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Faena interminable
Nos movemos
Por caminos de asombro
Con mariposas muertas.
Angustiados,
Vamos tentando sombras.
El ro de la sangre,
Pugna insatisfecho.
Desgarradora noche
Con esquirlas1 de miedo,
Roza los balcones.
La piel se gasta
Al paso del reloj inevitable.
Nos envuelven las sombras
Y nos amarra el llanto.
Transitamos.
Somos herederos
Del dolor infinito.
Pisamos la ltima yerba
Y no nos damos cuenta.
Nos movemos
Por caminos de asombro
Con mariposas muertas.
El poeta habla en tercera persona cuando dice que Nos movemos/ Por
caminos de asombro, y los caminos de asombro son la sucesin de las
etapas por las cuales pasamos en nuestras vidas: infancia, pubertad,
juventud, adolescencia, adultez, ancianidad, ya que el paso de una a
la otra, conlleva el asombro de una nueva experiencia de vida. Pero
Nos movemos con mariposas muertas; con nuestros sueos que
nunca sern, y nuestros ideales que jams se cumplirn. La metfora
de las mariposas muertas nos hablan de un estado de vuelo, y el
vuelo suele compararse a nuestras esperanzas o sueos; sin
embargo, el poeta lo nombra muertos, quiz por su ancianidad. Pues
un joven, con un camino por recorrer, no podra hablar, a menos que
posea alguna discapacidad que se lo impida, de sueos muertos.
En la segunda estrofa es ms especfico con el estado de nimo con
que enfrenta su faena interminable:
Angustiados,
Vamos tentando sombras.
No vacila Rojas cuando dice, en tercera persona del plural, que est
angustiado. La angustia misma lo lleva a decir que vamos tentando
sombras. Sabemos que cuando una persona est alegre tiene menos
probabilidades de pensar en la muerte; y una que est triste o
abatida, tiene mayores probabilidades de hacerlo. Las sombras son
metfora de la muerte. Qu significa tentar a la muerte? De nuevo
aqu el intento de que se termine la faena.
Y leemos en los versos que siguen:
El ro de la sangre,
Pugna insatisfecho.
Desgarradora noche
Con esquirlas de miedo,
Roza los balcones.
La piel se gasta
Al paso del reloj inevitable.
Nos envuelven las sombras
Y nos amarra el llanto.
Transitamos.
Somos herederos
Del dolor infinito.
Al final del anlisis, Cirlot, nos habla de un fuego del bien (calor
vital) y de un fuego del mal (destruccin, incendio), de este ltimo
es del que habla rojas cuando dice que cumple su faena destructora.
6 Cirlot, Eduardo, Juan, Diccionario de smbolos, Editorial Labor, Barcelona,
1992.
Y la siega de huesos
No termina.
Somos pajas