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TRABAJO PRÁCTICO

“Cáncer de pulmón”

Integrantes: Paula Sorrentino, Camila Malvacio, Federico


Ristagno, Patricio Couceiro, Kimberly Villalobos.

Año: 4º “Eco”

Escuela: Instituto San Agustín.

Profesora: Patricia Castro.

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El cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón es un conjunto de enfermedades resultantes del crecimiento maligno de células del tracto
respiratorio y uno de los tipos de cáncer mas frecuentes a nivel mundial. Es una de las enfermedades mas graves,
responsable de los mayores índices de mortalidad a escala mundial
Los síntomas más frecuentes suelen ser dificultad respiratoria, tos- incluyendo tos sanguinolenta- y pérdida de
peso, así como dolor toráxico, ronquera e hinchazón en el cuello y la cara.
Es clasificado en dos tipos en función del tamaño y apariencia de las células malignas: el cáncer pulmonar de
células pequeñas (microcitico) y el de células no pequeñas (no microcitico). Esta distinción condiciona el
tratamiento y el primero por lo general es tratado con quimioterapia y radiación, el segundo cirugía, láser y, en
casos selectos, terapia foto dinámica.
La causa mas común de cáncer de pulmón es el tabaquismo. Y la mejor forma de evitar que aparezca es dejar de
fumar, o no empezar nunca.
El diagnostico temprano de cáncer de pulmón es el principal condicionante para el éxito en su tratamiento. En
estadios tempranos puede ser tratado mediante resección quirúrgica con éxito de curación. En la mayoría de los
casos de diagnostico donde ya ocurre metástasis presenta los peores pronósticos, con una esperanza de vida
promedio de aproximadamente 8 meses.

CAUSAS
• Tabaco. Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada concentración de carcinógenos,
va a parar directamente al aire y es inhalado tanto por los fumadores como por los no fumadores. Dejar de fumar
también reduce de manera significativa el riesgo de contraer otras enfermedades relacionadas con el tabaco, como
las enfermedades del corazón, el enfisema y la bronquitis crónica.
• Efectos del radón. El radón es un gas radiactivo que se halla en las rocas y en el suelo de la
tierra, formado por la descomposición natural del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de determinar
si uno está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la exposición al radón combinada con el cigarrillo
aumenta significativamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Por lo tanto, para los fumadores, la
exposición al radón supone un riesgo todavía mayor.
• Exposición a carcinógenos. El amianto es tal vez la más conocida de las sustancias industriales
relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay muchas otras: uranio, arsénico, ciertos productos derivados del
petróleo, etc.
• Predisposición genética. Se sabe que el cáncer puede estar causado por mutaciones (cambios)
del ADN, que activan oncogenes o los hacen inactivos a los genes supresores de tumores. Algunas personas
heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer.
• Agentes causantes de cáncer en el trabajo. Entre las personas con riesgo se encuentran los
mineros que inhalan minerales radiactivos, como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos
como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de
mostaza y los éteres clorometílicos.
• Marihuana . Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que los de tabaco.
Igualmente, el humo se inhala profundamente y se retiene en los pulmones por largo tiempo. Además, los
cigarrillos de marihuana se fuman hasta el final, donde el contenido de alquitrán es mayor.
• Inflamación recurrente. La tuberculosis y algunos tipos de neumonía a menudo dejan cicatrices
en el pulmón. Estas cicatrices aumentan el riesgo de que la persona desarrolle el tipo de cáncer de pulmón
llamado adenocarcinoma.
• Polvo de talco. Algunos estudios llevados a cabo en mineros y molineros de talco sugieren que
éstos tienen un mayor riesgo de desarrollar dicha enfermedad debido a la exposición de los mismos al talco de
calidad industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto.
• Otros tipos de exposición a minerales Las personas con silicosis y beriliosis (enfermedades
pulmonares causadas por la inhalación de ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer
de pulmón.
• Exceso o deficiencia de vitamina A. Las personas que no reciben suficiente vitamina A tienen
un mayor riesgo de padecer de cáncer de pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede
aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón.

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• Contaminación del aire. En algunas ciudades, la contaminación del aire puede aumentar
ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Este riesgo es mucho menor que el causado por el hábito de fumar.

SÍNTOMAS DE CÁNCER DE PULMÓN

Personas que lo padecen


• Personas mayores de cincuenta años de edad que han fumado cigarrillos durante muchos años.
• La incidencia de cáncer de pulmón entre las mujeres en general ha aumentado, lo cual puede
atribuirse claramente al aumento del número de mujeres que fuman.
Síntomas
• Tos o dolor en el tórax que no desaparece y que puede ir acompañada de expectoración.
• Un silbido en la respiración, falta de aliento.
• Tos o esputos con sangre.
• Ronquera o hinchazón en la cara y el cuello.
• Diseña o sensación de falta de aire

¿Qué revisiones son necesarias? ¿En qué consisten?


Una vez finalizado el tratamiento con intención curativa es conveniente realizar revisiones periódicas. La razón es
que existe un riesgo de que la enfermedad vuelva a aparecer, lo que denominamos recidiva. Este riesgo es
variable, dependiendo del estadio de la enfermedad. Lo que se pretende conseguir es el diagnóstico precoz de esta
recidiva para instaurar el tratamiento lo antes posible. Además, las personas que han padecido cáncer de pulmón
tienen mayor riesgo de desarrollar un segundo cáncer de pulmón.
Habitualmente estas revisiones se programan cada tres meses durante los dos primeros años, cada seis meses los
siguientes tres años, y anualmente después de cinco años. No existe consenso respecto a las pruebas a realizar,
pero lo más común es la exploración física, analítica de sangre y TAC o radiografía de tórax, dependiendo de los
síntomas y del criterio del oncólogo.

¿Qué cuidados generales debe tener el paciente terminal?


Es normal que en la fase final de la enfermedad el paciente comience a presentar cambios físicos más importantes
y llamativos, que le originan una serie de síntomas que serán variables en número e intensidad a lo largo de los
días. Los enfermos pueden presentar una media de doce síntomas físicos y emocionales a la vez, algunos de ellos
intensos, y es importante saber que la mayoría pueden ser controlados.
La familia puede colaborar eficazmente en el cuidado del enfermo no sólo en el control de los síntomas, sino
también en otros aspectos higiénicos-sanitarios, como son la alimentación, los cambios posturales y la higiene
personal. Los cuidados generales más importantes se describen a continuación.
Cuidados de la piel.
Una de las lesiones más importantes que aparece en estos enfermos son las úlceras de decúbito o por presión, que
suelen estar provocadas por el encamamiento prolongado. Las zonas más frecuentes de aparición de estas lesiones
son en las prominencias óseas como tobillos, talones, rodillas, pelvis y coxis. Una vez que aparecen estas úlceras
son difíciles de tratar, por lo que es fundamental prevenirlas: disminuir la presión en las zonas de más riesgo de
aparición mediante cambios posturales cada 2-3 horas. Estos cambios se deben realizar levantando al paciente sin
arrastrarlo por la cama ya que se lesionaría más la piel. Es importante proteger la zona de más riesgo para la
formación de la úlcera empleando almohadas y cojines. Suelen ser de gran utilidad los colchones
antiescaras. Es fundamental mantener la piel limpia, seca e hidratada. Se debe emplear jabón neutro para la
higiene diaria.
Es importante colocar un empapador entre el colchón y el paciente para que absorba la humedad. Deben evitar las
arrugas que se forman en las sábanas y es bueno realizar un masaje suave, sin provocar dolor en las zonas de más
riesgo, ya que favorece la circulación y la relajación. Información, supervivencia y calidad de vida
Cuidados de la boca.
Mantener una buena higiene mediante cepillado de los dientes y lengua después de cada comida, empleando un
dentífrico y cepillo suave para evitar la irritación o lesión de la mucosa o mediante la ayuda de bastoncillos
humedecidos. Los labios han de mantenerse perfectamente hidratados, empleando cremas labiales o hidratantes.
Un problema frecuente en estos pacientes es la boca seca, que puede aliviarse con líquidos a pequeños sorbos,

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realizando enjuagues, tomando manzanilla con limón, masticando chicles sin azúcar, chupando trocitos de piña
natural o cubitos de hielos aromatizados, etc.
Alimentación e hidratación. Una idea habitual es que la familia piense que si no se alimenta adecuadamente el
paciente no tendrá fuerzas para luchar contra la enfermedad. Sin embargo, esto no es así. El paciente terminal no
necesita la misma cantidad de alimento que una persona sana, ya que su actividad se ha reducido
considerablemente y sus necesidades también. Nunca se obligará a comer si el enfermo no quiere o no puede. La
norma es: lo que quiera, cuanto quiera y cuando quiera.
Evacuación. Debido a la debilidad del paciente, la falta de movilidad y el empleo de determinados fármacos para
el dolor, es frecuente que el paciente presente dificultad a la hora de la evacuación de las heces, convirtiendo este
acto en un proceso doloroso y estresante. Se recomienda: no hacer esperar al enfermo cuando comente la
necesidad de hacer deposición; permitirle cierto grado de intimidad; y estimular la ingesta de líquidos para que las
heces se hidraten y sean menos duras.
En la medida de lo posible el paciente debe movilizarse.
En el caso de que el paciente lleve tres días sin realizar una deposición es aconsejable que su médico valore la
necesidad de añadir laxantes, medidas rectales (supositorios, micralax), enemas...
Actividad física. Los cuidados en este sentido deben dirigirse a mantener la autonomía del paciente. Se le debe
estimular para que realice aquellas actividades que pueda llevar a cabo él solo, según sus prioridades y
preferencias, como la higiene personal, comer en la mesa con el resto de la familia, etc.
Actividad mental. Es importante facilitar y promocionar la participación del paciente en la toma de decisiones de
su enfermedad y sus cuidados.
Cuidados del sueño. El reposo y el descanso son aspectos muy importantes ya que permiten un cierto grado de
recuperación del cansancio del enfermo. Es fundamental favorecer un ambiente tranquilo, con una temperatura
agradable, una iluminación adecuada, sin ruidos. Las bebidas calientes antes de acostarse facilitan el sueño. Es
importante ayudar al enfermo a relajarse a través de la música o un masaje. La compañía y la seguridad de que
siempre estará alguien pendiente de él y de sus necesidades durante la noche pueden hacer desaparecer algunos
miedos que le impiden conciliar el sueño. Mantener un diálogo y un buen nivel de comunicación permite que el
paciente se desahogue y exprese alguna de sus preocupaciones disminuyendo el nivel de estrés y angustia.

Prevención del Cáncer de pulmón

La principal prevención del cáncer de pulmón, es impedir que aparezca. Evitar fumar, tabaco o cualquier otra
sustancia, es un claro ejemplo.
También la práctica de deportes aumenta las posibilidades de mantener una vida sana y saludable, no sólo la
práctica de deportes, sino también, algo tan simple como una caminata de 40 minutos por día, disminuye un 50%
de posibilidades de cáncer de pulmón.
También debería evitar el humo secundario del tabaco, ya que, se estaría convirtiendo en un “fumador pasivo”.
Se tienen que hacer controles re Radón en los hogares para verificar si está presente, porque es un gas invisible,
no tiene olor y es casi imperceptible que se encuentra en sótanos antiguos y en las rajaduras de las paredes.
Se tiene que incorporar una dieta de frutas y verduras, ya que las vitaminas de éstos pueden ayudar a prevenir el
cáncer de pulmón.

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Tratamiento del cáncer de pulmón

Las opciones de tratamiento para el cáncer de pulmón son cirugía, radioterapia y quimioterapia, solas o
combinadas, dependiendo según el estado del cáncer, el tipo celular del cáncer y cuanto se ha diseminado, así
como el estado de salud del paciente. Por esta razón, es muy importante que se realicen todas las pruebas
diagnósticas necesarias para determinar el estadio del cáncer.
Cirugía
Si las investigaciones diagnósticas confirman la presencia de cáncer de pulmón, una tomografía puede determinar
si la enfermedad está localizada y si es posible el abordaje quirúrgico o si la diseminación es tal que no puede ser
curada con cirugía. También se espera que se hagan exámenes de sangre y de función pulmonar para determinar si
el paciente está en condiciones de ser operado y si le quedará suficiente tejido pulmonar sano después de la
cirugía. Si se descubre una reserva respiratoria deficiente, como en el caso de fumadores con enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, puede que la cirugía esté contraindicada. Algunos avances en técnicas quirúrgicas
han hecho posible la cirugía en pacientes con serios problemas médicos coexistentes.
Algunos procedimientos quirúrgicos incluyen:
• Si se extirpa un lóbulo del pulmón, el procedimiento se llama lobectomía.
• Si se extirpa todo el pulmón, la cirugía se denomina neumonectomía.
• La extirpación de parte de un lóbulo se conoce como segmentectomía o resección en cuña

En aquellos pacientes con una reserva respiratoria adecuada, la lobectomía es el abordaje preferido por razón de
que minimiza la probabilidad de una recurrencia localizada. Si las funciones pulmonares del paciente son bajas, se
aconseja una resección en cuña.Las posibles complicaciones incluyen hemorragia importante, infección de las
heridas y neumonía. Debido a que el cirujano debe realizar el corte a través de las costillas para llegar al pulmón,
las costillas dolerán por un tiempo después de la cirugía. Las actividades se limitan durante al menos uno o dos
meses.

La cirugía de pulmón tiene una tasa de muerte post-operatoria cercana de 4,4%, dependiendo de la función
pulmonar y otros factores de riesgo.

Radioterapia
La radioterapia implica el uso de radiación ionizante, como los rayos X de alta energía, para destruir las células
cancerosas y reducir el tamaño de los tumores.
En la radioterapia externa se utiliza radioterapia generada en el exterior del cuerpo por medio de unacelerador
lineal y que se concentra en el cáncer. Este tipo de radioterapia es el que se usa con más frecuencia para tratar un
cáncer primario del pulmón o sus metástasis en otros órganos.
En la radioterapia interna o braquiterapia se utilizan pequeñas pastillas de material o isótopo radiactivo que se
colocan directamente en el área cancerosa o en la vía aérea próxima al área cancerosa.Este tipo de braquiterapia
generalmente es de tipo paliativo y su principal indicación es una atelectasia obstructiva por el cáncer. La
braquiterapia en los márgenes de la resección puede reducir la recurrencia
Algunas veces se usa la radioterapia como el tratamiento principal del cáncer del pulmón, especialmente cuando
la salud general del paciente es demasiado pobre como para someterse a una cirugía .También se puede usar para
ayudar a aliviar el bloqueo de las grandes vías aéreas causado por el cáncer.
Se puede usar la radioterapia después de la cirugía para destruir restos muy pequeños de cáncer que no se pueden
ver ni extirpar durante la cirugía (enfermedad microscópica residual). Además, la radioterapia se puede usar para
aliviar algunos síntomas de cáncer del pulmón como dolor, hemorragia, dificultad para tragar, y problemas
causados por las metástasis cerebrales.Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir problemas leves
en la piel, náuseas, vómitos y cansancio. Frecuentemente estos efectos secundarios duran un corto espacio de
tiempo. La radioterapia también puede empeorar los efectos de la quimioterapia. La radioterapia en el tórax puede
dañar los pulmones y causar dificultad para respirar. El esófago se encuentra en el centro del tórax y estará
expuesto a la radioterapia. Por esta razón, es posible que se experimente dificultad para tragar durante el
tratamiento (esofagitis). Estos efectos mejorarán después de finalizar el tratamiento.

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Quimioterapia
La quimioterapia consiste en la administración de medicamentos antineoplásicos o citostáticos por vía intravenosa
u oral para impedir la multiplicación de las células cancerosas .Estos medicamentos entran en el torrente
sanguíneo y llegan a todas las áreas del cuerpo, lo cual permite que este tratamiento sea útil incluso para aquellos
cánceres que se han propagado o metastatizado en órganos distantes del pulmón .Dependiendo del tipo y del
estadio del cáncer del pulmón, la quimioterapia se puede administrar como tratamiento principal (primario) o
como tratamiento auxiliar (adyuvante) a la cirugía o la radioterapia. Generalmente en la quimioterapia para el
cáncer del pulmón se utiliza una combinación de medicamentos contra el cáncer (poliquimioterapia).
El cisplatino (CDDP), o su similar, el carboplatino, son los agentes quimioterápicos que se usan con más
frecuencia para tratar el cáncer del pulmón de células no pequeñas (NSCLC). Estudios recientes han encontrado
que la combinación de cualquiera de estos con medicamentos
como gemcitabina, paclitaxel,docetaxel, etopósido (VP-16), o vinorelbina parece mejorar la eficacia en el
tratamiento del NSCLC.[149] La gemcitabina se aprobó inicialmente para el tratamiento del cáncer de páncreas y es
ahora ampliamente usado en el tratamiento del NSCLC.[150] La vinorelbina es un alcaloide que inhibe
la mitosis en células en la fase M del ciclo celular al inhibir la polimerización de la tubulina.[151] La
mielosupresión, es decir, una reducción en la producción de la línea granulocítica de los glóbulos blancos es el
único efecto adverso que limita la dosificación de estos medicamentos. Se continúa investigando en estudios
clínicos la mejor manera de utilizar esta combinación de medicamentos. Otros medicamentos han aparecido con
resultados prometedores, tal como elpemetrexed, recomendado para estados avanzados locales e incluso
metastásicos del NSCLC.Algunas de las combinaciones usuales de medicamentos en la quimioterapia utilizada
para pacientes con cáncer del pulmón de células pequeñas (SCLC) incluyen:
EP (etopósido y cisplatino)
• ET (etopósido y carboplatino)
• ICE (ifosfamida, carboplatino y etopósido)
• CAV (ciclofosfamida, doxorrubicina o adriamicina y vincristina).
Los nuevos medicamentos como gemcitabina, paclitaxel, vinorelbina, topotecán y tenipósido han mostrado
resultados prometedores en algunos estudios de SCLC. Si la salud del paciente es relativamente buena, es posible
que se administren dosis más altas de quimioterapia junto con medicamentos denominados factores de
crecimiento (factor estimulante de colonias de neutrófilos o macrófagos y eritropoyetina). Estos ayudan a prevenir
los efectos secundarios de la quimioterapia en la médula ósea.
Los medicamentos de la quimioterapia destruyen las células cancerosas pero también dañan algunas células
normales.[147] Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo de medicamentos que se usen, la
cantidad que se administre y la duración del tratamiento. Los efectos secundarios temporales pueden
incluirnáuseas y vómitos, pérdida del apetito (anorexia), pérdida del cabello (alopecia) y aparición de llagas en la
boca (mucositis).Ya que el cisplatino, vinorelbina, docetaxel o paclitaxel pueden dañar los nervios, es posible que
se experimente adormecimiento, particularmente en los dedos de las manos y los pies, y algunas veces debilidad
en los brazos y piernas (neuropatía).Algunos estudios han sugerido que los cannabinoides derivados de
la marihuana usados durante la quimioterapia han reducido las náuseas y vómitos asociados al tratamiento,
permitiendo al paciente comer.

Terapia biológica

Recientemente se ha aprobado en algunos países la terapia biológica o inmunoterapia para el tratamiento del
cáncer de pulmón. La inmunoterapia puede indicarse en conjunto con la cirugía, la quimioterapia y la
radioterapia. Estas terapias biológicas utilizan el sistema inmune del cuerpo, ya sea directa o indirectamente, para
combatir el cáncer o para disminuir los efectos secundarios que pueden causar algunos tratamientos del cáncer
.Los compuestos más frecuentemente usados incluyen los interferones, las interleucinas, inhibidores de los
factores de crecimiento como el erlotinib, los anticuerpos monoclonales como el bevacizumab, las vacunas, la
terapia génica y agentes inmunomoduladores no específicos.
El progreso que se ha realizado en cuanto a entender la biología y los mecanismos oncogenéticos del cáncer de
pulmón ha permitido el desarrollo de tratamientos basados en la composición molecular de las células cancerosas.
Algunas de las dianas moleculares estudiadas incluyen el factor de crecimiento vascular y sus receptores, así

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como el receptor del factor de crecimiento epidérmico. Estos medicamentos parecen ser más seguros y eficaces en
ciertos subtipos histológicos del cáncer de pulmón, en particular el de células no-pequeñas y sus estadios
avanzados. La única desventaja hasta ahora es que se requiere de un diagnóstico histológico del cáncer.

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