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Itzamn y el Henequen

7 junio 2009 By direccion 2 Comments Leyendas Mayas En el tiempo de los mayas antiguos, cuando los espaoles no haban llegado a estas tierras, y todos los hombres y las mujeres que aqu vivan slo hablaban el maya, hubo un gobernante, muy bueno y muy noble, que conduca a sus sbditos con gran sabidura, con gran paciencia. Era un hombre sabio que conoca muchas cosas, saba curar muchas enfermedades y estaba siempre atento a todo el que le preguntaba algo o le peda un consejo. Este gobernante, que tambin era un sacerdote maya, vivi en la poca cuando los mayas iban de un lugar a otro, buscando un buen sitio, un lugar adecuado para vivir, y se llamaba Itzamn. Sin embargo, cuando le preguntaban su nombre o quin era, slo responda estas palabras: itz en caan, itz en muyal, que quieren decir: yo soy el roco del cielo, el roco de las nubes. Y ocurri que un da, cuando Itzamn y sus hombres caminaban por el campo, se sentaron a descansar del ardiente sol, sobre unas piedras, junto a una planta de hojas largas y delgadas terminadas en una gran espina: el henequn. Pero los mayas no conocan todava esta planta, y sucedi que Itzamn sinfijarse se acerc demasiado a las hojas y la espina se le clav en el muslo, sacndole abundante sangre. Cuando sus hombres vieron lo que haba ocurrido, se acercaron solcitos a ayudarlo y uno de ellos, lleno de ira arranc la hoja que haba herido a su seor y golpe la penca contra las piedras muchas veces. La hoja se deshizo y entonces asomaron los delgados y blancos hilos de su interior: el sosquil. Itzamn vio lo ocurrido y llam a su sbdito, le dijo que la culpa no haba sido de la planta, sino de l por no haberse fijado, y que ese vegetal era tan noble que al haber sido destruido mostr su interior tan valioso: delgados hilos que los hombres podran aprovechar para hacer cuerdas, bolsas, redes, y todo aquello que precisasen para portar objetos, amarrar cosas o adornar lo que deseen. El sbdito comprendi lo que Itzamn deca, y fue con sus dems compaeros para aprender la manera de aprovechar esa planta que Itzamn les mostraba. Cuando Itzamn abandon estas tierras, su memoria fue reverenciada y se construyeron muchas pirmides en su honor.

Leyendas mayas Antrop. Indalecio Cardea Vzquez

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