A alguien los planes le han salido muy mal

Los mensajes apocalpticos sobre la situacin en esl estado espaol se multiplican, muchos de
ellos con la intencin de provocar el miedo al cambio. Pero al mismo tiempo pretenden hacernos
creer que lo peor ha pasado y que el estado persigue a los corruptos. La descripcin de una situacin catastrfica, en lugar de servir como justificacin de nuevos recortes y sacrificios, deteriora
an ms la credibilidad del rgimen, pero son incapaces de dar vida el espejismo de la recuperacin.
A la brutal crisis econmica y el descomunal drama social se aaden la evidencia de una corrupcin estructural sin medida y la constatacin de que la pudredumbre invade las instancias ms
importantes del estado. Adems, se enfrentan por ensima vez a la amenaza separatista, ahora
materializada en el proceso cataln. Y, para colmo, las lites del estado, en lugar del comodn de
la ETA como justificacin y excusa para todo, se encuentran con el pie cambiado frente a un nuevo ciclo poltico en Euskal Herria. As, de la Espaa de la modlica transicin y el milagro econmico envidiable que recupera viejos anhelos de protagonismo mundial se ha pasado al vertedero
corrupto en cada libre con uno de los niveles de apoyo popular ms bajo de Europa.
Hace unos aos, pocos, el rgimen espaol y su apuesta por la Europa neoliberal concitaban una
impresionante adhesin social. Nada invitaba a pensar que el cuestionamiento del orden poltico
llegara a los niveles actuales en tan poco tiempo. Del mismo modo, nadie hace aos imaginaba
Catalunya en un escenario como el presente. Algo ha fallado, descolocando los planes y las estrategias de las lites econmicas y polticas, que en realidad buscaban un escenario de involucin a
todos los niveles, con una nueva recentralizacin, una agenda brutal de privatizaciones y un saqueo sin medida de lo pblico.
Estaban convencidos de poder llevar adelante ese plan sin grandes resistencias, y hasta haban
planeado reconducir el desgaste mediante fuerzas supuestamente ajenas al rgimen, como UpyD,
Vox o Ciudadanos, que en realidad reforzaran sus intenciones. Pero los planes han saltado por
los aires y se han abierto ventanas de oportunidad que ni los pueblos como Euskal Herria y Catalunya ni los sectores democrticos en el estado espaol debiramos dejar pasar de largo.