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¿Qué Es Un Héroe en Los Tiempos Que Corren - Michael A. Galascio Sánchez
¿Qué Es Un Héroe en Los Tiempos Que Corren - Michael A. Galascio Sánchez
Opinión
Ciertamente, parece existir una confusión sobre lo que significa ser héroe. La fama,
aparenta reflejar un mérito, en ocasiones, injusto, y ese mérito, pone en evidencia a las
grandes fuerzas comercializadoras, ocultas detrás del famoso. Un ejemplo ilustrativo,
sobre ésta afirmación sucedió en 1997, cuando la muerte de Lady Di, atrajo más
cobertura mediática, que el fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta. Sin duda,
quedó de manifiesto la sociedad de la fama, que nos está empujando hacia una
humanidad débil en términos de virtudes, si tomamos en consideración, que sobre Lady
Di, conocemos sus sentimientos de fracaso, expresados abiertamente, sus problemas de
depresión, bulimia y un matrimonio malogrado, por el cuál no tenía reparo en llorar en
público en cualquier momento.
Por otro lado, existe otra dimensión del héroe, que surgió aproximadamente, mil años
antes de que naciera Jesucristo, el inmortal Homero de los griegos, a quien se le
atribuyeron dos de los grandes poemas épicos, uno la Iliada; el otro, la Odisea. El héroe
de la Iliada no era Aquiles, sino Héctor, el jefe de los troyanos enemigos, a quien
Aquiles derrotó y mató. El poema termina, no con la glorificación de Aquiles, sino con
la del derrotado Héctor [3].
El otro poema, la Odisea, tiene su héroe, no Ulises, sino Penélope, su esposa, que le fue
fiel durante sus años de viaje. Cuando los pretendientes la apremiaron para que
decidiera, les dijo que cuando terminase de tejer la tela que veían delante de ella,
atendería a su requerimiento. Pero cada noche deshacía lo hecho durante el día, y así
permaneció fiel hasta que regresó su esposo. “De todas las mujeres —dijo—, soy la más
desgraciada.” Podríamos aplicar a ella las palabras de Shakespeare: “El dolor se asienta
en mi alma como en un trono. Los reyes vienen y se inclinan ante él.” Durante mil años,
antes del nacimiento de Jesucristo resonó la antigüedad pagana con esos dos poemas
que arrojaban a los vientos de la historia el misterioso reto de glorificar a un hombre
derrotado y ensalzar a una mujer acongojada. Los siglos siguientes se preguntaron:
¿cómo puede alguien ser victorioso en la derrota y glorioso en el dolor? Este héroe nada
tiene que ver con el individualista, maquiavélico, astuto y calculador artífice de su
propia gloria que ejemplarizó el ilustre Baltasar Gracían en su tratado [4].
La fortaleza de los héroes olvidados por nuestra sociedad tiene más bien que ver con su
virtud espiritual, moral y su lealtad para consigo mismo y no la lucha contra agentes
maléficos exteriores, monstruos o fieras. En la búsqueda de sí mismo, encontrar ese
elemento capaz de despertarle y hacerle conciente de su misión o papel en ésta
sociedad, a pesar de las grandes resistencias de su entorno. Hoy, la esencia del
verdadero heroísmo se ha diluido entre las páginas de las revistas rosas, creadora de
iconos basados en imágenes y cimentada sobre méritos insubstanciales.
[1] Heroes. (n.d.). The Concise Oxford Companion to Classical Literature. Retrieved
October 08, 2007, from Answers.com Web site: http://www.answers.com/topic/heroes-
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[2] Carlyle, T.: (1938) Tratado de los Héroes: “de su culto y de lo heroico en la historia.
Traducción y Prólogo de J. Farrán y Mayoral. Editor Luís Miracle. Barcelona. Primera
Edición. Página, 21.
[3] Homero: La Iliada, Canto XXIV. El Pacto, 788-804. Mas, así que se descubrió la
hija de la mañana, la Aurora de rosáceos dedos, congregóse el pueblo en torno de la pira
del ilustre Héctor. Y cuando todos acudieron y se hubieron reunido, apagaron con negro
vino la parte de la pira a que la violencia del fuego había alcanzado; y seguidamente los
hermanos y los amigos, gimiendo y corriéndoles las lágrimas por las mejillas,
recogieron los blancos huesos y los colocaron en una urna de oro, envueltos en fino velo
de púrpura. Depositaron la urna en el hoyo, que cubrieron con muchas y grandes
piedras, y erigieron el túmulo. Habían puesto centinelas por todos lados, para no ser
sorprendidos si los aqueos, de hermosas grebas, los acometían. Levantado el túmulo,
volviéronse; y, reunidos después en el palacio del rey Príamo, alumno de Zeus,
celebraron un espléndido banquete fúnebre. 804 Así hicieron las honras de Héctor,
domador de caballos.
[4] Baltasar Gracián, (1601 -1658) escritor español del Siglo de Oro que cultivó la prosa
didáctica y filosófica. Entre sus obras destaca El Criticón- alegoría la humana, que
constituye una de las novelas más importantes de la literatura española comparable, por
su calidad al Quijote o La Celestina. Sin embargo, deseo señalar que uno de sus
primeros libros publicados fue un tratado en el que se describen las cualidades del
hombre de excepción. (*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología
de la Salud y Clínica