Mientras más reflexiono sobre esta distinción solicitada, menos la preciso, porque ambos términos -con más de 200 años en circulación- se han cargado de calificativos positivos y negativos provenientes de defensores y detractores. La palabra IZQUIERDA la relacionan con progreso, revolución, cambio, lucha, justicia social, comunismo, o anarquía, improductividad, populismo; y DERECHA con orden, producción, desarrolllo, o fascismo, desigualdad social, nacionalismo. Cada activista político respectivo se presenta como liberal y demócrata, y tilda al otro de represivo, dictatorial o reaccionario. Son conceptos de enorme contenido social e incluso existencial, y no pocos les han dedicado sus vidas. Pero el tiempo y los intereses políticos rompen barreras semánticas y el sentido preciso naufraga en palabrería. Para entenderlos un tanto debemos ir al origen y a su aplicación política.
La distinción se remonta a la Revolución Francesa, cuando en la Asamblea
Nacional los partidarios de mantener la organización tradicional –la Monarquía- se colocaron a la derecha de la tribuna, y a la izquierda los más radicales, quienes proponían cambios según las nuevas ideas liberales y de progreso. En décadas posteriores los conservadores representaron la derecha del espectro político por defender el orden social y político establecido, enfatizando el capitalismo y, como izquierda, las fuerzas críticas del sistema, que reivindicaban los valores de justicia e igualdad real con tesis socialistas. El hecho indiscutible es que desde siempre han existido ricos y pobres, y esta brecha ha persistido por igual en regímenes llamados de izquierdas y derechas, capitalistas o comunistas. Si bien tal brecha fue planetaria y monstruosa hasta iniciado el siglo pasado, el mundo ha cambiado; en muchos países, los pobres se aproximan a los ricos, y en otros, como Colombia, todos son cada vez más pobres (excepto un puñado de monopolistas y narcos sobrevivientes).La brecha es ahora entre trabajadores y desempleados.
Actualmente la realidad social descalifica esta distinción por anacrónica.Las
izquierdas, en cuanto toman el poder, asumen los vicios atribuidos a la derecha y luchan...pero para defender su orden establecido. Si no, veamos a Fidel Castro. Ocurre con él y su régimen lo que en el cuerpo humano: ¡el lado izquierdo se rige por el hemisferio cerebral derecho!