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EL HIMNO COTIDIANO Gabriela Mistral En este nuevo da que me concedes, oh Seor!

, dame mi parte de alegra y haz que consiga ser mejor. Dame t el don de la salud, la fe, el ardor, la intrepidez, squito de la juventud; y la cosecha de verdad, la reflexin, la sensatez, squito de la ancianidad. Dichoso yo si, al fin del da un odio menos llevo en m; si una luz ms mis pasos gua y si un error ms yo extingu. Que cada tumbo en el sendero me vaya haciendo conocer cada predusco traicionero que mi ojo ruin no supo ver. Y que, por fin, mi siglo engredo en su grandeza material, no me deslumbre hasta el olvido de que soy barro y soy mortal.

SUEO GRANDE Gabriela Mistral A nio tan dormido no me lo recordis

Dorma as en mi entraa con mucha dejadez. Yo lo saqu del sueo de todo su querer, y ahora se me ha vuelto a dormir otra vez. Resuello se le oye en agua de correr; pestaas se le mueven en hojas de maitn. Y nos vamos durmiendo como de su merced, de sobras de ese sueo hasta el amanecer.

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