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CON OTRO FINAL


De tere marichal 25 de noviembre de 2004

El tema central de este monologo es la violencia domestica. Seria ideal


que después de representar el texto, se llevara a cabo una charla
sobre violencia domestica y como buscar ayuda.

Una mujer sentada en una silla esta doblando ropa. Saca ropa
estrujada de una cesta plástica la dobla y la coloca en otra cesta. Está
hablando con una mujer que nunca se ve en escena.

Estirando toalla

ELLA: Si tuviera una secadora la ropa quedaría bien planchadita. Si me


pego en la lotería, me compro una secadora (se ríe) Mejor me compro
primero una casa. Luego me compro la secadora. No. Mejor agarro un
avión y me voy a Nueva Yol con mi hermana.

(Se ríe muchísimo)

Y le dejo a este un video como el anuncio: nene me pegué en la lotería


y me voy hoy mismo de viaje, tal vez nunca más nos volvamos a ver,
acuérdate de doblar la ropa.

(Se ríe y va poniéndose seria)

Lo más que yo odio es planchar. Con el calor que hace, planchar es


una santa pejiguera, pero hasta que no tenga la secadora seguiré
planchando. Es que con una secadora la mitad del trabajo estaría
solucionado. El me dijo que para estas navidades me iba a regalar
una, vamos a ver si es verdad. Eso si que me emociona: tener mi
propia secadora de ropa.

( Sigue doblando ropa)


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No te preocupes yo estoy acostumbrada. Me gusta doblar la ropa. Lo


que no me gusta es plancharla, eso si que no, pero lo hago porque si
no lo hago yo, ¿quien lo va a hacer? Mija, si las mujeres no hacemos
las cosas ¿quien lo va a hacer? Esa casita donde ustedes se mudaron
la tienes que limpiar bien. Te digo lim-piar-la, con un buen despojo.
Luego yo te digo lo que tienes que comprar. Lo tengo apuntao, porque
yo le tuve que dar uno a la mía. En esa casa vivió un matrimonio,
bueno ella era una zorra. Yo creo que nunca se casó y tuvo un lió con
un hombre y el marimacho la mató en una cafetería donde la
encontró. Después nadie mas ha vivido ahí, pero no te asustes porque
ellos vivieron ahí bien poco tiempo y con la receta que te voy a dar se
va to’lo malo, además lo malo lo atrae una. Lo malo es como una cola
con la que se nace y una tiene que ir cortándola hasta arrancarla de
raíz. Por eso es que las sirenas mataban a los hombres, porque
nacieron con esa maldita cola de la maldad. Es algo así como una
serpiente que tenemos por dentro, yo creo que por eso tenemos ese
mal genio y somos tan celosas con nuestros hombres.

Anoche te oí llorar. Era tarde. Suéltalo mija, las mujeres nos


entendemos. A mil millas de distancia puedo escuchar el llanto de una
mujer que tiene miedo. Las mujeres nos olemos. ¿Qué fue lo que
pasó? Aja... ¿y tu que le dijiste? Anda parsilete, tú eres tremenda.
Quieres un consejo: no le contestes. Cuando lo veas enfunchao vete y
hazte blower o ponte a limpiar el baño o la cocina. Que vea que sólo
quieres verte linda para el y que tu casa este limpia. Mira, el que más
o el que menos meten su cantazo de vez en cuando. Hasta los que se
hacen santitos dan su empujoncito. Depende de una el que no lo
hagan. Cuando tu lo veas de mal humor te vas corriendo al cuarto o
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sales al patio o te pones a ver la televisión o pones música suave...ya


tu sabes, un bolero. Tienes que aprender a tongonearlo.

Estira sabanas y las va doblando.

Yo ni lloro ni grito, porque no me gusta que los vecinos se metan en


mi vida. Tú sabes como es el chisme. No me da la gana que me oigan.
Ayer me dio un empujón que me tumbó al suelo. No me dejó ningún
moretón, pero me asusté y me dolió aquí porque caí mal. No se por
que se molestó. Creo que dije algo sobre la ropa. El llegó cansado yo
y cuando entró, dije algo, no se que fue lo que dije y ahí el se
encabronó de forma tal que me dio ese empujón...así...con mucha
fuerza.

Yo no le dije nada porque sabía que había dicho algo que a el no le


había gustado y por eso me callé la boca. Ya me he dado cuenta que
es mejor callarse la boca. Por eso te lo digo: cállate la boca y cuando
lo veas así con el demonio trepao pídele a san Antonio y chitón mija,
chitón. Si yo le peleo o le contesto es peor. En boca cerra no entran
moscas como dice mi mai. Aunque hay veces que quisiera mandarlo al
carajo y caerle encima, pero va a ser peor. Los nenes se asustan
mucho cuando el empieza a gritar.

Estira sabana. La estira con fuerza.

Es como si una cosa rara se le metiera por dentro...algo salvaje...se


pone como un animal maldito y repugnante. Huy virgen santísima,
espanta to’lo malo que ya bastante tenemos con tener que trabajar sin
descanso.
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Organiza la ropa que hay en la cesta sin doblar. Va sacando piezas.


Hay ropa de niño pequeño, ropa interior, pantalones.

El otro día fui a la botánica y compre unas velas con el aceite ese que
espanta to’lo malo porque ese día, no ese día no fue...fue el anterior,
el día antes de ir a la botánica, pues ese día si que me dio duro. Me
metió un puñetazo aquí (señala estomago) le dije que creía que estaba
embarazada de nuevo y el se puso como un guabá. Parecía un
demonio con los ojos rojos y comenzó a gritar como un demente. El
nene chiquito empezó a llorar y el me miró y me dijo de todo. Que yo
era una puta, que de quien era la barriga, que no era de el...que yo
era una basura...y de momento me metió ese puñetazo y me caí en el
suelo. Total el cantazo me vino bien porque al otro día me bajó la
regla. El me dijo que yo lo que necesitaba era un buen “jamaqueo”,
pero con el dolor que tenía no tenia ganas de recibir ningún
“jamaqueo” tu sabes de lo que hablo. ¿Qué? Nena tuve que dejarme
jamaquear porque si no le empiezan esas ideas de que yo ando con
machos por ahí y yo no quería mas peleas. Tú eres bien bonita, ten
cuidado como miras a los hombres por aquí porque todos son unos
sinvergüenzas y si pueden te comen con los ojos, además una nunca
sabe lo que le van a contar a tu marido. Tu bien digna, con la frente
en alto y no mires a nadie.

Estira camisa

Mira pa’lla como quedó esta camisa. Ay mi madre se le fue el color con
el clorox, ahora si que este me mata. Esta camisa se la regaló su mai.
Tenía una mancha. Ahora si que me fastidié. A ver el empujoncito que
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me va a dar hoy. Mejor la escondo y le digo que me la robaron del


tenderete. Que penitencia, ahora se va a poner a inventar cosas,
porque para el, yo siempre tengo algún macho escondido. Aja después
de estar todo el día limpiando casas ajenas y bregar con los nenes y
bregar con esta casa, también tengo tiempo pa’buscarme otro macho.
Yo seré wonderwoman, eso es. Wonderwoman moretones. Aja. Ojala
yo fuera wonderwoman porque el no se atrevería a tocarme ni un pelo.
Le meto un cantazo con la mano y lo mando al mismo infierno a ver si
se asa con los de su clase.

No se que hacer. La tendré que desaparecer. Tú no digas ná. En el


fondo el es bueno, el problema es que cuando se enfogona se le mete
el demonio pelú. Este macho y yo llevamos ya quince años juntos.
Antes, yo era medio malcría. Le respondía de atrás pa’lante y mi mai
me lo decía: te van a romper la cara por contestona y eso fue lo que
paso. Un día , después que nació Mariana yo no se que fue lo que
paso, pero el me dijo puta y a mi no me gusta que me digan así y le
conteste pa’tras y me dio esa bofetá que me dejó un moretón aquí y
me rompió el labio y me dijo : mira negra aprende a callarte la boca,
tu mai tiene razón eres una malcriá. De ese día en adelante las cosas
comenzaron a cambiar. Tú sabes como es. Soy medio despista y el
tiene esa personalidad tan varonil, deja que lo conozcas. Se parece un
poquito al tuyo, solo que el mío es más blanquito y un poco más
bajito.

¡Ay santa Maria magdalena, no se que hacer con esta camisa!. Si, lo
mejor es que la esconda o la ponga en la basura porque el va a
empezar a buscarla por toda la casa. Tu no sabes como es el con sus
cosas. Todo tiene que estar en su lugar. El debió de haber sido general
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del ejercito o algo así. Pero yo no me quedo atrás. Soy una maniática.
Cuando llego de la calle, le paso un mapo rapidito a la casa con mucho
clorox y limpio el baño y hago las camas de los nenes y escondo
cuanta cosa hay por el piso, porque si el llega y encuentra desorden,
se arma la de san quintín y los nenes empiezan a llorar y todo se
vuelve un revolú.

Una vez yo me sentía bien mal. Estaba tirada en la cama y el llegó con
lo del “jamaqueo” y yo le dije que me sentía bien mal, yo creo que
tenia un virus y el empezó a gritar y a darme cantazos por las piernas
y a decirme que yo estaba así porque había estado con otro y mija yo
con el susto se me quitó el virus y todo lo que tenía y tuve que ya tu
sabes, atender al hombre, porque hombre que no se atiende bien en la
casa se va pa’la calle y ya tu sabes, hay mucha sata por ahí,
esperando para atrapar al primero que este volando como paloma
libre. Tu te agarras bien al brazo de tu marido y no lo dejes ni mirar
pa’l lao. La calle esta dura mija, bien dura y lo que es tuyo tu lo
defiendes con uñas y dientes.

Sigue doblando la ropa

Mira condena...no vayas a salir preña todavía, tu no sabes como te


sacan por el techo los nenes. Además cuando tienes el primero,
después viene el segundo y se te caen las tetas y siempre estás cansa.
Disfruta tu matrimonio, si ustedes no llevan casi na’de casados.
Aunque un niño siempre es una bendición. Los nenes lo quieren, tú
sabes como son los nenes con el padre. Con la madre son otra cosa,
nosotras estamos ahí para atenderlos y regañarlos, con los padres la
relación es diferente. El juega con ellos baloncesto y a los nenes les
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encanta. La nena es bien apega a el, imaginate que cuando el pelea


conmigo ella me culpa de las cosas. Ella me dice que yo pongo a su
papi de malhumor, pero yo estoy acostumbra. Además lo único que
quiero es que mi familia este tranquila y bien.

Tu te acabas de casar y estas llena de ilusión, acuérdate de no abrir la


boca cuando tu marido este de malhumor. Tú te quedas callada y si te
puedes quedar quieta, te quedas ahí, en un rincón. Tal vez yo debí de
haber sido así, tal vez ahora es muy tarde para eso porque el ya tiene
su truquito y me toma desprevenida y zum me zumba el cantazo sin
yo darme cuenta. Mira este moretón que tengo en el brazo, eso fue el
otro día en la cocina. Se me quemaron los tostones por estar
limpiando al chiquito y el se puso bien encabrónao y cuando yo fui a
sacar los tostones el me metió con el puño y menos mal que no había
cogido el sartén porque si no, nos quemamos los dos con el aceite. Por
un momento pensé arrojarle el aceite a la cara, el me miro y me dijo:
no te atrevas o te mato aquí mismo.

Pues he pensado ir donde la trabajadora social de la escuela de los


nenes, pero eso me va a traer muchos problemas. Si ellos vienen a la
casa y mi marido se va a poner bien prendío. No es tan fácil. Mira
tampoco es que me zumbe cada vez que le de la gana, es sólo cuando
se agita, tu sabes. La culpable soy yo, porque el primer día que lo hizo
debí de haberle parado el caballito y meterlo a corte, pero como no lo
quiero perder, tú sabes, yo lo quiero. No es un hombre malo.

Sigue doblando. La camisa esta aparte, tal vez en la silla.


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El matrimonio es algo que hay que llevarlo con calma y paciencia, pero
el que sigue consejos llega a viejo. Ya te dije que cuando el llegue de
malhumor tu te haces la loca y que te vea trabajando como una
hormiguita, pa’ que sepa la mujer tan hacendosa con la que se casó y
cuando el quiera el jamaqueo, aunque estés cansada tu te dejas
jamaquear, porque nena coje calle y se busca a otra y la culpable vas
a ser tu. Si, porque no lo atendiste como se debe. Espera pa’tener un
bebé. Date tu tiempo. Las cosas están tan caras, además tú no tienes
secadora tampoco, no seas tan boba como yo. Primero la secadora y
después los bebes (se ríe) y ya verás como todo funciona a las mil
maravillas y si te pega, aguanta como un macho porque tienes un
marido bueno como el mío y eso no se consigue por ahí tan
fácilmente.

Cuídate mija y acuérdate el que escucha consejos llega a viejo y tu


tienes una vida por delante y ahora váyase a su casa antes de que el
llegue. Luego te doy la receta pa’limpiar bien esa casa y que solo entre
lo bueno por esa puerta.

Sacude sabana. Saca la camisa. Se sienta y mira la camisa.

¡Santo, la camisa! Es que el le tiene tanto cariño a esta camisa que si


la ve así me va a maldecir y el chisme que se va a formar con su ma.
Ya la estoy escuchando: ¡descuidada! ¡Vaga! Me van a caer chinches.
Déjame tirarla a la basura para que no la encuentre porque si la ve así
me mata, de esta me mata...pero ¿y si rebusca en la basura y la
encuentra? Con lo mañoso que es, es capaz de rebuscar hasta
encontrarla. Si sabe que le he mentido, me saca a patadas de la casa
y ¿a donde iré? Santita ayúdame y dime que se hace con esta camisa.
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¿Que hago con esta camisa? De esta no me salvo. De esta me rompen


los huesos y me dejan noquea. De esta me mata y se nos acaba la
guachafita. Yo pa’la tumba y el pa’ la cárcel.

¿Y si fuera al revés? ¿Si el fuera pa’ la tumba y yo pa’ la cárcel? Eso si


que seria una novela. Saldríamos hasta en la tele. Lo mata porque le
destiñó la camisa. Ay mi madre, las cosas que una piensa...las cosas
que pasan y siguen pasando no tienen ni fin ni principio. ¿Y que haría
usted señora? ¿Que haría usted en mi lugar? Sin miedo... ¿qué harían
ustedes? ¿Seguir aguantando los cantazos o cortarle las manos al que
da los cantazos? (se ríe) Aquí tiene que haber alguien que sabe por lo
que yo paso todas las semanas, vamos todas conocemos la historia de
principio a fin. ¿No me digan que aquí no hay ni una sola mujer que no
ha sido empujada ni golpeada ni insultada? Esto es el cielo, el paraíso
en la tierra y yo aquí molestándolas con mis pendejases. Yo le voy a
dar tres finales al asunto y luego lo llevamos a votación. Primer final:
le corto las manos y dejo que se desangre en la cocina y digo que
entró un tecato, lo asaltó y le cortó las manos. Segundo final: le
muestro la camisa y dejo que me de una pela. Eso, eso es lo que se
supone que haga porque si hago otra cosa seré mal vista por mis
hijos, por mi familia, por el mundo. Tercer final: Dejo la camisa bien
doblada sobre la cama, hago las maletas y me voy con los nenes a un
lugar seguro y ahora la votación. Vamos, ¿quién vota por el primer
final? Levanten los brazos (cuenta los brazos) ¿Quién vota por el
segundo? (cuenta los brazos) ¿Quién vota por el tercer final?

La mujer va haciendo un nudo con la tela de la camisa, la agarra y la


estira hasta que la rompe luego la estira, la dobla y la coloca en la
cesta. Se queda mirando al publico fijamente.
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Si le corto las manos y se desangra yo no podré dormir tranquila.


Tengo conciencia y lo quiero. Mis hijos lo quieren porque es buen
padre. Además eso suena tan feo, ¿verdad? Estamos cada día mas
envueltos en la violencia. Todo lo arreglamos con violencia, pero es
que una se cansa de tanto cantazo. Una se cansa de tanta bofetá
suelta. Vamos a eliminar este primer final porque yo nunca le haría
eso. Dios jamás me perdonaría ni mis hijos.

Que me de la pela, total eso es lo que se espera que suceda, ¿no es


así? Que me de la pela y me rompa los huesos y me diga hasta del
mal que me voy a morir , escupa sobre mi cuerpo y patee con todas
sus fuerzas estas piernas llenas de moretones , esta espalda llena de
mordiscos y estos brazos caídos que solo saben atender niños, cocinar
doblar ropa y planchar. Eso es lo que se supone que suceda, pero tal
vez esta vez sea diferente.

Tal vez no me encuentre en la casa. Puedo convencer a los nenes de


que es mejor irnos a un lugar seguro. Debo tener algo en la ATH y en
esos sitios ayudan a una con la cuestión legal. En esos sitios le dan a
una comida y cama y al menos se que estaré segura, pero si los nenes
no se quieren ir yo no se que voy a hacer. Ellos ya han visto como el
me pega y cuando eso pasa se nos mete el miedo por dentro. Esa no
es vida para un niño. Yo quería otra cosa para mis hijos. Toda mujer
quiere tener una familia bien bonita y un marido cariñoso y buen
proveedor. El no falla en eso. Aquí no falta nada. No creo que me
atreva a irme. Si me voy va y pierdo la casa y yo he trabajado mucho
pa’ tener esta casita, además lo que hay en la calle es basura y el es el
padre de mis hijos.
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Es difícil darle un final al cuento de la camisa. No es lo mismo estar


allá haciendo votaciones que estar acá doblando la ropa. Tal vez no
tengo el valor de irme de la casa y no se como hacerlo. Tal vez suceda
un milagro. Vamos a ver si la Virgen de la caridad me ayuda.

Abraza la camisa.

Se que cuando me regale la secadora, todo va a cambiar, lo se. Todo


va a cambiar. Todo va a cambiar.

Fin

Gracias por su atención.


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En estos días en los que a diario nos despertamos con noticias de nuevos secuestros y la
sensación de inseguridad nos ahoga hasta sentirnos perseguidas. Días en los que no se
duda en asistir a marchas pidiendo por la libertad de las víctimas, y mayores penas para
los culpables. Días en los que los medios de todo tipo (gráficos, audiovisuales) nos
inundan con detalles morbosos y atemorizantes de cada uno de ellos.

Nosotras nos preguntamos, ¿es que no hay nada tan grave como un secuestro? Y creemos
que sí, claro que lo hay. Son los secuestros de los que son víctimas miles de mujeres y
niñas/os de quienes sería imposible que recordemos sus nombres por la superioridad
numérica que representan. Son los y las secuestrados/as sin pedido de rescate, donde las
cadenas o las sogas no se ven pero son muy firmes, donde lo que te secuestran es el alma,
la voluntad, la sonrisa, la esperanza, la imaginación, los sueños, el futuro. Son las
víctimas de violencia y abuso sexual.

Son los miles y miles de mujeres y niños/as que conviven años, décadas con ese horror y
no se organiza una marcha por ellos/as ni se pide con el mismo énfasis el encierro para
los responsables. Difícilmente consigamos audiencia con Ministros y Gobernadores y ni
pensar Presidentes para plantearles la gravedad del problema.

En muchas provincias de nuestro país tenemos la estructura legal, pero no es suficiente.


Como sociedad, preferimos mirar para otro lado, más lejano, más ajeno, menos complejo
y horroroso.

Frente a un secuestro con pedido de rescate, todos/as estamos a favor de la víctima y no


dudamos al decir que el secuestrador es un delincuente.

Sin embargo frente a la violencia contra la mujer y frente al abuso sexual se dan otras
reacciones, se sospecha de las víctimas, no se cree que el perpetrador sea capaz de hacer
algo tan horrible, se supone que la víctima buscó esas consecuencias, que se queda
porque le gusta o que quien ejerce la violencia tiene razones para hacerlo..

Como sociedad no queremos escuchar, no queremos ver, no queremos saber, no nos


queremos meter. Algunos/as nos hablan de proteger la familia, de conservarla a como dé
lugar.

Nos preguntamos, ¿de qué familia estamos hablando cuando ocurren estos horrores en
su interior? ¿Dónde está la función protectora, posibilitadora, dónde el afecto, el respeto,
la contención que todos y todas necesitamos para crecer? Evidentemente en una familia
con víctimas de violencia y/o abuso sexual no hay nada de eso.

Por supuesto que adentrarse en este horror tiene consecuencias, no es agradable estar
escuchando todo el tiempo historias de sometimiento, de humillación, de golpes, de
violaciones reiteradas.
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Sin embargo, si como sociedad, aliadas todas las instituciones, el gobierno, la justicia, las
escuelas, los profesionales, los hospitales, las iglesias, las organizaciones no
gubernamentales, los medios de comunicación, nos decidiéramos de una vez a escuchar,
a ver, a rechazar esto con contundencia; a lo mejor tendríamos la esperanza de que esos
números tremendos no nos golpearan el alma de esta forma.

Si muchas cabezas y corazones tomáramos partido por ellas seguramente se nos


ocurrirían políticas más efectivas y sanciones desalentadoras de este tipo de
vinculaciones.

No podemos dejar de señalar, a modo de reflexión, algo que suele pasar inadvertido; y es
que muchos de los que hoy nos roban, nos secuestran, nos violan o nos matan han vivido
en medio del horror en su infancia. Si hiciéramos algo por ellos durante ese tiempo, tal
vez podríamos cambiar algo en el futuro.

Equipo de atención a la mujer víctima de violencia del CEIM San Nicolás

Lic. María Carolina Cánepa -Ps. Fabiana Conti- Dra. Corina Reali- Lic. María Teresa
Gutiérrez

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