Hay quizs ms ansiedad de lo perdido y lo irreparable, hay quizs ms ganas de
fuga que de constancia, hay quizs ms sombra y desilusin, quizs el futuro es un lago de penurias donde nos ahogaremos todos, si es que se puede vivir asfixiado eternamente. Hay que empezar a buscar transiciones, pero desde uno mismo, hay que pensar qu le estamos otorgando a este pas calamitoso, qu somos realmente y qu es lo que queremos ser. Venezuela se qued sin carnet de identidad, somos una danza dispersa que colapsa en la precariedad social y humana. Hay que aceptarlo: somos un pueblo aberrante y desabrido, somos una desgracia conformista, somos el empujn de quien comanda una teora de pas fracasada. Qu tan profundo es ese pozo al que nos han lanzado sin una pisca de conciencia?
Hace demasiado tiempo que hemos tocado fondo y es como si el fondo nos sujetara y no tuvisemos capacidad de respuesta. Esa es la gran contundencia del autoritarismo? Despojarnos de nuestros estmulos de progreso? De aniquilar la voz que refuta y piensa distinto? Con qu argumento potencial el rgimen invita a la igualdad total para que nademos todos en la misma carencia? Y acaso es esta terquedad infausta de quienes deambulan en el poder, la que prevalecer por encima de nuestras hecatombes? Hay que andar muy jodido del olfato, para que sigamos transitando en lo podrido.
Hay que insistir en la transicin, hay que cambiar la funda de la almohada, hay que quitarnos la piel de la resignacin, sentir la necesidad de instaurar un pas competente donde cada quien intente a su modo ser til y tenaz. Las balas no nos quitan la pobreza, ni el desenfreno sectario y partidista nos solventa del fracaso ufano que se entiende por nacin.
Y como dira el poeta espaol Blas de Otero, no te olvides que hemos sufrido juntos pero ese sufrimiento compartido no podemos eternizarlo en mero consuelo, sino como el enlace a la ineludible transformacin.