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Una movilización de nuevo cuño para el 30 de enero

Sindicatos y organizaciones sociales diversas, con el apoyo de algunas fuerzas políticas, han convocado una
huelga general para el día 30 de enero en los cuatro herrialdes de la Euskal Herria peninsular. No se trata de
una respuesta a una medida o suceso concreto, sino de una acción propositiva de cambios que, a la vez,
incide en la defensa de las conquistas sociales que la agenda neoliberal pretende destruir.

Aunque hablemos de huelga general, no creo que debamos pensarla en términos de un pasado en el que la
actividad industrial marcaba la vida social y económica en nuestro país, con concentración de gran número
de obreras/os en grandes centros de trabajo. Hoy las cosas son diferentes y los cambios estructurales, la
fragmentación y la precarización han diversificado las actividades, los espacios y las relaciones y hablamos
por ejemplo de trabajo y relaciones de explotación que antes eran vistos como cuestiones “domésticas”. Hay,
es cierto, quien no se ha percatado de todo esto y apela a una clase obrera mitificada alimentando retrotopías
en las que nunca salimos del siglo XX, pero no son estos sectores precisamente los que han impulsado esta
iniciativa. Y es aque este llamamiento, lejos de esas ensoñaciones, responde a la voluntad de actuar en
nuestros tiempos con fórmulas de nuevo cuño.

Funcionará o no, eso no está decidido de antemano. Y ya está abierta una gran batalla discursiva en torno a
su significado, su necesidad y su legitimidad. Por eso no se trata de sentarse a esperar, sino de unirse a la
inicitiava; hay muchísimas formas de hacerlo.

Nuestra sociedad se mueve, está viva y va a expresar en las calles que no vivimos en un oasis maravilloso,
que nuestra economía tiene problemas gravísimos y que las condiciones de vida y trabajo empeoran mientras
crece la desigualdad. También que hay energía, perspectiva estratégica y voluntad de avanzar en otra
dirección.

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