libertad del hombre, el rechazo a esa confianza es una posibilidad” (cfr. Adolphe Gesché)
Pedro Velazco Berríos, SJ
Temática 1. La realidad del mal desde la imagen de Dios-Amor 2. Reacciones frente al problema del mal 3. La prioridad de la víctima Dilema de Epicuro:
“Si Dios puede y no quiere evitar el
mal, no es bueno; si quiere evitar el mal y no puede, no es omnipotente”
El Dios jubilado de Epicuro…
1. La realidad del mal desde la imagen del Dios-Amor
• El mal es inevitable en un mundo finito.
• Un mismo problema para creyentes y no creyentes: dar sentido a la vida herida por el mal. • Trampa del dilema de Epicuro: No es posible que un Dios creador por amor pueda crear un mundo sin mal donde también estén presenten las leyes física y la libertad. 2. Reacciones frente al problema del mal Los tópicos de la cuestión del mal. Contra Dios (CONTRA DEUM)
• Dios es considerado el responsable directo o
indirecto del mal. • Agradecidos al ateísmo por negar un Dios malo, indiferente o inútil. • Es necesario escucha y saber escuchar el grito del ser humano que sufre el mal. • No es tanto un grito contra Dios, sino contra el mal. En defensa de Dios (PRO DEO)
• Esta postura se dedica a hacer a Dios inocente de
toda responsabilidad y culpabilidad ante el mal. • Dificultades: ▫ se disculpa demasiado de prisa a Dios, dando la impresión de que nos urge sacarlo de un apuro. ▫ La apologética siempre se mantiene a la defensiva. Se transforma rápidamente en víctima . • El discurso sobre Dios y el mal no puede acallar el grito que el hombre dirige a Dios Desde Dios (IN DEO)
• Los tópicos anteriores dejan por tanto al
problema del mal al margen de Dios. • Temas: Cordero de Dios, bajada a los infiernos demuestran un involucramiento de Dios en el problema del mal. • Nosotros debemos seguir el ejemplo de Dios. • La blasfemia ahora no está en dirigirse violentamente a Dios, sino en no creer que Dios toma partido contra el mal. Confrontar a Dios (AD DEUM)
• ¿Cómo incluir a Dios en el problema del mal? La
respuesta la dan tres personajes: Jacob, Job y Jesús. Ellos se dirigieron a Dios, le hablaron, reclamaron. • Es una confrontación cristiana a Dios. • El creyente se dirige a Dios, lo cuestiona, lo enfrenta. • El dios pagano da miedo, y el hombre no puede enfrentarse con él sin perecer. • El Dios cristiano entabla un diálogo: escucha; incluso al que se dirige a Él con vehemencia (Job, Jesús) • No es tan malo enfrentarse con Dios, pues por lo menos aquel que lo hace considera a Dios como un interlocutor, del cual espera una respuesta. Afirma su existencia. Con Dios (CUM DEO)
• En la confrontación a Dios el hombre descubre que
Dios también se plantea la cuestión del mal; es una pregunta que siempre ha sido suya. • El hombre descubre que el combate que ha emprendido, por ser el mismo combate que el de Dios, lo lleva a cabo con Dios. Ambos luchan contra el mal. • Dios siempre es el que lleva la iniciativa, pues su mirada y preocupación están salvar al ser humano del mal. • Sólo un irracional (“Dios loco por amor”) puede enfrentarse y vencer a un irracional como es el mal. 3. La Prioridad de la víctima • El mal se manifiesta en nuestro mundo a través de una realidad de sufrimiento y muerte. Requiere de nuestro entendimiento para poder ser comprendido. • Nosotros tenemos una prioridad: atender a las víctimas del mal. No podemos darnos el lujo de pensar todo el tiempo sobre el mal, sin remediar el daño que este ocasiona. • Sentarnos a tener discusiones intelectuales sobre el mal, sin atender a la víctimas de éste es lo más anticristiano que puede haber. • Estamos llamados a ser como el buen samaritano. “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es la capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles; cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene alto el colesterol o el azúcar! Hay que curar las heridas. Ya hablaremos luego del resto…”