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in memoriam: Poema 50

Permanece a mi lado, cuando se apague mi luz,


y la sangre se arrastre y mis nervios se alteren
con punzadas dolientes.
Y el corazn enfermo
y las ruedas del tiempo giren lentamente.

Permance a mi lado, cuando a mi fragil cuerpo
le atormenten dolores que alcanzan la verdad.
Y el tiempo maniaco siga esparciendo el polvo.
Y la vida furiosa siga arrojando llamas.

Permanece a mi lado, cuando vaya apagndome.
Y puedas sealarme el final de mi lucha.
Y el atardecer de los das eternos
en el bajo y oscuro borde de la vida.

Permanece a mi lado, cuando el camino se acabe.
Y lo recorrido no sea ms que un recuerdo,
un instante suspendido en el tiempo, en la eternidad.
Y la verdad me alcance, y la verguenza se rinda.

Permanece a mi lado, cuando todos se hayan ido.
Y la soledad me amenace,
y la oscuridad me envuelva.
Cuando el sonido de tu voz sea el ltimo nexo con la vida.
Y tus ojos me miren y tus labios me besen.

Permanece a mi lado, cuando la vida me deje,
y no pueda cantar, y no pueda gritar.
Cuando las olas del mar no me lleguen
y la brisa desprenda la verdad de mis das.

Permanece a mi lado, cuando todo parezca sucumbir al hasto.
Y el tedio se canse y la esperanza no nazca.
Y la msica se ahogue, callada, lenta, mojada,
en mi burlada garganta.

Permanece a mi lado para no perderte ahora,
para quererte siempre, y as protegerte
de la llama incandescente que derriba las puertas
y aplasta las vidas, dejandolas muertas,
en espantosa huida.
Alfred Tennyson, Poemas

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