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El poema invita al hermano oprimido a subir y nacer de nuevo junto al poeta, para contar su historia de dolor y sufrimiento a través de los siglos. El poeta ofrece su voz para hablar en nombre del hermano muerto y dar a conocer la historia de explotación del pueblo a través de detalles como las piedras y los látigos usados para castigarlos.
El poema invita al hermano oprimido a subir y nacer de nuevo junto al poeta, para contar su historia de dolor y sufrimiento a través de los siglos. El poeta ofrece su voz para hablar en nombre del hermano muerto y dar a conocer la historia de explotación del pueblo a través de detalles como las piedras y los látigos usados para castigarlos.
El poema invita al hermano oprimido a subir y nacer de nuevo junto al poeta, para contar su historia de dolor y sufrimiento a través de los siglos. El poeta ofrece su voz para hablar en nombre del hermano muerto y dar a conocer la historia de explotación del pueblo a través de detalles como las piedras y los látigos usados para castigarlos.
dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. No volvers del fondo de las rocas no volvers del tiempo subterrneo no volver tu voz enfurecida no volvern tus ojos taladrados sube a nacer conmigo hermano. Miram desde el fondo de la tierra labrador, tejedor, pastor callado domador de guanacos tutelares, albail del andamio desafiado. Aguador de las lgrimas andinas, joyero de los dedos machacados, agricultor temblando en la semilla, alfarero en tu greda derramado. traed a la copa de esta nueva vida vuestros viejos dolores enterrados. sube a nacer conmigo hermano. Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme: "...Aqu fui castigado!..." porque la joya no brillo o la tierra no entrego a tiempo la piedra o el grano. Sealadme la piedra en que caste y la madera en que os crucificaron, encendedme los viejos pedernales, las viejas lmparas, los ltigos pegados, a travs de los siglos en las llagas, y las hachas de brillo ensangrentado. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. Contadme todo, cadena a cadena, eslabn a eslabn paso a paso afilad los cuchillos que guardasteis. Ponedlos en mi pecho y en mi mano como un rio de rayos amarillos, como un rio de tigres enterrados, y dejadme llorar, horas, das, aos edades ciegas, siglos centenares.