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Discurso del Regidor de Lima Jorge Márquez Chahú

en el Congreso de la República del Perú, con motivo de


la IV Reunión anual de Funcionarios y Servidores
Públicos Evangélicos (REESPUBLICA).
Señor Michael Urtecho, Segundo Vicepresidente del Congreso.
Señores funcionarios y servidores públicos
Señoras y Señores.

Sublime gracia del Señor ha sido ciertamente que este año nos encontremos
en este lugar, funcionarios y servidores públicos de diferentes entidades
estatales que creemos en un Señor que escribe la historia y que viene
haciendo cambios significativos en el devenir de nuestro país.

Miembros de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional, miembros del


Poder Judicial, SUNAT, de hospitales estatales, trabajadores del Congreso
y de las municipalidades entre otros, nos unimos hoy día, para declarar de
un Cristo vivo que esta también preocupado en que nuestra luz sea lo
suficientemente fuerte, que pueda impulsar un cambio en mucha de las
prácticas que vivimos hoy día en el Estado.

Este es un día especial, que muestra como las autoridades vienen abriendo
paso a una corriente ética que es necesaria para el país. Y es en ese sentido
que mis primeras palabras son de gratitud al congresista Michael Urtecho,
Segundo Vicepresidente del Congreso, por apoyarnos para estar aquí
presentes, pero sobretodo por mostrarnos a través de sus hechos, un
cristianismo vivo que lo viene llevando a marcar una ruta notable de apoyo
a los mas necesitados, sobretodo discapacitados.

Gratitud también a las valiosas personalidades que este año nuevamente


nos acompañan y ya los sentimos amigos de nuestra Red, me refiero al Dr.
Sixto Porras y a los Pastores Guillermo y Milagros Aguayo, distinguidos
expositores esta noche. Gracias a las diversas organizaciones como
UNICEP, Sociedad Bíblica del Perú, Grupo Pacífico, Bethel, Alianza
Cristiana de Surco y otras que se suman a este esfuerzo.

En esta Cuarta Reunión Anual sentimos que el camino no ha sido errado y


que poco a poco se vienen consolidando los esfuerzos de una visión que
nació hace algunos años con personas como el Ps.Charles Moore, quien nos
motivo siempre ha seguir adelante, bajo un solo objetivo crear un espacio
de encuentro y fortalecimiento de todos los creyentes cristianos en las
entidades estatales y expandir una nueva cultura de servicio.
Pensar en el Estado de hoy en el Perú se asemeja a la figura que utilizó
Thomas Hobbes para describirlo en el siglo XVII, es decir, vivimos hoy
con un Leviatán que como el monstruo bíblico se ha vuelto gigante y que
permanentemente nos roba la esperanza de creer en la justicia y la
solidaridad.

Esa gran organización del poder creada para el servicio de la gente, se ha


vuelto con su ineficiencia y señas de corrupción, en un mecanismo que
atenta contra la propia sociedad y aún contra la buena voluntad de los
gobernantes.

Hace unos tres meses, en medio del trabajo que venimos realizando en
colegios estatales de zonas pobres en Lima, encontramos infraestructuras
dañadas por el último terremoto, los directores nos pidieron ayuda porque
un pabellón completo donde se encontraba una biblioteca había quedado
inutilizado. Solicitamos el apoyo del congresista Urtecho, quien
inmediatamente pidió la atención del expediente. Cada nivel del sector
implicado generó un documento, al final dijeron que dicha obra
correspondía al municipio y cuando fui a conversar con el Alcalde, me
indicaron que no tenían presupuesto aprobado para tal obra. Era Lima, es
nuestra educación y a la fecha nadie puede resolverlo.

Hace dos semanas un señor de setenta y cinco años de edad tenía que
revalidar su brevete, fue a la entidad estatal encargada, al llegar a la puerta
se le acercó una persona y le dijo. “Mire Ud. si me paga noventa soles, ya
no tiene que dar examen y puede recoger su ticket de aquí a dos días”.

Estas son pequeñas señales que nos deja el Leviatán, y lejos de sentirlo
para el servicio de la gente, nos demuestra abuso y prácticas que se van
extendiendo más, generando una mayor desesperanza.

Pero el Señor ha permitido, que en innumerables entidades estatales, como


pequeñas luces se vayan formando células de creyentes, que con su carácter
van construyendo una corriente en sentido contrario.

La voluntad de unirse y compartir, va en incremento, y hoy se muestran


algunos grupos que inclusive se han organizado para realizar labores
sociales en ayuda a personas necesitadas. Muchas de estas células no tienen
espacio libre para hacer sus reuniones, sin embargo su tenacidad hace que
sigan adelante, aunque tengan que orar debajo de escaleras como pasó en
una época con la célula de la Municipalidad de Lima.

Esfuerzos importantes, pero que en medio del Estado que vivimos, requiere
que le sumemos aun una mayor dimensión basada en la influencia para
construir una cultura verdaderamente de servicio en medio de la entidad
pública. Debemos construir desde los pequeños actos un sentido contrario a
lo que la burocracia ha establecido.

Ver que los tiempos han cambiado y que podemos estar en instancias
cercanas al poder como esta noche, debe llamarnos a asumir el reto de
mostrar nuestra luz para ejercer un cambio verdadero no sólo en las
personas sino también en las instituciones.

Un pastor me comentaba que en el Ecuador, un Alcalde hizo una


investigación para detener los actos de corrupción en su gestión y descubrió
que existía una área que no tenía denuncias, al investigar más, encontró que
la mayoría de personas que laboraban allí eran evangélicos y les dio una
distinción por ello.

La influencia es una de las herramientas más poderosas cuando se nutre de


un carácter cristiano que proyecta una nueva manera de ver y hacer las
cosas.

Hoy nos encontramos en la sala Raúl Porras Barrenechea, sala que lleva el
nombre de un ilustre peruano, diplomático, investigador pero en esencia
amante de la educación y profesor por vocación. Formó parte de un grupo
de intelectuales, junto a Luis Alberto Sánchez que persuadidos por la visión
de un misionero escocés llamado John A. Mackay fundaron y enseñaron en
un colegio en Lima, que tenia como lema “El temor a Dios es el principio
de la sabiduría”.

La influencia de Mackay a la cultura del Perú se extendió a hombres que


formaron las mas importantes ideologías políticas de nuestro país como
Mariátegui y Haya de la Torre y mucho del discurso social del pensamiento
de estos ilustres peruanos fue enriquecido por los principios cristianos de
aquel misionero.

Pero el Leviatán también se ha estructurado para destruir familias, las


largas horas que te absorbe y la falta de política en recursos humanos para
fortalecerlas, ha hecho que dentro de nuestras organizaciones sea muy
común ver maltrato, convivencia y divorcio, como parte de un panorama
que aun no se entiende como nos debilita. Nuevas corrientes en la empresa
privada van en sentido contrario y bajo el enfoque de la responsabilidad
social interna, toman a la familia del trabajador como un componente más
de la organización. Existen hoy empresas top en el Perú, que hacen
participar a las familias en los procesos de inducción laboral. Se entiende
que ser una organización mas competitiva y sólida debe residir en
trabajadores mas valorados donde se pueda conciliar la vida laboral, con la
personal y familiar. Lamentablemente nuestras entidades estatales, tienen
lejos estos procesos, pero podemos empezar, o acaso no entendemos que un
servidor o funcionario no tiene la misma actitud de servicio cuando tiene el
hogar destruido, o que tipo de liderazgo esperamos de aquellos que ni
siquiera han sabido ser padres.

Por ello nuestra influencia debe estar encaminada a sembrar un nuevo estilo
de servicio público, con principios y preservando la familia. Y es necesario
relievar el esfuerzo de hombres y mujeres que vienen haciendo camino al
andar, muchas veces contracorriente en nuestras organizaciones y es en ese
sentido que esta noche distinguidos servidores públicos recibirán la Orden
“Corazón de David”, que fue creada en el ámbito de los policías cristianos
y que hoy se institucionaliza para nuestra Red, con lo cual buscamos
acompañar como iglesia a todos aquellos que se van volviendo con su
carácter y logros en referentes ciudadanos. Se ha formado por ello una
Comisión especial con personalidades de trayectoria cristiana que serán los
encargados de determinar anualmente los condecorados. Permítanme
presentarlos, en primer lugar al Hno. Pedro Ferreira, Director del Grupo
Pacífico de Comunicaciones, Sr. Crnel.FAP(r) Omar Larrazabal
(Vicepresidente para América Latina de Militares y Policías Cristianos), Sr.
Tnte.Crnel EP(r) Guillermo Pitot (Presidente de la Asociación de Militares
y Policías Cristianos en el Perú), Ps. Eleazar Soria (Presidente de FIPAC),
Sr. Roberto Miranda (Director Ejecutivo de la Casa de la Biblia), el Ps.
Luis Meza (Vicepresidente de Bethel televisión) y el Sr. César Sánchez
(Pdte. De la Asociación de Periodistas Cristianos).

Mackay decía que existían dos tipos de hombre, el que miraba desde el
balcón y el que era capaz de saltar y hacer el camino. Esta noche, quiero
invitarles a que dejemos de ser espectadores pasivos de nuestro alrededor y
que nos esforcemos con valentía para hacer un nuevo camino que permita
juntarnos con todas las fuerzas de buena voluntad y con nuestras acciones
construir un Estado verdaderamente para el servicio de la gente.

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