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DEL HIJO
PRODIGO
Hijo Pródigo: ¿Qué podemos aprender con esa parábola?
Cierta vez, el hijo más joven solicitó recibir su parte de la herencia y, para atender al pedido de él,
el padre repartió su propiedad entre ellos.
Poco después de recibir su parte, el hijo más joven reunió sus bienes y partió para una región
distante.
En este local, él gastó todos los recursos de forma extremadamente frívola e irresponsable,
rápidamente quedándose sin medios para sustentarse.
Una vez que se encontró en gran necesidad, el hijo pródigo buscó empleo en la región en la que
estaba, consiguiendo la humilde tarea de cuidar cerdos.
En aquel momento, nadie fue caritativo con él, dejándolo envidiar el alimento que los cerdos
tenían más que él.
Cierto día, el joven recordó a dos empleados de su padre, que estaban ricos y en circunstancias
armónicas.
.
Se arrepintió de su acto ingrato y decidió volver a la casa del padre y pedir
su misericordia con el fin de rehacer su vida.
Sin embargo, el hijo mayor, cuando se deparó con la fiesta preparada para su
hermano, sintió rebeldía y envidia.
El primero fue creer que el dinero era la causa principal de la felicidad y que
debería ser valorado por encima de todo y de todos.
Además de eso, el pasaje enseña que, muchas veces, cuando la evolución moral no es
adquirida en el amor, debe ser conquistada por medio del dolor.
Otra enseñanza que podemos observar es la de que Dios nos acepta como somos y
que, cuando el arrepentimiento es sincero y el individuo está dispuesto a postrarse
para recibir el perdón, él lo espera de brazos abiertos.
Eso no significa que los errores sean ignorados, pero que más vale para el Padre la
vida del hijo y su intención de reparar su falla, que insistir en culparlo por su
equivocación.
Estudio sobre el hijo pródigo
A pesar del error del hijo pródigo y su posterior redención, él no
es el único personaje de la parábola que debe ser observado.
En ese sentido, considerarse más merecedor de afecto y aprecio por haber cometido errores menos graves no es
justificable.
El amor verdadero no disputa fracasos, sino que apoya la evolución del prójimo, una vez que él se muestra dispuesto
a evolucionar.
Cuando el hijo mayor se siente resentido por la conmemoración del padre con el regreso del hermano, él explica que
no hace el bien por el bien, pero si por el reconocimiento.
La acción benevolente debería ser suficiente y ser una fuente de alegría solo a través de su práctica.
¿Por qué el padre no fue detrás del hijo pródigo?
Para conseguir el progreso, muchas veces, es preciso cometer equivocaciones.
Eso explica el hecho que el padre del hijo pródigo no fue detrás de él ni le impidió
irse.