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PALEOGEOGRAFÍA

DEL CARIBE

Facilitador: Octavio López Taveras


•Estarlin paulino Almonte...2021-0045.
• Mariana Lopez ...2021-1334.
•JOSE SANTOS GIL...2021-1226.
Sustentantes:
•Darlyn Torres...2021-1304.
PALEOGEOGRAFÍA DE LAS
ANTILLAS MAYORES Y
MENORES DEL CARIBE:
 Paleogeografía de las Antillas
Contenido:
Mayores 35-10 Ma.
 Evolución paleogeográfica reciente
del sector oriental de La Española.
 Corrientes Marinas del Caribe y
sus implicaciones Biogeográficas.
La paleogeografía de las Antillas
Mayores y Menores del Caribe es un
fascinante campo de estudio que nos
sumerge en la evolución geológica
de esta región a lo largo de millones
Introducción:
de años. En esta oportunidad nos
enfocaremos en tres aspectos clave
que han moldeado el paisaje y la
biodiversidad caribeña a lo largo del
tiempo:
 La paleogeografía de las Antillas
Mayores entre 35 y 10 millones de
años atrás (Ma).
 La evolución reciente del sector
oriental de La Española.
 Las corrientes marinas del Caribe y
sus consecuencias biogeográficas.
En el primer segmento, exploraremos el periodo comprendido
entre 35 y 10 Ma, desentrañando los procesos geológicos que
configuraron las Antillas Mayores en ese lapso temporal. Este
viaje nos llevará a comprender la formación de islas, cambios
en la topografía y otros eventos que han dejado una huella
duradera en la geografía actual de la región.
El segundo punto de enfoque se centra en la evolución
paleogeográfica más reciente del sector oriental de La Española.
Este análisis nos sumergirá en los eventos geológicos que han dado
forma a la isla a lo largo de un periodo más cercano, revelando
cómo la interacción de fuerzas naturales ha modelado su actual
configuración geográfica.
Por último, examinaremos las corrientes marinas del Caribe y sus
consecuencias biogeográficas. Este aspecto nos llevará a entender
cómo las corrientes oceánicas han influido en la distribución de
especies a lo largo del tiempo, generando patrones biogeográficos
únicos que han contribuido a la diversidad biológica de la región.
A través de esta exploración de la
paleogeografía caribeña,
buscaremos comprender no solo la
geología subyacente de las Antillas,
sino también cómo estos procesos
han impactado la vida en esta
vibrante y única región del mundo.
PA L E O G E O G R A F Í A D E
L A S A N T I L L A S M AY O R E S Y M E N O R E S
DEL CARIBE:
Las Antillas, ese conjunto de islas dispersas en el corazón del Caribe,
poseen una historia geológica fascinante que abarca millones de años.
La paleogeografía de las Antillas Mayores (Cuba, La Española, Puerto
Rico y Jamaica) y Menores (islas más pequeñas y
cayos) Políticamente, divididas en 8 países insulares independientes,
3 territorios británicos de ultramar, 2 departamentos ultramarinos de
Francia, 2 colectividades ultramarinas de Francia, 3 países autónomos
del Reino de los Países Bajos, 3 municipios especiales del Reino de los
Países Bajos, 1 área insular de Estados Unidos, y 2 entidades federales
de Venezuela.
Ofrecen un intrigante rompecabezas
que revela las complejidades del
proceso de formación y evolución
de estas tierras.
A mediados de la era secundaria
(100 -130 millones de años) la
placa tectónica del Caribe, recibió
Origen y formación
presiones laterales de las placas del
de las Antillas.
Atlántico y de Cocos o del
Pacífico, originando tres líneas de
plegamientos que dieron origen al
arco antillano.
La primera línea se originó en Yucatán y formó la orogenia occidental
de Cuba.
La segunda línea surge en Belice y formó las islas de Caimán y la
orogenia del sureste de Cuba, llamada sierra Maestra. Aquí se unió con
la primera línea de plegamiento y formó la orogenia noroeste, central y
oriental de la isla Española, continuando hacia Puerto Rico y las
Antillas Menores.
La tercera línea se originó entre Honduras y Nicaragua y formó la
orogenia de Jamaica y del suroeste de la isla Española.
A medida que las placas seguían interactuando, se crearon nuevas
estructuras geológicas. Durante el Eoceno, hace aproximadamente 50
millones de años, la placa del Caribe experimentó una rotación en sentido
contrario a las agujas del reloj, lo que llevó a la apertura del mar de la
Española y la separación de Cuba y La Española. Este evento marcó el
comienzo de la diferenciación entre las Antillas Mayores.
La actividad tectónica continuó su curso, dando
lugar a la formación de cuencas marinas y
elevaciones. Entre el Mioceno y el Pleistoceno,
eventos como la elevación de la cordillera de
las Antillas y la conexión terrestre intermitente
entre algunas islas influyeron en la
diversificación de la fauna y flora en la región.
Además de la actividad tectónica, los ciclos climáticos han dejado su huella
en las Antillas. Durante las eras glaciales del Pleistoceno, los niveles del mar
descendieron, creando puentes terrestres temporales entre las islas y
permitiendo el intercambio de especies. Estos ciclos climáticos también
modelaron la topografía actual de las islas a través de procesos de erosión y
sedimentación.
PA L E O G E O G R A F Í A D E L A S
A N T I L L A S M AY O R E S 3 5 - 1 0 M A .
La geografía de las tierras y mares cambia con el tiempo, de tal
manera que el paisaje que hoy observamos a nuestro alrededor no se
asemejan al que hubo en el pasado, y se modificará al decursar del
tiempo.

Los núcleos antiguos de las actuales islas surgieron del fondo del mar
hace unos 40 millones de años, y mediante sucesivos cambios del
nivel del mar y los movimientos del terreno (tanto horizontales como
verticales), se alcanzó la configuración actual.
Un momento importante de este proceso tuvo lugar entre 35 y 33 Ma
(tránsito Eoceno-Oligoceno), cuando se estableció una comunicación
terrestre entre América del Sur y las Antillas primitivas. Dicha península se
ha denominado GAARlandia.
El Caribe ha sufrido transformaciones en estos 35 millones de años. Esto es el
resultado de la acción combinada de los movimientos, tanto verticales como
horizontales. Los movimientos verticales hacen surgir o desaparecer montañas
y llanuras, provocan que el mar avance o se retire de las tierras. Además, el
nivel del mar no se mantiene estable. Con el tiempo se eleva o desciende,
provocando a su vez inundaciones o desecación de los terrenos.
La acción combinada de los movimientos del terreno y del nivel del mar,
ha sido promotora de los cambios del relieve que se observan en los
mapas subsiguientes. Pero también los movimientos horizontales
provocan transformaciones.

Estos subdividen la corteza terrestre en bloques (o terrenos tectónicos),


que se trasladan lateralmente, variando considerablemente la geografía.
Por ejemplo, la configuración de las Antillas se ha hecho más larga, al
alejarse hacia el Este los bloques que la forman, surgiendo nuevas islas.
Reconstrucción de la evolución paleogeográfica del territorio de
las Antillas Mayores entre 35 y 10 Ma atrás.

Las islas de las Antillas surgieron del fondo del mar hace unos 40
millones de años, como las cumbres de una cordillera sumergida, y
después formaron una prolongación peninsular desde lo que es hoy
Cuba central hasta la América del Sur.
Separación del Continente y Formación del Mar
de las Antillas:
Hace aproximadamente 35 millones de años, las Antillas
Mayores comenzaron a separarse del continente norteamericano
debido a la expansión del océano Atlántico. Este proceso marcó
el inicio de una serie de eventos geológicos que transformaron
la región. La separación del continente contribuyó a la
formación del mar de las Antillas, un cuerpo de agua que separó
las islas emergentes del continente y facilitó la evolución de
ecosistemas únicos en la región.
Subducción y Actividad Tectónica:

Durante el Oligoceno y el Mioceno temprano, alrededor de hace 35 a


25 millones de años, la actividad tectónica desempeñó un papel crucial
en la evolución de las Antillas Mayores. La subduccion de la litosfera
oceánica atlántica (placas norteamericana y sudamericana) bajo la placa
caribe generó una intensa actividad volcánica y sísmica en la región.
Este proceso condujo a la formación de arcos insulares,
como el arco volcánico de las Antillas Mayores, que
moldearon la topografía y geología de las islas. Los
volcanes activos y los terremotos fueron fenómenos
comunes durante este período, dejando su huella en la
geología de las Antillas Mayores.
Cambios en el Nivel Además de la actividad tectónica, los
del Mar y cambios en el nivel del mar jugaron un
Conectividad papel importante en la paleogeografía de las
Terrestre: Antillas Mayores durante el período de 35 a
10 millones de años atrás. Fluctuaciones en
el nivel del mar afectaron la exposición
terrestre, creando puentes terrestres
intermitentes entre las islas y el continente.
Estos cambios influenciaron la migración de especies y la distribución
de la flora y fauna en la región, contribuyendo a la diversidad
biológica única de las Antillas Mayores.
EVOLUCIÓN
PA L E O G E O G R Á F I C A
RECIENTE DEL SECTOR
O R I E N TA L D E L A E S PA Ñ O L A .
El sector oriental de la República Dominicana incluye tres dominios
fisiográficos principales, la Cordillera Oriental, la región de Los
Haitises y la Llanura Costera del Caribe, además de la Llanura
Costera de Miches y Sabana de la Mar y áreas marginales de la
Cordillera Central y el valle del Cibao.
La Cordillera Oriental se extiende con orientación E-O a lo largo de
150 km, desde las inmediaciones de Cotuí hasta las de Higüey.
Zona de estudio
La Cordillera Oriental se extiende con orientación E-O a lo largo de
150 km, desde las inmediaciones de Cotuí hasta las de Higüey. Con
objeto de facilitar la comprensión del tema , el territorio denominado
aquí Cordillera Oriental implica tanto un sentido geográfico como
geológico, obviando términos como sierras de Yamasá y de El Seibo,
o el de Cordillera Oriental restringido al sector más oriental .
Su fisonomía de cordillera es más nítida al este, donde alcanza su
máxima altitud (Loma Vieja, 736 m); se estrecha y disminuye su
altitud en el sector central (norte de Bayaguana, 200 m),
ensanchándose y elevándose nuevamente al oeste (La Naviza, 680
m).
Al noroeste, la región de Los Haitises se diferencia de la cordillera
por su peculiar fisonomía de karst tropical, a modo de espectacular
relieve en “caja de huevos” (cockpits).
Alcanza sus máximas cotas, cercanas a 340 m, en su parte
meridional, descendiendo progresivamente tanto hacia el sur como
hacia el norte, en este caso hasta la bahía de Samaná y el valle del
Cibao.

Por su orografía y evolución puede ser considerada como parte de la


Cordillera Oriental, pero siguiendo la línea de algunos trabajos
previos, en este artículo se trata a la región de Los Haitises como un
dominio independiente,cuya estratigrafía y paleogeografía están
vinculadas a la Llanura Costera del Caribe.
La Llanura Costera del Caribe es la mayor planicielitoral de la
República Dominicana, con 240 km de longitud y 10-40 km de
anchura. Excepto en sus extremos, se dispone al sur de la Cordillera
Oriental con dirección E-O: en el extremo oriental se arquea hacia el
norte, rodeando a la cordillera, y en el occidental adquiere orientación
NE-SO, bordeando a la Cordillera Central.
Constituye una monótona planicie, que sólo ocasionalmente
sobrepasa 100 m de altitud, surcada de norte a sur por escasos pero
notables ríos: Nizao, Haina, Ozama, Higuamo, Soco, Chavón y
Yuma, de oeste a este. Pese a la envergadura de éstos, es una región
con drenajes deficientes, especialmente en su franja costera.Excepto
en el extremo nororiental, donde predominan las playas, que alcanzan
varias decenas de kilómetros de longitud, el litoral es una costa baja,
pero acantilada, en la que se intercalan pequeñas playas. La Llanura
Costera de Miches y Sabana de la Mar está integrada por reducidas
planicies del litoral atlántico, de altitud inferior a 25 m, al sur de las
cuales se alza bruscamente la Cordillera Oriental.
EVOLUCIÓN
La historia geológica de la isla de La Española registra un continuo
incremento de su superficie, al incorporar sucesivas formaciones
generadas en ambientes marinos. Dicho incremento es especialmente
patente en el sector oriental de la isla, donde al ascenso de una
incipiente Cordillera Oriental se han sumado las emersiones
sucesivas de la plataforma plio-pleistocena constituida por las
formaciones Los Haitises y Yanigua, y de las plataformas arrecifales
pleistocenas de la Formación La Isabela, dando lugar a la Llanura
Costera del Caribe y a la región de Los Haitises.
Las terrazas marinas escalonadas que reflejan la emersión de las
plataformas arrecifales y que integran la Franja Litoral de la Llanura
Costera del Caribe, permiten establecer un marco temporal para la
secuencia de acontecimientos que condujeron al modelado actual.

La correlación de dichas terrazas con las superficies reconocidas en la


Cordillera Oriental y en la región de Los Haitises, permite esbozar la
evolución paleogeográfica del sector oriental de La Española, cuya
fisonomía ha sido adquirida prácticamente a lo largo del Cuaternario.
A finales del Plioceno, el sector oriental de La Española poseía una
extensión de 4250 km2 , que se incrementó en 8200 km2 con las
emersiones acontecidas en el Calabriense-Pleistoceno Medio y en
1725 km2 con las emersiones posteriores, hasta alcanzar los 14175
km2 actuales, lo que supone un incremento superficial superior al
230% durante el Cuaternario.
CORRIENTES MARINAS DEL CARIBE
Y SUS IMPLICACIONES
BIOGEOGRÁFICAS.
Las corrientes marinas son corrientes de agua oceánica en movimiento
que desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y la
distribución de especies en los ecosistemas marinos. En el Caribe, estas
corrientes marinas juegan un papel fundamental en la configuración del
paisaje marino y la diversidad biológica de la región.
El Caribe es una región geográfica y culturalmente diversa, definida por sus
aguas cálidas y cristalinas, sus arrecifes de coral vibrantes y una amplia
variedad de vida marina. Las corrientes marinas que atraviesan estas aguas
tienen un impacto significativo en la ecología y la biodiversidad del área.
Las principales corrientes que influyen en el Caribe son la Corriente del
Golfo, la Corriente del Caribe y la Corriente Ecuatorial del Atlántico
Norte.
La Corriente del Golfo es
una corriente cálida que fluye
desde el Golfo de México
hacia el noreste a lo largo de
la costa este de los Estados
Unidos y luego hacia el
Atlántico Norte.
Esta corriente transporta aguas cálidas y nutrientes desde el
trópico hacia latitudes más altas, lo que influye en el clima de la
región y proporciona condiciones óptimas para la vida marina en
el Caribe. Además, la Corriente del Golfo actúa como una ruta
de migración para muchas especies marinas, incluidos peces,
tortugas marinas y mamíferos marinos.
La Corriente del Caribe,
por otro lado, es una
corriente cálida que fluye
hacia el oeste a lo largo de
la costa norte de América
del Sur antes de girar
hacia el norte en el Canal
de Yucatán y unirse a la
Corriente del Golfo.
Esta corriente transporta aguas cálidas desde el océano Atlántico
hacia el Caribe, influyendo en el clima y la biodiversidad de la
región. La Corriente del Caribe también transporta nutrientes y
sedimentos, que son vitales para mantener los ecosistemas marinos
saludables, como los arrecifes de coral y las praderas de pastos
marinos.
La Corriente Ecuatorial del
Atlántico Norte es otra corriente
importante que atraviesa el
Caribe.
Esta corriente se mueve hacia el oeste a lo largo del ecuador antes de
dividirse en corrientes más pequeñas, incluida la Corriente del Caribe. La
Corriente Ecuatorial del Atlántico Norte transporta aguas cálidas y
nutrientes desde el este hacia el oeste, influyendo en el clima y la
biodiversidad de la región del Caribe.
Las corrientes marinas del Caribe tienen varias implicaciones
biogeográficas importantes. En primer lugar, influyen en la distribución de
especies marinas al transportar larvas y huevos a lo largo de vastas
distancias. Esto puede resultar en patrones de distribución geográfica únicos
y la colonización de nuevas áreas por parte de especies migratorias.
Además, las corrientes marinas afectan la productividad biológica al
transportar nutrientes y sedimentos que son fundamentales para el
funcionamiento de los ecosistemas marinos.
Los arrecifes de coral, por ejemplo, dependen en gran medida del
transporte de nutrientes por las corrientes marinas para su crecimiento
y supervivencia. Las corrientes también influyen en los patrones de
pesca al afectar la distribución y el comportamiento de las especies
objetivo. Además, las corrientes marinas pueden transportar
contaminantes y desechos, lo que puede tener efectos negativos en la
salud de los ecosistemas marinos y la vida marina.

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