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Las consecuencias cientficas de la Revolucin francesa son evidentes en la hostilidad franca o

disimulada a la ciencia con que los polticos conservadores o moderados miraban lo que
consideraban consecuencias naturales de la subversin racionalista y materialista del siglo XVIII. La
derrota de Napolen trajo una oleada de oscurantismo. Las matemticas eran las cadenas del
pensamiento humano -gritaba el veleidosoLamartine-. Respiro y ellas se han roto. La lucha entre una
combativa izquierda procientfica y anticlerical que en sus raros momentos de victoria haba erigido la
mayor parte de las instituciones que permitan funcionar a los cientficos franceses, y una derecha
anticientfica que haca lo posible por aniquilarlas no ha terminado todava. Lo cual no quiere decir que
los hombres de ciencia fueran decididamente revolucionarios en aquel perodo. Algunos s lo eran,
como el joven Evariste Galois, que estuv0 en las barricadas de 1830, fue perseguido por rebelde y
muerto en un duelo provocado por unos espadachines polticos a la edad de veintin aos en 1832.
Generaciones de matemticos han bebido en las profundas ideas que escribi febrilmente en la que
saba que iba a ser la ltima noche de su vida. Otros, en cambio, eran francamente reaccionarios ().
Comparados con los artistas y los filsofos, los hombres de ciencia -y de manera especial los
consagrados a las ciencias naturales- demostraban slo un bajsimo grado de conciencia poltica, a
menos que sus estudios y experimentos requiriesen otra cosa. Fuera de los pases catlicos, por
ejemplo, demostraban una notable capacidad para combinar la ciencia con una tranquila ortodoxia
religiosa que sorprende a quien estudia la era postdarwiniana (Eric Hobsbawm La era de la
revolucin. Editorial Crtica. Barcelona 2003, pgs. 295-296).

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