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Génesis del Poder

Fecha Domingo, 03 agosto a las 00:55:00


Tema Opinión

Opinión

Michael A. Galascio Sánchez (*)

• Muchas barbaridades se han cometido en nombre de los dioses. Se han declarado


guerras santas, se ha incitado a las masas a vengarse de la forma más cruel, se ha
invitado al suicidio colectivo y otras acciones, que de forma individual o de otra
manera, no serían asumidas por la mayoría

El filósofo y escritor hindú, Rabindrath Tagore, decía, “agradezco no


ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son
aplastadas por ellas.” En honor a la verdad, la primera vez que leí este
pensamiento, hace casi veinte años, realizaba la licenciatura en
Ciencias Políticas en EE.UU., no sabía cómo interpretarlo, quizás por
la misma influencia que me rodeaba y por haber sido formado para
trabajar con el poder, no era capaz de ver.

Hoy día, no deja de asombrarme el deseo insaciable del hombre por dominar las
enormes masas humanas, en contraste con la ingenuidad del populacho. Se han
preguntado, ¿porque se hacen encuestas de opinión? Hay quien piensa que es para
conocer las preferencias de los ciudadanos. No obstante, se trata de saber si el programa
de manipulación está funcionando. De eso pueden dar buena cuenta los científicos de
Tavistock en Londres o en Stanford en EE.UU., ambos centro especializados en el
estudio y manipulación del comportamiento humano.

La pregunta es, ¿por qué diseñar métodos de manipulación de masas? Sencillamente,


porque es difícil para un pequeño grupo controlarlas por la fuerza. Por éste motivo, el
hombre desde tiempos inmemoriales, ha utilizado todo tipo de estratagema para
alcanzar ésta finalidad.

Era una época difícil, las armas eran rudimentarias y por tanto, era fundamental idear
una tecnología que les diera dominio sobre el resto de la población. Es en ese momento,
cuando se inventan los dioses. ¿Por qué? Se preguntarán algunos. Tal vez, porque se
trata de entes sin forma, invisibles, que no ocupaban un lugar específico, omniscientes,
omnipotentes que podían infundir terror en los hombres fuertes y sino, en sus mujeres e
hijos quienes les persuadirían de respetar los caprichos o deseos, en ocasiones
incomprensibles de los todopoderosos.

¿Alguna vez se han preguntado, por qué estos dioses eran implacables, iracundos e
incomprensibles? Mientras que en otras ocasiones, eran protectores y propiciadores de
triunfos. ¿Será porque era una invención humana?
Muchas barbaridades se han cometido en nombre de los dioses. Se han declarado
guerras santas, se ha incitado a las masas a vengarse de la forma más cruel, se ha
invitado al suicidio colectivo y otras acciones, que de forma individual o de otra
manera, no serían asumidas por la mayoría. No obstante, el poder de los “dioses” es
invencible. Señalaba, Lord Acton que “con un poder absoluto hasta a un burro le resulta
fácil gobernar”. Ciertamente, quienes representaban a los dioses tenían ese poder.

No obstante, ¿cómo se crea a un dios? ¿Cómo se puede explicar el génesis de este


poder? Quizás, despertando unos de los elementos que ayuda a que se manifieste el
poder. El miedo. Luego, darle un carácter “fuera de éste mundo”, inaccesible al resto de
los mortales. Por ejemplo, es la “voluntad de los dioses”, “ellos no perdonan”, “sus
designios son difíciles de comprender”. Una vez la idea cala en la masa, se procede a
impartir las primeras órdenes a los siervos de los dioses. Con el transcurrir del tiempo,
el rebaño será incapaz de cuestionar “el gran poder” de los dioses.

En éste punto, hace falta buscar a los “elegidos”. Aquí, es conveniente realizar la
reflexión del político y escritor irlandés, Jonathan Swift, “el poder arbitrario constituye
una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre
joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la mujer”.
En éste sentido, “el candidato” debe ser alguien que se pueda manipular, en otras
palabras, “digno de confianza”. Así que, debe tener unas características especiales.
Debe ser solitario, austero, humilde, justo, mostrar obediencia ante “las normas
divinas”. Aunque realmente, no importa mucho, porque “los dioses están en todas
partes”, “saben lo que hacemos en todo momento”.

Una vez finalizado el proceso de crear a estas entidades, donde no hay cabida para que
las leyes naturales sigan su propio curso, el ser humano se convierte en una criatura
cegada por la locura absolutista, pues mientras más inteligente, más sediento por dirigir
la actividad de sus iguales para lograr los fines que ha urdido, interesando a todos en el
proyecto mediante la “creación de realidades” que les transmite constantemente. ¡Esa es
la magia moderna!

De aquí, sale el “mensaje salvador”, las leyendas, se capta a los peregrinos, los
fanáticos, los mártires, se crean escuelas, teologías, dogmas. Es la verdadera fuerza de
quienes controlan las masas. Es el poder esclavizador de la mente. Es el momento en
que la lógica se pierde en un proceso mental fantasioso. Se convierte en uno de los
grandes problemas de la humanidad.

¡Bienvenidos al Génesis del Poder!

(*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología de la Salud y Clínica

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