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El Barroco español

Características del barroco español

• Tiene un marcado carácter religioso y será utilizado por la


Iglesia como argumento convincente.
• Tiene una poderosa mezcla de ornamentación y sobriedad, en
un mismo edificio.
• En el XVIII la decoración es tan abundante y complicada como el
rococó alemán, pero mientras que éste es elegante y femenino, el
hispano es emotivo y alucinado.
• Los materiales son pobres, la economía española ya no es
boyante, pero ni la corona ni la Iglesia quieren que eso se vea, y
se disimula con la ornamentación. Más que la piedra o el mármol,
abunda el ladrillo.
• La madera, de tradición castellana, es el material casi exclusivo
de la escultura.
• Gran variedad, casi cada autor crea un estilo diferente. Lo que
crea dificultades de agrupación.
Cárcel de la villa
MºAsuntos Exteriores
Gómez de Mora
Clerecía de Salamanca, Gómez de Mora
Plaza Mayor de Madrid, Gómez de Mora
Plaza Mayor de Salamanca
Alberto Churriguera y García de Quiñones
Retablo de San Esteban, Salamanca
José de Churriguera
Transparente, catedral de Toledo
Narciso Tomé
Hospicio de Madrid
Pedro Ribera
Fachada del Obradoiro, Casas y Novoa
Sta. Clara, Santiago
Simón Rodríguez
Palacio Real de Madrid, Sachetti
Palacio Real de Aranjuez
S. Bruno, Pereyra
Felipe IV, Pietro Tacca
La Piedad, Gregorio Fernández
Constaba de 5 figuras: Juan, Magdalena, 2 ladrones y Cristo en el regazo de
su madre, sobre una rodilla el cuerpo de Cristo parece resbalar. Rompe con
la composición piramidal de Miguel Ángel. Destacan las diagonales y la
asimetría propias del Barroco. El realismo de los gestos y del desnudo, y la
amplitud de los ropajes, con pliegues que provocan acusados contrastes
lumínicos, son característicos de su producción madura.
Ecce Homo,
Gregorio Fernández
Adoración de los Pastores
Gregorio Fernández
Cristo atado a la columna
Gregorio Fernández
Paso del Descendimiento
Gregorio Fernández
Cristo yacente, Gregorio Fernández

Nueva temática: Cristo solo, sin


verdugos ni acompañantes en
su dolor. Gran realismo, muy
naturalista: estudio anatómico;
signos de sufrimiento (herida,
sangre, boca entreabierta).
Policromía para acentuar el
patetismo. Todo ello para
fomentar la religiosidad propia
de la Contrarreforma. Rompe
con la contención típica del
clasicismo.
Cristo de la Clemencia
Martínez Montañés

Inicia su formación en Granada,


la finaliza en Sevilla. Pacheco
le da policromía a sus obras.
Se aleja del dramatismo
castellano, las actitudes son
serenas, pero de gran fuerza
interior. Su obra capital es el
retablo de S. Isidoro del
Campo, Sevilla.
S. Jerónimo penitente
Martínez Montañés
Inmaculada “del fascistol”, Alonso Cano

(atril para sujetar los libros del


coro; trono o sillón) sacristía
catedral Granada, trasladada a la
sacristía para su contemplación.
Fusiforme (tiene forma de huso:
gordo por el centro, adelgaza
hacia los extremos) como otras
obras suyas. Fiel a la iconografía
andaluza: representada con la
apariencia frágil y delicada de
una niña. Se apoya sobre un
trono de nubes y ángeles. El
delicado giro de cabeza y la
disposición lateral de las manos
rompen la simetría habitual y
potencian su exquisita gracia.
Magdalena penitente
Pedro de Mena

Arrepentida mira el símbolo de la muerte


de Cristo y redención de la humanidad.
Madera de cedro, transmite el fervor
religioso con gestos muy medidos:
mano derecha de finos dedos en el
pecho, izquierda sostiene fuerte el
crucifijo, cuerpo ligeramente inclinado
hacia delante ayuda a centrar la
atención en la mirada de Magdalena a
la cruz pidiendo auxilio. Labios
entreabiertos, ojos enrojecidos,
mejillas rígidas del llanto y frente
arrugada muestran el arrepentimiento.
El dolor la envejece el rostro sin
restarle un ápice de belleza. Cualquier
indicio de sensualidad queda oculto
bajo la túnica de palma, ni siquiera se
insinúan las formas femeninas
S. Pedro de Alcántara
Pedro de Mena
La oración del Huerto,
Salzillo

Hijo de un escultor
napolitano (de donde trae
el gusto por los pesebres)
representa al rococó
sabiendo contactar con el
alma del pueblo, siendo
admirado y comprendido
inmediatamente. Con el
equilibrio de su plástica
devuelve el gusto por lo
clásico. No hay ya realismo
ni patetismo barroco.
Desnudo del ángel, casi clásico, imbuido de un
gran ímpetu realzado por el brazo en contraste
con el desmayado Cristo.
Catedral de San Isidro, Fco, Bautista
San Luis, Sevilla
Figueroa

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