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Diario de
reflexiones
pedagógicas
Tema:
Aula: Espacio fértil
Prólogo
El “Diario de Reflexiones Pedagógicas”, es una iniciativa surgida por un grupo de
profesores, que al reunirse en un curso de perfeccionamiento de verano, decidieron no
dejar perder los valiosos y destacables planteamientos generados en enriquecedoras
conversaciones grupales, que permitieron elevar una legítima preocupación relacionada a
las formas en que se realiza hoy en día la labor docente en los más variados ámbitos.
Las actuales condiciones en que los profesores de aula desarrollamos nuestra labor
como educadores, han hecho necesaria la intención por avanzar en los cambios necesarios
para concretar anheladas renovaciones de nuestro sistema educacional; a veces tan
viciado y cansado, con pocos ingredientes de innovación y con un letargo que nos hace
sentir impotentes, dada a nuestra posición como docentes: incidentes en los procesos de
enseñanza y de aprendizaje, pero lejanos a la toma de decisiones de las esferas
administrativas que —muchas veces— privilegian finalidades distintas a las expuestas
permanentemente por profesores y alumnos; verdaderos protagonistas del anhelo de
aprender.
Sin más que el afán de generar procesos de cambio, los invitamos a demostrar que
nuestra vehemencia y perseverancia también pueden plasmarse en elementos escritos
que hagan posible trascender nuestras necesidades, posturas y/o convicciones, más allá
de nuestros escenarios habituales, para así obtener —con un sustento argumentativo
consistente— dar pasos seguros hacia adelante.
Índice
EL VALOR DE LA BUENA EDUCACIÓN PÁG. 5
Prof. Andrés Muñoz Molina
AGRADECIMIENTOS PÁG. 33
La axiología educativa
Lo cierto es que la realidad educativa sólo sale a la palestra cuando existe algún
conflicto grande o ciertos grupos levantan pancartas de desaprobación ante tal o cual
sistema de gestión educativa. El resto del tiempo todo transcurre fuera de cámaras, que
por lo demás se ha vuelto el único medio para verificar la importancia de algo o de
alguien, (basta ver lo titulares de los diarios con rostros de la modelo o el futbolista que
cause más noticia), en el silencio como si nada ocurriese y donde todos se creen con
autoridad para opinar.
En esa ocasión la ministra fue enfática al decir que los colegios que obtuvieron
mejores resultados contaban con mejores profesores que aquellos que no alcanzaron
buenos resultados. Por otra parte también cabe la crítica a un sistema que no garantiza un
desarrollo óptimo de los quienes trabajan en esta labor educativa. Estímulo en el salario a
los colegios municipales que eviten la migración de profesores con buena capacitación a
colegios particulares para que niños con menos oportunidades tengan una educación de
calidad. La brecha entre estas dos realidades sigue siendo inmensa pese a los esfuerzos de
fundaciones particulares que crean colegios particulares subvencionados, precisamente
con el objetivo de cambiar aquello que se ha dicho siempre; “en este país el que nace
pobre va a morir pobre”.
Pero ¿qué pasa con los colegios municipales que cuentan con una gestión centrada
en los municipios y con alcaldes que conocen la comuna sólo para sus campañas
electorales?
Al parecer hace falta formarnos en una dimensión valórica, axiológica, que toca
tanto el plano intelectual como el afectivo-espiritual. No sirve mucho tener tantos títulos
que avalen nuestra docencia, y cualquier profesión, si no somos éticos en nuestra labor.
De lo contrario nuestras instituciones seguirán corrompiéndose, por ejemplo la iglesia, las
fuerzas armadas y de orden, los ministerios gubernamentales, etc.
Maslow decía que el ser humano tiene una gradación de necesidades y que una
vez satisfechas las más básicas, fisiológicas, podrá aspirar a las más altas hasta llegar a la
necesidad de afecto y autorrealización. Tenemos afectividad, más aún, la afectividad nos
tiene tomados, somos afectividad. ¿Podemos dejarla de lado? Imposible, porque ella no
nos deja nunca. Estamos sintiendo siempre. Por eso es sumamente importante que
favorezcamos entre todos los miembros del grupo relaciones afectivas. Si el director o
directora dice al profesor que su trabajo es importante y que él es importante para el
colegio, de seguro ese profesor, o alumno o auxiliar o administrativo, llegará a su hogar
transmitiendo buena onda, creará un clima cálido a su alrededor generando una onda
expansiva de positividad y, al final realizará un trabajo excelente.
Somos corporeidad
La existencia auténtica
Nuestros deberes
Existe una realidad, hay seres que necesitan aprender, todos los seres por
naturaleza desean saber dijo Aristóteles en su libro Metafísica, y eso es cierto aun cuando
observemos a los jóvenes o a cualquier persona que se manifiesta indiferente ante el
conocimiento. Si se percibe ignorancia es porque falta despertar la capacidad de asombro
mediante buenas preguntas que abran el camino interminable dador de sentido a toda
una vida de investigación, conocimiento, y desarrollo del proceso formativo de la persona.
Pues bien, yo creo que pese a esa consciencia no comparto totalmente ese
planteamiento. Debemos asumir, dentro de nuestras posibilidades, un compromiso
radical. Si no logramos lo que deseamos no dudar que algo quedó en nuestros alumnos de
una vida entregada y dedicada a ellos. La mejor forma de apasionar es transmitir pasión
por aquello que enseñamos. Un fuego puede encender a quienes están fríos aún. Con
todo debemos derivar a quienes son especialistas en otras disciplinas que no dominamos.
Si un alumno se corta los brazos, obviamente deberá verlo un psicólogo y no un profesor
que no sabe orientar psicológicamente a este alumno.
Los jóvenes (¡toda persona!) se maravillan por sí mismos, pues siempre habrá algo
que les cause interés. Baste mencionar que nuestra vida está llena de momentos alegres,
tristes, de alegría y dolor, ¿no son acaso estos, momentos límites de nuestra existencia,
donde podemos tocar aquello que en lo cotidiano pasa inadvertidamente? Nuestro
cuerpo lo sentimos cuando algo nos duele o nos causa placer. Debemos ayudar a
interpretar los datos de los sentidos, por ejemplo de lo que vemos como información y
que requiere una mirada crítica, locuaz es realizar ya un ejercicio intelectual que dejará
huellas en nuestra vida, tanto para quien guía como para el que es guiado.
El tema es que muchas veces ni siquiera nosotros sabemos para qué existen
algunas normas, es decir, no hemos hecho el ejercicio intelectual de ver que hay detrás,
por ejemplo, de un uniforme escolar o de un corte de pelo determinado, o de el respeto
por lo que el otro, alumno o profesor está diciendo cuando platea un tema en clases.
Sólo así tendremos más credibilidad. Al menos más de la que carecemos en esta
sociedad que piensa que si es profesor es porque “no le dio para otra cosa”. Bueno, es
parte de nuestra sociedad de consumo, en la cual quien “tiene más capacidades” se
dedica a un rubro más rentable, ingenieros, médicos, abogados. Cabe destacar, con todo,
que este gremio educativo, colegiado o no, ha dedicado toda su vida a formar a cada
miembro de esta sociedad en conocimientos y en valores dejando de lado el materialismo
imperante. Así es, profesores lejanos a todo interés lucrativo, cuyo centro era y es la
persona humana, la cual debía ser potenciada para que se realizara en una profesión
orientada a dar lo mejor de sí mismo. Esta ha sido la única gran tarea de cada profesor y
profesora.
Es cierto, no hay recetas para esta tarea. Sin embargo en el desarrollo mismo del
rol pedagógico se irá generando la manera de realizar una buena educación, con todo lo
que ella implica, (cuerpo docente, administrativos, gestión directiva, sostenedores,
gobierno, apoderados, entre otros), de hecho somos herederos de una historia educativa
de la cual también hemos participado y de la cual somos fruto. Al parecer el trabajo
realizado infatigablemente por nuestros maestros y maestras no fue en vano.
Contacto:
handresmm@gmail.com
Introducción
Este ensayo quiere dar respuesta a la manera más efectiva en que el alumno se
interese en aprender y por sobre todo en forma significativa.
1
Beltrán, Jesús (1993): “Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje”.
Los factores que determinan la motivación por aprender y el papel del profesor
están dados en el plano pedagógico, donde la motivación significa proporcionar o
fomentar motivos, es decir, estimular la voluntad por aprender y en el contexto escolar en
donde la motivación del estudiante permite explicar en que medida los alumnos invierten
su atención y esfuerzo en determinados asuntos que pueden ser o no los que desean sus
profesores, pero en todo caso se relacionan con sus experiencias subjetivas, su disposición
para involucrarse en las actividades propuestas.2
Uno de los elementos básicos que determina el porqué se aprende, son las
diferentes motivaciones que originan dicho aprendizaje. La motivación constituye el
motor del aprendizaje en el sentido en que mueve o dirige la acción de aprender al incluir
las razones y los intereses con los que se cuenta para hacer algo. Difícilmente es posible
entusiasmarse al ejecutar una tarea para la que no se tiene ninguna motivación. Sin
embargo, cuando se tienen razones fundamentadas por las que esforzarse, se es capaz de
llevarla a cabo.
Todo acto de aprender conlleva —por tanto— una motivación, lo cual conduce a
afirmar que no es posible aprender sin estar más o menos motivado, o que nada sería
posible en este ámbito sin una motivación inicial, aunque sea mínima.
2
Díaz y Hernández (2002) / pág. 69.
Isabel Solé en su artículo enuncia: “la motivación no es algo que viene dado, sino
que se construye en las propias situaciones de enseñanza y aprendizaje. La relación entre
los alumnos y el profesor siempre es interactiva, su influencia es mutua”.4
Es difícil dar una respuesta mágica a la forma de motivar a los alumnos, pero es
imprescindible, pero no absoluto, que el docente se acumule de un bagaje de
herramientas para poder realizar sus clases más interesantes y de esta manera tener una
clase más entretenida y por ende más motivadora, pero está no es una solución infalible,
ya que también depende de las circunstancias que esté viviendo el alumno y del entorno
inmediato.
3
Alonso, J. (1995): “Orientación educativa. Teoría, evaluación e intervención”. Capítulo IV: Problemas de aprendizaje (II)
Evaluación y mejora de la motivación hacia el aprendizaje.
4
Solé, I. (2001): “El apoyo del profesor”. Revista “Aula de innovación educativa”.
5
Escaño, J.; Gil De La Serna, M. (2000). Revista “Aula de innovación educativa”.
Contacto:
astridmunozsoto@gmail.com
Pues bien, este último supuesto mencionado anteriormente es uno de los mayores
temas de divergencia dentro del mundo educativo: ¿Posee mayor relevancia en al ámbito
pedagógico lo cognitivo ante lo afectivo? ¿Cuál de ellas posee mayor impacto en el
proceso enseñanza-aprendizaje? ¿Qué ocurre cuando en una unidad educativa se
privilegia una de ellas? ¿Es más beneficioso plantearlo como una relación de
complementación o como una dicotomía?
El positivismo, doctrina iniciada por Augusto Comte en el siglo XIX, dominó durante
gran parte del siglo XX diversos ámbitos del conocimiento humano, entre ellos el de la
educación; planteó una nueva manera de entender y comprender la realidad que circunda
al ser que busca acercarse a ella con frenesí.
Según Marín (1998), el positivismo afirma que en la realidad existe un orden único
que tiende al progreso indefinido de la sociedad. Todo lo que ocurre responde a ese orden
natural que hay que descubrir, conocer y aceptar. Así, el ser humano no es el constructor
de la realidad social; propone una suerte de inmovilismo social, de orden social,
descartando la problematización.
Ahora bien, por otro lado, la doctrina que intenta superar a la antes mencionada
(positivismo) en este proceso de adquisición del conocimiento, de concepción de la
realidad, es la denominada constructivista y en ella conviven, con algunos matices, las
teorías de Piaget, Vygotsky, Ausubel y la actual psicología cognitiva.
¿Es válido, entonces, a la luz de estas dos grandes teorías, insistir en que la
afectividad es un componente que no debiera ser tomada en cuenta durante el proceso
de enseñanza aprendizaje y que su ausencia durante éste permitirá el crecimiento de
individuos con altos grados de aprendizajes duraderos y significativos en sus vidas?
masa de la enseñanza que pueda transmitir un profesor, como los aprendizajes que pueda
obtener un alumno” (Gámiz C., Óscar; Gámiz C., Beatriz) y tienen gran importancia en el
desarrollo de su personalidad.
herramientas didácticas que apunten a las diferencias que vienen con cada uno de los
educandos, a pesquisar inclinaciones y motivaciones, permitiendo el error y valiéndose de
éstos para provocar aprendizajes permanentes y significativos para sus vidas. Dicho
vínculo, amén de lo afectivo, tiene que entenderse como la dignificación, la comprensión y
correcta lectura de la realidad, del contexto, de las situaciones personales que rodean a
los alumnos.
Para lo anterior, como herramienta básica y sine qua non, se debe considerar al
lenguaje en todas sus manifestaciones, tratando con él de abarcar todos los vectores que
atañen tanto a profesores, alumnos, apoderados y demás entes involucrados en el
proceso educativo.
Bibliografía
Gámiz C., Óscar; Gámiz C., Beatriz: “Inteligencia emocional en el aprendizaje integral para
la enseñanza de las matemáticas”.
Contacto:
robinsondavid59@gmail.com
Esta es una de las grandes interrogantes que se hacen los docentes desde hace
bastante tiempo. Nadie desconoce que el ambiente que se vive hoy en el aula dista mucho
de ser el ideal, esto es debido a factores generacionales, familiares, emocionales y a una
cultura cada vez más permisiva.
Existe una distinción en cuanto a lo que se denominan técnicas para el trabajo con
grupos y técnicas participativas o de dinámicas de grupo. Sin embargo, lo que se
denomina dinámicas de grupo, se utilizan corno técnicas cuando se marca claramente el
objetivo que queremos conseguir, es decir, se utiliza para hacer visibles los procesos que
se viven en el seno del grupo —además de ayudar al autoconocimiento de los miembros—
que se manifiestan como un instrumento de ayuda para que el grupo resuelva los
problemas de interrelación que pueda tener.
Por eso se exponen a continuación una serie de criterios que nos permitan de la
manera más eficaz posible, elegir la técnica que mejor se adapte a cada trabajo de grupo
concreto. Estos criterios no serán siempre compatibles, lo que si será conveniente es
tenerlos en cuenta simultáneamente. Los objetivos que se quieran conseguir. Madurez y
entrenamiento del grupo; las técnicas tienen diversos grados de complejidad y los grupos
son también complejos, por lo que hay que tener en cuenta: el tipo de comunicación que
se da entre los miembros del grupo, el grado de cohesión del grupo, la participación, la
capacidad de escucha, entre otros.
Cuanta menos madurez tenga el grupo, habrá que utilizar técnicas de menor
exigencia. Hay técnicas apropiadas para grupos pequeños y otras que sólo se pueden
realizar con grupos grandes. Pero como las técnicas pueden y deben readaptarse, el
tamaño del grupo no sería demasiado problema.
Independientemente del ambiente del grupo, hay que tener muy en cuenta el local o
aula donde se va a desarrollar la actividad; debe adaptarse al número de participantes,
estar bien ventilado e iluminado, idealmente las sillas deben estar dispuestas de forma
que todos puedan verse la cara. En la mayoría de los casos tendremos que adaptamos a
las posibilidades existentes y elegir otra técnica en lugar de la que teníamos prevista para
que se adapte al espacio de que disponemos. Asimismo, es necesario tener en cuenta las
características de los participantes, su modo de ser, de actuar, de pensar, ya que no todas
las técnicas pueden usarse en cualquier tipo de grupo. De lo que se trata es de evitar
situaciones incómodas o violentas por parte de algunas de las personas del grupo; nadie
debe sentirse obligado a participar en grupo y toda acción que suponga forzar a alguien,
lejos de ayudar al grupo lo puede desestructurar.
Sin duda la aplicación de estas técnicas nos permiten conocer mejor a los alumnos, a
crear vínculos en un plano más personal, son una buena fuente de motivación, relajación y
ruptura con la tradicional clase frontal.
Conclusiones
Fuentes Consultadas:
Bibliográficas
Internet
http://educarytranformar.blogspot.com
http://educarte-educinicial.blogspot.com/
Contacto:
mafabiolama@gmail.com
La compleja realidad vocal del profesor de aula chileno está marcada comúnmente
por el mal uso de las condiciones naturales del aparato vocal en el uso diario del lenguaje,
y en donde además, la infraestructura educacional juega un rol determinante para
favorecer o dificultar el rendimiento acústico de la voz del docente en la sala de clases. La
falta de políticas e iniciativas que pudiesen incentivar el cuidado personal y la
responsabilidad social por el cuidado y educación de la voz son parte de la actitud
negligente y despreocupada de nuestro medio, por desconsiderar, subestimar y hacer
parecer eventuales una pequeña carraspera matutina, un incesante picazón en la garganta
o una anulante disfonía.
Los gritos, las disfonías, las afonías son parte de un proceso que más de un
profesor ha debido sufrir. Sin control, sin responsabilidad, pocas veces prestamos
atención a nuestra actitud frente al uso de la voz en las salas de clase. Pareciera ser que
en definitiva, somos inconscientes del inmenso daño que hacemos a las delicadas y
vulnerables cuerdas vocales, al tomar una bebida exageradamente helada o fumar un
cigarrillo incluso cuando estamos enfermos. La irritación generada aumenta las
probabilidades de profundizar nuestras debilidades y establecerlas como un mal crónico.
Nuestro cuerpo alerta, los síntomas son evidentes, sin embargo la semana es larga y
debemos seguir adelante.
Afiches, dípticos, charlas informativas. Todos los medios deben estar dispuestos y
orientados a formar al profesorado y a construir un apoyo cooperativo de parte de padres,
apoderados y alumnos, quienes deben hacerse responsables del cuidado de su propia voz
y más aún la de sus profesores. Trabajamos a diario en salas afectadas por distintos grados
de contaminación acústica, deficientes características de infraestructura en relación al
rendimiento acústico y malas condiciones de ventilación, lo que potencia el contagio de
enfermedades respiratorias.
Contacto:
benjacontreras@gmail.com
Agradecimientos
A Tania Báez, profesora del Curso de Perfeccionamiento: “Voz y metodologías de
convocatoria pedagógica”, quien nos permitió utilizar nuestros ensayos —desarrollados
para esta capacitación— para promoverlos en esta iniciativa: El “Diario de Reflexiones
Pedagógicas”.
drpchile@gmail.com
drp
Abril de 2009
Mi gran sorpresa fue que para mis colegas asistentes al curso, la pregunta era
simple, y con simpleza también pudieron dar cuenta en extenso de cómo ellos mismos
desarrollaban dicho vínculo.
Poner atención en los aspectos afectivos y relacionales que se dan en esta sabia
mezcla entre maestro y discípulo permite analizar sentidamente el tema de la vocación de
maestro y la de aprendiz en conjunta dependencia. Una co-dependencia hermosa y eficaz,
que pese a las innovadoras metodologías que intervengan en el proceso educativo, nos
recuerda que dicha relación está fundada sobre nuestra capacidad de motivación y
convicción con que vivimos el hecho de guiar a otro y acompañarlo en el camino de
hacerse persona, sujeto, ciudadano, amigo, aprendiz, maestro… De este modo,
descubrimos cuanto nos gusta enseñar, por lo mucho que nos gusta aprender… Y eso es
simple… no lo olvidemos…”
Primera Edición