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EL MISAL Y LAS RÚBRICAS

• Las rúbricas son, de algún modo, teología en acto, responden a un


porqué, y evitan el capricho y la arbitrariedad de unos y otros, para
crear unidad en la liturgia, unidad que es comunión eclesial. Sí, las
rúbricas hay que cumplirlas y obedecerlas: es la Iglesia –nadie en
particular, nadie por iniciativa propia- quien dispone cómo hay que
celebrar. También en esto, “sentir con la Iglesia” y “sentir la Iglesia”
es fidelidad a las rúbricas, obediencia fiel de hijos a la Iglesia madre.
Se llaman “rúbricas” porque se escriben con tinta roja en los libros
litúrgicos.
• La primera parte del Misal es un amplísimo documento que se llama
Institución General del Misal Romano (IGMR) donde se ofrece la
teología del sacramento eucarístico y la normativa y rúbrica para su
celebración. Este documento merece ser conocido y estudiado.
• En la tercera edición de la Institución General del Misal romano
(IGMR) se explican y se matizan muchas normas litúrgicas, se aclaran
algunas rúbricas y se añade alguna más. Para ser fieles, hay que
conocer estas rúbricas y, lógicamente, obedecerlas.
• La descripción la hallamos en el capítulo IV de la Institución General
del Misal Romano, titulado “Diversas formas de celebrar la Misa” y
también las que aparecen en el “Ordo Missae", el “Ordinario de la
Misa", dentro del Misal.
1) Ritos iniciales
• Durante la procesión de entrada, si se usa el incienso, el portador del
incienso va delante; detrás de él va el portador de la cruz entre dos
ministros laicos con cirios encendidos; detrás van los lectores
seguidos por el diácono que lleva el Evangeliario levemente elevado;
detrás de ellos van los concelebrantes y al final, el sacerdote
celebrante (IGMR 120, 172). (Uno de los lectores puede llevar el
Evangeliario en la ausencia del diácono). La asamblea se integra al
canto durante esta procesión, actividad que pretende unir a todos los
que han venido para celebrar (IGMR 47-48)
• Cuando la procesión llegue al altar, todos hacen una reverencia
delante de él, y los sacerdotes y el diácono besan el altar. El sacerdote
celebrante inciensa la cruz y el altar (IGMR 49, 123).
• Después, el sacerdote celebrante va a la sede presidencial de donde
preside el resto de los Ritos Iniciales (IGMR 50, 124).
• Allí, se santigua, saluda al pueblo, introduce brevemente la liturgia del
día, y preside el Rito Penitencial (IGMR 50, 51, 124).
• ▪Los domingos durante la estación de Pascua de Resurrección, en
lugar del Rito Penitencial, es especialmente apropiado bendecir agua
y rociar a todos como un recuerdo de su bautismo (IGMR 51).
• Cuando se exija, el Gloria se canta o se recita, comenzada por el
sacerdote celebrante, o el líder de canto, o el coro (IGMR 53, 126).
• Después del Gloria y la Oración Colecta, todos se sientan.
• ▪La Oración Colecta concluye los Ritos Iniciales (IGMR 54, 127). Cada
vez que el sacerdote celebrante invita al pueblo a rezar ("Oremos"),
“luego el sacerdote invita al pueblo a orar, juntando las manos y
diciendo: Oremos. Todos, juntamente con el sacerdote, oran en
silencio durante un breve tiempo. Entonces el sacerdote, extendiendo
las manos, dice la Oración Colecta, y cuando ésta termina, el pueblo
aclama con el Amén” (IGMR 127).
2) Liturgia de la Palabra
• Las lecturas deben ser proclamadas siempre desde el ambón (IGMR
58, 260), y cada lectura debe ser proclamada por un lector diferente
(IGMR 59, 109) 31. El salmista también canta el salmo responsorial
desde el ambón (IGMR 61, 309).
• Si un diácono u otro sacerdote está presente, uno de ellos debe
proclamar el Evangelio en lugar del sacerdote celebrante (IGMR 59).
Antes de la proclamación del Evangelio, “todos se ponen de pie y se
canta el Aleluya u otro canto según las exigencias del tiempo litúrgico
(Cf. IGMR 62-64)” (IGMR 131); “mientras se dice el Aleluya u otro
canto, si se ha de usar el incienso, ayuda al sacerdote a colocarlo en el
incensario, luego, inclinado profundamente (el diácono) ante él, le
pide su bendición…” (IGMR 175)
• A parte de eso, el sacerdote celebrante (o un concelebrante) se
prepara para proclamar el Evangelio con una oración en silencio
(IGMR 132, 212).
• Después de cada lectura y la Homilía, un período de silencio es muy
apropiado. (IGMR 45, 56).
• Después de un período de tiempo, todos se ponen de pie para el
Credo (IGMR 67-68), comenzado por el sacerdote (o si se canta),
comenzado por el director de canto o por el coro (IGMR 137).
• Luego, desde la sede, el sacerdote celebrante introduce la Plegaria
Universal u Oración de los fieles, invitando rezar al pueblo (IGMR 71,
138)
• El diácono, (o en su ausencia, otro ministro laico), anuncia las
peticiones desde el ambón u otro sitio adecuado (IGMR 71, 138, 309),
y el sacerdote celebrante concluye las la Plegaria Universal u Oración
de los fieles con una oración (IGMR 71, 138). “Terminada la oración
universal, todos se sientan y comienza el canto del Ofertorio (Cf. IGMR
74)” (IGMR 139).
• Habiendo visto algunas –no todas, ni mucho menos– de las rúbricas
nuevas o modificadas de los ritos iniciales y de la liturgia de la Palabra,
avanzamos con la liturgia eucarística. Revisémonos todos, y
ajustémonos a las normas actuales de la Iglesia: por fidelidad, por
sentido eclesial y por reverencia al Señor
3) La liturgia eucarística
• La Liturgia de la Eucaristía sigue el modelo de las narrativas bíblicas de
la Última Cena (IGMR 72) que describen al Señor mientras toma el
pan y el cáliz, da gracias, parte el pan y les da el cáliz a sus discípulos.
Así, durante la preparación, unos laicos de la asamblea traen al altar
el pan y el vino, los elementos que Jesús tomó en sus manos (IGMR
72.1). Durante la Plegaria Eucarística, se dan las gracias a Dios (IGMR
72.2). Después, se parte el pan, y los elementos consagrados se dan a
los fieles en la Sagrada Comunión (IGMR 72.3).
• Al comenzar la preparación del altar y la presentación de las ofrendas, los
ministros asistentes ayudan al diácono a preparar el altar, poniendo el
corporal, el purificador, el cáliz (a menos que éste se prepare en una mesa
aparte) y el Misal Romano en el altar (IGMR 73, 139).
• ▪El sacerdote dice la oración exigida mientras sostiene la patena con el pan
eucarístico un poco elevada sobre el altar y solamente, al terminar la
oración prescrita, lo pone en el altar (IGMR 141). Mientras tanto, el
diácono “vierte el vino y unas gotas de agua en el cáliz, diciendo en
secreto: El agua unida al vino, y le presenta el cáliz al sacerdote. La
preparación del cáliz y la infusión del vino y del agua pueden también
hacerse en la credencia” (IGMR 178). El sacerdote celebrante dice la
oración apropiada mientras sostiene el cáliz un poco elevado sobre el altar
(IGMR 142) y solamente, al terminar la oración prescrita, lo pone sobre el
altar.
• “Dejado ya el cáliz en el altar, el sacerdote se inclina profundamente y
dice en secreto: Acepta, Señor, nuestro corazón contrito” (IGMR 143)
y después, “el sacerdote pone el incienso en el incensario y lo bendice
con un signo de la cruz, sin añadir más” (IGMR 277). Inciensa las
ofrendas con tres movimientos del incensario o con una señal simple
de la cruz (IGMR 75, 144 49, 277); también, inciensa la cruz, el altar y
el pueblo (IGMR 75).
• ▪Luego, el sacerdote celebrante se lava las manos al lado del altar
(IGMR 76, 145). Las oraciones del sacerdote y del diácono durante la
preparación del altar y de las ofrendas se dicen en secreto (IGMR 141-
145). Cuando no se canta durante la preparación, se permite (pero no
es obligatorio) que el sacerdote pronuncie las palabras de la oración
"Bendito sea..." en voz alta (IGMR 142).
• ▪Al centro del altar, el sacerdote celebrante saluda al pueblo y le invita
a orar. Después de que el pueblo se pone de pie y responde; el
sacerdote celebrante dice la Oración Sobre las Ofrendas (IGMR 77,
146).
• ▪Luego, el sacerdote presidente comienza la Plegaria Eucarística, "el
punto central y el momento culminante de toda la celebración"
(IGMR 78, 147). “Es muy conveniente que el sacerdote cante las
partes de la Plegaria Eucarística que tienen notas” (IGMR 147);
también el pueblo deberá cantar la varias aclamaciones que forman
parte de la Plegaria Eucarística.
• Se puede usar el incienso durante la consagración cuando muestran la
hostia y el cáliz a la asamblea (IGMR 150, 179, 276e).
• Durante la doxología final, el sacerdote celebrante eleva la patena con
la hostia y el diácono eleva el cáliz (si no hay diácono, el sacerdote
celebrante eleva los elementos por sí mismo) (IGMR 151, 180).
• ▪Terminada la Plegaria Eucarística, todos se ponen de pie para rezar el
Padrenuestro (IGMR 81, 152).
• Después de la oración pidiendo la paz, el diácono invita a todos que
intercambien un signo de paz que todos comparten con las personas
a su lado (IGMR 82, 154)
4) Ritos de comunión
La nueva edición de la IGMR aporta también aquí nuevas precisiones:

• El rito de la paz ha recibido una nueva clarificación y límites,


recuperando la sobriedad y brevedad que siempre ha tenido:
«Conviene que cada uno exprese sobriamente la paz sólo a
quienes tiene más cerca» (IGMR 82), por tanto, sin moverse por la
iglesia: discreción, moderación, a los más cercanos. Tampoco el
obispo o sacerdote debe dar la paz a todos (p.e. los
concelebrantes) o bajarse del presbiterio:
• «El sacerdote puede dar la paz a los ministros, pero siempre
permaneciendo dentro del presbiterio para no perturbar la
celebración. Haga lo mismo si, por alguna causa razonable, desea dar
la paz a algunos pocos fieles. Y todos se intercambian un signo de paz,
comunión y caridad… Mientras se da la paz puede decirse: ‘La paz del
Señor esté siempre contigo’, a lo que se responde: ‘Amén’» (IGMR
154).
• El Cordero de Dios comienza y el sacerdote celebrante rompe la
hostia (IGMR 83, 155). La hostia que el sacerdote celebrante consagra
debe ser lo suficientemente grande para que unas fracciones de ella
puedan ser distribuidas a algunas personas de la asamblea cuando
comulguen (IGMR 321).
• Luego, el sacerdote celebrante pone una porción muy pequeña de la
hostia en el cáliz (IGMR 83, 155) y se prepara a sí mismo para
comulgar rezando en secreto la oración de preparación (IGMR 84).
• El sacerdote celebrante “hace genuflexión, toma la Hostia,
consagrada en la misma Misa, y, teniéndola un poco elevada sobre la
patena o sobre el cáliz, vuelto al pueblo, dice: Éste es el Cordero de
Dios, y, a una con el pueblo, añade una sola vez: Señor, no soy
digno…” (IGMR 157, 243). [Cf. IGMR 84, 268].
• Después de que todos recitaron el “Señor, no soy digno...” “Mientras
el sacerdote recibe el sacramento, empieza el canto de la Comunión…
(IGMR 86)” (IGMR 157-59).
• Después de que los fieles comulgan, se consume lo que queda de la
Preciosa Sangre inmediatamente (IGMR 163, 182). Se consumen las
hostias consagradas que sobran o las llevan con reverencia al
tabernáculo (IGMR 163).
• Las vasos sagrados pueden ser purificados en estos momentos o
llevados a la credencia y ser purificados inmediatamente después de
la Misa (IGMR 163, 279). Las vasijas pueden ser limpiadas por un
sacerdote, un diácono, un acólito instituido (IGMR 279).
• El sacerdote presidente vuelve a la sede y con la asamblea, observa
un período de silencio (IGMR 45, 88, 164). Si se desea, todos pueden
cantar un himno de alabanza (IGMR 88, 164). Para concluir el Rito de
Comunión, todos se ponen de pie para rezar. El sacerdote celebrante
invita rezar a la asamblea y reza la Oración después de la Comunión
(IGMR 89, 165).
5) Rito de conclusión
• Después de la Oración después de la Comunión, se puede hacer
anuncios breves (IGMR 90a, 166, 184). Ningún anuncio debería
hacerse antes de este momento, por ejemplo, en el período de
silencio después de la Sagrada Comunión.
• ▪Luego, el sacerdote presidente saluda al pueblo. Si se usa una
"Bendición Solemne" u "Oración sobre el Pueblo", el diácono (o en su
ausencia, el sacerdote celebrante) invita a la asamblea diciendo:
“Inclínense para la recibir la bendición” (IGMR 185)
• El sacerdote presidente dice la fórmula de bendición después de la
cual el diácono despide al pueblo, diciendo con las manos juntas y
dirigido al pueblo: “Pueden ir en paz” (IGMR 90b-c, 167-68, 185).
• El sacerdote presidente dice la fórmula de bendición después de la
cual el diácono despide al pueblo (IGMR 90b-c, 167-68, 185).

• El sacerdote celebrante y el diácono besan el altar y ellos, junto con


todos los otros ministros, hacen una reverencia profunda al altar
(IGMR 90d, 169, 186) y salen en mismo orden en que ingresaron para
iniciar la Misa (IGMR 186, 193).
GRACIAS !!!

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