustraciones: Leonardo Bar-
celona. Fotografía: Marcelo Kehler, tarlos en farmacias, colectivos y otros rubros. Dicen que faltan mone- Podía pasar cualquier cosa en la ciudad
Claudio Martínez y Lucas Pagano. Co- das, que hay mucha gente que las atesora en botellas y que también pero que no tocaran a los dos eucaliptos
laboran en este número: Jorge Arabito hay mucho vivo dando vueltas. La estudiante de Comunicación Social, porque se armaba la hecatombe. Y así fue.
y Yanela Alves. EL UMBRAL es una pro- Yanela Alves, realizó un relevamiento sobre el tema en Olavarría. Y Un buen día (que resultó malo) quisieron
ducción conjunta entre Diario EL PO- nos lo cuenta en esta edición de El Umbral. embellecer el parque más importante de la
PULAR, la Facultad de Ciencias Sociales ciudad, donde entre otros miles de árboles,
y la Escuela de Artes Visuales. estaban los dichosos dos eucaliptos. Tra-
bajaron y trabajaron hasta que un camino
condujo a los dos viejos. De repente, un
montón de personas que estaban durmien-
do la siesta, se levantaron y se acordaron
de la naturaleza.
“¡Oh! Existen árboles y plantas y dos de
LA FOTO QUE HABLA ellas serán derrumbadas”, exclamó un jo-
ven mientras se rascaba el cuero cabelludo
entre las rastas. “¡Desde hoy y en mis ratos
libres, seré un ecologista empedernido!”, se
propuso. Otros, vieron la oportunidad para
enfrentarse a los que nunca habían querido
y se sumaron al reclamo. Los cuasi
ecologistas llamaron a los jueces para que
les den la razón y ganar la pelea. Pero los
jueces no se la dieron y los naturistas poda-
ron la decisión judicial y se instalaron en
carpa contra los troncos. Resulta que des-
pués descubrieron que el terreno era
peronista y llamaron al PJ al juego. Pero los
justicialistas no querían problemas así que
se quedaron en silencio. Y así resultaron las
cosas. Los dos árboles a medio salir, la car-
pa a medio guardar, la obra a medio ejecu-
tar y este cuento, a medio a terminar; hasta
SIEMPRE VIGENTE. El 22 agosto, el “Porsche Club” estuvo en Olavarría y los modernos bólidos visitaron
el Autódromo Sudamericano. Allí estaba el histórico Citroen, imperturbable. (Foto: Claudio Martínez) que la historia se resuelva o los ecologistas
vuelvan a su siesta.
Victoria Ennis

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Guadalupe Peralta
23 años / Locutora
UN DVD
• “SIETE ALMAS” (Seven pounds).
Hace algún tiempo compartí con una amiga
y mi hermano mayor una película que me pa-
reció genial, que moviliza absolutamente to-
dos los sentidos y te acompaña a replantearte
cuestiones básicas de tu existencia. Allí, Will
Smith encarna a Ben, un agente del fisco ame-
ricano que está deprimido y atormentado por
los remordimientos de conciencia sobre erro-
res de su pasado. Ben intentará compensar
estos errores ayudando a los demás, pero
cuando encuentra a Emily (Rosario Dawson),
una mujer hermosa con una enfermedad de
corazón, se enamora de ella, complicando sus
proyectos. El film busca la conexión entre esos
lazos que unen el destino de la gente de una
manera sorprendente.
Una serie que abre portales a otros mundos
STARGATE: TRECE TEMPORADAS
A TRAVES DE LA PUERTA ESTELAR
/ Jorge Arabito
Esta serie parte de la película homónima de
Roland Emmerich de 1994, en la cual un comando
científico-militar viaja a través de un portal espa-
cial a un mundo llamado Abydos, donde encuen-
tra una sociedad primitiva similar a la egipcia
sometida por un Dios llamado Ra, al que aniqui-
lan, liberan a la gente del lugar y vuelven a la
tierra informando que todos han muerto, para pre-
servarlos de la colonización terrícola.
Un año después, las instalaciones donde se en-
cuentra la puerta están por desmantelarse y la pro-
pia puerta se archivará para siempre, pero ésta se
activa y unos extraterrestres atacan. Los responsa-
bles de la base se ponen en contacto con el equipo
de la primera misión, quienes descubren que el
Stargate es parte de una vasta red de puertas que se
extienden por toda la galaxia. Una antigua civiliza-
ción dejó plantados en innumerables planetas
“stargates”, puertas espaciales que, discando la
combinación adecuada, permiten transportarse
instantáneamente entre los mundos habitables.
Una especie de Internet Intergaláctica a partir de la
cual “explicar”, y de hecho la serie se basa en que
EL UMBRAL, Suplemento quincenal 3
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
RECOMENDACIONES
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UNA SALIDA UN LIBRO
• IR AL CINE. • “EL ALQUIMISTA”, de Paulo Coelho.
La cita casi obligada es ir a disfrutar de una Es mi libro predilecto. Ayuda mucho en
exclente película argentina protagonizada por esos momentos en que las cosas se compli-
Ricardo Darin, Soledad Villamil, Guillermo can y uno comienza a dudar sobre lo que
Francella y Pablo Rago. Se trata de “El secre- realmente desea, sueña y anhela para su
tos de sus ojos”, de Juan José Campanella, don- vida... al menos deja el mensaje que siem-
de Benjamín Espósito (Darín) acaba de jubilar- pre vale la pena luchar por lo que uno real-
se después de trabajar toda una vida como em- mente quiere. “Cuando una persona desea
pleado en un Juzgado Penal. Y para ocupar su realmente algo, el Universo entero conspira
tiempo libre decide escribir una novela basada a su favor para que pueda realizar su sueño.
en una historia real de la que ha sido testigo y Basta con aprender a escuchar los dictados
protagonista. Reconstruir el pasado lo condu- del corazón y descifrar un lenguaje que está
cirá a bucear en sus propios sentimientos, sus más allá de las palabras, el que muestra
propias conductas y decisiones. Y hallar la ver- aquello que los ojos no pueden ver. El Alqui-
dad terminará por convertirse, no en un obje- mista relata las aventuras de Santiago, un
tivo literario, sino en la llave que le permita joven pastor andaluz que un día abandonó
abrir la puerta para vivir el resto de su vida. su rebaño para ir en pos de una quimera”.
muchas de nuestras creencias mitológicas se fun- tas para
daron en torno a la llegada de unos continua-
seres extraterrestres que asumieron el papel de ciones en pe-
antiguas divinidades, tales como las egipcias. lículas como
Formado el comando SGC, misión tras misión “Stargate: el
sus integrantes cruzarán el portal visitando civili- arca de la ver-
zaciones en las que hallarán aliados y dad” y “Stargate: El
dioses enemigos como los Goaul’d. Adquirirán tec- Continuo”. A estas se-
nología y descubrirán el origen de los Stargates, guirá en octubre de 2009
transportándonos en múltiples aventuras en las el estreno de “Stargate
que de algún modo nos llevarán como un miem- Universe”, en la que un grupo expe-
bro omnipresente pero invisible del equipo. dicionario cruza el Stargate para caer al interior de
Una serie que se abre de SG-1 a partir de su sépti- la nave Destiny, lo que termina siendo una misión
ma temporada es “Stargate Atlantis”. En ella un gru- sin fin cuando se percatan de que ésta no puede
po de científicos descubren que la Atlántida existió regresar a la Tierra, pues viajará a los confines del
realmente y fue una ciudad, solo que los antiguos universo cumpliendo con su misión original:
se la llevaron a otra galaxia, la Pegaso, a la que es plantar automáticamente puertas estelares por
posible llegar pero quizás no regresar. La Expedi- toda la galaxia. Al no poder la tripulación cambiar
ción Atlantis parte entonces hacia la ciudad perdi- de ruta, si alguien se queda atrás no podrán regre-
da de los Antiguos. Una vez allí, se encontrarán con sar a buscarlo, añadiéndose esto a la odisea de
un enemigo mucho peor que los Goaul’d; los Wraith encontrar nuevas razas, enemigos y aventuras.
o Espectros, una raza que se alimenta de la energía Sumando y multiplicando, mirar toda la serie
vital de los seres humanos. insume 173 horas, o sea más de 7 días de la
La Serie SG1 terminó luego de diez temporadas y propia vida. Y es una inversión de tiempo muy
tres de SGA, aunque ambas dejan historias abier- recomendable.
4 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
EL CARAMELO COMO MONEDA DE CAMBIO
“Un caramelito de vuelto por los $ 0,05 que no tengo”. La frase suena familiar, pero ya no sólo se
escucha en los kioscos. El eco llega a las farmacias, supermercados y hasta colectivos. Cuando éramos
pequeños nos encantaba este trueque, salvo que se tratara de los caramelos “Media Hora”, que tie-
nen un sabor particularmente extraño. Ahora, ya no resulta simpático.
/ Yanela Alves
Hay dos visiones sobre el tema. Están los
que piensan que los quiosqueros son el pro-
blema, ya que devuelven caramelos en lu-
gar de monedas. Y están los propios comer-
ciantes del rubro, que se justifican en que la
situación se genera por la falta de monedas
que la gente ahorra. Quise comprobarlo,
consulté con allegados y me llevé una sor-
presa: de 10 personas, 6 admitieron que te-
nían una botella con monedas de todos los
valores y que no iban a parar hasta llenar-
las. Incluso, uno de los quiosqueros entrevis-
tados me contó que un cliente fue a com-
prar un regalo con nada más ni nada menos
que ¡100 pesos en monedas! Del otro lado,
la propietaria de un cotillón acusa: “los co-
merciantes devuelven caramelos sólo para
quedarse con unos centavos más que al final
del día suman unos pesitos extra”.
En las farmacias también se da esta situa-
ción. En una de las cuatro recorridas que
realicé para esta nota, ocurrió algo paradó-
jico. En el momento en que ingresé estaban
atendiendo a una abuela y la farmacéutica
le dice: “le doy unas gomitas por $ 0,25. No
tengo ni una moneda”. La abuela asintió,
pero a mí después de haber recorrido tantos
negocios y de haber hablado con tantos
clientes enojados no me gustó la situación.
Lo correcto hubiera sido cobrarle menos y
devolverle dinero. La cuestión es que al jo-
ven que estaba luego de la abuela le devol-
vieron monedas cuando hizo su compra. Sen-
tí mucha impotencia. ¿Las monedas habrían
aparecido como por arte de magia? ¿Son
aptas sólo para menores de 70 años? Esperé
mi turno durante varios minutos y rogaba
que anunciara mi número la misma señorita
que le había jugado la mala pasada a la abue-
la, pero eso no sucedió.
Me atendió otro empleado. Y le hice las
preguntas que venía realizando en todos los
negocios. “Nosotros no damos como cam-
bio nada que no sea dinero. En algunas oca-
siones preguntamos a la gente si quieren
algo más y ellos dicen si les devolvemos la
plata o llevan algo por esos centavos, pero
no es común dar caramelos o curitas”, me
respondió. Otro claro ejemplo de lo que su-
cede con las monedas no sólo en nuestra ciu-
dad, sino también en todo el país y desde
hace muchos años.
La respuesta del 80% de los comerciantes
consultados fue: “Yo ‘NO’ devuelvo carame-
los”. Sin embargo, algunos aceptaron que sí
devolvían otra cosa por dinero, pero que si
la gente luego les compraba con lo devuelto
por ellos en otras compras, lo aceptarían sin
problemas. A mí me cuesta creerlo. Es una
obligación devolver con la misma moneda
con la que uno paga.
Lo que muchos no saben (ni clientes ni co-
merciantes), es que según el Código de Co-
mercio de la República Argentina, el precio
de un producto se debe “redondear” a favor
del cliente. Por ejemplo: compramos un pro-
ducto “X” cuyo valor es $ 2,35. Si pagamos
con $ 2,40 y el vendedor no tiene $ 0,05 de
vuelto, debería cobrarnos obligatoriamen-
te $ 2,30, para beneficio del cliente. Los
empleados entrevistados en comercios de
diferentes rubros sabían de esta obligación
para vender, pero reconocieron que no la
ponen en práctica. Por ejemplo, en los casos
de las cabinas telefónicas en las que marca $
0,78, ellos cobran $ 0,80.
El caso más impactante es el que sucede
en los colectivos, en donde los pasajeros de-
ben escarbar sus bolsillos para conseguir
monedas y realizar un pago exacto. Según
algunas personas que viajan periódicamen-
te, también allí se devuelven caramelos,
pero los choferes no me dijeron lo mismo.
“La empresa nos provee de cambio al co-
menzar el trabajo diario y cuando no hay
monedas cobramos a favor del pasajero”, me
aclara un conductor en pleno viaje, mien-
tras los pasajeros aseguran que muchas ve-
ces les quedan debiendo entre $ 0,05 y $
0,10. Incluso, dos mujeres me dicen que a
ellas, en otras ocasiones, les habían devuel-
to caramelos, y que eso les molestaba.
Según los testimonios, pasa lo mismo con
las dos empresas de micros: la que trabaja
dentro de la ciudad y la que realiza viajes
entre localidades. “¡Siempre me quedan de-
biendo! ¡Se me va un dineral en transpor-
te!”, se queja una pasajera que utiliza estos
micros cuatro veces al día. La supuesta es-
casez de monedas viene ya desde hace
UNA MUESTRA
De acuerdo a un estudio realizado por TNS
Gallup Argentina a nivel nacional en pobla-
ción adulta, ante la falta de cambio 8 de
cada 10 entrevistados declaran aceptar
cuando el quiosquero les ofrece algún pro-
ducto en lugar de vuelto.
Con relación al monto aceptable, 5 de
cada 10 entrevistados declaran permitir
valores que varían entre 20 y 50 centavos,
en tanto que cerca de 1 de 10 accederían a
hacerlo por 10-15 centavos (13%), y una
proporción similar (12%) por un peso o más.
En cambio, el 20% se muestra contrario a
este tipo de prácticas y afirma no aceptar
ningún monto. Las personas más contrarias
a aceptar productos en lugar de dinero
como vuelto son aquellos de entre 50-64
años de edad y los habitantes de la Capital
Federal (ambos 28%).
EL UMBRAL, Suplemento quincenal 5
tiempo, pero con el último incremento de
los colectivos de nuestra ciudad se acentuó
mucho más.
Algunos acusan a las empresas de trans-
porte de pasajeros de generar un mercado
negro; pero éstas, a su vez, culpan a los ban-
cos. En el Banco de la Provincia (sucursal Sie-
rras Bayas), uno de sus empleados me ase-
gura que la escasez de monedas se hace
notar pero no es extrema. “El Banco no nie-
ga monedas, y no es cierto que haya tanta
falta. El problema es la poca fabricación en
la Casa de Moneda. Si los comerciantes cam-
bian dinero en billetes por monedas, se las
damos sin problemas, es nuestra obliga-
ción”, admite Juan José Ferrero, quien hace
33 años que trabaja como bancario.
Por su parte el Banco Central, durante los
primeros días de agosto (semanas después
de haber recogido los testimonios de mis
entrevistados) acuñó 490 millones de mone-
das de todos los valores, y piensa hacer lo
mismo con 300 millones más para fines de
este año. El problema ahora es que faltan
los billetes de $ 2, y la causa sería un progra-
ma de televisión, “Justo a tiempo” (Telefé),
donde para tener más chances de ganar uno
de los juegos que conduce Julián Weich hay
que acumular la mayor cantidad de estos
billetes posible. ¿Qué devolverán ahora los
comerciantes cuando no tienen billetes de $
2 ni quieren despegarse de las ansiadas mo-
nedas?
No debemos aceptar como normal una si-
tuación que no lo es. Pero, si no se puede
evitar, una posible solución sería tomar los
caramelos como una moneda de cambio:
CIFRAS
todo debería valer 3 caramelos, 10 carame-
pesos por mes pierde una persona que viaja en
los, 275 caramelos… Y roguemos para que
no califiquen los “Media Hora” y sí los “Flin
Paf” y los “Sugus”. Después de todo, un rico
2,40 colectivo 2 veces al día para asistir a su trabajo, si
en ambos viajes se le cobra $ 0,05 de más (a cambio
o no de un caramelo).
caramelo no le viene mal a nadie.
pesos por mes pierde un estudiante universitario
4 que cursa en doble turno y viaja cuatro veces por
día en colectivo, si le cobran de más $ 0,05 (a cambio
o no de un caramelo)
pesos por mes obtendría como extra un chofer de
40 colectivos si cobrara $0,05 de más a 40 personas al
día. Al final de la jornada laboral obtendría $2, y
$10 en la semana (días hábiles).
 6
Desde que navegamos Internet, muchos la usamos como territorio
virtual donde comunicarnos, encontrarnos, reconocernos. Tocarnos,
si se puede. Otra gente la usa como un banco, otra como un lugar
para hacer negocios, otra para aprender y enseñar. Y también como
una gran mesa donde hacer intercambios de información.
/ Jorge Arabito
Así nació el P2P, el sistema de com-
partir archivos «peer to peer» o «pa-
reja a pareja», con contenidos propios
o cuyo copyright era más bien dudo-
so. Esas experiencias se llamaron
emule, kazaa, i-mesh, P2M, etc. Cues-
tión que eran inventadas e inmedia-
tamente perseguidas hasta desapa-
recer o encontrar un nicho acogedor.
Hace varios años existe otra mane-
ra que usa mucha gente para dejar
cosas en la red y que otros las reco-
jan: “el Rapidshare”, como sinónimo
de los sitios de alojamiento de archi-
vos online que permiten descarga di-
recta. En la historia de Internet han
habido muchos otros sistemas así:
una especie de disco rígido remoto
donde guardar nuestros registros
por seguridad, con fácil ingreso des-
de cualquier lugar con acceso a
Internet. La idea era que cada uno lo
usara para sus propios archivos,
como por ejemplo quien está reco-
rriendo el mundo y necesita descar-
gar las fotos de la memoria de su cá-
mara digital para tomar otras. Pero
a alguien se le ocurrió que podía de-
jar cosas para otros avisándoles dón-
de estaban alojados… Y aprovechan-
do la banda ancha esos lugares se
multiplicaron geométricamente. De
ese modo florecieron centenares de
miles de sitios que publican (postean)
todo el tiempo archivos para descar-
gar (libros, revistas, películas, discos)
pero que al no estar alojadas en su
propio lugar, no incurren -según
ellos- en delito. Todo está en
rapidshare. Todo está en la Red.
¿En qué consiste RS? Es una página
donde se suben los archivos que de-
seamos compartir, y luego de hacerlo
(ODGPLUDEOH
PRGHOR
GHQH
5DSLG
VKDU
H
nos devuelve una dirección web (URL) que
podemos copiar en cualquier parte, de la
que nosotros u otra persona podrá descar-
gar lo que subimos. Como los contenidos
normalmente están limitados a 100 MB,
aquello que es mayor se corta en partes
(por ejemplo una película cabe en 8 links,
los que deben descargarse todos para po-
der armarla nuevamente o un capítulo de
una serie en cuatro partes o un DVD com-
pleto en aproximadamente cuarenta). La
ventaja obvia es que la velocidad de des-
carga es “plena”: Una banda ancha actual
de 2 MB de velocidad, permite bajar archi-
vos a 255 kbs. O sea, una película en 30
minutos; o 20 Gigas por día, que equivale
al espacio de 5 DVDs de datos.
La ventaja del sistema RS frente a los sis-
temas P2P es que no es necesario tener la
máquina encendida todo el tiempo para
compartir un contenido, ni deja abiertos
puertos donde puedan colarse los hackers.
Se sube lo que se necesita compartir, se
coloca el enlace en un blog o un foro, y lis-
to. Esa fotografía, ese tema recién com-
puesto, tu nuevo video… ya está en la Red,
ya es de todos.
Hay que acotar que RS no publicita ni con-
tiene un buscador de los contenidos que
JRFL
RVGH
acoge, para ello existen sus compañeros
de ruta: los foros y los blogs. Los foros con
como carteleras temáticas de anuncios en
los que se publica lo que se desea compar-
tir. Si alguien posee una grabación inédita
de los Redonditos, busca un foro que se de-
dique a ellos o la sección de música de un
foro generalista, y publica allí los enlaces
junto con una imagen del recital y una bre-
ve descripción del contenido.
En Argentina, uno de los sitios más visita-
dos, mezcla de foro y blog colectivo, se lla-
ma “Taringa”, y aunque no es estrictamen-
te un foro, tiene una increíble audiencia.
Lo que se coloque allí, si reviste interés, será
visitado por centenares de personas por
segundo, que se acumularán hora tras
hora. Allí es posible encontrar los conteni-
dos más diversos, colocados casi siempre
como una serie de enlaces a RS.
¿Dónde reside el negocio de Rapidshare?
En que cuando se comienza a bajar cosas de
allí, y se le toma el gusto, el usuario siempre
quiere bajarse MAS. Pero como “usuario
free” sólo es posible bajar un archivo por vez,
y con un intervalo de una hora entre descar-
gas. Quien quiera descargar más archivos a
la vez, o usar gestores de descarga, deberá
ser “usuario Premium”, que implica abonar
con tarjeta de crédito o mediante PayPal
un monto similar al del codificado de un
canal pago. Pero, por otra parte, a quie-
nes cargan contenidos en este sistema
se les acredita un punto por cada descar-
ga, con lo que sumando 10.000 puntos se
pueden canjear por un mes de servicio.
Lo que no es difícil de alcanzar, en tanto
hay archivos que son descargados más
de 100.000 veces.
Rapidshare puede ser una palabra des-
conocida para una parte del planeta.
Para otros, es sinónimo de contenidos
listos para descargar. Una serie de enla-
ces en un blog o un foro, copiar y pegar
en el gestor de descargas, y sólo resta
esperar unos minutos para que el
internauta ávido pueda disponer de
“eso” por lo que muere. Sea el último
álbum de su artista favorito que lo ha
puesto disponible para descargar, sea
la nueva realización de ese colectivo
que crea en su misma dirección, o el li-
bro de dominio publico que el autor co-
loca a tu disposición saltando las edito-
riales. Nunca la Red ha sido tanto de
todos, y gracias a los sitios de descarga
directa, los modem y los routers están
desde hace un tiempo… ¡al rojo vivo!

Un músico que trabaja por todo el mundo
Un crucero por el
cielo y el infierno
Nicolás Kruger es un músico olavarriense que desde 2007 viaja por el mundo tocando el
saxo en un crucero. “Cuando te metés en el barco no es lo que te imaginás”, advierte. Y
empieza a contar su experiencia.
/ Victoria Ennis
A los 9 años, Nicolás Kruger empezó a
aprender música porque su abuela pasó
por la plaza y vio la actuación de una ban-
da. Arrancó con un tambor y los primeros
soplidos de su saxo los exhaló en la Banda
Infanto Juvenil. Después ascendió a la
Banda Mayor, pasó por el Conservatorio
de Música y tocó en Sikus. Más tarde, supo
que un amigo suyo, Ramiro Nasello, se
embarcaba en una tentadora aventura:
trabajar de músico en un crucero que re-
corre las regiones más paradisíacas del
mundo. Ni lo dudó y comenzó a preparar-
se para cumplir con todos los requisitos.
“A los saxofonistas nos piden, además,
flauta y clarinete”, detalla. En ese caso
no hubo problemas porque Nicolás había
pasado por distintas experiencias en las
que tuvo que aprender todas esas varian-
tes. Sin embargo, había un punto muy
importante para el que todavía no esta-
ba preparado: el inglés. Para no perder
tiempo, se contactó rápidamente con los
contratistas mientras empezaba con las
clases de inglés. El llamado llegó, aunque
demasiado pronto. Lo entrevistaron por
teléfono y se las arregló como pudo para
hacerse entender. Finalmente, su cono-
cimiento básico del idioma (de apenas 3
meses) sólo le alcanzó para comprender
que el contratista le recomendaba estu-
diar al menos 3 meses más.
Y así fue. En abril de 2007 se subió al
primer viaje de Royal Caribe, la multina-
cional para la que trabaja. “El barco es
una máquina infernal”, admite con fas-
cinación, recordando el recorrido por la
nave. Para el estreno pasó por Houston,
las Islas Gran Caimán, México, Colom-
bia, Honduras, Florida y Cuba. “Hacen
paradas y conocés todo el mundo”,
cuenta sin demasiado encanto. Mien-
tras él relata, uno puede imaginarse
metiendo los pies en el cálido mar
caribeño, sobre una orilla transparente
y dorada. Sin embargo, Nicolás no tiene
reparo en desvanecer de un plumazo
las fantasías.
“Cuando te metés en el barco no es lo
que te imaginás”, sentencia. “Vas a mu-
chos lugares muy lindos en cierta forma,
pero también estás encerrado y los músi-
cos estamos en una parte chiquita del
barco, compartimos la cabina y tenemos
restricciones”, confiesa. Pero hay muchos
otros trabajadores que están más lejos
que él de los paraísos terrenales: “tengo
amigos peruanos, mozos, a los que tenían
todo el día trabajando. Nosotros hacemos
2 ó 3 shows por día, más un ensayo, y
después estamos todos los días libres aun-
que no podemos tener contacto físico con
los pasajeros. Tocamos, y después baja-
mos al ‘infierno’, como le decimos”, agre-
ga con cierta ironía.
Ya tengo los pies lejos de la costa. Aho-
ra me imagino el vapor de la fritanga
entre la oscuridad de una cocina subte-
rránea. Veo cocineros vestidos de blan-
co, tratando de contener las gotas de
transpiración mientras afuera el viento
sopla agradablemente entre los turistas
que toman sol y las aguas cristalinas de
las Gran Caimán. Pero el crucero tam-
bién tiene su lado bueno, al menos para
los músicos como Nicolás. “Vos recorrés
todo y vas a determinados lugares que
ya conocés. En algún lado Internet es
mucho más barato, en otro vas a la pla-
ya porque sabés que es la
más linda, en otro vas a co-
mer y así”.
Sin embargo, la visión del
saxofonista olavarriense
es más crítica de lo que
podría esperarse de una
EL UMBRAL, Suplemento quincenal
experiencia en crucero. “Hay cosas que al
principio te llaman la atención pero des-
pués se vuelven normales. Hay personas
que no ves nunca más, te tenés que acos-
tumbrar a la comida y uno empieza a valo-
rar más el país que tenemos”, analiza. “Es
un país hermoso y no te das cuenta hasta
que te vas. Cuando estaba el tema del cam-
po, es terrible que se pare todo y se des-
aproveche toda la riqueza que hay. Hay
otros países que no tienen nada y viven del
turismo y se las arreglan como pueden, y
vos ves semejante país y semejante campo
que tienen de todo, y están tirando la le-
che, la comida y paran al país”, cuestiona
Nicolás.
Relacionarse con otros tan diversos lle-
va a preguntarse por nuestra propia cul-
tura: “los latinos somos muy distintos a
los americanos aunque tenemos una
idea similar en cuanto al consumo”. En
cambio, “los chinos son los más distintos
a nosotros. En la forma de comer, en la
postura. Por ejemplo, comían un churras-
co con cuchara y lo tironeaban tipo pe-
rro. Comen con la mano y ponen un mon-
tón de platitos con distintas cosas. A un
filipino le llamó la atención que nosotros
poníamos el pan en la mesa y ellos lo po-
nen en el plato o direc-
tamente no comen con
pan, algo que para no-
sotros es re común” ob-
serva.
Los destinos varían y
los músicos tam-
bién. Cada uno
puede firmar un
contrato por dis-
tintos plazos
aunque no fal-
tan los lazos.
“Tengo muchos
amigos”, sonríe
Nicolás y si-
gue: “uno
polaco
7
NOMBRE:
Nicolás Kruger
OCUPACION: Músico
EDAD: 29
que tenía 60 años, se bajaba en las Gran
Caimán, andaba en rollers y te mataba ju-
gando al tenis”. A veces también llegan
bandas completas y hay que adaptarse rá-
pidamente. “El barco te da agilidad por-
que a veces vienen músicos de afuera, te
dan las partituras, ensayás y a la noche se
toca”, sintetiza.
También el tiempo varía y muestra sus
flancos débiles como convención de la
humanidad. “Cuando íbamos por el Pa-
cífico, en la línea de itinerario del día,
de un martes pasamos a un jueves. Nos
saltamos un día. Y cuando íbamos de
China para Alaska tuvimos dos veces el
mismo día. Una vez salí de Australia un
sábado a la 1 y media de la tarde y lle-
gué a Estados Unidos ése mismo sábado
a las 9 y media de la mañana”.
En un crucero todo puede pasar. Ser
feliz en la solana caribeña o trabajar
duro en el “infierno”. El tiempo corre ha-
cia atrás y la torre de Babel se edifica y
se derrumba cada día. Nicolás se pre-
gunta a veces “para qué volver” y al mis-
mo tiempo siente que “podría hacer
esto toda la vida”. Por ahora, su-
fre y disfruta al mismo tiempo,
tratando de mantener el equili-
brio sobre el meridiano que lo
atraviesa.
 8 EL UMBRAL, Suplemento quincenal

Se
hace camino
al andar
Carmelo Vinci es un referente en la lucha por la defensa de los dere-
chos humanos. Su juventud estuvo marcada por la última y más cru-
da dictadura militar. Sin embargo, apela a los recuerdos y surgen de-
talles que parecían olvidados.

/ Yesica Guevara
Siempre es agradable charlar con
Carmelo. Esta vez, la intención es
hablar sobre su juventud. De ante-
mano aclara que le cuesta acor-
darse de algunas cosas, pero a lo
largo de la entrevista el ejercicio
de recordar revela situaciones vi-
vidas y surgen detalles que pare-
cían olvidados. Ese momento en la
vida de Carmelo estuvo profunda-
mente marcado por la dictadura:
“pasé gran parte preso, de los 23 a
los 28 años. Fue una situación que
me tocó vivir y si bien me perjudicó
muchísimo, también crecí en mis
convicciones”.
Nació y vivió siempre en el ba-
rrio Villa Floresta. Fue a la pri-
maria Nº 24
y cursó el secundario en la Escuela Técnica.
Se describe como un alumno estudioso y
poco favorecido por la belleza. “Siempre fui
de tendencia gordito”, recuerda cómplice.
Si bien los primeros años de secundaria le
insumían mucho tiempo de estudio, acompa-
ñaba en ensayos y recitales a su primo músi-
co, que también se llama Carmelo. Si de jue-
gos de palabras hablamos, la banda del
“Carmelo músico” se llamaba “Zona Militar”:
“tocaban música pop y yo le pasaba las letras
de los discos a papel”. Su gusto por la música
estuvo siempre vinculado a los contenidos en
las letras. “Escuchaba una radio uruguaya que
pasaba temas de Los Olimareños y los
Creedence”, pero Serrat se ubica aún hoy en-
tre los cantautores preferidos.
En el secundario, cuando había alguna
hora libre, pedían prestado una guitarra y
cantaban temas de Mercedes Sosa y una
canción particular de la guerra civil españo-
la que entona con humor: “Cuándo querrá
Dios el cielo, que la torti-
lla se vuelva, que los po-
bres coman pan y los ricos
mierda, mierda”. En esa
época se pensaba en cues-
tiones de cambio, en rees-
tructurar la sociedad (“ha-
blábamos del retorno de
Perón, discutíamos de políti-
ca y eso era sano”). Por ese
entonces la mayoría de los jó-
venes adherían al peronismo y
lo veían como una alternativa
válida.
También había lugar para la di-
versión. Los lu-
gares para salir eran varios, desde Rodríguez
y Yamó hasta los clubes de barrio como Pue-
blo Nuevo o Fomento. Era común hacer “el
entre” en la confitería Bianca que estaba ubi-
cada en la calle Vicente López entre Belgrano
y Dorrego. “El tema de los boliches y los bailes
estaba diferenciado según las clases sociales
que concurrían. Era muy difícil que la gente
de los barrios vaya al centro. Supongo que
ahora es igual”, arriesga. La diferencia pasa-
ba también por el comportamiento. En los
boliches era común ir a charlar, en cambio en
los bailes se estilaba “cabecear”.
En cuanto a la vestimenta no había dema-
siada preparación para Carmelo: “nunca le
di demasiada importancia a la ropa. Tenía el
pelo muy largo y usaba una vincha de cuero.
No lo hacía para hacerme el rebelde, sino
porque me gustaba”. Eso sí, aclara que siem-
pre tuvo las “entraditas” que hoy conserva.
La mayoría de los jóvenes participaban en
política y Carmelo no era la excepción. Cuan-
do empezó a cursar Ingeniería en la Facul-
tad tuvo que empezar a cuidarse “de los
sectores reaccionarios que el mismo
peronismo permitió”. Fue en cuarto año de
la carrera, en 1977, cuando lo detienen:
“esa noche había estado en la confitería
Boston y presentí algo extraño. Me quedé
mirando un rato la plaza. Lo veía venir”.
Cuando recuperó la libertad, en 1982, vol-
vió a inscribirse en la Facultad y en 4 años se
recibió. “Me fui a La Rioja a probar suerte.
Toqué timbre en cada una de las empresas
del Parque Industrial pero cuando me pre-
guntaban por mi pasado nadie me volvía a
llamar”, recuerda.
Algunos años antes había
conocido a su actual com-
pañera, Mariana Pareja, en una
movilización: “me llamó la atención
una petisa que venía saltando y pre-
gunté quién era”. Carmelo cuenta
que él no lo sabía, pero había sido la
novia de un amigo. Cuando salió de
la cárcel, este amigo lo llevó a dar
una vuelta por la ciudad en moto y
en el centro se encontró con un gru-
po de jóvenes que juntaba firmas
por los desaparecidos. Ahí estaba
Mariana, su primera relación for-
mal. “Y desde entonces la soporto”,
comenta con ternura.
Carmelo lanza toda su historia casi
sin respirar. Por momentos habla en
forma desordenada pero cada situa-
ción que describe es transmitida
vívidamente. La entrevista llega a su
fin. Antes, prometemos seguir char-
lando, esperidina con limón de por
medio. Una bebida de aquellos años
de bares y discusión política. De años
con la certeza de que, como dice el
poeta, “se hace camino al andar”.

FICHA
Tiene 55 años.
De los 23 a los 28 estuvo preso por la dictadura.
A los 32 se recibió de ingeniero.
Fue presidente de la APDH local.