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Los Métodos de la Antropologia Agustin Santana Telovera* Resumen ‘Los métodos y Ins técnicas para la obtenciin de datos que Hevan a cabo las antropstogos sociales y culturales son el ‘reflojo de las distintas formas de contemplare interpretar el mundo que, en cada momento histérico, les ha preocupado A partir de las distinias corrientes y tradiciones nacional se trata en este articulo de realizar un acercamiento a (a problematica actual y 2 das diferentes formas de entender y practicar Ia antropotogia. Escribe Peacock (1989) que en antropolo- gia hay tantas perspectivas como antropologos, desde los que sittian al informante y su relacién en primer plano a los que lo desaparecen tras la erudicién del anélisis final. No es viable realizar Ja construccién de los métodos en historia de la zotropolagés como si existiera un tinico método, siquiera el inétodo comparativo -interpretado, criticado, difamado y utilizado desde los evolucionistes- 0 e! trabajo de campo -interpreta- Gv, ctiticade, siifamado y utilizado desde las pri me.as estancias de Boas-. La antropologia ha bas- culaco ac largo de su historia, por citar algunos enfoques, enire lo nomotético y lo idiografico, entre lo cualitativo y lo cuantitativo, entre el sig- y cl comportamiento, con muy pocos intentos de sintesis y sucesivas crisis disciplinares. Dos corrientes disciplinares paralelas has- ta los afios cincuenta. Ia antropolueia cultural americana y ia antropologia social britanica, mas un buen niimero de antropologias nacionales, han. trazado, ademés de las ambivalencias antedichas, las concepciones, los métados y las técnicas de obtencién de datos que hoy practicamos, necesa- iamente influidos por los desarrollos de otras boratora Antropologa Social Univervad de La Lagioa sas Cara ins Espana Abstract ‘The methods and techniques of data gathering used by 50- cial and cultural anthropologists reflect the various ways in which they perceive and interpret the world, object of their concern, in each particular moment in history. This articieattemps to iook at today’s problems, and te diferent ‘ways in which anthropology is understood and practiced to Azproach them, from the stand point of various schools of thought and national traditions. disciplinas sociales y no tan sociales como la es- tadistica matematica, los desarrollos informéticos 0 la misma biologia Sin pretender obviar la dificultad que su- pone recorrer el camino de la historia de los mé- todos y, necesariamente, de las disparidades de nuesira disciplina (incluso antes de e:nprender la tarea}, planteamnos el uso de lo cue Stocking (2992), haciendo apologia de Kuhn y su concep: cién epistemolégica, denominé tradiciones paradigmaticas como hilo conductor de ést: &xpo- sicién. Para ello hemos seguido un criterion es trictamente cronolégico, puesto que lo que inte- resa en esta exposicidn es resaltar aqueiios 'mé- todos’ especificos con los que los antroSlogos se acercan a su entomno y demarcan el objeto de estudio, cosa que no todos hacen explicitamente; una consecuencia intediata es la necesidad de hacer breves referencias a algunos contenidos epistemolégicos de las distintas corrientes al in- terior de la disciplina. Sin lugar a dudas, serfan necesarios muchos voliimenes para que el reco- rrido fuera exhaustivo y lo que nosotros trata- mos de hacer es una aproximaci6n a la proble- matica actual y a las diferentes formas de enten- der y practicarla antropologia (para algunas s6l0 etnografia). Tas Meats de replies Ciencia y Mar, W(40) 3-22 iencia y Mar Sirviéndonos como gufa, varias han sido las cronologias, atendiendo a diferentes aspectos, utilizadas para atender al desarrollo de la teoria antropoldgica’. Por ejemplo, P. Bonte (1975) pre- senta la evolucién de la antropologia a través de cinco “cortes histéricos” (epistemologicos), los cuales contemplan una relacidn especifica entre Giencias e ideologia y, por tanto, una configura- ci6n particular del saber. El primero, corte previo ala formulacién del universo propio de la emo- logia, atafe al descubrimiento del “mundo sal- vaje” en el siglo XV; el segundo, en el que se rea- liza Ja critica de los sistemas esclavistas a través de [a dicotomla conceptual “salvaje-civilizado” (siglo XVII); el tercero (1850-1880) lo constituye la consolidacién de la “ideologia del evolucionis- mo", repitiendo la dicotomia anterior y constitu- yéndose la etnologia como disciplina indepen- diente de la historia; el cuarto, sustenta la critica al evolucionismo y la constitucién de la etnolo- gia clasica (1920-1930); y, el quinto (1950-1960), apuntaria simulténeamente a la investigacién de los fundamentos de la antropologia general y la “critica radical” de la antropologia moderna. Ms recientemente, Stocking (1982), con un enfoque epistemolégico diferente pero con resultados similares y reconaciendo que la do- minancia paradigmatica y la temporalizacion no siempre est4n_implicitamente cortelacionades, elabora una cronologia que divide la historia de la antropologia en cinco granses fases: la etnolégica (1800-1860), 1a evolucionista (1860-1895), la histérica (1895- 1925), la clasica (1925-1960) y la postelasica, sin pretender que los antropdlogos de cada uno de los pericdos compartan minuciosamente enfo- ques y perspectivas, TB decir sguienda a F. Eaten (1967 24-25), por su importc al largo de mas dees decades la Historie dea Etnlagia, de RH. Lowe ubeada en 1937 y que represemabacl principal esfueraa de sinks desde Taperapecivaboasaa dela nda dela diserpis. Adare rsp cones tales comp: de a Amencan Anthropological Association rai alas por Fe Lagu (7976 {19601} paral etapa 1903-7920 6. Stocking ed (1976) co wr andl isaductoria sobre la antroplogit ol period de niscguerras;R. Murpiy (1976) sobreo mis desttado feos as 40; tabu con Stocking como editor (1873) a History of ‘Anthropology Neaslttr ala que hay qe rmitise ara une jormacion sistema abe todos is focos de nvestaci ew historia dea antropo- ogi. Dos obras fundareniaes loess hstonigrins en arapo {ogi Som Raco culture and evolationde G.W! Stocking 28921968) Er desarrolo dela teria antropoligacs de M. Hari (1975 (2968), rostrando dee enfoqucsv fous de entender el pas dea diserplie “aerentes. Siguiendo ésta dltima, mientras en los primeros cuatro periodos paradigmaticos hay una preponderancia bastante clara de un para~ digma sobre otros, no ocurre asi en la antropo- logia postclasica. Podemos considerar como integradora la perspectiva estructuralista, pero a partir de ella nos encontramos con una an- tropologia -y consecuentemente unos modos de practicarla- fragmentada y con paradigmas no definidos (procesual, interpretativa, marxis- ta, etc), a lo cual hay que afiadir el cambio de paisaje (Llobera, 1990) que supuso pasar de estudiar al Otro distante a un Otro mas cerca~ no (en ocasiones un Nosotros). Es indudable que el choque cultural, el sentimiento de extrafeza, el afén comercial y la preocupacién por las almas paganas promo- vieron un buen ntimero de descripciones deta- lladas por viajeros, delegados reales y papales, misioneros, etc. escritos y narraciones que se elevaron al rango de miticas en la Europa ilus- trada de Locke, Voltaite, Montesquieu, Diderot, Mercier y Morelly, que crearon y recrearon su “salvaje”. El periodo ilustrado incremerité no- tablemente e] cuimulo de conocimientos sobre tos humanos no europeos con fines no sdlo di- rigidos al entendimiento de la diversidad, 5: también orientados a legitimar y forventar el desarrollo emergente de la civilizacion indus- trial que superaba el estado feudal predomi: ranée. Como hemos visto, algunos autores si- tian en esta época el nacimiento de las cues: tiones centrales de la antropologia contempo- rénea y los primeros intentos, aunque faliido: por formular las leyes que gobiernan el curso dela historia (Harris, 1978). Durante los sig! XVII y XVII esos precursores de la antropoiv- gia se interesaron unicamente por el estudio en la distancia fisica (espacial y temporalmen- te) de las "sociedades primitivas” y, sin negar la importancia que pudieran tener las obras fundadoras de Ja ciencia de la sociedad (Saint- Simon, Adam Smith, Hume, etc.), considera~ mos que no es hasta el siglo XIX cuando co- mienzan a desarrollarse verdaderamente las tcorias antropoidgicas y, sobre todo, a obtenerse informacién sobre “otras culturas” de manera sistematica, yendo més alla de lo exético y lo peculiar. “Titans Eras En 1800, siguiendo los patrones de ante- riores expediciones botanicas y zool6gicas al Pa cifico, el francés Boudin fue dotado de instruc- ciones para el registro de formas de vida de otras cuituras por Joseph-Marie Degérando, miembro dela primera sociedad “antropol6gica” la Société des Observateurs de I'Homme. Instrucciones és- tas que incluyeron, ademas de una critica a tra~ bajos anteriores, una consideracién sobre las difi- cultades y especial pericia que necesitarfan para recoger Ja informacién, asi como sobre las cate- gorias de informacién a ser registradas. La expe- dicién fracasé, pero las instrucciones dictadas para ella tuvieron una importante influencia en posteriores cuestionarios que jugaron un papel importante en la investigacin etnogréfica del si- glo XIX (Ellen, ed. 1984). Lowie apunta en su "Historia de la Etno- logia” que para que la teoria pueda desarrollarse precisa de una amplia base de datos recogidos sisteméticamente y no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se comienzan a fomentar las instituciones einolégicas que, no sélo alenta- ban el debate, sino que ademas promovian la publicacion de nuevas informaciones sobre otras culturas. Estas fueron, entre otras, la Société Ethnologique de Paris (1839-1848), la Ethnological Society of London (1843-1871), la American Ethnological Society (1842-2870), aportando una base firme para la construccién y distribucién de cuestionarios. Destacc por su importancia la Royal Anthrovologicat Institute con el cuestiona- rio “Notes ard Queries on Anthropology”, que aparecié en sttcesivas ediciones entre 1874 y 1951, llegando a tener un impacto considerabie sobre elestindar de cuestionario etogr fico hasta 1914. Pero el siglo XIX fue para la antropologia mas que la fundacién de aquellas sociedades, ins- tituciones y museos. Esto sucedié en el contexto de la expansién colonial europea y con !a cristali- zacién del pensamiento evoluctonista como la teoria rectora. Entre 1860 y 1880 se publican las que después se conocieron como las primeras grandes obras de la antropologia® que exponian las proposiciones basicas del evolucionismo, en- tre las que resaltaba la propuesta de elaboracion de una historia y una ciencia natural del hombce, estructurada en una escala jerarquizada de las civilizaciones en cuyo nivel inferior estarian si- tuadas las “tribus salvajes” y en el superior las “naciones civilizadas”. Elmés notable cuestionario de este perio- do fue la Circular (1862), originada en el interés que suscité a Morgan Jas informaciones sobre las relaciones de parentesco entre los Iroqueses, abor- da las terminologias del parentesco y fue distri- buida por la Smithsonian Institution. Los resul- tados de esta encuesta fueron dobles: por una parte la compilacién del autor Sistemas de con- sanguinidad y afinidad en la famitia humana (1869) y, por otra, el Animo que infundié a varios de sus cottesponsales para ocuparse de la inves~ tigacion etmografica. Tanto en la Circular como el cuestionario realizado por Frazer en 1887, se re- conocieron pronto una serie de problemas respec- toa su aplicacién. Pero ciertos individuos, corres: ponsales como A.W. Howitt, supieron corregir ¥ elaborar nuevos cuestionarios. La metodologia seguida, el método com- parativo, en este periodo era una consecuencia de cémo se concebia el pasado y se encontraba inspirado en las premisas de la Iustracion dieciochesca. Tomado, segtin Lowie (1974) de la biologia darwinista y, segtin Harris (1978), de la paleontologia de Lyell y la prehistoria de Lubbock, se fundamentaba en la creencia de que (08 diversos sistemas socioculturales del presen- te tenfan un cierto grado de semejanza con ‘as culturas desaparecidas. Para ello, se construyd tuna secuencia ordenada de instituciones cultura- les contemporaneas por su creciente antigiiedad, extrapolando y comparando equivalentemente esas formas de vida 2 modelos ya extinguidos er. la suposicién de que todos los grupos humanos siguen un desarrollo paralelo, desde el estado primitive al civilizado, esto es, se construyeron tablas de adhesiones (Gonzalez Echevarria, 1990) 9 costumbres concomitantes, para inferir relacio- nes de dependencia entre ellas y formular hipé- tesis sobre las posibles causas. Elderecho materno (1861) de Bachofen La Ley antigue (2861) deH Maine; Ei matrimonio prmsivo (1865) de afeL.enen:Sistemas de con Sanguinidad y ania en a familia humana 185) de Morgan: Cul tuya Bamitiva (1871) de Tylor; Prncipios de sacologia (7876) de ‘Spencer Sociedad antigua (1877) de Marga Ta Madar del rope Ciencia y Mar wa Ciencia y Mar a Tylor denominé “supervivencias” (survivals) a los diferentes elementos socioculturales (que ya habian perdido su importancia especifica) y a tra~ vés de los cuales se trataban de reconsttuir las distintas etapas del desarrollo (salvajismo, bar- barie, civilizacion), compartiendo con Morgan que se trataba de estadios sucesivos pero afiadiendo que algunos de ellos pueden permanecer inva- riables y decaer posteriormente. Para nuestro in- terés, hemos de destacar el articulo de Tylor “On a method of investigating the development of institutions, applied to laws of marriage and escent” (1889) en el que introduce para la etno- logia el método comparativo de base estadistica, calculando el porcentaje de adhesiones (probabi- lidad) entre diferentes formas parentales, y con- virtiéndose de esta forma en antecesor de la obra de Murdock y de las Human Relations Area Files. Armados con cuestionarios, corresponsa- les, alguna estancia personal (Morgan) y el méto- do comparativo, los antropélogos evolucionistas intentaban buscar analogias importantes entre sociedades muy diversas y separadas espacial y/ o temporaimente, aportando informaci6n y sis- tematizacion a la naciente antropologia. Pero sus conclusiones acabaron siendo imponderables e inverificables, sus reconstrucciones histéricas fue- ron conjeturales y su uso del método comparati- vo pect en correlacionar datos etnograficos sin valor cronolégico, descontextualizados y sin con- trastar. A comienzos del siglo XX se le criticé a esta corriente su etnocentrismo, sus especulacio~ nes de despacho y el postular un esquema unilineal de desarrollo cultural, Paralelamenie, a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, se formula el método histérico-cultural (difusionismo) destacando el papel del contacto cultural y del ‘préstamo’ de la historia de manera intercultural, en oposicién a la evolucion paralela, en la formacion de la hist ria de la humanidad. No es esta una teoria uni- forme, puesto que gener6 versiones muy diver- Citak por Haris 1578. * La reconstruc dels proceso histiricos segues por os elas eacuclas mali ehistonca en eel Laforma ms extrema. ain es dcr origen de ado el invetaro clr del mand sas, pero concurria en que si algo es infrecuente a lo largo de la historia de las culturas es la inven- cién independiente y paralela de diversos fend- mtenos culturaies (desde objetos a instituciones, pasando por rituales, creencias, etc.), en el recha- zo antedicho a la evoluci6n paralela y en la no indivisibilidad de la cultura. El propio Morgan incluy6 explicitamente a la difusion entre los mecanismos que hacfan posible Is uniformidad sustancial de la evolucién sociocultural. La investigacién difusionista se orientaba pues a reconstruir la trayectoria historico-geogré- fica de los rasgos y los complejos culturales y a establecer sus zonas de expansidn, es decir, se trataba de dilucidar la evidencia de los procesos historicos determinando las influencias que ha- bian coincidido en la formacién de un drea cultu- ral concreta, Este procedimiento antropolégico no era nuevo para el folklore (Prats, 1986)* que, de forma temporalmente paralela, desarrollaba el método histérico-geografico con aplicaciones a la literatura y a la historia oral La escuela difusionista alemana (Ratzel, Schmidt, Gréebner, entre otros) postul6, sustitu- yendo a los esquemas evolucionistas, la existen- ia de unos pocos Kultur-Kreise (circulos cultu- rales 0 aglomerados de rasgos emergentes)’ que se mostraban como focos de la cultura formados por rasgos; éstos eran transmitidos de formas diversas, pudiendo perderse o sufrir adaptacio- nes. Con el paso del tiempo, los circulos en ex- pansi6n comienzana encontrarse, a superponer se, a mezclarse, con frecuencia a destruirse, ade~ mis de que los representantes de un circulo cul- tural empujan a los de otro u otros hacia zonas marginales 0 de refugio, De ahi surge 12 concep: cion del marginalismo geografico cultural y de ‘marginalismo dentro de una misma cultura como expresiGn de las formaciones mas arcaicas y pri- mitivas. De esta manera cabria pensar que los grupos con culturas menos desarrolladas habrian surgido de las culturas mas antiguas y conserva- ls radicionals dese sus niles crginans fu, en cierto modo, lapreacupacion europe desde iad de sein IX dctrina ifsonsta uel adeptada yor G. Eliot Smity W |. Bery, ue preponian & Egpto come el centro de toda col Tiong sage rian los rasgos primitivos, con lo que estudiando a éstos y los contactos entre grupos se podria re- construir Ia cultura originatia. Griebner y otros antropologos alemanes desarrollan fos criterios de forma (semejanza de rasgos) y ntimero de semejanzas para identificar el grado de difusién y contacto. Esto significaba, frente al evolucionismo, considerar las diferen- cias y la diversidad entre los pueblos como tini- camente de grado y equiparables si se dan cier- tas condiciones, asi como que el estudio de la di- fusién conduciria a estos antropslogos a conocer las particularidades con que cada pueblo dota a sus manifestaciones culturales. Sin embargo, co- inciden con ios evolucionistas en el uso sistemé- tico del método comparative para aclarar el co- nocimiento de los origenes y cambios sucesivos deculturas contemporaneas (Harris, 1978),lo cual era posible a partir de la enorme masa de datos y, desde Ja tradicién folklorista, de innumerables narrativas (teniendo como fuente las historias orales) acumuladas. Franz Boas y su enfoque denominado particularismo hist6rico, representa la principal Teaccién contra los esquemas evolucionista y difusionista, introduciendo una critica sisteméti- aa las posturas especulativas y abogartdo por la necesidad de una inftaestructura de investigacién. Para él, habia que preguntarse el porqué de las diferencias de tribus y naciones en el mundo y cuél habia sido el proceso de desarrollo de tales diferencias; y para responder a tales cuestiones, haciendo una resuelta defensa de! empirismo positivista, considera que es necesaria la recons- ruccién particular de cada cultura, afirmando que ésta debe ser vista como un entorno que configu- ra la conducta y el pensaiento humanos. Contra los estados fijos de evolucidn or- denadns progresivamente, Boas opone la histo- rig, defendiendo que los desarrollos de la tecno- logta, religién, arte, organizacién social y lengua je no siguen un cauce nico y que, en todo caso, no iban de lo simple a lo complejo. Justifica que muchas similitudes culturales eran debidas a la di- fusion mas que a la coinciclencia casual entre cuitu- ras autéctonas aisiadas, pero también advierte con- tra el abuso de esta perspectiva en tanto que las explicaciones difusionistas no eran aplicables a to- das las semejanzas culturales, mientras no se de- mostrara la viabilidad de los contactos geograficos. Por otra parte, segtin su critica, el argumento evolucionista que postula que las semejanzas cul- turales eran el resultado de las mismas causas, dado que la mente humana reacciona de manera similar ante circunstancias ambientaies semejan- tes, fue lo que apart6 a los evolucionistas del uso racional del método comparativo. Defiende as{ una visién histérica de la cultura, abogando por la investigacién de los fe- némenos culturales locales para establecer la com- paraciGn a partir de ellos, esto es, la historia y el método comparativo se complementan. La constante preocupacién de Boas era que el desarrollo de los métodos se sometiese a rigurosos criterios cientificos, atendiendo a esta- blecer un cuerpo material de datos equivalente at de fa ciencia natural y la elaboraci6n de leyes culturales (una perspectiva generalizadora). Por ello criticé muchos informes etnograficos de es- tat llenos de descripciones que no podian ser ve~ rificadas 0 por ser dependientes de opiniones subjetivas de los corresponsales, es decir, super ficiales y no cientificas, La tinica forma de evitar esto era a través del registro exiensivo de textos en el lenguaje nativo (ademas de artefactos). So- lamente cuando tal material estuviera recogido, Clasificado e impreso, la antropologia podria te- ner datos adecuados sobre fos que fundar un cam- po objetivo de estudio (0 lo que es lo mismo, los datos brutos eran necesarios antes de la teorfa). Aunque la intencién de Boas sobre la re- colecciGn etnografica estaba clara, sus métodos exactos nunca fueron explicitos, si bien se podria recanstruir el perfil de las técnicas utilizadas. Boas realizd, en cierta forma, observacién participante enlas culturas que él estudiaba (al menos duran- te los primeros afios de su trabajo), enfatizanae la recoleccidn de datos a través del uso intensivo de informantes particulares, a fos que alentaba a registrar informacién de sus propias culturas en Ja lengua nativa. De esta aproximacién a la in- vestigacion etogrética resulté una compilacién masiva de material, informes, textos y detalles de Ja cultura Kwakiutl densos y dificiles de ma- Tos Mode dela Aniroploga Ciencia y Mar ~N nejar, pero no informes generales 0 una descrip- ion de la vida diaria. La urgencia sobre el objeto de estudio (la disciptina necesitaba la maxima cantidad de datos de las distintas culturas que estaban en vias de desaparicin) posterg6 el paso de los datos @ la generalizaci6n. Paralelamente al relativismo cultural boasiano, la otra gran reaccién contra el evolu- cionismo y el difusionismo, tomo forma en la antropologia social britinica, mas concretamen- te, en el funcionalismo que se caracteriz6 por ser Glaramente anti-historicista. Dicho brevemente, esta perspectiva estudia sincrénicamente la arti- cuiacin de los diferentes elementos de una so: ciedad o de una institucién entre si, la manera como forman un sistema y Ja funcién que cada ‘uno desempeia dentro de éste. Si bien sé recono- cea B. Malinowski (en el campo de la practica) y a AR, Radcliffe-Brow (en la teoria) como los pre- cursores del funcionalismo en antropologéa, la idea ya se encuentra en Durkheim, Boas, Mauss e incluso Bachofen (Lowte, 937) que habian pre- sentado «varios aspectos de la cultura en sus es- trechas relaciones ¢ influencias mutuas» y, por aplicacién, elaborado un principio que hiciera inteligible los hechos sociales. Cont una finalidad mas o menos clara en salvar Ia herencia del cientifismo decimondnico, y liberindose de las regularidades diacronicas, la excuela briténica organi26 estudios de campo in tensivos en pequehas y aisladas sociedades abo- rigenes, centrados en torno al tema de las relacio- nes funcionales sincrénicas (exploracién de los rasgos sistemticos de las culturas) y el andlisis de los datos en ellos obtenidos, con el fin de bus- car las formas en que las estructuras y las institu- ciones de una sociedad se interrelacionan para formar un sistema (Kaplan y Manners, 1979), Este interés por la observaci6n directa y sistematica de las sociedades aparece en Gran Bretafta ya a finales del siglo XIX (1898) con la expedicion de Haddon al estrecho de Torres, de la cual formaban parte también Rivers y Seligman, progenitores académicos de Radcliffe- Brown y Malinowski, tespectivamente. Fue Haddon quien, tomando el término del discurso cientifico-natural, adopté e introdujo “field- Trneelev Eiaaios work” como denominacién del método en Ja an- tropologia briténica (Stocking, 1983), alentando ademas no s6lo a la recoleccién urgente de especimenes sino también a tomarse tiempe para sitapatizar con los nativos y conseguir obtener de ellos el significado profundo de! material re~ cogido. Para ello tendrian que mantenerse en el campo algunos individuos dirigidos por un in- vestigador especializado, que orientaria ademés las prioridades a ser atendidas. Esto fue fo que Haddon denomins “estudio intensivo de areas limitadas”, pero no ésta claro que significaba para Haddon estudio intensive, Por otra parte, mientras se Hevaban a cabo test psicolégicos en el Estrecho de Torres, se reco- gieron detalles sobre Jas relaciones de parentesco en forma de genealogias. Rivers, desde suis inte- reses difusonistas, reconocié que tal informacién constituia la base para la comprensién de la vida social de los nativos y que lo que se llam6 méto- do genealégico era un medio por el que los antropélogos podian estudiar los problemas abs- tractos a través de hechos concretos, como si sélo con los estudios del parentesco se clarificara el entramado social. Para Rivers, sélo mediante el establecimiento claro de metodologias y de una terminologia sistematica padria realmente la an- tropologia tener estatus de ciencia, y el método geneal6gicn era la forma de llevar a cabo el estu- dio intensivo, era el método concreto. En la revisién de 1912 de Notes and Queries*, que sigui6 apareciendo como dirigido a Viajeros y exploradores no especializados en antropologia, se introduce la cistincién linguist ca entre estudio intensivo y “survey” (como tal, “registro") y se comienza a dar importancia tan- to al lenguaje native y a la voluntariedad de los informantes como a la necesidad de contrastar 0 cortoborar las informaciones verbales con més de un testimonio, Elio principalmente porque el in- vestigador, al menos para Rivers, era considera- do mas un encuestador (“inquirer”) que un ob- servador, que tenia que desarrollar “simpatia y acto”. En 1913 Rivers explicita las necesidades 0 precondiciones necesarias para llevar a cabo un “estudio intensivo", redefiniendo lo que por él ran) (Stocking, 2993589) Relizada porn cot ‘osterirmant, enti Sel se entiende, y cual serfa la labor del etnégrato” Asi, la estancia debe ser prolongada durante un afio y verificada por un solo investigador espe- cialista en etnografia (evitando las disrupciones en el mundo nativo ocasionadas por las expedi- ciones numerosas}¢ interesado por todos los cam- pos de lacultura (politica, religion, educacién, arte y tecnologia, pues éstos son interdependicntes e inseparabies). La labor etnografica, como su ob- jeto, es indivisible. Sin embargo, fue Malinowski, en Los argonautas del Pacifico Occidental, quien real- mente ejecuté el primer trabajo de campo minu- cioso y quien propuso las condiciones y aspectos esenciales del método en la prictica, afadiendo diversas técnicas y procesos para la obtencién de datos. Para Malinowski la observacion directa “sobre el terreno” es la tinica manera real de re- cabar esta informacién; habia que renunciar a basar los esctitos antropolégicos en las cartas & informes de los corresponseles u observadores instruidos, quedando éstos relegados a un segun- do plano. Poliglota y con una destreza especial para el dominio de las lenguas, sélo llegé a ser consciente de la importancia del lenguaje a partir desu trabajo de campo en las Trobriand, centran- dose en ia lingiiistica (en la recopilacién de textos indigenas) durante su segunda estancia. Pero anteriormente ya habfa tratado de penetrar en las creencias nativas, yendo mis alld de los hechos* Puros, a través de la interaccién en el trabajo de campo, si bien atin ayudandose de intérpretes, e insistiendo en que «el trabajo de campo cansiste sola ¥ exclusivamente en la interpretacion de la cadtica realidad social» a partir de datos recogi- dos de primera mano. Bs esto y su regteso a las ‘Trobriand lo mas significante de la propuesta metodolégica malinowskiana: pasar de una situa- cidn critica de contacto © de datos de segunda mano a tina situaci6n de contacto “integrativa” (que no lo fue tanto segtin su diario), donde pre- domina la observacidn sin renunciar a las voces de los informantes y, sobre todo, elaborando co- nacimtiento antropolégico susceptible de ser re- visado temporalmente, tanto por el mismo inves- tigador como por otros. Evans-Pritchard, discipulo de Malinowski, sintetiza los requisitos y caracteristicas fundamen- tales del trabajo de campo: «el antropélogo debe dedicar un tiempo suficientemente largo a su es- tudio, desde el principio hasta el fin debe estar en contacto estrecho con la poblacién que esté analizando; debe comunicarse con ella solamen- te mediante el idioma nativo, y debe ocuparse de su vida social y cultural total» (1981). En general, en cuanto ala metodologia del ‘uncionalismo britanico, Radcliffe-Brown sdlo aftade especificamente una pequefia nota sobre el registro de sistemas de parentesco, consistien- do su mayor logro en la insistencia en la necesi- dad de un claro y estandarizado sistema de ter- minologia, ademas de continuar el uso del méto- do de Rivers. Ahora bien, Radcliffe-Brown y los te6ricos de su perspectiva estructural-funcional, hacen hincapié en que es la estructura social el coniurto de variables que ha de orientar a la An- trogologia Social. Por ello, la investigaci6n ha de estar nomotéticamente dirigida, es decir, encami- nada a la definicién de leyes generales que go- biernan la interrelacién de [as partes funcionialmente integrantes de la estructura so cial, y a partir de ahi explicar comparativamente (la antropologia social era considerada como s0- ciologfa comparada) las diferencias, mas que las, semejanzas?, socioculturales de carécter sincré- nico. Esta eleccién epistemolégica en torno al objeto de la investigacién antropaldgica permite Lo de oicaand trabaya iatnsivos de Biers ue in which the worker lies fr ayear or mare among a commit of perhaps fur o foe hundred people nd studies every deta of ana care; which he comes ow coer meme ofthe community pers ‘seneraltzad information, bustier fatureo if ad custom comerete deta! and by means of he vernacular languages (Stools, 1983:92-93 Malinowst considera el eco socal como «ltr coma todo coherent cid le cays pares sam so ‘unto empiricoconformada por wn miner imsiado de elementos wentfiabls, dea que entonda la rcatives dentradel odo en ula nterrlaion, sun cuendo Suarden ceria grado de respuesta humana als inpertonsnatwales Ligue, 1990106) Por el, elobetode tudo fundamental seni las insti aciones ‘ceils, qu saisfcin el requis de sr wna respuesta grupal el hombres sus macesidadesemerses cms, Ante fo. toque hay gue compare seu Radi Brow son las diferencias porque lo que se debe comparar no on elementos cultural aslados pert ssaneniesareqines divers, sin sstomas Socials giobales(Lugue, 1990192), Tas oles ee Aniopcoga ncia y Mar 9 Ciencia y Mar 10 una concrecién y especializacién “en el campo” que los estructural-funcionalisias creian imposi- ble a partir de los conceptos de cultura y funcién de Malinowski o el historicismo de Boas. Estos cambios en el interés etnografico mas que alterar drasticamente los métodos de campo, hicieron poner énfasis en la investigacion y en la perspec- tiva generalizante de los datos. Adicionalmente, se reafirma el espiritu positivista en la investiga cién cientifica bajo la creencia de que los datos “objetivos” podrian recogerse mediante la utili- zaci6n de rigurosas y nuevas técnicas (entre otras para medir ia inteligencia) (Nadel, 1937). Pero, atin con ello, Radcliffe-Brown pres- cinde de la salvaguarda durkhemiana del méto- do genético (sélo es posible comparar pueblos de la misma especie cuando conocemos las espe- cies anteriores), es deeir, se inclina por el “como funcionan” las sociedades (sincronia) antes del “cémo cambian” (diacronia). Aunque considere la mutua dependencia del método comparativo y los estudios intensivos de sociedades particu- lares, concibe el primero como el que garantiza el carcter cientifico de la disciplina. Asi, el mé- todo comparativo ha de clasificar (tipologizar), obtener regularidades y descubrir leyes univer- sales, especialmente de grupos territoriales, de parentesco y politicos"? La importancia del cardcter comparati- vo a que se aspiraba y las leyes generales que se pretendian establecer configur6, como he- mos visto, la seleccién de las unidades de es- tudio, debiendo ser instituciones cuyos miem- bros, como grupo delimitado, estuviesen con- trolados por ellas. La importancia de este uso del método comparativo, asi visto, qued6 re- flejada en el estudio de Evans-Pritchard y Meyer Fortes, Sistemas politicos africanos (1940), donde se intenta definir la estructura de los sistemas politicos de ese continente des- de una perspectiva estructural y sincrénica, de manera que tales sistemas se manifiesten como estables y arménicamente integrados. La obra, ademés de surgir de ella la importante aporta- cién a la antropologia social del concepto de grupo corporativo de descendencia unilineal", es una restriccién al presente etnografico de los aos treinta, hecha en nombre del empirismo (Harris, 1978). Las refutaciones a Radcliffe-Brown en el estudio histérico-cultural sobre instituciones africanas, realizado por Murdock (1959), la re~ vision diacrénica de Stevenson (1965)" de los casos etnogréficos empleados por Evans- Pritchard y Meyer Fortes, y el cambio gradual de orientacidn de jévenes antropélogos brité- nicos (tal vez influenciados por el propio Radcliffe-Brown después de su experiencia americana (1931-1937), hacen inclinar el enfo- que hacia la diacronia, combinando viejos y nuevos intereses. Una suerte de combinacion de los principios del funcionalismo estructural y la documentacién histérica preconizada por Boas se estaba dando en América con la obra de Fred Egan, utilizando el método de com- paraci6n controlada® para el estudio de las variaciones de la terminologta crow. Van Gennep,aniropélosoy prima, krista, desintendo dels funconalstas, entre otras cous, en tomar e=mo obj de estudio alas sociedad exsticas © llasciba col busqueda de as superorencusexalucinste, propo pare: entrelosestudics Jotkorss yincnesperon Furctnalsta dele inestigacon, puede se sto en que ambos rechanan toda strco aired queloshechos 1068 MO padi ser estudiados ms que mediante aobseroaién ya clsfiacin minucosas, para lo cul eran neesricsnsramentospreesos, tales como detalles tuestionaroeyloncas cartografiss, De igual forms, os haces Se presotan ines histones, Dede enjue de Van Ger hociones de transi, Secuencia rit depaso). Al estudia de ests Socuen specifies sir la cond (uaa voiimenes entre 1937 y 1958. ambes,integradosnconjuntos compljosenlas que cumplen funciones dedi elantors1 Mane deoliorefangatscontemporsin, publica te conceptoanlitico permit aborda desde a perspective estructural funcional, asta principe de la décade de os esenta ol sistema social elas scciedades si poder politico cenralzadoy deduciv unas egas oneraes de funcionamnienta. Dela critica del mist surg 6 nla entropologia social britinica wna corviente que enftizabalos process de interani, a como ls rede soles interpersonalesysuactvacign selec yetalégia por parte el indoidvo Naro!zky, 19861378). of Harris, 1978466 © Este po de compansctn se raliza com mires a garantzar que lordistintos elementos comparados son fetioamen homoxenees. La historia de culrra, ola seconstrucciémhistriealiendes un dea geagrafea especie y tata de controlar is arabesque opern enellaan deasegurar que cada tuna de ells recie le ponderacion adecuada evel nists loa, Aricaary Eas A finales de los afios cuarenta R. Firth cues- tiona el pilar funcionalista de la sincronia para el andlisis de los sistemas sociales, apuntando la ne- cesidad de estudiar no sélo la continuidad de los sistemas sociales, sino sus transformaciones, dan- do cabida a la explicacion de las variaciones que se daban en la conducta real de las personas en su adaptacion a nuevas situaciones. A través del estu- dio sistematico de esas variaciones presentes en la organizaci6n social" podria, segtin Firth, legarse ala formulacién de una ley general del cambio de las estructuras sociales. Pero, como Leach sefial6, ésta preocupacidn por intereses diacrénicos no tuvo su homénimo en la teoria diacrénica: «la mayoria Ge mis colegas estin abandonando los intentos de hacer generalizaciones comparativas; en su lugar han empezado a escribir etnografias hist6ricas im- pecablemente detalladas de pueblos concretos» (Leach cf. Harris, 1978). En cualquier caso, se habia abierto una importante brecha en el programa funcionalista estructural, entrando en una fase de confusién y conflicto: desde el abandono dela pre- tension cientifica de Evans-Pritchard (renuncia ex- presa a la concepcién nomotética de la antropolo- gia) a la vuelta a una concepcién nomotética (funcionalista) del hombre por Fortes, pasando por la critica feroz que realiza Leach en su conversion, al andlisis de la cultura como sistema simbélico al modo levi-straussiano, Mientras esto sucedia en Europa, los antropélogos americanos no vivieron la revolucién “paradigmética” en términos de una transforma- cién en los métodos de campo sino, mas bien in- fluidos por ia perspectiva boasiana, en términos de métodos de anélisis y calidad del material recopila- do. Habia una divisién clara entre recopiladores de datos de campo y expertos en antropologia que analizaban los datos de primera mano (lo cual se habja convertido en norma desde Boas). La esta- distica se convirtié en una herramienta importante para el antropélogo (sobre todo en la antropologia fisica) y, si bien solo Kroeber intenté aplicar técni- cas estadisticas a los datos culturales en estudios regionales, los lingiiistas tuvieron que dominarla ya que se constituia para ellos en un elemento cla- ve para entender otras culturas, recoger textos y construir datos competentes para la disciplina. La mayor parte de las investigaciones etnograficas en Norteamérica (Ellen, 1984) que se llevaron a cabo desde comienzos del siglo hasta la Segunda Guerra Mundial fueron realizadas indivi- dualmente y, dada la escasez material y temporal, centrando su labor sobre problemas concretos. Es- tas condiciones y el hecho de que las sociedades Indias al ser estuciadas sufrian cambios culturales, Hevé 2 los antropdlogas a trabajar 2 menudo con unos pocos individuos articulados, registrando en textos la memoria cultural de sus informantes mas que participando en la vida diaria, Porotra parte, la preocupacién boasiana por a vida mental del hombre, ya por esta época cen- trada en los enlaces entre los procesos psiquicos y los sistemas socioculturales, fue continuada por sus discipulas Ruth Benedict y Margared Mead que encontraron en et psicoandlisis un bagaje teérico que hacia posible su estudio. El psicoandlisis habia renunciado ya a su evolucionismo y los instintos universales, postulando el relativismo cultural. La conjugacién de amibos dio origen a un nuevo enfo- que que, en términos genéricos, tomaba, de una parte la personalidad como problema cultural y, por otra, la relacién de causaliciad entre estabilidad so- cial y cambio sociocultural como ejes principales. Precedida por el configuracionismo cultural (basa- do en fa identificarion de los rasgos culturales" re- levantes y su presentacion en un lenguaje psicolé- ico), se trats de la conocida como cultura y perso- nalidad. Tal vez la obra mas conocida del configuracionismo fue Patterns of Culture (1934), de Ruth Benedict, donde se trata de encontrar un principio integrador que explique !os distintos ori- ° Com su concepl de onganizacn sein, Firth tata delogar wma mayor aproximacin ala conduct rel (ordenacin de ac ones estas de estructura socal. Est fie tri bia Furcionslisma estructural preesamenteporaue os graps gu se ormaban araiz de organzacn de as actividades indiyduals, las vlaciones aq spc alas traciones qu resulta iors eas or ‘aba lugar, no eran pormanents, "Ralph Loto 1972 (1936), una dls guna lived cl idades individuals), idea primerocn ray personalidad fini ‘rage cultural’ com la asociacién de wna orma yuna sustencia. Dartculares con una ancén soccituralytmiben cov el soda gue wma ei ai tens para ls Sets entre quienes S¢maniesao gue usar 7s oes dea Arroyo “iencia y Mar c 11 Ciencia y Mar 12 genes de los elementos que constituian la cultura y la imagen totalizadora de la misma’; para lo cual se aplica a los zufti (Nuevo México), los dobu (Nueva Guinea Orinetal) y a los kwakiutl (Vancouver) un modelo basado en pautas y con- figuraciones psicolégicas y psicopatoldgicas do- minantes que, seguin la autora, podrian resumir la cultura. Dejando aparte la acomodacién a so- ciedades no occidentales de una taxonomia psi- quidtrica (apolineos, dionisiacos, introvertido, extrovertido, etc.) de universalidad no verifica- da, el principal problema de Benedict fue su ané- lisis poco critico de las fuentes etnogréficas con las que trabajo en el método de biografia proyec- tada (segtin el cual las sociedades son la psicolo- gia individual proyectada sobre una pantalla, aumentada y prolongada a través del tiempo) Pero fue Margaret Mead quién, en el movi- miento cultura y personalidad, prest6 mas alencién a los especiales problemas metodologicos vincula- dos a su perspectiva psicocultural. Si bien en sus primeros escritos hay muchos puntos de semejan- Za metodolégica con Benedict (como laexageracion de la claridad con que pueden identificarse y con- trastarse los tipos de personalidad individual y cul- tural), en los primeros afios de la década de los treinta Mead apost6 por métodos de camnpo simi- ares a los que propuso Malinowski. Al contratio que la mayor parte de los discipulos de Boas, su primera experiencia en el trabajo de campo la tuvo fuera de Norteamérica, en Samoa, y en su siguiente trabajo on Melanesia fue infliida por las técnicas del trabajo de campo britanico a tra- vvés de su trabajo con Fortune y Gregory Bateson. Su apuesta por técnicas de.campo mas comprensivas acentué la necesidad de la ob- servacién participante y del registro de la vida cotidiana. Como respuesta a las criticas reali- zadas por algunos alumnos boasianos, centr _Anteriormose Knater (2932) enmareaaconeepeim cl de ‘ocuturl como superorgdnico (séndose en Durkin et ade ls ptr mes(paterts) elturales entedendo por elas dstiucionsordades Dsislenasderlanesinernas qu dan x cualquier clea eu coeren ‘aifrenca de una mora acumen aleatomade raga krober {§ Luque, 199099) Ess pairone’abarcar risques clturadevn gre po humana pudiendoalcansar el caricter universal pera stn embargo, roster recazacon reas a prspetiva nomstsiny suscrbe cot sn boaianade gue tas las genralizaconesrsuliahan por ncesad Ini. Dew mado dierent, Benedict conterplala caters es 087- Shad, ex decir $e Unewan lrlatoisme meacolsiea yl holism come totaiad organza dls patterns, posto sovisloscampessamient> syuctdn inci da especificamente en el problema del lengua- je en el trabajo de campo, Mead argumento que los antropélogos no necesitaban saber hablar la lengua de la gente que estudiaban sino sélo cémo emplear ésta para comprender el discur- 50 cotidiano, establecer contactos y preguntar cuestiones basicas. Con aquello, afirmaba ca- tegéricamente, lo tinico que se consigue es hacer gala del virtuosismo lingiiistico y, por tanto, era algo erréneo el énfasis boasiano por el conocimiento del lenguaje nativo para cen- trarse en informantes individuales y la colec- cién de textos. Era mas importante la observa- cin del fluir de la vida cotidiana Pero Mead, atin describiendo explicita- mente sus técnicas de campo y sus presupuestos metodolégicos (En Adolescencia, sexo y cultura en Samoa (1972) ya dedica un apéndice a ello), cae en la generalizacién etnogrética a partir de lo que ella afirma esta ‘dentro de la cabeza de la gente’. En una postura opuesta a la de sus maes- tros Boas y Benedict, busca a través de la genera- lizaci6n los patrones universales, la humanidad comin gel consenso de valores, como directrices generales que orientan la accién moral y que to- dos los miembros normales de todas las culturas consideran obligatorias. Arguyendo contra la relevancia de la es- tadistica para un tipo de estudio que requiere in- formes situacionales y emocionales muy comple- jos, Mead comparaba su papel con el de un mé- dico o un psiquiatra que formula un diagndstico, pero lo que realiza son saltos intuitivos y generalizantes evitando poner a prucba sus teo- Hias de partida sobre a fuerza de la cultura por el uso de controles estadisticos. Siguiendo en nuestro discurso a Harris (1978), la respuesta de Mead a las criticas contra su metodologia ha sido extremadamentecomple- ja. Convencida en parte de que sus descripciones no tenfan validez demostrativa introduce (1936) eluso de medios tecnolégicos, cAmaras fotografi- cas /cinematograficas y magnetéfonos, para cap- tar los acontecimientos significativos en su con- texto situacional, publicando luego sus fotogra- fias acompafiadas de descripciones verbales que reflejan la calidad de sus notas de campo". Pese Faiany Era a ello, el uso de la imagen que hicieron Mead y Bateson no resolvié el problema metodolégico inmediato de documentar las diferencias de per- sonalidad intuidas en la estratificada poblacion balinesa. Los procesos selectivos para la toma de fotografias hacen que no existan disparidades importantes entre los registros visuales y las ob- servaciones escritas, pero se obvia el problema de que los medios técnicos estaban siendo utili zados con unos intereses concretos, es decir, al- guien enfocaba la cémara y Iz accionaba en un momento y no en oto, Su valor demostrativo queda asi bien en entredicho. Otro de los problemas planteados por los etiticos ¢ tos que se enfrenta Mead se con~ centra en la tepresentatividad de los informan- tes. El concepto de personalidad basica omodal fuc hasta entonces aplicado en sociedades pe- quefas (sociedades primitivas’), pero las con- diciones de preguerra de la década de los trein- ta (y los encargos de proyectos concretos por el gobierno de los Estados Unidos de America) hicieron que distintos miembros de cultura y personalidad extendieran el Ambito de aplica- ciéna sociedades de mayor complejidad, como las naciones-estado, puesto que aparentemen- te constitufan una herramienta precisa para tra- tar la mistica del caracter nacional. Estos estu- dios fueron Ilevados a cabo mayoritariamente por Geoffrey Gorer (Estados Unidos (1948), Rusia (1949) e Inglaterra (1955)), pero también por Ruth Benedict (Japon (1946)) y Margaret Mead (Estados Unidos (1942 y 1949)), El resul- tado fue una gran cantidad de literatura en cuya base estaban los medios para delinear Ja estructura basica © moda! de fa personalidad derivados de diversos materiales culturales como mitos, leyendas, cine, canciones popula- res, y formas institucionales, como la familia y los patrones de socializacién. Tocios ellos han sido atacados por su me- todologia poco ortodoxa, siendo el aspecto mas destacable el uso de un pequeno numero de in- formantes como base para la generalizacién so- bre las intimidades del pensamiento nacional. Mead responde a estas criticas arguyendo que siempre que se especifique cuidadosamente la po- sicién social y cultural, un tinico informante pue- de constituir una fuente de informacién satisfac- toria sobre pautas sumamente extendidas. Mead, haciendo uso de la analogia lingtiistica, pretende escapar de la exigencia metodolégica del muestreo a través de realzar, no la distribucién 0 Ja incidencia de una pauta (lo que le obligaria al 1uso estadistico), sino la existencia misma de una pauta concreta y la forma en que se manifiesta. Esta forma de colocar las pautas culturales por encima de la necesidad de muestras estadisticamente estructuradas, interpretandolas como si de un sistema de comunicacién se trata- za, estén plenamente vinculadas al conocimiento dela estructura gramatical de un lenguaje,en tan- fo que para ello supuestamente bastan muy po- cos informantes y més allé de estos lo tinico que se hace es contar con aseveraciones adicionales. Pero ni siquiera la lingiistice renuncia alegremen- te a buscar las variaciones de la conducta verbal y, Por Supuesto, no afirma que tales variaciones no ayuden a la mejor formulacién de las normas gramaticales. Laantropologia cultural habia desterra- do el método comparativo a través de la con- cepcién relativista cultural (inspirada en el método histérico). Desde esta perspectiva las sociedades se concibieron como unicas y la comparacién, visto ello, carecia de sentido. Pero contradictoriamente este particularismo alen- t6 la recopilacion de :aaieriales descriptivos, y su presentacidn estardar, basados en el traba- jo de campo. Si bien tedricamente la compara- cién no existia, en la practica no hubo una inte- srupcidn entre el comparativismo evalucionista® y el Cross-Cultural Survey de Murdock en 1937. El propésito de Murdock era elaborar una teo- ria del comportamiento humano y de la cultu- raa través de genetalizaciones empiricas, para Jo cual le era imprescindible la recopilacién y codificacién de materiales etnograficos de ca- racter intercultural. ® Esosexpermentospidneros tne uso de meds tenios para dota ala elnografia dew undarento documents pundny conserars la contribution ds deaion que Meu hay hecho al deserrll dela anropolgia como disiplng "Wheeler y Ginsberg (115 Themater culture and socal institutions of sien people 0 Summer y Keller 2927), The scienceof society Tas Nad dela Antrapaagae jencia y Mar cl 13 Ciencia y Mar 14 Basandose en el Outline of Cultural Materials y en la investigacién pluridisciplinar del Instituto de Relaciones Humanas de la Uni- versidad de Yale, Murdock trata de conjugar la recopilacin etnografica con sus influencias de tipo tedrico" Pero no ha sido su componente te6- rico el que ha merecido la atencién posterior por Ja antropologia; més bien, se ha prestado espe- cial atencién a su restauracién nomotética en el uso de técnicas estadisticas para hacer generali- zaciones que puedan ser sometidas a verificacién, generando, de otra parte, dos problemas esen- ciales: el primero en lo que respecta a su selec- cin muestral y, el segundo, al problema de las unidades de comparacién. El Cross-Cultural Survey, pasé mas tarde a denominarse Yale Cross-Cultural Files y poste~ riormente, una vez constituido en organizacién inter-universitaria, Human Relations Arca Files (HRAF), conservando el sistema de clasificacién del Outline of Cultural Materials. El propésito inicial fue que las culturas archivadas constitu- yeran una muestra representativa de la variabili- dad cultural en todo el mundo, pero para ello era necesario construir el universo de referencia, es decir, una guia de as culturas del mundo, que constituyé el Outline of World Culture de Murdock (1954). En la préctica, trataba de com- paginarse el inductivismo boasiano con los ana- lisis comparativos a gran escala evolucionistas, y el resultado fue una mala aplicacién del método cientifico que presuponia, por este orden, recc- ger hechos, clasificarlos y dejar que los mismos hechos sugirieran las leyes que los explican, Murdock traté de suplir, como se dijo, con teoria estas deficiencias, estableciendo una serie de cri- terios a fin de evitar determinados sesgos en la seleccién de la muestra: tener en cuenta las areas culturales; actuat a favor de la inclusion de fac- tores diferenciados (lengua, entorno, economia, ftiacién, politica}; actuar en contra de la ex cia de grupos grandes, diversos y fragmentados; no atenerse a ningtin listado; no prestar especial atencin a los pueblos tipicos del trabajo antropoldgico anterior. A la vez que se renuncia a la muestra global y se trata de definir un uni- verso limitado. Pero tales criterios han sido con- siderados como puramente intuitivos y mds que discutibles (Luque, 1990). Sin embargo, el problema més fuerte lo constituye el segundo de los mencionados, el de jas unidades de comparacién. Estas estén consti- twidas por grupos completos, no ‘sistemas so- ciales parciales” (Radcliffe-Brown), de entidad (niimero, entorno y forma) muy variada. Ello ha sido abordado por los continuadores de la obra y se han tratado de definir nuevos criterios mas ri- gurosos para determinar unidades culturales 0 étnicas, pero también se le resta importancia en tanto que el investigador tiene que manejar los datos que recogen cientos de trabajadores de cam- po. Da la impresién de que cada grupo existe en un aislamiento social y geografico donde conser- van su entidad cultural y, de esta forma, la diver- sidad y el relativismo se mantiene a ultranza, ig- norando el componente difusionista. En suma, se da un valor extralimitado al formalismo esta~ distico frente a, y sin el menor reparo, cualquier preocupacién tedrica o metodolégiea previa, Las estructuras estéticas, ai estilo funcionalista, pre~ dominan aqui frente a los procesos que interesan en el andlisis de los sistemas sociales. De un modo diferente, las estructuras van a enmarcar el pensamiento de una cortiente que, como [a antropologia cuitural americana, a mi- tad del siglo recurre «l modelo lingtifstico. Levi- Strauss, con acasi6n de su periplo norteamerica- 10 (1941-1945), habfa coincidido con los lingaistas Roman Jacobson y Nikolai Trubetzkoy que ya ha- bian aplicado el estructuralismo a la lingitistica, con el logro de la demostracién de la naturaleza seméntica del conjunto de contrastes forclég: empleacos por cada lenguaje para construir su rchasando expiant Summer, de Boas-aungue wl cas asistoaidad ve Deesta forma la variedad apareniomenteinfinita de eon contrast eis ques catcoriasgertralesde contra uj procedente del funcionalsne batincy,reconace fluence dea socologa de Keller saa todo compara Consistent uma airizoreddecposicionesen aque las agrwpacione baas de ifr cvs que caractrita ls lenguaes queda recta a pena miimera de sisters de wen ales sonidos speiins. apicologin bohsviorita de Hully del pcoonlii, ond cua su posit en un spac mien ius y rapes repertorio de sonidos significativos’”. Este des- cubrimiento de Ia estructura profunda (incons- ciente) bajo apariencias superiiciales constituye el modelo de objetivo cientifico que Levi-Strauss se esforgaba ya por emular mientras preparaba el estudio sobre Las estructuras elementales del parentesco (1949). Cabe recordar la fuerte influen- cia deM. Mauss, discipulo y colega de Durkheim, sobre el autor, tanto en Ja concepcidn psicologisia (por otra parte, también influido por la tradicion freudiana) de representaciones aquetipicas y co- lectivas, como en el método, que reduce los fe- némenos complejos a sus elementos subyacen- tes, en su caso inconscientes. El estructuralismo levi-straussiano toma bisicamente tres elementos o reglas de la lin- giiistica (Levi-Strauss, 1987): la idea de sistema, la relacién entre sinctonia y diacronia, y la con- cepcién de que las leyes lingitisticas conciemnen a un nivel inconsciente del espiritu. Pero es la revolucién fonolégica en lingtifstica lo que este autor considera como el auténtico punto de par- tida para el estudio de los fenémenos culturales ¥, por ende, del simbolismo, siguiendo aqui a Lugue (1990). Sin plantear un reduccionismo lin- giilstico", en tanto que parentesco, totemismo y mito son como el lenguaje productos de idénti- cas estructuras inconscientes, Levi-Strauss asu- me tres planteatnientos del método fonolégico de Troubetzkoy: que la fonologia pasa del estu- dio de fenémenos lingitisticos conscientes al de su infraestructura inconsciente; la biisqueda de relaciones entre los términos en su estructura (re- chazo al tratamiento de los términos como fen6- menos independientes); y la pretensin por al- canzar el descubtimiento de leyes generales, ya sea por inducci6n o por deduccién. Peto el traslado del método hay que tea- lizarlo con toda precaucién, puesto que se dan diferencias fuertes entre la lengua y tos dominios de la cultura, teniendo éstos tiltimos un valor de significaci6n que resulta parcial, fragmentario 0 subjetive. La metodologia estructuralista aporta una estrategia de investigacin que debe ir aco- modando el método al objeto estudiado (Levi- i casa co oi 9 ART, pe eT ho termtn se depended as elacones se guinacas cerebral Strauss, 1987), para lo cual, sea cual fuere el fe- némeno de estudio, la investigacidn atraviesa por tres momentos: (1) lz etnagrafia, como trabajo de campo, observacién de los hechos sociales, reeo- gida y clasificacién de los datos y materiales que permitan describir la vida de un grupo humano © alguno de sus aspectos; (2) la etnologia, nivel de sistematizaciGn, andlisis y representacién de los hechos sociales en forma de modelos -cons- truccién de modelos y experimentacién deductiva de moditicaciones 0 permutaciones en el mismo-, inicios de la labor comparativa; y (3) la antropologia, que, a un nivel tedrico, se ocupa de las indagaciones que buscan elucidar princi- pios generales de aplicacion a la interpretacién del fenémeno, formulando las estructuras del sis- tema analizado -que se expresa mediante una ley invariante respecto a la cual cada modelo s6io constituye una variante transformacional-. Pos- teriormente se contempla un andlisis comparati- vo de tales estructuras para construir nuevos modelos que permitan sintetizar una “estructu- ra de estructuras’’ Curiosamente, a partir del postulado de la necesidad de trabajar con estructuras ya for- muladas de sistemas por via comparativa, Levi- Strauss no realiza trabajo de campo en las so- ciediasies que utiliza para sus estudios, lucien- do una criticada habilidad para pasar, en sus anilisis mitojégicos, de un drea cultural a otra, de un tiempo cronolégico a otro sin muchos miramientos, en una buisqueda de las propie- dades univetsales del entendimiento humano (la estructura de estructuras del espiritu huma- no antedicha). La clave del enfoque estructuralista re~ side en la comprension y categorizacién de los hechos socioculturales como signos y las reali- dades que subvacen y donde se producen esos hechos como estructuras. Por ello, analizar las estructuras desde los hechos que las manifies tan es una labor de interpretacién o descifra- miento de codigos subyacentes, no del signifi- cado. Como argumenta Sperber (1974 cf. Luque, 1990), «la significacién en Levi-Strauss no es, en modo alguno, un concepto, sino un simbolov y el estudio del simbolismo propues- to por el atitor se basa siempre en las caracte- Ciencia y Mar ania errata 5 16 risticas dicotémicas que presente un elemen- to, esto es, no es posible la interpretacién sim- bélica a no ser que exista oposicién (sagrado/ profano; central/periférico; soltero/casado). Por tanto, no importa la realidad empirica en si misma, sino las correlaciones y oposiciones que tal realidad encubre en su superficialidad y que es necesario poner de manifiesto a tra- vés de los modelos estructurales. Siguiendo a inspiracién de las técnicas utilizadas por los lingilistas, a mediados de siglo se produjo en la antropologia cultural un movi- miento consagrado a hacer mas rigurosos los cri- terios de descripcion y de andlisis etnografico, continuando la tradicién del idealismo cultural en antropologia (Harris, 1978), esta perspectiva te6rica concede importancia no ya al significado sino a la gramitica, resaltando la figura del actor dentro del sistema social. Se traté de la Nueva Etnografia o etnociencia, conocida también como etnolingiiistica y etnoseméntica, teniendo su ori- gen en Estados Unidos”, consistia en una serie de principios, enfoques y métodos de recoleccién de datos que comparten el supuesto de que la cultura reposa en los conocimientos que deben tenerse 0 aceptarse para comportarse adecuada- mente en el seno de una cultura dada, es decir, se interesa por la investigacién de las ‘propieda- des racionales’ que subyacen a las practicas de la vida cotidiana, Desde el punto de vista del lingiiista ins- pitador de este enfoque (deberiamos decir conci- liador de enfoques en tanto que en el se ponen en conexién escuelas tan diversas como la boasiana, cultura y personalidad, los funcionalismos y el estructuralismo francés), Kenneth Pike (gramatica descriptiva), los anali- sis étic no pueden llegar a resultados estructura- les, puesto que no es concebible un sistema ex- mnie étic de diferencias de sonidos. En la extrapolacion realizada al andlisis de la cultu- ra, ésta ha de ser abordada desde la perspectiva de uno de sus miembros (perspectiva émic), de manera que el etnégrafo utiliza el propio lenguaje nativo como dato de la descripcién més que como simple herramienta para su obtencién y se ex- cluyen las categorizaciones y preconceptos de los antropélogos acerca de los comportamientos no verbales, es decir, en concepto de dato s6lo se usa la descripci6n realizada por el informante de ese tipo de acto. El uso del lenguaje desplaza, de esta forma, el problema del significado necesa- riamente fuera de su estructura. Su preocupacién por el proceso de ob- tencién de los mismos, considerando que en etapas anteriores las etnogratias son s6lo con- juntos de respuestas a determinadas pregun- tas no explicitas, hace que realicen informes detallados donde se registran no s6lo las res- puestas sino también, en su opinién para una mayor precision, el estimulo o pregunta desencadenante. Pero ademés la Nueva Etno- grafia trata de dar un enfoque sistematico de la obtencién de datos (andlisis componencial), desarrollandola segin una frecuencia preestablecida: primero se pide al informante que formule una pregunta pertinente a un tema dado (generalmente sobre _objetos terminologicamente diferenciados) y a partir de ella el etrégrafo progresaré conforme a otra se- cuencia de preguntas sustituyendo items con- cretos sobre el tema. Siguiendo aqui a Hunter y Whitten (1981), las respuestas alternativas ‘que puedan darse en contextos iguales deben contrastar (ser mutuamente excluyentes - pa res de opuestos®) intrisecamente entre si (en los términos de la cultura en cuestién), pues de lo contrario no serian percibidas como al- ternativas, para constituit un conjunto contras- tado (como por ejemplo las terminologias de parentesco)*. Las supuestas ventajas de esta técnica (también llamada semédntica etnografica) son, de una parie, la reduccidn de la compieji- dad manifiesta en los sistemas terminclogicos a los principios légicos subyacentes a los mis 2 Bntresus mos exponentes se encuentran Conklin, Gove >EL "Noha dos objets exuctamente iguales nts Susaspectos. dedi que la clastfcacion por com iors lacontrastacin de class rasgostintado, gue se ntenden signalios eli, Kay, D’ Andrade y Tyler ists componencial se basa prciamtnte nel enpuste de que wna cultura dade general menor nimers posible de dimensiones de contrast cada tae las cuss consistedeulmente on dose as varabes de contrastacn iu na select natural de slo un mimeo de “rear Eager mos y de otra, la repetibilidad, es decir, cual- quier otro antropélogo que trabaje sobre ia mis- ma cultura puede, tedricamente, generar los mismos datos con técnicas idénticas. Aesta conceptualizacién podrian buscarsele paralelismos con la indagacién de las estructuras mentales aprioristicas y universales de la gramé- tica transformacionista chomskiana 0 con las es- tructuras subyacentes y fundamentales del estructuralismo. Pero, frente a ellos, que tienen como objetivo el descubrimiento y formulacién de reglas o leyes, respectivamente, generales, el interés de los etnocientificos se focaliza directa- mente en la formulacion de las regias organiza- doras de los procesos de intercambio y busqueda dereferentes que rigen cada cultura concreta (cla- ra influencia de la perspectiva boasiana (Pelto, 1970)). El propio Conklin (en Llobera, jR. (comp.), 1975), haciéndolo extensivo a Frake y Goodenough, define la etnografia como «una gramética cultural, una teoria abstracta que proporciona reglas para producir, anticipar e interpretar adecuadamente los comportamientos culturales dados». El problema surge en que, en el fondo, es el investigador el que construye las catego- rias (pares opuestos y s6lo de] comportamien- to verbal) y no el informante; «nadie tiene un acceso directo al pensamiento de otra perso- na» (Kaplan y Manners, 1979), con lo que hay muy pocas esperanzas de corregir el exceso de acuerdo en las descripciones formales que se da entre los seguidores de la corziente por sim- ple repeticién, como ellos sugieren, del trabajo de campo y las entrevistas. Pero las criticas mas serias ponen de relieve, por una parte, como con excesiva frecuencia los daros han sido ob- tenidos de unos pocos informantes bien infor- mados, actores de tipo ideal dotados de con- ciencia (motivos culturales tipicos para reali- zar una acci6n futura y motivos culturales ti- picos imputados a otros para comprender su acci6n); y, de otra, las carencias que presenta para explicar como el problema del poder traspasa a las reglas que se relacionan especificamente en el contexto-escenario, es decir, las relaciones entre la vida cotidiana y las instituciones. Con loquesedioen llamar neoevolucionismo, y que Harris (1978) sugiere como estrategia tempra- na de un materialismo cultural, retoma al panora- ma dela antropologia la generalizacion sincronica y diacrénica, siendo su figura més relevante Leslie ‘White. El enfoque evolucionista de White, con di- ferencias claras respecto al evolucionismo clasico, concibe la cultura como adaptacién y como siste- ma de produccién y control de energia, atendiendo ala evolucién de la cultura global, frente a las cul- turas particulares. La cultura posee una propiedad distintiva, su naturaleza superorgénica®, que tras- ciende las diferencias y variaciones locales, esté com- puesta de rasgos y grupos de rasgos, ¢ implica la satisfaccién de las necesidades fisicas y espititua- les, subsistiendo en la evolucién de los sistemas socioculturales aquellos que mejor se adapten. El estudio de estos sistemas, concebidos como cerrados, pasa por considerarlos como con- sistentes de tres partes: teenoeconémica, social € ideologica, unidas por relaciones de causalidad donde el principal componente es el factor tecnoeconémico: «Los sistemas sociales estén, en consecuencia, determinados por los sistemas tec- nol6gicos, y las filosofias y las artes expresan tal y como viene definida por la tecnologia y refractada por los sistemas sociales», con lo que «la cultura evoluciona en la medida en que au- menta la energia del sistema» (White, cf. Harzis, 1978), es decir, cuanto mejor aprovechada esté la energia, extraida de la naturaleza por medios tet nolégicos, y cuanta mas energia se obtenga, mas desarrollada estaré la cultura y, como resultado, tendra una forma mas evolucionada de ideolo- gia y organizacién social. No sera pertinente ni siquiera interesarse or el influjo del entorno en Ja cultura, puesto Pe i Compurtind ec esuiendol para Whit, acco lacultra noestésujta aun desarolo eolutivo wide propia dee feana eerie el hecho cultural onsiderado en stolid ode la cultune como superorgica’, Kroeber mantime xa polemics con Whiten como oijetode estudio se aifrenca al, tampon deternado por el acter tecnolgica Cn exo cultural concrete sigue st tala aera delos organises ives, por lo ques hace neceara la desenpcin, cls rio ala inoestigactin hist rica dea cultura tor en que ina ia vision generalzadyraala temporal: sein Krocter io eimtegracin cade cultura particular Ta Nios dela replia que ello sélo atafe a culturas concretas y depen- diendo del grado de desarrollo cultural, esto es, s6lo bajo circunstancias muy especiales. White es un determinista cultural (la cultura del hombre se ve determinada por la cultura global sin que éste pueda controlar a aquella). Y dado que la cultura es un fenémeno que existe en su propio plano de realidad, debe ser estudiada, interpre- tada y explicada en términos propios, no teduccionistas; por esto, es necesario investigar con una metodologia especifica y descubrir las leyes que la rigen, es decir, que rigen el desarro- lo evolutivo El punto més débil de su argumentacién lo constituye precisamente el momento de anali- zary entender los procesos caracteristicos de una sociedad, o grupo social, en un escenario histori- co y una circunstacia-entorno geografico dado® El problema inherente a semejante enfoque pro- viene de su intento de considerar la cultura como un sistema cerrado, perspectiva dificil de encajar con las observaciones sobre grupos reales en cit- cunstancias coneretas. Sobre este punto, la adaptacién conereta (frente a la unicidad de las cultures y patrones cul turales), incide Julian Steward que, mediante el método ecolégico-cultural, se interes6 principal mente por las adaptaciones ecoldgicas especificas y por el desarrollo de diferentes niveles de comple- jidad politica en sociedades concretas. Para ello in- trodujo el concepto de niveles de integracién sociocultural (Steward, 1977) que. discutiendo la evolucién en términos de adaptacién, correspon derian a tipos culturales 0 modelos paralelos de de- sarrollo” . El aspecto evolucionista multilineal de su pensamiento se centro en la demostracion de que diferentes tipos de adaptacién o de explota- cién (tipos culturales) podian manifestarse en el mismo entomo, considerado como dinémico, e in- cluso en el seno de una sociedad compleja tinica; planteando de esta forma la posibilidad de solucio- nes muiltiples de explotacién del medio, con dife- rentes grupos étnicos que se adapten y ocupen diferencialmente sus nichos respectivos en el mis- mo escenario geogrifico. El método propuesto se basa en la supo- sicién de que en el cambio cultural se dan regu- laridades significativas que pueden ser orienta- das hacia la determinacién de leyes culturales. Para ello, hay que buscar semejanzas significa- tivas (prestando especial atencidn a aquellos “paralelos limitados”) entre culturas concretas por medio de la comparacién controlada, de manera que si se encuentran correlaciones (pa- ralelos significativos en la comparacién de se- cuencias de distintas culturas) ello indica la exis- tencia actuante de un principio causal recurren- te que tendré que ser formulado. Dentro de éste método se incluirian los tres elementos funda- mentales del método de Ja ecologia cultural (Steward, 1993): (a) el estudio de las interrelaciones entre el entorno y los sistemas de explotacién y produccién; (b) el estudio de los sistemas de comportamiento implicados en la explotacién de un area determinada por me- dio de una tecnologia; y (c) el andlisis de la in- fluencia que estos sistemas de comportamiento ejercen en otros aspectos de la cultura, en tanto que todos éstos eran funcionalmente interdependientes unos de otros. Con una gran influencia en la obra de mu- chos antropélogos posteriores* , en sus trabajos hizo resaltar las interacciones tecno-econdmicas y tecno-ambientales, es decir, aquellos aspectos de la cultura en los que aparece mas claramente una relacién de cardcter funcional con el entorno y, por otra parte, trata de distinguir en el entorno aquellas variables (consideradas como indepen- dientes) que pueden tener importancia para la adaptacion humana (Martinez Veiga, 1978.) [Figunos de los lscpulos de White, tales como Salina y Sra general (donde se halla mpicios es principales estadins dia 0 © Lostpos ene alee para dirents. ‘ultras como toalidages (9) ete elemento ‘feudalism, despotismo arent! vel grupo pained Ciencia y Mar (1980), en ur cultural ‘sarc ensecedades particule obmastaratles como medioambiente, histor). ran as sgudentescraceisticas: (a onerse com velacgn aun provlema ya wn marco de ferecia, (cls elementos nual ques an selecioade deen leer ls sas rolaconesurcionlesen cada cultura adaptanaes al tp. Alas is cll tonto de saz esas rigs, ace: a dition Luci espe (donde son consiceradas ls miles ines de mone de lersonta cultural slecionedos mas que urls conoidos so 4 Por citar algunos; Sidney Mintz, Eric Wo, Morton Evid, Elman Seric, René Milton, Robert Manes 18 ~anieaiosy Evens

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