Lo cierto es que ya no recuerdo el rostro de Naoko. Conservo un decorado
sin personajes. Aunque, si me tomo el tiempo suficiente, puedo revivir su imagen. Sus manos pequeas y fras, su pelo liso, tan onito y agradale al tacto! los l"ulos de sus orejas, suaves y carnosos, y el lunar que tena deajo! el elegante arigo de piel de camello que sola llevar en invierno! su costumre de mirar fijamente a los ojos cuando #aca una pregunta! el ligero temlor que, por una u otra ra$"n, viraa en su vo$. Al soreponer estas im%genes, su rostro emerge de repente. &rimero se diuja su perfil. 'al ve$ porque Naoko y yo solamos andar el uno al lado del otro. &or eso el perfil es lo que primero emerge en mi recuerdo. (espu)s ella se vuelve #acia m, me sonre, ladea la cae$a, me #ala y me mira fijamente a los ojos. 'al ve$ esperaa ver en ellos el rastro de un pececillo que cru$aa, velo$ como una centella, el fondo de un manantial de aguas cristalinas.