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El m ilagro de Lascaux
EL N A CIM IEN TO D EL JU EG O
un ser cercano- que por un lado era ese hombre apenas visto
ayer, pero que al mismo tiempo anunciaba que ese hombre
no exista, que haba muerto.
ver de los deudos del contacto con los animales o con otros
hombres. Pero lo nico que importa es la reaccin fndamete
tal. Lo mismo ocurre con el complejo sexual que, siendo exactamente lo contrario, completa aqul cuyo objeto es la muerte*
Ni siquiera por un momento podemos preguntamos si el b
cesto o el interdicto de las prdidas femeninas se remontan a
los tiempos ms antiguos. El nico problema que planteamos
se refiere a la posibilidad de una conducta inicial y no a las
particulares formas que asumi en los inicios. A este respectdp
nicamente debemos preguntamos si esta conducta, como lf
provocada por la muerte, no es una consecuencia inevit
del trabajo. Se trata de saber si, en ese mundo creado por el tiH
bajo y cuyos inicios se remontan al periodo comprendido jt|
tre la glaciacin de Gnz (la primera) y la de Mindel (la segugp:
da de las grandes glaciaciones del Cuaternario), la actividad
sexual, como la muerte, no deba revelarse finalmente como
algo muy diferente. Muy diferente al trabajo y al retomo regularde las claras relaciones que insertaba tanto entre los hombres
y los objetos como entre los diversos seres humanos. Si se toma;
en cuenta el conjunto de los interdictos que generalmente <te|
terminan las reacciones de prohibicin - y de angustia- frente"!
a lo que sbitamente se anuncia como algo muy
conjunto de los informes histricos y etnogrficos nos muestra!
a una hum anidad siempre de acuerdo con nosotros en este sgp ed o: para toda la humanidad conocida, el mundo del trat
se opone al de la sexualidad y al de la muerte. Para la hu
dad de la prehistoria ms remota, que dej nicamente erii
nosotros las huellas ms reducidas, slo poda arrojarse lzi
un punto. Pero no tenemos razn acaso en hacer en est|
rreno lo que la paleontologa hace al reconstruir el conjun|
partir del fragmento aislado que lleg hasta nosotros? Lo|
altera un orden de cosas fundamental para el trabajo, lo que'
puede ser homogneo al mundo de los objetos estables yfle
nidos, la vida que se oculta o que surge, debi ser muy rpl
mente puesto aparte, considerado segn los casos como al|
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LA SU PER A C I N DE LOS IN T ER D IC T O S:
EL JU E G O , EL A RTE Y LA R ELIG I N
lo